RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 149
Secretario Administrativo DR. SAADE MARTIN OMAR
Jefe SR. OTTONE IGNACIO
Martes 14.30hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2132 Internos 2132/2133
crnaturales@hcdn.gov.ar
- RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO
Reunión del día 06/11/2020
- INFORMATIVA - DICTÁMENES VARIOS
SR. PRESIDENTE GROSSO Buenas tardes a todos y todas.
Damos comienzo a la reunión de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, con gran alegría por reunirnos nuevamente, dado que venimos llevando adelante un trabajo muy intenso. Durante la semana, hemos tenido reunión de asesores y asesoras, y se ha logrado la articulación de una serie de acuerdos. Hoy tenemos por delante una reunión con mucho trabajo y considero que con buenas noticias.
En primer lugar, trabajaremos sobre la famosa iniciativa que se conoce como Ley Yolanda, que ya cuenta con sanción del Senado.
Asimismo, abordaremos una iniciativa que viene recorriendo los pasillos del Congreso y los despachos de los diputados y las diputadas de los distintos espacios políticos, sobre reducción progresiva y prohibición específica de los plásticos de un solo uso. Además, tenemos una serie de proyectos de declaración y pedidos de informe que iremos trabajando a su tiempo.
El tema con el que comenzaremos la reunión de hoy es el proyecto de ley venido en revisión del Senado que se conoce como "Ley Yolanda", como homenaje a la doctora Yolanda Ortiz, que fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de nuestro país, en 1973, durante el último gobierno de Perón. Yolanda era una mujer con muchísimos conocimientos científicos sobre este tema y estuvo a cargo de un área vinculada a las políticas que nosotros desarrollamos desde esta comisión, que tienen que ver con la preservación del ambiente.
La Ley Yolanda es un espejo de la Ley Micaela, en el sentido de que esta última pretende la formación en perspectiva de género de las personas que se desempeñan en todas las instancias de los tres poderes del Estado, y la Ley Yolanda tiene el objetivo de formación respecto de una perspectiva ecológica y ambiental.
Estoy muy contento de que estemos dando tratamiento a esta iniciativa, que ha sido impulsada desde la militancia juvenil ambiental, que está creciendo en la Argentina desde hace unos años.
A continuación, hará uso de la palabra una joven militante de Jóvenes por el Clima, para contarnos sobre este proceso, sobre cómo llegó la iniciativa al Senado y cuáles consideran que son sus aportes.
Tiene la palabra Carolina Cortés.
Damos comienzo a la reunión de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, con gran alegría por reunirnos nuevamente, dado que venimos llevando adelante un trabajo muy intenso. Durante la semana, hemos tenido reunión de asesores y asesoras, y se ha logrado la articulación de una serie de acuerdos. Hoy tenemos por delante una reunión con mucho trabajo y considero que con buenas noticias.
En primer lugar, trabajaremos sobre la famosa iniciativa que se conoce como Ley Yolanda, que ya cuenta con sanción del Senado.
Asimismo, abordaremos una iniciativa que viene recorriendo los pasillos del Congreso y los despachos de los diputados y las diputadas de los distintos espacios políticos, sobre reducción progresiva y prohibición específica de los plásticos de un solo uso. Además, tenemos una serie de proyectos de declaración y pedidos de informe que iremos trabajando a su tiempo.
El tema con el que comenzaremos la reunión de hoy es el proyecto de ley venido en revisión del Senado que se conoce como "Ley Yolanda", como homenaje a la doctora Yolanda Ortiz, que fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de nuestro país, en 1973, durante el último gobierno de Perón. Yolanda era una mujer con muchísimos conocimientos científicos sobre este tema y estuvo a cargo de un área vinculada a las políticas que nosotros desarrollamos desde esta comisión, que tienen que ver con la preservación del ambiente.
La Ley Yolanda es un espejo de la Ley Micaela, en el sentido de que esta última pretende la formación en perspectiva de género de las personas que se desempeñan en todas las instancias de los tres poderes del Estado, y la Ley Yolanda tiene el objetivo de formación respecto de una perspectiva ecológica y ambiental.
Estoy muy contento de que estemos dando tratamiento a esta iniciativa, que ha sido impulsada desde la militancia juvenil ambiental, que está creciendo en la Argentina desde hace unos años.
A continuación, hará uso de la palabra una joven militante de Jóvenes por el Clima, para contarnos sobre este proceso, sobre cómo llegó la iniciativa al Senado y cuáles consideran que son sus aportes.
Tiene la palabra Carolina Cortés.
SRA. CORTÉS Mi nombre es Carolina Cortés, soy de la provincia de Mendoza, y formo parte de Jóvenes por el Clima.
Agradezco la invitación a esta reunión y también a las distintas personas presentes hoy, pero sobre todo agradezco a mis compañeros y compañeras de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que apuestan cada vez más a la participación federal que escucha las numerosas voces de la juventud de los distintos puntos del país respecto de las cuestiones socio-ambientales.
Jóvenes por el Clima es una agrupación que surge a principios del año pasado, motivada por las masivas movilizaciones internacionales enmarcadas principalmente por jóvenes que reclamaban a la clase política -a funcionarios, representantes y servidores públicos- la importancia del abordaje de la crisis climática como una crisis que requiere la implementación de medidas políticas públicas de adaptación y mitigación. De hecho, la joven sueca Greta Thunberg, que en ese momento tenía 16 años, inició las protestas y reclamos de la crisis climática y ecológica frente al Congreso de su país.
La impronta de nuestra organización tiene como base el reclamo y la incidencia política, porque entiende que en ese lugar se encuentra el camino para el logro de verdaderos cambios, transformaciones y conquistas de nuevos derechos.
Consideramos que es imprescindible formar y educar a quienes nos representan y ejercen un cargo en alguno de los tres poderes del Estado, pues ello los habilita a tomar decisiones de todo tipo y su perspectiva socio-ambiental puede ser nula. En ese sentido, celebramos esta iniciativa tendiente a la formación de quienes muchas veces ocupan esas bancas para jugar a favor de los intereses económicos y corporativos, por encima del bienestar y de la salud integral pública de la sociedad entera.
Vemos cómo el poder del lobby que hacen las grandes corporaciones y multinacionales puede frenar algún tipo de política pública que beneficie a la comunidad, porque sus intereses se ven en juego. Hay ejemplos de sobra en este sentido, como la Ley de Humedales, presentada dos veces en el Congreso y que en ambos casos fue trabada por la presión ejercida por los grandes empresarios de la industria.
Por otro lado, la más reciente iniciativa es la ley de etiquetados, que se aprobó en el Senado, pero en la Cámara de Diputados deberá ser tratada por varias comisiones donde puede sufrir modificaciones previamente a su sanción definitiva.
Otro ejemplo clave es el fallo de la Justicia a favor de una familia de Entre Ríos vinculada al narcotráfico, a la corrupción, a las estafas y a la explotación de trabajadores, por encima de un proyecto agroecológico que busca garantizar alimentos sanos y libres de agrotóxicos como el glifosato, que es el paquete favorito del agronegocio.
Los temas ambientales implican cuestiones económicas, sociales y políticas transversales hacia todos los sectores. En ese sentido, hay que dejar de entenderlos como cuestiones aisladas, externas y elitistas, porque se trata de derechos humanos y de justicia social. No estamos exentos de esto, porque sus consecuencias nos afectarán a todos. Por supuesto, no será de la misma manera para todos porque, como toda crisis, afecta en primera medida a los sectores marginados y excluidos del sistema, debido a que los impactos tienen y tendrán una repercusión directa en relación con el aumento de la pobreza, la desigualdad y el propio mantenimiento del Estado.
El derecho a un ambiente sano, apto para el desarrollo de las personas, sin que las actividades productivas comprometan a las generaciones futuras, no está siendo garantizado ni asegurado tal como lo establece el artículo 41 de la Constitución Nacional. En el presente, ni siquiera contamos con un ambiente sano.
Por eso, la sanción de la llamada Ley Yolanda es fundamental. Tal como recién explicó el señor presidente, el nombre de esta iniciativa surge como homenaje y reconocimiento hacia una pionera de las causas ambientales. Yolanda Ortiz fue la primera mujer en toda Latinoamérica -y una de las primeras a nivel mundial- que ejerció el cargo de secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano. Cabe precisar que fue designada en 1973. Ella hacía mucho énfasis en la educación y la señalaba como el mayor valor estratégico para el desarrollo sustentable.
Todos y todas necesitamos -en especial las personas que trabajan en los tres poderes del Estado- contar con un poco de esa visión extraordinaria que tenía Yolanda. Me refiero a ese compromiso ambiental y social en términos de educación, políticas públicas y legislación ambiental. Fue una divulgadora incansable de esta causa.
Esta iniciativa es un paso gigante en un contexto macro donde los líderes políticos, económicos y sociales no están siendo capaces de erigirse hacia un cambio transformador, que pueda enfrentar y limitar los impactos del cambio climático.
En un contexto macro donde tenemos a grandes negacionistas de la crisis climática -como lo es Donald Trump, que abandona tratados claves, como el Acuerdo de París-, no se puede seguir ignorando el problema de la crisis climática.
Esta norma debe ser el inicio de una transformación y renovación en la clase política, porque surge a partir de una fuerte demanda de la juventud y la sociedad. El cambio debe ser cultural y educacional, pues contamos con la asistencia de formación científica incuestionable sobre el cambio climático causado por el ser humano.
Nos deben garantizar una mayor acción política, que se acomode al consenso científico. Ante un reclamo tan masivo y contundente, que cuenta con pleno potencial de crecimiento por parte de la juventud, resulta esencial que nuestros representantes y servidores públicos estén a la altura de esta demanda y se formen en esta temática. Queremos que apunten hacia un nuevo paradigma e incorporen una nueva perspectiva que es tan necesaria en medio de la pandemia de un virus de origen zoonótico y de una crisis climática y ecológica como la que estamos atravesando.
Agradezco la invitación a esta reunión y también a las distintas personas presentes hoy, pero sobre todo agradezco a mis compañeros y compañeras de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que apuestan cada vez más a la participación federal que escucha las numerosas voces de la juventud de los distintos puntos del país respecto de las cuestiones socio-ambientales.
Jóvenes por el Clima es una agrupación que surge a principios del año pasado, motivada por las masivas movilizaciones internacionales enmarcadas principalmente por jóvenes que reclamaban a la clase política -a funcionarios, representantes y servidores públicos- la importancia del abordaje de la crisis climática como una crisis que requiere la implementación de medidas políticas públicas de adaptación y mitigación. De hecho, la joven sueca Greta Thunberg, que en ese momento tenía 16 años, inició las protestas y reclamos de la crisis climática y ecológica frente al Congreso de su país.
La impronta de nuestra organización tiene como base el reclamo y la incidencia política, porque entiende que en ese lugar se encuentra el camino para el logro de verdaderos cambios, transformaciones y conquistas de nuevos derechos.
Consideramos que es imprescindible formar y educar a quienes nos representan y ejercen un cargo en alguno de los tres poderes del Estado, pues ello los habilita a tomar decisiones de todo tipo y su perspectiva socio-ambiental puede ser nula. En ese sentido, celebramos esta iniciativa tendiente a la formación de quienes muchas veces ocupan esas bancas para jugar a favor de los intereses económicos y corporativos, por encima del bienestar y de la salud integral pública de la sociedad entera.
Vemos cómo el poder del lobby que hacen las grandes corporaciones y multinacionales puede frenar algún tipo de política pública que beneficie a la comunidad, porque sus intereses se ven en juego. Hay ejemplos de sobra en este sentido, como la Ley de Humedales, presentada dos veces en el Congreso y que en ambos casos fue trabada por la presión ejercida por los grandes empresarios de la industria.
Por otro lado, la más reciente iniciativa es la ley de etiquetados, que se aprobó en el Senado, pero en la Cámara de Diputados deberá ser tratada por varias comisiones donde puede sufrir modificaciones previamente a su sanción definitiva.
Otro ejemplo clave es el fallo de la Justicia a favor de una familia de Entre Ríos vinculada al narcotráfico, a la corrupción, a las estafas y a la explotación de trabajadores, por encima de un proyecto agroecológico que busca garantizar alimentos sanos y libres de agrotóxicos como el glifosato, que es el paquete favorito del agronegocio.
Los temas ambientales implican cuestiones económicas, sociales y políticas transversales hacia todos los sectores. En ese sentido, hay que dejar de entenderlos como cuestiones aisladas, externas y elitistas, porque se trata de derechos humanos y de justicia social. No estamos exentos de esto, porque sus consecuencias nos afectarán a todos. Por supuesto, no será de la misma manera para todos porque, como toda crisis, afecta en primera medida a los sectores marginados y excluidos del sistema, debido a que los impactos tienen y tendrán una repercusión directa en relación con el aumento de la pobreza, la desigualdad y el propio mantenimiento del Estado.
El derecho a un ambiente sano, apto para el desarrollo de las personas, sin que las actividades productivas comprometan a las generaciones futuras, no está siendo garantizado ni asegurado tal como lo establece el artículo 41 de la Constitución Nacional. En el presente, ni siquiera contamos con un ambiente sano.
Por eso, la sanción de la llamada Ley Yolanda es fundamental. Tal como recién explicó el señor presidente, el nombre de esta iniciativa surge como homenaje y reconocimiento hacia una pionera de las causas ambientales. Yolanda Ortiz fue la primera mujer en toda Latinoamérica -y una de las primeras a nivel mundial- que ejerció el cargo de secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano. Cabe precisar que fue designada en 1973. Ella hacía mucho énfasis en la educación y la señalaba como el mayor valor estratégico para el desarrollo sustentable.
Todos y todas necesitamos -en especial las personas que trabajan en los tres poderes del Estado- contar con un poco de esa visión extraordinaria que tenía Yolanda. Me refiero a ese compromiso ambiental y social en términos de educación, políticas públicas y legislación ambiental. Fue una divulgadora incansable de esta causa.
Esta iniciativa es un paso gigante en un contexto macro donde los líderes políticos, económicos y sociales no están siendo capaces de erigirse hacia un cambio transformador, que pueda enfrentar y limitar los impactos del cambio climático.
En un contexto macro donde tenemos a grandes negacionistas de la crisis climática -como lo es Donald Trump, que abandona tratados claves, como el Acuerdo de París-, no se puede seguir ignorando el problema de la crisis climática.
Esta norma debe ser el inicio de una transformación y renovación en la clase política, porque surge a partir de una fuerte demanda de la juventud y la sociedad. El cambio debe ser cultural y educacional, pues contamos con la asistencia de formación científica incuestionable sobre el cambio climático causado por el ser humano.
Nos deben garantizar una mayor acción política, que se acomode al consenso científico. Ante un reclamo tan masivo y contundente, que cuenta con pleno potencial de crecimiento por parte de la juventud, resulta esencial que nuestros representantes y servidores públicos estén a la altura de esta demanda y se formen en esta temática. Queremos que apunten hacia un nuevo paradigma e incorporen una nueva perspectiva que es tan necesaria en medio de la pandemia de un virus de origen zoonótico y de una crisis climática y ecológica como la que estamos atravesando.
SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, Carolina.
Tiene la palabra la señora diputada Crescimbeni.
Tiene la palabra la señora diputada Crescimbeni.
SRA. CRESCIMBENI Señor presidente: muchas gracias por la invitación a esta reunión de comisión, dado que no soy integrante de ella, pero milito activamente en esta temática desde antes de llegar al Congreso y también lo hago actualmente.
Finalmente, llegó la llamada Ley Yolanda y para nosotros es un día de celebración, después de tanta militancia de la juventud de Juntos por el Cambio, donde venimos trabajando este proyecto desde hace varios años en conjunto con las organizaciones que militan desde hace tiempo la causa climática.
El año pasado, cuando todavía estábamos en camino hacia el Congreso, con varios diputados y diputadas de Juntos por el Cambio empezamos a hacer esta formación en desarrollo sostenible y educación ambiental con las organizaciones.
Fuimos a visitar a los chicos y a las chicas de Eco House, con quienes también hicimos una formación con el espíritu de crear colectivamente y de pensar en conjunto un futuro sostenible, lo cual es muy necesario dada esta situación tan apremiante, y en eso muchas veces coincidimos generacionalmente.
Por eso, cuando en febrero empezamos a trabajar en el proyecto de Ley Yolanda, a pesar de que nosotros integramos la bancada de Juntos por el Cambio, le pusimos ese nombre. Lo hicimos, en primer lugar, pensando en que ella fue la primera mujer en tener ese cargo en Latinoamérica, pero, sobre todo, en que las políticas de Estado se construyen a través de los distintos gobiernos. Eso requiere el trabajo de los diferentes partidos.
Por eso, a pesar de nuestra pertenencia partidaria quisimos ponerle ese nombre, en honor a esa primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano.
Se trató de generar una tarea en conjunto, considerando que la política ambiental debe ser una política de Estado. Esto tiene que atravesarnos a todas y a todos porque, si no, no hay forma de que podamos realmente llegar a la justicia ambiental, a la justicia climática.
Comenzamos a trabajar en este proyecto justo antes de la pandemia -o, más bien, antes de que empezara el brote de COVID-19 en la Argentina-, y lo hicimos pensando en trabajarlo en conjunto con diputados y diputadas del Frente de Todos. Fue entonces que empezamos a recorrer este camino hacia el Congreso con las diputadas y diputados sub 35.
Personalmente no creo en las grietas, y por eso propusimos buscar aquellos temas que deben aunarnos para fortalecerlos y trabajar sobre ellos colectivamente.
En el mismo sentido, al celebrarse el 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, los días anteriores también trabajamos muy intensamente con la militancia de las organizaciones. En este contexto, quiero particularmente agradecer a Máximo Mazzocco, quien estuvo muy presente; a todas las organizaciones de Alianza por el Clima; a Catalina Caillet-Bois, quien fue una militante desde el día uno del proyecto de Ley Yolanda; a Bruno Rodríguez, y a todos los integrantes de Jóvenes por el Clima, quienes nos invitaron a participar en un Instagram live para hablar a la militancia acerca de este proyecto de ley.
Finalmente, hoy nos toca, en consenso, acompañar esta iniciativa, que tiene que ver con la formación integral en desarrollo sostenible, en justicia ambiental, en economía circular y en cómo conectar mejor la sostenibilidad y la productividad, porque el cambio climático es una realidad que nos apremia y requiere nuestra acción.
La sanción de la Ley Yolanda es muy necesaria, porque también vemos que en los distintos poderes del Estado muchas veces falta educación ambiental y falta información a la hora de tomar esas pequeñas o grandes decisiones que cambian la vida de mucha gente.
Esa formación no solamente nos ayudará a concebirnos como individuos y como colectivo, sino que también nos permitirá comprender la importancia de un planeta justo y sostenible y la necesidad de que la Argentina tenga esa política de Estado, que nos compromete a todas y a todos. Por ese motivo, creemos que en los tres poderes del Estado se debe recibir esa formación. Además, sabemos que existe un componente generacional muy fuerte y que mucha gente quiere conocer más sobre el tema; por ejemplo, para hacer compras sostenibles.
Por otro lado, tanto organismos a nivel nacional como muchos concejos deliberantes ya expresaron su adhesión y acompañarán esta norma. Creemos que ese es el camino que debemos seguir.
También quiero mencionar especialmente a los más de treinta legisladoras y legisladores -incluyendo a concejales- que en todo el país presentaron iniciativas en este sentido. Entre ellos, destaco a la senadora Gladys González -quien hoy no pudo participar- y al senador Pablo Blanco, que presentaron el proyecto en el Senado, y a los concejales de Juntos por el Cambio que presentaron proyectos en treinta municipios, al igual que legisladoras y legisladores provinciales. Todos ellos lo hicieron acompañando este camino militante en el que las juventudes somos los protagonistas, porque no queremos que nos roben el futuro.
Sabemos que el futuro es nuestro, pero el presente también lo es. Por eso, necesitamos que este proyecto se apruebe. De manera que quiero agradecer a todos por estar hoy acá y por acompañar esta iniciativa.
Si queremos hablar de consensos, debo decir que para atravesar realmente las grietas tenemos que actuar con la máxima generosidad y trabajar en conjunto, porque las argentinas y los argentinos no pueden esperar a que nosotros nos pongamos de acuerdo ni deben vernos pelear por temas que al final son nimiedades, cuando hay tanta necesidad.
Por otra parte, quiero decir que la desigualdad ambiental impacta desigualmente sobre la desigualdad social. ¿Qué quiere decir esto? Que en un país con un nivel de pobreza tan alto -que afecta en mayor medida a las y los adolescentes y jóvenes- es apremiante que trabajemos, porque la desigualdad ambiental nos impacta sobre el uso del agua, sobre los recursos con que contamos y muchas veces también sobre nuestras fuentes de trabajo. Así que nuestro compromiso es legislar en este sentido.
Muchas gracias a todas y a todos por acompañar este proyecto. Vamos, que el proyecto de Ley Yolanda será ley.
Finalmente, llegó la llamada Ley Yolanda y para nosotros es un día de celebración, después de tanta militancia de la juventud de Juntos por el Cambio, donde venimos trabajando este proyecto desde hace varios años en conjunto con las organizaciones que militan desde hace tiempo la causa climática.
El año pasado, cuando todavía estábamos en camino hacia el Congreso, con varios diputados y diputadas de Juntos por el Cambio empezamos a hacer esta formación en desarrollo sostenible y educación ambiental con las organizaciones.
Fuimos a visitar a los chicos y a las chicas de Eco House, con quienes también hicimos una formación con el espíritu de crear colectivamente y de pensar en conjunto un futuro sostenible, lo cual es muy necesario dada esta situación tan apremiante, y en eso muchas veces coincidimos generacionalmente.
Por eso, cuando en febrero empezamos a trabajar en el proyecto de Ley Yolanda, a pesar de que nosotros integramos la bancada de Juntos por el Cambio, le pusimos ese nombre. Lo hicimos, en primer lugar, pensando en que ella fue la primera mujer en tener ese cargo en Latinoamérica, pero, sobre todo, en que las políticas de Estado se construyen a través de los distintos gobiernos. Eso requiere el trabajo de los diferentes partidos.
Por eso, a pesar de nuestra pertenencia partidaria quisimos ponerle ese nombre, en honor a esa primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano.
Se trató de generar una tarea en conjunto, considerando que la política ambiental debe ser una política de Estado. Esto tiene que atravesarnos a todas y a todos porque, si no, no hay forma de que podamos realmente llegar a la justicia ambiental, a la justicia climática.
Comenzamos a trabajar en este proyecto justo antes de la pandemia -o, más bien, antes de que empezara el brote de COVID-19 en la Argentina-, y lo hicimos pensando en trabajarlo en conjunto con diputados y diputadas del Frente de Todos. Fue entonces que empezamos a recorrer este camino hacia el Congreso con las diputadas y diputados sub 35.
Personalmente no creo en las grietas, y por eso propusimos buscar aquellos temas que deben aunarnos para fortalecerlos y trabajar sobre ellos colectivamente.
En el mismo sentido, al celebrarse el 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, los días anteriores también trabajamos muy intensamente con la militancia de las organizaciones. En este contexto, quiero particularmente agradecer a Máximo Mazzocco, quien estuvo muy presente; a todas las organizaciones de Alianza por el Clima; a Catalina Caillet-Bois, quien fue una militante desde el día uno del proyecto de Ley Yolanda; a Bruno Rodríguez, y a todos los integrantes de Jóvenes por el Clima, quienes nos invitaron a participar en un Instagram live para hablar a la militancia acerca de este proyecto de ley.
Finalmente, hoy nos toca, en consenso, acompañar esta iniciativa, que tiene que ver con la formación integral en desarrollo sostenible, en justicia ambiental, en economía circular y en cómo conectar mejor la sostenibilidad y la productividad, porque el cambio climático es una realidad que nos apremia y requiere nuestra acción.
La sanción de la Ley Yolanda es muy necesaria, porque también vemos que en los distintos poderes del Estado muchas veces falta educación ambiental y falta información a la hora de tomar esas pequeñas o grandes decisiones que cambian la vida de mucha gente.
Esa formación no solamente nos ayudará a concebirnos como individuos y como colectivo, sino que también nos permitirá comprender la importancia de un planeta justo y sostenible y la necesidad de que la Argentina tenga esa política de Estado, que nos compromete a todas y a todos. Por ese motivo, creemos que en los tres poderes del Estado se debe recibir esa formación. Además, sabemos que existe un componente generacional muy fuerte y que mucha gente quiere conocer más sobre el tema; por ejemplo, para hacer compras sostenibles.
Por otro lado, tanto organismos a nivel nacional como muchos concejos deliberantes ya expresaron su adhesión y acompañarán esta norma. Creemos que ese es el camino que debemos seguir.
También quiero mencionar especialmente a los más de treinta legisladoras y legisladores -incluyendo a concejales- que en todo el país presentaron iniciativas en este sentido. Entre ellos, destaco a la senadora Gladys González -quien hoy no pudo participar- y al senador Pablo Blanco, que presentaron el proyecto en el Senado, y a los concejales de Juntos por el Cambio que presentaron proyectos en treinta municipios, al igual que legisladoras y legisladores provinciales. Todos ellos lo hicieron acompañando este camino militante en el que las juventudes somos los protagonistas, porque no queremos que nos roben el futuro.
Sabemos que el futuro es nuestro, pero el presente también lo es. Por eso, necesitamos que este proyecto se apruebe. De manera que quiero agradecer a todos por estar hoy acá y por acompañar esta iniciativa.
Si queremos hablar de consensos, debo decir que para atravesar realmente las grietas tenemos que actuar con la máxima generosidad y trabajar en conjunto, porque las argentinas y los argentinos no pueden esperar a que nosotros nos pongamos de acuerdo ni deben vernos pelear por temas que al final son nimiedades, cuando hay tanta necesidad.
Por otra parte, quiero decir que la desigualdad ambiental impacta desigualmente sobre la desigualdad social. ¿Qué quiere decir esto? Que en un país con un nivel de pobreza tan alto -que afecta en mayor medida a las y los adolescentes y jóvenes- es apremiante que trabajemos, porque la desigualdad ambiental nos impacta sobre el uso del agua, sobre los recursos con que contamos y muchas veces también sobre nuestras fuentes de trabajo. Así que nuestro compromiso es legislar en este sentido.
Muchas gracias a todas y a todos por acompañar este proyecto. Vamos, que el proyecto de Ley Yolanda será ley.
SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, Camila.
Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.
Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.
SR. FERNÁNDEZ (E.) Gracias, señor presidente. Hago mías las palabras expresadas tanto por la diputada preopinante como por la joven Carolina Cortés.
Estamos tratando un proyecto de ley importante a fin de cerrar este círculo que tenemos la obligación de completar.
Como decía al inicio de la reunión el presidente de la comisión, Leonardo Grosso, la prevención y la lucha contra los desastres naturales se completa primero con educación y luego con remediación. Para eso, necesitamos que los funcionarios y legisladores de las distintas instancias conozcan sobre ambiente. Esto es fundamental para guiar las compras estatales y para luchar contra el cambio climático.
Tal como ocurre con la Ley Micaela -de la que, como bien decía el diputado Grosso, esta es una ley espejo-, es necesario que todo el Estado sea conocedor del tema ambiental. Es decir, no se trata de algo que solo atañe a un sector o a ciertas organizaciones, sino que es un problema del Estado y de la humanidad.
Nosotros venimos legislando en el marco de la defensa de los derechos humanos; un ejemplo de ello es la reciente aprobación del Acuerdo de Escazú. En este caso, el proyecto de Ley Yolanda es también un merecido homenaje a Yolanda Ortiz, quien fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano, función que desempeñó en un momento muy especial del país, en 1973. Ese fue el año de los acuerdos, de los pactos sociales, en el que trabajadores, empresarios y sectores sociales quisieron sacar a la Argentina adelante.
Yolanda Ortiz se preocupó por el ambiente, y muy especialmente por el ambiente en el que se producía, aquel en el que estaban los trabajadores. No obstante, ella se refería también a los empresarios. En ese sentido, viene siendo una constante esta idea de tratar de enfrentar producción y desarrollo con ambiente, y en eso Yolanda también fue una precursora.
Cuando uno se fija en las tareas que desarrolló hasta 1975, advierte que se trataba fundamentalmente de esos problemas, razón por la cual su colaboración también aparecía en algunos proyectos sobre ambiente laboral. Así que estoy contento de que esta norma salga por consenso, ya que con ello damos un paso más. Pronto trataremos también la ley de educación ambiental y profundizaremos en otras normas que protejan el ambiente.
La figura de Yolanda Ortiz nos recuerda que se puede relacionar esta lucha por la preservación del equilibrio ambiental y en contra del cambio climático incorporando a todos los sectores, tanto a los trabajadores, profesionales y científicos, como a los empresarios, porque eso es lo que debemos hacer.
El objetivo de este proyecto de ley es que los funcionarios participen en la formación y de ahora en adelante sepan integralmente qué es el ambiente. Los funcionarios y legisladores deberán ser conocedores del ambiente también en los aspectos relacionados con los sistemas productivos.
Señor presidente: seguramente hoy suscribiremos el dictamen pertinente, de manera que pronto esta Cámara marcará otro hito en este año tan difícil. Como bien lo mencionaba la diputada preopinante, esta norma es de consenso y es algo que debe unirnos.
Esto es lo que también esperan de nosotros los ciudadanos y las ciudadanas. Así que estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de participar en esta reunión para tratar proyectos como el que hoy nos convoca.
En la vorágine de la política estamos considerando normas importantísimas. Ya se aprobó el Acuerdo de Escazú y ahora estamos tratando el proyecto de Ley Yolanda. Vamos avanzando junto a los jóvenes para que recuperen la credibilidad en la política y podamos legislar a favor de todos, ellos incluidos. Gracias, presidente.
Estamos tratando un proyecto de ley importante a fin de cerrar este círculo que tenemos la obligación de completar.
Como decía al inicio de la reunión el presidente de la comisión, Leonardo Grosso, la prevención y la lucha contra los desastres naturales se completa primero con educación y luego con remediación. Para eso, necesitamos que los funcionarios y legisladores de las distintas instancias conozcan sobre ambiente. Esto es fundamental para guiar las compras estatales y para luchar contra el cambio climático.
Tal como ocurre con la Ley Micaela -de la que, como bien decía el diputado Grosso, esta es una ley espejo-, es necesario que todo el Estado sea conocedor del tema ambiental. Es decir, no se trata de algo que solo atañe a un sector o a ciertas organizaciones, sino que es un problema del Estado y de la humanidad.
Nosotros venimos legislando en el marco de la defensa de los derechos humanos; un ejemplo de ello es la reciente aprobación del Acuerdo de Escazú. En este caso, el proyecto de Ley Yolanda es también un merecido homenaje a Yolanda Ortiz, quien fue la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano, función que desempeñó en un momento muy especial del país, en 1973. Ese fue el año de los acuerdos, de los pactos sociales, en el que trabajadores, empresarios y sectores sociales quisieron sacar a la Argentina adelante.
Yolanda Ortiz se preocupó por el ambiente, y muy especialmente por el ambiente en el que se producía, aquel en el que estaban los trabajadores. No obstante, ella se refería también a los empresarios. En ese sentido, viene siendo una constante esta idea de tratar de enfrentar producción y desarrollo con ambiente, y en eso Yolanda también fue una precursora.
Cuando uno se fija en las tareas que desarrolló hasta 1975, advierte que se trataba fundamentalmente de esos problemas, razón por la cual su colaboración también aparecía en algunos proyectos sobre ambiente laboral. Así que estoy contento de que esta norma salga por consenso, ya que con ello damos un paso más. Pronto trataremos también la ley de educación ambiental y profundizaremos en otras normas que protejan el ambiente.
La figura de Yolanda Ortiz nos recuerda que se puede relacionar esta lucha por la preservación del equilibrio ambiental y en contra del cambio climático incorporando a todos los sectores, tanto a los trabajadores, profesionales y científicos, como a los empresarios, porque eso es lo que debemos hacer.
El objetivo de este proyecto de ley es que los funcionarios participen en la formación y de ahora en adelante sepan integralmente qué es el ambiente. Los funcionarios y legisladores deberán ser conocedores del ambiente también en los aspectos relacionados con los sistemas productivos.
Señor presidente: seguramente hoy suscribiremos el dictamen pertinente, de manera que pronto esta Cámara marcará otro hito en este año tan difícil. Como bien lo mencionaba la diputada preopinante, esta norma es de consenso y es algo que debe unirnos.
Esto es lo que también esperan de nosotros los ciudadanos y las ciudadanas. Así que estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de participar en esta reunión para tratar proyectos como el que hoy nos convoca.
En la vorágine de la política estamos considerando normas importantísimas. Ya se aprobó el Acuerdo de Escazú y ahora estamos tratando el proyecto de Ley Yolanda. Vamos avanzando junto a los jóvenes para que recuperen la credibilidad en la política y podamos legislar a favor de todos, ellos incluidos. Gracias, presidente.
SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra la señora diputada Camaño.
SRA. CAMAÑO Señor presidente: es muy alentador escuchar a Camila Cortés, así como también a todos los jóvenes que exponen y militan con mucho convencimiento sobre las cuestiones relativas al ambiente en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano.
Hace aproximadamente medio siglo algunas personas importantes en el mundo empezaron a pensar en la idea de que el ambiente debía ser protegido y cuidado, así como también de que estábamos frente a un gran problema. De hecho, en cierta forma el famoso "mayo francés" es el emergente de aquel trabajo fabuloso realizado por la bióloga marina Rachel Carson, Primavera Silenciosa, Silent Spring, en el que evidenciaba científicamente los efectos de la fumigación química. A lo largo de ese medio siglo atravesamos una serie de vicisitudes para llegar a un momento acuciante como es el debate sobre el ambiente. Esto lo decimos cada vez que hacemos uso de la palabra porque realmente estamos asombrados por la indiferencia de algunos líderes del mundo y por algunas acciones de gobierno que evidentemente perjudican el ambiente y la posibilidad de vivir en armonía.
En este proyecto de ley se hace referencia a una funcionaria que de alguna manera formó parte de la acción de gobierno del presidente Juan Domingo Perón quien, siendo perseguido en su país y exiliado en una nación extraña, el 16 de marzo de 1972 - hace 48 años-, hizo algo muy osado que me conmueve mucho. Yo me lo imaginaba exiliado, alejado de todo y vituperado en su país, sin embargo, escribió una carta a las Naciones Unidas. ¡Qué irreverente fue! (Risas.)
Mediante esa carta de cierta forma se acreditó lo que luego sería la convocatoria de Río. En aquella época, mientras algunos jóvenes nos movilizábamos -Río fue una convocatoria muy grande-, también busqué los antecedentes de nuestro país, de nuestro ideario político en la materia y me encontré con la carta de Perón que prácticamente traslada en el tiempo lo que nos está pasando.
A pesar de que algunos dicen que es la carta que los peronistas no leen, si la repasamos detenidamente nos damos cuenta de su enorme vigencia. Se trata de lo escrito por un exiliado insolente en España a la Organización de las Naciones Unidas diciéndole que tenía que reaccionar.
Hay un párrafo de la carta que no voy a dejar de leer porque en la comisión tenemos tiempo y en el recinto no podré hacerlo. Si comparamos las épocas, entiendo que es una carta que describe lo que nos pasa actualmente.
En un momento dado, en este llamado a los pueblos del mundo a recapacitar en torno al daño ambiental que se estaba produciendo debido al consumismo y a la falta de capacidad de darnos cuenta de los daños producidos a veces casi sin querer, o queriendo, él dijo: "Es necesario revertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional. Tal concientización debe originarse en los hombres de ciencia..." -escuchemos bien-: "...debe originarse en los hombres de ciencia, pero solo podrá transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos.
"El ser humano ya no puede ser concebido independientemente del medioambiente que él mismo ha creado."
En la misma carta del 16 de marzo de 1972 agregó: "En el curso del último siglo el ser humano ha exterminado cerca de 200 especies de animales terrestres." ¿Por qué quiero remarcar esta parte de la carta? Porque hoy, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el organismo internacional con mayor prestigio sobre el problema de la extinción, sabemos que hay alrededor de 5.200 especies en peligro de extinción. Estamos frente a lo que los científicos denominan la primera extinción masiva de especies producidas por una especie, porque antes hubo cinco, pero la diferencia entre la sexta y las anteriores es que esas cinco fueron producidas por la naturaleza. En cambio, la sexta es producida por el humano. O sea, un ser de la naturaleza extingue la propia naturaleza en números insoportables. Esto es lo que nos convoca a la realidad.
Saludo fervorosa y honestamente que los jóvenes tengan tal compromiso con la naturaleza, la biodiversidad, el ambiente y el cambio climático, y sean conscientes en las materias del ambiente, porque ellos son la masa crítica que necesitamos, además de la dirigencia política.
Señor presidente, este proyecto de ley es muy bueno y tiene la finalidad de crear un compromiso con el ambiente en los tres poderes del Estado. Este no es un dato menor porque nuestros niños en edad escolar ya tienen una mentalidad absolutamente distinta.
Por supuesto acompañamos y celebramos la iniciativa, así como también la tarea realizada por la organización juvenil en materia ambiental que tiene una voz cada vez más potente.
Los proyectos de ley que estamos votando en estos tiempos siempre tienen como protagonistas a los jóvenes de organizaciones no gubernamentales comprometidas con el ambiente y que hacen a la militancia del ambiente.
Muchas gracias a todos. Por supuesto, señor presidente, decididamente acompaño el dictamen.
Hace aproximadamente medio siglo algunas personas importantes en el mundo empezaron a pensar en la idea de que el ambiente debía ser protegido y cuidado, así como también de que estábamos frente a un gran problema. De hecho, en cierta forma el famoso "mayo francés" es el emergente de aquel trabajo fabuloso realizado por la bióloga marina Rachel Carson, Primavera Silenciosa, Silent Spring, en el que evidenciaba científicamente los efectos de la fumigación química. A lo largo de ese medio siglo atravesamos una serie de vicisitudes para llegar a un momento acuciante como es el debate sobre el ambiente. Esto lo decimos cada vez que hacemos uso de la palabra porque realmente estamos asombrados por la indiferencia de algunos líderes del mundo y por algunas acciones de gobierno que evidentemente perjudican el ambiente y la posibilidad de vivir en armonía.
En este proyecto de ley se hace referencia a una funcionaria que de alguna manera formó parte de la acción de gobierno del presidente Juan Domingo Perón quien, siendo perseguido en su país y exiliado en una nación extraña, el 16 de marzo de 1972 - hace 48 años-, hizo algo muy osado que me conmueve mucho. Yo me lo imaginaba exiliado, alejado de todo y vituperado en su país, sin embargo, escribió una carta a las Naciones Unidas. ¡Qué irreverente fue! (Risas.)
Mediante esa carta de cierta forma se acreditó lo que luego sería la convocatoria de Río. En aquella época, mientras algunos jóvenes nos movilizábamos -Río fue una convocatoria muy grande-, también busqué los antecedentes de nuestro país, de nuestro ideario político en la materia y me encontré con la carta de Perón que prácticamente traslada en el tiempo lo que nos está pasando.
A pesar de que algunos dicen que es la carta que los peronistas no leen, si la repasamos detenidamente nos damos cuenta de su enorme vigencia. Se trata de lo escrito por un exiliado insolente en España a la Organización de las Naciones Unidas diciéndole que tenía que reaccionar.
Hay un párrafo de la carta que no voy a dejar de leer porque en la comisión tenemos tiempo y en el recinto no podré hacerlo. Si comparamos las épocas, entiendo que es una carta que describe lo que nos pasa actualmente.
En un momento dado, en este llamado a los pueblos del mundo a recapacitar en torno al daño ambiental que se estaba produciendo debido al consumismo y a la falta de capacidad de darnos cuenta de los daños producidos a veces casi sin querer, o queriendo, él dijo: "Es necesario revertir de inmediato la dirección de esa marcha, a través de una acción mancomunada internacional. Tal concientización debe originarse en los hombres de ciencia..." -escuchemos bien-: "...debe originarse en los hombres de ciencia, pero solo podrá transformarse en la acción necesaria a través de los dirigentes políticos.
"El ser humano ya no puede ser concebido independientemente del medioambiente que él mismo ha creado."
En la misma carta del 16 de marzo de 1972 agregó: "En el curso del último siglo el ser humano ha exterminado cerca de 200 especies de animales terrestres." ¿Por qué quiero remarcar esta parte de la carta? Porque hoy, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el organismo internacional con mayor prestigio sobre el problema de la extinción, sabemos que hay alrededor de 5.200 especies en peligro de extinción. Estamos frente a lo que los científicos denominan la primera extinción masiva de especies producidas por una especie, porque antes hubo cinco, pero la diferencia entre la sexta y las anteriores es que esas cinco fueron producidas por la naturaleza. En cambio, la sexta es producida por el humano. O sea, un ser de la naturaleza extingue la propia naturaleza en números insoportables. Esto es lo que nos convoca a la realidad.
Saludo fervorosa y honestamente que los jóvenes tengan tal compromiso con la naturaleza, la biodiversidad, el ambiente y el cambio climático, y sean conscientes en las materias del ambiente, porque ellos son la masa crítica que necesitamos, además de la dirigencia política.
Señor presidente, este proyecto de ley es muy bueno y tiene la finalidad de crear un compromiso con el ambiente en los tres poderes del Estado. Este no es un dato menor porque nuestros niños en edad escolar ya tienen una mentalidad absolutamente distinta.
Por supuesto acompañamos y celebramos la iniciativa, así como también la tarea realizada por la organización juvenil en materia ambiental que tiene una voz cada vez más potente.
Los proyectos de ley que estamos votando en estos tiempos siempre tienen como protagonistas a los jóvenes de organizaciones no gubernamentales comprometidas con el ambiente y que hacen a la militancia del ambiente.
Muchas gracias a todos. Por supuesto, señor presidente, decididamente acompaño el dictamen.
SR. PRESIDENTE GROSSO Señora diputada: le agradezco haber traído la carta de Perón a este debate porque me parece muy importante.
Tiene la palabra la señora diputada Spósito.
Tiene la palabra la señora diputada Spósito.
SRA. SPÓSITO Señor presidente: seré muy breve.
Por supuesto, acompaño el dictamen de la comisión. El proyecto de ley es muy importante para todas las zonas y es imprescindible capacitar sobre el cuidado de la naturaleza y su conservación a partir del desarrollo sostenible a los funcionarios de los tres poderes del Estado.
En mi provincia están vigentes las leyes de utilización, protección y aprovechamiento de la zona costera, y de sistema provincial de áreas naturales protegidas. Pero muchas veces esas leyes no se cumplen.
Por ejemplo, en la zona costera donde vivo, días pasados un funcionario de servicios públicos pasó la máquina por una playa llena de conchillas y también de nidos de pájaros. Aclaro que costó mucho que volvieran los pájaros a la playa porque los trabajos en las tierras se hacían sin respetar las costas. Sin embargo, gracias a un trabajo incansable de la Fundación Inalafquen, se logró la conservación de las aves en su lugar nativo. Cuando se consultó al funcionario, muy suelto del cuerpo dijo: "Bueno, yo no sabía. Era un poquito de conchillas para llevar a una plaza."
Nosotros debemos capacitar y formar a aquellos funcionarios que hoy tienen en manos máquinas para mejorar otros lugares -lo cual está bien-, pero no tienen la conciencia sobre el tema. Tenemos que generar esa idea. Realmente cerebro esta iniciativa. Hay millones de ejemplos como estos principalmente en la costa donde siempre hay intereses inmobiliarios fuertes y hermosas playas con intención de abrirlas, pero siempre avanzando sobre la naturaleza sin respetar la flora y la fauna natural. Me parece un trabajo fundamental de todos nosotros y de todas nosotras lograr que las provincias y los municipios adhieran a estas capacitaciones tal como lo logramos con la Ley Micaela García.
Necesitamos que todos los poderes del Estado se capaciten en esta temática porque es el único camino que tenemos para conservar un ambiente lo más cuidado y saludable posible. Gracias, señor presidente.
Por supuesto, acompaño el dictamen de la comisión. El proyecto de ley es muy importante para todas las zonas y es imprescindible capacitar sobre el cuidado de la naturaleza y su conservación a partir del desarrollo sostenible a los funcionarios de los tres poderes del Estado.
En mi provincia están vigentes las leyes de utilización, protección y aprovechamiento de la zona costera, y de sistema provincial de áreas naturales protegidas. Pero muchas veces esas leyes no se cumplen.
Por ejemplo, en la zona costera donde vivo, días pasados un funcionario de servicios públicos pasó la máquina por una playa llena de conchillas y también de nidos de pájaros. Aclaro que costó mucho que volvieran los pájaros a la playa porque los trabajos en las tierras se hacían sin respetar las costas. Sin embargo, gracias a un trabajo incansable de la Fundación Inalafquen, se logró la conservación de las aves en su lugar nativo. Cuando se consultó al funcionario, muy suelto del cuerpo dijo: "Bueno, yo no sabía. Era un poquito de conchillas para llevar a una plaza."
Nosotros debemos capacitar y formar a aquellos funcionarios que hoy tienen en manos máquinas para mejorar otros lugares -lo cual está bien-, pero no tienen la conciencia sobre el tema. Tenemos que generar esa idea. Realmente cerebro esta iniciativa. Hay millones de ejemplos como estos principalmente en la costa donde siempre hay intereses inmobiliarios fuertes y hermosas playas con intención de abrirlas, pero siempre avanzando sobre la naturaleza sin respetar la flora y la fauna natural. Me parece un trabajo fundamental de todos nosotros y de todas nosotras lograr que las provincias y los municipios adhieran a estas capacitaciones tal como lo logramos con la Ley Micaela García.
Necesitamos que todos los poderes del Estado se capaciten en esta temática porque es el único camino que tenemos para conservar un ambiente lo más cuidado y saludable posible. Gracias, señor presidente.
SR. PRESIDENTE GROSSO No hay ningún diputado ni ninguna diputada más para hablar del tema.
Tiene la palabra la señora Fuentes.
Tiene la palabra la señora Fuentes.
SRA. FUENTES A continuación, requeriré a cada integrante de la comisión que exprese de viva voz si suscribe el dictamen y el informe. Proyecto de ley venido en revisión del Honorable Senado por el cual se aprueba garantizar la formación integral en ambiente con perspectivas de desarrollo sostenible y con especial énfasis en cambio climático para las personas que se desempeñan en la función pública. También hay proyectos de ley en el mismo sentido de la señora diputada Crescimbeni y otros, y de la señora diputada Álvarez.
-Manifiestan su acompañamiento al dictamen los señores diputados Grosso, Austin, Vilar, Arce, Frizza, Alume Sbodio, Camaño, Caparrós, Cerruti, Estévez, Fragioli, Fernández (E.), Fregonese, Frigerio, Grande, Lampreabe, Mendoza, Menna, Muñoz, Obeid, Spósito, Zamarbide y Zuvic.
-No se escucha manifestación alguna de los señores diputados Martínez (M. R. ) y Vázquez al requerirse el acompañamiento al dictamen.
SRA. FUENTES Igualmente luego pueden hacer la firma digital con VPN.
SRA. BRAMBILLA No me han nombrado.
SRA. FUENTES Le pido un minuto porque no está logueada. No la nombré porque no estaba en Webex.
SRA. BRAMBILLA Que raro, en Webex no estaba pero sí estaba en VPN.
SRA. FUENTES Tiene que estar en los dos para poder tomar el acompañamiento al dictamen.
¿Acompaña el dictamen, señora diputada Brambilla?
¿Acompaña el dictamen, señora diputada Brambilla?
-Manifiesta su acompañamiento al dictamen la señora diputada Brambilla.
SRA. FUENTES Ya han manifestado el acompañamiento al dictamen.
SR. PRESIDENTE GROSSO El dictamen pasa a la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Esta semana debemos tener todo listo para avanzar en la próxima sesión con la sanción de este proyecto de ley.
En consideración el segundo punto del temario, proyecto de ley sobre presupuestos mínimos de reducción progresiva de la utilización de productos plásticos de un solo uso para la protección ambiental. Tal como decía antes, este proyecto de ley se ha discutido desde hace un largo tiempo en la comisión.
Han presentado cinco o seis iniciativas los señores diputados Austin, Cabandié, Pietragalla, Monaldi, Grosso, Fernández Langan, Carambia y Obeid. A su vez, en la comisión han trabajado en el proceso de unificación de las iniciativas nuestros asesores y asesoras y les agradecemos por eso.
También hubo una colaboración muy importante de Jerónimo Batista Bucher, a quien invitamos a hacer uso de la palabra. Se trata de un estudiante de la Universidad Nacional de San Martín, investigador y desarrollador de políticas relacionadas con el tema. Ha inventado un vaso de un material biodegradable para reemplazar a los descartables, algo que es muy importante. Luego Jerónimo aclarará bien el tema. Es uno de los representantes de ambiente y cambio climático en el G-20, ha sido premiado por el MIT y ha ido por el mundo hablando sobre la reducción de plásticos. Ha sido un gran impulsor a través de la campaña Argentina No Descarta de este tipo de políticas. .5
APV
RNyCAHNo recuerdo su edad, pero es muy joven, y ahora
él mismo nos lo va a decir.
Por todos estos motivos, invitamos a Jerónimo a hablar sobre el tratamiento de esta ley.
Tiene la palabra Jerónimo Batista Baucher.
En consideración el segundo punto del temario, proyecto de ley sobre presupuestos mínimos de reducción progresiva de la utilización de productos plásticos de un solo uso para la protección ambiental. Tal como decía antes, este proyecto de ley se ha discutido desde hace un largo tiempo en la comisión.
Han presentado cinco o seis iniciativas los señores diputados Austin, Cabandié, Pietragalla, Monaldi, Grosso, Fernández Langan, Carambia y Obeid. A su vez, en la comisión han trabajado en el proceso de unificación de las iniciativas nuestros asesores y asesoras y les agradecemos por eso.
También hubo una colaboración muy importante de Jerónimo Batista Bucher, a quien invitamos a hacer uso de la palabra. Se trata de un estudiante de la Universidad Nacional de San Martín, investigador y desarrollador de políticas relacionadas con el tema. Ha inventado un vaso de un material biodegradable para reemplazar a los descartables, algo que es muy importante. Luego Jerónimo aclarará bien el tema. Es uno de los representantes de ambiente y cambio climático en el G-20, ha sido premiado por el MIT y ha ido por el mundo hablando sobre la reducción de plásticos. Ha sido un gran impulsor a través de la campaña Argentina No Descarta de este tipo de políticas. .5
APV
RNyCAHNo recuerdo su edad, pero es muy joven, y ahora
él mismo nos lo va a decir.
Por todos estos motivos, invitamos a Jerónimo a hablar sobre el tratamiento de esta ley.
Tiene la palabra Jerónimo Batista Baucher.
SR. BATISTA BAUCHER Muchísimas gracias por la invitación y por la presentación.
Soy Jerónimo Batista Baucher, tengo 22 años, estudio Biotecnología y vengo enfocado hace un tiempo tratando de contribuir en temas relacionados con la gestión integral de los residuos y, particularmente, con la contaminación plástica.
Muchísimas gracias por invitarme a ser parte de esta instancia de abordaje de este proyecto sobre el que -como decían- se viene trabajando desde hace más de un año en la búsqueda del consenso y de la unificación. Es así que se logró esta versión actual, enriquecida con el aporte y las propuestas de varios diputados y diputadas; también, con el impulso de distintas organizaciones que estuvieron apoyando todo ese camino; y además con el aporte de muchísima gente que se fue sumando a través de su firma en una petición virtual. Verdaderamente, es un placer poder compartir ahora esta instancia.
Brevemente, armé una presentación para comentar en relación con esta problemática; si me habilitan para compartir pantalla, puedo arrancar directamente con eso.
Soy Jerónimo Batista Baucher, tengo 22 años, estudio Biotecnología y vengo enfocado hace un tiempo tratando de contribuir en temas relacionados con la gestión integral de los residuos y, particularmente, con la contaminación plástica.
Muchísimas gracias por invitarme a ser parte de esta instancia de abordaje de este proyecto sobre el que -como decían- se viene trabajando desde hace más de un año en la búsqueda del consenso y de la unificación. Es así que se logró esta versión actual, enriquecida con el aporte y las propuestas de varios diputados y diputadas; también, con el impulso de distintas organizaciones que estuvieron apoyando todo ese camino; y además con el aporte de muchísima gente que se fue sumando a través de su firma en una petición virtual. Verdaderamente, es un placer poder compartir ahora esta instancia.
Brevemente, armé una presentación para comentar en relación con esta problemática; si me habilitan para compartir pantalla, puedo arrancar directamente con eso.
SR. PRESIDENTE GROSSO Solicito a los encargados del área de sistema que habiliten a Jerónimo para que comparta pantalla.
SR. BATISTA BAUCHER Si se está viendo ahí, avanzo.
SR. PRESIDENTE GROSSO Se ve perfecto.
SR. BATISTA BAUCHER En primer lugar, contextualicé un poco la situación porque muchas veces nos preguntamos o nos planteamos cómo generar un desarrollo sustentable. Esencialmente, apuntamos a cómo poder responder a nuestras necesidades actuales sin comprometer la de las generaciones futuras.
De algún modo, esta es una visión que plantea el concepto de la solidaridad intra e intergeneracional y que se ve reflejada en lo que son estos tres ejes claves de la responsabilidad y conciencia en términos ambientales, de la justicia y de la inclusión, en términos sociales, y todo eso de una forma que pueda ser factible, que pueda sostenerse en el tiempo a nivel económico.
Entonces, cuando nosotros como país, como Argentina, buscamos construir una realidad ascendente, hoy en día estamos enfrentando realmente una situación crítica, una gran crisis no solo puntualmente en términos sanitarios, sino a nivel general en términos climáticos, a nivel ecológico y a nivel ambiental.
Un punto fundamental de todo eso es la contaminación. De algún modo, cuando pensamos en contaminación, aunque se puede entender en varios sentidos, definitivamente, a muchos les viene a la cabeza alguna imagen con residuos, con basura, incluso, como la que continuamente estamos generando cada uno de nosotros. A veces, la gente ni siquiera conoce qué es lo que pasa con todo eso.
Quiero mostrar esta imagen que refleja que acá en la Argentina, cada uno de nosotros, cada ciudadano, está generando en promedio más de un kilo de residuos por día. Esa cantidad acumulada representa a nivel país la generación de residuos sólidos urbanos por más de una tonelada cada dos segundos.
Entonces, generamos cantidades exorbitantes de residuos que definitivamente no desaparecen, van a parar a algún lado, y eso se da de forma muy diferente en distintas partes del país.
En algunos lugares, existe una cierta infraestructura, por ejemplo, como muestra esta imagen donde hay rellenos sanitarios, como pasa en el Gran Buenos Aires, en la coordinación ecológica donde existen estos terrenos a los que esos residuos se van transportando.
En el Gran Buenos Aires hay más de 18.500 toneladas por día de residuos. Eso va a este terreno que tiene una capa que impermeabiliza, una membrana que se va llenando durante meses, durante años. Todo llega a un punto de saturación, se cubre por completo y luego se vuelve a recubrir con una capa impermeable, quedando, de algún modo, encapsulado bajo tierra. Podemos pensar que estamos barriendo toda esa basura bajo la alfombra.
Definitivamente, ese no es el peor de los casos porque en muchas partes, en muchos municipios de nuestro país e incluso globalmente, lo que termina sucediendo es que ni siquiera están esas facilidades de gestión y los residuos son trasladados a vertederos, a basurales a cielo abierto.
En realidad, alejamos a todos esos residuos, pero terminan en contacto con el entorno, con la naturaleza, empiezan a esparcirse, a desperdigarse.
Además, hay muchísimos otros casos de barrios a lo largo y a lo ancho del país donde ni siquiera llega la gestión municipal de los residuos y son los propios vecinos los que, de algún modo, tienen que tratar de lidiar con eso. Es así que se generan basurales informales que se terminan prendiendo fuego o entrando a las casas cuando se producen inundaciones.
Entonces, definitivamente, todo eso no desaparece, va a parar a algún lado y genera un impacto, no solamente en el entorno, sino también para las personas.
En esa imagen que veíamos recién con ese paisaje o en esta otra foto, con una situación más crítica, mayoritariamente podemos observar e identificar de forma muy sencilla a los residuos plásticos.
¿Por qué estamos viendo esos residuos plásticos que no desaparecen y se siguen acumulando? Precisamente porque no pueden biodegradarse, porque son residuos generados a partir de derivados del petróleo, de estos materiales sintéticos que no pueden biodegradarse y reintegrarse a los ciclos de la naturaleza, sino que van a estar contaminando eternamente. A lo sumo, con el paso de mucho tiempo, van a terminar fraccionándose en pedazos cada vez más chicos, conformando lo que conocemos como microplástico. Definitivamente, el problema ahí no se resuelve, sino que empeora porque todo eso sigue presente, pero ya no lo estamos viendo.
Les muestro esta imagen acá y podemos comprender esta referencia de lo que pensamos como la contaminación de los océanos. Vemos que en estos cuerpos de agua es conocida esa situación tan crítica. Vemos la contaminación de los océanos y seguramente pensamos también en situaciones como la de la gran isla de plástico del Pacífico. Justamente, grandes concentraciones de residuos que están flotando ahí o que están en la columna de agua y que tienen el tamaño de diez veces la superficie de Uruguay.
Es decir, todo un continente entero que se genera con los residuos que se van acumulando y que los estamos alejando de nuestra vista. Vemos esas imágenes de la contaminación de los océanos y a veces observamos, por ejemplo, fotos de aves o peces que aparecen muertos, ahogados, o que los abren y tienen el tracto digestivo repleto de plástico, que murieron de inanición.
Son imágenes que definitivamente impresionan, pero aun así no terminamos de vincular todo esto con las personas, con cómo todo esto nos impacta a nosotros. Definitivamente, somos una especie parte de estos mismos ecosistemas que se ve condicionada y afectada negativamente.
La realidad es que nosotros no somos conscientes de que todo ese microplástico, esa invisibilización de esos residuos que son eternos, terminan así en el agua que nosotros estamos tomando, terminan en nuestros alimentos y hasta en el aire que estamos respirando. Todo eso después lo terminamos ingiriendo nosotros y a una escala que sigue creciendo enormemente.
Les muestro esa foto, que es de Yakarta, en Indonesia, pero definitivamente no hace falta irse tan lejos para ver una situación tan grave.
Esta otra imagen que muestro es de Villa Inflamable, en la Cuenca Matanza-Riachuelo, uno de los diez lugares más contaminados del mundo; lo tenemos acá, en la Argentina, a pocos kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Justamente, acá lo que estamos viendo es esa cuestión de los residuos que no tienen una cierta gestión y que impactan en el entorno. Eso condiciona la vida de las personas, porque se está prendiendo fuego, se está respirando y obviamente genera afecciones en las vías respiratorias. En estos mismos barrios, sobre todo los más marginados, los que cuentan con menor infraestructura, terminan provocando también afecciones endócrinas a sus habitantes.
En ese caso, se suma la vuelca petroquímica, se vierten efluentes industriales sin mucho control y lleva a esta situación tan grave. Además de los residuos urbanos o domiciliarios que está generando la gente se suma esta situación con componentes mucho más críticos. Existen casos de chicos que no llegan a los 5 años de edad y mueren envenenados con alto nivel de plomo en sangre. Todo eso en una región de nuestro país, en la Cuenca Matanza-Riachuelo, donde viven más de cinco millones de personas.
Entonces, de algún modo, la reflexión a la que quería apuntar con esto es cómo todos esos residuos que estamos generando continuamente en cantidades enormes, o los residuos que se generan no de bienes de consumo directo que estamos adquiriendo, sino todo lo que está detrás, ese proceso productivo que genera un impacto, terminan condicionando no solamente nuestro entorno sino la vida de las personas.
Todo eso muchas veces lo invisibilizamos, pero debemos empezar a asumir -justamente- que necesitamos generar cambios ahora para evitar que siga creciendo.
Particularmente, ahora lo que estamos abordando son residuos plásticos. ¿Por qué es tan icónico? Porque en estos residuos plásticos por productos descartables, productos de un solo uso, se llega al extremo de la cultura del descarte. Justamente, ese uso tan efímero de recursos naturales no renovables que generan contaminación por ese proceso.
Recién mencionaba cómo todos esos residuos plásticos terminan en nuestro entorno, terminan convirtiéndose en microplásticos y en lo que nosotros consumimos.
La realidad es que eso lleva a que cada uno de nosotros, cada persona, en promedio esté ingiriendo alrededor de 5 gramos de plástico por semana. Para que nos demos una idea, esto equivale a que estamos comiendo unos de estos vasos descartables cada siete días.
¿Qué pasa con eso? No es meramente estar ingresando a nuestro organismo ese plástico, sino que son partículas tan chicas que pueden incluso atravesar nuestras membranas celulares, que pueden haber ingresado al organismo habiendo absorbido distintas toxinas, como metales pesados, o tener en su propia composición polimérica distintos disruptores endócrinos. Todo eso lo empezamos a conocer ahora, gracias a estudios de los últimos meses y años. Todo esto lo empezamos a saber ahora, gracias a estudios de los últimos años.
Entonces, necesitamos ver esta "punta del iceberg" que hoy estamos identificando y que representa la contaminación plástica. Este asunto requiere que nosotros asumamos un compromiso ahora para evitar que se siga agravando.
Todo esto puede sonar preocupante o puede ser alarmante e incluso paralizante. Pero más que verlo como algo que nos preocupa, necesitamos empezar a ocuparnos ya mismo. Tenemos que generar un compromiso de acción para abordar este problema y ello es justamente a lo que apunta este avance legislativo. Me refiero al marco normativo que se plantea a través de este proyecto, que apunta a lograr una reducción progresiva del consumo de productos plásticos de un solo uso.
Esencialmente, debemos entender cómo nosotros, desde el avance legislativo, podemos abordar este problema desde la raíz. Porque cuando pensamos en los residuos, muchas veces se dice "bueno, qué hacemos con toda esta basura que se sigue acumulando, adónde la ponemos, cómo podemos lidiar con ella".
En realidad, una verdadera gestión integral de los residuos sólidos urbanos tiene que arrancar desde la raíz. Es decir, tiene que empezar por la reducción de esos residuos, y esa reducción tiene que ser transversal.
Esto se consigue fundamentalmente con educación y concientización, a fin de que la ciudadanía se apropie de estas causas. También se logra con transformaciones en las áreas productivas, en las industrias, y con este tercer elemento fundamental, que es el avance legislativo, es decir, cómo se puede definir desde el Estado un avance integrado.
A partir de estos pilares se plantea este proyecto, que en estos casi 15 meses de trabajo se fue enriqueciendo y tornando cada vez más contundente gracias a los múltiples aportes.
El enfoque del proyecto no es meramente restrictivo, sino que apunta a lograr una transición. Debemos empezar por asumir que tenemos un problema para generar una conversión, tanto en la industria como en los hábitos de la gente, justamente para evitar este gran problema que estamos generando continuamente.
Esta transición se intenta lograr a través de un enfoque progresivo, a través de plazos graduales, a través de generar un tiempo de adaptación para que todo esto se pueda ir logrando, y a través también de herramientas y estímulos que puedan acompañar a la industria, tanto en el área económica, financiera e impositiva como también desde lo técnico, desde la integración por parte del Estado nacional; esto resulta fundamental.
Debemos encontrar el modo de abordar esta transformación, es decir, pasar de esta economía lineal que tenemos -que se ve muy clara en estos productos descartables tan efímeros, derivados del petróleo, que muchas veces apenas se usan por unos instantes y luego se tiran para contaminar eternamente- para forjar una economía circular. Estos productos a los que me refiero no pueden biodegradarse pero, además, tampoco pueden reciclarse por cuestiones de factibilidad de la logística. Me refiero a productos como un sorbete o un vaso de plástico. Entonces, la cuestión es cómo integrar en una verdadera economía circular esto de comenzar por la reducción.
Para concluir, quiero plantear como un elemento clave el pensar que las alternativas existen. Muchos de estos elementos, como los sorbetes o los revolvedores de café, en muchos casos son innecesarios y hasta podemos prescindir de ellos. Lo mismo sucede con las bolsas, vasos, platos y cubiertos de plástico, que son todos elementos para los cuales tenemos alternativas reutilizables.
Tenemos que generar una reducción radical de ese consumo tan desenfrenado y de ese continuo estar tirando todo el tiempo, sin necesidad. Por otro lado, también tenemos que acompañar ese proceso con opciones biodegradables, a fin de tener una transición que pueda ser armoniosa.
Cabe destacar que la cuestión no pasa por reemplazar todos los productos plásticos de un solo uso por una alternativa de otro material pero que se siga tirando o consumiendo de esa misma manera irracional. Necesitamos, por un lado, tener como primera opción a los productos reutilizables, que existen y que solamente habría que adaptar la forma de implementarlos y, por otro, tener alternativas que puedan compostarse y evitar ese impacto tan nocivo en el entorno.
Lo que hay que evitar es caer en soluciones superficiales que terminan siendo peores como remedio que la propia enfermedad. Por ejemplo, los productos generados a partir de materiales oxodegradables muchas veces se venden como un maquillaje, como algo superficial, y engañan al consumidor porque esos productos no son biodegradables, no pueden compostarse, no se reintegran a la naturaleza. Se trata meramente de esos mismos polímeros sintéticos, derivados del petróleo, que tienen aditivos y agregados que son prodegradantes, es decir, que generan que puedan descomponerse más rápidamente para transformarse esencialmente en ese microplástico del que les hablaba antes, pero más rápido. Fragilizan al plástico, reducen su vida útil y generar un problema aún mayor.
Necesitamos soluciones reales; necesitamos poder construir una Argentina que no descarta. Esto no implica solamente avanzar con una regulación sobre productos específicos en materia de descartables plásticos, sino que implica poder construir consenso, poder entender que reconocemos una problemática socioambiental y que, a partir de ello, asumimos seriamente el compromiso de lograr un abordaje para resolverlo sin dejar a nadie afuera.
De algún modo, esta es una visión que plantea el concepto de la solidaridad intra e intergeneracional y que se ve reflejada en lo que son estos tres ejes claves de la responsabilidad y conciencia en términos ambientales, de la justicia y de la inclusión, en términos sociales, y todo eso de una forma que pueda ser factible, que pueda sostenerse en el tiempo a nivel económico.
Entonces, cuando nosotros como país, como Argentina, buscamos construir una realidad ascendente, hoy en día estamos enfrentando realmente una situación crítica, una gran crisis no solo puntualmente en términos sanitarios, sino a nivel general en términos climáticos, a nivel ecológico y a nivel ambiental.
Un punto fundamental de todo eso es la contaminación. De algún modo, cuando pensamos en contaminación, aunque se puede entender en varios sentidos, definitivamente, a muchos les viene a la cabeza alguna imagen con residuos, con basura, incluso, como la que continuamente estamos generando cada uno de nosotros. A veces, la gente ni siquiera conoce qué es lo que pasa con todo eso.
Quiero mostrar esta imagen que refleja que acá en la Argentina, cada uno de nosotros, cada ciudadano, está generando en promedio más de un kilo de residuos por día. Esa cantidad acumulada representa a nivel país la generación de residuos sólidos urbanos por más de una tonelada cada dos segundos.
Entonces, generamos cantidades exorbitantes de residuos que definitivamente no desaparecen, van a parar a algún lado, y eso se da de forma muy diferente en distintas partes del país.
En algunos lugares, existe una cierta infraestructura, por ejemplo, como muestra esta imagen donde hay rellenos sanitarios, como pasa en el Gran Buenos Aires, en la coordinación ecológica donde existen estos terrenos a los que esos residuos se van transportando.
En el Gran Buenos Aires hay más de 18.500 toneladas por día de residuos. Eso va a este terreno que tiene una capa que impermeabiliza, una membrana que se va llenando durante meses, durante años. Todo llega a un punto de saturación, se cubre por completo y luego se vuelve a recubrir con una capa impermeable, quedando, de algún modo, encapsulado bajo tierra. Podemos pensar que estamos barriendo toda esa basura bajo la alfombra.
Definitivamente, ese no es el peor de los casos porque en muchas partes, en muchos municipios de nuestro país e incluso globalmente, lo que termina sucediendo es que ni siquiera están esas facilidades de gestión y los residuos son trasladados a vertederos, a basurales a cielo abierto.
En realidad, alejamos a todos esos residuos, pero terminan en contacto con el entorno, con la naturaleza, empiezan a esparcirse, a desperdigarse.
Además, hay muchísimos otros casos de barrios a lo largo y a lo ancho del país donde ni siquiera llega la gestión municipal de los residuos y son los propios vecinos los que, de algún modo, tienen que tratar de lidiar con eso. Es así que se generan basurales informales que se terminan prendiendo fuego o entrando a las casas cuando se producen inundaciones.
Entonces, definitivamente, todo eso no desaparece, va a parar a algún lado y genera un impacto, no solamente en el entorno, sino también para las personas.
En esa imagen que veíamos recién con ese paisaje o en esta otra foto, con una situación más crítica, mayoritariamente podemos observar e identificar de forma muy sencilla a los residuos plásticos.
¿Por qué estamos viendo esos residuos plásticos que no desaparecen y se siguen acumulando? Precisamente porque no pueden biodegradarse, porque son residuos generados a partir de derivados del petróleo, de estos materiales sintéticos que no pueden biodegradarse y reintegrarse a los ciclos de la naturaleza, sino que van a estar contaminando eternamente. A lo sumo, con el paso de mucho tiempo, van a terminar fraccionándose en pedazos cada vez más chicos, conformando lo que conocemos como microplástico. Definitivamente, el problema ahí no se resuelve, sino que empeora porque todo eso sigue presente, pero ya no lo estamos viendo.
Les muestro esta imagen acá y podemos comprender esta referencia de lo que pensamos como la contaminación de los océanos. Vemos que en estos cuerpos de agua es conocida esa situación tan crítica. Vemos la contaminación de los océanos y seguramente pensamos también en situaciones como la de la gran isla de plástico del Pacífico. Justamente, grandes concentraciones de residuos que están flotando ahí o que están en la columna de agua y que tienen el tamaño de diez veces la superficie de Uruguay.
Es decir, todo un continente entero que se genera con los residuos que se van acumulando y que los estamos alejando de nuestra vista. Vemos esas imágenes de la contaminación de los océanos y a veces observamos, por ejemplo, fotos de aves o peces que aparecen muertos, ahogados, o que los abren y tienen el tracto digestivo repleto de plástico, que murieron de inanición.
Son imágenes que definitivamente impresionan, pero aun así no terminamos de vincular todo esto con las personas, con cómo todo esto nos impacta a nosotros. Definitivamente, somos una especie parte de estos mismos ecosistemas que se ve condicionada y afectada negativamente.
La realidad es que nosotros no somos conscientes de que todo ese microplástico, esa invisibilización de esos residuos que son eternos, terminan así en el agua que nosotros estamos tomando, terminan en nuestros alimentos y hasta en el aire que estamos respirando. Todo eso después lo terminamos ingiriendo nosotros y a una escala que sigue creciendo enormemente.
Les muestro esa foto, que es de Yakarta, en Indonesia, pero definitivamente no hace falta irse tan lejos para ver una situación tan grave.
Esta otra imagen que muestro es de Villa Inflamable, en la Cuenca Matanza-Riachuelo, uno de los diez lugares más contaminados del mundo; lo tenemos acá, en la Argentina, a pocos kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Justamente, acá lo que estamos viendo es esa cuestión de los residuos que no tienen una cierta gestión y que impactan en el entorno. Eso condiciona la vida de las personas, porque se está prendiendo fuego, se está respirando y obviamente genera afecciones en las vías respiratorias. En estos mismos barrios, sobre todo los más marginados, los que cuentan con menor infraestructura, terminan provocando también afecciones endócrinas a sus habitantes.
En ese caso, se suma la vuelca petroquímica, se vierten efluentes industriales sin mucho control y lleva a esta situación tan grave. Además de los residuos urbanos o domiciliarios que está generando la gente se suma esta situación con componentes mucho más críticos. Existen casos de chicos que no llegan a los 5 años de edad y mueren envenenados con alto nivel de plomo en sangre. Todo eso en una región de nuestro país, en la Cuenca Matanza-Riachuelo, donde viven más de cinco millones de personas.
Entonces, de algún modo, la reflexión a la que quería apuntar con esto es cómo todos esos residuos que estamos generando continuamente en cantidades enormes, o los residuos que se generan no de bienes de consumo directo que estamos adquiriendo, sino todo lo que está detrás, ese proceso productivo que genera un impacto, terminan condicionando no solamente nuestro entorno sino la vida de las personas.
Todo eso muchas veces lo invisibilizamos, pero debemos empezar a asumir -justamente- que necesitamos generar cambios ahora para evitar que siga creciendo.
Particularmente, ahora lo que estamos abordando son residuos plásticos. ¿Por qué es tan icónico? Porque en estos residuos plásticos por productos descartables, productos de un solo uso, se llega al extremo de la cultura del descarte. Justamente, ese uso tan efímero de recursos naturales no renovables que generan contaminación por ese proceso.
Recién mencionaba cómo todos esos residuos plásticos terminan en nuestro entorno, terminan convirtiéndose en microplásticos y en lo que nosotros consumimos.
La realidad es que eso lleva a que cada uno de nosotros, cada persona, en promedio esté ingiriendo alrededor de 5 gramos de plástico por semana. Para que nos demos una idea, esto equivale a que estamos comiendo unos de estos vasos descartables cada siete días.
¿Qué pasa con eso? No es meramente estar ingresando a nuestro organismo ese plástico, sino que son partículas tan chicas que pueden incluso atravesar nuestras membranas celulares, que pueden haber ingresado al organismo habiendo absorbido distintas toxinas, como metales pesados, o tener en su propia composición polimérica distintos disruptores endócrinos. Todo eso lo empezamos a conocer ahora, gracias a estudios de los últimos meses y años. Todo esto lo empezamos a saber ahora, gracias a estudios de los últimos años.
Entonces, necesitamos ver esta "punta del iceberg" que hoy estamos identificando y que representa la contaminación plástica. Este asunto requiere que nosotros asumamos un compromiso ahora para evitar que se siga agravando.
Todo esto puede sonar preocupante o puede ser alarmante e incluso paralizante. Pero más que verlo como algo que nos preocupa, necesitamos empezar a ocuparnos ya mismo. Tenemos que generar un compromiso de acción para abordar este problema y ello es justamente a lo que apunta este avance legislativo. Me refiero al marco normativo que se plantea a través de este proyecto, que apunta a lograr una reducción progresiva del consumo de productos plásticos de un solo uso.
Esencialmente, debemos entender cómo nosotros, desde el avance legislativo, podemos abordar este problema desde la raíz. Porque cuando pensamos en los residuos, muchas veces se dice "bueno, qué hacemos con toda esta basura que se sigue acumulando, adónde la ponemos, cómo podemos lidiar con ella".
En realidad, una verdadera gestión integral de los residuos sólidos urbanos tiene que arrancar desde la raíz. Es decir, tiene que empezar por la reducción de esos residuos, y esa reducción tiene que ser transversal.
Esto se consigue fundamentalmente con educación y concientización, a fin de que la ciudadanía se apropie de estas causas. También se logra con transformaciones en las áreas productivas, en las industrias, y con este tercer elemento fundamental, que es el avance legislativo, es decir, cómo se puede definir desde el Estado un avance integrado.
A partir de estos pilares se plantea este proyecto, que en estos casi 15 meses de trabajo se fue enriqueciendo y tornando cada vez más contundente gracias a los múltiples aportes.
El enfoque del proyecto no es meramente restrictivo, sino que apunta a lograr una transición. Debemos empezar por asumir que tenemos un problema para generar una conversión, tanto en la industria como en los hábitos de la gente, justamente para evitar este gran problema que estamos generando continuamente.
Esta transición se intenta lograr a través de un enfoque progresivo, a través de plazos graduales, a través de generar un tiempo de adaptación para que todo esto se pueda ir logrando, y a través también de herramientas y estímulos que puedan acompañar a la industria, tanto en el área económica, financiera e impositiva como también desde lo técnico, desde la integración por parte del Estado nacional; esto resulta fundamental.
Debemos encontrar el modo de abordar esta transformación, es decir, pasar de esta economía lineal que tenemos -que se ve muy clara en estos productos descartables tan efímeros, derivados del petróleo, que muchas veces apenas se usan por unos instantes y luego se tiran para contaminar eternamente- para forjar una economía circular. Estos productos a los que me refiero no pueden biodegradarse pero, además, tampoco pueden reciclarse por cuestiones de factibilidad de la logística. Me refiero a productos como un sorbete o un vaso de plástico. Entonces, la cuestión es cómo integrar en una verdadera economía circular esto de comenzar por la reducción.
Para concluir, quiero plantear como un elemento clave el pensar que las alternativas existen. Muchos de estos elementos, como los sorbetes o los revolvedores de café, en muchos casos son innecesarios y hasta podemos prescindir de ellos. Lo mismo sucede con las bolsas, vasos, platos y cubiertos de plástico, que son todos elementos para los cuales tenemos alternativas reutilizables.
Tenemos que generar una reducción radical de ese consumo tan desenfrenado y de ese continuo estar tirando todo el tiempo, sin necesidad. Por otro lado, también tenemos que acompañar ese proceso con opciones biodegradables, a fin de tener una transición que pueda ser armoniosa.
Cabe destacar que la cuestión no pasa por reemplazar todos los productos plásticos de un solo uso por una alternativa de otro material pero que se siga tirando o consumiendo de esa misma manera irracional. Necesitamos, por un lado, tener como primera opción a los productos reutilizables, que existen y que solamente habría que adaptar la forma de implementarlos y, por otro, tener alternativas que puedan compostarse y evitar ese impacto tan nocivo en el entorno.
Lo que hay que evitar es caer en soluciones superficiales que terminan siendo peores como remedio que la propia enfermedad. Por ejemplo, los productos generados a partir de materiales oxodegradables muchas veces se venden como un maquillaje, como algo superficial, y engañan al consumidor porque esos productos no son biodegradables, no pueden compostarse, no se reintegran a la naturaleza. Se trata meramente de esos mismos polímeros sintéticos, derivados del petróleo, que tienen aditivos y agregados que son prodegradantes, es decir, que generan que puedan descomponerse más rápidamente para transformarse esencialmente en ese microplástico del que les hablaba antes, pero más rápido. Fragilizan al plástico, reducen su vida útil y generar un problema aún mayor.
Necesitamos soluciones reales; necesitamos poder construir una Argentina que no descarta. Esto no implica solamente avanzar con una regulación sobre productos específicos en materia de descartables plásticos, sino que implica poder construir consenso, poder entender que reconocemos una problemática socioambiental y que, a partir de ello, asumimos seriamente el compromiso de lograr un abordaje para resolverlo sin dejar a nadie afuera.
SR. PRESIDENTE GROSSO Gracias, Jero. Sos un genio, siempre te lo digo. Además de que tenés mucha información, tenés la capacidad de transmitirla. Eso también es muy importante. Gracias a vos por toda la colaboración, el impulso y la garra que le venís metiendo a esto. Gracias también por ayudar a esta comisión a transitar este camino.
Ahora vamos a abrir el debate para escuchar a los diputados y las diputadas. En primer lugar, tiene la palabra la diputada Florencia Lampreabe.
Ahora vamos a abrir el debate para escuchar a los diputados y las diputadas. En primer lugar, tiene la palabra la diputada Florencia Lampreabe.
SRA. LAMPREABE Buenas tardes a todos y todas. Después de escuchar a Jerónimo no me queda mucho para decir, ya que pintó muy claro el panorama y hacia dónde van los objetivos de este proyecto de ley.
Para destacar la relevancia, quiero enfatizar alguno de los aspectos del contexto que bien expresó Jerónimo y en el cual se inserta este proyecto de presupuestos mínimos para la reducción progresiva de plásticos de un solo uso, que también ha logrado ser trabajado y acordado de manera mancomunada como la "Ley Yolanda".
En un primer momento, los plásticos han generado muchos beneficios para el desarrollo de las sociedades. Por ejemplo, en su incorporación en la construcción, por su impermeabilidad y durabilidad; en Salud, por su asepsia; en la fabricación de los vehículos, permitiendo reducir su peso relativo y la demanda de nafta por cada vehículo; y en la reducción de la demanda de biomasa mundial por el reemplazo del papel y del cartón.
Es justamente por sus ventajas, su resistencia, su durabilidad, su versatilidad, su bajo costo y la proliferación de sus usos en cada vez más rubros, desde su aparición en la historia de la humanidad a esta parte, que la demanda de plásticos no ha disminuido en ningún momento, sino que viene en aumento exponencialmente año a año.
Esta demanda creciente, asociada a la ventaja de la durabilidad y al avance de esta cultura de consumir y descartar -o de la comodidad de usar y de tirar- han convertido a los plásticos en un drama ambiental de magnitudes incalculables.
Según la ONU, desde 1950 a esta parte se han producido unas 9.000 millones de toneladas de plástico en el mundo, de los cuales tan solo se recuperan alrededor del nueve por ciento y el resto es desechado.
Como bien exponía Jerónimo, gran parte de los residuos plásticos terminan en los océanos y generan graves consecuencias para la biodiversidad marítima que los ingiere en forma de microplásticos o de plásticos, lo que termina bloqueando sus sistemas digestivos, además de restringir el movimiento de las especies, que terminan muriendo enredadas por infección o por asfixia.
En ese sentido, los números son alarmantes. El 80 por ciento de los residuos plásticos van a parar a entornos naturales. Cada año, 13 millones de toneladas de plástico terminan en el océano, provocando la extinción de hasta 100.000 especies marinas en un año.
Este drama -al igual que todos los dramas ambientales- no afecta únicamente a las especies marinas sino que tiene repercusiones directas en la calidad de vida y en la salud humana, porque los residuos plásticos que llegan a los océanos ingresan a la cadena alimenticia de las personas de diversas maneras, agudizando los crecientes problemas de alimentación y de salud que ya existen.
Ya son ampliamente difundidos los estudios que demuestran la presencia de microplásticos en componentes clásicos de nuestra alimentación, como la sal, el agua embotellada, el agua corriente, o el pescado que forma parte de la dieta cotidiana de gran parte de la población.
Rebalsan los rellenos sanitarios y se levantan en distintos rincones de la patria los más de 5.000 basurales a cielo abierto, cuyos gases y descomposición contaminan y enferman a las poblaciones más vulnerables, lo que representa la otra cara de este drama socioambiental de magnitud incalculable.
También podemos mencionar que en la provincia de Buenos Aires, a fin de 2019, organizaciones de la sociedad civil, instituciones y organismos municipales llevaron a cabo el Censo Provincial de Basura Costera Marina. El relevamiento de 88 hectáreas de costa marina arrojó como resultado que de casi 72.000 residuos encontrados, el 82 por ciento eran plásticos.
Y en este contexto, este proyecto de ley de presupuestos mínimos para la progresiva reducción de los plásticos de un solo uso constituye un puntapié muy necesario para avanzar hacia la adaptación y la mitigación de los problemas ambientales y sociales que nos está trayendo, en general, nuestra forma de producir, de consumir y de descartar residuos y plásticos en particular. Estos no desaparecen ni se van, siguen ahí para recordarnos que en el planeta no hay alfombra en donde esconder nuestra basura.
Por eso, creo que urge que sigamos avanzando en este camino de construir políticas públicas de manera transversal, que apunten a la reducción de la producción de los plásticos a su mínimo indispensable, que apoyen y también favorezcan la reutilización y la recuperación de los residuos, que mejoren las condiciones de trabajo de los recuperadores urbanos y que promuevan alternativas en el marco de la economía circular en cada territorio, como bien decía Camila Crescimbeni. Ello permitirá también correr, organizadamente, los horizontes de posibilidad para poder ir por más.
En ese sentido, esta crisis pandémica constituye una oportunidad única para desandar el camino de mal desarrollo que nos ha traído hasta esta situación y empezar a avanzar en esas tantas veces mencionada "transición ecológica" hacia modos de producir y de consumir que nos garanticen un futuro social y ambientalmente sustentable para "todes".
Por eso quiero celebrar el encuentro de voluntades y el trabajo conjunto para empujar estas dos iniciativas que hoy estamos acompañando.
Para destacar la relevancia, quiero enfatizar alguno de los aspectos del contexto que bien expresó Jerónimo y en el cual se inserta este proyecto de presupuestos mínimos para la reducción progresiva de plásticos de un solo uso, que también ha logrado ser trabajado y acordado de manera mancomunada como la "Ley Yolanda".
En un primer momento, los plásticos han generado muchos beneficios para el desarrollo de las sociedades. Por ejemplo, en su incorporación en la construcción, por su impermeabilidad y durabilidad; en Salud, por su asepsia; en la fabricación de los vehículos, permitiendo reducir su peso relativo y la demanda de nafta por cada vehículo; y en la reducción de la demanda de biomasa mundial por el reemplazo del papel y del cartón.
Es justamente por sus ventajas, su resistencia, su durabilidad, su versatilidad, su bajo costo y la proliferación de sus usos en cada vez más rubros, desde su aparición en la historia de la humanidad a esta parte, que la demanda de plásticos no ha disminuido en ningún momento, sino que viene en aumento exponencialmente año a año.
Esta demanda creciente, asociada a la ventaja de la durabilidad y al avance de esta cultura de consumir y descartar -o de la comodidad de usar y de tirar- han convertido a los plásticos en un drama ambiental de magnitudes incalculables.
Según la ONU, desde 1950 a esta parte se han producido unas 9.000 millones de toneladas de plástico en el mundo, de los cuales tan solo se recuperan alrededor del nueve por ciento y el resto es desechado.
Como bien exponía Jerónimo, gran parte de los residuos plásticos terminan en los océanos y generan graves consecuencias para la biodiversidad marítima que los ingiere en forma de microplásticos o de plásticos, lo que termina bloqueando sus sistemas digestivos, además de restringir el movimiento de las especies, que terminan muriendo enredadas por infección o por asfixia.
En ese sentido, los números son alarmantes. El 80 por ciento de los residuos plásticos van a parar a entornos naturales. Cada año, 13 millones de toneladas de plástico terminan en el océano, provocando la extinción de hasta 100.000 especies marinas en un año.
Este drama -al igual que todos los dramas ambientales- no afecta únicamente a las especies marinas sino que tiene repercusiones directas en la calidad de vida y en la salud humana, porque los residuos plásticos que llegan a los océanos ingresan a la cadena alimenticia de las personas de diversas maneras, agudizando los crecientes problemas de alimentación y de salud que ya existen.
Ya son ampliamente difundidos los estudios que demuestran la presencia de microplásticos en componentes clásicos de nuestra alimentación, como la sal, el agua embotellada, el agua corriente, o el pescado que forma parte de la dieta cotidiana de gran parte de la población.
Rebalsan los rellenos sanitarios y se levantan en distintos rincones de la patria los más de 5.000 basurales a cielo abierto, cuyos gases y descomposición contaminan y enferman a las poblaciones más vulnerables, lo que representa la otra cara de este drama socioambiental de magnitud incalculable.
También podemos mencionar que en la provincia de Buenos Aires, a fin de 2019, organizaciones de la sociedad civil, instituciones y organismos municipales llevaron a cabo el Censo Provincial de Basura Costera Marina. El relevamiento de 88 hectáreas de costa marina arrojó como resultado que de casi 72.000 residuos encontrados, el 82 por ciento eran plásticos.
Y en este contexto, este proyecto de ley de presupuestos mínimos para la progresiva reducción de los plásticos de un solo uso constituye un puntapié muy necesario para avanzar hacia la adaptación y la mitigación de los problemas ambientales y sociales que nos está trayendo, en general, nuestra forma de producir, de consumir y de descartar residuos y plásticos en particular. Estos no desaparecen ni se van, siguen ahí para recordarnos que en el planeta no hay alfombra en donde esconder nuestra basura.
Por eso, creo que urge que sigamos avanzando en este camino de construir políticas públicas de manera transversal, que apunten a la reducción de la producción de los plásticos a su mínimo indispensable, que apoyen y también favorezcan la reutilización y la recuperación de los residuos, que mejoren las condiciones de trabajo de los recuperadores urbanos y que promuevan alternativas en el marco de la economía circular en cada territorio, como bien decía Camila Crescimbeni. Ello permitirá también correr, organizadamente, los horizontes de posibilidad para poder ir por más.
En ese sentido, esta crisis pandémica constituye una oportunidad única para desandar el camino de mal desarrollo que nos ha traído hasta esta situación y empezar a avanzar en esas tantas veces mencionada "transición ecológica" hacia modos de producir y de consumir que nos garanticen un futuro social y ambientalmente sustentable para "todes".
Por eso quiero celebrar el encuentro de voluntades y el trabajo conjunto para empujar estas dos iniciativas que hoy estamos acompañando.
SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra la diputada Brenda Austin.
SRA. AUSTIN Muchas gracias, señor presidente. Celebro esta reunión, que hayamos logrado firmar por unanimidad el dictamen anterior y que estemos avanzando con enorme consenso en este proyecto de ley.
En un día en el que además se rescata, se celebra y se conmemora la creación de los parques nacionales, no hay mejor homenaje que estar avanzando con iniciativas concretas y con acuerdos políticos sólidos.
Además, ayer México nos dio una buena noticia respecto del Acuerdo de Escazú y nos pone un pasito mucho más cerca de su entrada en vigencia, solamente sujeta al envío de las ratificaciones de los últimos dos países.
El proyecto de "Ley Yolanda" también tiene que ver con generar espacios de capacitación y con esta mirada integral que debemos tener.
En primer lugar, quiero expresar mi satisfacción respecto a que esta comisión nos permita armar y articular el trabajo con actores clave de las organizaciones de la sociedad civil y con aquellas personas que vienen trabajando hace mucho tiempo por estas agendas.
Florencia Lampreabe recién completó muchos datos que para nosotros fueron disparadores del proceso que nos llevó a trabajar sobre aquel proyecto que presentamos el año pasado -hace ya bastante tiempo-, que tiene que ver con el impacto de nuestros hábitos de vida en el mundo que habitamos.
También se hizo referencia a cómo los plásticos terminan en los océanos: el 85 por ciento de la basura marina proviene de plásticos. Se decía con claridad que el problema no es el plástico sino la paradoja de estar utilizando un recurso valioso, destinado a persistir en el tiempo, para productos que están apenas unos minutos en nuestras manos. Entonces, es claro que tenemos un problema con el diseño, con la vinculación entre el tipo de productos y el tipo de materiales que elegimos usar.
Hablaban de las toneladas que van al mar. Para que lo representemos y podamos pensar, son como 266 cúpulas de nuestro Congreso tiradas a los océanos; son islas de plástico de las cuales la más grande es la del Pacífico, que equivale a cinco veces la provincia de Buenos Aires. Imagínense una isla flotando en el mar cinco veces el tamaño de la provincia de Buenos Aires, producto, en gran medida, de estos plásticos que van por las cuencas y por los ríos a los mares.
Y obviamente, acá también ha habido un enorme trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y de Naciones Unidas, que han aportado mucha evidencia acerca de que esos microplásticos están a lo largo de todo el océano. El enorme trabajo de Unplastify, recogiendo muestras a lo largo de todo el mar, nos permitió tener evidencia concreta respecto de hasta dónde llegaban estos microplásticos. Asimismo, investigadores del Conicet trabajaron analizando los peces sábalos en nuestro río Paraná y determinaron que el ciento por ciento había consumido microplásticos.
También cabe mencionar el trabajo de la organización A limpiar Ushuaia, que en articulación con investigadores de allí, da cuenta de la presencia de microplásticos en ostras y mejillones en uno de los mares más prístinos del mundo.
Entonces, como ya se ha dicho, indudablemente estamos hablando de un problema que tiene una magnitud enorme, que además nos vuelve sobre nuestro organismo. Para explicarlo nuevamente de manera ilustrativa, cuando traducimos esos gramos de plástico en una imagen física, es como si todas las semanas estuviéramos poniendo sobre nuestra mesa un plato con una tarjeta de plástico, nos la comiéramos y hoy forma parte de nuestros organismos.
Entonces, tenemos un problema que es ambiental y está impactando en nuestros ecosistemas. Hay una previsión de que en los próximos años, el 99 por ciento de las aves va a haber consumido plástico. Lo mismo sucede con los peces y cómo nos vuelve a nosotros mismos.
No me quiero extender mucho, pero sí quiero decir que nosotros tenemos que pensar un conjunto de soluciones para resolver este problema.
Voy dar algunas pistas: primero, pensar en un mapa de soluciones como si esto fuese un pool, donde cada cosa que pensamos no se basta a sí misma, no alcanza por sí sola, sino que tiene que sumar un granito más a un proceso de transformación de nuestros hábitos de consumo. Ello debemos hacerlo por el planeta, que no da más, y por una sociedad que ve, indudablemente, cómo nuestros modos de consumo y de producción están entrando en colisión con nuestras propias proyecciones de vida y, obviamente, con los animales y el ambiente en donde habitamos.
Entonces, cuando hablamos de un mapa de soluciones nos referimos a que tenemos que trabajar sobre los residuos sólidos urbanos. Necesitamos acompañar a los municipios que todavía están gestionando los residuos urbanos de modo muy precario. Debemos trabajar en la concientización, en la educación ambiental, en la educación para el desarrollo sostenible; temas que también tenemos en agenda y que, seguramente, trataremos antes de fin de año para fortalecer la economía circular.
Se habló de la ley de envases y de la responsabilidad extendida al productor. Ahí tenemos un enorme déficit: apenas un 15 por ciento de los plásticos entran en la tasa de reciclaje.
Entonces, indudablemente hay un camino que tiene que trabajarse en distintas direcciones, así como también en la que empezó Gerónimo Batista Bucher cuando todavía era estudiante secundario, quien, mirando los vasitos de plástico que tiraban sus compañeros después de la clase de gimnasia, dijo: "algo tenemos que hacer". Hoy tiene en sus manos esta respuesta fenomenal: buscar materiales que sean compostables y biodegradables.
No basta con ninguna de estas medidas en forma aislada. Ahora bien, tampoco podemos creer que podemos obviar la discusión sobre los plásticos de un solo uso.
¿Qué es lo que hoy estamos haciendo acá? Estamos trayendo un debate que seguramente incomoda a algunos actores pero no involucra a todos los plásticos, ni a todos los productos. Tampoco pretende ser la solución única a este problema. Como decía recién, es un eslabón más en esa cadena.
Nosotros el año pasado comenzamos un proceso en la Cámara del cual participaron un montón de organizaciones. Llevamos a cabo un conversatorio donde estuvieron presentes representantes de Unplastify, EcoHouse, Dafna Nudelman "La loca del tupper" -ideóloga de uno de los artículos con el que hoy vamos a trabajar-, A limpiar Ushuaia, Océano 0km, Gerónimo Batista Bucher, concejales de distintos lugares, Francisca Estenssoro y Qero Ecovasos, el movimiento "Argentina no descarta", que nació de la sinergia de esos actores.
Las cámaras también se sumaron al conversatorio y participaron de la reunión informativa de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano que mantuvimos el año pasado, la primera instancia formal donde empezamos a discutir este tema.
Allí todas las voces fueron escuchadas, incluyendo la de los sindicatos y la de la industria, buscando este camino y entendiendo que no podemos quitarle el cuerpo a esta discusión. No podemos tratar de ir a contramano de un proceso de transformación que la humanidad tiene que llevar adelante y respecto del cual muchos países en el mundo vienen avanzando.
Concretamente, la Unión Europea ha construido muchos antecedentes; varios de sus países y lo ha llevado a cabo a pasos más acelerados. En el caso de América Latina existen muchas prácticas. Asimismo, nuestro país cuenta con una gran cantidad de experiencias a escala municipal. En ese trabajo de la campaña "Argentina no descarta" se impulsó a concejales de distintos municipios para que dictaran sus propias ordenanzas regulatorias. Muchos lo han logrado y algunos están vigentes, empezando por los municipios de Tierra del Fuego, otros de la costa de la provincia de Buenos Aires y algunos de la provincia de Córdoba, ejemplos virtuosos que nos permiten empezar a mostrar ese camino.
Por otra parte, es bueno decir de qué trata este proyecto de ley. Estamos hablando del contexto, de todo aquello que tenemos que sumar y de la deuda pendiente, pero debemos decir por qué creemos que es importante.
En primer lugar, se trata de una norma de presupuestos mínimos de protección ambiental que va a buscar ser aplicada en todo el país amparado en una facultad que le corresponde al Congreso de la Nación por aquella cláusula ambiental contemplada en nuestra Constitución Nacional. Se trata de una iniciativa que busca regular, reducir, sustituir y prohibir. ¿Qué es lo que buscamos prohibir? ¿Buscamos prohibir todos los productos plásticos? No. Solamente aquellos descartables de un solo uso. Me refiero a aquellos que creemos que podemos hacer el esfuerzo para dejar de utilizarlos. Entre ellos podemos mencionar las vajillas, las bolsas, los sorbetes.
Estamos haciendo un trabajo de aprendizaje y de transformación, pero quiero darles un dato que fue bastante escandaloso. A partir de un estudio desarrollado desde nuestra Cámara de Diputados que hicimos con las licitaciones de las compras de los últimos años, notamos que el promedio de vasos que usamos por día es de 4.000. La suma total es de 1.4 millones. Un solo organismo público. Fíjense cuánto tenemos que hacer en esa transformación de hábitos de consumo en un lugar donde, además, tenemos vasos de vidrio y tacitas para el café. Debemos tomar la decisión de empezar a disminuir una enorme producción de basura plástica que llevamos adelante cada uno de nosotros en nuestra tarea.
Entonces, nos referimos a ese tipo de plásticos, y hay un conjunto de plazos de los que ya hablaron; me refiero a los seis meses, un año y tres años, de acuerdo con el tipo de actividad. Hablamos también de un proceso de acompañamiento a la industria porque creemos que hay que acelerar la transición. Creemos que esto no tiene que ser un camino de imposición, sino que debe representar un proceso de readecuación.
Considero que las micro, pequeñas y medianas empresas tienen que tener el acompañamiento del Estado. Ese acompañamiento estará dado por los incentivos fiscales y la transferencia de tecnología, para que esa readecuación sea mucho más rápida. La idea es que reemplacemos aquellos productos que haya que reemplazar. Que aquello que podamos empezar a trabajar con bioplástico, lo hagamos. También debemos trabajar con aquello para lo que podamos pensar en un destino distinto.
Finalmente, el proyecto plantea reglas de etiquetado para algunos productos que entendemos que todavía son complejos de reemplazar, por ejemplo, aquellos con destino sanitario. Propone un régimen de excepciones en aquellos productos que, por razones de asepsia y de salubridad, tampoco se pueden reemplazar.
Es decir, no estamos frente a una iniciativa que desconoce la enorme cantidad de usos que pueden tener los plásticos en nuestra vida cotidiana. La idea es ir a buscar un vínculo distinto con este material para que realmente ayude a brindar soluciones y no a complejizar toda la trama de la vida en la tierra.
Asimismo, queremos un proceso de aplicación más rápida en algunos lugares, como en las áreas naturales protegidas. Queremos que con esta norma -tomando lo que ya hizo la Administración Nacional de Parques Nacionales- en esas áreas se aplique más rápidamente el proceso de prohibición, tal como ocurre en muchos lugares del mundo. En esos lugares, en lo relativo a la comercialización de productos, no se pueden utilizar plásticos de un solo uso.
Señor presidente: quiero cerrar mi intervención celebrando este proceso enorme de transformación. Me refiero a este trabajo de articulación ciudadana, con aprendizajes distintos, de fortalecimiento de la mirada de la política y de la sociedad civil.
Quiero afirmar algo que hemos dicho hasta el cansancio: no hay futuro posible si nuestro presente no está basado en un desarrollo sostenible y sustentable. Es nuestra responsabilidad desde este Congreso, y ojalá que demos el paso que tanta falta le está haciendo a nuestro país y a nuestro planeta.
En un día en el que además se rescata, se celebra y se conmemora la creación de los parques nacionales, no hay mejor homenaje que estar avanzando con iniciativas concretas y con acuerdos políticos sólidos.
Además, ayer México nos dio una buena noticia respecto del Acuerdo de Escazú y nos pone un pasito mucho más cerca de su entrada en vigencia, solamente sujeta al envío de las ratificaciones de los últimos dos países.
El proyecto de "Ley Yolanda" también tiene que ver con generar espacios de capacitación y con esta mirada integral que debemos tener.
En primer lugar, quiero expresar mi satisfacción respecto a que esta comisión nos permita armar y articular el trabajo con actores clave de las organizaciones de la sociedad civil y con aquellas personas que vienen trabajando hace mucho tiempo por estas agendas.
Florencia Lampreabe recién completó muchos datos que para nosotros fueron disparadores del proceso que nos llevó a trabajar sobre aquel proyecto que presentamos el año pasado -hace ya bastante tiempo-, que tiene que ver con el impacto de nuestros hábitos de vida en el mundo que habitamos.
También se hizo referencia a cómo los plásticos terminan en los océanos: el 85 por ciento de la basura marina proviene de plásticos. Se decía con claridad que el problema no es el plástico sino la paradoja de estar utilizando un recurso valioso, destinado a persistir en el tiempo, para productos que están apenas unos minutos en nuestras manos. Entonces, es claro que tenemos un problema con el diseño, con la vinculación entre el tipo de productos y el tipo de materiales que elegimos usar.
Hablaban de las toneladas que van al mar. Para que lo representemos y podamos pensar, son como 266 cúpulas de nuestro Congreso tiradas a los océanos; son islas de plástico de las cuales la más grande es la del Pacífico, que equivale a cinco veces la provincia de Buenos Aires. Imagínense una isla flotando en el mar cinco veces el tamaño de la provincia de Buenos Aires, producto, en gran medida, de estos plásticos que van por las cuencas y por los ríos a los mares.
Y obviamente, acá también ha habido un enorme trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y de Naciones Unidas, que han aportado mucha evidencia acerca de que esos microplásticos están a lo largo de todo el océano. El enorme trabajo de Unplastify, recogiendo muestras a lo largo de todo el mar, nos permitió tener evidencia concreta respecto de hasta dónde llegaban estos microplásticos. Asimismo, investigadores del Conicet trabajaron analizando los peces sábalos en nuestro río Paraná y determinaron que el ciento por ciento había consumido microplásticos.
También cabe mencionar el trabajo de la organización A limpiar Ushuaia, que en articulación con investigadores de allí, da cuenta de la presencia de microplásticos en ostras y mejillones en uno de los mares más prístinos del mundo.
Entonces, como ya se ha dicho, indudablemente estamos hablando de un problema que tiene una magnitud enorme, que además nos vuelve sobre nuestro organismo. Para explicarlo nuevamente de manera ilustrativa, cuando traducimos esos gramos de plástico en una imagen física, es como si todas las semanas estuviéramos poniendo sobre nuestra mesa un plato con una tarjeta de plástico, nos la comiéramos y hoy forma parte de nuestros organismos.
Entonces, tenemos un problema que es ambiental y está impactando en nuestros ecosistemas. Hay una previsión de que en los próximos años, el 99 por ciento de las aves va a haber consumido plástico. Lo mismo sucede con los peces y cómo nos vuelve a nosotros mismos.
No me quiero extender mucho, pero sí quiero decir que nosotros tenemos que pensar un conjunto de soluciones para resolver este problema.
Voy dar algunas pistas: primero, pensar en un mapa de soluciones como si esto fuese un pool, donde cada cosa que pensamos no se basta a sí misma, no alcanza por sí sola, sino que tiene que sumar un granito más a un proceso de transformación de nuestros hábitos de consumo. Ello debemos hacerlo por el planeta, que no da más, y por una sociedad que ve, indudablemente, cómo nuestros modos de consumo y de producción están entrando en colisión con nuestras propias proyecciones de vida y, obviamente, con los animales y el ambiente en donde habitamos.
Entonces, cuando hablamos de un mapa de soluciones nos referimos a que tenemos que trabajar sobre los residuos sólidos urbanos. Necesitamos acompañar a los municipios que todavía están gestionando los residuos urbanos de modo muy precario. Debemos trabajar en la concientización, en la educación ambiental, en la educación para el desarrollo sostenible; temas que también tenemos en agenda y que, seguramente, trataremos antes de fin de año para fortalecer la economía circular.
Se habló de la ley de envases y de la responsabilidad extendida al productor. Ahí tenemos un enorme déficit: apenas un 15 por ciento de los plásticos entran en la tasa de reciclaje.
Entonces, indudablemente hay un camino que tiene que trabajarse en distintas direcciones, así como también en la que empezó Gerónimo Batista Bucher cuando todavía era estudiante secundario, quien, mirando los vasitos de plástico que tiraban sus compañeros después de la clase de gimnasia, dijo: "algo tenemos que hacer". Hoy tiene en sus manos esta respuesta fenomenal: buscar materiales que sean compostables y biodegradables.
No basta con ninguna de estas medidas en forma aislada. Ahora bien, tampoco podemos creer que podemos obviar la discusión sobre los plásticos de un solo uso.
¿Qué es lo que hoy estamos haciendo acá? Estamos trayendo un debate que seguramente incomoda a algunos actores pero no involucra a todos los plásticos, ni a todos los productos. Tampoco pretende ser la solución única a este problema. Como decía recién, es un eslabón más en esa cadena.
Nosotros el año pasado comenzamos un proceso en la Cámara del cual participaron un montón de organizaciones. Llevamos a cabo un conversatorio donde estuvieron presentes representantes de Unplastify, EcoHouse, Dafna Nudelman "La loca del tupper" -ideóloga de uno de los artículos con el que hoy vamos a trabajar-, A limpiar Ushuaia, Océano 0km, Gerónimo Batista Bucher, concejales de distintos lugares, Francisca Estenssoro y Qero Ecovasos, el movimiento "Argentina no descarta", que nació de la sinergia de esos actores.
Las cámaras también se sumaron al conversatorio y participaron de la reunión informativa de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano que mantuvimos el año pasado, la primera instancia formal donde empezamos a discutir este tema.
Allí todas las voces fueron escuchadas, incluyendo la de los sindicatos y la de la industria, buscando este camino y entendiendo que no podemos quitarle el cuerpo a esta discusión. No podemos tratar de ir a contramano de un proceso de transformación que la humanidad tiene que llevar adelante y respecto del cual muchos países en el mundo vienen avanzando.
Concretamente, la Unión Europea ha construido muchos antecedentes; varios de sus países y lo ha llevado a cabo a pasos más acelerados. En el caso de América Latina existen muchas prácticas. Asimismo, nuestro país cuenta con una gran cantidad de experiencias a escala municipal. En ese trabajo de la campaña "Argentina no descarta" se impulsó a concejales de distintos municipios para que dictaran sus propias ordenanzas regulatorias. Muchos lo han logrado y algunos están vigentes, empezando por los municipios de Tierra del Fuego, otros de la costa de la provincia de Buenos Aires y algunos de la provincia de Córdoba, ejemplos virtuosos que nos permiten empezar a mostrar ese camino.
Por otra parte, es bueno decir de qué trata este proyecto de ley. Estamos hablando del contexto, de todo aquello que tenemos que sumar y de la deuda pendiente, pero debemos decir por qué creemos que es importante.
En primer lugar, se trata de una norma de presupuestos mínimos de protección ambiental que va a buscar ser aplicada en todo el país amparado en una facultad que le corresponde al Congreso de la Nación por aquella cláusula ambiental contemplada en nuestra Constitución Nacional. Se trata de una iniciativa que busca regular, reducir, sustituir y prohibir. ¿Qué es lo que buscamos prohibir? ¿Buscamos prohibir todos los productos plásticos? No. Solamente aquellos descartables de un solo uso. Me refiero a aquellos que creemos que podemos hacer el esfuerzo para dejar de utilizarlos. Entre ellos podemos mencionar las vajillas, las bolsas, los sorbetes.
Estamos haciendo un trabajo de aprendizaje y de transformación, pero quiero darles un dato que fue bastante escandaloso. A partir de un estudio desarrollado desde nuestra Cámara de Diputados que hicimos con las licitaciones de las compras de los últimos años, notamos que el promedio de vasos que usamos por día es de 4.000. La suma total es de 1.4 millones. Un solo organismo público. Fíjense cuánto tenemos que hacer en esa transformación de hábitos de consumo en un lugar donde, además, tenemos vasos de vidrio y tacitas para el café. Debemos tomar la decisión de empezar a disminuir una enorme producción de basura plástica que llevamos adelante cada uno de nosotros en nuestra tarea.
Entonces, nos referimos a ese tipo de plásticos, y hay un conjunto de plazos de los que ya hablaron; me refiero a los seis meses, un año y tres años, de acuerdo con el tipo de actividad. Hablamos también de un proceso de acompañamiento a la industria porque creemos que hay que acelerar la transición. Creemos que esto no tiene que ser un camino de imposición, sino que debe representar un proceso de readecuación.
Considero que las micro, pequeñas y medianas empresas tienen que tener el acompañamiento del Estado. Ese acompañamiento estará dado por los incentivos fiscales y la transferencia de tecnología, para que esa readecuación sea mucho más rápida. La idea es que reemplacemos aquellos productos que haya que reemplazar. Que aquello que podamos empezar a trabajar con bioplástico, lo hagamos. También debemos trabajar con aquello para lo que podamos pensar en un destino distinto.
Finalmente, el proyecto plantea reglas de etiquetado para algunos productos que entendemos que todavía son complejos de reemplazar, por ejemplo, aquellos con destino sanitario. Propone un régimen de excepciones en aquellos productos que, por razones de asepsia y de salubridad, tampoco se pueden reemplazar.
Es decir, no estamos frente a una iniciativa que desconoce la enorme cantidad de usos que pueden tener los plásticos en nuestra vida cotidiana. La idea es ir a buscar un vínculo distinto con este material para que realmente ayude a brindar soluciones y no a complejizar toda la trama de la vida en la tierra.
Asimismo, queremos un proceso de aplicación más rápida en algunos lugares, como en las áreas naturales protegidas. Queremos que con esta norma -tomando lo que ya hizo la Administración Nacional de Parques Nacionales- en esas áreas se aplique más rápidamente el proceso de prohibición, tal como ocurre en muchos lugares del mundo. En esos lugares, en lo relativo a la comercialización de productos, no se pueden utilizar plásticos de un solo uso.
Señor presidente: quiero cerrar mi intervención celebrando este proceso enorme de transformación. Me refiero a este trabajo de articulación ciudadana, con aprendizajes distintos, de fortalecimiento de la mirada de la política y de la sociedad civil.
Quiero afirmar algo que hemos dicho hasta el cansancio: no hay futuro posible si nuestro presente no está basado en un desarrollo sostenible y sustentable. Es nuestra responsabilidad desde este Congreso, y ojalá que demos el paso que tanta falta le está haciendo a nuestro país y a nuestro planeta.
SR. PRESIDENTE GROSSO Tiene la palabra el señor diputado Ramón.
SR. RAMÓN Señor presidente: muchas gracias a los miembros de la comisión por permitirme participar en el desenlace de este dictamen que reúne muchos proyectos que se han venido presentando a lo largo de estos años. Esperamos que hoy, al final del día, podamos avanzar en un dictamen unificado de tantos proyectos que tienen este objetivo tan importante.
Quiero hacer dos valoraciones breves. En primer lugar, agradezco la presencia en nuestra casa de Carolina Cortés y de Jerónimo Bucher. Ello habla a las claras del avance que existe en la sociedad, sobre todo en los más jóvenes, con el compromiso para poder dar batalla a esta pelea por la protección, la prevención y el cuidado del medio ambiente.
Quiero hacer referencia, tal como lo hicimos el otro día cuando abordamos el tema vinculado con la ley sobre el control de los incendios, a lo que podamos hacer desde la Cámara en la prevención y de protección del medio ambiente. Todos nuestros esfuerzos son pocos, y necesitamos herramientas legislativas que demuestren que no somos tibios para encarar estos problemas.
Lo digo porque desde nuestro interbloque vamos a acompañar esta propuesta. Creo que hay un tema político que es necesario establecer. Con todos estos proyectos que, de manera individual, vamos encarando en miras de la protección del medio ambiente, no estamos atacando la raíz del problema. Recién lo escuchaba a Jerónimo Bucher expresarse con claridad respecto de este punto. Con este proyecto -y con otros que estamos tratando- estamos yendo al final de la cadena. En cierta forma estamos podando las ramas, pero no estamos yendo al nudo de la cuestión.
Desde nuestra posición y a partir del momento en que iniciamos nuestra actividad legislativa en el Congreso, siempre hemos tratado de exponer la necesidad de comprender cabalmente que el derecho de los consumidores atraviesa de manera transversal a todas las fuerzas políticas. Me refiero al capítulo de los nuevos derechos contemplado en la reforma de la Constitución del año 94. Por eso creo que otro de los temas que festejamos hoy es que todas las fuerzas políticas que integramos la Cámara nos podamos poner de acuerdo para apoyar este proyecto de ley y acompañar un dictamen de consenso.
También es necesario marcar que no estamos avanzando en la responsabilidad de los empresarios que constituyen sociedades anónimas -o lo que fuere- para hacer negocios y los desperdicios que generan. No estamos avanzando en la trazabilidad de los desperdicios, en especial, de los electrónicos. No estamos avanzando en el concepto de la vida útil de los productos durables ni sobre la cadena de reparación ni del reciclado de los productos que salen a la venta. Los consumidores, necesariamente, nos terminamos haciendo de productos que tienen una obsolescencia que ya está programada y es la raíz del problema. Pero eso es harina de otro costal.
Es muy importante -políticamente hablando- que dejemos en claro que nosotros apoyamos avanzar en este tipo de propuestas, pero no a costa de otros derechos constitucionales y de grupos que están protegidos. Es decir, no podemos defender el artículo 41 de la Constitución Nacional, que protege el medio ambiente, y olvidarnos del artículo 42, que sigue en este capítulo de los nuevos derechos.
Sé que no es amigable lo que estoy diciendo, pero es necesario hablar de esta transversalidad. Es decir, no se puede cargar el peso de todas estas consecuencias de la raíz del problema en los consumidores finales. Porque muchas veces el consumidor no tiene voz y porque el lobby que pueden hacer las empresas -y sobre todo las grandes, que son muy pocas- es muy poderoso en relación con la escasez de voces que tienen los consumidores o las asociaciones de defensa de los consumidores.
Yo sé que estamos tocando una gotita, pero es importantísima. Comparto que el problema ambiental que estamos viviendo en la humanidad, en particular en nuestro país, es grave. Me refiero al cambio climático, la contaminación de los espacios que están protegidos y los cauces.
Escuché la exposición de la señora diputada Austin y me pareció impecable porque evidentemente denota que este proyecto ha tenido un estudio, al igual que las demás iniciativas de otros legisladores que se están unificando.
Cuando digo que no se puede poner en juego la importancia del artículo 41 de la Constitución Nacional sobre la protección del medio ambiente, no podemos dejar de lado la de los consumidores.
En el dictamen que vamos a firmar hoy hay un artículo que en su redacción tiene un detalle que podría llevar a una confusión muy grande, en el sentido de cambiar la carga de la prueba en manos de los consumidores cuando existiere algún daño que proviniera de aquel que está entregando el producto, pero que al pasarlo al tupper del consumidor éste no puede probar que la responsabilidad es del proveedor.
Esto es así porque justamente los derechos relacionados con el medio ambiente, los consumidores y los trabajadores son de carácter protectorio e imponen que la carga de la prueba, lo objetivo, siempre esté a cargo del proveedor, la empresa o el empleador respecto de la parte que es más débil. Entonces, lo que hace el Estado -en este caso, nosotros legislando- es equilibrar el fiel de la balanza.
En este sentido, hemos estado hablando con usted, señor presidente, y con la señora diputada Austin, proponiendo una redacción que, si se me permite, voy a leer -o bien, la podré pasar al grupo-, para que el artículo pueda estar equilibrado.
Lo que proponemos es que se elimine la última parte del artículo, que dice lo siguiente: "Salvo que se probare que el daño es consecuencia de acciones u omisiones anteriores a la colocación de los alimentos o bebidas en los contenedores". Todo ello conforme los términos del libro de una disposición del Código Civil.
En razón de eso nos hemos puesto de acuerdo en una redacción respecto de la cual espero su instrucción, señor presidente, para leerla. Si estamos todos de acuerdo quedaría la redacción que habíamos acordado.
Quiero hacer dos valoraciones breves. En primer lugar, agradezco la presencia en nuestra casa de Carolina Cortés y de Jerónimo Bucher. Ello habla a las claras del avance que existe en la sociedad, sobre todo en los más jóvenes, con el compromiso para poder dar batalla a esta pelea por la protección, la prevención y el cuidado del medio ambiente.
Quiero hacer referencia, tal como lo hicimos el otro día cuando abordamos el tema vinculado con la ley sobre el control de los incendios, a lo que podamos hacer desde la Cámara en la prevención y de protección del medio ambiente. Todos nuestros esfuerzos son pocos, y necesitamos herramientas legislativas que demuestren que no somos tibios para encarar estos problemas.
Lo digo porque desde nuestro interbloque vamos a acompañar esta propuesta. Creo que hay un tema político que es necesario establecer. Con todos estos proyectos que, de manera individual, vamos encarando en miras de la protección del medio ambiente, no estamos atacando la raíz del problema. Recién lo escuchaba a Jerónimo Bucher expresarse con claridad respecto de este punto. Con este proyecto -y con otros que estamos tratando- estamos yendo al final de la cadena. En cierta forma estamos podando las ramas, pero no estamos yendo al nudo de la cuestión.
Desde nuestra posición y a partir del momento en que iniciamos nuestra actividad legislativa en el Congreso, siempre hemos tratado de exponer la necesidad de comprender cabalmente que el derecho de los consumidores atraviesa de manera transversal a todas las fuerzas políticas. Me refiero al capítulo de los nuevos derechos contemplado en la reforma de la Constitución del año 94. Por eso creo que otro de los temas que festejamos hoy es que todas las fuerzas políticas que integramos la Cámara nos podamos poner de acuerdo para apoyar este proyecto de ley y acompañar un dictamen de consenso.
También es necesario marcar que no estamos avanzando en la responsabilidad de los empresarios que constituyen sociedades anónimas -o lo que fuere- para hacer negocios y los desperdicios que generan. No estamos avanzando en la trazabilidad de los desperdicios, en especial, de los electrónicos. No estamos avanzando en el concepto de la vida útil de los productos durables ni sobre la cadena de reparación ni del reciclado de los productos que salen a la venta. Los consumidores, necesariamente, nos terminamos haciendo de productos que tienen una obsolescencia que ya está programada y es la raíz del problema. Pero eso es harina de otro costal.
Es muy importante -políticamente hablando- que dejemos en claro que nosotros apoyamos avanzar en este tipo de propuestas, pero no a costa de otros derechos constitucionales y de grupos que están protegidos. Es decir, no podemos defender el artículo 41 de la Constitución Nacional, que protege el medio ambiente, y olvidarnos del artículo 42, que sigue en este capítulo de los nuevos derechos.
Sé que no es amigable lo que estoy diciendo, pero es necesario hablar de esta transversalidad. Es decir, no se puede cargar el peso de todas estas consecuencias de la raíz del problema en los consumidores finales. Porque muchas veces el consumidor no tiene voz y porque el lobby que pueden hacer las empresas -y sobre todo las grandes, que son muy pocas- es muy poderoso en relación con la escasez de voces que tienen los consumidores o las asociaciones de defensa de los consumidores.
Yo sé que estamos tocando una gotita, pero es importantísima. Comparto que el problema ambiental que estamos viviendo en la humanidad, en particular en nuestro país, es grave. Me refiero al cambio climático, la contaminación de los espacios que están protegidos y los cauces.
Escuché la exposición de la señora diputada Austin y me pareció impecable porque evidentemente denota que este proyecto ha tenido un estudio, al igual que las demás iniciativas de otros legisladores que se están unificando.
Cuando digo que no se puede poner en juego la importancia del artículo 41 de la Constitución Nacional sobre la protección del medio ambiente, no podemos dejar de lado la de los consumidores.
En el dictamen que vamos a firmar hoy hay un artículo que en su redacción tiene un detalle que podría llevar a una confusión muy grande, en el sentido de cambiar la carga de la prueba en manos de los consumidores cuando existiere algún daño que proviniera de aquel que está entregando el producto, pero que al pasarlo al tupper del consumidor éste no puede probar que la responsabilidad es del proveedor.
Esto es así porque justamente los derechos relacionados con el medio ambiente, los consumidores y los trabajadores son de carácter protectorio e imponen que la carga de la prueba, lo objetivo, siempre esté a cargo del proveedor, la empresa o el empleador respecto de la parte que es más débil. Entonces, lo que hace el Estado -en este caso, nosotros legislando- es equilibrar el fiel de la balanza.
En este sentido, hemos estado hablando con usted, señor presidente, y con la señora diputada Austin, proponiendo una redacción que, si se me permite, voy a leer -o bien, la podré pasar al grupo-, para que el artículo pueda estar equilibrado.
Lo que proponemos es que se elimine la última parte del artículo, que dice lo siguiente: "Salvo que se probare que el daño es consecuencia de acciones u omisiones anteriores a la colocación de los alimentos o bebidas en los contenedores". Todo ello conforme los términos del libro de una disposición del Código Civil.
En razón de eso nos hemos puesto de acuerdo en una redacción respecto de la cual espero su instrucción, señor presidente, para leerla. Si estamos todos de acuerdo quedaría la redacción que habíamos acordado.
SR. PRESIDENTE GROSSO Lea la propuesta, señor diputado.
SR. RAMÓN Concretamente, proponemos que la redacción del artículo 8° sea la siguiente: "Productos de reparto y entrega de los alimentos.
"Los alimentos y bebidas que sean adquiridos para ser consumidos fuera de los establecimientos gastronómicos y comerciales de alimentos o sean trasladados al lugar donde se encuentre el consumidor por servicios de entrega a domicilio, deben reemplazar los recipientes contenedores de plástico de un solo uso alcanzados por el artículo 4° por otras alternativas que conlleven un menor impacto ambiental, tanto en su proceso de producción como en el de su descarte final.
"Los mismos deben ser construidos con materiales resistentes y encontrarse en buenas condiciones de higiene, no desprender sustancias nocivas ni contaminantes modificadoras de los caracteres organolépticos de dichos productos.
"También pueden aplicar descuentos o bonificaciones para los consumidores que lleven sus propios recipientes contenedores para el traslado. En los supuestos en que entreguen alimentos en los recipientes llevados por los consumidores, los establecimientos gastronómicos no serán responsables civilmente por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse como consecuencia de la falta de conservación en buenas condiciones de higiene de los mismos o en el caso de cualquier alteración, contaminación o daño ocasionado por la incidencia del hecho del damnificado."
Con esta redacción ya no hay un conflicto de intereses entre la protección del medio ambiente, el derecho de los proveedores y el derecho fundamental de los consumidores en una situación como la que se describe en el artículo 8°.
Desde ya, muchas gracias por la manera en que hemos sido escuchados. Gracias, señora diputada Austin, señor diputado Grosso y a todos aquellos que prestan el consentimiento para esta modificación.
"Los alimentos y bebidas que sean adquiridos para ser consumidos fuera de los establecimientos gastronómicos y comerciales de alimentos o sean trasladados al lugar donde se encuentre el consumidor por servicios de entrega a domicilio, deben reemplazar los recipientes contenedores de plástico de un solo uso alcanzados por el artículo 4° por otras alternativas que conlleven un menor impacto ambiental, tanto en su proceso de producción como en el de su descarte final.
"Los mismos deben ser construidos con materiales resistentes y encontrarse en buenas condiciones de higiene, no desprender sustancias nocivas ni contaminantes modificadoras de los caracteres organolépticos de dichos productos.
"También pueden aplicar descuentos o bonificaciones para los consumidores que lleven sus propios recipientes contenedores para el traslado. En los supuestos en que entreguen alimentos en los recipientes llevados por los consumidores, los establecimientos gastronómicos no serán responsables civilmente por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse como consecuencia de la falta de conservación en buenas condiciones de higiene de los mismos o en el caso de cualquier alteración, contaminación o daño ocasionado por la incidencia del hecho del damnificado."
Con esta redacción ya no hay un conflicto de intereses entre la protección del medio ambiente, el derecho de los proveedores y el derecho fundamental de los consumidores en una situación como la que se describe en el artículo 8°.
Desde ya, muchas gracias por la manera en que hemos sido escuchados. Gracias, señora diputada Austin, señor diputado Grosso y a todos aquellos que prestan el consentimiento para esta modificación.
SR. PRESIDENTE GROSSO Quiero informar a los señores diputados y las señoras diputadas que el equipo de trabajo unificó los cinco dictámenes en cabeza del proyecto de la señora diputada Austin.
Durante la tarde estuvimos hablando, se acepta la modificación y le pedimos al señor diputado Ramón que envíe el artículo propuesto al e-mail de la comisión, a fin de que quede asentada.
Tiene la palabra el señor diputado Zamarbide.
Durante la tarde estuvimos hablando, se acepta la modificación y le pedimos al señor diputado Ramón que envíe el artículo propuesto al e-mail de la comisión, a fin de que quede asentada.
Tiene la palabra el señor diputado Zamarbide.
SR. ZAMARBIDE Señor presidente: en la década del 50 se consideraba que un país era más desarrollado cuanta más cantidad de residuos generaba per cápita, es decir, en relación con la cantidad de habitantes. Por suerte esto está escrito, si no nos parecería increíble. De esa forma, Europa era más desarrollada que África porque generaba más residuos.
La verdad es que más allá de lo que expresaba el señor diputado Ramón, creo que tenemos que trabajar fuertemente en un cambio cultural.
Cuando uno habla con los intendentes se da cuenta de que la gente asocia la buena gestión de residuos con el servicio de recolección. Es decir, la gestión integral de residuos sólidos urbanos en mi municipio es buena si recogen mis residuos y se los llevan una o tres veces por semana, o bien, todos los días. ¿Qué pasa después con los residuos? Es como si desaparecieran mágicamente.
Ahí sí hay un tema en el que podemos gestionar, que es empezar, aunque parezca absurdo, a mostrar los rellenos sanitarios en la Argentina y los basurales que tenemos. Muchísima gente no los ha visto nunca, no los conoce y no sabe qué sucede con los residuos una vez que se los llevan de casa.
Hay muchos intendentes que están trabajando en este sentido porque hay que empezar a hacer ese cambio cultural, como dijo muy claramente Jerónimo Bucher -a quien felicito por su exposición- cuando hizo una descripción del problema a nivel global.
Quiero celebrar el trabajo de las ONG junto a nuestros equipos de trabajo y asesores que han llegado a este dictamen de unanimidad, que tiene algunos pilares. Uno de ellos es la gradualidad. Sabemos que avanzar en una reforma de fondo o modificando todo el sistema de gestión de plásticos es virtualmente imposible en la práctica. Entonces, avanzar de a poco con plazos establecidos, sin dejar de ser rigurosos por ello, me parece que es lo más inteligente que se puede hacer.
Avanzamos primero con el poliestireno expandido, que es quizá lo más fácil de reemplazar, así que me parece una muy buena iniciativa.
Creo que la política tiene esa facultad de modificar conductas sociales negativas. Por eso juntos tenemos que ir modificando esa cultura de descarte que tenemos, donde por supuesto es más fácil tirar un plástico entre los residuos que lavarlo y reutilizarlo, o bien, tirar los orgánicos al tacho que hacer compostaje.
Si este proceso de cambio no se lidera desde la política en conjunto con las organizaciones ambientales, que lo vienen haciendo muy bien y han picado en punta con esto, el cambio va a ser demasiado lento y el planeta no aguanta más.
Tenemos que seguir trabajando junto a todas las organizaciones de jóvenes, que han hecho un trabajo excelente los últimos años en esta materia para generar este cambio de conciencia social e imitar a los países que han empezado a hacer las cosas bien.
Por lo expuesto, celebro la iniciativa y el consenso que hemos alcanzado.
La verdad es que más allá de lo que expresaba el señor diputado Ramón, creo que tenemos que trabajar fuertemente en un cambio cultural.
Cuando uno habla con los intendentes se da cuenta de que la gente asocia la buena gestión de residuos con el servicio de recolección. Es decir, la gestión integral de residuos sólidos urbanos en mi municipio es buena si recogen mis residuos y se los llevan una o tres veces por semana, o bien, todos los días. ¿Qué pasa después con los residuos? Es como si desaparecieran mágicamente.
Ahí sí hay un tema en el que podemos gestionar, que es empezar, aunque parezca absurdo, a mostrar los rellenos sanitarios en la Argentina y los basurales que tenemos. Muchísima gente no los ha visto nunca, no los conoce y no sabe qué sucede con los residuos una vez que se los llevan de casa.
Hay muchos intendentes que están trabajando en este sentido porque hay que empezar a hacer ese cambio cultural, como dijo muy claramente Jerónimo Bucher -a quien felicito por su exposición- cuando hizo una descripción del problema a nivel global.
Quiero celebrar el trabajo de las ONG junto a nuestros equipos de trabajo y asesores que han llegado a este dictamen de unanimidad, que tiene algunos pilares. Uno de ellos es la gradualidad. Sabemos que avanzar en una reforma de fondo o modificando todo el sistema de gestión de plásticos es virtualmente imposible en la práctica. Entonces, avanzar de a poco con plazos establecidos, sin dejar de ser rigurosos por ello, me parece que es lo más inteligente que se puede hacer.
Avanzamos primero con el poliestireno expandido, que es quizá lo más fácil de reemplazar, así que me parece una muy buena iniciativa.
Creo que la política tiene esa facultad de modificar conductas sociales negativas. Por eso juntos tenemos que ir modificando esa cultura de descarte que tenemos, donde por supuesto es más fácil tirar un plástico entre los residuos que lavarlo y reutilizarlo, o bien, tirar los orgánicos al tacho que hacer compostaje.
Si este proceso de cambio no se lidera desde la política en conjunto con las organizaciones ambientales, que lo vienen haciendo muy bien y han picado en punta con esto, el cambio va a ser demasiado lento y el planeta no aguanta más.
Tenemos que seguir trabajando junto a todas las organizaciones de jóvenes, que han hecho un trabajo excelente los últimos años en esta materia para generar este cambio de conciencia social e imitar a los países que han empezado a hacer las cosas bien.
Por lo expuesto, celebro la iniciativa y el consenso que hemos alcanzado.
SR. PRESIDENTE GROSSO A continuación hará uso de la palabra el señor diputado Eduardo Fernández. Luego pasaremos a la firma del dictamen.
Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.
Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.
SR. FERNÁNDEZ (E.) Señor presidente: los señores diputados y las señoras diputadas que me precedieron, y fundamentalmente Jerónimo Bucher, ya se han referido a los fundamentos de este proyecto de ley.
Pero quiero celebrar el hecho de haber elaborado un dictamen donde ha sido tenida en cuenta no solo la gradualidad, sino también la segmentación hacia las pymes. Habiéndose hemos incluido en el Capítulo 6 del proyecto un régimen específico para la reconversión productiva de las mipymes.
Me parece que eso es algo que hay que rescatar porque en las leyes que estamos sancionando venimos tratando de segmentar específicamente para las mipymes.
Es importante fundamentalmente en este momento, porque las industrias y las empresas en general, además de la angustia de venir de una crisis, se han visto sometidas a otra crisis a raíz de la pandemia.
Cuando hablamos de legislar, van a ver que los empresarios tienen su precaución, porque hablamos de dejar de fabricar, comercializar o importar determinados artículos que son la base de la vida de muchas empresas que también han reclamado para que las tuviéramos en cuenta.
Creo que el Capítulo 6 le da al Ministerio de Desarrollo Productivo una misión que crea un régimen específico de reconversión de mipymes. Como ya hemos dicho, este capítulo hace constar en el presupuesto que la participación del Estado tiene que ir de la mano de estas transformaciones que, como muy bien han señalado los legisladores, es gradual y tienen que acompañarse mutuamente.
Entonces, hay regímenes en lo impositivo, hay apoyo crediticio y se define bien que la adhesión a esta gradualidad es más extensa. Además, se contempla la situación en que se encuentran las empresas, pero tomando como eje la necesidad de reconvertir la producción de estos materiales de plástico que, como ya se ha explicado, son perjudiciales para el ambiente y la salud humana.
También se establece una estabilidad de los beneficios, ya que les damos una seguridad a través de este Capítulo 6. Por otro lado, se determina un cupo de compras y un plazo más largo -diez años- de contraprestaciones con el Estado, y se pone al Estado en la obligación de favorecer la transferencia tecnológica para la reconversión de las empresas con el fin de salvar los puestos de trabajo y tener una producción más amigable con el medio ambiente.
Hemos dicho lo de los créditos y los beneficios a las mipymes para la reconversión productiva en residuos plásticos de un solo uso.
Entonces, este proyecto, cuya finalidad han detallado bien los legisladores que me precedieron en el uso de la palabra, resume lo que plantean un montón de proyectos que también toman en cuenta esta preocupación por los sectores productivos.
Por otra parte, este proyecto pone por delante el cumplimiento del objetivo que nos hemos trazado desde la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, que es legislar en favor del medio ambiente, identificando los productos y estableciendo regulaciones al respecto, pero también contemplando cada una de las situaciones. Es decir que los legisladores hemos contemplado la situación en que están las empresas. Pretendemos que ningún proyecto atente contra los puestos de trabajo. Nuestro objetivo principal es la sostenibilidad de las empresas. De lo contrario, si no tomáramos esta medida, favoreceríamos a los mercados alternativos o a aquellos más difíciles de controlar.
En este caso el Estado va a asistir y tener un registro. Considero muy importante que este proyecto de ley sea coronado con este Capítulo 6, sobre el cual han trabajado -y esto hay que reconocerlo- los diferentes asesores y asesoras, procurando unificar los proyectos pero también haciendo efectivos los reclamos sin modificar la esencia de la iniciativa.
Espero que ahora pasemos a la aprobación del dictamen.
Pero quiero celebrar el hecho de haber elaborado un dictamen donde ha sido tenida en cuenta no solo la gradualidad, sino también la segmentación hacia las pymes. Habiéndose hemos incluido en el Capítulo 6 del proyecto un régimen específico para la reconversión productiva de las mipymes.
Me parece que eso es algo que hay que rescatar porque en las leyes que estamos sancionando venimos tratando de segmentar específicamente para las mipymes.
Es importante fundamentalmente en este momento, porque las industrias y las empresas en general, además de la angustia de venir de una crisis, se han visto sometidas a otra crisis a raíz de la pandemia.
Cuando hablamos de legislar, van a ver que los empresarios tienen su precaución, porque hablamos de dejar de fabricar, comercializar o importar determinados artículos que son la base de la vida de muchas empresas que también han reclamado para que las tuviéramos en cuenta.
Creo que el Capítulo 6 le da al Ministerio de Desarrollo Productivo una misión que crea un régimen específico de reconversión de mipymes. Como ya hemos dicho, este capítulo hace constar en el presupuesto que la participación del Estado tiene que ir de la mano de estas transformaciones que, como muy bien han señalado los legisladores, es gradual y tienen que acompañarse mutuamente.
Entonces, hay regímenes en lo impositivo, hay apoyo crediticio y se define bien que la adhesión a esta gradualidad es más extensa. Además, se contempla la situación en que se encuentran las empresas, pero tomando como eje la necesidad de reconvertir la producción de estos materiales de plástico que, como ya se ha explicado, son perjudiciales para el ambiente y la salud humana.
También se establece una estabilidad de los beneficios, ya que les damos una seguridad a través de este Capítulo 6. Por otro lado, se determina un cupo de compras y un plazo más largo -diez años- de contraprestaciones con el Estado, y se pone al Estado en la obligación de favorecer la transferencia tecnológica para la reconversión de las empresas con el fin de salvar los puestos de trabajo y tener una producción más amigable con el medio ambiente.
Hemos dicho lo de los créditos y los beneficios a las mipymes para la reconversión productiva en residuos plásticos de un solo uso.
Entonces, este proyecto, cuya finalidad han detallado bien los legisladores que me precedieron en el uso de la palabra, resume lo que plantean un montón de proyectos que también toman en cuenta esta preocupación por los sectores productivos.
Por otra parte, este proyecto pone por delante el cumplimiento del objetivo que nos hemos trazado desde la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, que es legislar en favor del medio ambiente, identificando los productos y estableciendo regulaciones al respecto, pero también contemplando cada una de las situaciones. Es decir que los legisladores hemos contemplado la situación en que están las empresas. Pretendemos que ningún proyecto atente contra los puestos de trabajo. Nuestro objetivo principal es la sostenibilidad de las empresas. De lo contrario, si no tomáramos esta medida, favoreceríamos a los mercados alternativos o a aquellos más difíciles de controlar.
En este caso el Estado va a asistir y tener un registro. Considero muy importante que este proyecto de ley sea coronado con este Capítulo 6, sobre el cual han trabajado -y esto hay que reconocerlo- los diferentes asesores y asesoras, procurando unificar los proyectos pero también haciendo efectivos los reclamos sin modificar la esencia de la iniciativa.
Espero que ahora pasemos a la aprobación del dictamen.
SR. PRESIDENTE GROSSO Muchas gracias, señor diputado. Estoy totalmente de acuerdo. Es una alegría poder emitir dictamen respecto de este proyecto y este gran trabajo.
Como usted decía, hay que felicitar a los asesores y asesoras, pero también a los diputados y diputadas y a Jerónimo Bucher y tantos militantes y activistas ambientalistas que han impulsado esto por mucho tiempo. Hoy damos un paso más en esa dirección.
Por Secretaría se requerirá a cada integrante de la comisión que exprese de viva voz si suscribe el dictamen.
Como usted decía, hay que felicitar a los asesores y asesoras, pero también a los diputados y diputadas y a Jerónimo Bucher y tantos militantes y activistas ambientalistas que han impulsado esto por mucho tiempo. Hoy damos un paso más en esa dirección.
Por Secretaría se requerirá a cada integrante de la comisión que exprese de viva voz si suscribe el dictamen.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Se pone a consideración el dictamen unificado de los proyectos de ley de la señora diputada Austin y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente
6951-d-2019- y del señor diputado Fernández Langan -expediente
4252-d-2019- en primera competencia, sobre presupuestos mínimos y reducción progresiva de la utilización de productos plásticos de un solo uso para la protección ambiental.
También se han tenido a la vista los proyectos de ley del señor diputado Cabandié y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente 2646-d-2019-, del señor diputado Pietragalla Corti y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente 2472-d-2019-, de los señores diputados Monaldi y Stefani -expediente 3045-d-2019-, del señor diputado Grosso y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente 3718-d-2019- y del señor diputado Carambia y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expedientes 0028-d-2020 y 0126-d-2020-, sobre la misma temática.
Dado que las modificaciones fueron consensuadas y circularizadas, voy a dar lectura de la modificación propuesta por el señor diputado Ramón. El artículo 8º queda redactado de la siguiente manera:
"Artículo 8º: productos de reparto y entrega de alimentos.
"Los alimentos y las bebidas que sean adquiridos para ser consumidos fuera de los establecimientos gastronómicos y comerciales de alimentos o sean trasladados al lugar donde se encuentre el consumidor por servicios de entrega a domicilio deben reemplazar los recipientes contenedores de plástico de un solo uso alcanzados por el artículo 4º por otras alternativas que conlleven un menor impacto ambiental, tanto en el proceso de producción como en el de su descarte final.
"Los mismos deben ser construidos con materiales resistentes y encontrarse en buenas condiciones de higiene, no desprender sustancias nocivas ni contaminantes modificadoras de los caracteres organolépticos de dichos productos. También pueden aplicar descuentos o bonificaciones para los consumidores que lleven sus propios recipientes contenedores para su traslado.
"En los supuestos de que se entreguen alimentos en los recipientes llevados por consumidores, los establecimientos gastronómicos no serán responsables civilmente por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse como consecuencia de la falta de conservación en buenas condiciones de higiene de los mismos, o en el caso de cualquier alteración, contaminación o daño ocasionado por la incidencia del hecho damnificado".
También se han tenido a la vista los proyectos de ley del señor diputado Cabandié y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente 2646-d-2019-, del señor diputado Pietragalla Corti y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente 2472-d-2019-, de los señores diputados Monaldi y Stefani -expediente 3045-d-2019-, del señor diputado Grosso y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expediente 3718-d-2019- y del señor diputado Carambia y otras y otros señoras y señores diputadas y diputados -expedientes 0028-d-2020 y 0126-d-2020-, sobre la misma temática.
Dado que las modificaciones fueron consensuadas y circularizadas, voy a dar lectura de la modificación propuesta por el señor diputado Ramón. El artículo 8º queda redactado de la siguiente manera:
"Artículo 8º: productos de reparto y entrega de alimentos.
"Los alimentos y las bebidas que sean adquiridos para ser consumidos fuera de los establecimientos gastronómicos y comerciales de alimentos o sean trasladados al lugar donde se encuentre el consumidor por servicios de entrega a domicilio deben reemplazar los recipientes contenedores de plástico de un solo uso alcanzados por el artículo 4º por otras alternativas que conlleven un menor impacto ambiental, tanto en el proceso de producción como en el de su descarte final.
"Los mismos deben ser construidos con materiales resistentes y encontrarse en buenas condiciones de higiene, no desprender sustancias nocivas ni contaminantes modificadoras de los caracteres organolépticos de dichos productos. También pueden aplicar descuentos o bonificaciones para los consumidores que lleven sus propios recipientes contenedores para su traslado.
"En los supuestos de que se entreguen alimentos en los recipientes llevados por consumidores, los establecimientos gastronómicos no serán responsables civilmente por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse como consecuencia de la falta de conservación en buenas condiciones de higiene de los mismos, o en el caso de cualquier alteración, contaminación o daño ocasionado por la incidencia del hecho damnificado".
SR. PRESIDENTE GROSSO Por Secretaría se requerirá a cada integrante de la comisión que exprese de viva voz si suscribe el dictamen.
Manifiestan su acompañamiento al dictamen los señores diputados Grosso, Austin, Vilar, Arce, Frizza, Fagioli, Alume Sbodio, Brambilla, Camaño, Caparrós, Cerruti, Cornejo, Estévez, Fernández (E.), Fregonese, Grande, Iglesias, Lampreabe, Martínez (M.R.), Mendoza, Menna, Muñoz, Obeid, Spósito, Zamarbide y Zuvic.
No se escucha manifestación alguna al solicitarse la opinión del señor diputado Vázquez.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) El señor diputado Frigerio se tuvo que ausentar, pero dijo que luego va a firmar en forma digital.
Por otro lado, le pregunto al diputado Iglesias si quiere acompañar el dictamen del punto 1 del temario sobre la Ley Yolanda.
Por otro lado, le pregunto al diputado Iglesias si quiere acompañar el dictamen del punto 1 del temario sobre la Ley Yolanda.
SR. IGLESIAS No, señora secretaria. No estuve presente en el debate. Solo acompaño el dictamen que se encuentra a la firma.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Diputada María Rosa Martínez: ¿acompaña el dictamen sobre la Ley Yolanda?
SRA. MARTÍNEZ (M.R.) Sí, acompaño.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Diputada Cornejo: ¿acompaña el dictamen sobre la Ley Yolanda?
SRA. CORNEJO Sí, acompaño el dictamen, señora secretaria.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Señor presidente: puede continuar con la reunión.
SR. PRESIDENTE GROSSO Gracias, señora secretaria.
Ahora pasaremos a considerar proyectos de resolución y de declaración en bloque. Voy a hacer algunas aclaraciones. Hay dos o tres oradores y oradoras anotados para hacer uso de la palabra, y luego pasaremos a dictaminar por partes.
En primer lugar, tenemos proyectos de resolución y declaración. Son los puntos 3, 4, 5, 6 y 7 del temario, que se votarían todos juntos. Se trata de proyectos de resolución y de declaración que tienen competencia solo en nuestra comisión.
Ahora pasaremos a considerar proyectos de resolución y de declaración en bloque. Voy a hacer algunas aclaraciones. Hay dos o tres oradores y oradoras anotados para hacer uso de la palabra, y luego pasaremos a dictaminar por partes.
En primer lugar, tenemos proyectos de resolución y declaración. Son los puntos 3, 4, 5, 6 y 7 del temario, que se votarían todos juntos. Se trata de proyectos de resolución y de declaración que tienen competencia solo en nuestra comisión.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Perdón, señor presidente: serían los puntos 3, 4, 5, 6 y 10 del temario.
SR. PRESIDENTE GROSSO Exacto, son los puntos 3, 4, 5, 6 y 10; me había olvidado de este último. Muchas gracias, señora secretaria. Esos proyectos tienen competencia solo en nuestra comisión. Los nombraremos a la hora de dictaminar, así no lo hacemos dos veces.
Por otra parte, tenemos un proyecto de pedido informes de la señora diputada Camaño que tiene como competencia a nuestra comisión, así como a la de Energía y Combustibles.
Por último, tenemos un proyecto unificado de pedido informes, o sea, se unificaron varios proyectos que tienen competencia en nuestra comisión y que vamos a votar también en bloque porque ya están unificados. No sé si fui claro, pero lo intenté.
Para tratar esta tanda de proyectos, tiene la palabra la señora diputada Fregonese.
Por otra parte, tenemos un proyecto de pedido informes de la señora diputada Camaño que tiene como competencia a nuestra comisión, así como a la de Energía y Combustibles.
Por último, tenemos un proyecto unificado de pedido informes, o sea, se unificaron varios proyectos que tienen competencia en nuestra comisión y que vamos a votar también en bloque porque ya están unificados. No sé si fui claro, pero lo intenté.
Para tratar esta tanda de proyectos, tiene la palabra la señora diputada Fregonese.
SRA. FREGONESE Señor presidente: vamos a hablar de los seis proyectos de pedidos de informes sobre incendios que están unificados. ¿Es así?
SR. PRESIDENTE GROSSO Así es.
SRA. FREGONESE Perfecto.
En la reunión pasada manifestamos nuestro rechazo al proyecto de modificación de la ley 26.815, de manejo de fuego, porque parte del supuesto de que todos los incendios son intencionales, responsabilizando y sancionando al dueño del predio o superficie, sea responsable o no, sin siquiera tener la posibilidad de probar su inocencia y desconociendo la legislación existente específica en la materia.
Le pedimos en ese momento que tuviera en cuenta nuestro reclamo expresado en seis pedidos de informes -hoy unificados en uno-, sobre la gestión de los incendios que se ha llevado adelante en todo el país, que siguen con focos activos en cinco provincias, que ya han afectado más de 900.000 hectáreas y que lamentablemente continuarán.
Por eso quiero agradecerle, señor presidente, que haya aceptado y dado lugar a este pedido hoy más que nunca. Y digo "hoy más que nunca" porque estamos atravesando un período climático, La Niña, que probablemente se va a prolongar hasta el otoño. Esto significa sequía sumada a altas temperaturas, más incendios y más fuego. Y acá, más allá de encontrar a los responsables -que es importante-, tenemos que pensar cómo y con qué vamos a prevenir, gestionar y controlar este más que probable escenario.
Esperamos que estos pedidos tengan despacho y una rápida respuesta. Incluso seguimos con la esperanza de que los ministros Frederic y Cabandié vengan a dialogar y a contarnos cuál es la estrategia actual para estos próximos meses, porque queremos escucharlos.
Desde nuestro bloque proponemos un texto unificado de seis proyectos sobre pedidos de informes, pero voy a referirme brevemente a la parte vinculada al de mi autoría.
Más allá del tema presupuestario para la prevención y control del fuego donde vemos que ha habido una quita significativa, hay herramientas institucionales disponibles que deberían estar trabajando de manera permanente, como el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo, creado en octubre de 2016, el Sistema Federal de Manejo del Fuego y el Sistema Nacional de Alerta Temprana, entre otros.
Solicité información por las demoras en poner en acción estas herramientas institucionales cuando los incendios ya se habían propagado a causa de la gran sequía generalizada en todo el país. Quisiéramos saber por qué se tardó tanto en convocar a las mesas técnicas de coordinación previstas en el Programa Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres 2018-2023.
También quisiéramos saber por qué el primer reporte diario del Servicio Nacional de Manejo del Fuego se publicó recién el 26 de agosto, más de un mes después de que los primeros incendios de pastizales comenzaran a expandirse sin control.
Si bien esto ya pasó, necesitamos tener respuestas porque es hora de mirar el presente y el futuro. Queremos saber si se están utilizando estas estrategias institucionales para prevenir próximos desastres.
El Sinagir, creado por la ley 27.287, es clave; reúne a una enorme variedad de actores gubernamentales coordinados por el Ministerio de Seguridad con el fin de realizar acciones conjuntas y asignar recursos en forma eficiente para posibilitar el manejo racional de las crisis provocadas por aquellos desastres. Participan en él varios ministerios nacionales, representantes de las provincias y otros organismos responsables, y es el canal por el cual los actores de la sociedad civil pueden canalizar sus puntos de vista, necesidades y conocimientos técnicos.
Por todo esto, señor presidente, con la convicción de que hay que actuar en la prevención de potenciales desastres, solicito que este pedido de informes avance y que, eventualmente, podamos recibir la visita de los ministros para intercambiar impresiones y estrategias, y que nos cuenten cómo se van a manejar en estos meses para atender el fenómeno de La Niña.
En la reunión pasada manifestamos nuestro rechazo al proyecto de modificación de la ley 26.815, de manejo de fuego, porque parte del supuesto de que todos los incendios son intencionales, responsabilizando y sancionando al dueño del predio o superficie, sea responsable o no, sin siquiera tener la posibilidad de probar su inocencia y desconociendo la legislación existente específica en la materia.
Le pedimos en ese momento que tuviera en cuenta nuestro reclamo expresado en seis pedidos de informes -hoy unificados en uno-, sobre la gestión de los incendios que se ha llevado adelante en todo el país, que siguen con focos activos en cinco provincias, que ya han afectado más de 900.000 hectáreas y que lamentablemente continuarán.
Por eso quiero agradecerle, señor presidente, que haya aceptado y dado lugar a este pedido hoy más que nunca. Y digo "hoy más que nunca" porque estamos atravesando un período climático, La Niña, que probablemente se va a prolongar hasta el otoño. Esto significa sequía sumada a altas temperaturas, más incendios y más fuego. Y acá, más allá de encontrar a los responsables -que es importante-, tenemos que pensar cómo y con qué vamos a prevenir, gestionar y controlar este más que probable escenario.
Esperamos que estos pedidos tengan despacho y una rápida respuesta. Incluso seguimos con la esperanza de que los ministros Frederic y Cabandié vengan a dialogar y a contarnos cuál es la estrategia actual para estos próximos meses, porque queremos escucharlos.
Desde nuestro bloque proponemos un texto unificado de seis proyectos sobre pedidos de informes, pero voy a referirme brevemente a la parte vinculada al de mi autoría.
Más allá del tema presupuestario para la prevención y control del fuego donde vemos que ha habido una quita significativa, hay herramientas institucionales disponibles que deberían estar trabajando de manera permanente, como el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo, creado en octubre de 2016, el Sistema Federal de Manejo del Fuego y el Sistema Nacional de Alerta Temprana, entre otros.
Solicité información por las demoras en poner en acción estas herramientas institucionales cuando los incendios ya se habían propagado a causa de la gran sequía generalizada en todo el país. Quisiéramos saber por qué se tardó tanto en convocar a las mesas técnicas de coordinación previstas en el Programa Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres 2018-2023.
También quisiéramos saber por qué el primer reporte diario del Servicio Nacional de Manejo del Fuego se publicó recién el 26 de agosto, más de un mes después de que los primeros incendios de pastizales comenzaran a expandirse sin control.
Si bien esto ya pasó, necesitamos tener respuestas porque es hora de mirar el presente y el futuro. Queremos saber si se están utilizando estas estrategias institucionales para prevenir próximos desastres.
El Sinagir, creado por la ley 27.287, es clave; reúne a una enorme variedad de actores gubernamentales coordinados por el Ministerio de Seguridad con el fin de realizar acciones conjuntas y asignar recursos en forma eficiente para posibilitar el manejo racional de las crisis provocadas por aquellos desastres. Participan en él varios ministerios nacionales, representantes de las provincias y otros organismos responsables, y es el canal por el cual los actores de la sociedad civil pueden canalizar sus puntos de vista, necesidades y conocimientos técnicos.
Por todo esto, señor presidente, con la convicción de que hay que actuar en la prevención de potenciales desastres, solicito que este pedido de informes avance y que, eventualmente, podamos recibir la visita de los ministros para intercambiar impresiones y estrategias, y que nos cuenten cómo se van a manejar en estos meses para atender el fenómeno de La Niña.
SR. PRESIDENTE GROSSO Por supuesto, vamos a avanzar en ese sentido. De hecho, estamos de acuerdo; ni nosotros ni nuestro ministro tiene problemas al respecto. Si hay alguien que ha estado involucrado en las políticas de Estado para lograr apagar el fuego ha sido nuestro ministro Cabandié. Todos sabemos -está la información- que el Servicio Nacional de Manejo del Fuego pasó a la órbita del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
En cuanto a los recursos del presupuesto, la semana pasada hemos aprobado el presupuesto de la Nación, en el que se incorpora un 3 por mil a las primas de seguro para garantizar una buena fuente de recursos para el Servicio Nacional de Manejo del Fuego. Comento esto porque ya lo hemos conversado; luego el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible hará el informe correspondiente y tendremos la oportunidad de conversar sobre este tema.
Tiene la palabra el señor diputado Zamarbide para referirse, según entiendo, a los proyectos de resolución y de declaración.
En cuanto a los recursos del presupuesto, la semana pasada hemos aprobado el presupuesto de la Nación, en el que se incorpora un 3 por mil a las primas de seguro para garantizar una buena fuente de recursos para el Servicio Nacional de Manejo del Fuego. Comento esto porque ya lo hemos conversado; luego el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible hará el informe correspondiente y tendremos la oportunidad de conversar sobre este tema.
Tiene la palabra el señor diputado Zamarbide para referirse, según entiendo, a los proyectos de resolución y de declaración.
SR. ZAMARBIDE Señor presidente: hemos tenido reiterados encuentros de esta comisión. Se ha hablado mucho de cambio climático. Sin embargo, nos alarma que, a veces, lo conceptual no se instrumente luego en un accionar concreto.
El hemisferio sur, climáticamente suele ser un reflejo de lo que pasa en el hemisferio norte. Hoy California ha tenido uno de los veranos más secos y calurosos de su historia; se han desarrollado mecanismos de resiliencia y adaptación, y nosotros deberíamos ir por el mismo camino. El cambio climático rompe el régimen hídrico; es decir, tenemos más precipitaciones y tormentas más fuertes, seguidas de grandes periodos de sequía, lo que, desde un punto de vista productivo, es muy difícil de manejar en nuestro monte, al igual que el control de los incendios.
La diferencia entre el dicho y el hecho es el presupuesto. Debemos tener un presupuesto que prevea estas situaciones, que sabemos que se van a dar. Más allá del fenómeno de La Niña -al que hacía referencia la señora diputada Fregonese-, lo cierto es que el cambio climático es una tendencia innegable de la que hemos hablado mucho en esta comisión; pero necesitamos poner el pie en el acelerador y desarrollar instrumentos de resiliencia y de adaptación frente a este cambio climático que es una realidad.
Celebro que el Congreso apruebe estos pedidos de informes y que citemos al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible para que dé las explicaciones pertinentes. Lo hemos dicho en público y lo decimos también en esta comisión.
Creo que es facultad del Congreso desarrollar estos mecanismos de resiliencia, sobre todo por la inmediatez que requiere nuestro Poder Ejecutivo para cumplir una obligación que compete al gobierno nacional.
Nosotros estamos para apoyarlo. Sin ir más lejos, presenté un proyecto de ley para enfrentar la emergencia hídrica en Mendoza que propone aumentar el insignificante monto asignado para el Fondo Nacional para la Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios.
En un país tan dependiente del agro como el nuestro, para enfrentar el cambio climático se requieren los presupuestos necesarios que aseguren la producción frente al cambio climático, que inevitablemente llega.
Quiero aclarar que he invitado a todos a acompañar ese proyecto. En ese sentido, valoro el acompañamiento de la señora diputada Camaño y de otros diputados de distintos bloques y provincias; me hubiese gustado contar también con el apoyo de los representantes del oficialismo.
Finalmente, para no extenderme en el tiempo, solo agregaré que la diferencia entre el dicho y el hecho es el presupuesto. Nosotros esperamos que se destinen fondos concretos para la lucha contra incendios forestales en la Argentina. Se acerca el verano; vamos a tener temperaturas elevadas y esperamos contar con novedades lo antes posible.
El hemisferio sur, climáticamente suele ser un reflejo de lo que pasa en el hemisferio norte. Hoy California ha tenido uno de los veranos más secos y calurosos de su historia; se han desarrollado mecanismos de resiliencia y adaptación, y nosotros deberíamos ir por el mismo camino. El cambio climático rompe el régimen hídrico; es decir, tenemos más precipitaciones y tormentas más fuertes, seguidas de grandes periodos de sequía, lo que, desde un punto de vista productivo, es muy difícil de manejar en nuestro monte, al igual que el control de los incendios.
La diferencia entre el dicho y el hecho es el presupuesto. Debemos tener un presupuesto que prevea estas situaciones, que sabemos que se van a dar. Más allá del fenómeno de La Niña -al que hacía referencia la señora diputada Fregonese-, lo cierto es que el cambio climático es una tendencia innegable de la que hemos hablado mucho en esta comisión; pero necesitamos poner el pie en el acelerador y desarrollar instrumentos de resiliencia y de adaptación frente a este cambio climático que es una realidad.
Celebro que el Congreso apruebe estos pedidos de informes y que citemos al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible para que dé las explicaciones pertinentes. Lo hemos dicho en público y lo decimos también en esta comisión.
Creo que es facultad del Congreso desarrollar estos mecanismos de resiliencia, sobre todo por la inmediatez que requiere nuestro Poder Ejecutivo para cumplir una obligación que compete al gobierno nacional.
Nosotros estamos para apoyarlo. Sin ir más lejos, presenté un proyecto de ley para enfrentar la emergencia hídrica en Mendoza que propone aumentar el insignificante monto asignado para el Fondo Nacional para la Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios.
En un país tan dependiente del agro como el nuestro, para enfrentar el cambio climático se requieren los presupuestos necesarios que aseguren la producción frente al cambio climático, que inevitablemente llega.
Quiero aclarar que he invitado a todos a acompañar ese proyecto. En ese sentido, valoro el acompañamiento de la señora diputada Camaño y de otros diputados de distintos bloques y provincias; me hubiese gustado contar también con el apoyo de los representantes del oficialismo.
Finalmente, para no extenderme en el tiempo, solo agregaré que la diferencia entre el dicho y el hecho es el presupuesto. Nosotros esperamos que se destinen fondos concretos para la lucha contra incendios forestales en la Argentina. Se acerca el verano; vamos a tener temperaturas elevadas y esperamos contar con novedades lo antes posible.
SR. PRESIDENTE GROSSO Reitero que hemos aprobado un presupuesto un poco superior a lo que, de hecho, su bloque proponía para el Programa Nacional de Manejo del Fuego. Creo que contamos entonces con una buena posibilidad para avanzar y atacar el problema de los incendios.
Además, tenemos otras propuestas que pasan por evitar los incendios, no solo por prever los recursos para apagarlos efectivamente. Se trata de una propuesta del presidente de nuestro bloque sobre la que hemos emitido dictamen en la reunión anterior; es decir que, más allá de las posiciones de cada bloque, hoy tiene dictamen y será tratado en el recinto.
Si la señora diputada Camaño quiere hacer referencia a su proyecto, tiene la palabra. Si no, pasaríamos a la firma de los dictámenes.
Además, tenemos otras propuestas que pasan por evitar los incendios, no solo por prever los recursos para apagarlos efectivamente. Se trata de una propuesta del presidente de nuestro bloque sobre la que hemos emitido dictamen en la reunión anterior; es decir que, más allá de las posiciones de cada bloque, hoy tiene dictamen y será tratado en el recinto.
Si la señora diputada Camaño quiere hacer referencia a su proyecto, tiene la palabra. Si no, pasaríamos a la firma de los dictámenes.
SRA. CAMAÑO Señor presidente: le agradezco, pero ya argumenté el proyecto la semana pasada al presentarlo, por lo que no redundaré ahora en mayores detalles.
SR. PRESIDENTE GROSSO Si nadie más hace uso de la palabra, pasaremos a la firma de los dictámenes en forma conjunta. Hay acuerdo en todos los asuntos; no obstante, en caso de que alguien manifieste una opinión contraria, quedará constancia.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Los proyectos de resolución cuyos dictámenes pasan a la firma están contenidos en los siguientes expedientes:
0464-d-20, del señor diputado Pastori y otros;
0484-d-20, de la señora diputada Crescimbeni y otros;
0847-d-20, del señor diputado Carambia y otros;
0848-d-20, del señor diputado Carambia y otros;
4222-d-20, de la señora diputada Sapag, y
1541-d-20, del señor diputado Angelini y otros.
Por su parte, el punto 9 del temario incluye los proyectos de resolución, unificados en un mismo dictamen, contenidos en los siguientes expedientes: 3036-d-20, de la señora diputada Ximena García y otros; 3058-d-20, de la señora diputada Scaglia; 3982-d-20, del señor diputado Arce y otros; 4419-d-20, de la señora diputada Mendoza y otros; 4523-d-20, de la señora diputada Fregonese y otros, y 5474-d-20, de la señora diputada Jetter y otros. Se trata de pedidos de informes al Poder Ejecutivo, y para la elaboración del dictamen se ha tenido a la vista el proyecto de declaración de las señoras diputadas Ruarte y El Sukaria contenido en el expediente 4409-d-20, y los proyectos de resolución de la señora diputada Ayala y otros contenidos en los expedientes 4439-d-20 y 5220-d-20.
Finalmente, en lo que respecta a la competencia de esta comisión, pasa a la firma el dictamen recaído en el proyecto de resolución de la señora diputada Camaño contenido en el expediente 2716-d-20.
Por su parte, el punto 9 del temario incluye los proyectos de resolución, unificados en un mismo dictamen, contenidos en los siguientes expedientes: 3036-d-20, de la señora diputada Ximena García y otros; 3058-d-20, de la señora diputada Scaglia; 3982-d-20, del señor diputado Arce y otros; 4419-d-20, de la señora diputada Mendoza y otros; 4523-d-20, de la señora diputada Fregonese y otros, y 5474-d-20, de la señora diputada Jetter y otros. Se trata de pedidos de informes al Poder Ejecutivo, y para la elaboración del dictamen se ha tenido a la vista el proyecto de declaración de las señoras diputadas Ruarte y El Sukaria contenido en el expediente 4409-d-20, y los proyectos de resolución de la señora diputada Ayala y otros contenidos en los expedientes 4439-d-20 y 5220-d-20.
Finalmente, en lo que respecta a la competencia de esta comisión, pasa a la firma el dictamen recaído en el proyecto de resolución de la señora diputada Camaño contenido en el expediente 2716-d-20.
SR. PRESIDENTE GROSSO Por Secretaría se requerirá a cada integrante de la comisión que exprese de viva voz si suscribe los dictámenes recaídos en los proyectos de resolución enunciados.
Manifiestan su acompañamiento a los dictámenes los señores diputados Grosso, Austin, Vilar, Arce, Frizza, Fagioli, Alumé Sbodio, Brambilla, Camaño, Caparrós, Cerruti, Cornejo (V.), Estévez (G.B.), Fernández (E.), Fregonese, Grande, Iglesias, Lampreabe, Martínez (M.R.), Menna, Muñoz, Obeid, Sposito y Zamarbide.
SRA. SECRETARIA (FUENTES) Las señoras diputadas Mendoza y Zuvic no se manifestaron. De todas maneras, quedan por tres horas los dictámenes colgados en el GPD para que sean suscriptos de manera digital, en especial por las legisladoras y los legisladores que no estuvieron presentes al momento en que consulté en forma oral. Son quienes están conectados a Webex y a VPN.
SR. PRESIDENTE GROSSO Quiero expresar que siento una alegría enorme, porque tenemos la ley Yolanda y dimos un pasito más en los presupuestos mínimos para la eliminación de plásticos de un solo uso.
Gracias, Carolina; gracias, Jerónimo; gracias a los diputados y las diputadas. Seguramente, nos veremos la próxima semana.
No habiendo más asuntos para tratar, declaro finalizada esta reunión de comisión.
Gracias, Carolina; gracias, Jerónimo; gracias a los diputados y las diputadas. Seguramente, nos veremos la próxima semana.
No habiendo más asuntos para tratar, declaro finalizada esta reunión de comisión.
Es la hora 20 y 17.