RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 149
Secretario Administrativo DR. SAADE MARTIN OMAR
Jefe SR. OTTONE IGNACIO
Martes 14.30hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2132 Internos 2132/2133
crnaturales@hcdn.gov.ar
- RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO
Reunión del día 03/05/2016
- REINO DE MARRUECOS - CONJUNTA CON AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE DEL HONORABLE SENADO.
- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los tres días del mes de mayo de 2016, a la hora 16 y 16:
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Damos comienzo a la reunión conjunta de las comisiones de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Honorable Cámara de Diputados y de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Honorable Senado.
El señor presidente de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable, senador Fernando "Pino" Solanas, en nombre de todos los integrantes de dicha comisión, y quien les habla, como presidente de la Comisión de la Cámara de Diputados y en nombre de todos sus miembros, recibimos con enorme satisfacción la propuesta que nos hace nuestro querido Reino de Marruecos mediante la visita del presidente de su Consejo Nacional de los Derechos Humanos, señor Driss El Yazami. Lo acompañan alguien que ya es un amigo nuestro, el embajador del Reino de Marruecos, señor Fouad Yazourh, y su ministro plenipotenciario, señor Kamal Haoudi.
La visita tiene un particular interés en el sentido de que Marruecos será la sede de la reunión del COP 22, que se celebrará en el mes de noviembre. Como ustedes recordarán, la anterior se realizó en París.
En relación con esta nueva reunión, Marruecos ha dispuesto un esquema de organización para este encuentro tan trascendente. Uno de los integrantes de ese comité que la organiza es el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos. Precisamente él va a comentar a los legisladores de la República Argentina los aspectos vinculados con este encuentro y, tal como me lo acaban de señalar, toda la disposición para que, al margen de esta reunión que es el motivo central de sus presencias, se trate cualquier otro tema relacionado con los derechos humanos, además de todo lo relativo con el medio ambiente.
A continuación hará uso de la palabra el señor senador "Pino" Solanas, quien dará la bienvenida a nuestros invitados. Posteriormente lo hará el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos.
El señor presidente de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable, senador Fernando "Pino" Solanas, en nombre de todos los integrantes de dicha comisión, y quien les habla, como presidente de la Comisión de la Cámara de Diputados y en nombre de todos sus miembros, recibimos con enorme satisfacción la propuesta que nos hace nuestro querido Reino de Marruecos mediante la visita del presidente de su Consejo Nacional de los Derechos Humanos, señor Driss El Yazami. Lo acompañan alguien que ya es un amigo nuestro, el embajador del Reino de Marruecos, señor Fouad Yazourh, y su ministro plenipotenciario, señor Kamal Haoudi.
La visita tiene un particular interés en el sentido de que Marruecos será la sede de la reunión del COP 22, que se celebrará en el mes de noviembre. Como ustedes recordarán, la anterior se realizó en París.
En relación con esta nueva reunión, Marruecos ha dispuesto un esquema de organización para este encuentro tan trascendente. Uno de los integrantes de ese comité que la organiza es el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos. Precisamente él va a comentar a los legisladores de la República Argentina los aspectos vinculados con este encuentro y, tal como me lo acaban de señalar, toda la disposición para que, al margen de esta reunión que es el motivo central de sus presencias, se trate cualquier otro tema relacionado con los derechos humanos, además de todo lo relativo con el medio ambiente.
A continuación hará uso de la palabra el señor senador "Pino" Solanas, quien dará la bienvenida a nuestros invitados. Posteriormente lo hará el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos.
SR. SENADOR SOLANAS Señor presidente: en primer término quiero dar la bienvenida al señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos y al señor embajador del Reino de Marruecos.
En segundo lugar deseo señalar que desde hace varios meses nos estamos preparando para llevar propuestas a la COP 22. Nosotros participamos de la reunión celebrada en París en diciembre del año pasado. El compromiso que se asumió allí fue muy fuerte.
Increíblemente, en lugar de haberse reducido en otros años el consumo de las energías fósiles y de las reservas, estas últimas aumentaron. Es decir, si no se corta el impulso consumista el calentamiento global estaría más próximo a los 3 grados que a los 2 grados.
Por supuesto que de lo que estamos hablando es de la mayor amenaza que tiene hoy la vida en el planeta, que es la emisión de los gases del efecto invernadero y el calentamiento global.
Nosotros llegamos a París con un proyecto por el que se establece como objetivo llegar al año 2050 en la Argentina con el reemplazo de la energía eléctrica por las energías renovables. Ese proyecto tiene una escala de compromisos y un pormenorizado detalle de cómo se financia.
Cuando llegamos a París nos encontramos con que eran muchos los países que estaban trabajando en la misma dirección. Cuando nos fuimos, cerca de sesenta delegaciones compartían esa meta de llegar al año 2050 con el reemplazo de las energías fósiles por las energías renovables.
En esos dilemas estamos. Podemos hablar muchísimo del tema, pero se trata ante todo de una gran batalla cultural que no tiene límites, ya que hay que cambiar hábitos de consumo, industrias, tecnologías, etcétera.
Muchas gracias por estar acá presentes. Vamos a trabajar mucho para poder llegar a la reunión que se celebrará en Marruecos en noviembre de este año.
En segundo lugar deseo señalar que desde hace varios meses nos estamos preparando para llevar propuestas a la COP 22. Nosotros participamos de la reunión celebrada en París en diciembre del año pasado. El compromiso que se asumió allí fue muy fuerte.
Increíblemente, en lugar de haberse reducido en otros años el consumo de las energías fósiles y de las reservas, estas últimas aumentaron. Es decir, si no se corta el impulso consumista el calentamiento global estaría más próximo a los 3 grados que a los 2 grados.
Por supuesto que de lo que estamos hablando es de la mayor amenaza que tiene hoy la vida en el planeta, que es la emisión de los gases del efecto invernadero y el calentamiento global.
Nosotros llegamos a París con un proyecto por el que se establece como objetivo llegar al año 2050 en la Argentina con el reemplazo de la energía eléctrica por las energías renovables. Ese proyecto tiene una escala de compromisos y un pormenorizado detalle de cómo se financia.
Cuando llegamos a París nos encontramos con que eran muchos los países que estaban trabajando en la misma dirección. Cuando nos fuimos, cerca de sesenta delegaciones compartían esa meta de llegar al año 2050 con el reemplazo de las energías fósiles por las energías renovables.
En esos dilemas estamos. Podemos hablar muchísimo del tema, pero se trata ante todo de una gran batalla cultural que no tiene límites, ya que hay que cambiar hábitos de consumo, industrias, tecnologías, etcétera.
Muchas gracias por estar acá presentes. Vamos a trabajar mucho para poder llegar a la reunión que se celebrará en Marruecos en noviembre de este año.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Como dijo el señor senador Solanas, el Reino de Marruecos es uno de los mejores ejemplos mundiales en materia de conversión de la energía en energía renovable. De manera tal que aquí tenemos a los maestros, a quienes tenemos que imitar.
Tiene la palabra el presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos, señor Driss El Yazami.
Tiene la palabra el presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos, señor Driss El Yazami.
SR. EL YAZAMI (INTERPRETADO DEL FRANCÉS) Como presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos, estoy muy contento de haber sido invitado en esta ocasión para hablar en calidad de organizador de la COP 22.
Es evidente la importancia histórica del Acuerdo de París firmado en el mes de diciembre. Claramente, lo que está pasando en el medioambiente es una amenaza para todos, porque la Tierra es nuestra casa común. Lo que se pudo lograr con el Acuerdo de París es fijar determinados objetivos, formular medidas de revisión y potenciar una adaptación a lo que está sucediendo.
El Acuerdo de París fue la ocasión para la mayoría de los países del mundo de afirmar esta voluntad y de encontrar soluciones completas al problema del calentamiento global.
Por eso se firmó el Acuerdo de Nueva York el 22 de abril, del cual forman parte Marruecos y la Argentina. En este sentido, el objetivo de la COP 22 es ser la puesta de la implementación del Acuerdo de París, es decir, que sea realmente otro paso en este proceso de adopción del acuerdo.
Este acuerdo fue implementado por el Reino de Marruecos junto a la República Francesa y a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Calentamiento Climático. Intentaré resumir las prioridades que se van a presentar durante la COP 22.
La primera prioridad es la cuestión de la financiación, en particular con la creación de un fondo de 100 mil millones de dólares para luchar contra el calentamiento climático. En este sentido, lo primero que quiero plantear es que este fondo no es suficiente. Debería ser aumentado, sobre todo teniendo en cuenta que, por ejemplo, solamente para el continente africano se necesitan 50 mil millones de dólares. Entonces, la cuestión radica en lograr la ampliación de este fondo para tener más recursos y saber cómo gastarlos.
La segunda prioridad es la cuestión de la adaptación, es decir, ver cómo podemos ponerla al mismo nivel que la atenuación. En este sentido, se trata de ver cómo se puede medir esta adaptación, cuáles son los planes concretos para aplicarla y, particularmente, determinar cómo se pueden adaptar al Acuerdo de París los países del Sur.
La tercera prioridad que se plantea es la de reforzar las capacidades. Ese es el gran desafío de la mayoría de los países. En este sentido, se trata de ver qué políticas concretas de reforzamiento de las capacidades se pueden aplicar, en particular viendo cómo involucrar a todos los actores, sean estáticos o no, sean institutos de investigación, gobiernos, etcétera.
Una de las propuestas que hay en Marruecos es la creación de centros de competencias regionales. La idea es que como los países por sí solos no pueden hacerse cargo de estas cuestiones, les conviene unirse. Entonces, en el caso de las reflexiones que puedan surgir a nivel regional, como por ejemplo en África, lo conveniente es tomarlas en forma colectiva. Del mismo modo, deberían conectarse los centros de competencia. Por ejemplo, si tenemos centros de competencia en América Latina, ellos deberían ser conectados con los de África, estableciéndose así una relación.
Para dar un ejemplo concreto de estas problemáticas diré que en julio de este año habrá una conferencia de los países del Mediterráneo en Tánger, Marruecos, donde precisamente se quieren plantear las redes de competencias de los investigadores para enfrentar juntos el problema del calentamiento climático.
Por ejemplo, en el caso del Mar Mediterráneo, si el nivel del mar sigue aumentando como lo viene haciendo, puede llegar a subir hasta 70 centímetros, lo que en la realidad se plasma en el hecho de que 10 millones de personas deban irse del Delta del Nilo.
La cuarta prioridad es la cuestión de la transferencia de tecnología, que estaba incluida en el Acuerdo de París. Se trata de determinar las condiciones de transferencia de tecnología del Norte al Sur, que es la más tradicional. Pero también habría que desarrollar tecnologías propias al Sur, dado que éste tiene problemáticas propias. Por ejemplo, la desertificación es una problemática más propia del Sur que del Norte. En este sentido, se debe intentar definir las modalidades de las transferencias de tecnología y ampliar el desarrollo de estas tecnologías propias al Sur.
La quinta prioridad que se plantea es la de los territorios. Esto se entiende en el sentido de que luchar contra los efectos del cambio climático necesita obviamente de una acción universal de todos los Estados, pero también de la acción propiamente nacional, no solamente del gobierno nacional, sino también de los consejos regionales y de los municipios. O sea, a nivel local y microlocal. Entonces, es muy importante que en Marruecos se plantee la cuestión de la acción territorial de las colectividades territoriales en la lucha contra el cambio climático.
Lo que se plantea en este sentido es desarrollar una cooperación que sea descentralizada entre los municipios, a nivel regional de las colectividades, y nacional.
Quiero remarcar cuáles son las prioridades para el polo de la sociedad civil que represento a nivel de la organización de la COP 22.
La toma de conciencia internacional del calentamiento global es una batalla que viene desde hace muchos años y realmente se tiene que destacar la importancia de los investigadores y de la sociedad civil en el planteo y en la puesta en primer plano de esta cuestión.
Para el Reino de Marruecos hay una importancia muy grande de los parlamentos. En este sentido, los parlamentarios se asociaron a este proceso de la gran conferencia de Marruecos y se convocó a una reunión de la Unión Interparlamentaria Internacional para el 13 de noviembre en Marrakech, precisamente porque el Reino de Marruecos estima que los parlamentos son la voz del pueblo y deben tener una representación en el debate de la COP 22.
La aplicación del Acuerdo de París claramente es una responsabilidad de los gobiernos, pero es necesario plantear que tanto la participación de los parlamentos como la de la sociedad civil son indispensables para la aplicación del acuerdo. De lo contrario, los gobiernos tendrían dificultades para aplicarlo; podrían escaparse y no aplicarlo.
La segunda prioridad de este polo de la sociedad civil es la relación entre las mujeres y el cambio climático, porque si bien ellas son las primeras víctimas y las que más lo sufren en primera instancia, si tienen los medios para actuar son las que más potencialidad tienen de
lograr efectos concretos. Esto se vincula con la relación de los jóvenes con el cambio climático. El mundo que vamos a dejar puede ser tanto terrible como vivible, pero es necesario movilizar a la juventud en la lucha contra el cambio climático y darles voz para que puedan expresar lo que tengan que decir al respecto.
Para concluir, la Conferencia de Marrakech brindará acceso a la zona llamada "azul", bajo responsabilidad de Naciones Unidas y donde se llevarán a cabo las reuniones formales. Además de esta zona "azul", el Reino de Marruecos quiere este espacio abierto a la sociedad civil internacional. En este sentido, vengo a afirmar la voluntad de acoger en las mejores condiciones posibles a toda la sociedad civil. Invito particularmente a los parlamentarios argentinos y a la sociedad civil argentina. Si bien el calentamiento global es una amenaza contra toda la Humanidad, hay que decir que en alguna medida el Sur lo sufre más que el Norte. En ese sentido, la voluntad de la Conferencia de Marrakech y el objetivo del Reino de Marruecos es hacer escuchar la voz del Sur. Esto es a lo que nosotros aspiramos.
Es evidente la importancia histórica del Acuerdo de París firmado en el mes de diciembre. Claramente, lo que está pasando en el medioambiente es una amenaza para todos, porque la Tierra es nuestra casa común. Lo que se pudo lograr con el Acuerdo de París es fijar determinados objetivos, formular medidas de revisión y potenciar una adaptación a lo que está sucediendo.
El Acuerdo de París fue la ocasión para la mayoría de los países del mundo de afirmar esta voluntad y de encontrar soluciones completas al problema del calentamiento global.
Por eso se firmó el Acuerdo de Nueva York el 22 de abril, del cual forman parte Marruecos y la Argentina. En este sentido, el objetivo de la COP 22 es ser la puesta de la implementación del Acuerdo de París, es decir, que sea realmente otro paso en este proceso de adopción del acuerdo.
Este acuerdo fue implementado por el Reino de Marruecos junto a la República Francesa y a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Calentamiento Climático. Intentaré resumir las prioridades que se van a presentar durante la COP 22.
La primera prioridad es la cuestión de la financiación, en particular con la creación de un fondo de 100 mil millones de dólares para luchar contra el calentamiento climático. En este sentido, lo primero que quiero plantear es que este fondo no es suficiente. Debería ser aumentado, sobre todo teniendo en cuenta que, por ejemplo, solamente para el continente africano se necesitan 50 mil millones de dólares. Entonces, la cuestión radica en lograr la ampliación de este fondo para tener más recursos y saber cómo gastarlos.
La segunda prioridad es la cuestión de la adaptación, es decir, ver cómo podemos ponerla al mismo nivel que la atenuación. En este sentido, se trata de ver cómo se puede medir esta adaptación, cuáles son los planes concretos para aplicarla y, particularmente, determinar cómo se pueden adaptar al Acuerdo de París los países del Sur.
La tercera prioridad que se plantea es la de reforzar las capacidades. Ese es el gran desafío de la mayoría de los países. En este sentido, se trata de ver qué políticas concretas de reforzamiento de las capacidades se pueden aplicar, en particular viendo cómo involucrar a todos los actores, sean estáticos o no, sean institutos de investigación, gobiernos, etcétera.
Una de las propuestas que hay en Marruecos es la creación de centros de competencias regionales. La idea es que como los países por sí solos no pueden hacerse cargo de estas cuestiones, les conviene unirse. Entonces, en el caso de las reflexiones que puedan surgir a nivel regional, como por ejemplo en África, lo conveniente es tomarlas en forma colectiva. Del mismo modo, deberían conectarse los centros de competencia. Por ejemplo, si tenemos centros de competencia en América Latina, ellos deberían ser conectados con los de África, estableciéndose así una relación.
Para dar un ejemplo concreto de estas problemáticas diré que en julio de este año habrá una conferencia de los países del Mediterráneo en Tánger, Marruecos, donde precisamente se quieren plantear las redes de competencias de los investigadores para enfrentar juntos el problema del calentamiento climático.
Por ejemplo, en el caso del Mar Mediterráneo, si el nivel del mar sigue aumentando como lo viene haciendo, puede llegar a subir hasta 70 centímetros, lo que en la realidad se plasma en el hecho de que 10 millones de personas deban irse del Delta del Nilo.
La cuarta prioridad es la cuestión de la transferencia de tecnología, que estaba incluida en el Acuerdo de París. Se trata de determinar las condiciones de transferencia de tecnología del Norte al Sur, que es la más tradicional. Pero también habría que desarrollar tecnologías propias al Sur, dado que éste tiene problemáticas propias. Por ejemplo, la desertificación es una problemática más propia del Sur que del Norte. En este sentido, se debe intentar definir las modalidades de las transferencias de tecnología y ampliar el desarrollo de estas tecnologías propias al Sur.
La quinta prioridad que se plantea es la de los territorios. Esto se entiende en el sentido de que luchar contra los efectos del cambio climático necesita obviamente de una acción universal de todos los Estados, pero también de la acción propiamente nacional, no solamente del gobierno nacional, sino también de los consejos regionales y de los municipios. O sea, a nivel local y microlocal. Entonces, es muy importante que en Marruecos se plantee la cuestión de la acción territorial de las colectividades territoriales en la lucha contra el cambio climático.
Lo que se plantea en este sentido es desarrollar una cooperación que sea descentralizada entre los municipios, a nivel regional de las colectividades, y nacional.
Quiero remarcar cuáles son las prioridades para el polo de la sociedad civil que represento a nivel de la organización de la COP 22.
La toma de conciencia internacional del calentamiento global es una batalla que viene desde hace muchos años y realmente se tiene que destacar la importancia de los investigadores y de la sociedad civil en el planteo y en la puesta en primer plano de esta cuestión.
Para el Reino de Marruecos hay una importancia muy grande de los parlamentos. En este sentido, los parlamentarios se asociaron a este proceso de la gran conferencia de Marruecos y se convocó a una reunión de la Unión Interparlamentaria Internacional para el 13 de noviembre en Marrakech, precisamente porque el Reino de Marruecos estima que los parlamentos son la voz del pueblo y deben tener una representación en el debate de la COP 22.
La aplicación del Acuerdo de París claramente es una responsabilidad de los gobiernos, pero es necesario plantear que tanto la participación de los parlamentos como la de la sociedad civil son indispensables para la aplicación del acuerdo. De lo contrario, los gobiernos tendrían dificultades para aplicarlo; podrían escaparse y no aplicarlo.
La segunda prioridad de este polo de la sociedad civil es la relación entre las mujeres y el cambio climático, porque si bien ellas son las primeras víctimas y las que más lo sufren en primera instancia, si tienen los medios para actuar son las que más potencialidad tienen de
lograr efectos concretos. Esto se vincula con la relación de los jóvenes con el cambio climático. El mundo que vamos a dejar puede ser tanto terrible como vivible, pero es necesario movilizar a la juventud en la lucha contra el cambio climático y darles voz para que puedan expresar lo que tengan que decir al respecto.
Para concluir, la Conferencia de Marrakech brindará acceso a la zona llamada "azul", bajo responsabilidad de Naciones Unidas y donde se llevarán a cabo las reuniones formales. Además de esta zona "azul", el Reino de Marruecos quiere este espacio abierto a la sociedad civil internacional. En este sentido, vengo a afirmar la voluntad de acoger en las mejores condiciones posibles a toda la sociedad civil. Invito particularmente a los parlamentarios argentinos y a la sociedad civil argentina. Si bien el calentamiento global es una amenaza contra toda la Humanidad, hay que decir que en alguna medida el Sur lo sufre más que el Norte. En ese sentido, la voluntad de la Conferencia de Marrakech y el objetivo del Reino de Marruecos es hacer escuchar la voz del Sur. Esto es a lo que nosotros aspiramos.
SR. YAZOURH Y que el Sur tenga una responsabilidad histórica.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Es importante saber que el Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos, cuyo presidente nos acompaña, no tiene dependencia del Poder Ejecutivo ni del Parlamento. Se trata de un órgano autárquico que nuclea a las organizaciones no gubernamentales. Esto explica en gran medida el enfoque y las palabras que nos ha dejado su presidente. En este sentido, pienso que no es en vano aclarar a los señores legisladores que el señor embajador pidió tener reuniones por separado. Por un lado, se reunirá con los ministros y demás representantes del Poder Ejecutivo, y por el otro, con los legisladores. De esta manera puede recibir los diferentes enfoques de quienes tenemos responsabilidades de gobierno, incluidos los de aquellos que estamos en el ámbito parlamentario. El objetivo además es llegar por nuestro intermedio al sector que él representa en su país, que es la sociedad civil y sus organizaciones.
En este sentido, le agradecemos los aspectos señalados en torno a la mujer y a los jóvenes en la relación de ambos con el cambio climático.
Estamos trabajando en nuestro país, precisamente a través del Senado de la Nación y del señor presidente de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable, senador Fernando "Pino" Solanas.
Aprovecho para agradecer la presencia en esta reunión de la señora Norma Morandini, directora del Observatorio de Derechos Humanos del Honorable Senado. Precisamente, uno de los programas en los que queremos trabajar es el denominado Ambiente y Derechos Humanos.
En este sentido, le agradecemos los aspectos señalados en torno a la mujer y a los jóvenes en la relación de ambos con el cambio climático.
Estamos trabajando en nuestro país, precisamente a través del Senado de la Nación y del señor presidente de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable, senador Fernando "Pino" Solanas.
Aprovecho para agradecer la presencia en esta reunión de la señora Norma Morandini, directora del Observatorio de Derechos Humanos del Honorable Senado. Precisamente, uno de los programas en los que queremos trabajar es el denominado Ambiente y Derechos Humanos.
SR. EL YASAMI (INTERPRETADO DEL FRANCÉS) Quiero hacer un comentario en este sentido. Si bien la comunidad internacional firmó a fines de 2015 el Acuerdo de París, al mismo tiempo se adoptaron en Nueva York los objetivos de desarrollo sustentable, que fueron elaborados según una aproximación -en realidad, en castellano se diría diferenciación, pero en ese idioma ese término no es tan evidente como sí lo es en francés- en base a los derechos humanos.
Entonces, se intenta vincular a esas dos expresiones, justamente en estos objetivos de desarrollo sustentable. Una pista que tiene el Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos es cómo articular una reflexión entre los objetivos de desarrollo sustentable y el Acuerdo de París. En este sentido, el Consejo Nacional va a organizar una gran conferencia de instituciones nacionales en materia de derechos humanos, que en realidad son en los países del mundo la contraparte de lo que es el Consejo Nacional de Derechos Humanos. Hay ciento seis en el mundo.
Esta conferencia se va a celebrar a fines de septiembre de 2016, precisamente para reflexionar sobre esta articulación entre los objetivos de desarrollo sustentable y el Acuerdo de París.
Entonces, se intenta vincular a esas dos expresiones, justamente en estos objetivos de desarrollo sustentable. Una pista que tiene el Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos es cómo articular una reflexión entre los objetivos de desarrollo sustentable y el Acuerdo de París. En este sentido, el Consejo Nacional va a organizar una gran conferencia de instituciones nacionales en materia de derechos humanos, que en realidad son en los países del mundo la contraparte de lo que es el Consejo Nacional de Derechos Humanos. Hay ciento seis en el mundo.
Esta conferencia se va a celebrar a fines de septiembre de 2016, precisamente para reflexionar sobre esta articulación entre los objetivos de desarrollo sustentable y el Acuerdo de París.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra la señora diputada Ciciliani.
SRA. DIPUTADA CICILIANI Señor presidente: quiero darles la bienvenida al señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos y al señor embajador del Reino de Marruecos, agradeciéndoles su presencia, su deferencia y su vinculación con los legisladores.
Tuve la oportunidad de ser recibida por el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del en su oficina de Marruecos.
La historia de su vida y de la institución que preside es la referencia del avance de la democracia y los derechos humanos en el país al que representa.
Para el Partido Socialista es un honor y un compromiso asumir esta invitación que nos está haciendo. Le deseo éxitos en las jornadas que se llevarán a cabo en Marruecos en el mes de noviembre.
Tenemos una gran oportunidad en el Sur. El cambio climático es un gran desafío que nos da la oportunidad de crear condiciones de desarrollo sustentable, de bregar por el incremento de la cooperación financiera hacia los países del Sur y de estar preparados en la cooperación Sur-Sur para aprovechar esta oportunidad.
Tuve la oportunidad de ser recibida por el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del en su oficina de Marruecos.
La historia de su vida y de la institución que preside es la referencia del avance de la democracia y los derechos humanos en el país al que representa.
Para el Partido Socialista es un honor y un compromiso asumir esta invitación que nos está haciendo. Le deseo éxitos en las jornadas que se llevarán a cabo en Marruecos en el mes de noviembre.
Tenemos una gran oportunidad en el Sur. El cambio climático es un gran desafío que nos da la oportunidad de crear condiciones de desarrollo sustentable, de bregar por el incremento de la cooperación financiera hacia los países del Sur y de estar preparados en la cooperación Sur-Sur para aprovechar esta oportunidad.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra el señor senador Solanas.
SR. SENADOR SOLANAS Señor presidente: quiero agradecer al señor El Yazami su introducción, sus palabras y el esbozo de los escenarios que vamos a tener en Marruecos.
Me permito agregar algunas reflexiones desde el punto de vista de quienes padecemos el enorme proceso de contaminación que han traído los modelos de desarrollo, entendido este último como sinónimo de crecimiento. Los controles públicos sobre los procesos industriales y de contaminación en el Sur existen poco o nada.
Sería muy interesante que pudiéramos realizar en Marruecos -ya que hay un encuentro de parlamentarios- un encuentro específico de los países del Sur. Esto lo digo porque nosotros somos víctimas de un proceso de contaminación brutal. Tengamos en cuenta que el 46 o 47 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero lo generan los Estados Unidos y China. Si esto lo sumamos a lo que generan la Comunidad Europea, Rusia y Japón llegamos a más de un 70 por ciento.
Es decir que padecemos el efecto de una suerte de guerra climática. Esta palabra puede asustar, pero bajando a tierra la idea del calentamiento global significa -como el señor El Yazami lo acaba de decir- que si en el Mar Mediterráneo el nivel del agua sube 70 centímetros se produce el éxodo de poblaciones enteras, desertificación, hambrunas y, por lo tanto, trata de personas y esclavitud.
Las víctimas están en el Sur. Es decir, ¿cómo repara el Norte la gran deuda climática que tiene con los países del Sur? Ese fue el corazón de una de las discusiones más importantes en la COP 21 de París. ¿Cómo nos defendemos? Ustedes, que están generando la mayor contaminación planetaria y que tendrían que tener índices de decrecimiento y no de crecimiento, nos ayudan a defendernos a nosotros.
Están sus observaciones y el interesante tema de la tecnología, el fondo de financiación y todas estas cuestiones que se discuten, pero no es lo mismo Escandinavia que el Norte de África o América del Sur.
Entonces, creo que nos debemos un encuentro por el cambio climático Sur-Sur porque las asimetrías son monumentales. Nosotros somos víctimas de un neocolonialismo global que ha generado todo tipo de mecanismos para tener que soportar estas situaciones.
Nosotros lo llamamos neocolonialismo global. Es muy difícil salir del proceso de globalización, pero los organismos internacionales funcionan en la defensa de ese proceso: la transnacional desembarca en su país o en el mío, hace un desastre ambiental y, ¿me puede contar, señor presidente, cómo hace usted para cobrarles?
Acá están todas las megamineras a cielo abierto. Se van y dejan las minas a cielo abierto sin remediación, expuestas a la lluvia ácida durante décadas. Si usted tiene un conflicto -los acabamos de tener- y los denuncia, es un mentiroso y un provocador. Por ejemplo, nosotros denunciamos durante muchísimos años lo que iba a pasar en San Juan, con la mina Veladero, donde para llevar adelante el yacimiento se modificaron las cartas geográficas del Instituto Geográfico Militar. ¿Entiende lo que le estoy diciendo? Eso se hizo para decir que allí no había glaciares ni periglaciares y que por ende se podía levantar el yacimiento.
Todo eso se dio con la complicidad de los gobiernos provinciales. Las provincias pobres ven esto como la llegada del mesías de la transnacional, que ofrece y contamina con sus promesas a la población entera. Pero la admiten pensando felizmente que tendrán trabajo y progreso. Poco de eso ocurre y lo que queda es un tendal de contaminación.
Hemos tenido a fin del año pasado un derrame de cianuro en la mina de oro más importante del país. Esto fue negado por la empresa y por la provincia. Después una universidad dijo que había contaminado varios ríos, pero lo negaron. Finalmente la Policía Federal dijo que los ríos contaminados no eran dos, sino cinco.
Pero si usted protesta y le sacan la concesión termina en los tribunales arbitrales del Banco Mundial, es decir, en el CIADI, donde si usted es miembro tiene que cumplir la sentencia entera porque las resoluciones de ese organismo son definitivas, inapelables y obligatorias.
Entonces, cuando digo que somos víctimas de un neocolonialismo extractivista -extractivismo sin ningún valor agregado-, tenga usted presente, señor presidente, que toda la minería a cielo abierto de la transnacionales se exporta desde la Argentina sin control público y sin refinación en el país. Se llevan sesenta y tantos metales, de los que sesenta van de regalo porque pagan ridículas regalías sobre tres. Es contrabando agravado.
Es decir que acá ha habido una complicidad muy grande de nuestros gobiernos, que por supuesto, han permitido semejante abuso, pero estamos en una madeja, en una estructura o tela de araña jurídica y económica donde es muy difícil hacer justicia.
Por lo tanto, hay un reclamo del Sur en el sentido de recibir serias compensaciones por los desastres que nos provoca la guerra climática.
Ni que a hablar del tema del petróleo. Por ejemplo, en una de las ciudades más importantes de la Patagonia, Comodoro Rivadavia, no se puede tomar agua porque está contaminada. En consecuencia, la gente debe consumir agua mineral.
Entonces, todos estos son grandes desastres. Como en general el extractivismo se realiza lejos y no aquí, en los suburbios de las grandes capitales y en países que son unitarios, todo lo relativo a la información es poco y difícilmente uno pueda comunicarse y hacer justicia.
En definitiva, creo que el gran problema no solamente es detener la emisión, sino también ver cómo nos van a compensar, porque de la misma manera que el 20 por ciento de la población mundial se queda con el 80 por ciento de la renta que genera el planeta, el 80 por ciento restante vive solo con el 20 por ciento remanente de esa renta.
Entonces, la injusticia, el saqueo y la impune contaminación global son los temas que más nos preocupan y que hoy generan un gran movimiento de conciencia por el cambio cultural, que es el movimiento ambiental, en todas partes del mundo y sobre todo por parte de la juventud, que en última instancia es la que sufrirá las consecuencias de todo esto.
Mi pregunta es qué lugar le damos a la reflexión de los países del Sur frente a esta tragedia, porque seremos las principales víctimas. Además somos los que más indefensos estamos en materia de catástrofes, mientras que los países ricos tienen mecanismos de seguridad, de prevención de catástrofes y de provisión de recursos para trasladar poblaciones enteras.
Me permito agregar algunas reflexiones desde el punto de vista de quienes padecemos el enorme proceso de contaminación que han traído los modelos de desarrollo, entendido este último como sinónimo de crecimiento. Los controles públicos sobre los procesos industriales y de contaminación en el Sur existen poco o nada.
Sería muy interesante que pudiéramos realizar en Marruecos -ya que hay un encuentro de parlamentarios- un encuentro específico de los países del Sur. Esto lo digo porque nosotros somos víctimas de un proceso de contaminación brutal. Tengamos en cuenta que el 46 o 47 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero lo generan los Estados Unidos y China. Si esto lo sumamos a lo que generan la Comunidad Europea, Rusia y Japón llegamos a más de un 70 por ciento.
Es decir que padecemos el efecto de una suerte de guerra climática. Esta palabra puede asustar, pero bajando a tierra la idea del calentamiento global significa -como el señor El Yazami lo acaba de decir- que si en el Mar Mediterráneo el nivel del agua sube 70 centímetros se produce el éxodo de poblaciones enteras, desertificación, hambrunas y, por lo tanto, trata de personas y esclavitud.
Las víctimas están en el Sur. Es decir, ¿cómo repara el Norte la gran deuda climática que tiene con los países del Sur? Ese fue el corazón de una de las discusiones más importantes en la COP 21 de París. ¿Cómo nos defendemos? Ustedes, que están generando la mayor contaminación planetaria y que tendrían que tener índices de decrecimiento y no de crecimiento, nos ayudan a defendernos a nosotros.
Están sus observaciones y el interesante tema de la tecnología, el fondo de financiación y todas estas cuestiones que se discuten, pero no es lo mismo Escandinavia que el Norte de África o América del Sur.
Entonces, creo que nos debemos un encuentro por el cambio climático Sur-Sur porque las asimetrías son monumentales. Nosotros somos víctimas de un neocolonialismo global que ha generado todo tipo de mecanismos para tener que soportar estas situaciones.
Nosotros lo llamamos neocolonialismo global. Es muy difícil salir del proceso de globalización, pero los organismos internacionales funcionan en la defensa de ese proceso: la transnacional desembarca en su país o en el mío, hace un desastre ambiental y, ¿me puede contar, señor presidente, cómo hace usted para cobrarles?
Acá están todas las megamineras a cielo abierto. Se van y dejan las minas a cielo abierto sin remediación, expuestas a la lluvia ácida durante décadas. Si usted tiene un conflicto -los acabamos de tener- y los denuncia, es un mentiroso y un provocador. Por ejemplo, nosotros denunciamos durante muchísimos años lo que iba a pasar en San Juan, con la mina Veladero, donde para llevar adelante el yacimiento se modificaron las cartas geográficas del Instituto Geográfico Militar. ¿Entiende lo que le estoy diciendo? Eso se hizo para decir que allí no había glaciares ni periglaciares y que por ende se podía levantar el yacimiento.
Todo eso se dio con la complicidad de los gobiernos provinciales. Las provincias pobres ven esto como la llegada del mesías de la transnacional, que ofrece y contamina con sus promesas a la población entera. Pero la admiten pensando felizmente que tendrán trabajo y progreso. Poco de eso ocurre y lo que queda es un tendal de contaminación.
Hemos tenido a fin del año pasado un derrame de cianuro en la mina de oro más importante del país. Esto fue negado por la empresa y por la provincia. Después una universidad dijo que había contaminado varios ríos, pero lo negaron. Finalmente la Policía Federal dijo que los ríos contaminados no eran dos, sino cinco.
Pero si usted protesta y le sacan la concesión termina en los tribunales arbitrales del Banco Mundial, es decir, en el CIADI, donde si usted es miembro tiene que cumplir la sentencia entera porque las resoluciones de ese organismo son definitivas, inapelables y obligatorias.
Entonces, cuando digo que somos víctimas de un neocolonialismo extractivista -extractivismo sin ningún valor agregado-, tenga usted presente, señor presidente, que toda la minería a cielo abierto de la transnacionales se exporta desde la Argentina sin control público y sin refinación en el país. Se llevan sesenta y tantos metales, de los que sesenta van de regalo porque pagan ridículas regalías sobre tres. Es contrabando agravado.
Es decir que acá ha habido una complicidad muy grande de nuestros gobiernos, que por supuesto, han permitido semejante abuso, pero estamos en una madeja, en una estructura o tela de araña jurídica y económica donde es muy difícil hacer justicia.
Por lo tanto, hay un reclamo del Sur en el sentido de recibir serias compensaciones por los desastres que nos provoca la guerra climática.
Ni que a hablar del tema del petróleo. Por ejemplo, en una de las ciudades más importantes de la Patagonia, Comodoro Rivadavia, no se puede tomar agua porque está contaminada. En consecuencia, la gente debe consumir agua mineral.
Entonces, todos estos son grandes desastres. Como en general el extractivismo se realiza lejos y no aquí, en los suburbios de las grandes capitales y en países que son unitarios, todo lo relativo a la información es poco y difícilmente uno pueda comunicarse y hacer justicia.
En definitiva, creo que el gran problema no solamente es detener la emisión, sino también ver cómo nos van a compensar, porque de la misma manera que el 20 por ciento de la población mundial se queda con el 80 por ciento de la renta que genera el planeta, el 80 por ciento restante vive solo con el 20 por ciento remanente de esa renta.
Entonces, la injusticia, el saqueo y la impune contaminación global son los temas que más nos preocupan y que hoy generan un gran movimiento de conciencia por el cambio cultural, que es el movimiento ambiental, en todas partes del mundo y sobre todo por parte de la juventud, que en última instancia es la que sufrirá las consecuencias de todo esto.
Mi pregunta es qué lugar le damos a la reflexión de los países del Sur frente a esta tragedia, porque seremos las principales víctimas. Además somos los que más indefensos estamos en materia de catástrofes, mientras que los países ricos tienen mecanismos de seguridad, de prevención de catástrofes y de provisión de recursos para trasladar poblaciones enteras.
SR. EL YAZAMI (INTERPRETADO DEL FRANCÉS) Mi planteo es que juntemos varias intervenciones y después brindemos una respuesta común.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra la señora diputada Ferreyra.
SRA. DIPUTADA FERREYRA Señor presidente: en primer lugar quiero aprovechar esta oportunidad para saludar a nuestros invitados. El año pasado los integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados fuimos invitados a participar de un congreso que se realizó en su país, pero no pudimos ir.
Recién escuchaba al señor senador Solanas y, más allá de algunas diferencias que podamos tener, coincido con él. Hace unos días escuchaba a unos de los miembros de la expedición científico-militar que tiene una de nuestras bases antárticas en la zona más austral del mundo donde se pueda vivir. El comentaba que llovía en un lugar donde en la historia de la Humanidad nunca había llovido. Esto da una dimensión del problema que tenemos, al cual obviamente llegamos tarde.
También escuché decir a algunos participantes de la sociedad civil en la Cumbre de París que les había quedado un sabor a poco. Esto tiene que ver con el tema de que no estamos encontrando regulaciones o marcos adecuados. Adhiero a la idea de la relación Sur-Sur, por muchas de las razones que expresó el señor senador Solanas y que no quiero repetir. Creo que nosotros, además de la reparación, podemos aportar una mirada nueva y distinta.
Hay cierta irracionalidad en el Primer Mundo. Por ejemplo, en relación con el uso de las energías limpias, en España se aplican multas por usar paneles solares. Esto es inexplicable. Este es sólo un pequeño caso. Está el problema de la obsolescencia programada, como forma de funcionamiento de un sistema que termina haciéndonos pagar a nosotros la falta de consumo y las consecuencias del cambio climático.
De manera tal que apoyamos lo dicho hasta ahora. Ojalá podamos participar también del encuentro que se realizará en noviembre.
Sin ánimo de abusar del tiempo y yendo a otro tema, quisiera preguntarle al señor El Yazami en relación con lo que sucedió recientemente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Me refiero a la votación por la cual dos países latinoamericanos cuestionaron la resolución de expulsar una parte sustancial de la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental -Minurso-, a raíz de unas declaraciones del secretario General de las Naciones Unidas. Quisiera tener su opinión al respecto. Yo tengo la mía. Creo que es necesario extremar todos los recaudos que se puedan hacer al referéndum. Creemos en la autodeterminación de los pueblos y pensamos que el camino a la paz exige -aunque sé que no esta palabra no le va a gustar- de los ocupantes el mayor compromiso y responsabilidad. En otras palabras, el mayor compromiso y responsabilidad los tiene el que está en una posición de mayor poder y, como en este caso, de mayor ocupación.
Quiero conocer la opinión del señor El Yazami respecto de este tema, sobre todo con relación al cuestionamiento que ejercieron dos de los países latinoamericanos.
Recién escuchaba al señor senador Solanas y, más allá de algunas diferencias que podamos tener, coincido con él. Hace unos días escuchaba a unos de los miembros de la expedición científico-militar que tiene una de nuestras bases antárticas en la zona más austral del mundo donde se pueda vivir. El comentaba que llovía en un lugar donde en la historia de la Humanidad nunca había llovido. Esto da una dimensión del problema que tenemos, al cual obviamente llegamos tarde.
También escuché decir a algunos participantes de la sociedad civil en la Cumbre de París que les había quedado un sabor a poco. Esto tiene que ver con el tema de que no estamos encontrando regulaciones o marcos adecuados. Adhiero a la idea de la relación Sur-Sur, por muchas de las razones que expresó el señor senador Solanas y que no quiero repetir. Creo que nosotros, además de la reparación, podemos aportar una mirada nueva y distinta.
Hay cierta irracionalidad en el Primer Mundo. Por ejemplo, en relación con el uso de las energías limpias, en España se aplican multas por usar paneles solares. Esto es inexplicable. Este es sólo un pequeño caso. Está el problema de la obsolescencia programada, como forma de funcionamiento de un sistema que termina haciéndonos pagar a nosotros la falta de consumo y las consecuencias del cambio climático.
De manera tal que apoyamos lo dicho hasta ahora. Ojalá podamos participar también del encuentro que se realizará en noviembre.
Sin ánimo de abusar del tiempo y yendo a otro tema, quisiera preguntarle al señor El Yazami en relación con lo que sucedió recientemente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Me refiero a la votación por la cual dos países latinoamericanos cuestionaron la resolución de expulsar una parte sustancial de la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental -Minurso-, a raíz de unas declaraciones del secretario General de las Naciones Unidas. Quisiera tener su opinión al respecto. Yo tengo la mía. Creo que es necesario extremar todos los recaudos que se puedan hacer al referéndum. Creemos en la autodeterminación de los pueblos y pensamos que el camino a la paz exige -aunque sé que no esta palabra no le va a gustar- de los ocupantes el mayor compromiso y responsabilidad. En otras palabras, el mayor compromiso y responsabilidad los tiene el que está en una posición de mayor poder y, como en este caso, de mayor ocupación.
Quiero conocer la opinión del señor El Yazami respecto de este tema, sobre todo con relación al cuestionamiento que ejercieron dos de los países latinoamericanos.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra el señor diputado Lusquiños.
SR. DIPUTADO LUSQUIÑOS Señor presidente: quiero dar la bienvenida al señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos y al señor embajador del Reino de Marruecos.
Voy a tratar de ser muy breve. Vengo de la provincia de San Luis, una provincia muy pequeña, mediterránea, ubicada en el centro de la República Argentina y que tiene una fuerte cultura e impronta -tanto pública como privada- en el cuidado del medio ambiente.
Quiero transmitir al señor El Yazami alguna información y reflexión. En mi provincia está prohibida la minería a cielo abierto y la energía nuclear. Tenemos sistemas de monitoreo para que nuestros pueblos tengan emisiones de carbono cero.
También tenemos un tratado interno que, con un poco de arrogancia, nosotros lo llamamos tratado de paz entre el medio ambiente y el progreso. ¿Por qué? Los derechos humanos son derechos de tercera generación. El cuidado del medio ambiente es un derecho humano de tercera generación que hay que respetar. Es imposible suponer la vida en el planeta Tierra sin el cuidado del medio ambiente.
El derecho a progresar también es un derecho humano que está legislado y reglamentado por las Naciones Unidas. Tenemos derecho a progresar los pueblos, las personas, las ciudades y las naciones. Muchas veces estos dos derechos humanos parecieran ser antagónicos o se presentan de ese modo. Generalmente, cuanto más antagónicos son es cuando más monopólico y depredador es el que viene a hacer la inversión; esto entre nosotros, por lo que pido a la intérprete que no traduzca nada al francés.
Entonces, en realidad, el esqueleto cultural e intelectual sobre el cual nosotros trabajamos los temas económicos y los de los derechos humanos consiste en buscar el punto de conciliación. A eso lo llamamos tratado de paz entre el medio ambiente y el progreso. En otras palabras, cómo defendemos dos derechos humanos aparentemente antagónicos, pero que pueden y deben ser totalmente complementarios.
Ahora bien, en muchos períodos hemos tenido inconvenientes porque somos una provincia, un Estado federal. Nos hemos encontrado con que vamos a Copenhague y es nada. Después vamos a París y es muy poquito. Ahora también vamos a ir a Marruecos, no solo como parlamentarios nacionales sino como representantes de nuestras provincias. Y nuestras expectativas son enormes.
Como bien decía el señor senador Solanas -lo decía de otra forma pero lo resumo-, quien contamina es quien fija las reglas de la descontaminación. Esa contradicción pone a los pueblos -en este caso a los del Sur- en una situación de debilidad que no pueden seguir tolerando. Tenemos que buscar nuestras propias formas, si es que estas reglas siguen siendo dogmáticas en favor del que contamina para autodescontaminarse.
Entonces, para resumir diría que esto es como un partido de fútbol, en el que a nosotros nos toca jugar descalzos, con ropa de nylon y con un referí que ponen ustedes. Y ante cualquier eventualidad los tribunales están en la FIFA de Suiza.
Entonces, nosotros, como país libre y autónomo que toma sus propias decisiones y tiene sus provincias que lo conforman, tenemos expectativas de avanzar. No podemos cometer los mismos errores.
En San Luis hicimos un trabajo impresionante: plantamos 15 millones de árboles. El plan de la Premio Nobel de la Paz -creo que era de Nigeria- era plantar un millón y medio de árboles. Nosotros plantamos 15 millones. Nos presentamos al Protocolo de Kyoto. Después, "no Kyoto". (Risas.)
Ahora, si no tenemos reglas claras vamos por ese mismo camino, porque cada vez que hacemos algo nos cambian el arco. Y el que cambia el arco es el contaminador.
Para no abundar en detalles quiero decir que adherimos a la propuesta del señor senador Solanas. Creemos que los parlamentarios tienen que tener un espacio más protagónico en Marruecos.
En la Argentina muchísimos legisladores tenemos experiencia de gobierno. Tenemos la experiencia de haber sido legisladores durante muchos años y podemos hacer muchos aportes. Pero debo decirle al señor embajador que nosotros no nos sentimos escuchados. Esperemos que en Marruecos esta vez sí nos den un ámbito para ello.
Voy a tratar de ser muy breve. Vengo de la provincia de San Luis, una provincia muy pequeña, mediterránea, ubicada en el centro de la República Argentina y que tiene una fuerte cultura e impronta -tanto pública como privada- en el cuidado del medio ambiente.
Quiero transmitir al señor El Yazami alguna información y reflexión. En mi provincia está prohibida la minería a cielo abierto y la energía nuclear. Tenemos sistemas de monitoreo para que nuestros pueblos tengan emisiones de carbono cero.
También tenemos un tratado interno que, con un poco de arrogancia, nosotros lo llamamos tratado de paz entre el medio ambiente y el progreso. ¿Por qué? Los derechos humanos son derechos de tercera generación. El cuidado del medio ambiente es un derecho humano de tercera generación que hay que respetar. Es imposible suponer la vida en el planeta Tierra sin el cuidado del medio ambiente.
El derecho a progresar también es un derecho humano que está legislado y reglamentado por las Naciones Unidas. Tenemos derecho a progresar los pueblos, las personas, las ciudades y las naciones. Muchas veces estos dos derechos humanos parecieran ser antagónicos o se presentan de ese modo. Generalmente, cuanto más antagónicos son es cuando más monopólico y depredador es el que viene a hacer la inversión; esto entre nosotros, por lo que pido a la intérprete que no traduzca nada al francés.
Entonces, en realidad, el esqueleto cultural e intelectual sobre el cual nosotros trabajamos los temas económicos y los de los derechos humanos consiste en buscar el punto de conciliación. A eso lo llamamos tratado de paz entre el medio ambiente y el progreso. En otras palabras, cómo defendemos dos derechos humanos aparentemente antagónicos, pero que pueden y deben ser totalmente complementarios.
Ahora bien, en muchos períodos hemos tenido inconvenientes porque somos una provincia, un Estado federal. Nos hemos encontrado con que vamos a Copenhague y es nada. Después vamos a París y es muy poquito. Ahora también vamos a ir a Marruecos, no solo como parlamentarios nacionales sino como representantes de nuestras provincias. Y nuestras expectativas son enormes.
Como bien decía el señor senador Solanas -lo decía de otra forma pero lo resumo-, quien contamina es quien fija las reglas de la descontaminación. Esa contradicción pone a los pueblos -en este caso a los del Sur- en una situación de debilidad que no pueden seguir tolerando. Tenemos que buscar nuestras propias formas, si es que estas reglas siguen siendo dogmáticas en favor del que contamina para autodescontaminarse.
Entonces, para resumir diría que esto es como un partido de fútbol, en el que a nosotros nos toca jugar descalzos, con ropa de nylon y con un referí que ponen ustedes. Y ante cualquier eventualidad los tribunales están en la FIFA de Suiza.
Entonces, nosotros, como país libre y autónomo que toma sus propias decisiones y tiene sus provincias que lo conforman, tenemos expectativas de avanzar. No podemos cometer los mismos errores.
En San Luis hicimos un trabajo impresionante: plantamos 15 millones de árboles. El plan de la Premio Nobel de la Paz -creo que era de Nigeria- era plantar un millón y medio de árboles. Nosotros plantamos 15 millones. Nos presentamos al Protocolo de Kyoto. Después, "no Kyoto". (Risas.)
Ahora, si no tenemos reglas claras vamos por ese mismo camino, porque cada vez que hacemos algo nos cambian el arco. Y el que cambia el arco es el contaminador.
Para no abundar en detalles quiero decir que adherimos a la propuesta del señor senador Solanas. Creemos que los parlamentarios tienen que tener un espacio más protagónico en Marruecos.
En la Argentina muchísimos legisladores tenemos experiencia de gobierno. Tenemos la experiencia de haber sido legisladores durante muchos años y podemos hacer muchos aportes. Pero debo decirle al señor embajador que nosotros no nos sentimos escuchados. Esperemos que en Marruecos esta vez sí nos den un ámbito para ello.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Les voy a pedir brevedad, dado que debemos dejar la sala a las 17 y 30.
Tiene la palabra la señora Norma Morandini.
Tiene la palabra la señora Norma Morandini.
SRA. MORANDINI Señor presidente: voy a tratar de ser breve. Agradezco la presencia de nuestros invitados y que podamos poner este tema en la agenda. Nosotros también tenemos una gran responsabilidad.
El legislador preopinante proviene de San Luis, una provincia vecina a la mía. En Córdoba se han talado muchísimos árboles, al nivel de África. También se siembra soja. Al respecto quiero señalar que en estos días hemos leído un muy buen informe de un técnico del INTA según el cual quien planta soja cosecha inundaciones. Y en Córdoba tenemos ya una desmesura con el clima.
Tal vez el aspecto más difícil entre nosotros sea el que ustedes han señalado. Me refiero al aspecto cultural de una tensión casi antagónica por el cual cuando planteamos derechos humanos ambientales siempre se contrapone la resistencia de que uno atenta contra el desarrollo y las fuentes de trabajo. Cabe decir que donde más resistencia uno encuentra es en el Senado, donde se asienta el federalismo y donde nos cuesta muchísimo hablar, por ejemplo, de leyes de presupuestos mínimos, que es lo mínimo que hay que acordar en una Nación para preservar el medio ambiente.
Agradezco muchísimo que se traten estos temas. También tenemos que darnos un debate respecto de la responsabilidad que tenemos.
En cuanto al ejemplo que daba la diputada, como periodista -me acuerdo muy bien porque fue mi primer reportaje- entrevisté hace ya cuarenta años a un científico que iba a la Antártida. Recuerdo que en ese momento me dijo que hacía treinta años que iba a la Antártida y que nunca había visto tanta tierra libre de hielo. Entonces, fíjense que hemos llegado tarde. Muchísimas gracias.
El legislador preopinante proviene de San Luis, una provincia vecina a la mía. En Córdoba se han talado muchísimos árboles, al nivel de África. También se siembra soja. Al respecto quiero señalar que en estos días hemos leído un muy buen informe de un técnico del INTA según el cual quien planta soja cosecha inundaciones. Y en Córdoba tenemos ya una desmesura con el clima.
Tal vez el aspecto más difícil entre nosotros sea el que ustedes han señalado. Me refiero al aspecto cultural de una tensión casi antagónica por el cual cuando planteamos derechos humanos ambientales siempre se contrapone la resistencia de que uno atenta contra el desarrollo y las fuentes de trabajo. Cabe decir que donde más resistencia uno encuentra es en el Senado, donde se asienta el federalismo y donde nos cuesta muchísimo hablar, por ejemplo, de leyes de presupuestos mínimos, que es lo mínimo que hay que acordar en una Nación para preservar el medio ambiente.
Agradezco muchísimo que se traten estos temas. También tenemos que darnos un debate respecto de la responsabilidad que tenemos.
En cuanto al ejemplo que daba la diputada, como periodista -me acuerdo muy bien porque fue mi primer reportaje- entrevisté hace ya cuarenta años a un científico que iba a la Antártida. Recuerdo que en ese momento me dijo que hacía treinta años que iba a la Antártida y que nunca había visto tanta tierra libre de hielo. Entonces, fíjense que hemos llegado tarde. Muchísimas gracias.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra la señora diputada Lopardo.
SRA. DIPUTADA LOPARDO Señor presidente: quiero agradecer al señor embajador del Reino de Marruecos su presencia en la Cámara, como así también las reflexiones que ha compartido con nosotros y las prioridades que ha trazado.
Asimismo agradezco la invitación que nos hace en el sentido de ir a Marruecos en el mes de noviembre.
Quiero compartir con él la idea de pensar en forma global y de actuar a nivel local, que tan bien señaló. Son los municipios, los ciudadanos y las instituciones las que tienen que implementar y hacer operativo este cuidado del ambiente.
Además, en relación con los derechos humanos, quiero contarle que en la Argentina el derecho al ambiente sano es un derecho humano. Esto se incluyó en la Constitución que se reformó en 1994.
También deseo expresarle que en este momento tenemos un gobierno que está muy comprometido con las energías renovables. De hecho, se están trayendo inversiones que van a poner el foco en este tema. Tenemos muchas provincias que pueden aprovechar la energía eólica y muchas otras que pueden aprovechar la solar.
Quiero agregar que como diputada represento a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que se han adoptado -y se lo sigue haciendo- muchas medidas en favor de la mitigación del cambio climático, lo que para mí es un motivo de orgullo.
Finalmente, celebro su visión tan auspiciosa frente a la juventud porque es que es muy optimista, además de la reflexión que nos dirigió a las mujeres. Como mujer le estoy agradecida.
Asimismo agradezco la invitación que nos hace en el sentido de ir a Marruecos en el mes de noviembre.
Quiero compartir con él la idea de pensar en forma global y de actuar a nivel local, que tan bien señaló. Son los municipios, los ciudadanos y las instituciones las que tienen que implementar y hacer operativo este cuidado del ambiente.
Además, en relación con los derechos humanos, quiero contarle que en la Argentina el derecho al ambiente sano es un derecho humano. Esto se incluyó en la Constitución que se reformó en 1994.
También deseo expresarle que en este momento tenemos un gobierno que está muy comprometido con las energías renovables. De hecho, se están trayendo inversiones que van a poner el foco en este tema. Tenemos muchas provincias que pueden aprovechar la energía eólica y muchas otras que pueden aprovechar la solar.
Quiero agregar que como diputada represento a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que se han adoptado -y se lo sigue haciendo- muchas medidas en favor de la mitigación del cambio climático, lo que para mí es un motivo de orgullo.
Finalmente, celebro su visión tan auspiciosa frente a la juventud porque es que es muy optimista, además de la reflexión que nos dirigió a las mujeres. Como mujer le estoy agradecida.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra el señor senador Alfredo Martínez.
SR. SENADOR MARTÍNEZ Señor presidente: quiero dar las gracias al embajador, al ministro y a la pobre traductora, que tuvo que hacer malabares en algunos momentos.
Adhiero a la posibilidad de la relación Sur-Sur. Creo que es sumamente importante, no solamente para plantear el reclamo que hay que hacer hacia el Norte, que es el que contamina y nosotros somos de alguna manera la mano de obra barata en muchos casos en este tipo de situaciones, sino también porque se puede aportar. Habitualmente quien sufre la necesidad es el que más ingenio desarrolla para llevar adelante las soluciones de los problemas.
Hay algo muy importante que ha dicho el señor embajador: tenemos que avanzar en cuanto al tema de la sociedad civil y al de los parlamentarios para que los gobiernos no se escapen de las decisiones que se toman. Muchas veces los gobiernos, por distintos motivos, no llevan adelante la implementación de las medidas que se quieren llevar a cabo.
Es cierto que como dijo la señora diputada preopinante se avanzó mucho cuando se hizo la reforma de la Constitución en 1994, pero también lo es que tenemos muchas deudas. Por ejemplo, cuando se efectuó la reforma del Código Civil muchos planteamos que el derecho al agua es un derecho humano, pero lamentablemente eso no pudo quedar taxativamente establecido en la redacción del nuevo código.
Para finalizar, simplemente quiero reiterar a nuestros invitados mi agradecimiento por su presencia en esta reunión, remarcar nuestro compromiso de trabajar y seguir actuando para que nuestros gobiernos -hoy soy socio del gobierno que tenemos- no se escapen de aquellas cosas que son importantes para la sociedad civil.
Adhiero a la posibilidad de la relación Sur-Sur. Creo que es sumamente importante, no solamente para plantear el reclamo que hay que hacer hacia el Norte, que es el que contamina y nosotros somos de alguna manera la mano de obra barata en muchos casos en este tipo de situaciones, sino también porque se puede aportar. Habitualmente quien sufre la necesidad es el que más ingenio desarrolla para llevar adelante las soluciones de los problemas.
Hay algo muy importante que ha dicho el señor embajador: tenemos que avanzar en cuanto al tema de la sociedad civil y al de los parlamentarios para que los gobiernos no se escapen de las decisiones que se toman. Muchas veces los gobiernos, por distintos motivos, no llevan adelante la implementación de las medidas que se quieren llevar a cabo.
Es cierto que como dijo la señora diputada preopinante se avanzó mucho cuando se hizo la reforma de la Constitución en 1994, pero también lo es que tenemos muchas deudas. Por ejemplo, cuando se efectuó la reforma del Código Civil muchos planteamos que el derecho al agua es un derecho humano, pero lamentablemente eso no pudo quedar taxativamente establecido en la redacción del nuevo código.
Para finalizar, simplemente quiero reiterar a nuestros invitados mi agradecimiento por su presencia en esta reunión, remarcar nuestro compromiso de trabajar y seguir actuando para que nuestros gobiernos -hoy soy socio del gobierno que tenemos- no se escapen de aquellas cosas que son importantes para la sociedad civil.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra el señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos, quien se las ingeniará para contestar todas las inquietudes que han sido planteadas.
SR. EL YAZAMI (INTERPRETADO DEL FRANCÉS) Si bien 200 países firmaron el Acuerdo de París en Nueva York, solo 15 llegaron con una ratificación en mano. No fueron 15 países cualesquiera, sino estados insulares.
Precisamente, ellos vinieron con la ratificación porque por primera vez en la historia de la Humanidad hay Estados existentes que van a desaparecer si seguimos en la dinámica en la cual estamos instalados. Hay que tener en cuenta esta situación particular.
La cuestión del cambio climático está íntimamente relacionada con la cuestión de la democracia internacional y de la justicia internacional.
La idea del Acuerdo de París es utilizarlo como un instrumento para avanzar, como un mínimo indispensable, y que no se pueda ir desde allí hacia atrás, sino solamente desde allí hacia adelante. Hay que recalcar que hubo muchos fracasos en las negociaciones previas a la firma del Acuerdo de París. No debemos olvidarnos de eso. Tenemos que tomar esto como una base de negociación para seguir avanzando.
Se podría y debería crear una alianza internacional que reúna a los parlamentos del mundo, a los gobiernos locales, a la sociedad civil, a los investigadores y a cierta parte del sector privado, así como también a los gobiernos que quieran avanzar en esto. En este sentido, ciertos gobiernos quieren avanzar y otros no. Hasta ahora las voces de los parlamentos y de las colectividades territoriales fueron bastante frágiles en estas negociaciones internacionales.
Soy muy sensible a los ejemplos que se han dado, entre otros, de las empresas de minería a cielo abierto y de las desgracias que conllevan. Quiero recalcar asimismo la importancia del proceso que está teniendo lugar en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. Precisamente, en dicho Consejo se trató la iniciativa de los países de América Latina en junio de 2015 en el sentido de arribar a un acuerdo sobre cómo imponer los derechos humanos a las actividades de las empresas. Existen muchos acuerdos de derechos humanos, pero no existe nada que potencie la aplicación de estos convenios en la actividad de las empresas privadas.
El mes pasado, en México, tuvimos una reunión con el Consejo Nacional de Derechos Humanos mexicano, precisamente para tratar estas cuestiones y ver cómo se podía avanzar en este sentido. Las 106 instituciones nacionales de derechos humanos que se mencionaron anteriormente le pidieron a Marruecos que sea su representante en el Consejo de Derechos Humanos durante esta negociación.
La idea es que al mismo tiempo hay que tener en cuenta el Acuerdo de París, los objetivos de desarrollo sustentable y este acuerdo sobre derechos humanos y sector privado. Tenemos que poder articular estos tres aspectos y darle una voz a los ciudadanos del mundo. Justamente los parlamentarios son los que representan a los ciudadanos, en este caso de la Argentina, y a nivel global, del mundo. Por eso la importancia.
Precisamente, ellos vinieron con la ratificación porque por primera vez en la historia de la Humanidad hay Estados existentes que van a desaparecer si seguimos en la dinámica en la cual estamos instalados. Hay que tener en cuenta esta situación particular.
La cuestión del cambio climático está íntimamente relacionada con la cuestión de la democracia internacional y de la justicia internacional.
La idea del Acuerdo de París es utilizarlo como un instrumento para avanzar, como un mínimo indispensable, y que no se pueda ir desde allí hacia atrás, sino solamente desde allí hacia adelante. Hay que recalcar que hubo muchos fracasos en las negociaciones previas a la firma del Acuerdo de París. No debemos olvidarnos de eso. Tenemos que tomar esto como una base de negociación para seguir avanzando.
Se podría y debería crear una alianza internacional que reúna a los parlamentos del mundo, a los gobiernos locales, a la sociedad civil, a los investigadores y a cierta parte del sector privado, así como también a los gobiernos que quieran avanzar en esto. En este sentido, ciertos gobiernos quieren avanzar y otros no. Hasta ahora las voces de los parlamentos y de las colectividades territoriales fueron bastante frágiles en estas negociaciones internacionales.
Soy muy sensible a los ejemplos que se han dado, entre otros, de las empresas de minería a cielo abierto y de las desgracias que conllevan. Quiero recalcar asimismo la importancia del proceso que está teniendo lugar en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra. Precisamente, en dicho Consejo se trató la iniciativa de los países de América Latina en junio de 2015 en el sentido de arribar a un acuerdo sobre cómo imponer los derechos humanos a las actividades de las empresas. Existen muchos acuerdos de derechos humanos, pero no existe nada que potencie la aplicación de estos convenios en la actividad de las empresas privadas.
El mes pasado, en México, tuvimos una reunión con el Consejo Nacional de Derechos Humanos mexicano, precisamente para tratar estas cuestiones y ver cómo se podía avanzar en este sentido. Las 106 instituciones nacionales de derechos humanos que se mencionaron anteriormente le pidieron a Marruecos que sea su representante en el Consejo de Derechos Humanos durante esta negociación.
La idea es que al mismo tiempo hay que tener en cuenta el Acuerdo de París, los objetivos de desarrollo sustentable y este acuerdo sobre derechos humanos y sector privado. Tenemos que poder articular estos tres aspectos y darle una voz a los ciudadanos del mundo. Justamente los parlamentarios son los que representan a los ciudadanos, en este caso de la Argentina, y a nivel global, del mundo. Por eso la importancia.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Tiene la palabra el señor senador Solanas.
SR. SENADOR SOLANAS Señor presidente: quiero expresar al señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos mi agradecimiento por compartir tan nobles objetivos y sus preocupaciones.
Sus últimas palabras me motivaron a que agregue otras. Desde hace varios años, con algunos referentes internacionales y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, venimos trabajando por la tipificación de los delitos ambientales. Porque el gran problema es la indefensión de los pueblos frente al delito ambiental, frente a la impunidad del daño ambiental. Es decir, el objetivo es que la comunidad internacional cree los tribunales penales del delito ambiental, que son delitos de lesa humanidad. El señor El Yazami lo sabe bien: son delitos de lesa humanidad porque el daño lo sufren poblaciones enteras y porque no se pueden realizar sin la complacencia y complicidad de los Estados. Creo que es un tema que hay que tenerlo presente.
Nosotros no tenemos a nadie que nos proteja frente a la impunidad de una máquina que daña y no repara.
Sus últimas palabras me motivaron a que agregue otras. Desde hace varios años, con algunos referentes internacionales y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, venimos trabajando por la tipificación de los delitos ambientales. Porque el gran problema es la indefensión de los pueblos frente al delito ambiental, frente a la impunidad del daño ambiental. Es decir, el objetivo es que la comunidad internacional cree los tribunales penales del delito ambiental, que son delitos de lesa humanidad. El señor El Yazami lo sabe bien: son delitos de lesa humanidad porque el daño lo sufren poblaciones enteras y porque no se pueden realizar sin la complacencia y complicidad de los Estados. Creo que es un tema que hay que tenerlo presente.
Nosotros no tenemos a nadie que nos proteja frente a la impunidad de una máquina que daña y no repara.
SR. PRESIDENTE DIPUTADO BARLETTA Muchísimas gracias al señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos y al señor embajador del Reino de Marruecos.
En estas reuniones es bastante sencillo que quienes integramos esta comisión tengamos miradas no exactamente iguales, pero sí parecidas. Después están las otras comisiones, en las cuales a veces es más difícil coincidir. Recién decíamos por lo bajo con el señor senador Solanas que parecería que aquí no se distinguen tanto las pertenencias a los partidos políticos porque todos estamos muy de acuerdo con esta frase que tanto nos gusta señalar, en el sentido de que nada de nuestro planeta es nuestro; ni los mares, ni las montañas, ni los ríos, ni nuestras propias propiedades. Todo, absolutamente todo, es algo que nos prestan por un breve período de la vida -demasiado breve, a mi gusto- las generaciones futuras.
Nuestro compromiso es precisamente -y comparto las palabras del señor senador Solanas y del señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos- tratar de dejar a las generaciones futuras un mundo mejor del que recibimos. Muchísimas gracias. (Aplausos.)
Queda levantada la reunión.
En estas reuniones es bastante sencillo que quienes integramos esta comisión tengamos miradas no exactamente iguales, pero sí parecidas. Después están las otras comisiones, en las cuales a veces es más difícil coincidir. Recién decíamos por lo bajo con el señor senador Solanas que parecería que aquí no se distinguen tanto las pertenencias a los partidos políticos porque todos estamos muy de acuerdo con esta frase que tanto nos gusta señalar, en el sentido de que nada de nuestro planeta es nuestro; ni los mares, ni las montañas, ni los ríos, ni nuestras propias propiedades. Todo, absolutamente todo, es algo que nos prestan por un breve período de la vida -demasiado breve, a mi gusto- las generaciones futuras.
Nuestro compromiso es precisamente -y comparto las palabras del señor senador Solanas y del señor presidente del Consejo Nacional de Derechos Humanos del Reino de Marruecos- tratar de dejar a las generaciones futuras un mundo mejor del que recibimos. Muchísimas gracias. (Aplausos.)
Queda levantada la reunión.