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RELACIONES EXTERIORES Y CULTO

Comisión Permanente

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Secretario Administrativo DR. TRIANTAFILO GUILLERMO

Miércoles 10.00hs

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Reunión del día 16/05/2002

- REUNIÓN DE COMISIÓN CONJUNTA CON ENERGÍA Y COMB ACUERDO FIRMADO POR ARGENTINA Y AUSTRALIA S COOPERACIÓN EN USOS PACÍFICOS DE LA ENERGÍA NUCLEAR 241-S-01- CONEA INVAP Y EMBAJADOR

Aquí comienza la desgrabación del lado A, del casete 1 de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto.
SR. (...) se hizo una descripción general de las actividades de la comisión. Voy a hacer un breve resumen de esa descripción y después me voy a referir a lo que se conceptúa como relaciones internacionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica.

La Comisión fue creada en el año 1950. Está regulada por la ley Nacional de Actividad Nuclear que es la ley 24.804 de abril de 1997. A su vez, es el organismo de aplicación del régimen de Gestión de Residuos Radiactivos, que es la ley 25.018 del 18 de septiembre de 1998.

No se llega a percibir lo que dice el orador.
SR. No sé si les parece que la metodología sea que escuchemos a la gente del INVAP para tener una idea más completa y luego comenzar con las preguntas. Independientemente de que el presidente tenga la reunión a las 10 y 30, su equipo está acá.

Quiero resaltar la presencia del embajador Atilio Molteni, que es el director de Seguridad Internacional Asuntos Nucleares y Especiales de la Cancillería. que también está a disposición para las preguntas que ustedes quieran formular.

SR. Quería resaltar que se encuentra presente la señora embajadora de Australia, a la cual podríamos escuchar en lo referente al tratado, inmediatamente a continuación de la presentación del ingeniero Otheguy.

SR. Vamos a comenzar con el INVAP, y después le concederemos la palabra a la embajadora.

SR. Creo que es oportuno comenzar explicando qué es INVAP, porque es una empresa de tecnología y esto es una cosa no muy común en la Argentina. Por eso quisiera explicar qué somos, qué hacemos, y también de dónde venimos y dar un poquito más de contenido a esa explicación que dio el presidente de la CNEA sobre la relación con el INVAP.

En primer lugar, destaco el hecho de que somos una empresa. En ese sentido, vivimos de lo que vendemos, a diferencia de una organización de ciencia y tecnología que tiene otro sentido y otra manera de operar. Fundamentalmente, la composición, el recurso humano de la empresa, es el de una consultora; más de una tres cuarta parte del personal, son profesionales y técnicos altamente especializados, pero la diferencia grande es que no terminamos como una consultora en un estudio con papeles, sino que terminamos en proyectos concretos, que por supuesto, el tema fundamental es el nuclear, pero no se agota ahí. Hay otras actividades que mencionar como el tema espacial o equipamiento médico, etcétera.

INVAP nace como empresa en mitad de la década del 70, pero el grupo que inicia con la idea de aplicar conocimiento científico, teórico o de laboratorio a cosas útiles en procesos económicos, en forma más directa, comienza a fines de la década del 60 en un grupo que se inició en el Centro Atómico Bariloche, de la Comisión de Energía Atómica, de allí que su localización es Bariloche, dentro de la provincia de Río Negro. Ese grupo se llamó Programa de Investigación Aplicada, es decir, que ya iba orientada a algo que tenía que ver con la aplicación. No necesariamente en temas nucleares, sino también industriales.

Entonces, hace más de treinta años que se inicia este proceso que nos lleva al proyecto Australia -del que ya vamos a hablar más específicamente- y los temas relacionados con el contrato y el acuerdo.

Desde el punto de vista de quién es el dueño de la empresa, el dueño es la provincia de Río Negro, es decir, somos una sociedad del Estado creada por la ley de sociedades del Estado. El grupo creador de la empresa sale de la comisión de Energía Atómica; en su mayor parte éramos egresados del Instituto Balseiro, de Bariloche. Después de cinco o seis años de pertenecer a la comisión se vio la conveniencia y la necesidad de crear una figura empresaria que pusiera en claro que la empresa de tecnología tiene que vivir de cosas que vende. Es decir que hay alguien, adentro o fuera del país, que valora eso que se elaboró y está dispuesto a pagarlo. Y la empresa tiene que vivir en función de eso.

¿Cuál es la actividad principal de INVAP? Es una empresa de tecnología que se concreta en el tema nuclear, que sigue siendo hoy el tema más importante.

Otro tema que comenzó en la década del 90 es el tema espacial. Es la única empresa en toda latinoamérica que es capaz de hacer una misión espacial completa, desde el diseño, desde el concepto de para qué se quiere poner un satélite en órbita, para qué objetivo económico o científico, hasta ponerlo en órbita, excluyendo específicamente el tema del cohete o el lanzador.

Ustedes se preguntarán qué tiene que ver lo nuclear con lo espacial. Tiene mucho que ver porque básicamente la misma gente que trabajó en los proyectos nucleares, en la parte de cálculo y diseño es la que rápidamente hizo una transición hacia lo espacial y ya vamos por el tercer satélite y en este momento nos encontramos con la transición a lo internacional. Lo que en lo nuclear sería a mitad de la década del 80 hasta ahora, estamos en condiciones de poderlo hacerlo, después de haber construido un tercer satélite exitosamente en el tema de espacial y, en estos momentos tenemos dos gerentes de la empresa, responsables del sector espacial en Estados Unidos, tratando de poder vender tecnología espacial argentina en Estados Unidos. ¿Por qué? Porque la calidad es excelentes, y ha sido reconocida por los expertos americanos y europeos.

Además ya teníamos una diferencia de precio importante con el dólar uno a uno; había un treinta por ciento en precios compitiendo con empresas americanas europeas. Imagínense en estos momento la situación es directamente muchísimo más conveniente y lo hace mucho más factible.

A pesar de no ser el motivo de la reunión, quisiera comentar que vender tecnología espacial en Estados Unidos -como cualquier otro tipo de tecnología- no es fácil. Hay un montón de barreras de todo tipo, desde el compre americano y restricciones en la práctica que hacen difícil vender cosas de alto valor agregado en temas espaciales o nucleares.

Desde el punto de vista de la actividades del INVAP, lo nuclear, lo espacial, y también tenemos una división médica. Fabricamos equipamientos de medicina nuclear para tratamiento de cáncer, equipos de cobalto terapia y los equipos simuladores que sirven para optimizar esos procedimientos, y son exportados a distintos países del mundo.

Otro tema es el industrial: aplicaciones de desarrollos que se han hecho en la industria espacial o en la nuclear, como también en cuestiones vinculadas con petróleo y gas -ya estamos teniendo un nombre dentro de esa industria-, con desarrollos específicos para solucionar problemas concretos de empresas que operan en la Argentina. También tenemos un grupo trabajando en lo que es el desarrollo de la energía eólica. Si bien las condiciones económicas de precios de energía en la Argentina todavía no favorecen específicamente la instalación de estos equipos ya hay algunos emprendimientos y estamos permanentemente siguiendo el tema. Ya hemos realizado relevamientos en la provincia de Río Negro, en Chubut, es decir, en la zona patagónica, para este tipo de tecnología.

En definitiva, el tema nuclear que está más relacionado con la cuestión que hoy nos ocupa, tiene que ver con el inicio de la Comisión de Energía Atómica que ya lleva cincuenta años en el tema. Una decisión que tomó la comisión fue crear la Escuela de Ingeniería Nuclear en Bariloche, a fines de la década del 70, y debía que tener un reactor experimental para que entrenar a esos ingenieros. En ese momento se planteaba la opción de comprar un reactor americano realizado por la empresa número uno en ese tema, o usar la capacidad argentina, la capacidad de la CNEA, fundamentalmente, combinarlos y usar esa oportunidad de hacer el reactor, para esta escuela, y en la Argentina. Esa decisión de fabricar el reactor con INVAP, asociado con la CNEA, se terminó de construir en el 82. Hace veinte años que está funcionando y esa fue la semilla que después de un largo camino que llevó a proyectos en Perú, en Argelia, en Egipto, finalmente nos lleva al proyecto relacionado al tema que hoy nos convoca, que es el de Australia. Nos crea un camino basado en una decisión política muy importante, que consiste en aprovechar el poder de compra del Estado, porque era el Estado nacional que iba a comprar ese reactor, para que no sólo al final de ese proceso quedara el mejor reactor, sino que además quedara la capacidad para poder fabricar otros reactores más modernos y poder hacer de eso un negocio. Eso es lo que nos llevó a ocupar hoy dentro del contexto mundial muy competitivo del centro de investigación nuclear a que la Argentina a través de esta asociación INVAP-CNEA esté liderando el grupo de seis empresas que competimos en todos los proyectos internacionales que se ha dado sobre este tipo de centro nuclear, donde el reactor es un elemento fundamental.

En la década del 90 hubo tres concursos internacionales de relevancia, es decir, proyectos de más de cien millones de dólares. Uno a principios de década fue "Egipto", donde competimos con empresas alemanas, francesas, americanas que ganó INVAP, y ese proyecto está funcionando. Se finalizó en término en el año 98 y fue inaugurado.

El segundo fue en Tailandia, donde INVAP quedó entre dos propuestas finalistas, pero la ganó el consorcio americano japonés. Al final de la década está el de "Australia", donde hemos sido los elegidos como la mejor oferta técnica para ese proyecto.

En definitiva, es muy importante recalcar esto de una empresa de tecnología que no necesariamente es nuclear. En Australia fue muy importante para elegir una empresa argentina, no solamente los antecedentes nucleares específicos, sino el hecho de que la empresa tenía una capacidad de hacer satélites en tecnología espacial reconocida y calificada por la NASA. Esto es muy importante, y lo tuvieron en cuenta las autoridades australianas al decir que, a pesar de que la oferta era de una empresa argentina que no tiene una tradición de alto valor agregado, sí tenía la capacidad para hacer satélites y esa capacidad era valuada por la NASA, era un elemento muy importante, además de los antecedentes nucleares específicos como el de haber terminado el reactor en ese momento más moderno, que era el de Egipto.

En el caso que mencionaba anteriormente, relacionado con la venta de satélites en Estados Unidos, cuando tenemos que presentar quién es INVAP y tenemos medio minuto, decimos que es una empresa que ganó un concurso internacional en una licitación muy competitiva en Australia, compitiendo con las mejores empresas del mundo y es un proyecto de 180 millones de dólares. Con eso solo uno se da la idea de qué tipo de capacidad tiene la empresa. Así que vemos un poco cómo no estamos hablando sólo de una cuestión nuclear. Lo nuclear lleva a lo espacial, y lo espacial lleva a lo nuclear. Esa sinergia es un poco la esencia de INVAP.

En definitiva, ¿qué es la esencia de INVAP? Es la ejecución y el desarrollo de proyectos complejos -pueden ser reactores o satélites-, donde el elemento tecnológico es fundamental. No sólo el elemento tecnológico desarrollado por la empresa propiamente dicho, sino también la integración de tecnologías desarrolladas en otros lugares. Es lo que hacemos con un satélite, con un reactor, o con un equipo médico, y con las aplicaciones industriales del petróleo.

Ahora pasaré al caso específico del proyecto de Australia. Como ya mencioné es un proyecto que va a dar la envergadura de 180 millones de dólares americanos. Se trata de un reactor de investigación y de producción de radioisótopos. No es una central nuclear de producción de energía como recientemente salió en una editorial del diario "La Nación" de hace un par de días. Es algo que tiene que ver con investigación de materiales para desarrollo tecnológico, científico y producción de radioisótopos para uso médico o industrial.

Australia tiene en esto un grupo excelente reconocido mundialmente por la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear, que está operando un reactor inglés por hace más de cuarenta años, que está ubicado en las afueras de Sidney. Este proyecto va estar ubicado a cien metros de donde está este reactor inglés que como ya está viejo y gastado lo van a reemplazar. Este es un proyecto de reactor de reemplazo para este centro australiano.

Esto originó una licitación internacional, un proceso muy exigente, como comenté, donde se presentaron todas las empresas del mundo. En una primera instancia participaron ocho empresas que fueron precalificadas cuatro y esas cuatro fueron las que presentaron la oferta final. Entre ellas estaban dos empresas europeas, una alemana que es Siemens y otra francesa que es la que realiza los submarinos franceses y que es de gran envergadura. También una empresa canadiense que es la que hizo la central nuclear de Córdoba: Embalse. Es decir que eran empresas grandes con una gran tradición. Finalmente estaba INVAP.

Luego de una selección muy minuciosa, fuimos elegidos como la más conveniente desde el punto de vista técnico y en especial con consideraciones acerca de la seguridad con que iba a ser diseñado el reactor.

¿En qué estado se encuentra hoy el proyecto? Este proyecto se firmó el 13 de julio del 2000, y a casi dos años de ejecutarlo, está al día. Las autoridades australianas que controlan nuestro proyecto están muy conforme de la forma en que se va desarrollando. Hace un mes atrás se produjo un hito muy importante en el proyecto que fue el otorgamiento de la licencia de construcción, que en el caso de un reactor es el hito más importante desde la firma del contrato hasta la puesta en marcha del reactor. Esto significa que toda la ingeniería, todo el concepto del reactor, -fundamentalmente, desde el punto de seguridad-, fue revisado no sólo por el organismo regulador de estos temas australianos, sino que fueron convocados expertos de distintas partes del mundo, en especial de la Organización Internacional de Energía Atómica en Buenos Aires, con sede en Viena, que revisó el proyecto de punta a punta. Luego de todo ese estudio que llevó casi un año, finalmente se otorga esta licencia que quiere decir: luz verde para empezar a construir.

Hoy ya en el lugar de comienzo de la obra, el tema del movimiento de tierra que son muy importante están terminados y se va a empezar el edificio propiamente dicho.

¿Qué significa este proyecto desde el punto de vista de Australia? Es la inversión más importante de toda la historia australiana en un proyecto de ciencia y tecnología. Desde el punto de vista argentino es la exportación más importante de una planta llave en mano vendida al contado en toda la historia del país. Esto de alguna manera nos da una dimensión de dónde estamos.

Yendo al tema más específico de los elementos combustibles gastados que se refirió un poco al pasar el doctor (...), en esto primero vamos a señalar qué es lo que está haciendo Australia. Como dije, Australia tiene un reactor inglés muy grande desde hace cuarenta años. Por lo tanto, tiene elementos combustibles gastados de ese reactor. ¿Qué hizo con esos elementos? Fueron enviados para su condicionamiento a una empresa francesa que se llama (Collema). Es una empresa muy grande, cuya misión fundamental es todo el acondicionamiento de material radiactivo de todo tipo, incluyendo los cincuenta y pico de reactores que tiene funcionando Francia solamente; cada uno de ellos más grandes que Atucha y Embalse juntos en cuanto a su capacidad, más los de seis países europeos y los de Japón.

Es decir que es una empresa para la cual este tipo de negocios es minúsculo, y esa empresa es la que está tratando elementos combustibles del reactor inglés que, como dije, tiene cuarenta años.

Nuestro pliego de la licitación pedía que los oferentes brindaran una alternativa adicional para el tratamiento de los combustibles gastados del reactor nuevo a ser construido. Todos los oferentes, no sólo nosotros, presentamos esa alternativa, porque era un requerimiento del pliego.

Quiero hacer una referencia a algo que realmente en su momento nos hizo sentir muy mal. Me refiero a una nota que apareció en la prensa, que nos ofendió desde el punto de vista de ser científicos y técnicos en su propio país. Existieron ataques -como los llamamos nosotros- de la organización multinacional antinuclear con sede en Amsterdam, con este título: "Nos dieron un contrato a cambio de recibir residuos". Esta es una cosa que lleva implícita muchas cosas, entre otras pensar que una empresa argentina con científicos argentinos no puede ganar una licitación internacional compitiendo con las empresas europeas o americanas por su capacidad y por su calidad; si lo ganaron es porque aceptaron algo -como bajarse los pantalones- que otras empresas de países europeos o desarrollados no lo harían. Eso es absolutamente falso, porque para el reactor inglés que tienen funcionando hace cuarenta años, esos combustibles gastados son procesados por una empresa francesa, que es también la principal competidora que tuvimos en este concurso; y ya lo están haciendo, no es que lo van a hacer.

No hubo ninguna otra razón más allá del precio y de la calidad de la propuesta lo que decidió a las autoridades australianas elegir nuestra propuesta. Casualmente estaba saliendo ayer, que Australia está a la cabeza de todos los países -en una evaluación realizada con los empresarios y otros datos de la realidad-, de los lugares donde el tema de transparencia en las licitaciones y en los negocios es fundamental. Esto de por sí agrega valor al decir que una empresa argentina ganó ese concurso compitiendo con las mejores empresas del mundo dentro de ese clima de negocios.

Para tener una medida de qué estamos hablando en cuanto a cantidades, podemos decir que la capacidad anual de esta empresa francesa que procesa elementos combustibles gastados es cinco mil veces mayor que todos los elementos gastados en cuarenta años de operación de un reactor del tipo que tienen ahora los australianos o que van a tener. Es decir, uno junta los cuarenta años de los elementos gastados de los reactores y de toda la vida útil, y eso es cinco mil veces menor que la capacidad de procesamiento anual de esa empresa.

Por lo tanto, la política australiana consiste en seguir con el contrato que tiene con la empresa francesa, que ya les estaba prestando ese servicio de forma muy eficiente. Lo que han pedido es tener una seguridad adicional. Fundamentalmente -vamos a hablar claro- dirigida por la eficiencia de grupos ambientalistas de la multinacional, que operan en Australia, que se oponen a todo tipo de actividad nucleares. Por lo tanto, se oponen a que haya este reactor en Australia. Esto es importante, porque cuando hablemos más del contexto donde se realiza toda esta situación, es dentro de ese contexto, donde hay una actividad muy fuerte en contra de esa actividad en Australia. Todo eso es lo que motivó ese pedido adicional como diciendo que además de Francia, los elementos gastados los vamos a tratar en otro lado, y eso es lo que le pidieron todos los oferentes. Recordemos que -tal como lo dijo (...)- la Argentina es un país nuclear que tiene una ley nuclear y fomenta todas las actividades nucleares de uso pacífico hecha con seguridad y seriedad, como ya ocurrió durante cincuenta años, porque acá la actividad nuclear está instalada. Tenemos casi cincuenta años de actividades nucleares, sumando los años de Atucha y Embalse, sin accidentes que involucren a operarios, es decir, que esto no es nuevo.

Entonces, la Argentina, tiene esa capacidad; miembros de la Comisión, presidida por el diputado Escobar creo que la semana pasada fueron a visitar esas instalaciones, y han comprobado la envergadura de las inversiones que han hecho para todas las necesidades, los equipos y el tratamiento de cosas muchas complejas de las que estamos hablando hoy. Por lo tanto, el país tiene esa capacidad.

Por otro lado, tengamos en cuenta de que como la Argentina es un país nuclear tiene acumulado, para decirlo en números redondos, más de mil veces la cantidad de elementos combustibles gastados que podría producir este reactor en cuarenta años. Es decir, este problema a solucionar la Argentina lo tiene instalado, está previsto que se haga, hay un proyecto de plan del tratamiento de elementos gastados o de combustibles, todo material radiactivo que sé que está recorriendo su camino y puede culminar en una discusión en el Congreso, donde se aprobará como ley.

Como mencioné anteriormente, el tema del contexto donde se está dando esto es un contexto donde hay varias señales de resurgimiento de la actividad nuclear como elemento de generación de energía eléctrica limpia. Hay una preocupación clara con el tema del cambio climático, del efecto invernadero, con el tema del (CO2) que claramente es producido por el carbón, por el petróleo y por el gas. Ese concepto, está claro, no hay ninguna duda. En el mundo hay 450 centrales nucleares en operación. En Estados Unidos se menciona que no hay centrales nuevas en los últimos veinte años, se está aumentando la capacidad de la ya existente con lo cual la actividad nuclear no disminuye sino que aumenta. En todo el sudeste asiático -la zona de mayor población- se están construyendo nuevas centrales. Es decir que hay varios signos de resurgimiento. De alguna manera, en Estados Unidos, en California, Estado bien liberal, en el momento en el que empiezan a aparecer los cortes de luz, claramente más del 50 por ciento de la población está favoreciendo activar las centrales nucleares que tenían paradas u otras nuevas en lugar de que corten la luz; en definitiva hay todo un esquema de surgimiento.

Es importante que las decisiones se tomen en un contexto de mantener o de seguir, pero nunca de disminuir la actividad tecnológica argentina que nos permitiría posicionarnos en ese tema. En este contexto de dificultad de la Argentina, que todos conocemos -económica y financiera-, es muy difícil que alguien confíe un proyecto de alta tecnología en estos momentos. Quizás hace dos años era otra; ahora estamos en una situación más crítica.

Por lo tanto, esto sería mandar una señal positiva de que aquí hay continuidad en las instituciones, que algo que firma el Poder Ejecutivo de un gobierno, luego viene otro y lo cumple. Es un elemento clave para mantener esa posición y para utilizar esa credibilidad a pesar de todo lo que está pasando.

Este tema de los ataques -que llaman la atención por lo inusitado de la crudeza que tienen- no se producen solo en la Argentina. La multinacional en Australia ha elevado un informe al Congreso y a la prensa de que INVAP está en un situación crítica, a punto de quebrar, que no paga los sueldos desde hace varios meses. Todo esto está publicado, está en los registros australianos, en los medios de prensa australiano y en el Congreso. Es decir que hay una campaña muy fuerte coordinada desde Europa, con base aquí en la Argentina y en Australia, para que se pare este proyecto. Esto también está reconocido en un informe que ha efectuado la multinacional, sobre la historia de INVAP, donde quiere que desaparezca como empresa y que se transforme en un centro de desarrollo y que la actividad nuclear desaparezca en la Argentina, siendo uno de los pocos factores de exportación de alto valor agregado y que se ha llegado a cierto nivel internacional.

Recordemos que en la Argentina en la década del 50 había dos industrias de alto valor agregado que tenían potencial muy alto. Una era la aeronáutica, y otra era la nuclear. La nuclear está en funcionamiento y hemos llegado a un lugar. En cambio, la aeronáutica desapareció por distintas razones.

Nuestro país vecino, Brasil, que en esos momentos no tenía nada, hoy tiene una industria aeronáutica de exportación de primer nivel mundial y nosotros nos hemos quedado absolutamente sin nada.

Sabemos que este es un momento oportuno para la discusión de este tema puntual, y para poder mantener una actividad que nos permita competir internacionalmente, incluyendo elementos de alto valor agregado.

Hoy está latente el tema relacionado con el famoso artículo 41, pero mañana será el Centro Atómico Ezeiza, ayer fue que teníamos los residuos aquí o a haya... En definitiva, todos estos ataques son permanentes, porque forman parte de una estrategia.

Puntualmente, en el espíritu del artículo 41, cuando los constituyente lo discutieron en el año 1994, estaba claro que lo que se quería evitar es que la Argentina fuera depositoria del material radiactivo de combustible gastado o residuos nucleares de otros países. En cuanto al espíritu eso está clarísimo, basta consultar lo que se dijo en esas discusiones.

En cuanto a la letra del artículo, nos dirigimos a constitucionalistas y creemos que la Constitución es el cuerpo de normas que debe ser interpretado en su conjunto y no es cuestión de leer una frase aislada de todo el resto.

En ese sentido, antes de presentar la oferta, hemos recurrido a un dictamen de una constitucionalista reconocido, y a la autoridad regulatoria nuclear que es la que la autoridad de aplicación de estas formas que hacen al manejo de material radiactivo, transporte, etcétera. Después de que se produjo un poco de controversia hemos recurrido a dos constitucionalistas más, es decir, que tenemos tres dictámenes de constitucionalistas; hay un dictamen del procurador del Tesoro y además hay una opinión emitida por el doctor Badeni, constitucionalista que publicó un libro en 1994, mucho antes de la existencia de este proyecto, donde ya habla de la imprevisión de los constituyentes en cuanto a este artículo 41, de poner este tema en una forma tan taxativa que va a requerir necesariamente la interpretación de lo que se quiere decir o normar.

Aquí finaliza el lado A y comienza el lado B del casete N° 1 de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto.
SR. (...) actividad nuclear como actividad exportadora de una empresa, como el caso de INVAP, que estamos compitiendo. Ya con una Argentina normal es muy difícil competir; con una Argentina en crisis es muchísimo peor todavía.

Estamos exportando producto de alto valor agregado. Nosotros les pedimos encarecidamente que lo tengan en cuenta y que no dejemos que se fijen políticas en este sentido dictadas desde Europa, desde una central de una multinacional, cuyo objetivo es que claramente no haya ninguna actividad nuclear no sólo acá en la Argentina, sino en otros lugares del mundo.

SR. Muy bien, muchas gracias, licenciado Otheguy.

Daré la palabra a la señora embajadora de Australia en la Argentina para que también formule sus consideraciones al respecto.

SRA. EMBAJADORA DE AUSTRALIA Voy a ser breve porque sé que la hora avanza.

En primer lugar, doy las gracias al presidente de la comisión y a sus miembros por haberme invitado para estar presente hoy. Como ustedes comprenderán, el tema que estamos considerando es muy importante para las relaciones bilaterales entre la Argentina y Australia, y por eso yo tenía mucho interés en estar presente. Haré un comentario de tipo general sobre la actitud del gobierno de Australia.

El gobierno de Australia ha apoyado firme y permanentemente el Acuerdo de Cooperación y Salvaguardias Nucleares con la Argentina. No me refiero solamente al proyecto, por supuesto, sino al acuerdo en sí mismo del que estamos hablando hoy. Y la comisión bicameral de tratados del Parlamento de Australia, tras un largo proceso de revisión que incluyó la consideración de prestaciones hechas por organizaciones no gubernamentales y comunitarias, el pasado 14 de mayo decidió recomendar que se avance en la adopción como tratado vinculante del Acuerdo Bilateral sobre Cooperación y Salvaguardias Nucleares con la Argentina. Es decir que en Australia todo el proceso parlamentario para que este acuerdo entre en vigor está terminado; estamos listos para intercambiar cartas y tener el acuerdo en marcha.

Ahora quiero hacer unos comentarios sobre los temas candentes, los que más preocupan a la gente, y voy a ir directamente al meollo de la cuestión.

Por un lado, en cuanto a la Constitución Nacional Argentina -como ha dicho el licenciado Otheguy-, sé que la comparación de ese artículo 12 con el 41 de su Constitución es la cosa más contenciosa. En cuanto al artículo 41 de la Constitución Nacional Argentina, debo señalar que existe una distinción jurídica internacionalmente aceptada entre combustible gastado y residuos radiactivos, tal como se establece en la Convención Conjunta sobre la Seguridad de la Gestión de Combustible Gastado y la Seguridad de la Gestión de Desechos Radiactivos.

El organismo internacional de Energía Atómica en Viena considera al combustible gastado y a los residuos radiactivos como categorías separadas y distintas de materiales con normas diferentes para su almacenamiento, manejo y contabilidad.

Por otra parte, Australia ha recibido seguridades de sucesivos gobiernos argentinos basadas en las opiniones de destacados expertos constitucionalistas y del procurador del Tesoro -como el señor Otheguy acaba de decir-, acerca de que el ingreso temporario a la Argentina de combustible gastado no constituye violación alguna a la prohibición constitucional arriba citada. Es decir que el gobierno de Australia se basa en las seguridades o la confirmación recibida de sucesivos gobiernos argentinos.

En cuanto a la posibilidad de que combustible gastado de Australia viniera a la Argentina, es importante recalcar que el envío de tal combustible para su acondicionamiento representa una alternativa de apoyo -como Otheguy también ha explicado-, y no se prevé en principio tener que recurrir a eso. No es que a partir de 2006, cuando el reactor se ponga en marcha, enseguida vamos a empezar a mandar cosas aquí. No es así. Ello es solamente para el caso hipotético de que por alguna razón el contrato con (Correma) fuera interrumpido. Creo que ustedes ya han entendido que el gobierno de Francia nos asegura que no hay ninguna razón por la cual el servicio que nos presta (Correma) sea interrumpido.

Es muy importante que uno comprenda eso, porque se pueden interpretar muchas de las cosas que uno lee en los periódicos acerca de que vamos a mandar combustible gastado a la Argentina. Eso está lejos de ser seguro. De cualquier forma, aun en el lejano caso de resultar necesario el envío de combustible gastado a la Argentina, todo el combustible acondicionado y todos los desechos que pudieran resultar del procesamiento, serían devueltos a Australia para su almacenamiento y de ninguna manera permanecerían en la Argentina tales materiales.

Mas aún cabe subrayar que el texto del tratado no obliga a la Argentina a tratar el combustible gastado en el caso de que Australia lo pidiera, sino que asegura que aquello se haga. Es decir que deja a la Argentina la posibilidad de organización para que ello se efectúe en un tercer país; no dice que se tiene que hacer en la Argentina. Yo sé que esto se redactó así a propósito, para no obligar a la Argentina a hacerlo en su territorio.

En cuanto a la seguridad de transferencias de material nuclear, Australia adhiere a las más rigurosas reglamentaciones internacionales respecto del traslado de combustible gastado. Esas reglamentaciones del organismo internacional de energía atómica están sujetas a una revisión y actualización periódica para reflejar los últimos descubrimientos en temas de salud, radiación y novedades tecnológicas.

Es significativo señalar que en más de 2.400 casos de traslados de combustible nuclear gastado hechos por varios países en todo el mundo jamás se ha producido un accidente que haya provocado la liberación de radiactividad. De manera que el traslado de combustible nuclear no constituye, según la opinión del gobierno de Australia y la de muchos expertos, un nivel de riesgo inaceptable.

Quizá haya personas que podrían preguntarse por qué Australia no procesa su propio combustible gastado. La respuesta es muy sencilla: Australia no tiene centrales nucleares.

No tenemos energía nuclear como aquí en la Argentina y en muchos otros países; sólo tenemos ese pequeño reactor de investigación que, como ustedes han escuchado, necesita una cantidad de combustible muy pequeña y simplemente no se justifica la inversión de millones y millones de dólares para construir una planta de procesamiento en Australia. Es mucho más lógico comprar ese servicio de alto valor agregado de otro país que ya tiene instalada esa capacidad.

En Australia no tenemos esa capacidad de hacerlo y es por eso que buscamos otro lugar para hacerlo. Además, es política del Estado de Australia procurar y limitar internacionalmente el número de países que tenga esa tecnología para contener la proliferación de armas nucleares porque, si hay más lugares que pueden procesar, más posibilidades hay de que algún gobierno con malas intenciones cree armas nucleares. Es decir que hay una limitación del número de países que tienen esa tecnología y esta idea es también parte de la política del Estado de Australia.

En conclusión, simplemente quisiera asegurar a la comisión que el gobierno de Australia ha negociado ese acuerdo de buena fe y con el deseo de promover las relaciones de cooperación en temas de alta tecnología, empezando por el contrato con INVAP. Espero que el resultado de las consideraciones del Congreso apoyen ese objetivo. Muchas gracias.

SR. Gracias, señora embajadora.

Damos por abierta la instancia de las consultas, preguntas o pedidos de aclaraciones a los distintos miembros de las diversas organizaciones que hoy nos visitan.

Tiene la palabra el señor diputado Giustiniani.

SR. GIUSTINIANI Antes que nada, agradezco la presencia de la señora embajadora de Australia y también la de los señores presidentes de la CNEA y del INVAP, doctores Abriata y Otheguy, respectivamente.

Hoy, de acuerdo con la convocatoria, se nos informó acerca del inicio del tratamiento del expediente en cuestión.

Antes de que la reunión avance -y sabemos que luego de avanzada la hora se producen algunas deserciones-, quería plantear formalmente lo que habíamos conversado en la primera reunión de esta Comisión de Relaciones Exteriores y Culto ya que, como este tema tiene una implicancia hacia la República Argentina desde el punto de vista de su desarrollo tecnológico -que es el que se ha considerado con las participaciones y sobre lo cual después vamos a hacer preguntas y dar nuestro punto de vista-, también tiene un aspecto ambiental muy importante.

En aquella primera reunión quedamos en que iban a ser convocadas a esta comisión las organizaciones ambientalistas, para lo cual pido que en esa invitación se incluya también a la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de esta Honorable Cámara.

En esa oportunidad también planteamos un tercer aspecto que es el que aquí se ha debatido. El doctor Otheguy ya ha dado su punto de vista sobre el particular, pero creo que sería ilustrativo para las señoras y señores diputados que convoquemos a constitucionalistas. Este convenio que tiene tratamiento en nuestra comisión es el tercer aspecto al que me estoy refiriendo.

Esa es un poco mi pregunta: ver si ya podríamos coincidir para convocar para una próxima reunión a las organizaciones ambientalistas con la presencia también de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano, y otra posterior reunión con constitucionalistas, y que en ella esté presente la Comisión de Asuntos Constitucionales de esta Cámara de Diputados.