Declarar su más enérgico repudio al intento de golpe de Estado perpetrado en la República de Ecuador, en el transcurso del día 30 de septiembre de 2010, y expresar su categórico apoyo al gobierno constitucional del Presidente Rafael Correal y su solidaridad con el pueblo ecuatoriano, en el ferviente convencimiento que la defensa incondicional de las instituciones democráticas es el único camino posible para la consolidación de la paz, la libertad y la integración de los pueblos de Latinoamérica.

Señor presidente:

El violento y cobarde ataque ocurrido contra el Presidente del Ecuador, Rafael Correa, que fuera llevado adelante el pasado 30 de septiembre, por integrantes de sectores de las fuerzas de seguridad de ese país, constituyó un claro intento de quebrar el orden institucional, inaceptable para todos los Estados de la región y del mundo comprometidos firmemente con la defensa de los valores democráticos.

Fueron horas aciagas para América Latina, durante las cuales - una vez más - grupos de fanáticos, autoritarios y retardatarios, generadores de caos y violencia, protagonizaron un nuevo intento de golpe de Estado.

Con la excusa de un reclamo gremial en relación a una norma impulsada por el Gobierno, algunos sectores de la policía ecuatoriana se declararon en rebeldía tomando cuarteles y aeropuertos.

El Presidente de la República, que se había acercado a dialogar con ellos, fue atacado a golpes y con gases lacrimógenos, razón por la cual debió ser internado de urgencia en un hospital cercano. Ese mismo hospital fue rodeado por los sediciosos impidiendo la salida del Presidente y manteniéndolo virtualmente secuestrado.

La población que masiva y pacíficamente se acercó al lugar a expresar su apoyo al Presidente, fue rechazada por la fuerza y ferozmente reprimida. La consecuencia fueron numerosos heridos y la pérdida de casi una decena de vidas humanas.

Con el correr del tiempo se tendrá mayor información acerca de lo que el propio Correa denominó "una conspiración muy bien planeada". Sin embargo, es posible afirmar que no se trata de un hecho aislado en la región sino que se suma a otros intentos de golpe de Estado y desestabilización que tuvieron lugar en países vecinos como Bolivia, Venezuela, Paraguay y Honduras, siendo este último, el único caso que lamentablemente llegó a concretarse.

Ante esta situación, es absolutamente imprescindible que todos los países de América y sus instituciones democráticas, alcen su voz enérgica, rápida y contundentemente a favor de la paz y la democracia en la región.

Por los motivos expuestos, es que vengo a solicitar que esta Cámara manifieste su solidaridad con el pueblo ecuatoriano y su apoyo al Gobierno constitucional de Rafael Correa, expresando su más enérgico repudio hacia el intento de golpe de Estado perpetrado en su contra.