Expresar su más profunda preocupación ante los hechos de violencia suscitados entre Israel y el grupo Hamas, acaecidos en la Franja de Gaza, durante los meses de Junio y Julio del corriente. Asimismo, expresar nuestro deseo de encuentro de canales de diálogo en paz y respeto por la vida de los habitantes de la región, como así también lamentar la pérdida de cientos de vidas inocentes.

Señor presidente:

Según los últimos reportes sobre el conflicto armado en Oriente Medio, las víctimas fatales ya superan largamente el centenar, entre ellas decenas de mujeres y niños. Los heridos ya superan los 600 y el estado de la sociedad civil es cada vez más desesperante, huyendo como pueden los más afortunados y sufriendo la falta de medicamentos y ayuda sanitaria la gran mayoría.

Miles de ciudadanos han comenzado a desplazarse, mientras tanto en Tel Aviv suenan cada vez con más frecuencia las alarmas que previenen sobre ataques con misiles. En otras zonas de Israel las alarmas también vuelven a sonar con frecuencia, despertando horrores pasados.

Tras la escalada de la violencia entre Gaza e Israel en noviembre de 2012 se llegó a un acuerdo entre Hamas e Israel, con la mediación de Egipto. El 2013 fue el año más tranquilo en la última década. Una relativa calma que empezó a romperse a finales de 2013 y que ha terminado de deshacerse desde el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en Cisjordania el 12 de junio y después del asesinato de un adolescente palestino de Shu'fat el 2 de julio.

El anuncio el 2 de junio de 2014 de la formación de un gobierno de consenso nacional en Gaza, genero gran esperanza entre la población. Los ciudadanos de Gaza confiaban en que el nuevo gobierno traería estabilidad, incluso pensaban que a la larga el bloqueo impuesto por Israel podría ser levantado, además que el paso de Rafah con Egipto abriría para el paso de civiles. Ninguna de estas expectativas se ha cumplido.

La mayoría de la población depende de la ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas. El número de refugiados que dependen de UNRWA (la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados en Oriente Próximo), para la ayuda alimentaria ha aumentado de menos de 80.000 en el año 2000 a más de 830.000 en la actualidad.

Todo esto en el contexto de una región que se está viendo sacudida por cuestiones políticas que vienen desencadenando conflictos armados desde hace un par de años. El estallido de las "revoluciones árabes", el fortalecimiento que han obtenido los grupos extremistas y la desestabilización regional generan una situación insoslayable, que obliga a la comunidad internacional a cooperar en cualquier forma posible para el establecimiento de una paz duradera.

Por lo expuesto anteriormente es que solicito a mis pares que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.