Su más enérgico repudio a la brutal represión, realizada por el gobierno de Mariano Rajoy contra el pueblo de Cataluña el día 1° de octubre.

Su convicción de que todo conflicto político debe resolverse en el marco del respeto por los derechos humanos.

La necesidad de convocar a un amplio diálogo político como forma de resolver las diferencias.

Señor presidente:

El día 1° de octubre se realizó un referéndum en Cataluña que pretendía consultar acerca del proceso de independencia de Cataluña del Reino de España.

Más allá de las diferentes interpretaciones acerca de la legalidad de la convocatoria a dicho referéndum, lo cierto es que la tensión entre el gobierno central del Estado Español y el gobierno regional de Cataluña ha ido in crescendo desde el mismo momento en que desde Barcelona se informó sobre la realización de dicho plebiscito.

El Gobierno recurrió a la Policía Nacional y la Guardia Civil y al uso de la fuerza para descabezar el referéndum de independencia convocado por la Generalitat y suspendido por el Tribunal Constitucional. Pese a la ofensiva judicial y policial de las últimas semanas contra la consulta, cientos de colegios electorales abrieron en toda Cataluña en un acto de claro desafío al Ejecutivo y a los tribunales que culminó con numerosas cargas policiales.

El nivel de violencia política llegó al punto de intentar impedir la realización del referéndum por diferentes medios, primero con amenazas encubiertas y solapadas y luego a través de medidas directas con el objetivo de boicotear la realización del mismo, secuestrando las boletas, cerrando las imprentas y, en el día del comicio, con la policía nacional bloqueando los centros de elección.

Como lo han mostrado las imágenes televisivas y a través de las redes sociales, la actuación de la Policía Nacional y de la Guardia Civil española, durante toda la jornada del 1° de octubre, dejó numerosas escenas de uso de

la fuerza para romper las cadenas humanas que los manifestantes habían formado para blindar los colegios electorales. Los agentes de la Policía Nacional cargaron contra los votantes que, pacíficamente, reclamaban ejercer su derecho a voto. Esta situación provoco más de 800 heridos.

Numerosas organizaciones internacionales defensoras de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han denunciado el uso peligroso e inadecuado de material antidisturbios (prohibido en la legislación catalana desde 2014), golpes a personas indefensas que no ofrecían resistencia, y han pedido una investigación exhaustiva, rápida e imparcial sobre los hechos ocurridos en Cataluña. Según su comunicado, los miembros de la Policía Nacional y agentes la Guardia Civil usaron de forma excesiva y desproporcionada la fuerza contra personas que pasivamente se resistían, en la calle y a la puerta de centros de votación, al cumplimiento de la orden del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que ordenaba a las fuerzas de seguridad impedir la celebración de un referéndum.

Asimismo, muchos líderes europeos, que se habían manifestado contra la potencial independencia catalana y contra el referéndum, condenaron la violencia utilizada en la represión ordenada por el gobierno de Mariano Rajoy. "La violencia nunca puede ser un instrumento en política", afirmó mediante un comunicado el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

También rechazaron la represión el primer ministro belga, Charles Michel, Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, Miro Cerar, primer minsitro esloveno y sus pares Lituania y Finlandia. En la misma línea se han expresado dirigentes de la Eurocámara y líderes opositores europeos, como el alemán socialdemócrata Martin Schulz y el laborista británico Jeremy Corbyn. "La violencia policial contra ciudadanos en Cataluña es impactante. El Gobierno español debe actuar para ponerle fin ya", afirmó Corbyn.

Al mismo tiempo, la Comisión Europea intimó a Madrid y Barcelona que "pasen rápidamente de la confrontación al diálogo. "La Comisión cree que estos son tiempos para la unidad y la estabilidad, no para la división y la fragmentación", sostuvo la declaración, que al igual que otros actores políticos, han comenzado a sostener la necesidad de un diálogo entre los actores en conflicto.

Por lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.