Su solidaridad con el hermano pueblo mexicano y con el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos por el terremoto del día 19 de septiembre que asoló la zona central de dicho país con epicentro en la ciudad de Puebla.

La necesidad de que el Poder Ejecutivo Nacional ponga a disposición del gobierno y el pueblo mexicanos todos los medios necesarios para colaborar en la ayuda a los damnificados y en los trabajos de rescate.

Señor presidente:

El pasado 19 de septiembre la zona central de México fue nuevamente sacudida por un fuerte temblor de 7.1 en la escala Richter con epicentro en la ciudad de Puebla y que se sintió de manera significativa en la ciudad de México.

El Servicio Sismológico mexicano detalló que se trató de un solo evento sísmico en los límites de Morelos y Puebla. El movimiento telúrico fue de magnitud 7,1 y su epicentro, registrado a las 13.14 hora local (18.14 GMT), se localizó a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, en el central estado de Morelos, a una profundidad de 57 kilómetros. Se registraron más de 30 réplicas del terremoto, la mayor de magnitud 4.

Es importante recordar que es el segundo terremoto en menos de dos semanas, ya que México sufrió el pasado 7 de septiembre el mayor sismo registrado en el Golfo en el último siglo, de magnitud 8, 2. Chiapas y Oaxaca, las zonas más afectadas, todavía se están recuperando del terrible temblor que terminó la vida de 98 personas e hirió a más de 250 heridos. En las diez horas posteriores hubo un total de 266 réplicas. Esta vez, el sismo se sintió con más fuerza en la capital que el pasado 7 de septiembre, dado que el epicentro fue más cercano, en el límite entre los estados de Puebla y Morelos y a 120 kilómetros de la Ciudad de México.

El martes 19, el temblor se produjo sólo unas horas después de efectuarse un simulacro conmemorativo del poderoso temblor de 1985. Hace 32 años, el sismo fue de 8,1 en la escala Richter y dejó 10.000 muertos. El simulacro de evacuación en caso de terremoto se realiza, en varias ciudades mexicanas, todos los años en esta fecha, la efeméride del fatídico terremoto de 1985, el peor de la historia del país.

Los equipos de emergencia trabajan para encontrar y salvar a muchas personas que se podrían encontrar atrapadas bajo los escombros, ya que existen numerosos edificios e inmuebles que han sufrido daños. El movimiento también causó numerosos cortes en el servicio eléctrico, fugas de gas e interrumpió el servicio de telefonía, así como el del Metro.

El Gobierno mexicano ha decretado tres días de luto nacional y ha pedido a través de las redes sociales colaboración a quienes se encuentren en las zonas afectadas por el terremoto para cuantificar los daños producidos. El presidente del país, Enrique Peña Nieto, convocó una reunión de urgencia con todo su gabinete y ordenó que los servicios de emergencia estén abiertos a toda la población.

Al poco de producirse el terremoto, que generó numerosas escenas de pánico, la ciudadanía que había salido a la calle para resguardarse del temblor se organizó para ayudar en las tareas de limpieza de escombros, cuya rapidez es vital a la hora de encontrar con vida a las personas que podrían estar atrapadas por la runa. En este sentido, las horas posteriores al sismo son críticas para los servicios de rescate.

Como hermanos latinoamericanos nos solidarizamos en este momento difícil que les toca atravesar y consideramos que es imprescindible que el gobierno nacional ponga a disposición todos los medios necesarios para colaborar en la ayuda que el gobierno mexicano estime necesario, tanto para la asistencia a los damnificados como en la remoción de escombros. Es en estos momentos cruciales cuando se debe mostrar el compromiso con nuestra región y con aquellos que están sufriendo.

Es por todo lo expuesto que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto.