Solicitar al Poder Ejecutivo que, en atención al contexto socio-político e institucional que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela y los padecimientos del pueblo, arbitre por ante los organismos pertinentes lo necesario y conducente para:

i. Requerir la inmediata liberación de todos los presos políticos sin distinciones.

ii. Instar a la urgente convocatoria bajo observación internacional de elecciones limpias, bajo un régimen electoral democrático universal y secreto, derogando las trampas electorales que impuso el régimen dictatorial en las últimas elecciones a la ilegítima Asamblea Constituyente.

iii. Solicitar que con urgencia y como medida transitoria hasta que se restaure la plena democracia en Venezuela, se apliquen las sanciones previstas en la Carta Democrática del Mercosur y de la Unasur; recordando que la propia República Bolivariana de Venezuela aceptó en su momento que se impongan esas sanciones a los regímenes políticos que violen los derechos humanos y los procesos democráticos, por lo cual estas sanciones, de aplicarse, no violan la soberanía venezolana.

iv. Instar a todos los países americanos, a la Organización de Estados Americanos y a las Naciones Unidas, a que aprueben mecanismos y opciones coordinadas de socorro humanitario, alimentario y médico, ante la grave situación que está viviendo el pueblo venezolano, respetando la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela.

v. Tener presente a los Cascos Blancos y su experiencia para el caso de poder establecer canales de ayuda humanitaria internacional.

Señor presidente:

Venimos a presentar este proyecto de resolución con la finalidad de solicitarle al Poder Ejecutivo que intervenga por medio de todos los organismos internacionales que correspondan, en miras de lograr una pronta y definitiva solución al lamentable contexto socio-político e institucional y el padecimiento del pueblo venezolano.

Resulta imposible pasar por alto los tiempos que vive el pueblo venezolano, al cual se lo ha despojado de los estándares sostenidos por la región en materia de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales y a los que la República Bolivariana de Venezuela se ha comprometido internacionalmente.

Es evidente, que la situación de la Democracia y los Derechos Humanos en Venezuela, dan cuenta del inicio de una etapa que se ha incrementado negativamente en el tiempo y no parece tener límites.

En este sentido, deviene imposible mantenerse al margen frente a estos hechos que lejos de disminuir, parecen dirigirse a una crisis que sin dudas avanzará en el cercenamiento de los derechos y garantías fundamentales del pueblo venezolano.

Realmente lo que se está viviendo República Bolivariana de Venezuela es una tragedia sin precedentes, basta con señalar que desde el comienzo de los conflictos se han superado las 120 personas fallecidas, más de 2.000 heridos e innumerables detenciones, cifras que dejan plasmada la situación. A ellos, debemos sumarle la detención de los integrantes de la oposición, las prohibiciones de salida del país e incluso hasta la negativa de ingreso para legisladores y equipos de prensa que aspiraban poder tomar conocimiento en persona de la situación a los fines de informarse.

No podemos dejar de mencionar que existen números hechos que han ido escalando hasta llegar a la situación actual, pero entre los últimos, no podemos dejar de destacar la mayor afectación de la independencia de la Asamblea Legislativa por el accionar del Superior Tribunal de Justicia de Venezuela; la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente por parte de los aliados del Gobierno; los heridos y fallecidos en las últimas protestas y la investigación de la Fiscal General de Venezuela sobre la participación de la Guardia Nacional en la responsabilidad de dichas muertes.

En suma: resulta evidente que la expectativa del Presidente Maduro es perpetuarse en el poder. Ello, es claro ya que la finalidad de la Asamblea Constituyente es poder reformar algunos puntos de la Constitución que aseguren y permitan una perpetuación en el poder, ratificando de manera tajante y absoluta la falta de vocación democrática.

En ese entendimiento, resulta sumamente importante, que todos los actores intervinientes en este diálogo sientan la presión y el acompañamiento solidario y necesario tendiente a encaminar el proceso hacia la plena vigencia de un sistema democrático.

Por ello, solicito de mis pares me acompañen en la sanción del presente proyecto.