Su sentimiento por el fallecimiento del ex Presidente de Chile, Don Patricio Aylwin, figura central de la democracia chilena y latinoamericana; y un ejemplo de estadista que supo manejar con gran capacidad la difícil transición a la democracia, sentando las bases para el crecimiento económico de su país con recuperación de instituciones democráticas.

Asimismo, hace llegar al Congreso y al hermano Pueblo de Chile un abrazo fraterno ante esta pérdida que enluta a chilenos y argentinos por igual.

Señor presidente:

En el día de la fecha, América Latina ha perdido a uno de sus iconos en la recuperación de la democracia, luego de los oscuros tiempos de las dictaduras militares.

Don Patricio Aylwin, que acaba de fallecer en su Santiago de Chile, supo llevar adelante con enorme capacidad uno de los procesos de transición más difíciles de nuestra Región, luego de la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet.

No sólo pudo instalar una democracia sólida en su País, sino que además instaló las bases para lo que sería un proceso modelo de crecimiento con estabilidad que duraría por décadas.

La transición que comandó el Dr. Aylwin fue un ejemplo de constancia, prudencia y claridad en los objetivos, que ha pasado a la historia de lo mejor de nuestra política latinoamericana. Confiando en el apoyo popular, el Dr. Aylwin pudo derrotar a la prepotencia mesiánica en un proceso pleno de momentos álgidos, amenazas y gestos aviesos, pero que sirvieron para consolidar la democracia y el sistema de partidos en Chile.

Personalidad multifacética, sensible; como bien lo expresó la Presidenta Bachelet "un hombre justo, que tuvo la serenidad, el coraje y la templanza para enfrentar momentos difíciles y liderar una etapa compleja de la historia de Chile, la de la transición a la democracia y el camino hacia la plena consolidación de nuestra institucionalidad democrática". Así, precisó que el ex Presidente "realizó una vida dedicada completamente al servicio público y al ejercicio de la política y cumplió un papel relevante en la recuperación de la democracia, en la mejora de la situación de los sectores vulnerables y en la búsqueda de la verdad y justicia por las graves violaciones de los derechos humanos como base para lograr la unidad nacional".

Chile y América Latina le deben mucho a Patricio Aylwin. Su nombre quedará grabado con letras mayúsculas en la historia. Un gran líder, un gran presidente, un gran demócrata y por sobre todo un gran ser humano, que merecen el homenaje de esta Honorable Cámara.