Expresar su más enérgico repudio y condena por el asesinato de cuatro religiosas Misioneras de la Caridad en el convento de la ciudad yemení de Aden, tras el raid criminal que dejó al menos doce victimas más a manos de grupos terroristas.

Señor presidente:

La escalada criminal del flagelo terrorista que busca instalarse en el mundo actúa en forma inesperada, golpeando de manera cobarde, y destruyendo vidas y bienes de poblaciones cada vez más vulnerables.

La metodología ruin y profana de este azote mundial castigó el pasado 4 de marzo, de la mano de un grupo de hombres armados, la casa de retiro en la ciudad de Aden, en el sur de Yemen, disparando contra el personal y los residentes, causando la muerte de al menos 16 personas incluidas las cuatro religiosas pertenecientes a la congregación fundada por la beata Madre Teresa de Calcuta que prestaban servicios de enfermería, las que fueron salvajemente degolladas.

En esta cruel masacre perdieron la vida cinco enfermeras locales, cuatro guardias de seguridad y tres miembros del personal de limpieza. Durante el ataque terrorista también fueron asesinados el conductor y al menos otros dos colaboradores etíopes de la comunidad, mientras que la superiora del convento salvó milagrosamente su vida.

La Agencia Fides, órgano de información de las Obras Misionales Pontificias desde 1927, advirtió que todavía no hay noticias del sacerdote indio salesiano Tom Uzhunnalil, que residía en la casa religiosa, tras el saqueo y el incendio de septiembre pasado en iglesia de la Sagrada Familia en Aden, ataque atribuido a grupos extremistas afines.

Dos de las hermanas asesinadas eran ruandesas, una era india, y la cuarta era de Kenia. Por el momento, la superiora del convento está proporcionando información a la policía, que tiene en custodia los cuerpos de las religiosas y de las demás víctimas.

Si bien aún no hay certezas sobre la matriz de este ataque terrorista, se sabe que en la ciudad yemení reconquistada hace meses por las fuerzas leales al presidente Abdel Rabbo Mansour Hadi, en lucha con los rebeldes Houthi, están asentados grupos vinculados a la red de Al Qaeda.

Tras la tragedia, el pasado 7 de marzo S.S. Papa Francisco expresó, tras el rezo del Angelus, su cercanía con las Misioneras de la Caridad por: "el grave luto que las ha golpeados hace dos días con el asesinato de cuatro religiosas en Adén, en Yemen, donde asistían a los ancianos", señalando que reza: "por ellas y por las otras personas asesinadas en el ataque, y por los familiares".

"Estas son los mártires de hoy, y no son portada de los periódicos. No son noticia. Estos dan su sangre por la Iglesia. Son víctimas del ataque de esos que las han matado y también de la indiferencia, de esta globalización de la indiferencia, que no importa", advirtió el Santo Padre y pidió: "Madre Teresa acompañe en el paraíso a estas hijas suyas mártires de la caridad, e interceda por la paz y el sagrado respeto de la vida humana".

En un telegrama firmado por el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, el pontífice aseguró sus: "oraciones por las familias de las víctimas de este acto de violencia insensata y diabólica", elevando una oración para que esta matanza "despierte las conciencias, guíe a un cambio de los corazones e inspire a todas las partes a deponer las armas y comience un camino de diálogo".

En nombre de Dios, el Papa pidió a todos renunciar a la violencia, renovar el propio compromiso por la gente de Yemen, en particular por los más necesitados a quienes las hermanas misioneras de la Madre Teresa "han tratado de servir".

Por las razones expuestas, señor Presidente, y en comunión con el sentir del Santo Padre Francisco ante la sinrazón y la locura criminal del flagelo terrorista y sus derivaciones delictivas, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto.