Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para requerirle disponga rever las recientes disposiciones sobre asignaciones familiares adoptadas por la ANSES, en cuanto imponen la percepción de menores prestaciones, según los tramos salariales que dan derecho al beneficio, para los padres de hijos discapacitados.

Señor presidente:

Recientes cambios en el régimen de asignaciones familiares han provocado la percepción de menores importes en las prestaciones que corresponden a los padres de hijos discapacitados.

Los valores vigentes pueden leerse en la página oficial de la ANSES, a saber,http://www.anses.gob.ar/trabajadores/asignaciones- familiares-trabajadores/montos-vigentes- que dan lugar a la aplicación de la siguiente escala:

Las prestaciones que percibirán ahora los padres con hijos discapacitados resultan las más perjudicadas, toda vez que el salario familiar por hijo discapacitado fue aumentado en apenas un 11,1%, menos de la mitad del 25% de inflación anual.

Los nuevos montos no logran reponer el poder adquisitivo que tenía ese beneficio un año atrás, ya que ahora esos padres por cada $ 100 que recibían antes, cobrarán en términos reales $ 88, en valor equivalente del poder de compra del salario.

Pero además, las mayores pérdidas surgen de acuerdo con los diferentes tramos salariales que dan derecho al beneficio. Por ejemplo, un trabajador que gana $ 2.700 hasta ahora cobraba $ 1.080 de asignación.

Si no tiene ningún aumento salarial, a partir del 1° de octubre del corriente año 2012, pasa a cobrar $ 1.200 por hijo. Pero si recibe un 25% de aumento de sueldos, al superar la escala salarial de los $ 3.200, la asignación se reduce a $ 900. O sea, cobra $ 300 menos y su ingreso total se achica por debajo de la suba de la inflación.

Esta situación se repite para las otras escalas salariales porque el beneficio baja de $ 900 a $ 600 si el trabajador cobra más de $ 4.400 mensuales.

Se ha estimado que por la suba en el beneficio de solo el 11,1%, en lugar de compensar la inflación pasada, la ANSES disminuye sus egresos por prestaciones del sistema de asignaciones familiares en cerca de unos $ 250 millones por año. A su vez, debido a la aplicación de nuevas escalas, se evita el pago de otros 350 millones de pesos. En total: $ 600 millones.

Queda en claro que esta reducción en los beneficios se debe a que el gobierno nacional dispuso un ajuste en los beneficios y en distintos tramos salariales menor que la inflación y también en menor proporción que las subas salariales acordadas en las negociaciones paritarias de la mayoría de los gremios.

Afortunadamente los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo que son alrededor de 3,5 millones de chicos, tendrán un incremento del 25,9% porque el beneficio pasa de $ 270 a $ 340, de manera que en este caso, los beneficiarios reponen la inflación pasada , absorbiendo la pérdida que tuvieron durante el curso de los últimos 12 meses. Pero hacia adelante, en la medida que se mantengan altos niveles de inflación, el poder de compra del nuevo valor del beneficio seguramente tenderá a disminuir.

Por cierto, el sistema de seguridad social en Argentina ocupa en los últimos años un punto central en el escenario del debate político, y pone a prueba, con sus avances y retrocesos, el carácter progresista de las políticas gubernamentales. Confiamos que, advertidos los efectos negativos que entrañan los últimos cambios producidos en el régimen de asignaciones familiares, el Poder Ejecutivo disponga rever la medida, en particular con relación a los beneficios que les corresponde percibir a los padres de hijos discapacitados.

Por todo lo expuesto, pido el apoyo de mis pares para dar aprobación al presente proyecto.