PRESUPUESTO Y HACIENDA
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P04 Oficina 418
Secretario Administrativo Dr. Seguí Ariel
Martes 17.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2444 Internos 2416/2310
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- PRESUPUESTO Y HACIENDA
- COMUNICACIONES E INFORMATICA
Reunión del día 06/10/2020
- DICTÁMEN SOBRE EL "RÉGIMEN DE PROMOCIÓN DE LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
SR. PRESIDENTE CARRO Buenas tardes. Damos comienzo a la reunión conjunta de las comisiones de Comunicaciones e Informática y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados para tratar el proyecto que viene en revisión del Senado sobre modificación de la ley de promoción de la economía del conocimiento.
Para una cuestión no relacionada con el tema en tratamiento, les voy a dar la palabra a todos los bloques.
Tiene la palabra el señor diputado Germán Martínez.
Para una cuestión no relacionada con el tema en tratamiento, les voy a dar la palabra a todos los bloques.
Tiene la palabra el señor diputado Germán Martínez.
SR. MARTÍNEZ Señor presidente: agradezco que nos permita apartarnos del tema que nos convoca.
A lo largo de la mañana de hoy surgieron algunos temas en las redes sociales que me parece que no pueden pasar desapercibidos, al menos para nuestro bloque.
En este momento, el Banco Credicoop y el compañero Carlos Heller -presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda-, en términos personales, es víctima de una furiosa estrategia y maniobra de desprestigio y descalificación en las redes sociales.
Nosotros siempre solemos hablar -también integro la Comisión de Libertad de Expresión- al respecto de cómo estas prácticas, atadas al manejo de los famosos trolls, lamentablemente están multiplicándose en la Argentina.
En este caso, le tocó ser víctima a un compañero nuestro, con quien para nosotros es un orgullo caminar en términos políticos y es un orgullo que sea el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Está siendo atacado, ni más ni menos, por ser una de las caras visibles de este proyecto de aporte solidario y extraordinario a las grandes fortunas.
No quiero entrar en debate sobre este tema, pero para nosotros -los integrantes del Frente de Todos- es realmente lamentable esta maniobra que está sucediendo. Por eso queremos expresar nuestro repudio y rechazo, sin ningún tipo de peros y sin ningún tipo de situación que atenúe este rechazo.
Queremos expresar nuestra solidaridad con el compañero Carlos Heller e invitar a los otros bloques políticos para que, en este clima de unidad, podamos defender a la persona del presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y también a la institución a la que representa. Además, debemos condenar estas prácticas que en nombre de la República y de las instituciones terminan mancillando nuestra democracia.
A lo largo de la mañana de hoy surgieron algunos temas en las redes sociales que me parece que no pueden pasar desapercibidos, al menos para nuestro bloque.
En este momento, el Banco Credicoop y el compañero Carlos Heller -presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda-, en términos personales, es víctima de una furiosa estrategia y maniobra de desprestigio y descalificación en las redes sociales.
Nosotros siempre solemos hablar -también integro la Comisión de Libertad de Expresión- al respecto de cómo estas prácticas, atadas al manejo de los famosos trolls, lamentablemente están multiplicándose en la Argentina.
En este caso, le tocó ser víctima a un compañero nuestro, con quien para nosotros es un orgullo caminar en términos políticos y es un orgullo que sea el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Está siendo atacado, ni más ni menos, por ser una de las caras visibles de este proyecto de aporte solidario y extraordinario a las grandes fortunas.
No quiero entrar en debate sobre este tema, pero para nosotros -los integrantes del Frente de Todos- es realmente lamentable esta maniobra que está sucediendo. Por eso queremos expresar nuestro repudio y rechazo, sin ningún tipo de peros y sin ningún tipo de situación que atenúe este rechazo.
Queremos expresar nuestra solidaridad con el compañero Carlos Heller e invitar a los otros bloques políticos para que, en este clima de unidad, podamos defender a la persona del presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y también a la institución a la que representa. Además, debemos condenar estas prácticas que en nombre de la República y de las instituciones terminan mancillando nuestra democracia.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Atilio Benedetti.
SR. BENEDETTI Señor presidente: en el mismo sentido que el diputado preopinante, me quiero referir al ataque que está recibiendo una institución y el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Desde el interbloque al cual pertenezco, quiero decir que no aceptamos, rechazamos absolutamente y repudiamos cualquier tipo de escrache contra una institución o contra una persona, en cualquier circunstancia.
En este tema en particular ponemos el acento en marcar esta posición porque es la que sirve para fortalecer las instituciones y la democracia. Esto no significa convalidar alguno de los proyectos porque para eso están las discusiones en la comisión y en el recinto. No estamos de acuerdo con el impuesto en cuestión ni con la cantidad de personas que serán alcanzadas, pero esa es otra discusión.
Solo quiero dejar en claro nuestro rechazo y repudio a este y a cualquier otro tipo de escrache hacia cualquier persona o institución.
Desde el interbloque al cual pertenezco, quiero decir que no aceptamos, rechazamos absolutamente y repudiamos cualquier tipo de escrache contra una institución o contra una persona, en cualquier circunstancia.
En este tema en particular ponemos el acento en marcar esta posición porque es la que sirve para fortalecer las instituciones y la democracia. Esto no significa convalidar alguno de los proyectos porque para eso están las discusiones en la comisión y en el recinto. No estamos de acuerdo con el impuesto en cuestión ni con la cantidad de personas que serán alcanzadas, pero esa es otra discusión.
Solo quiero dejar en claro nuestro rechazo y repudio a este y a cualquier otro tipo de escrache hacia cualquier persona o institución.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Luis Contigiani.
SR. CONTIGIANI Señor presidente: quiero sumarme a este rechazo absoluto a estos escraches autoritarios que está sufriendo la persona del diputado nacional Carlos Heller, y especialmente la banca cooperativa del país: el Banco Credicoop.
La Argentina tendría que sentirse orgullosa de tener una banca cooperativa, con sus virtudes y sus defectos. Como todo en la Argentina, es muy complejo, pero hay que tener orgullo de una banca cooperativa como la que tiene la Argentina de la mano del Banco Credicoop.
Se trata de una banca que surge en un momento muy difícil del país cuando Martínez de Hoz intentaba cerrar toda posibilidad al desarrollo del cooperativismo bancario. De allí surge el Banco Credicoop, unificando a muchas cooperativas del país, cuando se cerraban las cajas de crédito -en la historia política Argentina-, los ahorros regionales, los ahorros provinciales y se centralizaba la lógica financiera del país.
En ese momento surge el Banco Credicoop, que hoy continúa transitando con mucha organización, con mucha capacidad de gestión y con los mil y un problemas que siempre tiene el país.
Un debate político que debe transitar por el camino democrático y con respeto por las instituciones democráticas -en este caso, el Parlamento-, se lo quiere llevar más allá y utilizarlo como un instrumento de ataque personal y autoritario.
Por estas razones, en nombre del espacio del Frente Progresista del interbloque Federal al que represento, mi más sentido rechazo a esta situación.
Además, apelo a que todo tipo de debates y diferencias, en todo sentido, siempre tiene que ser por el camino del respeto y del diálogo democrático.
La Argentina tendría que sentirse orgullosa de tener una banca cooperativa, con sus virtudes y sus defectos. Como todo en la Argentina, es muy complejo, pero hay que tener orgullo de una banca cooperativa como la que tiene la Argentina de la mano del Banco Credicoop.
Se trata de una banca que surge en un momento muy difícil del país cuando Martínez de Hoz intentaba cerrar toda posibilidad al desarrollo del cooperativismo bancario. De allí surge el Banco Credicoop, unificando a muchas cooperativas del país, cuando se cerraban las cajas de crédito -en la historia política Argentina-, los ahorros regionales, los ahorros provinciales y se centralizaba la lógica financiera del país.
En ese momento surge el Banco Credicoop, que hoy continúa transitando con mucha organización, con mucha capacidad de gestión y con los mil y un problemas que siempre tiene el país.
Un debate político que debe transitar por el camino democrático y con respeto por las instituciones democráticas -en este caso, el Parlamento-, se lo quiere llevar más allá y utilizarlo como un instrumento de ataque personal y autoritario.
Por estas razones, en nombre del espacio del Frente Progresista del interbloque Federal al que represento, mi más sentido rechazo a esta situación.
Además, apelo a que todo tipo de debates y diferencias, en todo sentido, siempre tiene que ser por el camino del respeto y del diálogo democrático.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado José Luis Ramón.
SR. RAMÓN Señor presidente: en el mismo sentido que se han expresado los presidentes de los demás interbloques, desde el interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, en primer lugar, queremos solidarizarnos fuertemente con el diputado Carlos Heller.
Él no necesita demostrar cómo es su actitud, su persona y su capacidad de trabajo para crear armonía en la discusión política de un tema que genera fuertes disputas. Sobre todo, cuando se ha venido tratando el proyecto por el aporte extraordinario a las familias que tienen grandes fortunas en la Argentina.
Quiero permitirme decir algo con relación a este tema particular. El apoyo que le estamos dando desde nuestro interbloque al diputado Heller se lo quiero dirigir a las casi 9.000 familias que integran ese grupo de personas al que todos los argentinos le estamos pidiendo este aporte extraordinario por única vez, para asistir a la pandemia y a esta grave situación económica que atraviesan miles y miles de familias a lo largo y ancho de todo el país.
En algunos medios de comunicación vi que se habló de la Sociedad Rural de Rojas, de Pergamino, de San Pedro, de Baradero, de algunas asociaciones de productores de Arrecifes, de Carmen de Areco y de la Asociación Rural de General Rodríguez.
Sin embargo, yo sé, porque conozco, porque estoy y porque formo parte de una familia de productores, que a la gran mayoría de los productores de la Argentina no se les pasa por la cabeza la posibilidad de generar un boicot en contra de una institución como es el Banco Credicoop por el solo hecho de que su presidente esté llevando adelante una discusión en el Congreso a fin de ponernos de acuerdo en el tema.
De manera tal, diputado Heller, sepa que desde nuestro interbloque cuenta con todo el apoyo para seguir llevando adelante esta discusión, para que ingrese al recinto y se pueda votar. Aquí se trata de un proyecto que tiene que ver con la solidaridad.
Además de dirigir estas palabras a ese número tan reducido de familias de la Argentina que les va a tocar hacer este aporte extraordinario por única vez, también quiero decir que tengan en cuenta la solidaridad con cada una de las familias de la Argentina que la está pasando muy mal, fruto de la pandemia que estamos atravesando, y que están muy lejos de hacer este acto que no caracteriza a los argentinos.
Esto que le está ocurriendo al diputado Heller y a una institución tan prestigiosa como el Banco Credicoop nos está pasando a muchos de los diputados que tenemos una visión crítica de cómo debe ser el desarrollo de los proyectos que se llevan adelante en la Cámara. Muchos, incluido el presidente de la Cámara de Diputados, estuvimos sometidos en el último tiempo a un embate ilegal e injurioso contra nosotros como personas y contra nuestras familias, que también se han visto afectadas.
Esto no puede seguir ocurriendo. Por eso, insto a los distintos diputados de los interbloques que forman parte de la Cámara a que participen de una expresión conjunta para que, de manera institucional, repudiemos estos actos que están ocurriendo en manos de este pequeño grupo de personas que no se sienten a gusto con una disposición que simplemente se está discutiendo y no imponiendo. Necesitamos dar el mensaje a la sociedad de que los argentinos no somos "eso" que están tratando de hacer estos señores. Muchas gracias, señor presidente.
Él no necesita demostrar cómo es su actitud, su persona y su capacidad de trabajo para crear armonía en la discusión política de un tema que genera fuertes disputas. Sobre todo, cuando se ha venido tratando el proyecto por el aporte extraordinario a las familias que tienen grandes fortunas en la Argentina.
Quiero permitirme decir algo con relación a este tema particular. El apoyo que le estamos dando desde nuestro interbloque al diputado Heller se lo quiero dirigir a las casi 9.000 familias que integran ese grupo de personas al que todos los argentinos le estamos pidiendo este aporte extraordinario por única vez, para asistir a la pandemia y a esta grave situación económica que atraviesan miles y miles de familias a lo largo y ancho de todo el país.
En algunos medios de comunicación vi que se habló de la Sociedad Rural de Rojas, de Pergamino, de San Pedro, de Baradero, de algunas asociaciones de productores de Arrecifes, de Carmen de Areco y de la Asociación Rural de General Rodríguez.
Sin embargo, yo sé, porque conozco, porque estoy y porque formo parte de una familia de productores, que a la gran mayoría de los productores de la Argentina no se les pasa por la cabeza la posibilidad de generar un boicot en contra de una institución como es el Banco Credicoop por el solo hecho de que su presidente esté llevando adelante una discusión en el Congreso a fin de ponernos de acuerdo en el tema.
De manera tal, diputado Heller, sepa que desde nuestro interbloque cuenta con todo el apoyo para seguir llevando adelante esta discusión, para que ingrese al recinto y se pueda votar. Aquí se trata de un proyecto que tiene que ver con la solidaridad.
Además de dirigir estas palabras a ese número tan reducido de familias de la Argentina que les va a tocar hacer este aporte extraordinario por única vez, también quiero decir que tengan en cuenta la solidaridad con cada una de las familias de la Argentina que la está pasando muy mal, fruto de la pandemia que estamos atravesando, y que están muy lejos de hacer este acto que no caracteriza a los argentinos.
Esto que le está ocurriendo al diputado Heller y a una institución tan prestigiosa como el Banco Credicoop nos está pasando a muchos de los diputados que tenemos una visión crítica de cómo debe ser el desarrollo de los proyectos que se llevan adelante en la Cámara. Muchos, incluido el presidente de la Cámara de Diputados, estuvimos sometidos en el último tiempo a un embate ilegal e injurioso contra nosotros como personas y contra nuestras familias, que también se han visto afectadas.
Esto no puede seguir ocurriendo. Por eso, insto a los distintos diputados de los interbloques que forman parte de la Cámara a que participen de una expresión conjunta para que, de manera institucional, repudiemos estos actos que están ocurriendo en manos de este pequeño grupo de personas que no se sienten a gusto con una disposición que simplemente se está discutiendo y no imponiendo. Necesitamos dar el mensaje a la sociedad de que los argentinos no somos "eso" que están tratando de hacer estos señores. Muchas gracias, señor presidente.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Sartori.
SR. SARTORI En el mismo sentido, quiero expresar solidaridad por parte de nuestro bloque misionero, el Frente de la Concordia, para con el diputado Carlos Heller. Quienes lo conocemos sabemos de su sapiencia y de su compromiso. Como provincia de Misiones -donde el cooperativismo es muy fuerte- entendemos y nos solidarizamos con él.
Cuando uno tiene responsabilidades en la República muchas veces suceden este tipo de cuestiones por culpa de aquellos que no entienden que cuando la Patria necesita, todos tenemos que hacer sacrificios. Recibo a diario cuestionamientos en este sentido.
Casualmente, hoy a la mañana alguien me hablaba de este tema y me explicaba lo que teóricamente le estaban haciendo al Banco Credicoop y al presidente Heller. Tuvimos un debate en el que nosotros manifestamos que por supuesto que no se trataba de una cuestión individual o personal, sino de alguien como Carlos Heller, con su sapiencia y pensando en una República que hoy necesita el compromiso y la solidaridad de todos y cada uno de nosotros, y que nosotros entendíamos que había que hacer este sacrificio.
Por eso, nuestro bloque Frente de la Concordia repudia estos hechos, como bien ya lo manifestara José Luis Ramón. Repudiamos los dichos provenientes de los trolls, aquellos que no dan la cara y que muchas veces critican sin siquiera aportar constructivamente ni hacer algo por este país. En lugar de profundizar todos los días aún más la grieta tenemos que buscar cerrarla, y de esta manera no lo hacemos. Nuestra solidaridad para con el señor Heller.
Cuando uno tiene responsabilidades en la República muchas veces suceden este tipo de cuestiones por culpa de aquellos que no entienden que cuando la Patria necesita, todos tenemos que hacer sacrificios. Recibo a diario cuestionamientos en este sentido.
Casualmente, hoy a la mañana alguien me hablaba de este tema y me explicaba lo que teóricamente le estaban haciendo al Banco Credicoop y al presidente Heller. Tuvimos un debate en el que nosotros manifestamos que por supuesto que no se trataba de una cuestión individual o personal, sino de alguien como Carlos Heller, con su sapiencia y pensando en una República que hoy necesita el compromiso y la solidaridad de todos y cada uno de nosotros, y que nosotros entendíamos que había que hacer este sacrificio.
Por eso, nuestro bloque Frente de la Concordia repudia estos hechos, como bien ya lo manifestara José Luis Ramón. Repudiamos los dichos provenientes de los trolls, aquellos que no dan la cara y que muchas veces critican sin siquiera aportar constructivamente ni hacer algo por este país. En lugar de profundizar todos los días aún más la grieta tenemos que buscar cerrarla, y de esta manera no lo hacemos. Nuestra solidaridad para con el señor Heller.
SR. PRESIDENTE CARRO Muchas gracias, diputado Sartori.
Tiene la palabra el diputado Waldo Wolff.
Tiene la palabra el diputado Waldo Wolff.
SR. WOLFF Gracias, señor presidente. También quiero solidarizarme con el diputado Heller. Yo, además, tengo cuenta hace muchos años en su banco.
Me gustaría que se deje a un lado la hipocresía: nosotros deberíamos solidarizarnos con todos los escraches. El presidente de la Cámara de Diputados dijo que le llegaron amenazas personales a su teléfono personal, razón por la cual yo lo llamé en cuatro oportunidades. Después, un diputado por la provincia de Buenos Aires, integrante del Frente de Todos, dijo que el de las amenazas había sido yo; me refiero al diputado D'Onofrio.
Hace cinco años que soy diputado, todos me conocen. Soy un hombre de tomar posiciones personales, pero siempre doy la cara y cuando tengo que decirle algo a alguien, se lo digo personalmente.
Gracias a Dios, yo pude tener la batalla. Me presenté en la Justicia, me autodenuncié y presenté una ampliatoria para que los llamen a declarar al presidente de la Cámara de Diputados y también al diputado D'Onofrio -diputado provincial- para que presente sus pruebas. Hice esto, en primer lugar, porque creo en las instituciones y, en segundo lugar, porque creo en mi inocencia. La diputada Moisés dijo en Twitter que yo tenía que dar explicaciones, y también la llamé a declarar.
Por lo tanto, mi solidaridad con los diputados Massa y Heller. Pero les pido a todos que tomemos conciencia: no hay escraches buenos y escraches malos. Yo, después de cinco años, ya me he bancado varios ...(inaudible)... Debo ser muy bueno ya que el presidente de la bancada del Frente de Todos, el señor Leopoldo Moreau, no ha podido probar sus acusaciones en mi contra.
Más allá de que yo saldé la discusión como corresponde institucionalmente, pido a todos que tomen conciencia, dejando a un lado el partido que representa cada uno. Y sobre aquellos a los que llaman "trolls", quiero decir que para mí no lo son, sino que se trata de gente que se aglutina en las redes sociales de un lado de la política y mañana se aglutinará del lado contrario. Así las cosas, hoy estamos todos solidarizándonos con Heller, mañana lo haremos con Massa y pasado, con Wolff. Tomemos conciencia.
Celebro que se repudien los escraches y aquellas acciones que no se condicen con el verdadero funcionamiento democrático. Los invito a todos a que por un ratito nos saquemos el partidismo político. No seamos hipócritas, no seamos nosotros quienes sembremos la sospecha sobre la política cuando la gran mayoría de nosotros se hace cargo de lo que dice.
Señor diputado Heller: para finalizar, quiero decirle que tengo una cuenta personal y empresarial desde hace muchos años en su banco. A pesar de tener enormes diferencias ideológicas con usted, repudio este mecanismo y considero que no tiene absolutamente nada que ver con el funcionamiento democrático.
Me gustaría que se deje a un lado la hipocresía: nosotros deberíamos solidarizarnos con todos los escraches. El presidente de la Cámara de Diputados dijo que le llegaron amenazas personales a su teléfono personal, razón por la cual yo lo llamé en cuatro oportunidades. Después, un diputado por la provincia de Buenos Aires, integrante del Frente de Todos, dijo que el de las amenazas había sido yo; me refiero al diputado D'Onofrio.
Hace cinco años que soy diputado, todos me conocen. Soy un hombre de tomar posiciones personales, pero siempre doy la cara y cuando tengo que decirle algo a alguien, se lo digo personalmente.
Gracias a Dios, yo pude tener la batalla. Me presenté en la Justicia, me autodenuncié y presenté una ampliatoria para que los llamen a declarar al presidente de la Cámara de Diputados y también al diputado D'Onofrio -diputado provincial- para que presente sus pruebas. Hice esto, en primer lugar, porque creo en las instituciones y, en segundo lugar, porque creo en mi inocencia. La diputada Moisés dijo en Twitter que yo tenía que dar explicaciones, y también la llamé a declarar.
Por lo tanto, mi solidaridad con los diputados Massa y Heller. Pero les pido a todos que tomemos conciencia: no hay escraches buenos y escraches malos. Yo, después de cinco años, ya me he bancado varios ...(inaudible)... Debo ser muy bueno ya que el presidente de la bancada del Frente de Todos, el señor Leopoldo Moreau, no ha podido probar sus acusaciones en mi contra.
Más allá de que yo saldé la discusión como corresponde institucionalmente, pido a todos que tomen conciencia, dejando a un lado el partido que representa cada uno. Y sobre aquellos a los que llaman "trolls", quiero decir que para mí no lo son, sino que se trata de gente que se aglutina en las redes sociales de un lado de la política y mañana se aglutinará del lado contrario. Así las cosas, hoy estamos todos solidarizándonos con Heller, mañana lo haremos con Massa y pasado, con Wolff. Tomemos conciencia.
Celebro que se repudien los escraches y aquellas acciones que no se condicen con el verdadero funcionamiento democrático. Los invito a todos a que por un ratito nos saquemos el partidismo político. No seamos hipócritas, no seamos nosotros quienes sembremos la sospecha sobre la política cuando la gran mayoría de nosotros se hace cargo de lo que dice.
Señor diputado Heller: para finalizar, quiero decirle que tengo una cuenta personal y empresarial desde hace muchos años en su banco. A pesar de tener enormes diferencias ideológicas con usted, repudio este mecanismo y considero que no tiene absolutamente nada que ver con el funcionamiento democrático.
SR. PRESIDENTE CARRO Muchas gracias, diputado Wolff.
Creo que lo que vale para uno, vale para todos; o para una, para todas. También considero deseable que no tramitemos estas diferencias políticas en Tribunales. Podríamos abrir un club de los que somos socios y tenemos cuenta en el Credicoop, a ver si de esa forma conseguimos más consensos.
Ahora sí, para adentrarnos en el tema que nos convoca, tiene la palabra el señor diputado Carlos Heller.
Creo que lo que vale para uno, vale para todos; o para una, para todas. También considero deseable que no tramitemos estas diferencias políticas en Tribunales. Podríamos abrir un club de los que somos socios y tenemos cuenta en el Credicoop, a ver si de esa forma conseguimos más consensos.
Ahora sí, para adentrarnos en el tema que nos convoca, tiene la palabra el señor diputado Carlos Heller.
SR. HELLER Gracias, señor presidente Carro. Antes que nada, quiero agradecer las muestras de solidaridad. Creo que exceden lo personal y que tienen que ver con una responsabilidad colectiva que tenemos.
Creo que nos estamos haciendo solidarios contra una forma de actuar que repudiamos. Coincido en que esto vale para todos, le toque a quien le toque. Los que creemos en la política y en la democracia nunca podemos estar de acuerdo con ninguna forma de escrache. Creo que las discusiones se ganan con argumentos y las votaciones se ganan con acumulación de apoyos. En definitiva, eso es la democracia. Los asuntos se ganan, se pierden, se discuten, y uno lo hace todo con pasión.
Quiero decir que en mi caso no se trata de gente apasionada que está actuando. Algunas de las cosas que se están diciendo son groseras mentiras que no tienen absolutamente nada que ver con nada. No son expresiones en contra de un proyecto; son falsedades, provocaciones e intentos desestabilizadores, como el de querer provocar una corrida bancaria.
Se trata de algo grave. Por eso, creo que la expresión colectiva de solidaridad de este conjunto de diputadas y diputados aquí reunidos me supera, me excede y creo que tiene que ver con un compromiso institucional que todos tenemos.
Permítanme leer un mensaje del chat de la diputada Ocaña. Estoy seguro de que ella así lo desea, pero me está diciendo que tiene muy mala señal. El mensaje dice: "Mi solidaridad con el diputado Carlos Heller. Soy socia del Credicoop desde el año 1980. Gracias al crédito del banco, he podido adquirir mi casa. Conozco su crecimiento y lo que ha representado para la economía del país. Más allá de las diferencias por el proyecto, adhiero a las palabras del diputado Benedetti."
Ustedes mismos se han dado cuenta de que la nuestra es una cooperativa verdadera, que no le pregunta a nadie su afiliación política para recibirlo en su seno, para atenderlo, para brindarle servicios, que son los mejores que podemos dar. Estamos orgullosos de lo que hemos hecho y de lo que hemos construido. La verdad es que me siento emocionado, no me pasa con frecuencia pero en este momento debo decir que así me siento. Emocionado y agradecido por estas expresiones que ustedes han volcado en este ratito.
Con el agradecimiento expresado, nos ponemos a trabajar en el temario. El temario contiene el proyecto de ley que -como dijo el diputado Carro- viene en revisión del Senado. Ustedes recordarán que este proyecto lo tratamos en Diputados, luego fue al Senado, donde estuvo un tiempo y volvió con las modificaciones que hoy tenemos que considerar.
El diputado Carro y otros más saben que cuando se trató este proyecto en Diputados, no intervine a pesar de ser el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. El diputado Carro me preguntó por qué no intervenía y me pidió que lo hiciera, pero le dije que el proyecto de ley venido en revisión del Senado no me terminaba de dejar satisfecho porque creía que no diferenciaba adecuadamente a las pequeñas de las grandes empresas y unificaba demasiado los beneficios. Entendía que los beneficios debían ser escalonados y contar con una regulación que tuviera que ver con el tamaño de las empresas y con otras cuestiones.
De cualquier manera, como el proyecto venía con amplio acuerdo, opté por el silencio. Esto lo recuerda perfectamente el diputado Carro. Por lo tanto, debo decir que los cambios incorporados por el Senado vienen en la dirección de lo que a mí me dejaba insatisfecho o no plenamente satisfecho del tratamiento original. Así, estoy adelantando mi posición respecto de esta reforma.
En realidad, en el proyecto aprobado en Diputados había una cantidad de normas orientadas a regular los beneficios de las micro, pequeñas y medianas empresas. Pero a mi juicio eran insuficientes. Creo que la base de estos cambios impulsa esa orientación y acentúa esas diferencias, mejorando la utilización del importante esfuerzo fiscal que realizará el país para fomentar las actividades de la promoción de la economía del conocimiento. La idea es que esos recursos estén efectivamente orientados a las empresas que más lo necesitan, en especial, las de menor tamaño relativo, fomentando aún más el positivo impacto laboral que estamos absolutamente seguros de que impulsará esta ley.
Comienzo con un repaso de los contenidos relacionados con el tema fiscal. Respecto del cupo fiscal, que significa la posibilidad de convertir en crédito fiscal el 70 por ciento de las contribuciones patronales efectivamente pagadas, una de las primeras diferencias es el establecimiento de un bono intransferible. En el proyecto aprobado en Diputados se consideraba que el bono era transferible por única vez, así como también que se aplicaría al pago de los importes a abonar en carácter de anticipos y/o los saldos de declaración jurada en concepto de impuesto a las ganancias e impuesto al valor agregado. Sin embargo, la sanción del Senado señala que dichos bonos podrán ser utilizados -leo textualmente- "...para la cancelación de tributos nacionales, en particular el impuesto al valor agregado y otros impuestos nacionales y sus anticipos, en caso de proceder, excluido el impuesto a las ganancias". No obstante establecer eso, exclusivamente para aquellos beneficiarios que acrediten exportaciones, podrán optar por un bono de crédito fiscal que podrá ser utilizado para la cancelación del impuesto a las ganancias en un porcentaje no mayor al correspondiente a las exportaciones e informado durante su inscripción. Además, los bonos se podrán utilizar por veinticuatro meses desde su emisión y podrán prorrogarse por doce meses por causas justificadas.
Con esta idea de contar con finanzas públicas enflaquecidas, por lo que deben ser utilizadas con el máximo de cuidado, el proyecto señala: "A efectos de establecer dicho cupo fiscal, este deberá incluir el monto de los beneficios relativos a los beneficiarios incorporados al régimen, y que resulten necesarios para la continuidad de la promoción, debiendo fijarse mediante la Ley de Presupuesto General para la Administración Nacional, sobre la base de la propuesta que al respecto elabore la Autoridad Aplicación junto con el Ministerio de Economía."
Por lo tanto, en función de esta redacción, seremos nosotros, será el Congreso el que, en última instancia, decidirá los montos a asignar a este cupo fiscal en cada oportunidad.
Respecto del impuesto a las ganancias, el cambio introducido por el Senado escalona el beneficio de la reducción del total del impuesto a las ganancias a pagar, de acuerdo con el siguiente esquema: 60 por ciento de reducción para micro y pequeñas empresas, 40 por ciento de reducción para medianas empresas y 20 por ciento de reducción para grandes empresas. En cambio, en el proyecto sancionado por Diputados el 60 por ciento alcanzaba a la totalidad. Repito, creo que este escalonamiento y orientación hacia los sectores que, entendemos, más lo necesitan es la manera adecuada de distribuir mejor el esfuerzo fiscal, que consideramos es mucho.
Otras modificaciones que incorpora el proyecto venido en revisión del Senado son relativas al empleo. A mi juicio, también de manera positiva, se modifican algunas cuestiones relativas a que el sector de la economía del conocimiento tiende a fomentar la creación de puestos de trabajo.
Por otro lado, acerca de la revalidación, la sanción del Senado no contempla un máximo de exigencias en el incremento de requisitos, como inversiones en mejoras de proceso, investigación y desarrollo, y capacitaciones para el personal. ¿Qué significa esto? Que cada vez que la empresa revalide la inscripción en el registro, deberá demostrar que efectivamente incrementó la inversión en alguno de los requisitos adicionales, según el porcentaje que determine la autoridad de aplicación. De todas maneras, para revalidar la inscripción, se incorpora el requisito de que la empresa mantenga o incremente la nómina de personal, la que podrá ser auditada anualmente. Esta es una manera de proteger a los trabajadores y a las trabajadoras. Asimismo, el incumplimiento de cualquiera de los compromisos les hace caer derechos y entrar en el marco de las sanciones.
El proyecto venido del Senado también señala el decaimiento de los beneficios de esta ley de pleno derecho, cuando ocurra uno de los siguiente casos: a) Reducción de la plantilla de personal registrada afectada a las actividades promovidas por un plazo que exceda los treinta días corridos de producido el cese del vínculo o de la suspensión que hubiera ocasionado tal alteración cualitativa; b) Detección de trabajadores no registrados; c) Incorporación en el Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales -REPSAL-; d) Verificación de la utilización de prácticas fraudulentas para la obtención y/o el uso del beneficio.
Parece también de lógica pura que las empresas que reciban los importantes beneficios habilitados por esta ley no caigan en ninguna de estas situaciones descriptas, dado que justamente estos beneficios están apuntados al desarrollo de estas empresas y, por lo tanto, no deberían darse situaciones como la que estamos planteando.
Por otro lado, hay una serie de modificaciones respecto de las condiciones para la acreditación del derecho al beneficio. La primera señala: "Que el 70 por ciento de la facturación total del último año se genere a partir de las entidades promovidas". Creo que está bien clarito que lo fundamental tiene que ver con las actividades promovidas por las empresas. La segunda se refiere a que en aquellos casos en los que la persona jurídica no contara aún con facturación alguna, podrá solicitar su inscripción en el Registro acreditando fehacientemente el desarrollo de dichas actividades. Es decir que está en una etapa de desarrollo, pero aún no factura. Entonces, mostrando que efectivamente esas actividades se están desarrollando, podrá adquirir el beneficio.
En el caso del inciso a) Software y servicios informáticos y digitales; y del inciso e) Servicios profesionales, únicamente en la medida en que sean de exportación, deberán acreditar sí o sí el 70 por ciento de su facturación del último año generado por la actividad promovida. "Sí o sí" quiere decir contar con facturación que lo demuestre.
Asimismo, el proyecto venido del Senado define claramente el alcance del inciso e) Servicios profesionales, señalando que únicamente se aplica en la medida en que sean servicios de exportación. Esto se debe a que esta definición era muy amplia en el proyecto de ley sancionado por esta Cámara. Por lo tanto, el inciso e) del artículo 1°, Servicios profesionales, coloca una definición taxativa de las actividades comprendidas. Esto, reitero, se refiere únicamente a actividades de exportación.
Además, el artículo 2° establece que debe cumplir con dos de los siguientes tres requisitos: primero, mejoras continuas en la calidad mediante normas de calidad; segundo, acreditar la realización de inversiones en: a) la capacitación de empleados y/o destinatarios en general con una relación respecto de su masa salarial del 1 por ciento para microempresas, del 2 por ciento para pequeñas y medianas empresas y del 5 por ciento para grandes empresas. Acá se invierte la relación; o sea que las empresas de mayor tamaño tienen la obligación de hacer una mayor inversión en capacitación de sus trabajadores.
El punto establece que podrá computarse por el doble de su valor la capacitación a población desocupada y a otros grupos vulnerables. Estas capacitaciones serán llevadas adelante por el sistema de educación.
Luego, el punto 2.b) del artículo establece que deberán acreditar la realización de inversiones en investigación y desarrollo en un porcentaje de su facturación total del último año de al menos el 1 por ciento para microempresas, 2 por ciento para pequeñas empresas y 3 por ciento para grandes empresas.
Anteriormente decía que deben cumplir dos de tres objetivos. El tercer objetivo es el siguiente: primero, mejoras continuas a la calidad mediante normas de calidad; segundo, acreditar inversiones en alguno de los aspectos que expliqué, y, tercero, acreditar exportaciones de bienes o servicios en un 4 por ciento para las microempresas, 10 por ciento para las pequeñas y 13 por ciento para las grandes empresas.
De acuerdo con la modificación del Senado, a las empresas enmarcadas en el inciso e), servicios profesionales únicamente en la medida en que sean de exportación, les resultarán aplicables los porcentajes indicados para las grandes empresas dado que, por definición, se trata de actividades exportadoras de servicios. Básicamente creo que esos son los cambios.
También se elimina el Consejo Consultivo del proyecto que nosotros sancionamos. De cualquier manera, la actividad del consejo no desaparece en el texto que nos viene en revisión puesto que, al final del artículo 2° de este proyecto, que modifica el artículo 4º de la ley 27.506, se establece que la autoridad de aplicación podrá consultar a organismos especializados del sistema nacional y/o provincial de innovación, ciencia y tecnología para recibir asesoramiento a fin de evaluar el encuadramiento al momento de la inscripción, determinar la proporcionalidad del beneficio y analizar los requisitos incrementales fijados en la revalidación bienal.
A nuestro juicio, estos son los cambios que contiene la revisión que nos manda el Senado. Nuestro bloque propone aceptar estas modificaciones y dictaminar a favor. De esta manera, lo más pronto posible tendremos la ley de economía del conocimiento y sus destinatarios podrán acceder a sus beneficios. Muchas gracias, señor presidente.
Creo que nos estamos haciendo solidarios contra una forma de actuar que repudiamos. Coincido en que esto vale para todos, le toque a quien le toque. Los que creemos en la política y en la democracia nunca podemos estar de acuerdo con ninguna forma de escrache. Creo que las discusiones se ganan con argumentos y las votaciones se ganan con acumulación de apoyos. En definitiva, eso es la democracia. Los asuntos se ganan, se pierden, se discuten, y uno lo hace todo con pasión.
Quiero decir que en mi caso no se trata de gente apasionada que está actuando. Algunas de las cosas que se están diciendo son groseras mentiras que no tienen absolutamente nada que ver con nada. No son expresiones en contra de un proyecto; son falsedades, provocaciones e intentos desestabilizadores, como el de querer provocar una corrida bancaria.
Se trata de algo grave. Por eso, creo que la expresión colectiva de solidaridad de este conjunto de diputadas y diputados aquí reunidos me supera, me excede y creo que tiene que ver con un compromiso institucional que todos tenemos.
Permítanme leer un mensaje del chat de la diputada Ocaña. Estoy seguro de que ella así lo desea, pero me está diciendo que tiene muy mala señal. El mensaje dice: "Mi solidaridad con el diputado Carlos Heller. Soy socia del Credicoop desde el año 1980. Gracias al crédito del banco, he podido adquirir mi casa. Conozco su crecimiento y lo que ha representado para la economía del país. Más allá de las diferencias por el proyecto, adhiero a las palabras del diputado Benedetti."
Ustedes mismos se han dado cuenta de que la nuestra es una cooperativa verdadera, que no le pregunta a nadie su afiliación política para recibirlo en su seno, para atenderlo, para brindarle servicios, que son los mejores que podemos dar. Estamos orgullosos de lo que hemos hecho y de lo que hemos construido. La verdad es que me siento emocionado, no me pasa con frecuencia pero en este momento debo decir que así me siento. Emocionado y agradecido por estas expresiones que ustedes han volcado en este ratito.
Con el agradecimiento expresado, nos ponemos a trabajar en el temario. El temario contiene el proyecto de ley que -como dijo el diputado Carro- viene en revisión del Senado. Ustedes recordarán que este proyecto lo tratamos en Diputados, luego fue al Senado, donde estuvo un tiempo y volvió con las modificaciones que hoy tenemos que considerar.
El diputado Carro y otros más saben que cuando se trató este proyecto en Diputados, no intervine a pesar de ser el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. El diputado Carro me preguntó por qué no intervenía y me pidió que lo hiciera, pero le dije que el proyecto de ley venido en revisión del Senado no me terminaba de dejar satisfecho porque creía que no diferenciaba adecuadamente a las pequeñas de las grandes empresas y unificaba demasiado los beneficios. Entendía que los beneficios debían ser escalonados y contar con una regulación que tuviera que ver con el tamaño de las empresas y con otras cuestiones.
De cualquier manera, como el proyecto venía con amplio acuerdo, opté por el silencio. Esto lo recuerda perfectamente el diputado Carro. Por lo tanto, debo decir que los cambios incorporados por el Senado vienen en la dirección de lo que a mí me dejaba insatisfecho o no plenamente satisfecho del tratamiento original. Así, estoy adelantando mi posición respecto de esta reforma.
En realidad, en el proyecto aprobado en Diputados había una cantidad de normas orientadas a regular los beneficios de las micro, pequeñas y medianas empresas. Pero a mi juicio eran insuficientes. Creo que la base de estos cambios impulsa esa orientación y acentúa esas diferencias, mejorando la utilización del importante esfuerzo fiscal que realizará el país para fomentar las actividades de la promoción de la economía del conocimiento. La idea es que esos recursos estén efectivamente orientados a las empresas que más lo necesitan, en especial, las de menor tamaño relativo, fomentando aún más el positivo impacto laboral que estamos absolutamente seguros de que impulsará esta ley.
Comienzo con un repaso de los contenidos relacionados con el tema fiscal. Respecto del cupo fiscal, que significa la posibilidad de convertir en crédito fiscal el 70 por ciento de las contribuciones patronales efectivamente pagadas, una de las primeras diferencias es el establecimiento de un bono intransferible. En el proyecto aprobado en Diputados se consideraba que el bono era transferible por única vez, así como también que se aplicaría al pago de los importes a abonar en carácter de anticipos y/o los saldos de declaración jurada en concepto de impuesto a las ganancias e impuesto al valor agregado. Sin embargo, la sanción del Senado señala que dichos bonos podrán ser utilizados -leo textualmente- "...para la cancelación de tributos nacionales, en particular el impuesto al valor agregado y otros impuestos nacionales y sus anticipos, en caso de proceder, excluido el impuesto a las ganancias". No obstante establecer eso, exclusivamente para aquellos beneficiarios que acrediten exportaciones, podrán optar por un bono de crédito fiscal que podrá ser utilizado para la cancelación del impuesto a las ganancias en un porcentaje no mayor al correspondiente a las exportaciones e informado durante su inscripción. Además, los bonos se podrán utilizar por veinticuatro meses desde su emisión y podrán prorrogarse por doce meses por causas justificadas.
Con esta idea de contar con finanzas públicas enflaquecidas, por lo que deben ser utilizadas con el máximo de cuidado, el proyecto señala: "A efectos de establecer dicho cupo fiscal, este deberá incluir el monto de los beneficios relativos a los beneficiarios incorporados al régimen, y que resulten necesarios para la continuidad de la promoción, debiendo fijarse mediante la Ley de Presupuesto General para la Administración Nacional, sobre la base de la propuesta que al respecto elabore la Autoridad Aplicación junto con el Ministerio de Economía."
Por lo tanto, en función de esta redacción, seremos nosotros, será el Congreso el que, en última instancia, decidirá los montos a asignar a este cupo fiscal en cada oportunidad.
Respecto del impuesto a las ganancias, el cambio introducido por el Senado escalona el beneficio de la reducción del total del impuesto a las ganancias a pagar, de acuerdo con el siguiente esquema: 60 por ciento de reducción para micro y pequeñas empresas, 40 por ciento de reducción para medianas empresas y 20 por ciento de reducción para grandes empresas. En cambio, en el proyecto sancionado por Diputados el 60 por ciento alcanzaba a la totalidad. Repito, creo que este escalonamiento y orientación hacia los sectores que, entendemos, más lo necesitan es la manera adecuada de distribuir mejor el esfuerzo fiscal, que consideramos es mucho.
Otras modificaciones que incorpora el proyecto venido en revisión del Senado son relativas al empleo. A mi juicio, también de manera positiva, se modifican algunas cuestiones relativas a que el sector de la economía del conocimiento tiende a fomentar la creación de puestos de trabajo.
Por otro lado, acerca de la revalidación, la sanción del Senado no contempla un máximo de exigencias en el incremento de requisitos, como inversiones en mejoras de proceso, investigación y desarrollo, y capacitaciones para el personal. ¿Qué significa esto? Que cada vez que la empresa revalide la inscripción en el registro, deberá demostrar que efectivamente incrementó la inversión en alguno de los requisitos adicionales, según el porcentaje que determine la autoridad de aplicación. De todas maneras, para revalidar la inscripción, se incorpora el requisito de que la empresa mantenga o incremente la nómina de personal, la que podrá ser auditada anualmente. Esta es una manera de proteger a los trabajadores y a las trabajadoras. Asimismo, el incumplimiento de cualquiera de los compromisos les hace caer derechos y entrar en el marco de las sanciones.
El proyecto venido del Senado también señala el decaimiento de los beneficios de esta ley de pleno derecho, cuando ocurra uno de los siguiente casos: a) Reducción de la plantilla de personal registrada afectada a las actividades promovidas por un plazo que exceda los treinta días corridos de producido el cese del vínculo o de la suspensión que hubiera ocasionado tal alteración cualitativa; b) Detección de trabajadores no registrados; c) Incorporación en el Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales -REPSAL-; d) Verificación de la utilización de prácticas fraudulentas para la obtención y/o el uso del beneficio.
Parece también de lógica pura que las empresas que reciban los importantes beneficios habilitados por esta ley no caigan en ninguna de estas situaciones descriptas, dado que justamente estos beneficios están apuntados al desarrollo de estas empresas y, por lo tanto, no deberían darse situaciones como la que estamos planteando.
Por otro lado, hay una serie de modificaciones respecto de las condiciones para la acreditación del derecho al beneficio. La primera señala: "Que el 70 por ciento de la facturación total del último año se genere a partir de las entidades promovidas". Creo que está bien clarito que lo fundamental tiene que ver con las actividades promovidas por las empresas. La segunda se refiere a que en aquellos casos en los que la persona jurídica no contara aún con facturación alguna, podrá solicitar su inscripción en el Registro acreditando fehacientemente el desarrollo de dichas actividades. Es decir que está en una etapa de desarrollo, pero aún no factura. Entonces, mostrando que efectivamente esas actividades se están desarrollando, podrá adquirir el beneficio.
En el caso del inciso a) Software y servicios informáticos y digitales; y del inciso e) Servicios profesionales, únicamente en la medida en que sean de exportación, deberán acreditar sí o sí el 70 por ciento de su facturación del último año generado por la actividad promovida. "Sí o sí" quiere decir contar con facturación que lo demuestre.
Asimismo, el proyecto venido del Senado define claramente el alcance del inciso e) Servicios profesionales, señalando que únicamente se aplica en la medida en que sean servicios de exportación. Esto se debe a que esta definición era muy amplia en el proyecto de ley sancionado por esta Cámara. Por lo tanto, el inciso e) del artículo 1°, Servicios profesionales, coloca una definición taxativa de las actividades comprendidas. Esto, reitero, se refiere únicamente a actividades de exportación.
Además, el artículo 2° establece que debe cumplir con dos de los siguientes tres requisitos: primero, mejoras continuas en la calidad mediante normas de calidad; segundo, acreditar la realización de inversiones en: a) la capacitación de empleados y/o destinatarios en general con una relación respecto de su masa salarial del 1 por ciento para microempresas, del 2 por ciento para pequeñas y medianas empresas y del 5 por ciento para grandes empresas. Acá se invierte la relación; o sea que las empresas de mayor tamaño tienen la obligación de hacer una mayor inversión en capacitación de sus trabajadores.
El punto establece que podrá computarse por el doble de su valor la capacitación a población desocupada y a otros grupos vulnerables. Estas capacitaciones serán llevadas adelante por el sistema de educación.
Luego, el punto 2.b) del artículo establece que deberán acreditar la realización de inversiones en investigación y desarrollo en un porcentaje de su facturación total del último año de al menos el 1 por ciento para microempresas, 2 por ciento para pequeñas empresas y 3 por ciento para grandes empresas.
Anteriormente decía que deben cumplir dos de tres objetivos. El tercer objetivo es el siguiente: primero, mejoras continuas a la calidad mediante normas de calidad; segundo, acreditar inversiones en alguno de los aspectos que expliqué, y, tercero, acreditar exportaciones de bienes o servicios en un 4 por ciento para las microempresas, 10 por ciento para las pequeñas y 13 por ciento para las grandes empresas.
De acuerdo con la modificación del Senado, a las empresas enmarcadas en el inciso e), servicios profesionales únicamente en la medida en que sean de exportación, les resultarán aplicables los porcentajes indicados para las grandes empresas dado que, por definición, se trata de actividades exportadoras de servicios. Básicamente creo que esos son los cambios.
También se elimina el Consejo Consultivo del proyecto que nosotros sancionamos. De cualquier manera, la actividad del consejo no desaparece en el texto que nos viene en revisión puesto que, al final del artículo 2° de este proyecto, que modifica el artículo 4º de la ley 27.506, se establece que la autoridad de aplicación podrá consultar a organismos especializados del sistema nacional y/o provincial de innovación, ciencia y tecnología para recibir asesoramiento a fin de evaluar el encuadramiento al momento de la inscripción, determinar la proporcionalidad del beneficio y analizar los requisitos incrementales fijados en la revalidación bienal.
A nuestro juicio, estos son los cambios que contiene la revisión que nos manda el Senado. Nuestro bloque propone aceptar estas modificaciones y dictaminar a favor. De esta manera, lo más pronto posible tendremos la ley de economía del conocimiento y sus destinatarios podrán acceder a sus beneficios. Muchas gracias, señor presidente.
SR. PRESIDENTE CARRO Muchas gracias, señor diputado Heller. Como siempre, su exposición ha sido muy clara.
Tiene la palabra la señora diputada Bernazza.
Tiene la palabra la señora diputada Bernazza.
SRA. BERNAZZA Señor presidente: simplemente quiero acompañar lo que acaba de decir el diputado Heller. Por supuesto, también nos solidarizamos con su situación, tal como se ha expresado previamente.
Acompaño lo que acaba de decir el señor diputado Heller respecto de las modificaciones por varios motivos. Un motivo central es la sensatez de los cambios que se proponen. El otro es cómo mejora la federalización de los beneficios y, además, porque claramente apunta a las empresas más chicas.
Por otro lado, esta iniciativa trata de generar contrafuegos respecto de cualquier picardía que se pueda cometer utilizando la norma para realizar en realidad otro tipo de negocio.
También quería señalar que uno podría decir que el ida y vuelta entre las cámaras es un problema, es engorroso y tiene cierto aire burocrático. Quiero celebrar la celeridad con la que los senadores han estudiado el caso -porque han perfeccionado la letra de la ley con el mismo espíritu con el que nosotros la habíamos aprobado- y también la celeridad con la que han regresado la iniciativa para que nosotros pudiéramos ver esas correcciones.
La verdad es que, como Cámara de origen, me parece que debo celebrar las tres cosas: las modificaciones mejoran o perfeccionan el texto, han estudiado profundamente el cuerpo legal y han tratado de generar estos contrafuegos y, además, destaco la velocidad con que el proyecto de ley ha llegado para nuestro estudio y aprobación. Por los tres motivos quisiera que aprobáramos esta norma.
Por si hay alguna duda respecto del órgano consultivo que ya no figura en la letra del proyecto, quiero aclarar que en varios momentos y en el articulado mismo se habla de la permanente consulta respecto de a qué empresas dar esta promoción. Además, me parece que ya queda claro en el articulado y en todo el espíritu de la ley que el enfoque que tiene la gestión pública en general, y en este caso en particular, es participativo y de consulta permanente.
Por todos los motivos expuestos quisiera que acompañemos la aprobación de este nuevo texto.
Acompaño lo que acaba de decir el señor diputado Heller respecto de las modificaciones por varios motivos. Un motivo central es la sensatez de los cambios que se proponen. El otro es cómo mejora la federalización de los beneficios y, además, porque claramente apunta a las empresas más chicas.
Por otro lado, esta iniciativa trata de generar contrafuegos respecto de cualquier picardía que se pueda cometer utilizando la norma para realizar en realidad otro tipo de negocio.
También quería señalar que uno podría decir que el ida y vuelta entre las cámaras es un problema, es engorroso y tiene cierto aire burocrático. Quiero celebrar la celeridad con la que los senadores han estudiado el caso -porque han perfeccionado la letra de la ley con el mismo espíritu con el que nosotros la habíamos aprobado- y también la celeridad con la que han regresado la iniciativa para que nosotros pudiéramos ver esas correcciones.
La verdad es que, como Cámara de origen, me parece que debo celebrar las tres cosas: las modificaciones mejoran o perfeccionan el texto, han estudiado profundamente el cuerpo legal y han tratado de generar estos contrafuegos y, además, destaco la velocidad con que el proyecto de ley ha llegado para nuestro estudio y aprobación. Por los tres motivos quisiera que aprobáramos esta norma.
Por si hay alguna duda respecto del órgano consultivo que ya no figura en la letra del proyecto, quiero aclarar que en varios momentos y en el articulado mismo se habla de la permanente consulta respecto de a qué empresas dar esta promoción. Además, me parece que ya queda claro en el articulado y en todo el espíritu de la ley que el enfoque que tiene la gestión pública en general, y en este caso en particular, es participativo y de consulta permanente.
Por todos los motivos expuestos quisiera que acompañemos la aprobación de este nuevo texto.
SR. PRESIDENTE CARRO Hay diputados que están presentes aquí, pero que no han dado su presente a través del VPN, lo cual es necesario para la votación posterior. Se trata de los diputados Campos, Jetter, Lacoste y Piccolomini. Por favor, necesitamos que se acrediten.
Tiene la palabra la diputada Banfi.
Tiene la palabra la diputada Banfi.
SRA. BANFI Señor presidente: en primer lugar, personalmente quiero solidarizarme con los hechos que ha sufrido esta mañana el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Hago mía las palabras de muchos que me precedieron con respecto a ese tema.
En cuanto al tratamiento nuevamente de la ley de economía del conocimiento, esta es la tercera oportunidad que tengo en lo que va de mi mandato -espero que sea la vencida- de debatir, discutir y buscar consensos sobre cuál es el mejor sistema para promover, ayudar y colaborar con un sector que nos da muchos beneficios a los argentinos.
Junto con el agro, la industria de la economía del conocimiento -la industria del futuro- es la que nos abrirá la puerta para salir de esta crisis.
No coincido con la diputada preopinante sobre los tiempos que se tomó el Senado para devolvernos el proyecto. ¡Vamos y venimos, vamos y venimos! Ojalá hubiesen hecho manifiestas sus observaciones al proyecto en el momento en que estábamos llevando adelante los acuerdos que, además, lograron la unanimidad. Hace nada más que tres o cuatro meses que sancionamos el proyecto de ley de economía del conocimiento y muchos de los cambios que hoy estamos viendo fueron tenidos en cuenta en esa oportunidad y les diría que, casi como una cuestión dogmática, no tuvimos eco.
Sin embargo, ahora vemos que dieron lugar, por ejemplo, a nuestra solicitud de eliminar el consejo consultivo. Así, el proyecto de ley vuelve a consideración de este cuerpo y el sector sigue desamparado.
Me gustaría hablar principalmente sobre tres aspectos. Hay un aspecto técnico que tocaré muy por arriba. Luego, el señor diputado Luis Pastori, nuestro compañero de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, ahondará en ese tema. De todas formas, quiero plantear algunas cuestiones.
Este proyecto de ley en revisión tiene una mayor discrecionalidad, tal como lo acaban de decir ustedes; solo tienen que escuchar lo que han dicho. Realmente no tiene sentido sancionar una ley para tener un órgano o una autoridad de aplicación con tanta discrecionalidad. Para ello, solo deben hacer una política pública sobre el tema y listo: la autoridad de aplicación regirá a este grupo y decidirá a quién se lo quiere dar y a quién no. Me parece que esto carece de algunos efectos e impactos sobre los criterios de igualdad y transparencia a la hora de determinar quiénes pueden obtener el beneficio, y seguramente lo veremos en la implementación.
El proyecto de ley vuelve al bono fiscal en algo de uso abstracto, porque hacerlo intransferible no tiene mayor sentido. Ustedes lo saben mejor. Discútanlo entre ustedes. El ámbito de las cuentas fiscales no es el ámbito en el que mejor me muevo, pero sí me parece que no se está entendiendo cómo funciona este sector ni se está entendiendo qué es lo que necesita.
Por ejemplo, si nosotros vamos al artículo 15 bis, que habla de la caída de la plantilla y que estipula que la autoridad de aplicación puede dejar sin efecto todos los beneficios que va a tener este sector, yo me pregunto cuál va a ser la base para calcular ese empleo en un sector que tiene alta rotación.
Solamente les hago un comentario. Yo soy de Bahía Blanca, que tiene un polo tecnológico muy importante. Ustedes saben en Bahía Blanca hubo muchas negociaciones para que se instale Amazon. En cuanto se instala Amazon, las otras empresas del polo tecnológico se iban a quedar sin empleos porque todos se iban a trabajar a Amazon. Amazon no tiene que tener ningún beneficio en la ley de economía del conocimiento, pero sí lo tienen que tener aquellas empresas pequeñas y chicas del polo tecnológico. Pero con la aplicación de esta ley que ustedes quieren dictaminar en el día de hoy, van a perder todos los beneficios.
En verdad, esto carece de sensatez. Yo no veo dónde está el buen juicio para poder aplicarlo. Expliquen ustedes cómo van a hacer para que este artículo realmente no afecte a las empresas más chicas, que son justamente las que tienen que tener crecimiento, las que tienen que tratar de contener en el sistema de competitividad a sus empleados con esta gran rotabilidad.
Me parece importante hacer un racconto histórico de cómo llegamos hasta acá. En el año 2004 nosotros tuvimos una ley de software hecha por Néstor Kirchner, que benefició realmente a toda esta industria. Es lo que permitió que en el año 2018 tuviésemos 2.600 millones solamente de exportaciones para la Argentina y 500.000 puestos de trabajo anualmente. Eso es lo que da esta ley y es por eso que nosotros, en el gobierno de Cambiemos, decidimos poner el eje en estas empresas, en este grupo y en este sector, para ver cómo podíamos ampliar ese círculo virtuoso que había sido la ley de software y el crecimiento de toda la industria de tecnología. Tratamos de ver cómo podíamos ampliarla justamente para fortalecerla y que realmente no dependiéramos solamente de algunos sistemas productivos primarios, sino también de esto que realmente es el sistema del futuro y que, además, tiene muchos beneficios en el exterior.
No es una idea de los argentinos el tener una ley de economía del conocimiento que dé beneficio a las empresas para que puedan crecer. Así sucede en todo el mundo, y lo que no estamos viendo es que aquella empresa que aquí no consiga beneficios, aquella empresa nacional, de capitales nacionales, de ideas nacionales, podrá conseguir algún tipo de beneficio en otro país, haciendo dos clics desde su computadora. Así, seguirá votando y viviendo en nuestro país, con su domicilio radicado en la Argentina, pero podrá tener su empresa en otro lugar. No va a tener los beneficios de la ley de conocimiento en la Argentina, pero va a tenerlos en otro país, como Costa Rica, Polonia o Uruguay, acá nomás; ni se tienen que mover.
Entonces, me parece que ahí hay un punto de inflexión en el cual nosotros nos encontramos -y que claramente hoy nos impide acompañar este dictamen-, que es la incoherencia en la cual se apoya toda la política productiva de este gobierno. Nosotros nos sentamos en mayo con el ministro Kulfas, quien convocó a la oposición para llegar a un acuerdo en aquel proyecto que en febrero había presentado el gobierno nacional por mensaje. Nosotros creímos que era una buena oportunidad para trabajar con todo este sector y devolverle lo que la ley de emergencia económica que habíamos votado en diciembre había hecho inactivo de esa ley en la cual habíamos trabajado durante cuatro años en el gobierno de Cambiemos.
Nosotros perdimos las elecciones, entendimos que ustedes tenían que gobernar, nos convocan a negociar y nosotros accedemos. Y así fue cómo conseguimos por unanimidad la sanción de esta Cámara.
Entonces, me parece que ahora tenemos que revisar, acompañar y principalmente escuchar al sector para conocer lo que al sector le beneficia. Nosotros vemos que es una ley que no beneficia a un mercado exportador, que claramente aquellos que van a crecer tendrán menos beneficios en todo este proceso y nosotros queremos apostar a que haya muchos microemprendedores que puedan usar esta ley sin tener que acarrear todos los costos que significa crecer en la Argentina hoy, porque no paramos de ponerle palos en la rueda a todo el sector productivo.
Cuando ustedes hablan de recaudación fiscal, de hacer un Estado grande, yo me pregunto con qué, si no le están dando nada.
Entonces me parece que es muy importante para nosotros dejar asentada nuestra posición: nosotros siempre vamos a estar acompañando a quien gobierne desde la coherencia, desde la sensatez -como recién decían-, pero sobre todo en aquellas cosas que beneficien el crecimiento y el desarrollo de nuestro país.
Se habla mucho de la gente que se va, de la gente que se quiere ir. Nosotros queremos que todos se queden y que hagamos una Argentina grande entre todos, no contra todos sino con todos, y para eso necesitamos dar señales claras. Esta gente -me refiero al sector de la tecnología-, entre agosto y agosto, cuando cierra su año fiscal, ha tenido tres leyes de economía del conocimiento. ¿De qué seguridad jurídica les estamos hablando a los inversores que tienen que venir? Después se preguntan ustedes por qué se van. Bueno, acá están las razones de un sistema incoherente. En realidad, lo dibujan, lo justifican -o se autojustifican- en relación a los peligros que puede tener el mal uso de una norma, cuando hay un montón de organismos a los que se debería fortalecer justamente para controlar que no se desvíen los objetivos de las leyes que hacemos.
Ahora, si nosotros realmente queremos fortalecer el sistema productivo de la Argentina, si queremos hacer un Estado grande en función del pago de los impuestos de todos aquellos que producen en este país, este no es el camino.
En cuanto al tratamiento nuevamente de la ley de economía del conocimiento, esta es la tercera oportunidad que tengo en lo que va de mi mandato -espero que sea la vencida- de debatir, discutir y buscar consensos sobre cuál es el mejor sistema para promover, ayudar y colaborar con un sector que nos da muchos beneficios a los argentinos.
Junto con el agro, la industria de la economía del conocimiento -la industria del futuro- es la que nos abrirá la puerta para salir de esta crisis.
No coincido con la diputada preopinante sobre los tiempos que se tomó el Senado para devolvernos el proyecto. ¡Vamos y venimos, vamos y venimos! Ojalá hubiesen hecho manifiestas sus observaciones al proyecto en el momento en que estábamos llevando adelante los acuerdos que, además, lograron la unanimidad. Hace nada más que tres o cuatro meses que sancionamos el proyecto de ley de economía del conocimiento y muchos de los cambios que hoy estamos viendo fueron tenidos en cuenta en esa oportunidad y les diría que, casi como una cuestión dogmática, no tuvimos eco.
Sin embargo, ahora vemos que dieron lugar, por ejemplo, a nuestra solicitud de eliminar el consejo consultivo. Así, el proyecto de ley vuelve a consideración de este cuerpo y el sector sigue desamparado.
Me gustaría hablar principalmente sobre tres aspectos. Hay un aspecto técnico que tocaré muy por arriba. Luego, el señor diputado Luis Pastori, nuestro compañero de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, ahondará en ese tema. De todas formas, quiero plantear algunas cuestiones.
Este proyecto de ley en revisión tiene una mayor discrecionalidad, tal como lo acaban de decir ustedes; solo tienen que escuchar lo que han dicho. Realmente no tiene sentido sancionar una ley para tener un órgano o una autoridad de aplicación con tanta discrecionalidad. Para ello, solo deben hacer una política pública sobre el tema y listo: la autoridad de aplicación regirá a este grupo y decidirá a quién se lo quiere dar y a quién no. Me parece que esto carece de algunos efectos e impactos sobre los criterios de igualdad y transparencia a la hora de determinar quiénes pueden obtener el beneficio, y seguramente lo veremos en la implementación.
El proyecto de ley vuelve al bono fiscal en algo de uso abstracto, porque hacerlo intransferible no tiene mayor sentido. Ustedes lo saben mejor. Discútanlo entre ustedes. El ámbito de las cuentas fiscales no es el ámbito en el que mejor me muevo, pero sí me parece que no se está entendiendo cómo funciona este sector ni se está entendiendo qué es lo que necesita.
Por ejemplo, si nosotros vamos al artículo 15 bis, que habla de la caída de la plantilla y que estipula que la autoridad de aplicación puede dejar sin efecto todos los beneficios que va a tener este sector, yo me pregunto cuál va a ser la base para calcular ese empleo en un sector que tiene alta rotación.
Solamente les hago un comentario. Yo soy de Bahía Blanca, que tiene un polo tecnológico muy importante. Ustedes saben en Bahía Blanca hubo muchas negociaciones para que se instale Amazon. En cuanto se instala Amazon, las otras empresas del polo tecnológico se iban a quedar sin empleos porque todos se iban a trabajar a Amazon. Amazon no tiene que tener ningún beneficio en la ley de economía del conocimiento, pero sí lo tienen que tener aquellas empresas pequeñas y chicas del polo tecnológico. Pero con la aplicación de esta ley que ustedes quieren dictaminar en el día de hoy, van a perder todos los beneficios.
En verdad, esto carece de sensatez. Yo no veo dónde está el buen juicio para poder aplicarlo. Expliquen ustedes cómo van a hacer para que este artículo realmente no afecte a las empresas más chicas, que son justamente las que tienen que tener crecimiento, las que tienen que tratar de contener en el sistema de competitividad a sus empleados con esta gran rotabilidad.
Me parece importante hacer un racconto histórico de cómo llegamos hasta acá. En el año 2004 nosotros tuvimos una ley de software hecha por Néstor Kirchner, que benefició realmente a toda esta industria. Es lo que permitió que en el año 2018 tuviésemos 2.600 millones solamente de exportaciones para la Argentina y 500.000 puestos de trabajo anualmente. Eso es lo que da esta ley y es por eso que nosotros, en el gobierno de Cambiemos, decidimos poner el eje en estas empresas, en este grupo y en este sector, para ver cómo podíamos ampliar ese círculo virtuoso que había sido la ley de software y el crecimiento de toda la industria de tecnología. Tratamos de ver cómo podíamos ampliarla justamente para fortalecerla y que realmente no dependiéramos solamente de algunos sistemas productivos primarios, sino también de esto que realmente es el sistema del futuro y que, además, tiene muchos beneficios en el exterior.
No es una idea de los argentinos el tener una ley de economía del conocimiento que dé beneficio a las empresas para que puedan crecer. Así sucede en todo el mundo, y lo que no estamos viendo es que aquella empresa que aquí no consiga beneficios, aquella empresa nacional, de capitales nacionales, de ideas nacionales, podrá conseguir algún tipo de beneficio en otro país, haciendo dos clics desde su computadora. Así, seguirá votando y viviendo en nuestro país, con su domicilio radicado en la Argentina, pero podrá tener su empresa en otro lugar. No va a tener los beneficios de la ley de conocimiento en la Argentina, pero va a tenerlos en otro país, como Costa Rica, Polonia o Uruguay, acá nomás; ni se tienen que mover.
Entonces, me parece que ahí hay un punto de inflexión en el cual nosotros nos encontramos -y que claramente hoy nos impide acompañar este dictamen-, que es la incoherencia en la cual se apoya toda la política productiva de este gobierno. Nosotros nos sentamos en mayo con el ministro Kulfas, quien convocó a la oposición para llegar a un acuerdo en aquel proyecto que en febrero había presentado el gobierno nacional por mensaje. Nosotros creímos que era una buena oportunidad para trabajar con todo este sector y devolverle lo que la ley de emergencia económica que habíamos votado en diciembre había hecho inactivo de esa ley en la cual habíamos trabajado durante cuatro años en el gobierno de Cambiemos.
Nosotros perdimos las elecciones, entendimos que ustedes tenían que gobernar, nos convocan a negociar y nosotros accedemos. Y así fue cómo conseguimos por unanimidad la sanción de esta Cámara.
Entonces, me parece que ahora tenemos que revisar, acompañar y principalmente escuchar al sector para conocer lo que al sector le beneficia. Nosotros vemos que es una ley que no beneficia a un mercado exportador, que claramente aquellos que van a crecer tendrán menos beneficios en todo este proceso y nosotros queremos apostar a que haya muchos microemprendedores que puedan usar esta ley sin tener que acarrear todos los costos que significa crecer en la Argentina hoy, porque no paramos de ponerle palos en la rueda a todo el sector productivo.
Cuando ustedes hablan de recaudación fiscal, de hacer un Estado grande, yo me pregunto con qué, si no le están dando nada.
Entonces me parece que es muy importante para nosotros dejar asentada nuestra posición: nosotros siempre vamos a estar acompañando a quien gobierne desde la coherencia, desde la sensatez -como recién decían-, pero sobre todo en aquellas cosas que beneficien el crecimiento y el desarrollo de nuestro país.
Se habla mucho de la gente que se va, de la gente que se quiere ir. Nosotros queremos que todos se queden y que hagamos una Argentina grande entre todos, no contra todos sino con todos, y para eso necesitamos dar señales claras. Esta gente -me refiero al sector de la tecnología-, entre agosto y agosto, cuando cierra su año fiscal, ha tenido tres leyes de economía del conocimiento. ¿De qué seguridad jurídica les estamos hablando a los inversores que tienen que venir? Después se preguntan ustedes por qué se van. Bueno, acá están las razones de un sistema incoherente. En realidad, lo dibujan, lo justifican -o se autojustifican- en relación a los peligros que puede tener el mal uso de una norma, cuando hay un montón de organismos a los que se debería fortalecer justamente para controlar que no se desvíen los objetivos de las leyes que hacemos.
Ahora, si nosotros realmente queremos fortalecer el sistema productivo de la Argentina, si queremos hacer un Estado grande en función del pago de los impuestos de todos aquellos que producen en este país, este no es el camino.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.
SR. FERNÁNDEZ (E.) Señor presidente: en oportunidad de tratar este proyecto de ley, como decía la legisladora preopinante, hablamos de los beneficios y de la creación de un fondo específico que era utilizado para las micro, pequeñas y medianas empresas.
Para ahorrar palabras que ya ha dicho el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, diputado Carlos Heller, respecto de las modificaciones, me queda alguna duda con respecto a qué es lo que cambia sustancialmente, siendo que el Senado lo que ha hecho es especificar, por ejemplo, en el artículo 4° lo que habíamos puesto en el artículo 3° referente a las microempresas, simplificando el acceso a las mismas y su caracterización, dado que dice que, para acceder al régimen, estas microempresas solo deberán acreditar que desarrollan en el país como actividad principal alguna de las actividades propuestas. Esto significa una simplificación y claridad respecto al acceso y a los sujetos abarcados.
Respecto de las contribuciones patronales a las que se refiere el artículo 6°, sustituye el 8° de la ley original, la 27.506, y, sin hacer mención al sistema de seguridad social, en la segunda parte hace intransferible el bono, pero en el marco jurídico aclara que no hace falta mención de la ley por si se cambiara. Le da seguridad jurídica al aporte patronal.
Quiero decir que, tal como mencionó el señor diputado Heller, en el artículo 8° -que corresponde al artículo 7° del proyecto de ley sancionado en la Cámara de Diputados- se modifica sustancialmente el beneficio, pero a favor de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Asimismo, el señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda mencionó la reducción del 60 por ciento del monto del impuesto a las ganancias para las actividades promovidas para todas las empresas, pero de manera diferencial. Se trata del 60 por ciento para las micropymes, el 40 por ciento para la reducción de las empresas medianas y el 20 por ciento para las grandes empresas.
Es decir que el Senado ha corregido y ha tratado de potenciar los beneficios y la diferenciación que ya había establecido la sanción de la Cámara de Diputados, pues había sido discutido en su oportunidad.
El presidente de la Comisión de Comunicaciones e Informática, señor diputado Carro, señaló la diferenciación de este fondo específico, dadas las conversaciones que tuvieron diputados de esta comisión con autoridades del ministerio. Cabe precisar que las correcciones van ese sentido.
Naturalmente, en el artículo 15 se corrige lo relativo a la fecha, pues se establecía la posibilidad de acogerse hasta el 30 de septiembre. Ahora se establece que, desde la promulgación y hasta la entrada en vigencia de la ley, deberán expresar su voluntad de continuar en el régimen a través de la respectiva solicitud de adhesión. Se agrega que, cumplidas las formalidades exigidas, los interesados se ingresarán con fecha del 1° de enero; es decir que se mantiene esto para darle seguridad al sector.
Por último, con respecto al Consejo Consultivo quiero decir que, en su momento y en la comisión -tal como recordará el señor presidente-, surgió la discusión de su composición. En realidad, el Senado propone ahora que la autoridad de aplicación tenga la facultad de consultar con las autoridades provinciales vinculadas con la ciencia y la técnica, implementando un carácter federal más efectivo. Hemos visto, en los recorridos que hemos hecho, que en casi todas las provincias se están constituyendo como ministerios; entonces, las modificaciones tienen ese sentido.
Quiero hacer una aclaración, sin ánimo de entrar en debate. El ministro Kulfas ayer lo expuso y yo hoy realicé consultas en ese sentido. La industria vinculada con la economía del conocimiento -sobre todo la del software- fue una de las pocas industrias que aumentó los saldos exportables y mantuvo su producción, sabiendo que estábamos tratando esta iniciativa, y confiada porque todas las cámaras y los sectores han tenido acceso a los borradores.
En ese sentido, le estamos dando una seguridad jurídica, y por eso acompaño la propuesta que realizaron los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Comunicaciones e Informática. Me refiero a acompañar el texto remitido por el Senado, conscientes -como ya hemos dicho oportunamente en la Comisión de Comunicaciones e Informática- de que hará falta legislación específica, por la ampliación de los sujetos alcanzados y su especificidad.
Considero que las facultades otorgadas al jefe de Gabinete para la cuestión presupuestaria del fondo que se crea son razonables y, tal como dijo el diputado Heller, luego llegará a esta Cámara de Diputados en los futuros proyectos de presupuestos.
Por ello, se ratifica la voluntad de segmentar a favor de las pymes, a través de una iniciativa que está a la altura de la legislación existente en la zona y en los mercados de potencial intercambio.
En consecuencia, aconsejo y acompaño las modificaciones que propone el Senado.
Para ahorrar palabras que ya ha dicho el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, diputado Carlos Heller, respecto de las modificaciones, me queda alguna duda con respecto a qué es lo que cambia sustancialmente, siendo que el Senado lo que ha hecho es especificar, por ejemplo, en el artículo 4° lo que habíamos puesto en el artículo 3° referente a las microempresas, simplificando el acceso a las mismas y su caracterización, dado que dice que, para acceder al régimen, estas microempresas solo deberán acreditar que desarrollan en el país como actividad principal alguna de las actividades propuestas. Esto significa una simplificación y claridad respecto al acceso y a los sujetos abarcados.
Respecto de las contribuciones patronales a las que se refiere el artículo 6°, sustituye el 8° de la ley original, la 27.506, y, sin hacer mención al sistema de seguridad social, en la segunda parte hace intransferible el bono, pero en el marco jurídico aclara que no hace falta mención de la ley por si se cambiara. Le da seguridad jurídica al aporte patronal.
Quiero decir que, tal como mencionó el señor diputado Heller, en el artículo 8° -que corresponde al artículo 7° del proyecto de ley sancionado en la Cámara de Diputados- se modifica sustancialmente el beneficio, pero a favor de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Asimismo, el señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda mencionó la reducción del 60 por ciento del monto del impuesto a las ganancias para las actividades promovidas para todas las empresas, pero de manera diferencial. Se trata del 60 por ciento para las micropymes, el 40 por ciento para la reducción de las empresas medianas y el 20 por ciento para las grandes empresas.
Es decir que el Senado ha corregido y ha tratado de potenciar los beneficios y la diferenciación que ya había establecido la sanción de la Cámara de Diputados, pues había sido discutido en su oportunidad.
El presidente de la Comisión de Comunicaciones e Informática, señor diputado Carro, señaló la diferenciación de este fondo específico, dadas las conversaciones que tuvieron diputados de esta comisión con autoridades del ministerio. Cabe precisar que las correcciones van ese sentido.
Naturalmente, en el artículo 15 se corrige lo relativo a la fecha, pues se establecía la posibilidad de acogerse hasta el 30 de septiembre. Ahora se establece que, desde la promulgación y hasta la entrada en vigencia de la ley, deberán expresar su voluntad de continuar en el régimen a través de la respectiva solicitud de adhesión. Se agrega que, cumplidas las formalidades exigidas, los interesados se ingresarán con fecha del 1° de enero; es decir que se mantiene esto para darle seguridad al sector.
Por último, con respecto al Consejo Consultivo quiero decir que, en su momento y en la comisión -tal como recordará el señor presidente-, surgió la discusión de su composición. En realidad, el Senado propone ahora que la autoridad de aplicación tenga la facultad de consultar con las autoridades provinciales vinculadas con la ciencia y la técnica, implementando un carácter federal más efectivo. Hemos visto, en los recorridos que hemos hecho, que en casi todas las provincias se están constituyendo como ministerios; entonces, las modificaciones tienen ese sentido.
Quiero hacer una aclaración, sin ánimo de entrar en debate. El ministro Kulfas ayer lo expuso y yo hoy realicé consultas en ese sentido. La industria vinculada con la economía del conocimiento -sobre todo la del software- fue una de las pocas industrias que aumentó los saldos exportables y mantuvo su producción, sabiendo que estábamos tratando esta iniciativa, y confiada porque todas las cámaras y los sectores han tenido acceso a los borradores.
En ese sentido, le estamos dando una seguridad jurídica, y por eso acompaño la propuesta que realizaron los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Comunicaciones e Informática. Me refiero a acompañar el texto remitido por el Senado, conscientes -como ya hemos dicho oportunamente en la Comisión de Comunicaciones e Informática- de que hará falta legislación específica, por la ampliación de los sujetos alcanzados y su especificidad.
Considero que las facultades otorgadas al jefe de Gabinete para la cuestión presupuestaria del fondo que se crea son razonables y, tal como dijo el diputado Heller, luego llegará a esta Cámara de Diputados en los futuros proyectos de presupuestos.
Por ello, se ratifica la voluntad de segmentar a favor de las pymes, a través de una iniciativa que está a la altura de la legislación existente en la zona y en los mercados de potencial intercambio.
En consecuencia, aconsejo y acompaño las modificaciones que propone el Senado.
SR. PRESIDENTE CARRO Gracias, señor diputado Fernández.
Tiene la palabra el señor diputado Pastori.
Tiene la palabra el señor diputado Pastori.
SR. PASTORI Muchas gracias, señor presidente.
Nos encontramos analizando la sanción del Senado sobre la modificación de la ley 27.506, de promoción de la economía del conocimiento. El 20 de enero pasado, el Poder Ejecutivo resolvió derogar una resolución de la ex Secretaría de Emprendedores y Pymes que conllevó la suspensión de los efectos de una ley que tendría que haber entrado en plena vigencia el 1° de enero pasado.
Esta suspensión, que nosotros vimos como preocupante y, de algún modo, inexplicable, fue tardíamente subsanada con la sanción de la Cámara de Diputados del 25 de junio de 2020. Por ello, me llamó la atención cuando una diputada preopinante habló de celeridad, casi aplaudiendo el tratamiento veloz del Senado cuando la verdad es que tuvo una grosera mora en su tratamiento.
En ese sentido, varias veces nuestros senadores del interbloque de Juntos por el Cambio reclamaron el tratamiento de esta iniciativa hasta que, finalmente, se dignaron a tratarla, introduciendo una serie de modificaciones, con muchas de las cuales no estamos de acuerdo.
A continuación, voy a sintetizar algunas de esas modificaciones. Por ejemplo, en el artículo 6°, que modifica el artículo 8° de la ley 27.506, el bono de crédito fiscal por el pago de contribuciones patronales tiene varios cambios. Primero, lo transforman de transferible por una única vez en intransferible. La verdad es que no hay justificativo por el cual se tenga que realizar este cambio. Es decir, pasa de ser un bono transferible por única vez -lo que le daba mayor poder de movilidad- a ser intransferible. Ese fue el primer cambio que, desde nuestro punto de vista, no tiene una justificación lógica o, por lo menos, ella no ha sido expuesta.
Luego se agrega la expresión "hasta" respecto del 70 por ciento de este bono de las contribuciones patronales efectivamente pagadas de los trabajadores afectados a la actividad promovida, cuando la ley que nosotros sancionamos establecía el 70 por ciento. ¿Por qué ahora introducen la palabra "hasta"? Esto tiene olor a cierta discrecionalidad en el manejo por parte de la autoridad de aplicación, porque podrán reglamentarlo y que no se cumpla plenamente este 70 por ciento. Ojalá que yo esté equivocado, señor presidente.
Además, establecen un límite temporal de uso de veinticuatro meses, prorrogable por doce meses más. En el proyecto sancionado por la Cámara de Diputados el 25 de junio pasado, casi por unanimidad -estuve revisando el acta de votación y se sancionó con 246 votos afirmativos y solamente dos votos negativos, por lo que podríamos decir que prácticamente fue por unanimidad-, dijimos que con este bono se podían cancelar todos los impuestos nacionales de los cuales el contribuyente acogido a este régimen de promoción fuera contribuyente. Entonces, la mayor posibilidad de descargar este bono de crédito fiscal era justamente contra el impuesto a las ganancias. Pero el proyecto sancionado por el Senado justamente exceptúa de ganancia, con lo cual le quita un gran atractivo a la iniciativa que habíamos sancionado prácticamente por unanimidad en junio pasado.
Además, en el proyecto sancionado por esta Cámara habíamos establecido que el ingreso obtenido por vía del bono de crédito fiscal podía ser descontado de la determinación del impuesto a las ganancias. Es decir, que no se contabilizara como un ingreso susceptible de producir ganancia y, por lo tanto, quedaba fuera de la liquidación del impuesto a las ganancias.
Esto lo ha eliminado el Senado. Por lo tanto, el bono de crédito fiscal que ahora reciba la empresa tendrá que ser computado como un ingreso y deberá pagar ganancias sobre ese monto. ¿Se da cuenta, señor presidente, de lo absurdo que significa este cambio introducido por el Senado?
Además, con respecto a ganancias, ya se explicó aquí la reducción del 60, del 40 o del 20 por ciento, según sea pequeña, mediana o gran empresa.
A este respecto, estuve mirando legislación comparada en países de disímiles ideologías: Estados Unidos, China Comunista, Israel, Estonia, Corea del Sur, Singapur y Bielorrusia, o Chile y Brasil, para citar países cercanos, y veo que tienen regímenes similares de promoción de economía del conocimiento, sin ningún tipo de prejuicio contra empresas grandes o extranjeras; es decir que se trata a todas por igual. Esta discriminación en la disminución del beneficio en el impuesto a las ganancias, la verdad es que tampoco es justificable.
También se ha incorpordo un artículo al 15 bis que produce el decaimiento de los beneficios, entre otras cosas, cuando disminuye la plantilla de personal respecto de la que se declaró cuando se inscribió en el régimen.
Esto puede ser un mecanismo que atente especialmente contra las micro y pequeñas empresas ya que, ante la salida de personal, que puede obedecer a múltiples motivos, como se trata de personal calificado, no es fácil reemplazarlo en poco tiempo. Aquí solamente se dan treinta días, pero no es fácil reemplazar en ese lapso un personal calificado por otro. Creo que esto va a impactar negativamente en las pequeñas empresas.
Ya hemos perdido prácticamente más de nueve meses. Vamos a llegar a los diez meses cuando esta ley entre en vigencia. Son diez meses en los cuales todas las empresas del sector están sin el sistema de promoción en forma inexplicable, con argumentos casi forzados, con inversiones suspendidas o que se fueron a otros países con regímenes similares -como explicaba recién-, con planes de expansión que han sido cancelados y con pérdida de divisas.
Esto es así porque las empresas del sector también nos comentaban que este año han generado menos exportaciones, menos divisas, comparativamente con años anteriores, justamente por no tener este tipo de incentivos.
Por lo tanto, me parece que esta modificación introducida por el Senado acentúa un prejuicio ideológico, dándole además mayor discrecionalidad al Poder Ejecutivo, tal como señaló la señora diputada Banfi.
Por último, se habló aquí del costo fiscal; se lo mencionó como cuantioso, si mal no recuerdo. En este sentido, estuve viendo un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso del año pasado cuando estaba en tratativas esta norma, o una ley similar, y el costo estimado por dicha oficina en aquel momento ascendía a 12.000 millones de pesos por año. Reitero: 12.000 millones de pesos.
Esto sería mejor si se mantuviera la redacción del proyecto sancionado por esta Cámara, ya que con esta modificación que introdujo el Senado ese monto va a ser menor. Es decir que con cada paso que ha dado el proyecto de ley se han ido quitando beneficios.
Esos 12.000 millones -aunque exactamente hablaba de 12.192 millones de pesos-, representaban en ese momento el 0,05 por ciento del PIB. Pero si lo neteamos del costo fiscal que ya tenía la anterior ley de software, en realidad lo que agregaba esta nueva norma era el 0,03 por ciento del PIB, poco más de 8.000 millones de pesos.
Creo que es una cifra poco significativa si tomamos en cuenta que se trata del tercer sector exportador del país, que genera divisas por 6.000 millones de dólares. Estamos hablando de 6.000 millones de dólares contra un costo fiscal de 10.000 u 8.000 millones de pesos.
La verdad es que eso parece poco significativo y resulta un poco tacaña la ley en promover realmente a este sector, que es muy competitivo, por cierto; es tal vez uno de los más competitivos que tiene la economía argentina.
Por estos motivos, reafirmo lo que ya destacó la diputada Karina Banfi. Nosotros no acompañaremos el dictamen de mayoría, que seguramente apoyará este proyecto que viene con modificaciones del Honorable Senado de la Nación. Gracias, señor presidente.
Nos encontramos analizando la sanción del Senado sobre la modificación de la ley 27.506, de promoción de la economía del conocimiento. El 20 de enero pasado, el Poder Ejecutivo resolvió derogar una resolución de la ex Secretaría de Emprendedores y Pymes que conllevó la suspensión de los efectos de una ley que tendría que haber entrado en plena vigencia el 1° de enero pasado.
Esta suspensión, que nosotros vimos como preocupante y, de algún modo, inexplicable, fue tardíamente subsanada con la sanción de la Cámara de Diputados del 25 de junio de 2020. Por ello, me llamó la atención cuando una diputada preopinante habló de celeridad, casi aplaudiendo el tratamiento veloz del Senado cuando la verdad es que tuvo una grosera mora en su tratamiento.
En ese sentido, varias veces nuestros senadores del interbloque de Juntos por el Cambio reclamaron el tratamiento de esta iniciativa hasta que, finalmente, se dignaron a tratarla, introduciendo una serie de modificaciones, con muchas de las cuales no estamos de acuerdo.
A continuación, voy a sintetizar algunas de esas modificaciones. Por ejemplo, en el artículo 6°, que modifica el artículo 8° de la ley 27.506, el bono de crédito fiscal por el pago de contribuciones patronales tiene varios cambios. Primero, lo transforman de transferible por una única vez en intransferible. La verdad es que no hay justificativo por el cual se tenga que realizar este cambio. Es decir, pasa de ser un bono transferible por única vez -lo que le daba mayor poder de movilidad- a ser intransferible. Ese fue el primer cambio que, desde nuestro punto de vista, no tiene una justificación lógica o, por lo menos, ella no ha sido expuesta.
Luego se agrega la expresión "hasta" respecto del 70 por ciento de este bono de las contribuciones patronales efectivamente pagadas de los trabajadores afectados a la actividad promovida, cuando la ley que nosotros sancionamos establecía el 70 por ciento. ¿Por qué ahora introducen la palabra "hasta"? Esto tiene olor a cierta discrecionalidad en el manejo por parte de la autoridad de aplicación, porque podrán reglamentarlo y que no se cumpla plenamente este 70 por ciento. Ojalá que yo esté equivocado, señor presidente.
Además, establecen un límite temporal de uso de veinticuatro meses, prorrogable por doce meses más. En el proyecto sancionado por la Cámara de Diputados el 25 de junio pasado, casi por unanimidad -estuve revisando el acta de votación y se sancionó con 246 votos afirmativos y solamente dos votos negativos, por lo que podríamos decir que prácticamente fue por unanimidad-, dijimos que con este bono se podían cancelar todos los impuestos nacionales de los cuales el contribuyente acogido a este régimen de promoción fuera contribuyente. Entonces, la mayor posibilidad de descargar este bono de crédito fiscal era justamente contra el impuesto a las ganancias. Pero el proyecto sancionado por el Senado justamente exceptúa de ganancia, con lo cual le quita un gran atractivo a la iniciativa que habíamos sancionado prácticamente por unanimidad en junio pasado.
Además, en el proyecto sancionado por esta Cámara habíamos establecido que el ingreso obtenido por vía del bono de crédito fiscal podía ser descontado de la determinación del impuesto a las ganancias. Es decir, que no se contabilizara como un ingreso susceptible de producir ganancia y, por lo tanto, quedaba fuera de la liquidación del impuesto a las ganancias.
Esto lo ha eliminado el Senado. Por lo tanto, el bono de crédito fiscal que ahora reciba la empresa tendrá que ser computado como un ingreso y deberá pagar ganancias sobre ese monto. ¿Se da cuenta, señor presidente, de lo absurdo que significa este cambio introducido por el Senado?
Además, con respecto a ganancias, ya se explicó aquí la reducción del 60, del 40 o del 20 por ciento, según sea pequeña, mediana o gran empresa.
A este respecto, estuve mirando legislación comparada en países de disímiles ideologías: Estados Unidos, China Comunista, Israel, Estonia, Corea del Sur, Singapur y Bielorrusia, o Chile y Brasil, para citar países cercanos, y veo que tienen regímenes similares de promoción de economía del conocimiento, sin ningún tipo de prejuicio contra empresas grandes o extranjeras; es decir que se trata a todas por igual. Esta discriminación en la disminución del beneficio en el impuesto a las ganancias, la verdad es que tampoco es justificable.
También se ha incorpordo un artículo al 15 bis que produce el decaimiento de los beneficios, entre otras cosas, cuando disminuye la plantilla de personal respecto de la que se declaró cuando se inscribió en el régimen.
Esto puede ser un mecanismo que atente especialmente contra las micro y pequeñas empresas ya que, ante la salida de personal, que puede obedecer a múltiples motivos, como se trata de personal calificado, no es fácil reemplazarlo en poco tiempo. Aquí solamente se dan treinta días, pero no es fácil reemplazar en ese lapso un personal calificado por otro. Creo que esto va a impactar negativamente en las pequeñas empresas.
Ya hemos perdido prácticamente más de nueve meses. Vamos a llegar a los diez meses cuando esta ley entre en vigencia. Son diez meses en los cuales todas las empresas del sector están sin el sistema de promoción en forma inexplicable, con argumentos casi forzados, con inversiones suspendidas o que se fueron a otros países con regímenes similares -como explicaba recién-, con planes de expansión que han sido cancelados y con pérdida de divisas.
Esto es así porque las empresas del sector también nos comentaban que este año han generado menos exportaciones, menos divisas, comparativamente con años anteriores, justamente por no tener este tipo de incentivos.
Por lo tanto, me parece que esta modificación introducida por el Senado acentúa un prejuicio ideológico, dándole además mayor discrecionalidad al Poder Ejecutivo, tal como señaló la señora diputada Banfi.
Por último, se habló aquí del costo fiscal; se lo mencionó como cuantioso, si mal no recuerdo. En este sentido, estuve viendo un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso del año pasado cuando estaba en tratativas esta norma, o una ley similar, y el costo estimado por dicha oficina en aquel momento ascendía a 12.000 millones de pesos por año. Reitero: 12.000 millones de pesos.
Esto sería mejor si se mantuviera la redacción del proyecto sancionado por esta Cámara, ya que con esta modificación que introdujo el Senado ese monto va a ser menor. Es decir que con cada paso que ha dado el proyecto de ley se han ido quitando beneficios.
Esos 12.000 millones -aunque exactamente hablaba de 12.192 millones de pesos-, representaban en ese momento el 0,05 por ciento del PIB. Pero si lo neteamos del costo fiscal que ya tenía la anterior ley de software, en realidad lo que agregaba esta nueva norma era el 0,03 por ciento del PIB, poco más de 8.000 millones de pesos.
Creo que es una cifra poco significativa si tomamos en cuenta que se trata del tercer sector exportador del país, que genera divisas por 6.000 millones de dólares. Estamos hablando de 6.000 millones de dólares contra un costo fiscal de 10.000 u 8.000 millones de pesos.
La verdad es que eso parece poco significativo y resulta un poco tacaña la ley en promover realmente a este sector, que es muy competitivo, por cierto; es tal vez uno de los más competitivos que tiene la economía argentina.
Por estos motivos, reafirmo lo que ya destacó la diputada Karina Banfi. Nosotros no acompañaremos el dictamen de mayoría, que seguramente apoyará este proyecto que viene con modificaciones del Honorable Senado de la Nación. Gracias, señor presidente.
SR. PRESIDENTE CARRO Muchas gracias, señor diputado Pastori.
Tiene la palabra el señor diputado Ramón.
Tiene la palabra el señor diputado Ramón.
SR. RAMÓN Señor presidente: resulta satisfactorio ver este tercer round de una batalla que se vino librando en tres momentos para tratar de aprobar esta ley del software y de economía del conocimiento.
Digo que es una batalla porque podemos dar algunas apreciaciones técnicas -como lo escuché de algunos legisladores preopinantes, como el diputado Pastori y la diputada Banfi-, que se refieren a algunos temas que creo que es necesario corregir.
Digo esto porque cuando se hizo referencia a los números en los proyectos presentados en los dos anteriores rounds, estábamos hablando de asignar del presupuesto de la Nación tres puntos del PBI, y no del análisis que había hecho la Oficina de Presupuesto del Congreso. Es decir que eso había sido tratado en el primer round en el Senado. Ahí es donde se determinó que había tres puntos del PBI.
¿Por qué digo que hay un tema técnico y un tema político muy fuerte? Porque pienso que aquí debemos hablar de política. Vivimos en una República en la que queremos una mayor igualdad, y donde queremos que la equidad -es decir, la manera en que se distribuyen los recursos- sea una política de Estado.
Por eso, celebro este tercer round en el que el Senado de la Nación tomó la pelota, la paró y, sin importar el tiempo -no quiero entrar a analizar ahora el tiempo que demoró-, logró corregir una inequidad muy grande que establecían los dos proyectos que se habían aprobado con anterioridad.
¿Por qué digo que es un tema político? Porque veo que la decisión que tomó el Senado está pegando fuerte en un sector muy chiquitito de algunas empresas que tenían una satisfacción enorme para que se sancionara una ley a la medida de esos grandes, cuestión sobre la cual luego voy a dar algunos números.
La verdad es que en nuestro país percibimos la falta de igualdad, sobre todo al momento en que alguien decide encarar determinados emprendimientos económicos. Para decirlo de una manera poética, los que más ganan tienen que pagar más impuestos; a los que están en el medio, desde el Estado debemos ayudarlos para que crezcan, y a los que recién comienzan, también debemos apoyarlos.
En este último caso, estamos hablando de los pequeños, las pymes, es decir, de todos aquellos emprendedores respecto de los cuales muchos se lavan la boca y dicen que se pueden ir de nuestro país. Yo les puedo asegurar que no se van a ir de la Argentina, porque el nuestro es uno de los países con mayor desarrollo tecnológico y de economía del conocimiento, sobre todo en nuestra Latinoamérica y también en el Norte.
Entonces, no nos tiene que asustar que haya una ley que ponga una regla para que los más grandes, los que tienen que estar en mejores condiciones de competencia, tengan un incentivo del 20 por ciento de descuento al impuesto a las ganancias.
Para los medianos, a los que hay que ayudarlos para que crezcan, está bien que tengan una reducción del 40 por ciento. ¿Y por qué no, a los efectos de lograr la igualdad y la equidad, reducir en un 60 por ciento a los más chicos?
Les cuento algo porque esto hay que hablarlo. En 2018 y 2019, cuando se peleó el primer round, a la Comisión de Comunicaciones e Informática no venía Mercado Libre, Despegar ni ninguno de los que se llevaban la mayor parte de la torta participando de ese registro. Venían los emprendedores, los que hacían satélites, venían aquellos a los que nosotros queremos ayudar para que se puedan acomodar y establecer un sistema económico de una pequeña empresa que pueda arrancar fuerte.
Esta es la ley de la economía de conocimiento. A eso se le llama escalonamiento. No se puede le garantizar a todos los que forman parte de la actividad económica el mismo beneficio. ¿Por qué? Porque si no, va a seguir ocurriendo lo que viene ocurriendo en nuestro país desde hace mucho tiempo, es decir, que cada vez son menos los que se apoderan de las actividades económicas. En esto del software hay una razón.
Hay números que son muy fuertes. Permítanme leer una planilla Excel. En 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018 la empresa Mercado Libre se llevó el 23,45 del registro. En sistemas globales, el 8,71 y Accenture, 5,89.
En definitiva, cerca de 437 empresas estuvieron en el registro. Pero, a partir de esas cuatro o cinco empresas, el resto no superó el 0,80 o 0,90 de los beneficios de la ley de software.
Por eso digo que tenemos que hablar de política. Si no entendemos y no le sacamos la careta a aquellos que están detrás de obtener los planes sociales de las grandes empresas, vamos a seguir pensando que dictamos
leyes que son injustas, como dicen algunos de los dos diputados preopinantes, cosa que me da bronca. Porque si se demoró en el Senado, es porque el Senado paró la pelota. Dijo: "Señores, acá está ocurriendo algo, están enviando una sanción en donde hay algo que está mal porque no hay escalonamiento.".
No se puede seguir repartiendo la torta de aquello que le cuesta tres puntos del PBI a la Argentina y una casi reforma laboral, porque la disminución del 70 por ciento de los aportes patronales, no es ni más ni menos que una suerte de reforma laboral parcial que pagamos todos los argentinos con el presupuesto de la Nación.
Por ello, es importante hablar de esto porque es política
Por otro lado, cuando reaccionan por el artículo 8°, ¿saben por qué ese certificado es intransferible? Porque tienen que garantizar que se les ha pagado a los trabajadores y al sindicato aquellas cargas sociales, sobre todo las empresas más grandes, los exportadores del software, pero de los grandes en el escalonamiento.
No podemos seguir pensando que se tienen que seguir flexibilizando las reglas de la economía para favorecer solamente a aquellos que ganan por encima de los 20.000 millones.
¿Por qué? Porque desde el Congreso la visión que tenemos que tener como Estado es lograr mayor igualdad. Créanme, 50 por ciento de pobres en la Argentina es un tema de desigualdad, es un tema de falta de igualdad y de falta de equidad.
Leyes como ésta están trayendo la posibilidad del desarrollo para que la riqueza de la Argentina no sea a partir del derrame de aquellos poquitos que logran enriquecerse y llegan a tener los grandes beneficios y los grandes planes sociales de la Argentina.
El escalonamiento de la ley, lo que está trayendo, es que el estándar de la calidad para empujar a los emprendedores sea de abajo hacia arriba. Esa es la manera en que desde el Estado se puede distribuir equitativamente y con igualdad las cuentas del Estado.
El resto de los argumentos técnicos y algunos argumentos políticos más, los vamos a dar en el recinto.
Pero créanme, señores presidentes de las dos comisiones, estamos sancionando una ley que trae un mejoramiento increíble.
Tengo una sola crítica que hacer, que es fuerte y es una cuenta que no la vamos a saldar ahora porque queremos que se apruebe la ley ya que hay necesidad y la están pidiendo a gritos.
Tiene que ver con que las empresas de telecomunicaciones y los laboratorios médicos siguen extendiendo la limitación al autodesarrollo.
Esto es algo que no se puede dejar pasar así como así, sin tomarlo en cuenta. Las empresas de telecomunicaciones -las Telco-, que generan una presión enorme sobre los Estados, y las empresas de medicamentos van a poder seguir disfrutando del sistema del autodesarrollo casi libremente. Este es un tema que en el futuro tendremos que ver cómo modificarlo.
Por eso les adelantp, señores presidentes, que desde nuestro interbloque vamos a apoyar este proyecto que viene con modificaciones del Senado, haciendo esta salvedad y ampliando en el recinto los argumentos técnicos y políticos que tenemos. Muchas Gracias.
Digo que es una batalla porque podemos dar algunas apreciaciones técnicas -como lo escuché de algunos legisladores preopinantes, como el diputado Pastori y la diputada Banfi-, que se refieren a algunos temas que creo que es necesario corregir.
Digo esto porque cuando se hizo referencia a los números en los proyectos presentados en los dos anteriores rounds, estábamos hablando de asignar del presupuesto de la Nación tres puntos del PBI, y no del análisis que había hecho la Oficina de Presupuesto del Congreso. Es decir que eso había sido tratado en el primer round en el Senado. Ahí es donde se determinó que había tres puntos del PBI.
¿Por qué digo que hay un tema técnico y un tema político muy fuerte? Porque pienso que aquí debemos hablar de política. Vivimos en una República en la que queremos una mayor igualdad, y donde queremos que la equidad -es decir, la manera en que se distribuyen los recursos- sea una política de Estado.
Por eso, celebro este tercer round en el que el Senado de la Nación tomó la pelota, la paró y, sin importar el tiempo -no quiero entrar a analizar ahora el tiempo que demoró-, logró corregir una inequidad muy grande que establecían los dos proyectos que se habían aprobado con anterioridad.
¿Por qué digo que es un tema político? Porque veo que la decisión que tomó el Senado está pegando fuerte en un sector muy chiquitito de algunas empresas que tenían una satisfacción enorme para que se sancionara una ley a la medida de esos grandes, cuestión sobre la cual luego voy a dar algunos números.
La verdad es que en nuestro país percibimos la falta de igualdad, sobre todo al momento en que alguien decide encarar determinados emprendimientos económicos. Para decirlo de una manera poética, los que más ganan tienen que pagar más impuestos; a los que están en el medio, desde el Estado debemos ayudarlos para que crezcan, y a los que recién comienzan, también debemos apoyarlos.
En este último caso, estamos hablando de los pequeños, las pymes, es decir, de todos aquellos emprendedores respecto de los cuales muchos se lavan la boca y dicen que se pueden ir de nuestro país. Yo les puedo asegurar que no se van a ir de la Argentina, porque el nuestro es uno de los países con mayor desarrollo tecnológico y de economía del conocimiento, sobre todo en nuestra Latinoamérica y también en el Norte.
Entonces, no nos tiene que asustar que haya una ley que ponga una regla para que los más grandes, los que tienen que estar en mejores condiciones de competencia, tengan un incentivo del 20 por ciento de descuento al impuesto a las ganancias.
Para los medianos, a los que hay que ayudarlos para que crezcan, está bien que tengan una reducción del 40 por ciento. ¿Y por qué no, a los efectos de lograr la igualdad y la equidad, reducir en un 60 por ciento a los más chicos?
Les cuento algo porque esto hay que hablarlo. En 2018 y 2019, cuando se peleó el primer round, a la Comisión de Comunicaciones e Informática no venía Mercado Libre, Despegar ni ninguno de los que se llevaban la mayor parte de la torta participando de ese registro. Venían los emprendedores, los que hacían satélites, venían aquellos a los que nosotros queremos ayudar para que se puedan acomodar y establecer un sistema económico de una pequeña empresa que pueda arrancar fuerte.
Esta es la ley de la economía de conocimiento. A eso se le llama escalonamiento. No se puede le garantizar a todos los que forman parte de la actividad económica el mismo beneficio. ¿Por qué? Porque si no, va a seguir ocurriendo lo que viene ocurriendo en nuestro país desde hace mucho tiempo, es decir, que cada vez son menos los que se apoderan de las actividades económicas. En esto del software hay una razón.
Hay números que son muy fuertes. Permítanme leer una planilla Excel. En 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018 la empresa Mercado Libre se llevó el 23,45 del registro. En sistemas globales, el 8,71 y Accenture, 5,89.
En definitiva, cerca de 437 empresas estuvieron en el registro. Pero, a partir de esas cuatro o cinco empresas, el resto no superó el 0,80 o 0,90 de los beneficios de la ley de software.
Por eso digo que tenemos que hablar de política. Si no entendemos y no le sacamos la careta a aquellos que están detrás de obtener los planes sociales de las grandes empresas, vamos a seguir pensando que dictamos
leyes que son injustas, como dicen algunos de los dos diputados preopinantes, cosa que me da bronca. Porque si se demoró en el Senado, es porque el Senado paró la pelota. Dijo: "Señores, acá está ocurriendo algo, están enviando una sanción en donde hay algo que está mal porque no hay escalonamiento.".
No se puede seguir repartiendo la torta de aquello que le cuesta tres puntos del PBI a la Argentina y una casi reforma laboral, porque la disminución del 70 por ciento de los aportes patronales, no es ni más ni menos que una suerte de reforma laboral parcial que pagamos todos los argentinos con el presupuesto de la Nación.
Por ello, es importante hablar de esto porque es política
Por otro lado, cuando reaccionan por el artículo 8°, ¿saben por qué ese certificado es intransferible? Porque tienen que garantizar que se les ha pagado a los trabajadores y al sindicato aquellas cargas sociales, sobre todo las empresas más grandes, los exportadores del software, pero de los grandes en el escalonamiento.
No podemos seguir pensando que se tienen que seguir flexibilizando las reglas de la economía para favorecer solamente a aquellos que ganan por encima de los 20.000 millones.
¿Por qué? Porque desde el Congreso la visión que tenemos que tener como Estado es lograr mayor igualdad. Créanme, 50 por ciento de pobres en la Argentina es un tema de desigualdad, es un tema de falta de igualdad y de falta de equidad.
Leyes como ésta están trayendo la posibilidad del desarrollo para que la riqueza de la Argentina no sea a partir del derrame de aquellos poquitos que logran enriquecerse y llegan a tener los grandes beneficios y los grandes planes sociales de la Argentina.
El escalonamiento de la ley, lo que está trayendo, es que el estándar de la calidad para empujar a los emprendedores sea de abajo hacia arriba. Esa es la manera en que desde el Estado se puede distribuir equitativamente y con igualdad las cuentas del Estado.
El resto de los argumentos técnicos y algunos argumentos políticos más, los vamos a dar en el recinto.
Pero créanme, señores presidentes de las dos comisiones, estamos sancionando una ley que trae un mejoramiento increíble.
Tengo una sola crítica que hacer, que es fuerte y es una cuenta que no la vamos a saldar ahora porque queremos que se apruebe la ley ya que hay necesidad y la están pidiendo a gritos.
Tiene que ver con que las empresas de telecomunicaciones y los laboratorios médicos siguen extendiendo la limitación al autodesarrollo.
Esto es algo que no se puede dejar pasar así como así, sin tomarlo en cuenta. Las empresas de telecomunicaciones -las Telco-, que generan una presión enorme sobre los Estados, y las empresas de medicamentos van a poder seguir disfrutando del sistema del autodesarrollo casi libremente. Este es un tema que en el futuro tendremos que ver cómo modificarlo.
Por eso les adelantp, señores presidentes, que desde nuestro interbloque vamos a apoyar este proyecto que viene con modificaciones del Senado, haciendo esta salvedad y ampliando en el recinto los argumentos técnicos y políticos que tenemos. Muchas Gracias.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Hernán Pérez Araujo.
SR. PÉREZ ARAUJO Señor presidente: verdaderamente hago mías las palabras que emitió contundentemente el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda cuando hizo una somera descripción de las modificaciones venidas del Senado de la Nación y que nuestro bloque entiende que enriquecen una ley, que si bien fue sancionada prácticamente por unanimidad hace unos tres meses, muchos entendíamos que podía mejorarse.
En aquel momento habíamos dicho que esta ley venía a enriquecer y fortalecer a los emprendedores y a aquellos que, en medio de una situación inédita en el país y en el mundo, apostaban por nuestro país, por la producción y por la economía del conocimiento. Es así que hablábamos de ayudar desde el Estado a las pequeñas, medianas y a las micro empresas.
Dijimos entonces que era una ley progresiva, precisamente porque venía a modificar una omisión de la ley 27.506 que no ponía la mira en esas empresas que, sobre todo desde el interior de nuestro país, venían desarrollando actividades como las que se enumeran en el artículo 2°.
También dijimos que era una ley federal. ¿Por qué? Porque tenía beneficios para quienes vivimos tierra adentro, para quienes somos del interior, y otorgaba beneficios adicionales a aquellas empresas que optaran por ampliar su planta de personal mediante residentes en zonas desfavorables, la contratación de mujeres, la contratación de disidencias o la contratación de personal calificado.
Si bien alcanzamos casi la unanimidad, desde lo personal y creo que debe ser algo que podemos sentir todos los integrantes de nuestro bloque, estamos ciertamente sorprendidos.
En aquel momento habíamos celebrado que muchos diputados y diputadas que habían votado favorablemente la ley 27.506, un poco desandaban ese camino y aceptaban que esa ley no había sido aplicable, insisto, que no había sido efectiva, pero podía serlo para empresas pequeñas del interior del país. Habíamos logrado modificaciones que, repito, por ahí no eran las que todos deseaban, pero era una ley que venía en ese camino.
En este sentido, entiendo y también hago mías las palabras del diputado Ramón, es un proyecto de ley que el Senado verdaderamente ha mejorado. Ahora bien, debemos hacer algunas diferencias en cuanto a las cuestiones técnicas que se observan y que han sido rebatidas. En lo que me parece que hay que poner énfasis es en la cuestión política. Aquí se ha hablado de "grosera mora" del Senado de la Nación. Pues bien, para quienes somos más nóveles tal vez sea la primera vez que vemos venir del Senado una ley a la que ya le habíamos dado sanción. Pero el calificativo "grosera mora" me parece algo pretencioso.
También habíamos hablado de prejuicio ideológico. Hay que ver desde qué lado lo estamos diciendo. Lamentablemente, uno a veces pretende esperanzarse en la superación de ciertas grietas y diferencias. Pero, evidentemente, cada vez que se tocan intereses de grupos muy pequeños -pero con intereses muy grandes- obtenemos la misma reacción aquí, en la casa de la democracia. Hablamos de discriminación y hablamos siempre, en el gran contenedor que implica ese supuesto prejuicio ideológico, de darle discrecionalidad a la autoridad de aplicación. Habrá que ver qué va a pasar y cómo vamos a manejar ese porcentaje que llega hasta el 70 por ciento, ¿pero para que ayudemos a quién?
Pienso que debemos celebrar este tercer debate o tercer round, como dijo el diputado preopinante. No es verdad que ha habido tres leyes de agosto a agosto; apenas ha habido una, que está suspendida en su aplicación. Aquí hemos llegado a una sanción a través de un debate que verdaderamente ha enriquecido la ley, para que fuera a revisión del Senado. Seguramente obtendremos una sanción definitiva luego de estas observaciones que se han realizado.
Para concluir, insisto con algo en lo que debemos ser muy claros, y lo digo como provinciano de una provincia pequeña, con pocos habitantes: ningún emprendedor ni ningún propietario de una pyme o microempresa de mi provincia se va a ir de mi país por la sanción de esta ley. Al contrario: estamos tendiendo una mano, estamos siendo solidarios y estamos haciendo que la política sea progresiva en este sentido.
Lamentablemente, señor presidente, nos encontramos nuevamente con los intereses de algunos muy grandes que al parecer no pueden ser tocados en la Argentina.
Desde ya que vamos a acompañar este proyecto.
En aquel momento habíamos dicho que esta ley venía a enriquecer y fortalecer a los emprendedores y a aquellos que, en medio de una situación inédita en el país y en el mundo, apostaban por nuestro país, por la producción y por la economía del conocimiento. Es así que hablábamos de ayudar desde el Estado a las pequeñas, medianas y a las micro empresas.
Dijimos entonces que era una ley progresiva, precisamente porque venía a modificar una omisión de la ley 27.506 que no ponía la mira en esas empresas que, sobre todo desde el interior de nuestro país, venían desarrollando actividades como las que se enumeran en el artículo 2°.
También dijimos que era una ley federal. ¿Por qué? Porque tenía beneficios para quienes vivimos tierra adentro, para quienes somos del interior, y otorgaba beneficios adicionales a aquellas empresas que optaran por ampliar su planta de personal mediante residentes en zonas desfavorables, la contratación de mujeres, la contratación de disidencias o la contratación de personal calificado.
Si bien alcanzamos casi la unanimidad, desde lo personal y creo que debe ser algo que podemos sentir todos los integrantes de nuestro bloque, estamos ciertamente sorprendidos.
En aquel momento habíamos celebrado que muchos diputados y diputadas que habían votado favorablemente la ley 27.506, un poco desandaban ese camino y aceptaban que esa ley no había sido aplicable, insisto, que no había sido efectiva, pero podía serlo para empresas pequeñas del interior del país. Habíamos logrado modificaciones que, repito, por ahí no eran las que todos deseaban, pero era una ley que venía en ese camino.
En este sentido, entiendo y también hago mías las palabras del diputado Ramón, es un proyecto de ley que el Senado verdaderamente ha mejorado. Ahora bien, debemos hacer algunas diferencias en cuanto a las cuestiones técnicas que se observan y que han sido rebatidas. En lo que me parece que hay que poner énfasis es en la cuestión política. Aquí se ha hablado de "grosera mora" del Senado de la Nación. Pues bien, para quienes somos más nóveles tal vez sea la primera vez que vemos venir del Senado una ley a la que ya le habíamos dado sanción. Pero el calificativo "grosera mora" me parece algo pretencioso.
También habíamos hablado de prejuicio ideológico. Hay que ver desde qué lado lo estamos diciendo. Lamentablemente, uno a veces pretende esperanzarse en la superación de ciertas grietas y diferencias. Pero, evidentemente, cada vez que se tocan intereses de grupos muy pequeños -pero con intereses muy grandes- obtenemos la misma reacción aquí, en la casa de la democracia. Hablamos de discriminación y hablamos siempre, en el gran contenedor que implica ese supuesto prejuicio ideológico, de darle discrecionalidad a la autoridad de aplicación. Habrá que ver qué va a pasar y cómo vamos a manejar ese porcentaje que llega hasta el 70 por ciento, ¿pero para que ayudemos a quién?
Pienso que debemos celebrar este tercer debate o tercer round, como dijo el diputado preopinante. No es verdad que ha habido tres leyes de agosto a agosto; apenas ha habido una, que está suspendida en su aplicación. Aquí hemos llegado a una sanción a través de un debate que verdaderamente ha enriquecido la ley, para que fuera a revisión del Senado. Seguramente obtendremos una sanción definitiva luego de estas observaciones que se han realizado.
Para concluir, insisto con algo en lo que debemos ser muy claros, y lo digo como provinciano de una provincia pequeña, con pocos habitantes: ningún emprendedor ni ningún propietario de una pyme o microempresa de mi provincia se va a ir de mi país por la sanción de esta ley. Al contrario: estamos tendiendo una mano, estamos siendo solidarios y estamos haciendo que la política sea progresiva en este sentido.
Lamentablemente, señor presidente, nos encontramos nuevamente con los intereses de algunos muy grandes que al parecer no pueden ser tocados en la Argentina.
Desde ya que vamos a acompañar este proyecto.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Luis Contigiani.
SR. CONTIGIANI Gracias, señor presidente.
En primer lugar, estamos ante un tema que muestra que no hay grandes intereses entre el bien y el mal. La Argentina tiene que convencerse de que a las empresas chicas hay que hacerlas grandes y de que a las empresas grandes hay que convertirlas en multinacionales argentinas. Esto es lo que haría cualquier país capitalista y desarrollado en el mundo, fuese del perfil que fuera, del capitalismo autoritario de China o del capitalismo occidental. Esa sería la premisa.
Acá no hay intereses ni dialécticas contrapuestas. Tenemos la obligación de saberlo por varias razones: por una cuestión de soberanía del conocimiento; por entender por dónde va la economía capitalista -nos guste o no nos guste- en el mundo; por lo que genera en términos de divisa y de trabajo; o por la dinámica que representan para provincias como la de Santa Fe, a la que yo pertenezco.
Hay que entender -reitero- que a las empresas chicas hay que hacerlas grandes y a las grandes, multinacionales. Esto no nos tiene que dar vergüenza. Todo lo contrario. Tenemos que construir un capitalismo nacional que pueda trascender sus fronteras. Es una idea que la política tendría que abrazar, más allá de que seamos de izquierda, de centro o de derecha.
Entonces, tengamos cuidado. Seamos objetivos y analíticos. Intentemos, por favor, cerrar una idea desde la política democrática para este sector de la economía que es el presente y el futuro del país. Hace un año que la Argentina viene con idas y vueltas en relación con este tema y cada uno se hará cargo de las responsabilidades políticas. Pero técnicamente hoy ni siquiera contamos con la ley de software de 2004. Estamos sin ley de economía del conocimiento. Tengamos cuidado.
Quisiera hacer algunos aportes analíticos, objetivos, en aras de abonar esta idea que me representa y que consiste en que la Argentina se tiene que hacer fuerte en el desarrollo tecnológico nacional, en la economía del conocimiento, en la soberanía tecnológica y en la exportación de empresas, de las chicas a las más grandes.
En ese sentido, el proyecto en revisión del Senado trae novedades malas y buenas. Una idea que considero polémica, mala e inentendible es que se saquen los consejos consultivos que establecía el artículo 18 bis del proyecto de Diputados que habíamos votado nosotros con amplio consenso. Por otro lado, el artículo 4º del proyecto en revisión del Senado habla de que la autoridad de aplicación "podrá" -ni siquiera obliga- hacer una consulta a un sector tan estratégico para el país. Primero: es una idea que atrasa. Esto es dirigismo burocrático. ¿Por qué atrasa y está mal esta idea? Porque los procesos de desarrollo en el mundo -y también en la Argentina- ya no son solamente públicos ni están al arbitrio de un funcionario, sea quien sea, o de una jurisdicción estatal. Los procesos de desarrollo son públicos y privados, privados y públicos, con interés en las prioridades que define una política pública. Pero a partir de esa política pública, definida bajo la soberanía democrática de los parlamentos y los gobiernos, se convoca al sector privado a planificar y a construir una política de desarrollo. ¿Cómo vamos a decir que la autoridad de aplicación "podrá"? Eso es atrasar. Es aplicar una idea poco transparente de cómo se construyen los procesos de desarrollo público y privado, sobre todo en el campo del desarrollo económico. El dictamen de Diputados en este punto es superador.
Otro capítulo de innovación que trae el proyecto en revisión del Senado tiene que ver con el cambio de la calidad de los bonos de transferibles a intransferibles para no usarlos a cuenta del pago de ganancias sino solamente del IVA, salvo que sea una ganancia por exportación. En este caso yo entiendo la lógica de la revisión del Senado. Hasta la podría justificar, porque entiendo hacia dónde va. Pero me genera la duda de cómo va a ser la dinámica real de la operativización de los beneficios, al no ser transferibles los bonos, del funcionamiento de la Argentina en términos privados y del funcionamiento del empresario y de las empresas. Entiendo hacia dónde va el Senado, pero me preocupa que esto se convierta en un obstáculo, inclusive para las empresas chicas, mucho más en lo que atañe a la no deducción del impuesto a las ganancias. Se trata en este punto de una muy mala redacción que viene del Senado. Es una redacción confusa porque solamente van a poder deducir impuestos a las ganancias las ganancias exportables, mientras que las empresas chicas, a las que el Senado claramente quiere beneficiar con su modificación, no van a poder deducir nunca el impuesto a las ganancias. Aquí es donde se me genera un problema, una complejidad y una duda.
Un criterio que viene del Senado y me parece positivo y bueno, como ya adelantó el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, es establecer la progresividad y la segmentación en los beneficios. Se trata del 60, 40 y 20 por ciento para la micro y pequeña, la mediana y la gran empresa respectivamente. Esto está animado en la idea de hacer grande a las chicas y multinacionales a las grandes, que ganemos todos en un sector donde la Argentina tiene que jugar un partido geopolítico y geoeconómico mundial en el mejor nivel. Si eso es lo que inspira esta segmentación, está bien, es justo. Este es un criterio racional, esto es algo que lo hace mejor en términos de lograr beneficios desde abajo a los que más necesitan para crecer y tratar de que los grandes sigan creciendo, pero utilizando los pocos recursos para los de abajo. Es un criterio con el que no tendría que haber problemas, insisto, si el ánimo y el espíritu es que ganemos todos en esta cadena de valor de la economía del conocimiento.
Claramente también hay otras cuestiones a tener en cuenta de las modificaciones introducidas por el Senado en términos de la eliminación de la facturación como requisito para entrar y los tres años de antigüedad. Creo que así se está intentando dar una posibilidad a la microempresa que no tiene facturación. Pienso que es una medida positiva, es decir, es una oportunidad de decirles "no hay facturación, pero podés entrar igual", más allá de los tres años de antigüedad. Y, por otro lado, el decaimiento del beneficio en caso de reducción de la plantilla de personal o la suspensión de empleados, son aportes que pueden esclarecer en ese punto.
Tengo algún otro aspecto para mencionar, pero lo haré en el recinto. Seguramente en las próximas horas nuestro interbloque va a definir nuestra posición frente a este proyecto. Como he dejado claro, en lo personal, hay algunas cuestiones que considero negativas y otras que son positivas. Pero más allá de que podemos discutir una cláusula más o una cláusula menos, un criterio más de fondo o menos de fondo, debemos entender que en la economía del conocimiento la Argentina se juega un partido muy importante. Aquí no hay grandes, chicas y medianas; aquí tenemos que jugar con una visión estratégica para convertir a los chicos en grandes y a los grandes en multinacionales. Gracias, presidente.
En primer lugar, estamos ante un tema que muestra que no hay grandes intereses entre el bien y el mal. La Argentina tiene que convencerse de que a las empresas chicas hay que hacerlas grandes y de que a las empresas grandes hay que convertirlas en multinacionales argentinas. Esto es lo que haría cualquier país capitalista y desarrollado en el mundo, fuese del perfil que fuera, del capitalismo autoritario de China o del capitalismo occidental. Esa sería la premisa.
Acá no hay intereses ni dialécticas contrapuestas. Tenemos la obligación de saberlo por varias razones: por una cuestión de soberanía del conocimiento; por entender por dónde va la economía capitalista -nos guste o no nos guste- en el mundo; por lo que genera en términos de divisa y de trabajo; o por la dinámica que representan para provincias como la de Santa Fe, a la que yo pertenezco.
Hay que entender -reitero- que a las empresas chicas hay que hacerlas grandes y a las grandes, multinacionales. Esto no nos tiene que dar vergüenza. Todo lo contrario. Tenemos que construir un capitalismo nacional que pueda trascender sus fronteras. Es una idea que la política tendría que abrazar, más allá de que seamos de izquierda, de centro o de derecha.
Entonces, tengamos cuidado. Seamos objetivos y analíticos. Intentemos, por favor, cerrar una idea desde la política democrática para este sector de la economía que es el presente y el futuro del país. Hace un año que la Argentina viene con idas y vueltas en relación con este tema y cada uno se hará cargo de las responsabilidades políticas. Pero técnicamente hoy ni siquiera contamos con la ley de software de 2004. Estamos sin ley de economía del conocimiento. Tengamos cuidado.
Quisiera hacer algunos aportes analíticos, objetivos, en aras de abonar esta idea que me representa y que consiste en que la Argentina se tiene que hacer fuerte en el desarrollo tecnológico nacional, en la economía del conocimiento, en la soberanía tecnológica y en la exportación de empresas, de las chicas a las más grandes.
En ese sentido, el proyecto en revisión del Senado trae novedades malas y buenas. Una idea que considero polémica, mala e inentendible es que se saquen los consejos consultivos que establecía el artículo 18 bis del proyecto de Diputados que habíamos votado nosotros con amplio consenso. Por otro lado, el artículo 4º del proyecto en revisión del Senado habla de que la autoridad de aplicación "podrá" -ni siquiera obliga- hacer una consulta a un sector tan estratégico para el país. Primero: es una idea que atrasa. Esto es dirigismo burocrático. ¿Por qué atrasa y está mal esta idea? Porque los procesos de desarrollo en el mundo -y también en la Argentina- ya no son solamente públicos ni están al arbitrio de un funcionario, sea quien sea, o de una jurisdicción estatal. Los procesos de desarrollo son públicos y privados, privados y públicos, con interés en las prioridades que define una política pública. Pero a partir de esa política pública, definida bajo la soberanía democrática de los parlamentos y los gobiernos, se convoca al sector privado a planificar y a construir una política de desarrollo. ¿Cómo vamos a decir que la autoridad de aplicación "podrá"? Eso es atrasar. Es aplicar una idea poco transparente de cómo se construyen los procesos de desarrollo público y privado, sobre todo en el campo del desarrollo económico. El dictamen de Diputados en este punto es superador.
Otro capítulo de innovación que trae el proyecto en revisión del Senado tiene que ver con el cambio de la calidad de los bonos de transferibles a intransferibles para no usarlos a cuenta del pago de ganancias sino solamente del IVA, salvo que sea una ganancia por exportación. En este caso yo entiendo la lógica de la revisión del Senado. Hasta la podría justificar, porque entiendo hacia dónde va. Pero me genera la duda de cómo va a ser la dinámica real de la operativización de los beneficios, al no ser transferibles los bonos, del funcionamiento de la Argentina en términos privados y del funcionamiento del empresario y de las empresas. Entiendo hacia dónde va el Senado, pero me preocupa que esto se convierta en un obstáculo, inclusive para las empresas chicas, mucho más en lo que atañe a la no deducción del impuesto a las ganancias. Se trata en este punto de una muy mala redacción que viene del Senado. Es una redacción confusa porque solamente van a poder deducir impuestos a las ganancias las ganancias exportables, mientras que las empresas chicas, a las que el Senado claramente quiere beneficiar con su modificación, no van a poder deducir nunca el impuesto a las ganancias. Aquí es donde se me genera un problema, una complejidad y una duda.
Un criterio que viene del Senado y me parece positivo y bueno, como ya adelantó el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, es establecer la progresividad y la segmentación en los beneficios. Se trata del 60, 40 y 20 por ciento para la micro y pequeña, la mediana y la gran empresa respectivamente. Esto está animado en la idea de hacer grande a las chicas y multinacionales a las grandes, que ganemos todos en un sector donde la Argentina tiene que jugar un partido geopolítico y geoeconómico mundial en el mejor nivel. Si eso es lo que inspira esta segmentación, está bien, es justo. Este es un criterio racional, esto es algo que lo hace mejor en términos de lograr beneficios desde abajo a los que más necesitan para crecer y tratar de que los grandes sigan creciendo, pero utilizando los pocos recursos para los de abajo. Es un criterio con el que no tendría que haber problemas, insisto, si el ánimo y el espíritu es que ganemos todos en esta cadena de valor de la economía del conocimiento.
Claramente también hay otras cuestiones a tener en cuenta de las modificaciones introducidas por el Senado en términos de la eliminación de la facturación como requisito para entrar y los tres años de antigüedad. Creo que así se está intentando dar una posibilidad a la microempresa que no tiene facturación. Pienso que es una medida positiva, es decir, es una oportunidad de decirles "no hay facturación, pero podés entrar igual", más allá de los tres años de antigüedad. Y, por otro lado, el decaimiento del beneficio en caso de reducción de la plantilla de personal o la suspensión de empleados, son aportes que pueden esclarecer en ese punto.
Tengo algún otro aspecto para mencionar, pero lo haré en el recinto. Seguramente en las próximas horas nuestro interbloque va a definir nuestra posición frente a este proyecto. Como he dejado claro, en lo personal, hay algunas cuestiones que considero negativas y otras que son positivas. Pero más allá de que podemos discutir una cláusula más o una cláusula menos, un criterio más de fondo o menos de fondo, debemos entender que en la economía del conocimiento la Argentina se juega un partido muy importante. Aquí no hay grandes, chicas y medianas; aquí tenemos que jugar con una visión estratégica para convertir a los chicos en grandes y a los grandes en multinacionales. Gracias, presidente.
SR. PRESIDENTE CARRO Gracias, diputado Contigiani.
Les aviso que quedan cinco oradores y vamos a pasar a la firma del dictamen, si les parece bien. Si alguien se quiere anotar me avisa; si no, cerraramos la lista de oradores para prever el momento de cierre. Les pido que ajusten sus intervenciones.
Tiene la palabra el diputado Marcelo Casaretto.
Les aviso que quedan cinco oradores y vamos a pasar a la firma del dictamen, si les parece bien. Si alguien se quiere anotar me avisa; si no, cerraramos la lista de oradores para prever el momento de cierre. Les pido que ajusten sus intervenciones.
Tiene la palabra el diputado Marcelo Casaretto.
SR. CASARETTO Muchas gracias, señor presidente.
Estamos tratando el proyecto de ley de economía del conocimiento. Esto reconoce un antecedente en la ley 25.922, la ley del software votada en septiembre del año 2004. Esa ley permitió la adhesión de 469 empresas del sector, que generaron un impacto muy positivo.
En junio del año pasado se propuso y sancionó una ley de economía del conocimiento, la 27.506, que se reglamentó en octubre. O sea, se demoró tres años y seis meses la sanción de la ley, y se demoraron cuatro meses en la reglamentación para ponerla en vigencia a partir del 1º de enero del año 2020, con otro gobierno, porque naturalmente el resultado de las PASO indicaba que iba a haber una alternancia en la gestión.
Así, los beneficios los ha dado un gobierno de nuestro signo político, el desarrollo del sector lo dio una ley sancionada por nuestro gobierno y eso fue lo que permitió la ampliación de las actividades, la inversión, la generación de empleo y las exportaciones. Durante el período de los cuatro años anteriores se plantearon ideas y proyectos, que no se concretaron porque, en definitiva, los beneficios eventuales iban a entrar en vigencia a partir del 1º de enero del 2020.
Naturalmente este gobierno, que fue votado por los argentinos en octubre pasado, se plantea analizar esta ley para orientar los beneficios. Alguna de las colegas diputadas dijo que había habido tres leyes en los últimos tiempos. Le comento que hubo una sola ley que fue suspendida antes de que entrara efectivamente en vigencia. Ha habido iniciativas, proyectos del Poder Ejecutivo, sanción de una Cámara y de la otra. Esto es lo define a la democracia y al sistema republicano: hay un proyecto, se corrige, se mejora, se amplía, va a la otra Cámara, vuelve y cada uno aporta un criterio.
La ley de economía del conocimiento sancionada el año pasado me parece un buen instrumento. El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo en febrero de este año, que luego sancionamos en la Cámara de Diputados, me parece un mejor instrumento. Cuando lo tratamos en la comisión no intervine porque, tal como apuntaba el diputado Heller, me parecía que había que pulir algunas cosas y rescato algunos de los conceptos que esbozó el diputado Ramón en aquel momento, que planteaba la necesidad de sectorizar de acuerdo al tamaño de las empresas.
Se envió al Senado y de esa Cámara vino un proyecto mejor, a mi entender, porque se fue puliendo a fin de lograr un equilibrio en la inversión que va a hacer el Estado nacional -los argentinos-, para promover a un sector de la actividad económica.
Por supuesto que, si escuchamos al presidente de la Nación, al ministro de Economía o al presidente de la Comisión de Presupuesto y de Hacienda, se entiende que todas las leyes son para que alguien pague menos impuestos o para que alguien gaste más recursos. Claramente esto lleva a una crisis fiscal del Estado que se hace imposible de controlar. Cuando el Estado se plantea recaudar más, hay operaciones como la que sufrió hoy el diputado Heller en el sentido de hacerlo personalmente responsable a él de sostener una idea política que estamos acompañando entre muchos, entre todos.
Considero que este proyecto que viene en revisión del Senado es mejor que todos los anteriores. Como también dijo un colega, tal vez habría que revisar algunas cosas, pero estos son los consensos que se generaron hasta acá y estas son las mayorías que nos permitirían emitir dictamen en el día de hoy y aprobarlo mañana en la Cámara. Esto ocurriría si es que se concreta la sesión que ya ha sido convocada, y así rápidamente el Poder Ejecutivo podrá promulgar la ley publicándola en el Boletín Oficial.
Quienes nos están escuchando se preguntarán qué significa ley de economía del conocimiento. Significa que el Estado nacional va a invertir recursos de sus impuestos en la promoción de ciertas acciones económicas. ¿Cuáles? Las repaso: industria del software, producción audiovisual, biotecnología, bioinformática, ingeniería genética, nanociencia, industria aeroespacial y satelital, ingeniería nuclear y demás. ¿Qué beneficios se dan? Se dan dos beneficios. Por un lado, la reducción de los aportes patronales, que va a ser del 70 por ciento en un caso y que puede llegar al 80 por ciento si va a ciertos sectores con algún grado de vulnerabilidad o porque se quieren promover, por ejemplo, empleo de mujeres, trans, profesionales con ciertos posgrados, personas con discapacidad, ubicadas en zonas desfavorables o beneficiarias de planes sociales. Es decir, se trata de una reducción de los aportes patronales con un bono de crédito fiscal del 70 por ciento y de hasta el 80 por ciento. Por otro lado, implica un beneficio de reducción del impuesto a las ganancias que está tabulado de acuerdo a la dimensión de la empresa: 60 por ciento para micro y pequeñas empresas, 40 por ciento para las medianas y 20 por ciento para las grandes.
Por supuesto que si uno oficia de "lobista" de un sector va a decir que tal norma tenía un mayor beneficio, no tenía controles, no había sanciones, no tenía regulaciones o se beneficiaba a todos por igual. A mí no me interesa beneficiar mayormente a las empresas grandes que han sido favorecidas -en forma errónea- gracias a la ley del software y a la actual legislación.
Quiero mencionar algo respecto del tiempo que nos ha llevado la sanción de la norma. Para todas las empresas que ya estaban inscriptas y tenían los beneficios de la ley anterior -la del software-, la vigencia será desde el 1° de enero de este año. Las demoras eventuales, de un mes más o un mes menos, no incide en ninguna de las 469 empresas que estaban inscriptas hasta este momento. Para las empresas nuevas que no estaban adheridas hasta ahora, los beneficios van a operar desde el momento de la publicación de la ley.
Es importante que entendamos que no venimos al Congreso como "lobistas" de un sector, de una empresa o de grupo de empresas. Venimos a disponer de los recursos de todos los argentinos, sean ocho mil o diez mil millones, que van a ir en beneficio de ciertas empresas. Entonces, el Estado tiene toda la facultad de regular a qué tipo de empresa se lo va a dar, qué dimensión de empresas, por cuánto tiempo, con qué requisitos y qué controles va a instrumentar para asegurarnos que efectivamente tenga un impacto en la política pública.
Digo a los presidentes de ambas comisiones que creo que tenemos que aceptar el proyecto de ley tal como viene del Senado a efectos de sancionar la norma definitivamente en el día de mañana. Así, será rápidamente promulgado y publicado en el Boletín Oficial.
Más allá de los criterios de cada uno y de las instancias de discusión, estaremos sancionando la mejor ley posible, superadora de las tratadas anteriormente.
Estamos tratando el proyecto de ley de economía del conocimiento. Esto reconoce un antecedente en la ley 25.922, la ley del software votada en septiembre del año 2004. Esa ley permitió la adhesión de 469 empresas del sector, que generaron un impacto muy positivo.
En junio del año pasado se propuso y sancionó una ley de economía del conocimiento, la 27.506, que se reglamentó en octubre. O sea, se demoró tres años y seis meses la sanción de la ley, y se demoraron cuatro meses en la reglamentación para ponerla en vigencia a partir del 1º de enero del año 2020, con otro gobierno, porque naturalmente el resultado de las PASO indicaba que iba a haber una alternancia en la gestión.
Así, los beneficios los ha dado un gobierno de nuestro signo político, el desarrollo del sector lo dio una ley sancionada por nuestro gobierno y eso fue lo que permitió la ampliación de las actividades, la inversión, la generación de empleo y las exportaciones. Durante el período de los cuatro años anteriores se plantearon ideas y proyectos, que no se concretaron porque, en definitiva, los beneficios eventuales iban a entrar en vigencia a partir del 1º de enero del 2020.
Naturalmente este gobierno, que fue votado por los argentinos en octubre pasado, se plantea analizar esta ley para orientar los beneficios. Alguna de las colegas diputadas dijo que había habido tres leyes en los últimos tiempos. Le comento que hubo una sola ley que fue suspendida antes de que entrara efectivamente en vigencia. Ha habido iniciativas, proyectos del Poder Ejecutivo, sanción de una Cámara y de la otra. Esto es lo define a la democracia y al sistema republicano: hay un proyecto, se corrige, se mejora, se amplía, va a la otra Cámara, vuelve y cada uno aporta un criterio.
La ley de economía del conocimiento sancionada el año pasado me parece un buen instrumento. El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo en febrero de este año, que luego sancionamos en la Cámara de Diputados, me parece un mejor instrumento. Cuando lo tratamos en la comisión no intervine porque, tal como apuntaba el diputado Heller, me parecía que había que pulir algunas cosas y rescato algunos de los conceptos que esbozó el diputado Ramón en aquel momento, que planteaba la necesidad de sectorizar de acuerdo al tamaño de las empresas.
Se envió al Senado y de esa Cámara vino un proyecto mejor, a mi entender, porque se fue puliendo a fin de lograr un equilibrio en la inversión que va a hacer el Estado nacional -los argentinos-, para promover a un sector de la actividad económica.
Por supuesto que, si escuchamos al presidente de la Nación, al ministro de Economía o al presidente de la Comisión de Presupuesto y de Hacienda, se entiende que todas las leyes son para que alguien pague menos impuestos o para que alguien gaste más recursos. Claramente esto lleva a una crisis fiscal del Estado que se hace imposible de controlar. Cuando el Estado se plantea recaudar más, hay operaciones como la que sufrió hoy el diputado Heller en el sentido de hacerlo personalmente responsable a él de sostener una idea política que estamos acompañando entre muchos, entre todos.
Considero que este proyecto que viene en revisión del Senado es mejor que todos los anteriores. Como también dijo un colega, tal vez habría que revisar algunas cosas, pero estos son los consensos que se generaron hasta acá y estas son las mayorías que nos permitirían emitir dictamen en el día de hoy y aprobarlo mañana en la Cámara. Esto ocurriría si es que se concreta la sesión que ya ha sido convocada, y así rápidamente el Poder Ejecutivo podrá promulgar la ley publicándola en el Boletín Oficial.
Quienes nos están escuchando se preguntarán qué significa ley de economía del conocimiento. Significa que el Estado nacional va a invertir recursos de sus impuestos en la promoción de ciertas acciones económicas. ¿Cuáles? Las repaso: industria del software, producción audiovisual, biotecnología, bioinformática, ingeniería genética, nanociencia, industria aeroespacial y satelital, ingeniería nuclear y demás. ¿Qué beneficios se dan? Se dan dos beneficios. Por un lado, la reducción de los aportes patronales, que va a ser del 70 por ciento en un caso y que puede llegar al 80 por ciento si va a ciertos sectores con algún grado de vulnerabilidad o porque se quieren promover, por ejemplo, empleo de mujeres, trans, profesionales con ciertos posgrados, personas con discapacidad, ubicadas en zonas desfavorables o beneficiarias de planes sociales. Es decir, se trata de una reducción de los aportes patronales con un bono de crédito fiscal del 70 por ciento y de hasta el 80 por ciento. Por otro lado, implica un beneficio de reducción del impuesto a las ganancias que está tabulado de acuerdo a la dimensión de la empresa: 60 por ciento para micro y pequeñas empresas, 40 por ciento para las medianas y 20 por ciento para las grandes.
Por supuesto que si uno oficia de "lobista" de un sector va a decir que tal norma tenía un mayor beneficio, no tenía controles, no había sanciones, no tenía regulaciones o se beneficiaba a todos por igual. A mí no me interesa beneficiar mayormente a las empresas grandes que han sido favorecidas -en forma errónea- gracias a la ley del software y a la actual legislación.
Quiero mencionar algo respecto del tiempo que nos ha llevado la sanción de la norma. Para todas las empresas que ya estaban inscriptas y tenían los beneficios de la ley anterior -la del software-, la vigencia será desde el 1° de enero de este año. Las demoras eventuales, de un mes más o un mes menos, no incide en ninguna de las 469 empresas que estaban inscriptas hasta este momento. Para las empresas nuevas que no estaban adheridas hasta ahora, los beneficios van a operar desde el momento de la publicación de la ley.
Es importante que entendamos que no venimos al Congreso como "lobistas" de un sector, de una empresa o de grupo de empresas. Venimos a disponer de los recursos de todos los argentinos, sean ocho mil o diez mil millones, que van a ir en beneficio de ciertas empresas. Entonces, el Estado tiene toda la facultad de regular a qué tipo de empresa se lo va a dar, qué dimensión de empresas, por cuánto tiempo, con qué requisitos y qué controles va a instrumentar para asegurarnos que efectivamente tenga un impacto en la política pública.
Digo a los presidentes de ambas comisiones que creo que tenemos que aceptar el proyecto de ley tal como viene del Senado a efectos de sancionar la norma definitivamente en el día de mañana. Así, será rápidamente promulgado y publicado en el Boletín Oficial.
Más allá de los criterios de cada uno y de las instancias de discusión, estaremos sancionando la mejor ley posible, superadora de las tratadas anteriormente.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Vara.
SR. VARA Señor presidente: voy a tratar de ser breve para no repetir cuestiones que ya se vienen mencionando. Creo que el diputado Pastori fue muy claro en el análisis fiscal, al igual que la diputada Banfi respecto de la cuestión general.
Quiero destacar un tema más. La crisis del Estado ocasionada por subsidios se da cuando estos no son productivos. Se supone que tiene que haber una respuesta y una reacción productiva y, en ese caso, terminan pagándose solos.
Estamos hablando de una iniciativa que, según el proyecto generado por el Ministerio de Producción presidido por el ministro Kulfas, estaba muy bien analizada. Cuando consensuamos el apoyo, lo revisamos perfectamente bien. La propuesta de duplicar el trabajo y triplicar las exportaciones llegando a los 15 mil millones de dólares implicaba una multiplicación del efecto económico que debería pagarse solo. Este es el primer criterio.
Por otro lado, los subsidios no productivos son los que generan problemas. En la situación en la que se encuentra el país, me parece que en algunos casos son muy necesarios, pero otros son innecesarios por mal manejo de los recursos del Estado. Me parece que estos temas que estamos discutiendo los tenemos que aclarar en este ámbito.
Hay que convenir que se está quitando estímulo sobre todo en aquello que más empleo y exportación genera, que es la producción de software y los servicios profesionales que están incluidos. En varias de esas profesiones, la Argentina tiene un alto nivel de acreditación. Me refiero a la creación de contenidos, áreas creativas, servicios relacionados con la arquitectura -en este caso nuestro país tiene fama internacional-, servicios de consultoría referidos a los temas económicos, que dan una gran posibilidad. En el proyecto consensuado en Diputados, el beneficio se aplica exclusivamente a la exportación y no a los servicios internos, que generarían un gran volumen de beneficiarios.
En dos artículos del proyecto venido en revisión del Senado se quita la reducción del impuesto a las ganancias. Esto se hace a través de la estratificación, es decir, 60, 40 y 20 por ciento. Después, tenemos que ver que los aportes previsionales del 70 por ciento no pueden ser aplicables. En general, ataca más a lo que es Ganancias.
También quiero hacer una aclaración respecto al IVA. La mayoría de las TIC y los servicios profesionales no son grandes generadores de crédito fiscal, por lo cual no van a poder licuar sus beneficios; es decir que no habrá un gran beneficio por este lado. Tienen un período de 24 meses para licuar esos bonos, y lo más probable es que no lo hagan. En realidad, a través de la norma les estamos bajando significativamente ese estímulo.
Otras actividades sí pueden absorber esos créditos fiscales y así encontrar algún beneficio. Me refiero al caso de aquellos que instalan fibras ópticas porque tienen la compra del insumo y luego podrían licuar ese costo. Pero los que mueven las agujas de esta actividad -las TIC y los servicios profesionales- no van a ser beneficiarios. Mejor dicho: se disminuye mucho el estímulo del beneficio. Tal como está, yo la denominaría como una ley de estímulo rebajado, es decir, se están rebajando significativamente los estímulos.
Existía un buen cálculo en cuanto a lo que generaba el incremento laboral porque es uno de los grandes temas en la Argentina. No se trata solamente de mejorar el producto bruto o los números de la economía sino también apuntar a la generación de trabajo genuino y productivo. La idea también es hacer foco en la balanza de pagos y en la exportación. Hoy este el tercer sector exportador y podría pasar a ser el segundo. Va a requerir mucho tiempo alcanzar al principal sector exportador que es la agroindustria, pero este es el tercer sector exportador; el segundo es el sector energético.
Ese objetivo es muy importante. Sin embargo, creo que es difícil que se logre. Lo que normalmente se denomina relación costo-beneficio, hoy es tan aplicable a las políticas públicas como al sector privado. Por eso en su momento nosotros apoyamos esta iniciativa que salió por consenso, pero hoy se están rebajando los estímulos.
Lamentablemente, los objetivos que estaban propuestos -que se habían generado desde el Ministerio de Producción y fueron discutidos con los técnicos- no van a ser alcanzados. Me parece que seguir avanzando con esto no seá una buena noticia.
Por ello, no voy a adherir a este proyecto y seguiré sosteniendo aquel que habíamos consensuado en Diputados. Simplemente quería transmitir estos conceptos.
Además, hay que tener en cuenta el gran mérito que tienen nuestros profesionales en esta cuestión. Lamentablemente, no soy tan optimista como algunos colegas y ojalá me equivoque. Alguien dijo que de su provincia nadie se va a ir. Me parece muy bien y ojalá de mi provincia tampoco se vayan, pero respecto de las áreas que he citado, va a haber gente muy valiosa para el futuro de la Argentina que se va a ir. Ojalá no se vaya nadie y venga más gente de la que se fue. Pero hay que ser realistas, pues la única verdad es la realidad.
Quiero destacar un tema más. La crisis del Estado ocasionada por subsidios se da cuando estos no son productivos. Se supone que tiene que haber una respuesta y una reacción productiva y, en ese caso, terminan pagándose solos.
Estamos hablando de una iniciativa que, según el proyecto generado por el Ministerio de Producción presidido por el ministro Kulfas, estaba muy bien analizada. Cuando consensuamos el apoyo, lo revisamos perfectamente bien. La propuesta de duplicar el trabajo y triplicar las exportaciones llegando a los 15 mil millones de dólares implicaba una multiplicación del efecto económico que debería pagarse solo. Este es el primer criterio.
Por otro lado, los subsidios no productivos son los que generan problemas. En la situación en la que se encuentra el país, me parece que en algunos casos son muy necesarios, pero otros son innecesarios por mal manejo de los recursos del Estado. Me parece que estos temas que estamos discutiendo los tenemos que aclarar en este ámbito.
Hay que convenir que se está quitando estímulo sobre todo en aquello que más empleo y exportación genera, que es la producción de software y los servicios profesionales que están incluidos. En varias de esas profesiones, la Argentina tiene un alto nivel de acreditación. Me refiero a la creación de contenidos, áreas creativas, servicios relacionados con la arquitectura -en este caso nuestro país tiene fama internacional-, servicios de consultoría referidos a los temas económicos, que dan una gran posibilidad. En el proyecto consensuado en Diputados, el beneficio se aplica exclusivamente a la exportación y no a los servicios internos, que generarían un gran volumen de beneficiarios.
En dos artículos del proyecto venido en revisión del Senado se quita la reducción del impuesto a las ganancias. Esto se hace a través de la estratificación, es decir, 60, 40 y 20 por ciento. Después, tenemos que ver que los aportes previsionales del 70 por ciento no pueden ser aplicables. En general, ataca más a lo que es Ganancias.
También quiero hacer una aclaración respecto al IVA. La mayoría de las TIC y los servicios profesionales no son grandes generadores de crédito fiscal, por lo cual no van a poder licuar sus beneficios; es decir que no habrá un gran beneficio por este lado. Tienen un período de 24 meses para licuar esos bonos, y lo más probable es que no lo hagan. En realidad, a través de la norma les estamos bajando significativamente ese estímulo.
Otras actividades sí pueden absorber esos créditos fiscales y así encontrar algún beneficio. Me refiero al caso de aquellos que instalan fibras ópticas porque tienen la compra del insumo y luego podrían licuar ese costo. Pero los que mueven las agujas de esta actividad -las TIC y los servicios profesionales- no van a ser beneficiarios. Mejor dicho: se disminuye mucho el estímulo del beneficio. Tal como está, yo la denominaría como una ley de estímulo rebajado, es decir, se están rebajando significativamente los estímulos.
Existía un buen cálculo en cuanto a lo que generaba el incremento laboral porque es uno de los grandes temas en la Argentina. No se trata solamente de mejorar el producto bruto o los números de la economía sino también apuntar a la generación de trabajo genuino y productivo. La idea también es hacer foco en la balanza de pagos y en la exportación. Hoy este el tercer sector exportador y podría pasar a ser el segundo. Va a requerir mucho tiempo alcanzar al principal sector exportador que es la agroindustria, pero este es el tercer sector exportador; el segundo es el sector energético.
Ese objetivo es muy importante. Sin embargo, creo que es difícil que se logre. Lo que normalmente se denomina relación costo-beneficio, hoy es tan aplicable a las políticas públicas como al sector privado. Por eso en su momento nosotros apoyamos esta iniciativa que salió por consenso, pero hoy se están rebajando los estímulos.
Lamentablemente, los objetivos que estaban propuestos -que se habían generado desde el Ministerio de Producción y fueron discutidos con los técnicos- no van a ser alcanzados. Me parece que seguir avanzando con esto no seá una buena noticia.
Por ello, no voy a adherir a este proyecto y seguiré sosteniendo aquel que habíamos consensuado en Diputados. Simplemente quería transmitir estos conceptos.
Además, hay que tener en cuenta el gran mérito que tienen nuestros profesionales en esta cuestión. Lamentablemente, no soy tan optimista como algunos colegas y ojalá me equivoque. Alguien dijo que de su provincia nadie se va a ir. Me parece muy bien y ojalá de mi provincia tampoco se vayan, pero respecto de las áreas que he citado, va a haber gente muy valiosa para el futuro de la Argentina que se va a ir. Ojalá no se vaya nadie y venga más gente de la que se fue. Pero hay que ser realistas, pues la única verdad es la realidad.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra la señora diputada Uceda.
SRA. UCEDA Saludo a los presidentes de ambas comisiones y al resto de los diputados y diputadas.
He estado escuchando a alguno de los colegas que me han precedido en el uso de la palabra y reflexiono: qué mejor que ver cómo el sistema de formación de las leyes republicanas en nuestro país ha funcionado de manera exitosa.
El Senado en este caso actuó como Cámara revisora y, como tal, perfeccionó un proyecto que habíamos considerado en esta comisión, que era bueno y para el que se habían construido consensos. El Senado, sin lugar a dudas, cumplió su objetivo de hacer un mejor proyecto y de construir nuevos consensos con los sectores involucrados, con los trabajadores.
Y hay algo fundamental que también acá se ha dicho: estamos hablando de un esfuerzo fiscal que implica disponer de dineros del Estado. No se puede decidir de manera caprichosa a quién darle o no darle. Debemos ser conscientes de que el dinero que el gobierno va a gestionar es de todos los argentinos y de todas las argentinas, y que lo vamos a invertir en una industria que para nosotros es fundamental: la industria del conocimiento -esto ha quedado claro y es un concepto transversal-.
Las TIC hoy son un paradigma para el desarrollo de cualquier nación. Estamos apostando a que esta industria crezca y se desarrolle, que sea parte de este círculo virtuoso en el que el Estado acompaña a los privados y los privados retribuyen con la generación de empleo genuino y de calidad. Eso es lo que queremos.
De aquí que el Senado, con buen criterio, establezca un escalonamiento del beneficio fiscal. Estamos apostando a las pymes y a las micropymes, a esos emprendedores que ponderan muchos de los que hoy rechazan este proyecto, aquellos que después creen que llegan solos a ser un imperio. Seamos claros: todos los desarrolladores y desarrolladoras que hoy están en un garaje generando nuevos productos, no llegan por sí solos a ser un imperio; necesitan de un Estado que los acompañe.
Esa es la finalidad de este proyecto. Y quienes recibirán un menor beneficio fiscal serán los que aprendieron a andar en bicicleta sin rueditas y que ya no nos necesitan para tanto. Lo celebramos, lo aplaudimos. Queremos que haya un montón de unicornios en la República Argentina pero, mientras tanto, permitamos que esos desarrolladores que están generando una nueva industria puedan crecer y tener empresas rentables y competitivas.
Se preguntaban por qué no se podía transferir el bono fiscal. Porque no. Y no está mal lo que plantea el Senado. Permitir la transferencia del bono implicaría dotar de una herramienta de promoción fiscal a empresas que realmente no la necesitan, a empresas que no están dentro de este sistema de promoción. Estaríamos subvencionando la rentabilidad de empresas que ya son rentables. Lo que necesitamos es que este bono se reinvierta en la industria; básicamente por eso es intransferible.
El proyecto ha sido mejorado en el Senado porque hay una única manera de desarrollar la industria nacional con criterios de inclusión: con justicia retributiva. A ello apuntan las modificaciones del Senado. Los dineros del Estado deben destinarse a generar desarrollo y empleo. Por eso apostamos a los generadores reales de empleo: las pymes y las micropymes. Esto ya lo aprendimos; durante cuatro años les dimos la espalda, y miren lo que nos pasó.
Nuevamente tenemos la oportunidad de que la Argentina retome el espíritu de la ley de software de Néstor Kirchner, una ley que, a esta altura, nadie duda de que haya sido un éxito. Pensemos en una promoción a largo plazo; es a lo que apunta este proyecto.
Estas empresas tienen garantizado que durante diez años, hasta 2030, podrán progresar, desarrollarse y reinvertir en la República Argentina. Todo esto lo debíamos hacer con un criterio de responsabilidad porque -repito- la plata no es nuestra sino de todos los contribuyentes; por ello se les pide a estas empresas que serán beneficiadas que cumplan con lo mínimo: que paguen sus impuestos, que contribuyan con los aportes patronales y que generen empleo. No hay otra lógica. No veo los fantasmas que ven algunos que dicen que se desalientan las inversiones y que la gente se va a ir del país.
Las empresas no se van a ir, las personas tampoco; la Argentina ha pasado por situaciones mucho más terribles, y nos hemos levantado, pero lo hemos hecho con el objetivo de tener un país justo e inclusivo, y para eso vamos a beneficiar a quienes hoy nos necesitan. El escalonamiento no es nada más y nada menos que justicia retributiva.
Por supuesto, voy a acompañar este dictamen. Celebro que, de verdad, nos hayamos tomado el trabajo de debatir un proyecto de ley que vino con observaciones del Senado y de comprender que estas observaciones no implican que el proyecto sea mejor o peor del que hemos enviado. El Senado cumplió con su misión, la de revisar, e hizo aportes para el logro de la mejor ley posible. Muchas gracias, señor presidente.
He estado escuchando a alguno de los colegas que me han precedido en el uso de la palabra y reflexiono: qué mejor que ver cómo el sistema de formación de las leyes republicanas en nuestro país ha funcionado de manera exitosa.
El Senado en este caso actuó como Cámara revisora y, como tal, perfeccionó un proyecto que habíamos considerado en esta comisión, que era bueno y para el que se habían construido consensos. El Senado, sin lugar a dudas, cumplió su objetivo de hacer un mejor proyecto y de construir nuevos consensos con los sectores involucrados, con los trabajadores.
Y hay algo fundamental que también acá se ha dicho: estamos hablando de un esfuerzo fiscal que implica disponer de dineros del Estado. No se puede decidir de manera caprichosa a quién darle o no darle. Debemos ser conscientes de que el dinero que el gobierno va a gestionar es de todos los argentinos y de todas las argentinas, y que lo vamos a invertir en una industria que para nosotros es fundamental: la industria del conocimiento -esto ha quedado claro y es un concepto transversal-.
Las TIC hoy son un paradigma para el desarrollo de cualquier nación. Estamos apostando a que esta industria crezca y se desarrolle, que sea parte de este círculo virtuoso en el que el Estado acompaña a los privados y los privados retribuyen con la generación de empleo genuino y de calidad. Eso es lo que queremos.
De aquí que el Senado, con buen criterio, establezca un escalonamiento del beneficio fiscal. Estamos apostando a las pymes y a las micropymes, a esos emprendedores que ponderan muchos de los que hoy rechazan este proyecto, aquellos que después creen que llegan solos a ser un imperio. Seamos claros: todos los desarrolladores y desarrolladoras que hoy están en un garaje generando nuevos productos, no llegan por sí solos a ser un imperio; necesitan de un Estado que los acompañe.
Esa es la finalidad de este proyecto. Y quienes recibirán un menor beneficio fiscal serán los que aprendieron a andar en bicicleta sin rueditas y que ya no nos necesitan para tanto. Lo celebramos, lo aplaudimos. Queremos que haya un montón de unicornios en la República Argentina pero, mientras tanto, permitamos que esos desarrolladores que están generando una nueva industria puedan crecer y tener empresas rentables y competitivas.
Se preguntaban por qué no se podía transferir el bono fiscal. Porque no. Y no está mal lo que plantea el Senado. Permitir la transferencia del bono implicaría dotar de una herramienta de promoción fiscal a empresas que realmente no la necesitan, a empresas que no están dentro de este sistema de promoción. Estaríamos subvencionando la rentabilidad de empresas que ya son rentables. Lo que necesitamos es que este bono se reinvierta en la industria; básicamente por eso es intransferible.
El proyecto ha sido mejorado en el Senado porque hay una única manera de desarrollar la industria nacional con criterios de inclusión: con justicia retributiva. A ello apuntan las modificaciones del Senado. Los dineros del Estado deben destinarse a generar desarrollo y empleo. Por eso apostamos a los generadores reales de empleo: las pymes y las micropymes. Esto ya lo aprendimos; durante cuatro años les dimos la espalda, y miren lo que nos pasó.
Nuevamente tenemos la oportunidad de que la Argentina retome el espíritu de la ley de software de Néstor Kirchner, una ley que, a esta altura, nadie duda de que haya sido un éxito. Pensemos en una promoción a largo plazo; es a lo que apunta este proyecto.
Estas empresas tienen garantizado que durante diez años, hasta 2030, podrán progresar, desarrollarse y reinvertir en la República Argentina. Todo esto lo debíamos hacer con un criterio de responsabilidad porque -repito- la plata no es nuestra sino de todos los contribuyentes; por ello se les pide a estas empresas que serán beneficiadas que cumplan con lo mínimo: que paguen sus impuestos, que contribuyan con los aportes patronales y que generen empleo. No hay otra lógica. No veo los fantasmas que ven algunos que dicen que se desalientan las inversiones y que la gente se va a ir del país.
Las empresas no se van a ir, las personas tampoco; la Argentina ha pasado por situaciones mucho más terribles, y nos hemos levantado, pero lo hemos hecho con el objetivo de tener un país justo e inclusivo, y para eso vamos a beneficiar a quienes hoy nos necesitan. El escalonamiento no es nada más y nada menos que justicia retributiva.
Por supuesto, voy a acompañar este dictamen. Celebro que, de verdad, nos hayamos tomado el trabajo de debatir un proyecto de ley que vino con observaciones del Senado y de comprender que estas observaciones no implican que el proyecto sea mejor o peor del que hemos enviado. El Senado cumplió con su misión, la de revisar, e hizo aportes para el logro de la mejor ley posible. Muchas gracias, señor presidente.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra la diputada Corpacci.
SRA. CORPACCI Buenas tardes, señor presidente. Disculpen la insistencia, pero no me había dado cuenta de que se escribía en el chat.
Después de haber escuchado a las diputadas y los diputados, pensaba que no hay nada más injusto que tratar con las mismas condiciones lo que no es igual. No es lo mismo una gran empresa que una pequeña o una microempresa. Es tarea del Estado ayudarlas de manera distinta.
Las condiciones económicas de nuestro país son complejas, al igual que las del mundo en general. Es verdad que, si se pudiera, se daría todo lo que se solicita, pero, entre otras cosas, tenemos la limitación de que este país necesita dinero para pagar los intereses de la deuda tomada. Tal vez, si no hubiéramos tomado deuda, el dinero lo estaríamos invirtiendo en todas estas empresas.
La segmentación de la ayuda de acuerdo a las dimensiones de la empresa hace a la diferencia de lo que es una política de gobierno. Hay quienes creen que se debe ayudar a todos por igual sin importar cuántos recursos tengan, y hay quienes creemos que tenemos la obligación de sostener a las empresas que se están cayendo y apuntalar a aquellas pequeñas empresas que queremos que sigan creciendo por sobre todas las cosas. Esa es la política de este gobierno, y creo que la revisión del Senado está poniendo esto sobre la mesa.
Escuchaba a varios diputados que, con enojo, decían que este proyecto en su momento fue aprobado por unanimidad. Es cierto, fue aprobado por unanimidad pero, siguiendo las normas de la democracia, pasó luego al Senado. Digo esto porque esos diputados son los mismos que, a veces, se quejan porque dicen que sacamos las leyes rápidamente y que no las debatimos. Sin embargo, el proyecto se aprobó en Diputados, luego pasó al Senado, que lo modificó, y por eso hoy nuevamente tenemos el proyecto en comisión.
Sinceramente, creo que el proyecto de ley es bueno. Pienso que el Estado nacional está destinando los recursos de todos los argentinos a sostener a estas empresas que, efectivamente -lo dijo el ministro en la reunión de ayer-, tal vez sean unas de las que menos perdieron en esta pandemia, incluso las que más ganaron y más diferencia hicieron. De todas maneras, sabemos claramente que la industria del software es la industria del presente y del futuro y que cada vez generará más puestos de trabajo.
Alguien se quejaba de que las condiciones cambiaban si despedían o disminuían la planta de personal; y está bien que así sea porque esto, entre otras cosas, esta iniciativa tiene la finalidad de generar trabajo genuino.
No es cierto que sea tan difícil reemplazar estos puestos de trabajo; miles y miles de jóvenes están esperando poder conseguir trabajo en esta Argentina, así que estoy segura de que rápidamente se los reemplazaría.
Por otro lado, me parece que no pueden pasarse por alto las modificaciones introducidas en el Senado en esto de la segmentación, que pasaría de un 70 por ciento en la disminución de los aportes patronales para las pequeñas y medianas empresas a un 80 por ciento en aquellos casos en que tomen a personas de la diversidad, a personas con discapacidad o que se asienten en zonas de condiciones desfavorables. Eso también hace a la inclusión y a la igualdad que queremos en nuestro país.
Señor presidente: espero que hoy podamos sacar despacho de este proyecto de ley porque, efectivamente, todos sostenemos que las empresas lo reclaman y necesitan. Estamos convencidos de que hay que apuntalar a los que menos tienen para seguir creciendo.
Y nadie se va a ir del país. Los que queremos en serio a nuestro país no nos vamos cuando las cosas no están bien. Además, no nos vamos porque afuera las cosas no están mucho mejor que acá. Muchísimas gracias.
Después de haber escuchado a las diputadas y los diputados, pensaba que no hay nada más injusto que tratar con las mismas condiciones lo que no es igual. No es lo mismo una gran empresa que una pequeña o una microempresa. Es tarea del Estado ayudarlas de manera distinta.
Las condiciones económicas de nuestro país son complejas, al igual que las del mundo en general. Es verdad que, si se pudiera, se daría todo lo que se solicita, pero, entre otras cosas, tenemos la limitación de que este país necesita dinero para pagar los intereses de la deuda tomada. Tal vez, si no hubiéramos tomado deuda, el dinero lo estaríamos invirtiendo en todas estas empresas.
La segmentación de la ayuda de acuerdo a las dimensiones de la empresa hace a la diferencia de lo que es una política de gobierno. Hay quienes creen que se debe ayudar a todos por igual sin importar cuántos recursos tengan, y hay quienes creemos que tenemos la obligación de sostener a las empresas que se están cayendo y apuntalar a aquellas pequeñas empresas que queremos que sigan creciendo por sobre todas las cosas. Esa es la política de este gobierno, y creo que la revisión del Senado está poniendo esto sobre la mesa.
Escuchaba a varios diputados que, con enojo, decían que este proyecto en su momento fue aprobado por unanimidad. Es cierto, fue aprobado por unanimidad pero, siguiendo las normas de la democracia, pasó luego al Senado. Digo esto porque esos diputados son los mismos que, a veces, se quejan porque dicen que sacamos las leyes rápidamente y que no las debatimos. Sin embargo, el proyecto se aprobó en Diputados, luego pasó al Senado, que lo modificó, y por eso hoy nuevamente tenemos el proyecto en comisión.
Sinceramente, creo que el proyecto de ley es bueno. Pienso que el Estado nacional está destinando los recursos de todos los argentinos a sostener a estas empresas que, efectivamente -lo dijo el ministro en la reunión de ayer-, tal vez sean unas de las que menos perdieron en esta pandemia, incluso las que más ganaron y más diferencia hicieron. De todas maneras, sabemos claramente que la industria del software es la industria del presente y del futuro y que cada vez generará más puestos de trabajo.
Alguien se quejaba de que las condiciones cambiaban si despedían o disminuían la planta de personal; y está bien que así sea porque esto, entre otras cosas, esta iniciativa tiene la finalidad de generar trabajo genuino.
No es cierto que sea tan difícil reemplazar estos puestos de trabajo; miles y miles de jóvenes están esperando poder conseguir trabajo en esta Argentina, así que estoy segura de que rápidamente se los reemplazaría.
Por otro lado, me parece que no pueden pasarse por alto las modificaciones introducidas en el Senado en esto de la segmentación, que pasaría de un 70 por ciento en la disminución de los aportes patronales para las pequeñas y medianas empresas a un 80 por ciento en aquellos casos en que tomen a personas de la diversidad, a personas con discapacidad o que se asienten en zonas de condiciones desfavorables. Eso también hace a la inclusión y a la igualdad que queremos en nuestro país.
Señor presidente: espero que hoy podamos sacar despacho de este proyecto de ley porque, efectivamente, todos sostenemos que las empresas lo reclaman y necesitan. Estamos convencidos de que hay que apuntalar a los que menos tienen para seguir creciendo.
Y nadie se va a ir del país. Los que queremos en serio a nuestro país no nos vamos cuando las cosas no están bien. Además, no nos vamos porque afuera las cosas no están mucho mejor que acá. Muchísimas gracias.
SR. PRESIDENTE CARRO Gracias, señora diputada.
Tiene la palabra el señor diputado Campos.
Tiene la palabra el señor diputado Campos.
SR. CAMPOS Señor presidente: en total sintonía con muchos de los diputados de mi bloque, realmente creo que son malas políticas porque básicamente dejan de apoyar y crean un sesgo claro antiempresa, que luego analizaré.
Creo que nuevamente perdimos la oportunidad. Estábamos todos de acuerdo, pasó a debatirse en el Senado, -que parece que es el lugar donde mueren las palabras-, volvió con modificaciones -obviamente, la función del Senado es revisarlo- y aparentemente todos los que aquí estábamos de acuerdo nos habíamos equivocado. Pero no nos habíamos equivocado, sino que estábamos considerando un proyecto de ley de promoción integral del sector. Ahora estamos promoviendo a las pymes del sector, mucho más que a las empresas; eso está claro.
Varios de los señores diputados preopinantes, como el señor diputado Ramón, dijeron que ninguna empresa se va a ir del país. Les hago la siguiente propuesta: a quienes quieran y los invito cuando lo deseen a un almuerzo con cinco empresarios del país y de este mismo sector que se están yendo de la Argentina a la zona franca de Montevideo, mientras que otros lo están haciendo hacia la zona franca de Colombia.
Se trata nada más que de ver la realidad; no es mentira. Los reúno, les pregunto por qué se van y van a dar sus motivos. Es una verdad, no un invento mío.
Creo que nuevamente perdimos la oportunidad. Estábamos todos de acuerdo, pasó a debatirse en el Senado, -que parece que es el lugar donde mueren las palabras-, volvió con modificaciones -obviamente, la función del Senado es revisarlo- y aparentemente todos los que aquí estábamos de acuerdo nos habíamos equivocado. Pero no nos habíamos equivocado, sino que estábamos considerando un proyecto de ley de promoción integral del sector. Ahora estamos promoviendo a las pymes del sector, mucho más que a las empresas; eso está claro.
Varios de los señores diputados preopinantes, como el señor diputado Ramón, dijeron que ninguna empresa se va a ir del país. Les hago la siguiente propuesta: a quienes quieran y los invito cuando lo deseen a un almuerzo con cinco empresarios del país y de este mismo sector que se están yendo de la Argentina a la zona franca de Montevideo, mientras que otros lo están haciendo hacia la zona franca de Colombia.
Se trata nada más que de ver la realidad; no es mentira. Los reúno, les pregunto por qué se van y van a dar sus motivos. Es una verdad, no un invento mío.
SR. RAMÓN Acepto la invitación, señor diputado Campos.
SR. CAMPOS Lo hacemos, encantado. Lo hablamos y lo organizamos.
De manera tal que me parece que lo mejor que podemos hacer como diputados es ver la realidad y no estar hablando de discursos. Así que está hecha la invitación.
Por otro lado, me parece que el país no puede seguir dividiendo. La Argentina no puede tener un límite en virtud del cual una persona excepcional -digna de todo el apoyo de todos los argentinos, puesta allá arriba, considerada la mejor persona del mundo, que da trabajo, que es un ejemplo para su pueblo y su gente y a la que todos apoyamos- se convierta de un día para el otro en un hijo de tal por cual que puede ser atacado, vilipendiado y perseguido de mil maneras posibles.
No puede ser que ese límite sean 600 millones de pesos por mes, que es lo que determina que una empresa mediana pase a ser grande.
Por ende, la misma persona que factura un millón de pesos más pasa a ser alguien a quien hay que atacar, destruir, no darle apoyo, etcétera. En cambio, cuando una empresa es chica sí la apoyamos.
¿Por qué tenemos ese sesgo tan resentido de no poder ver que una empresa es una empresa y da trabajo a todos? Les digo lo siguiente: las pymes a las que todos queremos apoyar -soy el primero que cree en la inventiva de la Argentina y en que hay que apoyar a las pymes- se sirven de las grandes empresas y crecen a partir de ellas. En gran medida viven de las grandes empresas. Por lo general son proveedoras de servicios de empresas más grandes. Habitualmente no son empresas que venden al público porque no tienen escala, pero son muy buenas haciendo pequeñas cosas que demanda otra empresa más grande que vende al público en general.
Acá estamos todo el tiempo hablando de las pymes. Entonces parecería que rasgándonos las vestiduras a favor de las pymes estuviésemos logrando algo. Pero no lo estamos logrando, señores.
La Argentina tiene quince empresas por cada mil habitantes. Obviamente, la mayoría de ellas son pymes. El promedio de Latinoamérica son cuarenta y cuatro empresas por cada mil habitantes. Es decir que tenemos un tercio de las empresas que tiene el promedio de Latinonamérica. Y todos nosotros nos pasamos hablando de las pymes. No lo estamos logrando. ¿Por qué? Porque el entramado empresario hace que no se pueda beneficiar a las pymes sin que existan empresas grandes que demanden su actividad. Entendámoslo.
Comprendo que podemos ser resentidos y no nos guste Mercado Libre o alguien que tiene mucho éxito, pero saquémonos ese resentimiento por una vez. Yo, por ejemplo, trabajé mucho en Brasil y realmente estoy orgulloso de ir a ese país.
En este momento, una empresa argentina como Mercado Libre -contra la que no tengo nada y ni siquiera conozco al señor Galperín- está discutiendo en Brasil si se queda con la empresa de correos de ese país, que es diez veces mayor que nuestra empresa de correos.
¿Con quién lo está discutiendo? Con Amazon, contra la que está peleando palmo a palmo para ver si se queda con la empresa de correos de Brasil -a la que el gobierno quiere privatizar- para poder hacer el delivery puerta a puerta de todos sus productos. Me parece que es un orgullo.
Esto es lo contrario de lo que sucede acá, donde por ejemplo veo en el chat de la comisión que una diputada oficialista dice lo siguiente: "¿Empresas multinacionales argentinas" O son multinacionales o son argentinas". ¿Cómo es eso de que no puede haber multinacionales argentinas? Es rarísimo el concepto.
Me parece que tenemos que amigarnos todos y darnos cuenta de que el trabajo es el trabajo, ya sea en una empresa grande o en una pequeña. No tenemos que hacer estas diferencias, que al fin de cuentas afectan a los más chicos, porque el señor que es titular de Mercado Libre se va a la zona franca de Uruguay y buenas noches. El mercado que le interesa es Brasil y no tanto la Argentina. Pero no nos volvamos refractarios al tamaño.
¿Por qué somos refractarios al tamaño? Parecería que por el empresariado argentino pasa una cegadora horizontal por la cual, si uno saca la cabeza un poco más arriba, el Estado nacional se la corta. Eso no puede ser.
Más allá del tema del proyecto de ley, realmente me preocupa mucho el sesgo antiempresa. Me parece que nos tenemos que sacar ese sesgo de la cabeza. Se los digo porque realmente pasa en todos lados. En la totalidad de los temas que debatimos solo se puede usar la palabra "pyme". No se puede usar la palabra "empresa"; parecería que está prohibida.
Es una lástima que no hayamos podido mantener la unanimidad que tuvimos en oportunidad de la sanción de este proyecto de ley por parte de esta Honorable Cámara. Me parece que era un dictamen muy bueno del que estábamos todos orgullosos y nos encontrábamos en la misma página en relación con este tema.
Por lo expuesto, adelanto que no voy a acompañar esta iniciativa.
De manera tal que me parece que lo mejor que podemos hacer como diputados es ver la realidad y no estar hablando de discursos. Así que está hecha la invitación.
Por otro lado, me parece que el país no puede seguir dividiendo. La Argentina no puede tener un límite en virtud del cual una persona excepcional -digna de todo el apoyo de todos los argentinos, puesta allá arriba, considerada la mejor persona del mundo, que da trabajo, que es un ejemplo para su pueblo y su gente y a la que todos apoyamos- se convierta de un día para el otro en un hijo de tal por cual que puede ser atacado, vilipendiado y perseguido de mil maneras posibles.
No puede ser que ese límite sean 600 millones de pesos por mes, que es lo que determina que una empresa mediana pase a ser grande.
Por ende, la misma persona que factura un millón de pesos más pasa a ser alguien a quien hay que atacar, destruir, no darle apoyo, etcétera. En cambio, cuando una empresa es chica sí la apoyamos.
¿Por qué tenemos ese sesgo tan resentido de no poder ver que una empresa es una empresa y da trabajo a todos? Les digo lo siguiente: las pymes a las que todos queremos apoyar -soy el primero que cree en la inventiva de la Argentina y en que hay que apoyar a las pymes- se sirven de las grandes empresas y crecen a partir de ellas. En gran medida viven de las grandes empresas. Por lo general son proveedoras de servicios de empresas más grandes. Habitualmente no son empresas que venden al público porque no tienen escala, pero son muy buenas haciendo pequeñas cosas que demanda otra empresa más grande que vende al público en general.
Acá estamos todo el tiempo hablando de las pymes. Entonces parecería que rasgándonos las vestiduras a favor de las pymes estuviésemos logrando algo. Pero no lo estamos logrando, señores.
La Argentina tiene quince empresas por cada mil habitantes. Obviamente, la mayoría de ellas son pymes. El promedio de Latinoamérica son cuarenta y cuatro empresas por cada mil habitantes. Es decir que tenemos un tercio de las empresas que tiene el promedio de Latinonamérica. Y todos nosotros nos pasamos hablando de las pymes. No lo estamos logrando. ¿Por qué? Porque el entramado empresario hace que no se pueda beneficiar a las pymes sin que existan empresas grandes que demanden su actividad. Entendámoslo.
Comprendo que podemos ser resentidos y no nos guste Mercado Libre o alguien que tiene mucho éxito, pero saquémonos ese resentimiento por una vez. Yo, por ejemplo, trabajé mucho en Brasil y realmente estoy orgulloso de ir a ese país.
En este momento, una empresa argentina como Mercado Libre -contra la que no tengo nada y ni siquiera conozco al señor Galperín- está discutiendo en Brasil si se queda con la empresa de correos de ese país, que es diez veces mayor que nuestra empresa de correos.
¿Con quién lo está discutiendo? Con Amazon, contra la que está peleando palmo a palmo para ver si se queda con la empresa de correos de Brasil -a la que el gobierno quiere privatizar- para poder hacer el delivery puerta a puerta de todos sus productos. Me parece que es un orgullo.
Esto es lo contrario de lo que sucede acá, donde por ejemplo veo en el chat de la comisión que una diputada oficialista dice lo siguiente: "¿Empresas multinacionales argentinas" O son multinacionales o son argentinas". ¿Cómo es eso de que no puede haber multinacionales argentinas? Es rarísimo el concepto.
Me parece que tenemos que amigarnos todos y darnos cuenta de que el trabajo es el trabajo, ya sea en una empresa grande o en una pequeña. No tenemos que hacer estas diferencias, que al fin de cuentas afectan a los más chicos, porque el señor que es titular de Mercado Libre se va a la zona franca de Uruguay y buenas noches. El mercado que le interesa es Brasil y no tanto la Argentina. Pero no nos volvamos refractarios al tamaño.
¿Por qué somos refractarios al tamaño? Parecería que por el empresariado argentino pasa una cegadora horizontal por la cual, si uno saca la cabeza un poco más arriba, el Estado nacional se la corta. Eso no puede ser.
Más allá del tema del proyecto de ley, realmente me preocupa mucho el sesgo antiempresa. Me parece que nos tenemos que sacar ese sesgo de la cabeza. Se los digo porque realmente pasa en todos lados. En la totalidad de los temas que debatimos solo se puede usar la palabra "pyme". No se puede usar la palabra "empresa"; parecería que está prohibida.
Es una lástima que no hayamos podido mantener la unanimidad que tuvimos en oportunidad de la sanción de este proyecto de ley por parte de esta Honorable Cámara. Me parece que era un dictamen muy bueno del que estábamos todos orgullosos y nos encontrábamos en la misma página en relación con este tema.
Por lo expuesto, adelanto que no voy a acompañar esta iniciativa.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra la señora diputada Landriscini.
SRA. LANDRISCINI Señor presidente: en primer término, quiero solidarizarme con el señor diputado Heller y el banco Credicoop, del que soy clienta desde hace más de treinta años. Me siento honrada de pertenecer a esa institución -donde no somos clientes, sino socios-, que es la banca de la solidaridad en la Argentina.
El banco Credicoop dio un ejemplo en 2001: cuando todos corrieron a bloquear los fondos del "corralito", respetó a sus socios y a sus ahorros.
Del mismo modo, es un ejemplo el señor presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, diputado Carlos Heller, quien siempre busca consensos y trabaja seriamente en temas que generan difíciles debates.
Quiero referirme al asunto que estamos discutiendo. En ese sentido, con todo respeto deseo señalar una cuestión respecto de la cual el señor diputado preopinante me ha dado pie para que lo haga.
El señor diputado habló de las empresas y dijo que defendemos a las pymes, en contra de otras empresas. En realidad quiero decir que empresas son todas: unas son micro, otras pequeñas, otras medianas y otras grandes. Quiero decir al señor diputado y al resto de los legisladores y legisladoras que no se trata de una cuestión de resentimiento, sino de lógica económica, fiscal y social.
Como el propio señor diputado señaló, las grandes empresas tienen una capacidad de acumulación, en cuanto a su escala, para reproducir negocios que pueden permitir la reinversión de sus excedentes de ganancias y fortalecer nuevos procesos de reinversión.
Las empresas más pequeñas tienen una acumulación de un excedente mucho menor y para dar saltos en materia de mejora tecnológica, competitividad, ingreso a mercados externos y desarrollo de innovaciones necesitan un apoyo diferencial.
En este sentido, el escalamiento o la diferenciación significan "discriminación positiva" -en el buen sentido de la expresión y por el tiempo que sea necesario- en momentos de pandemia, en los que el Estado tiene muy pocos recursos y trata de orientarlos a las empresas que más necesidades puedan tener, tanto en materia de capital de trabajo como de capital para inversión fija.
No solo dirige esos recursos a las empresas de software y desarrollo informático -ya sea hardware o software justamente-, sino también a todas aquellas que incorporan las nuevas tecnologías en los nuevos procesos de la revolución industrial 4.0. Esta revolución implica incorporar internet a las cosas -por ejemplo, los sensores en la industria hidrocarburífera- y todo lo que significa la Big Data.
Como el propio señor diputado dijo, estas empresas son parte de cadenas, complejos y entramados y tienen que estar en condiciones de prestar sus servicios y de hacer las inversiones que los distintos complejos productivos requieren, ya sea en biotecnología, nanotecnología, producción de hidrocarburos, minería o satélites.
Tengamos la confianza de que este escalamiento y diferenciación de manera positiva con las empresas menores tiene lugar en un momento de pandemia en donde no hay ningún resentimiento con nadie, sino solamente beneficios diferenciales.
Las grandes empresas tienen acceso a las moratorias, a créditos facilitados por la reestructuraión de la deuda con bonistas extranjeros y nacionales en moneda internacional y al mercado externo. También tienen formas rápidas para resolver la cuestión de las barreras a la entrada a los mercados.
En cambio, las empresas más pequeñas tienen muchas más dificultades. Muchas de ellas, que son hijas de la ley 25.522, son creaciones de intelectuales argentinos que se conformaron en pequeñas unidades de gestión y son un orgullo y un ejemplo en el país.
Por lo tanto, démonos el derecho de que el Estado distribuya los recursos escasos de la mejor manera de acuerdo con la equidad y apoyando la acumulación económica, pero de modo diferencial en el sentido del empleo, de los impuestos y de los créditos. Esto implica, ni más ni menos, que ayudar a que despeguen las empresas que son menores, algo que fortalecerá los entramados.
Esta propuesta debe verse como parte del programa de recuperación de la economía argentina. Tenemos que mirarlo desde lo macro y no solamente desde lo micro. No debe pensarse a las empresas como unidades aisladas, sino como parte de esas relaciones de cadenas, de tramas, en las cuales todas tienen que ser eficientes y dar el salto tecnológico. Aquellas que tienen más dificultades para hacerlo deben recibir el mayor apoyo, por lo menos por ahora.
En ese sentido, los cambios introducidos por el Honorable Senado son totalmente lógicos. Si nosotros no los logramos introducir en esta Cámara de Diputados, deberemos reconocer que nos quedamos cortos. El plan de recuperación productiva de las sesenta medidas necesita que demos esta oportunidad a las empresas menores.
Reitero que no es una cuestión de resentimiento, sino de lógica económica, tecnológica, financiera y fiscal.
El banco Credicoop dio un ejemplo en 2001: cuando todos corrieron a bloquear los fondos del "corralito", respetó a sus socios y a sus ahorros.
Del mismo modo, es un ejemplo el señor presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, diputado Carlos Heller, quien siempre busca consensos y trabaja seriamente en temas que generan difíciles debates.
Quiero referirme al asunto que estamos discutiendo. En ese sentido, con todo respeto deseo señalar una cuestión respecto de la cual el señor diputado preopinante me ha dado pie para que lo haga.
El señor diputado habló de las empresas y dijo que defendemos a las pymes, en contra de otras empresas. En realidad quiero decir que empresas son todas: unas son micro, otras pequeñas, otras medianas y otras grandes. Quiero decir al señor diputado y al resto de los legisladores y legisladoras que no se trata de una cuestión de resentimiento, sino de lógica económica, fiscal y social.
Como el propio señor diputado señaló, las grandes empresas tienen una capacidad de acumulación, en cuanto a su escala, para reproducir negocios que pueden permitir la reinversión de sus excedentes de ganancias y fortalecer nuevos procesos de reinversión.
Las empresas más pequeñas tienen una acumulación de un excedente mucho menor y para dar saltos en materia de mejora tecnológica, competitividad, ingreso a mercados externos y desarrollo de innovaciones necesitan un apoyo diferencial.
En este sentido, el escalamiento o la diferenciación significan "discriminación positiva" -en el buen sentido de la expresión y por el tiempo que sea necesario- en momentos de pandemia, en los que el Estado tiene muy pocos recursos y trata de orientarlos a las empresas que más necesidades puedan tener, tanto en materia de capital de trabajo como de capital para inversión fija.
No solo dirige esos recursos a las empresas de software y desarrollo informático -ya sea hardware o software justamente-, sino también a todas aquellas que incorporan las nuevas tecnologías en los nuevos procesos de la revolución industrial 4.0. Esta revolución implica incorporar internet a las cosas -por ejemplo, los sensores en la industria hidrocarburífera- y todo lo que significa la Big Data.
Como el propio señor diputado dijo, estas empresas son parte de cadenas, complejos y entramados y tienen que estar en condiciones de prestar sus servicios y de hacer las inversiones que los distintos complejos productivos requieren, ya sea en biotecnología, nanotecnología, producción de hidrocarburos, minería o satélites.
Tengamos la confianza de que este escalamiento y diferenciación de manera positiva con las empresas menores tiene lugar en un momento de pandemia en donde no hay ningún resentimiento con nadie, sino solamente beneficios diferenciales.
Las grandes empresas tienen acceso a las moratorias, a créditos facilitados por la reestructuraión de la deuda con bonistas extranjeros y nacionales en moneda internacional y al mercado externo. También tienen formas rápidas para resolver la cuestión de las barreras a la entrada a los mercados.
En cambio, las empresas más pequeñas tienen muchas más dificultades. Muchas de ellas, que son hijas de la ley 25.522, son creaciones de intelectuales argentinos que se conformaron en pequeñas unidades de gestión y son un orgullo y un ejemplo en el país.
Por lo tanto, démonos el derecho de que el Estado distribuya los recursos escasos de la mejor manera de acuerdo con la equidad y apoyando la acumulación económica, pero de modo diferencial en el sentido del empleo, de los impuestos y de los créditos. Esto implica, ni más ni menos, que ayudar a que despeguen las empresas que son menores, algo que fortalecerá los entramados.
Esta propuesta debe verse como parte del programa de recuperación de la economía argentina. Tenemos que mirarlo desde lo macro y no solamente desde lo micro. No debe pensarse a las empresas como unidades aisladas, sino como parte de esas relaciones de cadenas, de tramas, en las cuales todas tienen que ser eficientes y dar el salto tecnológico. Aquellas que tienen más dificultades para hacerlo deben recibir el mayor apoyo, por lo menos por ahora.
En ese sentido, los cambios introducidos por el Honorable Senado son totalmente lógicos. Si nosotros no los logramos introducir en esta Cámara de Diputados, deberemos reconocer que nos quedamos cortos. El plan de recuperación productiva de las sesenta medidas necesita que demos esta oportunidad a las empresas menores.
Reitero que no es una cuestión de resentimiento, sino de lógica económica, tecnológica, financiera y fiscal.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Pastori.
SR. PASTORI Señor presidente: quiero hacer dos aclaraciones muy breves.
La primera está dirigida a una señora diputada preopinante que agradeció al Honorable Senado por el artículo en el que se aumenta el bono de crédito fiscal del 70 por ciento al 80 por ciento cuando las empresas incorporen mujeres, personas transgéneros, determinados profesionales, etcétera.
Quiero que quede claro que ese artículo no ha sido obra del Honorable Senado, sino que fue incorporado por nosotros en la sanción que esta Honorable Cámara dio a la iniciativa en consideración. Se trata del artículo 9º del proyecto de ley, que es uno de los pocos que no han sido modificados por el Honorable Senado. Es decir que en todo caso, el mérito es de la Cámara de Diputados.
Mi segunda aclaración está dirigida al señor diputado Ramón. Espero que no me conteste, sino que haga de vuelta los cálculos; seguramente coincidirá conmigo.
No quiero que quede una idea falsa, en el sentido de que este proyecto implica un 3 por ciento del PBI en materia de costo fiscal. De ninguna manera esto puede ser así. Según la economía, estamos terminando el año con un PBI de más de 27 billones de pesos. Entonces, el 3 por ciento sería un poco más de 800.000 millones de pesos, lo que representa aproximadamente 10.000 millones de dólares. Imagínense que este sector, que exporta por 6.000 millones de dólares, tendría un beneficio de 10.000 millones de esa moneda. Esto es absolutamente imposible.
Por lo tanto, cuando el señor diputado Ramón realice nuevamente los cálculos seguramente coincidirá conmigo.
La primera está dirigida a una señora diputada preopinante que agradeció al Honorable Senado por el artículo en el que se aumenta el bono de crédito fiscal del 70 por ciento al 80 por ciento cuando las empresas incorporen mujeres, personas transgéneros, determinados profesionales, etcétera.
Quiero que quede claro que ese artículo no ha sido obra del Honorable Senado, sino que fue incorporado por nosotros en la sanción que esta Honorable Cámara dio a la iniciativa en consideración. Se trata del artículo 9º del proyecto de ley, que es uno de los pocos que no han sido modificados por el Honorable Senado. Es decir que en todo caso, el mérito es de la Cámara de Diputados.
Mi segunda aclaración está dirigida al señor diputado Ramón. Espero que no me conteste, sino que haga de vuelta los cálculos; seguramente coincidirá conmigo.
No quiero que quede una idea falsa, en el sentido de que este proyecto implica un 3 por ciento del PBI en materia de costo fiscal. De ninguna manera esto puede ser así. Según la economía, estamos terminando el año con un PBI de más de 27 billones de pesos. Entonces, el 3 por ciento sería un poco más de 800.000 millones de pesos, lo que representa aproximadamente 10.000 millones de dólares. Imagínense que este sector, que exporta por 6.000 millones de dólares, tendría un beneficio de 10.000 millones de esa moneda. Esto es absolutamente imposible.
Por lo tanto, cuando el señor diputado Ramón realice nuevamente los cálculos seguramente coincidirá conmigo.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra la señora diputada Carolina Moisés.
SRA. MOISÉS Señor presidente: en realidad quiero comenzar mi exposición apelando a la reconsideración de los legisladores y las legisladoras de la oposición, quienes expresan muy vivamente que no van a firmar este dictamen y no van a aprobar este proyecto de ley. Sinceramente no logro comprender el objeto de votar en contra de esta iniciativa.
He prestado mucha atención a todo el debate. Al explicar su posición, una señora diputada preopinante dijo que, en realidad, están en contra de esta iniciativa por una cuestión de incoherencia. Sin embargo, no he logrado encontrar en todas las apreciaciones, argumentos y opiniones que vertieron un solo elemento que indique la cantidad de beneficios que esto genera. Se han expresado en detalle todos los beneficios que esto traería aparejados...
He prestado mucha atención a todo el debate. Al explicar su posición, una señora diputada preopinante dijo que, en realidad, están en contra de esta iniciativa por una cuestión de incoherencia. Sin embargo, no he logrado encontrar en todas las apreciaciones, argumentos y opiniones que vertieron un solo elemento que indique la cantidad de beneficios que esto genera. Se han expresado en detalle todos los beneficios que esto traería aparejados...
-Se interrumpe el audio.
SRA. MOISÉS ...de todo este esfuerzo colectivo.
No puedo entender que no coincidan con este criterio de redistribución que se aplica...
No puedo entender que no coincidan con este criterio de redistribución que se aplica...
-Se interrumpe el audio.
SRA. MOISÉS ...en este proyecto, que justamente busca una redistribución un poco más equitativa de la riqueza. Creo que la señora diputada Landriscini se expresó en profundidad al respecto.
Entonces, puntualmente la pregunta -que ya creo que no corresponde-...
Entonces, puntualmente la pregunta -que ya creo que no corresponde-...
-Se interrumpe el audio.
SRA. MOISÉS ...a qué se oponen cuando en realidad hay una clara definición de hacia dónde vamos, a quiénes queremos beneficiar, cuáles son las herramientas que se van a aplicar, cómo esto realmente genera una motivación justamente a los sectores empresarios... (Inaudible.) ...competitivos, que necesitan un esfuerzo permanente de inversión para poder estar a la altura y competir en los mercados internacionales.
Entonces, después de ser tan descriptivos detallando los pasos que dimos, las veces que debatimos está iniciativa, los aportes que se hicieron, las veces que trabajaron nuestros asesores y las cuestiones agregadas por los señores diputados, no entiendo por qué no les gustan algunos detalles del texto ni por qué el resultado final será el rechazo del mismo, o sea, votar en contra y no firmar este dictamen. Realmente creo que en esto reside la mayor incoherencia. No entendí por qué la respuesta es un no.
Respecto del trabajo parlamentario, como claramente dijo la señora diputada Uceda, las Cámaras -es decir, nuestro sistema democrático- simplemente funcionan así. La participación del Honorable Senado tiene que ver con ese rol de representar los intereses de las provincias que, por supuesto, deben verse reflejados también en este debate.
Entonces, no se modifica el espíritu del proyecto de ley ni se generan cambios de fondo en este aspecto.
En relación con la exención del impuesto a las ganancias, todos buscamos que las empresas ganen porque si eso ocurre generan empleo y la gente vive mejor.
Si decidimos que la exención del impuesto a las ganancias sea de un porcentaje distinto eso justamente se debe a que esos porcentuales impactarán en las distintas escalas de las empresas. Se trata solo de unos puntos porcentuales. Lo que buscamos es que se estimulen las ganancias para que realmente haya incentivos para las empresas.
Rechazo totalmente el argumento de que las empresas se van a ir. Nosotros no tenemos un sesgo antiempresa; lo digo con toda la convicción de saber cuál es nuestra postura. No tenemos ese sesgo en este proyecto ni en ningún otro.
Lo que tenemos es un sesgo en el sentido de que queremos evitar la concentración de la riqueza y que la gran mayoría de los argentinos y las argentinas sean cada vez más pobres y que los trabajadores y las trabajadoras no puedan ejercer su derecho a trabajar y vivir dignamente. Ese es el único sesgo que tenemos.
Por supuesto, queremos que las empresas se beneficien, inviertan más y ganen más dinero, pero también que lo reinviertan en el circuito productivo y económico.
Dicen que tenemos un sesgo antiempresa cuando planteamos una distribución porcentual que beneficia a las empresas que necesitan ser más competitivas. Ese sector político dice esto después de terminar un gobierno en el cual se cerraron veinticinco mil empresas, entre pequeñas, medianas y grandes. ¡Veinticinco mil empresas! Entonces, que nos acusen de tener un sesgo antiempresarial no solamente me parece absolutamente injusto, sino también irreal e incoherente.
Pensemos en esos miles de argentinos y argentinas a los que vamos a beneficiar con este proyecto de ley: aquellos que trabajan en el desarrollo de software y servicios digitales informáticos, a los que trabajan para mejorar las actividades de educación virtual, de marketing interactivo, de e-commerce o comercio virtual y el desarrollo de aplicaciones. Pensemos en esas empresas, emprendedores, científicos e intelectuales que hoy están trabajando en la edición de publicaciones electrónicas, en el desarrollo de programación, administración de datos, sistemas informáticos, producción y posproducción audiovisual y en formato digital, biotecnología, bioeconomía, biología, microbiología, geología, electrónica y comunicaciones.
¿Van a votar en contra de los beneficios que estamos promoviendo para estas personas y emprendedores porque no les gustan los detalles del proyecto de ley? Los llamo a la reflexión en términos de que este proyecto simplemente busca reactivar la economía nacional en uno de los segmentos más importantes y al que este gobierno más apoyo quiere darle. Lo queremos apoyar no solamente desde la economía del conocimiento y los programas del Ministerio de la Producción, sino también desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, todas las áreas de comunicación -por ejemplo, el ENACOM y ARSAT- y todos aquellos programas que podamos generar para aumentar la inversión tecnológica en la Argentina.
Muchas gracias a todos y todas. Espero que se tomen tiempo hasta mañana para reconsiderar su posición, porque la ley que establece un régimen de promoción de la economía del conocimiento va a ser un logro más que mostraremos a la sociedad argentina, a tono con lo que el espíritu de los tiempos nos exige como dirigentes políticos.
Entonces, después de ser tan descriptivos detallando los pasos que dimos, las veces que debatimos está iniciativa, los aportes que se hicieron, las veces que trabajaron nuestros asesores y las cuestiones agregadas por los señores diputados, no entiendo por qué no les gustan algunos detalles del texto ni por qué el resultado final será el rechazo del mismo, o sea, votar en contra y no firmar este dictamen. Realmente creo que en esto reside la mayor incoherencia. No entendí por qué la respuesta es un no.
Respecto del trabajo parlamentario, como claramente dijo la señora diputada Uceda, las Cámaras -es decir, nuestro sistema democrático- simplemente funcionan así. La participación del Honorable Senado tiene que ver con ese rol de representar los intereses de las provincias que, por supuesto, deben verse reflejados también en este debate.
Entonces, no se modifica el espíritu del proyecto de ley ni se generan cambios de fondo en este aspecto.
En relación con la exención del impuesto a las ganancias, todos buscamos que las empresas ganen porque si eso ocurre generan empleo y la gente vive mejor.
Si decidimos que la exención del impuesto a las ganancias sea de un porcentaje distinto eso justamente se debe a que esos porcentuales impactarán en las distintas escalas de las empresas. Se trata solo de unos puntos porcentuales. Lo que buscamos es que se estimulen las ganancias para que realmente haya incentivos para las empresas.
Rechazo totalmente el argumento de que las empresas se van a ir. Nosotros no tenemos un sesgo antiempresa; lo digo con toda la convicción de saber cuál es nuestra postura. No tenemos ese sesgo en este proyecto ni en ningún otro.
Lo que tenemos es un sesgo en el sentido de que queremos evitar la concentración de la riqueza y que la gran mayoría de los argentinos y las argentinas sean cada vez más pobres y que los trabajadores y las trabajadoras no puedan ejercer su derecho a trabajar y vivir dignamente. Ese es el único sesgo que tenemos.
Por supuesto, queremos que las empresas se beneficien, inviertan más y ganen más dinero, pero también que lo reinviertan en el circuito productivo y económico.
Dicen que tenemos un sesgo antiempresa cuando planteamos una distribución porcentual que beneficia a las empresas que necesitan ser más competitivas. Ese sector político dice esto después de terminar un gobierno en el cual se cerraron veinticinco mil empresas, entre pequeñas, medianas y grandes. ¡Veinticinco mil empresas! Entonces, que nos acusen de tener un sesgo antiempresarial no solamente me parece absolutamente injusto, sino también irreal e incoherente.
Pensemos en esos miles de argentinos y argentinas a los que vamos a beneficiar con este proyecto de ley: aquellos que trabajan en el desarrollo de software y servicios digitales informáticos, a los que trabajan para mejorar las actividades de educación virtual, de marketing interactivo, de e-commerce o comercio virtual y el desarrollo de aplicaciones. Pensemos en esas empresas, emprendedores, científicos e intelectuales que hoy están trabajando en la edición de publicaciones electrónicas, en el desarrollo de programación, administración de datos, sistemas informáticos, producción y posproducción audiovisual y en formato digital, biotecnología, bioeconomía, biología, microbiología, geología, electrónica y comunicaciones.
¿Van a votar en contra de los beneficios que estamos promoviendo para estas personas y emprendedores porque no les gustan los detalles del proyecto de ley? Los llamo a la reflexión en términos de que este proyecto simplemente busca reactivar la economía nacional en uno de los segmentos más importantes y al que este gobierno más apoyo quiere darle. Lo queremos apoyar no solamente desde la economía del conocimiento y los programas del Ministerio de la Producción, sino también desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología, todas las áreas de comunicación -por ejemplo, el ENACOM y ARSAT- y todos aquellos programas que podamos generar para aumentar la inversión tecnológica en la Argentina.
Muchas gracias a todos y todas. Espero que se tomen tiempo hasta mañana para reconsiderar su posición, porque la ley que establece un régimen de promoción de la economía del conocimiento va a ser un logro más que mostraremos a la sociedad argentina, a tono con lo que el espíritu de los tiempos nos exige como dirigentes políticos.
SR. PRESIDENTE CARRO Tiene la palabra el señor diputado Ramón.
SR. RAMÓN Señor presidente: he sido aludido por los señores diputados Campos y Pastori, por quienes tengo mucho respeto. Pero quiero que entiendan algo: no están hablando con alguien que está haciendo un discurso. Cuando hablé de los tres puntos del PBI, me refería al primer round de 2019, cuestión que no se debatió en la Cámara de Diputados. Por el contrario, fue en el Honorable Senado, donde los senadores dispusieron un análisis económico y se estableció -y esto es información pública- que este proyecto de ley iba a tener un aporte cercano a los tres puntos del PBI. No lo dije yo, sino el Honorable Senado.
En este momento, en este tercer round, no fue consultada la Oficina de Presupuesto. Para afinar los números, estamos hablando de un aporte del Estado nacional de aproximadamente 18.000 millones de pesos. El PBI argentino es de alrededor de 519.000 millones de dólares, con un tipo de cambio de 81 pesos. Esa es la manera de hacer la cuenta. De esta manera este proyecto estaría alcanzando el 0,04 por ciento del PBI. Esto lo menciono en relación con lo expresado por el señor diputado Pastori, y nos vamos a entender cuando tengamos la información pública en la mano.
En relación con lo expresado por el señor diputado Campos, quiero expresar al señor diputado lo siguiente: ¡estamos en el mismo barco, mi amigo! Creo en el libre mercado y el libre comercio, ¿pero sabe qué pasa? Que en las últimas décadas de la Argentina, fruto del descontrol y la falta de escalonamiento de los beneficios del chorro de dinero del Estado, se favoreció a un pequeño grupo de empresas que se han hecho gigantes y que han generado una falta de competencia muy grande. No es que uno esté en contra de la existencia de las grandes empresas; por el contrario, tenemos que competir en el mundo y para eso las necesitamos. Pero a las empresas grandes hay que estimularlas con un 20 por ciento de la ganancia, a las medianas hay que apoyarlas con el 40 por ciento del beneficio y a las pequeñas hay que potenciarlas, porque como claramente dijo el señor diputado Contigiani necesitamos que se levanten y sean más grandes.
Acá no hay resentimientos, mi estimado colega. Lo que hay que entender que necesitamos equilibrar el fiel de la balanza de las desigualdades de nuestro país, sobre todo cuando se trata de direccionar el chorro de los dineros de todos los argentinos.
En este momento, en este tercer round, no fue consultada la Oficina de Presupuesto. Para afinar los números, estamos hablando de un aporte del Estado nacional de aproximadamente 18.000 millones de pesos. El PBI argentino es de alrededor de 519.000 millones de dólares, con un tipo de cambio de 81 pesos. Esa es la manera de hacer la cuenta. De esta manera este proyecto estaría alcanzando el 0,04 por ciento del PBI. Esto lo menciono en relación con lo expresado por el señor diputado Pastori, y nos vamos a entender cuando tengamos la información pública en la mano.
En relación con lo expresado por el señor diputado Campos, quiero expresar al señor diputado lo siguiente: ¡estamos en el mismo barco, mi amigo! Creo en el libre mercado y el libre comercio, ¿pero sabe qué pasa? Que en las últimas décadas de la Argentina, fruto del descontrol y la falta de escalonamiento de los beneficios del chorro de dinero del Estado, se favoreció a un pequeño grupo de empresas que se han hecho gigantes y que han generado una falta de competencia muy grande. No es que uno esté en contra de la existencia de las grandes empresas; por el contrario, tenemos que competir en el mundo y para eso las necesitamos. Pero a las empresas grandes hay que estimularlas con un 20 por ciento de la ganancia, a las medianas hay que apoyarlas con el 40 por ciento del beneficio y a las pequeñas hay que potenciarlas, porque como claramente dijo el señor diputado Contigiani necesitamos que se levanten y sean más grandes.
Acá no hay resentimientos, mi estimado colega. Lo que hay que entender que necesitamos equilibrar el fiel de la balanza de las desigualdades de nuestro país, sobre todo cuando se trata de direccionar el chorro de los dineros de todos los argentinos.
SR. PRESIDENTE CARRO A continuación hará uso de la palabra el señor diputado Martínez, que es el último de la lista. Luego pasaremos a la votación.
Tiene la palabra el señor diputado Martínez.
Tiene la palabra el señor diputado Martínez.
SR. MARTÍNEZ Señor presidente: solamente quiero complementar la excelente intervención de nuestra compañera, la señora diputada Moisés. A veces parece que hacemos reflexiones y no tenemos una mínima perspectiva de memoria histórica de lo que pasó en la Cámara de Diputados.
Acá hay compañeros que eran diputados en 2019, mientras yo era asesor de nuestro bloque. En aquel momento la redacción del proyecto de ley no enamoraba al bloque del Frente para la Victoria, pero fue una decisión política acompañarlo, a pesar de que no estábamos de acuerdo con el enfoque de muchos aspectos. Sin embargo, para preservar al sujeto social que queríamos estimular, decidimos avanzar en ese sentido. Digo esto porque me parece que todavía hay tiempo para reflexionar. De lo contrario, quizás por un criterio maximalista terminamos perdiendo la posibilidad de dar legitimidad a leyes trascendentales.
Existe un fallo de la Justicia que no aceptó el pedido de amparo del bloque de Juntos por el Cambio en aquella famosa sesión en la que aprobamos un proyecto relacionado con un tema fundamental, que es el de los incentivos para el sector turístico. Hoy esos incentivos son una realidad porque nosotros nos quedamos en las bancas. Entonces, tratemos de tener un poquito de memoria sobre lo que pasó.
Por último, saludo enormemente que hoy se haya hecho una reivindicación a la ley de promoción del software de 2004, prorrogada en su vigencia en la de 2011. Pero el proyecto de ley de 2011 se aprobó el 1° de junio de ese año con 145 diputados presentes en el recinto y con el entonces presidente de nuestro bloque yendo banca por banca para que los diputados no se levantaran y nos dejaran sin quórum. De los 145 diputados presentes, hubo 142 votos por la afirmativa y 3 abstenciones, registrándose la ausencia de 111 legisladores. Los diputados Alonso, González, Majdalani y Pinedo estuvieron ausentes. Incluso hay diputados que hoy integran esta comisión y que en ese momento estuvieron ausentes. Sin embargo, actualmente parecería que esa ley fue sancionada con el apoyo incondicional de todos los bloques, cuando solamente la apoyamos nosotros y un puñado más de diputados.
Sé que estamos por firmar el dictamen, pero tratemos de poner algo de racionalidad, porque en el momento de la votación solo acompañarán el proyecto nuestro bloque y otros que generosamente se han sumado para lograr la sanción definitiva de esta ley.
Acá hay compañeros que eran diputados en 2019, mientras yo era asesor de nuestro bloque. En aquel momento la redacción del proyecto de ley no enamoraba al bloque del Frente para la Victoria, pero fue una decisión política acompañarlo, a pesar de que no estábamos de acuerdo con el enfoque de muchos aspectos. Sin embargo, para preservar al sujeto social que queríamos estimular, decidimos avanzar en ese sentido. Digo esto porque me parece que todavía hay tiempo para reflexionar. De lo contrario, quizás por un criterio maximalista terminamos perdiendo la posibilidad de dar legitimidad a leyes trascendentales.
Existe un fallo de la Justicia que no aceptó el pedido de amparo del bloque de Juntos por el Cambio en aquella famosa sesión en la que aprobamos un proyecto relacionado con un tema fundamental, que es el de los incentivos para el sector turístico. Hoy esos incentivos son una realidad porque nosotros nos quedamos en las bancas. Entonces, tratemos de tener un poquito de memoria sobre lo que pasó.
Por último, saludo enormemente que hoy se haya hecho una reivindicación a la ley de promoción del software de 2004, prorrogada en su vigencia en la de 2011. Pero el proyecto de ley de 2011 se aprobó el 1° de junio de ese año con 145 diputados presentes en el recinto y con el entonces presidente de nuestro bloque yendo banca por banca para que los diputados no se levantaran y nos dejaran sin quórum. De los 145 diputados presentes, hubo 142 votos por la afirmativa y 3 abstenciones, registrándose la ausencia de 111 legisladores. Los diputados Alonso, González, Majdalani y Pinedo estuvieron ausentes. Incluso hay diputados que hoy integran esta comisión y que en ese momento estuvieron ausentes. Sin embargo, actualmente parecería que esa ley fue sancionada con el apoyo incondicional de todos los bloques, cuando solamente la apoyamos nosotros y un puñado más de diputados.
Sé que estamos por firmar el dictamen, pero tratemos de poner algo de racionalidad, porque en el momento de la votación solo acompañarán el proyecto nuestro bloque y otros que generosamente se han sumado para lograr la sanción definitiva de esta ley.
SR. PRESIDENTE CARRO Por Secretaría se requerirá a cada integrante de la Comisión de Comunicaciones e Informática que exprese de viva voz si suscribe el dictamen por el que se aceptan las modificaciones introducidas por el Honorable Senado al proyecto de ley que le fuera pasado en revisión.
Luego, se hará lo propio con los integrantes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Manifiestan su acompañamiento al dictamen los señores diputados Carro, Aparicio, Rosso, Bernazza, Cerruti, Cresto, Fernández (E.), Leito, Márquez, Martínez (M.R.), Marziotta, Moisés, Moreau (L.R.G.), Pérez Araujo, Uceda, Wellbach y Yambrún.
Manifiestan su abstención de firmar el dictamen los señores diputados Banfi, Berhongaray, Grande, Campos, Frizza, Lacoste, Martínez (D.), Petri, Piccolomini, Torello, Vara y Wolff.
No se escucha manifestación alguna al solicitarse la opinión de la señora diputada Jetter.
Al requerírsele su opinión a la señora diputada Márquez:
Luego, se hará lo propio con los integrantes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Manifiestan su acompañamiento al dictamen los señores diputados Carro, Aparicio, Rosso, Bernazza, Cerruti, Cresto, Fernández (E.), Leito, Márquez, Martínez (M.R.), Marziotta, Moisés, Moreau (L.R.G.), Pérez Araujo, Uceda, Wellbach y Yambrún.
Manifiestan su abstención de firmar el dictamen los señores diputados Banfi, Berhongaray, Grande, Campos, Frizza, Lacoste, Martínez (D.), Petri, Piccolomini, Torello, Vara y Wolff.
No se escucha manifestación alguna al solicitarse la opinión de la señora diputada Jetter.
Al requerírsele su opinión a la señora diputada Márquez:
SRA. MÁRQUEZ Acompaño el dictamen, pero en disidencia.
SRA. SECRETARIA (RANGUGNI) Señora diputada: si lo desea, puede enviar el fundamento de su disidencia a la comisión.
SRA. MÁRQUEZ Gracias, señora secretaria.
SR. PRESIDENTE CARRO ¿Tenemos mayoría en la Comisión de Comunicaciones e Informática para aprobar el dictamen?
SRA. SECRETARIA (RANGUGNI) Sí, señor presidente, ya que han manifestado su acompañamiento al dictamen 17 señores diputados.
SR. PRESIDENTE CARRO Por Secretaría se requerirá a cada integrante de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que exprese de viva voz si suscribe el dictamen.
- Manifiestan su acompañamiento al dictamen los señores diputados Heller, Rauschenberger, Casaretto, Bertone, Casas, Cassinerio, Cleri, Corpacci, Félix, Fernández (E.), Fernández Patri, Gioja, González (P.G.), Hagman, Landriscini, Leito, Martínez (G.P.), Masin, Navarro, Osuna, Pértile, Ponce, Romero (J.A.), Rosso, Sartori y Vallejos.
- Manifiestan su abstención de firmar el dictamen los señores diputados Laspina, Pastori, Amaya, Angelini, Bazze, Berisso, Buryaile, Campos, Cano, Cornejo, García de Luca, García (A.), Hein, Ocaña, Polledo, Rizzotti, Romero (V.H.), Schlereth, Suárez Lastra y Torello.
- No se escucha manifestación alguna al solicitarse la opinión del señor diputado Benedetti.
- Al requerírsele su opinión a la señora diputada Bertone:
SRA. BERTONE Acompaño el dictamen por el que se aceptan las modificaciones introducidas por el Honorable Senado y me solidarizo con nuestro presidente, Carlos Heller, y con la institución que él preside.
- Al requerírsele su opinión al señor diputado Casas:
SR. CASAS Acompaño la sanción del Senado y quiero manifestar mi solidaridad para con el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, y la institución que él preside.
Al requerírsele su opinión al señor diputado Cassinerio:
SR. CASSINERIO Acompaño el dictamen, pero en disidencia.
- Al requerírsele su opinión al señor diputado Cleri:
SR. CLERI Acompaño la sanción del Senado y envío un abrazo grande al señor diputado Carlos Heller.
- Al requerírsele su opinión al señor diputado Fernández Patri:
SR. FERNÁNDEZ PATRI Acompaño el dictamen y hago propicia la ocasión para solidarizarme con nuestro presidente, Carlos Heller, un hombre con una profunda trayectoria social como dirigente. Un fuerte abrazo para él y su institución.
- Al requerírsele su opinión al señor diputado Pablo Gerardo González:
SR. GONZÁLEZ (P.G.) Acompaño el dictamen y aprovecho la ocasión para decir que me solidarizo con la familia del Banco Credicoop y mandar un abrazo a mi amigo Carlos Heller.
- Al requerírsele su opinión a la señora diputada Ocaña:
SRA. OCAÑA No acompaño el dictamen y agradezco al señor presidente por haber leído el mensaje que envié.
- Al requerírsele su opinión a la señora diputada Osuna:
SRA. OSUNA Acompaño el dictamen, y hago propicio este momento para solidarizarme con mi compañero Carlos Heller y repudiar todo ataque que oculte odio, como el que estamos viendo en estos días.
- Al requerírsele su opinión al señor diputado Ponce:
SR. PONCE Acompaño el dictamen, y me solidarizo con el presidente Carlos Heller y su institución.
- Al requerírsele su opinión al señor diputado Jorge Antonio Romero:
SR. ROMERO (J.A.) Acompaño el dictamen y aprovecho la oportunidad para solidarizarme con el señor diputado Carlos Heller, presidente de la comisión, por el ataque que viene sufriendo.
SR. SECRETARIO (SEGUÍ) En total, han manifestado su acompañamiento al dictamen 26 señores diputados.
SR. HELLER El resultado es afirmativo.
SR. PRESIDENTE CARRO Salvo que el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda quiera realizar una última consideración, creo que estamos en condiciones de levantar esta reunión conjunta.
SR. HELLER Muchísimas gracias, señor diputado Carro. Solo quiero agradecer a todas y a todos por las muestras de solidaridad que he recibido hacia mi persona y hacia la institución que presido. Las agradezco profundamente.
Sobre el tema que estamos debatiendo, seguramente mañana tendremos oportunidad de ampliar algunos conceptos en el recinto.
Sobre el tema que estamos debatiendo, seguramente mañana tendremos oportunidad de ampliar algunos conceptos en el recinto.
SR. PRESIDENTE CARRO Gracias, señor diputado Heller. Tanto usted como la institución que representa tienen bien ganadas estas muestras de solidaridad.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión. Muchísimas gracias a las diputadas y a los diputados presentes.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión. Muchísimas gracias a las diputadas y a los diputados presentes.
- Es la hora 18 y 8.