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PRESUPUESTO Y HACIENDA

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P04 Oficina 418

Secretario Administrativo Dr. Seguí Ariel

Martes 17.00hs

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  • PRESUPUESTO Y HACIENDA

Reunión del día 16/09/2020

- INFORMATIVA

SR. PRESIDENTE HELLER Buenas tardes a todas y a todos.

Damos continuidad a la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que ayer pasó a cuarto intermedio a fin de continuar con el tratamiento del orden del día que teníamos previsto.

En el temario hay dos proyectos de ley: uno por el que se crea un aporte solidario y extraordinario, y otro por el que se prohíbe toda ayuda económica a empresas domiciliadas en paraísos fiscales o con probada evasión fiscal.

Mi propuesta de trabajo es que comencemos con el tratamiento del proyecto de ley por el que se instaura un aporte solidario. No es intención de esta presidencia dictaminar hoy; la idea es hacer una presentación formal de los contenidos, para luego abrir el debate a las opiniones o preguntas de las legisladoras y los legisladores.

Si les parece bien, serían dos horas para intercambiar opiniones. Desde luego que, en caso de que la reunión pueda finalizar antes, no la estiraríamos artificialmente. Asimismo, pido a todos que ajusten sus intervenciones a cinco minutos; es un término que me parece razonable.

Terminado ese proceso, pasaríamos a tratar el segundo proyecto, que sí esperamos dictaminar hoy. En una próxima reunión, que convocaremos para el martes o miércoles de la semana que viene, continuaríamos con la consideración del proyecto de ley por el que se crea un aporte solidario y dictaminaríamos.

Esta sería la mecánica de trabajo. Si no se formulan objeciones, damos comienzo al intercambio de opiniones. Como soy uno de los autores del proyecto de ley sobre creación de un aporte solidario y extraordinario, haré su presentación.

SR. BURYAILE ¿Me permite el uso de la palabra, señor presidente?

SR. PRESIDENTE HELLER Sí, señor diputado Buryaile. Tiene la palabra.

SR. BURYAILE Señor presidente: en cuanto a la metodología, me parece oportuno invitar a esta reunión -si le parece bien y la comisión está de acuerdo- a la administradora federal de Ingresos Públicos, teniendo en cuenta que hay dos temas muy relevantes: la cantidad de contribuyentes y el estimado de la recaudación. En una oportunidad, lo escuché hablar de los contribuyentes, incluso de algunas nacionalidades.

Lo que más me interesa saber -lo digo para fundamentar mi pedido de que venga la titular de la AFIP- es sobre qué base estamos determinando una recaudación estimada en alrededor de 400.000 millones de pesos, a fin de ver la consistencia del impuesto que vamos a tratar, habida cuenta de que, sobre bienes personales...

SR. PRESIDENTE HELLER No es un impuesto; es un aporte, señor diputado. Discúlpeme que lo corrija.

SR. BURYAILE No me va a convencer, señor presidente, pero lo voy a dejar así.

SR. PRESIDENTE HELLER Estamos comenzando a tratar un proyecto de ley que establece algo que llamamos "aporte". Por lo tanto, si usted habla de "impuesto", estamos hablando de otra cosa.

SR. BURYAILE No, señor presidente. Si es un "aporte", puede ser voluntario.

SR. PRESIDENTE HELLER No, señor diputado.

SR. BURYAILE De todas formas, no es esta la idea del debate.

Digamos entonces que estamos hablando de un instituto -vamos a llamarlo así- que se impone por ley, donde quien recauda es la Administración Federal de Ingresos Públicos, que tiene un período de tiempo determinado y una contraprestación pecuniaria. En la legislación tributaria no existe el concepto de "aporte"; sí de impuestos, tasas y contribuciones.

Reitero que mi idea no es debatir sobre esta cuestión porque para nosotros se trata claramente de un impuesto.

Sí quiero saber si existe la posibilidad de que la administradora federal nos dé la oportunidad de conocer de qué base contributiva estamos hablando, teniendo en cuenta que, en muchos casos, se amplían los bienes gravados considerados en la determinación del impuesto sobre los bienes personales. En otras palabras, muchos que estaban exentos en la declaración de bienes personales del año 2019, ahora se estarían gravando.

Mis dudas tienen que ver con esto, señor presidente. Las pongo a consideración suya y de la comisión.

SR. PRESIDENTE HELLER En primer lugar, quiero aclarar que este no es un gravamen de bienes personales, sino que toma como base para su aplicación la declaración de bienes personales; son dos cosas diferentes, aunque se parezcan.

No tengo inconveniente en invitar a la titular de la AFIP. En todo caso, ya que no la puedo convocar para hoy, la invitaré para la primera parte de la próxima reunión que realicemos. No sé si ella estará disponible; espero que sí.

De cualquier manera, quiero aclarar al señor diputado Buryaile que nosotros hemos trabajado siempre sobre estimaciones porque no tenemos acceso a la información de la AFIP, ya que existe una confidencialidad que debemos respetar y que siempre hemos respetado. Por lo tanto, hemos trabajado sobre las declaraciones de años anteriores y, sobre esa base, hicimos proyecciones y estimamos proporciones respecto de los bienes que están en el exterior y en el país.

Sobre los que están en el exterior, hemos estimado que los contribuyentes aceptarían repatriar el 30 por ciento de sus tenencias en efectivo. Hemos jugado con esos números y llegamos a una cifra que, desde luego, no puede ser establecida con precisión; tampoco la información puede ser precisa, porque hay aleatorios que imposibilitan determinar a priori cuál debe ser aquella cifra. Lo sabremos después, ya que también hay que considerar las actitudes que tendrán los sujetos alcanzados por el aporte; ello determinará la magnitud de lo que ingrese.

Habiendo aclarado esto, no tengo inconveniente alguno en invitar a la titular de la AFIP. Probablemente, ella pueda dar más precisiones que yo.

SR. BURYAILE Muchas gracias, señor presidente.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Campos.

SR. CAMPOS Señor presidente: entiendo que la titular de la AFIP no podrá dar información sensible sobre los contribuyentes. En la misma línea del señor diputado Buryaile, he presentado un pedido de informes hace unos meses y no he tenido respuesta. Lo menciono porque me parece que esto tiene mucho que ver con lo que vamos a tratar a partir de hoy.

Si la administradora federal efectivamente puede venir la semana próxima, sería bueno que antes le hagamos llegar algunas preguntas. En particular, cuál es el registro de contribuyentes que abandonaron la residencia fiscal del país desde diciembre del año pasado -aunque si quisiéramos ir más atrás no habría problema-, para conocer el impacto que realmente está teniendo o puede tener el aumento de la alícuota de bienes personales, que en diciembre se pactó en 2,25 por ciento, y este impuesto extraordinario, o como queramos llamarlo, que se establecería ahora.

Me parece que, para el análisis que haremos nosotros sobre la solvencia fiscal del país, es muy importante. Entonces, sería bueno que le hagamos llegar esta consulta para que la administradora venga la semana que viene munida de esta información.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Martínez.

SR. PRESIDENTE HELLER Señor diputado: lo estamos escuchando con dificultad. Le pido que desactive la cámara, para ver si de esa manera mejora el audio.

SR. MARTÍNEZ (G.P.) No hay problema, señor presidente.

Como decía, comparto la metodología que planteó y me parece que podríamos continuar en ese sentido, habida cuenta de que algunos ya se han metido en el fondo del debate.

Entonces, sugiero que pasemos a la presentación del proyecto, como usted planteó, para que luego los diputados y las diputadas que queramos hacer uso de la palabra para expresar nuestra opinión o hacer sugerencias respecto de la futura mecánica de trabajo, podamos hacerlo.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Fernández.

SR. FERNÁNDEZ (E.) Señor presidente: acompaño la posición del señor diputado Martínez. Usted ha ofrecido que la titular de la AFIP sea invitada por esta comisión, pero para responder preguntas sobre este proyecto. Entonces, me parece que no sería propio consultarla sobre otras cuestiones. Estamos tratando este proyecto de ley, que es muy importante para la inmensa mayoría de los argentinos.

Por lo tanto, también apoyo la metodología que usted planteó.

SR. PRESIDENTE HELLER Creo que no vamos a someter a votación el criterio; aunque, si hiciera falta, tampoco tendría inconveniente en hacerlo.

Sugiero que avancemos con la metodología prevista e invitemos a la titular de la AFIP para que nos informe en una próxima reunión. Además, tampoco tengo inconveniente en que remitan las preguntas que quieran formular para que se las transmita; ella decidirá qué está dispuesta a explicar o contestar.

En ese sentido, existen algunas cuestiones que nos exceden e inclusive no sé si se cuenta con todos los datos; por ejemplo, según información que tengo, todavía ni siquiera se han completado las presentaciones de las declaraciones de 2019. Por lo tanto, mal podría tener la información que acaba de solicitar el señor diputado Campos sobre la gente que ha abandonado la residencia fiscal local; no creo que ese dato esté disponible y adelanto que no se podrá considerar.

De cualquier manera, desde el punto de vista de nuestro planteo, reitero que hemos trabajado sobre la base de estimaciones; podrán ser cortas o largas y el producido, un poco mayor o menor, pero nuestro objetivo es generar un recurso que no existe y que será extraordinario. Esperamos que tenga una dimensión determinada y que sirva para mejorar las condiciones de vida de argentinos y argentinas de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Por esa razón, el proyecto cuenta con aplicaciones determinadas, fijas y con porcentajes. No se trata de un ingreso que pasará a engrosar las rentas generales y que será utilizado por el Poder Ejecutivo, sino que es un recurso generado de manera extraordinaria, en atención a una situación también extraordinaria, para fines absolutamente determinados.

Creo que la idea básica del proyecto está planteada en lo que acabamos de expresar. Tal como dijimos, la idea es trabajar sobre los bienes existentes al 31 de diciembre de 2019.

Todos somos conscientes -y el proyecto nació de esa manera- de los enormes esfuerzos que viene haciendo el Estado nacional desde el inicio de la pandemia para enfrentar una situación en la que, de manera diabólica, se cruzan las variables de la caída del ingreso como producto de las restricciones de la actividad motivadas por la pandemia y no por la cuarentena.

En tal sentido, son terribles las cifras de la caída de la actividad económica; por ejemplo, en la Unión Europea y en todos los países que han tenido distintas políticas respecto del aislamiento se produjeron enormes caídas de dicha actividad, ya que en algunos casos dependen del turismo y lo que sucede en otros países los afecta. Es decir, se trata de un conjunto de situaciones.

En ese escenario, Europa calcula que demorará entre dos y tres años para recuperar los niveles de actividad previos a la crisis; si miramos nuestra región, advertimos que ocurre algo similar.

Por otra parte, quienes integramos esta comisión tendremos un trabajo intenso en los próximos días ya que ayer ingresó el proyecto de presupuesto para la administración nacional; todos hemos recibido el anticipo de las proyecciones macroeconómicas que contiene.

Se estima que hasta el presente hubo erogaciones extraordinarias no previstas del orden de 850.000 o 900.000 millones de pesos, mientras que por delante se abre un escenario en el que nadie podría determinar seriamente, ni siquiera con aproximaciones, cómo va a ser.

Personalmente, no creo que nadie esté hoy en condiciones de decir cuánto tiempo más durará esta pandemia ni tampoco cuándo estará disponible una vacuna en cantidades suficientes como para asegurar la masividad de la vacunación, situación que permitiría poner a las poblaciones al resguardo de este terrible virus que nos toca enfrentar.

Nuestra idea surgió en esta situación extraordinaria, impensada e inédita. No dijimos que habíamos recibido un país con mucha deuda, con caída de la actividad económica y del producto bruto interno, y con el cierre de veinticinco mil empresas. Quienes asumieron el gobierno de este período sabían de la existencia de todas esas dificultades y enfrentarlas estaba dentro de las previsiones. Por lo tanto, en ese escenario no tendría mucha explicación plantear una cuestión extraordinaria, lo que no significa que no sea razonable discutir toda la política impositiva de la Argentina.

La idea del recurso extraordinario se apoya básicamente en esta situación, también extraordinaria. Creo que nadie en este país -ni en ningún otro lugar del mundo- está en condiciones de argumentar que no estamos frente a un fenómeno impensado que ha alterado todas las previsiones y expectativas.

En tal sentido, podría aburrirlos brindándoles mucha información sobre proyectos similares, con distintos grados de tratamiento en diferentes países, respecto de la búsqueda de otro tipo de recursos a través de tributos extraordinarios; por ejemplo, los que plantea la Unión Europea con las empresas tecnológicas. Existen infinitas cuestiones en un marco de definiciones globales en las que el Banco Mundial, el propio Fondo Monetario Internacional y la CEPAL se refieren a la necesidad de generar recursos extraordinarios, que deben tener base en el criterio de la progresividad para atender los gastos extraordinarios que esta situación ha generado.

Así surgió esta idea, que hemos trabajado y madurado para que sea lo más equitativa posible, con la idea de que lo recaudado sea utilizado de la manera más efectiva para los intereses del conjunto de las argentinas y los argentinos. Además, trabajamos bastante para encontrar el punto óptimo, con la menor cantidad de personas alcanzadas y la mayor expectativa de recursos a obtener; desarrollamos esta tarea sobre la base de información anterior que sí es pública y también considerando proyecciones y estimaciones, con la elasticidad que puede tener cualquier estimación en más o en menos.

En un determinado momento dijimos que esta medida podría alcanzar a doce mil personas humanas, pero estimamos que esa cantidad será menor y que estará más cerca de diez mil que de doce mil. Todo esto, tal vez no modifique demasiado las estimaciones de ingresos con las que contamos porque probablemente, en los niveles más altos de estas escalas, se ha producido un proceso de concentración de riqueza personal. Por lo tanto, es posible que una menor cantidad de gente quede alcanzada y genere un ingreso igual o superior al que habíamos planificado o imaginado.

Además, hemos hecho algunos pequeños cambios que quiero comentar, ya que hoy no vamos a dictaminar. Luego de finalizada esta reunión les enviaremos la última versión donde figuran esas pequeñas modificaciones que hemos introducido y que les comentaré en el marco de esta intervención.

Antes de referirme a la utilización, quiero decir que el proyecto prevé una serie de escalas que arrancan -como hemos dicho- en los 200 millones de pesos con una alícuota del 2 por ciento, y van escalando hasta el 3,5 por ciento para quienes tienen declaraciones de bienes personales superiores a los 3.000 millones de pesos.

Voy a reiterar con mucho énfasis que en todos los casos hablamos de lo declarado por las personas humanas alcanzadas. Cuando decimos "declarado" nos referimos a que, por ejemplo, en los bienes inmuebles se consideran los valores fiscales, y también estamos diciendo que a través de la información disponible no tenemos posibilidad de capturar lo no declarado. Es decir que tomamos como base aquello que estas propias personas humanas han declarado que son sus bienes personales a una fecha determinada.

También hemos incorporado un diferencial de un 50 por ciento en cada una de las escalas por aquellos bienes declarados en el exterior. Enfatizo la palabra "declarado" porque todos ustedes saben que hay mucho dinero no declarado en el exterior.

Entonces, en esas escalas hay un diferencial de alícuota de un 50 por ciento por la parte de los bienes declarados en el exterior. Hay un artículo que habilita a que aquellas personas humanas que tienen declarados bienes en el exterior no paguen el diferencial por ellos mientras acepten repatriar el 30 por ciento de sus tenencias financieras en el exterior, con lo cual, esto ubica a todos sus bienes en la misma alícuota original.

Repito esto porque creo que es muy importante y quiero que se entienda bien. Si alguien tiene en el exterior bienes inmuebles, una cantidad de dinero u otro tipo de tenencias financieras y acepta repatriar el 30 por ciento de las tenencias financieras, todos los bienes que tiene afuera quedan absolutamente exceptuados de la alícuota y quedan ubicados como el resto de los bienes que tiene en el país.

El otro tema que creo que es central tiene que ver con los destinos que tenemos previstos para lo recaudado a través de este proyecto, en el caso de que se avance. En este sentido, un 20 por ciento del producto de lo recaudado sería destinado directamente a combatir los efectos de la pandemia en el marco sanitario, es decir, insumos, medicamentos, vacunas, etcétera. Reitero, un 20 por ciento de esos ingresos irían a esos fines.

Otro 20 por ciento se aplicaría a subsidios a las mipymes con el objetivo de ayudar a la conservación del empleo. No hay duda, todos sabemos que es un sector profundamente afectado, pues vemos la cantidad de empresas con dificultades, a pesar de la enorme ayuda que se brinda a través de las políticas crediticias blandas -algunas, incluso, sin costo financiero- y otro conjunto de medidas.

Otro 20 por ciento de lo que se recaude estaría destinado al Programa Integral de Becas Progresar, gestionado en el ámbito del Ministerio de Educación. Creo que las razones son más que claras. El objetivo del Programa Progresar es acompañar a los jóvenes para que terminen sus estudios primarios y secundarios, y que quienes tienen vocación y capacidades continúen en la educación superior o se formen profesionalmente y de esta manera se los ayuda en su desarrollo personal. El Programa Progresar, asimismo, incluye programas de becas específicas para las carreras que son prioritarias y estratégicas. Así que creemos que es un objeto altamente valorable.

Por otro lado, un 15 por ciento de la recaudación sería destinado al Fondo de Integración Socio Urbana. En la redacción vamos a introducir una pequeña modificación, que me sugirió el diputado Itaí Hagman, porque el texto anterior establecía: "...un 15 por ciento para los habitantes de los barrios..." y parecía que se trataba de una entrega a las personas que vivían en los barrios. Por ello, lo hemos modificado para que no haya ninguna duda, dado que está enfocado a la mejora de la salud y de las condiciones habitacionales de los habitantes de los barrios populares, orientado a urbanización e integración socio urbana de los asentamientos y los barrios identificados en el marco del Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana -RENABAP-, el otorgamiento de créditos, subsidios, soluciones habitacionales, etcétera.

Finalmente, un 25 por ciento de la recaudación se destinaría a programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural, a través de Integración Energética Argentina Sociedad Anónima, conjuntamente con YPF, en forma exclusiva, con la obligación de reinvertir las utilidades provenientes de estos proyectos en nuevos proyectos de gas natural durante un plazo no inferior a diez años.

Esta asignación se ha realizado teniendo en cuenta la tendencia que se registra respecto de la reducción de inyección de gas natural, lo que requiere la realización de inversiones en desarrollo de gas que apunten al autoabastecimiento en el corto, mediano y largo plazo. Todos sabemos que es un problema estratégico y que los sectores más vulnerables son los más castigados por esto, porque son los que pagan el gas más caro, dado que el gas de garrafa es infinitamente más costoso que el que viene por redes.

Sobre esa base entendemos que estamos planteando un proyecto virtuoso, que generará un desarrollo de la producción de gas natural, que trae consigo la mejora en la prestación del servicio y también permitirá ahorrar divisas en la importación de este insumo crítico para la vida de las familias y la actividad de las empresas.

En el proyecto queda claro que el Poder Ejecutivo deberá realizar una distribución federal en cada uno de estos ítems, excepto en el caso del gas, porque su producción está vinculada a los lugares donde hay gas. En los demás puntos está planteado que los fondos sean distribuidos de manera federal; es decir que beneficien al conjunto de las provincias y los municipios donde existen. Creo que todos estos problemas están a la vista, tanto lo sanitario, el tema del estudio y el de los barrios.

Quiero decir que el Registro Nacional de Barrios Populares se extiende en todo el país. Principalmente deberíamos decir que se extiende desde el centro hacia el norte de la Argentina, tanto hasta el noroeste como también al nordeste de nuestro país, que es donde está la mayor concentración de estos barrios populares.

Quiero cerrar esta introducción reiterando que hablamos de un aporte de emergencia. Aclaro también que vamos a agregar las palabras "será obligatorio" en el nuevo texto que van a recibir, para terminar con la interpretación de algunos en el sentido de que, como se trata de un aporte, podrá ser voluntario. Entonces, para que no exista ninguna duda, hemos incorporado en la norma el siguiente texto: "Créase con carácter de emergencia y por única vez un aporte extraordinario obligatorio que recaerá sobre los bienes existentes al 31 diciembre de 2019, determinados de acuerdo con las disposiciones de la presente ley."

Además, vamos a incorporar en el artículo 2°, en la parte referida a las personas alcanzadas, una cláusula por la que intentaremos captar a los residentes en el exterior por sus tenencias accionarias en empresas residentes en el país, de manera que la AFIP pueda tener una trazabilidad de estas tenencias accionarias de no residentes.

Esto lo hemos incorporado justamente porque escuchamos comentarios y críticas respecto de que habría un tratamiento desigual con quienes son residentes y con aquellos que habían cambiado de residencia y que de alguna manera podrían no quedar alcanzados por la ley.

Entonces, estamos incorporando una cláusula que apunta justamente a que esas personas no residentes, pero que son titulares de acciones en empresas residentes, también estén alcanzados por el aporte. Si esos aportes superan los mínimos establecidos, que entonces contribuyan de la misma manera que el resto de las personas humanas.

Reitero: el aporte es por única vez, es de carácter extraordinario, está dirigido a personas humanas y tiene objetivos determinados. Es decir, es una norma perfectamente delimitada que busca el punto de menor cantidad gente alcanzada y con mayor nivel de ingreso posible. Esos son los ejes fundamentales de la filosofía de este proyecto.

Dicho esto, abriremos el debate para escuchar las opiniones de los diputados y las diputadas. Tengo algunos pedidos de palabra, además de que iremos habilitando otros a medida que se vayan produciendo. Como dije antes, durante esta sesión vamos a escucharnos, pero también vamos a planificar una próxima reunión para la cual invitaremos, si es posible, a la titular de la AFIP. Aspiramos a dictaminar este proyecto en esa próxima reunión, de manera que pueda ser tratado en el recinto cuando las autoridades de la Cámara así lo dispongan.

Si todos están de acuerdo, comenzaré a dar la palabra a quienes me lo han solicitado.

Tiene la palabra el señor diputado Pastori.

SR. PASTORI Señor presidente, muchas gracias. Quiero hacer dos aclaraciones.

En primer lugar, como yo sé que usted es muy flexible -y siempre lo ha sido-, le pido que siga siéndolo en este caso en particular, porque el proyecto en consideración tiene muchos bemoles y se necesita un poquito más de tiempo.

Le pido que tenga esa flexibilidad principalmente hacia quienes asumimos la responsabilidad política de un bloque -como en mi caso, el de la UCR; el del diputado Laspina, del PRO, y el de los diputados que integran la Coalición Cívica-, sin perjuicio de que después otros legisladores también harán uso de la palabra. Entonces, reitero, le pido esa flexibilidad, señor presidente.

La segunda aclaración es que todo lo que voy a decir de ninguna manera afecta la consideración que tengo hacia los firmantes del proyecto -en particular a usted, señor presidente, que es uno de los autores principales-, sino que mi crítica va a estar fundada y dirigida a la iniciativa en sí misma. Es decir que me referiré al proyecto sin ningún menoscabo de la consideración que usted particularmente me merece, al igual que el resto de los firmantes.

Dicho esto, anticipo desde ya nuestro rechazo a la creación de este tipo de impuesto. Aclaro que voy a usar la palabra "impuesto", y voy a explicar por qué. Además, en medio de esta crisis que todos sufrimos, también tengo una discrepancia por la cuarentena más que por la pandemia.

Creo que este no es el momento más oportuno para tratar esto, lo cual tampoco quiere decir que debamos olvidarnos de la equidad en el esfuerzo ni de traer alivio para los argentinos más necesitados. Simplemente creemos que una propuesta de este tipo, bajo la apariencia de algo destinado a corregir desigualdades o atenuarlas, esconde la construcción de un relato, desde nuestro punto de vista, miope, divorciado de la realidad que debemos enfrentar ahora y en el momento en que se pueda salir de la crisis.

Sé que el tiempo para debatir hoy será escaso. Además, como usted mismo lo ha dicho, seguramente tendremos la posibilidad de volver a discutir esto dentro de algunos días, probablemente la semana que viene, antes de emitir dictamen. No obstante, quiero dejar muy en claro por qué este aporte se trata de un impuesto, más allá del nombre que quieran ponerle.

Este aporte que, como dice el título de la norma, es solidario y extraordinario, claramente pertenece al género tributo. Además, usted acaba de reafirmarlo aún más al decir que se va a agregar que será de pago obligatorio, cosa que en realidad se sobreentiende. Pero, en fin, por si alguna duda quedaba, usted mismo lo ha confirmado.

Digo que es un impuesto porque contiene todos los elementos que lo configuran como tal. Primero, porque será establecido por ley; por otra parte, es de carácter coactivo.

En este sentido, recuerdo las palabras de un viejo profesor de la facultad, quien nos decía: "Alumnos: nadie paga impuestos por amor, sino por temor". Ese temor viene dado justamente por el carácter coactivo de quien tiene la facultad de establecer impuestos en forma unilateral, que es el Estado a través del Poder Legislativo, y lo está haciendo en este momento con este proyecto.

Además, esto está expresado en dinero -como se expresan generalmente los impuestos-; es para ayudar a solventar el gasto público -usted muy bien lo señaló recién cuando se refirió a la distribución que pretenden darle-, y no tienen una correspondencia directa con un beneficio para el contribuyente, que es algo que caracteriza al impuesto de las demás especies de tributos, como son las tasas y contribuciones especiales.

Entonces, esto es un impuesto porque es coativo, porque será establecido por ley, porque está expresado en dinero, porque ayuda a solventar el gasto público y porque no tiene correspondencia directa. ¿Por qué? Porque no es una tasa que dice: "Bueno, yo te doy esto; a cambio, vos me das esto otro", sino que aquel que sea alcanzado por el hecho imponible definido por la ley claramente pasa a ser contribuyente.

Aquí estamos utilizando terminologías que corresponden exactamente al ámbito de la ciencia de las finanzas públicas.

Además, se dijo por parte del oficialismo que ese aporte no es un impuesto porque se establece por única vez. Pero debo decir que los impuestos pueden ser ordinarios, sin tiempo límite de vigencia -como ocurre con el IVA-, o pueden ser extraordinarios, por un tiempo limitado, como en este caso, que es por única vez.

Sobre esto puedo nombrarles un antecedente, que es el más reciente que he encontrado, aunque hay otros. Me refiero al impuesto sobre las altas rentas; ley 25.239, publicada en el Boletín Oficial del 31 diciembre de 1999. Se llamó "impuesto", como correspondía que se lo llame. Se creó por única vez y creo que fue el único caso de un impuesto que se creó por única vez que realmente se aplicó por única vez.

Ese es un antecedente en nuestra propia legislación, fue un impuesto y nadie lo dictaminó de otra manera.

Los abogados suelen decir: si tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra, es un perro; usted llámelo como quiera, pero no deja de ser un perro.

Además, el mismo proyecto remite a la ley 11.683, que es la Ley de Procedimiento Fiscal, que en su artículo 2° dice que no importa el ropaje jurídico con el que se vista, lo importante es la esencia económica. Es decir, lo que se llama en tributación el principio de la realidad económica. Y el principio de la realidad económica está indicando que es un tributo -ese es el género-, y dentro de las tres especies de tributo que existen, claramente se trata de un impuesto.

Por ese motivo nosotros vamos a caracterizarlo como impuesto, porque es así y porque todos los tributaristas de nota del país -no he leído ni escuchado a uno solo que dijera lo contrario- dicen que claramente estamos en presencia de un impuesto.

¿Por qué es importante esta aclaración previa y por qué me extiendo usando gran parte de mi tiempo en esta aclaración? Es importante caracterizarlo como un impuesto, ya que, al caracterizarlo como un tributo -un impuesto en este caso- le caben todas las garantías constitucionales que nuestra Constitución Nacional establece en beneficio de los contribuyentes del fisco, que tienen que tener garantías.

Como decía, un impuesto es una creación unilateral del Estado a través del Poder Legislativo y puede haber muchos excesos. Por eso la Constitución Nacional le da garantías constitucionales al contribuyente y por eso es importante tener en claro que es un impuesto, ya que, de aprobarse este proyecto, se estarían afectando gran cantidad de garantías constitucionales. Creo que no queda ni una por ser afectada.

En honor al tiempo, y como seguramente voy a tener oportunidad de extenderme más en estos temas en la próxima reunión de la comisión que tengamos, le enumero simplemente algunos derechos y garantías que se estarían afectando.

En primer lugar, se afecta el principio de propiedad, ya que sumando bienes personales y este impuesto se podría estar llegando en el caso límite hasta un 7,50 por ciento. No hay hoy bienes en el mundo que puedan generar una renta de esas características o esa rentabilidad, por lo que no solamente va a estar consumiendo la renta, sino que va a estar consumiendo al propio bien. Las personas que sean afectadas se van a estar descapitalizando con este impuesto.

Además, como usted mismo lo ha dicho- grava las tenencias al 31 de diciembre. Existe mucha jurisprudencia, incluso de la Corte Suprema, que dice que el principio de legalidad que tiene que tener un impuesto...

SR. PRESIDENTE HELLER Señor diputado: ya se ha extendido mucho en el tiempo. Lo dejé un tiempo más pero ya está muy extendido.

SR. PASTORI Termino entonces completando este concepto...

Un señor diputado.- Yo le cedo mi tiempo al señor diputado Pastori.

SR. PASTORI ...tomando como foto la tenencia al 31 de diciembre...

Un señor diputado.- Hay que cederle el tiempo...

SR. PASTORI Sí, voy a cerrar. La verdad es que no ha sido muy flexible en esta oportunidad, presidente.

Un señor diputado.- Continúe, diputado Pastori. Todos le ceden el tiempo.

Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. POLLEDO Yo también le cedo mi tiempo al diputado Pastori.

Un señor diputado.- Todos te cedemos el tiempo. Podes hablar media hora, Luis.

SR. PASTORI ¿Puedo continuar un poco más entonces, señor presidente?

SR. PRESIDENTE HELLER Les voy a pedir a los señores diputados y diputadas que me permitan dirigir la reunión. Escuchaba ahí a algún diputado que le ha dicho al diputado Pastori lo que puede hacer.

Yo puedo aceptar que haya diputados que resignen hacer uso de la palabra y no tengo inconveniente en concentrarlo en el señor diputado Pastori. Pero les pediría que se identifiquen, así luego no me piden hablar.

En todo caso escriban....

Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. POLLEDO Soy la diputada Polledo y yo le cedo mi tiempo al diputado Pastori. Estamos hablando de algo importantísimo y no puede ser que estemos así.

SR. PRESIDENTE HELLER No sé por qué se enoja, señora diputada. Estoy tratando de ser ordenado.

SRA. POLLEDO Es que usted es respetuoso, educado y conciliador, pero algunos compañeros suyos no lo siguen. Deberían seguirlo. Usted siempre está para acordar, pero lamentablemente en el medio se escucharon algunos comentarios muy feos. Perdóneme, no me enojo.

SR. PRESIDENTE HELLER Señora diputada: yo estoy halando de este procedimiento que estamos resolviendo, donde algunos pares suyos se disponen a cederle tiempo a un diputado para que siga hablando y yo tengo la responsabilidad de administrar adecuadamente ese tiempo. Por eso pedí que quien está dispuesto a cederlo, lo escriba en el chat, de manera que lo pueda manejar en forma ordenada. Simplemente eso.

Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Pastori.

SR. PASTORI Cuando fui interrumpido estaba hablando de las garantías constituciones que se estarían violando con este proyecto. Hablaba del derecho de propiedad, porque una alícuota tan elevada, sumada a la de bienes personales más los impuestos provinciales, estaría absorbiendo una parte sustancial de los bienes o de las rentas. Hay jurisprudencia en este sentido.

Si se toma como base imponible la foto al 31 de diciembre para determinar una capacidad contributiva, que es el principio rector de todo tributo, hay que ver si a la fecha en que se sanciona la ley o que le toque pagar, esa capacidad contributiva se mantiene. Es decir, si las personas que tenían 200 millones de pesos o más en bienes al 31 de diciembre pasado, siguen teniendo esos bienes a la fecha en que tiene que pagar, porque pudo haberse desprendido de bienes o se pudieron haber desvalorizado los bienes con motivo de la pandemia. Claramente esto está ocurriendo y es una realidad. De modo tal que, al momento de sancionarse la ley puede no tener la misma capacidad contributiva que tenía hace unos meses.

Esto afecta claramente el principio de capacidad contributiva, porque no es la misma capacidad contributiva, que es el principio por el cual se rigen los impuestos.

También lesiona el principio de igualdad para los sujetos que poseen bienes en el exterior, porque si tienen el mismo tipo de bien, la misma capacidad contributiva, ¿por qué aquel que tiene un bien en el exterior va a tener que pagar una alícuota 50 por ciento más alta que el que tiene un bien en el país? El hecho de que pueda repatriar para librarse de ello no elimina este vicio que tiene el proyecto porque, claramente, está gravando a una tasa mayor en forma injusta a quienes tienen iguales medios. Es decir que viola el principio de igualdad ante la ley.

Se trata de un tributo ineficiente, señor presidente. Atenta contra el crecimiento económico, contra la inversión, contra el ahorro, es un factor de beligerancia social y de animosidad, empeora las expectativas empresariales y reduce la inversión deseable, cuando no las expulsa directamente. Degenera en un impuesto a los bienes personales registrables, fáciles de ubicar, en detrimento de aquellos activos financieros fáciles de esconder y difíciles de hallar.

En ese sentido, invito a los pares diputados a que salgamos todos a buscar esos activos financieros escondidos en paraísos fiscales a lo largo del mundo y a ellos gravemos. No sigamos cazando en el zoológico y persigamos la verdadera riqueza de aquellos cuyos activos financieros no están exteriorizados y se encuentran desparramados por el mundo. Según datos oficiales, se sabe que alrededor de 400.000 millones de dólares se encuentran afuera. Es allí a donde tenemos que ir a buscar el dinero que le falta al país.

Ahí está la plata que no está circulando, produciendo y generando riqueza en el país. No sigamos castigando a los mismos contribuyentes de siempre. Busquemos a los nuevos ricos, estos que se han enriquecido en los últimos veinte años en la Argentina y cuyas fortunas no están registradas y seguramente estén en este tipo de paraísos fiscales. Allí está el dinero que tenemos que perseguir.

Ya mencioné el principio de legalidad y la doble imposición, que si bien no es inconstitucional per se, puede devenir en confiscatoria cuando sustrae una parte sustancial de la renta o del capital, lesiona la seguridad jurídica y choca con el principio de buena fe con el que debe actuar el Estado.

Señor presidente: el Estado no debe actuar de forma maliciosa con sus contribuyentes y le digo por qué. En los fundamentos que acompañan al proyecto ustedes dicen que han tomado como base el 31 de diciembre para calcular el impuesto y soslayar el "efecto en noticia", también conocido como "efecto anuncio".

Es decir, ¿qué sería lo que corresponde?, que el hecho imponible se produzca luego de sancionada la ley; no antes, como en este caso, pero ustedes piensan: "Si lo hacemos así, les vamos a estar anoticiando a los futuros contribuyentes de un impuesto y tendrán la oportunidad de poder buscar la forma de eludirlo". Por lo tanto, lo trampeamos y decimos: "No, es al 31 de diciembre del 2019". Con lo cual, es un actuar malicioso por parte del Estado a través de una ley que va a gravar una capacidad contributiva en forma retroactiva, con evidentes y serias posibilidades de tornarse inconstitucional.

Para no generar ninguna discusión más -aunque tendría mucho más para decir, presidente- creo que este es un impuesto que de ninguna manera se puede acompañar por todos los fundamentos y otras numerosas razones.

Los vuelvo a invitar a que pongamos el foco, la inteligencia y la tarea para hacer pagar lo que corresponde a quienes ocultan sus patrimonios, a quienes tienen inmuebles sumamente subvaluados, fortunas que muchas veces se esconden en empresas de papel refugiadas en paraísos fiscales.

Demos una batalla seria contra estas formas de evasión más sofisticadas y de manera general combatamos el incumplimiento tributario y la elevada informalidad.

En este objetivo nos va a encontrar predispuestos a trabajar codo a codo, pero concretamente con este tipo de proyectos estamos absolutamente en desacuerdo. La verdad, dudamos mucho que tenga el efecto recaudatorio que usted ha expresado y obviamente, no acompañamos el proyecto presentado. Muchas gracias, señor presidente.

SR. LASPINA Presidente, el diputado Laspina le habla...

SR. PRESIDENTE HELLER Ya le voy a dar el uso de la palabra, diputado Laspina...

SR. LASPINA Pido la palabra para hacer una interrupción.

SR. PRESIDENTE HELLER Déjeme dirigir la reunión, por favor.

Hágame el favor: yo voy a respetar todo y voy a dar la posibilidad a todos. Solo quiero decir que soy autor del proyecto. Aunque yo podría decir muchas cosas respecto a la intervención del diputado Pastori, no las voy a decir en este momento. Me las reservo para contestarlas un poco más adelante.

Voy a mencionar solo una cuestión: habló de "mala fe del Estado", pero mencionó que si se trabajara con una fecha hacia adelante, de mala fe, las personas se quedarían sin los bienes para no tener que hacer este aporte.

También quiero decirle, simplemente, que nos critica por "querer cazar en el zoológico", pero nos quiere mandar a cazar en el desierto.

Yo sería cofirmante con él de cualquier proyecto que queramos hacer para combatir los paraísos fiscales, pero sabemos que eso excede a la Argentina y que es un tema global.

Quiero decir que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner planteó este tema en las reuniones del G-20, postulando que todos los llamados paraísos fiscales son territorios de países del G-20. Entonces, si existiera allí voluntad política de terminar esta problemática, se resolvería con gran rapidez.

Si ustedes quieren, la próxima reunión les acercaré el discurso de Cristina Fernández de Kirchner denunciando este tema.

Entonces, querer cambiar esta búsqueda de un recurso extraordinario -quiero agregar esto que conlleva otra palabrita: "solidario", y les pido que no se la olviden porque tiene que ver con las necesidades que se van a atender-, constituye una batalla global del mundo

de la que se ha quejado el ex presidente de los Estados Unidos, Obama. También hay documentos en los cuales la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos afirma que hay dos billones de dólares de norteamericanos en paraísos fiscales.

Por lo tanto, decir que vamos a salir a buscar ese dinero y que con ello vamos a reemplazar esta búsqueda de un aporte extraordinario creo que es subestimar la inteligencia colectiva. Eso es todo lo que quería decir.

Ahora sí, diputado Laspina, tiene usted la palabra.

SR. LASPINA Señor presidente: simplemente quiero hacer algunas consideraciones reglamentarias.

En primer lugar, cuando renovamos el protocolo de sesiones virtuales, se acordó precisamente respetar los tiempos tradicionales del Reglamento. Y quiero recordar que el Reglamento no establece tiempos definidos para las comisiones, y por lo tanto es un acuerdo de buena voluntad entre las partes. Nos hemos venido sometiendo de manera muy educada y respetuosa a los tiempos que usted dictamina, como debe ser...

SR. PRESIDENTE HELLER Puedo someterlo a votación, señor diputado.

SR. LASPINA No, no hay mociones de orden en las comisiones. No hay ningún criterio establecido para los tiempos. Yo mismo, siendo presidente hasta hace poquito, y habiendo estado sentado allí donde usted está, he estado doce horas escuchando a diputados que entraban y salían. Los he escuchado a todos y de todas las comisiones, porque pasaban todos a hablar; no como quienes están acá que no tienen el link. A veces pasaban a hablar los doscientos diputados y yo he estado ahí, salvo...

SR. PRESIDENTE HELLER Acá también, diputado.

SR. LASPINA Entonces, lo que quiero decir es que, como mínimo, respetemos el tiempo.

Si alguno está haciendo un discurso político, una agresión o una exageración, por supuesto, entre todos los diputados que estamos acá le pedimos que se calle; pero no sé dónde se ha discutido que los tiempos tienen que estar limitados cuando algún diputado está haciendo una consideración.

Me pasó lo mismo en una comisión bicameral que presidía el senador Mayans, quien me dijo: "Pero usted se está tomando más tiempo que el miembro informante". El Reglamento no hace referencia al respecto. Entonces, respetemos el Reglamento, sobre todo cuando alguien está planteando un tema profundo.

Si alguien está haciendo un discurso de barricada -como el que yo me he aguantado durante muchas horas ahí sentado- uno tiende a perder la paciencia, y yo entiendo su rol de presidente de moderar el debate, pero la verdad es que no se le puede cercenar el tiempo a la reunión. No puede ser que un diputado ceda su tiempo de intervención a otro, por ejemplo, que el diputado Alejandro García deje de hablar en la comisión para ceder un minuto de su tiempo.

Si en el Parlamento no se puede hablar, no sé qué estamos haciendo, porque si todo lo vamos a someter a votación, sometamos que pasemos ya a firmar el dictamen y se vote. Si usted tiene los números, se cierra el Parlamento, no hay más Reglamento y no hacemos nada. No es así, no funciona así.

SR. PRESIDENTE HELLER Perdóneme, perdóneme. No me haga decir lo que yo no digo, ni actuar como yo no actúo.

Yo empecé haciendo una sugerencia, que nadie contradijo, de que determinemos un par de horas para este debate, y a tal fin, moderáramos las intervenciones en un cierto tiempo.

De mi parte, me puedo quedar doce horas escuchando las intervenciones y no tengo ningún inconveniente.

Creo que tengo que tratar de interpretar un sentimiento colectivo, porque si algo no está escrito en el Reglamento, quiere decir que los que participan del evento pueden fijarse normas con las cuales funcionar.

Y como siempre, cuando no hay acuerdos, las normas se establecen sobre la base de lo que las mayorías opinan que hay que hacer, porque no hay otra manera. Los consensos son una fórmula ideal, pero las minorías no les pueden imponer a las mayorías los procedimientos a seguir.

SR. LASPINA Si la mayoría vota que no podemos hablar, entonces yo, como vicepresidente de la comisión, ¿no voy a poder hablar?

SR. PRESIDENTE HELLER No, eso sería un absurdo. ¿Por qué me hace proponer absurdos, si yo no estoy proponiendo eso? Estoy pidiendo moderación en el uso del tiempo para que todos puedan hablar, respetando un tiempo determinado. Pero de mi parte, reitero, si la voluntad de la comisión es que todo el mundo hable el tiempo que quiera, no tengo ningún inconveniente. Estoy muy cómodo donde estoy sentado. Puedo permanecer doce horas aquí. Si usted pudo hacerlo, yo también podré. Así que quédese tranquilo porque le voy a dar todas las posibilidades de que hable todo lo que quiera.

Lo que pasa es que la cuestión del tiempo también tiene que ver con el respeto del tiempo de los otros. Simplemente, eso. Usted me lleva al extremo cuando habla de que en este parlamento no se puede hablar, y nada más lejos de lo que yo propuse que eso.

SR. LASPINA Está bien. Yo no quiero discutir. Pero el diputado Pastori no habló dos horas, solo estaba excediéndose en unos cinco minutos. Es una cuestión de respeto. Yo no voy a estar hablando dos horas -como hacían algunos exdiputados, que me hablaban cuarenta y cinco minutos- porque sería faltarles el respeto a todos los demás. Hay una lógica. Lo que digo es que, en el marco de la buena voluntad, la cordialidad y las buenas prácticas que tenemos que tener como diputados, no podemos contar con un cronómetro como el que ponemos en el recinto, ya que el reglamento en este caso no lo permite.

Eso es lo que quería decir, presidente, para que nadie deje de hablar. En todo caso, si hay que limitar el tiempo, lo que podemos hacer es que los que no pueden hablar ahora hablen en la próxima reunión.

Simplemente quería decir eso. Quería dejar en claro cuál es el reglamento.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el diputado Del Caño.

SR. DEL CAÑO Gracias, presidente.

Quiero recordarle al diputado Pastori que uno de los que estaban vinculados a empresas off shore es el expresidente Mauricio Macri.

SR. PRESIDENTE HELLER Discúlpeme, diputado Del Caño, pero se lo escucha con dificultad.

Si nos privamos de su imagen, tal vez podamos mejorar la calidad de la escucha de su palabra. Estoy tratando de cuidar que se escuche bien lo que usted quiere decir.

SR. DEL CAÑO Gracias.

Le estaba recordando al diputado Pastori que el expresidente Macri reconoció, luego de aparecer los datos de los Panama Papers, estar vinculado con empresas off shore en paraísos fiscales. Esto es para tenerlo en cuenta, por no hablar de otros funcionarios del gobierno de Cambiemos.

SR. PASTORI Estamos hablando de los registrados, ¿no?

SR. DEL CAÑO Sobre este tema nosotros hemos presentado un proyecto de impuestos a las grandes fortunas, a las grandes ganancias de los bancos y las grandes empresas, etcétera. Pero quiero decir que este debate llega casi seis meses después de las primeras medidas de aislamiento necesarias para el cuidado sanitario, que agravó la crisis económica que dejó el gobierno de Macri. Como todos sabemos, quienes más soportan la carga de esta situación son las trabajadoras, los trabajadores, los pequeños comerciantes y el conjunto de los sectores populares.

El paso del tiempo no ha sido neutro. Cuántos contagios se habrían evitado si se hubiera establecido, por ejemplo, un IFE de 30.000 pesos desde el inicio de la cuarentena, tal como nosotros propusimos desde el comienzo. Hoy existe un patrón común que se ve en Guernica y en otros asentamientos que muestra que hay miles de personas que tuvieron que elegir entre darle de comer a sus hijos y pagar el alquiler.

Entonces, el paso del tiempo tiene consecuencias. Por eso el proyecto del oficialismo llega tarde. Además, es muy pobre: plantea el objetivo de recaudar aproximadamente 3.000 millones de dólares con un impuesto que afecta solo al patrimonio de las grandes fortunas, pero deja afuera las ganancias de los bancos, las grandes empresas y los grandes terratenientes. El monto de lo que se va a recaudar es inferior a lo que se pagó este año en concepto de deuda a los acreedores extranjeros y a los organismos de crédito internacionales como el FMI, como nos respondió el jefe de Gabinete cuando fue consultado en su última visita.

Esa sería una primera consideración. Sin embargo, a pesar de que esto es muy pobre, los miserables de siempre ya están poniendo el grito en el cielo diciendo que este pequeño impuesto va a afectar a las inversiones en el país. Dicen esto cuando durante cuatro años de gobierno de Macri se la pasaron bajando impuestos a las patronales y anunciando la famosa lluvia de inversiones que, como sabemos, nunca llegó. Lo que sabemos que llegó fue un tsunami de fuga de capitales que, según el informe del Banco Central, alcanzó los 86.000 millones de dólares entre 2015 y 2019. Ese dinero fue justamente a parar a esos paraísos fiscales para engrosar el dinero de los grandes empresarios en el exterior, y supera el equivalente a un PBI. Como ya hemos dicho, esto demuestra que se han fugado un PBI.

Entonces, presidente, es mentira lo que nos dicen los liberales de que hay una presión fiscal insoportable en la Argentina. Las estadísticas del Banco Mundial y de otros organismos muestran que la recaudación con respecto al PBI es menor en porcentaje en la Argentina que en muchos países que son tomados -por estos mismos sectores- como supuestos modelos. Lo que realmente hay en nuestro país es una evasión impositiva escandalosa. Fíjense que la Argentina está entre los cinco países con mayor evasión impositiva del mundo. Es raro que ahora nos vengan a hablar de cumplir las leyes. Esto sectores son verdaderamente unos caraduras.

Agrego un dato: según una ONG especializada en esta cuestión, las empresas multinacionales en la Argentina evadieron impuestos, solamente en el año 2016, por 21.406 millones. Con esos recursos -es decir, con la evasión de solo un año- se podría urbanizar el 80 por ciento de los barrios populares del país, un problema que ahora está explotando por las dificultades estructurales que hay en materia de vivienda. Sin embargo, tanto la oposición como los que gobiernan hablan de la ilegalidad de quienes ocupan las tierras porque no tienen a dónde vivir. De este modo, están criminalizando a los pobres, cuando en realidad es la clase capitalista la que está cometiendo un verdadero crimen social.

Nosotros desde el Frente de Izquierda hemos presentado un proyecto de impuestos a las grandes fortunas que se propone recaudar cinco veces más de lo que propone el proyecto del oficialismo. Se trata de alrededor de 15.000 millones de dólares. Para eso proponemos, como dije anteriormente, gravar no solamente los patrimonios de las 15.000 personas más ricas del país, sino también a los bancos, que en 2019 tuvieron una ganancia superior al 300 por ciento, y a las altas rentas de las empresas, que vale aclarar que representan solo el 0,8 por ciento del total de las empresas. O sea que estamos hablando de las grandes empresas, de los grandes terratenientes y de la vivienda ociosa de los grandes especuladores inmobiliarios.

Entre las asignaciones específicas que proponemos, en primer lugar está otorgar un IFE de 30.000 pesos a todas las personas que se quedaron sin ingresos durante la pandemia: los trabajadores y trabajadoras informales, los pequeños comerciantes y los monotributistas.

La segunda asignación es aumentar el presupuesto sanitario, que podría otorgar un montón de recursos necesarios en la actualidad para combatir el COVID-19.

En tercer lugar, está la asignación para la construcción de 100.000 viviendas en un año, como parte de un plan integral. Son muchas más las que hacen falta. Se calcula alrededor de 1.300.000. Esto significaría triplicar la cantidad de viviendas construidas por el Estado durante un año, si tomamos uno de los años de las últimas décadas, solo con un impuesto por única vez, como es el que estoy proponiendo.

De haberse aprobado el proyecto que nosotros pusimos a votación en el mes de mayo -que Juntos por el Cambio y el Frente de Todos rechazaron en aquel momento-, se podría haber evitado que muchas personas que perdieron sus ingresos se vieran obligadas a salir a trabajar, arriesgándose a los contagios porque tenían que ganarse el pan, o se podría haber evitado que mucha gente se quedara en la calle porque no tenía cómo pagar un alquiler.

Quiero decir también que la Argentina es uno de los países de nuestra región que menos recursos destinó, en proporción al PBI, al combate del COVID-19. No extraña que entonces la CEPAL haya dicho en un informe que nuestro país, junto con Perú y Ecuador, esté entre los tres países de América Latina donde más aumentó la desigualdad en dos meses de pandemia.

Entonces, sabemos que nuestro proyecto es una medida paliativa que se inscribe en un planteo mucho más de fondo y que apunta a que las consecuencias de esta crisis no las pague el pueblo trabajador como estamos viendo hoy.

Por eso creemos que, como parte de estas medidas, hay que avanzar en un desconocimiento soberano de la deuda, tanto con los acreedores privados que el gobierno arregló el canje, como con el Fondo Monetario Internacional que ya sabemos que le dio a Macri el mayor crédito de su historia para financiar su campaña electoral.

Por otro lado, proponemos una banca estatal única para cuidar el dinero de los pequeños ahorristas, y no como lo hicieron los gobiernos en las últimas décadas, impidiendo la fuga de capitales y otorgando créditos baratos a los pequeños comerciantes que han sido arruinados por el gobierno de Macri y las consecuencias de la pandemia. Además, la nacionalización del comercio exterior, evitando que un pequeño puñado de grandes cerealeras y automotrices extranjeras controlen la divisa y las exportaciones e importaciones. También, la reestatización de las empresas de servicios públicos privatizadas bajo gestión de sus trabajadores y el control de los usuarios populares para terminar con esa verdadera estafa que significaron los "tarifazos" y este servicio deficitario. En estos meses vimos el ejemplo de Edesur que dejó sin servicio a cientos de miles de usuarios en el conurbano bonaerense.

Estas medidas que planteamos tienen como objetivo terminar con el derroche y la anarquía capitalista que solo se puede hacer con una economía planificada y gestionada por las trabajadoras y trabajadores en beneficio de las grandes mayorías del pueblo.

Entonces, quería hacer estas consideraciones generales, pero seguramente en la próxima reunión de comisión también haremos planteamientos referidos a temas legales que se han mencionado aquí, cuestionamientos a la posibilidad de un proyecto de impuesto a las grandes fortunas, así como sobre el proyecto que han presentado el señor presidente y otros diputados y diputadas del oficialismo. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE HELLER Muchas gracias, diputado.

Tiene la palabra el diputado Buryaile.

SR. BURYAILE Señor presidente:...

SR. CANO ¿Me permite una interrupción, señor presidente?

SR. PRESIDENTE HELLER Diputado Buryaile: ¿le permite una interrupción al diputado Cano?

SR. BURYAILE Sí, señor presidente.

SR. PRESIDENTE HELLER Para una interrupción, tiene la palabra el señor diputado Cano.

SR. CANO Muchas gracias.

Señor presidente: la verdad es que escuché detenidamente al diputado Pastori, que obviamente fue muy respetuoso en las consideraciones que hizo vinculadas al proyecto, y escuché al diputado preopinante que trató a alguien de "miserables".

Me gustaría que específicamente diga a quién se refiere porque me parece una enorme falta de respeto que un diputado nacional se manifieste de esa manera después de que habla un diputado que no forma parte de su espacio y que de ninguna manera lo podemos permitir.

SR. DEL CAÑO Perdón, presidente, quiero hacer una aclaración.

Lamento que el diputado se haya sentido aludido de esa manera...

SR. CANO ¡No te equivoques! ¡Sos un irrespetuoso!

SR. DEL CAÑO No falté el respeto. Si vos te sentiste aludido, yo me referí a los grandes empresarios. Cuando dije "los miserables" me referí a los grandes empresarios. Eso no quita que ustedes los defiendan, pero yo hice alusión a los grandes empresarios.

Lamento que usted, diputado, se haya sentido aludido.

SR. PRESIDENTE HELLER Vamos a continuar.

Tiene la palabra el diputado Buryaile.

SR. BURYAILE La verdad es que un proyecto de este tipo no cae en el mejor momento de la Argentina. Son momentos difíciles desde el punto de vista que se lo mire: sanitario, económico y social; creo que son momentos muy difíciles en la Argentina. Entonces, cuando uno trata este tipo de proyectos tendría que poner sobre la mesa la oportunidad, la necesidad y la conveniencia.

Hoy, más allá de que a algunos no les guste, hay una realidad de pérdida de empleo importante. Entonces, estamos hablando de que cae el empleo en la Argentina y a pesar de que está vigente la doble indemnización, sigue habiendo despidos, y siguen quebrando y yendo empresas.

Entonces, cuando miramos lo que pasa en la Argentina tenemos que observar lo que le pasa al conjunto de personas y servicios que integran una empresa. Hay una enorme confusión entre lo que son empresas y empresarios; el empresario puede ser el dueño del capital, pero son los trabajadores quienes integran la empresa. Cuando una empresa quiebra, fundamentalmente los que más sufren son los trabajadores.

Voy a tratar de ser lo más sintético posible. Hoy estamos tratando este proyecto y anoche ingresó el proyecto de ley de presupuesto para el ejercicio 2021. Por lo tanto, en realidad lo que estamos diciendo a todas luces es que el presupuesto del 2021 parece inconsistente, porque este impuesto que vamos a tratar y que supone un ingreso de aproximadamente -voy a tomar las estimaciones que ha dado usted- 400.000 millones de pesos no está incorporado, hay una reforma tributaria...

SR. PRESIDENTE HELLER Perdón, yo no dije "400.000 millones", no invente lo que yo no he dicho. Yo he dicho...

SR. BURYAILE Perdón, señor presidente, han hablado de alrededor de 4.000 millones de dólares.

SR. PRESIDENTE HELLER Yo no sé quién; le digo lo que yo he hablado.

SR. BURYAILE Por eso sería bueno que venga la licenciada como para que no tengamos esta discusión.

SR. PRESIDENTE HELLER Yo digo que no ponga en mi boca lo que yo no dije. Usted diga lo que quiera, pero no ponga en mi boca algo que yo no dije.

SR. BURYAILE Quiero decir que algunos voceros del oficialismo han hablado de 400.000 millones, que es el equivalente a 4.000 millones de dólares. La verdad es que parece bastante difícil llegar a esa cifra, pero lo veremos.

Entonces, si tenemos ese ingreso, y por otro lado hay una reforma tributaria que está en camino que ha anunciado el oficialismo, más la reforma previsional pendiente, tenemos una estimación de ingresos inconsistente porque no sabemos cuáles van a ser las modificaciones de los ingresos y tampoco, teniendo en cuenta la importancia que tienen los haberes previsionales en nuestro presupuesto, sabemos cómo van a ser los egresos en esta materia. Esta es una de las intrigas que tengo.

Por otro lado, lo que estamos viviendo en la Argentina es un enorme esfuerzo de parte del sector privado, de todos los que componemos el sector privado en la Argentina. Fundamentalmente ese sector la está pasando muy mal. Cuando hablo del "sector privado" no me refiero al Estado porque este es quién administra los recursos que cede el sector privado.

El sector privado está haciendo un enorme esfuerzo tratando de contribuir, entre las ayudas que recibe y las imposibilidades que tiene, en capear esta situación en una economía que cae y que ojalá pronto pueda recuperarse.

Por otra parte, me voy a permitir disentir respecto de la experiencia internacional, porque creo que tenemos que mirar qué pasa en el mundo para saber dónde estamos parados, dónde queremos ir o cuál es la experiencia internacional para saber si la podemos capitalizar, para no remar contra la corriente si la experiencia de otros sirve, tanto lo bueno como lo malo.

Entonces, ¿qué es lo primero que encontramos? Hoy solamente hay tres países en Europa que cobran este impuesto: España, Dinamarca y Suiza. Y lo hacen con una particularidad; esos tres países en realidad cobran un impuesto al patrimonio neto, que es distinto al impuesto que estamos tratando y al de los bienes personales, porque son dos impuestos diferentes. El impuesto al patrimonio neto es sobre el activo a partir de un determinado monto deducidas las deudas que se tenga.

¿Saben cuál es la recaudación que tiene cada uno de esos países respecto a este impuesto? España tiene 0,18 puntos del PBI; Dinamarca, 0,45; y el que más recauda es Suiza, 1,08. El resto de los países de la Unión Europea han desistido porque en algunos casos llegaban al 0,17 o 0,2 y en todos los casos el promedio de recaudación lo máximo que alcanzó fue el 0,50 del PBI. Por lo tanto, Holanda, Alemania e Italia han desistido de aplicar este tipo de impuestos. Sin embargo, como bien dice usted, hay algunos proyectos que se están presentando. ¿Sabe quiénes han presentado este tipo de proyectos en Europa? Los partidos minoritarios. Por ejemplo, en Italia se ha presentado un proyecto sin que tenga vigencia; en Rusia, del presidente Putin, se ha gravado el flujo de grandes ganancias de las empresas y no así el patrimonio.

En nuestra región -Latinoamérica- solamente tres países gravan el activo: Argentina, Uruguay y Colombia. La diferencia es que nosotros tenemos un impuesto sobre lo que es Bienes Personales, sin deducir las deudas.

Por su parte, tanto en Chile como en Brasil se han presentado proyectos, pero son impulsados por bancadas minoritarias que responden al Partido Comunista; en ningún caso han tenido tratamiento.

Por lo tanto, es necesario que estas cuestiones las tomemos en cuenta. Se estima que este año seguramente vamos a tener un déficit de alrededor de 10 puntos del producto. Por su parte, el ministro ha presentado un presupuesto que estima un déficit para el año próximo de alrededor de 4,5 puntos del producto. Esta disminución tendrá que ver con el mayor desnivel de actividad económica y el mayor nivel de recaudación. Entonces, nosotros tenemos que ver cómo hacemos para darle herramientas al gobierno que no generen dificultad. Hoy, en la Argentina, existe un preocupante nivel de caída de la actividad económica producto de la crisis económica, la pandemia y la cuarentena. Por lo tanto, creo que estos temas los tenemos que mirar.

¿Qué es lo que me preocupa? En la Argentina tenemos experiencias sobre la aplicación de impuestos por única vez; sobran los ejemplos. Todos nos acordamos de Cavallo cuando en el año 1991 creó el impuesto a los débitos y créditos bancarios por un año. Creo que tenía que terminar en 1992 y ya llevamos treinta años. A su vez, en el año 1995, se aplicó una suba de tres puntos en el Impuesto al Valor Agregado pasando del 18 al 21 por ciento; nunca más lo hemos bajado. Además, tenemos el Impuesto a los Bienes Personales que reemplazó al Impuesto al Patrimonio Neto. Este impuesto era por nueve años y, sin embargo, sigue vigente habiendo pasado casi veinte años de su aplicación.

Si usted me pregunta si estos impuestos son buenos le tengo que contestar que no. Puntualmente, este impuesto no llega en un buen momento, porque el mundo está haciendo política contracíclica. Esta política contracíclica -que ustedes han defendido sistemáticamente- alivió la carga tributaria de las empresas para que no despidan trabajadores, pero no para que tengan más ganancias los empresarios. La idea fue sostener las fuentes de empleo de miles de trabajadores. Ese es el problema que tenemos que analizar en la Argentina, es decir, cómo sostenemos las fuentes de trabajo y no cómo sostenemos al empresario. Pero todo incide de acuerdo con el nivel de presión impositiva. Voy a recordar que Argentina tiene uno de los niveles de presión impositiva casi compatibles con los países de la Unión Europea.

Le voy a decir, señor presidente, qué es lo que me preocupa; por la cercanía se lo tengo que comentar. El artículo 2° de la iniciativa en tratamiento habla de los sujetos que son pasibles del impuesto y usted ha agregado ahora a los nuevos sujetos que son los no residentes en la Argentina pero con acciones en empresas radicadas en el país. Le voy a poner un ejemplo. Sabemos que Paraguay es un país considerado de baja tributación. Hay muchas personas que han nacido en la Argentina, viven en Paraguay desde hace veinte o treinta años y que no piensan volver acá. Además, no tienen inversiones en la Argentina. Quisiera saber qué es lo que sucedería en ese caso teniendo en cuenta que hay una parte de la ley que los considera sujetos del impuesto por tener nacionalidad argentina. En el agregado se hace referencia a aquellos ciudadanos de nacionalidad argentina domiciliados en países y paraísos fiscales de baja o nula tributación. Por eso le menciono a Paraguay. Créame que no tengo mala fe y no hay inconvenientes si usted cree conveniente corregirme. Pero la ley dice eso...

SR. PRESIDENTE HELLER dice "...que tengan bienes en la Argentina", compañero Buryaile.

SR. BURYAILE Compañero Heller: eso es lo que agregó usted. A partir de esta redacción, si una persona nacida en Argentina, con residencia en Paraguay, que tiene bienes en ese país, con esta redacción es sujeto pasible del impuesto. Usted le agregó ahora...

SR. PRESIDENTE HELLER Eso lo discutimos después porque no es el espíritu del proyecto. En todo caso, si usted lo vota a favor, lo corregimos.

SR. BURYAILE ¿Y si lo voto en contra? Sino no sirve, señor presidente. Corríjalo para que sea consistente. Mucha gente que tiene documento argentino va a terminar siendo deudor del fisco sin tener nada acá.

Por otro lado, me preocupa un tema sobre el cual usted también expuso. Me refiero a la situación de reciprocidad de los argentinos residentes en el extranjero que tengan participación accionaria en nuestro país. Quisiera saber cómo sería la situación de corresponsabilidad impositiva en función de los convenios sobre la materia que existen entre los distintos países. Se lo planteo para que lo analicemos porque usted lo mencionó hace unos instantes.

Finalmente, quiero hacer referencia a otro punto. Por un lado, hablamos del impuesto a los Bienes Personales respecto de los cuales sabemos qué está gravado. Están excluidos los bonos, los plazos fijos y los inmuebles rurales. Hoy, estamos asemejando un tractor a una Ferrari. Estamos asemejando un campo a un piso en Puerto Madero. Estamos gravando activos productivos. Y no digo esto porque yo tenga campos. Lo que tenemos que gravar, llegado el caso, son las exteriorizaciones de riqueza. Y un capital productivo no puede ser exteriorización de riqueza porque estaríamos conspirando contra eso.

Voy a hacer una reflexión. Seguramente la semana que viene, en base a lo que usted gentilmente siempre escucha, podremos hacer observaciones sobre esto y ver qué se puede hacer. Pero, una cosa es querer gravar las grandes fortunas y otra distinta es crear un impuesto a un activo productivo.

Le voy a poner el último ejemplo. Vamos a suponer que usted tiene una cadena de restaurantes o de hoteles hoy en la Argentina porque es una persona con recursos. No todos la están pasando bien pues ha venido esta pandemia y los ha destruido. Supongamos que tiene que pagar el impuesto a las grandes fortunas. ¿Cómo cree usted que le va a caer a esa persona?

Por ello, nuestro afán -hablo en nombre de nuestro bloque- es constructivo. Pero le pido que nos permita hacer estas reflexiones respecto de lo que consideramos representan obstáculos para una buena ley.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Casaretto.

SR. CASARETTO Señor presidente: estamos en una situación extraordinaria. Argentina está en una situación extraordinaria, porque ha tenido muchos problemas económicos, algunos de arrastre de los dos años anteriores, con una fuerte caída de la actividad económica y un empeoramiento de los indicadores sociales. Para este año estábamos proyectando una recuperación, nos agarra la pandemia y, entonces, vinieron más dificultades.

He escuchado a quienes me precedieron en el uso de la palabra y quería hablar en respaldo de la iniciativa de la cual usted, señor presidente, es autor y algunos compañeros del bloque del Frente de Todos hemos compartido en el rol de coautores.

Se hizo alusión a dos temas que, considero, ameritan una breve reflexión. En primer lugar, en relación a cuáles son las políticas para enfrentar la pandemia desde el punto de vista fiscal, es decir, si deben ser cíclicas o contracíclicas. Creo que discutir eso no tiene ninguna razonabilidad. Nuestro gobierno ha apoyado a las empresas y buscó preservar su actividad. También ha tratado de apoyar la continuidad de los puestos de trabajo en el sector privado. Por supuesto, ha sostenido la actividad del Estado y ha invertido mucho en recursos para las familias.

A partir de marzo pudimos ver que todos los meses el Estado ha efectuado una inyección de recursos a la economía ante el difícil momento que estamos atravesando. Por eso, frente a lo que inicialmente teníamos previsto, se termina proyectando un déficit importante en términos del producto bruto interno para este año de pandemia.

Desde el punto de vista de los gastos, naturalmente se ha invertido mucho más. Desde el punto de vista de los ingresos, en este Congreso sancionamos en diciembre una moratoria y luego fue aprobada una extensión que ampliaba los beneficios para quienes tuvieran deudas impositivas hasta el 31 de julio; hoy se publica la resolución de la AFIP por la cual tiene vigencia y pueden adherir hasta el 31 de octubre todos los contribuyentes. También se tomaron otras medidas, siempre tratando de preservar el nivel de actividad económica.

Naturalmente, la inversión que usted relataba al comienzo, señor presidente, requiere de financiamiento. Desde el origen de los tiempos, las posibilidades de financiamiento fueron siempre limitadas: se hace mediante impuestos, contribuciones o aportes solidarios extraordinarios, mediante endeudamiento o a través de emisión monetaria.

El gobierno utilizó la posibilidad de emitir dinero como anticipo del Banco Central al Tesoro en niveles importantes, lo que permitió inyectar liquidez y sostener el nivel de actividad del sector público. También ha decidido no utilizar mecanismos de endeudamiento.

En este Congreso hemos tratado la ley de canje de deuda bajo legislación extranjera, la ley de canje de deuda bajo legislación nacional y, seguramente -como ha anunciado tanto el presidente como el ministro-, trataremos una tercera ley: la negociación con el Fondo Monetario Internacional; quizá, luego, una relativa a la negociación con el Club de París, etcétera. Existiendo la posibilidad de un remanente de crédito de la Argentina ante el Fondo Monetario Internacional -creo que la línea era de 58.000 millones y se desembolsaron 43.000 o 44.000 millones; el resto no se tomó-, lo que nos queda es tratar de fortalecer los ingresos.

Acá es cuando debemos tomar una decisión. Es necesario que pidamos una contribución a un sector de la sociedad, pero no una contribución voluntaria -como manifestó algún dirigente empresario-, ya que, naturalmente, no la haría nadie, o muy pocas personas.

Tal como se dijo, es necesario poner una contribución, un aporte especial solidario obligatorio para que, efectivamente, se aporten recursos al Estado. En este sentido, debemos observar cada sector de la sociedad y determinar dónde hay ganadores y perdedores, dónde hay capacidad contributiva.

Cuando éramos estudiantes nos enseñaron que, básicamente, las manifestaciones de capacidad contributiva estaban bien definidas: gravábamos las ganancias o gravábamos los patrimonios.

En este caso, decidimos avanzar con este aporte extraordinario sobre las grandes fortunas. Algunos se preguntan cómo les va a caer esta decisión a quienes deban pagar. La verdad, a nadie le interesa aportar más recursos al Estado, pero tampoco le preguntan a un trabajador o a un jubilado si quiere pagar IVA ni a un trabajador si quiere que le descuenten el impuesto a las ganancias de su sueldo.

Tenemos un esquema por el cual las cargas están fuertemente concentradas sobre los impuestos al consumo y no sobre las ganancias o sobre los patrimonios. Esto lo debemos cambiar.

Entiendo que puede haber planteos y solidaridad de parte de quienes están obligados a pagar y que no estarán muy contentos de tener que hacerlo; sin embargo, si se quejan aquellos que tienen un patrimonio personal superior a los 200 millones de pesos, ¿a quiénes se les ocurre que les podemos pedir un aporte en esta situación extraordinaria de pandemia?

He recibido distintos mensajes, llamadas y comentarios, y he leído notas de algunos a quienes no les gusta esta medida, pero son los que están en la punta de la pirámide de la sociedad, en una situación relativamente mejor que el resto.

Entonces, creo que este aporte solidario y obligatorio que se plantea por única vez es de estricta justicia.

Esta estimación de recaudación del orden de los 300.000 millones de pesos no podemos tenerla con exactitud, ya que, como siempre, los recursos se estiman y los gastos se limitan cuando tratamos algún tipo de norma de estas características.

Escuché a algunos de los diputados preopinantes hablar acerca de distintos aspectos jurídicos. Creo que un aporte de este tipo es legal, es constitucional, no implica una doble imposición, no es confiscatorio, no atenta contra la seguridad jurídica, no va a llevar a ninguna empresa a la quiebra y no genera una contradicción entre el sector público y el sector privado.

No sé si es un buen o un mal momento; creo que es un momento en el cual esto es necesario. Me parece que no es ineficiente y que no atenta contra la inversión.

Señor presidente: no voy a extralimitarme en el tiempo asignado; solo quiero decir que creo que los argentinos están mirando con atención lo que nosotros hoy discutimos, de qué lado nos ponemos.

Con el esquema anterior -en el gobierno de Macri-, durante cuatro años se probó bajar el impuesto sobre los bienes personales para algunos sectores y disminuir el impuesto a las ganancias y las retenciones de otros; es decir, se pensó que bajando la carga sobre los sectores concentrados de la economía se generaría un proceso de inversión.

¡Eso no ocurrió! ¡Esa política fracasó! Por eso Macri se presentó a la reelección y no fue votado; los argentinos vieron que el modelo había fracasado.

Entonces, por una vez vamos a pedir que ese aporte lo hagan los sectores más poderosos de la sociedad, aquellos que están en una mejor situación relativa. Si quieren que trabajemos juntos, hagámoslo en contra de la evasión, del trabajo en negro, de los paraísos fiscales y de todas aquellas cuestiones que aquí se han mencionado.

Señor presidente: espero que algunos de los diputados preopinantes reflexionen, se den vuelta y vean lo que pasa.

Más que los grupos de poder, más que las grandes corporaciones, más que los grupos mediáticos, nos está mirando el resto de la población. No les podemos pedir un esfuerzo a los trabajadores, a los jubilados o a los sectores vulnerables; se lo tenemos que pedir a quienes hoy están en una mejor situación relativa.

Tenemos la convicción de que esta medida es de estricta justicia; por eso presentamos este proyecto -que comunicamos a los argentinos-, para el cual pedimos la aprobación.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Benedetti.

SR. BENEDETTI Señor presidente: en primer lugar, quiero dejar claramente expresado que -si bien ya se ha dicho-, a claras luces, estamos en presencia de un nuevo impuesto. Cada vez que en el país se han aplicado impuestos excepcionales o por única vez, vinieron para quedarse.

Ya se citaron algunos ejemplos aquí. Creo que el que faltó citar fue el que se fijó en 1932 -luego de la crisis del 30- y por única vez: el impuesto a las ganancias. Ya estamos a punto de que se cumplan 88 años. Esto es lo que quería señalar en primer término.

No quiero detenerme en las consideraciones jurídicas, que ya han sido abordadas. Realmente creo que esto es confiscatorio y significa una doble imposición, pero dejemos de lado esto, porque no es el tema que deseo plantear.

Sí quiero hacer hincapié sobre lo que significa para los sectores productivos este impuesto a las grandes fortunas, como se lo está denominando. Ayer escuché a una diputada del Frente de Todos decir que el gobierno está pensando en la pospandemia. Entonces, pensando en la pospandemia -creo que tenemos que pensarlo, porque vamos a superar esto-, íntimamente estoy convencido de que esto es un impuesto altamente inconveniente y que va a impactar negativamente sobre todos aquellos que tienen posibilidad de invertir, que tienen posibilidad de generar actividad económica y de generar trabajo.

Realmente, creo que es una muy mala señal, es una muy mala señal también para todos aquellos que estamos convencidos de que la Argentina saldrá de la pobreza cuando haya más trabajo, cuando haya más posibilidades de trabajo, con más trabajo privado, con más emprendedores y pueda salir de esta situación clientelar en la cual el Estado está atendiendo cada vez a más ciudadanos. Esto es una cuestión de la emergencia y estamos de acuerdo, pero entiendo que todas las cosas que se hagan tienen que ser para poder salir, para que los ciudadanos argentinos puedan tener un empleo digno, un trabajo digno.

Yo pertenezco a un partido político, la Unión Cívica Radical, que por encima de todo defiende la democracia, el sistema democrático, pero además defiende valores de los ciudadanos: el derecho a la libertad, el derecho a la igualdad y fundamentalmente el derecho al progreso. Entonces tenemos que hacer cosas que ayuden a que los ciudadanos de este país puedan tener trabajo, puedan progresar y puedan tener una inserción social para combatir entre todos este enorme flagelo que son esos índices de pobreza que se están acrecentando y ahora más con la pandemia.

Quiero decir también, porque acá se ha mencionado, que como partido político formamos parte del gobierno de Cambiemos, que tuvo aciertos y errores. Es cierto, como dijo algún diputado preopinante, que quizás por eso no fue reelecto, pero yo quiero reivindicar esta idea de que no podemos tener un país con cada vez más impuestos, con una cada vez más pesada carga que inviabiliza el desarrollo de las empresas y de las actividades económicas y no es porque quiera empresas ricas, precisamos empresas que puedan ser competitivas, que puedan seguir existiendo, que no tengan que irse, que puedan seguir generando fuentes de trabajo. De esto estoy absolutamente convencido.

Quiero contarle, señor presidente, que de las mejores experiencias que me brindó a mí la actividad política fue haber sido intendente de mi pueblo, entre los años 1995 y 1999, con la decadencia de las políticas menemistas, cuando perdíamos los ferrocarriles, cuando cerraban los bancos, cuando las empresas se caían como moscas. Tuve la experiencia de estar en una comunidad que perdió sus principales fuentes de trabajo y desde el Estado municipal, acompañado por el Estado provincial, aun de otro signo político en ese momento, pudimos soportar todos los problemas sociales de los trabajadores que se habían quedado sin empleo y de las familias, pero eso se hizo con subsidios, con planes, etcétera.

Ahora, esa situación la superamos cuando a la actividad privada y a las empresas pudimos volver a ponerlas de pie y en marcha en nuestra comunidad. No había una satisfacción social antes de que se pudiera reactivar la actividad económica para que cada ciudadano que desee pueda realmente tener su trabajo, tener su empleo. ¿Por qué hago este comentario? Porque, por supuesto, usted mencionó bien que el Estado ha hecho cosas para defender a las empresas, pero me parece que esto ahora es un contrasentido de lo que ha hecho -o de lo que usted está planteando- con ayudas, de distintas maneras. Digo que es un contrasentido porque estamos hablando de 200 millones de pesos como grandes fortunas. Y la verdad, señor presidente, a lo mejor a algún ciudadano de a pie le parecerá una cifra importante, pero 200 millones de pesos, hoy, que es ese mínimo que han puesto o pretenden poner y pretenden llamarlo grandes fortunas, es el equivalente a un millón y medio de dólares al nuevo precio que le ha puesto hoy el ministro de Economía, esto es el dólar billete más dos tipos de impuestos. Ese millón y medio de dólares, esos 200 millones de pesos, en general, son superados ampliamente por muchísimas pymes que tiene la provincia de Entre Ríos, que están soportando múltiples dificultades.

Un diputado preopinante puso como ejemplo a aquellos que han invertido en turismo, en hoteles, etcétera. En Entre Ríos tenemos ejemplos de hoteles cuatro estrellas y cinco estrellas, hechos en los complejos termales, que están, por supuesto, pasándola muy mal. Los propietarios de esos complejos tienen un patrimonio mayor a esos 200 millones de pesos, y entonces -sobre llovido mojado- esto viene a ser también una complicación.

Lo mismo debo decir respecto de las distintas pymes que están generando actividad productiva en Entre Ríos; sí, la están generando, con muchísimas dificultades. Tal como está planteado -ojalá podamos aclarar cuando venga la licenciada Marcó del Pont cuál es el alcance- yo le puedo decir que con las nuevas normas impositivas, donde los balances de las empresas y de las distintas actividades particulares también tuvieron que ser actualizados durante el año 2019, va a haber un sinnúmero de actividades y de personas humanas, que son los dueños de esas actividades o de esos emprendimientos, que van a tener que pagar este impuesto, así que realmente creo que esto de grandes empresas no tiene nada.

Si quiere que pongamos algún ejemplo, ya el diputado Buryaile planteó algunos. Yo puedo decir que en Chile se está analizando la aplicación de un impuesto a las grandes empresas, pero se está hablando de 22 millones de dólares y de una tasa del 1,5 por ciento, pero no estas cantidades, que acá va a afectar a todos aquellos que tienen posibilidad de invertir y a todos aquellos que están haciendo un enorme esfuerzo al estar soportando y sobreviviendo a los problemas de la pandemia.

Francamente, creo que este impuesto, en esta circunstancia, puede ser pan para hoy, pero mucho más hambre para mañana. Por estas razones, no vamos a acompañar este impuesto porque lo creemos altamente inconveniente al futuro de nuestro país y a la generación de trabajo.

SR. PRESIDENTE HELLER Recién estaba mirando, solo como comentario, por ejemplo, cuánto le tocaría pagar a alguien que tiene una riqueza de 1.000 millones de pesos. Después de pagar, en vez de 1.000 millones le quedarían 975 millones de pesos. No creo que le cambie la condición de vida a nadie, ni nadie deje de ser rentable ni de tener éxito en su empresa. Hagan la cuenta y van a ver que alguien que tiene 200 millones después de pagar va a tener 196 millones. Pareciera que no le va a cambiar la condición a nadie, estamos haciendo mal las cuentas.

SR. BENEDETTI No estoy de acuerdo.

SR. ROMERO (J.A.) Pido la palabra para una aclaración, señor presidente.

SR. PRESIDENTE HELLER Para una aclaración, tiene la palabra el señor diputado Romero.

SR. ROMERO (J.A.) Señor presidente: quiero hacer una aclaración al diputado preopinante, dado que él habla de las pymes y de las empresas. Pero este aporte no está alcanzando a las pymes ni a las empresas; está alcanzando únicamente a personas humanas, es decir, a personas que al 31 de diciembre de 2019 tienen en su patrimonio neto más de 200 millones de pesos. No está alcanzando a ninguna pyme, así que ninguna se verá perjudicada por esta norma.

SR. BENEDETTI Tengo en claro que las pymes no pagan. Pero en nuestra provincia la mayoría de las familias constituyeron pymes para llevar adelante sus actividades, y por su participación en esas pymes, cada integrante sí va a pagar.

En general, son sociedades familiares compuestas por la mujer y el hombre. Por esa razón hice referencia a las pymes que están alcanzadas.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra la señora diputada Romina del Plá.

SRA. DEL PLÁ Señor presidente: en verdad tendríamos que estar analizando dos proyectos sobre el impuesto a las grandes fortunas en lugar de uno, porque, como ya mencionó el diputado del Caño, desde el Frente de Izquierda también presentamos nuestro proyecto el 16 de abril. Si estuviéramos discutiendo ese proyecto, seguramente muchos de los que están cuestionando la iniciativa oficial lo mirarían con más simpatía. El proyecto del Frente de Izquierda sí va al fondo de que, para enfrentar la pandemia, pongan los sectores que más tienen.

En ese sentido, no dejamos ningún resquicio como para que quienes tengan bienes y fortunas personales por más de 100 millones de pesos -que son quienes deberían tributar, según nuestro proyecto- puedan evadir el pago del impuesto mediante inversiones en sociedades, por ejemplo, para disimular sus fortunas. Esto es lo que suelen hacer los grandes capitalistas. Mientras se insiste con altos niveles de tributación, la realidad es que estos sectores son los principales artistas de una evasión permanente.

Los que sostenemos al Estado y permitimos el funcionamiento del país somos los trabajadores, con nuestro trabajo y nuestro esfuerzo -que es el único que genera ganancias-, y también somos los que tributamos, a través del IVA, del impuesto a las ganancias sobre los salarios y del conjunto de impuestos al consumo.

Desde el Frente de Izquierda y los Trabajadores entendemos que en este cuadro de verdadera emergencia que planteó la pandemia tenemos que colocar una tributación extraordinaria porque consideramos que es el camino hacia un sistema tributario de carácter progresivo, y no regresivo como tenemos en la actualidad.

En nuestro proyecto no solo planteamos el tributo por única vez, sino que también hacemos eje en no quedarnos solo en las personas jurídicas. Es decir, nos referimos también a los fideicomisos, a los fondos comunes de inversión y a las sociedades y empresas privadas y mixtas, tanto de origen nacional como extranjero, porque entendemos que no podemos ir a una recaudación de este impuesto de manera devaluada o disimulada -que no se note mucho- sino que realmente necesitamos una recaudación. En nuestro proyecto, el objetivo es recaudar entre 15.000 y 20.000 millones de dólares, es decir, una cifra que realmente permita resolver algunos problemas acuciantes.

También planteamos gravar las ganancias extraordinarias de empresas y bancos, la gran propiedad terrateniente de más de 5.000 hectáreas y las viviendas de más de 30 millones de pesos que hayan permanecido ociosas en los últimos doce meses. Para estos sectores también planteamos este tributo por única vez.

Fíjense que incluso en la consideración de quienes entendemos que son los que deben poner ya hay todo un criterio económico y social, o una orientación. Digo esto porque hemos visto que en estos meses de pandemia se planteó todo tipo de ayudas a distintos sectores empresarios y eso se hizo sin abrir los libros de las empresas; esto es algo elemental que reclamamos desde nuestro bloque, ya que no todas las empresas están pasando una situación negativa en esta crisis internacional.

Hay sectores empresarios que están haciendo pingües ganancias. Entonces, no corresponde que el Estado los asista cuando tienen no solo espalda para sostener el funcionamiento de su empresa y los salarios de sus trabajadores sino una espalda mucho más grande.

Por ejemplo, se enviaron ATP a Techint y a los Paolo Rocca y se otorgaron beneficios a empresas de telecomunicaciones, que están haciendo negocios infernales, y a petroleras, que vienen haciendo negocios de todo tipo.

También vimos cómo se permitió que empresarios como Vicentín sigan vaciando y fugando capitales; empresarios que, como bien decía el diputado preopinante, hicieron un arte en partir la empresa para disimular que es todo parte de lo mismo. Lo hicieron justamente para liquidar activos, evadir impuestos y simular que exportan desde Paraguay, cuando en realidad están exportando desde aquí, para subregistrar las exportaciones.

Con todo este conglomerado de medidas, los grandes capitalistas se vieron beneficiados. Ni hablar de los bancos, que siguen teniendo ganancias fabulosas en todo este período porque no se les tocó ni un centímetro de sus negocios.

Nos parece clave a dónde se va a destinar esta recaudación, y por eso planteamos fines muy específicos. Quiero detenerme en un tema, que es el de la centralización del sistema de salud. Recién ahora, a partir de que la pandemia está causando estragos en la mayoría de las provincias del interior -algunas de las cuales habían estado relativamente protegidas hasta hoy de los contagios y fallecimientos-, empiezan a discutir si no habría que hacer más testeos. Justamente esto es lo que nosotros veníamos reclamando.

Hace muchos meses que venimos reclamando que estén los recursos para reforzar el sistema de salud, a fin de que no se privilegien los negocios privados de la salud en el marco de esta emergencia. Sin embargo, las decisiones que se tomaron fueron contrarias a esto: se privilegian todos y cada uno de los negocios privados.

No es verdad que el sector privado de la salud está poniendo todo al servicio de la pandemia, como gustan decir algunos que circulan por los canales de televisión. No es así. Privilegia sus ganancias, y por eso tenemos enormes demoras en la atención a trabajadores de algunas obras sociales y, en muchos casos, un alza sin control en los precios. Además, tenemos el negocio que están haciendo los laboratorios multinacionales con la vacuna. Por supuesto, es algo que todos necesitamos, pero está siendo objeto de todo tipo de manipulaciones.

Por eso, destinar un refuerzo a esto es clave. No compartimos algunos planteos del proyecto oficial, como destinar una parte a la exploración gasífera, porque terminan reforzando las cuantiosas medidas que ya se tomaron en materia de subsidios a sectores empresarios. Realmente no entendemos que sea algo urgente en el marco de la pandemia con relación al tema de la atención de la salud.

En este sentido, reclamamos que se trate nuestro proyecto. De lo contrario, vamos a asistir a una suerte de puesta en escena. Será un tributo que cada vez se devaluará más si se permite que todos estos sectores empresarios terminen compensándolo por otro lado. En efecto, quizás solo un pequeño sector no logre eludir este tributo que se propone en el proyecto oficial. Necesitamos que los sectores que más tienen sean los que aporten en este momento urgente.

La contracara de todo esto son los jubilados que cobran el haber mínimo de 18 mil pesos -a pesar de que la canasta de un jubilado es de 43 mil pesos-, los despidos en masa y los millones de personas que no tienen ningún ingreso en nuestro país.

Por eso, es clave garantizar un subsidio de 30.000 pesos con la recaudación que se prevé en nuestro proyecto, no solo para quienes hoy cobran cada dos meses 10.000 pesos del IFE -algo que claramente no alcanza- sino también para quienes han quedado fuera de ese ingreso familiar. En efecto, muchísimas personas no lograron acceder al IFE, como los trabajadores de la cultura y los trabajadores y las trabajadoras de los distintos sectores del turismo, quienes han quedado excluidos de la ley de emergencia sancionada.

Más que nunca defendemos la orientación social y económica del proyecto del Frente de Izquierda y reclamamos que se le otorgue igual tratamiento que al proyecto oficial. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Eduardo Fernández.

SR. FERNÁNDEZ (E.) Señor presidente: no solo quiero elogiarlo por su flexibilidad -algo por lo que, aparentemente, ya lo elogian- sino que también quiero ponerlo contra las cuerdas -ya es común que desde ese bloque nos acusen de autoritarios- y decirle que usted podría haber hablado horas de este proyecto que está largamente fundamentado.

En ese sentido, pido que en todo caso se establezcan algunos ejes de discusión, porque es evidente que varios de los diputados preopinantes han dicho que no van a acompañar este proyecto por profundas razones ideológicas; por ejemplo, porque no favorece la inversión.

La verdad es que, como se insiste con la presión tributaria, en la próxima reunión podríamos referirnos a todos los números relacionados con ese tema, en especial aquellos que maneja la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Ese organismo establece que en la Argentina la presión tributaria sobre el PBI es del 22,8 por ciento -es decir, aproximadamente el 23 por ciento-, mientras que en los países desarrollados es del 34,2 por ciento. Entonces, esa no es la razón de la falta de inversión.

Varios economistas han discutido mucho en este último tiempo sobre las razones por las que en la Argentina no se invierte; en la anterior administración, con coherencia, tendrían que haber aumentado las inversiones, ¿no dicen eso los datos? Es una mala señal para invertir.

Un diputado preopinante dijo que las empresas se van del país. Toda vez que ésta es la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, tendríamos que ser serios y contextualizar. Esas empresas internacionales que amenazan con levantar alguna de sus filiales o sucursales, en realidad lo están haciendo en todo el mundo. Cuando se compara la utilidad que han tenido en la Argentina en los últimos años, se observa que es mayor que en otros países. O sea, este proceso no está sucediendo solo en la Argentina.

No puede usarse ese argumento para tratar este aporte solidario y extraordinario por única vez, destinado a morigerar los efectos de la pandemia. Este es el momento para tratarlo; ni los diputados de este bloque ni este gobierno elegimos el momento de la pandemia. Estamos siendo responsables y estamos dotando al Estado de recursos.

Uno empieza a escuchar fundamentos que dicen que los economistas que han pasado por el anterior gobierno sostenían que hay que lograr el equilibrio fiscal ya que esa es la razón de la inflación, así como también la emisión monetaria; todas son cuestiones estructurales, evidentemente.

Este proyecto que estamos discutiendo ahora pretende consolidar ingresos genuinos del Estado para atender gastos extraordinarios que, por supuesto, no van a estar en el presupuesto -como algún diputado dijo- porque no van a salir de las rentas generales. Nosotros estamos creando estos aportes para darle al Estado recursos con fines específicos y federales que permitan morigerar los efectos de la pandemia en los sectores que justamente más han sufrido.

Cuando uno escucha la defensa de los supuestos perjudicados por este aporte -quienes, como bien dijo recién el presidente, no dejarán de ser privilegiados-, parece que los conocieran con nombre y apellido. El presidente Heller también expresó en el inicio de esta reunión de comisión que no llegan a ser 10.000 los perjudicados.

Asimismo, quiero decir que me parece bien que venga la directora de la AFIP; pero debemos dejar en claro, señores diputados, que a ustedes no los afectan estos datos sino que no están de acuerdo en que el Estado juegue un rol. Recién un diputado dijo que el Estado quiere más ciudadanos clientes, pero la verdad es que nosotros queremos dar trabajo en serio. Es por eso que el presupuesto nacional y las políticas van acompañando la creación de trabajo.

Podrían ser eternas las discusiones si no nos centramos en el rol que queremos que juegue el Estado. Debemos ser consecuentes con lo que hemos prometido en relación con el rol del Estado y del sistema tributario, si bien éste tampoco nos gusta. Como dijimos, este sistema no es progresivo, pero hay emergencias.

Ahora proponen distintas bases pero, en realidad, éstas son las bases ciertas para que un pequeño sector de los ciudadanos argentinos haga un aporte para solucionar un problema de más de 44 millones de argentinos.

He escuchado expresiones acerca de que la legalidad y la Constitución están para defender, por supuesto, las características que debe tener un aporte o un impuesto. Soy contador y lo sé. La próxima reunión seguramente haré un aporte al respecto puesto que en mi provincia me tocó escribir en ese sentido cuando se creó un impuesto.

El impuesto tampoco tiene contraprestación cuando va a rentas generales; sin embargo, esto tiene que ver con hacia dónde va la recaudación objetivamente.

Por eso, señor presidente, para ser conducente y para que esta discusión no se transforme en una barricada -ya que un diputado mencionó que tuvo que soportar discursos de barricada, aunque ésta presupone un lado y otro-, quiero decir que nosotros, como bloque, estamos presentando este proyecto, seriamente fundamentado, cumpliendo principalmente con el compromiso que nos hemos propuesto: poner a la Argentina de pie.

Hay millones de argentinos que están sufriendo esta pandemia -así como también han sufrido la anterior, creada desde el Estado- y necesitan la ayuda estatal. Entonces, no es posible presentar proyectos pidiendo que se ayude a tal sector, que el Estado cumpla su rol o que se paguen mejores jubilaciones sin decir qué aportes se deben utilizar o de dónde sacamos los recursos, sino diciendo simplemente que lo ideal hubiera sido otro proyecto con aportes concretos. En ese caso, lo que se transforma en un discurso de barricada es la cuestión ideológica, que nos coloca de un lado o de otro.

Quien les habla, ya eligió. En América Latina la evasión fiscal es enorme -asciende a 325.000 millones de dólares, el 6 por ciento del Producto Bruto internacional-, y proviene de estos sectores que tienen mucho y quieren tener más, y que hoy expresan en su patrimonio la posibilidad de contribuir solidariamente con el resto de los argentinos.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Campos.

SR. CAMPOS Señor presidente: salvo excepciones, creo que debemos congratularnos por el clima de esta reunión. Está bien que podamos discutir este tema sin eufemismos y sin ponernos colorados. Pareciera que algunos estuviéramos defendiendo a los ricos y otros a los pobres, pero creo que esa es una simplificación que ya no corre en 2020. El mundo está muy interconectado, los datos fluyen y todos podemos tener información similar.

El tema es si lo que estamos haciendo es bueno para lo que nosotros queremos que sea bueno. La pregunta es: ¿esto es malo para los ricos? Para un rico no solidario o para alguien que no quiera aportar, evidentemente es malo. Pero el hecho de que sea malo para los ricos, ¿lo convierte en bueno para los pobres? Esta sería la pregunta.

Con una mano en el corazón y sin ponerme colorado, les digo que estoy convencido de que es malo para los más necesitados. Me encantaría tener una discusión seria -quizás en un ámbito más reducido, porque acá no se va a poder- para ver si realmente lo que estamos haciendo va a lograr el objetivo buscado. Todos queremos que la gente de este país esté mejor, pero claramente no lo estamos logrando: no lo logramos en el gobierno pasado ni en los antepasados.

Tenemos ciento sesenta impuestos. En esta reunión se dijo que la presión tributaria no es el problema, pero después miro los datos objetivos y advierto que nuestro país es el que más impuestos tiene; con estos nuevos que se crean, llegaríamos a los ciento sesenta y siete. Acá hay algo para discutir. Hay algo que la Argentina está haciendo mal desde hace mucho tiempo; no desde el gobierno de Mauricio Macri o el de Cristina Kirchner, sino desde hace muchos años.

Creo que este impuesto nos interpela para ver si lo que estamos haciendo en favor de los más necesitados no es exactamente lo contrario de lo que estamos logrando. Quiero desmitificar dos cosas muy importantes. Primero, está clarísimo que esto es un impuesto; sobre todo, queda muy claro cuando incluimos el tema del gas. ¿Qué tienen que ver la urgencia y la pandemia con el incentivo a la exploración de gas? Eso es propio del Estado central y de la caja del Tesoro; por supuesto, estoy completamente de acuerdo con que se promueva esa actividad.

Entonces, por un lado, está claro que esto tiene todas las características de un impuesto.

Por otro lado, todo el tiempo escuchamos que el Estado está haciendo un esfuerzo inmenso. La verdad es que yo no veo ningún esfuerzo del Estado. Lo único que está haciendo es imprimir dinero. Para mí, esfuerzo es el de la gente que está manteniendo a sus empleados pese a tener las puertas cerradas -como los gastronómicos o los hoteleros- y el de toda la gente que ha perdido su trabajo. Ellos son los que están haciendo un esfuerzo, que siguen pagando los impuestos aun cuando no tienen ingresos; por ejemplo, pagando anticipo del impuesto a las ganancias de 2020 cuando todo el mundo sabe que no van a tenerlas. Esos son esfuerzos; no lo que está haciendo el Estado. El Estado lo único que está haciendo es apretar un botón e imprimir dinero.

Quiero retrotraerme a diciembre de 2019. En esta misma comisión -que todavía no presidía usted, señor diputado Heller- se trató el aumento, a 2,25 por ciento, del impuesto a los bienes personales para los residentes extranjeros. Yo alerté en ese momento que eso iba a ser muy malo para la economía argentina. Lo hice basándome en el esquema francés, que estudiamos con mi equipo.

En su momento, Francia creó el ISF, que era el Impuesto Solidario a la Fortuna. Ustedes ya tomaron el término "solidario". Cuando ese impuesto estaba en vigencia, permitía recaudar 2.600 millones de euros al año pero ocasionaba pérdidas al fisco, por baja de tributación, por 16.000 millones de dólares. ¿Qué pasaba? Todos los progresistas de Francia estaban encantados de poder sacarle esos 2.600 millones de euros a los ricos. Ahora bien, mirado desde el lado de los pobres, se estaban perdiendo 16.000 millones de euros de tributación anual.

Entonces, está buenísimo el discurso, pero por pegarle a los ricos -porque uno puede estar resentido con ellos porque llevan una vida muy lejana a la nuestra- no significa que sea bueno para los pobres. Y eso no lo estamos discutiendo. Francia fue el primer país que creó un impuesto de esa naturaleza, pero finalmente lo derogó -hace cuatro o cinco años- porque se dieron cuenta de que era pésimo para el fisco francés.

Esas son las cosas que tenemos que discutir. ¿Estamos haciendo algo que es bueno para la gente? Les aclaro que tengo una encuesta de hace una semana. Fíjense qué clara es la opinión del pueblo argentino: el 50 por ciento no apoya este impuesto. Después le mando la encuesta, señor presidente. Solo el 43 por ciento lo aprueba, cuando pareciera ser un impuesto bueno para la gente.

SR. PRESIDENTE HELLER Vemos encuestas diferentes, señor diputado. Yo también le puedo mandar la que tengo, que dice que lo aprueba el 70 por ciento de la gente.

SR. CAMPOS Me encantaría que nos juntemos y lo hablemos, porque evidentemente alguien miente o hay mucha gente indecisa. Pero creo que realmente debemos discutir si esto es bueno para la gente. Dada la experiencia extranjera, creo que esto es malo para el fisco argentino y para la gente.

Estoy dispuesto a discutirlo tranquilamente y en paz con quien quiera. Si me demuestran lo contrario, lo voy a apoyar. Lamentablemente, a priori, estoy en contra. Me encantaría que me convencieran, pero creo que estoy en contra por lo que he visto de otros lados.

Yendo a otro tema, la ley en particular tiene varios problemas. El primero de ellos es que es retroactiva. Además, como toda ley que traza una línea, crea arbitrariedades enormes. Por ejemplo, una persona que tiene todo su patrimonio en acciones de aerolíneas de todo el mundo, en hoteles, en restaurantes o en gimnasios puede haber perdido el 80 por ciento de su patrimonio de diciembre a hoy, y sin embargo se le cargará quizás hasta el 7 u 8 por ciento de ese patrimonio valuado a diciembre. Esa carga hoy puede llegar a ser el 15 o 20 por ciento de su patrimonio. Como es tan difícil legislar en estos casos, me parece que estamos creando un monstruo que va a tener muchas arbitrariedades.

Y aquí viene el tema peor: Argentina está de este lado, y en la otra orilla del río tenemos a nuestro espejo, Uruguay. ¿La AFIP no está dando los datos, señor presidente? He podido constatar que desde diciembre hasta hoy se han ido 25.000 argentinos a residir en el Uruguay. Ese país pide 380.000 dólares de inversión mínima para otorgar la residencia. Así que saquen la cuenta y verán si el fisco argentino, la economía y los pobres no se ven afectados por esto.

Creo que es terrible cuando una persona elige dejar su residencia e irse a otro país, porque empieza a hacer negocios en otro lugar y da trabajo a otras personas. Al retirarse, está empobreciendo al argentino.

Entonces, señor presidente, creo que este impuesto viene a corroborar y a darle certeza de que hizo lo correcto a toda la gente que se fue desde diciembre hasta hoy. Nosotros les estamos diciendo: "Hiciste bien en irte, porque ahora después del palo de aumento de bienes personales de diciembre, te viene un garrotazo peor". Así que todo esto es malo, señor presidente.

Para ir terminando, quiero comentar que he escuchado recién que la presión tributaria es baja, que hay que dar trabajo, que las empresas que se van, se van porque se tiene que ir y que el problema son 12.000 contra 44 millones.

Señor presidente, creo que a usted le gusta mucho el fútbol. En diciembre les dije, usando la idea del Mundial 2014, con la jugada famosa de Palacio: "Era por abajo, Palacio". Yo creo que es por abajo. Hay que bajar impuestos y nosotros seguimos insistiendo en que es por arriba y seguimos tirándolo a la tribuna. Hagamos la prueba de realmente pensar en lo mejor para el pueblo argentino, que es bajar impuestos y no seguir subiéndolos.

Recién, mi asesor me acaba de mandar una nota en la que ayer, una persona que comulga con las ideas de ustedes, el señor Guillermo Moreno declaró: "Argentina va a tener el récord de destrucción de su economía gracias a las decisiones de Alberto Fernández". No es santo de mi devoción, pero trabajó en el gobierno de ustedes.

Entonces, ustedes no pueden decir que está todo bárbaro, que las empresas se van porque quieren, por reestructuraciones. Evidentemente, está pasando algo en la Argentina.

Yo quiero alertar con esto y, sinceramente, lo hago con un tono constructivo. Me encantaría que nos sentemos en una mesa y analicemos las cosas, si esto es bueno o no para la economía argentina. Yo creo que no, señor presidente, pero estoy a disposición para discutirlo y para sacar la mejor ley posible. Gracias, señor presidente.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra la diputada Vallejos.

SRA. VALLEJOS Gracias, señor presidente. ¿Me escuchan allí?

SR. PRESIDENTE HELLER Sí, señora diputada. Muy bien se la escucha.

SRA. VALLEJOS Siempre espero su asentimiento.

En primer lugar, no puedo dejar de expresar la enorme satisfacción que significa para mí el poder estar debatiendo este proyecto y, por supuesto, felicitarlo por el trabajo y el empeño que ha puesto en su desarrollo.

La verdad es que hay muchos elementos para destacar de esta iniciativa que se plantea, y hay que decirlo, en un momento absolutamente excepcional de la Argentina y del mundo, cuando nos encontramos atravesando una pandemia que, tanto por sus impactos económicos como sociales, es reconocida internacionalmente como la peor crisis de la historia del capitalismo.

Nuestro país, además, llegó a la pandemia acumulando una profunda fragilidad que fue consecuencia de un programa de política económica que después de cuatro años nos dejó sumidos en una profunda recesión con desocupación de dos dígitos, 40 por ciento de pobreza. Recordemos que cerró con la inflación más elevada en casi tres décadas.

Ese programa, que tuvo tres patas: la especulación financiera, el sobreendeudamiento externo y la fuga de capitales, dejó entre sus saldos más dolorosos el dramático avance de la desigualdad. En esos cuatro años, la brecha de ingresos entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre escaló de dieciséis a veintiún veces y nos colocó como uno de los países con la concentración del ingreso más severa, donde el 1 por ciento más rico pudo capturar más del 15 por ciento del ingreso nacional, mientras que el 10 por ciento más pobre apenas participó del 1,5.

Estos desequilibrios son un fundamento -a mi juicio- irreprochable en relación con la necesidad y la oportunidad de esta iniciativa. Este aporte extraordinario recae sobre el 0,02 por ciento o menos de nuestra población. Un universo, indiscutiblemente, muy pequeño: estas 12.000 o 10.000 personas sin distinciones de si se desempeñan en el sector público o privado, en el campo o en las finanzas, pero que tienen patrimonios declarados por encima de los 200 millones están en una posición privilegiada en una Argentina en donde -como decía- la pobreza alcanza al 40 por ciento.

Si bien las alícuotas son razonables y progresivas, que van del 2 a 3,5 por ciento, permiten que esas 12.000 o 10.000 personas con muy poco, sin que se afecte su estándar de vida, puedan ayudar y mucho.

Señor presidente: el Estado argentino, además, es bueno recordar que lleva invertidos más de 2,5 billones para morigerar los impactos de la pandemia. Con esta iniciativa -como ya se explicó- esperamos recaudar unos 300.000 millones, que si bien es un monto más modesto en comparación con la inversión que ya lleva realizada el Estado nacional, va a significar una contribución muy importante para llevar alivio en esta situación.

Por lo demás, señor presidente, más allá de nuestros egos, no se trata de un invento argentino. La humanidad ha atravesado distintos momentos de catástrofe y, salvando las distancias con la que nos toca sufrir hoy, creo que amerita que observemos la historia.

En este sentido, vale la pena recordar, por ejemplo, cómo las economías más desarrolladas enfrentaron en el pasado situaciones tan duras como las experiencias bélicas. Las contribuciones progresivas sobre la renta y sobre los patrimonios fueron en esos momentos la respuesta que se dieron los países para salir de la crisis.

Probablemente, el caso más emblemático, a mi juicio, sea el norteamericano. En vísperas de la Primera Guerra, ese país instrumentó el primer impuesto sobre la renta. Se decía en aquel momento que el sistema tributario era demasiado generoso con los ricos durante la guerra con una fuerte presión social como trasfondo. La Ley de Ingresos de Guerra de 1917 subió la tasa marginal superior del 15 al 67 por ciento. Durante la Segunda Guerra se profundizó esa concepción.

En la administración Roosevelt, la tasa marginal superior subió al 88 por ciento y después a un impresionante 94 por ciento, en 1944.

En el presente esta iniciativa tampoco es exclusiva de la Argentina porque este es un debate que se ha instalado con fuerza en España, Italia, Suiza, India, Perú, Brasil, entre varios otros países con distintas características y niveles de avance.

De hecho, justo antes de la irrupción del coronavirus, la discusión sobre los insoportables niveles de desigualdad en el mundo y sobre la necesidad de un mayor aporte, una mayor contribución de los superricos había copado, incluso, las elecciones primarias de los Estados Unidos, donde ya no solamente lo proponía Bernie Sanders, sino también la senadora Elizabeth Warren, que es una exfuncionaria del expresidente Barack Obama.

En nuestro país, en la Argentina, en los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, el tratamiento tributario favoreció a los más privilegiados cuando, entre otras medidas, la recaudación por bienes personales cayó de una tasa promedio de 1,36 por ciento sobre la recaudación total a una de 0,74 por ciento, en el período 2015-2019.

Tampoco nos hacemos los distraídos a la hora de constatar que, junto con la fuga de capitales, la evasión y el fraude fiscal constituyen un problema que socava las bases de nuestro desarrollo nacional.

De acuerdo con el stock de riqueza exteriorizada por argentinos que acumulaban al 31 de diciembre de 2019, más de 365.000 millones de dólares, según el INDEC y comparando con la información que surge de las declaraciones juradas ante la AFIP, podemos sostener que aproximadamente el 70 por ciento de los activos externos no se encuentra declarados ante el fisco.

En estos casos también duele la simetría entre quienes evaden sus obligaciones tributarias y quienes no tienen ni altos ingresos ni patrimonios y pagan los impuestos más regresivos.

No quiero dejar de poner el énfasis en un flagelo que impacta decididamente sobre nuestra economía porque del total de las fortunas declaradas por los más ricos, el 80 por ciento se encuentra fuera de nuestro país. Entre 2015 y 2019, fruto -por supuesto- de la completa desregulación cambiaria y financiera que se instrumentó, los activos externos de argentinos crecieron en más de 103.000 millones de dólares.

Esa riqueza sustraída del circuito productivo nacional, que es la antítesis de la inversión productiva, es indudablemente dañina para la economía y también para la sustentabilidad de nuestro desarrollo.

Fíjese que, en esos cuatro años, cuando la fuga de capitales creció como nunca, mientras los ricos pagaron menos impuestos y pudieron acumular mayores excedentes, la tasa de inversión -al contrario de lo que se dice- cayó del 21,1 por ciento promedio entre 2013 y 2015 al 19 por ciento entre 2015 y 2019.

Por eso creo que otro elemento virtuoso del proyecto que estamos analizando, señor presidente, es el tratamiento de las fortunas en el exterior, cuyo aporte se basa en una alícuota 50 por ciento superior a las que se aplican a los patrimonios declarados en el país.

También quiero resaltar el estímulo que se otorga para la tan deseable repatriación de esos activos, que no son más que riqueza argentina, producida en la Argentina con recursos y trabajo argentino, porque quienes tienen sus patrimonios en el exterior tienen la oportunidad de pagar la alícuota regular del aporte si deciden repatriar al menos el 30 por ciento de esa riqueza exteriorizada.

Podría, señor presidente, seguir hasta el infinito señalando elementos que considero sumamente destacables de esta iniciativa que celebro. Pero, para ser respetuosa de los tiempos acordados, sencillamente quiero terminar diciendo que esta iniciativa tiene que ser leída como un acto de reparación frente a esos profundos desequilibrios que afectan a nuestra sociedad y también como un puntapié inicial en la construcción de un país con mayor igualdad y más justo.

Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE HELLER Muchas gracias, diputada.

Tiene la palabra el señor diputado David Schlereth.

SR. SCHLERETH Gracias, presidente. ¿Me escucha?

SR. PRESIDENTE HELLER Sí, escucho perfectamente.

SR. SCHLERETH Señor presidente: creo que no es menor y, aunque el diputado Pastori lo explicó con absoluta solvencia técnica y claridad, quiero ratificar y volver a decir que no estamos frente a un aporte solidario, sino a un impuesto.

Las cosas no se llaman como a uno se le ocurre que se llamen, sino que responden a un concepto; y, en realidad, conceptualmente esto es un impuesto. Aquí tenemos un hecho imponible; aquí tenemos un sujeto pasivo del impuesto; aquí tenemos una determinación; aquí tenemos al Estado, a través de su agencia fiscal, instrumentando, recaudando, etcétera.

Entonces, es importante volver a decir que esto es un impuesto más que el Estado argentino, en todo caso, si esto se transformara en ley, aplicará a un segmento de la base de contribuyentes.

Escuchamos varias observaciones, por lo menos de los diputados Pastori y Buryaile. No usaré tiempo para redundar en eso, pero sí haré algunas observaciones técnicas, jurídicas y constitucionales, que posiblemente, frente al avance y la sanción de este proyecto, terminen en algunas acciones judiciales de defensa del patrimonio de contribuyentes argentinos. Pero, quisiera plantear una visión más conceptual y hablar de dos o tres claros ejemplos que, por lo menos, me he tomado el trabajo de indagar y de hablar con contribuyentes de mi provincia, Neuquén, que serían pasibles del pago de este tributo.

Particularmente, quiero decir que -como ya lo han anticipado varios integrantes del interbloque al que pertenezco- no estamos de acuerdo no solamente con la creación de nuevos impuestos, sino tampoco con la elevación de alícuotas de impuestos vigentes ni con la ampliación del universo de contribuyentes de algunos impuestos vigentes. Creemos que esto es nocivo en lo general, y también lo será en particular en la coyuntura que estamos viviendo de una severa crisis, no solamente sanitaria, sino también económica y, por supuesto, social.

Creo que si hay algo en lo que sí podemos estar todos de acuerdo es que esa crisis existe, se agrava y es tangible a la vida cotidiana de todos los argentinos: los más humildes, los que lamentablemente no tienen un trabajo, los que lo tienen de manera precaria y también de aquellos que tienen cierta comodidad económica, pero que están viendo amenazado seriamente el futuro de su trabajo, de su negocio, de su empresa, justamente por la crisis que estamos viviendo. Y no estamos de acuerdo con la creación de nuevos impuestos precisamente por eso, porque creemos que no redunda en la posibilidad cierta de comenzar a salir de la crisis en la que hoy estamos.

Mencionaré dos o tres ejemplos claros. Ahora sí quiero hablar particularmente de algunas conversaciones que he tenido con algunos posibles contribuyentes de este impuesto en la provincia de Neuquén.

Cuando hablamos de contribuyentes que tendrán que pagar por un tributo cuyo valor a partir del cual se aplicaría es de 200 millones de patrimonio, parece que estamos hablando de mega millonarios, y esto no es así. Estamos hablando, en muchos casos, de gente que trabajó durante muchos años, que pudo crecer, que apostó al país, a sus empleados y a la inversión local, y le fue bien. Tenemos que seguir trabajando para que le vaya aún mejor.

Gente que ha trabajado y que hoy está utilizando sus ahorros para sostener el trabajo de sus empleados; y pagar un tributo como este pondrá en serio riesgo su posibilidad de sostener un capital de trabajo para mantener su actividad y, en consecuencia, la fuente de trabajo de sus empleados. La verdad es que he escuchado muy poco acerca de estos contribuyentes que caerían como sujetos pasibles de este tributo.

El diputado Campos mencionó también qué ejemplaridad, qué acción de optimización del gasto público ha demostrado el Estado argentino a los contribuyentes, no solamente a los que podrían o deberían pagar este tributo, sino a los que vienen cumpliendo de manera esforzada con el pago de tributos hace muchos años.

Los que hemos ejercido la profesión de manera independiente y hemos atendido a muchos de nuestros clientes liquidándoles impuestos y salarios, ayudándolos a salir adelante, crecer y trabajar, hemos constatado este voraz avance muchas veces del Estado argentino en el cobro de más impuestos, de alícuotas más altas, y esto no ha redundado en efectos satisfactorios para el sostenimiento y la ampliación del trabajo argentino.

Se ha hablado acerca de comparaciones con otros países, inclusive de la presión fiscal respecto de otros países. Y es cierto, nuestra presión fiscal es comparable a la de muchos otros países -inclusive, de muchos, menor-; pero, cuando uno compara la presión fiscal, también tiene que compararla respecto a la contraprestación de servicios que ese Estado que le cobra impuestos al contribuyente da a sus ciudadanos en salud, educación, infraestructura, seguridad nacional, etcétera.

Debemos reconocer -creo que esto nos cabe a muchos de los espacios políticos que representamos- que el aumento de la presión fiscal a los contribuyentes argentinos no ha tenido un correlato en mejores y más servicios de ese Estado que cobra impuestos a sus contribuyentes.

El problema de las finanzas del Estado nacional me parece que no tiene que ver tanto con una cuestión cuantitativa, sino más con una cualitativa y de eficiencia en la aplicación de esos recursos.

No sé qué ejercicio hicieron los autores del proyecto, aunque entiendo que seguramente actuaron de buena fe y con buena voluntad. Pero, ¿por qué no plantear algunos objetivos de morigeración de los efectos de la crisis tratando de optimizar el gasto del Estado y tratando de optimizar cada peso y cada recurso que todos los contribuyentes argentinos aportan al Estado nacional a través de sus impuestos? No se trata de gravar con nuevos impuestos, particularmente, a aquellos que serán fundamentales e importantísimos en la salida de esta crisis, sosteniendo el empleo y la actividad económica, a fin de no generar situaciones como las que están pasando.

No solo las empresas trasnacionales o las grandes empresas deciden sacar sus unidades de negocios del país, sino que más grave, o peor aún para los que tenemos el sentimiento argentino, es que muchos argentinos están levantando sus empresas y sus patrimonios, viendo en qué otro lugar del mundo pueden llevar adelante una actividad económica.

Hago un llamado a la reflexión en estos segundos finales y reitero que, en vez de seguir probando con la misma receta de mayor cantidad de impuestos, más gravosos, podemos trabajar en un presupuesto eficiente de aplicación de los recursos que ya tiene el Estado y que no son pocos. Esos recursos, redireccionados con un criterio de mayor eficiencia, no solamente pueden responder a las cuestiones establecidas en el articulado del proyecto de ley en tratamiento, sino también a muchas otras que el Estado todavía debe a esos contribuyentes.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Casas.

SR. CASAS Señor presidente: saludo a todas las diputadas y a todos los diputados.

En realidad, solicité nuevamente la palabra porque se cortó abruptamente la luz y, por supuesto, también el servicio de Internet en La Rioja. Hablando de ello, menciono la falta de mantenimiento de la línea de Trasnoa, que por supuesto es una de las inequidades que hay que corregir, invirtiendo fundamentalmente en el interior del país.

Estamos considerando un proyecto de ley que, como su nombre lo dice, contempla el aporte solidario y extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la pandemia. Creo que solo leyendo el enunciado de este proyecto, sabemos claramente qué tenemos que debatir.

El tema lo planteó el presidente con una prudencia y mesura que valoro, así como también lo hizo el diputado Pastori de una manera correcta y respetuosa. Sin embargo, no veo que hayan procedido así quienes con legítimo derecho defienden su gobierno. Entiendo que la inequidad y el desastre económico sufrido en los últimos cuatro años es producto de las desacertadas políticas económicas llevadas adelante por el expresidente Macri. Digo con respeto que en realidad tenemos que hablar sobre las consecuencias que hoy produce esta pandemia en el mundo entero. Por supuesto, la Argentina no es una isla y el presidente Fernández ha planteado que iba a priorizar la vida antes que la situación económica. Para ello, pedía la colaboración de quienes más tienen para distribuirlo entre los que menos tienen. Esa es una manera de contribuir y ser solidario.

Hace un momento decían algunos diputados y algunas diputadas preopinantes que hoy estamos preocupados por la situación del interior. Esta pandemia está afectando y causando estragos en muchas provincias, entre ellas, La Rioja, donde explotó el número de casos, pasando de cero a un número considerable. Incluso, al igual que en muchas otras provincias, hay muchos casos de letalidad. Por eso, hay que prestar atención y no minimizar la cuestión.

Tenemos que debatir con altruismo y encasillar el tema que estamos tratando. Estamos hablando de un aporte extraordinario y por única vez. Además, tal como planteó el presidente de la comisión, lógicamente hay que corregir el sistema impositivo, pero nos llevará un tiempo prolongado debatir esa cuestión que viene de arrastre en la Argentina.

Hace un momento hablaron de la época de Menem. Si es por hablar de Menem, también podemos hablar de de la Rúa y de mucha otra gente, así como también de las distintas políticas, erráticas algunas y acertadas otras, que no corresponden a este debate. Hoy estamos hablando de la situación que pasan muchísimas argentinas y argentinos, fundamentalmente, quienes menos tienen, es decir, las trabajadoras y los trabajadores.

No creo que la aplicación de este aporte solidario a quienes tienen patrimonios mayores a 200 millones les afecte absolutamente nada el nivel de vida ni les produzca consecuencias económicas. Sabemos que hay muchas personas, compañeras y compañeros habitantes de la Argentina, que no tienen un plato de comida para llevar a sus casas y darles de comer a sus hijos. Entonces, creo que debemos apuntar a esa mirada solidaria y no caer en un debate in extenso en el que podremos estar mucho tiempo sin llegar a ninguna conclusión, para que el Congreso pueda aplicar esta herramienta de manera efectiva en forma general y, especialmente, a quienes menos tienen.

Señor presidente: lógicamente este tema da para mucho debate. Pero, pido que nos dediquemos exclusivamente a hablar sobre la cuestión en tratamiento.

Por otro lado, algunos diputados quieren compararse con otros países. Al respecto, el CEPA hizo un estudio que detalla la medida concreta que se está aplicando o que se intenta aplicar en España contemplando esta pandemia que es el COVID-19. Se trata de gravar con distintas tasas a los contribuyentes que tengan rentas superiores a 130.000 euros, por un lado; y a 300.000 euros, por el otro. También en Italia, mencionada hace un momento por un diputado preopinante, se aplica un 5 por ciento a quienes tienen entre 100.000 y 300.000 euros, y un 6 por ciento a los poseedores de más de 300.000 euros. Lo mismo ocurre en países como Reino Unido, Suiza, Rusia y Alemania. Es muy claro y conciso el informe del CEPA, y debería servirnos de base para el debate de hoy.

Entiendo que las diputadas y los diputados de este Honorable Congreso tenemos la responsabilidad de llevar adelante un debate serio, responsable y prudente, con una mirada muy especial en aquellos sectores de la Argentina que no crecieron durante muchos años. Debemos mirar especialmente a muchas argentinas y argentinos que no tienen las mismas posibilidades de aquellos que tienen un trabajo fijo o han logrado la consolidación de una empresa. Acá quiero hacer una pequeña distinción porque no estamos hablando de las pequeñas y medianas empresas ni de las personas en general, sino de un número reducido de individuos con patrimonios mayores a 200 millones de pesos. Eso tiene que quedar claro.

Dicho esto, adhiero y valoro este proyecto tan necesario para la Argentina que está padeciendo esta situación tan extrema, como es la pandemia del COVID-19. Nada más. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Hagman.

SR. HAGMAN Señor presidente: francamente estoy sorprendido y, quizás, pequé de cierta ingenuidad porque pensé que este proyecto, al menos, iba a contar con el acompañamiento de una inmensa mayoría; si no, de la unanimidad de esta Cámara.

Me parece que es un proyecto tan razonable y de sentido común, en el contexto en que estamos viviendo, que pensaba iba a ser aceptado por todos como una necesidad, más allá de algunas cuestiones puntuales o diferencias de enfoque ideológico o teórico. Aunque más no sea por pudor, me costaba imaginar que se defendiera de esta manera, como he escuchado hoy, los intereses de un sector tan pequeño de la sociedad, cuando la inmensa mayoría de la población, de las empresas, de los trabajadores y de la clase media está sufriendo una crisis económica de gran magnitud.

Por lo tanto, contestaré algunas cosas que se han dicho, que no son correctas y que se señalan tal vez por ignorancia o mala fe. Tal como lo hicieron otros diputados preopinantes, es importante aportar y aclarar en qué consiste esta iniciativa.

En primer lugar, debo hacer una elemental distinción porque es importante. El proyecto significa un aporte que se hace sobre la base de la riqueza personal y no recae sobre las empresas. Por lo tanto, hay que evitar ejemplos que no corresponden y plantean que se van a alcanzar activos productivos o a pequeños empresarios. Si esto fuera así, esta contribución no alcanzaría a diez mil personas, sino a quinientas, ochocientas o un millón de personas.

¿Creen realmente que un pequeño o mediano empresario o productor pertenecen a las diez mil familias más ricas de la Argentina? Es obvio que no es así. Todos esos ejemplos que han puesto son muy legítimos, pero se trata de personas que no van a tributar ni hacer la contribución extraordinaria por única vez.

En segundo lugar, tal como han explicado muy bien los diputados Casaretto, Fernández y Vallejos, esto no tiene relación alguna con la inversión. De hecho, se planteó claramente cómo durante el gobierno de Cambiemos se redujo el impuesto sobre los bienes personales, que no redundó en una inversión mayor sino todo lo contrario.

Además, creo que es bastante evidente que en la Argentina ni en ningún país del mundo un proyecto de inversión de una empresa importante se financia con el patrimonio personal de sus propietarios. ¿Creen que el dueño de una empresa importante pone 30 o 50 millones de su patrimonio para que un proyecto de inversión se ponga en marcha? Así no funciona ninguna empresa importante ni el sector privado. Estamos hablando de las grandes empresas y de las grandes fortunas.

Es importante evitar ejemplos que claramente no se corresponden con lo que estamos discutiendo: un aporte por única vez de un pequeño sector de aproximadamente diez o doce mil personas que son los que tienen grandes fortunas en la Argentina. Tal como se ha aclarado, no se trata de quienes tienen, en términos reales, más de 200 millones de pesos, sino que han declarado esa suma; pero muchos de esos activos están computados a valor fiscal, tal como explicó el presidente de la comisión.

Aquí se ha dicho que la presión tributaria es excesiva porque es similar a la de los países de la Unión Europea. La presión tributaria es una ratio entre recaudación y producto bruto interno, pero esa razón no dice nada sobre la composición de la recaudación. Cuando comparamos la presión tributaria de la Argentina y la de los países de la OCDE, debemos analizar cómo es la composición de los tributos. En la Argentina, los impuestos sobre patrimonio e ingresos representan solo el 5 por ciento del producto, mientras que, en los países de la OCDE, en promedio, representan el 13,4 por ciento. Los impuestos sobre los bienes y servicios son regresivos porque los pagan todos por igual, y los sectores de menores ingresos son los que más proporción de sus ingresos destinan a bienes y servicios. En la Argentina los impuestos regresivos representan el 14,5 por ciento del Producto Bruto Interno y en los países de la OCDE el 11 por ciento. Por lo tanto, la presión tributaria es un concepto genérico que no refleja, en realidad, sobre quién recaen los impuestos. Claramente, en la Argentina, la presión tributaria no recae sobre las grandes fortunas o los sectores de mayores ingresos.

En relación con los temas jurídicos que han señalado, les recomiendo ver la sexta reunión del Ciclo de Actualidad Tributaria que realizó el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires el 9 de septiembre, o sea la semana pasada. Menciono esta entidad, porque es una institución muy afín a Juntos por el Cambio. Esa reunión sirve para analizar la constitucionalidad y la legitimidad de este proyecto en particular. El video lo pueden encontrar en Internet y es bastante largo. Les voy a "spoilear" el final: la conclusión es que la iniciativa que estamos discutiendo es perfectamente constitucional y absolutamente válida, desde el punto de vista jurídico.

El sector privado, que se plantea como la supuesta víctima de este proyecto, tampoco es un sector homogéneo. Hay muchas empresas que están en una situación muy crítica. Hay empresas grandes y chicas. Al igual que ocurre con la población, hay un sector que está altamente afectado y otro que está menos afectado.

Cuando hablamos de esta iniciativa, estamos analizando cómo ayudamos a los sectores de la población, de las familias y de las empresas que peor la están pasando. Para hacer esto, obviamente necesitamos que los sectores que tienen posiciones de mayor privilegio hagan un aporte. Es una cuestión elemental ver cómo hacemos para que el costo de esta crisis no recaiga solo en un sector. No se trata del sector privado versus la población o el Estado. Justamente, parte de los destinatarios de esta contribución será el sector privado que está padeciendo y necesita más recursos para sobrevivir a esta crisis.

Otra contradicción es que acá se ha dicho que la contribución no será efectiva porque no va a recaudar. Hay que ponerse de acuerdo: es una contribución inefectiva que en realidad no sirve para nada o una confiscación al patrimonio de los sectores que tendrán que aportar. No pueden ocurrir ambas cosas a la vez.

Hay otro punto que también me llama la atención. Critican sistemáticamente que el Estado, en este contexto en el que debe realizar un gran esfuerzo fiscal, una inversión para asistir a las familias y a las empresas, se financie mayormente con transferencias, adelantos transitorios del Banco Central de la República Argentina o emisión; pero se oponen a un proyecto que plantea una fuente alternativa para recaudar.

Me llama la atención que se critique este proyecto, pero no se presente alternativa alguna para analizar cómo hacemos para recaudar. ¿De dónde vamos a sacar los recursos para seguir asistiendo a la población, a la clase media o a los trabajadores? ¿Este dinero lo sacaremos de los sectores populares? Obviamente, tenemos que conseguirlo de los sectores que tienen enorme riqueza acumulada. Como bien han señalado acá, esta contribución, en términos generales, no les va a cambiar su situación de privilegio, pero sí beneficiará a un sector muy importante de la población.

Han dicho que esto afecta la inversión y la creación de puestos de trabajo. Nadie ha podido explicar cómo un fondo de cientos de miles de millones de pesos que se destinará a obras públicas, al sistema de salud, a la asistencia de pymes, a la producción de gas y a la inclusión educativa, va en contra de la actividad económica o de la creación de puestos de trabajo.

Acá no estamos discutiendo si impedimos que se aliente el proceso de inversión o generación de puestos de trabajo, porque justamente las pymes -como todos sabemos- son las que generan el grueso de los puestos de trabajo en la Argentina. Por lo tanto, este proyecto no solo no afecta las decisiones de inversión y de creación de puestos de trabajo, sino que produce exactamente lo contrario. Rechazar este proyecto es condenar a cientos de miles de empresas y a millones de trabajadores y de familias de clase media en la Argentina a que sucumban en esta crisis. Esto es lo que no podemos permitir.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Cano.



SR. CANO Señor presidente: en primer lugar, quiero quitarle dramatismo al debate.

Escuché la intervención de dos diputados, y mientras uno de ellos planteó que esto resuelve el problema a 44 millones de argentinos, el otro dijo que es condenatorio. Si con este impuesto resolviéramos la coyuntura y las dificultades que tiene el país, diría que los problemas de la Argentina de los últimos cincuenta años estarían resueltos. Si las proyecciones de recaudación que se hacen son de 300 mil millones de pesos, pensar que con este impuesto vamos a resolver los problemas de la Argentina, o de 44 millones de argentinos, es poner todo en una dimensión que verdaderamente no se acerca a la realidad.

En segundo lugar, me parece que debería haber unanimidad sobre un tema que considero transversal. Ayer lo plantearon el exgobernador de La Rioja, diputado Casas, y también Lucía Corpacci, exgobernadora de Catamarca; y la verdad es que tienen razón cuando dicen que supuestamente se devolvió el 15 por ciento a las provincias. Realmente, fue un préstamo.

Cuando nosotros fuimos parte del gobierno, lo planteamos internamente. Nuestros gobernadores lo plantearon; pero claramente todo se reduce a lo que discutíamos ayer sobre la refinanciación de esa deuda: tampoco este gobierno, que hoy es oficialista, la resuelve. En todo caso, lo que se está refinanciando es una deuda de recursos que eran de las provincias, y esto también sucede en el marco de esta transversalidad del federalismo. Por eso, doy la razón a lo que plantearon los dos diputados del oficialismo, porque efectivamente fue y es así.

También hay que decir que el federalismo no es un concepto o una bandera que nosotros defendamos de acuerdo con el rol que nos toque desempeñar. Digo esto porque no es menos valioso rendir tributo a los gobernadores de aquel entonces de Santa Fe, Córdoba y San Luis, que fueron los únicos que recurrieron a la Corte.

Digo esto porque en diciembre de 2009, como senador de la Nación, junto a senadores del peronismo, como Reutemann y Menem, fuimos a la Corte -el 22 de diciembre de ese año- para acompañar el reclamo de los tres gobernadores. Es más, en ese momento, solicité a Alperovich, como gobernador de Tucumán, que reclamara los fondos que genuinamente correspondían a la provincia, pero no lo hizo porque el modelo político, supuesta o seguramente, habría generado consecuencias a los gobernadores que hubieran hecho dichos planteos ante la Corte. Me parece que todos sabemos de lo que estoy hablando.

Entonces, sin entrar en las cuestiones que el diputado Pastori y quienes me antecedieron en el uso de la palabra manifestaron desde una posición que yo avalo, me llama la atención que este aporte o impuesto excepcional no sea coparticipable. Realmente, no lo entiendo: ayer defendíamos la necesidad de recuperar los recursos para las provincias, y hoy advertimos que estos recursos no se coparticipan. Las provincias tienen dificultades; mi provincia afronta dificultades. Buenos Aires tuvo, hasta hace 48 horas o un poco más, un problema severo vinculado con un reclamo de la policía. Obviamente, el gobierno nacional se puso al frente y trató de tomar una medida, que no viene al caso discutir ahora, para tratar de resolver la situación.

En la provincia de Tucumán tenemos problemas...



- Se interrumpe la señal.

SR. PRESIDENTE HELLER La señal del diputado Cano se ha bloqueado, y no tenemos manera de avisarle que desactive la imagen para ver si puede recuperar el audio.

Mientras tanto, cederé el uso de la palabra al diputado que sigue, y cuando el diputado Cano normalice su situación, podrá retomar su exposición.

Tiene la palabra el señor diputado Germán Martínez.

SR. MARTÍNEZ (G. P.) Señor presidente: desde ya, si en los primeros minutos de mi intervención el diputado Cano se reconecta y necesita seguir el hilo de su exposición, no tengo problema en cederle el uso de la palabra.

Dicho esto, en primer lugar, haré referencia a dos cuestiones, porque las discusiones se hacen aquí y ahora. Hoy estamos recordando dos fechas importantes y, al mismo tiempo, dramáticas para el Movimiento Nacional y Popular en la Argentina. Una tiene que ver con los sesenta y cinco años del golpe de Estado contra...

SR. PRESIDENTE HELLER El señor diputado Cano ha vuelto a conectarse, ¿le permite retomar su intervención, señor diputado Martínez?

SR. MARTÍNEZ (G. P.) Absolutamente, señor presidente.

SR. CANO Señor presidente: si el diputado Martínez prefiere, puede terminar su intervención y luego retomo mi alocución.

SR. PRESIDENTE HELLER Señor diputado Cano: haga uso de la palabra usted porque el diputado Martínez recién estaba comenzando con su exposición.

SR. MARTÍNEZ (G. P.) Exactamente. Que continúe el diputado Martínez, señor presidente.

SR. CANO Señor presidente: finalizo mi intervención planteando lo dicho acerca de que me llama la atención que este fondo que se crea no sea coparticipable, en virtud de las dificultades que hoy claramente tienen las provincias.

También se dijo que nosotros perdimos la elección. Seguramente que en materia económica hemos cometido errores, como también los habrán cometido ustedes durante su gestión de doce años, ya que perdieron la elección de 2015. La verdad es que no hay que hablar del vaso medio lleno o medio vacío; hay que plantear las cosas como son.

Me llama la atención que se centralice en el Ministerio de Salud de la Nación el 20 por ciento destinado a la compra de equipamientos y demás, cuando estos recursos -repito- deberían ser administrados por los sistemas públicos de las provincias.

También sería importante destinar un 25 por ciento a un programa de exploración y desarrollo vinculado con el gas. Al respecto, vale la pena decir que, cuando nosotros asumimos en 2015, en la balanza energética había un déficit de 4.500 millones de dólares, y después de diez años -en junio de 2018- volvimos a exportar gas y triplicamos su producción. Pasamos de 110 millones de metros cúbicos por día a 137 millones; y triplicamos el no convencional, de 20 millones de metros cúbicos por día a 57 millones de metros cúbicos por día. Es decir que, en materia de generación de gas, claramente la gestión fue buena.

El diputado preopinante hizo referencia a que algunas pymes o medianas empresas no se ven alcanzadas por la crisis que atraviesan algunos sectores de la economía. Un campo en Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, es decir, la triple frontera -lo que denominamos sector productivo-, con 350 o 400 hectáreas a 5.000 dólares cada una, más maquinarias vinculadas con el servicio de campo y demás, tiene un patrimonio que claramente llega a esa cifra.

Retomo el ejemplo que dio el diputado Buryaile vinculado con la actividad hotelera para decir que cerró una cadena importante de hoteles en mi provincia. El patrimonio que tienen esas empresas supera los 200 millones de pesos. Vi al presidente tomar nota cuando el diputado Buryaile planteó la problemática, y me parece que está bien que lo haya hecho, porque es una cuestión que debe considerarse.

Por lo tanto, sin demonizar y aceptando los argumentos que los diputados del oficialismo han dado, honestamente creo que hay cuestiones en este proyecto que son discutibles. Por ejemplo, el hecho de que sigamos avalando que la centralidad de los recursos la tenga el Poder Ejecutivo nacional y no esté incluido en el proyecto que se coparticipe a las provincias, es algo para sumar a los argumentos que han dado mis compañeros de bloque, a la hora de opinar sobre esta iniciativa.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Germán Martínez.

SR. MARTÍNEZ (G. P.) Señor presidente: antes de que el diputado Cano retomara el uso de la palabra, decía que en estas coincidencias de fechas, hoy el Movimiento Nacional y Popular recuerda dos hechos importantes y dramáticos, al mismo tiempo, para el pueblo argentino. Uno de ellos está vinculado con el golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, perpetrado el 16 de septiembre de 1955. Recordemos que Perón estaba en mitad de su segundo mandato, con una elección en la que había sacado casi el 64 por ciento de los votos.

Además, hoy también recordamos los cuarenta y cuatro años de la Noche de los Lápices, fecha que con posterioridad el Congreso de la Nación transformó en el Día Nacional de la Juventud, en memoria de la reivindicación de aquellos jóvenes de la noche del 16 de septiembre de 1976.

Dicho esto, considero importante reivindicar algunas cosas, además de su permanente vocación para que en la Comisión de Presupuesto y Hacienda -que todos sabemos es importante y difícil- transitemos este camino con la mayor predisposición y armonía posible al menos en el trato.

En ese sentido, sabemos que existen las diferencias políticas y no debemos hacernos problema por eso, pero considero que podemos expresarlas en el marco del respeto y del carácter propositivo en cada una de las intervenciones.

Sin embargo, quiero reivindicar algo que no se mencionó y es que este proyecto de ley nace en la Cámara de Diputados por iniciativa de compañeros diputados de nuestro bloque. Surge como iniciativa política del presidente de nuestra bancada, Máximo Kirchner, que contó con su acompañamiento para dar el formato técnico-político que un proyecto legislativo de esta naturaleza requiere, además del aporte de muchos compañeros y compañeras de mi bloque que quisieron sumarse; cuestión que, en mi opinión, es muy importante.

Además, el que esta iniciativa haya surgido en la Cámara de Diputados, da respuesta a algunos de los planteos formulados. Algún señor diputado se refirió a cómo se vincula este proyecto con el de presupuesto que ingresó ayer a la Cámara. Considero que no vamos a pedir al Poder Ejecutivo que en el marco de la presentación del proyecto de ley de presupuesto que, tal como indica la Ley de Administración Financiera debe hacerse hasta el 15 de septiembre, incluya algo que es una iniciativa de esta Cámara y que todavía no sabemos cómo terminará su tratamiento. En mi opinión, es una cuestión de sentido común y existen dos andariveles: por uno, debe transitar el presupuesto de la Nación y por el otro, este proyecto.

Quiero hacer este señalamiento porque me parece importante que algunos diputados, con nombre y apellido, pongan su firma a este tipo de proyecto. Hoy en algún momento se mencionó la ley 25.239 de diciembre de 1999, conocida como el "impuestazo" de Machinea. Esa terrible medida que afectó a los sectores medios de la Argentina no fue firmada por el Poder Ejecutivo, sino que dos diputados nacionales debieron colocar su firma para que el Ejecutivo, a cinco días de haber asumido, diera sanción a ese terrible impuestazo que todavía hoy padecemos.

Creo que cuando asumimos este tipo de proyectos, lo estudiamos, lo presentamos y lo defendemos, ello habla muy bien de nuestro bloque y de la Cámara de Diputados en un momento en el que muchos, siendo integrantes de ella, contribuyen a alguna situación de desprestigio.

Asimismo, quiero señalar otro aspecto importante y es que, desde nuestro bloque, a lo largo de toda esta discusión, hemos evitado la personalización del debate. En ese sentido, no mencionamos nombres propios de ninguno de los potenciales afectados por este aporte extraordinario y solidario a las grandes fortunas, y tampoco nos hemos referido al amigo hotelero, al que tiene campos, a aquel que me dijo o me llamó; hemos evitado las personalizaciones para que el tratamiento fuera lo más objetivo posible.

Considero que es importante tener esto en cuenta porque si empezamos a hablar de nuestros amigos, de nuestros parientes y de nuestros conocidos, perderíamos el nivel de objetividad que debemos tener para la profundidad de este debate.

Además, hemos evitado cualquier tipo de calificación o imputación moral acerca de la persona humana que tiene patrimonios declarados al 31 de diciembre por encima de los 200 millones de pesos. No estamos diciendo si son buenos o malos, ni tampoco estamos abriendo juicio de valor alguno respecto de cómo adquirió esa fortuna; hemos evitado todo eso, porque justamente queremos dar la mayor objetividad posible al tratamiento de esta iniciativa -como dije al principio-, dentro de "nuestra verdad relativa", como decía el expresidente Néstor Kirchner.

En mi opinión, un elemento importante es la prudencia de este proyecto. Algunos seguramente van a preguntar por qué no afectamos a más personas y otros nos dicen -como lo escuchamos a lo largo de estas horas- que es el camino equivocado. Sin embargo, nosotros proponemos un camino de prudencia, que es algo valioso en este momento.

Tal como usted lo mencionó al comienzo de esta reunión, señor presidente -y no sé cuántos lo escucharon-, estamos tratando que por este aporte se vea afectada la menor cantidad de argentinos posible y que, al mismo tiempo, ello nos permita la mayor recaudación en términos económicos. Me parece que esa ecuación es fundamental y debemos valorar ese aspecto de este proyecto.

Creo que, en general, cuando alguien se opone a un proyecto dice tres cosas. En primer lugar, se dice que va a ser ineficiente. Recién nuestro compañero Itai Hagman hacía referencia a ese tema. En este sentido, pensamos que este es un proyecto que efectivamente podrá ser eficiente a la hora de realizar el aporte y también, de la distribución. Luego quiero decir algo acerca de la finalidad.

En segundo término, otros de los que se oponen dicen que este es un proyecto inoportuno. En mi opinión, el momento para su tratamiento es absolutamente oportuno; me pregunto cuándo íbamos a tener tanta necesidad de un aporte solidario y extraordinario como el que estamos proponiendo.

Por último, algunos han planteado a lo largo de estas horas que existen segundas intenciones. Aquí no hay segunda intención, no estamos escondiendo algo, ni tampoco apelando a un relato de algún tipo; estamos pidiendo un aporte solidario y extraordinario a personas humanas cuyo patrimonio declarado al 31 de diciembre esté por encima de los 200 millones de pesos, para que sea destinado a cinco prioridades que, desde mi punto de vista, son fundamentales.

Aquí abro un paréntesis, y entiendo que podamos tener miradas distintas; pero en algún momento hasta se ha puesto en duda de si 200 millones de pesos pueden o no ser considerados como una gran fortuna. Sin lugar a duda, esa cifra es una gran fortuna. Nada más que eso, ni bueno ni malo y tampoco estamos preguntando cómo se generó; es una gran fortuna y de allí hacia arriba es importante el piso que estamos colocando.

Para finalizar, recuerdo que en diciembre pasado cuando tratamos la ley de solidaridad social y reactivación productiva, algo dijimos respecto de que debíamos dar un debate en serio sobre los términos en que se vive la igualdad en la República Argentina. En tal sentido, debemos hablar sobre ese tema en profundidad, ya no se trata de hacerlo en mesas amables y fraternas entre diputados, sino que es mejor hacerlo a través de proyectos de ley.

Considero que debemos debatir la situación de las inequidades estructurales, algo que la CEPAL viene estudiando desde hace cincuenta años en América Latina. Sabemos que los últimos cuatro años y esta pandemia han generado una situación en la que la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en el diagnóstico: es moralmente inaceptable que los ricos sean cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres. En mi opinión, es en ese punto donde debe darse este debate y hacer una contribución.

Creo que son importantes las finalidades específicas que se han planteado a este aporte. Por ejemplo, en lo que respecta al gas natural, estamos con una línea del Programa Procrear para que la gente pueda conectarse, porque el caño pasa por delante de su puerta y, sin embargo, no tiene el servicio; eso sucede en algunos lugares de mi provincia en los que todavía no tenemos gas natural.

En otro orden de ideas, alguien habló de la importancia de las Becas Progresar. En este momento, dos millones y medio de argentinos entre 18 y 24 años cobran el Ingreso Familiar de Emergencia. Debemos mirar estas realidades y no podemos evitarlas, porque tenemos todos los elementos.

Por otra parte, desde el primer momento, sabemos que algunos dirán "me van a tener que convencer" o "a priori estoy en contra", como mencionó algún diputado. Esto me hace acordar a la vieja frase: "No sé de qué se trata, pero me opongo."

Me parece que es importante que avancemos hoy y en la próxima oportunidad que se presente, para emitir el dictamen en el tiempo necesario y llevarlo al recinto. Muchísimas gracias, señor presidente.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra la señora diputada Landiscrini.

SRA. LANDISCRINI Señor presidente: resalto su aporte y buena gestión de la comisión para el tratamiento de esta iniciativa, del mismo modo que sucedió en la reunión de ayer.

Quiero hacerme eco de los aportes de cada uno de mis compañeros y compañeras que han hecho uso de la palabra, y se han referido a esta contribución extraordinaria. No quiero repetir algunas consideraciones, pero resaltaré el sentido de la oportunidad para discutir este proyecto y representar a tantas argentinas y argentinos que están sufriendo el arrastre de una política económica que los dejó devastados en la Argentina. Me refiero a la Argentina central, en los barrios que hemos conocido y conocemos de la Argentina porteña, en la Argentina bonaerense, así como también en la Argentina profunda, de Jujuy, de la Patagonia, de Salta, de Formosa, de distintas ciudades del país que hoy se debaten con sus barrios en situaciones irregulares, carentes de servicios, carentes de agua potable, ni qué hablar del gas natural y de instalaciones seguras de electricidad.

Asimismo, estamos representando a todos aquellos y aquellas que además, como es el caso de los que han tenido conexiones regulares de gas o de electricidad o han tenido que apelar a las garrafas, han sido devastados por las tarifas fijadas en los últimos cuatro años. También han sido devastados por las tasas de interés de los créditos de consumo en tarjetas o los créditos tomados desde la ANSES o de cualquier banco o mutual. De igual manera, han sido devastados por la elevación de los precios y por la privatización de los espacios de consumo cotidiano. A todo esto, se sumó la pandemia.

Entonces, no se trata de privados contra públicos ni de públicos contra privados, no es el Estado contra los privados. El Estado tiene la obligación -al igual que nosotros- de interpretar la necesidad comunitaria, así como también debe interpretar su rol en esta situación inédita y dramática en la redistribución de los recursos.

Considero que, en esta emergencia, a esos 10.000 u 11.000 contribuyentes no les cambiará la vida por realizar una contribución extraordinaria, solidaria, por única vez. Por el contrario, esto dará nuevas oportunidades a quienes viven en la indigencia para mejorar sus barrios. También brindará la posibilidad de seguir estudiando a aquellos jóvenes que están en el nivel secundario, terciario o universitario, cuyos padres y madres nos llaman desesperadamente por las becas Progresar.

De la misma manera, servirá para dotar de más recursos a los hospitales públicos, que hoy están saturados y colapsados en el Gran Buenos Aires y en las provincias del interior como la mía, que es Río Negro.

Estos recursos, constitucionalmente tomados de la sociedad, en su sector más privilegiado -sin cuestionar moral ni históricamente cómo se hicieron de esos recursos-, contribuirán a reducir la desigualdad en la medida en que apoyemos a las micro y pequeñas empresas. Ellas han sido devastadas en los últimos años, por la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados y jubilados, por la competencia de la producción importada, por las escandalosas tarifas que debieron pagar y por la pandemia, que terminó paralizándolas o restringiéndolas en su nivel de actividad. Tenemos una obligación moral y política. Este es el momento de plantearlo porque es una situación inédita; hay que cooperar para construir igualdad; esto es la solidaridad.

Algunos señores diputados del bloque opositor se refirieron a la defensa de la propiedad privada, la defensa de la libertad, la defensa del progreso y, en algún sentido, la defensa de la igualdad. ¡Se olvidaron de la fraternidad, señores! La fraternidad y la solidaridad ayudan a construir un mundo más justo.

Hoy existe una gran crisis del sistema económico mundial que, además, nos toma como país periférico y débil, en cuanto a la infraestructura pública, sanitaria y educativa, así como también en cuanto a la vida de tantas hermanas y hermanos de los barrios populares devastados en sus capacidades de dar dignidad al hábitat. Nosotros tenemos que trabajar por reducir esa desigualdad.

Me referiré al tema del gas, pues varios diputados opositores han señalado que no vale la pena gastar el 25 por ciento de los recursos que nos traería este aporte -solidario extraordinario por única vez- en la producción y envasado de gas.

Quiero decir -tal como manifestaron algunos de mis compañeros- que el gas natural no llega a todo el país ni tampoco a muchos barrios de las provincias que lo producen, pero lo están reclamando de manera desesperada porque están muy cerca de la cuenca hidrocarburífera o de los yacimientos, como es el caso de la provincia del Neuquén. Necesitamos recuperar la producción gasífera a través del estímulo de esa producción, porque cayeron los precios internacionales, así como también cayeron -lo sabemos de sobra- los precios del petróleo crudo.

Para recuperar la producción de gas, ahorrar divisas y ser equitativos con los argentinos que no acceden al gas natural por redes, el Estado podrá generar programas de apoyo a esa producción. Entonces, los recursos forjados a partir de esta contribución serán bienvenidos para impulsar esa actividad, que generará empleos, regalías, e impuestos sobre los ingresos brutos y los sellos, a toda la provincia y al país en general.

De manera que esto no solamente es razonable por el bajo número de contribuyentes al que afecta, sino además como aporte que permite al Estado construir igualdad. Este es el momento apropiado. Si no lo hiciéramos, nos arrepentiríamos, porque es necesario y obligatorio pensar en construir igualdad. Se trata de un imperativo moral en este momento de la humanidad y de la Argentina.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el diputado Suárez Lastra.

SR. SUÁREZ LASTRA Señor presidente: creo que fue el diputado Martínez quien atribuyó el crédito de este proyecto al señor diputado Kirchner y a los catorce diputados cofirmantes de esta iniciativa; entre ellos cabe mencionar el enorme trabajo que sobre el tema usted cargó sobre sus espaldas.

Es notable el énfasis dramático y la importancia que le adjudican a este acto de justicia, que está implícito en este impuesto, y que no haya recibido de parte del gobierno una actitud propositiva.

Estamos en medio de una pandemia, de una enorme caída de la recaudación y de un enorme crecimiento del gasto. No puedo tener más que coincidencias con las palabras del presidente de la comisión cuando señaló que estamos en una situación extraordinaria que merece decisiones extraordinarias. Estamos totalmente de acuerdo con eso. No obstante -y esto lo han expresado varios miembros de nuestro interbloque-, pensamos que esta es una muy mala solución.

Se habla de la factura técnica de esto, de los principios de legalidad, de constitucionalidad y de doble imposición, lo que hace presumir o prever con mucha preocupación que cuando se necesita financiamiento nos vamos a encontrar en una situación de altísima litigiosidad que va a complicar la recaudación.

Entonces, teniendo en cuenta el problema de factura técnica de esta propuesta, es notable que el gobierno no haya tenido una propuesta más integral de financiamiento para enfrentar el gasto extraordinario en esta situación también extraordinaria que no sea una iniciativa de mala factura, y digo esto con los fundamentos que se han dado.

No tomen esto como un adjetivo peyorativo, sino como una opinión técnica y política según la cual esta propuesta de salida al problema, que existe y que tenemos que enfrentar, es -reitero- de una muy mala factura técnica.

Dicha iniciativa augura litigiosidad. Al mismo tiempo, está inmersa en un momento en el que se vive una fuerte pérdida de confianza entre los actores políticos y la sociedad económica. Esto se traduce, como dije, en una litigiosidad en el debate sobre distintos temas.

Hoy mismo, frente a la situación generada con las limitaciones a las posibilidades de acceso a divisas cuando nos estamos quedando sin ellas -no quiero entrar en detalle al respecto ni justificarlo-, digo que eso es razonable. Es decir, te quedás sin divisas, ponés un cepo mayor; no digo: "Eh, ¿qué estás haciendo con las divisas?"

Pero en el marco de esa situación, con la tensión que genera en miles de contribuyentes, cuando se desploma el valor de las acciones argentinas en la bolsa y de los bonos -cuyos precios debieran estar subiendo, producto de la excelente negociación que permitió que difiriéramos el pago de los intereses durante tres años, y empezar a pagar paulatinamente después, lo que hace bajar el Riesgo País; todo ello, para que las cosas empiecen a mejorar-, aparecen ruidos en la política.

Hoy, mientras discutimos acá, en el Senado se quiebra la integridad del país trabajando en la pandemia. En esa Cámara no solo se procura con un botón atropellar a la oposición y a la opinión pública, sino que, además, se sigue demorando la sanción de una norma que nosotros aprobamos por unanimidad; me refiero al proyecto de ley sobre impulso a la industria del conocimiento.

En el Senado también se privilegia la reforma judicial, que contempla 10.000 millones de pesos más de gastos y que se producen sin que se sepa siquiera en qué momento se utilizarán ni de cuántos juzgados se trata. Por otra parte, cuando nosotros consideramos la moratoria, aparece una amnistía para determinados contribuyentes. Entonces, hay una lógica en ese funcionamiento que nos está impidiendo actuar con razonabilidad.

Cuando se avanza con la idea de que los ricos deben poner más, se malinforma a la población acerca de lo que ocurre en la ciudad de Buenos Aires y se dan recursos al aliado principal del gobierno nacional, que es el gobierno de la provincia de Buenos Aires -que pone treinta y cuatro hospitales públicos en defensa de la salud de los vecinos del Gran Buenos Aires, dándole una puñalada por la espalda a la ciudad-, se genera una dinámica que afortunadamente en este debate es muy distinta.

Por eso, celebro la actitud del presidente de esta comisión y la de nuestros colegas de las distintas bancadas, y me permito hacer estas reflexiones. Creo que debemos trabajar en la búsqueda de un financiamiento frente a esta emergencia, razón por la cual pido que nos permitan explayarnos al respecto y decir que este es un mal camino.

Veo aquí a Itai Hagman -quien no sé si puede verme, pero suelo cruzarme con él-, y creo que tiene razón cuando habla de la naturaleza de nuestro sistema tributario y del peso relativo que tiene la presión impositiva en la Argentina en relación con los impuestos al consumo y al patrimonio. También me alegra que cite a la OCDE.

En este sentido, a pesar de las opiniones en contrario que ha habido por parte de mucha gente de su sector, soy de los que creen que es importante que la Argentina integre la OCDE. Me parece que allí se promueven buenas prácticas de gobierno en general, con concepciones socialdemócratas y con una forma moderna de manejo del Estado, de lo cual podríamos aprender muchísimo.

Sin embargo, no solamente pienso que estamos haciendo mal las cosas, sino que también estamos dando malas señales al haber arrancado con una idea de antirricos y antirriqueza. Pero el problema no radica en defender a los ricos, sino en ver qué hacemos con la riqueza.

¿Qué mensajes se están dando en relación con el ahorro, la inversión y el mérito? Lamentablemente, los mensajes que está dando el gobierno acerca de cómo debemos salir adelante, cómo desarrollarnos o cómo poner a la Argentina en pie, son malos. Me parece que aquí hay una mala factura y que este proyecto sobre financiamiento de una situación extraordinaria es limitado, porque no se apela al esfuerzo compartido.

La sociedad nos está mirando con atención, y tiene razón en hacerlo. Aquí nosotros, que somos setenta y siete personas, cobramos más o menos 180.000 pesos todos los meses. Pero a nadie se le ocurrió que tanto nosotros como los agentes de la administración pública que cobran más de 150.000 pesos por mes, o los jubilados que perciben 800.000 pesos mensuales por haber sido presidentes de la Nación o jueces -y que no pagan impuesto a las ganancias-, tenemos algo que poner. Es decir, nadie pensó que a quienes les sobra pueden poner algo para que financiemos esta situación extraordinaria. Por el contario, van sobre lo más fácil, que es la cacería en el bosque.

La presión tributaria de la que hablamos, que efectivamente es mayor de la que dicen, en 2018 era de casi 30 puntos; 28,8, para ser más preciso. El gobierno después la bajó, luego de haber arribado a un consenso fiscal que apuntaba a disminuirla, acompañado por la mayoría de las fuerzas políticas argentinas y los gobernadores peronistas, quienes entendían que había que aliviar al sector productivo argentino para permitirle trabajar, invertir y generar un mayor nivel de riqueza. Ahora bien, atentar contra el ahorro en la Argentina significa jugar a favor de que solamente hagan negocios quienes pueden endeudarse o enriquecerse.

Aquí se dieron algunas cifras, pero yo quiero mencionar una sola: la correspondiente a la participación relativa del crédito en el producto bruto interno de la Argentina. Me parece que ahí está una de las claves por las cuales tenemos un capitalismo berreta, de amigos, chiquito, que no genera condiciones para la expansión del producto.

Para que no queden dudas, en la Argentina en 2015 esa participación era solamente del 13,8 por ciento; la llevamos al 16 por ciento en 2018, y no hay cifras de 2019. Pero ¿cuál es la participación de Brasil en el crédito? Es del 61 por ciento. ¿Cuál es la participación de Chile? Es del 116 por ciento. La participación de Paraguay es del 23 por ciento; la del Uruguay, del 27 por ciento.

Cuando no hay ahorro, cuando no hay posibilidades de armar un sistema de capitales, de crédito, que permita que se hagan negocios, que se invierta y que se genere empleo, pasa lo que sucede en la Argentina. Entonces, esta ley será una mala señal.

Podríamos trabajar, en cambio, en una norma general frente a la emergencia que contemple el esfuerzo compartido y que genere un impuesto para que paguen más los que tienen mayor manifestación de riqueza y posibilidades patrimoniales, pero también nosotros, quienes me están mirando, los directores de bancos y los funcionarios del Poder Judicial que ni siquiera pagan impuesto a las ganancias, porque que alguien me desmienta si la señora Cristina Fernández de Kirchner hizo una presentación para no pagar dicho tributo. Les pido por favor que alguien me desmienta eso, porque por un lado estamos queriendo cobrar impuestos, aumentar la presión tributaria sobre un sector, y por otro estamos dando señales de absoluta falta de empatía hacia el conjunto de la sociedad.

Señor presidente: quiero decir con toda claridad que aquí ninguno de nosotros está con los ricos. Tampoco ustedes, aunque creo que algunos sí lo están, porque hay quienes son ricos y no tienen cómo justificar sus patrimonios.

Lo que quiero decir es que nadie defiende a los ricos; simplemente estamos buscando las mejores formas de recaudar tributos en una emergencia. Me parece que en este caso el camino elegido es malo, es absolutamente "invotable".

Ojalá que el gobierno, en el presupuesto que nos acaba de enviar, haya previsto algunos recursos tributarios que nos den una punta para que nosotros nos pongamos a trabajar y sancionemos una ley en serio. Me refiero a una ley que le exprese a la sociedad que el esfuerzo va a ser del conjunto, que lo van a hacer más los que más tienen, pero también los que más ganan en el Estado. Es decir, los cientos de miles de funcionarios que ganan más de 150.000 pesos, que muchos ni siquiera salieron de sus casas en los últimos tres meses y que cobran todos los meses el sueldo el día 30.

Esos funcionarios tienen algo que decirle a los cientos de miles de argentinos que no tienen trabajo, que no saben cómo van a cobrar el sueldo, y a los empresarios que no saben cómo van a pagarlos.

Entonces, con más empatía, más solidaridad y más seriedad vamos a poner a la Argentina en pie.



SR. PRESIDENTE HELLER La diputada Del Plá me ha pedido la palabra para hacer una breve aclaración.

SRA. DEL PLÁ Señor presidente: muchas gracias.

Voy a ser muy breve. En función de lo que dijo el diputado preopinante, no es verdad que todos los que integramos la Cámara o estamos en esta reunión no hemos pensado qué hacer con los salarios que cobran diputados y senadores. Nosotros ponemos a disposición el proyecto que tiene estado parlamentario pleno desde que ingresamos a la Cámara para que ningún diputado, diputada, senador o funcionario de alto rango cobre más que cuatro salarios mínimos, que es además lo que percibimos los diputados del Frente de Izquierda, porque como es de público conocimiento, el resto de lo que cobramos en nuestro trabajo habitual lo donamos. Esto está hecho ante escribano público.

No podía dejar pasar esa afirmación del diputado preopinante, porque justamente los diputados del Frente de Izquierda no consideramos que en el marco de la miseria y la desocupación que impera se deban cobrar las dietas que se cobran.

SR. SUÁREZ LASTRA Tiene razón la señora diputada Del Plá. Me refería a los diputados de la mayoría y a las reiteradas manifestaciones del presidente de la Nación en el sentido de que no estaba dispuesto...

SR. PRESIDENTE HELLER Señor diputado: por favor, colabore. Sea bueno.

Tiene la palabra la señora diputada Osuna.

SRA. OSUNA Señor presidente: buenas noches a los señores diputados y diputadas.

Viendo esta propuesta, sinceramente celebro que haya llegado a esta instancia y que la podamos analizar y debatir. Pero lo que está generando, con una honestidad propia y quizás intrínseca de la misma propuesta, es que nos planteemos como legisladores, como hombres y mujeres que representamos a nuestros territorios -y lo hacemos con la identidad de nuestros bloques-, tener claridad a quién queremos representar y a quiénes vamos a defender. Eso, que aparentemente genera mucho malestar o inquietud, justamente es lo más genuino de la política.

Quiero referirme en particular a las dos cuestiones sobre las que tomé nota. El primer legislador de Juntos por el Cambio que habló, creo que fue el señor diputado Pastori, se refirió a la entidad de este proyecto. Dijo que llevaba implícito un accionar malicioso por parte del Estado y que podía llegar a ser un factor de beligerancia.

Entonces, colegas diputados, compañeros, compañeras, señor presidente -sé que me tengo que dirigir a usted-, ¿cómo se entiende que en el año 2019 la educación en la Argentina tuvo un 20 por ciento menos de presupuesto; es decir, que el sistema educativo argentino fue un 20 por ciento más pobre que en 2016?

¿Cómo se entiende que, en 2015, en cumplimiento de las leyes de educación, los recursos representaban el 7,1 por ciento del producto bruto interno y en el 2019 pasaron a ser del 4,8?

¿Eso no es un actuar malicioso del Estado? ¿Por qué digo esto? Porque acá se ha hablado con algo de tensión o de pudor. Hay que asumir. Si se quiere defender a los más ricos de la Argentina -que en el volumen total de población son apenas una pequeña porción-, hay que decirlo con todas las letras y hay que animarse. No es bueno no decirlo entre nosotros, que con respeto nos ponemos a analizar un proyecto simple, en el marco de un momento tremendamente crítico, que es una respuesta de emergencia.

Entonces, no demos tantas vueltas cuando hablamos y queremos plantear argumentos que en todo caso lo que esconden son las razones últimas.

¿Por qué les hablo de los datos de educación? Porque aquí se ha hablado de los ricos que se pueden quejar, de los ricos que van a estar obligados a poner y, confusamente o con mala intención -espero que no-, se confunda el concepto de qué es lo que define una pyme y lo que no lo es. Entonces, ¿por qué no poner en el medio de este debate a quienes no tienen otra representación que no seamos nosotros, los representantes con autoridad gubernamental en el Congreso de la Nación?

Estoy hablando de los chicos y chicas del secundario que van a ser beneficiarios, cuando se apruebe, de este proyecto de ley y de la aplicación del fondo que se constituya a partir de los aportes de los ricos de la Argentina. ¿Para quienes? Para los que están quedando en el camino, que no deberían estar ahí de haberse cumplido con las leyes y de haberse invertido en educación como corresponde.

Hago solo un recorte de la realidad donde esos chicos podrían tener sus computadoras y sus conexiones. No las tienen porque se destruyeron los programas que los beneficiaban para acceder a algo que la ley argentina define como un bien social y un derecho humano: el conocimiento y la educación.

Este proyecto que estamos analizando y discutiendo -y espero con todo mi corazón que efectivamente sea una ley argentina- es un proyecto en el marco de la emergencia.

Es un proyecto que tiene la particularidad de actuar de manera rápida sobre una situación grave, que tiene un objetivo que lo define en el texto de la ley y que, como acá mismo se ha dicho, no es un impuesto porque tiene una contraprestación explícita.

Quiero celebrar esos recursos de ese fondo a constituirse para aplicarse a los chicos y chicas argentinas. ¿Saben por qué? Porque como acá también fue dicho, la desigualdad no es sostenible, la desigualdad exacerba divisiones sociales y ralentiza el desarrollo económico. La desigualdad destruye. Este proyecto va camino a abrir la posibilidad de romper con esa desigualdad, a remendar o a empezar a saldar algo. Confío en que nuestro gobierno, seguramente, va a seguir en esa dirección. Con esta propuesta estamos dando solo un paso.

El presidente de la Nación y el ministro de Economía han hecho referencia a "poner a la Argentina de pie". En particular, se ha mencionado que ya vamos a tener en mano y a empezar a analizar el proyecto de ley de presupuesto para el ejercicio fiscal 2021.

Concretamente sobre el tema al que hice referencia, en dicha iniciativa se propone incrementar en un 11 por ciento -en relación al presupuesto para el ejercicio fiscal de 2019- la inversión en educación y conectividad. Esto representa 283.000 millones, o sea, un 1,3 por ciento del producto bruto.

Es un pasito más en el camino paulatino a saldar la desigualdad y el acto malicioso del Estado de haber destruido posibilidades reales de nuestros jóvenes, de nuestros chicos y chicas, de lo que nosotros somos responsables. Y en este camino estamos.

Cuando llegue el momento de discutir una reforma tributaria de la manera en que el propio ministro Guzmán ha planteado, es decir, con sostenibilidad fiscal, con progresividad y con promoción a la producción -lo cual ya empieza a reflejarse en el proyecto de ley de presupuesto que ha ingresado en nuestra casa, la Cámara de Diputados-, seguramente ahí vamos a poder seguir discutiendo estas cuestiones.

Quiero decir que aquellos que están quedando en la calle y no tienen sindicatos son quienes nos interpelan, y nosotros no podemos dejar de tenerlos presentes. Ellos son los ciudadanos de quienes nos tenemos que hacer cargo, son víctimas de haber sido maltratados en los últimos años, y este proyecto viene a reivindicarlos.

De ninguna manera vamos a resolver absolutamente todos sus problemas. Nosotros lo sabemos. Va a ser un paso, pero no usemos argumentos disvaliosos ni mentiras para contraargumentar. Asumamos a quién representamos: eso va a ser bueno para nosotros y para quienes nos evalúen, nos miren y digan si hemos actuado bien o mal.

En palabras simples: esto es honestidad política e intelectual. A raíz de ello, por último quiero decir -ya termino, señor presidente- que un diputado entrerriano planteó con voz lastimera que las pymes del turismo de Entre Ríos podrían quedar afectadas por las consecuencias de la aplicación de este proyecto. De ninguna manera es así. En primer lugar, por el concepto de pymes. Justamente, entre los objetos de este proyecto está la promoción de las pymes y mipymes. Entonces, puede quedarse tranquilo.

Bien hubiera hecho ese diputado en estar presente cuando debatimos la Ley de Sostenimiento y Reactivación Productiva del Turismo Nacional hace unos días en nuestra Cámara. Muchos de los que estamos acá estuvimos presentes y ahí votamos con alegría a favor del turismo entrerriano, de Córdoba y de todo el país. Es una importante actividad económica argentina a la que respaldamos con 50.000 millones de pesos y beneficios tributarios.

No usemos cuestiones mentirosas ni argumentos falaces para analizar este proyecto. Hablemos de lo que tenemos que hablar. Asumamos a quienes representamos. Quienes representen a los más ricos de la Argentina -a quienes les estamos pidiendo un aporte en situación de emergencia-, no se avergüencen: eso también es la política. Por eso celebro este proyecto, señor presidente, porque sé a quienes representamos.

En este día, el Día de la Juventud, como afirmó el diputado Germán Martínez, me honra saber que estamos representando las voces de los pibes y pibas que van a quedar beneficiados con este proyecto. Muchas gracias.

SR. PRESIDENTE HELLER Muchas gracias a usted, diputada.

Para una pequeña aclaración -así me lo ha dicho textualmente-, me ha pedido la palabra el diputado Pastori.

Tiene la palabra el diputado Pastori.

SR. PASTORI Así, es, señor presidente, una muy pequeña aclaración, muchas gracias.

Con respecto a las expresiones recientes de la diputada Osuna, le quiero decir lo siguiente: utilizando las palabras del artículo 75, inciso 3 de la Constitución, cuando se refiere a los impuestos que en principio debieran ser coparticipables, es cierto que este impuesto no lo va a ser, porque más que una contraprestación específica, tiene asignaciones específicas. No tiene contraprestación porque quien aporta no recibe un beneficio en forma directa, sino que la recaudación va a tener una asignación específica.

Por eso, y de acuerdo con lo que dice nuestra Constitución, es una ley que requiere del voto afirmativo de la mayoría absoluta de cada Cámara del Congreso. Simplemente esa aclaración, señor presidente.

SR. PRESIDENTE HELLER Para otra breve aclaración tiene la palabra el diputado Benedetti y cerramos ahí la lista de oradores. Luego, quiero hacer dos o tres consideraciones y determinar cómo seguimos.

Tiene la palabra el diputado Benedetti.

SR. BENEDETTI Señor presidente: realmente me sorprende el calificativo de "mentiroso" que ha expresado la colega entrerriana. Lo rechazo absolutamente, y si la diputada considera que no haber estado presente en la famosa reunión, que nosotros hemos impugnado porque fue antirreglamentaria, no es ocuparse de los temas del turismo, quiero decirle que está totalmente equivocada.

En todo caso, será la Justicia la que determinará quién tenía razón. Asimismo, la diputada podría haber aprovechado la otra oportunidad en la cual nosotros quisimos tratar sobre tablas el tema del turismo. Nada más respecto a esta cuestión, para ser breve.

Con respecto a las pymes, yo he expresado que por los revalúos contables que estableció la AFIP, los dueños de pymes han incrementado sus patrimonios y van a tributar... (inaudible.) ... contrasentido de pymes con problemas cuyos dueños van a tener que pagar.

En todo caso, si está previsto ese otro 20 por ciento de retorno, habría que obviar ese camino de primero pagar para luego recibir.

Esto es lo que yo he expresado. Además, quiero manifestar la preocupación que tengo por los revalúos impositivos de las empresas, que van a llevar a tributar a muchísimos más contribuyentes que esos diez mil, o doce mil que usted está previendo.

SR. PRESIDENTE HELLER Son las 19 y 12, creo que hemos dado todas las posibilidades de expresarse.

Todavía quiero introducir hoy el otro punto que tenemos en el Orden del Día. Mi propuesta va a ser que el diputado Carro nos explique el contenido de la iniciativa y también emitamos dictamen en una reunión posterior, al igual que el primer expediente.

En cuanto al tema que estamos tratando, permítanme unas breves reflexiones.

El diputado Suárez Lastra hizo referencia a que le sorprendía que el gobierno nacional no tuviera una actitud proactiva frente a un proyecto como este. Le quiero decir que una de las buenas actitudes que está teniendo este gobierno es la de respetar la división de poderes.

Por otra parte, como bien dijo el diputado Germán Martínez, este es un proyecto legislativo que ha nacido en la Cámara de Diputados. Yo puedo dar fe de que el presidente me ha invitado en dos oportunidades para que le comente sobre la situación del proyecto y demás, y tal como lo hace con otros aspectos de su gestión, ha respetado la división de poderes.

Nos cuesta a todos acostumbrarnos, y cuando la Justicia toma una medida nos preguntamos ¿qué hace el presidente? Vamos a tener que hacer mucha gimnasia para acostumbrarnos a que la división de poderes es una realidad. Además, la defensa de la República, que es un título muy rimbombante, incluye entre otras cosas aceptar que esa división de poderes existe.

Quiero también hacer referencia a algunas cosas que se han dicho. Por ejemplo, el diputado Cano habló del precio de los campos, que rondan los 5.000 dólares la hectárea. Quiero decirles que desde que tengo uso de razón el precio de los campos está dado en función de la rentabilidad que generan. He visto campos que en algún momento valían 500 dólares la hectárea y, unos años después, aumentaron a 10.000 dólares. También he visto a empresarios del campo que estaban fundidos por la relación entre el crédito que habían tomado y el valor del campo, pero cuando llegó la etapa iniciada en 2003, el alto valor de los commodities hizo que esos precios se dispararan. Entonces, la deuda que tenía el empresario pasó a ser muy pequeña en relación con el patrimonio que había adquirido, no como consecuencia de una gestión sino de un hecho que tenía que ver con políticas globales.

Así que si los campos todavía valen 5.000 dólares la hectárea es porque siguen teniendo buena rentabilidad. Solo digo eso. No me parece bien ni mal. Pero quiero decir que si no tuvieran rentabilidad, el valor de esos campos bajaría.

En relación con el famoso tema de las pymes y del patrimonio neto, también quiero decirles que tengan en cuenta que están hablando de pymes familiares. Alguien ha dicho que si hay varios miembros de una familia con una participación de 200 millones de pesos cada uno, entonces ya no es tan pyme. En ese caso, tendríamos que pensar un poquito mejor de qué estamos hablando.

Por otro lado, dije al pasar "patrimonio neto". Esto significa que estamos hablando del valor consolidado de las empresas y no de las pérdidas que tienen.

En otras intervenciones, no recuerdo de quiénes, nos invitaron a ir a buscar los 400.000 millones de dólares que están en los paraísos fiscales. Ese dinero que está en los paraísos fiscales es riqueza que se generó y se ganó acá. No creo que se trate de imprentas argentinas que imprimieron dólares para que estos señores se los llevaran a los paraísos fiscales.

Con respecto a los 88.000 millones de dólares que se fugaron -o mejor dicho, no se fugaron: se fueron en el marco de una legalidad establecida que les permitía comprar libremente cualquier cantidad de dólares, ir a un banco y mandar ese dinero a cualquier destino sin ningún tipo de regulación ni control-, también los ganaron antes aquí en pesos, en este país que no da seguridad jurídica y que tiene todos esos defectos que ustedes han descripto a lo largo de sus intervenciones. Pero efectivamente se ve que ese mismo país ha generado capacidad de ganar plata a algunos sectores, porque esos 88.000 millones de dólares que se fueron en los cuatro años de gestión del gobierno anterior, antes que nada los ganaron en este país inseguro e inestable.

Considero que estas cuestiones las tenemos que poner en el lugar que corresponde. Estamos hablando de una situación extraordinaria. Lo dice todo el mundo. Por ejemplo, Alicia Bárcena, directora de la CEPAL, dice que se trata de una situación excepcional que requiere respuestas excepcionales. Asimismo, Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional, señala que las medidas excepcionales adoptadas por muchos países, sobre todo los mercados emergentes, necesitarán más apoyo durante un período más prolongado. Por su parte, la Oxfam, que es una organización internacional de organizaciones no gubernamentales, dice que si se aplicara un tributo extraordinario a las grandes fortunas con carácter progresivo de entre el 2 y el 3,5 por ciento en cada país sobre los patrimonios de encima de 1 millón de dólares, se podría recaudar hasta 14.260 millones. Este monto está aún por debajo de lo que ha ganado la elite de los supermillonarios de América Latina y el Caribe desde el inicio de la pandemia, que está calculado en 48.200 millones.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional, a través de su personal técnico, dice que para asegurar la recaudación y fomentar la solidaridad hay que considerar aumentos de las tasas en los tramos superiores de los impuestos sobre las rentas, sobre la propiedad y sobre el patrimonio, quizá a modo de sobretasa solidaria. Este es el Fondo Monetario Internacional hablando de sobretasa solidaria.

Es decir que tenemos que ser francos. Lo dijo la diputada Osuna y lo comparto plenamente: hay que definir a quién se defiende y qué es lo que está en juego.

Les digo una cosa más. Ustedes saben que en los Estados Unidos hay un grupo político que se llama "Tea Party". Este grupo no disfraza su postura, sino que la asume con plenitud. En su juramento, todos los diputados del Tea Party -ya que diputadas no hay, porque tienen un problema al respecto- juran que jamás votarán una ley de creación de un impuesto o de aumento de una tasa impositiva. Es una cuestión absolutamente de principios. Yo lo entiendo: defienden determinadas posiciones e intereses, y lo hacen de manera abierta, sin intentar ponerlo bajo determinadas consideraciones.

Voy a repetir algo y cierro: nosotros estamos hablando de un aporte extraordinario en una situación extraordinaria. Estamos hablando de solidaridad frente a los sectores más afectados. Hemos buscado, como se dijo, la mejor ecuación que alcance a la menor cantidad de personas humanas posible. En esta ecuación, queremos que se permita la mayor cantidad de ingresos probables.

Creemos que lo hemos hecho bien y con cuidado. En cuanto a los temas jurídicos, sabíamos desde el principio que iban a estar. No hay ninguna ley que afecte intereses que no genere amparos, demandas, etcétera. Eso se discutirá donde se tenga que discutir, pero este es el Poder Legislativo y nosotros tenemos que legislar a conciencia y de manera eficiente. Después veremos. Habrá que ver si el Poder Judicial está dispuesto a decir que no es constitucional una ley que tiene más del 70 por ciento de apoyo en la opinión pública, que afecta al 0,02 por ciento de las personas y que beneficia a muchos millones. Habrá que ver cómo se resuelve.

Ahora bien, que va a haber objeciones en la Justicia, las va a haber. Nosotros hemos trabajado con asesoramiento jurídico y creemos que la juridicidad de este proyecto está debidamente protegida y es absolutamente defendible. Pero yo diría que hagamos una discusión hablando de política, que veamos a quién le estamos pidiendo que haga el aporte y a quién vamos a beneficiar. Dejemos que los juristas se ocupen de los temas constitucionales.

Si ustedes quieren, la próxima reunión les traigo una lista de todas las cuestiones constitucionales que en este país no se cumplen. Por ejemplo, las que están en el artículo 14 bis, que entre otras cosas establece la participación de los trabajadores en la dirección de las empresas y la distribución de las utilidades, para dar un solo ejemplo de algo que está en la Constitución y a la que nadie presta demasiada atención.

Dicho esto, me han pedido que convoquemos a la directora de la AFIP. Voy a hacer la gestión. Les quiero marcar una diferencia a priori. Yo voy a hacer la gestión con la mejor intención para que Mercedes Marcó del Pont...

SR. CAMPOS Señor presidente: una cosa muy cortita. Ni a mí personalmente, ni al resto del bloque, nos gusta que nos interpreten. Usted está diciendo que nosotros estamos defendiendo a los ricos.

SR. PRESIDENTE HELLER Yo no lo interrumpí. Le pido que usted no me interrumpa a mí.

SR. CAMPOS No, pero le pido un segundo, presidente, porque con sus palabras finales usted parece haber dicho que nosotros estamos defendiendo a los ricos en contra de los pobres, y en mi caso particular yo le dije que estoy convencido de que esto puede ser malo para la gente que queremos ayudar. Entonces, no nos interprete mal, porque usted está diciendo que somos el Tea Party y nada que ver con eso. Quería aclararlo. Gracias.

SR. PRESIDENTE HELLER No. Yo no dije que ustedes eran el Tea Party. Di un ejemplo. Pero le voy a decir una cosa, diputado, con el mayor de los respetos. La democracia finalmente es esto: discutimos y no necesariamente nos ponemos de acuerdo. En el ámbito democrático, cuando no hay acuerdos, prima el criterio de la mayoría. La mayoría es la representación de la voluntad mayoritaria, y es la manera en que se dilucidan las diferencias que no se pueden zanjar en el debate. El debate es el medio para acortar diferencias. Yo hago todo lo posible para que eso suceda.

SR. CAMPOS Estoy de acuerdo.

SR. PRESIDENTE HELLER Es mi vocación y mi manera de pensar: creo en el debate. Al mismo tiempo, asumo que el debate tiene que finalizar en determinado punto, porque si no se convierte en un fin en sí mismo y es eterno. Ahí es donde juegan las mayorías. Este proyecto, si no cuenta con la mayoría, no va a prosperar; si la tiene, tendrá la legitimidad que esa mayoría le da.

Creo que ese es el juego democrático que todos deberíamos aceptar.

SR. CAMPOS Estoy completamente de acuerdo, señor presidente, pero no es diciendo que el otro se tiene que sacar la careta porque defiende lo que parece que está defendiendo, cuando no es así.

SR. PRESIDENTE HELLER Si quiere que discutamos a fondo la cuestión podemos seguir en un ámbito público o mano a mano, como le guste.

El lunes a las 16 y 30 vamos a continuar con esta reunión. Propongo las 16 y 30 porque a las 15 hay una reunión de la Comisión de Finanzas, y he convenido con la diputada Vallejos para que puedan terminar a ese horario y continuemos con esta reunión con la idea de firmar dictamen.

Voy a tratar de que participe de la reunión la licenciada Marcó del Pont. Decía -y pido que se entienda la diferencia-, que la importancia de la presencia de miembros del Poder Ejecutivo la hemos visto ayer cuando tratamos el tema de la ANSES; es decir, en los proyectos del Poder Ejecutivo es absolutamente justificada. Como este es un proyecto legislativo, tengo que pedirle a la directora de la AFIP si está dispuesta a asistir, pero no puedo afirmar con certeza que vaya a hacerlo. Voy a hacer mis mejores esfuerzos para lograr que así sea.

La idea entonces sería...

SR. CACACE Si me permite, quisiera hacer un pedido antes de que cambie de tema.

SR. PRESIDENTE HELLER Tiene la palabra el señor diputado Cacace, que no hizo uso de la palabra.

SR. CACACE Voy a ser muy breve. En atención al debate que se ha producido de la propuesta sobre el aporte solidario y extraordinario, como lo han denominado, y dado que la diputada Del Plá y el diputado del Caño mencionaron que su proyecto de impuesto a la riqueza contempla el pago del IFE de 30.000 pesos, quería pedirle, si no lo ha hecho alguien antes -y en tal caso me disculpo por ser reiterativo-, si podemos solicitar a la Oficina de Presupuesto del Congreso que haga un análisis del impacto fiscal del proyecto para contar con él el día que convoque a reunión para dictaminar.

SR. PRESIDENTE HELLER Yo creo que ese no es el rol de la Oficina de Presupuesto del Congreso, sino que es el análisis y control presupuestario. Pero con la buena predisposición de la oficina, y si el tiempo lo permite -porque hoy es miércoles y nos reuniremos el lunes-, no tengo inconvenientes; usted sabe que no tengo problemas y le consta.

SR. CACACE Ya lo sé, por eso lo solicito. Como constantemente hacen análisis del impacto fiscal de los proyectos, y atento a que estamos discutiendo cuántos contribuyentes van a quedar afectados y cuánto es el dinero que potencialmente se podría recaudar, me parece que sería importante que contemos con esa información técnica.

SR. PRESIDENTE HELLER No tengo inconvenientes en hacer la consulta, pero le repito que hasta que no estén presentadas todas las declaraciones juradas de 2019 no vamos a tener una cifra cierta de las personas alcanzadas por los rangos que hemos propuesto.

SR. CASAS Quisiera hacer una pequeña consideración...

SR. GIOJA Señor presidente, para distender un poquito, le comento que el lunes es el Día de la Primavera y hay que ir de pícnic.

SR. PRESIDENTE HELLER ¿No quiere trabajar el lunes, diputado Gioja? (Risas.)

Sería un buen día para que firmemos dictamen sobre el aporte solidario como una contribución de los diputados para festejar la primavera.

Tiene la palabra el diputado Casas, para una aclaración.

SR. CASAS Quisiera hacer una pequeña consideración y aporte.

En este período que ha venido presidiendo la comisión, usted se ha caracterizado por ser benévolo en el tiempo destinado para el uso de la palabra, y el día de ayer fue un claro ejemplo de eso. Digo esto para que lo tengamos en cuenta por una cuestión de consideración hacia usted.

Yo creo que este tema ha sido ampliamente debatido porque se tocaron diversos puntos. Considero que el día lunes tendríamos que ser muy breves y pasar a firmar el dictamen. Pasó ayer, que estábamos tratando el proyecto de fondo de garantía solidaria, que pasamos a un cuarto intermedio y quedamos en lo mismo. Creo que el lunes deberíamos dar las explicaciones necesarias muy brevemente y pasar a firmar el dictamen.

SRA. POLLEDO Señor presidente: ¿puedo pasar un aviso?

SR. PRESIDENTE HELLER ¡Cómo no, diputada!

SRA. POLLEDO Usted vio que yo soy muy obediente y no pedí la palabra porque le cedí mi tiempo al diputado Pastori.

Entonces, le pido por favor que el día lunes no hagamos lo que acaba de pedir el diputado preopinante, sino que nos deje hablar a los que no lo hicimos hoy por el tema de la extensión del tiempo. Entonces, el lunes tengamos la consideración...

SR. CASAS Usted cedió el uso de la palabra, diputada.

SRA. POLLEDO Estoy hablando yo.

SR. PRESIDENTE HELLER Diputado Casas: permítame dirigir la reunión. Hágame el favor, colabore conmigo.

Continúe, diputada Polledo.

SRA. POLLEDO Simplemente le digo que hoy, por respeto a que usted dijo que era demasiado tiempo el que se estaba tomando el diputado Pastori, personalmente me anoté, no hablé, y no pedí la palabra nunca más.

Entonces, le pido que en la próxima reunión tengamos un espacio -no digo eterno- aquellos que no pudimos hablar en el día de hoy por respeto a sus indicaciones acerca de los tiempos del uso de la palabra.

SR. PRESIDENTE HELLER Diputados y diputadas: cuando empezamos la reunión hice una consideración, que fue objetada por el diputado Laspina, según la cual intentaba establecer un tiempo para las intervenciones. Se me cuestionó el tema y entonces asumimos que íbamos a actuar con la moderación del caso. Son las 19 y 30, y hemos empezado a las 15; por eso, creo que efectivamente nadie podrá decir que no pudo expresarse o que no pudo manifestar lo que pensaba.

De cualquier manera, entiendo lo que dice la diputada Polledo y voy a proponer, con la buena voluntad de diputadas y diputados, que efectivamente el lunes no volvamos a hablar todos, a repetir y a decir lo mismo que dijimos hoy, porque ya lo dijimos y nos escuchamos. Pero puede haber diputados o diputadas, tanto del oficialismo como de la oposición, que no hicieron uso de la palabra y sienten que tienen la necesidad de decir algo. Mi intención es permitir que eso suceda y luego efectivamente, como propone el diputado Casas, pasar a dictaminar.

Creo que si todos colaboramos, ambas cuestiones son compatibles. No hagamos una maratón de discursos nuevamente y permitamos que quienes no hicieron uso de la palabra, si lo desean, lo hagan, con el pedido de brevedad que sería aconsejable.

Si estamos todos de acuerdo en el espíritu de esta recomendación, el día lunes trataré de administrar el tiempo de la mejor manera posible.

SR. BURYAILE Solamente quiero decir algo en la misma línea que usted está hablando.

Creo que quedó en claro lo que usted ha dispuesto, pero sería muy importante la presencia de la administradora en función de uno de los temas que se habló como es la cantidad de contribuyentes que estarían alcanzados por este proyecto y del monto a recaudar. Creo que nos puede ayudar e informar mucho a la comisión.

SR. PRESIDENTE HELLER Diputado: usted me conoce lo suficiente y sabe que si yo no estuviera dispuesto a hacer algo, no diría que lo voy a hacer. Creo que lo tenemos bien claro: si yo le dije que voy a tratar de contar con la presencia de la licenciada Marcó del Pont en esa reunión es porque voy a tratar de hacerlo, pero no puedo asegurar que vayamos a contar con su presencia. Lo voy a hacer con toda la buena fe del caso.

SR. BURYAILE No lo dudo.

SR. PRESIDENTE HELLER Muy bien. Entonces, si me acompañan, pediría que pasemos a escuchar al diputado Carro, quien nos introducirá en los conceptos del proyecto de ley sobre prohibición de ayuda económica a empresas domiciliadas en paraísos fiscales o con probada evasión fiscal.

Por ello, les propongo que no haya debate. La idea es hacer una introducción y que el lunes, luego de cerrar el dictamen del proyecto de ley de aporte extraordinario, si hay necesidad de debatir este proyecto lo podremos hacer a continuación para que ese día se pueda emitir dictamen al respecto. Esa sería mi propuesta de trabajo. Si estamos todos de acuerdo, le doy la palabra al diputado Carro para que nos explique su proyecto.

SR. CARRO Señor presidente: como el debate ha sido muy largo, he estado muy atento escuchando y entiendo que seguramente diputados y diputadas deben de estar un poco agotados. Por ello, voy a ser muy breve y, en todo caso, cuando continúe el debate veremos si es necesario ampliar algún concepto.

Le agradezco la posibilidad de presentar el proyecto, aunque no integro esta comisión. Es de público conocimiento que no soy especialista en temas tributarios ni en finanzas internacionales. Soy un profesor de Comunicación Social en una universidad y un dirigente sindical, y desde ahí es que intento hacer un aporte. Diría que lo hago desde un punto de vista de estricta justicia social, que lo que busca es hacer foco en la ayuda que hoy está generando el gobierno nacional en el marco de la pandemia para sacar al país adelante, mantener la educación, la salud, la seguridad y generar una reactivación económica para defender los puestos de trabajo. Por eso quiero agradecer por anticipado el aporte que han hecho otros compañeros y compañeras de nuestro bloque que integran esta comisión, quienes han mejorado y precisado el proyecto que presenté y que ustedes tienen a la vista.

Se trata de una iniciativa muy simple que busca prohibir que el Estado otorgue asistencia económica y/o financiera a las empresas o personas, o si se quiere, para ser más precisos, personas humanas y jurídicas, que tengan domicilio en paraísos fiscales o sean evasores fiscales probados. Esto es en concreto para los casos de epidemias, pandemias, catástrofes o razones de fuerza mayor. Es decir, es un proyecto planteado para el marco de la emergencia que tenemos producto de la pandemia, pero también para otros casos similares en el futuro.

Me gustaría señalar, para que quede preciso y claro, qué es lo que se considera asistencia económica y/o financiera. Se refiere a cualquier tipo de subsidio y/o moratoria y/o condonación y/o préstamo con tasa subsidiada y/o subsidio de tasa de interés en cualquiera de sus formas de instrumentación resultante de una norma o decisión que establezca o haya establecido el Estado nacional o alguna empresa con participación estatal mayoritaria.

Todos saben que la evasión y la elusión tributaria son dos de los problemas principales que tienen las democracias en el mundo. Por eso mismo me resulta un sinsentido que el Estado -que en este momento está haciendo tantos esfuerzos económicos- le esté dando ayuda a empresas que se llevan la plata fuera del país. Es inaceptable que el Estado no pueda hacer una diferencia entre empresas que trabajan en la Argentina, colaboran con el desarrollo del país, cumplen con sus obligaciones tributarias y aquellas que se dedican con grandes arquitecturas contables a evadir impuestos en la Argentina.

Quiero mencionar un informe de la OCDE, es decir, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Allí se señala la existencia de 950 cuentas no declaradas en Argentina en paraísos fiscales de más de un millón de dólares pertenecientes a ciudadanos de nuestro país. Esa es la situación en la que estamos. Se trata de una información que tenía el gobierno desde 2017. Es decir, el gobierno de Macri ocultó esta información que ya tenía la AFIP en 2017. Tanto Alberto Abad como Leandro Cuccioli tendrán que dar explicaciones seguramente en la Justicia.

Entiendo que el señor diputado Pastori querrá acompañar un proyecto como el que estamos analizando. Justamente lo que se busca es que no le llegue ayuda del Estado -en el marco de la pandemia o en situaciones de catástrofe similares- a aquellas empresas que lo que hacen es fugar su dinero y llevarlo a paraísos fiscales.

En la Unión Europea hay tres países -Francia, Polonia y Dinamarca- que han resuelto esta problemática y hay otros tres que van en la misma dirección. Me refiero a Bélgica, Italia y España...

SR. SUÁREZ LASTRA Señor presidente: le pido una interrupción. ¿Señor presidente?

SR. CARRO Voy a terminar y luego, en todo caso, después hace la interrupción.

SR. SUÁREZ LASTRA Me da la impresión, señor diputado, que el presidente no lo está escuchando. Lamento que, siendo tan importante el tema, no lo escuche.

- Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. SUÁREZ LASTRA ¿Por qué tenemos que escuchar esto sin poder debatirlo? Estamos en una comisión...

- Se interrumpe el audio.
- Luego de unos instantes:
SR. PRESIDENTE HELLER Señor diputado Suárez Lastra: no puede hablar "de prepo". No es correcto que hable "de prepo". Si quiere expresarse le voy a dar el uso de la palabra. El señor diputado Carro pidió que no lo interrumpan y que le permitan terminar. Seamos respetuosos.

Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Carro.

SR. CARRO Gracias, señor presidente.

Estaba comentando que en el Senado de Chile se estableció un dictamen en el marco de una ley que va exactamente en la misma dirección y que ya viene con sanción de Diputados.

Nosotros necesitamos fortalecer y tener un Estado inteligente que incentive la producción, las inversiones y el empleo. Además, debe promover el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Hoy, la gran mayoría de los argentinos y argentinas está haciendo un esfuerzo brutal para mantener sus empresas, negocios y empleos en el marco de la pandemia. Por eso mismo, en este momento y más que nunca, entiendo que el Estado tiene que asegurarse que cada peso que destina en ayuda financiera se use para el sostenimiento de la actividad económica, la defensa de los puestos de trabajo con el fin de resolver los problemas que enfrentamos con la pandemia.

Pienso en los trabajadores de la salud, los agentes de seguridad, los docentes y estudiantes que no tienen conectividad. Pienso en el tremendo esfuerzo que están haciendo los trabajadores esenciales, los trabajadores de a pie. Pienso en los muchos argentinos que están esperando que se apruebe el proyecto de ley sobre el aporte solidario y extraordinario de las grandes riquezas. Me parece debe haber reglas claras y justas para todos y todas. Un Estado inteligente para que cada peso del presupuesto nacional llegue a donde tiene que llegar. Muchas gracias señor presidente y estoy a disposición para participar de la próxima reunión con el fin de formular las aclaraciones que estime pertinente.

SR. PRESIDENTE HELLER Si se escuchó bien lo que yo dije, quiero remarcar que había expresado que íbamos a escuchar la presentación del autor del proyecto. Además, afirmé que el lunes -luego de dictaminar el proyecto de ley de aporte solidario- íbamos a tener un espacio para debatir destinado a aquellos que deseen intervenir como lo hemos hecho hoy. Es decir, nadie va a impedir ni pedir que se dictamine sin que haya un debate. Si no alcanza el tiempo volveremos a pasar a un cuarto intermedio y así seguiremos debatiendo. No hay problema con eso. Quédese tranquilo diputado Suárez Lastra que va a tener oportunidad de hablar porque yo siempre le voy a dar el espacio para que así suceda. Pero le pido que me respete y que ayude a que la reunión funcione con normalidad. Colabore un poquito conmigo. Usted y yo hemos marchado juntos tantas veces en otros tiempos. No le digo que ahora marche conmigo, pero por lo menos no me obstaculice y ayúdeme un poco.

En este momento son las 19 y 43. Si abrimos el debate ahora no sé cuántas intervenciones habrá. Les propongo que pasemos a un cuarto intermedio hasta el lunes a las 16 y 30. Trataré de que podamos contar con la presencia de la Directora Ejecutiva de la AFIP por zoom para que nos brinde información sobre el tema y podamos evacuar nuestras dudas antes de avanzar en el tratamiento. Haré todo lo que esté a mi alcance para que esto se pueda cumplir.

El diputado Pastori me pide insistentemente hacer uso de la palabra, a pesar de que le he solicitado que me haga la propuesta personalmente.

Tiene la palabra, diputado.

SR. PASTORI Gracias, señor presidente.

A los fines de avanzar en el trabajo del día lunes, quiero hacer, en nombre del interbloque, una propuesta de modificación al dictamen.

Tal como estaba presentado, no íbamos a acompañar el proyecto. Sin embargo, el predictamen de comisión que se nos hizo llegar -a través de la Comisión de Presupuesto y Hacienda- al correo oficial ha cambiado sustancialmente. Se han aclarado varias cuestiones que eran muy confusas, muy genéricas y que podían dar lugar a muchas malas interpretaciones, lo que podía motivar que fuera una ley con buen espíritu pero sin posibilidad de aplicación en la práctica.

Si fuera posible, quisiera solicitar hacer una corrección en el dictamen para el lunes -por eso mi insistencia en el pedido de la palabra-.

En el artículo 2° se precisa quiénes serán sujetos de esta prohibición: las personas humanas o jurídicas residentes en el país que tengan algún tipo de domicilio y/o registro tributario de bienes físicos y/o financieros en países no cooperantes o jurisdicciones de baja tributación.

La modificación que propongo es muy simple, pero sustancial. Donde dice "países no cooperantes" debería decir "jurisdicciones no cooperantes", ya que dichos países tienen distintas organizaciones políticas -hay reinados, por ejemplo-. "Jurisdicciones no cooperantes" es el término que utiliza la Ley de Impuesto a las Ganancias. Y donde dice "jurisdicciones de baja tributación" debería decir "jurisdicciones de baja o nula tributación".

Quedó bien definido qué se entiende por evasión fiscal, lo que no se aclaraba en el proyecto original.

Quedó también definido en qué caso no corresponde la asistencia económica. La verdad, sería insólito que fuera otorgada, pero no deja de ser importante una expresión de la Cámara en este sentido.

Propongo al autor del proyecto y a la comisión eliminar el artículo 5°, que se refiere a la vigencia. Dice así: "La presente ley comenzará a regir a los 10 días de su publicación en el Boletín Oficial".

Sabemos que las leyes rigen a partir de los ocho días de su publicación en el Boletín Oficial. Dos días más no le agrega nada. No lo entiendo. Es más, creo que podría ponerse que comenzará a regir a partir de su publicación en el Boletín Oficial. O se puede dejar sin aclarar, por lo que comenzaría a regir a partir de los ocho días. Es una cuestión formal, pero creo que es importante, ya que estamos tratando de perfeccionar el dictamen.

Con estos agregados y comentarios, y sobre la base de esta nueva redacción que se propone, anticipamos que el día lunes acompañaremos el dictamen.

Le doy la tranquilidad al diputado Carro de que compartimos la idea, solo que antes no estaba bien expresada según nuestro criterio. En este anteproyecto de dictamen sí lo está.

Esto es todo lo que quería decir, con la intención de facilitar el trabajo del lunes.

SR. CASARETTO Señor presidente: pido que le digamos al diputado Carro que acepte el comentario; tengamos un gesto de buena voluntad, ya que vamos a tener la suerte de que nos acompañen.

Diputado Carro: le solicito que, por favor, tenga en cuenta la observación del diputado Pastori.

SR. PRESIDENTE HELLER Diputado Casaretto: le pido a usted que tenga en cuenta que estoy presidiendo yo y que me ayude. (Risas.)

Tiene la palabra el señor diputado Carro.

SR. CARRO La verdad, son apreciaciones correctas las que hace el diputado Pastori. Como he dicho en un comienzo, no soy especialista en estos temas; seguramente habré cometido algunas imprecisiones, por lo que creo que corresponde tomar las sugerencias del diputado. Ojalá podamos aprobar el dictamen por unanimidad.

SR. PRESIDENTE HELLER Solo quiero decirle al diputado Pastori que, cuando comenzamos la reunión -y por eso yo quería que el diputado Carro dé esta explicación-, adelanté que el proyecto original había sido modificado. Tal vez ustedes no lo registraron en el fervor del debate, pero lo dije al principio.

Por eso insistí ante el enojo del diputado Suárez Lastra, que creía que no lo queríamos dejar debatir. Justamente lo que queríamos era que ustedes tomaran pleno conocimiento de los cambios que habíamos hecho en el proyecto para lograr el mayor consenso posible.

SR. PASTORI Usted lo dijo, presidente. Me acuerdo perfectamente, pero no conocíamos los cambios. Ahora sí los conocemos.

SR. PRESIDENTE HELLER Perfecto. Creo que terminamos esta reunión de la mejor manera posible.

Pasamos a cuarto intermedio hasta el lunes a las 16 y 30; en lo posible, con la presencia de la licenciada Marcó del Pont. Muchas gracias por la colaboración de todas y todos.

- Se pasa a un cuarto intermedio a la hora 19 y 51.