PRESUPUESTO Y HACIENDA
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P04 Oficina 418
Secretario Administrativo Dr. Seguí Ariel
Martes 17.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2444 Internos 2416/2310
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- PRESUPUESTO Y HACIENDA
Reunión del día 20/09/2016
- PRESUPUESTO 2017
- En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veinte días del mes de septiembre de 2016, a la hora 14 y 23:
SR. PRESIDENTE LASPINA Buenas tardes a todos los señores diputados, a todas las señoras diputadas y al público presente. Queda abierta la reunión informativa de la Comisión de Presupuesto y Hacienda para comenzar el tratamiento del proyecto de ley de presupuesto para el ejercicio 2017.
Hoy nos acompañan -y desde ya agradecemos la presencia- el señor secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación, licenciado Pedro Lacoste; el señor secretario de Hacienda, Gustavo Marconato; el señor secretario de Finanzas, Luis Caputo; el señor subsecretario de Programación Macroeconómica, José Luis Maia; el señor subsecretario de Presupuesto, Raúl Rigo, y el resto de los integrantes del equipo del Ministerio de Hacienda, que hoy nos van a estar acompañando en este inicio de los debates respecto a este proyecto de ley tan importante para los argentinos.
La idea de esta reunión es que se realicen las presentaciones por parte del equipo de Hacienda y Finanzas respecto a los principales lineamientos del proyecto de ley de presupuesto para el 2017, y después, como siempre, abrir el debate para poder hacer preguntas.
Dado que somos muchos, que hay muchos temas y preguntas por realizar, como moción de orden, la Presidencia solicita a los señores diputados que seamos sintéticos en la realización de preguntas para poder aprovechar precisamente el tiempo y la información de los funcionarios, que nos van a facilitar el proceso de debate posterior a todos nosotros.
Hoy nos acompañan -y desde ya agradecemos la presencia- el señor secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas de la Nación, licenciado Pedro Lacoste; el señor secretario de Hacienda, Gustavo Marconato; el señor secretario de Finanzas, Luis Caputo; el señor subsecretario de Programación Macroeconómica, José Luis Maia; el señor subsecretario de Presupuesto, Raúl Rigo, y el resto de los integrantes del equipo del Ministerio de Hacienda, que hoy nos van a estar acompañando en este inicio de los debates respecto a este proyecto de ley tan importante para los argentinos.
La idea de esta reunión es que se realicen las presentaciones por parte del equipo de Hacienda y Finanzas respecto a los principales lineamientos del proyecto de ley de presupuesto para el 2017, y después, como siempre, abrir el debate para poder hacer preguntas.
Dado que somos muchos, que hay muchos temas y preguntas por realizar, como moción de orden, la Presidencia solicita a los señores diputados que seamos sintéticos en la realización de preguntas para poder aprovechar precisamente el tiempo y la información de los funcionarios, que nos van a facilitar el proceso de debate posterior a todos nosotros.
SRA. CICILIANI Pido la palabra, señor presidente.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora diputada Ciciliani.
SRA. CICILIANI Señor presidente: antes de empezar, nos gustaría saber si hay un plan de trabajo de la comisión.
SR. PRESIDENTE LASPINA Es buena la pregunta.
La idea es comenzar hoy el debate con las exposiciones sobre los temas macro, los grandes números del presupuesto, la visión de la senda de la dinámica fiscal, de la dinámica del financiamiento de nuestro presupuesto, de la discusión sobre lo tributario, etcétera, es decir, la parte más macro y financiera del presupuesto. Después, en las sucesivas reuniones, queremos avanzar invitando a los ministros, que tienen mayores responsabilidades en el gasto en sus carteras. El orden puede llegar a ser modificado pero, en principio, estaría concurriendo el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio; el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; y el ministro de Educación y Deportes, Esteban José Bullrich. Estos ministerios abarcan la mayor proporción del gasto en áreas que no están fundamentalmente regidas por leyes que no sea el presupuesto -más allá de que Educación tiene un montón de leyes que la regulan. Lo que quiero decir es que quizás no sea tan importante que discutamos el presupuesto de la Anses cuando sabemos que recientemente hemos debatido la ley de reparación histórica de los jubilados, sabemos cómo funciona el sistema previsional y no hace falta decir nuevamente en qué va gastar la Anses el dinero, por más que su presupuesto sea muy importante.
Ese es el criterio acordado en diálogos informales con algunos de ustedes: creo que con usted, Alicia, con Marco Lavagna del Frente Renovador, con Diego Bossio del Bloque Justicialista y con algunos amigos del Frente para la Victoria, que nos pidieron en los pasillos -ya que esta es la primera reunión formal que tenemos- que vengan los ministros a explicar sus presupuestos. Nos pareció bien empezar con los ministros que he enumerado porque probablemente son los que concentren la mayor parte de las partidas que estamos asignando en esta misma ley y no en otras, que están predeterminadas en términos de los gastos en los que necesariamente se debe incurrir. Esta sería la agenda de trabajo inicial que tenemos.
Tiene la palabra el señor diputado Lavagna.
La idea es comenzar hoy el debate con las exposiciones sobre los temas macro, los grandes números del presupuesto, la visión de la senda de la dinámica fiscal, de la dinámica del financiamiento de nuestro presupuesto, de la discusión sobre lo tributario, etcétera, es decir, la parte más macro y financiera del presupuesto. Después, en las sucesivas reuniones, queremos avanzar invitando a los ministros, que tienen mayores responsabilidades en el gasto en sus carteras. El orden puede llegar a ser modificado pero, en principio, estaría concurriendo el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio; el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; y el ministro de Educación y Deportes, Esteban José Bullrich. Estos ministerios abarcan la mayor proporción del gasto en áreas que no están fundamentalmente regidas por leyes que no sea el presupuesto -más allá de que Educación tiene un montón de leyes que la regulan. Lo que quiero decir es que quizás no sea tan importante que discutamos el presupuesto de la Anses cuando sabemos que recientemente hemos debatido la ley de reparación histórica de los jubilados, sabemos cómo funciona el sistema previsional y no hace falta decir nuevamente en qué va gastar la Anses el dinero, por más que su presupuesto sea muy importante.
Ese es el criterio acordado en diálogos informales con algunos de ustedes: creo que con usted, Alicia, con Marco Lavagna del Frente Renovador, con Diego Bossio del Bloque Justicialista y con algunos amigos del Frente para la Victoria, que nos pidieron en los pasillos -ya que esta es la primera reunión formal que tenemos- que vengan los ministros a explicar sus presupuestos. Nos pareció bien empezar con los ministros que he enumerado porque probablemente son los que concentren la mayor parte de las partidas que estamos asignando en esta misma ley y no en otras, que están predeterminadas en términos de los gastos en los que necesariamente se debe incurrir. Esta sería la agenda de trabajo inicial que tenemos.
Tiene la palabra el señor diputado Lavagna.
SR. LAVAGNA Señor presidente: simplemente quiero hacer una aclaración acerca de algo que creo va a ir surgiendo a medida que avance el debate. Seguramente surjan algunas incógnitas cuya resolución requiera posiblemente la invitación de especialistas. Por ejemplo, el presupuesto le da mucha importancia a todo lo que es energías renovables. Creo que ahí vamos a tener varias preguntas al respecto para poder adentrarnos más en los detalles. A medida que avancemos, quizás deberíamos incorporar en la lista de oradores a algún especialista del sector.
SR. PRESIDENTE LASPINA Perfecto. Podemos incorporar al responsable correspondiente del área para evacuar cualquier duda. Lo podemos discutir sobre la marcha.
Sin embargo, esta es la agenda inicial prevista, que obviamente después podrá sufrir modificaciones según el trámite.
Tiene la palabra el señor diputado Gioja.
Sin embargo, esta es la agenda inicial prevista, que obviamente después podrá sufrir modificaciones según el trámite.
Tiene la palabra el señor diputado Gioja.
SR. GIOJA Señor presidente: en el mismo sentido, quiero saber cuál será el tiempo estimativo en semanas para el debate de este proyecto de ley de presupuesto -ustedes siempre hacen planes, son mayoría y nosotros los respetamos. Lo pregunto por si tienen una idea más o menos...
SR. PRESIDENTE LASPINA En principio, apuntamos a lograr un tratamiento en comisión que nos lleve alrededor de tres semanas, lo que dependerá un poco de la intensidad y de la agenda que tenga esta comisión respecto a otros proyectos que también requieren de tratamiento. Este es el plazo aproximado que tenemos en mente: comienza hoy y en dos martes más, o tres eventualmente, ir agotando todas las instancias de discusión con los ministros. A partir de esos debates, seguramente surgirán los puntos sobre los que tendremos acuerdo y sobre los que habrá que trabajar para lograr el consenso. Ese es más o menos el tiempo estimativo que llevará el tratamiento.
La verdad es que se trata de la primera experiencia de proyecto del presupuesto de este gobierno nuevo. Esta hecho con un enorme personalismo y seriedad respecto a lo que proponemos para el próximo ejercicio, lo que nos va a permitir a todos tener una discusión muy seria referida a cómo vamos a asignar el dinero los argentinos.
Tiene la palabra el señor diputado Pitrola.
La verdad es que se trata de la primera experiencia de proyecto del presupuesto de este gobierno nuevo. Esta hecho con un enorme personalismo y seriedad respecto a lo que proponemos para el próximo ejercicio, lo que nos va a permitir a todos tener una discusión muy seria referida a cómo vamos a asignar el dinero los argentinos.
Tiene la palabra el señor diputado Pitrola.
SR. PITROLA Tengo una preocupación, señor presidente. Nos parece oportuno -no sabemos si ya está previsto- convocar a las organizaciones del movimiento obrero porque están muy involucradas en las consecuencias del presupuesto. Por el impuesto a las ganancias, por el problema jubilatorio, por el salario de los estatales, creemos que se tendría que escuchar la voz del movimiento obrero.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tomo en consideración su punto de vista, señor diputado. Creo que la idea es discutir las eventuales modificaciones del impuesto a las ganancias en el marco de una ley que tendrá un tratamiento en paralelo a este debate sobre el presupuesto. Creo que en ocasión del tratamiento de la reforma de la ley del impuesto a las ganancias, posiblemente sea una idea correcta convocar a todos los actores involucrados o afectados de alguna manera por esta cuestión, en particular las organizaciones gremiales. Sugiero hacerlo en el marco específico de la reforma del impuesto a las ganancias.
Si no hay más comentarios o preguntas, tiene la palabra el señor diputado Heller.
Si no hay más comentarios o preguntas, tiene la palabra el señor diputado Heller.
SR. HELLER Gracias, señor presidente.
Quiero referirme a dos cuestiones. Si bien usted dice que el tema del impuesto a las ganancias será tratado en el marco de una ley específica, tiene indudablemente impacto presupuestario. Seguramente, y en base a lo que hemos visto en los números, uno puede sacar alguna conclusión sobre cuál es el monto que en el presupuesto usted estima que va a modificar la recaudación fiscal en función del proyecto que ustedes tienen. Por lo tanto, cuando estemos tratando el presupuesto, a menos que se resuelva otra cosa, estaríamos frente a una situación de modificación presupuestaria. De hecho, estaríamos sujetos a las limitaciones que nos está poniendo el presupuesto que vamos a aprobar.
La segunda cuestión tiene que ver con el cronograma que hizo, donde estimó unas tres semanas más, con invitaciones a ministros y secretarios, lo cual me parece muy bien. Pero me falta saber cuándo vamos a debatir los diputados. Porque esta comisión debe debatir -más allá de preguntar- y, desde luego, eso requiere como mínimo una sesión de la comisión.
Quiero referirme a dos cuestiones. Si bien usted dice que el tema del impuesto a las ganancias será tratado en el marco de una ley específica, tiene indudablemente impacto presupuestario. Seguramente, y en base a lo que hemos visto en los números, uno puede sacar alguna conclusión sobre cuál es el monto que en el presupuesto usted estima que va a modificar la recaudación fiscal en función del proyecto que ustedes tienen. Por lo tanto, cuando estemos tratando el presupuesto, a menos que se resuelva otra cosa, estaríamos frente a una situación de modificación presupuestaria. De hecho, estaríamos sujetos a las limitaciones que nos está poniendo el presupuesto que vamos a aprobar.
La segunda cuestión tiene que ver con el cronograma que hizo, donde estimó unas tres semanas más, con invitaciones a ministros y secretarios, lo cual me parece muy bien. Pero me falta saber cuándo vamos a debatir los diputados. Porque esta comisión debe debatir -más allá de preguntar- y, desde luego, eso requiere como mínimo una sesión de la comisión.
SR. PRESIDENTE LASPINA Son dos buenas observaciones. Respecto al impuesto a las ganancias, en principio estaríamos tramitándolo en paralelo con la discusión del presupuesto. De modo tal que cuando estemos modificando una ley, al mismo tiempo estaremos conociendo los impactos que tiene sobre la ley de presupuesto. Entiendo, y ahora lo van a decir los señores secretarios, que este presupuesto ya tiene una estimación en línea con lo que son las ideas del Poder Ejecutivo nacional, que sufrirían modificaciones si a su vez ese proyecto sufre alteraciones en el Congreso.
Respecto a los tiempos de debate, yo estimé más o menos tres semanas de discusión, incluyendo la presencia de los ministros y asumiendo que algunas semanas vamos a tener sesiones, antes o después de las presentaciones informativas de los señores ministros. Ciertamente, hoy se nos hace muy difícil estimar un tiempo de discusión porque -como usted sabe porque es de público conocimiento ya que lo ha dicho también el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay- vamos a estar tratando en paralelo al menos dos temas importantes que afectan la discusión presupuestaria y la discusión fiscal: la ley del impuesto a las ganancias y la posibilidad de discutir una limitación a los denominados "súperpoderes", al artículo 37 de la Ley de Administración Financiera. El ministro de Hacienda ha anunciado nuestra vocación por dar este debate y de hacerlo ahora que somos oficialismo, tal como lo pedíamos cuando éramos oposición. De modo tal que es muy difícil estimar los tiempos pero vamos a tener todas las reuniones que creamos necesarias.
Pienso que la relevancia de los temas que estamos tratando así lo amerita.
No habiendo más preguntas, tiene la palabra el señor viceministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Pedro Lacoste.
Respecto a los tiempos de debate, yo estimé más o menos tres semanas de discusión, incluyendo la presencia de los ministros y asumiendo que algunas semanas vamos a tener sesiones, antes o después de las presentaciones informativas de los señores ministros. Ciertamente, hoy se nos hace muy difícil estimar un tiempo de discusión porque -como usted sabe porque es de público conocimiento ya que lo ha dicho también el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay- vamos a estar tratando en paralelo al menos dos temas importantes que afectan la discusión presupuestaria y la discusión fiscal: la ley del impuesto a las ganancias y la posibilidad de discutir una limitación a los denominados "súperpoderes", al artículo 37 de la Ley de Administración Financiera. El ministro de Hacienda ha anunciado nuestra vocación por dar este debate y de hacerlo ahora que somos oficialismo, tal como lo pedíamos cuando éramos oposición. De modo tal que es muy difícil estimar los tiempos pero vamos a tener todas las reuniones que creamos necesarias.
Pienso que la relevancia de los temas que estamos tratando así lo amerita.
No habiendo más preguntas, tiene la palabra el señor viceministro de Hacienda y Finanzas Públicas, Pedro Lacoste.
SR. LACOSTE Buenas tardes. Es un placer estar con ustedes para transmitirles los principales lineamientos de nuestro proyecto de ley de presupuesto así como también para aclarar todas las dudas que puedan tener.
Es por eso que, como pueden ver, vinimos con un amplio equipo de apoyo ya que el objetivo de hoy es trabajar constructivamente para entender este proyecto de ley de presupuesto, del cual nos sentimos muy orgullosos porque ha sido realizado en base a estadísticas muy transparentes y muy confiables del nuevo INDEC. Es un presupuesto que intenta ser muy realista de acuerdo con las estimaciones que tenemos para el año 2017.
La idea es arrancar con la parte macro. Por ello, nuestro subsecretario de Programación Macroeconómica, José Luis Maia, explicará cuál es la lógica y la dinámica con la cual entendemos el tema macroeconómico. Esto nos parece esencial para comprender en qué contexto estamos ubicando al presupuesto nacional.
Es muy importante entender que tras cinco años de una economía estancada y con una recesión que se agravó a partir de la primera mitad del año 2015, no había mucho margen para implementar políticas fiscales muy contractivas. Por eso, fueron esenciales los logros que obtuvimos en la primera parte del año ya que, en base a la negociación con los acreedores y a la confianza y a la credibilidad lograda por nuestro gobierno, nos permitieron abrir el mercado financiero de capitales para la República Argentina. Esto nos permite ser mucho más flexibles a la hora de diseñar nuestras políticas macroeconómicas, lo que queda demostrado en nuestro presupuesto.
Es un presupuesto del que estamos muy orgullosos por las prioridades que presenta. Tenemos un elevado gasto o inversión en seguridad social producto de la profundización de muchos de los programas sociales ya existentes. También es un presupuesto que tiene un importante incremento de la inversión pública, con un criterio muy federal. Las prioridades están muy claras en ese sentido.
También es un proyecto que tiene restricciones, lo que creo que es un mensaje importante ahora que se inicia el debate en este Congreso. Me refiero a restricciones en el sentido de que estamos teniendo una fuente de financiamiento muy importante. Sé que a muchos de ustedes eso es algo que los inquieta saludablemente. Digo "saludablemente" porque siempre es importante monitorear cómo está la situación de deuda de un país. Al respecto se explayará mucho más en detalle el secretario de Finanzas, Luis Caputo.
El otro tema que nos alegra enormemente es que pensamos que el proyecto que estamos presentando se puede mejorar. En anteriores oportunidades en esta misma sala hemos discutido algunos proyectos como, por ejemplo, el relacionado con el pago a los acreedores, la ley de reparación histórica y la ley de transparencia fiscal. En todas esas oportunidades estos proyectos han sido tratados y mejorados. Creemos que ese también va a ser el espíritu en este caso.
Confiamos en que se entienda en este Congreso que estamos en un máximo de política fiscal expansiva, que es saludable para el ciclo pero que no nos deja mucho margen para flexibilizaciones especiales.
El otro motivo de alegría que tenemos hoy es que estamos presentando este proyecto en el tercer trimestre del año 2016, cuando ya se empiezan a manifestar claramente algunos de los resultados en la política económica que habíamos prometido en diciembre pasado.
Todos saben que estamos ante un difícil desafío: desactivar una economía que venía con claros problemas de sustentabilidad en varios frentes, tanto en el frente externo como en el fiscal y en el inflacionario. Era todo un desafío corregir esas distorsiones sin crear un profundo impacto social y sin crear problemas sociales por encima de los que ya habíamos heredado.
Debo decir que luego de nueve meses de gobierno, nos sentimos bastante orgullosos de la situación en la que estamos hoy. Como ustedes saben, hemos pasado los meses más difíciles con una gran cantidad de medidas sociales que han ayudado a transitar esta etapa a los sectores más vulnerables de la sociedad, y ya podemos decir que están dando sus frutos nuestras correcciones de política macroeconómica.
Si la inflación de septiembre -como todo parece indicalo- se encontrara por debajo del 1,5 por ciento mensual, aun tomando para agosto la inflación sin la reducción del precio del gas -o sea, tomando el 0,9 por ciento del INDEC en vez del 0,2 por ciento-, aun con esa hipótesis, en este tercer trimestre estaríamos con una tasa de inflación anualizada que nos ubica casi en el techo del rango que tenemos para el año 2017. Es decir, la inflación se empezaría a comportar como pretendíamos y como habíamos advertido cuando anunciamos el rango trianual de la tasa de inflación.
Lo que es más importante todavía es que en materia de ciclo económico todo indica -ya teniendo más de dos meses dentro de la muestra- que este último trimestre va a ser el primero luego de cinco trimestres anteriores, en el cual el Producto Bruto Interno va a crecer por encima del trimestre anterior, por supuesto con el ajuste por la estacionaria correspondiente. Es decir que la economía ya está mostrando un escenario en el cual la inflación baja, como habíamos dicho, y la actividad ya ha empezado a rebotar. Estamos muy confiados en que vamos a entrar en un ciclo de expansión.
Como dije al principio, es muy importante que la política fiscal en este cambio de ciclo no entorpezca la dinámica de la economía. Gracias a la credibilidad y a la apertura de los mercados financieros es que hemos logrado corregir el objetivo de la política fiscal para el año que viene, confiados en que conocemos la manera cómo financiarlo. Por supuesto, una vez que la economía esté mucho más lanzada en el crecimiento -como va a ocurrir con la etapa que se iniciará a partir de fines de este año y más aún en 2017. Luego, durante 2018 y 2019, tendremos que poner un poco más la mira en empezar a bajar el déficit fiscal.
Sin embargo, en el manejo de la política económica creemos que es muy importante la secuencia con la que uno idea la misma. Para ello es importante tener muchos instrumentos a mano, entre los que se encuentran la vuelta al mercado de capitales y también, como hemos dicho varias veces en esta misma sala, la mayor institucionalidad, que hemos logrado entre otras cosas a través de una saludable discusión entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, lo que nos ha permitido mejorar muchos de los proyectos de ley que hemos traído aquí.
Tal como les adelanté, José Luis Maia va a presentar cómo entendemos el escenario macroeconómico. Luego, el secretario de Hacienda, Gustavo Marconato, va a contarles cómo se comportan y cómo estimamos los ingresos y egresos, y luego cerrará esta primera parte introductoria el secretario de Finanzas, Luis Caputo, para definir cómo es el escenario de financiamiento y para explicarnos a todos ya que, a pesar de que los números luzcan elevados para el 2017, es un terreno que podemos transitar muy tranquilamente.
En consecuencia, hará ahora su exposición el secretario José Luis Maia.
Es por eso que, como pueden ver, vinimos con un amplio equipo de apoyo ya que el objetivo de hoy es trabajar constructivamente para entender este proyecto de ley de presupuesto, del cual nos sentimos muy orgullosos porque ha sido realizado en base a estadísticas muy transparentes y muy confiables del nuevo INDEC. Es un presupuesto que intenta ser muy realista de acuerdo con las estimaciones que tenemos para el año 2017.
La idea es arrancar con la parte macro. Por ello, nuestro subsecretario de Programación Macroeconómica, José Luis Maia, explicará cuál es la lógica y la dinámica con la cual entendemos el tema macroeconómico. Esto nos parece esencial para comprender en qué contexto estamos ubicando al presupuesto nacional.
Es muy importante entender que tras cinco años de una economía estancada y con una recesión que se agravó a partir de la primera mitad del año 2015, no había mucho margen para implementar políticas fiscales muy contractivas. Por eso, fueron esenciales los logros que obtuvimos en la primera parte del año ya que, en base a la negociación con los acreedores y a la confianza y a la credibilidad lograda por nuestro gobierno, nos permitieron abrir el mercado financiero de capitales para la República Argentina. Esto nos permite ser mucho más flexibles a la hora de diseñar nuestras políticas macroeconómicas, lo que queda demostrado en nuestro presupuesto.
Es un presupuesto del que estamos muy orgullosos por las prioridades que presenta. Tenemos un elevado gasto o inversión en seguridad social producto de la profundización de muchos de los programas sociales ya existentes. También es un presupuesto que tiene un importante incremento de la inversión pública, con un criterio muy federal. Las prioridades están muy claras en ese sentido.
También es un proyecto que tiene restricciones, lo que creo que es un mensaje importante ahora que se inicia el debate en este Congreso. Me refiero a restricciones en el sentido de que estamos teniendo una fuente de financiamiento muy importante. Sé que a muchos de ustedes eso es algo que los inquieta saludablemente. Digo "saludablemente" porque siempre es importante monitorear cómo está la situación de deuda de un país. Al respecto se explayará mucho más en detalle el secretario de Finanzas, Luis Caputo.
El otro tema que nos alegra enormemente es que pensamos que el proyecto que estamos presentando se puede mejorar. En anteriores oportunidades en esta misma sala hemos discutido algunos proyectos como, por ejemplo, el relacionado con el pago a los acreedores, la ley de reparación histórica y la ley de transparencia fiscal. En todas esas oportunidades estos proyectos han sido tratados y mejorados. Creemos que ese también va a ser el espíritu en este caso.
Confiamos en que se entienda en este Congreso que estamos en un máximo de política fiscal expansiva, que es saludable para el ciclo pero que no nos deja mucho margen para flexibilizaciones especiales.
El otro motivo de alegría que tenemos hoy es que estamos presentando este proyecto en el tercer trimestre del año 2016, cuando ya se empiezan a manifestar claramente algunos de los resultados en la política económica que habíamos prometido en diciembre pasado.
Todos saben que estamos ante un difícil desafío: desactivar una economía que venía con claros problemas de sustentabilidad en varios frentes, tanto en el frente externo como en el fiscal y en el inflacionario. Era todo un desafío corregir esas distorsiones sin crear un profundo impacto social y sin crear problemas sociales por encima de los que ya habíamos heredado.
Debo decir que luego de nueve meses de gobierno, nos sentimos bastante orgullosos de la situación en la que estamos hoy. Como ustedes saben, hemos pasado los meses más difíciles con una gran cantidad de medidas sociales que han ayudado a transitar esta etapa a los sectores más vulnerables de la sociedad, y ya podemos decir que están dando sus frutos nuestras correcciones de política macroeconómica.
Si la inflación de septiembre -como todo parece indicalo- se encontrara por debajo del 1,5 por ciento mensual, aun tomando para agosto la inflación sin la reducción del precio del gas -o sea, tomando el 0,9 por ciento del INDEC en vez del 0,2 por ciento-, aun con esa hipótesis, en este tercer trimestre estaríamos con una tasa de inflación anualizada que nos ubica casi en el techo del rango que tenemos para el año 2017. Es decir, la inflación se empezaría a comportar como pretendíamos y como habíamos advertido cuando anunciamos el rango trianual de la tasa de inflación.
Lo que es más importante todavía es que en materia de ciclo económico todo indica -ya teniendo más de dos meses dentro de la muestra- que este último trimestre va a ser el primero luego de cinco trimestres anteriores, en el cual el Producto Bruto Interno va a crecer por encima del trimestre anterior, por supuesto con el ajuste por la estacionaria correspondiente. Es decir que la economía ya está mostrando un escenario en el cual la inflación baja, como habíamos dicho, y la actividad ya ha empezado a rebotar. Estamos muy confiados en que vamos a entrar en un ciclo de expansión.
Como dije al principio, es muy importante que la política fiscal en este cambio de ciclo no entorpezca la dinámica de la economía. Gracias a la credibilidad y a la apertura de los mercados financieros es que hemos logrado corregir el objetivo de la política fiscal para el año que viene, confiados en que conocemos la manera cómo financiarlo. Por supuesto, una vez que la economía esté mucho más lanzada en el crecimiento -como va a ocurrir con la etapa que se iniciará a partir de fines de este año y más aún en 2017. Luego, durante 2018 y 2019, tendremos que poner un poco más la mira en empezar a bajar el déficit fiscal.
Sin embargo, en el manejo de la política económica creemos que es muy importante la secuencia con la que uno idea la misma. Para ello es importante tener muchos instrumentos a mano, entre los que se encuentran la vuelta al mercado de capitales y también, como hemos dicho varias veces en esta misma sala, la mayor institucionalidad, que hemos logrado entre otras cosas a través de una saludable discusión entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, lo que nos ha permitido mejorar muchos de los proyectos de ley que hemos traído aquí.
Tal como les adelanté, José Luis Maia va a presentar cómo entendemos el escenario macroeconómico. Luego, el secretario de Hacienda, Gustavo Marconato, va a contarles cómo se comportan y cómo estimamos los ingresos y egresos, y luego cerrará esta primera parte introductoria el secretario de Finanzas, Luis Caputo, para definir cómo es el escenario de financiamiento y para explicarnos a todos ya que, a pesar de que los números luzcan elevados para el 2017, es un terreno que podemos transitar muy tranquilamente.
En consecuencia, hará ahora su exposición el secretario José Luis Maia.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el subsecretario de Programación Macroeconómica, José Luis Maia.
SR. MAIA Señor presidente: me voy a dedicar a contarles y a explicarles cómo es la macroeconomía del presupuesto.
Entiendo que la gran mayoría de ustedes pertenecen a las distintas jurisdicciones provinciales y están interesados básicamente en cuestiones puntuales que hacen a cada una de las provincias. Sin embargo, todos tenemos la obligación de tratar de entender el presupuesto y quizás este sea un momento muy especial para comprender cuáles son sus bases, yendo de lo general a lo particular.
No quiero empezar sin antes decir que personalmente es un honor estar aquí, en esta Cámara y haciendo esto, sobre todo para los que cuando éramos chicos no vimos a la Cámara en funcionamiento y conocimos algo así como la CAL, la Comisión de Asesoramiento Legislativo. Cuando éramos chicos y cursábamos el secundario uno preguntaba qué era la CAL para poder entender por qué funcionaba eso y no la Cámara, cuando nos enseñaban algunos principios de derecho administrativo y constitucional. Por eso es un honor.
También es un honor porque no solo se trata del primer presupuesto que presenta el nuevo gobierno, sino también del primero que, luego de varios años de intervenciones a las estadísticas públicas, se puede elaborar sobre la reconstrucción de estadísticas, a partir de nuevas autoridades que son confiables, y que nos van a permitir elaborar proyecciones macroeconómicas desde las que se pueda construir un presupuesto cumplible, lo que lo transforma en algo mucho más probable de ser creíble. En consecuencia, en el equipo económico consideramos esto un hito institucional.
Ahora sí pasaré a exponer sobre los hechos. En primer lugar, quiero decirles que me voy a referir quizás a cuestiones del pasado para la construcción del diagnóstico que tenemos para diseñar el presupuesto, al elaborar las proyecciones macroeconómicas. De todas maneras, no es la intención mirar hacia atrás, sino fundamentalmente hacia adelante, de la manera más constructiva y global posible porque tenemos la profunda convicción de que se trata de una construcción colectiva. Para eso es importante estar hoy aquí, en este Congreso.
¿Cuál es el estado de situación que encontramos a fines de 2015? Como ya sabemos, se trata de una economía estancada, una economía que, particularmente desde fines de 2011, creció solamente un 1 por ciento hasta fines del 2015. Por suerte, ya contamos con estadísticas confiables para confirmar esa situación.
Se trata de una economía que no solo está estancada, sino que tiene una inflación muy elevada que, más allá de la discusión sobre los índices de estos últimos períodos, es indudablemente una inflación elevadísima. Son muy pocos los países en el mundo que soportan hoy tasas de más de un dígito. De los casi 200 países, hay unos 5, 6 o 7 -dependiendo de los años a los que nos refiramos- con una inflación de dos dígitos, y que tienen severos problemas institucionales, están en guerra civil o en descomposición.
Por lo tanto, es un deber analizarlo ya que, por algo, el resto de los casi 190 países del mundo tienen inflación baja; es algo que al menos debemos preguntarnos: ¿cómo podemos convivir con semejante tasa de inflación?
Acompañando esa tasa de inflación elevada se encuentra una inversión que resulta insuficiente, sobre todo en términos de las necesidades de inversión para crecer. Veremos más adelante que no se trata solo de que tenemos insuficiente inversión, sino además un grave problema de productividad; esta es otra de las cuestiones del estado de situación inicial.
También tenemos un déficit fiscal muy importante, con el agravante de que ha sido financiado con emisión monetaria fundamentalmente durante los últimos años, lo que está directamente relacionado con las tasas de inflación que hemos tenido. Esto no quiere decir que esa sea la única causa de la inflación; hay muchas otras, en muchos momentos distintos. Pero indudablemente la emisión monetaria dedicada a financiar déficit fiscal provoca inflación.
También tenemos un déficit externo muy importante.
Quiero aclararles por qué importa tanto la inflación. En otras épocas, como en las décadas de los 60 y de los 70 también hubo inflación -muchos de ustedes las han vivido-, pero ahora es mucho peor. En aquellas épocas el resto de los países también tenían inflación y convivíamos en un mundo y particularmente en una región inflacionaria, con lo cual la situación de los precios relativos de las monedas no era tan gravosa como resulta ahora.
En los últimos años, convivimos con un déficit externo y un drenaje de reservas prácticamente continuo, que se heredó, con el cual se tuvo que luchar. Ese déficit externo es lo que yo llamo "el déficit de cuenta corriente". Recordemos que en el año 2003 o 2004 teníamos 8 y 5 por ciento, 6 por ciento de superávit de cuenta corriente. Y el último año, en el 2015, tuvimos un déficit de cuenta corriente de tres puntos.
Si uno no tiene financiamiento, eso significa caída de reservas del Banco Central. Y sabemos lo riesgoso que es soportar permanentes caídas de reservas, las cuales a veces podemos palear con algunos mecanismos como los swaps. Pero tenemos un problema ahí que no se puede sostener.
El otro problema está relacionado con el anterior. Se trata del aislamiento comercial y financiero que se da como consecuencia de todos los problemas anteriores, que derivan en prohibiciones e intervenciones que vamos sufriendo.
Relacionado también con el escaso crecimiento y con los problemas externos y fiscales, está la escasa generación de empleo privado; escasísima. Tenemos que recordar que, por ejemplo, cuando se decía lo de los cinco millones de puestos de trabajo entre el 2003 y el 2011, en verdad el grueso era del 2002. Es decir, de esos cinco millones, un millón y medio fueron entre marzo del 2002 y marzo del 2003. Después vino una generación decreciente de puestos de trabajo. Fue muy poca a partir del 2005 o 2006 en adelante. Y después, prácticamente toda generación de empleo público.
Hoy tenemos una baja generación de empleo de la economía. Y como consecuencia inevitable de todo esto es un deterioro del conjunto de los indicadores sociales.
No vamos a ahondar sobre ese tema porque ustedes están perfectamente al tanto de la carencia de estadísticas con referencia a toda la serie de indicadores de pobreza, de indigencia y de distribución del ingreso, además de las falencias que tenemos. Por eso, una de las tareas fundamentales es la de reconstruir las estadísticas para ver dónde estamos parados.
Dado este estado de situación inicial, en el equipo económico construimos un diagnóstico que se caracteriza porque trata de explicar qué es todo esto. La conclusión que sacamos de allí es que se trata de una economía que está fuertemente intervenida. Todos los problemas que se fueron sucediendo durante estos años requirieron -digo "requirieron" como una acepción amplia del tema- de una serie de intervenciones, de prohibiciones y de regulaciones.
Por eso, la característica principal de nuestra economía a fines del año 2015 era que se trataba de una economía fuertemente intervenida y, a mi entender, pobremente regulada. No estoy diciendo que las regulaciones sean malas o sean malas per se, sino que en determinados casos son buenas o son malas. En este caso, las regulaciones son pobres.
Relacionado con todo esto están las severas distorsiones de precios relativos. Esta palabra, que resulta rara para muchos, quiere decir que los principales precios relativos de la economía están distorsionados, desalineados. ¿Cuáles son esos? El tipo de cambio oficial a fines del 2015 estaba claramente atrasado. La prueba de ello era que había mercados paralelos, legales o ilegales, pero estaban al menos en un 50 por ciento por encima del tipo de cambio oficial.
Eso tiene muchas conclusiones y permite explicar por qué surgieron las intervenciones que han surgido. Por ejemplo, fueron surgiendo intervenciones en los mercados cambiarios, el cepo cambiario, que como consecuencia trajo mercados cambiarios múltiples. Pero, a su vez, lo del atraso cambiario es un proceso que venía de antes. Lo que provoca este atraso es que resulte cada vez más barato importar y más dificultoso exportar por una cuestión de precios relativos.
También, como ustedes saben, otro precio relativo fundamental son las tarifas. Las tarifas estuvieron desfasadas durante muchos años, en los cuales se fracasó en tratar de actualizarlas. Ese desfasaje de las tarifas es otro precio relativo de distintas características al anterior pero que indudablemente genera problemas; por ejemplo, contribuyó a la crisis energética que padecimos.
Un tercer precio relativo son las tasas de interés. Llegamos a situaciones en las que la misma dinámica de la política económica provocaba tasas de interés controladas, tanto activas como pasivas. Los controles provocaron que haya cada vez menos intermediación financiera. Es muy conocida la bajísima proporción de intermediación financiera de la Argentina. Todos queremos crédito, pero el crédito es el 13 por ciento del producto.
Un último precio relativo desalineado es el de los factores. Esto está asociado con los otros precios relativos, por ejemplo, con el tipo de cambio real. Así como el tipo de cambio real es el precio relativo de los bienes que se transan internacionalmente sobre los que no se transan internacionalmente, el precio relativo de los factores es otro precio relativo fundamental como señal de dónde se colocan los recursos. Es el precio relativo entre el factor trabajo y el factor capital.
Es decir, cuando un montón de gente o muchos empresarios se quejan de que en términos relativos los salarios en dólares son muy caros o fueron mucho más caros en la Argentina que en otros países vecinos, eso es un desalineamiento. No es que los salarios tengan que valer en todos lados igual, pero la productividad también influye sobre el precio relativo de estos factores productivos.
En otras palabras, una economía que tiene más productividad puede tener salarios relativos a otros países más elevados. Entonces, la cuestión en el fondo es ver si la economía argentina tiene más productividad como para justificar esas diferencias en los salarios en una moneda común.
¿Por qué se provocan todas estas distorsiones? Se provocan porque se aplicaron políticas económicas que resultaron insostenibles y que generaron señales de precios distorsionadas que obligaron a intervenir en los mercados y a aplicar distintos tipos de prohibiciones, y por limitaciones varias que se sintetizan en la ineficiencia generalizada y la creciente desigualdad.
Esto se debió a que la política que se aplicó consistió básicamente en una constante expansión de la demanda agregada focalizada fundamentalmente en el aumento del consumo. Se trató de una constante expansión de la demanda agregada independientemente del ciclo económico.
Es decir, la llamada política anticíclica es expansiva en la fase recesiva del ciclo y es relativamente contractiva en la fase expansiva del ciclo. Si uno crece a tasas chinas y sigue aplicando una política fiscal muy expansiva, por supuesto que el resultado va a ser pasar de un superávit primario del 4 o 5 por ciento del producto en el año 2004 a un déficit del 4 o 5 por ciento del producto.
Esto generalmente sucede cuando en la fase expansiva del ciclo se aplican políticas permanentemente expansivas generando el problema de su financiamiento. Entonces, va a tener un problema de sustentabilidad fiscal.
Algo parecido pasa con el sector externo. Si uno parte de superávit de cuenta corriente y en el transcurso del tiempo pasa a déficit de cuenta corriente, va a tener un problema de sustentabilidad externa.
¿Cuál fue el problema? El problema fue la expansión permanente de la demanda agregada, en especial vía consumo a través del gasto público destinado a incrementar los ingresos de las personas. Uno diría que esto está bárbaro.
¿Cómo era? A través de transferencias corrientes a distintas jurisdicciones, subsidios sociales y económicos, seguridad social y tasas de interés fuertemente negativas en términos reales, se afectó el ahorro e incentivó aún más el consumo.
¿Cuál es el problema de esto? El desequilibrio. Si uno crece e impulsa la demanda agregada exclusivamente con el consumo va a tener un problema que tiene que ver con que hay otros elementos de la demanda agregada que están más relacionados con el crecimiento, como la inversión, que quedan relegados. Es decir, la inversión no recibió el mismo tratamiento que el consumo. Podemos ver esto en las distintas fases: por ejemplo, como pueden observar en la diapositiva que muestran las pantallas, mientras el consumo en 2007, por ejemplo, tenía un poco menos del 75 por ciento del Producto, en 2015 es de diez puntos más; mientras que la inversión, que era del 19,5 por ciento, pasa a 15,5 por ciento.
¿Qué pasó con el comercio? Las exportaciones cayeron de 22,5 por ciento a un 11 por ciento, a la mitad. Este es básicamente el resultado de las políticas que se aplicaron: inversión no recibió el mismo tratamiento y el cerramiento de la economía, el aislamiento, se tradujo también en la caída de las exportaciones.
¿Cuáles fueron las acciones del gobierno? Dado este diagnóstico, el gobierno se vio en la obligación de tomar las acciones inmediatas ya conocidas, tales como el fin del cepo y la unificación cambiaria, la eliminación de las retenciones, la declaración de la emergencia estadística para saber dónde estamos parados, el levantamiento progresivo de las restricciones cuantitativas a las importaciones y de otras restricciones a la cuenta corriente y financiera, la corrección de tarifas, la corrección de las políticas de tasas de interés y el fortalecimiento de las reservas por parte del Banco Central, el acuerdo con los holdouts ratificado por el Congreso y, más recientemente, la ley de reparación histórica con los jubilados.
¿Cuál es la base de nuestro diagnóstico? La base es que la economía tiene un problema para sostener el crecimiento; los economistas lo medimos a través de lo que llamamos "el crecimiento potencial". Por un lado, está bien incentivar la demanda; la cuestión es si el incentivo de esa demanda tiene como contrapartida un crecimiento del potencial de la economía. ¿Cómo se mide el crecimiento del potencial de la economía? Con la disponibilidad de factores productivos, de capital y trabajo: para tener más capital uno necesita tener más inversión; para tener mejor trabajo se necesita calidad de educación y capacitación de la mano de obra. La conexión entre los dos factores productivos es la productividad. Es decir que la forma en que yo combino los factores productivos básicos "capital" y "trabajo" resultan en la productividad. ¿Dónde mido ese combo? En lo que llamamos "el producto potencial".
Como pueden ver en la siguiente diapositiva, el producto potencial está graficado con esa línea verde finita y pareja que, como verán, tenía un fuerte crecimiento en la década del 2000 y va teniendo cada vez menos pendiente. Eso significa que el crecimiento del potencial es cada vez menor y hoy en día es menor al 1 por ciento.
Esto quiere decir que yo puedo incentivar la demanda agregada vía consumo y otros componentes de esa demanda, pero tengo un techo, sobre todo cuando la curva del potencial se me va aplanando: me pone una restricción al crecimiento. Me tengo que fijar también cómo sostener el crecimiento impulsado por la demanda agregada, y eso me lo da la productividad.
La consecuencia del conjunto de políticas es que la productividad se fue estancando. Yo puedo tener poco crecimiento del potencial porque tengo baja inversión, que hoy en día es de un 15,5 por ciento del Producto a precios corrientes, lo cual alcanza solamente apenas -y dependiendo- a compensar la depreciación del estado de capital. Sin embargo, el gran problema que tenemos hoy es que hay una caída de la productividad de la economía como consecuencia de todas las distorsiones, restricciones y malas regulaciones que he mencionado.
Entonces, la cuestión era levantar el grueso de esas restricciones para tratar de que haya un salto en la productividad de la economía. Esa fue la intención de las medidas iniciales de shock, lo que no quiere decir que todas las medidas que toma el gobierno sean de shock. ¿Por qué? Porque para el ataque de la inflación y del déficit fiscal se adoptó indudablemente una política gradualista porque la otra no iba. No va porque tiene costos que afectan muy fuertemente, y uno tiene que hacer la evaluación del sendero de corrección de los déficit fiscales para recuperar sustentabilidad, y en ese ínterin tratar de aprovechar que las medidas tomadas a su vez permitieron al país recuperar el acceso a mercados internacionales, como un puente hacia una sustentabilidad global de la economía.
En definitiva, y para ir terminando, las medidas permiten ir corrigiendo las distorsiones de precios relativos e ir desmantelando la maraña de intervenciones, de manera de impulsar la productividad, favorecer la inversión y la generación de empleo genuino. ¿Qué hicimos en el medio? Se trató de evitar el colapso por el cual se terminaban todos estos procesos que se habían iniciado, es decir, estas características de lo que muchos llaman "populismo macroeconómico", es decir, incentivando permanentemente la demanda vía consumo exclusivamente.
Para eso, lo que se trató de hacer es cuidar a los más vulnerables. Y eso es lo que uno trató de hacer con el gasto en las políticas de ingresos. En este caso, no solo incrementando el número de beneficiarios, que llega a los 18.600.000 este año, un 11 por ciento más alto que el año pasado, sino también en términos de gasto. El gasto que más creció es el que está relacionado con las políticas de ingresos. No solo creció en términos nominales, sino también en términos reales; las distintas políticas de ingresos.
Para ir cerrando esta parte macro, la idea es brindar señales de un nuevo modelo, brindar señales de sustentabilidad, que combine el corto plazo con el largo, que lo haga sustentable; brindar señales de que hay un sendero, que uno tiende a reducir el déficit fiscal. Pero a su vez, debemos tener en cuenta que estamos en un proceso recesivo, con lo cual no podemos hacer un ajuste violento sino que debe ser gradual. Incluso, en el presupuesto que estamos presentando, el impulso fiscal de la economía es positivo, no negativo. ¿Por qué? Porque estamos conscientes de que estamos en una recesión, pero a la vez tenemos que cuidarnos y debemos ser colectivamente conscientes para construir un sendero fiscal que sea sustentable.
Fundamentalmente, debemos reducir el financiamiento con emisión monetaria, y todo en un marco de mayor flexibilidad cambiaria. Esto no quiere decir que no vayamos a intervenir en el tipo de cambio porque, si es necesario, vamos a tratar de intervenir para que el tipo de cambio no pierda competitividad y para que las reservas internacionales no lleguen a límites peligrosos para la sustentabilidad externa y macroeconómica.
Como me están apurando, continuará el secretario Marconato para exponer sobre la cuestión fiscal. Gracias.
Entiendo que la gran mayoría de ustedes pertenecen a las distintas jurisdicciones provinciales y están interesados básicamente en cuestiones puntuales que hacen a cada una de las provincias. Sin embargo, todos tenemos la obligación de tratar de entender el presupuesto y quizás este sea un momento muy especial para comprender cuáles son sus bases, yendo de lo general a lo particular.
No quiero empezar sin antes decir que personalmente es un honor estar aquí, en esta Cámara y haciendo esto, sobre todo para los que cuando éramos chicos no vimos a la Cámara en funcionamiento y conocimos algo así como la CAL, la Comisión de Asesoramiento Legislativo. Cuando éramos chicos y cursábamos el secundario uno preguntaba qué era la CAL para poder entender por qué funcionaba eso y no la Cámara, cuando nos enseñaban algunos principios de derecho administrativo y constitucional. Por eso es un honor.
También es un honor porque no solo se trata del primer presupuesto que presenta el nuevo gobierno, sino también del primero que, luego de varios años de intervenciones a las estadísticas públicas, se puede elaborar sobre la reconstrucción de estadísticas, a partir de nuevas autoridades que son confiables, y que nos van a permitir elaborar proyecciones macroeconómicas desde las que se pueda construir un presupuesto cumplible, lo que lo transforma en algo mucho más probable de ser creíble. En consecuencia, en el equipo económico consideramos esto un hito institucional.
Ahora sí pasaré a exponer sobre los hechos. En primer lugar, quiero decirles que me voy a referir quizás a cuestiones del pasado para la construcción del diagnóstico que tenemos para diseñar el presupuesto, al elaborar las proyecciones macroeconómicas. De todas maneras, no es la intención mirar hacia atrás, sino fundamentalmente hacia adelante, de la manera más constructiva y global posible porque tenemos la profunda convicción de que se trata de una construcción colectiva. Para eso es importante estar hoy aquí, en este Congreso.
¿Cuál es el estado de situación que encontramos a fines de 2015? Como ya sabemos, se trata de una economía estancada, una economía que, particularmente desde fines de 2011, creció solamente un 1 por ciento hasta fines del 2015. Por suerte, ya contamos con estadísticas confiables para confirmar esa situación.
Se trata de una economía que no solo está estancada, sino que tiene una inflación muy elevada que, más allá de la discusión sobre los índices de estos últimos períodos, es indudablemente una inflación elevadísima. Son muy pocos los países en el mundo que soportan hoy tasas de más de un dígito. De los casi 200 países, hay unos 5, 6 o 7 -dependiendo de los años a los que nos refiramos- con una inflación de dos dígitos, y que tienen severos problemas institucionales, están en guerra civil o en descomposición.
Por lo tanto, es un deber analizarlo ya que, por algo, el resto de los casi 190 países del mundo tienen inflación baja; es algo que al menos debemos preguntarnos: ¿cómo podemos convivir con semejante tasa de inflación?
Acompañando esa tasa de inflación elevada se encuentra una inversión que resulta insuficiente, sobre todo en términos de las necesidades de inversión para crecer. Veremos más adelante que no se trata solo de que tenemos insuficiente inversión, sino además un grave problema de productividad; esta es otra de las cuestiones del estado de situación inicial.
También tenemos un déficit fiscal muy importante, con el agravante de que ha sido financiado con emisión monetaria fundamentalmente durante los últimos años, lo que está directamente relacionado con las tasas de inflación que hemos tenido. Esto no quiere decir que esa sea la única causa de la inflación; hay muchas otras, en muchos momentos distintos. Pero indudablemente la emisión monetaria dedicada a financiar déficit fiscal provoca inflación.
También tenemos un déficit externo muy importante.
Quiero aclararles por qué importa tanto la inflación. En otras épocas, como en las décadas de los 60 y de los 70 también hubo inflación -muchos de ustedes las han vivido-, pero ahora es mucho peor. En aquellas épocas el resto de los países también tenían inflación y convivíamos en un mundo y particularmente en una región inflacionaria, con lo cual la situación de los precios relativos de las monedas no era tan gravosa como resulta ahora.
En los últimos años, convivimos con un déficit externo y un drenaje de reservas prácticamente continuo, que se heredó, con el cual se tuvo que luchar. Ese déficit externo es lo que yo llamo "el déficit de cuenta corriente". Recordemos que en el año 2003 o 2004 teníamos 8 y 5 por ciento, 6 por ciento de superávit de cuenta corriente. Y el último año, en el 2015, tuvimos un déficit de cuenta corriente de tres puntos.
Si uno no tiene financiamiento, eso significa caída de reservas del Banco Central. Y sabemos lo riesgoso que es soportar permanentes caídas de reservas, las cuales a veces podemos palear con algunos mecanismos como los swaps. Pero tenemos un problema ahí que no se puede sostener.
El otro problema está relacionado con el anterior. Se trata del aislamiento comercial y financiero que se da como consecuencia de todos los problemas anteriores, que derivan en prohibiciones e intervenciones que vamos sufriendo.
Relacionado también con el escaso crecimiento y con los problemas externos y fiscales, está la escasa generación de empleo privado; escasísima. Tenemos que recordar que, por ejemplo, cuando se decía lo de los cinco millones de puestos de trabajo entre el 2003 y el 2011, en verdad el grueso era del 2002. Es decir, de esos cinco millones, un millón y medio fueron entre marzo del 2002 y marzo del 2003. Después vino una generación decreciente de puestos de trabajo. Fue muy poca a partir del 2005 o 2006 en adelante. Y después, prácticamente toda generación de empleo público.
Hoy tenemos una baja generación de empleo de la economía. Y como consecuencia inevitable de todo esto es un deterioro del conjunto de los indicadores sociales.
No vamos a ahondar sobre ese tema porque ustedes están perfectamente al tanto de la carencia de estadísticas con referencia a toda la serie de indicadores de pobreza, de indigencia y de distribución del ingreso, además de las falencias que tenemos. Por eso, una de las tareas fundamentales es la de reconstruir las estadísticas para ver dónde estamos parados.
Dado este estado de situación inicial, en el equipo económico construimos un diagnóstico que se caracteriza porque trata de explicar qué es todo esto. La conclusión que sacamos de allí es que se trata de una economía que está fuertemente intervenida. Todos los problemas que se fueron sucediendo durante estos años requirieron -digo "requirieron" como una acepción amplia del tema- de una serie de intervenciones, de prohibiciones y de regulaciones.
Por eso, la característica principal de nuestra economía a fines del año 2015 era que se trataba de una economía fuertemente intervenida y, a mi entender, pobremente regulada. No estoy diciendo que las regulaciones sean malas o sean malas per se, sino que en determinados casos son buenas o son malas. En este caso, las regulaciones son pobres.
Relacionado con todo esto están las severas distorsiones de precios relativos. Esta palabra, que resulta rara para muchos, quiere decir que los principales precios relativos de la economía están distorsionados, desalineados. ¿Cuáles son esos? El tipo de cambio oficial a fines del 2015 estaba claramente atrasado. La prueba de ello era que había mercados paralelos, legales o ilegales, pero estaban al menos en un 50 por ciento por encima del tipo de cambio oficial.
Eso tiene muchas conclusiones y permite explicar por qué surgieron las intervenciones que han surgido. Por ejemplo, fueron surgiendo intervenciones en los mercados cambiarios, el cepo cambiario, que como consecuencia trajo mercados cambiarios múltiples. Pero, a su vez, lo del atraso cambiario es un proceso que venía de antes. Lo que provoca este atraso es que resulte cada vez más barato importar y más dificultoso exportar por una cuestión de precios relativos.
También, como ustedes saben, otro precio relativo fundamental son las tarifas. Las tarifas estuvieron desfasadas durante muchos años, en los cuales se fracasó en tratar de actualizarlas. Ese desfasaje de las tarifas es otro precio relativo de distintas características al anterior pero que indudablemente genera problemas; por ejemplo, contribuyó a la crisis energética que padecimos.
Un tercer precio relativo son las tasas de interés. Llegamos a situaciones en las que la misma dinámica de la política económica provocaba tasas de interés controladas, tanto activas como pasivas. Los controles provocaron que haya cada vez menos intermediación financiera. Es muy conocida la bajísima proporción de intermediación financiera de la Argentina. Todos queremos crédito, pero el crédito es el 13 por ciento del producto.
Un último precio relativo desalineado es el de los factores. Esto está asociado con los otros precios relativos, por ejemplo, con el tipo de cambio real. Así como el tipo de cambio real es el precio relativo de los bienes que se transan internacionalmente sobre los que no se transan internacionalmente, el precio relativo de los factores es otro precio relativo fundamental como señal de dónde se colocan los recursos. Es el precio relativo entre el factor trabajo y el factor capital.
Es decir, cuando un montón de gente o muchos empresarios se quejan de que en términos relativos los salarios en dólares son muy caros o fueron mucho más caros en la Argentina que en otros países vecinos, eso es un desalineamiento. No es que los salarios tengan que valer en todos lados igual, pero la productividad también influye sobre el precio relativo de estos factores productivos.
En otras palabras, una economía que tiene más productividad puede tener salarios relativos a otros países más elevados. Entonces, la cuestión en el fondo es ver si la economía argentina tiene más productividad como para justificar esas diferencias en los salarios en una moneda común.
¿Por qué se provocan todas estas distorsiones? Se provocan porque se aplicaron políticas económicas que resultaron insostenibles y que generaron señales de precios distorsionadas que obligaron a intervenir en los mercados y a aplicar distintos tipos de prohibiciones, y por limitaciones varias que se sintetizan en la ineficiencia generalizada y la creciente desigualdad.
Esto se debió a que la política que se aplicó consistió básicamente en una constante expansión de la demanda agregada focalizada fundamentalmente en el aumento del consumo. Se trató de una constante expansión de la demanda agregada independientemente del ciclo económico.
Es decir, la llamada política anticíclica es expansiva en la fase recesiva del ciclo y es relativamente contractiva en la fase expansiva del ciclo. Si uno crece a tasas chinas y sigue aplicando una política fiscal muy expansiva, por supuesto que el resultado va a ser pasar de un superávit primario del 4 o 5 por ciento del producto en el año 2004 a un déficit del 4 o 5 por ciento del producto.
Esto generalmente sucede cuando en la fase expansiva del ciclo se aplican políticas permanentemente expansivas generando el problema de su financiamiento. Entonces, va a tener un problema de sustentabilidad fiscal.
Algo parecido pasa con el sector externo. Si uno parte de superávit de cuenta corriente y en el transcurso del tiempo pasa a déficit de cuenta corriente, va a tener un problema de sustentabilidad externa.
¿Cuál fue el problema? El problema fue la expansión permanente de la demanda agregada, en especial vía consumo a través del gasto público destinado a incrementar los ingresos de las personas. Uno diría que esto está bárbaro.
¿Cómo era? A través de transferencias corrientes a distintas jurisdicciones, subsidios sociales y económicos, seguridad social y tasas de interés fuertemente negativas en términos reales, se afectó el ahorro e incentivó aún más el consumo.
¿Cuál es el problema de esto? El desequilibrio. Si uno crece e impulsa la demanda agregada exclusivamente con el consumo va a tener un problema que tiene que ver con que hay otros elementos de la demanda agregada que están más relacionados con el crecimiento, como la inversión, que quedan relegados. Es decir, la inversión no recibió el mismo tratamiento que el consumo. Podemos ver esto en las distintas fases: por ejemplo, como pueden observar en la diapositiva que muestran las pantallas, mientras el consumo en 2007, por ejemplo, tenía un poco menos del 75 por ciento del Producto, en 2015 es de diez puntos más; mientras que la inversión, que era del 19,5 por ciento, pasa a 15,5 por ciento.
¿Qué pasó con el comercio? Las exportaciones cayeron de 22,5 por ciento a un 11 por ciento, a la mitad. Este es básicamente el resultado de las políticas que se aplicaron: inversión no recibió el mismo tratamiento y el cerramiento de la economía, el aislamiento, se tradujo también en la caída de las exportaciones.
¿Cuáles fueron las acciones del gobierno? Dado este diagnóstico, el gobierno se vio en la obligación de tomar las acciones inmediatas ya conocidas, tales como el fin del cepo y la unificación cambiaria, la eliminación de las retenciones, la declaración de la emergencia estadística para saber dónde estamos parados, el levantamiento progresivo de las restricciones cuantitativas a las importaciones y de otras restricciones a la cuenta corriente y financiera, la corrección de tarifas, la corrección de las políticas de tasas de interés y el fortalecimiento de las reservas por parte del Banco Central, el acuerdo con los holdouts ratificado por el Congreso y, más recientemente, la ley de reparación histórica con los jubilados.
¿Cuál es la base de nuestro diagnóstico? La base es que la economía tiene un problema para sostener el crecimiento; los economistas lo medimos a través de lo que llamamos "el crecimiento potencial". Por un lado, está bien incentivar la demanda; la cuestión es si el incentivo de esa demanda tiene como contrapartida un crecimiento del potencial de la economía. ¿Cómo se mide el crecimiento del potencial de la economía? Con la disponibilidad de factores productivos, de capital y trabajo: para tener más capital uno necesita tener más inversión; para tener mejor trabajo se necesita calidad de educación y capacitación de la mano de obra. La conexión entre los dos factores productivos es la productividad. Es decir que la forma en que yo combino los factores productivos básicos "capital" y "trabajo" resultan en la productividad. ¿Dónde mido ese combo? En lo que llamamos "el producto potencial".
Como pueden ver en la siguiente diapositiva, el producto potencial está graficado con esa línea verde finita y pareja que, como verán, tenía un fuerte crecimiento en la década del 2000 y va teniendo cada vez menos pendiente. Eso significa que el crecimiento del potencial es cada vez menor y hoy en día es menor al 1 por ciento.
Esto quiere decir que yo puedo incentivar la demanda agregada vía consumo y otros componentes de esa demanda, pero tengo un techo, sobre todo cuando la curva del potencial se me va aplanando: me pone una restricción al crecimiento. Me tengo que fijar también cómo sostener el crecimiento impulsado por la demanda agregada, y eso me lo da la productividad.
La consecuencia del conjunto de políticas es que la productividad se fue estancando. Yo puedo tener poco crecimiento del potencial porque tengo baja inversión, que hoy en día es de un 15,5 por ciento del Producto a precios corrientes, lo cual alcanza solamente apenas -y dependiendo- a compensar la depreciación del estado de capital. Sin embargo, el gran problema que tenemos hoy es que hay una caída de la productividad de la economía como consecuencia de todas las distorsiones, restricciones y malas regulaciones que he mencionado.
Entonces, la cuestión era levantar el grueso de esas restricciones para tratar de que haya un salto en la productividad de la economía. Esa fue la intención de las medidas iniciales de shock, lo que no quiere decir que todas las medidas que toma el gobierno sean de shock. ¿Por qué? Porque para el ataque de la inflación y del déficit fiscal se adoptó indudablemente una política gradualista porque la otra no iba. No va porque tiene costos que afectan muy fuertemente, y uno tiene que hacer la evaluación del sendero de corrección de los déficit fiscales para recuperar sustentabilidad, y en ese ínterin tratar de aprovechar que las medidas tomadas a su vez permitieron al país recuperar el acceso a mercados internacionales, como un puente hacia una sustentabilidad global de la economía.
En definitiva, y para ir terminando, las medidas permiten ir corrigiendo las distorsiones de precios relativos e ir desmantelando la maraña de intervenciones, de manera de impulsar la productividad, favorecer la inversión y la generación de empleo genuino. ¿Qué hicimos en el medio? Se trató de evitar el colapso por el cual se terminaban todos estos procesos que se habían iniciado, es decir, estas características de lo que muchos llaman "populismo macroeconómico", es decir, incentivando permanentemente la demanda vía consumo exclusivamente.
Para eso, lo que se trató de hacer es cuidar a los más vulnerables. Y eso es lo que uno trató de hacer con el gasto en las políticas de ingresos. En este caso, no solo incrementando el número de beneficiarios, que llega a los 18.600.000 este año, un 11 por ciento más alto que el año pasado, sino también en términos de gasto. El gasto que más creció es el que está relacionado con las políticas de ingresos. No solo creció en términos nominales, sino también en términos reales; las distintas políticas de ingresos.
Para ir cerrando esta parte macro, la idea es brindar señales de un nuevo modelo, brindar señales de sustentabilidad, que combine el corto plazo con el largo, que lo haga sustentable; brindar señales de que hay un sendero, que uno tiende a reducir el déficit fiscal. Pero a su vez, debemos tener en cuenta que estamos en un proceso recesivo, con lo cual no podemos hacer un ajuste violento sino que debe ser gradual. Incluso, en el presupuesto que estamos presentando, el impulso fiscal de la economía es positivo, no negativo. ¿Por qué? Porque estamos conscientes de que estamos en una recesión, pero a la vez tenemos que cuidarnos y debemos ser colectivamente conscientes para construir un sendero fiscal que sea sustentable.
Fundamentalmente, debemos reducir el financiamiento con emisión monetaria, y todo en un marco de mayor flexibilidad cambiaria. Esto no quiere decir que no vayamos a intervenir en el tipo de cambio porque, si es necesario, vamos a tratar de intervenir para que el tipo de cambio no pierda competitividad y para que las reservas internacionales no lleguen a límites peligrosos para la sustentabilidad externa y macroeconómica.
Como me están apurando, continuará el secretario Marconato para exponer sobre la cuestión fiscal. Gracias.
SR. LACOSTE Antes de que el secretario de Hacienda, Gustavo Marconato, haga uso de la palabra, me gustaría repetir este término que "Pepe" muchas veces mencionó: "sustentabilidad". En este caso se trata de sustentabilidad productiva, para llamarla de alguna manera; siempre es bueno que la demanda crezca, pero también lo es no descuidar nunca la oferta porque si no, entramos en problemas.
Otra dimensión es la de la sustentabilidad social. Creo que hemos dado muestras de estar atendiendo muy prioritariamente ese tema, que va en línea con nuestro objetivo -establecido por el presidente de la Nación- de pobreza cero.
Por último, quiero referirme a la sustentabilidad fiscal. Todos tenemos que ser muy responsables en entender que en la época en la cual la política fiscal tiene que ser un motor para el crecimiento, está bueno abusar de ella y poder traer los elementos para financiarla. También, de acá a un tiempo, será bueno comprender que cuando la economía está muy lanzada al crecimiento y creando tantos empleos privados, es el momento de empezar a ajustar un poquito el acuerdo fiscal. Estoy hablando de políticas fiscales contracíclicas, como se las conoce habitualmente.
Es muy importante remarcarles que en este equipo económico tenemos una tremenda sensibilidad respecto de la sustentabilidad en todos esos frentes. Parte de la historia de las últimas décadas en nuestro país es que, por una razón o por la otra, pero por haber descuidado estos frentes, nos vivimos frustrando permanentemente. Créanme que en cada paso que damos y en cualquier decisión política económica que tomamos, estamos midiendo permanentemente la sustentabilidad productiva, social, fiscal y, por supuesto, la política. En este último aspecto, estamos trabajando juntamente con ustedes. Es fundamental remarcarlo porque tiene que ver con un desafío que nos trasciende a nosotros, que es para todos y que creo que marcará la diferencia en el futuro, donde se pondrá en juego avanzar en una política, como hemos tenido hasta ahora, de crecimientos a los que luego le sigue una fuerte recesión o crisis, o en una política de crecimiento con inclusión, que es nada más y nada menos que la definición del desarrollo. Este es nuestro objetivo y nuestra obsesión.
Le cedo el uso de la palabra al secretario de Hacienda, Gustavo Marconato.
Otra dimensión es la de la sustentabilidad social. Creo que hemos dado muestras de estar atendiendo muy prioritariamente ese tema, que va en línea con nuestro objetivo -establecido por el presidente de la Nación- de pobreza cero.
Por último, quiero referirme a la sustentabilidad fiscal. Todos tenemos que ser muy responsables en entender que en la época en la cual la política fiscal tiene que ser un motor para el crecimiento, está bueno abusar de ella y poder traer los elementos para financiarla. También, de acá a un tiempo, será bueno comprender que cuando la economía está muy lanzada al crecimiento y creando tantos empleos privados, es el momento de empezar a ajustar un poquito el acuerdo fiscal. Estoy hablando de políticas fiscales contracíclicas, como se las conoce habitualmente.
Es muy importante remarcarles que en este equipo económico tenemos una tremenda sensibilidad respecto de la sustentabilidad en todos esos frentes. Parte de la historia de las últimas décadas en nuestro país es que, por una razón o por la otra, pero por haber descuidado estos frentes, nos vivimos frustrando permanentemente. Créanme que en cada paso que damos y en cualquier decisión política económica que tomamos, estamos midiendo permanentemente la sustentabilidad productiva, social, fiscal y, por supuesto, la política. En este último aspecto, estamos trabajando juntamente con ustedes. Es fundamental remarcarlo porque tiene que ver con un desafío que nos trasciende a nosotros, que es para todos y que creo que marcará la diferencia en el futuro, donde se pondrá en juego avanzar en una política, como hemos tenido hasta ahora, de crecimientos a los que luego le sigue una fuerte recesión o crisis, o en una política de crecimiento con inclusión, que es nada más y nada menos que la definición del desarrollo. Este es nuestro objetivo y nuestra obsesión.
Le cedo el uso de la palabra al secretario de Hacienda, Gustavo Marconato.
SR. MARCONATO Buenas tardes a todos y gracias por estar en esta reunión.
Como lo mío es más tedioso, voy a tratar de hacerlo un poquito más simple, aunque intentando marcar las virtudes, tanto de la distribución del gasto como el análisis y la estimación de los recursos.
Ya lo escucharon al ministro la semana pasada. Hemos hecho los mejores esfuerzos para proyectar de la mejor manera un 2017.
Me gustaría comenzar proyectando un cuadrito simple, que tiene que ver con los ingresos totales que va a tener el sector público nacional en el 2017. Ahí vemos claramente un total de 2.532.187 millones que representan un 26,8 por ciento de aumento con respecto al año 2016, y además representan un 25,97 por ciento del producto bruto del año 2017.
Indudablemente esto será de interés, así que lo tengo que mencionar. Esto tiene que ver con el aumento en la proyección de la actividad económica, con el aumento de remuneraciones, precios, con las mayores ganancias de empresas e individuos y, especialmente, con el esquema de facilidades de pago que lleva adelante la AFIP.
Esto es un dato importante a destacar, que después podemos desarrollar ampliamente. Obviamente, dentro de estos ingresos están los que irán directamente a los gobiernos provinciales. En este caso estamos hablando de 730.000 millones de pesos, que conlleva un aumento del 29,2 por ciento de los ingresos, excluido el Fondo Sojero.
En este esquema, la Administración Nacional estaría en 1.638.582, con un aumento del 25,2 por ciento con respecto al año 2016.
Respecto a la composición, podrán ver que tenemos a la categoría "Ganancias" con un aumento del 27,9 por ciento. Esto representa un 5,57 por ciento del producto bruto interno.
A favor de esto están las compensaciones y devoluciones -en la diferencia, obviamente- que se hicieron en el año 2016 con respecto a las compras de pasajes al exterior y la compra de moneda extranjera. Este ingreso se ve afectado indudablemente por la eliminación de las retenciones de los dividendos y los beneficios que trae aparejada la ley de micro, pequeña y mediana empresa.
La variación en el impuesto al valor agregado neto es de un 26,5 por ciento en relación con el 2016, y representa un 7,48 por ciento del PBI. En este caso, el IVA neto de reintegro representaba el 7,31 por ciento en el 2016.
Con respecto a los impuestos internos, en la imagen en pantalla se muestra claramente un aumento del 42,5 por ciento. Esto tiene que ver especialmente con el impacto de la suba de los cigarrillos.
Vemos una baja en relación con los bienes personales del valor de 11.295 millones, que representan un 41 por ciento de los ingresos. Esto tiene que ver con las decisiones de política tributaria que se han tomado con respecto a la definición del mínimo no imponible, a la modificación de la alícuota de bienes personales y a la eximición de los contribuyentes cumplidores.
Las otras variaciones son: combustibles, en un 23,1 por ciento; derechos de exportación e importación, en un 38,1 por ciento; los créditos y débitos bancarios aumentan un 24,9 por ciento, y los aportes y contribuciones aumentan en un 24 por ciento y representan el 7,17 por ciento del Producto Bruto Interno.
Quiero destacar algo que seguramente será preguntado luego. Las decisiones que se han tomado en materia fiscal respecto al impuesto a las ganancias, al IVA y a bienes personales representan una reducción de casi 90.000 millones de pesos para el año que viene.
El cuadro que se exhibe en pantalla muestra la composición de la recaudación. El mayor porcentaje lo tienen el IVA neto de reintegros, los aportes y contribuciones a la seguridad social y ganancias. También lo comprenden el comercio exterior, los créditos y débitos bancarios y los combustibles líquidos y gas natural.
Ahora bien, el cuadro que sigue trata de ir simplificando un poco las definiciones macropresupuestarias. Vemos claramente una variación absoluta de los ingresos corrientes en más de 343.000 millones, y una reducción de 205 millones de los recursos de capital. El gasto primario aumenta en términos absolutos en 367.831 millones.
Obviamente, esto da un resultado primario sin utilidades del Banco Central y FGS de 378.743 millones para el año 2016 y de 413.091 millones para el año 2017.
Obviamente ese es el resultado financiero; hay que desagregar todo el tema intereses y estaríamos en 246.613 millones de intereses para el año que viene, donde nos da un resultado financiero de 480.801 millones.
En el próximo cuadro de la diapositiva en pantalla se trata de identificar claramente esas variaciones absolutas, cómo impactan en el Producto Bruto Interno, una comparación entre el 2016 y el 2017 donde, indudablemente, se baja un 0,56 por ciento el resultado primario para el año 2017.
La siguiente diapositiva, que seguramente ustedes ya la habrán visto y analizado, muestra el esquema de variación porcentual con los gastos corrientes aumentando al 21,2 por ciento, los gastos de capital, al 32,1 por ciento; indudablemente hay una decisión de gobierno de incentivar la inversión en obra pública y queda demostrado acá, en el aumento del gasto de capital.
También tenemos un aumento del gasto de consumo en un 26,2 por ciento; prestaciones de la seguridad social, en un 35,2 por ciento y, obviamente, hay una baja en las transferencias corrientes que después voy a tratar de explicar, del 1,5 por ciento. La inversión real directa va a crecer al 38,7 por ciento. Las transferencias de capital -estamos hablando obviamente de las transferencias que se hacen a todas las provincias- van a tener un aumento del 37 por ciento, y la inversión financiera baja un 12,5 por ciento.
Ahora les voy a mostrar y a hablar un poco sobre el gasto del consumo. Tengo que decir que el gasto corriente representa el 90,9 por ciento de la administración nacional. Las remuneraciones representan el 11,2 por ciento; tienen un aumento del 26,2 por ciento y, obviamente, acá están los temas que seguramente van a entrar en debate. Este presupuesto tiene incluido indudablemente en ese aumento la política salarial para el 2017, el impacto pleno del gasto en personal en 2016, y una mayor jerarquización en las fuerzas de seguridad, que ya se dio en el año 2016.
Lo importante y lo destacable en la decisión de política económica y definición presupuestaria es el aumento de las prestaciones de la seguridad social. Acá estamos diciendo que el aumento es de un 35,2 por ciento, representando unos 963.181 millones de pesos. Esto tiene que ver con el incremento de los haberes según la ley 26.417, de movilidad jubilatoria; está incluido el programa de reparación histórica y obviamente la Pensión Universal para Adultos Mayores.
Ahora bien, voy a tratar de definir por qué se da la caída de las transferencias corrientes. Obviamente, lo que estamos viendo es un neto; ahí tenemos dos situaciones muy claras: hay un aumento con respecto al 2016, de unos 33.448 millones 115 mil, que tienen que ver con la ampliación de la asignación universal, con la ampliación de las asignaciones familiares, con el PROFE y con el FONID. Y obviamente hay una contracción en el gasto que tiene que ver con los subsidios en un monto de 56.000 millones de pesos. Esta baja impacta especialmente en Cammesa y en el Plan Gas.
Obviamente hay un gran aumento en las transferencias de capital, de unos 36.168 millones.
Les decía que hay un 37 por ciento de aumento de transferencias de capital, por un monto de 36.168 millones, y un aumento del 38,7 por ciento de la inversión real directa, que representa unos 18.700 millones. Las transferencias de capital, que mencioné anteriormente, que van destinadas a los gobiernos provinciales y municipales en la gran mayoría de ese porcentaje, indudablemente representan el 62,2 por ciento del gasto de capital. Del 62 por ciento de aumento, el 67,9 va destinado a gobiernos provinciales y a gobiernos municipales, y el 23,7 por ciento, a empresas privadas no financieras, es decir, AySA, NASA, ENARSA y algunas de las ferroviarias.
En el próximo cuadro estamos definiendo la composición económica del gasto de la administración nacional. Está destacado claramente el 40,8 por ciento representativo de las prestaciones de la seguridad social.
Lo que estamos demostrando a través del presupuesto en esta planilla es la composición de la finalidad del gasto de la Administración Nacional. Vemos que hay un aumento del 18,7 por ciento en la administración gubernamental; un 21,1 por ciento en los servicios de defensa y de seguridad; un 29,1 por ciento en los servicios sociales; una disminución del 4,9 por ciento en los servicios económicos -ciertamente, acá lo que está impactando es la baja de los subsidios-, y un aumento del 32,4 por ciento en la deuda pública.
Acá pueden ver cómo está la composición en relación con el Producto Bruto Interno. Claramente está bajando el total de gastos corrientes y de capital en un 0,30 por ciento del Producto.
La composición por la finalidad del gasto también muestra claramente la decisión donde, mediante el gráfico de torta, pueden ver que el 64 por ciento de la composición se la llevan los servicios sociales.
Ahora bien, vamos al esquema de análisis de la finalidad de los servicios sociales. Lo primero a definir es la seguridad social, que va a tener 1 billón 132 millones; educación y cultura, unos 160.000 millones, y salud, 87.000 millones de pesos.
Acá tratamos de mostrar en este cuadro la variación que va a haber en las prestaciones de la seguridad social, con un monto de 952 millones, como dije anteriormente, y un aumento de 242.581 millones. Esto tiene que ver con prestaciones previsionales, con un aumento de 161.000 millones; la reparación histórica de haberes, que va a costar unos 58.329 millones; las pensiones no contributivas, en 20.171 millones y, tal como he mencionado anteriormente, la pensión universal para el adulto mayor, en 2 millones. La diferencia va a ser de 2.366 millones.
El cuadrito de barras -no sé si alcanzan a verlo-habla de una variación en aumento por la cantidad de jubilados y pensionados. La barra verde corresponde a los pensionados, y la azul, a los jubilados. La barra azul indica que entre 2015 y 2017 habrá 400.000 jubilados más dentro de la cobertura.
Recién mencionaba asignaciones familiares -abrimos el cuadrito de Asignaciones Familiares. Claramente muestra el aumento que tuvo de 25.977 millones, repartidos entre Asignaciones Familiares y Contribuciones.
Acá vemos un aumento pasivo de 12.100 millones, y en AUH por embarazo y Ayuda Escolar, un aumento de 387 millones. La cantidad de beneficiarios de asignaciones familiares por hijo va a variar en el término del 2016 de 3,9 millones a 4,2 millones. Por último, vemos un pequeño aumento en Asignaciones Familiares del 4,2 al 4,3 por ciento.
En el siguiente cuadro vemos el análisis en Educación y Cultura, con un aumento de 21.223 millones. A Educación Superior la tenemos con un aumento de 16.000 millones. El FONID -que mencionaba anteriormente-, 1825 millones. En Capacitación de Fuerzas de Seguridad e Infraestructura aparece una baja de 1894 millones, correspondiente a Fútbol Para Todos.
Después esto -como dijo el presidente al inicio de esta reunión- se podrá discutir nuevamente con los distintos ministros, pero queríamos mostrar que en las categorías Función, Promoción y Asistencia Social hubo un aumento de 12.000 millones de pesos. También, obviamente, hubo un aumento en la cantidad de beneficiarios liquidados: de 3,4 millones pasaron a 4,7 millones, con un aumento entre el 2015 y el 2017 de casi un 37 por ciento.
Servicios Económicos, obviamente, representa el 14 por ciento del gasto y está compuesto, en primer lugar, por Energía y Combustible, Transporte, Industria, Agricultura y Comunicaciones.
Este es uno de los últimos cuadros, así luego abrimos las preguntas. Allí lo que está claramente definido es el gasto de capital. En este caso es de unos 215.000 millones de pesos, los cuales se destinan a Servicios Económicos y también a Servicios Sociales.
Dentro de Servicios Sociales tenemos Vivienda y Urbanismo, Educación y Cultura, Agua Potable, Promoción y Asistencia Social. Por otra parte, en Servicios Económicos tenemos las inversiones puestas en Transporte, Energía y Combustible, Ecología y el resto.
Este también es un tema importante para los integrantes de esta Honorable Cámara. Mencioné primero cuánto eran las transferencias de capital a provincias. Lo que tenemos evaluado para el año 2017 en el llamado Fondo Sojero es una participación de 30.386 millones, los cuales serán también destinados a cada una de las provincias del país.
Como lo mío es más tedioso, voy a tratar de hacerlo un poquito más simple, aunque intentando marcar las virtudes, tanto de la distribución del gasto como el análisis y la estimación de los recursos.
Ya lo escucharon al ministro la semana pasada. Hemos hecho los mejores esfuerzos para proyectar de la mejor manera un 2017.
Me gustaría comenzar proyectando un cuadrito simple, que tiene que ver con los ingresos totales que va a tener el sector público nacional en el 2017. Ahí vemos claramente un total de 2.532.187 millones que representan un 26,8 por ciento de aumento con respecto al año 2016, y además representan un 25,97 por ciento del producto bruto del año 2017.
Indudablemente esto será de interés, así que lo tengo que mencionar. Esto tiene que ver con el aumento en la proyección de la actividad económica, con el aumento de remuneraciones, precios, con las mayores ganancias de empresas e individuos y, especialmente, con el esquema de facilidades de pago que lleva adelante la AFIP.
Esto es un dato importante a destacar, que después podemos desarrollar ampliamente. Obviamente, dentro de estos ingresos están los que irán directamente a los gobiernos provinciales. En este caso estamos hablando de 730.000 millones de pesos, que conlleva un aumento del 29,2 por ciento de los ingresos, excluido el Fondo Sojero.
En este esquema, la Administración Nacional estaría en 1.638.582, con un aumento del 25,2 por ciento con respecto al año 2016.
Respecto a la composición, podrán ver que tenemos a la categoría "Ganancias" con un aumento del 27,9 por ciento. Esto representa un 5,57 por ciento del producto bruto interno.
A favor de esto están las compensaciones y devoluciones -en la diferencia, obviamente- que se hicieron en el año 2016 con respecto a las compras de pasajes al exterior y la compra de moneda extranjera. Este ingreso se ve afectado indudablemente por la eliminación de las retenciones de los dividendos y los beneficios que trae aparejada la ley de micro, pequeña y mediana empresa.
La variación en el impuesto al valor agregado neto es de un 26,5 por ciento en relación con el 2016, y representa un 7,48 por ciento del PBI. En este caso, el IVA neto de reintegro representaba el 7,31 por ciento en el 2016.
Con respecto a los impuestos internos, en la imagen en pantalla se muestra claramente un aumento del 42,5 por ciento. Esto tiene que ver especialmente con el impacto de la suba de los cigarrillos.
Vemos una baja en relación con los bienes personales del valor de 11.295 millones, que representan un 41 por ciento de los ingresos. Esto tiene que ver con las decisiones de política tributaria que se han tomado con respecto a la definición del mínimo no imponible, a la modificación de la alícuota de bienes personales y a la eximición de los contribuyentes cumplidores.
Las otras variaciones son: combustibles, en un 23,1 por ciento; derechos de exportación e importación, en un 38,1 por ciento; los créditos y débitos bancarios aumentan un 24,9 por ciento, y los aportes y contribuciones aumentan en un 24 por ciento y representan el 7,17 por ciento del Producto Bruto Interno.
Quiero destacar algo que seguramente será preguntado luego. Las decisiones que se han tomado en materia fiscal respecto al impuesto a las ganancias, al IVA y a bienes personales representan una reducción de casi 90.000 millones de pesos para el año que viene.
El cuadro que se exhibe en pantalla muestra la composición de la recaudación. El mayor porcentaje lo tienen el IVA neto de reintegros, los aportes y contribuciones a la seguridad social y ganancias. También lo comprenden el comercio exterior, los créditos y débitos bancarios y los combustibles líquidos y gas natural.
Ahora bien, el cuadro que sigue trata de ir simplificando un poco las definiciones macropresupuestarias. Vemos claramente una variación absoluta de los ingresos corrientes en más de 343.000 millones, y una reducción de 205 millones de los recursos de capital. El gasto primario aumenta en términos absolutos en 367.831 millones.
Obviamente, esto da un resultado primario sin utilidades del Banco Central y FGS de 378.743 millones para el año 2016 y de 413.091 millones para el año 2017.
Obviamente ese es el resultado financiero; hay que desagregar todo el tema intereses y estaríamos en 246.613 millones de intereses para el año que viene, donde nos da un resultado financiero de 480.801 millones.
En el próximo cuadro de la diapositiva en pantalla se trata de identificar claramente esas variaciones absolutas, cómo impactan en el Producto Bruto Interno, una comparación entre el 2016 y el 2017 donde, indudablemente, se baja un 0,56 por ciento el resultado primario para el año 2017.
La siguiente diapositiva, que seguramente ustedes ya la habrán visto y analizado, muestra el esquema de variación porcentual con los gastos corrientes aumentando al 21,2 por ciento, los gastos de capital, al 32,1 por ciento; indudablemente hay una decisión de gobierno de incentivar la inversión en obra pública y queda demostrado acá, en el aumento del gasto de capital.
También tenemos un aumento del gasto de consumo en un 26,2 por ciento; prestaciones de la seguridad social, en un 35,2 por ciento y, obviamente, hay una baja en las transferencias corrientes que después voy a tratar de explicar, del 1,5 por ciento. La inversión real directa va a crecer al 38,7 por ciento. Las transferencias de capital -estamos hablando obviamente de las transferencias que se hacen a todas las provincias- van a tener un aumento del 37 por ciento, y la inversión financiera baja un 12,5 por ciento.
Ahora les voy a mostrar y a hablar un poco sobre el gasto del consumo. Tengo que decir que el gasto corriente representa el 90,9 por ciento de la administración nacional. Las remuneraciones representan el 11,2 por ciento; tienen un aumento del 26,2 por ciento y, obviamente, acá están los temas que seguramente van a entrar en debate. Este presupuesto tiene incluido indudablemente en ese aumento la política salarial para el 2017, el impacto pleno del gasto en personal en 2016, y una mayor jerarquización en las fuerzas de seguridad, que ya se dio en el año 2016.
Lo importante y lo destacable en la decisión de política económica y definición presupuestaria es el aumento de las prestaciones de la seguridad social. Acá estamos diciendo que el aumento es de un 35,2 por ciento, representando unos 963.181 millones de pesos. Esto tiene que ver con el incremento de los haberes según la ley 26.417, de movilidad jubilatoria; está incluido el programa de reparación histórica y obviamente la Pensión Universal para Adultos Mayores.
Ahora bien, voy a tratar de definir por qué se da la caída de las transferencias corrientes. Obviamente, lo que estamos viendo es un neto; ahí tenemos dos situaciones muy claras: hay un aumento con respecto al 2016, de unos 33.448 millones 115 mil, que tienen que ver con la ampliación de la asignación universal, con la ampliación de las asignaciones familiares, con el PROFE y con el FONID. Y obviamente hay una contracción en el gasto que tiene que ver con los subsidios en un monto de 56.000 millones de pesos. Esta baja impacta especialmente en Cammesa y en el Plan Gas.
Obviamente hay un gran aumento en las transferencias de capital, de unos 36.168 millones.
Les decía que hay un 37 por ciento de aumento de transferencias de capital, por un monto de 36.168 millones, y un aumento del 38,7 por ciento de la inversión real directa, que representa unos 18.700 millones. Las transferencias de capital, que mencioné anteriormente, que van destinadas a los gobiernos provinciales y municipales en la gran mayoría de ese porcentaje, indudablemente representan el 62,2 por ciento del gasto de capital. Del 62 por ciento de aumento, el 67,9 va destinado a gobiernos provinciales y a gobiernos municipales, y el 23,7 por ciento, a empresas privadas no financieras, es decir, AySA, NASA, ENARSA y algunas de las ferroviarias.
En el próximo cuadro estamos definiendo la composición económica del gasto de la administración nacional. Está destacado claramente el 40,8 por ciento representativo de las prestaciones de la seguridad social.
Lo que estamos demostrando a través del presupuesto en esta planilla es la composición de la finalidad del gasto de la Administración Nacional. Vemos que hay un aumento del 18,7 por ciento en la administración gubernamental; un 21,1 por ciento en los servicios de defensa y de seguridad; un 29,1 por ciento en los servicios sociales; una disminución del 4,9 por ciento en los servicios económicos -ciertamente, acá lo que está impactando es la baja de los subsidios-, y un aumento del 32,4 por ciento en la deuda pública.
Acá pueden ver cómo está la composición en relación con el Producto Bruto Interno. Claramente está bajando el total de gastos corrientes y de capital en un 0,30 por ciento del Producto.
La composición por la finalidad del gasto también muestra claramente la decisión donde, mediante el gráfico de torta, pueden ver que el 64 por ciento de la composición se la llevan los servicios sociales.
Ahora bien, vamos al esquema de análisis de la finalidad de los servicios sociales. Lo primero a definir es la seguridad social, que va a tener 1 billón 132 millones; educación y cultura, unos 160.000 millones, y salud, 87.000 millones de pesos.
Acá tratamos de mostrar en este cuadro la variación que va a haber en las prestaciones de la seguridad social, con un monto de 952 millones, como dije anteriormente, y un aumento de 242.581 millones. Esto tiene que ver con prestaciones previsionales, con un aumento de 161.000 millones; la reparación histórica de haberes, que va a costar unos 58.329 millones; las pensiones no contributivas, en 20.171 millones y, tal como he mencionado anteriormente, la pensión universal para el adulto mayor, en 2 millones. La diferencia va a ser de 2.366 millones.
El cuadrito de barras -no sé si alcanzan a verlo-habla de una variación en aumento por la cantidad de jubilados y pensionados. La barra verde corresponde a los pensionados, y la azul, a los jubilados. La barra azul indica que entre 2015 y 2017 habrá 400.000 jubilados más dentro de la cobertura.
Recién mencionaba asignaciones familiares -abrimos el cuadrito de Asignaciones Familiares. Claramente muestra el aumento que tuvo de 25.977 millones, repartidos entre Asignaciones Familiares y Contribuciones.
Acá vemos un aumento pasivo de 12.100 millones, y en AUH por embarazo y Ayuda Escolar, un aumento de 387 millones. La cantidad de beneficiarios de asignaciones familiares por hijo va a variar en el término del 2016 de 3,9 millones a 4,2 millones. Por último, vemos un pequeño aumento en Asignaciones Familiares del 4,2 al 4,3 por ciento.
En el siguiente cuadro vemos el análisis en Educación y Cultura, con un aumento de 21.223 millones. A Educación Superior la tenemos con un aumento de 16.000 millones. El FONID -que mencionaba anteriormente-, 1825 millones. En Capacitación de Fuerzas de Seguridad e Infraestructura aparece una baja de 1894 millones, correspondiente a Fútbol Para Todos.
Después esto -como dijo el presidente al inicio de esta reunión- se podrá discutir nuevamente con los distintos ministros, pero queríamos mostrar que en las categorías Función, Promoción y Asistencia Social hubo un aumento de 12.000 millones de pesos. También, obviamente, hubo un aumento en la cantidad de beneficiarios liquidados: de 3,4 millones pasaron a 4,7 millones, con un aumento entre el 2015 y el 2017 de casi un 37 por ciento.
Servicios Económicos, obviamente, representa el 14 por ciento del gasto y está compuesto, en primer lugar, por Energía y Combustible, Transporte, Industria, Agricultura y Comunicaciones.
Este es uno de los últimos cuadros, así luego abrimos las preguntas. Allí lo que está claramente definido es el gasto de capital. En este caso es de unos 215.000 millones de pesos, los cuales se destinan a Servicios Económicos y también a Servicios Sociales.
Dentro de Servicios Sociales tenemos Vivienda y Urbanismo, Educación y Cultura, Agua Potable, Promoción y Asistencia Social. Por otra parte, en Servicios Económicos tenemos las inversiones puestas en Transporte, Energía y Combustible, Ecología y el resto.
Este también es un tema importante para los integrantes de esta Honorable Cámara. Mencioné primero cuánto eran las transferencias de capital a provincias. Lo que tenemos evaluado para el año 2017 en el llamado Fondo Sojero es una participación de 30.386 millones, los cuales serán también destinados a cada una de las provincias del país.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor secretario de Finanzas, Luis Caputo.
SR. CAPUTO Buenas tardes a todos. Es un gusto estar nuevamente aquí frente a ustedes para contarles un poco qué es lo que estamos haciendo con respecto al tema deuda, que es un tema muy delicado y sé que les preocupa. Como bien dijo Pedro, está bueno que nos preocupe a todos, y nosotros estamos a la cabeza de esa preocupación.
Voy a hacer una presentación bien corta, un poco para despejar las dudas que se han originado últimamente con respecto a cuánta deuda se ha emitido en lo que va del año y cuánto vamos a emitir en adelante, y a cuán cerca o lejos estamos de algún problema. Vamos a focalizarnos en eso ya que estoy seguro de que es lo que preocupa a la mayoría.
En el diario siempre publican lo que emitimos pero no siempre el propósito con el que se hace. Este año hemos emitido mucha deuda, pero mucha de ella ha sido para pagar otra deuda. Cuando miramos cuánto hemos emitido en total este año, medido en dólares, vemos que ha habido un incremento de 7.000 millones de dólares, que es sustancialmente menor al que se lee en los diarios y demás medios. En la siguiente imagen van a encontrar los cambios que originaron este incremento de 7.000 millones.
En la parte en negro vemos los diferentes vencimientos: 4.323 millones de dólares de amortizaciones en dólares, 18.660 de amortizaciones en pesos y 3.156 millones de dólares de diferencia por ajustes de devaluación. Esto último no contempla la devaluación de diciembre, que tuvo un efecto mucho mayor, de cerca de 28.000 millones de dólares. Estamos contemplando simplemente el efecto de la variación del tipo de cambio de fines de 2016 al de ahora, o sea, de 13 pesos contra 14,92 pesos, que fue el tipo de cambio que se utilizó aquí.
Como dije antes, el primer punto que quiero remarcar es que la deuda en dólares subió de 240.000 a 247.000 millones de dólares.
Ahora en pantalla les voy a mostrar algo sumamente relevante: cuánto es la deuda nuestra como porcentaje del producto. Esa es la nomenclatura común en todos los países.
Como pueden ver, estamos haciendo una estimación y vamos a terminar a fines de 2016 con un porcentaje de deuda sobre producto de aproximadamente 52,5 por ciento. Eso abarca toda la deuda: sector público, sector privado, organismos internacionales y bilaterales, etcétera.
Ahora bien, cuando vemos específicamente la deuda con el sector privado y los organismos bilaterales e internacionales, observamos que es de 24 puntos del producto. Si comparamos este dato con la deuda que existe en otros países, como México, Uruguay y Brasil, es decir, con países vecinos -que en realidad no tienen ningún problema de deuda-, observamos que, por ejemplo, México, cuya deuda bruta es prácticamente igual que la neta, tiene 30 puntos más de deuda en relación con su producto que la Argentina.
De manera que si nosotros emitiéramos 30 puntos más, estaríamos hablando -potencialmente- de 150.000 millones de dólares para compararnos con México, que es un país que no tiene un ratio muy alto y que, de hecho, tiene una tasa que es prácticamente la mitad que la nuestra. Es decir, aun emitiendo 150.000 millones de dólares más, estaríamos en la misma situación que México, que no tiene ningún problema y que tiene tasas que son la mitad de las nuestras. Ni hablar si nos comparamos con Uruguay o con Brasil, donde el número asciende a 200.000 o 250.000 millones de dólares.
Me hace notar Pedro que no aclaré que, cuando hablo de deuda neta, me refiero a la deuda con los privados y con los organismos internacionales y bilaterales.
¿Por qué hacemos esta distinción? Porque el problema en la deuda no es tanto el financiamiento sino el refinanciamiento. En lo que es la deuda intrasector público, uno asume un refinanciamiento prácticamente automático. El verdadero desafío está en lo que es la deuda con el sector privado.
Por lo tanto, cuando medimos la deuda así, correctamente, vemos que el espacio es enorme.
Esa es un poco la razón por la cual, como dijo anteriormente el viceministro, se optó por esta política de convergencia gradual hacia el equilibrio fiscal, de manera de hacer esa convergencia lo menos doloroso posible para la gente, porque teníamos espacio para lograrlo.
Ahora bien, para lograr esto teníamos que conseguir abrir los mercados. El gráfico que está siendo proyectado muestra el perfil de vencimientos de nuestra deuda con el sector privado.
Aclaro que hay un pequeño error en el año 2016, en la primera de las barras, que dice algo así como 6.000 millones de dólares, pero en realidad ese número es parecido a 2017: son 14.000 millones de dólares.
Entonces, vemos que los vencimientos estaban muy concentrados en 2016 y 2017. Había que financiar todavía un déficit importante y vencimientos importantes...
Voy a hacer una presentación bien corta, un poco para despejar las dudas que se han originado últimamente con respecto a cuánta deuda se ha emitido en lo que va del año y cuánto vamos a emitir en adelante, y a cuán cerca o lejos estamos de algún problema. Vamos a focalizarnos en eso ya que estoy seguro de que es lo que preocupa a la mayoría.
En el diario siempre publican lo que emitimos pero no siempre el propósito con el que se hace. Este año hemos emitido mucha deuda, pero mucha de ella ha sido para pagar otra deuda. Cuando miramos cuánto hemos emitido en total este año, medido en dólares, vemos que ha habido un incremento de 7.000 millones de dólares, que es sustancialmente menor al que se lee en los diarios y demás medios. En la siguiente imagen van a encontrar los cambios que originaron este incremento de 7.000 millones.
En la parte en negro vemos los diferentes vencimientos: 4.323 millones de dólares de amortizaciones en dólares, 18.660 de amortizaciones en pesos y 3.156 millones de dólares de diferencia por ajustes de devaluación. Esto último no contempla la devaluación de diciembre, que tuvo un efecto mucho mayor, de cerca de 28.000 millones de dólares. Estamos contemplando simplemente el efecto de la variación del tipo de cambio de fines de 2016 al de ahora, o sea, de 13 pesos contra 14,92 pesos, que fue el tipo de cambio que se utilizó aquí.
Como dije antes, el primer punto que quiero remarcar es que la deuda en dólares subió de 240.000 a 247.000 millones de dólares.
Ahora en pantalla les voy a mostrar algo sumamente relevante: cuánto es la deuda nuestra como porcentaje del producto. Esa es la nomenclatura común en todos los países.
Como pueden ver, estamos haciendo una estimación y vamos a terminar a fines de 2016 con un porcentaje de deuda sobre producto de aproximadamente 52,5 por ciento. Eso abarca toda la deuda: sector público, sector privado, organismos internacionales y bilaterales, etcétera.
Ahora bien, cuando vemos específicamente la deuda con el sector privado y los organismos bilaterales e internacionales, observamos que es de 24 puntos del producto. Si comparamos este dato con la deuda que existe en otros países, como México, Uruguay y Brasil, es decir, con países vecinos -que en realidad no tienen ningún problema de deuda-, observamos que, por ejemplo, México, cuya deuda bruta es prácticamente igual que la neta, tiene 30 puntos más de deuda en relación con su producto que la Argentina.
De manera que si nosotros emitiéramos 30 puntos más, estaríamos hablando -potencialmente- de 150.000 millones de dólares para compararnos con México, que es un país que no tiene un ratio muy alto y que, de hecho, tiene una tasa que es prácticamente la mitad que la nuestra. Es decir, aun emitiendo 150.000 millones de dólares más, estaríamos en la misma situación que México, que no tiene ningún problema y que tiene tasas que son la mitad de las nuestras. Ni hablar si nos comparamos con Uruguay o con Brasil, donde el número asciende a 200.000 o 250.000 millones de dólares.
Me hace notar Pedro que no aclaré que, cuando hablo de deuda neta, me refiero a la deuda con los privados y con los organismos internacionales y bilaterales.
¿Por qué hacemos esta distinción? Porque el problema en la deuda no es tanto el financiamiento sino el refinanciamiento. En lo que es la deuda intrasector público, uno asume un refinanciamiento prácticamente automático. El verdadero desafío está en lo que es la deuda con el sector privado.
Por lo tanto, cuando medimos la deuda así, correctamente, vemos que el espacio es enorme.
Esa es un poco la razón por la cual, como dijo anteriormente el viceministro, se optó por esta política de convergencia gradual hacia el equilibrio fiscal, de manera de hacer esa convergencia lo menos doloroso posible para la gente, porque teníamos espacio para lograrlo.
Ahora bien, para lograr esto teníamos que conseguir abrir los mercados. El gráfico que está siendo proyectado muestra el perfil de vencimientos de nuestra deuda con el sector privado.
Aclaro que hay un pequeño error en el año 2016, en la primera de las barras, que dice algo así como 6.000 millones de dólares, pero en realidad ese número es parecido a 2017: son 14.000 millones de dólares.
Entonces, vemos que los vencimientos estaban muy concentrados en 2016 y 2017. Había que financiar todavía un déficit importante y vencimientos importantes...
SR. KICILLOF Perdón, pero tengo una inquietud por este gráfico. El secretario dijo "en 2016 es el doble".
SR. CAPUTO Ahí lo que tenemos consignado es simplemente lo proyectado para el resto del año. Es un error nuestro; no pusimos lo correspondiente a los meses anteriores.
Más allá de eso, lo que quería decir es que necesitábamos abrir los mercados para poder financiar fundamentalmente estos dos primeros años.
Para eso, la salida de los holdouts jugó un rol preponderante, y el hecho de que haya sido de una manera tan beneficiosa y exitosa para nosotros también fue un punto importantísimo. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, el hecho de haber pagado en efectivo a los holdouts nos permitió un ahorro de alrededor de 8.000 millones de dólares. Si hubiéramos pagado en bonos, como era ya no el consenso sino la unanimidad de lo que sostenían los analistas, tanto locales como extranjeros, habríamos tenido que emitir 8.000 millones de dólares más en bonos. No solo eso, sino que los bonos se los hubiéramos dado a los holdouts, como nos sugerían todos, y esos bonos en manos de los holdouts hubieran sido bonos en manos de tenedores no naturales, de gente que no necesariamente los quería, lo que hubiera generado una muy mala repercusión en el mercado.
El hecho de que hubiéramos pagado cash generó que materializáramos esa quita del 40 por ciento que logramos en promedio con los holdouts y, además, pudimos colocar los bonos en inversores que realmente querían el riesgo argentino, que iban a quedarse con esos bonos y no los iban a volcar al mercado. Cualquier demanda adicional por nuestros bonos generaba un aumento de precio, o lo que es lo mismo, una disminución de las tasas.
Llegamos así al último gráfico, que nos muestra la evolución de nuestras tasas en los últimos años. El presidente siempre habla de productividad, y qué mejor que bajar el costo de financiamiento de esta forma para lograr ese objetivo.
Vemos que hubo períodos en los que nuestros bonos llegaron a rendir entre 15 y 20 por ciento. Hoy estamos en una situación en la que soberano, provincias y algunas empresas tienen acceso a tasas mucho más realistas con el contexto internacional. En nuestro caso, estamos pudiendo financiarnos a treinta años a tasas de casi el 6,5 por ciento. Es una reducción fenomenal si miramos lo que fueron los rendimientos en estos últimos años.
Entonces, y para resumir, este año se ha emitido sustancialmente menos deuda de lo que se dice. Vamos a terminar con un ratio de deuda con respecto a privados y organismos internacionales de escasamente 25 puntos sobre el producto, lo que no representa de ninguna manera un problema.
El año que viene también es un año desafiante, pero nuestra estimación es que en 2017 ese ratio de deuda con privados y organismos internacionales medida sobre el producto, va a ser de aproximadamente 27,5 por ciento. Es decir, seguimos muy lejos de los que pueden llegar a ser niveles preocupantes, y ese era el mensaje que queríamos transmitirles.
Más allá de eso, lo que quería decir es que necesitábamos abrir los mercados para poder financiar fundamentalmente estos dos primeros años.
Para eso, la salida de los holdouts jugó un rol preponderante, y el hecho de que haya sido de una manera tan beneficiosa y exitosa para nosotros también fue un punto importantísimo. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, el hecho de haber pagado en efectivo a los holdouts nos permitió un ahorro de alrededor de 8.000 millones de dólares. Si hubiéramos pagado en bonos, como era ya no el consenso sino la unanimidad de lo que sostenían los analistas, tanto locales como extranjeros, habríamos tenido que emitir 8.000 millones de dólares más en bonos. No solo eso, sino que los bonos se los hubiéramos dado a los holdouts, como nos sugerían todos, y esos bonos en manos de los holdouts hubieran sido bonos en manos de tenedores no naturales, de gente que no necesariamente los quería, lo que hubiera generado una muy mala repercusión en el mercado.
El hecho de que hubiéramos pagado cash generó que materializáramos esa quita del 40 por ciento que logramos en promedio con los holdouts y, además, pudimos colocar los bonos en inversores que realmente querían el riesgo argentino, que iban a quedarse con esos bonos y no los iban a volcar al mercado. Cualquier demanda adicional por nuestros bonos generaba un aumento de precio, o lo que es lo mismo, una disminución de las tasas.
Llegamos así al último gráfico, que nos muestra la evolución de nuestras tasas en los últimos años. El presidente siempre habla de productividad, y qué mejor que bajar el costo de financiamiento de esta forma para lograr ese objetivo.
Vemos que hubo períodos en los que nuestros bonos llegaron a rendir entre 15 y 20 por ciento. Hoy estamos en una situación en la que soberano, provincias y algunas empresas tienen acceso a tasas mucho más realistas con el contexto internacional. En nuestro caso, estamos pudiendo financiarnos a treinta años a tasas de casi el 6,5 por ciento. Es una reducción fenomenal si miramos lo que fueron los rendimientos en estos últimos años.
Entonces, y para resumir, este año se ha emitido sustancialmente menos deuda de lo que se dice. Vamos a terminar con un ratio de deuda con respecto a privados y organismos internacionales de escasamente 25 puntos sobre el producto, lo que no representa de ninguna manera un problema.
El año que viene también es un año desafiante, pero nuestra estimación es que en 2017 ese ratio de deuda con privados y organismos internacionales medida sobre el producto, va a ser de aproximadamente 27,5 por ciento. Es decir, seguimos muy lejos de los que pueden llegar a ser niveles preocupantes, y ese era el mensaje que queríamos transmitirles.
SR. PRESIDENTE LASPINA Seguidamente vamos a abrir una ronda de preguntas por parte de los señores diputados.
Tiene la palabra el señor diputado Bossio.
Tiene la palabra el señor diputado Bossio.
SR. BOSSIO Señor presidente: quisiera que se nos detalle un poquito más los presupuestos macroeconómicos, porque el subsecretario Maia hizo una serie de apreciaciones políticas pero, más que las apreciaciones políticas -que después las haremos y las profundizaremos en el debate-, nos interesa que nos haga una apreciación más concreta sobre las proyecciones macroeconómicas, cómo van a hacer para bajar la inflación del 41 por ciento -donde hoy se ubica la expectativa inflacionaria- al l7 por ciento, y cómo es esa dinámica inflacionaria en términos de estacionalidad.
Por otra parte, hay algo que por lo menos a priori no nos termina de cerrar, que involucra dos cuestiones; por un lado, la movilidad jubilatoria, qué perspectivas tienen con respecto a ese valor, teniendo en cuenta los tres meses de recaudación desde julio a la fecha, y por el otro, el tipo de cambio.
En este último aspecto, ustedes hablan de un tipo de cambio promedio de 18 pesos, lo que implicaría un tipo de cambio al inicio del año y un tipo de cambio a final del año 2017. Para que dé un promedio de 18 pesos, evidentemente la variación, visto el tipo de cambio de hoy y la perspectiva de devaluación de estos meses, va a ser muy alta. Quisiera saber si eso implica o no una transferencia a precios. Estas preguntas están dirigidas al subsecretario Maia.
Después tengo muchísimas preguntas más, pero quisiera plantear una con respecto al tema deuda.
Hay un artículo de la planilla, que es el artículo 34 sobre Operaciones de Crédito Público, donde hay autorizaciones de operaciones de crédito público por 1.28 billones de pesos.
Más allá de la consideración macroeconómica del nivel de producto deuda y la perspectiva de vencimientos -tanto de capital como de intereses-, queremos que nos digan cuál va a ser el financiamiento neto, cuántos van a ser los recursos que aportará el Banco Central para financiar, no sólo el déficit sino el refinanciamiento. Queremos que nos digan también cuánto se netea del Banco Central, cuánto del FGS y cuánto de otros organismos públicos. Me imagino que el Banco Nación y otros bancos deben tener recursos y activos por parte del Estado.
Además, queremos saber de ese financiamiento neto cuánto va a ser aportado en pesos, cuánto en dólares y cuánta es la salida al mercado.
Nos preocupa no solo el exceso de endeudamiento sino que no se haya cumplido con los supuestos. El ministro de Economía estuvo acá hace cinco o seis meses por el tema de los holdouts y dijo que producto del acuerdo con los holdouts, iba a bajar la tasa de interés en torno a valores similares a los de Uruguay. Hoy miramos la tasa de Uruguay y vemos que están levemente por debajo del 4 por ciento. En cuanto a nosotros, recién había un bono que está 5,5 por ciento pero, posiblemente, si uno mirara todos los bonos, en verdad está en torno al 6,5 por ciento el costo del financiamiento de capital.
En ese sentido, ¿qué perspectivas de tasas tienen? Porque en esta planilla ponen una serie de datos y de plazos mínimos, pero no sabemos bien la finalidad ni el valor de las tasas que se van a llevar adelante.
Nos preocupa también el esquema federal. Si bien hemos visto que hay más recursos de transferencias a las provincias, en cuanto a términos reales y teniendo en cuenta un 17 por ciento de inflación, lo que vemos en la planilla es que las provincias no están siendo equitativas en cuanto al nivel de transferencia de unas con otras.
Respecto a la cCiudad de Buenos Aires, vemos que hay un privilegio en términos de transferencia y recursos. Sobre todo cuando uno ve el presupuesto plurianual, porque la asignación de este año es menor pero la prevista para el año 2018 y el 2019 es muy alta. Naturalmente, eso genera un compromiso que después el Estado debe continuar, haciéndose cargo de la continuidad de la obra.
El secretario Marconato habló de 21.860 millones de pesos en materia de recursos del Fondo de la Soja, que pasaron a 30.386 millones. ¿Eso implica una reducción implícita de las retenciones? Porque si mal no recuerdo, parte de la campaña del presidente Macri tenía que ver con reducir todos los años cinco puntos porcentuales las retenciones.
Lo mismo en términos de una apreciación al presidente de la Comisión. Cuando uno lee el mensaje y el articulado, todo se remite a lo que puede hacer el jefe de Gabinete de Ministros, que a su vez puede actuar conforme a la Ley de Administración Financiera. Entonces, en la medida en que nosotros no tengamos clara cuál es la facultad que tiene la Ley de Administración Financiera, estaríamos votando algo que, en principio, es muy abstracto.
No podemos seguir debatiendo esto sin conocer la modificación a la Ley de Administración Financiera y también el impuesto a las ganancias. Está implícito un valor al impuesto a las ganancias -según lo que vemos acá- con un crecimiento del 27 por ciento del impuesto a las ganancias y una inflación prevista del 17. Con lo cual, en términos reales, los trabajadores tendrán que aportar al menos un 10 por ciento más. Queremos saber más sobre esa apreciación.
"El espacio es enorme", dijo Caputo. Esperemos no llenarlo de deuda, porque no queremos endeudarnos. Sé que hay déficit y el déficit implica endeudamiento. Pero queremos ser precisos respecto de hacia dónde va ese endeudamiento y con qué finalidad.
Finalmente -y más allá de las cuestiones particulares de la discusión, que después las debatiremos con el resto de los diputados-, lo que pretendemos es saber y conocer si está previsto algún tipo de esquema federal mucho más profundo que el que nos han planteado en el presupuesto.
En el proyecto de ley de presupuesto, vemos las transferencias en relación con la cuestión del 15 por ciento de la ANSES, las obras con esas características, pero también vemos que hay provincias que permanentemente han recibido adelantos transitorios de coparticipación o que quizás han recibido, a través de DNU, una serie de obras que significan transferencias muy importantes. Sumando eso a los avales -en este proyecto de ley de presupuesto hay avales por cientos de miles de millones de pesos, no recuerdo el número exacto-, significan recursos muy importantes. Esto tiene que ver con la puesta de estos recursos en las provincias.
Queremos saber si pueden prever algún tipo de mecanismo distinto para las provincias ya que, como vemos en las comunicaciones oficiales del gobierno, éstas terminan pidiendo permanentemente adelantos de coparticipación que después son impagables. Es decir, si podemos prever otro tipo de mecanismos más allá del 15 por ciento. De hecho, nosotros vamos a hacer una propuesta para crear un Fondo General de Convergencia a las provincias, que es una iniciativa que hace muchos años se viene trabajando en el Congreso.
Queremos que esto, en definitiva, sea producto de una decisión compartida entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo a fin de ir encontrando sustentabilidad no solo a nivel nacional. El Estado nacional tiene otras herramientas y cuenta con la posibilidad de financiarse incluso con emisión monetaria, a diferencia de las provincias que están mucho más restringidas.
Por otra parte, hay algo que por lo menos a priori no nos termina de cerrar, que involucra dos cuestiones; por un lado, la movilidad jubilatoria, qué perspectivas tienen con respecto a ese valor, teniendo en cuenta los tres meses de recaudación desde julio a la fecha, y por el otro, el tipo de cambio.
En este último aspecto, ustedes hablan de un tipo de cambio promedio de 18 pesos, lo que implicaría un tipo de cambio al inicio del año y un tipo de cambio a final del año 2017. Para que dé un promedio de 18 pesos, evidentemente la variación, visto el tipo de cambio de hoy y la perspectiva de devaluación de estos meses, va a ser muy alta. Quisiera saber si eso implica o no una transferencia a precios. Estas preguntas están dirigidas al subsecretario Maia.
Después tengo muchísimas preguntas más, pero quisiera plantear una con respecto al tema deuda.
Hay un artículo de la planilla, que es el artículo 34 sobre Operaciones de Crédito Público, donde hay autorizaciones de operaciones de crédito público por 1.28 billones de pesos.
Más allá de la consideración macroeconómica del nivel de producto deuda y la perspectiva de vencimientos -tanto de capital como de intereses-, queremos que nos digan cuál va a ser el financiamiento neto, cuántos van a ser los recursos que aportará el Banco Central para financiar, no sólo el déficit sino el refinanciamiento. Queremos que nos digan también cuánto se netea del Banco Central, cuánto del FGS y cuánto de otros organismos públicos. Me imagino que el Banco Nación y otros bancos deben tener recursos y activos por parte del Estado.
Además, queremos saber de ese financiamiento neto cuánto va a ser aportado en pesos, cuánto en dólares y cuánta es la salida al mercado.
Nos preocupa no solo el exceso de endeudamiento sino que no se haya cumplido con los supuestos. El ministro de Economía estuvo acá hace cinco o seis meses por el tema de los holdouts y dijo que producto del acuerdo con los holdouts, iba a bajar la tasa de interés en torno a valores similares a los de Uruguay. Hoy miramos la tasa de Uruguay y vemos que están levemente por debajo del 4 por ciento. En cuanto a nosotros, recién había un bono que está 5,5 por ciento pero, posiblemente, si uno mirara todos los bonos, en verdad está en torno al 6,5 por ciento el costo del financiamiento de capital.
En ese sentido, ¿qué perspectivas de tasas tienen? Porque en esta planilla ponen una serie de datos y de plazos mínimos, pero no sabemos bien la finalidad ni el valor de las tasas que se van a llevar adelante.
Nos preocupa también el esquema federal. Si bien hemos visto que hay más recursos de transferencias a las provincias, en cuanto a términos reales y teniendo en cuenta un 17 por ciento de inflación, lo que vemos en la planilla es que las provincias no están siendo equitativas en cuanto al nivel de transferencia de unas con otras.
Respecto a la cCiudad de Buenos Aires, vemos que hay un privilegio en términos de transferencia y recursos. Sobre todo cuando uno ve el presupuesto plurianual, porque la asignación de este año es menor pero la prevista para el año 2018 y el 2019 es muy alta. Naturalmente, eso genera un compromiso que después el Estado debe continuar, haciéndose cargo de la continuidad de la obra.
El secretario Marconato habló de 21.860 millones de pesos en materia de recursos del Fondo de la Soja, que pasaron a 30.386 millones. ¿Eso implica una reducción implícita de las retenciones? Porque si mal no recuerdo, parte de la campaña del presidente Macri tenía que ver con reducir todos los años cinco puntos porcentuales las retenciones.
Lo mismo en términos de una apreciación al presidente de la Comisión. Cuando uno lee el mensaje y el articulado, todo se remite a lo que puede hacer el jefe de Gabinete de Ministros, que a su vez puede actuar conforme a la Ley de Administración Financiera. Entonces, en la medida en que nosotros no tengamos clara cuál es la facultad que tiene la Ley de Administración Financiera, estaríamos votando algo que, en principio, es muy abstracto.
No podemos seguir debatiendo esto sin conocer la modificación a la Ley de Administración Financiera y también el impuesto a las ganancias. Está implícito un valor al impuesto a las ganancias -según lo que vemos acá- con un crecimiento del 27 por ciento del impuesto a las ganancias y una inflación prevista del 17. Con lo cual, en términos reales, los trabajadores tendrán que aportar al menos un 10 por ciento más. Queremos saber más sobre esa apreciación.
"El espacio es enorme", dijo Caputo. Esperemos no llenarlo de deuda, porque no queremos endeudarnos. Sé que hay déficit y el déficit implica endeudamiento. Pero queremos ser precisos respecto de hacia dónde va ese endeudamiento y con qué finalidad.
Finalmente -y más allá de las cuestiones particulares de la discusión, que después las debatiremos con el resto de los diputados-, lo que pretendemos es saber y conocer si está previsto algún tipo de esquema federal mucho más profundo que el que nos han planteado en el presupuesto.
En el proyecto de ley de presupuesto, vemos las transferencias en relación con la cuestión del 15 por ciento de la ANSES, las obras con esas características, pero también vemos que hay provincias que permanentemente han recibido adelantos transitorios de coparticipación o que quizás han recibido, a través de DNU, una serie de obras que significan transferencias muy importantes. Sumando eso a los avales -en este proyecto de ley de presupuesto hay avales por cientos de miles de millones de pesos, no recuerdo el número exacto-, significan recursos muy importantes. Esto tiene que ver con la puesta de estos recursos en las provincias.
Queremos saber si pueden prever algún tipo de mecanismo distinto para las provincias ya que, como vemos en las comunicaciones oficiales del gobierno, éstas terminan pidiendo permanentemente adelantos de coparticipación que después son impagables. Es decir, si podemos prever otro tipo de mecanismos más allá del 15 por ciento. De hecho, nosotros vamos a hacer una propuesta para crear un Fondo General de Convergencia a las provincias, que es una iniciativa que hace muchos años se viene trabajando en el Congreso.
Queremos que esto, en definitiva, sea producto de una decisión compartida entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo a fin de ir encontrando sustentabilidad no solo a nivel nacional. El Estado nacional tiene otras herramientas y cuenta con la posibilidad de financiarse incluso con emisión monetaria, a diferencia de las provincias que están mucho más restringidas.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Lavagna.
SR. LAVAGNA En primer lugar, les agradezco por venir a contarnos acerca de este proyecto que han presentado.
Tengo varias inquietudes. Voy a empezar por algo que dijo el diputado Bossio en relación con que este proyecto de ley hay que discutirlo junto con las iniciativas vinculadas al impuesto a las ganancias y a la ley de administración financiera. Voy a hacer preguntas que seguramente estén vinculadas con estos otros dos temas pero que creo que es importante que las discutamos ahora porque para mí es un tratamiento casi único.
Tenemos que entender que el presupuesto es lo que nos permite saber cuál es el rumbo económico que se le quiere dar a las políticas económicas y a las políticas públicas que un gobierno lleva adelante. Esto conlleva una discusión de corto plazo -que son los numeritos de lo que se va a gastar en el día a día- pero tiene implícito cuál es el camino de mediano y largo plazo que va a seguir un gobierno.
Cuando leo este proyecto de ley de presupuesto y hago algunos análisis que a los economistas nos gusta hacer -luego haré algunas preguntas específicas al subsecretario Maia-, empiezo a vislumbrar que hay riesgos en el mediano y largo plazo. No digo que estos efectivamente se vayan a materializar, pero creo que se deben ir tomando los recaudos y se debe tener bien en claro cuáles son estos riesgos a fin de evitarlos y después no tener que salir a apagar el fuego como bomberos.
Voy a mencionar algunos riesgos que veo para el mediano plazo. La proyección de crecimiento para el 2017, entre un 3 y un 4 por ciento, creo que es viable y posiblemente estemos de acuerdo. Ahora, veo un par de riesgos en relación con eso.
Pienso que es un crecimiento más bien concentrado. Luego haré algunas preguntas específicas justamente para tratar de aclarar esto.
Veo que es un crecimiento que conlleva el riesgo de que en el 2018 entremos de vuelta en un proceso de ajuste. ¿Por qué digo esto?
Primero, porque seguimos teniendo la tentación de algunos modelos que hemos visto anteriormente. No digo que esto efectivamente pase, pero hay señales que nos encaminan en ese sentido, como el atraso cambiario, el endeudamiento, los altos déficit gemelos -que son el déficit fiscal y el déficit comercial- y los problemas en términos de producción nacional que uno puede avizorar que se darán.
Todo esto termina siempre llevándonos a lo que son los péndulos.
Creo que justamente del proyecto de presupuesto se desprende que hay algunos riesgos que tienden a esto.
En primer lugar, me gustaría tener alguna apreciación al respecto. Sé que el presupuesto mantiene para el año 2017 un crecimiento -a mi entender, optimista- en torno del 3,5 por ciento. Yo creo que, dada la dinámica que vamos a ver en 2017, posiblemente esto no lo veamos, o al menos percibo un riesgo en ese sentido.
También veo una inflación estimada en valores optimistas, del 17 por ciento, a cuyo respecto me gustaría tener algún detalle -esto ya para el subsecretario Maia-, primero, de cuál es la inflación inercial que estamos previendo, y además, cuál es el efecto de tarifas que estamos viendo para el año próximo. Esto no lo planteo por el hecho de que justo hayamos estado discutiendo tarifas esta semana, sino porque el presupuesto plantea una reducción en torno del 30 por ciento en materia de transferencias a las empresas públicas y privadas, justamente empresas energéticas, eléctricas, de agua, etcétera. Esa reducción en términos nominales me está significando un posible aumento tarifario, y me gustaría conocer si efectivamente lo vamos a tener o no.
Considero que en esta discusión también debemos entender que el presupuesto tiene que recuperar el valor de la ley de leyes, un valor que originalmente le dio la Constitución y para lo cual otorgó al Congreso un poder de contralor sobre este presupuesto. Me atrevo a hacer algunas de estas apreciaciones porque justamente está presente el subsecretario Rigo, que creo que es uno de los especialistas que tiene el país en materia presupuestaria.
Considero que en este sentido tenemos que ir a un esquema donde empecemos a tener un presupuesto que realmente sea creíble, que no sea un presupuesto vulnerable ni un colador.
Tenemos distintas formas por las que hoy se está modificando el presupuesto. Por un lado tenemos el artículo 37, que lo hemos discutido muchas veces. Una de las principales modificaciones que se han introducido recientemente tiene que ver con la posibilidad de que se cambien partidas previstas para gastos de capital y se destinen a gastos corrientes, con lo cual uno puede hacer la previsión de tener una obra pública o una obra de infraestructura que el país necesita, y después, a la hora de ejecutarlo, se cambia por un destino en gastos corrientes. Creo que esta es una de las cosas que tenemos que evitar.
Por otro lado, tenemos el tema de los DNU, que es otra de las formas mediante las cuales hoy estamos vulnerando el presupuesto. Si bien los DNU están previstos en la Constitución Nacional, considero que tenemos que recuperar el valor de la urgencia. Si son decretos de necesidad y urgencia, creo que tenemos que recuperar el valor de este último concepto y ver qué significa la palabra "urgencia". Fíjense que próximamente la comisión bicameral tratará acá un decreto de necesidad y urgencia que tiene 419 páginas, donde se introducen una serie de modificaciones importantes al presupuesto. Aclaro que esta no es una práctica nueva, sino que se viene aplicando desde hace tiempo; no estoy diciendo que este gobierno esté haciendo algo innovador al respecto.
En dicho decreto observamos que se mezclan cuestiones con las que quizás podemos estar de acuerdo en que son muy urgentes, como en lo relativo al PAMI, pero después se agregan cosas tales como algunos gastos y obras que se reasignan en función de provincias o de distintas regiones.
Considero que no podemos tratar en un mismo decreto cuestiones tales como las del PAMI y los aumentos de jubilados -por las distintas modificaciones que se hicieron- junto con una obra de infraestructura, aunque ésta sea importante.
Entonces, o vamos a un esquema donde empezamos a tener noción de lo que es el concepto de la urgencia o de lo contrario tendremos que empezar a tratar partida por partida en lugar de que vengan decretos de necesidad y urgencia ómnibus en medio de los cuales pase un elefante disfrazado con algunos conceptos que son muy loables y que son ampliamente apoyados.
Entonces, creo que tenemos que hacer también algún tipo de modificación justamente en ese decreto.
Considero que el presupuesto también deben incluir los fascículos. Nosotros estamos votando acá un presupuesto con conceptos agregados. En efecto, en la ley de presupuesto vienen conceptos agregados, que después tienen su justificación en los fascículos. Dicho sea de paso, todavía no los vimos; sería bueno contar con los fascículos justamente para poder analizar de qué estamos hablando cuando miramos el presupuesto en su integralidad.
Al respecto, creo que esos fascículos tienen que formar parte de la ley de presupuesto. De lo contrario, terminamos con el artículo 5° de esta ley dando al jefe de Gabinete la posibilidad de dictar una decisión administrativa número 1, mediante la que distribuye automáticamente todos los recursos y todos los gastos, siempre dentro de los parámetros que le ha fijado el Congreso, pero en términos agregados.
Voy a dar un ejemplo, porque después figura en un artículo. Si no me equivoco, en relación con Aerolíneas Argentinas, el artículo 17 del proyecto establece que se da al jefe de Gabinete el poder para administrar todos los recursos tendientes a cumplir con las necesidades de Aerolíneas Argentinas. No habla de "fondos". Está bien, imagino que, cuando veamos el fascículo, ahí estará aclarado. Pero el fascículo no es parte de la ley, sino que es parte de una decisión administrativa que toma el jefe de Gabinete dentro de las atribuciones que tiene.
Considero que debemos empezar a discutir eso y buscar mecanismos en los que realmente hagamos del presupuesto una ley de leyes y pongamos claridad en cuanto a los objetivos.
Seguramente vamos a discutir el artículo 37, sobre lo cual ya tenemos un consenso, y sobre otros temas discutiremos un poco más. Pero en el proyecto de presupuesto que se ha enviado tenemos los artículos 8°, 9°, 10 y otros más en los que se faculta al jefe de Gabinete a modificar las partidas presupuestarias. Es cierto que restringe esa facultad a algún tema en particular, pero si no me equivoco, el artículo 9° es muy amplio en términos de las partidas que puede modificar el jefe de Gabinete. Creo que esos aspectos los tenemos que discutir.
Nuevamente, quiero decir que no veo que en este sentido el gobierno esté innovando. Es una práctica que se viene utilizando desde hace mucho tiempo, pero creo que tenemos que elevar el nivel de discusión y dar al presupuesto la importancia que realmente tiene.
Voy a formular algunas preguntas puntuales en términos macroeconómicos. Algunas ya hice, pero me gustaría profundizar en ciertos aspectos.
¿Cuál es el crecimiento esperado de la productividad en los próximos años, en términos absolutos y en términos relativos respecto de la región? Quisiera saber si Pepe -pido disculpas por tratarlo de esa manera, pero lo conozco desde hace muchos años- tiene alguna estimación en ese sentido, y en base a qué sectores/factores, es decir, cómo imagina que viene el aumento de productividad en los factores; asimismo, si cree que el ancla nominal de los salarios o el ancla que se ha generado por la pérdida de poder adquisitivo que efectivamente vamos a tener ahora seguirá el año que viene o si podremos recuperar lo perdido en este año y crecer, o si vamos a tener una nueva caída.
Otra de las preguntas se refiere también a la consistencia del modelo macro hacia el que estamos yendo y los miedos que yo decía antes que tenía respecto de la sustentabilidad. Esperamos un déficit comercial y un déficit fiscal, que serán financiados principalmente con deuda. Esto es claro: o lo financiamos con deuda interna -la "maquinita"- o lo financiamos con deuda, ya sea externa o emisión también en pesos. Esto claramente va a tener un impacto en el aumento del pago de intereses. ¿Cuál es la dinámica que se están imaginando para evitar que esto vaya a pasar?
Si bien hoy la intención puede ser ir en un sendero decreciente de déficit -yo les creo-, quisiera que me explicaran cuál es el sendero decreciente de déficit que estamos viendo. El problema es que después tenemos la tentación. En efecto, 2017 es un año electoral, y la tentación de las elecciones hace que uno sea un poquito más laxo en términos de las políticas que va llevando adelante.
Además está la tentación de terminar recurriendo a deuda, por una cuestión del día a día, porque es más sencillo, lo que nos puede llevar en el mediano y largo plazo a nuevas crisis de deuda, que ya sabemos que terminan teniendo un impacto negativo en la gente.
Entonces, me interesaría saber cuál es la dinámica que están viendo, cómo lo están justificando, hasta qué nivel se espera llegar y cuál es la sensibilidad que se espera que tenga este proceso.
Queremos saber cuál va a ser la elasticidad de empleo del 2017 y si uno puede tener una estimación del 2018 al 2020, porque hay que poder pensar en un proceso un poquito más largo.
En términos de inversiones, cuánto va a ser inversión financiera y cuánto están esperando que sea inversión efectivamente productiva.
Sobre lo productivo, particularmente me interesa saber cuáles son los sectores que más van a reaccionar y cómo se relaciona esto con la pregunta anterior de la elasticidad en el empleo. Queremos saber si estos sectores efectivamente van a generar impactos en el empleo.
Del IPC ya les pregunte.
El salto exportador que están poniendo en el presupuesto me parece un poco optimista. Posiblemente yo tenga mal mis estimaciones, pero me gustaría saber cuál es la sustentación que tiene este saldo. Dicho sea de paso, el saldo exportador es lo que está generando que el Fondo Federal Solidario tenga un salto importante, que a su vez genera un salto en las transferencias a las provincias.
Cuando uno mira las transferencias corrientes a las provincias, ve que tienen una caída de 7.200 millones. Creo que esto también tenemos que ponerlo en la mesa de discusión cuando se habla del federalismo y de cómo terminan siendo los impactos.
Finalmente, ¿cuál es la presión impositiva que ha tenido el impuesto a las ganancias en la cuarta categoría en el 2015 y cuál es la esperada para el cierre de 2016? También me gustaría saber cuál es la presión impositiva de la cuarta categoría que están imaginando para el 2017. Dicho sea de paso, por los números que estaba manejando de costo fiscal, me parece que se van a quedar un poquito cortos y eso va a llevar a un aumento de nuevo en la presión impositiva, pero me puedo estar equivocando.
En el artículo 23 figura un aumento de impuestos a los combustibles. En realidad no es un impuesto a los combustibles sino a las tasas de control de calidad. Me gustaría saber cuál es el motivo de ese aumento, al igual que el aumento de los impuestos a los pasajes o al turismo extranjero. Esto me hace acordar un poquito al 35 por ciento a la exportación de compra que puso el compañero Axel. Es una forma de poner alguna restricción adicional en el tema turismo o aumentar impuestos que tengan una incidencia ahí. Me gustaría saber alguna opinión sobre esto.
En términos de deuda -en este punto hay millones de preguntas pero vamos a resumir-, más allá del aumento de 1.130 por ciento de la deuda bruta, me gustaría tener un poquito más claro cuál es la deuda neta que se está emitiendo. Nosotros teníamos alguna estimación sobre el programa financiero que se había presentado anteriormente, pero con los cambios del déficit fiscal que se han producido, creo que habría que actualizar el programa financiero y ver cuál va a ser la emisión que se realice.
Queremos saber cuáles son las condiciones que se esperan. Desde ya que es muy pronto para saberlo, pero ¿cuál es el sendero que se están imaginando?
Hay también un fuerte incremento de la deuda de corto plazo, esa deuda que vence en el año porque es transaccional, pero que claramente tiene un impacto a la hora de sacar recursos de las actividades productivas. Si el Estado va a salir a competir chupando fondos, claramente esto le quita algún impulso a actividades productivas. Me gustaría saber si esto es así o de dónde van a salir esos fondos de corto plazo.
Me gustaría saber cuál es el impacto que ustedes tienen en términos de deuda de provincia. En algún momento se habló de esto y está en discusión si tienen permiso automáticamente o no para endeudarse. Me gustaría saber cuál es la dinámica que se están imaginando. Esto tiene que ver más con la cuestión de la sustentabilidad macro que con la cuestión de presupuesto, pero creo que es importante.
Hay un artículo, que es el artículo 51 del proyecto, que la verdad no lo entiendo. Tiene que ver también con esas funciones del jefe de Gabinete que no estaban claras. La verdad es que no entiendo cuál es el sentido o a dónde va el artículo 51.
El Procrear aparece en muchas partes como que se va licuando de a poquito. Quizás esto sea el inicio del acta de defunción del Procrear. Me gustaría tener alguna opinión al respecto.
El artículo 57 -por ahí me anticipo y esto haya que verlo con gente de Energía- básicamente permite a aquellas empresas que provean servicios subsidiados aplicar la diferencia al descuento de impuestos. Si yo no entiendo mal, esto significa que una empresa que brinda servicios de gas o eléctricos que cuentan con subsidios, descuenta ese porcentaje del pago de impuestos. Esto claramente tiene un impacto significativo. Además, lo estamos haciendo antes de la RTI; salvo que ustedes aquí estén poniendo algún supuesto de Revisión Tarifaria Integral.
Por otro lado, se dispone esto sin tener en claro cuáles son las obras de infraestructura que tienen que llevar adelante estas empresas o, por lo menos, eso no se desprende de este proyecto de ley de presupuesto. Quizás esté previsto en los fascículos que nos faltan, pero me gustaría tener alguna apreciación al respecto.
Me quedan dos preguntas y son las últimas, para no aburrirlos.
La primera tiene que ver con el adelanto a proveedores, que está puesto por debajo de la línea. Vemos un salto ya que es más del doble del que se ponía el año pasado. Si no estoy equivocado, se estipula algo así como 90.000 millones que, como decía antes, es el doble de lo del año pasado. Me gustaría saber cuál es la explicación de ese salto en adelantos a proveedores que, claramente, cuando está por debajo de la línea no cuenta para el déficit.
Tengo la misma inquietud en relación con un concepto que dice "otros impuestos" y que tiene también un incremento del 96 por ciento. Son esos impuestos no específicos y no sé si está relacionado con el blanqueo o si hay algún supuesto de blanqueo detrás, o si hay otro impuesto u otro incremento que no estoy entendiendo. Como verán, hay varias preguntas más pero no quiero abusar.
Creo que realmente hay que darle al presupuesto el valor que tiene que tener. Me gustaría que, ya sea más rápido o más despacio, vayamos tendiendo a un presupuesto que realmente tenga el valor y la importancia que la misma Constitución Nacional le otorga.
Tengo varias inquietudes. Voy a empezar por algo que dijo el diputado Bossio en relación con que este proyecto de ley hay que discutirlo junto con las iniciativas vinculadas al impuesto a las ganancias y a la ley de administración financiera. Voy a hacer preguntas que seguramente estén vinculadas con estos otros dos temas pero que creo que es importante que las discutamos ahora porque para mí es un tratamiento casi único.
Tenemos que entender que el presupuesto es lo que nos permite saber cuál es el rumbo económico que se le quiere dar a las políticas económicas y a las políticas públicas que un gobierno lleva adelante. Esto conlleva una discusión de corto plazo -que son los numeritos de lo que se va a gastar en el día a día- pero tiene implícito cuál es el camino de mediano y largo plazo que va a seguir un gobierno.
Cuando leo este proyecto de ley de presupuesto y hago algunos análisis que a los economistas nos gusta hacer -luego haré algunas preguntas específicas al subsecretario Maia-, empiezo a vislumbrar que hay riesgos en el mediano y largo plazo. No digo que estos efectivamente se vayan a materializar, pero creo que se deben ir tomando los recaudos y se debe tener bien en claro cuáles son estos riesgos a fin de evitarlos y después no tener que salir a apagar el fuego como bomberos.
Voy a mencionar algunos riesgos que veo para el mediano plazo. La proyección de crecimiento para el 2017, entre un 3 y un 4 por ciento, creo que es viable y posiblemente estemos de acuerdo. Ahora, veo un par de riesgos en relación con eso.
Pienso que es un crecimiento más bien concentrado. Luego haré algunas preguntas específicas justamente para tratar de aclarar esto.
Veo que es un crecimiento que conlleva el riesgo de que en el 2018 entremos de vuelta en un proceso de ajuste. ¿Por qué digo esto?
Primero, porque seguimos teniendo la tentación de algunos modelos que hemos visto anteriormente. No digo que esto efectivamente pase, pero hay señales que nos encaminan en ese sentido, como el atraso cambiario, el endeudamiento, los altos déficit gemelos -que son el déficit fiscal y el déficit comercial- y los problemas en términos de producción nacional que uno puede avizorar que se darán.
Todo esto termina siempre llevándonos a lo que son los péndulos.
Creo que justamente del proyecto de presupuesto se desprende que hay algunos riesgos que tienden a esto.
En primer lugar, me gustaría tener alguna apreciación al respecto. Sé que el presupuesto mantiene para el año 2017 un crecimiento -a mi entender, optimista- en torno del 3,5 por ciento. Yo creo que, dada la dinámica que vamos a ver en 2017, posiblemente esto no lo veamos, o al menos percibo un riesgo en ese sentido.
También veo una inflación estimada en valores optimistas, del 17 por ciento, a cuyo respecto me gustaría tener algún detalle -esto ya para el subsecretario Maia-, primero, de cuál es la inflación inercial que estamos previendo, y además, cuál es el efecto de tarifas que estamos viendo para el año próximo. Esto no lo planteo por el hecho de que justo hayamos estado discutiendo tarifas esta semana, sino porque el presupuesto plantea una reducción en torno del 30 por ciento en materia de transferencias a las empresas públicas y privadas, justamente empresas energéticas, eléctricas, de agua, etcétera. Esa reducción en términos nominales me está significando un posible aumento tarifario, y me gustaría conocer si efectivamente lo vamos a tener o no.
Considero que en esta discusión también debemos entender que el presupuesto tiene que recuperar el valor de la ley de leyes, un valor que originalmente le dio la Constitución y para lo cual otorgó al Congreso un poder de contralor sobre este presupuesto. Me atrevo a hacer algunas de estas apreciaciones porque justamente está presente el subsecretario Rigo, que creo que es uno de los especialistas que tiene el país en materia presupuestaria.
Considero que en este sentido tenemos que ir a un esquema donde empecemos a tener un presupuesto que realmente sea creíble, que no sea un presupuesto vulnerable ni un colador.
Tenemos distintas formas por las que hoy se está modificando el presupuesto. Por un lado tenemos el artículo 37, que lo hemos discutido muchas veces. Una de las principales modificaciones que se han introducido recientemente tiene que ver con la posibilidad de que se cambien partidas previstas para gastos de capital y se destinen a gastos corrientes, con lo cual uno puede hacer la previsión de tener una obra pública o una obra de infraestructura que el país necesita, y después, a la hora de ejecutarlo, se cambia por un destino en gastos corrientes. Creo que esta es una de las cosas que tenemos que evitar.
Por otro lado, tenemos el tema de los DNU, que es otra de las formas mediante las cuales hoy estamos vulnerando el presupuesto. Si bien los DNU están previstos en la Constitución Nacional, considero que tenemos que recuperar el valor de la urgencia. Si son decretos de necesidad y urgencia, creo que tenemos que recuperar el valor de este último concepto y ver qué significa la palabra "urgencia". Fíjense que próximamente la comisión bicameral tratará acá un decreto de necesidad y urgencia que tiene 419 páginas, donde se introducen una serie de modificaciones importantes al presupuesto. Aclaro que esta no es una práctica nueva, sino que se viene aplicando desde hace tiempo; no estoy diciendo que este gobierno esté haciendo algo innovador al respecto.
En dicho decreto observamos que se mezclan cuestiones con las que quizás podemos estar de acuerdo en que son muy urgentes, como en lo relativo al PAMI, pero después se agregan cosas tales como algunos gastos y obras que se reasignan en función de provincias o de distintas regiones.
Considero que no podemos tratar en un mismo decreto cuestiones tales como las del PAMI y los aumentos de jubilados -por las distintas modificaciones que se hicieron- junto con una obra de infraestructura, aunque ésta sea importante.
Entonces, o vamos a un esquema donde empezamos a tener noción de lo que es el concepto de la urgencia o de lo contrario tendremos que empezar a tratar partida por partida en lugar de que vengan decretos de necesidad y urgencia ómnibus en medio de los cuales pase un elefante disfrazado con algunos conceptos que son muy loables y que son ampliamente apoyados.
Entonces, creo que tenemos que hacer también algún tipo de modificación justamente en ese decreto.
Considero que el presupuesto también deben incluir los fascículos. Nosotros estamos votando acá un presupuesto con conceptos agregados. En efecto, en la ley de presupuesto vienen conceptos agregados, que después tienen su justificación en los fascículos. Dicho sea de paso, todavía no los vimos; sería bueno contar con los fascículos justamente para poder analizar de qué estamos hablando cuando miramos el presupuesto en su integralidad.
Al respecto, creo que esos fascículos tienen que formar parte de la ley de presupuesto. De lo contrario, terminamos con el artículo 5° de esta ley dando al jefe de Gabinete la posibilidad de dictar una decisión administrativa número 1, mediante la que distribuye automáticamente todos los recursos y todos los gastos, siempre dentro de los parámetros que le ha fijado el Congreso, pero en términos agregados.
Voy a dar un ejemplo, porque después figura en un artículo. Si no me equivoco, en relación con Aerolíneas Argentinas, el artículo 17 del proyecto establece que se da al jefe de Gabinete el poder para administrar todos los recursos tendientes a cumplir con las necesidades de Aerolíneas Argentinas. No habla de "fondos". Está bien, imagino que, cuando veamos el fascículo, ahí estará aclarado. Pero el fascículo no es parte de la ley, sino que es parte de una decisión administrativa que toma el jefe de Gabinete dentro de las atribuciones que tiene.
Considero que debemos empezar a discutir eso y buscar mecanismos en los que realmente hagamos del presupuesto una ley de leyes y pongamos claridad en cuanto a los objetivos.
Seguramente vamos a discutir el artículo 37, sobre lo cual ya tenemos un consenso, y sobre otros temas discutiremos un poco más. Pero en el proyecto de presupuesto que se ha enviado tenemos los artículos 8°, 9°, 10 y otros más en los que se faculta al jefe de Gabinete a modificar las partidas presupuestarias. Es cierto que restringe esa facultad a algún tema en particular, pero si no me equivoco, el artículo 9° es muy amplio en términos de las partidas que puede modificar el jefe de Gabinete. Creo que esos aspectos los tenemos que discutir.
Nuevamente, quiero decir que no veo que en este sentido el gobierno esté innovando. Es una práctica que se viene utilizando desde hace mucho tiempo, pero creo que tenemos que elevar el nivel de discusión y dar al presupuesto la importancia que realmente tiene.
Voy a formular algunas preguntas puntuales en términos macroeconómicos. Algunas ya hice, pero me gustaría profundizar en ciertos aspectos.
¿Cuál es el crecimiento esperado de la productividad en los próximos años, en términos absolutos y en términos relativos respecto de la región? Quisiera saber si Pepe -pido disculpas por tratarlo de esa manera, pero lo conozco desde hace muchos años- tiene alguna estimación en ese sentido, y en base a qué sectores/factores, es decir, cómo imagina que viene el aumento de productividad en los factores; asimismo, si cree que el ancla nominal de los salarios o el ancla que se ha generado por la pérdida de poder adquisitivo que efectivamente vamos a tener ahora seguirá el año que viene o si podremos recuperar lo perdido en este año y crecer, o si vamos a tener una nueva caída.
Otra de las preguntas se refiere también a la consistencia del modelo macro hacia el que estamos yendo y los miedos que yo decía antes que tenía respecto de la sustentabilidad. Esperamos un déficit comercial y un déficit fiscal, que serán financiados principalmente con deuda. Esto es claro: o lo financiamos con deuda interna -la "maquinita"- o lo financiamos con deuda, ya sea externa o emisión también en pesos. Esto claramente va a tener un impacto en el aumento del pago de intereses. ¿Cuál es la dinámica que se están imaginando para evitar que esto vaya a pasar?
Si bien hoy la intención puede ser ir en un sendero decreciente de déficit -yo les creo-, quisiera que me explicaran cuál es el sendero decreciente de déficit que estamos viendo. El problema es que después tenemos la tentación. En efecto, 2017 es un año electoral, y la tentación de las elecciones hace que uno sea un poquito más laxo en términos de las políticas que va llevando adelante.
Además está la tentación de terminar recurriendo a deuda, por una cuestión del día a día, porque es más sencillo, lo que nos puede llevar en el mediano y largo plazo a nuevas crisis de deuda, que ya sabemos que terminan teniendo un impacto negativo en la gente.
Entonces, me interesaría saber cuál es la dinámica que están viendo, cómo lo están justificando, hasta qué nivel se espera llegar y cuál es la sensibilidad que se espera que tenga este proceso.
Queremos saber cuál va a ser la elasticidad de empleo del 2017 y si uno puede tener una estimación del 2018 al 2020, porque hay que poder pensar en un proceso un poquito más largo.
En términos de inversiones, cuánto va a ser inversión financiera y cuánto están esperando que sea inversión efectivamente productiva.
Sobre lo productivo, particularmente me interesa saber cuáles son los sectores que más van a reaccionar y cómo se relaciona esto con la pregunta anterior de la elasticidad en el empleo. Queremos saber si estos sectores efectivamente van a generar impactos en el empleo.
Del IPC ya les pregunte.
El salto exportador que están poniendo en el presupuesto me parece un poco optimista. Posiblemente yo tenga mal mis estimaciones, pero me gustaría saber cuál es la sustentación que tiene este saldo. Dicho sea de paso, el saldo exportador es lo que está generando que el Fondo Federal Solidario tenga un salto importante, que a su vez genera un salto en las transferencias a las provincias.
Cuando uno mira las transferencias corrientes a las provincias, ve que tienen una caída de 7.200 millones. Creo que esto también tenemos que ponerlo en la mesa de discusión cuando se habla del federalismo y de cómo terminan siendo los impactos.
Finalmente, ¿cuál es la presión impositiva que ha tenido el impuesto a las ganancias en la cuarta categoría en el 2015 y cuál es la esperada para el cierre de 2016? También me gustaría saber cuál es la presión impositiva de la cuarta categoría que están imaginando para el 2017. Dicho sea de paso, por los números que estaba manejando de costo fiscal, me parece que se van a quedar un poquito cortos y eso va a llevar a un aumento de nuevo en la presión impositiva, pero me puedo estar equivocando.
En el artículo 23 figura un aumento de impuestos a los combustibles. En realidad no es un impuesto a los combustibles sino a las tasas de control de calidad. Me gustaría saber cuál es el motivo de ese aumento, al igual que el aumento de los impuestos a los pasajes o al turismo extranjero. Esto me hace acordar un poquito al 35 por ciento a la exportación de compra que puso el compañero Axel. Es una forma de poner alguna restricción adicional en el tema turismo o aumentar impuestos que tengan una incidencia ahí. Me gustaría saber alguna opinión sobre esto.
En términos de deuda -en este punto hay millones de preguntas pero vamos a resumir-, más allá del aumento de 1.130 por ciento de la deuda bruta, me gustaría tener un poquito más claro cuál es la deuda neta que se está emitiendo. Nosotros teníamos alguna estimación sobre el programa financiero que se había presentado anteriormente, pero con los cambios del déficit fiscal que se han producido, creo que habría que actualizar el programa financiero y ver cuál va a ser la emisión que se realice.
Queremos saber cuáles son las condiciones que se esperan. Desde ya que es muy pronto para saberlo, pero ¿cuál es el sendero que se están imaginando?
Hay también un fuerte incremento de la deuda de corto plazo, esa deuda que vence en el año porque es transaccional, pero que claramente tiene un impacto a la hora de sacar recursos de las actividades productivas. Si el Estado va a salir a competir chupando fondos, claramente esto le quita algún impulso a actividades productivas. Me gustaría saber si esto es así o de dónde van a salir esos fondos de corto plazo.
Me gustaría saber cuál es el impacto que ustedes tienen en términos de deuda de provincia. En algún momento se habló de esto y está en discusión si tienen permiso automáticamente o no para endeudarse. Me gustaría saber cuál es la dinámica que se están imaginando. Esto tiene que ver más con la cuestión de la sustentabilidad macro que con la cuestión de presupuesto, pero creo que es importante.
Hay un artículo, que es el artículo 51 del proyecto, que la verdad no lo entiendo. Tiene que ver también con esas funciones del jefe de Gabinete que no estaban claras. La verdad es que no entiendo cuál es el sentido o a dónde va el artículo 51.
El Procrear aparece en muchas partes como que se va licuando de a poquito. Quizás esto sea el inicio del acta de defunción del Procrear. Me gustaría tener alguna opinión al respecto.
El artículo 57 -por ahí me anticipo y esto haya que verlo con gente de Energía- básicamente permite a aquellas empresas que provean servicios subsidiados aplicar la diferencia al descuento de impuestos. Si yo no entiendo mal, esto significa que una empresa que brinda servicios de gas o eléctricos que cuentan con subsidios, descuenta ese porcentaje del pago de impuestos. Esto claramente tiene un impacto significativo. Además, lo estamos haciendo antes de la RTI; salvo que ustedes aquí estén poniendo algún supuesto de Revisión Tarifaria Integral.
Por otro lado, se dispone esto sin tener en claro cuáles son las obras de infraestructura que tienen que llevar adelante estas empresas o, por lo menos, eso no se desprende de este proyecto de ley de presupuesto. Quizás esté previsto en los fascículos que nos faltan, pero me gustaría tener alguna apreciación al respecto.
Me quedan dos preguntas y son las últimas, para no aburrirlos.
La primera tiene que ver con el adelanto a proveedores, que está puesto por debajo de la línea. Vemos un salto ya que es más del doble del que se ponía el año pasado. Si no estoy equivocado, se estipula algo así como 90.000 millones que, como decía antes, es el doble de lo del año pasado. Me gustaría saber cuál es la explicación de ese salto en adelantos a proveedores que, claramente, cuando está por debajo de la línea no cuenta para el déficit.
Tengo la misma inquietud en relación con un concepto que dice "otros impuestos" y que tiene también un incremento del 96 por ciento. Son esos impuestos no específicos y no sé si está relacionado con el blanqueo o si hay algún supuesto de blanqueo detrás, o si hay otro impuesto u otro incremento que no estoy entendiendo. Como verán, hay varias preguntas más pero no quiero abusar.
Creo que realmente hay que darle al presupuesto el valor que tiene que tener. Me gustaría que, ya sea más rápido o más despacio, vayamos tendiendo a un presupuesto que realmente tenga el valor y la importancia que la misma Constitución Nacional le otorga.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora diputada Bregman.
SRA. BREGMAN Buenas tardes. En relación con el impuesto a las ganancias y sobre la cuarta categoría, remito a lo que ya preguntó el diputado Lavagna.
Por supuesto que hay mucho para preguntar y para debatir, especialmente sobre cómo se incrementa y se privilegia el pago de la deuda externa. Creo que hay un gran debate al respecto pero no voy a profundizar en este momento.
Voy a aprovechar que se encuentran presentes los funcionarios para preguntar lo siguiente. En la página 66 del mensaje enviado a este Congreso se señala que en cuanto a la política de ocupación y salarios del sector público nacional los criterios están alineados con los principios generales del Plan de Modernización del Estado.
Los trabajadores y las trabajadoras de la administración pública ya conocen cuáles son los planes de modernización del Estado del ministro Andrés Ibarra: 11.000 despidos en el año 2016.
Por eso, quiero preguntar si esta previsión que acabo de señalar tiene que ver con las encuestas que se están haciendo en distintas dependencias públicas bajo el eufemismo de optimizar el empleo, ya que los trabajadores y las trabajadoras del Estado denuncian que esto es la antesala de nuevos despidos en la administración pública.
Por supuesto que hay mucho para preguntar y para debatir, especialmente sobre cómo se incrementa y se privilegia el pago de la deuda externa. Creo que hay un gran debate al respecto pero no voy a profundizar en este momento.
Voy a aprovechar que se encuentran presentes los funcionarios para preguntar lo siguiente. En la página 66 del mensaje enviado a este Congreso se señala que en cuanto a la política de ocupación y salarios del sector público nacional los criterios están alineados con los principios generales del Plan de Modernización del Estado.
Los trabajadores y las trabajadoras de la administración pública ya conocen cuáles son los planes de modernización del Estado del ministro Andrés Ibarra: 11.000 despidos en el año 2016.
Por eso, quiero preguntar si esta previsión que acabo de señalar tiene que ver con las encuestas que se están haciendo en distintas dependencias públicas bajo el eufemismo de optimizar el empleo, ya que los trabajadores y las trabajadoras del Estado denuncian que esto es la antesala de nuevos despidos en la administración pública.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora diputada Frana.
SRA. FRANA Señor presidente: en primer lugar, no quiero entrar en una disquisición de números. Claramente aquí se marcaron situaciones del pasado, y seguramente muchas de ellas fueron el motivo para que hoy en el gobierno haya otro color político. Así que creo que no es necesario entrar en una disquisición de este tipo. Pero sí me parece oportuno revisar algunas de las apreciaciones que acá se hicieron, sobre todo en lo referente a que hace tanto tiempo que la economía no crece con inflación.
Al respecto, les sugiero leer la edición de "El Cronista Comercial" del día 26 de junio de 2016, donde claramente se hace un informe de cómo evolucionó el producto bruto, incluso en comparación con los datos que tenía el gobierno anterior, demostrándose que, si bien hubo períodos de decrecimiento, en 2009 y 2014, no es que no creció durante todos estos años. Lo digo para empezar a poner blanco sobre negro y para empezar a analizar las cosas desde datos de la realidad, no con datos del INDEC, si no quieren, y lo acepto.
En ese mismo criterio, en lo que va del año tenemos una inflación del 42 por ciento y una caída del producto bruto interno del 1,1 por ciento -es información del diario La Nación, no de una gestión anterior-, así como una caída del 10 por ciento en las inversiones y una caída del 4 por ciento en el consumo. Digo esto porque si, tal como dicen, hay cosas que no venían bien, creo que claramente empeoraron.
Entonces, me parece que una de las primeras cuestiones que tendríamos que analizar en el presupuesto son las medidas o parámetros con los cuales esto se va a revertir.
Si bien es cierto que reconocemos el déficit y la emisión, a veces, en determinadas economías, es preferible emitir y no que aumente el desempleo como está sucediendo ahora.
Lo que preocupa muchísimo -y ahora sí voy a entrar a las preguntas concretas en relación con el presupuesto- es el alto nivel de endeudamiento, a cuyo respecto los diputados preopinantes ya hicieron las apreciaciones del caso.
Hay un tema que ya lo preguntó el señor diputado Lavagna, pero que es muy importante y que se refiere a la política salarial. Es cierto que se verifica un aumento en este proyecto respecto del presupuesto anterior, pero ese aumento no es más que la política salarial aplicada en 2016. En el marco del proyecto que analizamos no se verifica qué pautas se especifican para 2017.
Tampoco pudimos visualizar -a lo mejor está planteado en algún lugar y no lo vimos- qué es lo que se prevé recaudar durante el próximo año por la moratoria y el blanqueo.
En otro orden de cosas, y al igual que el diputado Lavagna, creo que la disminución de las transferencias corrientes, no solamente en el monto específico sino en comparación con el producto bruto, indicaría que va a haber un nuevo incremento de tarifas. Solamente quisiera que ratifiquen si esa es la idea para este presupuesto o si existe alguna otra previsión para compensar la disminución de esas transferencias.
Asimismo, en el mensaje recibido se hace referencia a que el 31 de diciembre del año en curso vence la prórroga del período de gracia para el pago de servicios de deuda de las provincias incluidas en el Programa Federal de Desendeudamiento. La pregunta concreta es si desde el gobierno nacional existe alguna previsión para resolver esta situación de gracia o si se supone que las provincias van a poder empezar a cumplir con esta situación.
Por otra parte, uno de los cuadros que recién pudimos visualizar se refiere al aumento de gastos por parte de este gobierno, en lo que va del año, en lo referido a políticas sociales, y hay algunos números que a mí por lo menos me generan dudas. No los estoy descalificando, pero si hubo un aumento en la asignación universal por hijo, hasta donde yo sé, ésta creció un 15 por ciento contra un 42 por ciento de inflación. Entonces, me gustaría saber a qué población llegó ese incremento en la inversión o si esto realmente es lo que compensa a la población que tiene el monotributo social y que empezó a cobrar la asignación. Francamente, me parece que es un porcentaje demasiado elevado.
Aquí también se ha mencionado que la dificultad de la economía que venía desarrollándose era que se trataba de una economía intervenida. Al respecto, quiero preguntar concretamente qué pautas hay para proteger nuestra economía -incluso se lo pregunté al jefe de Gabinete de Ministros, pero no me contestó-, porque de los cuadros de ingresos y egresos vemos que subsiste una balanza comercial deficitaria, así como un incremento de las importaciones.
Entonces, me parece que más allá de los números también sería importante visualizar cuál es la política hacia esas importaciones o por qué esto se exhibe sin presentarlo como un problema.
Por otra parte, también ratifico un concepto vertido por el diputado Lavagna. En el mensaje del ministro Prat-Gay, que escuchamos atentamente, se habló de que iban a quedar sin efecto los denominados "superpoderes". Me refiero a esta posibilidad de pasar gastos de capital a gastos corrientes y de seguir dictando DNU, que como dijo el diputado Lavagna, no es algo nuevo. Pero, por ejemplo, tenemos el DNU 975/16, por el cual el gobierno incrementó el gasto en 150.000 millones de pesos sin tener un recurso que lo compense.
Queremos saber a qué se refiere cuando habla de que van a quedar sin efecto los "superpoderes", porque de las normas que tenemos a nuestro alcance en este proyecto de presupuesto no se visualiza ninguna que ratifique esa afirmación.
Para finalizar, y no redundar en cosas que ya se dijeron, me gustaría saber qué proyección tiene el gobierno para seguir incrementando la deuda. Se trata de una deuda que compromete a generaciones futuras. La discusión de los fondos buitre ya se dio, se sancionó la ley y se cumplieron los compromisos, pero este proyecto de presupuesto estima como principal fuente de financiamiento el endeudamiento, que se ubicará en torno de los 1,7 billones de pesos, de cuyo monto, un alto porcentaje corresponderá a colocaciones de instrumentos en moneda extranjera.
Me gustaría conocer, de boca de los funcionarios, cuál es el programa que se aplicará para que esto no comprometa a las futuras generaciones.
Al respecto, les sugiero leer la edición de "El Cronista Comercial" del día 26 de junio de 2016, donde claramente se hace un informe de cómo evolucionó el producto bruto, incluso en comparación con los datos que tenía el gobierno anterior, demostrándose que, si bien hubo períodos de decrecimiento, en 2009 y 2014, no es que no creció durante todos estos años. Lo digo para empezar a poner blanco sobre negro y para empezar a analizar las cosas desde datos de la realidad, no con datos del INDEC, si no quieren, y lo acepto.
En ese mismo criterio, en lo que va del año tenemos una inflación del 42 por ciento y una caída del producto bruto interno del 1,1 por ciento -es información del diario La Nación, no de una gestión anterior-, así como una caída del 10 por ciento en las inversiones y una caída del 4 por ciento en el consumo. Digo esto porque si, tal como dicen, hay cosas que no venían bien, creo que claramente empeoraron.
Entonces, me parece que una de las primeras cuestiones que tendríamos que analizar en el presupuesto son las medidas o parámetros con los cuales esto se va a revertir.
Si bien es cierto que reconocemos el déficit y la emisión, a veces, en determinadas economías, es preferible emitir y no que aumente el desempleo como está sucediendo ahora.
Lo que preocupa muchísimo -y ahora sí voy a entrar a las preguntas concretas en relación con el presupuesto- es el alto nivel de endeudamiento, a cuyo respecto los diputados preopinantes ya hicieron las apreciaciones del caso.
Hay un tema que ya lo preguntó el señor diputado Lavagna, pero que es muy importante y que se refiere a la política salarial. Es cierto que se verifica un aumento en este proyecto respecto del presupuesto anterior, pero ese aumento no es más que la política salarial aplicada en 2016. En el marco del proyecto que analizamos no se verifica qué pautas se especifican para 2017.
Tampoco pudimos visualizar -a lo mejor está planteado en algún lugar y no lo vimos- qué es lo que se prevé recaudar durante el próximo año por la moratoria y el blanqueo.
En otro orden de cosas, y al igual que el diputado Lavagna, creo que la disminución de las transferencias corrientes, no solamente en el monto específico sino en comparación con el producto bruto, indicaría que va a haber un nuevo incremento de tarifas. Solamente quisiera que ratifiquen si esa es la idea para este presupuesto o si existe alguna otra previsión para compensar la disminución de esas transferencias.
Asimismo, en el mensaje recibido se hace referencia a que el 31 de diciembre del año en curso vence la prórroga del período de gracia para el pago de servicios de deuda de las provincias incluidas en el Programa Federal de Desendeudamiento. La pregunta concreta es si desde el gobierno nacional existe alguna previsión para resolver esta situación de gracia o si se supone que las provincias van a poder empezar a cumplir con esta situación.
Por otra parte, uno de los cuadros que recién pudimos visualizar se refiere al aumento de gastos por parte de este gobierno, en lo que va del año, en lo referido a políticas sociales, y hay algunos números que a mí por lo menos me generan dudas. No los estoy descalificando, pero si hubo un aumento en la asignación universal por hijo, hasta donde yo sé, ésta creció un 15 por ciento contra un 42 por ciento de inflación. Entonces, me gustaría saber a qué población llegó ese incremento en la inversión o si esto realmente es lo que compensa a la población que tiene el monotributo social y que empezó a cobrar la asignación. Francamente, me parece que es un porcentaje demasiado elevado.
Aquí también se ha mencionado que la dificultad de la economía que venía desarrollándose era que se trataba de una economía intervenida. Al respecto, quiero preguntar concretamente qué pautas hay para proteger nuestra economía -incluso se lo pregunté al jefe de Gabinete de Ministros, pero no me contestó-, porque de los cuadros de ingresos y egresos vemos que subsiste una balanza comercial deficitaria, así como un incremento de las importaciones.
Entonces, me parece que más allá de los números también sería importante visualizar cuál es la política hacia esas importaciones o por qué esto se exhibe sin presentarlo como un problema.
Por otra parte, también ratifico un concepto vertido por el diputado Lavagna. En el mensaje del ministro Prat-Gay, que escuchamos atentamente, se habló de que iban a quedar sin efecto los denominados "superpoderes". Me refiero a esta posibilidad de pasar gastos de capital a gastos corrientes y de seguir dictando DNU, que como dijo el diputado Lavagna, no es algo nuevo. Pero, por ejemplo, tenemos el DNU 975/16, por el cual el gobierno incrementó el gasto en 150.000 millones de pesos sin tener un recurso que lo compense.
Queremos saber a qué se refiere cuando habla de que van a quedar sin efecto los "superpoderes", porque de las normas que tenemos a nuestro alcance en este proyecto de presupuesto no se visualiza ninguna que ratifique esa afirmación.
Para finalizar, y no redundar en cosas que ya se dijeron, me gustaría saber qué proyección tiene el gobierno para seguir incrementando la deuda. Se trata de una deuda que compromete a generaciones futuras. La discusión de los fondos buitre ya se dio, se sancionó la ley y se cumplieron los compromisos, pero este proyecto de presupuesto estima como principal fuente de financiamiento el endeudamiento, que se ubicará en torno de los 1,7 billones de pesos, de cuyo monto, un alto porcentaje corresponderá a colocaciones de instrumentos en moneda extranjera.
Me gustaría conocer, de boca de los funcionarios, cuál es el programa que se aplicará para que esto no comprometa a las futuras generaciones.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor secretario Lacoste.
SR. LACOSTE Señor presidente: comenzaremos respondiendo algunas preguntas macro que surgieron, entre el subsecretario Maia y yo.
Una de las preguntas era la evolución del sendero del déficit fiscal en los próximos años. Estamos terminando de evaluar algunos de esos números, pero como dije en mi introducción, así como nos parecía que ni este año ni el que viene eran años para imponer un freno fuerte al déficit, porque la prioridad hoy es salir de la recesión, estamos convencidos de que al estar entrando a fines de este año y el año próximo en un sendero sostenido de crecimiento, va a ser más fácil ser un poquito más audaces en la dinámica de reducción.
Estamos evaluando -no quiero escapar a la pregunta- una cifra del 4,2 por ciento de déficit primario del PBI, para 2017; estaríamos pasando a un 3 por ciento en 2018, de déficit primario, y a alguna cifra inferior al 2 por ciento en 2019.
Creo que de esa manera estamos dando una señal importante de mediano plazo y de sustentabilidad, que como dije, nos resulta tan crítica e importante para el mediano plazo.
Creemos que esta evolución del déficit fiscal es compatible con las tasas de crecimiento que tenemos mencionadas en ese presupuesto.
Otro comentario es el tema de la inflación 2017, que varios diputados ven como algo optimista. Honestamente, nosotros estamos convencidos de que es una inflación muy fácil de lograr. De hecho, si ustedes toman lo que es la estimación del REM, un conjunto de consultoras privadas, de universidades, etcétera, ellos están planteando, para diciembre de 2017, que ese año termine con un 19,2 por ciento. O sea, hoy la estimación privada no está tan lejos del rango superior del 17 por ciento que tenemos para el año que viene y que es el número que utilizamos para hacer todas nuestras proyecciones presupuestarias. Por supuesto, hay un viejo proverbio árabe que dice: aquel que esté hablando sobre el futuro, miente aunque crea que esté diciendo la verdad.
Siempre cuando uno habla de futuro, hay riesgos. Pero créanme que estamos haciendo un tremendo esfuerzo por decir la verdad. Estamos convencidos de que estamos diciendo la verdad, más allá de que finalmente la historia o el futuro pueda pensar que "mentimos".
El otro tema tiene que ver con el tipo de cambio. La cifra usada para el año 2017 es una estimación, no es un objetivo de la política económica. Como ustedes saben, el ancla de las expectativas es la política antiinflacionaria del Banco Central, en un régimen de metas de inflación y, por lo tanto, es una estimación que punta contra punta da algo así como un 20 por ciento.
Creo que es importante que los argentinos nos empecemos a acostumbrar a que el tipo de cambio flota y a que el ancla importante es el nivel de los precios internos, la tasa de inflación a medida que vamos convergiendo hacia el 5 por ciento. Este último porcentaje es nuestro objetivo de inflación para el 2019, con un margen de error en un rango de más 1,5 y de menos 1,5; o sea, entre el 3,5 y el 6,5. Creo que eso es muy importante para que después nos acostumbremos a que el tipo de cambio peso-dólar puede subir o bajar sin afectar nuestra vida cotidiana. El día que logremos eso, habremos recuperado un muy importante instrumento que, por su solo movimiento independiente, nos puede cuidar de los shocks externos, favorables o adversos, que siempre enfrentará una economía como la nuestra.
Hay algunas preguntas más específicas del modelo macro que se las dejo al señor Lacoste.
Una de las preguntas era la evolución del sendero del déficit fiscal en los próximos años. Estamos terminando de evaluar algunos de esos números, pero como dije en mi introducción, así como nos parecía que ni este año ni el que viene eran años para imponer un freno fuerte al déficit, porque la prioridad hoy es salir de la recesión, estamos convencidos de que al estar entrando a fines de este año y el año próximo en un sendero sostenido de crecimiento, va a ser más fácil ser un poquito más audaces en la dinámica de reducción.
Estamos evaluando -no quiero escapar a la pregunta- una cifra del 4,2 por ciento de déficit primario del PBI, para 2017; estaríamos pasando a un 3 por ciento en 2018, de déficit primario, y a alguna cifra inferior al 2 por ciento en 2019.
Creo que de esa manera estamos dando una señal importante de mediano plazo y de sustentabilidad, que como dije, nos resulta tan crítica e importante para el mediano plazo.
Creemos que esta evolución del déficit fiscal es compatible con las tasas de crecimiento que tenemos mencionadas en ese presupuesto.
Otro comentario es el tema de la inflación 2017, que varios diputados ven como algo optimista. Honestamente, nosotros estamos convencidos de que es una inflación muy fácil de lograr. De hecho, si ustedes toman lo que es la estimación del REM, un conjunto de consultoras privadas, de universidades, etcétera, ellos están planteando, para diciembre de 2017, que ese año termine con un 19,2 por ciento. O sea, hoy la estimación privada no está tan lejos del rango superior del 17 por ciento que tenemos para el año que viene y que es el número que utilizamos para hacer todas nuestras proyecciones presupuestarias. Por supuesto, hay un viejo proverbio árabe que dice: aquel que esté hablando sobre el futuro, miente aunque crea que esté diciendo la verdad.
Siempre cuando uno habla de futuro, hay riesgos. Pero créanme que estamos haciendo un tremendo esfuerzo por decir la verdad. Estamos convencidos de que estamos diciendo la verdad, más allá de que finalmente la historia o el futuro pueda pensar que "mentimos".
El otro tema tiene que ver con el tipo de cambio. La cifra usada para el año 2017 es una estimación, no es un objetivo de la política económica. Como ustedes saben, el ancla de las expectativas es la política antiinflacionaria del Banco Central, en un régimen de metas de inflación y, por lo tanto, es una estimación que punta contra punta da algo así como un 20 por ciento.
Creo que es importante que los argentinos nos empecemos a acostumbrar a que el tipo de cambio flota y a que el ancla importante es el nivel de los precios internos, la tasa de inflación a medida que vamos convergiendo hacia el 5 por ciento. Este último porcentaje es nuestro objetivo de inflación para el 2019, con un margen de error en un rango de más 1,5 y de menos 1,5; o sea, entre el 3,5 y el 6,5. Creo que eso es muy importante para que después nos acostumbremos a que el tipo de cambio peso-dólar puede subir o bajar sin afectar nuestra vida cotidiana. El día que logremos eso, habremos recuperado un muy importante instrumento que, por su solo movimiento independiente, nos puede cuidar de los shocks externos, favorables o adversos, que siempre enfrentará una economía como la nuestra.
Hay algunas preguntas más específicas del modelo macro que se las dejo al señor Lacoste.
SR. LACOSTE Respecto a las proyecciones macro, este año nosotros estábamos estimando -y dije estábamos- una caída de 1,5 por ciento del producto. Para el año que viene hay algunas dudas sobre el cumplimiento de la pauta de crecimiento del 3,5 por ciento.
¿Por qué les digo -1,5 para este año? Fuimos elaborando estas proyecciones durante los últimos meses y tenemos un seguimiento bastante minucioso de la actividad. Lo que observamos es que, por suerte, a partir de agosto hubo una recuperación importante en muchas variables de la economía.
Nosotros construimos índices coincidentes de actividad que todavía no publicamos porque estamos en plena elaboración. El INDEC empezó a publicar nuevamente el estimador mensual de actividad económica, en base al cual elaboramos todas las estimaciones del producto potencial que les comentaba antes.
Lo que vimos es que el nivel al que se llegó en agosto fue una levantada, aunque algunos de ustedes se preguntarán "¿pero cómo una levantada?". En algunos casos, algunas series son caídas interanuales. Pero lo que hacemos nosotros para ver el giro que hay si llegamos al piso, es tomar los valores desestacionalizados de las distintas series mensuales. Esos valores venían relativamente mal hasta junio. En julio da una levísima caída, aunque empieza a estabilizarse, y en agosto hay una recuperación muy importante.
Iremos confirmándola o no, pero manteniendo ese nivel, este año la caída sería menor al 1,5 por ciento. ¿Por qué digo menor al 1,5 por ciento? Esto es importante, porque hay un arrastre positivo de la actividad para el año que viene de más de un 1 por ciento, con lo cual la pauta del 3,5 por ciento es, sin exagerar, normalmente alcanzable.
Con respeto a qué factores están detrás de la recuperación, uno es lo que mencionaba antes, el salto en productividad. Este salto es como pensar que la eliminación de muchas de las distorsiones que tenía la economía provoca naturalmente un salto de productividad en la economía.
Esa es precisamente una reforma.
A veces reclaman reformas estructurales. La primera reforma es la eliminación de un montón de distorsiones que tiene la economía, permitiendo que las señales de precios relativos sean mejores, y eso mejora la productividad. Eso produce un salto en la productividad -como se ve en las imágenes de mi presentación anterior- en comparación con la situación que veíamos antes, cuando la productividad estaba estancada aun con tasas negativas. Eso permite que las políticas -incluso la política fiscal expansiva- tengan un efecto que se traduzca en crecimiento sin afectar otras variables, como los precios, más allá del ancla que mencionó Pedro.
Detrás de ese crecimiento por el lado de la demanda, hay un crecimiento del consumo de aproximadamente la misma magnitud que el crecimiento del producto -que les estoy explicando- por el lado de la oferta. Por el lado de la demanda también es de 3,5.
Hay una recuperación de la inversión que este año todavía está estancada -porque estamos previendo que es negativa-, por lo que si levanta la inversión -aunque no sea muchísimo- es algo perfectamente alcanzable.
La otra duda que plantearon fue acerca del saldo exportador. En términos del saldo exportador, estamos poniendo un crecimiento del 7,7 por ciento real contra el 9,8 por ciento de importaciones, es decir, un poquito más de crecimiento de las importaciones.
Para esto, nos basamos principalmente en una combinación de efectos de cantidades y de precios que uno podría chequear. Se utilizan los precios de los futuros de los principales productos de exportación de la Argentina. En cuanto a las cantidades, son las estimadas de las cosechas, que, sobre todo, van a ser superiores. Por ejemplo, la cosecha de maíz que este año produjo 21.336.000 toneladas, produciría 23.455.000 toneladas como efecto.
Les diría que esta estimación es moderada, como efecto de la reducción de las retenciones y de las áreas sembradas; ya se sabe eso.
Lo mismo subiría la producción de soja, que también sufriría porque los rendimientos de este año no fueron los mejores debido a las lluvias en el momento de levantar la cosecha, la postergación y la menor calidad de los productos.
En términos de precios, respecto del promedio de este año se espera que también el maíz suba al igual que el aceite de soja o de girasol, o los pellets de soja o el trigo, ya que subiría la cosecha de trigo.
Es decir, esta combinación de elementos hace que las proyecciones que hemos presentado sean muy moderadas. Siempre he sido moderado en ese sentido, tratando de frenar a veces cuando hay demasiada ebullición, porque prefiero cumplir con los objetivos que se van planteando y que están incorporados en el presupuesto.
Para cerrar -ya que si no mis compañeros me critican-, está la cuestión del empleo. En primer lugar, me gustaría contarles un poco de qué depende la generación de empleo privado, que es el que al final sostiene a la economía.
Les recuerdo que el empleo privado depende no sólo del crecimiento del producto -si bien hay un crecimiento del producto y una elasticidad de ese crecimiento del producto- sino también de otras variables. Por ejemplo, nosotros detectamos que en la Argentina el tipo de cambio real bilateral es muy importante, sobre todo con el real brasileño.
Muchas provincias tienen sectores de industria metalmecánica -especialmente-, que es intensiva en trabajo y es muy dependiente del tipo de cambio real con Brasil. ¿Y que pasó? Esa dependencia no es al mismo tiempo sino que, en general, viene rezagada. Nosotros detectamos que hay un año de rezago en la situación.
¿Qué pasó con el tipo de cambio real bilateral con Brasil? Como Brasil empezó a mejorar, se apreció mucho. ¿Se acuerdan que el real estaba a 4 reales por dólar y hoy está muchísimo menos?
Ese efecto del tipo de cambio real bilateral más el efecto del crecimiento, aun a pesar de nuestro supuesto moderado, esperamos que provoque un efecto positivo sobre la generación de empleo privado, especialmente en estos sectores que fueron muy afectados en los últimos años.
Una estimación muy preliminar sería de alrededor de 250.000 puestos de trabajo, que tampoco es un boom espectacular pero está en línea con la moderación de los supuestos que contemplamos en el proyecto de presupuesto.
¿Por qué les digo -1,5 para este año? Fuimos elaborando estas proyecciones durante los últimos meses y tenemos un seguimiento bastante minucioso de la actividad. Lo que observamos es que, por suerte, a partir de agosto hubo una recuperación importante en muchas variables de la economía.
Nosotros construimos índices coincidentes de actividad que todavía no publicamos porque estamos en plena elaboración. El INDEC empezó a publicar nuevamente el estimador mensual de actividad económica, en base al cual elaboramos todas las estimaciones del producto potencial que les comentaba antes.
Lo que vimos es que el nivel al que se llegó en agosto fue una levantada, aunque algunos de ustedes se preguntarán "¿pero cómo una levantada?". En algunos casos, algunas series son caídas interanuales. Pero lo que hacemos nosotros para ver el giro que hay si llegamos al piso, es tomar los valores desestacionalizados de las distintas series mensuales. Esos valores venían relativamente mal hasta junio. En julio da una levísima caída, aunque empieza a estabilizarse, y en agosto hay una recuperación muy importante.
Iremos confirmándola o no, pero manteniendo ese nivel, este año la caída sería menor al 1,5 por ciento. ¿Por qué digo menor al 1,5 por ciento? Esto es importante, porque hay un arrastre positivo de la actividad para el año que viene de más de un 1 por ciento, con lo cual la pauta del 3,5 por ciento es, sin exagerar, normalmente alcanzable.
Con respeto a qué factores están detrás de la recuperación, uno es lo que mencionaba antes, el salto en productividad. Este salto es como pensar que la eliminación de muchas de las distorsiones que tenía la economía provoca naturalmente un salto de productividad en la economía.
Esa es precisamente una reforma.
A veces reclaman reformas estructurales. La primera reforma es la eliminación de un montón de distorsiones que tiene la economía, permitiendo que las señales de precios relativos sean mejores, y eso mejora la productividad. Eso produce un salto en la productividad -como se ve en las imágenes de mi presentación anterior- en comparación con la situación que veíamos antes, cuando la productividad estaba estancada aun con tasas negativas. Eso permite que las políticas -incluso la política fiscal expansiva- tengan un efecto que se traduzca en crecimiento sin afectar otras variables, como los precios, más allá del ancla que mencionó Pedro.
Detrás de ese crecimiento por el lado de la demanda, hay un crecimiento del consumo de aproximadamente la misma magnitud que el crecimiento del producto -que les estoy explicando- por el lado de la oferta. Por el lado de la demanda también es de 3,5.
Hay una recuperación de la inversión que este año todavía está estancada -porque estamos previendo que es negativa-, por lo que si levanta la inversión -aunque no sea muchísimo- es algo perfectamente alcanzable.
La otra duda que plantearon fue acerca del saldo exportador. En términos del saldo exportador, estamos poniendo un crecimiento del 7,7 por ciento real contra el 9,8 por ciento de importaciones, es decir, un poquito más de crecimiento de las importaciones.
Para esto, nos basamos principalmente en una combinación de efectos de cantidades y de precios que uno podría chequear. Se utilizan los precios de los futuros de los principales productos de exportación de la Argentina. En cuanto a las cantidades, son las estimadas de las cosechas, que, sobre todo, van a ser superiores. Por ejemplo, la cosecha de maíz que este año produjo 21.336.000 toneladas, produciría 23.455.000 toneladas como efecto.
Les diría que esta estimación es moderada, como efecto de la reducción de las retenciones y de las áreas sembradas; ya se sabe eso.
Lo mismo subiría la producción de soja, que también sufriría porque los rendimientos de este año no fueron los mejores debido a las lluvias en el momento de levantar la cosecha, la postergación y la menor calidad de los productos.
En términos de precios, respecto del promedio de este año se espera que también el maíz suba al igual que el aceite de soja o de girasol, o los pellets de soja o el trigo, ya que subiría la cosecha de trigo.
Es decir, esta combinación de elementos hace que las proyecciones que hemos presentado sean muy moderadas. Siempre he sido moderado en ese sentido, tratando de frenar a veces cuando hay demasiada ebullición, porque prefiero cumplir con los objetivos que se van planteando y que están incorporados en el presupuesto.
Para cerrar -ya que si no mis compañeros me critican-, está la cuestión del empleo. En primer lugar, me gustaría contarles un poco de qué depende la generación de empleo privado, que es el que al final sostiene a la economía.
Les recuerdo que el empleo privado depende no sólo del crecimiento del producto -si bien hay un crecimiento del producto y una elasticidad de ese crecimiento del producto- sino también de otras variables. Por ejemplo, nosotros detectamos que en la Argentina el tipo de cambio real bilateral es muy importante, sobre todo con el real brasileño.
Muchas provincias tienen sectores de industria metalmecánica -especialmente-, que es intensiva en trabajo y es muy dependiente del tipo de cambio real con Brasil. ¿Y que pasó? Esa dependencia no es al mismo tiempo sino que, en general, viene rezagada. Nosotros detectamos que hay un año de rezago en la situación.
¿Qué pasó con el tipo de cambio real bilateral con Brasil? Como Brasil empezó a mejorar, se apreció mucho. ¿Se acuerdan que el real estaba a 4 reales por dólar y hoy está muchísimo menos?
Ese efecto del tipo de cambio real bilateral más el efecto del crecimiento, aun a pesar de nuestro supuesto moderado, esperamos que provoque un efecto positivo sobre la generación de empleo privado, especialmente en estos sectores que fueron muy afectados en los últimos años.
Una estimación muy preliminar sería de alrededor de 250.000 puestos de trabajo, que tampoco es un boom espectacular pero está en línea con la moderación de los supuestos que contemplamos en el proyecto de presupuesto.
SR. MARCONATO Trataremos de ir respondiendo.
Con respecto al tema Banco Central, están incluidos unos 150.000 millones de pesos: 60.000 millones de pesos de utilidades y 90.000 millones de pesos de anticipos.
Con respecto a las transferencias -a las que hizo mención un diputado-, en la planilla número 11 vemos que aparecen la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el 5,1 por ciento; las provincias del Norte, con el 15,8 por ciento, y la provincia de Buenos Aires, con el 31 por ciento. El resto -interprovincial- es el 48,1 por ciento. Sería bueno, en atención a que va a venir el ministro, que estos datos los puedan abrir aún más.
En cuanto al fondo sojero, en el presupuesto no está prevista la reducción de las retenciones.
Con respecto a transferencias corrientes, no hay una menor transferencia en 2017 a provincias. Lo que está reflejado en este año, en 2016, es la devolución del 3 por ciento por el acuerdo que se hizo con provincia, de la devolución del 15 por ciento, entre enero y julio, más o menos; obviamente, la ley salió después. Por lo tanto, lo que se está transfiriendo este año reducirá lo del año que viene, que está claro que será automático. O sea que este año está apareciendo mucho más; no es que se elimina, sino que estamos salvando una situación de meses en el año 2016.
En cuanto a la presión tributaria del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría, en 2012 era del 1 por ciento; en 2013, del 1,1 por ciento; en 2014, del 1,2 por ciento; en 2015, del 1,4 por ciento; este año calculamos que está en 1,3 por ciento, y en 2017 estimamos que será del 1,2 por ciento del producto. Obviamente, quisiéramos llevarlo al 1 por ciento en 2019.
En cuanto al artículo 57, lo que se intenta es tener una autorización, porque aquellas empresas que tienen el subsidio hoy se están encontrando con un crédito fiscal de IVA muy grande. Entonces, el análisis que estamos haciendo, más allá del procedimiento que se estipula en la Subsecretaría de Ingresos Públicos, es que lo puedan compensar contra otro impuesto de esa misma empresa.
Con respecto al tema Banco Central, están incluidos unos 150.000 millones de pesos: 60.000 millones de pesos de utilidades y 90.000 millones de pesos de anticipos.
Con respecto a las transferencias -a las que hizo mención un diputado-, en la planilla número 11 vemos que aparecen la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el 5,1 por ciento; las provincias del Norte, con el 15,8 por ciento, y la provincia de Buenos Aires, con el 31 por ciento. El resto -interprovincial- es el 48,1 por ciento. Sería bueno, en atención a que va a venir el ministro, que estos datos los puedan abrir aún más.
En cuanto al fondo sojero, en el presupuesto no está prevista la reducción de las retenciones.
Con respecto a transferencias corrientes, no hay una menor transferencia en 2017 a provincias. Lo que está reflejado en este año, en 2016, es la devolución del 3 por ciento por el acuerdo que se hizo con provincia, de la devolución del 15 por ciento, entre enero y julio, más o menos; obviamente, la ley salió después. Por lo tanto, lo que se está transfiriendo este año reducirá lo del año que viene, que está claro que será automático. O sea que este año está apareciendo mucho más; no es que se elimina, sino que estamos salvando una situación de meses en el año 2016.
En cuanto a la presión tributaria del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría, en 2012 era del 1 por ciento; en 2013, del 1,1 por ciento; en 2014, del 1,2 por ciento; en 2015, del 1,4 por ciento; este año calculamos que está en 1,3 por ciento, y en 2017 estimamos que será del 1,2 por ciento del producto. Obviamente, quisiéramos llevarlo al 1 por ciento en 2019.
En cuanto al artículo 57, lo que se intenta es tener una autorización, porque aquellas empresas que tienen el subsidio hoy se están encontrando con un crédito fiscal de IVA muy grande. Entonces, el análisis que estamos haciendo, más allá del procedimiento que se estipula en la Subsecretaría de Ingresos Públicos, es que lo puedan compensar contra otro impuesto de esa misma empresa.
SR. LAVAGNA Es la misma situación que tiene una pyme.
SR. MARCONATO No, no es lo mismo. La explicación es que, en el caso del subsidio, no se aplica el IVA en la parte de la tarifa subsidiada, con lo que indudablemente siempre da un crédito.
En cuanto al tema de adelantos a proveedores, hay 90.000 millones de pesos. Se va a continuar con esa política que tiene que ver con un esquema de pequeños adelantos o pequeños anticipos en obras prioritarias que se definen como llave en mano. Por eso están incluidas por debajo de la línea.
Otra de las preguntas tiene que ver con el blanqueo, que no está incluido dentro del presupuesto.
En cuanto al tema de adelantos a proveedores, hay 90.000 millones de pesos. Se va a continuar con esa política que tiene que ver con un esquema de pequeños adelantos o pequeños anticipos en obras prioritarias que se definen como llave en mano. Por eso están incluidas por debajo de la línea.
Otra de las preguntas tiene que ver con el blanqueo, que no está incluido dentro del presupuesto.
SR. LAVAGNA ¿A qué se refiere entonces el concepto de "Otros impuestos"?
SR. MARCONATO Otros impuestos tiene que ver con deudas que va a cobrar la AFIP.
Creo que no me queda nada con respecto a nuestra área, porque después volvió al tema de las transferencias corrientes.
En relación con la pregunta de la diputada Bregman, la verdad es que me parece que habría que hacer una consulta, por intermedio del presidente de la comisión, en cuanto a la definición de ese artículo de modernización y la cuestión de los empleados públicos. Sería importante, señor presidente, que el Ministerio de Modernización pudiera explicar el porqué de la inclusión de este artículo. No me atrevo a dar una definición al respecto, y menos por la sensibilidad del tema.
Creo que no me queda nada con respecto a nuestra área, porque después volvió al tema de las transferencias corrientes.
En relación con la pregunta de la diputada Bregman, la verdad es que me parece que habría que hacer una consulta, por intermedio del presidente de la comisión, en cuanto a la definición de ese artículo de modernización y la cuestión de los empleados públicos. Sería importante, señor presidente, que el Ministerio de Modernización pudiera explicar el porqué de la inclusión de este artículo. No me atrevo a dar una definición al respecto, y menos por la sensibilidad del tema.
SRA. BREGMAN ¿Pero pueden asumir un compromiso de que no van a despedir, o la respuesta queda abierta?
SR. PRESIDENTE LASPINA No, no queda la respuesta abierta. No tengo ningún problema en que venga el ministro de Modernización o quien fuere a explicar esto, pero según entiendo, el artículo tiene que ver con un manejo más eficiente de los recursos humanos que tenemos y no con otra cuestión. Estamos tratando de optimizar ese aspecto.
SR. MARCONATO En relación con otra pregunta que se había formulado, en Servicio de Deudas de Provincias nosotros tenemos previstos 116.000 millones de pesos para el año que viene, y dentro de ese monto está incluido el desendeudamiento de las provincias. Obviamente no hay ninguna definición en cuanto a prorrogarlo. Indudablemente esto estará en la mesa de negociación y de debate que estamos haciendo desde el Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal con todas las provincias.
Como transmitió el otro día el señor ministro, la idea es poder llegar a este Honorable Congreso con una propuesta de acuerdo con todos los gobiernos provinciales para reformar la ley de responsabilidad fiscal.
Como transmitió el otro día el señor ministro, la idea es poder llegar a este Honorable Congreso con una propuesta de acuerdo con todos los gobiernos provinciales para reformar la ley de responsabilidad fiscal.
SR. CAPUTO Yo voy a empezar de atrás para adelante.
Con respecto al blanqueo, no hay ninguna estimación. No hemos hecho estimaciones porque la verdad es que no sabemos. Entonces, no vale la pena estar arrojando números respecto de los cuales no tenemos ningún fundamento.
En cuanto a la deuda neta que hemos emitido este año, la misma asciende a aproximadamente 16.200 millones de dólares. Si miramos el plan financiero, vemos que fueron 9.700 millones de dólares netos de los holdouts -esto es afuera-, 2.900 millones de dólares en el mercado interno y 3.600 millones de dólares de las Letes para el sector privado. Hemos emitido Letes por algo así como 5.500 millones de dólares, pero al sector privado, 3.600 millones de dólares. De manera que el total da más o menos 16.200 millones de dólares.
Con respecto a las Letes, que en el programa financiero de este año figuran como instrumentos de corto plazo, el diputado Lavagna preguntaba si no afectaban el posible financiamiento del sector privado. Considero que no es el caso, porque esto es como una especie de cuenta corriente en dólares que tiene la gente, y de hecho, vino de una propuesta de los bancos, porque ellos querían hacer plazos fijos a 30 días. Como los bancos ya no tenían aplicación para esos dólares, nos sugirieron esto, que funcionó bien. Pero, además, en el eventual caso de que cualquiera de estos ahorristas decidiera hacer una inversión de más largo plazo, estas letras son de corto plazo y vencen cada 90 días. Entonces, si uno quiere, no las renueva y hace la inversión correspondiente. Así que no altera el ciclo.
Con respecto a cómo iba a quedar la deuda privada -puede fallar, como diría Tusam- quiero manifestar que nuestra proyección para el año 2019 será de aproximadamente 32 puntos. Anteriormente la proyección era de 24,5 puntos; para el año 2019 será, insisto, de 32 puntos. Es una cifra que sigue estando lejos respecto de lo que sucede en otros países como Uruguay, Colombia y Brasil.
En relación al financiamiento del año 2017 lo que estaremos necesitando como deuda neta al sector privado será la suma de 18.500 millones de dólares. Al asumir que buscamos la mitad en el mercado externo, nos daría un monto que oscilaría entre los 9 mil y 10 mil millones. Esta cifra representaría la mitad del valor que estamos buscando este año. Eso será variable, porque dependerá en qué lugar tengamos una mayor demanda.
Asimismo, nosotros deseamos cambiar radicalmente el perfil de nuestros vencimientos. Nuestro país siempre dependió -diría demasiado- del financiamiento externo, lo cual no es bueno porque cuando hay un shock externo cualquier plan tambalea.
Por ende, para nosotros es prioritario desarrollar el mercado local de capitales promoviendo el ahorro en pesos y a largo plazo. Es por eso que estamos llevando a cabo muchas acciones las cuales se irán conociendo en el corto plazo para poder desarrollar lo que pretendemos.
¿Por qué queremos llevar a cabo todo esto? Esto no es para que no haya más especuladores en nuestro mercado de capitales, sino para conectar el capital a los proyectos. Hoy está abierto el mercado externo. Allí tienen acceso el gobierno, las provincias y algunas empresas. Pero claramente, estamos lejos de que las empresas, en su totalidad, tengan acceso al financiamiento relativamente barato.
Queremos que se desarrolle un mercado de capitales genuino, tal como lo tienen muchos otros países. Cuando hacemos una comparación con los países vecinos, la mayoría de ellos está en una situación inversa. Es decir, tienen mucha más dependencia del ahorro y financiamiento interno que del externo. En algunos casos es algo radicalmente opuesto, como por ejemplo Brasil que tiene un 90 por ciento de financiamiento interno. Eso les permite desarrollar algunas cosas que nosotros no hemos podido concretar por ahora. Sumo a este discurso el comentario que me hicieran respecto de la comparación de nuestras tasas con las de los países vecinos. Nuestra compresión de tasas fue muy buena, sobre todo en tan corto plazo. Se dio a partir de que la salida de los holdouts fue muy buena y, a raíz de eso, los bonos volvieron a manos indicadas. Eso generó una baja muy importante. Así y todo estamos separados -en dos o tres puntos- de países como Uruguay o Colombia. Allí tenemos mucho por hacer.
Cuando tomamos el bono a 30 años, si bien teníamos muchísima más demanda de la que terminamos tomando, nos hicimos cargo, aproximadamente, de una quinta parte o menos de la misma. Eso se dio, justamente, porque preveíamos que nos podía ir mejor, con lo cual esa tasa iba a terminar bajando mucho más.
Nos gustaría achicar esa comparación con los países vecinos en lo relativo a las tasas en pesos.
Siempre pongo el ejemplo de Perú, que allá por 2001 tenía el mismo rating crediticio que nosotros y en unos pocos años logró salir adelante.
Si les muestro la curva de rendimiento de los bonos de Perú verán que en algún punto es muy similar a la de la Argentina. Son de tres a 40 años, con una tasa que va del 3 y 4 por ciento al 6,5. En soles, su moneda local.
Tenemos un trabajo grande para hacer y debemos lograr desarrollar este mercado de capitales. Imaginen cuánto más empleo y crecimiento se podría generar si en la Argentina las empresas pudieran financiarse a 40 años al 6,5 por ciento en pesos.
Y no nos estamos comparando con Alemania; nos estamos comparando con Perú, que hace unos pocos años estaba en nuestra situación. Entonces, ahí hay un trabajo pendiente. Estamos poniendo mucho esfuerzo en esto, tratando de desarrollarlo de la mejor manera y lo más rápidamente posible. Por supuesto, para eso tiene que bajar la inflación y tienen que pasar muchas otras cosas en las que estamos trabajando, pero ese es el objetivo.
Con respecto al blanqueo, no hay ninguna estimación. No hemos hecho estimaciones porque la verdad es que no sabemos. Entonces, no vale la pena estar arrojando números respecto de los cuales no tenemos ningún fundamento.
En cuanto a la deuda neta que hemos emitido este año, la misma asciende a aproximadamente 16.200 millones de dólares. Si miramos el plan financiero, vemos que fueron 9.700 millones de dólares netos de los holdouts -esto es afuera-, 2.900 millones de dólares en el mercado interno y 3.600 millones de dólares de las Letes para el sector privado. Hemos emitido Letes por algo así como 5.500 millones de dólares, pero al sector privado, 3.600 millones de dólares. De manera que el total da más o menos 16.200 millones de dólares.
Con respecto a las Letes, que en el programa financiero de este año figuran como instrumentos de corto plazo, el diputado Lavagna preguntaba si no afectaban el posible financiamiento del sector privado. Considero que no es el caso, porque esto es como una especie de cuenta corriente en dólares que tiene la gente, y de hecho, vino de una propuesta de los bancos, porque ellos querían hacer plazos fijos a 30 días. Como los bancos ya no tenían aplicación para esos dólares, nos sugirieron esto, que funcionó bien. Pero, además, en el eventual caso de que cualquiera de estos ahorristas decidiera hacer una inversión de más largo plazo, estas letras son de corto plazo y vencen cada 90 días. Entonces, si uno quiere, no las renueva y hace la inversión correspondiente. Así que no altera el ciclo.
Con respecto a cómo iba a quedar la deuda privada -puede fallar, como diría Tusam- quiero manifestar que nuestra proyección para el año 2019 será de aproximadamente 32 puntos. Anteriormente la proyección era de 24,5 puntos; para el año 2019 será, insisto, de 32 puntos. Es una cifra que sigue estando lejos respecto de lo que sucede en otros países como Uruguay, Colombia y Brasil.
En relación al financiamiento del año 2017 lo que estaremos necesitando como deuda neta al sector privado será la suma de 18.500 millones de dólares. Al asumir que buscamos la mitad en el mercado externo, nos daría un monto que oscilaría entre los 9 mil y 10 mil millones. Esta cifra representaría la mitad del valor que estamos buscando este año. Eso será variable, porque dependerá en qué lugar tengamos una mayor demanda.
Asimismo, nosotros deseamos cambiar radicalmente el perfil de nuestros vencimientos. Nuestro país siempre dependió -diría demasiado- del financiamiento externo, lo cual no es bueno porque cuando hay un shock externo cualquier plan tambalea.
Por ende, para nosotros es prioritario desarrollar el mercado local de capitales promoviendo el ahorro en pesos y a largo plazo. Es por eso que estamos llevando a cabo muchas acciones las cuales se irán conociendo en el corto plazo para poder desarrollar lo que pretendemos.
¿Por qué queremos llevar a cabo todo esto? Esto no es para que no haya más especuladores en nuestro mercado de capitales, sino para conectar el capital a los proyectos. Hoy está abierto el mercado externo. Allí tienen acceso el gobierno, las provincias y algunas empresas. Pero claramente, estamos lejos de que las empresas, en su totalidad, tengan acceso al financiamiento relativamente barato.
Queremos que se desarrolle un mercado de capitales genuino, tal como lo tienen muchos otros países. Cuando hacemos una comparación con los países vecinos, la mayoría de ellos está en una situación inversa. Es decir, tienen mucha más dependencia del ahorro y financiamiento interno que del externo. En algunos casos es algo radicalmente opuesto, como por ejemplo Brasil que tiene un 90 por ciento de financiamiento interno. Eso les permite desarrollar algunas cosas que nosotros no hemos podido concretar por ahora. Sumo a este discurso el comentario que me hicieran respecto de la comparación de nuestras tasas con las de los países vecinos. Nuestra compresión de tasas fue muy buena, sobre todo en tan corto plazo. Se dio a partir de que la salida de los holdouts fue muy buena y, a raíz de eso, los bonos volvieron a manos indicadas. Eso generó una baja muy importante. Así y todo estamos separados -en dos o tres puntos- de países como Uruguay o Colombia. Allí tenemos mucho por hacer.
Cuando tomamos el bono a 30 años, si bien teníamos muchísima más demanda de la que terminamos tomando, nos hicimos cargo, aproximadamente, de una quinta parte o menos de la misma. Eso se dio, justamente, porque preveíamos que nos podía ir mejor, con lo cual esa tasa iba a terminar bajando mucho más.
Nos gustaría achicar esa comparación con los países vecinos en lo relativo a las tasas en pesos.
Siempre pongo el ejemplo de Perú, que allá por 2001 tenía el mismo rating crediticio que nosotros y en unos pocos años logró salir adelante.
Si les muestro la curva de rendimiento de los bonos de Perú verán que en algún punto es muy similar a la de la Argentina. Son de tres a 40 años, con una tasa que va del 3 y 4 por ciento al 6,5. En soles, su moneda local.
Tenemos un trabajo grande para hacer y debemos lograr desarrollar este mercado de capitales. Imaginen cuánto más empleo y crecimiento se podría generar si en la Argentina las empresas pudieran financiarse a 40 años al 6,5 por ciento en pesos.
Y no nos estamos comparando con Alemania; nos estamos comparando con Perú, que hace unos pocos años estaba en nuestra situación. Entonces, ahí hay un trabajo pendiente. Estamos poniendo mucho esfuerzo en esto, tratando de desarrollarlo de la mejor manera y lo más rápidamente posible. Por supuesto, para eso tiene que bajar la inflación y tienen que pasar muchas otras cosas en las que estamos trabajando, pero ese es el objetivo.
SR. BOSSIO ¿Cuál es la necesidad de financiamiento total?
SR. CAPUTO La necesidad total son 38 mil millones.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Pitrola.
SR. PITROLA Gracias, presidente. Se ha producido un pequeño desplazamiento en la lista de oradores. Soy miembro de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Le propongo que, para evitar toda suspicacia, en la próxima reunión, una vez que esté la lista de oradores, se dé lectura de la misma; de ese modo cada uno sabrá en qué ubicación está.
Además, debido a un compromiso que tengo probablemente no podré quedarme a escuchar las respuestas; dependerá de la cantidad de diputados anotados. Se quedará mi compañero Pablo López. Esto me parece molesto, dado que creo que corresponde escuchar las respuestas de las preguntas que formulo. Dicho esto, presidente, vamos a hacer algunas preguntas.
Hemos visto una contradicción entre lo que dijo uno de los oradores en cuanto a que se trata de un presupuesto macroeconómicamente expansivo y lo que dijo otro, que señaló que se trata de un ajuste gradual.
En nuestra opinión, nos quedamos con la segunda postura. Esto esencialmente por un motivo: este déficit de unos 420 mil millones de pesos, estimado sobre un PBI de 10 billones de pesos, tiene como rubro "intereses de la deuda", 247 mil millones de pesos según las planillas. Es decir que más de la mitad del déficit fiscal primario se va por el peso de una deuda que -como saben- estimamos ilegítima y usuraria. Y el resto se va en subsidios de todo tipo, debido a leyes que se han aplicado ahora y otras que vienen de antes o a gastos tributarios de promoción a las empresas, etcétera.
Todo esto no indica un presupuesto expansivo de inversión en producción, en infraestructura, de motorización de la economía. Al contrario, estamos viendo una fuerte carga del peso de la deuda financiera. Íbamos a preguntar por el stock de deuda, pero alguien ya formuló esa pregunta y se respondió que era de 240 mil millones de dólares.
Ahora, cuando se habla de 18.500 millones de deuda neta a tomar, no es el total de la deuda. Nuestros cálculos con las planillas muestran que el refinanciamiento supera los 50 mil millones de dólares, 26 mil millones de deuda nueva -no solo al exterior y al campo privado sino en conjunto.
Esto lo digo por un concepto que escuché acá -que no compartimos- respecto de que no tenemos problemas con la deuda intraestatal. Este debate ya viene de la época en que el actual diputado Kicillof era ministro de Economía, y de antes también. Con la deuda intraestatal no hay problema, porque la refinanciamos automáticamente. Es decir, intereses y deuda los financiamos con nueva deuda, lo cual amplía la deuda y plantea el problema profundo, conceptual, de si la tenencia de los bonos de la ANSES es un paga Dios. Es decir, deuda que indefinidamente se va a refinanciar automáticamente y, por lo tanto, papeles.
Este es un problema. No estamos de acuerdo en ese concepto. Es una ampliación de deuda, y para nosotros los jubilados son un acreedor prioritario respecto de la banca internacional.
Luego está el problema de los despidos. Compartimos aquí todos los cuestionamientos que se han hecho. Vamos a insistir en este debate.
También está el problema del aumento salarial. Se prevé un 17 por ciento de aumento, lo que para nosotros implica un ajuste, dado que este año los estatales han perdido más de 10 puntos en sus paritarias y hay una posición oficial de no reabrirlas.
Lo mismo pasa con los jubilados, que han perdido unos 13 puntos respecto de la inflación este año, ahora medida por el propio INDEC, por el índice de precios.
Ahora bien, paso a hacer algunas preguntas. Quisiéramos saber cuántos trabajadores, cuántos asalariados pagan ganancias, y esto tiene mucho que ver con el ingreso. Estamos hablando del presupuesto, y "Ganancias" es uno de los rubros impositivos más importantes del presupuesto. Según nuestras cuentas -aunque no hay información que hayamos podido obtener de la ANSES- están pagando casi 2 millones de personas, entre trabajadores, jubilados y monotributistas.
De aquí surge otra pregunta, del 5,57 por ciento del PBI -que es el impuesto a las ganancias en el presupuesto 2017 que ustedes presentan-, ¿qué parte viene del trabajo asalariado, esto es, de asalariados, de jubilados y de monotributistas?
Para nosotros esto es absolutamente importante. Es clave. Vamos a discutir severamente el problema, porque terminar con el impuesto al salario no solo formó parte de una promesa electoral que ustedes no cumplen sino también de una promesa electoral nuestra. Entonces, estamos obligados a dar una lucha frontal. Para nosotros el impuesto a las ganancias no puede ir sobre los salarios del convenio. Vamos a presentar esta discusión.
Por su parte, otra pregunta es cómo se financia la caída de la recaudación de la ANSES en función de la devolución progresiva -ahí cumplen la promesa- del 15 por ciento a las provincias, porque ese 15 por ciento en su totalidad y en sus cuotas, estaba destinado a la ANSES. Quisiera saber cómo se cubre ese financiamiento.
Por otro lado, el presidente del Banco Central Sturzenegger ha dicho que la lucha contra la inflación recién comienza. Estamos de acuerdo, porque tenemos un 43,5 por ciento de inflación anual, por lo que creemos que en realidad todavía no comenzó.
En este sentido, el punto que quiero considerar es el siguiente: el Banco Central tiene un stock de 600 mil millones de pesos en bonos Lebac, que van gatillando un interés importante que se va pagando semana a semana. Son de muy corto plazo, con tasas muy altas -aunque estén bajando de a medio punto-, y esto es una bomba de tiempo de un déficit cuasifiscal del cual acá no se habla.
De este déficit cuasifiscal, de esta bomba financiera, se puede salir solo de dos maneras: o se licúa con emisión monetaria y, por lo tanto, con inflación, o se lo transforma en deuda del Tesoro. Hasta acá no conocemos otro método.
Cualquiera de los dos métodos alteraría el presupuesto porque modificaría con toda seguridad la pauta inflacionaria del 17 por ciento y, por su parte, alteraría la emisión de deuda, que no está prevista. Esta es una buena pregunta porque entonces, si el presupuesto y este debate ignoran completamente este punto, ¿qué hará el Banco Central con respecto a los Lebac, que son una herencia del pasado pero que ha sido profundizada porque ha seguido aumentando este stock de deudas en Lebac del Banco Central?
Incluso, el Cronista Comercial publicó antes de ayer que los bancos han ganado este año 50 por ciento más que en 2015, en medio de la crisis, del ajuste, de los 200 mil despidos, como consecuencia de los intereses de las LEBAC y de los intereses de los bonos de la deuda. ¡El Cronista Comercial!, no Prensa Obrera del Partido Obrero. (Risas.)Estaba en la tapa. Es un tema fuerte.
Otro tema que recuerdo muy bien porque lo discutimos durante el tratamiento del presupuesto, es el de los superpoderes. Nosotros los cuestionábamos y las fuerzas políticas de ustedes -que ahora gobiernan- también lo hacían. Nuestra pregunta es por qué siguen los superpoderes. Acá alguien me dice: "porque son gobierno". (Risas.) Bueno, pero este no sería el punto. Yo quiero que me contesten de allá, no de acá.
Otra pregunta de importancia es la siguiente: el ministro Aranguren ha confirmado un cálculo que en lo personal fue una satisfacción porque me lo confirmó exacto. En la audiencia pública de las tarifas hice un cálculo que, respetando la devaluación estimada por el ministro Prat-Gay, que termina el dólar a 20 pesos a fin de 2017 y considerando que las tarifas van a aumentar un 33 por ciento en dólares, tenemos como mínimo 72 por ciento de aumento en pesos de las tarifas. ¿Cómo se compatibiliza eso con la pauta del 17 por ciento de inflación? Es una contradicción que no logramos explicarnos cómo se va a respetar.
Luego, ustedes hablaron de un modelo sustentable. Este año estamos llegando a una suscripción de deuda que no comparto con la que acá se informó. Los datos que disponemos señalan que son 38.159 millones hasta agosto. Todo hace prever una emisión de deuda de 40.000 millones de dólares en el año entre Nación y provincia. Y las provincias están pidiendo autorización para mayor endeudamiento. Con el endeudamiento del año que viene, con el actual stock de deuda y con el problema de los bonos del Banco Central, ¿qué nivel de sustentabilidad se entiende que tiene este curso y este presupuesto?
Estas son nuestras sencillas preguntas.
Creo que tenemos que reabrir las paritarias para que, por lo menos, si se quiere una inflación del 17 por ciento, empecemos con los salarios y las jubilaciones que deberían tener un aumento de emergencia y no otras condiciones para 2017.
Además, debido a un compromiso que tengo probablemente no podré quedarme a escuchar las respuestas; dependerá de la cantidad de diputados anotados. Se quedará mi compañero Pablo López. Esto me parece molesto, dado que creo que corresponde escuchar las respuestas de las preguntas que formulo. Dicho esto, presidente, vamos a hacer algunas preguntas.
Hemos visto una contradicción entre lo que dijo uno de los oradores en cuanto a que se trata de un presupuesto macroeconómicamente expansivo y lo que dijo otro, que señaló que se trata de un ajuste gradual.
En nuestra opinión, nos quedamos con la segunda postura. Esto esencialmente por un motivo: este déficit de unos 420 mil millones de pesos, estimado sobre un PBI de 10 billones de pesos, tiene como rubro "intereses de la deuda", 247 mil millones de pesos según las planillas. Es decir que más de la mitad del déficit fiscal primario se va por el peso de una deuda que -como saben- estimamos ilegítima y usuraria. Y el resto se va en subsidios de todo tipo, debido a leyes que se han aplicado ahora y otras que vienen de antes o a gastos tributarios de promoción a las empresas, etcétera.
Todo esto no indica un presupuesto expansivo de inversión en producción, en infraestructura, de motorización de la economía. Al contrario, estamos viendo una fuerte carga del peso de la deuda financiera. Íbamos a preguntar por el stock de deuda, pero alguien ya formuló esa pregunta y se respondió que era de 240 mil millones de dólares.
Ahora, cuando se habla de 18.500 millones de deuda neta a tomar, no es el total de la deuda. Nuestros cálculos con las planillas muestran que el refinanciamiento supera los 50 mil millones de dólares, 26 mil millones de deuda nueva -no solo al exterior y al campo privado sino en conjunto.
Esto lo digo por un concepto que escuché acá -que no compartimos- respecto de que no tenemos problemas con la deuda intraestatal. Este debate ya viene de la época en que el actual diputado Kicillof era ministro de Economía, y de antes también. Con la deuda intraestatal no hay problema, porque la refinanciamos automáticamente. Es decir, intereses y deuda los financiamos con nueva deuda, lo cual amplía la deuda y plantea el problema profundo, conceptual, de si la tenencia de los bonos de la ANSES es un paga Dios. Es decir, deuda que indefinidamente se va a refinanciar automáticamente y, por lo tanto, papeles.
Este es un problema. No estamos de acuerdo en ese concepto. Es una ampliación de deuda, y para nosotros los jubilados son un acreedor prioritario respecto de la banca internacional.
Luego está el problema de los despidos. Compartimos aquí todos los cuestionamientos que se han hecho. Vamos a insistir en este debate.
También está el problema del aumento salarial. Se prevé un 17 por ciento de aumento, lo que para nosotros implica un ajuste, dado que este año los estatales han perdido más de 10 puntos en sus paritarias y hay una posición oficial de no reabrirlas.
Lo mismo pasa con los jubilados, que han perdido unos 13 puntos respecto de la inflación este año, ahora medida por el propio INDEC, por el índice de precios.
Ahora bien, paso a hacer algunas preguntas. Quisiéramos saber cuántos trabajadores, cuántos asalariados pagan ganancias, y esto tiene mucho que ver con el ingreso. Estamos hablando del presupuesto, y "Ganancias" es uno de los rubros impositivos más importantes del presupuesto. Según nuestras cuentas -aunque no hay información que hayamos podido obtener de la ANSES- están pagando casi 2 millones de personas, entre trabajadores, jubilados y monotributistas.
De aquí surge otra pregunta, del 5,57 por ciento del PBI -que es el impuesto a las ganancias en el presupuesto 2017 que ustedes presentan-, ¿qué parte viene del trabajo asalariado, esto es, de asalariados, de jubilados y de monotributistas?
Para nosotros esto es absolutamente importante. Es clave. Vamos a discutir severamente el problema, porque terminar con el impuesto al salario no solo formó parte de una promesa electoral que ustedes no cumplen sino también de una promesa electoral nuestra. Entonces, estamos obligados a dar una lucha frontal. Para nosotros el impuesto a las ganancias no puede ir sobre los salarios del convenio. Vamos a presentar esta discusión.
Por su parte, otra pregunta es cómo se financia la caída de la recaudación de la ANSES en función de la devolución progresiva -ahí cumplen la promesa- del 15 por ciento a las provincias, porque ese 15 por ciento en su totalidad y en sus cuotas, estaba destinado a la ANSES. Quisiera saber cómo se cubre ese financiamiento.
Por otro lado, el presidente del Banco Central Sturzenegger ha dicho que la lucha contra la inflación recién comienza. Estamos de acuerdo, porque tenemos un 43,5 por ciento de inflación anual, por lo que creemos que en realidad todavía no comenzó.
En este sentido, el punto que quiero considerar es el siguiente: el Banco Central tiene un stock de 600 mil millones de pesos en bonos Lebac, que van gatillando un interés importante que se va pagando semana a semana. Son de muy corto plazo, con tasas muy altas -aunque estén bajando de a medio punto-, y esto es una bomba de tiempo de un déficit cuasifiscal del cual acá no se habla.
De este déficit cuasifiscal, de esta bomba financiera, se puede salir solo de dos maneras: o se licúa con emisión monetaria y, por lo tanto, con inflación, o se lo transforma en deuda del Tesoro. Hasta acá no conocemos otro método.
Cualquiera de los dos métodos alteraría el presupuesto porque modificaría con toda seguridad la pauta inflacionaria del 17 por ciento y, por su parte, alteraría la emisión de deuda, que no está prevista. Esta es una buena pregunta porque entonces, si el presupuesto y este debate ignoran completamente este punto, ¿qué hará el Banco Central con respecto a los Lebac, que son una herencia del pasado pero que ha sido profundizada porque ha seguido aumentando este stock de deudas en Lebac del Banco Central?
Incluso, el Cronista Comercial publicó antes de ayer que los bancos han ganado este año 50 por ciento más que en 2015, en medio de la crisis, del ajuste, de los 200 mil despidos, como consecuencia de los intereses de las LEBAC y de los intereses de los bonos de la deuda. ¡El Cronista Comercial!, no Prensa Obrera del Partido Obrero. (Risas.)Estaba en la tapa. Es un tema fuerte.
Otro tema que recuerdo muy bien porque lo discutimos durante el tratamiento del presupuesto, es el de los superpoderes. Nosotros los cuestionábamos y las fuerzas políticas de ustedes -que ahora gobiernan- también lo hacían. Nuestra pregunta es por qué siguen los superpoderes. Acá alguien me dice: "porque son gobierno". (Risas.) Bueno, pero este no sería el punto. Yo quiero que me contesten de allá, no de acá.
Otra pregunta de importancia es la siguiente: el ministro Aranguren ha confirmado un cálculo que en lo personal fue una satisfacción porque me lo confirmó exacto. En la audiencia pública de las tarifas hice un cálculo que, respetando la devaluación estimada por el ministro Prat-Gay, que termina el dólar a 20 pesos a fin de 2017 y considerando que las tarifas van a aumentar un 33 por ciento en dólares, tenemos como mínimo 72 por ciento de aumento en pesos de las tarifas. ¿Cómo se compatibiliza eso con la pauta del 17 por ciento de inflación? Es una contradicción que no logramos explicarnos cómo se va a respetar.
Luego, ustedes hablaron de un modelo sustentable. Este año estamos llegando a una suscripción de deuda que no comparto con la que acá se informó. Los datos que disponemos señalan que son 38.159 millones hasta agosto. Todo hace prever una emisión de deuda de 40.000 millones de dólares en el año entre Nación y provincia. Y las provincias están pidiendo autorización para mayor endeudamiento. Con el endeudamiento del año que viene, con el actual stock de deuda y con el problema de los bonos del Banco Central, ¿qué nivel de sustentabilidad se entiende que tiene este curso y este presupuesto?
Estas son nuestras sencillas preguntas.
Creo que tenemos que reabrir las paritarias para que, por lo menos, si se quiere una inflación del 17 por ciento, empecemos con los salarios y las jubilaciones que deberían tener un aumento de emergencia y no otras condiciones para 2017.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra Ziliotto.
SR. ZILIOTTO Mis preguntas van directamente a lo que tiene que ver con los recursos de las provincias, y en especial de la que represento, la provincia de La Pampa.
Hace unos meses aprobamos la Ley de Reparación Histórica para los Jubilados y Pensionados, la 27.260 y no vemos que esté explicitado en este presupuesto las incidencias del artículo 27. Si nosotros vamos a la distribución geográfica del gasto, en la planilla 18 vemos que en la provincia de La Pampa no hay un solo peso en concepto del artículo 27 de la ley 27.260. Quizás pueda estar en un monto global dentro de la jurisdicción ANSES. Esa es la pregunta exacta.
Con respecto al artículo 64, que está vinculado con el artículo 34, que tiene que ver con el financiamiento de las obras prioritarias de inversión, ahí es necesario que se tenga en cuenta -y esto lo venimos peleando desde la provincia de La Pampa hace muchos presupuestos- esta autorización a construir obras de infraestructura hidroeléctrica que viola la ley 25.688, que establece el régimen ambiental de aguas.
En ese sentido, proponemos la necesidad de incluir dentro del artículo que estas obras solo se pueden realizar si tienen acuerdo del Comité de Cuenca o de las provincias condóminas donde no se haya constituido todavía este organismo de control.
La tercera pregunta tiene que ver con una obra prometida desde el año 2003 en la provincia de La Pampa, por imperio de la ley 24.805. No aparece un solo centavo para construir la segunda etapa del acueducto del Río Colorado, a pesar de estar ratificado por el DNU 419/04 y una serie de normas. Hoy por hoy, la obligación la tiene el Enohsa. Repito que no vemos un solo centavo para esa obra en la provincia de La Pampa. Si analizamos el federalismo en relación con las obras de infraestructura, la provincia de La Pampa parece que no fuera parte de la República Argentina.
Respecto de las obras incluidas en los presupuestos plurianuales, solo tenemos un 0,15 por ciento de participación. Tampoco se destinó ni un solo peso para las obras que enumera el artículo 44 respecto de recibir avales.
Por último, quiero mencionar un tema que es común a todas las provincias y se mantiene con el tratamiento que se le viene dando desde hace mucho en los presupuestos nacionales. Me refiero a los saldos no utilizados de los ATN, que hoy están previstos como una aplicación financiera, o sea, financiamiento gratuito para la Nación.
Por todo esto, presentaremos una propuesta alternativa de redacción del artículo y plantearemos la necesidad de que se aclare en este proyecto de presupuesto que los saldos no utilizados de ATN vuelvan a las provincias, porque para eso fueron creados. Nos pondremos de acuerdo sobre la base de los índices de distribución, pero considero que son recursos de las provincias y es allí adonde deben destinarse.
Hace unos meses aprobamos la Ley de Reparación Histórica para los Jubilados y Pensionados, la 27.260 y no vemos que esté explicitado en este presupuesto las incidencias del artículo 27. Si nosotros vamos a la distribución geográfica del gasto, en la planilla 18 vemos que en la provincia de La Pampa no hay un solo peso en concepto del artículo 27 de la ley 27.260. Quizás pueda estar en un monto global dentro de la jurisdicción ANSES. Esa es la pregunta exacta.
Con respecto al artículo 64, que está vinculado con el artículo 34, que tiene que ver con el financiamiento de las obras prioritarias de inversión, ahí es necesario que se tenga en cuenta -y esto lo venimos peleando desde la provincia de La Pampa hace muchos presupuestos- esta autorización a construir obras de infraestructura hidroeléctrica que viola la ley 25.688, que establece el régimen ambiental de aguas.
En ese sentido, proponemos la necesidad de incluir dentro del artículo que estas obras solo se pueden realizar si tienen acuerdo del Comité de Cuenca o de las provincias condóminas donde no se haya constituido todavía este organismo de control.
La tercera pregunta tiene que ver con una obra prometida desde el año 2003 en la provincia de La Pampa, por imperio de la ley 24.805. No aparece un solo centavo para construir la segunda etapa del acueducto del Río Colorado, a pesar de estar ratificado por el DNU 419/04 y una serie de normas. Hoy por hoy, la obligación la tiene el Enohsa. Repito que no vemos un solo centavo para esa obra en la provincia de La Pampa. Si analizamos el federalismo en relación con las obras de infraestructura, la provincia de La Pampa parece que no fuera parte de la República Argentina.
Respecto de las obras incluidas en los presupuestos plurianuales, solo tenemos un 0,15 por ciento de participación. Tampoco se destinó ni un solo peso para las obras que enumera el artículo 44 respecto de recibir avales.
Por último, quiero mencionar un tema que es común a todas las provincias y se mantiene con el tratamiento que se le viene dando desde hace mucho en los presupuestos nacionales. Me refiero a los saldos no utilizados de los ATN, que hoy están previstos como una aplicación financiera, o sea, financiamiento gratuito para la Nación.
Por todo esto, presentaremos una propuesta alternativa de redacción del artículo y plantearemos la necesidad de que se aclare en este proyecto de presupuesto que los saldos no utilizados de ATN vuelvan a las provincias, porque para eso fueron creados. Nos pondremos de acuerdo sobre la base de los índices de distribución, pero considero que son recursos de las provincias y es allí adonde deben destinarse.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Kicillof.
SR. KICILLOF Señor presidente: trataré de ser bien concreto con las preguntas, haciendo reserva de que la exposición de los funcionarios de la Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo sobre el fundamento de este presupuesto y las cuestiones macro que les permiten comprender lo que ocurrió en la Argentina en los últimos años, en mi opinión -y sin ánimo peyorativo- fue una especie de clase de neoliberalismo innecesaria y no deseada.No concuerdo en nada respecto de la interpretación macroeconómica realizada. Creo que es un debate académico y no corresponde hacerlo acá. En todo caso, si es político, lo haremos en la Cámara entre los diputados y a su debido tiempo.
Quiero preguntar concretamente al secretario de Política Económica y a los demás funcionarios algo relacionado con el modelo que tienen para las estimaciones.
Cuando inició el 2016, observamos que se plantearon metas: en lo fiscal, en las proyecciones de crecimiento y en lo inflacionario. Les recuerdo que dijeron con toda claridad que este año íbamos a crecer un 1 por ciento, pero hoy este presupuesto deja en claro que estamos cayendo 1,5 por ciento. Con el optimismo que marcaban recién será 1 por ciento, pero es el doble para el otro lado.
La inflación se previó en 25 por ciento, según dijo el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, pero creo el presidente Macri -a la vuelta de alguno de sus viajes- lo corrigió y señaló un 20 por ciento de inflación para el 2016, y sobre esa pauta se empezaron a negociar las paritarias. Hoy, si el crecimiento es el doble para abajo, la inflación para este año es más del doble para arriba con respecto al 20 o el 25 por ciento.
Formulaba estos comentarios porque, sinceramente, cuando uno compara los resultados reales de esta política económica del año 2016 nos encontramos con que ha habido una caída de diez puntos, probablemente, del salario real con respecto a algunas paritarias. En otros casos, el monto se incrementa. Terminando el año y acompañando el optimismo acerca de que no hay aceleración inflacionaria y se cumplen algunas expectativas, culminaremos con un cuarenta y tanto por ciento. De esa forma, estaremos perdiendo doce puntos en las jubilaciones.
Concretamente, desearía saber en cuánto estiman que va a ser la recuperación del salario real el año que viene dado que en el corriente año se perdió entre 10 y 12 puntos. ¿Cuánto se va a recuperar el salario real? Quizás esto viene a cristalizar esa pérdida del salario real y, sobre eso, plantear una paritaria. Además, quisiera saber si la pauta salarial para el sector público es diez más siete, o sea, 17,7 por ciento con una inflación estimada en 17 por ciento. ¿Por qué digo esto? Porque este año funcionó de manera perversa la flotación cambiaria. Considero que existe un elemento cambiario muy fuerte en la inflación de este año. Afirmé que no iba a discutir cuestiones de modelo. Pero quisiera hacerle un comentario al señor secretario de Política Económica. Ustedes no quieren abrir la paritaria nuevamente, pero si se desalinea esa expectativa que tienen en torno al 17 por ciento y colocan una pauta del 17,7, ¿habrá otra pérdida del salario real? ¿El salario real es un elemento central del crecimiento? Quizás para ustedes el crecimiento está desalineado y la productividad y genera una falta de competitividad. Entonces, está bien que caiga el salario real. Es algo que va en línea con otra interpretación de los precios relativos. Esto está dicho con mucho eufemismo y dirigido a economistas: capital-trabajo. Si recurro a la terminología clásica puedo decir que los salarios estaban desalineados con la rentabilidad del capital. Es decir, si no entiendo mal -señor Lacoste- tendría que rendir mucho más el capital que el salario o se producirá un reajuste de ese precio relativo. Repito: capital-trabajo.
Entonces, repito, con respecto a lo macro, ¿perderemos diez o doce puntos de salario real o se prevé alguna medida para recuperarlos este año o el que viene?
Por otro lado, quisiera contestar algunas de las expresiones de diversos señores diputados. Si no entendí mal -es una pregunta- en el artículo 6° se prevé una pérdida de diez mil puestos de trabajo, o, mejor dicho, hasta diez mil puestos de trabajo. En general, en nuestro presupuesto desglosábamos la planta de cada ministerio. En este artículo no está desglosada; se habla de una pérdida de empleo máxima general para todo el sector público. ¿Están pensando en despedir diez mil empleados públicos más? Creo que ya algo de esto fue contestado, es decir, que habrá que hablarlo con el señor ministro de Modernización o de "reducción del Estado". Veremos qué sucede, pero la realidad es que está en este proyecto y es parte de esta discusión. Desde ya, propongo que este artículo no contemple la pérdida de diez mil puestos de trabajo y, además, solicito que se desglose la que ya tienen prevista.
A continuación le haré más preguntas sobre la macroeconomía, señor secretario. Se cree que el crecimiento del producto será del 3,5 por ciento. Efectivamente, coincide con algunas estimaciones privadas. Pero luego se desglosa en relación a quiénes van a ser los impulsores de ese crecimiento. Concretamente, se planteó un crecimiento del consumo del 3,5 por ciento y un incremento de la inversión del 14 por ciento. La pregunta acerca del crecimiento de las exportaciones al 7 por ciento ya fue formulada. Yo no coincido con las respuestas. Cuando uno lee los fundamentos del proyecto de presupuesto allí se habla acerca de la profundidad de la crisis de Brasil y de la recesión internacional. Lo han dicho veinte veces: no hay un panorama mundial que demuestre, más allá de los mercados futuros, una recuperación de nuestros mercados. En todo caso -de acuerdo a las respuestas dadas- se espera que eso sea en base a exportaciones primarias, no industriales. Básicamente, la mayoría de las exportaciones no primarias las hacemos al mercado intrarregional, y particularmente dentro del Mercosur, a Brasil. Pero, dada la situación de Brasil y lo que yo intuyo es la política del gobierno hacia el Mercosur, lo veo difícil.
Entonces, sería todo crecimiento de la exportación sojera. Tampoco se habló de la exportación minera. La verdad, veo difícil un crecimiento del 8 por ciento en las exportaciones y del 11 en la inversión.
Por ejemplo, tomando la nueva serie 2004-2015 del INDEC -más allá de la discusión-, la elasticidad inversión-PBI, es de 2,8, y ustedes plantean 4,11. Es decir que la inversión tendrá una elasticidad gigantesca con respecto al PBI. Excepto que esta sea la famosa lluvia de inversiones. Es decir, inversiones productivas, reales, provenientes del exterior, nada que ver con otro producto; un shock externo.
Entonces, están esperando un aumento de precios y de la venta al exterior. Sin embargo, ya quedó demostrado que la devaluación no potenció las exportaciones; hay muchos trabajos que muestran la baja elasticidad de las exportaciones a la variación del tipo de cambio. No quiero discutir esto desde un punto de vista académico; simplemente digo: esperamos que crezcan 8 por ciento las exportaciones y 14 por ciento la inversión, mucho más arriba del PIB. Lo cierto es que no me cierra la explicación teórica.
Dije que no coincidía con lo de la productividad total de los factores, pero tiene que haber alguna explicación de elasticidades, de origen. ¿De dónde sale esa inversión? ¿En qué están pensando?
Y, de nuevo, viento de cola, lluvia de inversiones externas, aumento de exportaciones por encima de todas las previsiones. Creo que si eso es lo que esperamos que impulse al PBI, es acorde con el modelo, que no es de mercado interno, ni de recuperación del poder adquisitivo del salario.
Me parece que el problema de este presupuesto -no lo quiero discutir, por eso solo hago preguntas- es el hecho de que el modelo que está detrás es un modelo más bien reprimarizador, muy basado en la llegada de capitales externos, muy dependiente del mercado mundial, con todos sus caprichos.
Las preguntas concretas con respecto a la macroeconomía entonces serían: ¿qué tipo de inversiones se esperan? ¿De dónde van a venir?
Entonces, como decía, en lo que hace a la política económica tengo mis diferencias. Ahora bien, aparecen también números muy concretos. Y, en este sentido, tengo algunas preguntas para formularle a Marconato en cuanto a las jurisdicciones.
La verdad es que encuentro que hay una caída. Si tomamos el deflactor del PIB implícito que ustedes tienen acá, estaríamos con una caída en términos reales de 15 por ciento del presupuesto del Ministerio de Producción. Para ser justos, hay otros ministerios, como el de Trabajo -donde hay un aumento- y el de Cultura -donde se aumenta un 12,56 por ciento-; también los servicios de la deuda pública aumentan un 10 por ciento.
Esto en términos reales; estoy tomando la variación nominal menos el 19 por ciento; no estoy tomando la inflación sino el deflactor.
Después tenemos una caída de 12 puntos términos reales en el Ministerio de Salud.
Es decir, hay una desfinanciación en términos reales, más allá de la composición, de la que después voy a hablar -no quiero marearlos con preguntas.
La pregunta concreta es: ¿van a desfinanciar salud, cultura y producción por algún motivo en particular? Como todavía no tenemos el detalle de programas, o no estaban las planillas todavía, no lo alcanzo a discernir.
Quisiera saber si me pueden explicar a qué obedece esto. Repito: no en todos los ministerios hay caídas en términos reales, como bien marca el presupuesto.
Marconato: decías que deflactaba con respecto a tus propios números de inflación o de variación implícita de precios, es decir, tu indicador de gastos corrientes.
Para Caputo tengo las siguientes preguntas. La primera es que me parece que no hay ningún error en el gráfico que mostrabas, que fueron comparables los vencimientos de este año. No es el doble.
Recuerdo: era un gráfico que mostraba que el año que viene, como vence el Bonar X, tenían muchos vencimientos de capital, pero este año te daba 8 mil millones de dólares de vencimientos y, si no me equivoco, 14 mil millones de dólares el año que viene, pero no está mal ese número.
Ese es el punto; no es el doble. Podrás agregar buitres o cualquier pago que hayan hecho, pero ese es el perfil de vencimientos que teníamos el año pasado. Está en los informes del Ministerio, de tu Secretaría. Creo que no es el doble. Si fuera el doble, ¿cuál es el origen de 8 mil millones de dólares de vencimientos de capital e intereses según el gráfico, que aparecieron de la nada ahora? Yo creo que el error no es del gráfico sino de la aclaración, pero bueno, en todo caso me gustaría conocer ese dato.
En segundo lugar, si no me equivoco hace pocos días salió Salta a hacer una colocación internacional en dólares a 9,15 por ciento. ¿Esto es así? Después hubo otras provincias que salieron un poco más abajo y otras más arriba.
La pregunta concreta es con respecto a Salta, y lo hago sinceramente, no como una chicana. Pregunto qué pasó, por qué se dio esa tasa de interés. Esto, más allá de la otra pregunta sobre los tres puntos y el perfil general de la deuda.
Quisiera saber cuál es la tasa que estiman para el año que viene, porque la que esperaban después de los buitres no se dio. Ahora, para el año que viene, ¿esperan otra tasa, una caída de la tasa a la que tomamos deuda con respecto a los países de la región?
Voy a hacer una pregunta sobre los números de deuda en general, ya que hubo muchas explicaciones que para mí son confusas. El tema de la deuda tiene diferentes medidas, porque está la deuda con privados en moneda extranjera, la deuda en moneda extranjera pero con privados más organismos, la deuda intra-sector público en moneda extranjera, o en pesos con privados.
Estimo, como decía el señor diputado Pitrola, que los números de deuda son éstos: que en lo que va del año la deuda externa con privados en moneda extranjera creció 34 mil millones de dólares. Esto es lo que me da a mí. Es el bruto, lo que han colocado.
Para 2019 me da una deuda neta de 25 mil millones de dólares. Esto me parece que surge clarísimo en el presupuesto. Esto neto, no bruto. El bruto me da algo más de 40 mil.
La pregunta es: ¿para qué serían esos 25 mil millones de dólares? Según creo, para obra pública y Procrear son 6 mil millones; para combustible, mil millones y para gastos corrientes, 18 mil millones de dólares. Esto es lo que observo en el presupuesto; son 18 mil millones de dólares de deuda externa para cubrir erogaciones corrientes.
El nuevo endeudamiento en moneda extranjera total me da 46 mil millones de dólares, y el nuevo endeudamiento neto de amortizaciones 31 mil millones de dólares. Es decir que de nuevo veo financiamiento de gasto corriente con endeudamiento en moneda extranjera. Todos estos son números que pretendo confirmar.
Hay algunas cuestiones también respecto a las provincias. Algunas de las preguntas no han tenido todavía respuesta.
La planilla de gastos por provincia me da una caída para Santa Cruz del 7 por ciento, que puede estar originada en que todavía no se aprobó la ley del 15 por ciento. Después hay mucha inequidad en el crecimiento en términos reales de 2016 a 2017, también con el deflactor. Por ejemplo, para Río Negro me da 9 por ciento; para Chubut, 17 por ciento; para Corrientes, 19 por ciento.
He preparado un pequeño mapa. Me gustaría que los colores que muestra, respecto a dónde crece el gasto en las provincias, no reflejen banderías políticas. Pero pregunto de nuevo si sobre lo que tenemos hoy en presupuesto habrá precisiones, sobre todo porque alguna parte de esto tiene que ver con el fondo sojero, que se basa en el 8 por ciento presunto de aumento de exportaciones sin caída de las retenciones.
Es decir, si el escenario es otro, la verdad es que la caída de recursos para las provincias será grave. La pregunta concreta es si hay previstos otros instrumentos para reforzar los presupuestos provinciales. Muchas gracias. (Aplausos.)
Quiero preguntar concretamente al secretario de Política Económica y a los demás funcionarios algo relacionado con el modelo que tienen para las estimaciones.
Cuando inició el 2016, observamos que se plantearon metas: en lo fiscal, en las proyecciones de crecimiento y en lo inflacionario. Les recuerdo que dijeron con toda claridad que este año íbamos a crecer un 1 por ciento, pero hoy este presupuesto deja en claro que estamos cayendo 1,5 por ciento. Con el optimismo que marcaban recién será 1 por ciento, pero es el doble para el otro lado.
La inflación se previó en 25 por ciento, según dijo el ministro de Hacienda y Finanzas Públicas, pero creo el presidente Macri -a la vuelta de alguno de sus viajes- lo corrigió y señaló un 20 por ciento de inflación para el 2016, y sobre esa pauta se empezaron a negociar las paritarias. Hoy, si el crecimiento es el doble para abajo, la inflación para este año es más del doble para arriba con respecto al 20 o el 25 por ciento.
Formulaba estos comentarios porque, sinceramente, cuando uno compara los resultados reales de esta política económica del año 2016 nos encontramos con que ha habido una caída de diez puntos, probablemente, del salario real con respecto a algunas paritarias. En otros casos, el monto se incrementa. Terminando el año y acompañando el optimismo acerca de que no hay aceleración inflacionaria y se cumplen algunas expectativas, culminaremos con un cuarenta y tanto por ciento. De esa forma, estaremos perdiendo doce puntos en las jubilaciones.
Concretamente, desearía saber en cuánto estiman que va a ser la recuperación del salario real el año que viene dado que en el corriente año se perdió entre 10 y 12 puntos. ¿Cuánto se va a recuperar el salario real? Quizás esto viene a cristalizar esa pérdida del salario real y, sobre eso, plantear una paritaria. Además, quisiera saber si la pauta salarial para el sector público es diez más siete, o sea, 17,7 por ciento con una inflación estimada en 17 por ciento. ¿Por qué digo esto? Porque este año funcionó de manera perversa la flotación cambiaria. Considero que existe un elemento cambiario muy fuerte en la inflación de este año. Afirmé que no iba a discutir cuestiones de modelo. Pero quisiera hacerle un comentario al señor secretario de Política Económica. Ustedes no quieren abrir la paritaria nuevamente, pero si se desalinea esa expectativa que tienen en torno al 17 por ciento y colocan una pauta del 17,7, ¿habrá otra pérdida del salario real? ¿El salario real es un elemento central del crecimiento? Quizás para ustedes el crecimiento está desalineado y la productividad y genera una falta de competitividad. Entonces, está bien que caiga el salario real. Es algo que va en línea con otra interpretación de los precios relativos. Esto está dicho con mucho eufemismo y dirigido a economistas: capital-trabajo. Si recurro a la terminología clásica puedo decir que los salarios estaban desalineados con la rentabilidad del capital. Es decir, si no entiendo mal -señor Lacoste- tendría que rendir mucho más el capital que el salario o se producirá un reajuste de ese precio relativo. Repito: capital-trabajo.
Entonces, repito, con respecto a lo macro, ¿perderemos diez o doce puntos de salario real o se prevé alguna medida para recuperarlos este año o el que viene?
Por otro lado, quisiera contestar algunas de las expresiones de diversos señores diputados. Si no entendí mal -es una pregunta- en el artículo 6° se prevé una pérdida de diez mil puestos de trabajo, o, mejor dicho, hasta diez mil puestos de trabajo. En general, en nuestro presupuesto desglosábamos la planta de cada ministerio. En este artículo no está desglosada; se habla de una pérdida de empleo máxima general para todo el sector público. ¿Están pensando en despedir diez mil empleados públicos más? Creo que ya algo de esto fue contestado, es decir, que habrá que hablarlo con el señor ministro de Modernización o de "reducción del Estado". Veremos qué sucede, pero la realidad es que está en este proyecto y es parte de esta discusión. Desde ya, propongo que este artículo no contemple la pérdida de diez mil puestos de trabajo y, además, solicito que se desglose la que ya tienen prevista.
A continuación le haré más preguntas sobre la macroeconomía, señor secretario. Se cree que el crecimiento del producto será del 3,5 por ciento. Efectivamente, coincide con algunas estimaciones privadas. Pero luego se desglosa en relación a quiénes van a ser los impulsores de ese crecimiento. Concretamente, se planteó un crecimiento del consumo del 3,5 por ciento y un incremento de la inversión del 14 por ciento. La pregunta acerca del crecimiento de las exportaciones al 7 por ciento ya fue formulada. Yo no coincido con las respuestas. Cuando uno lee los fundamentos del proyecto de presupuesto allí se habla acerca de la profundidad de la crisis de Brasil y de la recesión internacional. Lo han dicho veinte veces: no hay un panorama mundial que demuestre, más allá de los mercados futuros, una recuperación de nuestros mercados. En todo caso -de acuerdo a las respuestas dadas- se espera que eso sea en base a exportaciones primarias, no industriales. Básicamente, la mayoría de las exportaciones no primarias las hacemos al mercado intrarregional, y particularmente dentro del Mercosur, a Brasil. Pero, dada la situación de Brasil y lo que yo intuyo es la política del gobierno hacia el Mercosur, lo veo difícil.
Entonces, sería todo crecimiento de la exportación sojera. Tampoco se habló de la exportación minera. La verdad, veo difícil un crecimiento del 8 por ciento en las exportaciones y del 11 en la inversión.
Por ejemplo, tomando la nueva serie 2004-2015 del INDEC -más allá de la discusión-, la elasticidad inversión-PBI, es de 2,8, y ustedes plantean 4,11. Es decir que la inversión tendrá una elasticidad gigantesca con respecto al PBI. Excepto que esta sea la famosa lluvia de inversiones. Es decir, inversiones productivas, reales, provenientes del exterior, nada que ver con otro producto; un shock externo.
Entonces, están esperando un aumento de precios y de la venta al exterior. Sin embargo, ya quedó demostrado que la devaluación no potenció las exportaciones; hay muchos trabajos que muestran la baja elasticidad de las exportaciones a la variación del tipo de cambio. No quiero discutir esto desde un punto de vista académico; simplemente digo: esperamos que crezcan 8 por ciento las exportaciones y 14 por ciento la inversión, mucho más arriba del PIB. Lo cierto es que no me cierra la explicación teórica.
Dije que no coincidía con lo de la productividad total de los factores, pero tiene que haber alguna explicación de elasticidades, de origen. ¿De dónde sale esa inversión? ¿En qué están pensando?
Y, de nuevo, viento de cola, lluvia de inversiones externas, aumento de exportaciones por encima de todas las previsiones. Creo que si eso es lo que esperamos que impulse al PBI, es acorde con el modelo, que no es de mercado interno, ni de recuperación del poder adquisitivo del salario.
Me parece que el problema de este presupuesto -no lo quiero discutir, por eso solo hago preguntas- es el hecho de que el modelo que está detrás es un modelo más bien reprimarizador, muy basado en la llegada de capitales externos, muy dependiente del mercado mundial, con todos sus caprichos.
Las preguntas concretas con respecto a la macroeconomía entonces serían: ¿qué tipo de inversiones se esperan? ¿De dónde van a venir?
Entonces, como decía, en lo que hace a la política económica tengo mis diferencias. Ahora bien, aparecen también números muy concretos. Y, en este sentido, tengo algunas preguntas para formularle a Marconato en cuanto a las jurisdicciones.
La verdad es que encuentro que hay una caída. Si tomamos el deflactor del PIB implícito que ustedes tienen acá, estaríamos con una caída en términos reales de 15 por ciento del presupuesto del Ministerio de Producción. Para ser justos, hay otros ministerios, como el de Trabajo -donde hay un aumento- y el de Cultura -donde se aumenta un 12,56 por ciento-; también los servicios de la deuda pública aumentan un 10 por ciento.
Esto en términos reales; estoy tomando la variación nominal menos el 19 por ciento; no estoy tomando la inflación sino el deflactor.
Después tenemos una caída de 12 puntos términos reales en el Ministerio de Salud.
Es decir, hay una desfinanciación en términos reales, más allá de la composición, de la que después voy a hablar -no quiero marearlos con preguntas.
La pregunta concreta es: ¿van a desfinanciar salud, cultura y producción por algún motivo en particular? Como todavía no tenemos el detalle de programas, o no estaban las planillas todavía, no lo alcanzo a discernir.
Quisiera saber si me pueden explicar a qué obedece esto. Repito: no en todos los ministerios hay caídas en términos reales, como bien marca el presupuesto.
Marconato: decías que deflactaba con respecto a tus propios números de inflación o de variación implícita de precios, es decir, tu indicador de gastos corrientes.
Para Caputo tengo las siguientes preguntas. La primera es que me parece que no hay ningún error en el gráfico que mostrabas, que fueron comparables los vencimientos de este año. No es el doble.
Recuerdo: era un gráfico que mostraba que el año que viene, como vence el Bonar X, tenían muchos vencimientos de capital, pero este año te daba 8 mil millones de dólares de vencimientos y, si no me equivoco, 14 mil millones de dólares el año que viene, pero no está mal ese número.
Ese es el punto; no es el doble. Podrás agregar buitres o cualquier pago que hayan hecho, pero ese es el perfil de vencimientos que teníamos el año pasado. Está en los informes del Ministerio, de tu Secretaría. Creo que no es el doble. Si fuera el doble, ¿cuál es el origen de 8 mil millones de dólares de vencimientos de capital e intereses según el gráfico, que aparecieron de la nada ahora? Yo creo que el error no es del gráfico sino de la aclaración, pero bueno, en todo caso me gustaría conocer ese dato.
En segundo lugar, si no me equivoco hace pocos días salió Salta a hacer una colocación internacional en dólares a 9,15 por ciento. ¿Esto es así? Después hubo otras provincias que salieron un poco más abajo y otras más arriba.
La pregunta concreta es con respecto a Salta, y lo hago sinceramente, no como una chicana. Pregunto qué pasó, por qué se dio esa tasa de interés. Esto, más allá de la otra pregunta sobre los tres puntos y el perfil general de la deuda.
Quisiera saber cuál es la tasa que estiman para el año que viene, porque la que esperaban después de los buitres no se dio. Ahora, para el año que viene, ¿esperan otra tasa, una caída de la tasa a la que tomamos deuda con respecto a los países de la región?
Voy a hacer una pregunta sobre los números de deuda en general, ya que hubo muchas explicaciones que para mí son confusas. El tema de la deuda tiene diferentes medidas, porque está la deuda con privados en moneda extranjera, la deuda en moneda extranjera pero con privados más organismos, la deuda intra-sector público en moneda extranjera, o en pesos con privados.
Estimo, como decía el señor diputado Pitrola, que los números de deuda son éstos: que en lo que va del año la deuda externa con privados en moneda extranjera creció 34 mil millones de dólares. Esto es lo que me da a mí. Es el bruto, lo que han colocado.
Para 2019 me da una deuda neta de 25 mil millones de dólares. Esto me parece que surge clarísimo en el presupuesto. Esto neto, no bruto. El bruto me da algo más de 40 mil.
La pregunta es: ¿para qué serían esos 25 mil millones de dólares? Según creo, para obra pública y Procrear son 6 mil millones; para combustible, mil millones y para gastos corrientes, 18 mil millones de dólares. Esto es lo que observo en el presupuesto; son 18 mil millones de dólares de deuda externa para cubrir erogaciones corrientes.
El nuevo endeudamiento en moneda extranjera total me da 46 mil millones de dólares, y el nuevo endeudamiento neto de amortizaciones 31 mil millones de dólares. Es decir que de nuevo veo financiamiento de gasto corriente con endeudamiento en moneda extranjera. Todos estos son números que pretendo confirmar.
Hay algunas cuestiones también respecto a las provincias. Algunas de las preguntas no han tenido todavía respuesta.
La planilla de gastos por provincia me da una caída para Santa Cruz del 7 por ciento, que puede estar originada en que todavía no se aprobó la ley del 15 por ciento. Después hay mucha inequidad en el crecimiento en términos reales de 2016 a 2017, también con el deflactor. Por ejemplo, para Río Negro me da 9 por ciento; para Chubut, 17 por ciento; para Corrientes, 19 por ciento.
He preparado un pequeño mapa. Me gustaría que los colores que muestra, respecto a dónde crece el gasto en las provincias, no reflejen banderías políticas. Pero pregunto de nuevo si sobre lo que tenemos hoy en presupuesto habrá precisiones, sobre todo porque alguna parte de esto tiene que ver con el fondo sojero, que se basa en el 8 por ciento presunto de aumento de exportaciones sin caída de las retenciones.
Es decir, si el escenario es otro, la verdad es que la caída de recursos para las provincias será grave. La pregunta concreta es si hay previstos otros instrumentos para reforzar los presupuestos provinciales. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Conesa.
SR. CONESA Gracias, señor presidente. Las preguntas que tengo para formular tienen que ver con el cociente de deuda a exportaciones, porque siempre se habla de la deuda/PBI. Deuda/PBI es un concepto correcto si el país se endeuda en la moneda nacional.
Si se endeuda en moneda extranjera, el coeficiente correcto para medir el grado de endeudamiento es deuda/ exportaciones, porque son las exportaciones las que proveen los dólares.
Entonces, si nos vamos a endeudar -acá se habló de un crecimiento de la deuda bastante importante-, también tenemos que preocuparnos por el crecimiento de las exportaciones. De lo contrario, tenemos un problema. La crisis de 2001 ocurrió porque la deuda externa en dólares era seis veces el monto de las exportaciones, y esto era totalmente impagable. Las exportaciones dan las divisas para pagar.
Reitero que es muy importante el crecimiento de las exportaciones y para ello es fundamental tener un tipo de cambio real competitivo de largo plazo. Creo que el tipo de cambio que se está proyectando es apenas un poco superior al tipo de cambio de la convertibilidad, pues a mí me da 1,26.
En tiempos pasados la República Argentina se autoabastecía en petróleo y gas. Ahora tiene un déficit tremendo, precisamente por las equivocadas políticas del gobierno kirchnerista, que nos llevaron a una descomunal importación de petróleo y gas.
En consecuencia, ante ese enorme aumento de la demanda de importaciones es evidente que el tipo de cambio real de equilibrio tiene que ser más alto que en el pasado. Es decir, mucho más alto que 1,20 en relación con la convertibilidad si es que queremos que las exportaciones crezcan, por lo menos, pari passu con el crecimiento de la deuda. Este es mi cuestionamiento fundamental.
También está la cuestión referida a si el tipo de cambio que tenemos es el de equilibrio, porque es libre. En realidad, no es tan libre. El tipo de cambio está determinado en gran medida por la tasa de interés interna, entonces, con las altas tasas de interés de las LEBAC esto tira abajo el tipo de cambio.
En este sentido, habría que ver cuál es el tipo de cambio de equilibrio si, por ejemplo, las LEBAC fueran, a lo sumo, el 1 por ciento mensual, quizás más bajo. ¿En dónde estaría ese tipo de cambio? Esto es muy importante, porque realmente la tasa de crecimiento que vamos a tener depende del aumento de las exportaciones y de la inversión, pero resulta que con la alta tasa de interés matamos la inversión y con el bajo tipo de cambio matamos las exportaciones. Entonces, ¿cómo vamos a crecer a largo plazo? Esta es mi pregunta concreta. Tendría muchas otras, pero las fundamentales son las que he formulado.
Si se endeuda en moneda extranjera, el coeficiente correcto para medir el grado de endeudamiento es deuda/ exportaciones, porque son las exportaciones las que proveen los dólares.
Entonces, si nos vamos a endeudar -acá se habló de un crecimiento de la deuda bastante importante-, también tenemos que preocuparnos por el crecimiento de las exportaciones. De lo contrario, tenemos un problema. La crisis de 2001 ocurrió porque la deuda externa en dólares era seis veces el monto de las exportaciones, y esto era totalmente impagable. Las exportaciones dan las divisas para pagar.
Reitero que es muy importante el crecimiento de las exportaciones y para ello es fundamental tener un tipo de cambio real competitivo de largo plazo. Creo que el tipo de cambio que se está proyectando es apenas un poco superior al tipo de cambio de la convertibilidad, pues a mí me da 1,26.
En tiempos pasados la República Argentina se autoabastecía en petróleo y gas. Ahora tiene un déficit tremendo, precisamente por las equivocadas políticas del gobierno kirchnerista, que nos llevaron a una descomunal importación de petróleo y gas.
En consecuencia, ante ese enorme aumento de la demanda de importaciones es evidente que el tipo de cambio real de equilibrio tiene que ser más alto que en el pasado. Es decir, mucho más alto que 1,20 en relación con la convertibilidad si es que queremos que las exportaciones crezcan, por lo menos, pari passu con el crecimiento de la deuda. Este es mi cuestionamiento fundamental.
También está la cuestión referida a si el tipo de cambio que tenemos es el de equilibrio, porque es libre. En realidad, no es tan libre. El tipo de cambio está determinado en gran medida por la tasa de interés interna, entonces, con las altas tasas de interés de las LEBAC esto tira abajo el tipo de cambio.
En este sentido, habría que ver cuál es el tipo de cambio de equilibrio si, por ejemplo, las LEBAC fueran, a lo sumo, el 1 por ciento mensual, quizás más bajo. ¿En dónde estaría ese tipo de cambio? Esto es muy importante, porque realmente la tasa de crecimiento que vamos a tener depende del aumento de las exportaciones y de la inversión, pero resulta que con la alta tasa de interés matamos la inversión y con el bajo tipo de cambio matamos las exportaciones. Entonces, ¿cómo vamos a crecer a largo plazo? Esta es mi pregunta concreta. Tendría muchas otras, pero las fundamentales son las que he formulado.
SR. PRESIDENTE LASPINA A continuación, se comenzarán a responder las preguntas.
Tiene la palabra el licenciado Lacoste.
Tiene la palabra el licenciado Lacoste.
SR. LACOSTE Comenzaré con las preguntas referidas a la macro. Creo que, desde esta Secretaría de Política Económica, explicamos cuál es la consistencia de nuestro análisis. Es evidente que no vamos a coincidir con las políticas económicas de los últimos años, que debemos decir que si uno juzga por los resultados dejaron bastante que desear en materia de creación de empleos privados y de crecimiento.
Mucho se habló en estos últimos años del efecto de los shocks externos adversos en la economía argentina para justificar tan pobres resultados, pero lo cierto es que entre 2011 y 2015 el crecimiento de la economía argentina fue en total del 1 por ciento, mientras que todos nuestros vecinos crecieron al 13 por ciento.
Todo esto me exime de mayores aclaraciones, porque había un problema muy importante en el modelo de crecimiento anterior y esto es lo que empezamos a rever desde el primer día de nuestra administración.
En este momento, lo que más nos alegra es que fuimos capaces de revertir completamente el enfoque de política económica con una transición bastante sostenible desde el punto de vista social, fiscal y político.
Para eso fue muy importante la cantidad de logros que tuvimos desde la primera semana con la eliminación del cepo cambiario, que tanto efecto recesivo tuvo contra todos los sectores de la economía. A eso hay que agregarle el acuerdo con los acreedores externos, apoyado por gran parte de este Congreso y las medidas que tomamos en los últimos meses dentro de las cuales está la sanción de la ley de pymes.
Por lo tanto, apuntamos a un modelo donde crezcan los empleos privados y el salario real de la mano de inversiones y exportaciones que se incrementan. Tomando en cuenta el comentario del señor diputado Conesa, puedo decir que la sustentabilidad implica tener un equilibrio dinámico en todas las variables que fuimos mencionando. De lo contrario, vamos a caer una y otra vez en crisis inevitables tras tres o cuatro años de crecimiento. Nuestro empeño está en tener políticas económicas consistentes y por eso siempre somos muy claros respecto de cuáles son nuestras intenciones. Asimismo, tratamos de ser muy amplios en ver con qué proyectos llegamos a este Congreso como para luego aspirar a que se los mejore, pero siempre manejándonos en esa línea de consistencia que no estamos dispuestos a abandonar.
Asimismo, había preguntas acerca de nuestras proyecciones respecto de los primeros días de gobierno. Era tal el desafío pendiente que teníamos que trazar algunas metas y objetivos en ese momento. De ahí surgieron los anuncios en materia de inflación y de crecimiento.
Haciendo un resumen de cómo nos sentimos nueve meses después, debo manifestar que estamos muy conformes porque la Argentina ya está entrando en un sendero de crecimiento, la inflación claramente está bajando y el salario real ya empezó a subir. Es decir, con una inflación del uno o uno y medio por ciento tenemos acuerdos salariales en las paritarias ya existentes este año. Con distintos ajustes -cada cuatro o seis meses- esto implica una evolución del salario nominal del 2,5 por ciento.
Por ello, estamos muy conformes con la situación que se está viviendo teniendo en cuenta el grado de los desafíos y la dimensión de las distorsiones que teníamos allá por diciembre de 2015.
Mucho se habló en estos últimos años del efecto de los shocks externos adversos en la economía argentina para justificar tan pobres resultados, pero lo cierto es que entre 2011 y 2015 el crecimiento de la economía argentina fue en total del 1 por ciento, mientras que todos nuestros vecinos crecieron al 13 por ciento.
Todo esto me exime de mayores aclaraciones, porque había un problema muy importante en el modelo de crecimiento anterior y esto es lo que empezamos a rever desde el primer día de nuestra administración.
En este momento, lo que más nos alegra es que fuimos capaces de revertir completamente el enfoque de política económica con una transición bastante sostenible desde el punto de vista social, fiscal y político.
Para eso fue muy importante la cantidad de logros que tuvimos desde la primera semana con la eliminación del cepo cambiario, que tanto efecto recesivo tuvo contra todos los sectores de la economía. A eso hay que agregarle el acuerdo con los acreedores externos, apoyado por gran parte de este Congreso y las medidas que tomamos en los últimos meses dentro de las cuales está la sanción de la ley de pymes.
Por lo tanto, apuntamos a un modelo donde crezcan los empleos privados y el salario real de la mano de inversiones y exportaciones que se incrementan. Tomando en cuenta el comentario del señor diputado Conesa, puedo decir que la sustentabilidad implica tener un equilibrio dinámico en todas las variables que fuimos mencionando. De lo contrario, vamos a caer una y otra vez en crisis inevitables tras tres o cuatro años de crecimiento. Nuestro empeño está en tener políticas económicas consistentes y por eso siempre somos muy claros respecto de cuáles son nuestras intenciones. Asimismo, tratamos de ser muy amplios en ver con qué proyectos llegamos a este Congreso como para luego aspirar a que se los mejore, pero siempre manejándonos en esa línea de consistencia que no estamos dispuestos a abandonar.
Asimismo, había preguntas acerca de nuestras proyecciones respecto de los primeros días de gobierno. Era tal el desafío pendiente que teníamos que trazar algunas metas y objetivos en ese momento. De ahí surgieron los anuncios en materia de inflación y de crecimiento.
Haciendo un resumen de cómo nos sentimos nueve meses después, debo manifestar que estamos muy conformes porque la Argentina ya está entrando en un sendero de crecimiento, la inflación claramente está bajando y el salario real ya empezó a subir. Es decir, con una inflación del uno o uno y medio por ciento tenemos acuerdos salariales en las paritarias ya existentes este año. Con distintos ajustes -cada cuatro o seis meses- esto implica una evolución del salario nominal del 2,5 por ciento.
Por ello, estamos muy conformes con la situación que se está viviendo teniendo en cuenta el grado de los desafíos y la dimensión de las distorsiones que teníamos allá por diciembre de 2015.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor secretario de Hacienda, doctor Gustavo Marconato.
SR. MARCONATO Voy a contestar las preguntas que fueron formuladas.
Con respecto a la consulta acerca de los asalariados, sumando a los jubilados, el total es de 1.500.000 personas. Esto se refiere al tema de ganancias. Estoy hablando de un 10 por ciento de la población económicamente activa. Obviamente, los monotributistas pagan impuestos integrados que incluyen IVA y Ganancias.
En relación a la distribución geográfica sobre las cajas quiero precisar que esto no está incluido porque la ANSES está en el proceso de negociación con cada una de las provincias e, indudablemente, no lo ha transmitido de esa forma, o sea, no lo distribuyó.
Respecto a los ATN...
Con respecto a la consulta acerca de los asalariados, sumando a los jubilados, el total es de 1.500.000 personas. Esto se refiere al tema de ganancias. Estoy hablando de un 10 por ciento de la población económicamente activa. Obviamente, los monotributistas pagan impuestos integrados que incluyen IVA y Ganancias.
En relación a la distribución geográfica sobre las cajas quiero precisar que esto no está incluido porque la ANSES está en el proceso de negociación con cada una de las provincias e, indudablemente, no lo ha transmitido de esa forma, o sea, no lo distribuyó.
Respecto a los ATN...
SR. ZILIOTTO Claramente hay un incumplimiento porque la ley habla de un adelanto en base a auditorías anteriores con respecto al déficit del año pasado. En la provincia de La Pampa hemos armonizado y consolidado el año 2015 aprobado por la ANSES. Para nosotros debe haber 1.188 millones de pesos en el presupuesto destinados a la provincia de La Pampa en concepto de la deuda por las cajas no transferidas.
SR. MARCONATO No quiero entrar en un debate con el señor diputado, pero quiero informarle que a la provincia de La Pampa se le pagó 566 millones de pesos este año. No quiero contradecirlo, pero me parece que está faltando la firma del tema del año 2016. Por eso no está específicamente determinado lo relativo a la provincia de La Pampa.
Voy a referirme al tema de las caídas. En el Ministerio de Producción el porcentual de aumento es mucho más bajo porque el esquema de subsidios que había a los granos y a los tambos hoy se encuentra incluido en el Ministerio de Agroindustria.
Esa es la diferencia con respecto a la caída del Ministerio de Producción.
En cuanto a los cargos -aquí se mencionó a 10 mil personas-, cabe decir que si bien hay bajas de distinto tipo, esta reducción se produce específicamente por el traspaso de la Policía Federal Argentina al Gobierno de la Ciudad.
Con respecto al Ministerio de Salud, el porcentaje de aumento es del 16 por ciento, y la realidad es que el año 2016 incluye 2.700 millones de deuda del sistema de la Superintendencia de Seguros. Además, no se encuentran incluidos en el presupuesto de 2017 unos 13 mil millones de pesos correspondientes al nuevo fideicomiso que tiene que ver con la cobertura universal de salud, que fue creada el 28 de julio de 2016.
En cuanto a Cultura, es verdad, el crecimiento es inferior que en los otros ministerios. Creo que he respondido todas las inquietudes.
Voy a referirme al tema de las caídas. En el Ministerio de Producción el porcentual de aumento es mucho más bajo porque el esquema de subsidios que había a los granos y a los tambos hoy se encuentra incluido en el Ministerio de Agroindustria.
Esa es la diferencia con respecto a la caída del Ministerio de Producción.
En cuanto a los cargos -aquí se mencionó a 10 mil personas-, cabe decir que si bien hay bajas de distinto tipo, esta reducción se produce específicamente por el traspaso de la Policía Federal Argentina al Gobierno de la Ciudad.
Con respecto al Ministerio de Salud, el porcentaje de aumento es del 16 por ciento, y la realidad es que el año 2016 incluye 2.700 millones de deuda del sistema de la Superintendencia de Seguros. Además, no se encuentran incluidos en el presupuesto de 2017 unos 13 mil millones de pesos correspondientes al nuevo fideicomiso que tiene que ver con la cobertura universal de salud, que fue creada el 28 de julio de 2016.
En cuanto a Cultura, es verdad, el crecimiento es inferior que en los otros ministerios. Creo que he respondido todas las inquietudes.
SR. CAPUTO Con respecto a los números, sí, son esos que mencionamos. Se fue el diputado Axel, pero puede ser que haya una diferencia con el tipo de cambio, porque yo estoy tomando el tipo de cambio promedio del año próximo.
Si tomamos esos mismos números con el tipo de cambio actual, sí, está en 22 mil. Puede haber también una pequeña diferencia por la ley de reparación histórica, que son otros 3 mil millones. En este caso estaríamos en línea.
En lo que a las tasas se refiere, no se esperaba, y justamente por lo contrario de lo que dijo Axel. Bajaron más de lo que pensaban todos.
Recuerdo que cuando estábamos haciendo el marketing de los bonos para pagarle a los buitres, yo decía que el bono de Argentina a diez años lo veía a 5,5 en el corto plazo, y los inversores del otro lado casi se sonreían con lástima diciéndome que eso me podía llevar un año y medio. Bueno, pasó en cuatro meses.
Entonces, lejos de no ser las que estábamos esperando, creo que fueron una sorpresa para todo el mercado las bajísimas tasas que estamos pagando ahora.
En cuanto a Salta, creo que tuvo un mal timing. Salió justo con el problema del Brexit y se lo facturaron en el mercado, pero ese es el ejemplo extremo. Puedo mencionar el caso de Chubut, que en octubre no pudo salir por 80 millones de dólares; salió hace unas pocas semanas por 600 millones al 7 3/8 si no recuerdo mal.
La provincia de Buenos Aires, que nunca en su vida había podido financiarse por debajo del 10 -creo que sacó un solo bono al 9,95-, se pudo financiar en tres años al 5 por ciento y a 10 años al 7 7/8. Es decir, las tasas son muchísimo más bajas de lo que todos esperaban.
Axel también consultaba algo respecto de los números. Las cifras son esos. Axel tiene un poco de cola de paja, porque en realidad probablemente en estos números de vencimientos están también las Letes de este año, y eso es probablemente lo que sube, pero están bien.
Si tomamos esos mismos números con el tipo de cambio actual, sí, está en 22 mil. Puede haber también una pequeña diferencia por la ley de reparación histórica, que son otros 3 mil millones. En este caso estaríamos en línea.
En lo que a las tasas se refiere, no se esperaba, y justamente por lo contrario de lo que dijo Axel. Bajaron más de lo que pensaban todos.
Recuerdo que cuando estábamos haciendo el marketing de los bonos para pagarle a los buitres, yo decía que el bono de Argentina a diez años lo veía a 5,5 en el corto plazo, y los inversores del otro lado casi se sonreían con lástima diciéndome que eso me podía llevar un año y medio. Bueno, pasó en cuatro meses.
Entonces, lejos de no ser las que estábamos esperando, creo que fueron una sorpresa para todo el mercado las bajísimas tasas que estamos pagando ahora.
En cuanto a Salta, creo que tuvo un mal timing. Salió justo con el problema del Brexit y se lo facturaron en el mercado, pero ese es el ejemplo extremo. Puedo mencionar el caso de Chubut, que en octubre no pudo salir por 80 millones de dólares; salió hace unas pocas semanas por 600 millones al 7 3/8 si no recuerdo mal.
La provincia de Buenos Aires, que nunca en su vida había podido financiarse por debajo del 10 -creo que sacó un solo bono al 9,95-, se pudo financiar en tres años al 5 por ciento y a 10 años al 7 7/8. Es decir, las tasas son muchísimo más bajas de lo que todos esperaban.
Axel también consultaba algo respecto de los números. Las cifras son esos. Axel tiene un poco de cola de paja, porque en realidad probablemente en estos números de vencimientos están también las Letes de este año, y eso es probablemente lo que sube, pero están bien.
SR. PRESIDENTE LASPINA Muchas gracias.
Tiene la palabra el señor diputado Kosiner.
Sr. Kosiner.- Señor presidente: voy a plantear cuatro preguntas sobre temas puntuales.
La primera se refiere a las repercusiones de las políticas del gobierno en materia de empleo. Luego voy a insistir sobre algunos temas de deuda, inversión pública y vivienda.
En primer lugar, hace algunos días estuvo aquí el ministro de Trabajo de la Nación en el marco del debate de la ley de Primer Empleo y sinceró un dato muy puntual e impactante: la pérdida de 120 mil puestos de trabajo desde enero hasta la fecha. La pregunta concreta es cuáles son las herramientas con las cuales ustedes estiman, en materia de promoción de inversiones, que podrían hacer que el crecimiento de la Argentina previsto por el gobierno para el año que viene recupere niveles de empleo sobre esa base de trabajadores que hoy han perdido su fuente de trabajo. Esto sobre la base de hechos ya consolidados.
Desde la oposición habíamos advertido en su momento sobre esta cuestión, pero lamentablemente la ley antidespidos fue vetada.
Queríamos saber también qué previsiones tienen sobre inversiones, en qué rubros, en qué zonas, porque claramente una de las expectativas que se habían generado en cuanto a la salida del default era la generación de nuevas inversiones en la Argentina.
Entonces, lo primero es eso, la relación de las políticas públicas, las herramientas presupuestarias para generar nuevos niveles de inversión y recuperar -por lo menos progresivamente en parte- esos 120 mil puestos de trabajo que el mismo gobierno ha reconocido que se han perdido en el trascurso de estos meses. Esa es la primera pregunta.
La segunda refiere a la deuda. Evidentemente en el debate surge que no terminamos de tener unanimidad en cuanto a datos o cifras.
Sin ánimo de que se contesten ahora las preguntas, pediría al presidente de la comisión si podría acercar al equipo económico nuestro pedido de informes 5130, que plantea una serie de preguntas sobre el tema de la deuda. De ese modo nosotros, al momento de discutir el presupuesto, podríamos contar con esos datos.
Allí solicitamos información sobre el programa de recompra de títulos públicos; el programa de Letras del Tesoro en Dólares Estadounidenses, del 5 de mayo; el programa de bonos del Tesoro con ajuste por CER; el programa de emisión de bonos ligado a la ley de exteriorización de activos; el programa de emisión de bonos de la Nación Argentina en dólares estadounidenses al 6 por ciento; la colocación directa de algunos de estos títulos de deuda al Fondo de Garantías Solidaria de la ANSES; la deuda que el gobierno nacional mantiene con el Banco Central; costos directos y/o canjes que han significado al Estado argentino, quienes fueron beneficiados de estos costos. Es decir, una serie de ítem, porque según los datos con que contamos a simple vista tenemos seis colocaciones de títulos que hizo la República Argentina y nos estaría dando un endeudamiento de 19.250 millones de dólares, no de 7 mil millones; una colocación de 2.750, otra de 4500, otra de 6500, otra de 2750 el 20 de abril y dos más -de 1000 millones y 1750- el 30 de junio.
Entonces, a los fines de poder avanzar y que cuando discutamos el presupuesto lo hagamos sobre la base de datos puntuales, sería bueno hacerlo sobre este pedido de informes.
El tercer punto tiene que ver con la inversión pública. Hay un tema en el que no terminamos de ponernos de acuerdo; no en este caso con ustedes, lo hemos debatido con el jefe de Gabinete en el último informe. Me refiero al Plan Belgrano.
No entendemos por qué el Plan Belgrano no tiene una imputación presupuestaria propia. El presidente en su mensaje claramente se refiere a la importancia que genera el Plan Belgrano. Al referirse al plan ha enunciado distintas obras -ferrocarriles, rutas-, pero no podemos lograr saber cuál es el monto asignado; no se establece dicho monto ni en las informaciones a nivel de ejecución de este año ni en el presupuesto. No se aclara en el presupuesto cuánto dinero representa dicho plan para la realización de tales obras con plan de ejecución.
Después se nos hace el otro análisis, es decir que el Plan Belgrano sería la totalidad de la inversión que hace el Estado nacional en las provincias del NOA y del NEA, pero entendemos que no tiene el mismo nivel de importancia en relación con lo planteado por el presidente como Plan Belgrano, que eran aquellas obra de infraestructura que rompen con las diferenciales de desarrollo entre las distintas regiones argentinas.
No es lo mismo convertir en autopista la Ruta 934 -que es una gran demanda de las provincias de Salta y Jujuy- que la inauguración de un jardín de infantes, que tiene un efecto dentro del sistema educativo, pero que no tiene que ver con estos niveles de desarrollo generales que logran romper las asimetrías con inversiones de otro tipo.
Entonces, quisiéramos saber si nos pueden explicar los motivos de este criterio de no valorizar el Plan Belgrano, no darle imputaciones presupuestarias y no señalizar en el listado de las obras del presupuesto cuáles son las correspondientes a este plan, para que podamos hacer un seguimiento y dar respuesta a los intendentes. Cabe mencionar que funcionarios del Plan Belgrano fueron por distintas provincias, se reúnen con el intendente, le piden carpeta, los intendentes la presentan, después no hay devolución sobre eso y no sabemos si esas obras están incorporados o no.
El último punto es el tema de la vivienda y el Procrear, que es una cuestión que ya ha sido planteada en el marco de esta discusión. El Procrear fue ideado oportunamente con una doble finalidad: resolver el problema habitacional y crear puestos de trabajo, pero uno tiene la sensación de que se va licuando su nivel de importancia.
En este sentido, ha quedado pendiente un tema y, por tal motivo, queremos saber si está contemplado. Me refiero a que hay alrededor de 40.000 familias argentinas que tienen el plan otorgado, pero ante el proceso inflacionario que hemos vivido, la relación dinero-metros cuadrados que existía en el momento de la entrega del préstamo, hoy claramente esté distorsionada, entonces, no les alcanza para construir la misma cantidad de metros cuadrados.
Queremos saber si está contemplado en el presupuesto un Procrear complementario pero no selectivo para los que han llegado al 80 por ciento de la ejecución sino para todos aquellos que tienen el Procrear otorgado, que en algunos casos están en distintas etapas de su construcción, y para quienes -por determinadas circunstancias- no han comenzado la construcción de la vivienda.
Para finalizar, voy a hacer referencia a un tema mencionado por el señor diputado Bossio, a fin de conocer la opinión de ustedes al respecto.
Ojalá se dé la expectativa de crecimiento del 3,5 por ciento del PBI, porque es lo que necesita la Argentina. Creo que es una oportunidad para que parte de ese crecimiento se distribuya de otra manera, es decir, con criterios diferenciales.
Nosotros vamos a insistir con el Fondo de Convergencia Federal que permita a las provincias recibir fondos, pero no sobre la base de las distribuciones tradicionales sino de índices que tengan en cuenta las NBI, distancias al puerto por los costos de flete, regiones por arriba de la media nacional de desocupación, una necesidad de infraestructura social de cloacas y de agua, entre otras cosas.
Tiene la palabra el señor diputado Kosiner.
Sr. Kosiner.- Señor presidente: voy a plantear cuatro preguntas sobre temas puntuales.
La primera se refiere a las repercusiones de las políticas del gobierno en materia de empleo. Luego voy a insistir sobre algunos temas de deuda, inversión pública y vivienda.
En primer lugar, hace algunos días estuvo aquí el ministro de Trabajo de la Nación en el marco del debate de la ley de Primer Empleo y sinceró un dato muy puntual e impactante: la pérdida de 120 mil puestos de trabajo desde enero hasta la fecha. La pregunta concreta es cuáles son las herramientas con las cuales ustedes estiman, en materia de promoción de inversiones, que podrían hacer que el crecimiento de la Argentina previsto por el gobierno para el año que viene recupere niveles de empleo sobre esa base de trabajadores que hoy han perdido su fuente de trabajo. Esto sobre la base de hechos ya consolidados.
Desde la oposición habíamos advertido en su momento sobre esta cuestión, pero lamentablemente la ley antidespidos fue vetada.
Queríamos saber también qué previsiones tienen sobre inversiones, en qué rubros, en qué zonas, porque claramente una de las expectativas que se habían generado en cuanto a la salida del default era la generación de nuevas inversiones en la Argentina.
Entonces, lo primero es eso, la relación de las políticas públicas, las herramientas presupuestarias para generar nuevos niveles de inversión y recuperar -por lo menos progresivamente en parte- esos 120 mil puestos de trabajo que el mismo gobierno ha reconocido que se han perdido en el trascurso de estos meses. Esa es la primera pregunta.
La segunda refiere a la deuda. Evidentemente en el debate surge que no terminamos de tener unanimidad en cuanto a datos o cifras.
Sin ánimo de que se contesten ahora las preguntas, pediría al presidente de la comisión si podría acercar al equipo económico nuestro pedido de informes 5130, que plantea una serie de preguntas sobre el tema de la deuda. De ese modo nosotros, al momento de discutir el presupuesto, podríamos contar con esos datos.
Allí solicitamos información sobre el programa de recompra de títulos públicos; el programa de Letras del Tesoro en Dólares Estadounidenses, del 5 de mayo; el programa de bonos del Tesoro con ajuste por CER; el programa de emisión de bonos ligado a la ley de exteriorización de activos; el programa de emisión de bonos de la Nación Argentina en dólares estadounidenses al 6 por ciento; la colocación directa de algunos de estos títulos de deuda al Fondo de Garantías Solidaria de la ANSES; la deuda que el gobierno nacional mantiene con el Banco Central; costos directos y/o canjes que han significado al Estado argentino, quienes fueron beneficiados de estos costos. Es decir, una serie de ítem, porque según los datos con que contamos a simple vista tenemos seis colocaciones de títulos que hizo la República Argentina y nos estaría dando un endeudamiento de 19.250 millones de dólares, no de 7 mil millones; una colocación de 2.750, otra de 4500, otra de 6500, otra de 2750 el 20 de abril y dos más -de 1000 millones y 1750- el 30 de junio.
Entonces, a los fines de poder avanzar y que cuando discutamos el presupuesto lo hagamos sobre la base de datos puntuales, sería bueno hacerlo sobre este pedido de informes.
El tercer punto tiene que ver con la inversión pública. Hay un tema en el que no terminamos de ponernos de acuerdo; no en este caso con ustedes, lo hemos debatido con el jefe de Gabinete en el último informe. Me refiero al Plan Belgrano.
No entendemos por qué el Plan Belgrano no tiene una imputación presupuestaria propia. El presidente en su mensaje claramente se refiere a la importancia que genera el Plan Belgrano. Al referirse al plan ha enunciado distintas obras -ferrocarriles, rutas-, pero no podemos lograr saber cuál es el monto asignado; no se establece dicho monto ni en las informaciones a nivel de ejecución de este año ni en el presupuesto. No se aclara en el presupuesto cuánto dinero representa dicho plan para la realización de tales obras con plan de ejecución.
Después se nos hace el otro análisis, es decir que el Plan Belgrano sería la totalidad de la inversión que hace el Estado nacional en las provincias del NOA y del NEA, pero entendemos que no tiene el mismo nivel de importancia en relación con lo planteado por el presidente como Plan Belgrano, que eran aquellas obra de infraestructura que rompen con las diferenciales de desarrollo entre las distintas regiones argentinas.
No es lo mismo convertir en autopista la Ruta 934 -que es una gran demanda de las provincias de Salta y Jujuy- que la inauguración de un jardín de infantes, que tiene un efecto dentro del sistema educativo, pero que no tiene que ver con estos niveles de desarrollo generales que logran romper las asimetrías con inversiones de otro tipo.
Entonces, quisiéramos saber si nos pueden explicar los motivos de este criterio de no valorizar el Plan Belgrano, no darle imputaciones presupuestarias y no señalizar en el listado de las obras del presupuesto cuáles son las correspondientes a este plan, para que podamos hacer un seguimiento y dar respuesta a los intendentes. Cabe mencionar que funcionarios del Plan Belgrano fueron por distintas provincias, se reúnen con el intendente, le piden carpeta, los intendentes la presentan, después no hay devolución sobre eso y no sabemos si esas obras están incorporados o no.
El último punto es el tema de la vivienda y el Procrear, que es una cuestión que ya ha sido planteada en el marco de esta discusión. El Procrear fue ideado oportunamente con una doble finalidad: resolver el problema habitacional y crear puestos de trabajo, pero uno tiene la sensación de que se va licuando su nivel de importancia.
En este sentido, ha quedado pendiente un tema y, por tal motivo, queremos saber si está contemplado. Me refiero a que hay alrededor de 40.000 familias argentinas que tienen el plan otorgado, pero ante el proceso inflacionario que hemos vivido, la relación dinero-metros cuadrados que existía en el momento de la entrega del préstamo, hoy claramente esté distorsionada, entonces, no les alcanza para construir la misma cantidad de metros cuadrados.
Queremos saber si está contemplado en el presupuesto un Procrear complementario pero no selectivo para los que han llegado al 80 por ciento de la ejecución sino para todos aquellos que tienen el Procrear otorgado, que en algunos casos están en distintas etapas de su construcción, y para quienes -por determinadas circunstancias- no han comenzado la construcción de la vivienda.
Para finalizar, voy a hacer referencia a un tema mencionado por el señor diputado Bossio, a fin de conocer la opinión de ustedes al respecto.
Ojalá se dé la expectativa de crecimiento del 3,5 por ciento del PBI, porque es lo que necesita la Argentina. Creo que es una oportunidad para que parte de ese crecimiento se distribuya de otra manera, es decir, con criterios diferenciales.
Nosotros vamos a insistir con el Fondo de Convergencia Federal que permita a las provincias recibir fondos, pero no sobre la base de las distribuciones tradicionales sino de índices que tengan en cuenta las NBI, distancias al puerto por los costos de flete, regiones por arriba de la media nacional de desocupación, una necesidad de infraestructura social de cloacas y de agua, entre otras cosas.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor diputado Pereyra.
SR. PEREYRA Señor presidente: considero importantísima la presencia del equipo económico del gobierno nacional, sus asesores y sus secretarios en esta reunión previa a la sanción de la ley de leyes, que es el presupuesto. Para mí es como si estuviera en la cabecera de la mesa el señor ministro o el señor presidente, porque naturalmente ellos son los que conocen todo este tema de la letra chica del proyecto de gobierno. Les agradezco mucho su presencia.
Voy a centralizarme en un solo eje, que creo que ha sido motivo del 50 por ciento de lo que se ha hablado durante el tiempo que hemos estado debatiendo en esta reunión tema. Me refiero al endeudamiento y tengo que decir que me preocupa mucho.
Desearía que me informen acerca de qué perfil o modelo de Estado tendremos estos años en la República Argentina bajo la presidencia del ingeniero Mauricio Macri. Creo que allí está echada la suerte de los argentinos.
Estamos hablando de un modelo que ya lleva varios meses y en el que, tal como han dicho varios diputados preopinantes, el Estado nacional ha tomado miles de millones de dólares. Cuando empezó el tema de los fondos buitre nos parecía algo mayúsculo el hecho de tomar deuda externa. Inclusive, hubo varios medios internacionales que mencionaban que se trataba de una deuda mucho más grande valorando al Estado y a la historia.
Ese fue el comienzo y sigue hasta la fecha. En este presupuesto para el año 2017 que vamos a sancionar hay un incremento de casi el doble de lo estipulado. Y estamos lejos de afirmar que se ha tomado deuda hasta ahora y que el próximo año no haremos lo mismo.
Quienes peinamos canas y conocemos mucho de este tema -por los años vividos- podemos mencionar que aquí se ha hablado mucho de política y yo valoro que eso sea así. Me parece bien que se dé de ambos lados. En el equipo económico hay políticos y, los que estamos de este lado, también somos políticos y ni uno ni el otro vamos a renegar de eso.
En la década del 90 se nos hablaba acerca de la obligación de entrar en la globalización. Se vendieron las joyas de la abuela por un monto estimado de 30 mil millones de dólares. En esos años, la Argentina se endeudó en 40 mil millones más en concepto de préstamos. Todos recordamos cómo terminó esa película: vino otro gobierno con el mismo modelo -porque estaba atado de pies y manos- y se fue en helicóptero, como ya todos sabemos. No me gustaría que vuelvan a ocurrir hechos como ese.
¿Cómo se financió el Estado en los años anteriores? Es muy sencilla la respuesta pese a que no soy economista. Se financiaba con el IVA del mercado interno. Se vendía mucho y, por ende, ingresaba IVA en gran proporción al Estado, lo que constituía una de las grandes patas del financiamiento. A eso hay que sumarle las retenciones a los granos, la soja y las mineras. Hablamos de mucho dinero. De la soja se sacaba un 5 por ciento, un monto relativamente chico, aunque dicen que va a bajar un poco más. Algunos están esperando con la soja guardada porque tienen espalda para hacerlo durante un año, dos o tres, momento en el que el dólar suba más o cuando les saquen más retenciones.
¿Sabe qué es lo que más me preocupa, señor presidente? El tema del maíz. Nunca se habla del maíz. Al maíz se le sacaba el 100 por ciento, según tengo entendido; el 20 por ciento correspondía a las retenciones. Quienes producían maíz estaban muy bien, tenían máquinas nuevas. Nunca se habla de eso. Es como si estuvieran fundidos y hubiera que sacar las retenciones para que empiecen a sembrar maíz. Hay personas que están vendiendo maíz de hace dos o tres años que tienen almacenados en silos. Algunos lo siguen guardando para mejores oportunidades.
Por ello, me preocupa saber de qué forma se va a financiar el Estado argentino en los próximos años. Claramente, se dice que nos vamos a financiar con deuda. Entonces, ¿no podemos mirar lo que ha sucedido en otros países, aparte de hacer una retrospectiva de lo que nos pasó a nosotros, como acabo de sintetizar?
La eurozona, por ejemplo, ahora que tanto decimos que nos hemos insertado en el mundo. Es lindo que hablemos de otros países, porque estamos en ese tema y el presidente lo menciona permanentemente. Está bien su política, perfecta.
España ingresó en 1996 al Fondo Monetario Internacional, con la llegada del presidente Aznar al gobierno. ¿Cómo les fue a los españoles? Habría que preguntarles. Desde el año 96 hasta la fecha están tratando de salir pero no pueden hacerlo, si bien han mejorado un poco. Hay muchísimos países donde observar esta situación.
Me preocupa muchísimo que se haya mencionado en tantas oportunidades -tal vez haya que tratar de hacerlo un poco menos- a México, dándolo casi como un ejemplo -no sé si será a imitar o no, espero que no. Estuve en México en el mes de febrero; en México adentro, en el interior del interior.
¿Saben la pobreza que hay? Hay muchas desigualdades. No existe la clase media. Debe ser pobre, tremendamente pobre, el 70 o el 80 por ciento de la gente, y me refiero a educación, a salud. Esto en los límites con Estados Unidos, en Monterrey. Y México es un aliado de Estados Unidos hace 75 años; ahora el presidente es Enrique Peña Nieto. Son tan aliados que este año han hecho una sola aduana; en Estados Unidos contratan a 130 dólares por mes al obrero mexicano para las fábricas. En Monterrey hay mucha industria, es la capital nacional de la industria. Entonces, han hecho una sola aduana. No hay más una aduana en México y otra en Estados Unidos. Han hecho una sola aduana, de común acuerdo. Vaya si hay relaciones carnales en ese país.
Me preocupa cuál va a ser el futuro de estos años si hay políticas parecidas -Dios quiera que no sea así; soy hombre creyente, por eso nombro a Dios- a las que han aplicado estos países.
No sé si me van a responder estas preguntas. Me interesaría mencionar muchos temas, pero no quiero extenderme mucho en el uso de la palabra.
Me gustaría que me digan a qué país nos vamos a parecer en política económica para investigar un poco más cómo le va a ese país. No es una pregunta, porque seguramente me dirán con toda razón que estamos debatiendo el presupuesto 2017 de la Argentina, pero me interesaría saber a qué país creen que podríamos parecernos. De lo contrario, será solo una preocupación que he querido manifestar a los señores visitantes en esta tarde de trabajo sumamente importante. Muchas gracias. (Aplausos.)
Voy a centralizarme en un solo eje, que creo que ha sido motivo del 50 por ciento de lo que se ha hablado durante el tiempo que hemos estado debatiendo en esta reunión tema. Me refiero al endeudamiento y tengo que decir que me preocupa mucho.
Desearía que me informen acerca de qué perfil o modelo de Estado tendremos estos años en la República Argentina bajo la presidencia del ingeniero Mauricio Macri. Creo que allí está echada la suerte de los argentinos.
Estamos hablando de un modelo que ya lleva varios meses y en el que, tal como han dicho varios diputados preopinantes, el Estado nacional ha tomado miles de millones de dólares. Cuando empezó el tema de los fondos buitre nos parecía algo mayúsculo el hecho de tomar deuda externa. Inclusive, hubo varios medios internacionales que mencionaban que se trataba de una deuda mucho más grande valorando al Estado y a la historia.
Ese fue el comienzo y sigue hasta la fecha. En este presupuesto para el año 2017 que vamos a sancionar hay un incremento de casi el doble de lo estipulado. Y estamos lejos de afirmar que se ha tomado deuda hasta ahora y que el próximo año no haremos lo mismo.
Quienes peinamos canas y conocemos mucho de este tema -por los años vividos- podemos mencionar que aquí se ha hablado mucho de política y yo valoro que eso sea así. Me parece bien que se dé de ambos lados. En el equipo económico hay políticos y, los que estamos de este lado, también somos políticos y ni uno ni el otro vamos a renegar de eso.
En la década del 90 se nos hablaba acerca de la obligación de entrar en la globalización. Se vendieron las joyas de la abuela por un monto estimado de 30 mil millones de dólares. En esos años, la Argentina se endeudó en 40 mil millones más en concepto de préstamos. Todos recordamos cómo terminó esa película: vino otro gobierno con el mismo modelo -porque estaba atado de pies y manos- y se fue en helicóptero, como ya todos sabemos. No me gustaría que vuelvan a ocurrir hechos como ese.
¿Cómo se financió el Estado en los años anteriores? Es muy sencilla la respuesta pese a que no soy economista. Se financiaba con el IVA del mercado interno. Se vendía mucho y, por ende, ingresaba IVA en gran proporción al Estado, lo que constituía una de las grandes patas del financiamiento. A eso hay que sumarle las retenciones a los granos, la soja y las mineras. Hablamos de mucho dinero. De la soja se sacaba un 5 por ciento, un monto relativamente chico, aunque dicen que va a bajar un poco más. Algunos están esperando con la soja guardada porque tienen espalda para hacerlo durante un año, dos o tres, momento en el que el dólar suba más o cuando les saquen más retenciones.
¿Sabe qué es lo que más me preocupa, señor presidente? El tema del maíz. Nunca se habla del maíz. Al maíz se le sacaba el 100 por ciento, según tengo entendido; el 20 por ciento correspondía a las retenciones. Quienes producían maíz estaban muy bien, tenían máquinas nuevas. Nunca se habla de eso. Es como si estuvieran fundidos y hubiera que sacar las retenciones para que empiecen a sembrar maíz. Hay personas que están vendiendo maíz de hace dos o tres años que tienen almacenados en silos. Algunos lo siguen guardando para mejores oportunidades.
Por ello, me preocupa saber de qué forma se va a financiar el Estado argentino en los próximos años. Claramente, se dice que nos vamos a financiar con deuda. Entonces, ¿no podemos mirar lo que ha sucedido en otros países, aparte de hacer una retrospectiva de lo que nos pasó a nosotros, como acabo de sintetizar?
La eurozona, por ejemplo, ahora que tanto decimos que nos hemos insertado en el mundo. Es lindo que hablemos de otros países, porque estamos en ese tema y el presidente lo menciona permanentemente. Está bien su política, perfecta.
España ingresó en 1996 al Fondo Monetario Internacional, con la llegada del presidente Aznar al gobierno. ¿Cómo les fue a los españoles? Habría que preguntarles. Desde el año 96 hasta la fecha están tratando de salir pero no pueden hacerlo, si bien han mejorado un poco. Hay muchísimos países donde observar esta situación.
Me preocupa muchísimo que se haya mencionado en tantas oportunidades -tal vez haya que tratar de hacerlo un poco menos- a México, dándolo casi como un ejemplo -no sé si será a imitar o no, espero que no. Estuve en México en el mes de febrero; en México adentro, en el interior del interior.
¿Saben la pobreza que hay? Hay muchas desigualdades. No existe la clase media. Debe ser pobre, tremendamente pobre, el 70 o el 80 por ciento de la gente, y me refiero a educación, a salud. Esto en los límites con Estados Unidos, en Monterrey. Y México es un aliado de Estados Unidos hace 75 años; ahora el presidente es Enrique Peña Nieto. Son tan aliados que este año han hecho una sola aduana; en Estados Unidos contratan a 130 dólares por mes al obrero mexicano para las fábricas. En Monterrey hay mucha industria, es la capital nacional de la industria. Entonces, han hecho una sola aduana. No hay más una aduana en México y otra en Estados Unidos. Han hecho una sola aduana, de común acuerdo. Vaya si hay relaciones carnales en ese país.
Me preocupa cuál va a ser el futuro de estos años si hay políticas parecidas -Dios quiera que no sea así; soy hombre creyente, por eso nombro a Dios- a las que han aplicado estos países.
No sé si me van a responder estas preguntas. Me interesaría mencionar muchos temas, pero no quiero extenderme mucho en el uso de la palabra.
Me gustaría que me digan a qué país nos vamos a parecer en política económica para investigar un poco más cómo le va a ese país. No es una pregunta, porque seguramente me dirán con toda razón que estamos debatiendo el presupuesto 2017 de la Argentina, pero me interesaría saber a qué país creen que podríamos parecernos. De lo contrario, será solo una preocupación que he querido manifestar a los señores visitantes en esta tarde de trabajo sumamente importante. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra la señora diputada Gallardo.
SRA. GALLARDO Muchas gracias. Soy de la provincia de Tucumán.
Al ver este informe sobre las partidas asignadas a las provincias, y dentro de las provincias a los distintos organismos, debo decir que realmente estoy muy preocupada. Veo con mucha preocupación que se ha disminuido el presupuesto asignado a una de las instituciones científicas más importantes que tenemos en nuestro país, la Fundación Miguel Lillo.
Se trata de un ente autárquico que depende del Estado nacional y se encuentra dentro del Ministerio de Educación. Es una institución surgida de Tucumán que tiene un plantel de científicos y técnicos con trayectoria y trascendencia internacional. Tiene una altísima calidad científica, no solo en investigación sino también en educación y ciencia aplicada.
En la planilla número 3A del Título III, página 330 del informe que se nos ha brindado, vemos que hay una disminución del 11 por ciento en el presupuesto asignado a esta institución.
Ello realmente impacta fuertemente en sus empleados. La reducción en el presupuesto implica que 112 contratados en los últimos cinco años serán despedidos. Si esto lo proyectamos a una familia tipo de cuatro personas, estamos hablando de 448 personas que no tendrán cómo subsistir en 2017.
Vengo a plantear -como tucumana y como bióloga científica que ha trabajado en esa institución- que se revea esta situación.
También quiero saber con qué criterio se ha disminuido a esta institución un 11 por ciento de su presupuesto anual, cuando todas las instituciones que figuran en el proyecto de presupuesto han recibido entre un 10 y un 121 por ciento de aumento.
Solicito a las autoridades que revean esta situación -repito-, dado que esta institución ha acordado en paritarias de este año con todo su plantel de profesionales, científicos y técnicos un aumento de un 35 por ciento. Los números no cierran para los científicos investigadores.
Aunque se denomina Fundación Miguel Lillo, es una institución que depende del Estado. Por eso traigo acá la preocupación de mis compañeros, excolegas, y también de muchos tucumanos. Realmente nos llama mucho la atención esta disminución en el presupuesto. Solicito que se vuelva al presupuesto original que tenía esta institución para poder mantenerse.
Quiero decir cuáles son las consecuencias de este ajuste presupuestario: quedarían en la calle 18 investigadores que ingresaron hace tres años para continuar líneas completas de investigación; 17 técnicos de apoyo a la investigación, formados en la institución desde hace cinco años; personal del museo -15 guías con cinco años de antigüedad-, del jardín botánico -11 empleados, entre guías y jardineros- y de Intendencia -26 empleados con cinco años de antigüedad promedio.
El soporte distribuido en informática, administración y personal se verá afectado, como así también será imposible generar crecimiento, cubrir vacantes e implementar el plan estratégico que estaba propuesto como objetivo para este año, que es un plan de estructura organizativa y transferencia y salida a la sociedad y venta de servicios.
También la Comisión Nacional de Actividades Espaciales sufrió una disminución en su presupuesto, en este caso del 7 por ciento.
Reitero el pedido para que se revea esta disminución del 11 por ciento en el presupuesto de la institución mencionada, con lo que ello implica: familias en la calle. Muchas gracias. (Aplausos.)
Al ver este informe sobre las partidas asignadas a las provincias, y dentro de las provincias a los distintos organismos, debo decir que realmente estoy muy preocupada. Veo con mucha preocupación que se ha disminuido el presupuesto asignado a una de las instituciones científicas más importantes que tenemos en nuestro país, la Fundación Miguel Lillo.
Se trata de un ente autárquico que depende del Estado nacional y se encuentra dentro del Ministerio de Educación. Es una institución surgida de Tucumán que tiene un plantel de científicos y técnicos con trayectoria y trascendencia internacional. Tiene una altísima calidad científica, no solo en investigación sino también en educación y ciencia aplicada.
En la planilla número 3A del Título III, página 330 del informe que se nos ha brindado, vemos que hay una disminución del 11 por ciento en el presupuesto asignado a esta institución.
Ello realmente impacta fuertemente en sus empleados. La reducción en el presupuesto implica que 112 contratados en los últimos cinco años serán despedidos. Si esto lo proyectamos a una familia tipo de cuatro personas, estamos hablando de 448 personas que no tendrán cómo subsistir en 2017.
Vengo a plantear -como tucumana y como bióloga científica que ha trabajado en esa institución- que se revea esta situación.
También quiero saber con qué criterio se ha disminuido a esta institución un 11 por ciento de su presupuesto anual, cuando todas las instituciones que figuran en el proyecto de presupuesto han recibido entre un 10 y un 121 por ciento de aumento.
Solicito a las autoridades que revean esta situación -repito-, dado que esta institución ha acordado en paritarias de este año con todo su plantel de profesionales, científicos y técnicos un aumento de un 35 por ciento. Los números no cierran para los científicos investigadores.
Aunque se denomina Fundación Miguel Lillo, es una institución que depende del Estado. Por eso traigo acá la preocupación de mis compañeros, excolegas, y también de muchos tucumanos. Realmente nos llama mucho la atención esta disminución en el presupuesto. Solicito que se vuelva al presupuesto original que tenía esta institución para poder mantenerse.
Quiero decir cuáles son las consecuencias de este ajuste presupuestario: quedarían en la calle 18 investigadores que ingresaron hace tres años para continuar líneas completas de investigación; 17 técnicos de apoyo a la investigación, formados en la institución desde hace cinco años; personal del museo -15 guías con cinco años de antigüedad-, del jardín botánico -11 empleados, entre guías y jardineros- y de Intendencia -26 empleados con cinco años de antigüedad promedio.
El soporte distribuido en informática, administración y personal se verá afectado, como así también será imposible generar crecimiento, cubrir vacantes e implementar el plan estratégico que estaba propuesto como objetivo para este año, que es un plan de estructura organizativa y transferencia y salida a la sociedad y venta de servicios.
También la Comisión Nacional de Actividades Espaciales sufrió una disminución en su presupuesto, en este caso del 7 por ciento.
Reitero el pedido para que se revea esta disminución del 11 por ciento en el presupuesto de la institución mencionada, con lo que ello implica: familias en la calle. Muchas gracias. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene palabra el señor diputado Snopek, el último orador en la lista en el día de hoy, a quien agradezco su paciencia.
SR. SNOPEK (A.F.) Gracias, señor presidente. Los ejes de las preguntas del bloque los formuló el diputado Marco Lavagna, por lo que voy a complementar algunas preguntas que tienen que ver con determinadas cuestiones.
Comparto el eje de lo que decía el diputado Marco Lavagna respecto de la ley de leyes, el ir mejorándola año a año.
En ese sentido, sería bueno tener en cuenta la incorporación de los presupuestos por programa, es decir, dar mayor precisión del gasto, de manera tal que no solamente se puedan controlar los recursos en materia financiera sino también de manera física. Es decir, seguir la evolución de las cantidades físicas que hacen a los distintos programas.
Antes de comenzar con las preguntas respecto del presupuesto para la administración financiera 2017 quiero hacer una consulta respecto de la ejecución del presupuesto para el ejercicio 2016. Este tema está presente cuando uno analiza partidas presupuestarias vinculadas con la inversión, sobre todo en obras públicas y en infraestructura, pero también en otras materias. Se observa una subejecución muy marcada de gastos, teniendo en cuenta que estamos en el mes nueve y en muchas de esas partidas se ha ejecutado menos del 50 por ciento.
Es decir que en el mes seis tendríamos que haber estado llegando al 50 por ciento, pero hay mucho menos de ese porcentaje. Me pregunto qué se espera de acá a fin de año, ¿se va a acelerar la ejecución presupuestaria para cumplir con el presupuesto o, por el déficit que existe también en este año, muchas de esas partidas no se van a ejecutar en 2016?
Me preocupa también el tema de la expansión de la deuda. El ministro desde los Estados Unidos habló de la colocación de entre 10.000 a 15.000 millones de dólares para el presupuesto 2017.
Le solicito al presidente de la comisión que agilicemos la creación de la Comisión Bicameral en el Congreso, para que la información que nos trae el secretario Caputo, la pueda acercar en términos cuasipermanentes. En definitiva, la intención que tiene la mayoría de los diputados cuando hablamos de deuda es que cuando se contrae deuda externa vaya a obras de infraestructura y no a gastos corrientes.
De esta manera, ley por ley se pueden ir autorizando partidas de deuda específicas con destino a una determinada obra de infraestructura, que el conjunto de la Argentina, a través de sus representantes en el Congreso, la determine como prioritaria.
Respecto de la inflación, entendemos que es posible la meta del 17 por ciento, pero el tema es saber cómo se lograría. Me gustaría que nos cuenten ese punto, porque una cosa sería lograr el 17 por ciento a través de una tasa alta de interés que barra la pista de pesos, una restricción monetaria, es decir, pinchar la demanda, y complementar la oferta con la importación de bienes de consumo que puede estar en algunas partes del mundo a menores precios que los nuestros, producto de un mundo que está sobreofertado en muchos productos. Ahí se lograría la meta del 17 por ciento.
Otra cosa es lograr ese porcentaje a través de programas que implementen una fuerte inversión, para que en términos relativamente cortos podamos aumentar la oferta de bienes producidos en el país. Es decir, inversión en producción, pero no vemos reflejado esto en el presupuesto.
Voy a dar un ejemplo. Respecto de las partidas vinculadas con las obras hidráulicas, vemos que prácticamente se mantienen las partidas de lo que son inversiones en obras hidráulicas de riego respecto de las que se venían arrastrando en presupuestos anteriores, de 1.800 millones, que creo que es lo que está destinado. Esta sería una forma de aumentar fuertemente la oferta, porque cuando uno incorpora al riego zonas que estaban en secano, la producción aumenta entre cinco y seis veces, y entonces sería una forma de disminuir la inflación, vía aumentar la oferta y no las otras dos medidas, que no serían saludables.
Respecto de las planillas de obras plurianuales he presentado un proyecto de ley para modificar la ley de administración financiera en relación con el artículo 15, para que en los sucesivos presupuestos se trate en paralelo todo lo que influye respecto de este presupuesto. Es por ello que uno a lo manifestado por los señores diputados Bossio y Lavagna. Es más, ya en este presupuesto me gustaría que las planillas de obras plurianuales estuviesen reflejadas de la manera que apunta el proyecto de ley, es decir, con detalles muy claros y precisos sobre la obra a la que se refiere, dónde está localizada y a qué jurisdicción pertenece.
Esto sería muy sencillo de hacer mediante el nomenclador que tiene el ministerio respecto de todas las jurisdicciones provinciales. Les iremos agregando un número por cada una de las 24 jurisdicciones, incluyendo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La idea es determinar dónde está localizado geográficamente ese gasto junto con el detalle preciso de la obra. En muchos casos, cuando uno lee el presupuesto, dice "tantos tramos de obra de la ruta tal...", pero no señala dónde está localizada.
Respecto del Plan Belgrano quiero expresar lo siguiente. Desde un primer momento hemos compartido en nuestro bloque -junto con los representantes de las provincias del norte grande- la intención de priorizar lo que señala el Poder Ejecutivo respecto del Plan Belgrano, tal como lo expresó el diputado Pablo Kosiner. Estamos contestes y agradecidos por el hecho de que se le otorgue prioridad al tema. Sin embargo, esto no está reflejado en el presupuesto. Desde un primer momento nos alegramos que se contemple el tema. Pensábamos que se iban a corregir las asimetrías tan profundas que tiene la Argentina con las zonas del NOA y del NEA, con indicadores económicos y de producto bruto geográfico muy inferiores a la media del conjunto del país. No vemos reflejado esto en el presupuesto. Cuando uno se pregunta dónde se encuentra plasmada esta priorización la respuesta es en el presupuesto. Es decir, la ley de leyes mediante la cual se asignan los recursos. Además, uno podría llegar a decir que es por la cantidad de habitantes. Las diez provincias del NOA y NEA representan algo así como 8.900.000 habitantes y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires llega a las 2.700.000 personas. Sin embargo, cuando el señor ministro de Economía concurrió a este Congreso la semana pasada a presentar el proyecto de presupuesto mencionó la suma de 95 mil millones a ser destinados al Plan Belgrano. Dado que no tenemos las planillas cargadas por localidad, se hace difícil identificar las respectivas zonas. Respecto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires vemos que entre el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento y la megaestación abajo del Obelisco y demás, los recursos son equivalentes a las diez provincias que componen el NOA y el NEA. Entonces, no vemos reflejado en estos momentos esa priorización tan necesaria respecto del Plan Belgrano.
A continuación, me voy a referir a un punto que aflige a las economías regionales. Cuando uno mira en la planilla de ingresos por hacienda -relacionado con otros tributos e impuestos- allí está contemplado el Fondo del Impuesto Adicional de Emergencia a los cigarrillos. Junto a otros diputados -inclusive del oficialismo- hemos suscripto un proyecto de ley para eliminar dicho impuesto que se ha venido prorrogando desde hace tiempo y que repercute en las economías regionales. Se menciona una tasa al 21 por ciento que luego disminuye por decreto. En definitiva, pesa la espada de Damocles permanentemente sobre los productores de aquellas economías. Además, se ha incrementado fuertemente -con las facultades que tenía el Ministerio de Economía- el impuesto interno a los cigarrillos. Cuando uno ve el consumo nota un decrecimiento en este tiempo y esto afecta a las economías regionales productoras.
Al observar los ingresos fiscales de otros impuestos que aumentan al doble o más en el presupuesto -de 12 mil millones pasan a 25 mil millones- nos preguntamos a qué rubro impositivo se refiere lo que produce dicho saldo.
La otra consulta está relacionada con los préstamos del BID. Cuando uno observa este ítem se da cuenta de la existencia de tasas atractivas. Nos referimos a tasas de menos del 4 por ciento en dólares. El señor secretario de Finanzas, Luis Caputo, se refería a la situación de Perú expresando que ese país se financia al 6 o 5 por ciento. Sin ir más lejos, podemos mencionar a Bolivia. Hoy se financia al 4 o 5 por ciento, es decir, por debajo de las tasas de Perú. Aspiramos que cuando Argentina se financie lo haga a esos valores.
Comparto el eje de lo que decía el diputado Marco Lavagna respecto de la ley de leyes, el ir mejorándola año a año.
En ese sentido, sería bueno tener en cuenta la incorporación de los presupuestos por programa, es decir, dar mayor precisión del gasto, de manera tal que no solamente se puedan controlar los recursos en materia financiera sino también de manera física. Es decir, seguir la evolución de las cantidades físicas que hacen a los distintos programas.
Antes de comenzar con las preguntas respecto del presupuesto para la administración financiera 2017 quiero hacer una consulta respecto de la ejecución del presupuesto para el ejercicio 2016. Este tema está presente cuando uno analiza partidas presupuestarias vinculadas con la inversión, sobre todo en obras públicas y en infraestructura, pero también en otras materias. Se observa una subejecución muy marcada de gastos, teniendo en cuenta que estamos en el mes nueve y en muchas de esas partidas se ha ejecutado menos del 50 por ciento.
Es decir que en el mes seis tendríamos que haber estado llegando al 50 por ciento, pero hay mucho menos de ese porcentaje. Me pregunto qué se espera de acá a fin de año, ¿se va a acelerar la ejecución presupuestaria para cumplir con el presupuesto o, por el déficit que existe también en este año, muchas de esas partidas no se van a ejecutar en 2016?
Me preocupa también el tema de la expansión de la deuda. El ministro desde los Estados Unidos habló de la colocación de entre 10.000 a 15.000 millones de dólares para el presupuesto 2017.
Le solicito al presidente de la comisión que agilicemos la creación de la Comisión Bicameral en el Congreso, para que la información que nos trae el secretario Caputo, la pueda acercar en términos cuasipermanentes. En definitiva, la intención que tiene la mayoría de los diputados cuando hablamos de deuda es que cuando se contrae deuda externa vaya a obras de infraestructura y no a gastos corrientes.
De esta manera, ley por ley se pueden ir autorizando partidas de deuda específicas con destino a una determinada obra de infraestructura, que el conjunto de la Argentina, a través de sus representantes en el Congreso, la determine como prioritaria.
Respecto de la inflación, entendemos que es posible la meta del 17 por ciento, pero el tema es saber cómo se lograría. Me gustaría que nos cuenten ese punto, porque una cosa sería lograr el 17 por ciento a través de una tasa alta de interés que barra la pista de pesos, una restricción monetaria, es decir, pinchar la demanda, y complementar la oferta con la importación de bienes de consumo que puede estar en algunas partes del mundo a menores precios que los nuestros, producto de un mundo que está sobreofertado en muchos productos. Ahí se lograría la meta del 17 por ciento.
Otra cosa es lograr ese porcentaje a través de programas que implementen una fuerte inversión, para que en términos relativamente cortos podamos aumentar la oferta de bienes producidos en el país. Es decir, inversión en producción, pero no vemos reflejado esto en el presupuesto.
Voy a dar un ejemplo. Respecto de las partidas vinculadas con las obras hidráulicas, vemos que prácticamente se mantienen las partidas de lo que son inversiones en obras hidráulicas de riego respecto de las que se venían arrastrando en presupuestos anteriores, de 1.800 millones, que creo que es lo que está destinado. Esta sería una forma de aumentar fuertemente la oferta, porque cuando uno incorpora al riego zonas que estaban en secano, la producción aumenta entre cinco y seis veces, y entonces sería una forma de disminuir la inflación, vía aumentar la oferta y no las otras dos medidas, que no serían saludables.
Respecto de las planillas de obras plurianuales he presentado un proyecto de ley para modificar la ley de administración financiera en relación con el artículo 15, para que en los sucesivos presupuestos se trate en paralelo todo lo que influye respecto de este presupuesto. Es por ello que uno a lo manifestado por los señores diputados Bossio y Lavagna. Es más, ya en este presupuesto me gustaría que las planillas de obras plurianuales estuviesen reflejadas de la manera que apunta el proyecto de ley, es decir, con detalles muy claros y precisos sobre la obra a la que se refiere, dónde está localizada y a qué jurisdicción pertenece.
Esto sería muy sencillo de hacer mediante el nomenclador que tiene el ministerio respecto de todas las jurisdicciones provinciales. Les iremos agregando un número por cada una de las 24 jurisdicciones, incluyendo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La idea es determinar dónde está localizado geográficamente ese gasto junto con el detalle preciso de la obra. En muchos casos, cuando uno lee el presupuesto, dice "tantos tramos de obra de la ruta tal...", pero no señala dónde está localizada.
Respecto del Plan Belgrano quiero expresar lo siguiente. Desde un primer momento hemos compartido en nuestro bloque -junto con los representantes de las provincias del norte grande- la intención de priorizar lo que señala el Poder Ejecutivo respecto del Plan Belgrano, tal como lo expresó el diputado Pablo Kosiner. Estamos contestes y agradecidos por el hecho de que se le otorgue prioridad al tema. Sin embargo, esto no está reflejado en el presupuesto. Desde un primer momento nos alegramos que se contemple el tema. Pensábamos que se iban a corregir las asimetrías tan profundas que tiene la Argentina con las zonas del NOA y del NEA, con indicadores económicos y de producto bruto geográfico muy inferiores a la media del conjunto del país. No vemos reflejado esto en el presupuesto. Cuando uno se pregunta dónde se encuentra plasmada esta priorización la respuesta es en el presupuesto. Es decir, la ley de leyes mediante la cual se asignan los recursos. Además, uno podría llegar a decir que es por la cantidad de habitantes. Las diez provincias del NOA y NEA representan algo así como 8.900.000 habitantes y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires llega a las 2.700.000 personas. Sin embargo, cuando el señor ministro de Economía concurrió a este Congreso la semana pasada a presentar el proyecto de presupuesto mencionó la suma de 95 mil millones a ser destinados al Plan Belgrano. Dado que no tenemos las planillas cargadas por localidad, se hace difícil identificar las respectivas zonas. Respecto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires vemos que entre el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento y la megaestación abajo del Obelisco y demás, los recursos son equivalentes a las diez provincias que componen el NOA y el NEA. Entonces, no vemos reflejado en estos momentos esa priorización tan necesaria respecto del Plan Belgrano.
A continuación, me voy a referir a un punto que aflige a las economías regionales. Cuando uno mira en la planilla de ingresos por hacienda -relacionado con otros tributos e impuestos- allí está contemplado el Fondo del Impuesto Adicional de Emergencia a los cigarrillos. Junto a otros diputados -inclusive del oficialismo- hemos suscripto un proyecto de ley para eliminar dicho impuesto que se ha venido prorrogando desde hace tiempo y que repercute en las economías regionales. Se menciona una tasa al 21 por ciento que luego disminuye por decreto. En definitiva, pesa la espada de Damocles permanentemente sobre los productores de aquellas economías. Además, se ha incrementado fuertemente -con las facultades que tenía el Ministerio de Economía- el impuesto interno a los cigarrillos. Cuando uno ve el consumo nota un decrecimiento en este tiempo y esto afecta a las economías regionales productoras.
Al observar los ingresos fiscales de otros impuestos que aumentan al doble o más en el presupuesto -de 12 mil millones pasan a 25 mil millones- nos preguntamos a qué rubro impositivo se refiere lo que produce dicho saldo.
La otra consulta está relacionada con los préstamos del BID. Cuando uno observa este ítem se da cuenta de la existencia de tasas atractivas. Nos referimos a tasas de menos del 4 por ciento en dólares. El señor secretario de Finanzas, Luis Caputo, se refería a la situación de Perú expresando que ese país se financia al 6 o 5 por ciento. Sin ir más lejos, podemos mencionar a Bolivia. Hoy se financia al 4 o 5 por ciento, es decir, por debajo de las tasas de Perú. Aspiramos que cuando Argentina se financie lo haga a esos valores.
SR. CAPUTO Perú, en su moneda local.
SR. SNOPEK (A.F.) Ah, bueno, es una diferencia abismal.
De todas formas, a nosotros desde el Norte nos gustaría poder financiar con créditos del BID las obras de infraestructura que nos hacen falta. Sin embargo, cuando vemos los cupos que tiene en el orden nacional ese banco, gran parte son tomados por la zona central de la Argentina y en definitiva queda muy poco o nada para que se financien nuestras provincias con recursos de este sistema de créditos blandos.
Por eso, he presentado un pedido de informes para saber bien con detalle dónde han sido distribuidos los últimos créditos que ha otorgado el BID a la Argentina. Quizá deba esperar que ese pedido de informes cumpla el trámite parlamentario y les llegue, o que ustedes nos puedan hacer llegar ese detalle. Esto sería bueno.
Por último, el tema de las universidades. La asignación del gasto de las universidades de todo el país respecto de la proyección que tienen cuando hacen influir la política salarial de este año hacia el año siguiente, las proyecciones hablan de 85 o 86 mil millones de pesos y hay 76 mil en el presupuesto. Es decir, que está un poco por debajo. Pero también nuevamente nos preocupa la asignación universidad por universidad, porque vemos que en la pauta del presupuesto algunas están muy cercanas a lo que estaban pidiendo, es decir, a poder incluir la pauta salarial en el presupuesto del año que viene, mientras otras jurisdicciones están por debajo de esa pauta. Entonces, hay jurisdicciones o universidades en algunas partes del país que tienen un recorte mayor o que no tienen la partida suficiente que necesitan no solo para planes de desarrollo de algunas currícula o para incrementar inversiones en materia de educación, sino también para poder cumplir con su pauta salarial.
De todas formas, a nosotros desde el Norte nos gustaría poder financiar con créditos del BID las obras de infraestructura que nos hacen falta. Sin embargo, cuando vemos los cupos que tiene en el orden nacional ese banco, gran parte son tomados por la zona central de la Argentina y en definitiva queda muy poco o nada para que se financien nuestras provincias con recursos de este sistema de créditos blandos.
Por eso, he presentado un pedido de informes para saber bien con detalle dónde han sido distribuidos los últimos créditos que ha otorgado el BID a la Argentina. Quizá deba esperar que ese pedido de informes cumpla el trámite parlamentario y les llegue, o que ustedes nos puedan hacer llegar ese detalle. Esto sería bueno.
Por último, el tema de las universidades. La asignación del gasto de las universidades de todo el país respecto de la proyección que tienen cuando hacen influir la política salarial de este año hacia el año siguiente, las proyecciones hablan de 85 o 86 mil millones de pesos y hay 76 mil en el presupuesto. Es decir, que está un poco por debajo. Pero también nuevamente nos preocupa la asignación universidad por universidad, porque vemos que en la pauta del presupuesto algunas están muy cercanas a lo que estaban pidiendo, es decir, a poder incluir la pauta salarial en el presupuesto del año que viene, mientras otras jurisdicciones están por debajo de esa pauta. Entonces, hay jurisdicciones o universidades en algunas partes del país que tienen un recorte mayor o que no tienen la partida suficiente que necesitan no solo para planes de desarrollo de algunas currícula o para incrementar inversiones en materia de educación, sino también para poder cumplir con su pauta salarial.
SR. PRESIDENTE LASPINA Tiene la palabra el señor subsecretario Maia para responder algunas preguntas.
SR. MAIA Respondo un par de preguntas que formularon. La primera de ellas era dónde podía recuperarse el empleo el año entrante.
Al respecto, en cuanto a la mayor caída del empleo, puedo decir que la recesión empezó a mitad del año pasado y habría terminado de consolidarse su recuperación a mitad de este año. Es decir, un año. En ese lapso, el mayor sector afectado por la caída del empleo fue el de la construcción. Las expectativas del sector, que están empezando a ser relevadas por el INDEC, indican una mejora no solo para la obra pública -a la cual permanentemente nos referimos por lo frenada que estuvo en la primera mitad del año-, sino también para el sector privado.
Esta cuestión lo relaciono con la inflación. Es decir, el sector de la construcción estaba siendo afectado fundamentalmente por el cepo cambiario, que si bien se eliminó, quedó el problema de la inflación. Esto lo relaciono con la actividad real y la generación de empleo, la inflación en cuanto al incumplimiento de la pauta del 17 por ciento. También debemos tener en cuenta la mejora de expectativas que hay en cuanto a la caída de la inflación; si se consolida la caída de la inflación que estamos observando en los últimos meses, el Banco Central va a continuar e incluso puede llegar a acelerar la caída de la tasa de interés real. Relacionada con esa tasa de interés real hay una expectativa de posible mejora del tipo de cambio real. Eso a su vez se retroalimenta con ayuda, sobre todo como decíamos antes, de que la generación de empleo también depende del tipo de cambio real, sobre todo con el Real Brasileño, porque otros sectores muy afectados por el empleo fueron los sectores de trabajo intensivo relacionados con metal mecánica, maquinaria, etcétera. Ese es todo el mecanismo como cierra de la recuperación del empleo.
Al respecto, en cuanto a la mayor caída del empleo, puedo decir que la recesión empezó a mitad del año pasado y habría terminado de consolidarse su recuperación a mitad de este año. Es decir, un año. En ese lapso, el mayor sector afectado por la caída del empleo fue el de la construcción. Las expectativas del sector, que están empezando a ser relevadas por el INDEC, indican una mejora no solo para la obra pública -a la cual permanentemente nos referimos por lo frenada que estuvo en la primera mitad del año-, sino también para el sector privado.
Esta cuestión lo relaciono con la inflación. Es decir, el sector de la construcción estaba siendo afectado fundamentalmente por el cepo cambiario, que si bien se eliminó, quedó el problema de la inflación. Esto lo relaciono con la actividad real y la generación de empleo, la inflación en cuanto al incumplimiento de la pauta del 17 por ciento. También debemos tener en cuenta la mejora de expectativas que hay en cuanto a la caída de la inflación; si se consolida la caída de la inflación que estamos observando en los últimos meses, el Banco Central va a continuar e incluso puede llegar a acelerar la caída de la tasa de interés real. Relacionada con esa tasa de interés real hay una expectativa de posible mejora del tipo de cambio real. Eso a su vez se retroalimenta con ayuda, sobre todo como decíamos antes, de que la generación de empleo también depende del tipo de cambio real, sobre todo con el Real Brasileño, porque otros sectores muy afectados por el empleo fueron los sectores de trabajo intensivo relacionados con metal mecánica, maquinaria, etcétera. Ese es todo el mecanismo como cierra de la recuperación del empleo.
SR. MARCONATO Nos quedaron algunas cosas pendientes. Con respecto a la obra de Río Colorado, no la encontramos. Vamos a transmitir al Ministerio correspondiente, y a través de la Presidencia le llegará la respuesta.
Con respecto al Plan Belgrano, la explicación concreta, más allá de la importancia de la decisión política, es que se consideró dentro de la técnica presupuestaria que este primer año iba a llevarse adelante de una mejor manera si los programas estaban dentro de cada uno de los ministerios. Esa fue la decisión dentro de la técnica presupuestaria. De todas formas, creemos que está muy bien el planteo, y la verdad es que sería mejor mostrarlo. Lo concreto es que podemos enviar un informe por lo menos de qué obras y qué temas de consumo están dentro del Plan Belgrano. Pero no hay una partida definida porque se consideró que en la ejecución de este primer presupuesto era mejor que cada uno de los ministros los tuvieran en su Ministerio.
Con respecto a la Fundación Miguel Lillo, tenemos una sola duda que es el nivel de ejecución presupuestaria de este año y como lo hace la Fundación misma, acá me están pasando el informe de que está muy por debajo de lo que se había definido. Indudablemente, no va a llegar a un monto de 141.000 millones que está puesto en 2017. Pero ahora bien, creemos que es de importancia el tema, vamos a analizarlo y le vamos a transmitir la preocupación al ministro.
En cuanto a la ejecución presupuestaria, lo que estamos planteando en el comparativo es lo que consideramos que va a ser para este año 2016.
Con respecto al FAS, ya está en otros impuestos y la parte interna está puesta en interno. Esa es la explicación del tema del cigarrillo.
Con respecto al Plan Belgrano, la explicación concreta, más allá de la importancia de la decisión política, es que se consideró dentro de la técnica presupuestaria que este primer año iba a llevarse adelante de una mejor manera si los programas estaban dentro de cada uno de los ministerios. Esa fue la decisión dentro de la técnica presupuestaria. De todas formas, creemos que está muy bien el planteo, y la verdad es que sería mejor mostrarlo. Lo concreto es que podemos enviar un informe por lo menos de qué obras y qué temas de consumo están dentro del Plan Belgrano. Pero no hay una partida definida porque se consideró que en la ejecución de este primer presupuesto era mejor que cada uno de los ministros los tuvieran en su Ministerio.
Con respecto a la Fundación Miguel Lillo, tenemos una sola duda que es el nivel de ejecución presupuestaria de este año y como lo hace la Fundación misma, acá me están pasando el informe de que está muy por debajo de lo que se había definido. Indudablemente, no va a llegar a un monto de 141.000 millones que está puesto en 2017. Pero ahora bien, creemos que es de importancia el tema, vamos a analizarlo y le vamos a transmitir la preocupación al ministro.
En cuanto a la ejecución presupuestaria, lo que estamos planteando en el comparativo es lo que consideramos que va a ser para este año 2016.
Con respecto al FAS, ya está en otros impuestos y la parte interna está puesta en interno. Esa es la explicación del tema del cigarrillo.
SR. SNOPEK (A.F.) Hay proyectos para bajarlos para que sea cero.
SR. MARCONATO La realidad es que se está analizando un proyecto integral, se viene hablando con los distintos gobernadores de la región o que están con este tema del tabaco y queremos buscar una solución que no sea tan compleja y que pueda beneficiar a todos. Estos cambios ha beneficiado tanto a nuestros ingresos como a los provinciales, pero es bastante compleja la administración tributaria del tema.
SR. CAPUTO Con respecto a la información sobre la deuda, la evolución y todos los datos fundamentales, subimos todo a la web, entonces lo pueden chequear y rechequear en nuestro sitio de la Secretaría de Finanzas. Todo lo que sea información adicional, como el informe que habían pedido, ningún problema: soliciten lo que necesiten. Transparencia total, como siempre.
SR. LAVAGNA Faltan los fascículos que no se subieron.
SR. LACOSTE Una pequeña reflexión con respecto a la muy interesante presentación del diputado Pereyra cuando hizo esa pregunta de a qué país nos queremos parecer.
Esa es una pregunta que nos hemos hecho siempre. Después de darle muchas vueltas al tema, lo que siempre compartimos con el ministro Prat Gay es que queremos ser una Argentina más justa, más federal y más próspera. Creo que eso siempre nos va a unir a todos.
También queremos una Argentina más integrada al mundo, porque creemos que eso es muy sano y muy bueno, pero sin perder nuestros olores y nuestros sabores, como decía el gran Vittorio Orsi.
Esa es una pregunta que nos hemos hecho siempre. Después de darle muchas vueltas al tema, lo que siempre compartimos con el ministro Prat Gay es que queremos ser una Argentina más justa, más federal y más próspera. Creo que eso siempre nos va a unir a todos.
También queremos una Argentina más integrada al mundo, porque creemos que eso es muy sano y muy bueno, pero sin perder nuestros olores y nuestros sabores, como decía el gran Vittorio Orsi.
SR. PRESIDENTE LASPINA Muchas gracias. ¿Queda algo pendiente?
SR. MARCONATO Solamente aclarar el tema de reducción de gastos de capital de las universidades, porque el programa Más escuelas, que estaba dentro del sistema, ahora lo está manejando el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda. Por eso se produjo la baja en el área de Educación, que encontrarán en el 2017.
SR. PRESIDENTE LASPINA Perfecto.
Agradecemos la presencia de los señores secretarios y subsecretarios.
Damos por finalizada esta reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Continuaremos el próximo martes, ya les llegará la notificación en los próximos días.
Agradecemos la presencia de los señores secretarios y subsecretarios.
Damos por finalizada esta reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Continuaremos el próximo martes, ya les llegará la notificación en los próximos días.