Su preocupación y repudio por el direccionamiento distorsivo de las preguntas referidas a Trabajo y Previsión Social, previstas en el cuestionario de población correspondiente al censo 2010 en el entendimiento que, tal como se encuentran formuladas, no permitirán la obtención de datos estadísticamente consistentes para implementar políticas sociales efectivas y realizar comparaciones con otros países.

Señor presidente:

Si bien es cierto que el Censo 2001 fue objeto de cuestionamiento por su método y forma en la que fue implementado, resulta inadmisible que, a diez años de aquel trabajo, el nuevo censo que se llevará a cabo el 27 de octubre de 2011 haya empeorado en aspectos metodológicos, en una nueva muestra de que las estadísticas oficiales argentinas van de mal en peor.

Puntualmente nos referimos a las preguntas que en el cuestionario de población (ampliado y reducido) se implementarán para abordar las cuestiones referidas al Trabajo y a la Previsión Social de los ciudadanos. En efecto: en 2001, en la pregunta 24, se interrogaba si durante la semana pasada se había trabajado "aunque sea por pocas horas"; demás está decir que esta pregunta es metodológicamente incorrecta porque sesga al entrevistado al "rogarle", prácticamente, que responda de modo afirmativo.

Pero el interrogante incluido en el cuestionario del próximo censo resulta aún peor, pues limita la pregunta a si en la última semana se ha trabajado "por lo menos una hora". Esta pregunta, así formulada, denota la maliciosa intencionalidad del gobierno por obtener resultados que se acerquen al concepto de ocupación plena.

Lo que venimos relatando se agrava aún más si relacionamos estos interrogantes con los correspondientes a la situación previsional de los argentinos. En el ya citado censo del año 2001 se interrogaba (pregunta 33) si "por su trabajo se le efectuaban descuentos para la jubilación" y, para el caso de los trabajadores por cuenta propia, se interrogaba si el trabajador "aportaba por sí mismo para la jubilación". De este modo, se pretendía evaluar el universo de los trabajadores económicamente activos aportantes al sector pasivo y determinar el universo de empleo informal (o negro).

Hecha esta observación resulta llamativa la forma mediante la cual el cuestionario a emplear en el corriente año aborda la cuestión. Máxime en un contexto donde el gobierno afirma que no estaría en condiciones de elevar la jubilación mínima al 82% móvil del salario mínimo tal como pretende la oposición.

Para nuestra sorpresa el capítulo previsional del cuestionario 2011, sólo se limita a preguntar si se recibe jubilación o pensión (pregunta 15 del cuestionario ampliado) y de qué naturaleza es el haber que se recibe (jubilación; pensión; jubilación y pensión; pensión no contributiva; y pensión graciable). De este modo, el gobierno podrá regodearse con estadísticas que reflejarán la incidencia positiva de la moratoria y posterior inclusión de más de 1,8 millones de personas en el sistema jubilatorio realizada durante la gestión Kirchner.

Pero esta pregunta, que le permitirá al gobierno, exhibir un dato exitoso seguro no aborda la cuestión relativa a la estrecha relación que tiene el nivel de población económicamente activa con el sector pasivo. Y esto es así porque será fácilmente demostrable que aumentó la ocupación mientras también se incrementó el sector pasivo. Pero estos datos "fríos" poco nos informarán sobre la calidad del empleo, el poder adquisitivo real de los haberes jubilatorios y menos aún sobre aquello que los diseñadores del cuestionario entienden por "trabajo" al considerar que una actividad de, al menos una hora semanal, merece ser considerada como tal.

La insuficiencia del interrogante incluido en el cuestionario demuestra el poco interés del gobierno por evaluar la dimensión del empleo formal e informal y su decisión de no implementar políticas públicas tendientes a erradicar el empleo en negro y generar, a través del blanqueo, recursos genuinos para financiar al sector pasivo.

De mantenerse estables las condiciones actuales, la mayoritaria fuente de recursos que financian al sector pasivo correspondiente a los aportes y contribuciones vinculadas al mundo laboral formal se mantendrá desbalanceada. En efecto: hoy 5.585.000 de pasivos son sostenidos gracias al aporte de 7.300.000 cotizantes regulares. O sea que por cada jubilado hay 1,3 trabajadores que contribuyen a su jubilación contando asalariados, autónomos y monotributistas.

De las preguntas incluidas en el próximo censo se desprende claramente que el gobierno pretende mantener invariable la proporción, mostrar mayor nivel de empleo, el crecimiento de la cantidad de ciudadanos que perciben haberes jubilatorios y negar la aplicación del 82% móvil.

Por estas razones, solicito a mis pares su voto afirmativo para la aprobación de la presente iniciativa.