Expresar su adhesión a la conmemoración del "Día Internacional del Migrante", a realizarse el día 18 de diciembre de cada año.

Señor presidente:

El día 18 de diciembre fue proclamado por Naciones Unidas el Día Internacional del Inmigrante para recordar la fecha del 18-D de 1990, día en el que la Asamblea General aprobó la Convención Internacional para la protección de los derechos de los Migrantes y de sus familias. Desde ese momento, el objetivo de muchas ongs y grupos de apoyo al inmigrante consiste en que los países de la Unión Europea y otros estados receptores de inmigrantes tales como E.E.U.U, Canadá, Japón o Australia firmen y se comprometan con el texto de la Convención.

Muchas coaliciones locales trabajan autónomamente en Bélgica, Holanda, España o Irlanda para conseguir la firma y ratificación del texto de Naciones Unidas. Como ningún país de la Unión Europea parece querer firmar dicho texto unilateralmente, dichas organizaciones están intentando coordinarse a nivel comunitario con más claridad y formando una sola voz para dirigirse a Bruselas y presionar desde el ámbito comunitario.

La Convención de NU sobre los trabajadores inmigrantes esta destinada a la totalidad de los seres humanos. Así, no solo se refiere a los derechos de los propios trabajadores si no que subraya los derechos de maridos, esposas, mujeres y niños.

El Día Internacional del Migrante ofrece la oportunidad a la comunidad internacional de reconocer y apreciar las contribuciones de los inmigrantes del mundo entero a la economía y a la cultura, tanto de los países de receptores como de los de origen. A pesar de lo cual los inmigrantes hoy día siguen encontrándose en situaciones marcadas por el aumento de la discriminación y del racismo, en las que sus derechos fundamentales no son respetados.

Se establece como base el reconocimiento de los derechos humanos de todos los migrantes, incluyendo tanto a los propios trabajadores como a los miembros de sus familias, y subraya el principio fundamental de no-discriminación.

Igualmente deben responsabilizarse de la seguridad de sus ciudadanos emigrados y apoyarles tanto durante su estancia en el extranjero como tras el retorno.

Por otro lado, no hay que olvidar que los flujos migratorios cambian con el tiempo, de manera que algunos países de emigración tradicional se convierten en países de transito y en algunos casos de destino.

Lamentamos que los esfuerzos no se centren en luchar desde la cooperación política económica y social contra las causas del fenómeno migratorio.

Por todas estas consideraciones Sr. Presidente solicito a los Sres. Legisladores que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.