De interés de esta Cámara, el centésimo aniversario de la fundación de la localidad de Verónica, partido de Punta Indio, provincia de Buenos Aires, a celebrarse el día 18 de marzo de 2015.

Señor presidente:

El 18 de marzo de 2015, la ciudad de Verónica cumplirá su centenar de vida, este paraje del interior de la Provincia de Buenos Aires nació a principios del siglo XX, a instancias del propietario de las tierras, Don Martín Tornquist en campos donde en la actualidad se asienta esta población.

Esta región de la Provincia de Buenos Aires es la resultante de la subdivisión del Rincón de Noario, mensurado por la sucesión de Manuela Josefa Fernández de Piñero. Más tarde, a principios del siglo XX, la hija de Juan Escribano heredó las tierras que el 12 de junio de 1901 la firma "Estancias y Colonias Tornquist S.A." adquirió en Magdalena 10.365 has. Esta adquisición tomó el nombre de Juan Gerónimo.

En 1908 fallece Ernesto Tornsquist y su esposa con sus diez hijos invirtieron las acciones de "Estancias y Colonias Tornsquist S.A." en las tierras que heredaron en Sierra de la Ventana y Magdalena. Tres de los hijos reciben las tierras de Magdalena, que se transforman en: "Luis Chico", "Juan Gerónimo" y "La Verde".

Uno de los herederos, Don Martín Tornquist, recibe en heredad la estancia "La Verde" y sobre este solar transitan las vías férreas del Ferrocarril del Sud; mientras el ramal se construía, desde punta rieles (Las Tahonas) hacia Pipinas, oportunamente se erige la estación denominándosela "Verónica", en homenaje a su esposa, Doña Verónica Bernal de Tornquist.

Doña Verónica Bernal de Tornquist, nació el 27 de julio de 1885 en el seno de una familia de raigambre católica, hija del matrimonio Felix Bernal Lynch y Magdalena Macnab Ituarte (hija a su vez de Duncan Macnab y de Damasia Ituarte, y nieta por parte materna de Juan Bautista Ituarte y María Magdalena Pueyrredón, hermana esta última del Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón). Su padre, Félix Bernal Lynch, nació en Buenos Aires en 1833, se movió en el terreno de la política, del comercio y de la industria. Fue comandante militar y juez en Mar Chiquita en 1867, es decir en las fronteras con el malón. En 1871 figuró en la Convención Constituyente. El presidente Sarmiento lo nombró director del Banco Nacional. Participó en la revolución de 1880 junto a Tejedor. Luego se retiró a la vida privada y fundó la floreciente ciudad de Bernal sobre el camino de Buenos Aires a La Plata. Presidente del Concejo Deliberante de la Capital en 1892 y vicepresidente del senado de la provincia durante el gobierno del doctor Udaondo.

El 11 de julio de 1914 y con la firma de Martín Tornsquist y el Agrimensor Enrique Glade, se presenta en la ciudad de La Plata, una carta dirigida al Director de Salubridad, con los antecedentes y la mensura judicial de la mitad de la superficie de "La Verde" para la fundación de la Colonia Verónica, citando: ".... Que con motivo de solicitar del P.E. la aprobación del trazado de un pueblo en terrenos de mi propiedad situados en derredor de la estación "Verónica" del F. C. Sud....." más adelante prosigue determinando los límites: ".... La prolongación de la vía del Ferrocarril Sud durante el pasado año 1913 y la nueva estación construida en el campo del Sr. Tornsquist determinaron a este señor a proceder a la división en manzanas, quintas y chacras de una parte de su campo... "

Fueron épocas donde el mundo fue sacudido por la intolerancia y por el desencuentro de los hombres, estallaba la Primera Guerra Mundial. La Argentina, mientras tantos, miraba hacia su interior y posiblemente no cabía totalmente en tanta generosidad de Dios en la tierra que tenía a sus pies.

Los trámites formales estaban concluidos pero no bastaban, faltaba que la gente comenzara a escribir las primeras líneas de la historia que nos incluye a todos. Faltaba que el ánimo, las ganas y el arraigo enamoraran al hombre de la geografía. Faltaba que antes o después de ese 18 de marzo de 1915 en que Don Inocencio Ruggiero escriturara el primer lote (acontecimiento que marca la fecha fundacional), la semilla del pueblo prendiera, y prendió. Prendió primero en los que estaban cerca, en los alrededores, trabajando de peón o de oficio, en "La Verde" o en "Juan Gerónimo".

Por aquel entonces solo era pampa, verdor y soledad; atrayéndolos hacia el corazón, la estación, como un imán milagroso de despedidas y regresos, de buenas nuevas y misterio. Eran otros tiempos, como decía Doña Francisca: eran tiempos de caras reconocidas, gestos gauchescos y relación familiar; eran tiempos de juntarse a charlar y ver como se podía arreglar el paso a tanto barro y laguna. Fueron tiempos de sortear dificultades, como allá por el '17, debido a una huelga ferroviaria, a instancias del Jefe de Estación le pidió al capataz para que con un grupo de vecinos fueran con una zorra a bomba y un acopladito en busca de alimentos a otros parajes. Eran tiempos de reunirse en el andén y esperar el tren para ver quién viene pero un día el tren dejó de venir, todos los trenes del país dejaron sus destinos.

La geografía de entonces, una planicie de pastizales, pajonales y bañados; con el arribo de familias de origen ucraniana, polacas y alemanes fue cambiando, con el sudor de su frente y la impronta de sus orígenes, fueron hendiendo en la tierra frutales (especialmente manzanos que luego por muchos años fue una fuente de ingresos para algunas familias), plantaciones de eucaliptus; también integraron a sus chacras animales de corral y algunos vacunos, cerdos y ovejas para su sustento y el mercadeo en la zona. Esos emigrantes le dieron a la zona el aliento progresivo de la producción agraria y granjera, la alegría de las fiestas y el asombro de las costumbres. Ellos criaron a sus hijos con la espiga y el sueño permanente de las dos patrias. Hoy muchos de ellos no están, pero seguramente contemplan desde la cruz del sur a sus hijos y nietos trabajando en algún oficio, en su empleo o profesión, con la nostálgica rememoración del surco y la continuidad de su vida.

La tarea aportada por esa impronta migratoria en el campo, no duró mucho tiempo. Las condiciones económicas y familiares, la falta de apoyo y el desamparo creciente de los pequeños productores terminaron por no alcanzar para subsistir del trabajo de la tierra.

Ambicioso fue un proyecto de los primeros años de la fundación, que de cristalizarse hubiera sido distinto aquellos primeros tiempos de Verónica; tal fue el proyecto (según documentado) de la instalación de "La Compañía de telegrafía sin hilos Marconi forma la estación radiotelegráfica del mundo. Esta estación está destinada a comunicarse directamente con la estación similar y de la misma compañía situada en el Condado de Sheffiel, Inglaterra, o sea a una distancia de 12.000 km. La antena está formada por un grupo de catorce torres instaladas en un espacio longitudinal de 2.500 metros y cada una tendrá doscientos cuarenta metros, cuatro veces la estatua de "La Prensa"...." "El capital de la Compañía de Telegrafía sin Hilos Marconi es argentino e inglés y asciende a 2.000.000 de pesos oro sellado".

En esos duros tiempos, los vecinos fueron resolviendo sus situaciones por autogestión, fueron agrupándose espontáneamente, y de tal espontaneidad surge una primera institución, en el año 1919, la Sociedad Vecinal de Fomento ocupándose desde entonces hasta la actualidad de la complejidad de resolver las problemáticas de la infraestructura urbana, con los recursos y el ingenio para el cometido. Así también los social y deportivo se fue gestando en el "galpón de la estación", surge en el año '19 el Club Social y Deportivo Verónica, y desde ese primer puntapié la Gente del Pueblo de Verónica, se organizó en cooperativas, instituciones del tipo social y también deportivos, de seguridad; llegando en la actualidad a contarse en un número de 22 Organizaciones No Gubernamentales. El esfuerzo Institucional y las gestiones del conjunto logró que en la actualidad Verónica cuente con servicios esenciales: luz, caminos mejorados por material calcáreo, pavimentos, agua potable, teléfono, iluminación urbana, gas natural, instituciones de créditos y bancarias, educacionales, seguridad.

En el año 1923 (por el Decreto del 26 de noviembre de 1923 - O.G. 271/923) es designada una Comisión para analizar y recomendar la adquisición de terrenos para implementar una Base Aeronaval. Cumplida la misión de la comisión, se acota el emplazamiento futuro dentro del partido de Magdalena, en las proximidades de Verónica, y pronto se adquirieron las primeras 365 Has. iniciando el traslado del material de vuelo existente en el Fuerte Barragán. En marzo de 1924 se constituye una Comisión para encargarse del control de las obras licitadas en la entonces llamada "Base Aeronaval del Río de la Plata"; hoy Base Aeronaval Punta Indio. Para el año 1933 se crearon las primeras Escuadrillas de Caza Bombarderos Livianos y la Escuadra del Río de la Plata. La incorporación de los nuevos elementos hizo necesario dotar a los Talleres Aeronáuticos de una mayor infraestructura, llegando el desarrollo de los mismos a tal punto, que en el año 1934, se logran construir íntegramente tres Aviones tipo Pelican y en 1937 seis Aviones Curtís 16E.

El 1º de marzo de 1938 se inauguró la Base Aeronaval Punta Indio, la Escuela de Aprendices Operarios, un hecho muy importante para Verónica, dado que esta verdadera escuela de alta capacitación para la juventud de la zona, permitió la formación de profesiones diversas y un medio de ingresos para las familias que se iban radicando; además la Escuela de Aviación Naval (a partir de 1964), y las Escuadrillas de la Fuerza Aeronaval Nº 1, trajo aparejado el tránsito pero también la radicación de familias provenientes de distintos puntos del país, que hicieron de Verónica "su lugar en el mundo". También la Base hizo que inmigrantes italianos, azolados por la guerra, encontraran aplicar sus conocimientos de oficios y se radicaran en el pueblo, terminando de fundar un verdadero crisol de razas en este pueblo.

Ya el cielo de Verónica y alrededores no solo era cruzado por horneros, gorriones, chimangos o algunos que otros chajás, despegando de la Base se levantaba algún globo o dirigible, y como aves de acero, los aviones de la Armada Argentina surcaban los aires hacia distintos puntos.

La geografía del pueblo fue cambiando por entonces, en el pueblo afloran entre las casitas de chapa y cierta forma de arquitectura modesta.

Doña Verónica Bernal de Tornsquist, mujer de una fuerte fe, junto a su esposo impulsan una de las obras arquitectónicas más importantes de esos tiempos, el Templo dedicado a la advocación de Nuestra Señora de Lourdes, obra que queda inaugurada el 30 de agosto de 1932; siendo lugar de recogimiento, de alabanzas, alegrías y tristezas, para las familias de la región.

Hasta la década del '50 las calles de tierra fueron el camino de la historia fundacional, de los primeros pobladores, de los inmigrantes y los arraigados. Muchas esperanzas se construyen con él y muchas otras se sepultaron. Todo parece comenzar a suceder de otra manera. Otro tipo de manifestaciones y propuestas se perfilan en el horizonte pueblerino

El asfalto y otros logros de servicios comunitarios ya son protagonistas. El largo y decisivo primer acto de esa primera parte de la historia ha concluido.

Lo que queda es más reciente es parte más reciente, es parte de lo que aún está transcurriendo. Vamos a tomar una distancia suficiente, investigando para que los hechos y protagonistas se conviertan en evidencia objetiva de la historia; queda, por ejemplo, contar la historia que tuvo a este Pueblo como protagonista, en una lucha por más de treinta y cinco años de reclamar el derecho de formar parte de los Pueblos del Sur del viejo pago de Magdalena, de ser autónomo de sus propios destinos; saliendo a la luz en el año 1994 como ciudad cabecera del Partido de Punta Indio.

Verónica, cumple sus primeros cien años de vida. Un siglo de existencia, que en la historia de la República, es solo una parte; pero es un ejemplo de las luchas de los pueblos del interior de la Argentina, que se desvela por un futuro mejor.

Por ello, solicito a mis pares que acompañen este proyecto.