Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, a través de los organismos que correspondan, informe acerca de las condiciones de vida de pobladores de nuestro país, de acuerdo a:

1. Distribución demográfica de la población indígena y no indígena que habita el Impenetrable, de distintas provincias del país (Chaco, Formosa, Salta y otras).

2. Número total de habitantes y cantidad de habitantes por zona, estipulado por sexo y edad.

3. Estado nutricional de dichas poblacionales clasificado por sexo y edad. Provisión mensual de recursos alimentarios por parte del Estado. Tipo de alimentos que se proveen.

4. Recursos en Salud suministrados por el Estado a través de Médicos Comunitarios a estas poblaciones en estado de indigencia.

5. Ubicación geográfica de los Centros de Salud. Lugares específicos donde opera el programa de Médicos Comunitarios dentro del Impenetrable.

6. Estadísticas existentes a la fecha respecto de Tuberculosis (TBC), Chagas y otras enfermedades; tasas de mortalidad producto de la indigencia extrema.

7. Nivel de escolarización de la población que nos ocupa. Grado de accesibilidad a la misma.

8. Condiciones de vivienda y sanitarias. Nivel potabilidad del agua.

9. Medidas adoptadas a la fecha por el Poder Ejecutivo para que las poblaciones afectadas por la indigencia y la inanición consecuente puedan revertir a la brevedad tales circunstancias.

Señor presidente:

Motiva el presente pedido de informes la realidad existente vista a través de distintos medios, pero fundamentalmente vividas y percibidas por grupos de organizaciones no gubernamentales que, desde hace años, recorren la zona del Impenetrable brindando desde sus posibilidades paliativos para las situaciones que atentan contra la vida humana y por ende, el desarrollo de los pueblos.

LA POBREZA ES EL MAYOR FACTOR DE RIESGO para enfermedades que llevan a un aumento de la morbilidad y mortalidad en los sectores vulnerables.

El grado de pobreza se establece, de acuerdo al INDEC, teniendo en cuenta las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y la línea de indigencia. Es sorprendente observar que el 18% de los menores de 14 años de la población de nuestro pais se encuentra por debajo de la línea de indigencia.

¿Qué nos ha sucedido como país? Casi 50 años atrás Argentina tenía el mismo PIB que Japón y mayor que el de España e Italia; sus índices de pobreza no superaban el 8%, la desocupación sólo alcanzaba al 5% de la población y el analfabetismo y la deserción escolar eran casi anecdóticos.

Los cambios acontecidos posteriormente influyeron enormemente en la prestación de salud que recibió la población, pero afectó especialmente al Hospital Público. Este fue el efector de salud encargado de absorber el impacto causado por el empobrecimiento.

Como dato paradójico, vemos que nuestro país ocupa el sexto lugar en el mundo de acuerdo a gastos en salud, y pese a ello se encuentra en el puesto 62 en cuanto a mortalidad infantil. Dicha cifra es menor que en 1985 pero, aún así, es el doble de países como Suecia, Australia, Chile y Cuba; pero lo más atroz de todo esto es que 2 de cada 3 muertes se deben a causas absolutamente evitables, especialmente si tenemos en cuenta que casi la mitad de los menores de 6 años son pobres. Esto es la causa por la que hoy en día 1,3 millonres de mujeres embarazadas y niños menores de dos años padecen desnutrición o están en grave riesgo de padecerla.

La Conferencia Internacional de Promoción de la Salud, realizada en Canadá, elaboró la Carta de Ottawa donde se definió a la promoción de la salud como "el proceso de proporcionar a los pueblos los medios necesarios para que puedan mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma".

Creemos que solucionar tan diversos aspectos deben tomarse los recaudos necesarios a fin de mejorar la coordinación en el accionar de diversas áreas tales como salud, educación, acción social y desarrollo urbano. Es decir, Políticas de estado sustentables en el tiempo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 90% de los recursos destinados a investigación y desarrollo en problemas médicos se aplica a enfermedades que causan menos del 10% del sufrimiento global presente. Hay patologías "sin prensa", de regiones muy empobrecidas, como ser la enfermedad de Chagas, desnutrición y otras, que parecerían no merecer ni siquiera una mirada de soslayo de los que manejan el poderío económico y que, obviamente, invierten en lo que les deja un mayor rédito económico o político.

La asignación de recursos de una manera ética, es clave para lograr el desarrollo igualitario de los habitantes de un país. Un informe de la Organización Panamericana de la Salud y la CEPAL (1998), en referencia a Latinoamérica, afirma que "se observa en casi todos los países de la región un incremento en enfermedades no transmisibles crónicas asociadas con alimentación y nutrición". Junto a la pobreza, la situación social de América Latina se singulariza por acentuadas iniquidades. El 5% más rico de la población recibe el 25% del ingreso. La proporción supera a lo que recibe el 5% más rico en las otras áreas del globo. A su vez, es la región donde el 30% más pobre de la población recibe el menor porcentaje del ingreso (7,6%) en relación a los demas continentes. Iniquidad y pobreza interaccionan estrechamente. Esto opera como un factor de gran relevancia en la pauperización de la región.

El peso de la pobreza y la iniquidad sobre los sectores humildes de América Latina, está creando "situaciones sin salida" que es imprescindible enfrentar a través de políticas que aborden los planos trascendentales del empleo, la producción, y múltiples aspectos económicos.

Según el país, entre el 72% y el 96% de las familias en situación de indigencia o pobreza tienen padres con menos de 9 años de instrucción. Ello significa que la pobreza lleva en la región a una limitada educación que, a su vez conduce a formar familias cuyos hijos tendrán reducida escolaridad, lo que influirá en mantener destinos familiares de pobreza intergeneracional.

Cada hora que transcurre en esta América Latina, afectada por los problemas sociales descriptos, sin que haya políticas efectivas en campos como los ya mencionados, significará más familias destruidas, o que no llegarán a formarse, madres adolescentes, niños desertando de la escuela, jóvenes excluidos. La ética, en primer lugar, la propuesta de pluralismo de la democracia, y el ideario histórico de la región, exigen sumar esfuerzos, y actuar con urgencia para evitarlo.

Apoyando estos últimos conceptos podemos citar un informe de la OMS, titulado "Conocimientos para mejorar la salud: Fortalecimiento de los sistemas sanitarios". Las conclusiones del mismo indican que la realización de investigaciones eficaces sobre los sistemas de salud podría evitar, mediante intervenciones sencillas y poco costosas, la mitad de las muertes que se producen en todo el mundo. Los autores del informe señalan que estas investigaciones ofrecerían la posibilidad de propiciar mejoras espectaculares de la salud a nivel mundial y concretan algunos campos que, de gestionarse más eficazmente, redundarían en beneficios para la salud pública. Asimismo, hacen mención de las estrategias necesarias para reducir las disparidades mundiales en materia sanitaria.

Para la OMS, la falta de igualdad en el campo de la salud, en la que el mal funcionamiento de los sistemas sanitarios es clave, es "uno de los principales desafíos para el desarrollo". Por ello, su informe hace un llamamiento a que los proveedores de servicios de salud, los políticos, usuarios y la sociedad civil se involucren en esas investigaciones, junto a las instituciones académicas y laboratorios.

El riesgo mayor, de todos modos, reside en que quienes tengan en sus manos responsabilidades o el poder de tomar decisiones en la materia, pierdan el sentido de lo humano o deformen la integridad del hombre, alterando el principio fundamental de sostener el bien común, dentro del cual se desarrolla la vida humana con todas sus maravillas y deficiencias.

Es por lo expuesto precedentemente, solicito a mis pares que me acompañen en este proyecto.