Repudiar las agresiones verbales y físicas sufridas por la familia de Félix Díaz, durante los últimos días de junio y primeros días de julio de 2012, y exhortar a las autoridades a respetar y proteger sus derechos humanos y los de su familia y comunidad.

Señor presidente:

El 2 de julio de 2012 el bloque de diputados nacionales de la Unión Cívica Radical llevó a cabo una jornada en su sede en la Cámara para discutir sobre derecho a la consulta a los pueblos indígenas, a la que había confirmado su presencia Félix Díaz.

Sin embargo, Díaz debió cancelar su participación debido a que su familia había sufrido amenazas en los días previos y se veía forzado a ocuparse del asunto. Asimismo, la línea de su teléfono celular habría estado cancelada debido a que se habría denunciado su extravío por una tercera persona.

Estas circunstancias fueron comunicadas a mi despacho el día del encuentro y fueron además denunciadas durante la jornada por otra expositora, la profesora de derecho y abogada del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) Silvina Zimerman, quien se especializa en temas de derecho indígena y asiste a la comunidad qom. Según graficó ella, además, lo ocurrido servía como una cruda fotografía de las manifestaciones palpables de la denegación de derechos a los pueblos indígenas y de las barreras que existen para una eficaz escucha por parte del Congreso de las voces indígenas.

Es lamentable, en efecto, la triste y sugerente coincidencia de que una actividad auspiciada en el marco de la actividad legislativa y dirigida, precisamente, a escuchar a los representantes de los pueblos originarios se haya visto opacada por las renovadas agresiones a Félix Díaz y su comunidad.

Debemos a la sociedad un ingente esfuerzo aún por la igualdad, pero, no podemos dejar hoy de expresar nuestro repudio a las agresiones, como modesto aporte, al menos, a un cambio necesario que deberá ocurrir más temprano que tarde.

Invitamos a los colegas diputados y diputadas a acompañarnos en esta iniciativa.