Su adhesión a la conmemoración de la Fiesta de la Pachamama a celebrarse en el mes agosto.

Señor presidente:

Probablemente, la más popular de las creencias mitológicas incaicas que aún sobreviven con fuerza en algunas regiones del Noroeste Argentino y muy especialmente en Jujuy es honrar a la Pachamama, “nuestra Madre Tierra”.

El primero de agosto es el día de la Pachamama. Constituye la oportunidad para revalorizar el culto y el respeto a la Madre Tierra.

Fue en esta inteligencia que en el año 2013, el honorable Congreso de la Nación sancionó la Ley 26.891, por la cual se declara a la provincia de Jujuy como capital nacional de la misma.

Es la Madre Tierra, como la representación del dios del bien, ella nos demuestra generosidad en todo sentido, haciendo mudar los frutos u ofreciéndonos los minerales y riquezas guardadas en su seno.

La Pachamama es por lo tanto la diosa femenina de la tierra y la fertilidad; una divinidad agrícola benigna concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos. A esta deidad periódicamente se le rinde pleitesía mediante el acto ritual denominado Chaya, en afán de reparar con este rito la acción humana de hoyar en su seno, al mismo tiempo se agradece los bienes que nos ofrece para nuestro sustento o las riquezas que guardaba en su seno, pidiendo que no deje de favorecernos.

Honrar a la Pachamama no sólo es una acción de espiritualidad singular, sino colectivo que remite y está atravesada por múltiples significaciones. Entre ellas: la identidad cultural, el encuentro en la interculturalidad, la vida en comunidad, las prácticas colectivas, el respeto a la tierra, su cuidado, la protección del medio ambiente y la generación condiciones que hagan posible la vida para las generaciones presentes y futuras.

Por las razones expuestas solicito el voto afirmativo de mis pares a la presente iniciativa.