Su beneplácito por cumplirse este año los cincuenta aniversarios de la llegada de los primeros inmigrantes de la República de Corea a la República Argentina.

Señor presidente:

El próximo 17 de agosto se conmemora el aniversario número cincuenta de la llegada de setenta y ocho miembros de trece familias al puerto de Buenos Aires desde la República de Corea.

Se sabe que se quedaron unos días en el Hotel Torino en la ciudad de Buenos Aires y luego se trasladaron a Lamarque, provincia de Río Negro, y en ese entonces, el gobierno local les otorga 400 hectáreas de tierra no trabajadas a este grupo de inmigrantes coreanos. Actualmente diez familias coreanas viven en Lamarque trabajando en fruticultura.

Pero el mayor porcentaje de inmigrantes se afinco en la ciudad de Buenos Aires en el barrio de Bajo Flores, dedicándose a comercio. Desde este comienzo, muchos coreanos con destrezas manuales empezaron a producir su propia ropa usando máquinas de coser y ampliando de a poco sus negocios, y diversificando sus ramas de indumentarias de costura, producción de telas y ventas mayoristas de prendas de vestir.

Si bien los orígenes de la inmigración coreana en Argentina se remontan al año 1965, pero aproximadamente el cincuenta por ciento de los coreanos que eligieron vivir en la Argentina llegaron a nuestro país entre 1984 y 1989. A pesar de su llegada relativamente reciente, los inmigrantes coreanos tienen una fuerte presencia en la Argentina tanto en términos económicos como sociales.

En esta década empezaron a abrir locales de ropa sobre la Avenida Avellaneda y en 1985 llegan en forma masiva inmigrantes inversores coreanos gracias a que fue abierto a los coreanos la política de inmigración de inversiones por parte del gobierno argentino.

Hoy en día la comunidad coreana está fuertemente arraigada en nuestro país y afortunadamente la interacción entre coreanos y argentinos ya no está limitada a ámbitos como el de la diplomacia tradicional o el comercio, sino que involucra además un creciente diálogo intercultural.

Se calcula que es de 30.000 personas la población coreana que vive actualmente en la Argentina. Esta cifra incluye no solo a los coreanos que poseen el pasaporte coreano sino a todos los argentinos descendientes de coreanos que nacieron en estas tierras. Más del 95% de los coreanos viven en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, pero también habitan en la región norte de las provincias de Jujuy y Salta, en el centro del país en la provincias de Córdoba y Santa Fe y en el sur, en Neuquén, Río Negro y Santa Cruz.

En materia de comercio las relaciones entre ambos países se han desarrollado favorablemente y como resultado de la firma de numerosos acuerdos. Las inversiones coreanas en la República Argentina han contribuido al desarrollo de nuestra economía, particularmente en lo que respecta al sector pesquero, la industria automotriz, el sector energético (petróleo y gas) y la industria tecnológica.

Es importante destacar en este punto que la migración de coreanos a la Argentina es participe central en las relaciones bilaterales con la República de Corea.

En la actualidad si bien la mayoría de los coreanos se dedica a la industria de textil, los coreanos que vinieron a vivir a la Argentina de pequeños o que han nacido, crecido y educados en nuestro país se han integrado en otras profesiones o en actividades artísticas y culturales.

El acercamiento entre ambas naciones en materia cultural ha sido una prioridad desde el inicio de las relaciones diplomáticas, y la voluntad de integración ha perdurado. Actualmente, la comunidad coreana en la Argentina ha fundado un hospital coreano y el Instituto Coreano Argentino de enseñanza primaria. A esto hay que sumarle el Centro Cultural Coreano que abrió sus puertas en noviembre de 2006, instaurado con el objetivo explícito de desarrollar el diálogo y el mutuo entendimiento entre Corea y Argentina, y entre Corea y el resto de los países de América Latina.

Por todo lo expuesto hasta ahora, y con la intención de celebrar la voluntad de entendimiento y cooperación que dio origen a una exitosa historia de relaciones bilaterales, es que solicito a esta Honorable Cámara adherir públicamente a la conmemoración de los cincuenta años de la llegada del primer grupo de inmigrantes coreanos a nuestro país.