POBLACION Y DESARROLLO HUMANO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P01 Oficina 124
Secretario Administrativo SRA. BENITEZ GLADYS EVA
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PROYECTO DE RESOLUCION
Expediente: 3112-D-2013
Sumario: RECORDAR LA HISTORICA CARAVANA DENOMINADA "MALON DE LA PAZ", GESTA DE LA "COMUNIDAD ABORIGEN MALON DE LA PAZ" DE ABRA PAMPA, PROVINCIA DE JUJUY, A CELEBRARSE EL DIA 15 DE MAYO DE 2013.
Fecha: 15/05/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 49
Recordar la histórica caravana que
denominada "Malon de la Paz", compuesta por 173 kollas, iniciara el 15 de mayo de
1946 la Comunidad Aborigen Malón de la Paz de Abra Pampa - Provincia de Jujuy hasta
la Provincia de Buenos Aires, adonde llegaron el 3 de agosto de aquel año, con el objetivo
de peticionar al Gobierno Nacional la restitución de los territorios a los pueblos
originarios.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Al cumplirse 67 años de la
histórica caravana que partiera un 15 de mayo de 1946 hasta Buenos Aires, que durante
el transcurso fuera denominada "MALON DE LA PAZ" y que tuviera como único objetivo
exigirle al gobierno nacional de esa época, la devolución de territorios injustamente
usurpado por terratenientes en complicidad con los gobiernos de turno, la caravana
compuesta por 173 Kollas que partieron desde Abra Pampa- Provincia de Jujuy llegaron
a Buenos Aires el 3 de agosto de aquel año.-
Para recordar esta gesta
Comunidad Aborigen Malón de la Paz de la ciudad de Abra Pampa conjuntamente con el
Consejo Departamental de Comunidades de Cochinoca-Pueblo Kolla, realizaran en,
plaza Belgrano de la ciudad de San Salvador de Jujuy; diversos actos en homenaje a
verdaderos héroes quienes aún están de vida y participaron de este acontecimiento
histórico en la lucha por la restitución territorial de los pueblos originarios.
Los relatos de los protagonistas
de la caravana se transcriben literalmente a continuación para un mejor conocimiento y
comprensión de las vicisitudes que les tocó vivir en su travesía.-
" ORGANIZACIÓN DE LA CARAVANA
Como si no bastara los enfrentamientos a mano armada con las
fuerzas del estado provincial para recuperar el territorio Kolla, el tres de diciembre del año 1.874 en el Abra de
la cruz Cochinoca y el cuatro de enero de 1.875 en el abra de Quera, este último con refuerzos de Salta
enviados por el estado nacional, nuestros ancestros tuvieron que organizar una caravana hasta Capital
Federal para exigir la devolución de sus territorios; cansados de las hostigaciones, malos tratos, despojos a
los que eran sometidos por parte de los terratenientes. Las comunidades de la puna se organizan para
recuperar el territorio kolla.
El 15 de mayo de 1.946 desde las comunidades de Queta,
Tinate, Miraflores, Abra Pampa entre otras en la puna jujeña, San Andrés de la nueva Oran y Santa Cruz en
las serranías del Zenta; partió una caravana con destino a Buenos Aires para reclamar al entonces Presidente
de la Nación, el General Perón, la devolución de sus territorios que injustamente habían sido usurpados por
terceros. Llevaban una carta donde se formalizaba la petición, que fuera entregada por los dirigentes
indígenas en la casa rosada, en mano al ya presidente Perón. La caravana duro ochenta y cuatro días desde
el 15 de mayo hasta el tres de agosto teniendo que recorrer 2.425 kilómetros, pasando frío, calor, hambre,
sed, cruzando ríos de noche y a veces teniendo que dormir a la intemperie, llevaban algunos burros en los
cuales transportaban alimentos y abrigos; el contingente total 174 kollas.
EL VIAJE
El 15 de mayo muy temprano las autoridades originarias de las
diferentes comunidades puneñas, despidieron a sus representantes que iniciaban el largo viaje, en la lejana
Abra Pampa Estuvieron formados los niños de la escuela N°124 con la bandera en alto, autoridades del
pueblo, los maloneros pertenecientes a las comunidades cercanas; Bajo el sol implacable de la Puna se canto
el Himno Nacional y el Párroco local Adalberto Von Beck, bendijo a los integrantes de la caravana.
Llegaron a Casabindo al anochecer del 17 de mayo, en las
afueras los aguardaba todo el pueblo formando en dos hileras, una de hombres y otra de mujeres. Al verlos
parecer, comenzaron a tocar las campanas de la iglesia; los dirigentes pronunciaron un discurso breve y
emotivo refiriéndose al paulatino crecimiento de la caravana a la que se sumaron integrantes de las
comunidades cercanas; pero todavía eran muy pocos, apenas unas decenas de kollas. Al día siguiente
aumentó la columna con los maloneros provenientes de Cochinoca, Aguas Calientes, Doncellas y Tambillos.
Allí en esa senda polvorienta, la emoción embargó a ambos grupos que comenzaron a saludarse a la
distancia. Unos y otros se veían como hileras de hormigas que se aproximaban en medio de la nada. Se veían
mínimos indefensos, ante el poderoso viento de la puna que por momentos amenazaba dispersarlos, pero se
veían decididos. El esperado encuentro fue un momento de risas, abrazos y coplas.
Viva, viva Buenos Aires Soy nacido en Abra
Pampa
La Capital Federal Bautizado en
Cochinoca
Viva el pueblo de Abra Pampa Mi padre es el vaso
de vino
Y su hermoso carnaval Mi madre la chuspa
de coca
Cochinoca linda tierra Que largo son los
caminos
Si lo digo es con razón Llevando una sed
que quema
En mi pueblo tengo el alma Que triste el arroyo
seco
Y en Jujuy el corazón Tan parecido a mi
pena
Luego siguió agua de Castilla y Quebraleña llegando a Pozo
Colorado al borde de las Salinas Grandes de Jujuy, donde acamparon en la escuelita; cabe aclarar que todas
estas comunidades contribuían con nuevos racimos de viajeros que engrosaban el malón.
El 20 de mayo se enfrentaron a la quebrada de rio colorado
internándose entre Guancares y Bocas Coloradas, ascendieron la cuesta de Sepultura. Estaban en la cima de
la cordillera, desde allí se divisaban las hondonadas de la Quebrada de Humahuaca; era el final de la zona del
altiplano. Tras un breve descanso comenzaron el dificultoso descenso. Muchos estaban exhaustos sin
embargo nada los detenía.
Por fin salen a la quebrada a la altura de Purmamarca, dejando a
tras Tumbaya y hacen noche en Volcán ya sobre el rio grande. En la madrugada emprenden nuevamente la
marcha, Volcán, León y Yala quedaron atrás. Estaban en proximidades de la Ciudad de San Salvador de
Jujuy, donde improvisaron un campamento. Allí los aguardaba el diputado Viviano Dionisio, después de
ultimar detalles para la recepción del malón. San Salvador de Jujuy era la primera ciudad que tocaría la
caravana y existía una lógica ansiedad de cada malonero; a partir de ese momento la marcha saldría de la
invisibilidad. En aquel día de descanso y reagrupamiento, tal como estaba previsto aparecieron los jinetes de
la cuarta columna, esta vez se trataba de los salteños procedentes de la lejana Orán dirigido por Teobaldo
Flores y Domingo Urbina, todos ellos venían montados en buenos caballos y mulas llevando a demás un
segundo animal de recambio, quienes también habían enfrentado jornadas durísimas, cruzando la Sierra del
Zenta superando alturas de 2.700 metros, para terminar apareciendo en la ruta 9 a la altura de
Humahuaca.
En su mayoría los 65 salteños kollas viajaban montados en
caballos o mulas, mientras que el centenar de Jujeños lo hacían el viaje a pie. Estos, apenas arreaban poco
más de 20 mulas y caballos y unos 30 burritos, para llevar los enseres de la carga. Los maloneros marchaban
calzados con simples ushuntas (ojotas) de suela de goma.
Al iniciar cada día, se les informaba la distancia de la siguiente
localidad donde harían la noche. Extraordinarios caminadores que durante algunas jornadas como el tramo
Tucumán-Simoca, llegaron a avanzar un diario de 80 kilómetros. Más de una vez durmieron a la intemperie o
en las plazas de los pueblos que atravesaban. En general no poseían más ropa que la puesta.
"El Malón de la Paz por las rutas de la patria" como señalaba el
letrero del carro que avanzaba haciendo punta, transitara mas de 2.000 kilómetros durante tres meses para
salir de la invisibilidad a la que habían sido condenados por la historia.
El 26 de mayo abandonaron Jujuy, siguiendo hacia Perico y el 28
por la tarde llegaron a Salta "la linda". En las afueras de la ciudad los esperaba la banda de música del
regimiento 5° del Regimiento de Artillería, al ritmo de vibrantes marchas militares, los indios ingresaron a la
capital de Salta donde los recibió un numeroso público que había sido informado del arribo del malón a través
de las ondas de LV 9 radio provincia de Salta. Esa noche se alojaron en el regimiento donde fueron bien
atendidos, de hecho el jefe de la unidad dispuso la colocación de herraduras a todas las mulas, burros y
caballos que carecían de ellas. También recibieron la
donación de una partida de varias docenas de alpargatas para
sustituir a quienes tuvieran más estropeadas las ojotas.
El cinco de junio entraron a la ciudad de Tucumán donde se
realiza un acto público, que ya no tuvo la calidez de Jujuy o Salta. Las autoridades ligadas a los intereses de
los ingenios azucareros no simpatizaban con el propósito ni la idea de la caravana; sin embargo el Malón fue
alojado nuevamente en los cuarteles del Ejército Argentino, donde por cuatro días repusieron energías los
maloneros y los animales. Debida a la actitud distante de las autoridades políticas de la provincia, la gente
sencilla organizó una colecta espontánea, reuniendo alimentos por un valor de $200. También les donaron
dos carretas con sus mulas, que serian de gran utilidad para trasladar sus cosas; el carro mas pequeño lo
denominaron "Jardinera" que fue utilizado por los kollas de Orán y el más grande les tocó a los puneños, que
tendría un gran significado simbólico, pues le adosaron al carro el cartel con la cual se conociera a la
caravana "El Malón de la Paz por las Rutas de la Patria".
El 12 de junio acamparon en el polígono de tiro en el cuartel de
Frías; allí se produjo la primera baja de la columna, uno de los maloneros de Oran falleció en el hospital donde
lo habían internado a raíz de un accidente fortuito. El luto envolvió a la columna, muchos pensaron en un mal
augurio producto del cambio de aire que los rechazaba, enterraron al malonero en medio de una gran
consternación, un mal presentimiento rondaba a los viajeros que se entregaban al silencio al mascar sus
acullicos, algunos hasta soltaron hojas de coca para consultar los pasos a seguir. Durante tres días los
maloneros no se movieron.
El 19 de junio partieron hacia Jesús María donde volvieron a ser
alojados en las dependencias del Ejercito, desde allí avanzaron hasta Córdoba en donde llegaron en la tarde
del 20 de junio "Día de la bandera". En las afueras de la ciudad fueron recibidos por un numeroso público con
las banderas argentinas desplegadas y correctamente formados. Nuevamente en movimiento enfilaron hacia
el sur y pronto llegaron a Rio Segundo, dejando atrás Villa María y Bel Ville y con rumbo este ingresaron a la
provincia de Santa Fe.
El 6 de julio en la localidad de Cañada de Gómez fueron
alojados en la jefatura de policía donde se proveyó de víveres a los maloneros, forraje a los animales, de
acuerdo con una disposición del gobierno provincial y algunos vecinos.
El lunes 8 de julio, coincidiendo con la preparación de los
festejos por la "independencia" alcanzaron Rosario. A las afueras de la gran ciudad llegó un primer
contingente de una veintena de jinetes trayendo las mulas de carga y luego se sumó el resto de la caravana;
en esa oportunidad las autoridades del Jockey Club Rosarino se acercaron a los dirigentes ofreciéndoles las
instalaciones del Country de Fisherton para que no durmiesen a la intemperie, el gesto fue valorado
doblemente porque a las fatigas del viaje se les sumaba el intenso frio de un invierno húmedo, que hacía
estragos en las articulaciones de los puneños.
Muy temprano en la mañana del 9 de julio, llegaron
encolumnados hasta el monumento a San Martín donde depositaron una ofrenda floral e hicieron un minuto
de silencio. El público, al igual que los indígenas estaba emocionado, todos advertían lo inusual de aquella
imagen ya que en nuestro país, los indios nunca habían marchado junto a las tropas del ejército, excepto
cuando, en calidad de prisioneros de guerra, fueron exhibidos como trofeo y símbolos de victoria.
Luego el Malón proseguía su avance y pasaron por San
Lorenzo donde hicieron un alto para visitar el convento de San Carlos y el campo de la Gloria donde San
Martin venció por primera vez a los realistas. En la
noche del 12 de julio acamparon en Villa Constitución, de allí se
dirigieron a San Nicolás ya en la provincia de Buenos Aires donde acamparon en los galpones de la Aduana.
El 21 de julio llegaron a Pergamino donde desde el Comisionado Municipal y hasta el último de los vecinos
salieron a la ruta para recibirlos.
Al igual que en otros destinos, el periodismo fue incrementando
el nivel de ansiedad antes de su arribo.
El 24 de julio a la madrugada, en silencio, mientras Pergamino
dormía, los maloneros salieron nuevamente a la ruta dejando atrás la ciudad donde miles de personas lo
habían recibido con una calidez conmovedora. Entrada la noche del viernes 26 de julio el Malón llegó a la
localidad de San Antonio de Areco donde los alojaron en el viejo hotel Plaza.
Apenas faltaban 110 kilómetros para pisar las calles de la
Capital Federal. Al igual que en Pergamino, Arrecifes y Capitán Sarmiento, miles de personas con faroles a
querosén y antorchas improvisadas recibieron a los indígenas, encabezados en algunos casos por el
comisionado municipal.
EN BUENOS AIRES
Finalmente llego el día soñado. El sábado tres de agosto de
1.946 en horas de la mañana, 173 kollas con sus mulas, caballos, burros, carretas, Imágenes religiosas
engarzados en precarias Varas de Cardón y otra que llevaban en anda ingresaron a la Capital Federal. En el
cruce de la avenida General Paz, fueron recibidos por el cuestionado Director de Protección al Aborigen Dr.:
Taboada.
Desde el barrio de Liniers, en el límite de la Ciudad, demoraron
varias horas en avanzar al centro. Desde distintas emisoras de radio se había instado a la ciudadanía a
volcarse a las calles para recibir a los kollas. En forma constante fueron detenidos por los aplausos y gente
que les ofrecía golosinas en demostración de afecto. Para horror de la oposición, también se acercaron
diversas organizaciones justicialistas que les entregaron nuevos distintivos e imágenes del presidente.
Ajenas a los presagios la gente se asomó a los balcones de la
Avenida de Mayo vitoreándolos, formadas en las veredas numerosas delegaciones de escolares lo saludaban
con banderas argentinas, era tanta la cantidad de público que se agolpó a su paso que a pesar de ser sábado,
el transito vehicular colapso. Los kollas avanzaban con dificultad, especialmente sus dos pobres carretas; de
entre los innumerables discursos y notas de aquel día, el artículo que plasmo con mayor claridad las
aspiraciones del imaginario porteño probablemente fue el editorial de Clarín llamado "mano a mano con su
excelencia" que entre otras cosas dijo:
"Hoy otros indios, del norte, pero indios al fin, están
entre nosotros para pedir justicia. No tienen padrinos General, ni padrinos ni pesos que los respalden. Su cutis
no es blanco como el de ciertos apoderados de compañías poderosas, porque toda la blancura la guardan en
el alma, pero son Argentinos Presidente, mas Argentinos que nosotros porque ya vivían en estas tierras
cuando colon descubrió América, y eran sus dueños naturales hasta que con el correr de los años, fueron
apartados como bichos malos hasta acorralarlos contra la cordillera. Reclaman lo que es de ellos. ¡Déselo,
Excelencia Entréguele estas tierras y todos dormiremos tranquilos sabiendo que por fin, después de tanto
tiempo, se a hecho justicia a quienes le merecen mas que nadie por ser buenos y por ser puros!" (Clarín
03/08/1.946).
La primera parte del sueño estaba cumplida. El Malón pisaba la
plaza de Mayo, casi con temor rodearon la Pirámide de la revolución ubicada en el centro de la plaza y se
pusieron de rodillas para rezar agradecidos a su Pacha por haber casi completado la difícil travesía, luego
acompañados por un número público entonaron
el Himno Nacional. Era un momento de euforia, varios integrantes
del malón se sacaron fotos con la Casa Rosada como fondo.
Mientras tanto en la plaza la gente continuaba vivando a los
indios y en medio de la algarabía, el Malón improvisó un desfile ante el balcón al son de sus erkes, charangos,
sikus, quenas, cajas y bombos. Finalmente de la Casa Rosada bajó un mensajero solicitando la presencia de
la representación indígena. ¡Por fin llegaba el momento ansiado! Una comitiva ingresó a la sede del gobierno
para entrevistarse con el presidente. Del grupo de los kollas los funcionarios seleccionaron dos mujeres y un
hombre que portaban la bandera Argentina atada a un tosco mástil de cardón. Los dos fueron conducidos al
balcón. Aquel mediodía Perón fue el promotor de un episodio que jamás ocurrió en la historia Argentina y que
nunca volvió a repetirse hasta el día de hoy, se abrazó no sólo en público sino asomado al balcón de la Casa
Rosada con una indígena; el balcón estaba abarrotado de funcionarios y en uno de sus extremos se apiñaba
un grupo de fotógrafos y camarógrafos que dejaron constancia de aquella escena memorable.
Entregado el sobre lacrado donde pedían la escrituración de sus
territorios y con la promesa verbal de Juan Domingo Perón de conceder lo solicitado los kollas se retiraron de
la casa Rosada con una alegría incontenible y una certeza ¡El General Cumpliría!. En su calidad de
"huéspedes de la justicia social" el gobierno tenía preparado un alojamiento acorde. Aquí vale la pena prestar
atención sobre un dato crucial que ya en aquel entonces, un redactor acertó en calificar como "inaudita
paradoja". El aposento destinado para albergar a los maloneros fue curiosamente el "Hotel de los
Inmigrantes". En menos de una hora, los kollas habían pasado del Balcón Presidencial a un Hotel para
Extranjeros. Dicho edificio ubicado dentro de la zona portuaria, era el sitio donde las autoridades de migración
internaban a los Extranjeros que desembarcaban de Europa y que no tenían quien los recibiese ni adonde ir.
Es decir, era el lugar donde terminaban los más desamparados de todos los inmigrantes; allí eran alojados
durante un par de semanas mientras conseguían trabajo, circunstancia que explica su denominación.
Al caer la tarde de aquella primera jornada en Buenos Aires, el
Presidente volvió a demostrar el interés que le merecía la caravana y realizo un tercer gesto personal;
después de abrazarlos en el balcón y recibirlos en el jardín de invierno de la Rosada, Perón acompañado por
el ministro de relaciones Exteriores y culto Dr.: Bramuglia de quien dependía el Hotel, visitó a los kollas "para
ver la forma en que se encuentran alojados los indios y disponer todo lo necesario para su mejor permanencia
durante el tiempo que pasen en la Capital". Por otra parte los 106 caballos, burros y mulas de silla y de tiro,
como asimismo el material rodante compuesto por los dos carros, fueron trasladados por la al cuartel de la
Policía montada en Palermo.
El 8 de agosto todavía enmarcado por la euforia popular ante la
llegada de los kollas, la Cámara de Diputados intento salir de su inacción presentando un proyecto de
resolución para que el poder ejecutivo informara sobre la tenencia y distribución de las tierras que se
encontraban en el poder del fisco Nacional, Provincial y de Particulares; en todos los casos se deseaba
conocer la ubicación, destino aprovechable, beneficios, precios de arrendamientos, precio real en la zona por
hectárea y explotación actual. El proyecto no mencionaba explícitamente a los indígenas, pero sin duda el
malón era el disparador del tema ¿Acaso había sucedido un milagro?, ¿Acaso los diputados comenzaban a
ocuparse del asunto?... El proyecto de tenencia y distribución de tierras fue girado para su estudio a la
Comisión de la Legislación Agraria, pero allí se adormeció.
Mientras tanto los kollas continuaban en el hotel de los
Inmigrantes, se levantaban a las 6 de la mañana y bajaban a tomar su desayuno, almorzaban en el hotel y
tras la cena marchaban los dormitorios. En los
lavaderos y secaderos los kollas aprovechaban para lavar sus
escasas prendas de vestir, en especial los sufridos ponchos. Todavía en los primeros días algunos podían
escaparse y hacer pequeñas excursiones por los alrededores.
A Perón no lo habían vuelto a ver, y para sorpresa general, los
kollas se encontraban militarizados. Dentro del Hotel de Inmigrantes aumentó la dotación de Guardias
armados que prácticamente los tenían confinados en los dormitorios. El 20 de agosto el semanario socialista
"La vanguardia" tituló: "Bueno ¿y que hacemos con los kollas?". El mismo día los comunistas publicaron en la
portada de La hora "De pronto nada. El más absoluto silencio de los kollas y sus reclamos de tierra. Nada
sobre sus pedidos, sobre su regreso ¿Qué pasa con los kollas?, ¿Tendrán las tierras reclamadas?".
Innumerables eran las preguntas que quedaron flotando sobre aquellas últimas jornadas. Las pequeñas
escapaditas que algunos consiguieron hacer en un comienzo, se cortaron por completo, permanecían
confinados e incomunicados.
Agosto acababa mal; llevaban 23 días en Buenos Aires y la
novedad de la gran ciudad se había agotado transformada en pura nostalgia del terruño del que habían
partido, hacia casi tres meses. Para colmo la última semana permanecieron confinados en el Hotel, con
Guardias armados en los pasillos que sin poder entrar ni salir y sin que nadie fuera capaz de explicarles los
motivos de tales medidas de seguridad.
LA VUELTA LUEGO DE LA NOCHE TRÁGICA
El miércoles 28 de agosto le comunicaron, que debían
alistar sus cosas para trasladarse a un nuevo alojamiento; la noticia les cayó muy mal, ya que a ellos les
disgustaba las mudanzas, por varias razones. En principio aspiraban regresar con el título de propiedad de
sus territorios en mano y de esa manera retornar a nuestro territorio a cuidar sus animales y sembradíos. Eran
conscientes que un traslado, que por el motivo que fuese, llevaba implícito que la estadía se alargaría.
Además si debían permanecer por más tiempo en Buenos Aires preferían quedarse en el lugar que ya
conocían como el Hotel de los Inmigrantes, con una rutina a la que se habrían acostumbrado.
Como era de imaginar, la tensión siguió en aumento. Muchos
deseaban tomar algún tipo de medidas, hablaron seriamente de comenzar una huelga de hambre, hasta que
Perón los recibiera y les entregara los títulos, estaban dispuestos a morir de inanición. Por lo pronto decidieron
realizar una asamblea general a primeras horas de la mañana siguiente, cuando los ánimos y las mentes
estuviesen más serenos.
En la madrugada del jueves 29 de agosto mientras los kollas
dormían, las tropas irrumpieron dentro de las habitaciones; fueron directamente al dormitorio de las mujeres y
comenzaron a sacarlas a la rastra. Semejante atropello dio por tierra con la estrategia de los varones que
habían amontonado algunos camastros contra las puertas para impedir el paso de las tropas. Cuando los
hombres salieron en defensa de las mujeres terminaron golpeados sin miramientos; muchos fueron
empujados y terminaron rodando escaleras abajo. Los kollas se resistieron al desalojo exigiendo la presencia
de Perón. Paradójicamente las autoridades a cargo de la expulsión, replicaban una y otra vez que actuaban a
nombre de la "presidencia" transformando la situación en una de las clásicas comedias de enredos "del
entorno" a la que nos acostumbraría el justicialismo con los años. Por supuesto nadie exhibió alguna orden
firmada, esta clase de manejos suelen decidirse en forma verbal para no dejar "huellas". Sin embargo estaban
presentes para supervisar el desalojo, el Dr.: Taboada, el ideólogo racial Santiago Peralta y otro funcionario
de apellido Bozzi, a quien no se logro identificar su pertenencia. Afuera en una vía secundaria que llegaba
hasta las inmediaciones del hotel aguardaban los dos vagones de carga para trasladarlos hasta Abra Pampa,
sin títulos, sin nada.
Más de un centenar de efectivos de la policía federal con
lanzas, gases, juntamente con las tropas de la marina de guerra y hasta bomberos de cuartel central
participaron de la represión. Los invisibles que habían sobrepasado la zanja de Alsina de los unos y los otros,
fueron lanzados de regreso a sus sitios. Los indios regresaron custodiados para que no pudiesen descender
antes a su lejano destino Abra Pampa. De todas maneras tres de ellos consiguieron arrojarse del tren en
movimiento arriesgando su vida, en las inmediaciones de Retiro cuando el tren no había adquirido velocidad
rompiendo las ventanas del mismo, con la esperanza de hablar con el presidente Perón y exigirle los títulos de
los territorios puneños". Bibliografía:
Valko, M. Los Indios invisibles del Malón de la
Paz.
Instituto Interdisciplinario de Tilcara. Una historia un
camino.
Por lo expuesto solicito a mis pares me
acompañen en la aprobación de éste proyecto.-
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
VILARIÑO, JOSE ANTONIO | SALTA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
POBLACION Y DESARROLLO HUMANO (Primera Competencia) |
Trámite en comisión(Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
05/09/2013 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad con modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 2399/2013 | CON MODIFICACIONES; ARTICULO 108 DEL REGLAMENTO DE LA H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION; ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION, BAE 27/2013 | 12/09/2013 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | APROBACION ARTICULO 114 DEL REGLAMENTO DE LA H CAMARA DE DIPUTADOS; COMUNICADO EL 02/10/2013 | APROBADO |