Artículo 1. Se suspende en el territorio Nacional todo proceso de adjudicación

de tierras fiscales a personas físicas o jurídicas, que no pertenezcan

o no estén integradas, respectivamente, a los pueblos indígenas de

la República Argentina.

Artículo 2. Las tierras fiscales existentes en el territorio argentino están

destinadas para la entrega de tierras aptas y suficientes a las personas

y/o comunidades de los pueblos indígenas argentinos.

Artículo 3. De forma.

Señor presidente:

Somos mujeres y hombres que tenemos el deber público de trabajar para promover el bienestar general, tenemos la gran responsabilidad de generar las condiciones de vida digna para todos los argentinos; depende de nuestra capacidad de interpretar la realidad socio económica, histórica y cultural de nuestro pueblo y poner en práctica los instrumentos jurídicos vigentes que han sido ideados por otros hombres, que con la misma responsabilidad cívica plasmaron en el derecho positivo normas que, materializadas en propuestas concretas pueden producir cambios trascendentales en el destino de los argentinos.

Nosotros -legisladores nacionales- podemos trabajar por la justicia, o por inacción generar más injusticia. Cómo vamos a honrar nuestra representatividad ? Tenemos un solo camino: comprometernos con las grandes causas populares.

Estamos en un momento crucial; para dónde vamos a inclinar la balanza: JUSTICIA o INJUSTICIA.

Somos mujeres y hombres de la democracia, somos luchadores por la libertad, porque son: la libertad, la igualdad y la fraternidad los principios esenciales de la democracia. Estos valores son tan antiguos como los pueblos. Adoptamos el régimen representativo de gobierno como inseparable del régimen democrático "Por lo tanto, no es la forma de gobierno lo que hace a la democracia sino que ésta engendra a aquélla, adecuándola a la idiosincrasia del pueblo, a sus tradiciones, costumbres.etc. Es decir que, para que exista un gobierno democrático, es condición previa la adopción de un régimen de convivencia, de parte del pueblo, que se base en los principios fundamentales de la democracia: libertad, igualdad, fraternidad." (Leopoldo R. Ornstein, Historia de la Democracia Argentina, edición 1946).

El acto eleccionario es un mero proceso formal del régimen representativo.

Por estas convicciones hoy formulo un proyecto de ley que tiene el noble objetivo de irradiar un haz de justicia para los hombres y mujeres más postergados y desprotegidos de la vida socio económica y política de la Nación Argentina: las comunidades aborígenes, indígenas o pueblos originarios -como se auto denominen.

Se trata de ir buscando el camino para concretar un hecho de reparación histórica. Debemos instrumentar las normas jurídicas para que los derechos consagrados en: la Constitución Nacional, los tratados internacionales, el Convenio 169 de la O.I.T. y las leyes vigentes, no se tornen ilusorios o parezcan letra muerta, sino que se conviertan en efectiva realidad.

"Corresponde al Congreso: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.

Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones" (Art. 75 inc. 17 C.N.). Cómo vamos a cumplir con este precepto constitucional, si no tomamos los recaudos para reservar las tierras fiscales para entregar a los pueblos indígenas argentinos tierras aptas y suficientes para el desarrollo humano.

Desde hace décadas el Estado Nacional y los estados provinciales vienen entregado tierras fiscales a pobladores no aborígenes en muchos casos a extranjeros y en muchas situaciones creando verdaderos latifundios, mientras los pobladores indígenas fueron perdiendo sus tierras victimas del proceso de usurpación y de acaparamiento que hicieron personas que no pertenecían a las comunidades ancestrales. En la actualidad "los verdaderos dueños de la tierra" viven en minifundios improductivos, en muchos casos con carencia de agua, donde no alcanzan a desarrollar una producción familiar sustentable, dolorosamente padecen la marginalidad y si no tomamos resoluciones urgentes que modifiquen esta realidad seguirán condenados al padecimiento personal y social. El "derecho a un ambiente sano, equilibrado apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras" - consagrado en el artículo 41 de nuestra C.N.- es un derecho humano fundamental; la disponibilidad de tierras aptas y suficientes se torna un deber insoslayable del Estado para que la justicia social sea una realidad.

Todos condenamos la tragedia Americana que arrasó con millones de vidas, destruyó culturas milenarias y sabidurías ancestrales, taló millones de hectáreas de selvas y bosques, contaminó las aguas, nos despojó de riquezas, nos quiso arrebatar la dignidad.

Hoy podemos remediar en algo tanto dolor y tanta injusticia.

Seamos artífices de la construcción de un mundo mejor.

Reservemos las tierras fiscales de la República Argentina para la entrega de tierras aptas y suficientes para el desarrollo humano sustentable a las personas y/o comunidades de los pueblos indígenas argentinos.