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POBLACION Y DESARROLLO HUMANO

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P01 Oficina 124

Secretario Administrativo SRA. BENITEZ GLADYS EVA

Miércoles 9.30hs

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PROYECTO DE LEY

Expediente: 2216-D-2012

Sumario: SE INSTITUYE EL 17 DE ABRIL DE CADA AÑO COMO EL DIA DEL AFROARGENTINO DEL TRONCO COLONIAL.

Fecha: 17/04/2012

Publicado en: Trámite Parlamentario N° 30

Proyecto
Artículo 1.- Institúyase el día 17 de abril como "Día del Afroargentino del Tronco Colonial".
Artículo 2.- Encomiéndase al Poder Ejecutivo Nacional la realización, en dicha fecha, de actos de divulgación y reconocimiento a la cultura afroargentina y su aporte a la historia de nuestro país.
Artículo 3.- Incorporase el 17 de abril como "Día del Afroargentino del Tronco Colonial" al calendario escolar en todos sus niveles con el objeto de difundir y promover el estudio y conocimiento de las realidades sociales y culturales afroargentinas.
Artículo 4.- Invitase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente ley.
Artículo 5.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Desde la intrusión española en lo que hoy es la Argentina, en el siglo XVI, hubo población negra africana esclavizada. Si bien la Asamblea del Año XIII estableció el principio jurídico de la libertad de vientres para aquellos nacidos a partir de su instrumentación (31 de enero de 1813), la abolición de la esclavitud no se declaró sino hasta 1853, a través de la Constitución Nacional. Sin embargo, en Buenos Aires recién entró en vigor en 1861, cuando suscribió a la reforma de la Constitución promulgada en Santa Fe por la Convención Provincial un año antes. En el sistema esclavista y el contexto de su liberación total, los negros fueron cosificados y usados en diversas tareas, las cuales iban desde el servicio doméstico -en tanto símbolo de estatus social- hasta el servicio en las milicias. En el caso de aquellos que eran libres y libertos, se desempeñaron en la venta ambulante de comidas y enseres, una diversidad de oficios manuales, como zapateros y hormiguereros e, incluso, muchos aprendieron artes de tradición europea, como la pintura, la composición y ejecución de música académica y la prensa.
Si bien un tópico usual en esta cuestión es dilucidar la representatividad estadística que tuvo la población negroafricana en el país, cabe decir en el período colonial la actividad estadística era precaria y se basaba en registros parroquiales, inferencias generales basadas en informes de viajeros y relevamientos con fines militares y económicos. Los primeros registros estadísticos del sector afro los encontramos en los inicios del siglo XVII. En la ciudad de Buenos Aires se realizó un censo para determinar cuántos esclavos sin licencia había y se calculó que de un total de 936 habitantes, 55 vecinos tenían esclavos, o sea el 25 % de la población total del momento era propietaria de esclavos sin autorización (SCHÁVELZON, DANIEL, Buenos Aires negra : Arqueología histórica de una ciudad silenciada. Buenos Aires: Emecé. 2003, p. 70). Dando cuenta de este tráfico de personas Torre Revello (1956) informa que a principios del siglo XVII fueron confiscados 8.932 negros esclavos, introducidos furtivamente.
Por otro lado según los datos de Rosemblat (1954), en torno a 1650 había en el territorio nacional 10.000 negros, entre libres y esclavos. Y hacia fines del siglo XVII eran una cantidad cuantitativamente importante en la región. De acuerdo con las licencias y las autorizaciones reales de la época, hasta 1680 los esclavos negros introducidos ascendían a 22.892, incluyendo en ese total los traídos por los negreros portugueses. Socialmente considerados por debajo de los indios y mestizos, estos esclavos se ocupaban de tareas domésticas o como artesanos.
El jesuita Cattaneo en una carta de 1730 cuenta que Buenos Aires es la ciudad de mayor población en toda la región: "cuando menos dieciséis mil almas, entre los cuales habrá mil españoles europeos y tres o cuatro mil españoles del país... Estos últimos se llaman criollos. Todo el resto consiste en mulatos, mestizos y negros".
En 1778 se realizó el primer censo del territorio, conocido como el Censo de Vertiz, ordenado por Carlos III. Se censaron las provincias de Buenos Aires, San Luis, Mendoza, Córdoba, Catamarca, Salta, La Rioja, San Juan, Tucumán, Santiago del Estero y Jujuy. El padrón concluido y entregado al Virrey el 27 de marzo de 1779 dio como el total de 186.526 personas, de las cuales 70.241 se categorizaron como "blancas", 41.573 como "naturales", 68.551 como "negros, etc." y 6.161 como "mestizos". Ello implica que el 36,75 % de la población censada en aquel momento eran negros. Aunque ese censo no se hizo en Santa Fe, el estudio realizado por Catalina J. Pistone en "La esclavatura negra en Santa Fe" (Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, 1996) dio un 27,73 % de presencia negra, mestiza pero solo de la zona urbana si lo proyectamos a toda Santa Fe rondaría el 35-40 % de su población total.
A causa de las invasiones inglesas y la necesidad de saber con cuantos individuos se contaba para hacer frente al enemigo, entre 1806 y 1807 se levantó un padrón general de los habitantes a fin de alistar a los hombres de entre 16 y 50 años de edad. Del mismo se obtiene en Buenos Aires (ciudad y campaña) un porcentaje de pardos y morenos censados del 26 % comprendido por 6.650 negros y mulatos frente a 15.078 blancos (Schávelzon 2007). Un relevamiento realizado en 1810 da cuenta de 40.398 habitantes en la ciudad de Buenos Aires de los cuales 11.837 eran negros y mulatos (29,3 % de la población total, siendo éste el máximo porcentual que alcanzó la ciudad unos años antes, en 1806 con el 30,1 %).
Pese al constante decrecimiento de la población afro en Buenos Aires la cantidad de habitantes era más significativa que la que los números arrojaban. Prueba de ello es que a mediados del siglo XIX existió un movimiento político incipiente denominado Democracia Negra y en 1858 se publica El Proletario uno de los tantos periódicos que incorporaban los intereses de la comunidad negra, como se dijo ut supra. Si bien en 1887 apenas representaban el 1,8 % de la población total, cabe consignar que, para esa época, estaba en pleno funcionamiento una maquinaria ideológica ideada y propulsada por la hegemonía intelectual y gubernamental conocida como la Generación del 80. La misma instrumentó todas las medidas necesarias tendientes al "blanqueamiento" sociocultural del país con miras a reposicionarlo como una potencia. En ese marco, por ejemplo, al mismo tiempo que se abrieron las puertas a la inmigración europea, se urdieron mecanismos de infra - representatividad de la población no-blanca del país, justamente, en su minimización en los censos a través de la creación de nuevas categorías clasificatorias de las personas como trigueño, en desmedro de la población negra.
Una reciente iniciativa para obtener guarismos aproximados fue la Prueba Piloto de Afrodescendientes, del 6 al 13 de abril de 2005 en los barrios de Montserrat (Buenos Aires) y Santa Rosa de Lima (Santa Fe) por la Universidad Nacional Tres de Febrero con el apoyo técnico del INDEC, el asesoramiento de organizaciones de africanos y afrodescendientes de argentina y la financiación del Banco Mundial. Ella dio como resultado final que el 3 % de los encuestados se consideran afrodescendientes: 4,3 % en Montserrat y 3,8 % en Santa Rosa de Lima. A su vez, estos guarismos fueron refrendados por al menos dos estudios genéticos por el Centro de Genética de Filosofía y Letras y de Veterinaria de la UBA, dirigidos por el antropólogo Francisco Carnese.
En base a este antecedente, el INDEC incluyó en el Censo Nacional 2010 una pregunta al respecto (formulario A), aunque el resultado, ya a dos años del mismo, inexplicablemente no se dio a conocer.
- La población negra de mediados del siglo XIX
El estudio y conocimiento de los afroargentinos del tronco colonial y sus pautas culturales ancestrales está, aún, fuertemente condicionada por el discurso dominante de la historiografía argentina cuya narrativa se centra, sin mayores explicaciones, en una identidad naturalmente blanca, basado en un sistema clasificatorio racial que desenfatiza las evidencias fenotípicas negras y, como consecuencia, la presencia de una cultura negra propia e, incluso, cualquier aporte de ésta a la identidad nacional. De este modo, se construyó y se impuso un imaginario del ser nacional como un desprendimiento de la cultura europea, a costa de haberse desentendido de los pueblos preexistentes a la nación: los originarios, preexistentes incluso al conocimiento del continente por el europeo, y los afroargentinos del tronco colonial, presentes desde la llegada de los conquistadores. Al presente, nuestro desconocimiento sobre la población y la cultura afroargentina es consecuencia directa y deseada de este ideario identitario que lo ha invisibilizado, negado, minimizado e, incluso extranjerizado. Así, por ejemplo, tanto la academia en su generalidad como el sentido común ciudadano, no dudan por un instante en sentenciar que: 1) En el pasado fueron pocos (y se los trató relativamente bien, en comparación a otras partes del continente); 2) Desaparecieron social y culturalmente para fines del siglo XIX; 3) Hoy no hay "negros"; por lo tanto 4) cualquiera que pueda verse hoy no es argentino.
Nuestra narrativa dominante, como varios autores señalan, es particularmente homogeneizante, no permite ver comunidades diferenciadas cultural o racialmente como parte del cuerpo de la nación y ello ha creado una particular mirada que sesga los procesos de hibridación y diversidad cultural que son propios de la historia continental postcolombinos.
Del estudio que generó la Prueba Piloto de Afrodescendientes, a la que nos referimos precedentemente se publicó el libro Más allá de los promedios: Afrodescendientes en América Latina, del que extraemos el siguiente párrafo: "Es en el último cuarto del siglo XIX, en que comienza la construcción de la idea del progresivo 'emblanquecimiento' de la sociedad argentina. El hecho coincide a su vez con el aluvión migratorio de europeos con predominancia de oriundos de Italia, España y otros países de Europa. Con esta influencia, comienza la construcción de un proyecto nacional cuyo correlato es una visión de la historia que relega al pasado a tipos sociales relacionados con el origen indígena y africano convirtiéndolos en 'gauchos' o 'criollos' protagonistas de una lucha desigual entre la 'barbarie' y la 'civilización'" (STUBBS, JOSEFINA y REYES, HISKA N. (Eds.): "Más allá de los promedios: afrodescendientes en América Latina : Resultados de la Prueba Piloto de Captación en la Argentina". Buenos Aires: Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2006).
Contra esta narrativa dominante de invisibilización, es que consideramos necesario remarcar la continua presencia de afrodescendientes y de la influencia de la cultura de origen africana en la cultura argentina -no sólo como un aporte ocurrido una vez en el pasado, y ahora apenas detectable, sino como una presencia constante y además realimentada por nuevos afluentes que vienen desde distintos lugares del Atlántico Negro. Es por ello que, entre otros motivos, la instrucción del 17 de abril como Día del Afroargentino del Tronco Colonial podrá constituirse como el mojón inicial del saldo de una deuda histórica que tiene el estado-nación para con uno de los grupos preexistentes, grupo que, cabe consignar, ha contribuido -forzozamente o no- en la construcción y grandeza de la patria. Dicho en otros términos, buena parte de la riqueza material e inmaterial del país se debe a que el mismo ha sido partícipe del comercio esclavista y ello nunca antes ha sido reconocido.
Desde aproximadamente 1980, la narrativa hegemónica explicada comenzó a ser problematizada por un número cada vez más creciente de investigadores nacionales y extranjeros, logrando notables avances en el conocimiento científico en ramas tan variadas como la antropología, la sociología, la arqueología, la musicología, la lingüística, la antropología biológica, amén de la propia historia. Pero, fundamentalmente, esta narrativa comenzó, por esa misma época, a ser interpelada por los propios afroargentinos del tronco colonial quienes, organizados en ONG o de modo individual, vienen construyendo con contrarelato demostrando su presencia e historia, contando su versión de la historia. Por ejemplo, ante los consabidos discursos del buen trato y cariñosidad con que eran tratados sus ancestros por sus amos, Norberto Pablo Cirio recogió testimonios de afroporteños aprendidos de sus mayores por tradición oral y que se remontan al gobierno de Bernardino Rivadavia (1826-1827). Veamos uno de estos testimonios:
Élida: Mi bisabuela era de la época de Rosas [...]. En la idiosincrasia de la esclavitud, mi abuela tiene que decir que sean sus patrones cuando "Mirá que me llevo a la negrita para trabajar", y la ponen en una casa a trabajar, de esta familia De Los Ángeles Nobles. ¿Qué hacen con ella?, como mi abuela era muy menudita, muy menudita, no podía traer la bandeja, se le tambaleaba, y como no llegaba a tiempo de lo que le estaba exigiendo el patrón, le tira un lomo, una bola de lomo entera, le pega en la mitad de la espalda y mi abuela quedó renga para toda su vida. Vos vas a ver la foto de mi abuela, que está sentadita con el bastón y hay otra que está parada al lado de la mamá de mi mamá, que eran muy amigas ellas por trabajar en las casas de los ricos, vistes que hacían tés o fiestas y se encontraban los sirvientes con... en las casas de esta gente rica, y está con el bastoncito, entonces mi bisabuela le pidió a su patrón que por favor sacara a su hija de ahí, y bueno, en la familia donde estaba mi bisabuela, ahí la curan, pero queda renga para toda la vida, de la bola de lomo que le pegó en la mitad de la espalda, la torció, la dejó mal [...]. Después tengo mi otra abuela, que nació en cautiverio, que tengo los documentos, ella nació en cautiverio.
Pablo: ¿Cuando vos decís "que nació en cautiverio" qué significa...?
É: Estaba cautiva, por rebelde. O sea la mamá de ella, [...] presa, nació en ese cautiverio, atada, sí, la mamá de ella lo escribe, y está esa escritura, es muy triste, no, cuando el momento de sus dolores y no podía ni siquiera bajar los brazos, terrible, terrible. [...] Esas son cosas lindas que tiene que saberlo la gente, porque cree que nosotros vinimos acá y no pasó nada, que todo estuvo bien, no, sufrieron mucho, mucho, mucho. Aparte ella tenía pegada a la cabeza -eso lo alcanzamos a ver-, con la brea, tenían un pedazo... Rosas le pegaba un pedazo, para que no los mataran, no los trataran mal, los esclavos de Rosas eran diferentes, entonces les ponían en la mota brea con el moño rojo, entonces a esos negros no se les decía nada, porque eran los negros de Rosas.
Entrevista a Élida Juana Obella (62 años de edad). Buenos Aires, 17 de marzo de 2007. (CIRIO, NORBERTO PABLO. "Un queloides cultural. La memoria oral sobre la esclavitud de los porteños descendientes de negros esclavizados". Mención honorífica en el "Concurso de ensayos breves de investigación histórica". Organizado por la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación, 2010).
Durante el siglo XX existieron diversas entidades afroporteñas (algunas datan de fines del siglo XIX). Muchas de ellas tenían como objetivo principal o exclusivo realizar bailes, aunque no faltaron otras con intereses reivindicativos, políticos y culturales, como el Círculo Social Juvencia, la sociedad de socorros mutuos La Protectora, el Club Martín Fierro y el Centro Patriótico 25 de Mayo. De entre ellos descolló, por su longevidad y representatividad, el Shimmy Club. Fundado en 1882, hasta ca. 1980 era la cita obligada para la comunidad afroporteña en los festejos de carnaval. En la actualidad existen asociaciones de afroargentinos a escala nacional que luchan por la recuperación de sus derechos ciudadanos a poseer una historia inclusiva pues, como vimos, han sido deliberadamente excluidos del gran relato nacional. Entre éstas se encuentra la institución más antigua del país en funcionamiento, la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana "Mario Luis López", fundada por el matrimonio de Lucía Dominga Molina y Mario Luis López en 1988 en la ciudad de Santa Fe, precisamente la impulsora de este proyecto del Día del Afroargentino del Tronco Colonial. En la ciudad de Corrientes funciona, desde 2003, la Cofradía de San Baltazar del Barrio Cambá Cuá, a iniciativa de la familia Caballero, afroargentina del tronco colonial y devota de ese santo, emblema de la negritud correntina. Finalmente, desde 2008 funciona en Merlo (Buenos Aires), la Asociación Misibamba, la cual lucha por la visibilización, respeto y aprecio de la cultura afroargentina y de los afroargentinos del tronco colonial.
- La categoría "afroargentinos del tronco colonial".
Según el Lic. Norberto Pablo Cirio en su artículo "Afroargentino del tronco colonial, una categoría autogestada" (Novamerica 127: 28-32. Río de Janeiro: Novamerica, 2008), un concepto derivado de los gentilicios iniciados en afro, más cercano en el tiempo, es afrodescendiente. Fue acuñado en la Conferencia Ciudadana contra el Racismo, la Xenofobia, la Intolerancia y la Discriminación realizada en Santiago de Chile (2000), y adquirió relativo y rápido consenso en la América negra. En él participaron afroargentinos y constituyó la instancia preparatoria de la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se realizó en 2001 en Durban (Sudáfrica). Entre los académicos el término afrodescendiente y sus derivados fue comúnmente aceptado para denominar a los descendientes de los negros esclavizados en América y, por extensión simplificante, a todo negro inmigrante en América y sus descendientes, reservando el término negro para conceptualizarlo en el campo de los estudios históricos, sobre todo los del siglo XIX y anteriores.
A comienzos del siglo XX comienzan a inmigrar al país negros portugueses de Cabo Verde, más tarde afrodescendientes de otros países americanos -especialmente Uruguay- y, recientemente, africanos de países como Senegal, Nigeria, Ghana y ambos Congo y de otras partes de África. Ello reconfiguró sensiblemente nuestro mapa sociocultural tanto en relación a la visibilidad de los negros por parte de la sociedad mayor, como en sus criterios organizativos y luchas reivindicadoras, consecuencia del nuevo y abultado colectivo afro. Así, desde fines de los '90 vienen realizándose eventos -algunos autogestados- bajo el común denominador afro (como el gran tronco de origen, la diáspora africana) e, incluso, afroargentino. Sus objetivos básicos son dos y mutuamente complementarios: aglutinar a la población afrodescendiente en una causa común y lograr mayor visibilidad a fin de reposicionar a la cultura negra en nuestro marco identitario. En la esfera estatal, la sede central del INADI creó en 2006 el Foro de afrodescendientes para atender lo concerniente a la discriminación. También el acercamiento con los intelectuales y a pergeñar la concordancia entre lo que hablaban objetivamente en pasado y los que subjetivamente hablaban desde la afrogénesis y desde una óptica afroepistemológica.
Buena parte de estos afroargentinos descendientes de negros esclavizados comenzaron a nuclearse diferencialmente y en 2008 fundaron, como se expresó, en Merlo (Buenos Aires), la Asociación Misibamba. Comunidad Afroargentina de Buenos Aires. Misibamba viene realizando diversos tipos talleres internos sobre temas medulares en los que se gestó una nueva autodenominación: afroargentino del tronco colonial. Centrándose en el prefijo afro en cuanto denotación inequívoca de origen, le agregaron argentino como expresión de adscripción geopolítica -no sin una sentida carga afectiva- y en la consideración de que tal denominación contrarrestará cualquier nuevo intento de
extranjerización, generando la obligación hablar de afroargentinos. Del tronco colonial, por su parte, testimonia la filiación sociohistórica de sus ancestros. Estimando que el uso correcto de las proposiciones marca la diferencia, enfatizan no ser negros en la Argentina sino de la Argentina y se diferencian del resto del colectivo afro local por su historia, cultura, trayectoria y metas en la confianza de que si no se trabaja primero un proyecto local, mal se podrá abogar por reivindicaciones globales, como la erradicación de la discriminación y el racismo, que atañen, sí, al colectivo afro. En el marco de los festejos por el Bicentenario del Primer Gobierno Patrio, afroargentino del tronco colonial se erige como una nueva categoría definida, elaborada y consensuada por, valga la redundancia, los propios afroargentinos del tronco colonial, los primeros que deben ser escuchados en razones cuando se habla sobre ellos.
En la edición en español del libro del investigador norteamericano Marvin Lewis "El discurso afroargentino" (Universidad Nacional de Córdoba, 2010), escribió un breve texto original de apertura, "Génesis de un libro". Allí sitúa su pensamiento sobre la cuestión a la luz de los cambios acaecidos en el ambiente académico y entre los afrodescendientes, habida cuenta de que su edición original fue en 1996. Cierra su primer párrafo con una oración aleccionadora de cómo incorporó una de las más recientes reconfiguraciones denominativas locales, afroargentino del tronco colonial (o afroargentino colonial), surgida en 2008 en el seno de la Asociación Misibamba. Comunidad Afroargentina de Buenos Aires (Cirio, 2010): "El enfoque de mi estudio es la expresión de los 'Coloniales' que son, en su mayoría, descendientes de esclavos africanos. O sea, los que sufrieron la sentencia de la Historia como Negros en la Argentina y no los inmigrantes más recientes de Cabo Verde y otros lugares en África". Por su parte, el INADI realizó en 2010 un video sobre los afrodescendientes (www.youtube.com/webinadi#p/u/1/Wm85vbkxqLM). Sólo hay una voz en off y comienza: "Nosotros somos afrodescendientes coloniales. Nuestros ancestros llegaron a todos los continentes a través de la esclavitud". Aunque la persona que habla no pertenece a Misibamba, utiliza dicha categoría, evidentemente porque la sienten inclusiva. Ambos ejemplos -entre otros- nos enseñan que si bien el acto nominativo para con los esclavizados
y sus descendientes siempre se produjo en una relación asimétrica de poder blanco-negro, desde la creación del término afrodescendiente en la III Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia (Durban 2001) -en la cual participaron afroargentinos-, la voz autorizada es siempre la de los protagonistas. Los afroargentinos del tronco colonial son argentinos hermanados por una historia en común que comienza con sus ancestros transportados a lo que es hoy es el territorio nacional argentino por los traficantes europeos primero y los criollos después, en condición de esclavos.
Habida cuenta de la existencia de argentinos que, como historia en común, se reconocen descendientes de esclavizados, hacia 2008 se dio lugar a una nueva etno denominación, afroargentinos del tronco colonial (o, simplemente, afroargentinos coloniales), hoy con amplio grado de consenso. En ese marco reconocen como propias algunas prácticas culturales, entre ellas la música, por lo que cabe precisar qué se entiende por cultura afroargentina. Tal como lo expresa Cirio, se trata de un conjunto de saberes, pasados y presentes, asumidos como propios de y por ese colectivo, que contienen elementos concretos y/o estructurales que permiten asociarlos -con relativo grado de certeza- a los característicos de los sistemas originados, en principio, en el denominado Atlántico Negro (Gilroy 1993) pero que también incluye a aquellos que vienen siendo generados luego de la esclavitud en un contexto cada vez más interconectado de la diáspora africana en América. En este contexto, es de vital importancia los puentes de comunicación que tiende Internet. Por ejemplo, véanse estos dos videos realizados por la Asociación Misibamba y la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana "Mario Luis López", respectivamente, las dos ONGs impulsoras del proyecto:
http://www.youtube.com/watch?v=JlxVh8umiis http://www.youtube.com/watch?v=A6xIYrJn3tA&samp;list=PLF7078552225A9AB8&inde x=7&feature=plpp_video
- La elección del 17 de abril
En diciembre del 2009, por iniciativa de la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana "Mario Luis López", el Honorable Consejo Deliberante de la Ciudad de Santa Fe dictó la Ordenanza Municipal Nº 11649 por la cual rebautiza a un paseo histórico de la ciudad, existente Museos Etnográfico e Histórico, el Complejo Franciscano, calle San Martín y 3 de Febrero de la ciudad de Santa Fe. El 17 de abril de 2011 dicho sitio pasó de llamarse Paseo de las Dos Culturas (en reconocimiento al aporte de los pueblos originarios y europeos) a Paseo de Las Tres Culturas (agregando a los africanos del período 1580-1810).
Es la primera iniciativa institucional por la que se reconoce a los afroargentinos como actor protagónico de la historia de nuestro país, parte constituyente de nuestra cultura e identidad.
En esta reparación pionera la forma elegida fue el reemplazo del nombre del Paseo de las Dos Culturas por el de Paseo de las Tres Culturas. A tal efecto, se reemplazó la placa original en el monolito que la contiene por otra que reza "Paseo de las tres Culturas: En honor a la memoria de los pueblos originarios, africanos y europeos reunidos en esta Ciudad: Santa Fe, Abril de 2011". Sin embargo, el reconocimiento a través de este Paseo no está consumado, ya que falta el tercer paso, erigir un monolito que represente a los afroargentinos del tronco colonial a través de un concurso público, como reza la ordenanza.
El acto tuvo ocasión, justamente, el 17 de abril de 2011. Dada la relevancia de esta reparación histórica, en la que por primera vez se reconoce a la cultura africana como parte fundante de nuestra identidad, es que los afroargentinos del tronco colonial acordaron tomar esta fecha como propia y distintiva.
Proponemos, también, que este día sea incorporado al calendario escolar, dado que como herramienta esencial de la construcción histórica, el sistema educativo argentino no ha sido sensible a incorporar el estudio y conocimiento de las realidades sociales y culturales afroargentinas. En los manuales y programas de enseñanza, los negros surgen como una temática apenas importante en el periodo colonial para desaparecer en la República. Los presentan como mercancía y mano de obra servil, omitiendo toda su vida y aporte económico y sociocultural, como si no hubieran tenido una presencia constante en la vida cotidiana del pueblo argentino. Por lo expuesto, su inclusión constituirá una valiosa acción positiva tendiente a una mejor comprensión de la trama histórica del surgimiento del país por el alumnado, pudiendo aprender lo valioso que ha sido -y es- diversidad de nuestra población como un signo de riqueza cultural.
La historia pareció conjurar al afroargentino del tronco colonial a una paradoja: su visible ausencia: no hubo qué contar, no hay dónde ubicarlos, no hay cómo (ni por qué) representarlos. Ello propició que, virtualmente, no existan lugares de la memoria referenciales a ellos en nuestra construcción identitaria (NORA, PIERRE. Pierre Nora en Les lieux de mémorie. Montevideo: Trilce, 2008). Contra ello, por todo lo anterior expuesto, consideramos que sí hay cómo contarlos, sí hay dónde ubicarlos y sí hay cómo (y por qué) (re)presentarlos.
El reconocimiento y revalorización de la diversidad y pluralidad que compone nuestro país, que la ansiedad por ser europeos negó, se impone. Los afroargentinos son una comunidad viva que defiende su identidad propia contradiciendo las afirmaciones de su desaparición, aún conservan parte de la historia argentina que no ha sido contada y que es hora de escuchar. Un día en el calendario nacional para recordarlo constituirá un formidable mojón en la memoria para emprender su inclusión en la historia, comenzando desde el presente.
Deseamos concluir los fundamentos de este Proyecto de Ley con dos testimonios, una reflexión tomada de la página web de la Asociación Misibamba:
"No hay pasado sin memoria, no hay futuro sin esperanza, no hay presente sin vida. La comunidad afroargentina del tronco colonial está viva, honra a sus mayores a través de la memoria y apuesta al futuro con la esperanza de inclusión y justicia en una Argentina multicultural y pluriétnica".
El segundo es un poema de Lucía Dominga Molina, presidenta de la Casa de la Cultura Indo-Afro-Americana "Mario Luis López", escrito en 1992, cuando se cumplían 500 años de la intrusión europea en el continente y que, pese a ser notablemente más antiguo que el surgimiento de la categoría Afroargentino del Tronco Colonial autogestada, denota ya la necesidad de una denominación propia y diferencial:
Nosotros, NEGROS
Estamos
y queremos nuestra representatividad histórica.
Estamos y... somos lo que somos,
gracias a otros y también a nosotros.
Hemos atravesado años y años de emblanquecimiento
consciente o inconsciente...
Pero a pesar del paso del tiempo y gracias a la naturaleza
nuestra negritud aflora. Florece.
Debemos asumirla,
y conocer nuestra historia.
Aquella historia, la no contada, la otra historia,
la transmitida, en pocos y contados casos, oralmente.
La intuida,
o sino a través de la deducción intelectual.
Somos pocos, pero... ESTAMOS
no nos conocemos, pero... ESTAMOS.
Y debemos seguir sumando presencia viva,
presencia viva que ha resistido cinco siglos de sometimiento.
Estamos.
Y reconstruiremos nuestra historia, nuestra cultura,
nuestra religión, a nosotros mismos, NUESTRA IDENTIDAD.
Nuestra identidad de NEGROS ARGENTINOS.
Nosotros los descendientes de los bravos esclavos africanos,
nosotros, los renegados, los discriminados,
los borrados de la historia oficial, los transculturados,
lo que somos.
Nosotros, los NEGROS ARGENTINOS, entonces sí, sabiendo quienes somos,
junto a los indios, a los pobres, a los blancos, a todos,
construiremos desde el pie, la PATRIA GRANDE:
AMÉRICA.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares acompañen con su voto afirmativo esta iniciativa legislativa que apunto a brindar una herramienta más a la construcción de un presente y un futuro en los que todos tengamos lugar.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
RIESTRA, ANTONIO SABINO SANTA FE UNIDAD POPULAR
ITURRASPE, NORA GRACIELA BUENOS AIRES UNIDAD POPULAR
LOZANO, CLAUDIO RAUL CIUDAD de BUENOS AIRES UNIDAD POPULAR
PARADA, LILIANA BEATRIZ CIUDAD de BUENOS AIRES UNIDAD POPULAR
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
POBLACION Y DESARROLLO HUMANO (Primera Competencia)
EDUCACION
LEGISLACION GENERAL
Trámite en comisión(Cámara de Diputados)
Fecha Movimiento Resultado
06/06/2012 ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA Aprobado por unanimidad en la parte de su competencia sin modificaciones
23/08/2012 ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA Aprobado por unanimidad en la parte de su competencia sin modificaciones
30/10/2012 INICIACIÓN DE ESTUDIO Aprobado sin modificaciones con dictamen de mayoría y dictamen de minoría