Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, interceda con medidas de contención, información y asesoramiento, como asimismo crea espacios de codecisión entre las Comunidades del pueblo de Mbya de Yuy Pita, Ká Aguy Poty i Kapi i Poty, de la provincia de Misiones, por el conflicto de sus territorios, conjuntamente con la Universidad Nacional de la Plata (UNLP).

Señor presidente:

El presente proyecto de Resolución tiene por objetivo, arbitrar las medidas conducentes a la solución definitiva, de la situación planteada por las Comunidades indígenas, Mbya Guaraníes, del Valle Kuña Piru, de la provincia de Misiones.

Las Comunidades Indígenas Mbya Guaraníes de la provincia de Misiones, mantienen un conflicto con sus tierras con la Universidad Nacional de la Plata, son 6.000 hectáreas de tierras ancestrales guaraníes, que la Empresa Celulosa Argentina S.A., donó en el año 1992 A la Universidad de la Plata, ubicada a 1.300 Km de distancia.

La Constitución Nacional, en su Artículo 75, inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos, junto a sus derechos. Al ser la persona humana un sujeto social global, su vida en situación de dignidad, depende del respeto de todos sus derechos, por ello, todos los derechos humanos son importantes y su interdependencia e individualidad, son el reflejo de la integralidad de la dignidad humana.

Lamentablemente esta aspiración choca con la realidad, si bien es cierto que el derecho a la tierra, se reconoce en forma específica en nuestra Constitución Nacional, las comunidades indígenas de nuestro país, dependen de políticas provinciales y nacionales, para frenar el avance incontenible de intereses económicos que pretenden los territorios tradicionalmente ocupados por pueblos indígenas y los recursos naturales que hay en ellos.

"Pedimos a la Universidad que nos devuelva la tierra, porque es nuestro hogar donde viven nuestros hijos, donde vivimos todos, donde están enterrados los huesos de nuestros abuelos. Queremos nuestra tierra, nuestro monte, porque ellos nos alimentan, nos sanan. Queremos vivir acorde a nuestras pautas culturales, porque así lo quiso Ñamandú. La tierra es nuestra madre, nadie puede enajenarla". Dijo en las puertas de la Universidad de la Plata, en lengua sencilla y profunda, el cacique guaraní Hilario Moreira.

El indígena sin tierra, no es indígena, para ellos la tierra es su espacio cultural, el lugar de sus mitos e historias, el hábitat de vida plena en tradiciones y valores, considerando a la tierra como su madre, con quién conviven y mantienen una relación mística y religiosa.

La violencia ejercida contra los pueblos indígenas, casi siempre estuvo ligada a la tierra. Sin garantías de tierra, no hay condición alguna de su sobrevivencia como pueblos y como etnias portadores de culturas originales.

En los fundamentos acá expresados, se busca promover la discusión, reflexión y debate para lograr la fijación de las obligaciones constitucionales del Estado, en función de hacer exigibles los derechos de los pueblos indígenas.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares el tratamiento y posterior aprobación del presente Proyecto de Ley.