POBLACION Y DESARROLLO HUMANO
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PROYECTO DE LEY
Expediente: 1047-D-2012
Sumario: COMUNIDADES INDIGENAS INSCRIPTAS EN EL REGISTRO DE COMUNIDADES INDIGENAS - LEY 23302: SE DECLARA DIAS NO LABORABLES PARA LAS MISMAS, LOS CINCO DIAS QUE CORRESPONDEN A LA CELEBRACION DEL AÑO NUEVO.
Fecha: 19/03/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 12
Art. 1º - Declárese días no laborables
para todos los habitantes de la Nación Argentina que integren comunidades indígenas
inscriptas en el Registro de Comunidades Indígenas, creado por Ley Nº 23.302, los días
que correspondan a la celebración del Año Nuevo, cinco (5) días.
Art. 2º - Justifíquese la inasistencia a
clase a los alumnos de todos los niveles que integren dichas comunidades.
Art. 3º - Los trabajadores y alumnos
alcanzados por el beneficio establecido en los artículos 1º y 2º de la presente, deberán
acreditar ante su empleador o institución educativa su pertenencia a alguna de las
comunidades indígenas mediante certificación emanada por el representante legal de la
respectiva comunidad.
Art. 4º - Los trabajadores que no
prestaren servicios en los días asignados por la presente ley, devengarán remuneración y
demás derechos emergentes de la relación laboral como si hubieren prestado
servicio.
Art. 5º - Arbítrense los mecanismos
necesarios para que cada Comunidad pueda declarar los días feriados correspondientes a
la celebración del año nuevo, en el ámbito del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas
(INAI), a efectos de hacerlos valer ante los empleadores e instituciones educativas
pertinentes.
Art. 6º - Deróguense todas las medidas
que se opongan a esta ley.
Art. 7º - Comuníquese al Poder
Ejecutivo.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Muchos pueblos originarios de América
del Sur celebran, entre el 20 y 24 de junio de cada año, el comienzo de un nuevo ciclo,
prospero en energías. Durante la fiesta, conocida como We xipantu o Wiñoy tripantu
para los mapuches y la mayoría de las culturas andinas, Inti Raymi en la tradición Inca,
Machaq Mara para los aymaras y Mosoq Wata para el pueblo quechua, se elevan ruegos
y agradecimientos a un mismo elemento: el sol, fuente de sabiduría y renovación.
El Wiñoy tripantu es parte de la tradición
milenaria de nuestros pueblos originarios. Sin embargo, permaneció durante muchos
años oculto y sufrió el embate del sincretismo religioso; mecanismo mediante el cual la
iglesia católica quiso cooptar esta celebración, y hacerla parte del andamiaje religioso
colonizante. Por eso, durante mucho tiempo cuando llegaba esta fecha, y dada la
trascendencia de la misma, la iglesia imponía la celebración de la Fiesta de San
Juan.
Estos hechos deben leerse,
inevitablemente, en una historia -nuestra historia- signada por la división "civilización y
barbarie", oprobioso justificativo de una historia escrita con sangre, que se abrió camino
a fuerza del genocidio vivido por los pueblos indígenas tanto al norte como al sur del
promisorio y naciente Estado Nacional.
Naturalmente unidos en infinitas
expresiones espirituales, los pueblos indígenas han creado su propia cultura en ésta, su
tierra, porque es aquí donde nace y late el corazón de su identidad; aquí, y no en otro
espacio territorial o continente, el hombre indígena construyó y construye su cultura, en
este espacio se recrea, se retransmite circular y generacionalmente todas aquellas
expresiones simbólicas, filosóficas, y de diversos grados de espiritualidad frente a lo
finito y trascendente.
Partiendo de una concepción cíclica de los
procesos vitales, las fiestas se enmarcan como momentos rituales en donde los pueblos
agradecen la fecundidad de la tierra traducida en las cosechas que hacen posible su
subsistencia. En este ámbito, estas fiestas son como la despedida y a la vez la
bienvenida -regreso- al astro que hace posible este desarrollo: Antu (sol) para los
mapuches, Inti para las culturas andinas.
Por cierto, este episodio de la procreación
de la vida y el tiempo (nacimientos, pariciones, brotes, cambios climáticos, alteraciones)
acontece de igual forma en el hemisferio norte, pero en época distinta. Por tanto en el
planeta tierra ocurren dos fenómenos diferidos en tiempo y espacio y estos son los dos
años nuevos; uno correspondiente al hemisferio Norte (transcurre en diciembre) y otro
del hemisferio Sur (en el mes de junio). La imposición global del calendario gregoriano
universalizó la idea del comienzo de año el 1º de enero. Sin embargo, cada cultura desde
tiempos remotos determinó el inicio del nuevo ciclo a partir de su observación del
cosmos y su relación con la naturaleza.
Para algunos, el inicio del invierno, para
otros, los pueblos del Sol y de la tierra, nada más y nada menos que el año nuevo donde
llega el momento en que un ciclo se cierra para dar comienzo a uno nuevo: el
fortalecimiento del lazo vital entre la tierra y los hombres. Y dentro del mismo
movimiento de unión, el fortalecimiento del lazo entre los hombres. Estas culturas,
aseguran que desde el 20 al 24 de junio la naturaleza modifica todos sus elementos,
cambios profundos que involucran a todos los seres vivos.
El primer avance legislativo de nuestra
República fue la Ley 23.302 de Política Indígena y Apoyo a las Comunidades
Aborígenes, que consagra en su artículo primero la tan solicitada política de
Participación del Indígena con sus propias pautas culturales en la vida del país.
En momentos previos a la Reforma de la
Constitución Argentina en 1994, la Ley 24.309 (que declara la necesidad de reforma),
incorpora en su Artículo 3, Inciso LL, "la adecuación de los textos constitucionales a fin
de garantizar la identidad étnica y cultural de los Pueblos Indígenas".
Producto de este texto, fueron presentados
alrededor de sesenta Proyectos en la Convención Constituyente, y allí, la Comisión de
Nuevos Derechos y Garantías, por mayoría, redacta un texto que recogía muchas de las
aspiraciones de los Pueblos Indígenas del País. Este texto fue modificado por la
Comisión de Redacción el día 10 de Agosto, la cual quitó la parte que caracterizaba a
los Pueblos Indígenas como "Constitutivos de la Nación Argentina", y bajó al recinto el
día 11, con el texto que hoy contiene el Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución
Nacional. El Artículo fue aprobado por aclamación y unanimidad, y ha constituido un
hecho histórico, al reconocer la preexistencia étnica de estos pueblos.
Si bien esta incorporación de derechos fue
recibida conformemente por los pueblos Indígenas, su reclamo de que sea incorporado
en la parte de Declaraciones, Derechos y Garantías fue negada, quedando como una
Facultad más del Congreso.
Esta reforma significó que el Estado
Argentino deberá efectivamente garantizar el respeto a la identidad cultural de nuestros
pueblos indígenas. Para ellos, la pretensión histórica de una Argentina homogénea está
terminándose con la Reforma de 1994, que establece que los indígenas como pueblo
tienen derecho a participar en muchas decisiones que afectan a sus intereses. Si bien no
se ha consagrado expresamente que Argentina es un país pluricultural, en efecto lo es, y
de ahí que los pueblos indígenas pretendan una "Unidad en la Diversidad", es decir, un
país pluricultural en el que se respete el derecho de cada pueblo a ser él mismo, dentro
del conjunto de la sociedad.
Es en este sentido que se ha reconocido en
nuestro país, por medio de las leyes 24.571 y 24.757, días de descanso con garantías
laborales, para las celebraciones de aquellos trabajadores que profesan la religión judía
o islámica.
En la normativa vigente y en el Decreto
1584 del 2 de noviembre de 2010, el antecedente más reciente en este tema, que
establece los feriados nacionales y los días no laborables en todo el territorio de la
Nación, ha habido una clara omisión de los derechos de las numerosas comunidades
originarias que integran el país al no reconocerse sus celebraciones y festividades
propias.
Entre las comunidades originarias existe
una estrecha relación entre su identidad cultural como pueblo y su identidad religiosa.
Los distintos elementos que componen el culto se ven reflejados en la espiritualidad y
en los ritos realizados por los pueblos, y nos reflejan la necesidad de protección de estos
elementos para preservar su espiritualidad y sus culturas. El rito ha sido un eje clave en
la producción de las expresiones culturales y, por lo tanto, en la reunión de los pueblos,
lo que persiste hasta hoy.
A lo largo del pasado cuarto de siglo se
viene dando un importante fortalecimiento de las configuraciones étnicas en el
continente y concomitantemente, el de sus organizaciones y plataformas de lucha. Este
fenómeno tiene que ver con la emergencia de nuevos modelos de relación entre el
Estado y la sociedad civil y con la configuración de nuevos sujetos sociales, entre los
cuáles los pueblos indígenas vienen adquiriendo un lugar privilegiado. Una de las
características de este proceso de fortalecimiento es la transformación de las
aspiraciones y reclamos de los pueblos indígenas en objetivos de justicia, esto es, como
demanda de reconocimiento de derechos originarios
Para las comunidades indígenas, al igual
que para el resto de la sociedad, la celebración del año nuevo es una fecha de
reencuentro con los seres queridos, de reconciliación con los hermanos y de
revitalización de la identidad a través de la reafirmación de los ejes de la educación y de
los derechos y las obligaciones: sobre la tierra, la vida social, la gente, su historia, la
biodiversidad, la conducta y los deberes, y las leyes y justicia de los pueblos.
Este proyecto tiene como antecedente el
expediente 8181-D-2010 de mi autoría que fuera presentado con fecha 12 de
noviembre de 2010.
Por todas las razones anteriormente
expuestas, solicito a este Cuerpo la aprobación del presente Proyecto de Ley.-
Firmante | Distrito | Bloque |
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LINARES, MARIA VIRGINIA | BUENOS AIRES | GEN |
DUCLOS, OMAR ARNALDO | BUENOS AIRES | GEN |
PERALTA, FABIAN FRANCISCO | SANTA FE | GEN |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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