Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que proceda a informar a esta Honorable Cámara sobre:

Cuáles son los planes específicos que instrumenta el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el presupuesto involucrado en ellos atinente a los ochocientos (800) poblados del país que están desapareciendo a raíz de la emigración de sus pobladores en busca de oportunidades laborales y de vida:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que informe sobre los lineamientos del Plan Arraigo - si existiera - y sus resultados al 31 de diciembre de 2011; y

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que informe acerca de la cantidad de habitantes que han migrado desde los poblados de menos de cinco mil personas en la última década.

Señor presidente:

Un país dispone y goza de desarrollo social y humano con arreglo a algunos índices claves. Uno de ellos es la armónica distribución de la población en su territorio.

La Argentina padece de una añeja deformación, agudizada en el último medio siglo largo: la desquiciante aglomeración de su población en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Un 40% de los habitantes se concentran en ella dando lugar a un sinnúmero de deformaciones y en algunos casos a consecuencias gravísimas, como la inseguridad. Ésta golpea más duramente en las mega ciudades que en otras zonas del país.

El ferrocarril dio lugar, en las postrimerías del S. XIX y principios del S. XX al nacimiento de centenas de pequeños poblados que literalmente sembraron la geografía bonaerense, cordobesa, santafesina y por extensión la de buena parte de nuestro país. El FFCC les dio vida y de la buena. Sosiego, sin que faltase trabajo. La lejanía mitigada precisamente por la excelente comunicación que significaba un tren que todos los días llegaba a horario trayendo y llevando las nuevas, pero antes que nada a personas y mercancías.

Todos sabemos que el golpe mortífero que sufrieron los ferrocarriles - que es de tan larga data que tuvo un comienzo en la desinversión inglesa durante la Segunda Guerra Mundial y que se profundizó con la política de ir reduciéndolo inaugurada en 1959, hasta llegar a su paroxismo que traduce con toda crudeza aquello de "ramal que para, ramal que cierra" de los 90, sin omitir el festival de subsidios de la presente década que no obstante lo cuantioso de su monto no se ha reflejado en una mejoría de los reducidos servicios ni mucho menos en la rehabilitación de la red troncal - aparejó la declinación de esos 800 pobladíos, sin omitir a los casi cien que ya se borraron del mapa.

Empero, el Estado Nacional - y las jurisdicciones provinciales, con la colaboración de las municipales - debieron y pudieron instrumentar estrategias para auxiliar a esos poblados amenazados por la desaparición del ferrocarril.

Diversos planes de reconversión de esos poblados debieron y pudieron habilitarse. Mencionamos uno: el aprovechamiento turístico, combinado con la potenciación de la creatividad artesanal. Naturalmente, esto - y otros planes, como el despliegue de actividades vinculadas con lo rural - requieren financiamiento sostenido

Se conoce que el Ministerio de Desarrollo Social sustenta planes diversos, como el de Cooperativas, dotados de abundantes recursos. Es de suponer - suponer porque a pesar de la profusa propaganda oficial se ignora cuál porción de los recursos públicos se vuelca a preservar esa Argentina de la ruralidad, tan tradicional, tan espiritualmente rica, tan útil por poblar todo el territorio.

En la vorágine de la Argentina hiperurbana, plagada de conflictos y de problemas, ocuparse de esa otra cara del país, tan tranquila y paciente, parece desopilante. Sin embargo, esta Cámara representa a todos, incluidos a los pueblos rurales amenazados.

Por lo expuesto pido a la Cámara que apruebe este pedido de informes.