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DE LAS PERSONAS MAYORES

Comisión Permanente

Of. Administrativa: Piso P01 Oficina 140

Secretario Administrativo DR. PALACIOS JUAN RAMÓN

Jefe SR. CORA JUAN PABLO

Martes 19.00hs

Of. Administrativa: (054-11) 6075-2141 Internos 2141

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PROYECTO DE LEY

Expediente: 3024-D-2016

Sumario: "SISTEMA DE BECAS DE INCENTIVO PROFESIONAL EN GERONTOLOGIA". CREACION EN EL AMBITO DEL MINISTERIO DE EDUCACION DE LA NACION.

Fecha: 26/05/2016

Publicado en: Trámite Parlamentario N° 60

Proyecto
Artículo 1.- Créase en el ámbito del Ministerio de Educación de la Nación, el “Sistema de Becas de incentivo profesional en gerontología” para los estudiantes universitarios y/o terciarios de la especialización y/o posgrado en gerontología en todas las instituciones públicas o privadas en todo el territorio de la República Argentina.
Artículo 2.- El objetivo es capacitar y formar profesionales en el aérea de la gerontología a fin de mejorar, no solo la atención sanitaria, sino también la atención psico-social de los adultos mayores.
Artículo 3.- Se debe poseer título habilitante de médico, psicólogo, fisioterapeuta, nutricionista, terapista ocupacional o de otras carreras afines a la salud, expedido por Universidad o instituto terciario reconocidos por la legislación vigente en la República Argentina, o del extranjero de acuerdo a los tratados de reciprocidad o reválida otorgada por autoridad competente.
Artículo 4.- El beneficio previsto en el artículo 1° se trata de una beca mensual, cuyo monto será establecido por la Autoridad de Aplicación, durante el tiempo de duración de la especialización o posgrado, según el plan de estudios establecido por la Institución Educativa donde curse sus estudios.
Artículo 5.- El monto se actualizará anualmente de forma automática en base a la variación del costo de vida a nivel nacional, según el cálculo publicado por el instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
Artículo 6.- El beneficiario se acreditará a través de una tarjeta de débito de caja de ahorro abierta a nombre de los beneficiarios o sus tutores en el Banco de la Nación Argentina.
Artículo 7.- A fin de cada ciclo lectivo, se requerirá a la Institución Educativa:
a) Certificado analítico donde debe contar las materias cursadas, materias rendidas con su respectiva calificación o aplazo y el promedio obtenido.
b) Listado de asistencias e inasistencias.
Artículo 8.- El piso mínimo de materias aprobadas será del 75% de las materias previstas en el plan de estudios para el ciclo lectivo cursado.
Artículo 9.- El “Sistema de Becas de incentivo profesional” será atendido con los recursos del Ministerio de Educación de la Nación, debiendo realizarse las adecuaciones presupuestarias necesarias para el cumplimiento de la presente ley.
Artículo 10.- La autoridad de aplicación será el Ministerio de Educación de la Nación.
Artículo 11.- La autoridad de aplicación –en conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación- serán los encargados de:
a) Facilitar y promover la capacitación continua de los profesionales en el área de la gerontología.
b) Establecer convenios de cooperación educativa con las correspondientes instituciones formadoras.
Artículo 12.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional, al Ministerio de Educación de la Nación, al Ministerio de Salud y al Instituto Nacional de Seguridad Social para Jubilados y Pensionados.
Artículo 13.- De forma.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


El envejecimiento es un proceso biológico, psicológico y social, que nos acompaña a lo largo de nuestra vida.
Y gracias al aumento sostenido de la esperanza de vida, el envejecimiento se ha transformado en una preocupación social, un fenómeno de estudio y un ámbito de políticas públicas.
Existe una estrecha relación entre el envejecimiento de la población y el escenario de pérdida de capacidad funcional y dependencia, lo cual tiene un alto impacto psicosocial sobre el propio sujeto que las experimenta, así como el alto costo en términos de recursos económicos y humanos para la sociedad en su conjunto.
Respecto de la pérdida de funcionalidad, el envejecimiento activo y saludable es un derecho que debe ser resguardado desde políticas de Estado y mediante servicios sanitarios y sociales.
Por lo que la prevención es un camino fundamental para avanzar en protección y favorecer la calidad de vida a mayor edad, como también para impactar positivamente en el gasto en salud.
En lo referente a la dependencia, es uno de los principales desafíos que las políticas, planes y programas dirigidos a las personas de edad deben abordar.
A lo cual se le suma el cambio en las estructuras familiares, aumentando –por ejemplo- las monoparentales y unipersonales, que llevan a repensar políticas públicas que hasta ahora han descansado en la protección que el ámbito de la familia provee hacia sus miembros con mayor vulnerabilidad.
El envejecimiento tanto individual como poblacional, trae aparejado nuevos desafíos en el marco de las políticas públicas.
Si bien ambos tipos de envejecimientos son procesos diferentes, están estrechamente vinculados por la heterogeneidad y complejidad que los caracterizan.
El primero acontece a través del ciclo vital y factores internos (individualidad, capacidades, experiencias) y externos (medio social, momento histórico- político, oportunidades) que condicionan la vejez resultante.
A su vez está determinada por la capacidad del individuo de enfrentar la crisis más importante de la existencia, adaptándose y reformulando su identidad, autonomía (física y psicológica) y pertenencia.
El envejecimiento poblacional, por su parte, responde a las grandes transformaciones económicas y sociales que han tenido lugar en el mundo y en especial en la región, y resulta de la dinámica de los factores demográficos, sobre todo de la mortalidad y la fecundidad.
Cuando en una población se registran valores muy bajos de estas variables –mortalidad y fecundidad-, el proceso se intensifica y se produce un cambio radical del perfil demográfico.
Por lo que, contribuyen al envejecimiento el descenso de la fecundidad y el incremento pronunciado y sostenido de la población adulta mayor, a consecuencia de la elevada natalidad en generaciones pasadas y del aumento de la esperanza de vida a partir de los 60 años.
La transición de una etapa de mortalidad y fecundidad altas a otra de valores más bajos tiene como precedente histórico lo sucedido en Europa a partir de la Revolución Industrial en el siglo XVIII.
Sin embargo, mientras en los países desarrollados el proceso abarcó dos siglos, en América Latina la situación evolucionó muy aceleradamente.
Las diferencias con lo ocurrido en Europa tienen que ver con el contexto histórico, las condiciones sociales y económicas, los avances de la investigación médica y el control de las enfermedades y los medios de planificación familiar.
A modo de ejemplo de la rapidez de este proceso en América Latina, basta mencionar que en el último medio siglo la esperanza de vida promedio al nacer aumentó aproximadamente 20 años —de 50 a 70—, mientras que la tasa global de fecundidad disminuyó a menos de la mitad: de alrededor de 6 a menos de 3 hijos por mujer.
En el mismo período el porcentaje de personas de 60 años y más ascendió de un 6% a un 8%.
En 1950 había en la región aproximadamente 10 millones de personas de 60 y más años; al terminar el siglo la cifra se había cuadruplicado y se proyecta que en 2025 ésta habrá aumentado a 56 millones, lo que sumará 96 millones de adultos mayores.
Ahora bien, esta evolución no es homogénea a escala internacional ni nacional; ciertos países y sectores sociales todavía están en una etapa incipiente de la transición, mientras que en otros el proceso ha avanzado con mayor celeridad, pero todos muestran claros indicios de la tendencia descrita.
El enfoque de derechos traspasa la esfera individual e incluye garantías sociales (derecho al trabajo, a la asistencia, al estudio, a la protección de la salud, entre otros) y se relaciona de manera adecuada con el paradigma de la calidad de vida en la medida en que tiene como finalidad garantizar una situación de certidumbre, lo que implica procurar las condiciones para un desarrollo integral.
Transitar desde políticas sociales asistenciales a políticas sociales sustentadas en derechos representa una oportunidad para avanzar en la construcción de nuevos pilares de protección social.
Si se han podido asegurar derechos en salud y en previsión social, parece oportuno avanzar en el pilar de servicios sociales como un nuevo umbral en materia de protección social.
Ello es así, atento que esta transición epidemiológica ya está presente y el Estado Argentino no tiene políticas públicas integrales que resuelvan la situación del envejecimiento y lo que debería ser un hecho feliz para la persona, su familia y la sociedad, en cambio, se transforma en un conflicto que afecta -en primer lugar- al individuo que envejece.
El envejecimiento y la vejez plantean una encrucijada a los profesionales de distintas disciplinas, requiriendo la disposición de movilizar capacidades transdisciplinarias para entender y responder a un proceso complejo, lleno de las oportunidades que ofrece una sociedad más envejecida y, probablemente, bastante más madura.
En ese sentido, existe una gran carencia de recursos humanos en salud especializados en el tema que puedan:
- Entender e interpretar el fenómeno de a epidemiología del envejecimiento y sus implicaciones.
- Conocer los principios del manejo clínico y atención primaria en geriatría en cuanto al valor y a las limitaciones de los procedimientos de diagnósticos.
- Evaluar correctamente el estado físico, mental, funcional y social en personas de edad avanzada.
- Reconocer los patrones de presentación de las enfermedades de la vejez.
- Distinguir el proceso normal del envejecimiento de las manifestaciones patológicas.
- Conocer y reconocer el uso apropiado de los fármacos en la vejez y la polimedicación.
- Conocer los principios y prácticas de cuidado prolongado de pacientes ancianos portadores de patologías múltiples y/o irremediables y de los cuidados crónicos que ellos requieren.
- Establecer una adecuada relación médico-paciente dando información clara y amplia sobre los procedimientos a emplear, tratamiento y evolución del padecimiento.
- Ser capaz de comunicarse eficientemente con ancianos y/o sus cuidadores.
- Adquirir una actitud optimista frente al envejecimiento humano.
Debemos entender la complejidad de un cambio que llegó para quedarse, que nos plantea oportunidades, necesidades, desafíos y que requiere ser visibilizado y abordado por políticas públicas e iniciativas privadas innovadoras, que nos faciliten anticiparnos a sus efectos.
Ello solo puede hacerse si existe la voluntad de reconocer la nueva situación y su multidimensionalidad, requiriendo también de la disposición necesaria para cambiar el paradigma sobre cómo hacer las cosas.
Por todo lo expuesto, solicito a mis compañeros que me acompañen con su firma en este proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ARENAS, BERTA HORTENSIA SAN LUIS COMPROMISO FEDERAL
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
EDUCACION (Primera Competencia)
DE LAS PERSONAS MAYORES
PRESUPUESTO Y HACIENDA