Solicitar al Poder Ejecutivo que, a través de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, informe a esta Honorable Cámara diferentes aspectos sobre el "Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios":

1. Indique si existe un Registro Nacional de Cuidadores. En caso negativo, sírvase indicar si se tiene previsto crearlo y en ese caso especifique fecha de implementación.

2. Cantidad de personas que finalizaron el curso de formación "Cuidadores Domiciliarios" desde el 2010 hasta el 2014 inclusive, en todo el territorio nacional. Especifique por jurisdicción y por año.

3. Cantidad de cuidadores domiciliarios que participaron activamente en el programa desde el 2010 hasta el 2014 inclusive. Especifique por jurisdicción y por año.

4. Indique si existen recapacitaciones, una vez terminado el curso de formación, que mantengan a los cuidadores domiciliarios actualizados de los contenidos necesarios para realizar las actividades de cuidado de forma profesional. En el caso de que se realicen, especificar con qué frecuencia se dictan.

5. Detalle cantidad de adultos mayores y personas con discapacidad a los que se les brindó servicios de apoyo sanitario y social desde el 2010 hasta el 2014 inclusive. Especifique por jurisdicción y por año.

6. Indique cuáles fueron las acciones que se tomaron para fortalecer a las organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil que trabajan en la temática de los adultos mayores (Especificado en la Ley 26.895- Presupuesto 2014).

7. Detallar el presupuesto ejecutado desde el 2010 hasta el 2014 inclusive.

8. Sírvase indicar cualquier otra información que sirva al presente.

Señor presidente:

El Censo Nacional de Población y Vivienda realizado en el 2010 en la Argentina, ha dado cuenta de una modificación en la pirámide poblacional de nuestro país, registrándose un crecimiento significativo en la población de adultos mayores. En el 2010, según los datos registrados, el 10,2% de la población es mayor a 65 años, dato que coloca a la Argentina en unos de los primeros países de América Latina con mayor porcentaje de adultos mayores en su población. A su vez se estima que para el 2050 este porcentaje ascienda a un 19%.

Este fenómeno que se registra a nivel mundial fue advertido en la Asamblea Mundial sobre Envejecimiento realizada en Viena en el año 1982, convocada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1978. Este encuentro significo el punto de partida de una preocupación común sobre la calidad de vida de las personas mayores y permitió que más tarde se redactaran recomendaciones a los diferentes gobiernos. Estas últimas se basaron en la salud y nutrición, vivienda y medio ambiente, familia, bienestar social, seguridad y empleo, y educación.

Con respecto a la salud, el Plan de Acción (1) , entre otras recomendaciones, establecía: "La atención de las personas de edad debe ir más allá del enfoque puramente patológico y debe abarcar la totalidad de su bienestar, teniendo en cuenta la interdependencia de los factores físicos, mentales, sociales y ambientales. Por consiguiente, la atención sanitaria debe hacer participar a todo el sector sanitario y social y a las familias en el mejoramiento de la calidad de la vida de las personas de edad. La finalidad de los esfuerzos en materia de salud, en particular la atención sanitaria primaria como estrategia básica, debe ser permitir a las personas de edad llevar una vida independiente en el seno de sus propias familias y comunidad durante el mayor tiempo posible, en lugar de excluirlos y aislarlos de todas las actividades de la sociedad".

Sin embargo, a partir de la Segunda Asamblea sobre Envejecimiento realizada en Madrid durante el año 2002 se supera la concepción del adulto mayor como sujeto pasivo que necesita que sus necesidades sean atendidas a una concepción mas activa. Si bien el adulto mayor tiene necesidades y éstas deben ser atendidas, además es un actor con capacidad por si mismo que realiza aportes valiosos a la sociedad.

Una de los aspectos destacados en la Segunda Asamblea sobre Envejecimiento, organizada en la ciudad de Madrid fue el abandono, maltrato y violencia que sufren las personas mayores y que asumen diferentes formas: física, psicológica, emocional, financiera, etc. Y en relación a esto último, el cuidado también se considero una cuestión relevante. En la Declaración Política (2) se establecía que se debía trabajar en: "permitir que las personas de edad contribuyan más eficazmente a sus comunidades y al desarrollo de sus sociedades, y mejorar constantemente los cuidados y el apoyo prestados a las personas de edad que los necesitan" (3) . Además se reconoció la función de cuidadores que los adultos mayores realizan en las sociedades, principalmente relacionados a la educación y cuidado de los nietos, como también a otros miembros de la familia.

En nuestro país, según los datos recogidos por la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores (ENCaVIAM; 2012): "Los hogares unipersonales están conformados por población más envejecida; mientras que 16 de cada 100 personas de 60 a 74 años reside en este tipo de hogar, la proporción se duplica al interior del grupo de 75 años y más (...) Los adultos mayores residentes en estos hogares se encuentran en una situación más desfavorable con relación al resto desde la perspectiva de las redes de apoyo intra-hogar, dado que en el caso de necesitar algún tipo de ayuda, deben recurrir a la red familiar extra- hogar o a alguna fuente de recursos institucionales para satisfacerla" (4) . Estos datos resultan aún mas significativos cuando se observa según los indicadores analizados en la publicación "Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores" (5) que el 70,9% de las personas mayores de más de 60 años que viven en hogares unipersonales se encuentran con déficit de apoyo social instrumental ("ayuda para resolver cuestiones de la vida cotidiana"). Y el 40% de éstos, a su vez, tiene una percepción de su salud mala o con enfermedades crónicas.

Como una de las respuestas a esta situación, se implementó en Argentina el "Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios" en 1996 (con una interrupción en su ejecución entre el 2000 y el 2002). Este programa actualmente depende de la Dirección de Políticas para Adultos Mayores del Ministerio de Desarrollo Social y tiene como objetivo capacitar a miembros de la comunidad en cuidados domiciliarios de adultos mayores y personas con discapacidad y brindar servicios de apoyo sanitarios y sociales a quienes requieran de un cuidado intensivo.

El Ministerio de Desarrollo Social, a través de su página web oficial (6) , explica en relación a la formación de cuidadores domiciliarios: "El programa capacita a personas de entre 25 y 50 años, sin empleo estable o en situación de vulnerabilidad social, que estén interesadas en cuidar y atender a miembros de la comunidad que requieran acompañamiento y asesoramiento en todas las actividades de la vida diaria". Sobre la la atención domiciliaria especifica que el cuidado se realiza a personas mayores de 60 años que acrediten insuficiencia económica, que no cuenten con personas que puedan cuidarlos, o que presenten algún tipo de discapacidad y/o enfermedad crónica o terminal.

Según Carina Lupica en la publicación "Recibir y brindar cuidados en condiciones de equidad: desafíos de la protección social y las políticas de empleo en Argentina" (7) :"La función central de los cuidadores domiciliarios consiste en acompañar a las personas mayores en la realización de las actividades de la vida diaria, colaborando con lo que sea necesario y promoviendo su autonomía personal tanto como sea posible (...) los cuidadores domiciliarios aportan compañía y apoyo emocional, un tipo de cuidado importante para el bienestar de los adultos mayores". Sin embargo, subraya algunas dificultades a las que el cuidador domiciliario se enfrenta: "La ejecución de las tareas de los cuidadores domiciliarios demanda una diversidad de habilidades y conocimientos que no siempre se perciben con facilidad (...) Además muchos de ellos presencian el fallecimiento de la persona que cuidan y son quienes se lo comunican a los familiares, con lo cuál necesitan un mínimo de conocimientos sobre duelo. En ambas circunstancias, el desarrollo de las actividades de los cuidadores domiciliarios conlleva necesariamente conocimientos básicos de enfermería y psicología, entre otros".

Todo lo expuesto, no sólo remarca el cambio en relación a la concepción del envejecimiento y al rol de la persona mayor en la sociedad, sino también que los Estados deben comprometerse a diseñar y ejecutar programas específicos de promoción, protección e integración social de los adultos mayores. Y en este sentido, vemos fundamental que el Poder Ejecutivo informe sobre las diferentes implementaciones del Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios y los resultados conseguidos hasta el momento. La ejecución del mismo resulta fundamental en un contexto de aumento del envejecimiento de la población argentina y donde el porcentaje de adultos mayores que viven solos (que en su mayoría son mujeres), corresponde a la población mas envejecida de la sociedad.

Resulta importante destacar que al comparar la Ley de Presupuesto de 2013 (8) , 2014 (9) y 2015 (10) sobre el Programa 46: "Protección y promoción de los derechos de los Adultos Mayores", las personas asistidas, como meta, por el Programa Nacional de Cuidado Domiciliario, en el 2013 fue de 4000 personas, en el 2014 de 1122 y en el 2015 vuelve a ser de 4000. Y en relación a la cantidad de cuidadores capacitados, en el 2013 se previó la capacitación de 6130 cuidadores, en el 2014 también de 6130 y en el 2015 de 9528. Estas comparaciones dan cuenta, que mientras se observa un crecimiento en la meta de cuidadores capacitados, no se presenta un aumento en la meta del alcance de personas asistidas por el Programa.

En este sentido, el siguiente Pedido de Informes persigue obtener indicadores sobre el diseño y la ejecución del Programa: si existe un Registro de Cuidadores Domiciliarios, cantidad de personas que terminaron el curso de formación, cuantos cuidadores participan activamente del Programa, cantidad de adultos mayores asistidos, etc. Esta información resulta fundamental para el avance del cumplimiento de los derechos de los adultos mayores en todo el territorio nacional.

Por todo lo expuesto anteriormente, es que solicito a las Sras. Diputadas y los Sres. Diputados me acompañen en la sanción del presente Proyecto de Resolución.-