Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional impulse las acciones necesarias, en el marco del MERCOSUR, para la participación activa de la región en la elaboración de propuestas y estrategias conjuntas con el resto de los países de América, tendientes a evitar la construcción de muros en la frontera entre E.E.U.U. y México así como a fomentar la búsqueda de vías respetuosas de los derechos humanos y laborales de las personas migrantes sustentadas en consensos multilaterales.

Señor presidente:

Cerca de 200 millones de personas en el mundo (es decir el 3% de la población mundial) viven fuera de su país de nacimiento. Son múltiples las razones que motivan las migraciones, pero son sin dudas la pobreza y la falta de trabajo los detonantes fundamentales de la decisión de migrar, en busca de mejores posibilidades en países distintos al de nacimiento.

Millones de latinoamericanos, empujados por la pobreza extrema, cruzan las fronteras aún en las condiciones más restrictivas y riesgosas para su integridad física. Cuanto más restrictivo y riesgoso se torna el movimiento y la circulación de personas entre los países, mayores son los conflictos y peores las violaciones a los derechos humanos de los migrantes.

El mundo globalizado facilita el movimiento de capitales asegurando su veloz circulación pero ese movimiento se va obstaculizando cuando el objeto del intercambio son los bienes, a través de la imposición de barreras proteccionistas que afectan a los países exportadores de materias primas. Las restricciones se agravan aún más cuando se trata del movimiento y la circulación de personas, erigiéndose barreras reglamentarias que en lugar de regular la migración desde la mirada de los derechos humanos, la enfocan desde las doctrinas de seguridad que encuadran al migrante en la categoría de sospechoso o directamente delincuente. Cada vez más advertimos que países receptores de migración levantan barreras que ya no son sólo reglamentarias sino físicas, como la muralla que E.E.U.U. se propone construir y ampliar en su frontera con México. Este muro tendrá, si así se aprueba en el Congreso de E.E.U.U., una extensión cercana a los 1500 Km. en una frontera de 3200 Km.

Consideramos que la construcción de esta barrera no hará más que agravar la situación de millones de latinoamericanos, profundizar la xenofobia y la discriminación, y ahondar la pobreza de los países centroamericanos en particular.

En efecto, el flujo migratorio hacia E.E.U.U. no se detendrá porque la desesperación que empuja a muchos a migrar en cualquier circunstancia, con la esperanza de huir de la miseria, no reconoce muros.

Investigaciones periodísticas y de ONGs. de México, revelan dramáticas situaciones de migrantes que realizan el cruce de frontera entre El Salvador, Honduras, Guatemala y México hacia E.E.U.U., a través del tren llamado "el tren de la muerte". Mujeres, hombres y niños esperan durante días el paso de un tren de carga en la estación de Tapachula -México- para intentar subirse y pasar la frontera solos o con ayuda de algún "coyote" (traficante de seres humanos). Muchos fracasan y lo intentan por segunda o tercera vez, esperando escondidos entre los matorrales y en las copas de los árboles, en especial las mujeres expuestas a la trata y violaciones. Las personas indocumentadas deben transitar más de cuatro mil kilómetros hasta el río Bravo, superando los retenes migratorios, asaltos de todo tipo y el grave peligro al caer del tren de carga y quedar mutilado. Nada importa. Ni siquiera haber perdido casi todo el dinero inicial, pues comúnmente fueron extorsionados por las fuerzas de seguridad o directamente víctimas de las maras y asaltantes. Es una red de corrupción donde una gran cantidad de personas viven de los emigrantes (1) .

El muro va a restringir aun más los lugares de ingreso pero no va a detener la migración sino que la hará más costosa, más violenta, más corrupta y más lesiva para los derechos humanos de quienes emigran en condiciones de total vulnerabilidad.

En el cruce de la frontera ya han fallecido 3800 personas entre 1993 y 2005 y la mayoría murieron cruzando por zonas riesgosas por sus dificultades geográficas. Nada parece indicar que mayores restricciones disuadan la migración, por el contrario, todo indica que lo seguirán intentando aún en peores condiciones.

La construcción y ampliación de un muro resultará por consiguiente ineficaz en términos de detener la migración y lejos de ser "la solución" al "problema de la migración" va a profundizar los aspectos más negativos.

Tampoco contribuirá a la integración entre los habitantes de países vecinos, profundizando la discriminación, la xenofobia y el racismo que afecta a los derechos humanos y destruye los lazos sociales sustento de una convivencia democrática y pacífica entre los pueblos. La vinculación entre racismo y política migratoria lamentablemente no es nueva en la humanidad aflorando claramente cuando se recurren a medidas de deportación, detención arbitraria, muros y toda medida encuadrada en la doctrina de la seguridad nacional que identifica al migrante como un delincuente. "Es sabido que el racismo biologista fue la base de la política migratoria de los EEUU entre las dos guerras mundiales, elogiada por Hitler en Mein Kampf, donde consideraba a este país como el único que llevaba a cabo una política científica en este orden" (2) .

La construcción del muro entorpecerá asimismo los vínculos económicos de los países involucrados, profundizando la pobreza en una región con la mayor desigualdad en el mundo. Es fácil advertir que la política migratoria no puede analizarse aislada del contexto económico de una región, donde para los países emigrantes, las remesas de dinero de los emigrados representan el primer ingreso en sus economías locales. A su vez para el país receptor de la migración, también resulta indudable el aporte económico que esta fuerza de trabajo significa, representando un sector de mano de obra vulnerable a la explotación en tanto no cuenta con documentación, ni defensas, ni posibilidades de integración.

Una política migratoria debe ponderar todos estos indicadores, máxime en una región como es América Latina donde las decisiones adoptadas por E.E.U.U. como país receptor de la migración puede tener un efecto devastador en lo social, económico y político.

La migración no podrá encauzarse razonablemente si no existe una discusión participativa y democrática entre los países y regiones involucradas, se trate de América Latina con América del Norte o con Europa, o de Europa con el África, donde se ensayan respuestas similares con muros de contención, que están agravando el problema. Nadie puede ignorar que en un mundo profundamente desigual las migraciones serán irrefrenables porque es absolutamente legítimo que las personas se trasladen en busca de mejores posibilidades de vida.

Resulta indispensable considerar que la situación económica y social de América Latina es el resultado de la implementación de las políticas que emergen del llamado "Consenso de Washington", impulsadas por los propios países desarrollados en función de sus intereses y que ha condenado a la pobreza y miseria a millones de personas que viven en los países llamados "periféricos". Estas políticas flexibilizan la circulación monetaria que garantizan el flujo de divisas de la región hacia los países centrales como señaláramos, pero restringen y penalizan la circulación de personas que buscan mayores oportunidades.

Nadie puede soslayar el problema de que la región tiene el 60% de los niños bajo la línea de pobreza; que la tasa de desempleo urbano abierto fue del 9,4% y el empleo informal alcanzaba en el año 2000 un 46,3% de la fuerza de trabajo; que en el año 2003 vivían en la pobreza 225 millones de latinoamericanos, es decir el 43.9% de la población, de los cuales 100 millones eran indigentes (19,4%); que el 20% de la población recibe el 54% del ingreso, el 60% recibe el 40% y el 20% sólo recibe un 4,72% del ingreso total de la región, lo que transforma a América Latina en la región más inequitativa del mundo (3) .

Como señala Lelio Mármora, "el mundo global estaría sembrado de barreras virtuales: no existen si se las mira desde el norte y se elevan cada vez más infranqueables si se miran desde el sur. De todas estas barreras, las aplicadas a las personas son las más explicitas, encontrando que las migraciones han pasado de ser sinónimo de desarrollo a la categoría de problema, para transformarse en la actualidad en un fantasma "amenazante" (4) .

Consideramos que la política migratoria debe abordarse en un marco de cooperación entre las naciones, buscando los consensos básicos para que cada estado asuma su responsabilidad pero también articule sus medidas con los restantes, contemplando los intereses de los migrantes como sujetos de derechos. Las estrategias deben sustentarse en el respeto y promoción de los derechos humanos, y no en una concepción donde la migración es percibida como una amenaza para el país receptor.

La frontera entre EEUU y Méjico es un ámbito de encuentro entre culturas diversas. Es el encuentro entre una América Latina y una América sajona, entre dos mundos. Es una frontera activa, las más activa del mundo.

Hace 160 años E.E.U.U le quitó a Méjico las zonas de Texas, Arizona, Nuevo Méjico y California. En plena revolución mejicana -1915- E.E.U.U. intervino en Veracruz para quedarse con el petróleo. Hoy 20 millones de mejicanos viven en E.E.U.U., generando una cultura méjico-norteamericana, comúnmente llamada "chicana.

La frontera es peligrosa, violenta y difícil. El pretexto hoy es la migración, mañana la excusa será el desierto.

Este muro es una vergüenza mundial y una clara muestra de intolerancia. Se construyen muros en lugar de puentes. El muro es el resultado del choque de culturas que conciente la libertad de los mercados y restringe la libertad de la gente. Es la gran contradicción entre lo que proponen y lo que proponemos: en lugar de muros, puentes.

México propone que las culturas convivan, E.E.U.U propone el choque cultural.

Samuel Huntington ya no habla sobre la cultura musulmana, sino sobre cultura la mejicana. Este mundo, que alienta el choque de culturas está poniendo en peligro la paz.

Lo que aprobó el Senado de E.E.U.U. fue alargar el muro así como que la ley castigue a los que protegen a los trabajadores indocumentados. El proyecto es NAFTA, ALCA o MURO. Nosotros nos pronunciamos por el dialogo y la tolerancia entre las culturas.

Destaca Perez Vichich que "el fenómeno de la emigración laboral precisa hoy también ser encuadrado en el marco del consenso con los países receptores, de inclusión de los desplazamientos poblacionales en las agendas bilaterales y de la búsqueda de un mayor nivel de protección para los trabajadores connacionales que emigran. Cada vez más la interacción entre los países -en forma bilateral o dentro de los procesos de integración regional- viene determinando una intensa articulación entre las políticas de inmigración y de emigración y las relaciones internacionales." (5)

En este sentido nuestro país no puede permanecer ajeno a este conflicto, debiendo aportar más activamente a la búsqueda de consensos impulsando la formulación de proposiciones conjuntas desde el Mercosur. Con mayor razón cuando existen más de 200.000 connacionales que han emigrado a distintas regiones, siendo E.E.U.U. uno de los destinos importantes por razones laborales.

Por todo lo expuesto, someto a consideración de esta Cámara el presente Proyecto de Resolución.