LEGISLACION DEL TRABAJO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P04 Oficina 427
Secretario Administrativo DR. PANCELLI ANTONIO NICOLÁS
Miércoles 10.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2420 Internos 2420/21
cltrabajo@hcdn.gob.ar
- LEGISLACION DEL TRABAJO
Reunión del día 17/06/2020
- INFORMATIVA
SRA. PRESIDENTA SILEY Queda abierta la reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo.
Buenas tardes a todos y a todas. En el día de la fecha vamos a comenzar con la segunda reunión informativa referida al tema del teletrabajo, que estamos considerando en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
En esta oportunidad contamos con la presencia del señor ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, doctor Claudio Moroni, y de la señora directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, licenciada Lucía Cirmi Obón.
Tal como lo hemos consensuado, habrá intervenciones de todos los diputados y las diputadas de los distintos bloques de la Cámara que han trabajado sobre el tema del teletrabajo.
Es bueno resaltar que en el día de ayer hemos recibido a todos los representantes de las centrales sindicales y de varios sindicatos de todo el país, entre ellos los de las telecomunicaciones e informáticos. Fue una jornada muy productiva donde aprendimos, escuchamos y tomamos sugerencias y recomendaciones de parte de los representantes de los trabajadores y trabajadoras.
Es importante resaltar que estamos abordando una temática de alto interés social que preocupa a los trabajadores y trabajadoras argentinas. Lo estamos llevando a cabo con altos niveles de consenso de todos los bloques, con una perspectiva protectoria en el marco de la Ley de Contrato de Trabajo y con la determinación del teletrabajo como modalidad laboral. Estamos trabajando fuertemente para arribar a un dictamen de consenso donde se vean reflejados los intereses de los distintos proyectos presentados y de los sectores sindicales que ayer expusieron. La línea de ese consenso es establecer presupuestos legales mínimos que constituyan un piso de derechos, para luego delegar en las convenciones colectivas de trabajo las especificidades a regular en materia de teletrabajo.
Quiero recordar que estamos hablando de derechos laborales y que es fundamental, por la tradición histórica y normativa de nuestro país, que esta regulación se haga con altos niveles de discusión y participación, como lo estamos haciendo en la Cámara de Diputados.
Tal como lo hago siempre, agradezco a todos los trabajadores de la Cámara que nos permiten realizar esta reunión vía telemática en el marco de la pandemia. También le agradezco al secretario de la comisión, doctor Nicolás Pancelli, y por supuesto, a nuestros dos invitados.
En primer término, hará uso de la palabra el ministro Claudio Moroni. Posteriormente lo hará la licenciada Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
A fin de ir al tema que nos ocupa y tal como ocurre siempre, hemos preestablecido en consenso con los bloques determinados tiempos para hacer uso de la palabra. Por ende, solicito a todos y a todas que respeten el tiempo determinado para hacer uso de la palabra.
Tiene la palabra el señor vicepresidente 1° de la comisión, diputado Cantard.
Buenas tardes a todos y a todas. En el día de la fecha vamos a comenzar con la segunda reunión informativa referida al tema del teletrabajo, que estamos considerando en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
En esta oportunidad contamos con la presencia del señor ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, doctor Claudio Moroni, y de la señora directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, licenciada Lucía Cirmi Obón.
Tal como lo hemos consensuado, habrá intervenciones de todos los diputados y las diputadas de los distintos bloques de la Cámara que han trabajado sobre el tema del teletrabajo.
Es bueno resaltar que en el día de ayer hemos recibido a todos los representantes de las centrales sindicales y de varios sindicatos de todo el país, entre ellos los de las telecomunicaciones e informáticos. Fue una jornada muy productiva donde aprendimos, escuchamos y tomamos sugerencias y recomendaciones de parte de los representantes de los trabajadores y trabajadoras.
Es importante resaltar que estamos abordando una temática de alto interés social que preocupa a los trabajadores y trabajadoras argentinas. Lo estamos llevando a cabo con altos niveles de consenso de todos los bloques, con una perspectiva protectoria en el marco de la Ley de Contrato de Trabajo y con la determinación del teletrabajo como modalidad laboral. Estamos trabajando fuertemente para arribar a un dictamen de consenso donde se vean reflejados los intereses de los distintos proyectos presentados y de los sectores sindicales que ayer expusieron. La línea de ese consenso es establecer presupuestos legales mínimos que constituyan un piso de derechos, para luego delegar en las convenciones colectivas de trabajo las especificidades a regular en materia de teletrabajo.
Quiero recordar que estamos hablando de derechos laborales y que es fundamental, por la tradición histórica y normativa de nuestro país, que esta regulación se haga con altos niveles de discusión y participación, como lo estamos haciendo en la Cámara de Diputados.
Tal como lo hago siempre, agradezco a todos los trabajadores de la Cámara que nos permiten realizar esta reunión vía telemática en el marco de la pandemia. También le agradezco al secretario de la comisión, doctor Nicolás Pancelli, y por supuesto, a nuestros dos invitados.
En primer término, hará uso de la palabra el ministro Claudio Moroni. Posteriormente lo hará la licenciada Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
A fin de ir al tema que nos ocupa y tal como ocurre siempre, hemos preestablecido en consenso con los bloques determinados tiempos para hacer uso de la palabra. Por ende, solicito a todos y a todas que respeten el tiempo determinado para hacer uso de la palabra.
Tiene la palabra el señor vicepresidente 1° de la comisión, diputado Cantard.
SR. CANTARD Señora presidenta: muy buenas tardes. Me sumo a los agradecimientos y muy especialmente les doy la bienvenida al señor ministro y a la señora directora. Es la segunda vez que el señor ministro visita esta Comisión de Legislación del Trabajo en forma telemática. En su anterior visita habíamos comenzado a esbozar, aunque sea tangencialmente, algunas ideas propias del ministerio sobre la temática del teletrabajo. Felizmente, más temprano que tarde, esta comisión se está abocando, como bien dijo la señora presidenta, al estudio de 16 o 17 proyectos que se han presentado solamente en esta Cámara de Diputados sobre el tema en consideración.
Estamos muy firmes en la idea de congeniar las ideas de los diputados y diputadas de la Nación respecto de los proyectos que mencionaba recién, a fin de avanzar en la búsqueda de consensos lo más rápido posible. Para ello hemos diseñado este mecanismo de reuniones informativas como la que hemos hecho ayer y estamos haciendo hoy. Seguramente habrá alguna otra reunión la semana próxima.
Es un gusto contar nuevamente con el señor ministro y la señora directora. Trataremos de aprovechar al máximo esta reunión. Muchas gracias.
Estamos muy firmes en la idea de congeniar las ideas de los diputados y diputadas de la Nación respecto de los proyectos que mencionaba recién, a fin de avanzar en la búsqueda de consensos lo más rápido posible. Para ello hemos diseñado este mecanismo de reuniones informativas como la que hemos hecho ayer y estamos haciendo hoy. Seguramente habrá alguna otra reunión la semana próxima.
Es un gusto contar nuevamente con el señor ministro y la señora directora. Trataremos de aprovechar al máximo esta reunión. Muchas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Muchas gracias, señor diputado.
Tiene la palabra el señor vicepresidente 2° de la comisión, diputado Ansaloni.
Tiene la palabra el señor vicepresidente 2° de la comisión, diputado Ansaloni.
SR. ANSALONI Señor presidente: quiero dar la bienvenida al señor ministro a la casa de los trabajadores. Es un orgullo que nos visite nuevamente. También deseo expresar mi agradecimiento a la señora directora y a cada uno de los señores diputados y de las señoras diputadas de esta comisión por su presencia en esta reunión.
En el día de ayer tuvimos una jornada que, para mi gusto, fue muy buena. Es un momento donde el movimiento obrero tiene que hacerse más presente que nunca porque se discute un eje que tiene que ver con los trabajadores y las trabajadoras. En el día de ayer manifestamos en esta comisión que nosotros siempre estaremos en favor del respeto de los principios de cada uno de los trabajadores y trabajadoras. Asimismo señalamos la necesidad de discutir el tema del teletrabajo.
Seguramente en el marco en que se viene dando el debate en esta comisión llegaremos a sancionar una de las leyes más importantes y, como dijo la señora presidenta de este cuerpo, con el sentido social que tiene la norma. Por eso es importante escuchar al señor ministro y a la señora directora. Seguramente en conjunto con los diputados y las diputadas vamos a trabajar para el bien común de todos los trabajadores y las trabajadoras que tienen que ver con esta actividad, siempre y cuando -insisto- el teletrabajo no deje a la vera del camino a compañeros y compañeras del interior del país que necesitan mucho esto.
En el día de ayer tuvimos una jornada que, para mi gusto, fue muy buena. Es un momento donde el movimiento obrero tiene que hacerse más presente que nunca porque se discute un eje que tiene que ver con los trabajadores y las trabajadoras. En el día de ayer manifestamos en esta comisión que nosotros siempre estaremos en favor del respeto de los principios de cada uno de los trabajadores y trabajadoras. Asimismo señalamos la necesidad de discutir el tema del teletrabajo.
Seguramente en el marco en que se viene dando el debate en esta comisión llegaremos a sancionar una de las leyes más importantes y, como dijo la señora presidenta de este cuerpo, con el sentido social que tiene la norma. Por eso es importante escuchar al señor ministro y a la señora directora. Seguramente en conjunto con los diputados y las diputadas vamos a trabajar para el bien común de todos los trabajadores y las trabajadoras que tienen que ver con esta actividad, siempre y cuando -insisto- el teletrabajo no deje a la vera del camino a compañeros y compañeras del interior del país que necesitan mucho esto.
SRA. PRESIDENTA SILEY Muchas gracias, señor diputado.
A continuación hará uso de la palabra el señor ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, doctor Claudio Moroni, a quien agradecemos nuevamente su presencia en esta reunión.
A continuación hará uso de la palabra el señor ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, doctor Claudio Moroni, a quien agradecemos nuevamente su presencia en esta reunión.
SR. MINISTRO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL Señora presidenta: buenas tardes a todos y todas. Agradezco la invitación. Entiendo que no son ustedes los que tienen que agradecerme. Como es sabido, la otra vez tuvimos una larga charla y para mí fue un placer intercambiar opiniones con ustedes.
El tema del teletrabajo es importante y la verdad es que desde hace tiempo se venía planteando la necesidad de regularlo. Los proyectos de ley vinculados con el teletrabajo han sido presentados hace varios años. Creo que ayer recordaban que uno de las iniciativas fue presentada en la época de Carlos Tomada. Hace tiempo que se viene trabajando para regular este modo de prestación de laboral y celebro que un tema tan importante como este se haya tomado con tanta seriedad y nivel de consenso. Luego me voy a referir a este último aspecto, ya que estuvimos viendo los proyectos presentados.
El teletrabajo siempre generó alguna suspicacia o sensación extraña entre los que nos dedicamos a este tema, pensando no solo en las condiciones patrimoniales o de prestación del servicio, sino también y fundamentalmente en la pérdida del vínculo con el grupo. Uno de los temores que siempre aparece con el tema del teletrabajo es la figura del trabajador individual alejado de su grupo de pertenencia, determinado por el resto de los trabajadores de la empresa. Creo que el hecho de que el trabajador perdiera su sentido de pertenencia a un grupo de solidaridad ha sido abordado de algún modo en los proyectos que he visto y era uno de los argumentos que más me preocupaba.
Comenzaré por plantear por qué es necesario ahora regular el tema. Hace tiempo que veníamos charlando sobre esta cuestión, pero parecería que el virus nos chocó de frente. En otras palabras, como dicen los Redonditos de Ricota, el futuro llegó hace rato pero ahora nos dimos cuenta de que ya lo hizo y no tenemos vuelta atrás. La realidad es que el futuro nos golpeó de frente y hay determinadas cosas respecto de las cuales pensábamos que teníamos tiempo, que podíamos pensarlas con mucha más tranquilidad o que iban a pasar en algún momento lejano, pero la verdad es que por imperio de la realidad ya están ocurriendo.
De hecho, malamente o como pudimos, tuvimos que regular el teletrabajo apelando a la buena fe de los contratantes para que en esta prohibición, en este aspo o en este distanciamiento se trabajara desde el hogar en aquellos casos en que se pudiera hacerlo, siempre sobre la base de las condiciones que pactaran el trabajador y el empleador a partir del criterio de la buena fe.
Pensamos que la mejor forma de resolver rápidamente esta situación que nos imponía el aislamiento social preventivo y obligatorio era actuar con celeridad. Pero evidentemente no podemos decir que el mecanismo adoptado sea una regulación. Creo que en mi primera visita ya dijimos que habíamos adoptado una solución frente a la urgencia, pero que eso no era una regulación del teletrabajo.
En el ministerio un grupo de asesores estuvo analizando los distintos proyectos; yo tenía unos quince, pero dicen que son dieciséis o diecisiete, por lo que tendría que ver si me está faltando alguno. La verdad es que lo que observamos es un altísimo nivel de coincidencia en cuanto a los puntos a regular y al tipo de regulación.
Si bien hay algunas diferencias, creo que ahora podemos ver cuáles son los puntos de coincidencias y los temas que particularmente queremos plantear desde el ministerio. Me refiero a cuestiones conceptuales, no de redacción, ya que no analicé en detalle los distintos proyectos.
En primer término, el teletrabajo no debería formar parte de un estatuto independiente, ya que el teletrabajador no es un trabajador distinto del resto de los trabajadores. En otras palabras, el teletrabajo es un modo de prestación del contrato de trabajo. Es una forma contractual y no una categoría de trabajador. Esto lo queremos dejar muy en claro, ya que de lo contrario se estaría generando una categoría de trabajadores desvinculados del resto. El teletrabajo es simplemente uno de los distintos modos de prestación del contrato de trabajo que existen. Esto para nosotros es definitorio. Es decir, no estamos creando una categoría distinta de trabajadores, sino un mecanismo contractual diferente.
Tomada esta definición, coincidimos plenamente en los principios que han adoptado la mayor parte de los proyectos. El principio de igualdad, por ejemplo, creo que no tengo que aclararlo: el teletrabajador tiene los mismos derechos que el resto de los trabajadores de la empresa que prestan servicios en forma presencial.
Esta forma de prestación es voluntaria, es decir, no puede ser impuesta, sino que requiere el asentimiento del trabajador.
Como consecuencia de ser voluntaria, existe el principio de reversibilidad, es decir, se puede revertir la forma de prestación. En este punto creemos que habría que pensar adecuadamente la situación de aquellos puestos de trabajo que ya fueron creados para ser prestados a distancia desde un comienzo. No tengo una solución para estos casos, pero creo que deberíamos prestarles atención.
Otro principio es el de indemnidad. La prestación de los servicios por esta vía no puede generar una pérdida patrimonial o de otro tipo para el trabajador.
Estos principios que estoy enunciando han estado presentes en todos los trabajos, con la empresa proveyendo los recursos necesarios o bien compensando de algún modo los gastos en que incurra el trabajador con sus instrumentos o conexiones del hogar. Esto es, básicamente, el principio de indemnidad. En otras palabras, esta forma de trabajo no puede generar ninguna pérdida para el trabajador, por lo cual la empresa debe proveerle todos los elementos y condiciones necesarias directamente en especie, o bien, compensarlo por los gastos en que incurriera con el uso de sus propios elementos.
En cuanto a la protección de los datos personales, hoy no se discute que debemos generar mecanismos de protección de la intimidad del trabajador. El hecho de que haya un acceso remoto razonable por parte del empleador al trabajo del empleado durante las jornadas laborales no puede ser una vía para que exista alguna finalidad de control que se convierta, de algún modo, en una intromisión en los datos personales del trabajador. Observo que también este punto está regulado en los proyectos que analizamos.
Otro principio es el de la protección del domicilio. Sabemos que si hay un lugar de trabajo hay una posibilidad de inspección, de verificación por parte de las distintas jurisdicciones. No podemos permitir que se produzca una violación de la privacidad del domicilio de trabajador para realizar una inspección de los datos de la empresa que estuvieran en la computadora del domicilio del trabajador, por cuanto debemos generar los mecanismos de resguardo necesarios.
Otro principio está dado por el derecho a desconectarse digitalmente. En definitiva, es el derecho a los tiempos de descanso. Por supuesto, esto es fundamental y vemos que también está en la mayor parte de los proyectos.
El tema de los cuidados nos ocupa particularmente. No podemos afectar a aquellas personas que tengan a su cargo a otras personas en el hogar. Por ende, debemos generar algún mecanismo de protección de esta figura.
También debemos resguardar lo relativo a los derechos colectivos, es decir, el derecho a la asociación sindical. Entendemos que no solo los derechos del trabajador sino toda esta figura contractual requieren diversas definiciones y precisiones. La letra chica de la regulación debe terminar de definirse en los convenios colectivos.
El panorama del mundo del trabajo en la Argentina es absolutamente heterogéneo. Tenemos distintas actividades, modos de desarrollo y una larga tradición de la regulación de estas cuestiones a través de los convenios colectivos. Por eso creemos que un buen proyecto de ley debería contener los principios generales y aquellas situaciones que el Congreso Nacional considere que son pisos básicos. Pero se debería dejar lugar para que la regulación de este modo contractual sea habilitada y discutida en cada caso puntual por medio del convenio colectivo.
La verdad es que esto ya está sucediendo. Hace diez o doce días participé de una nueva etapa de la paritaria nacional docente en la que, en los hechos, se reguló la forma de prestación del trabajo de los docentes en el hogar. Se reguló razonablemente bien, de común acuerdo no solo con la Nación, sino también con los ministros de Educación de las distintas jurisdicciones. Y quedó demostrado que es un camino posible.
Creo que una legislación que defina las cuestiones básicas -a las que creo que casi todos los proyectos responden- y deje que se ajuste -o sea, el "traje a medida" o tailor-made, como suele decirse- a los convenios colectivos sería una muy buena combinación de ambos esquemas de normas. Al mismo tiempo, este esquema nos permitiría lo que planteé al principio, en el sentido de que el trabajador no solo sienta que está representado, sino también que forma parte de ese colectivo que representa al resto de los trabajadores de la empresa.
No tengo mucho más para agregar. Celebro la celeridad y coincidencia con que se está tratando este tema. Por supuesto, tanto yo como el resto de los funcionarios del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social estamos a disposición para colaborar con la labor que vienen realizando los legisladores para arribar a un consenso -por lo que veo, está muy cercano- que nos permita contar lo más rápidamente posible con una regulación que -insisto- es necesaria, ya que estamos frente a un fenómeno que, como dije, lo pensábamos lejano o futuro y ya está entre nosotros.
Hemos conversado con gente del Ministerio de Trabajo de España y nos comentaron que, si bien antes de la pandemia el 8 por ciento del personal de servicios ya trabajaba a través de esta figura, estiman que inmediatamente después de la pandemia ese porcentaje se incrementará al doble, es decir, pasará a ser del 16 por ciento.
Estamos ante un fenómeno que es irreversible, por lo que debemos adaptarnos para que esta nueva forma de prestación del contrato de trabajo no altere lo que consideramos derechos básicos del trabajador, que no solo son derechos patrimoniales, sino también de pertenencia a un grupo.
Muchas gracias.
El tema del teletrabajo es importante y la verdad es que desde hace tiempo se venía planteando la necesidad de regularlo. Los proyectos de ley vinculados con el teletrabajo han sido presentados hace varios años. Creo que ayer recordaban que uno de las iniciativas fue presentada en la época de Carlos Tomada. Hace tiempo que se viene trabajando para regular este modo de prestación de laboral y celebro que un tema tan importante como este se haya tomado con tanta seriedad y nivel de consenso. Luego me voy a referir a este último aspecto, ya que estuvimos viendo los proyectos presentados.
El teletrabajo siempre generó alguna suspicacia o sensación extraña entre los que nos dedicamos a este tema, pensando no solo en las condiciones patrimoniales o de prestación del servicio, sino también y fundamentalmente en la pérdida del vínculo con el grupo. Uno de los temores que siempre aparece con el tema del teletrabajo es la figura del trabajador individual alejado de su grupo de pertenencia, determinado por el resto de los trabajadores de la empresa. Creo que el hecho de que el trabajador perdiera su sentido de pertenencia a un grupo de solidaridad ha sido abordado de algún modo en los proyectos que he visto y era uno de los argumentos que más me preocupaba.
Comenzaré por plantear por qué es necesario ahora regular el tema. Hace tiempo que veníamos charlando sobre esta cuestión, pero parecería que el virus nos chocó de frente. En otras palabras, como dicen los Redonditos de Ricota, el futuro llegó hace rato pero ahora nos dimos cuenta de que ya lo hizo y no tenemos vuelta atrás. La realidad es que el futuro nos golpeó de frente y hay determinadas cosas respecto de las cuales pensábamos que teníamos tiempo, que podíamos pensarlas con mucha más tranquilidad o que iban a pasar en algún momento lejano, pero la verdad es que por imperio de la realidad ya están ocurriendo.
De hecho, malamente o como pudimos, tuvimos que regular el teletrabajo apelando a la buena fe de los contratantes para que en esta prohibición, en este aspo o en este distanciamiento se trabajara desde el hogar en aquellos casos en que se pudiera hacerlo, siempre sobre la base de las condiciones que pactaran el trabajador y el empleador a partir del criterio de la buena fe.
Pensamos que la mejor forma de resolver rápidamente esta situación que nos imponía el aislamiento social preventivo y obligatorio era actuar con celeridad. Pero evidentemente no podemos decir que el mecanismo adoptado sea una regulación. Creo que en mi primera visita ya dijimos que habíamos adoptado una solución frente a la urgencia, pero que eso no era una regulación del teletrabajo.
En el ministerio un grupo de asesores estuvo analizando los distintos proyectos; yo tenía unos quince, pero dicen que son dieciséis o diecisiete, por lo que tendría que ver si me está faltando alguno. La verdad es que lo que observamos es un altísimo nivel de coincidencia en cuanto a los puntos a regular y al tipo de regulación.
Si bien hay algunas diferencias, creo que ahora podemos ver cuáles son los puntos de coincidencias y los temas que particularmente queremos plantear desde el ministerio. Me refiero a cuestiones conceptuales, no de redacción, ya que no analicé en detalle los distintos proyectos.
En primer término, el teletrabajo no debería formar parte de un estatuto independiente, ya que el teletrabajador no es un trabajador distinto del resto de los trabajadores. En otras palabras, el teletrabajo es un modo de prestación del contrato de trabajo. Es una forma contractual y no una categoría de trabajador. Esto lo queremos dejar muy en claro, ya que de lo contrario se estaría generando una categoría de trabajadores desvinculados del resto. El teletrabajo es simplemente uno de los distintos modos de prestación del contrato de trabajo que existen. Esto para nosotros es definitorio. Es decir, no estamos creando una categoría distinta de trabajadores, sino un mecanismo contractual diferente.
Tomada esta definición, coincidimos plenamente en los principios que han adoptado la mayor parte de los proyectos. El principio de igualdad, por ejemplo, creo que no tengo que aclararlo: el teletrabajador tiene los mismos derechos que el resto de los trabajadores de la empresa que prestan servicios en forma presencial.
Esta forma de prestación es voluntaria, es decir, no puede ser impuesta, sino que requiere el asentimiento del trabajador.
Como consecuencia de ser voluntaria, existe el principio de reversibilidad, es decir, se puede revertir la forma de prestación. En este punto creemos que habría que pensar adecuadamente la situación de aquellos puestos de trabajo que ya fueron creados para ser prestados a distancia desde un comienzo. No tengo una solución para estos casos, pero creo que deberíamos prestarles atención.
Otro principio es el de indemnidad. La prestación de los servicios por esta vía no puede generar una pérdida patrimonial o de otro tipo para el trabajador.
Estos principios que estoy enunciando han estado presentes en todos los trabajos, con la empresa proveyendo los recursos necesarios o bien compensando de algún modo los gastos en que incurra el trabajador con sus instrumentos o conexiones del hogar. Esto es, básicamente, el principio de indemnidad. En otras palabras, esta forma de trabajo no puede generar ninguna pérdida para el trabajador, por lo cual la empresa debe proveerle todos los elementos y condiciones necesarias directamente en especie, o bien, compensarlo por los gastos en que incurriera con el uso de sus propios elementos.
En cuanto a la protección de los datos personales, hoy no se discute que debemos generar mecanismos de protección de la intimidad del trabajador. El hecho de que haya un acceso remoto razonable por parte del empleador al trabajo del empleado durante las jornadas laborales no puede ser una vía para que exista alguna finalidad de control que se convierta, de algún modo, en una intromisión en los datos personales del trabajador. Observo que también este punto está regulado en los proyectos que analizamos.
Otro principio es el de la protección del domicilio. Sabemos que si hay un lugar de trabajo hay una posibilidad de inspección, de verificación por parte de las distintas jurisdicciones. No podemos permitir que se produzca una violación de la privacidad del domicilio de trabajador para realizar una inspección de los datos de la empresa que estuvieran en la computadora del domicilio del trabajador, por cuanto debemos generar los mecanismos de resguardo necesarios.
Otro principio está dado por el derecho a desconectarse digitalmente. En definitiva, es el derecho a los tiempos de descanso. Por supuesto, esto es fundamental y vemos que también está en la mayor parte de los proyectos.
El tema de los cuidados nos ocupa particularmente. No podemos afectar a aquellas personas que tengan a su cargo a otras personas en el hogar. Por ende, debemos generar algún mecanismo de protección de esta figura.
También debemos resguardar lo relativo a los derechos colectivos, es decir, el derecho a la asociación sindical. Entendemos que no solo los derechos del trabajador sino toda esta figura contractual requieren diversas definiciones y precisiones. La letra chica de la regulación debe terminar de definirse en los convenios colectivos.
El panorama del mundo del trabajo en la Argentina es absolutamente heterogéneo. Tenemos distintas actividades, modos de desarrollo y una larga tradición de la regulación de estas cuestiones a través de los convenios colectivos. Por eso creemos que un buen proyecto de ley debería contener los principios generales y aquellas situaciones que el Congreso Nacional considere que son pisos básicos. Pero se debería dejar lugar para que la regulación de este modo contractual sea habilitada y discutida en cada caso puntual por medio del convenio colectivo.
La verdad es que esto ya está sucediendo. Hace diez o doce días participé de una nueva etapa de la paritaria nacional docente en la que, en los hechos, se reguló la forma de prestación del trabajo de los docentes en el hogar. Se reguló razonablemente bien, de común acuerdo no solo con la Nación, sino también con los ministros de Educación de las distintas jurisdicciones. Y quedó demostrado que es un camino posible.
Creo que una legislación que defina las cuestiones básicas -a las que creo que casi todos los proyectos responden- y deje que se ajuste -o sea, el "traje a medida" o tailor-made, como suele decirse- a los convenios colectivos sería una muy buena combinación de ambos esquemas de normas. Al mismo tiempo, este esquema nos permitiría lo que planteé al principio, en el sentido de que el trabajador no solo sienta que está representado, sino también que forma parte de ese colectivo que representa al resto de los trabajadores de la empresa.
No tengo mucho más para agregar. Celebro la celeridad y coincidencia con que se está tratando este tema. Por supuesto, tanto yo como el resto de los funcionarios del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social estamos a disposición para colaborar con la labor que vienen realizando los legisladores para arribar a un consenso -por lo que veo, está muy cercano- que nos permita contar lo más rápidamente posible con una regulación que -insisto- es necesaria, ya que estamos frente a un fenómeno que, como dije, lo pensábamos lejano o futuro y ya está entre nosotros.
Hemos conversado con gente del Ministerio de Trabajo de España y nos comentaron que, si bien antes de la pandemia el 8 por ciento del personal de servicios ya trabajaba a través de esta figura, estiman que inmediatamente después de la pandemia ese porcentaje se incrementará al doble, es decir, pasará a ser del 16 por ciento.
Estamos ante un fenómeno que es irreversible, por lo que debemos adaptarnos para que esta nueva forma de prestación del contrato de trabajo no altere lo que consideramos derechos básicos del trabajador, que no solo son derechos patrimoniales, sino también de pertenencia a un grupo.
Muchas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Muchísimas gracias, señor ministro.
A continuación darán comienzo las intervenciones de los señores diputados, según el orden de oradores que hemos consensuado con los distintos bloques. Los señores diputados tendrán cinco minutos para efectuar sus exposiciones. Luego el señor ministro responderá los planteos realizados.
Tiene la palabra el señor diputado Moyano.
A continuación darán comienzo las intervenciones de los señores diputados, según el orden de oradores que hemos consensuado con los distintos bloques. Los señores diputados tendrán cinco minutos para efectuar sus exposiciones. Luego el señor ministro responderá los planteos realizados.
Tiene la palabra el señor diputado Moyano.
SR. MOYANO Señora presidenta: quiero aclarar que tuve inconvenientes con la conexión, por lo que figuro con otro usuario. Como verán, dice "Estrategia" en lugar de "Facundo Moyano". No significa que tenga una estrategia; solo es el nombre del usuario. (Risas.)
Sin ánimo de exagerar, quiero expresarle mi agradecimiento, señora presidenta, pues creo que pasaron más de diez años de la presentación del primer proyecto de regulación de esta modalidad de trabajo. Finalmente hoy estamos teniendo este debate, que a mi juicio va a derivar en una legislación que protegerá a los trabajadores comprendidos en esta forma de trabajo. Por eso quería felicitarla, señora presidenta.
También deseo manifestar mi estado de alegría por el hecho de que una mujer esté presidiendo esta comisión y se haya puesto este tema al hombro, lo que en definitiva nos permite estar discutiendo en el día de hoy una cuestión central en un momento difícil. Más allá de que siempre faltará considerar algún aspecto o alguien no quedará muy contento, seguramente podremos arribar a un consenso.
Ayer escuché atentamente a los representantes sindicales, quienes plantearon algunas cosas que se deben tener en cuenta. Tal vez tengamos que explicar la imposibilidad de profundizar sobre muchos aspectos porque estamos legislando sobre una modalidad de trabajo. Ojalá pudiéramos legislar, en esta iniciativa sobre teletrabajo, respecto de los porcentajes a contratar o de que esto no signifique una precarización o explotación laboral.
Me preguntaba si existe la ley de trabajo en blanco o la ley de trabajo registrado. Efectivamente, existe y es la Ley de Contrato de Trabajo. Los trabajadores que no estén contemplados total o parcialmente en otro régimen deberían estar contemplados en su totalidad en la Ley de Contrato Trabajo. Sin embargo, tenemos un 40 por ciento de trabajo no registrado y eso no depende necesariamente del crecimiento económico o del nivel de desarrollo que tenga el país. Creo que esto merece una discusión muy profunda acerca del sistema impositivo, que muchas veces se intentó dar respecto del blanqueo o registro de los trabajadores, pero que finalmente no tuvo resultados.
Ayer escuché atentamente las sugerencias de muchos sindicalistas, fundamentalmente de la CTA, en el sentido de que esto tendría que tener un porcentaje. Muchas modalidades de contratación deberían tener porcentajes, porque cuando éstos no se plantean se suelen utilizar de manera abusiva y como forma de precarización laboral para que el empleador o la parte empresaria tenga una mayor ganancia.
Cuando ejercía la actividad sindical me encontraba, por ejemplo, con que en los peajes había casi un 60 por ciento de trabajadores contratados con la modalidad de contratos eventuales o a plazo fijo. Eso lo pudimos regular desde los convenios del grupo de empresas.
Justamente eso es lo que intentamos hacer con esto, es decir, generar una ley marco donde se contemple al trabajador que pueda estar en la industria textil, en las telecomunicaciones, en el transporte, en las concesiones viales o en el Poder Judicial.
Lo que se intenta hacer es, primero, reconocer la modalidad de contratación, por lo que se establece la incorporación del artículo 92 bis a la Ley de Contrato de Trabajo.
En segundo lugar, se pretende que cada convenio colectivo y sindicalista trabaje para encontrar la regulación específica sobre la actividad o industria en la cual se desempeña el teletrabajo.
Por supuesto que no podemos. Me encantaría establecer porcentajes o que el teletrabajo tampoco se pueda hacer mediante la modalidad de contrato de trabajo eventual o a plazo fijo. No creo que esto signifique, como se manifestó ayer, un incremento de la precarización laboral. Justamente estamos nosotros para evitar eso y no hablo de nosotros solamente como legisladores. En este caso, la señora presidenta de esta comisión y muchos otros compañeros, como Hugo Yasky o Walter Correa, que venimos de la actividad sindical, estamos para evitar la precarización laboral. Ese es el trabajo que tenemos desde la acción sindical.
Desde la acción legislativa estamos terminando este proyecto, creo que con mucho éxito. Por eso celebro la idea de que también el ministro hable de la tradición sindical porque justamente es la otra parte que falta complementar una vez que se sancione esta ley, que seguramente merecerá un debate importante y profundo en el ámbito del recinto de la Cámara de Diputados y en el del Senado.
Lo cierto es que hoy estamos culminando esta tarea que, fundamentalmente, la señora presidenta esta comisión se puso al hombro. Sé que vienen otras discusiones importantes, como la regulación de la modalidad de trabajo de plataformas. En mi caso, estoy trabajando y articulando no solamente con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, sino también con los sindicatos involucrados en la definición de este tema.
Acá tenemos un grave problema, ya que la mayoría de los trabajadores que se están desempeñando en las plataformas de servicios están bajo una modalidad contractual que constituye un fraude laboral, pues están facturando cuando, en realidad, deberían estar -como no hay una legislación específica- bajo la Ley de Contrato de Trabajo. Pero nos encontramos con la realidad de que el 95 por ciento de los trabajadores que se desempeñan en plataformas de servicios están bajo una modalidad de contrato que no es la que tiene que ser.
Por eso decía que existe la ley de trabajadores registrados, que es la Ley de Contrato de Trabajo. El problema es que no se aplica, pues si se lo hiciera no tendríamos un 40 por ciento de trabajo no registrado.
Esto no solamente nos llama a debatir un proyecto de ley de teletrabajo o de trabajadores de plataformas de servicios, sino a analizar más profundamente el sistema impositivo. Evidentemente, cuando vemos la línea de crecimiento económico en la Argentina comprobamos, por ejemplo, que durante el kirchnerismo hubo siete o diez años de crecimiento continuado de la economía a tasas chinas. Sin embargo, la informalidad laboral nunca bajó del 30 por ciento. Entonces, observamos que hay un problema que va más allá de una acción sindical o legislativa. En otras palabras, hay que discutir en profundidad los sistemas impositivo y laboral.
Cuando hablo de debatir el sistema laboral no me refiero a la reforma laboral que se quiso imponer desde el macrismo y que combatimos. Por el contrario, estoy haciendo alusión a la posibilidad de discutir sistema laboral -no hablo de una reforma porque esta última ya es una mala palabra- que proteja al trabajador y permita que cada vez haya más trabajadores con derechos y no a la inversa, como estamos viviendo hoy en la Argentina.
Simplemente quería manifestar esto. Agradezco la presencia del señor ministro y de todos los señores diputados, al tiempo que celebro este debate y espero que culmine con la sanción de una ley que proteja a los trabajadores.
Sin ánimo de exagerar, quiero expresarle mi agradecimiento, señora presidenta, pues creo que pasaron más de diez años de la presentación del primer proyecto de regulación de esta modalidad de trabajo. Finalmente hoy estamos teniendo este debate, que a mi juicio va a derivar en una legislación que protegerá a los trabajadores comprendidos en esta forma de trabajo. Por eso quería felicitarla, señora presidenta.
También deseo manifestar mi estado de alegría por el hecho de que una mujer esté presidiendo esta comisión y se haya puesto este tema al hombro, lo que en definitiva nos permite estar discutiendo en el día de hoy una cuestión central en un momento difícil. Más allá de que siempre faltará considerar algún aspecto o alguien no quedará muy contento, seguramente podremos arribar a un consenso.
Ayer escuché atentamente a los representantes sindicales, quienes plantearon algunas cosas que se deben tener en cuenta. Tal vez tengamos que explicar la imposibilidad de profundizar sobre muchos aspectos porque estamos legislando sobre una modalidad de trabajo. Ojalá pudiéramos legislar, en esta iniciativa sobre teletrabajo, respecto de los porcentajes a contratar o de que esto no signifique una precarización o explotación laboral.
Me preguntaba si existe la ley de trabajo en blanco o la ley de trabajo registrado. Efectivamente, existe y es la Ley de Contrato de Trabajo. Los trabajadores que no estén contemplados total o parcialmente en otro régimen deberían estar contemplados en su totalidad en la Ley de Contrato Trabajo. Sin embargo, tenemos un 40 por ciento de trabajo no registrado y eso no depende necesariamente del crecimiento económico o del nivel de desarrollo que tenga el país. Creo que esto merece una discusión muy profunda acerca del sistema impositivo, que muchas veces se intentó dar respecto del blanqueo o registro de los trabajadores, pero que finalmente no tuvo resultados.
Ayer escuché atentamente las sugerencias de muchos sindicalistas, fundamentalmente de la CTA, en el sentido de que esto tendría que tener un porcentaje. Muchas modalidades de contratación deberían tener porcentajes, porque cuando éstos no se plantean se suelen utilizar de manera abusiva y como forma de precarización laboral para que el empleador o la parte empresaria tenga una mayor ganancia.
Cuando ejercía la actividad sindical me encontraba, por ejemplo, con que en los peajes había casi un 60 por ciento de trabajadores contratados con la modalidad de contratos eventuales o a plazo fijo. Eso lo pudimos regular desde los convenios del grupo de empresas.
Justamente eso es lo que intentamos hacer con esto, es decir, generar una ley marco donde se contemple al trabajador que pueda estar en la industria textil, en las telecomunicaciones, en el transporte, en las concesiones viales o en el Poder Judicial.
Lo que se intenta hacer es, primero, reconocer la modalidad de contratación, por lo que se establece la incorporación del artículo 92 bis a la Ley de Contrato de Trabajo.
En segundo lugar, se pretende que cada convenio colectivo y sindicalista trabaje para encontrar la regulación específica sobre la actividad o industria en la cual se desempeña el teletrabajo.
Por supuesto que no podemos. Me encantaría establecer porcentajes o que el teletrabajo tampoco se pueda hacer mediante la modalidad de contrato de trabajo eventual o a plazo fijo. No creo que esto signifique, como se manifestó ayer, un incremento de la precarización laboral. Justamente estamos nosotros para evitar eso y no hablo de nosotros solamente como legisladores. En este caso, la señora presidenta de esta comisión y muchos otros compañeros, como Hugo Yasky o Walter Correa, que venimos de la actividad sindical, estamos para evitar la precarización laboral. Ese es el trabajo que tenemos desde la acción sindical.
Desde la acción legislativa estamos terminando este proyecto, creo que con mucho éxito. Por eso celebro la idea de que también el ministro hable de la tradición sindical porque justamente es la otra parte que falta complementar una vez que se sancione esta ley, que seguramente merecerá un debate importante y profundo en el ámbito del recinto de la Cámara de Diputados y en el del Senado.
Lo cierto es que hoy estamos culminando esta tarea que, fundamentalmente, la señora presidenta esta comisión se puso al hombro. Sé que vienen otras discusiones importantes, como la regulación de la modalidad de trabajo de plataformas. En mi caso, estoy trabajando y articulando no solamente con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, sino también con los sindicatos involucrados en la definición de este tema.
Acá tenemos un grave problema, ya que la mayoría de los trabajadores que se están desempeñando en las plataformas de servicios están bajo una modalidad contractual que constituye un fraude laboral, pues están facturando cuando, en realidad, deberían estar -como no hay una legislación específica- bajo la Ley de Contrato de Trabajo. Pero nos encontramos con la realidad de que el 95 por ciento de los trabajadores que se desempeñan en plataformas de servicios están bajo una modalidad de contrato que no es la que tiene que ser.
Por eso decía que existe la ley de trabajadores registrados, que es la Ley de Contrato de Trabajo. El problema es que no se aplica, pues si se lo hiciera no tendríamos un 40 por ciento de trabajo no registrado.
Esto no solamente nos llama a debatir un proyecto de ley de teletrabajo o de trabajadores de plataformas de servicios, sino a analizar más profundamente el sistema impositivo. Evidentemente, cuando vemos la línea de crecimiento económico en la Argentina comprobamos, por ejemplo, que durante el kirchnerismo hubo siete o diez años de crecimiento continuado de la economía a tasas chinas. Sin embargo, la informalidad laboral nunca bajó del 30 por ciento. Entonces, observamos que hay un problema que va más allá de una acción sindical o legislativa. En otras palabras, hay que discutir en profundidad los sistemas impositivo y laboral.
Cuando hablo de debatir el sistema laboral no me refiero a la reforma laboral que se quiso imponer desde el macrismo y que combatimos. Por el contrario, estoy haciendo alusión a la posibilidad de discutir sistema laboral -no hablo de una reforma porque esta última ya es una mala palabra- que proteja al trabajador y permita que cada vez haya más trabajadores con derechos y no a la inversa, como estamos viviendo hoy en la Argentina.
Simplemente quería manifestar esto. Agradezco la presencia del señor ministro y de todos los señores diputados, al tiempo que celebro este debate y espero que culmine con la sanción de una ley que proteja a los trabajadores.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra el señor diputado Mario Arce.
SR. ARCE Señora presidenta: quiero expresar mi agradecimiento a usted, a las autoridades de la comisión y al señor ministro por estar nuevamente presente para analizar este proyecto, que es más que interesante. Saludo también a los colegas diputados y diputadas.
La realidad social nos lleva a tener que regular este instituto del teletrabajo, teniendo presente la importancia -como decía recién el diputado que me precedió en el uso de la palabra- de que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social tiene como uno de sus fines principales la generación de más empleo registrado. Me parece que en esa línea, si bien no es el objeto de la reunión de hoy, tenemos que ayudar, al tiempo que el Poder Ejecutivo debe tratar de mejorar aspectos para bajar el nivel del empleo no registrado, que actualmente es del 40 por ciento. Esto viene desde hace mucho tiempo y no es privativo de ningún gobierno, sino de todos los que fueron pasando.
Quiero expresar al señor ministro mi intención de abocarme en forma puntual a la función o tarea que eventualmente va a tener la autoridad de aplicación, en el caso de estar vigente la figura del teletrabajo. Entendemos que hay un antecedente que data de 2012 y está determinado por una resolución de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que establece el concepto de lo que se entiende por teletrabajo e impone una serie de obligaciones a cargo del empleador.
Teniendo presente esa resolución, quiero preguntar al señor ministro qué experiencia o aspectos considera que se deberían mejorar. Seguramente deben ser muchos. No obstante, de acuerdo con esos antecedentes, me interesaría saber puntualmente cómo se ha trabajado durante este tiempo en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Otra pregunta que quiero formularle es si tiene una estimación aproximada del número de trabajadores que se encuentran bajo la modalidad de teletrabajo.
Luego, teniendo presente que hay muchos proyectos que imponen a cargo del empleador una serie de nuevas obligaciones -por ejemplo, todo lo relacionado con la conectividad, el software y la posibilidad de que el trabajador cuente con los elementos de trabajo necesarios en su domicilio-, me parece importante saber si ustedes, como autoridad de aplicación, por supuesto en forma coordinada con las provincias, han analizado o tienen un diagnóstico de esta nueva realidad que se puede llegar a imponer.
Quiero hacer otra pregunta al señor ministro, también relacionada con los aspectos de seguridad e higiene en el trabajo. ¿Han visto si en el derecho comparado hay algún antecedente o figura similar que se aplique en otros países? En ese caso, ¿puede indicar de qué método se trata? Es decir, ¿están analizando algún sistema de otro país en donde ya se esté aplicando el teletrabajo?
Mi siguiente pregunta, señor ministro, tiene que ver con la privacidad del trabajador. Me refiero a cuestiones como las visitas de control y el monitoreo en la actividad laboral, para que no colisionen justamente con la privacidad y el respeto a la intimidad de los trabajadores y las trabajadores en su lugar de trabajo. Quiero saber si tienen alguna herramienta pensada en esa línea.
Por otro lado, señor ministro, quiero referirme al empleado público. Estuve recientemente reunido con trabajadores del sector público, más precisamente con docentes, y me mostraron su preocupación respecto a la posibilidad de que esto pueda extenderse también al empleo público. En ese sentido, me interesa saber la opinión de la cartera a su cargo.
Por último, también me gustaría saber si han realizado algún tipo de diagnóstico sobre la situación de las distintas unidades estatales con referencia al teletrabajo o la posibilidad de implementarlo.
La realidad social nos lleva a tener que regular este instituto del teletrabajo, teniendo presente la importancia -como decía recién el diputado que me precedió en el uso de la palabra- de que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social tiene como uno de sus fines principales la generación de más empleo registrado. Me parece que en esa línea, si bien no es el objeto de la reunión de hoy, tenemos que ayudar, al tiempo que el Poder Ejecutivo debe tratar de mejorar aspectos para bajar el nivel del empleo no registrado, que actualmente es del 40 por ciento. Esto viene desde hace mucho tiempo y no es privativo de ningún gobierno, sino de todos los que fueron pasando.
Quiero expresar al señor ministro mi intención de abocarme en forma puntual a la función o tarea que eventualmente va a tener la autoridad de aplicación, en el caso de estar vigente la figura del teletrabajo. Entendemos que hay un antecedente que data de 2012 y está determinado por una resolución de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que establece el concepto de lo que se entiende por teletrabajo e impone una serie de obligaciones a cargo del empleador.
Teniendo presente esa resolución, quiero preguntar al señor ministro qué experiencia o aspectos considera que se deberían mejorar. Seguramente deben ser muchos. No obstante, de acuerdo con esos antecedentes, me interesaría saber puntualmente cómo se ha trabajado durante este tiempo en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Otra pregunta que quiero formularle es si tiene una estimación aproximada del número de trabajadores que se encuentran bajo la modalidad de teletrabajo.
Luego, teniendo presente que hay muchos proyectos que imponen a cargo del empleador una serie de nuevas obligaciones -por ejemplo, todo lo relacionado con la conectividad, el software y la posibilidad de que el trabajador cuente con los elementos de trabajo necesarios en su domicilio-, me parece importante saber si ustedes, como autoridad de aplicación, por supuesto en forma coordinada con las provincias, han analizado o tienen un diagnóstico de esta nueva realidad que se puede llegar a imponer.
Quiero hacer otra pregunta al señor ministro, también relacionada con los aspectos de seguridad e higiene en el trabajo. ¿Han visto si en el derecho comparado hay algún antecedente o figura similar que se aplique en otros países? En ese caso, ¿puede indicar de qué método se trata? Es decir, ¿están analizando algún sistema de otro país en donde ya se esté aplicando el teletrabajo?
Mi siguiente pregunta, señor ministro, tiene que ver con la privacidad del trabajador. Me refiero a cuestiones como las visitas de control y el monitoreo en la actividad laboral, para que no colisionen justamente con la privacidad y el respeto a la intimidad de los trabajadores y las trabajadores en su lugar de trabajo. Quiero saber si tienen alguna herramienta pensada en esa línea.
Por otro lado, señor ministro, quiero referirme al empleado público. Estuve recientemente reunido con trabajadores del sector público, más precisamente con docentes, y me mostraron su preocupación respecto a la posibilidad de que esto pueda extenderse también al empleo público. En ese sentido, me interesa saber la opinión de la cartera a su cargo.
Por último, también me gustaría saber si han realizado algún tipo de diagnóstico sobre la situación de las distintas unidades estatales con referencia al teletrabajo o la posibilidad de implementarlo.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra el señor diputado Darío Martínez.
SR. MARTÍNEZ (D.) Señora presidenta: gracias por permitirme participar en esta reunión de comisión. Quiero saludar al señor ministro Claudio Moroni, a los diputados y a las diputadas presentes.
Creo que todos entendemos la particularidad del momento y, por suerte, la comisión se ha abocado a la tarea de enriquecer el dictamen en función de la cantidad de proyectos presentados. Pienso que todos tenemos el mismo objetivo: sancionar una legislación apropiada para el teletrabajo.
Si me permiten, quiero contar una experiencia. En la provincia del Neuquén tenemos una ley de teletrabajo. No hay muchas leyes, pero tenemos esa experiencia. Sancionada en 2013 e impulsada por el bloque del Frente para la Victoria y por el exdiputado provincial Pablo Todero, en verdad ha dado muy buenos resultados. Esta es la experiencia que podemos contar desde una provincia del interior.
Creo que tanto en la ley provincial como en el proyecto de ley que hemos presentado están claras algunas cuestiones que el señor ministro recién planteó. Por ejemplo, debe quedar claramente establecido que el trabajador goza de los mismos derechos cualquiera sea la condición en la que se desarrolla la relación laboral. Tiene que haber conformidad del teletrabajador.
También en la norma debe disponerse claramente que la provisión de los elementos necesarios debe estar a cargo del empleador y que, en caso, de que sean utilizados los del trabajador, tiene que existir una compensación.
Por otro lado, debe haber un resguardo de la intimidad y del domicilio del trabajador, como así también de su derecho al descanso y, por supuesto, a la desconexión.
El dictamen también tiene que plasmar una norma con la suficiente amplitud como para que sean los convenios colectivos de trabajo los que establezcan la letra chica, como dijo el señor ministro. Creo que en este punto hay un acuerdo generalizado. Como dije recién, hay que asegurar el respeto del convenio colectivo de trabajo.
Asimismo, se deben especificar las jornadas mínimas presenciales y de teletrabajo.
Hay que entender que esta herramienta a veces se usa de manera permanente y otras en forma momentánea, de acuerdo con la experiencia de la ley neuquina. Hay teletrabajadores que lo han sido un tiempo y luego han vuelto a la relación establecida en la ley vigente.
Pienso que la pandemia ha acelerado un proceso de debate que, en definitiva, ya veníamos dando. A tal punto que el proyecto que he presentado tiene como base las resoluciones 1.552/12 y 595/13, firmadas por el exministro Carlos Tomada, quien también fue mencionado por el señor ministro Moroni.
Creo que es el momento oportuno, si bien en realidad nadie esperaba que este debate se acelerara.
Quiero felicitar a la presidenta de la comisión, quien ha tratado de que confluyan todos los proyectos presentados. Son muchos, y pienso que eso es bueno porque enriquece la discusión, pero siempre con el objetivo de tratar de llegar a un dictamen donde estén el espíritu, al menos, y la intención de cada legislador al momento de escribir esas iniciativas.
Entonces, mis felicitaciones a la Comisión de Legislación del Trabajo y a su presidenta. También es bueno saber que contamos con un ministro que no solamente da importancia a este debate, sino que está a disposición cada vez que lo necesitamos.
Creo que todos entendemos la particularidad del momento y, por suerte, la comisión se ha abocado a la tarea de enriquecer el dictamen en función de la cantidad de proyectos presentados. Pienso que todos tenemos el mismo objetivo: sancionar una legislación apropiada para el teletrabajo.
Si me permiten, quiero contar una experiencia. En la provincia del Neuquén tenemos una ley de teletrabajo. No hay muchas leyes, pero tenemos esa experiencia. Sancionada en 2013 e impulsada por el bloque del Frente para la Victoria y por el exdiputado provincial Pablo Todero, en verdad ha dado muy buenos resultados. Esta es la experiencia que podemos contar desde una provincia del interior.
Creo que tanto en la ley provincial como en el proyecto de ley que hemos presentado están claras algunas cuestiones que el señor ministro recién planteó. Por ejemplo, debe quedar claramente establecido que el trabajador goza de los mismos derechos cualquiera sea la condición en la que se desarrolla la relación laboral. Tiene que haber conformidad del teletrabajador.
También en la norma debe disponerse claramente que la provisión de los elementos necesarios debe estar a cargo del empleador y que, en caso, de que sean utilizados los del trabajador, tiene que existir una compensación.
Por otro lado, debe haber un resguardo de la intimidad y del domicilio del trabajador, como así también de su derecho al descanso y, por supuesto, a la desconexión.
El dictamen también tiene que plasmar una norma con la suficiente amplitud como para que sean los convenios colectivos de trabajo los que establezcan la letra chica, como dijo el señor ministro. Creo que en este punto hay un acuerdo generalizado. Como dije recién, hay que asegurar el respeto del convenio colectivo de trabajo.
Asimismo, se deben especificar las jornadas mínimas presenciales y de teletrabajo.
Hay que entender que esta herramienta a veces se usa de manera permanente y otras en forma momentánea, de acuerdo con la experiencia de la ley neuquina. Hay teletrabajadores que lo han sido un tiempo y luego han vuelto a la relación establecida en la ley vigente.
Pienso que la pandemia ha acelerado un proceso de debate que, en definitiva, ya veníamos dando. A tal punto que el proyecto que he presentado tiene como base las resoluciones 1.552/12 y 595/13, firmadas por el exministro Carlos Tomada, quien también fue mencionado por el señor ministro Moroni.
Creo que es el momento oportuno, si bien en realidad nadie esperaba que este debate se acelerara.
Quiero felicitar a la presidenta de la comisión, quien ha tratado de que confluyan todos los proyectos presentados. Son muchos, y pienso que eso es bueno porque enriquece la discusión, pero siempre con el objetivo de tratar de llegar a un dictamen donde estén el espíritu, al menos, y la intención de cada legislador al momento de escribir esas iniciativas.
Entonces, mis felicitaciones a la Comisión de Legislación del Trabajo y a su presidenta. También es bueno saber que contamos con un ministro que no solamente da importancia a este debate, sino que está a disposición cada vez que lo necesitamos.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra el señor diputado Del Caño.
SR. DEL CAÑO Señora presidenta: en primer lugar, quiero saludarla a usted, al ministro Moroni, a las diputadas y a los diputados presentes.
Quiero referirme a un tema que no está relacionado con el teletrabajo, pero que ha sido motivo de noticia recientemente. Me refiero al cese de la operatoria de la empresa LATAM en Argentina. Es una noticia de alto impacto para miles de familias y quiero saber qué piensa el señor ministro acerca de las medidas que debería adoptar su gobierno frente a esta actitud de una patronal chantajista y vaciadora que ha recibido beneficios durante mucho tiempo.
Por otro lado, el señor diputado Moyano hizo referencia a los trabajadores y las trabajadoras de las aplicaciones. Ayer falleció en un accidente laboral otro trabajador. Esta es una forma de fraude laboral. Es el quinto trabajador que muere trabajando en el medio de la pandemia y quiero saber cuáles son las medidas que han adoptado frente a esta situación, más allá de una regulación que podría estar discutiéndose.
Respecto al teletrabajo, está claro que se trata de una forma que muchas veces utilizan las patronales como una manera de flexibilizar, es decir, de aplicar una reforma laboral en los hechos. Hay muchas situaciones que, por supuesto, han denunciado trabajadoras y trabajadores de distintos ámbitos; por ejemplo, trabajadores bancarios, telefónicos, de call centers y docentes, entre otros sectores. La pandemia y el aislamiento han generalizado esta modalidad de teletrabajo.
Por supuesto, mi primera pregunta es: ¿qué medidas ha tomado el gobierno frente a esta situación? Como muchos de esos trabajadores pertenecen al Estado nacional o a Estados provinciales, me gustaría saber cómo han actuado para garantizar esos derechos, ya que, en caso de que exista algún accionar, sería una base para empezar a discutir la cuestión. Sabemos que el gobierno ha tomado muchas medidas mediante el dictado de decretos, etcétera.
Por otra parte, creo que la preocupación está basada en una realidad muy concreta. Hay muchos trabajadores que no cuentan con conectividad, situación que lleva no a que las patronales ofrezcan garantías, sino contrariamente a que tomen represalias.
Hemos conocido casos de trabajadores que han cesado en su contrato y que han sido despedidos por no tener conectividad o porque se les rompió la computadora. Pibas y pibes de call centers también pasaron por esta situación: cobran 20.000 pesos, mientras que una computadora cuesta entre 30.000 y 40.000. O sea, tendrían que gastar el equivalente a dos salarios para contar con el material que las patronales no garantizan. Además de la conectividad, deberían asegurar el servicio de electricidad y, particularmente durante el invierno, el gas.
Las viviendas de las trabajadoras y los trabajadores no están pensadas para ser oficinas. Eso trae muchísimos problemas, sobre todo en muchos sectores cuyas condiciones habitacionales les impiden tener un lugar adecuado. Eso también deben garantizarlo las patronales a través de un plus salarial, particularmente respecto de la posibilidad de pagar el equivalente a un monoambiente, porque justamente esta situación hace que se superpongan las personas en el ámbito familiar. Ni hablar de cómo se multiplican las tareas en el caso de las trabajadoras, ya que se suman los cuidados del hogar. Este tema surge mucho de las opiniones que nos han enviado.
Por su parte, el monotributo se utiliza en esta modalidad como un fraude laboral, y debería estar prohibido.
Además, hay un tema muy importante y es la atomización, como señalaba el señor ministro. Hoy podemos avanzar en una legislación, pero hay que garantizar por igual los derechos sindicales de las trabajadoras y de los trabajadores que hacen teletrabajo, y los de quienes hacen su tarea de manera presencial. Si no se garantiza ese derecho democrático a organizarse de trabajadoras y trabajadores, ¿cómo se va a cumplir con la legislación que eventualmente pueda sancionarse? ¿Cómo se va a cumplir con aquello que hoy no se cumplen? Por el contrario, muchas patronales están aprovechando esto para venderlo como una panacea, como una posibilidad de congeniar el trabajo con la familia, algo que sabemos que trae muchísimos problemas.
Este es un tema importante, más teniendo en cuenta el derecho de las trabajadoras y de los trabajadores a tener delegados en su ámbito laboral. Hemos visto en esta pandemia el accionar de las cúpulas sindicales y cómo, en particular la CGT, han firmado rebajas salariales con el aval del gobierno. Además, hubo despidos y continúa el trabajo no registrado. La cúpula de la CGT brilla por su ausencia o directamente firma acuerdos favorables a estas grandes patronales que están siendo subsidiadas por el gobierno.
Entonces, para que no se avance en una atomización y en una flexibilización contra el derecho a la organización y otros derechos sindicales, es muy importante que estos queden garantizados tanto para los trabajadores que realizan actividades presenciales como para quienes están bajo la modalidad del teletrabajo.
En síntesis, consulto si el gobierno ha tomado medidas respecto de esta situación en el medio de esta pandemia que ya lleva noventa días.
Quiero referirme a un tema que no está relacionado con el teletrabajo, pero que ha sido motivo de noticia recientemente. Me refiero al cese de la operatoria de la empresa LATAM en Argentina. Es una noticia de alto impacto para miles de familias y quiero saber qué piensa el señor ministro acerca de las medidas que debería adoptar su gobierno frente a esta actitud de una patronal chantajista y vaciadora que ha recibido beneficios durante mucho tiempo.
Por otro lado, el señor diputado Moyano hizo referencia a los trabajadores y las trabajadoras de las aplicaciones. Ayer falleció en un accidente laboral otro trabajador. Esta es una forma de fraude laboral. Es el quinto trabajador que muere trabajando en el medio de la pandemia y quiero saber cuáles son las medidas que han adoptado frente a esta situación, más allá de una regulación que podría estar discutiéndose.
Respecto al teletrabajo, está claro que se trata de una forma que muchas veces utilizan las patronales como una manera de flexibilizar, es decir, de aplicar una reforma laboral en los hechos. Hay muchas situaciones que, por supuesto, han denunciado trabajadoras y trabajadores de distintos ámbitos; por ejemplo, trabajadores bancarios, telefónicos, de call centers y docentes, entre otros sectores. La pandemia y el aislamiento han generalizado esta modalidad de teletrabajo.
Por supuesto, mi primera pregunta es: ¿qué medidas ha tomado el gobierno frente a esta situación? Como muchos de esos trabajadores pertenecen al Estado nacional o a Estados provinciales, me gustaría saber cómo han actuado para garantizar esos derechos, ya que, en caso de que exista algún accionar, sería una base para empezar a discutir la cuestión. Sabemos que el gobierno ha tomado muchas medidas mediante el dictado de decretos, etcétera.
Por otra parte, creo que la preocupación está basada en una realidad muy concreta. Hay muchos trabajadores que no cuentan con conectividad, situación que lleva no a que las patronales ofrezcan garantías, sino contrariamente a que tomen represalias.
Hemos conocido casos de trabajadores que han cesado en su contrato y que han sido despedidos por no tener conectividad o porque se les rompió la computadora. Pibas y pibes de call centers también pasaron por esta situación: cobran 20.000 pesos, mientras que una computadora cuesta entre 30.000 y 40.000. O sea, tendrían que gastar el equivalente a dos salarios para contar con el material que las patronales no garantizan. Además de la conectividad, deberían asegurar el servicio de electricidad y, particularmente durante el invierno, el gas.
Las viviendas de las trabajadoras y los trabajadores no están pensadas para ser oficinas. Eso trae muchísimos problemas, sobre todo en muchos sectores cuyas condiciones habitacionales les impiden tener un lugar adecuado. Eso también deben garantizarlo las patronales a través de un plus salarial, particularmente respecto de la posibilidad de pagar el equivalente a un monoambiente, porque justamente esta situación hace que se superpongan las personas en el ámbito familiar. Ni hablar de cómo se multiplican las tareas en el caso de las trabajadoras, ya que se suman los cuidados del hogar. Este tema surge mucho de las opiniones que nos han enviado.
Por su parte, el monotributo se utiliza en esta modalidad como un fraude laboral, y debería estar prohibido.
Además, hay un tema muy importante y es la atomización, como señalaba el señor ministro. Hoy podemos avanzar en una legislación, pero hay que garantizar por igual los derechos sindicales de las trabajadoras y de los trabajadores que hacen teletrabajo, y los de quienes hacen su tarea de manera presencial. Si no se garantiza ese derecho democrático a organizarse de trabajadoras y trabajadores, ¿cómo se va a cumplir con la legislación que eventualmente pueda sancionarse? ¿Cómo se va a cumplir con aquello que hoy no se cumplen? Por el contrario, muchas patronales están aprovechando esto para venderlo como una panacea, como una posibilidad de congeniar el trabajo con la familia, algo que sabemos que trae muchísimos problemas.
Este es un tema importante, más teniendo en cuenta el derecho de las trabajadoras y de los trabajadores a tener delegados en su ámbito laboral. Hemos visto en esta pandemia el accionar de las cúpulas sindicales y cómo, en particular la CGT, han firmado rebajas salariales con el aval del gobierno. Además, hubo despidos y continúa el trabajo no registrado. La cúpula de la CGT brilla por su ausencia o directamente firma acuerdos favorables a estas grandes patronales que están siendo subsidiadas por el gobierno.
Entonces, para que no se avance en una atomización y en una flexibilización contra el derecho a la organización y otros derechos sindicales, es muy importante que estos queden garantizados tanto para los trabajadores que realizan actividades presenciales como para quienes están bajo la modalidad del teletrabajo.
En síntesis, consulto si el gobierno ha tomado medidas respecto de esta situación en el medio de esta pandemia que ya lleva noventa días.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra la señora diputada Frade.
SRA. FRADE Señora presidenta: saludo a mis colegas, a usted y al vicepresidente de la comisión, y agradezco la presencia del señor ministro.
Muchas dudas ya fueron planteadas por otros diputados, pero me interesa enfatizar alguna cuestión en particular. Creo que básicamente estamos todos de acuerdo porque, como el marco es la Ley de Contrato de Trabajo, no puede haber grandes diferencias. No está en discusión que esta es una modalidad laboral.
Sí me interesa un aspecto en particular: tenemos un 40 por ciento de trabajo no registrado y un 20 por ciento de trabajo en gris; es decir que un 60 por ciento de trabajo presenta alguna irregularidad, sea por pagos mixtos -en blanco y en negro- o por malas registraciones. Evidentemente, es una preocupación común que esta modalidad de trabajo pueda facilitar, por ausencia de control, una mayor tendencia a ese tipo de fraude o un aumento de aquellos porcentajes.
Otros diputados ya han planteado la colisión que se puede dar en el tema de los controles. Evidentemente, no ahora sino desde siempre, al ministerio le cuesta mucho controlar y salir de ese porcentaje histórico de trabajo no registrado. Lo mismo ocurre con los sindicatos; al parecer, nadie lo puede controlar. Entonces, me gustaría saber si el ministerio está pensando en alguna herramienta efectiva para la protección de estos trabajadores que, al mismo tiempo, no viole derechos individuales; es decir, que no sea invasiva, teniendo en cuenta el ambiente de trabajo.
En segundo lugar, una buena ley es aquella que es aplicable y resulta adecuada en momentos de conflictos entre el trabajador y el empleador; o sea, que pueda dirimirlos con facilidad. Muchas veces, hacemos reformas o introducimos nuevas modalidades que no se entiende muy bien cómo funcionan; entonces, después los jueces deben completarlas con criterios que no siempre son pacíficos y que dependen de la ideología que cada uno de ellos tenga.
Por otro lado, me genera alguna duda la visión del ministerio en lo que tiene que ver con las aseguradoras de riesgo de trabajo. ¿Cómo se puede pensar en una protección de esta modalidad de trabajo que genere el menor conflicto posible en caso de un accidente doméstico que se da en horarios de trabajo? Creo que es un punto que tendríamos que debatir un poco más.
Finalmente, consulto si en algún área del Estado ya se está aplicando esta modalidad. Si ése es el caso, ¿de qué áreas se trata y con qué resultados?
Agradezco la presencia del señor ministro y la posibilidad de que clarifique estos puntos.
Muchas dudas ya fueron planteadas por otros diputados, pero me interesa enfatizar alguna cuestión en particular. Creo que básicamente estamos todos de acuerdo porque, como el marco es la Ley de Contrato de Trabajo, no puede haber grandes diferencias. No está en discusión que esta es una modalidad laboral.
Sí me interesa un aspecto en particular: tenemos un 40 por ciento de trabajo no registrado y un 20 por ciento de trabajo en gris; es decir que un 60 por ciento de trabajo presenta alguna irregularidad, sea por pagos mixtos -en blanco y en negro- o por malas registraciones. Evidentemente, es una preocupación común que esta modalidad de trabajo pueda facilitar, por ausencia de control, una mayor tendencia a ese tipo de fraude o un aumento de aquellos porcentajes.
Otros diputados ya han planteado la colisión que se puede dar en el tema de los controles. Evidentemente, no ahora sino desde siempre, al ministerio le cuesta mucho controlar y salir de ese porcentaje histórico de trabajo no registrado. Lo mismo ocurre con los sindicatos; al parecer, nadie lo puede controlar. Entonces, me gustaría saber si el ministerio está pensando en alguna herramienta efectiva para la protección de estos trabajadores que, al mismo tiempo, no viole derechos individuales; es decir, que no sea invasiva, teniendo en cuenta el ambiente de trabajo.
En segundo lugar, una buena ley es aquella que es aplicable y resulta adecuada en momentos de conflictos entre el trabajador y el empleador; o sea, que pueda dirimirlos con facilidad. Muchas veces, hacemos reformas o introducimos nuevas modalidades que no se entiende muy bien cómo funcionan; entonces, después los jueces deben completarlas con criterios que no siempre son pacíficos y que dependen de la ideología que cada uno de ellos tenga.
Por otro lado, me genera alguna duda la visión del ministerio en lo que tiene que ver con las aseguradoras de riesgo de trabajo. ¿Cómo se puede pensar en una protección de esta modalidad de trabajo que genere el menor conflicto posible en caso de un accidente doméstico que se da en horarios de trabajo? Creo que es un punto que tendríamos que debatir un poco más.
Finalmente, consulto si en algún área del Estado ya se está aplicando esta modalidad. Si ése es el caso, ¿de qué áreas se trata y con qué resultados?
Agradezco la presencia del señor ministro y la posibilidad de que clarifique estos puntos.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra el señor diputado Estévez.
SR. ESTÉVEZ Señora presidenta: agradezco a usted por esta reunión y a los invitados, por su presencia.
En primer lugar, valoro como positivo el trabajo que viene haciendo esta comisión para compatibilizar todos los proyectos presentados. Desde el bloque Socialista creemos que están presentes todos los aspectos que hemos debatido sobre esta modalidad de trabajo y nos parece importante que estén previstos en la ley. El señor ministro mencionó algunos relacionados con la voluntariedad, la reversibilidad, la igualdad de derechos entre trabajadores presenciales y teletrabajadores -o trabajadores a distancia-, la participación de la organización gremial -que tiene mucho que ver con lo que escuchamos ayer-, el derecho a la intimidad, y a sistemas de control y protección de los datos personales, que también es un tema importante que seguramente deberá abordarse en otros proyectos.
Concretamente, me gustaría hacer algunas observaciones sobre temas que me parece importante que estén previstos en el texto. Un punto es que, además del derecho a la desconexión del trabajador, se incorpore también el deber de desconexión del empleador. Creo que es un punto importante que merece ser abordado taxativamente.
Asimismo, hay que una dar una mayor participación a las organizaciones sindicales y gremiales en lo que tiene que ver con el requisito para habilitar la modalidad de teletrabajo. Creo que es importante para controlar las condiciones y el medioambiente en el trabajo.
En este sentido, siempre pongo a disposición algo que hemos hablado con usted, señora presidenta, que son los comités mixtos de higiene y seguridad que existen en la provincia de Santa Fe. Ellos realmente cumplen un rol muy importante en garantizar los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, pero también respecto del compromiso del Estado y de los privados.
Por otra parte, nos parece importante acentuar la perspectiva de género, disponiendo de manera taxativa los derechos que tienen las mujeres que realizan tareas de cuidado en su hogar. En mi opinión, esto es algo que debería quedar establecido.
Por último, quiero mencionar un tema que no nos parece menor y que también conversé con usted, señora presidenta: la necesidad de aclarar la definición de contrato de trabajo a distancia. Si nosotros tomamos como condición de este contrato que se presten servicios en un lugar distinto al establecimiento, claramente entran muchos otros rubros. Por eso consideramos fundamental que se aclare para que quede establecido en la ley.
Reitero el agradecimiento a quienes nos acompañan hoy y felicito nuevamente a la comisión.
En primer lugar, valoro como positivo el trabajo que viene haciendo esta comisión para compatibilizar todos los proyectos presentados. Desde el bloque Socialista creemos que están presentes todos los aspectos que hemos debatido sobre esta modalidad de trabajo y nos parece importante que estén previstos en la ley. El señor ministro mencionó algunos relacionados con la voluntariedad, la reversibilidad, la igualdad de derechos entre trabajadores presenciales y teletrabajadores -o trabajadores a distancia-, la participación de la organización gremial -que tiene mucho que ver con lo que escuchamos ayer-, el derecho a la intimidad, y a sistemas de control y protección de los datos personales, que también es un tema importante que seguramente deberá abordarse en otros proyectos.
Concretamente, me gustaría hacer algunas observaciones sobre temas que me parece importante que estén previstos en el texto. Un punto es que, además del derecho a la desconexión del trabajador, se incorpore también el deber de desconexión del empleador. Creo que es un punto importante que merece ser abordado taxativamente.
Asimismo, hay que una dar una mayor participación a las organizaciones sindicales y gremiales en lo que tiene que ver con el requisito para habilitar la modalidad de teletrabajo. Creo que es importante para controlar las condiciones y el medioambiente en el trabajo.
En este sentido, siempre pongo a disposición algo que hemos hablado con usted, señora presidenta, que son los comités mixtos de higiene y seguridad que existen en la provincia de Santa Fe. Ellos realmente cumplen un rol muy importante en garantizar los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, pero también respecto del compromiso del Estado y de los privados.
Por otra parte, nos parece importante acentuar la perspectiva de género, disponiendo de manera taxativa los derechos que tienen las mujeres que realizan tareas de cuidado en su hogar. En mi opinión, esto es algo que debería quedar establecido.
Por último, quiero mencionar un tema que no nos parece menor y que también conversé con usted, señora presidenta: la necesidad de aclarar la definición de contrato de trabajo a distancia. Si nosotros tomamos como condición de este contrato que se presten servicios en un lugar distinto al establecimiento, claramente entran muchos otros rubros. Por eso consideramos fundamental que se aclare para que quede establecido en la ley.
Reitero el agradecimiento a quienes nos acompañan hoy y felicito nuevamente a la comisión.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra el señor diputado Medina.
SR. MEDINA Señora presidenta: agradezco a usted y al señor ministro, y celebro que estemos discutiendo un proyecto de ley de teletrabajo, algo que desde hace muchos años se intenta hacer; nuestro gobierno también lo ha hecho, tratando otros institutos que pudiesen modernizar la legislación laboral.
Tal como dijo el señor ministro, este virus nos chocó de frente y nos encontró con algunas herramientas que faltaban en la Argentina para sostener muchas fuentes de trabajo. Ojalá que podamos seguir avanzando en modernizar la legislación laboral y que, en el futuro, tengamos más institutos que nos permitan proteger y, sobre todo, generar más trabajo.
Quisiera formular tres preguntas cortas al señor ministro. La primera es qué cantidad de puestos de trabajo cree que implementan la modalidad de teletrabajo y que en el futuro van a contar con una ley al respecto; oportunamente, el señor ministro comentó el caso de España.
La segunda, si el ministerio considera rubros específicos para fomentar y que puedan dar lugar a la creación de nuevos puestos de trabajo, ya que se trata de una modalidad que permite ampliar el mundo del trabajo formal.
Por último, quisiera saber si el ministerio considera fomentar el teletrabajo como una herramienta de contratación que desarrolle las economías locales y, sobre todo, que dé más oportunidades a las poblaciones vulnerables. Me refiero, por ejemplo, a los discapacitados que muchas veces no pueden acceder a puestos de trabajo por la infraestructura de muchas empresas, y también a aquellas poblaciones -los jóvenes, por ejemplo- que tienen mayor facilidad con el uso de la tecnología y podrían acceder.
Por el momento, no tengo más preguntas para formular. Ojalá pronto podamos tener una ley de teletrabajo con el mayor consenso posible.
Tal como dijo el señor ministro, este virus nos chocó de frente y nos encontró con algunas herramientas que faltaban en la Argentina para sostener muchas fuentes de trabajo. Ojalá que podamos seguir avanzando en modernizar la legislación laboral y que, en el futuro, tengamos más institutos que nos permitan proteger y, sobre todo, generar más trabajo.
Quisiera formular tres preguntas cortas al señor ministro. La primera es qué cantidad de puestos de trabajo cree que implementan la modalidad de teletrabajo y que en el futuro van a contar con una ley al respecto; oportunamente, el señor ministro comentó el caso de España.
La segunda, si el ministerio considera rubros específicos para fomentar y que puedan dar lugar a la creación de nuevos puestos de trabajo, ya que se trata de una modalidad que permite ampliar el mundo del trabajo formal.
Por último, quisiera saber si el ministerio considera fomentar el teletrabajo como una herramienta de contratación que desarrolle las economías locales y, sobre todo, que dé más oportunidades a las poblaciones vulnerables. Me refiero, por ejemplo, a los discapacitados que muchas veces no pueden acceder a puestos de trabajo por la infraestructura de muchas empresas, y también a aquellas poblaciones -los jóvenes, por ejemplo- que tienen mayor facilidad con el uso de la tecnología y podrían acceder.
Por el momento, no tengo más preguntas para formular. Ojalá pronto podamos tener una ley de teletrabajo con el mayor consenso posible.
SRA. PRESIDENTA SILEY Para finalizar esta ronda de preguntas, tiene la palabra el señor diputado Yasky.
Luego concederé el uso de la palabra al señor ministro para que responda las inquietudes.
Luego concederé el uso de la palabra al señor ministro para que responda las inquietudes.
SR. YASKY Señora presidenta: en primer lugar, saludo al señor ministro y a la licenciada Cirmi Obón.
Tenemos por delante una tarea que considero está bien encaminada. Es verdad que, como en esta comisión hay muchas diputadas y muchos diputados de extracción sindical, ha habido una lluvia de iniciativas. Sin embargo, desde la presidencia de la comisión se ha hecho un buen trabajo y estamos finalizando una síntesis que quizás nos permitirá compatibilizar un solo proyecto, para llegar al debate en el recinto con una propuesta consistente que nos permita empezar a llenar un vacío legal.
Ayer, los compañeros de FOETRA nos comentaron que tuvieron la primera experiencia de teletrabajo registrada en un convenio en 2009. A partir de ese momento, ese sector se fue ampliando y los saberes adquiridos les permitieron hacer una serie de incorporaciones relacionadas básicamente con los principios y la salvaguarda señaladas al principio.
Considero que, en este momento, si pensáramos en cuántos trabajadores de la Argentina están abocados al teletrabajo, considerando a los docentes que, a través de ese medio, están garantizando la continuidad de los aprendizajes, llegaríamos a una cifra absolutamente desproporcionada.
En la última paritaria docente con el ministro de Educación -en la que usted, señor ministro, participó-, afortunadamente se ratificó la excepcionalidad del teletrabajo, por lo menos en la educación básica donde es clave la socialización y la presencia del docente, de los niños y de los jóvenes.
Sin embargo, creo que necesitamos avanzar en este tipo de leyes. Sé que existen otras prioridades, porque basta ver lo que pasa en Brasil o en Chile -donde crece de manera dramática y trágica el número de muertos- para entender que es así, pero debemos prepararnos para la salida de esta situación de excepción.
Evidentemente, el teletrabajo pegó un salto y es difícil que vaya a retroceder al nivel inicial. Por eso, esta ley es una de las prioridades.
Creo que es importante rescatar el hecho de que ayer estuvieron presentes todas las centrales sindicales y que hubo unanimidad de criterio. Si bien hubo matices y distintos aportes, todos estuvieron encaminados hacia una ley que debe configurar un piso de derechos, sin dejar ningún resquicio para que por allí se puedan escurrir trabajadores y trabajadoras, como ha sucedido en otros países en los que efectivamente el teletrabajo fue una forma de profundizar la precarización y la sobreexplotación, con contratos anónimos e individuales que se guardan bajo siete llaves.
Por esa razón, del aporte de todas las centrales que participaron ayer, el presupuesto básico es que exista una ley que marque el piso -como claramente dijo el señor ministro- y, a partir de allí, se verá la particularidad y la originalidad de cada tipo de tarea. Es distinto el teletrabajo para un trabajador de telecomunicaciones que para un periodista o un médico; en este sentido, creemos que tenemos una oportunidad importante.
Por último, creo que estamos en un proceso en el que habrá grandes cambios. Todos sabemos -o intuimos- que nada volverá a ser igual a lo que hemos visto o vivido. Lamentablemente, en algunos países ciertos sectores muy poderosos se están preparando para garantizar que los platos rotos, las pérdidas y el retroceso producto de esta crisis, los paguen los trabajadores, cortando el hilo por lo más delgado.
El señor diputado Del Caño señalaba que le preocupa mucho la noticia de LATAM y la posibilidad de una pérdida de dos mil puestos de trabajo. Cuando los elefantes salen en estampida, generalmente el pasto somos los trabajadores, y creo que con este tipo de leyes nos estamos poniendo a resguardo para que esos cambios sean mejores que lo que sucede en países donde sigue rigiendo la ley de la selva.
Va a haber muchos cambios, pero si legislamos, si protegemos a los más débiles, si ponemos por delante los intereses de los que generan verdaderamente la riqueza, creo que vamos a estar haciendo que esos cambios -a pesar de todas las cosas malas y el vendaval en contra- no nos lleven al retroceso.
Quiero agradecerles la presencia y el trabajo. Me entusiasma mucho ver al diputado Cantard y a nuestra presidenta trabajando en sintonía. Creo que vamos a andar bien.
Tenemos por delante una tarea que considero está bien encaminada. Es verdad que, como en esta comisión hay muchas diputadas y muchos diputados de extracción sindical, ha habido una lluvia de iniciativas. Sin embargo, desde la presidencia de la comisión se ha hecho un buen trabajo y estamos finalizando una síntesis que quizás nos permitirá compatibilizar un solo proyecto, para llegar al debate en el recinto con una propuesta consistente que nos permita empezar a llenar un vacío legal.
Ayer, los compañeros de FOETRA nos comentaron que tuvieron la primera experiencia de teletrabajo registrada en un convenio en 2009. A partir de ese momento, ese sector se fue ampliando y los saberes adquiridos les permitieron hacer una serie de incorporaciones relacionadas básicamente con los principios y la salvaguarda señaladas al principio.
Considero que, en este momento, si pensáramos en cuántos trabajadores de la Argentina están abocados al teletrabajo, considerando a los docentes que, a través de ese medio, están garantizando la continuidad de los aprendizajes, llegaríamos a una cifra absolutamente desproporcionada.
En la última paritaria docente con el ministro de Educación -en la que usted, señor ministro, participó-, afortunadamente se ratificó la excepcionalidad del teletrabajo, por lo menos en la educación básica donde es clave la socialización y la presencia del docente, de los niños y de los jóvenes.
Sin embargo, creo que necesitamos avanzar en este tipo de leyes. Sé que existen otras prioridades, porque basta ver lo que pasa en Brasil o en Chile -donde crece de manera dramática y trágica el número de muertos- para entender que es así, pero debemos prepararnos para la salida de esta situación de excepción.
Evidentemente, el teletrabajo pegó un salto y es difícil que vaya a retroceder al nivel inicial. Por eso, esta ley es una de las prioridades.
Creo que es importante rescatar el hecho de que ayer estuvieron presentes todas las centrales sindicales y que hubo unanimidad de criterio. Si bien hubo matices y distintos aportes, todos estuvieron encaminados hacia una ley que debe configurar un piso de derechos, sin dejar ningún resquicio para que por allí se puedan escurrir trabajadores y trabajadoras, como ha sucedido en otros países en los que efectivamente el teletrabajo fue una forma de profundizar la precarización y la sobreexplotación, con contratos anónimos e individuales que se guardan bajo siete llaves.
Por esa razón, del aporte de todas las centrales que participaron ayer, el presupuesto básico es que exista una ley que marque el piso -como claramente dijo el señor ministro- y, a partir de allí, se verá la particularidad y la originalidad de cada tipo de tarea. Es distinto el teletrabajo para un trabajador de telecomunicaciones que para un periodista o un médico; en este sentido, creemos que tenemos una oportunidad importante.
Por último, creo que estamos en un proceso en el que habrá grandes cambios. Todos sabemos -o intuimos- que nada volverá a ser igual a lo que hemos visto o vivido. Lamentablemente, en algunos países ciertos sectores muy poderosos se están preparando para garantizar que los platos rotos, las pérdidas y el retroceso producto de esta crisis, los paguen los trabajadores, cortando el hilo por lo más delgado.
El señor diputado Del Caño señalaba que le preocupa mucho la noticia de LATAM y la posibilidad de una pérdida de dos mil puestos de trabajo. Cuando los elefantes salen en estampida, generalmente el pasto somos los trabajadores, y creo que con este tipo de leyes nos estamos poniendo a resguardo para que esos cambios sean mejores que lo que sucede en países donde sigue rigiendo la ley de la selva.
Va a haber muchos cambios, pero si legislamos, si protegemos a los más débiles, si ponemos por delante los intereses de los que generan verdaderamente la riqueza, creo que vamos a estar haciendo que esos cambios -a pesar de todas las cosas malas y el vendaval en contra- no nos lleven al retroceso.
Quiero agradecerles la presencia y el trabajo. Me entusiasma mucho ver al diputado Cantard y a nuestra presidenta trabajando en sintonía. Creo que vamos a andar bien.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, doctor Moroni.
SR. MINISTRO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL Señora presidenta: fue muy interesante todo lo que escuché. Quiero hacer una aclaración. No me voy a referir a redacciones de textos en particular porque la verdad es que lo que estuve viendo es un resumen de los distintos proyectos y conceptos. Así que lo que voy a contestar es un tema conceptual.
En primer lugar, creo que todos estamos de acuerdo en que este marco es necesario, de que es una modalidad de contrato y que debe cumplir con los principios básicos que todos hemos referido. Además, parece ser un núcleo de coincidencias muy fuerte que la habilitación y la letra chica vayan a los convenios colectivos. Me parece que ese tema no lo voy a tratar, sino que me abocaré a los otros puntos que se plantearon.
En reiteradas oportunidades surgió la inquietud de cómo controlará todo esto el Ministerio de Trabajo. En este sentido, hay que tener en cuenta que, previo a la pandemia, la actividad del teletrabajo -salvo algunos temas muy puntuales, tal como planteaba el diputado Yasky en el caso de FOETRA- prácticamente era marginal y no tenía una presencia relevante en el mercado del trabajo argentino.
He hablado particularmente con la gente de FOETRA y señalaron que no se trataba de un tema que generara conflictos, porque precisamente se había ido regulando a través de los sindicatos y las empresas, de común acuerdo, con lo cual se iba teniendo un marco más o menos conciliado que no generaba conflictos. Por ello, no era un tema relevante en materia de fiscalización, pero de ahora en más sí lo tendrá que ser.
Respecto de la inquietud vinculada con qué hemos hecho hasta ahora, quiero señalar que no podemos tomar el dato que surge de la pandemia porque hoy en el Ministerio de Trabajo debemos tener un porcentaje que oscila entre el 45 y el 50 por ciento de personal trabajando por turnos en forma remota desde sus casas. Eso no es relevante porque sabemos que una vez pasado el aislamiento social, preventivo y obligatorio no se repetirá este porcentaje, sino que volveremos a tener trabajo presencial.
Tal como señalaba Hugo, lo mismo ocurre con el tema docente, que es una situación excepcional. Si tomara los porcentajes de los docentes que están trabajando desde sus casas resultaría un número absolutamente fantástico que no guarda ninguna relación con lo que sucederá.
¿Qué estimamos que sucederá en el futuro? La verdad es que es muy difícil que surjan porcentajes similares a los de países que ya venían desarrollando esta modalidad antes de la pandemia. Me refiero a un 6 o 7 por ciento de trabajadores en las áreas de servicio que, por supuesto, son las que más van a comprender estas modalidades laborales.
Respecto de la existencia de un diagnóstico de actividad, quiero señalar que estamos trabajando con el Enacom, observando cómo es la conectividad en función de las distintas regiones, y evidentemente tenemos situaciones disímiles, con lo cual eso tendrá que ser contemplado.
Por otra parte, como dijimos que esto será llevado a la práctica a través de los convenios colectivos es muy poco probable que ellos, al momento de negociar, no tengan en cuenta qué lugares no tienen la conectividad necesaria.
¿Cómo vamos a hacer para fiscalizar esto? La realidad es que tendremos que pensar algunos mecanismos a distancia porque no tiene mucha lógica que estemos pensando en entrar en el domicilio del trabajador para fiscalizar determinadas tareas. Por eso, tendremos que analizar formas más inteligentes de concretar esto y probablemente un mecanismo más prudente para establecer, no solo los derechos del trabajador sino algunas obligaciones específicas de los empleadores en materia de registración, entre otras cuestiones. Es decir que empecemos a implementar una serie de reglamentaciones que generen ciertas obligaciones y cargas sobre los empleadores, que nos permitan -sin entrar al domicilio del trabajador- verificar determinadas condiciones de trabajo.
En relación con el derecho comparado quiero decirles que, en general, la Argentina en materia de normas laborales está bastante adelantada respecto de otros países. En este sentido, no existe mucha información de proyectos de ley que estén bien planteados y armados como para tomarlos como modelo. Es decir, existen regulaciones parciales, pero no una reglamentación completa que tenga un formato que podamos seguir. La realidad es que si la Argentina avanza con una reglamentación en este sentido nos ubicaremos dentro de un lote de países que habrá regulado adecuadamente esta figura.
Quiero aclarar una cuestión relativa a las normas de riesgos del trabajo. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo dictó una resolución en materia de qué tipo de asientos debería tener, cómo debería ser, etcétera. Por supuesto, se replicará algo por el estilo -quizás con mayor detalle o no-, que será un piso para los convenios colectivos.
Considero que el punto de higiene y seguridad también lo deben abordar los convenios colectivos. Por mi parte, estoy muy a favor de los Comités Mixtos de Higiene y Seguridad. De hecho, hoy existe una discusión en el ministerio, en el área de bancarios, por la cual estamos analizando cómo implementar una cuestión incluida desde hace bastante tiempo en su convenio colectivo que no está siendo llevada a la práctica. Me refiero a los Comités Mixtos de Higiene y Seguridad, que me parecen una herramienta muy razonable.
Quiero referirme al trabajo no registrado, que sabemos que en la Argentina es un tema endémico. Cuando mencionamos el porcentaje, que es de aproximadamente un 40 por ciento -ese paquete de situaciones no es un tema para esta reunión porque sería muy extenso-, no nos referimos a trabajadores dependientes cuyo empleador olvidó registrarse.
Leamos bien las estadísticas, porque hay cuentapropistas, trabajadores independientes y una serie de figuras que se centran ahí. Creo que fue el diputado Moyano que mencionó que además de normas laborales existe un tema impositivo y de mecanismos de protección que deberíamos adoptar, para determinados trabajadores que no son claramente dependientes.
El señor diputado del Caño planteó el tema LATAM respecto del cual, si bien no se vincula con este tema, quiero decirles que recién me anunciaron que a las 14.30 habían presentado un procedimiento preventivo de crisis, con lo cual no he tenido ni siquiera tiempo de verlo por encima. Me cuesta mucho contestar algo que todavía no leí.
La experiencia en el Estado en estos meses en lo que podríamos llamar malamente "teletrabajo" -porque pusimos a trabajar a la gente desde el hogar, para mantener las funciones básicas del Estado en las mejores condiciones que pudiéramos- no generó mucho conflicto.
En el caso del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social se ha trabajado de común acuerdo con los dos sindicatos actuantes acerca de la rotación, de quiénes iban a trabajar, quiénes trabajarían desde la casa, bajo qué condiciones, etcétera, y no hemos tenido ningún conflicto. No quiero decir que lo que hemos hecho sea una norma permanente y que vaya a habilitar el teletrabajo en el futuro, sino que simplemente la experiencia en la emergencia, llevada adelante de buena fe, de común acuerdo con los trabajadores y los sindicatos, no ocasionó conflictos.
Por lo que he visto en todos los proyectos -y disculpen si alguno no lo llegué a leer-, el tema de la conectividad, la provisión de elementos, etcétera, está contemplado. Es decir que el empleador provee de los elementos o compensa el uso por parte de los trabajadores. De modo tal que creo que en ese punto tampoco hay discusión y no me parece que requiera una consideración particular.
Por supuesto que tendremos que analizar cuestiones vinculadas con la reglamentación y otras de ellas las irá resolviendo la práctica. Por ejemplo, habrá que resolver el tema del accidente doméstico en horarios de trabajo. No me molesta que haya temas que se tengan que resolver a través de la reglamentación o a través de decisiones judiciales que se vayan adoptando, que formarán normas básicas. La realidad es que estaríamos tratando de resolver temas que hoy todavía no han sido relevantes.
Por ello, es probable que algunas cuestiones sean objeto de proyectos de ley, que otras sean objeto de regulaciones del convenio, que algunas cosas sean objeto de reglamentación por parte del Poder Ejecutivo, y que otras sean producto de las normas consuetudinarias que vayan dictando los jueces, lo cual me parce un excelente mecanismo de origen y fuente de normas, tal como funciona en gran parte del mundo.
Preguntaron dónde se aplica esto en el Estado. Insisto: hoy no podemos tomarlo como una norma porque se está aplicando en todo. ¿Por qué? Porque no teníamos otro modo, vigente el aislamiento social, preventivo y obligatorio, de cumplir las funciones básicas del Estado. Una de dos: o dejábamos de cumplir las funciones básicas o armábamos un esquema de trabajo desde la casa. Así que esto fue lo que decidimos.
Hoy particularmente, por lo que he visto, en el ámbito nacional los ministerios están trabajando de manera presencial -salvo algunas áreas especiales que han sido declaradas esenciales de un modo particular-, con más o menos el 10 por ciento de la gente. Es un 10, un 12 o un 15 por ciento, que se va rotando. En esa rotación, algunas personas que trabajan presencialmente también lo hacen desde sus casas e, insisto, sin mucho problema.
En cuanto a la perspectiva de género quiero decir que, por lo que he visto en los proyectos, está contemplada, es decir, se han previsto determinados resguardos. En este sentido, creo que el marco alcanza y que después serán los convenios colectivos los que irán definiendo en cada actividad cómo eso se va regulando.
Por otra parte, no tengo detalles de redacción. Había un planteo del diputado Estévez con respecto a la redacción del contrato de trabajo a distancia, y la verdad es que no sé qué contestarle porque no estudié en detalle las redacciones de los proyectos.
Es verdad que esta modalidad de trabajo nos chocó de frente y que en el futuro va a ser una herramienta importante. Como planteaba Hugo Yasky, va a haber modificaciones en esto, y como señalaba el diputado Medina, esta situación nos encontró con alguna falta de regulaciones en ciertas cosas que no teníamos previstas, así que coincido con esos planteos.
En cuanto a fomentar el teletrabajo, no creo que esa sea una función del Ministerio de Trabajo. Es decir, por supuesto que nosotros queremos fomentar el empleo, pero hablo del empleo en general. Si alguna área que lo fomentara coincide o se superpone con el teletrabajo, bienvenido sea. Pero la verdad es que la tarea básica del ministerio es fomentar el empleo y no un modo de empleo en especial. Nosotros no vamos a incentivar determinados modos de contrataciones frente a otros modos, sino que lo que queremos es fomentar el empleo.
Si hacerlo en algún supuesto, en alguna actividad o en algún tema particular significa fomentar algún modo de contratación, sí, lo hacemos. Pero no es nuestro objeto básico fomentar solamente el teletrabajo.
Sí creo que es cierto que hay determinados temas en materia de discapacitados y demás, que puede ser una buena salida. Pero, insisto, no es un concepto general.
Termino refiriéndome a lo que planteaba Hugo Yasky. La verdad es que nos tenemos que preparar para la salida, porque hay muchas cosas que van a funcionar de un modo distinto.
No nos engañemos: por más noticias optimistas que haya, vamos a convivir con el virus un tiempo largo. De modo tal que habrá nuevas modalidades por abordar, pero siempre debemos respetar y mantener los principios básicos en materia de derechos del trabajo respecto de los cuales la Argentina tiene una larga tradición, excepto en momentos de interrupciones de la democracia.
Entonces, mientras tengamos en claro cuáles son los principios básicos que nuestras normas deben contener, me parece que leyes marco, claridad en las definiciones y derechos colectivos de los trabajadores son un esquema, una red de protección que nos garantizarán la posibilidad de mantener los niveles que queremos de protección de los trabajadores. Muchas gracias.
En primer lugar, creo que todos estamos de acuerdo en que este marco es necesario, de que es una modalidad de contrato y que debe cumplir con los principios básicos que todos hemos referido. Además, parece ser un núcleo de coincidencias muy fuerte que la habilitación y la letra chica vayan a los convenios colectivos. Me parece que ese tema no lo voy a tratar, sino que me abocaré a los otros puntos que se plantearon.
En reiteradas oportunidades surgió la inquietud de cómo controlará todo esto el Ministerio de Trabajo. En este sentido, hay que tener en cuenta que, previo a la pandemia, la actividad del teletrabajo -salvo algunos temas muy puntuales, tal como planteaba el diputado Yasky en el caso de FOETRA- prácticamente era marginal y no tenía una presencia relevante en el mercado del trabajo argentino.
He hablado particularmente con la gente de FOETRA y señalaron que no se trataba de un tema que generara conflictos, porque precisamente se había ido regulando a través de los sindicatos y las empresas, de común acuerdo, con lo cual se iba teniendo un marco más o menos conciliado que no generaba conflictos. Por ello, no era un tema relevante en materia de fiscalización, pero de ahora en más sí lo tendrá que ser.
Respecto de la inquietud vinculada con qué hemos hecho hasta ahora, quiero señalar que no podemos tomar el dato que surge de la pandemia porque hoy en el Ministerio de Trabajo debemos tener un porcentaje que oscila entre el 45 y el 50 por ciento de personal trabajando por turnos en forma remota desde sus casas. Eso no es relevante porque sabemos que una vez pasado el aislamiento social, preventivo y obligatorio no se repetirá este porcentaje, sino que volveremos a tener trabajo presencial.
Tal como señalaba Hugo, lo mismo ocurre con el tema docente, que es una situación excepcional. Si tomara los porcentajes de los docentes que están trabajando desde sus casas resultaría un número absolutamente fantástico que no guarda ninguna relación con lo que sucederá.
¿Qué estimamos que sucederá en el futuro? La verdad es que es muy difícil que surjan porcentajes similares a los de países que ya venían desarrollando esta modalidad antes de la pandemia. Me refiero a un 6 o 7 por ciento de trabajadores en las áreas de servicio que, por supuesto, son las que más van a comprender estas modalidades laborales.
Respecto de la existencia de un diagnóstico de actividad, quiero señalar que estamos trabajando con el Enacom, observando cómo es la conectividad en función de las distintas regiones, y evidentemente tenemos situaciones disímiles, con lo cual eso tendrá que ser contemplado.
Por otra parte, como dijimos que esto será llevado a la práctica a través de los convenios colectivos es muy poco probable que ellos, al momento de negociar, no tengan en cuenta qué lugares no tienen la conectividad necesaria.
¿Cómo vamos a hacer para fiscalizar esto? La realidad es que tendremos que pensar algunos mecanismos a distancia porque no tiene mucha lógica que estemos pensando en entrar en el domicilio del trabajador para fiscalizar determinadas tareas. Por eso, tendremos que analizar formas más inteligentes de concretar esto y probablemente un mecanismo más prudente para establecer, no solo los derechos del trabajador sino algunas obligaciones específicas de los empleadores en materia de registración, entre otras cuestiones. Es decir que empecemos a implementar una serie de reglamentaciones que generen ciertas obligaciones y cargas sobre los empleadores, que nos permitan -sin entrar al domicilio del trabajador- verificar determinadas condiciones de trabajo.
En relación con el derecho comparado quiero decirles que, en general, la Argentina en materia de normas laborales está bastante adelantada respecto de otros países. En este sentido, no existe mucha información de proyectos de ley que estén bien planteados y armados como para tomarlos como modelo. Es decir, existen regulaciones parciales, pero no una reglamentación completa que tenga un formato que podamos seguir. La realidad es que si la Argentina avanza con una reglamentación en este sentido nos ubicaremos dentro de un lote de países que habrá regulado adecuadamente esta figura.
Quiero aclarar una cuestión relativa a las normas de riesgos del trabajo. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo dictó una resolución en materia de qué tipo de asientos debería tener, cómo debería ser, etcétera. Por supuesto, se replicará algo por el estilo -quizás con mayor detalle o no-, que será un piso para los convenios colectivos.
Considero que el punto de higiene y seguridad también lo deben abordar los convenios colectivos. Por mi parte, estoy muy a favor de los Comités Mixtos de Higiene y Seguridad. De hecho, hoy existe una discusión en el ministerio, en el área de bancarios, por la cual estamos analizando cómo implementar una cuestión incluida desde hace bastante tiempo en su convenio colectivo que no está siendo llevada a la práctica. Me refiero a los Comités Mixtos de Higiene y Seguridad, que me parecen una herramienta muy razonable.
Quiero referirme al trabajo no registrado, que sabemos que en la Argentina es un tema endémico. Cuando mencionamos el porcentaje, que es de aproximadamente un 40 por ciento -ese paquete de situaciones no es un tema para esta reunión porque sería muy extenso-, no nos referimos a trabajadores dependientes cuyo empleador olvidó registrarse.
Leamos bien las estadísticas, porque hay cuentapropistas, trabajadores independientes y una serie de figuras que se centran ahí. Creo que fue el diputado Moyano que mencionó que además de normas laborales existe un tema impositivo y de mecanismos de protección que deberíamos adoptar, para determinados trabajadores que no son claramente dependientes.
El señor diputado del Caño planteó el tema LATAM respecto del cual, si bien no se vincula con este tema, quiero decirles que recién me anunciaron que a las 14.30 habían presentado un procedimiento preventivo de crisis, con lo cual no he tenido ni siquiera tiempo de verlo por encima. Me cuesta mucho contestar algo que todavía no leí.
La experiencia en el Estado en estos meses en lo que podríamos llamar malamente "teletrabajo" -porque pusimos a trabajar a la gente desde el hogar, para mantener las funciones básicas del Estado en las mejores condiciones que pudiéramos- no generó mucho conflicto.
En el caso del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social se ha trabajado de común acuerdo con los dos sindicatos actuantes acerca de la rotación, de quiénes iban a trabajar, quiénes trabajarían desde la casa, bajo qué condiciones, etcétera, y no hemos tenido ningún conflicto. No quiero decir que lo que hemos hecho sea una norma permanente y que vaya a habilitar el teletrabajo en el futuro, sino que simplemente la experiencia en la emergencia, llevada adelante de buena fe, de común acuerdo con los trabajadores y los sindicatos, no ocasionó conflictos.
Por lo que he visto en todos los proyectos -y disculpen si alguno no lo llegué a leer-, el tema de la conectividad, la provisión de elementos, etcétera, está contemplado. Es decir que el empleador provee de los elementos o compensa el uso por parte de los trabajadores. De modo tal que creo que en ese punto tampoco hay discusión y no me parece que requiera una consideración particular.
Por supuesto que tendremos que analizar cuestiones vinculadas con la reglamentación y otras de ellas las irá resolviendo la práctica. Por ejemplo, habrá que resolver el tema del accidente doméstico en horarios de trabajo. No me molesta que haya temas que se tengan que resolver a través de la reglamentación o a través de decisiones judiciales que se vayan adoptando, que formarán normas básicas. La realidad es que estaríamos tratando de resolver temas que hoy todavía no han sido relevantes.
Por ello, es probable que algunas cuestiones sean objeto de proyectos de ley, que otras sean objeto de regulaciones del convenio, que algunas cosas sean objeto de reglamentación por parte del Poder Ejecutivo, y que otras sean producto de las normas consuetudinarias que vayan dictando los jueces, lo cual me parce un excelente mecanismo de origen y fuente de normas, tal como funciona en gran parte del mundo.
Preguntaron dónde se aplica esto en el Estado. Insisto: hoy no podemos tomarlo como una norma porque se está aplicando en todo. ¿Por qué? Porque no teníamos otro modo, vigente el aislamiento social, preventivo y obligatorio, de cumplir las funciones básicas del Estado. Una de dos: o dejábamos de cumplir las funciones básicas o armábamos un esquema de trabajo desde la casa. Así que esto fue lo que decidimos.
Hoy particularmente, por lo que he visto, en el ámbito nacional los ministerios están trabajando de manera presencial -salvo algunas áreas especiales que han sido declaradas esenciales de un modo particular-, con más o menos el 10 por ciento de la gente. Es un 10, un 12 o un 15 por ciento, que se va rotando. En esa rotación, algunas personas que trabajan presencialmente también lo hacen desde sus casas e, insisto, sin mucho problema.
En cuanto a la perspectiva de género quiero decir que, por lo que he visto en los proyectos, está contemplada, es decir, se han previsto determinados resguardos. En este sentido, creo que el marco alcanza y que después serán los convenios colectivos los que irán definiendo en cada actividad cómo eso se va regulando.
Por otra parte, no tengo detalles de redacción. Había un planteo del diputado Estévez con respecto a la redacción del contrato de trabajo a distancia, y la verdad es que no sé qué contestarle porque no estudié en detalle las redacciones de los proyectos.
Es verdad que esta modalidad de trabajo nos chocó de frente y que en el futuro va a ser una herramienta importante. Como planteaba Hugo Yasky, va a haber modificaciones en esto, y como señalaba el diputado Medina, esta situación nos encontró con alguna falta de regulaciones en ciertas cosas que no teníamos previstas, así que coincido con esos planteos.
En cuanto a fomentar el teletrabajo, no creo que esa sea una función del Ministerio de Trabajo. Es decir, por supuesto que nosotros queremos fomentar el empleo, pero hablo del empleo en general. Si alguna área que lo fomentara coincide o se superpone con el teletrabajo, bienvenido sea. Pero la verdad es que la tarea básica del ministerio es fomentar el empleo y no un modo de empleo en especial. Nosotros no vamos a incentivar determinados modos de contrataciones frente a otros modos, sino que lo que queremos es fomentar el empleo.
Si hacerlo en algún supuesto, en alguna actividad o en algún tema particular significa fomentar algún modo de contratación, sí, lo hacemos. Pero no es nuestro objeto básico fomentar solamente el teletrabajo.
Sí creo que es cierto que hay determinados temas en materia de discapacitados y demás, que puede ser una buena salida. Pero, insisto, no es un concepto general.
Termino refiriéndome a lo que planteaba Hugo Yasky. La verdad es que nos tenemos que preparar para la salida, porque hay muchas cosas que van a funcionar de un modo distinto.
No nos engañemos: por más noticias optimistas que haya, vamos a convivir con el virus un tiempo largo. De modo tal que habrá nuevas modalidades por abordar, pero siempre debemos respetar y mantener los principios básicos en materia de derechos del trabajo respecto de los cuales la Argentina tiene una larga tradición, excepto en momentos de interrupciones de la democracia.
Entonces, mientras tengamos en claro cuáles son los principios básicos que nuestras normas deben contener, me parece que leyes marco, claridad en las definiciones y derechos colectivos de los trabajadores son un esquema, una red de protección que nos garantizarán la posibilidad de mantener los niveles que queremos de protección de los trabajadores. Muchas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Muchísimas gracias, señor ministro, por su exposición y por responder a las inquietudes de los diputados y diputadas, de manera que ya lo liberamos. Si desea retirarse, puede hacerlo. Le agradecemos mucho por su presencia y continuamos con esta reunión informativa.
SR. MINISTRO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL Me retiro porque tengo reuniones sucesivas, así que de aquí me voy a otro lado. Muchas gracias por la invitación.
- El señor ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social abandona la videoconferencia.
SRA. PRESIDENTA SILEY Continuamos con la reunión.
Daremos la palabra a Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Pero, previo a ello, quiero aclarar algo que olvidé mencionar al comienzo, y es que el senador Lovera no solo me pidió que lo disculpe porque hoy no iba a poder asistir a esta reunión, sino que además me manifestó que la intención de los senadores y senadoras es también abordar este tema. Ellos van a estar trabajando en reuniones desde la comisión respectiva, lo cual nos parece positivo. En tanto y en cuanto nosotros desde la Cámara de Diputados arribemos a un dictamen de consenso -este dictamen que estamos tratando de lograr con el mayor nivel de acuerdo posible-, me parece positivo que el Senado ya comience también con una discusión a los fines de que oportunamente podamos tener una ley.
A continuación, vamos a darle la palabra a Lucía Cirmi Obón, cuya presencia en su carácter de directora nacional de Políticas de Cuidado es muy importante para nosotros, porque precisamente se hizo referencia a muchísimos proyectos sobre ese tipo de políticas. Más precisamente lo hicieron muchísimas diputadas, incluso algunas que no integran la comisión y que no han presentado proyectos pero que sí han trabajado, y siguen haciéndolo, en una regulación referida a política de cuidados.
Recordemos que la tarea del cuidado también es un trabajo, y que es algo que mayoritariamente realizamos las mujeres. Es un trabajo que hacemos las mujeres, incluso cuando a veces también tenemos un empleo en relación de dependencia fuera del hogar. Es decir que volvemos al hogar y cumplimos tareas de cuidado. También las realizan las "amas de casa" -entre comillas-, o las trabajadoras de casas particulares. Creo que esta es una temática que va a requerir un debate aparte.
Quiero mencionar especialmente a la diputada María Rosa Martínez, quien también está trabajando fuertemente en esta materia, no ligada al teletrabajo precisamente pero sí vinculada con la temática más general de las tareas y los trabajos de cuidados.
Así que, Lucía, es tu turno de hacer uso de la palabra.
Daremos la palabra a Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Pero, previo a ello, quiero aclarar algo que olvidé mencionar al comienzo, y es que el senador Lovera no solo me pidió que lo disculpe porque hoy no iba a poder asistir a esta reunión, sino que además me manifestó que la intención de los senadores y senadoras es también abordar este tema. Ellos van a estar trabajando en reuniones desde la comisión respectiva, lo cual nos parece positivo. En tanto y en cuanto nosotros desde la Cámara de Diputados arribemos a un dictamen de consenso -este dictamen que estamos tratando de lograr con el mayor nivel de acuerdo posible-, me parece positivo que el Senado ya comience también con una discusión a los fines de que oportunamente podamos tener una ley.
A continuación, vamos a darle la palabra a Lucía Cirmi Obón, cuya presencia en su carácter de directora nacional de Políticas de Cuidado es muy importante para nosotros, porque precisamente se hizo referencia a muchísimos proyectos sobre ese tipo de políticas. Más precisamente lo hicieron muchísimas diputadas, incluso algunas que no integran la comisión y que no han presentado proyectos pero que sí han trabajado, y siguen haciéndolo, en una regulación referida a política de cuidados.
Recordemos que la tarea del cuidado también es un trabajo, y que es algo que mayoritariamente realizamos las mujeres. Es un trabajo que hacemos las mujeres, incluso cuando a veces también tenemos un empleo en relación de dependencia fuera del hogar. Es decir que volvemos al hogar y cumplimos tareas de cuidado. También las realizan las "amas de casa" -entre comillas-, o las trabajadoras de casas particulares. Creo que esta es una temática que va a requerir un debate aparte.
Quiero mencionar especialmente a la diputada María Rosa Martínez, quien también está trabajando fuertemente en esta materia, no ligada al teletrabajo precisamente pero sí vinculada con la temática más general de las tareas y los trabajos de cuidados.
Así que, Lucía, es tu turno de hacer uso de la palabra.
SRA. CIRMI OBÓN Buenas tardes a todas, todos y todes. Es un honor para mí estar acá representando al Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y compartir esta reunión con el señor ministro de Trabajo y con los diputados y diputadas.
Agradezco fuertemente por esta invitación a la presidenta de la comisión, Vanesa Siley, porque incluir esta perspectiva de cuidados desde el principio de este debate es un hecho político. Así que estamos acá para hablar de las tareas de cuidado, de su feminización y de por qué es importante tenerlas en cuenta en la legislación de la modalidad de teletrabajo para proteger a trabajadores y trabajadoras. Espero en estos minutos interpelar no solo a las legisladoras mujeres de esta comisión, sino también a los diputados. Si no, esto termina siendo una problemática de mujeres que, además, parece que tenemos que resolver las mujeres, cosa que no debe ser así.
Todas las personas que estamos en esta reunión fuimos cuidadas por alguien a lo largo de nuestra vida, y es muy probable que a esta altura cuidemos de otras personas.
Limpiar la casa, lavar, cocinar, cuidar a los chicos, a las personas mayores, a las personas con discapacidad, servir la olla en el comedor del barrio, organizar la agenda de la familia, son todas tareas de cuidado que la sociedad todavía considera que son una responsabilidad natural de las mujeres.
Todavía se invisibiliza el rol fundamental que tienen estas tareas para que podamos hacer todo el resto de los trabajos y para que podamos hacer funcionar la economía.
En la Argentina las mujeres dedican el triple de tiempo que los varones a hacer esas tareas, y la sociedad todavía no dimensiona no solo su valor, sino también los recursos, el esfuerzo y el tiempo que implican. Aun cuando estas tareas se compran y venden, y se ofrecen en el mercado de trabajo, en el mundo del trabajo, tampoco se valoran ni se protegen ni se remuneran como corresponde. Esto también forma parte de esta invisibilización y de esta subvaloración.
A punto tal esto es así, que las mujeres todavía en esta sociedad no tienen espacio ni permiso social para decir que están cansadas de hacer esas tareas, o que incluso no tienen ganas, no tienen deseos de hacerlas.
Es curioso este preconcepto que hay sobre este ámbito privado del mundo de los cuidados porque, de hecho, la exclusión del tema de los cuidados en la agenda de políticas públicas es paradójica, porque muchas de las problemáticas que sí tienen peso en la agenda pública se explican por las desigualdades en los cuidados. La feminización de la pobreza, por ejemplo. ¿Cuántas mujeres conocemos que quedaron solas a cargo de los chicos, que ocupan su tiempo y deben encargarse de los gastos de sus cuidados, pero no tienen ni la posibilidad de generar ingresos propios ni la protección social acorde?
Esto también explica gran parte de la brecha salarial. Porque las mujeres que están cuidando tienen menos tiempo y toman trabajos de menor duración para poder cuidar; las emplean en sectores que se parecen a esas tareas de cuidado, por lo tanto, no están bien pagas; les ofrecen condiciones de trabajo más precarias y les dan menos posibilidades de ascenso porque están cuidando o porque se espera que en algún momento se vayan a cuidar; o porque se espera que sus condiciones laborales se asocien más a las de servir que a las de dirigir. Y esto tiene que ver con ese preconcepto del cuidado.
Sabemos que esta desigualdad de cuidado está conectada con la perpetuación de situaciones de violencia. Hay muchísimas mujeres que están viviendo una situación de violencia en el hogar, pero como se especializan y se dedicaron al cuidado familiar, dependen económicamente de ese agresor y no pueden abandonar el vínculo.
También está muy conectado con las brechas en la participación política, empresarial y sindical. Hay muchísimas mujeres que están cuidando que no pueden ir a esas reuniones importantes después de hora donde se deciden cosas de magnitud. Lo mismo podemos decir respecto de las mujeres que están haciendo un trabajo comunitario en las organizaciones, que no pueden estar disputando esos espacios de decisión.
Por todos estos motivos es que el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad -que es definitivamente una conquista de los movimientos feministas, sociales y sindicales en las calles- incluyó en su agenda con mucha prioridad no sólo un abordaje integral de las situaciones de violencia y de la inclusión de la diversidad sino también una agenda para reconocer y redistribuir estas tareas de cuidado. Es decir, redistribuirlas no solo entre mujeres, varones y otras identidades, sino también entre la familia, la comunidad, el Estado y el mercado. Se trata de reconocer a ese cuidado como un trabajo y una necesidad, tal cual lo señalaba la señora diputada. Entonces, tiene que haber derechos asociados y derechos no solo a recibir ese cuidado sino también a darlo.
Hoy, el costo social de cuidar está en los hombros de las mujeres en términos de tiempo y de recursos. No está en la agenda de este ministerio denostar esta tarea o eliminarla; todo lo contrario, es ponerla en valor y en el centro. Por eso venimos trabajando con la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado, de la que participan más de once organismos y tenemos una agenda bastante federal y sectorial para ir discutiendo colectivamente estos puntos.
En particular, en el cruce entre modalidad de teletrabajo y cuidados nos parece que hay varios lineamientos que son importantes para poder considerar. Por un lado, si estamos diciendo que el trabajo de cuidado implica tiempo, no es que por estar en la casa haciendo la modalidad del teletrabajo podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo ni decir "está bueno porque puedo hacer el teletrabajo y, en simultáneo, ejercer la tarea de cuidar". La realidad actual muestra que en términos generales eso no es posible. Alguna tarea puede excepcionalmente ser realizada al mismo tiempo, pero en líneas generales hay que plantear espacios distintos y por eso es tan importante -esto surge de los proyectos presentados- el derecho a la desconexión y poder organizar acuerdos sensibles respecto de esas responsabilidades de cuidado.
Para algunas personas el teletrabajo puede ser una modalidad preferida en algún momento de su vida familiar, pero conforme van cambiando las responsabilidades y la constitución de la familia, es importante que existan otras opciones y que se puedan separar los tiempos. Me refiero a que no es posible ese poli-trabajo de cuidado y modalidad teletrabajo hacia fuera. Por eso es tan importante el concepto de reversibilidad que figura en varios de los proyectos en discusión.
Asimismo, nos parece importante marcar cómo varía en intensidad ese trabajo de cuidado dependiendo de la edad de los niños y niñas que están en el hogar, del grado de dependencia de las personas mayores que están en el hogar y del grado de necesidad de apoyo a la autonomía que tienen las personas con discapacidad, si es que existe alguna de ellas en dicho ámbito. En ese sentido, se necesitan arreglos distintos dependiendo de esa situación.
En muchas ocasiones esas necesidades de cuidado van surgiendo de forma no planificada y no es tan fácil encasillar los tiempos específicos de esas necesidades de cuidado dependiendo de la conformación familiar.
También hay que tener en cuenta la diversidad de familias. Cuando pensamos en la redacción de estas normas y en las políticas públicas en líneas generales siempre promovemos desde el ministerio dejar de pensar en esa familia tipo, que hoy no es representativa. En la actualidad, en el mundo, cuatro de cada diez familias representan ese tipo de familia y el resto son otras conformaciones.
¿Qué es lo que decimos desde el ministerio? En nuestro país hay una diversidad de hogares en términos de ingresos, territoriales, espaciales y conformación familiar. Pero, en todos esos hogares hay trabajo de cuidado y entonces se puede repartir mejor.
En ese sentido, es muy importante que aparezca con fuerza en la redacción del trabajo conjunto de esta comisión el concepto de corresponsabilidad. ¿Qué queremos decir con esto? Que los varones también hagan uso de las disposiciones que figuren en la norma y en términos generales las medidas disponibles para tomar esas responsabilidades de cuidado. De lo contrario, corremos el riesgo de que si solo reconocemos y al mismo tiempo no redistribuimos ese trabajo de cuidado, las normas que hagamos terminen profundizando este estereotipo de que somos nosotras las que cuidamos y terminen, en líneas generales, aislando más a las mujeres y limitando su autonomía económica.
Por ello, nos parece central incorporar esta cuestión de la corresponsabilidad familiar y promover activamente -porque por ósmosis no va a ocurrir- que los trabajadores varones también se involucren en esta tarea y tomen esas responsabilidades.
En este contexto de pandemia quedó en claro el rol central de los cuidados. Hoy, en los medios de comunicación, todo lo que escuchamos se refiere a las tareas de cuidado. Lo paradójico es que ninguna de ellas es exclusiva de la pandemia, pero ahora estamos hablando de ellas. Lo hacemos porque la actividad económica global se frenó y se ralentizó, pero la economía del cuidado está intacta, con muchísima fuerza y, como siempre, bien asociada a las necesidades de la población y de los trabajadores y trabajadoras.
En ese contexto, la realidad es que incluso por estos días hay muchas mujeres que el hecho de quedarse en el hogar significó perder ingresos de la changa, del trabajo informal. Al respecto, fueron importantes las políticas que se implementaron desde el Estado para esa protección de ingresos. Por otro lado, hay muchas trabajadoras que están haciendo una desregulada modalidad de teletrabajo al mismo tiempo que tienen que llevar adelante el apoyo en la tarea a los chicos y chicas y mantener la casa incluso más limpia que antes porque hay que tenerla desinfectada. Muchas de esas mujeres declararon en una encuesta que sentían que su día dura entre 35 y 37 horas. Esa no puede ser la realidad de Argentina porque en muchos hogares hay más miembros que pueden hacer parte de ese trabajo y también porque tenemos que contar con políticas laborales acordes que le den el espacio temporal a esas tareas.
En ese sentido, incorporar la perspectiva de cuidados a este trabajo que ustedes vienen haciendo es empezar -como dice nuestro presidente- por los de abajo y, diría yo "por las de abajo", porque son las que cuidan.
Estoy deseosa de que esta normativa siente un precedente -y los convenios colectivos que vengan después- para la inclusión de esta perspectiva, para colocar al bienestar y al cuidado en la agenda de derechos, de equidad de género y de los derechos del trabajo, y que aporte a construir una nueva organización del cuidado que tenga a la justicia social en el centro, que ponga a los cuidados en el centro de la vida y a la vida en el centro de la economía. Gracias.
Agradezco fuertemente por esta invitación a la presidenta de la comisión, Vanesa Siley, porque incluir esta perspectiva de cuidados desde el principio de este debate es un hecho político. Así que estamos acá para hablar de las tareas de cuidado, de su feminización y de por qué es importante tenerlas en cuenta en la legislación de la modalidad de teletrabajo para proteger a trabajadores y trabajadoras. Espero en estos minutos interpelar no solo a las legisladoras mujeres de esta comisión, sino también a los diputados. Si no, esto termina siendo una problemática de mujeres que, además, parece que tenemos que resolver las mujeres, cosa que no debe ser así.
Todas las personas que estamos en esta reunión fuimos cuidadas por alguien a lo largo de nuestra vida, y es muy probable que a esta altura cuidemos de otras personas.
Limpiar la casa, lavar, cocinar, cuidar a los chicos, a las personas mayores, a las personas con discapacidad, servir la olla en el comedor del barrio, organizar la agenda de la familia, son todas tareas de cuidado que la sociedad todavía considera que son una responsabilidad natural de las mujeres.
Todavía se invisibiliza el rol fundamental que tienen estas tareas para que podamos hacer todo el resto de los trabajos y para que podamos hacer funcionar la economía.
En la Argentina las mujeres dedican el triple de tiempo que los varones a hacer esas tareas, y la sociedad todavía no dimensiona no solo su valor, sino también los recursos, el esfuerzo y el tiempo que implican. Aun cuando estas tareas se compran y venden, y se ofrecen en el mercado de trabajo, en el mundo del trabajo, tampoco se valoran ni se protegen ni se remuneran como corresponde. Esto también forma parte de esta invisibilización y de esta subvaloración.
A punto tal esto es así, que las mujeres todavía en esta sociedad no tienen espacio ni permiso social para decir que están cansadas de hacer esas tareas, o que incluso no tienen ganas, no tienen deseos de hacerlas.
Es curioso este preconcepto que hay sobre este ámbito privado del mundo de los cuidados porque, de hecho, la exclusión del tema de los cuidados en la agenda de políticas públicas es paradójica, porque muchas de las problemáticas que sí tienen peso en la agenda pública se explican por las desigualdades en los cuidados. La feminización de la pobreza, por ejemplo. ¿Cuántas mujeres conocemos que quedaron solas a cargo de los chicos, que ocupan su tiempo y deben encargarse de los gastos de sus cuidados, pero no tienen ni la posibilidad de generar ingresos propios ni la protección social acorde?
Esto también explica gran parte de la brecha salarial. Porque las mujeres que están cuidando tienen menos tiempo y toman trabajos de menor duración para poder cuidar; las emplean en sectores que se parecen a esas tareas de cuidado, por lo tanto, no están bien pagas; les ofrecen condiciones de trabajo más precarias y les dan menos posibilidades de ascenso porque están cuidando o porque se espera que en algún momento se vayan a cuidar; o porque se espera que sus condiciones laborales se asocien más a las de servir que a las de dirigir. Y esto tiene que ver con ese preconcepto del cuidado.
Sabemos que esta desigualdad de cuidado está conectada con la perpetuación de situaciones de violencia. Hay muchísimas mujeres que están viviendo una situación de violencia en el hogar, pero como se especializan y se dedicaron al cuidado familiar, dependen económicamente de ese agresor y no pueden abandonar el vínculo.
También está muy conectado con las brechas en la participación política, empresarial y sindical. Hay muchísimas mujeres que están cuidando que no pueden ir a esas reuniones importantes después de hora donde se deciden cosas de magnitud. Lo mismo podemos decir respecto de las mujeres que están haciendo un trabajo comunitario en las organizaciones, que no pueden estar disputando esos espacios de decisión.
Por todos estos motivos es que el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad -que es definitivamente una conquista de los movimientos feministas, sociales y sindicales en las calles- incluyó en su agenda con mucha prioridad no sólo un abordaje integral de las situaciones de violencia y de la inclusión de la diversidad sino también una agenda para reconocer y redistribuir estas tareas de cuidado. Es decir, redistribuirlas no solo entre mujeres, varones y otras identidades, sino también entre la familia, la comunidad, el Estado y el mercado. Se trata de reconocer a ese cuidado como un trabajo y una necesidad, tal cual lo señalaba la señora diputada. Entonces, tiene que haber derechos asociados y derechos no solo a recibir ese cuidado sino también a darlo.
Hoy, el costo social de cuidar está en los hombros de las mujeres en términos de tiempo y de recursos. No está en la agenda de este ministerio denostar esta tarea o eliminarla; todo lo contrario, es ponerla en valor y en el centro. Por eso venimos trabajando con la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado, de la que participan más de once organismos y tenemos una agenda bastante federal y sectorial para ir discutiendo colectivamente estos puntos.
En particular, en el cruce entre modalidad de teletrabajo y cuidados nos parece que hay varios lineamientos que son importantes para poder considerar. Por un lado, si estamos diciendo que el trabajo de cuidado implica tiempo, no es que por estar en la casa haciendo la modalidad del teletrabajo podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo ni decir "está bueno porque puedo hacer el teletrabajo y, en simultáneo, ejercer la tarea de cuidar". La realidad actual muestra que en términos generales eso no es posible. Alguna tarea puede excepcionalmente ser realizada al mismo tiempo, pero en líneas generales hay que plantear espacios distintos y por eso es tan importante -esto surge de los proyectos presentados- el derecho a la desconexión y poder organizar acuerdos sensibles respecto de esas responsabilidades de cuidado.
Para algunas personas el teletrabajo puede ser una modalidad preferida en algún momento de su vida familiar, pero conforme van cambiando las responsabilidades y la constitución de la familia, es importante que existan otras opciones y que se puedan separar los tiempos. Me refiero a que no es posible ese poli-trabajo de cuidado y modalidad teletrabajo hacia fuera. Por eso es tan importante el concepto de reversibilidad que figura en varios de los proyectos en discusión.
Asimismo, nos parece importante marcar cómo varía en intensidad ese trabajo de cuidado dependiendo de la edad de los niños y niñas que están en el hogar, del grado de dependencia de las personas mayores que están en el hogar y del grado de necesidad de apoyo a la autonomía que tienen las personas con discapacidad, si es que existe alguna de ellas en dicho ámbito. En ese sentido, se necesitan arreglos distintos dependiendo de esa situación.
En muchas ocasiones esas necesidades de cuidado van surgiendo de forma no planificada y no es tan fácil encasillar los tiempos específicos de esas necesidades de cuidado dependiendo de la conformación familiar.
También hay que tener en cuenta la diversidad de familias. Cuando pensamos en la redacción de estas normas y en las políticas públicas en líneas generales siempre promovemos desde el ministerio dejar de pensar en esa familia tipo, que hoy no es representativa. En la actualidad, en el mundo, cuatro de cada diez familias representan ese tipo de familia y el resto son otras conformaciones.
¿Qué es lo que decimos desde el ministerio? En nuestro país hay una diversidad de hogares en términos de ingresos, territoriales, espaciales y conformación familiar. Pero, en todos esos hogares hay trabajo de cuidado y entonces se puede repartir mejor.
En ese sentido, es muy importante que aparezca con fuerza en la redacción del trabajo conjunto de esta comisión el concepto de corresponsabilidad. ¿Qué queremos decir con esto? Que los varones también hagan uso de las disposiciones que figuren en la norma y en términos generales las medidas disponibles para tomar esas responsabilidades de cuidado. De lo contrario, corremos el riesgo de que si solo reconocemos y al mismo tiempo no redistribuimos ese trabajo de cuidado, las normas que hagamos terminen profundizando este estereotipo de que somos nosotras las que cuidamos y terminen, en líneas generales, aislando más a las mujeres y limitando su autonomía económica.
Por ello, nos parece central incorporar esta cuestión de la corresponsabilidad familiar y promover activamente -porque por ósmosis no va a ocurrir- que los trabajadores varones también se involucren en esta tarea y tomen esas responsabilidades.
En este contexto de pandemia quedó en claro el rol central de los cuidados. Hoy, en los medios de comunicación, todo lo que escuchamos se refiere a las tareas de cuidado. Lo paradójico es que ninguna de ellas es exclusiva de la pandemia, pero ahora estamos hablando de ellas. Lo hacemos porque la actividad económica global se frenó y se ralentizó, pero la economía del cuidado está intacta, con muchísima fuerza y, como siempre, bien asociada a las necesidades de la población y de los trabajadores y trabajadoras.
En ese contexto, la realidad es que incluso por estos días hay muchas mujeres que el hecho de quedarse en el hogar significó perder ingresos de la changa, del trabajo informal. Al respecto, fueron importantes las políticas que se implementaron desde el Estado para esa protección de ingresos. Por otro lado, hay muchas trabajadoras que están haciendo una desregulada modalidad de teletrabajo al mismo tiempo que tienen que llevar adelante el apoyo en la tarea a los chicos y chicas y mantener la casa incluso más limpia que antes porque hay que tenerla desinfectada. Muchas de esas mujeres declararon en una encuesta que sentían que su día dura entre 35 y 37 horas. Esa no puede ser la realidad de Argentina porque en muchos hogares hay más miembros que pueden hacer parte de ese trabajo y también porque tenemos que contar con políticas laborales acordes que le den el espacio temporal a esas tareas.
En ese sentido, incorporar la perspectiva de cuidados a este trabajo que ustedes vienen haciendo es empezar -como dice nuestro presidente- por los de abajo y, diría yo "por las de abajo", porque son las que cuidan.
Estoy deseosa de que esta normativa siente un precedente -y los convenios colectivos que vengan después- para la inclusión de esta perspectiva, para colocar al bienestar y al cuidado en la agenda de derechos, de equidad de género y de los derechos del trabajo, y que aporte a construir una nueva organización del cuidado que tenga a la justicia social en el centro, que ponga a los cuidados en el centro de la vida y a la vida en el centro de la economía. Gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Agradezco la clara exposición de la licenciada Lucía Cirmi Obón.
A continuación, comenzará la ronda de intervenciones de los diputados y diputadas, y luego volverá a hacer uso de la palabra la funcionaria invitada.
Tiene la palabra la señora diputada Osuna
A continuación, comenzará la ronda de intervenciones de los diputados y diputadas, y luego volverá a hacer uso de la palabra la funcionaria invitada.
Tiene la palabra la señora diputada Osuna
SRA. OSUNA Señora presidenta: buenas tardes a todos y todas, es una gran alegría compartir este encuentro. Valoro el esfuerzo que se ha puesto desde la conducción de la comisión. Además, teniendo algo de experiencia en la tarea legislativa, remarco el énfasis que se ha puesto en valorar esta acción participativa que se ha emprendido. Esto me lleva a expresar -junto a los legisladores que vienen participando de esta comisión en los años recientes- que esta práctica no estaba instalada.
Teniendo en cuenta que en su momento tuve la oportunidad de trabajar en la Comisión de Legislación del Trabajo con el diputado Héctor Recalde, sé que esa dinámica participativa era la tónica fundamental de trabajo. En realidad, lo era en todas las comisiones. Pero, en particular, esta interacción con las organizaciones sindicales, con los trabajadores y trabajadoras, con equipos técnicos y con el ministerio era la lógica.
Por eso, celebro que también esta vez sea la tónica que se emprende y quizás tenga que ver con otras cuestiones políticas, en las que no voy a abundar ahora pero que celebro que se den.
La cuestión que quiero enfatizar tiene que ver con algo que recién planteaba la directora de políticas de cuidado, Lucía Cirmi Obón, del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y que efectivamente está en varios de los proyectos. Me refiero a las políticas de cuidados.
En este sentido, hay dos aspectos, pero no me voy a detener en algo que ella desarrolló conceptualmente y que tiene que ver con esta deconstrucción de la base patriarcal y cultural en la que nosotros nos vamos deslizando y que aparece como un contexto en la mayoría de las acciones políticas y sociales que vamos desarrollando. Quiero poner énfasis en el valor que tiene para la macroeconomía la participación de la mujer en el trabajo.
Siendo antecedentes cercanos de cómo figura la participación de la mujer en el teletrabajo, la verdad que ese impacto no es mayoritario, sino todo lo contrario.
Entonces, ¿cómo se resuelve eso? ¿Cómo hay que operar para que efectivamente, en nuestro tiempo, las oportunidades y resultados de la participación de la mujer, en esta modalidad del trabajo en la que estamos abordando, efectivamente se dé? Ahí aparece el tema de las políticas de cuidado con un componente muy particular. Me refiero a los acuerdos para un adicional no remunerativo, que permita tercerizar, participar y abrir una línea de nuevos trabajos que complementen el desafío que implica para la mujer, hombre o género diverso, que tenga que asumir el cuidado -y efectivamente lo pueda acreditar- de niños y niñas menores de 14 años, de adultos mayores o de personas con discapacidad.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y las políticas públicas en materia de trabajo en la Argentina tienen una línea de incentivos en los casos de incorporación de personas con discapacidad.
¿Por qué no plantearnos, entonces, que en los casos en que en el contrato se acuerde no solamente el reconocimiento de una situación particular en materia de horarios, sino un ingreso adicional no remunerativo, exista un desarrollo de políticas públicas que incentiven esto del mismo modo que lo hacen en relación a otras cuestiones como puede ser, por ejemplo, la incorporación de personas con alguna discapacidad?
Es solo un ejemplo, pero en verdad de lo que se trata, es que la equidad de género y la atención de políticas de cuidado, en consonancia, sean buenas para la economía en general. Sobre todo, pensando que estamos planteándolo en este marco crítico donde la situación crítica de la economía mundial -y en particular la regional y nacional- sumada a la pandemia, abre muchísimos interrogantes con respecto a las fuentes de trabajo, a su continuación o a las limitantes que implica pérdidas reales de puestos de trabajo.
Hoy mismo se hizo una referencia en el caso de una empresa. Esa perspectiva existe y nosotros la conocemos. Por eso creo que, efectivamente, es bueno promover una línea de cuidado y de atención en el marco del teletrabajo, que aparece y se instala como una perspectiva no solo novedosa sino que ha tenido un incremento adicional en el marco de la pandemia tendiente a confluir con políticas activas donde desde el sector privado que contrata y desde el sector público se concerte una protección para que, efectivamente, las mujeres podamos desarrollar y habilitar nuevos puestos de trabajo. En todo caso, podremos decir que la equidad de género es buena para la igualdad social, pero también es buena para la economía. Creo que eso es una decisión de política a la que nosotros propendemos desde este proyecto.
Por último, quiero hacer una referencia a lo que son las políticas de capacitación. Las credenciales educativas y la concertación en el marco de la ley de acuerdos de capacitación dan posibilidades de mayor igualdad y de mayor participación en el mercado del trabajo para quienes lo transiten.
Este es mi aporte. Felicito a la diputada Siley. La verdad es que estas dos jornadas han sido realmente buenas para todas y todos los que hemos participado.
Teniendo en cuenta que en su momento tuve la oportunidad de trabajar en la Comisión de Legislación del Trabajo con el diputado Héctor Recalde, sé que esa dinámica participativa era la tónica fundamental de trabajo. En realidad, lo era en todas las comisiones. Pero, en particular, esta interacción con las organizaciones sindicales, con los trabajadores y trabajadoras, con equipos técnicos y con el ministerio era la lógica.
Por eso, celebro que también esta vez sea la tónica que se emprende y quizás tenga que ver con otras cuestiones políticas, en las que no voy a abundar ahora pero que celebro que se den.
La cuestión que quiero enfatizar tiene que ver con algo que recién planteaba la directora de políticas de cuidado, Lucía Cirmi Obón, del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y que efectivamente está en varios de los proyectos. Me refiero a las políticas de cuidados.
En este sentido, hay dos aspectos, pero no me voy a detener en algo que ella desarrolló conceptualmente y que tiene que ver con esta deconstrucción de la base patriarcal y cultural en la que nosotros nos vamos deslizando y que aparece como un contexto en la mayoría de las acciones políticas y sociales que vamos desarrollando. Quiero poner énfasis en el valor que tiene para la macroeconomía la participación de la mujer en el trabajo.
Siendo antecedentes cercanos de cómo figura la participación de la mujer en el teletrabajo, la verdad que ese impacto no es mayoritario, sino todo lo contrario.
Entonces, ¿cómo se resuelve eso? ¿Cómo hay que operar para que efectivamente, en nuestro tiempo, las oportunidades y resultados de la participación de la mujer, en esta modalidad del trabajo en la que estamos abordando, efectivamente se dé? Ahí aparece el tema de las políticas de cuidado con un componente muy particular. Me refiero a los acuerdos para un adicional no remunerativo, que permita tercerizar, participar y abrir una línea de nuevos trabajos que complementen el desafío que implica para la mujer, hombre o género diverso, que tenga que asumir el cuidado -y efectivamente lo pueda acreditar- de niños y niñas menores de 14 años, de adultos mayores o de personas con discapacidad.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y las políticas públicas en materia de trabajo en la Argentina tienen una línea de incentivos en los casos de incorporación de personas con discapacidad.
¿Por qué no plantearnos, entonces, que en los casos en que en el contrato se acuerde no solamente el reconocimiento de una situación particular en materia de horarios, sino un ingreso adicional no remunerativo, exista un desarrollo de políticas públicas que incentiven esto del mismo modo que lo hacen en relación a otras cuestiones como puede ser, por ejemplo, la incorporación de personas con alguna discapacidad?
Es solo un ejemplo, pero en verdad de lo que se trata, es que la equidad de género y la atención de políticas de cuidado, en consonancia, sean buenas para la economía en general. Sobre todo, pensando que estamos planteándolo en este marco crítico donde la situación crítica de la economía mundial -y en particular la regional y nacional- sumada a la pandemia, abre muchísimos interrogantes con respecto a las fuentes de trabajo, a su continuación o a las limitantes que implica pérdidas reales de puestos de trabajo.
Hoy mismo se hizo una referencia en el caso de una empresa. Esa perspectiva existe y nosotros la conocemos. Por eso creo que, efectivamente, es bueno promover una línea de cuidado y de atención en el marco del teletrabajo, que aparece y se instala como una perspectiva no solo novedosa sino que ha tenido un incremento adicional en el marco de la pandemia tendiente a confluir con políticas activas donde desde el sector privado que contrata y desde el sector público se concerte una protección para que, efectivamente, las mujeres podamos desarrollar y habilitar nuevos puestos de trabajo. En todo caso, podremos decir que la equidad de género es buena para la igualdad social, pero también es buena para la economía. Creo que eso es una decisión de política a la que nosotros propendemos desde este proyecto.
Por último, quiero hacer una referencia a lo que son las políticas de capacitación. Las credenciales educativas y la concertación en el marco de la ley de acuerdos de capacitación dan posibilidades de mayor igualdad y de mayor participación en el mercado del trabajo para quienes lo transiten.
Este es mi aporte. Felicito a la diputada Siley. La verdad es que estas dos jornadas han sido realmente buenas para todas y todos los que hemos participado.
SRA. PRESIDENTA SILEY Tiene la palabra la señora diputada Carrizo.
SRA. CARRIZO Señora presidenta, señora directora del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad: muchas gracias por estar aquí acompañándonos en esta reunión informativa.
La verdad es que celebro el tratamiento que venimos trabajando. Tenemos más de 16 o 17 proyectos de diputados de distintas vertientes ideológicas, que realmente se han preocupado por una situación que llegó hoy para quedarse.
Creo que todas las crisis son oportunidades. Y las oportunidades seguramente serán, Dios mediante, la semana que viene, cuando terminemos con estas reuniones informativas y nos pongamos a trabajar en un dictamen. Para ello, como bien lo destacó el ministro, tenemos que buscar las coincidencias, que son muchas, y dejar para los detalles definitivos algunas cuestiones que todavía tenemos que ir cerrando.
La jornada de ayer y la de hoy han sido muy positivas. La de ayer, sobre todo, porque escuchamos al sector gremial.
Creo que esta modalidad es una regulación que el sector privado está pidiendo y que seguramente deberíamos pensarla también para el sector público, porque muchos de ellos, sobre todo los docentes, vienen desarrollando una tarea más que nunca con esta modalidad.
Realmente celebro la presencia del ministro aquí. Mi pregunta es para que podamos ir vislumbrando algunas cuestiones que nos quedan hoy por saber.
Entendemos esta diferenciación que debe haber entre el ámbito que es donde hoy van a desarrollar las mujeres, que es su hogar, su casa y no confundir esta cuestión del trabajo, del cuidado, con el trabajo laboral. Pero mi pregunta es si se está trabajando desde el ministerio tomando una readecuación de la ley de contrato de trabajo, sobre todo en el tema de avance de licencias por maternidad, compartidas, etcétera.
Creemos que esto también va de la mano de la posibilidad de lograr esta equidad de género, que realmente vemos que es dispar.
Mi segunda pregunta tiene que ver con la brecha del teletrabajo que, lamentablemente, sigue siendo mayormente ocupada por hombres y no por mujeres. El 34 por ciento está ocupado por hombres y el 24 o 25 por ciento por mujeres.
Por eso consulto si creen que, desde el Poder Ejecutivo, tienen que llevarse a cabo medidas de discriminación positiva o bien medidas de incentivo para que esta brecha sea cada vez más chica, mas corta y podamos darle la posibilidad del empleo laboral como corresponde a las mujeres. Muchas gracias.
La verdad es que celebro el tratamiento que venimos trabajando. Tenemos más de 16 o 17 proyectos de diputados de distintas vertientes ideológicas, que realmente se han preocupado por una situación que llegó hoy para quedarse.
Creo que todas las crisis son oportunidades. Y las oportunidades seguramente serán, Dios mediante, la semana que viene, cuando terminemos con estas reuniones informativas y nos pongamos a trabajar en un dictamen. Para ello, como bien lo destacó el ministro, tenemos que buscar las coincidencias, que son muchas, y dejar para los detalles definitivos algunas cuestiones que todavía tenemos que ir cerrando.
La jornada de ayer y la de hoy han sido muy positivas. La de ayer, sobre todo, porque escuchamos al sector gremial.
Creo que esta modalidad es una regulación que el sector privado está pidiendo y que seguramente deberíamos pensarla también para el sector público, porque muchos de ellos, sobre todo los docentes, vienen desarrollando una tarea más que nunca con esta modalidad.
Realmente celebro la presencia del ministro aquí. Mi pregunta es para que podamos ir vislumbrando algunas cuestiones que nos quedan hoy por saber.
Entendemos esta diferenciación que debe haber entre el ámbito que es donde hoy van a desarrollar las mujeres, que es su hogar, su casa y no confundir esta cuestión del trabajo, del cuidado, con el trabajo laboral. Pero mi pregunta es si se está trabajando desde el ministerio tomando una readecuación de la ley de contrato de trabajo, sobre todo en el tema de avance de licencias por maternidad, compartidas, etcétera.
Creemos que esto también va de la mano de la posibilidad de lograr esta equidad de género, que realmente vemos que es dispar.
Mi segunda pregunta tiene que ver con la brecha del teletrabajo que, lamentablemente, sigue siendo mayormente ocupada por hombres y no por mujeres. El 34 por ciento está ocupado por hombres y el 24 o 25 por ciento por mujeres.
Por eso consulto si creen que, desde el Poder Ejecutivo, tienen que llevarse a cabo medidas de discriminación positiva o bien medidas de incentivo para que esta brecha sea cada vez más chica, mas corta y podamos darle la posibilidad del empleo laboral como corresponde a las mujeres. Muchas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Gracias, diputada Carrizo.
Tiene la palabra la diputada Romina Del Plá.
Tiene la palabra la diputada Romina Del Plá.
SRA. DEL PLÁ Muchas gracias a la presidenta de la comisión y a la directora de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
Ayer estuve siguiendo muy atentamente las intervenciones, y hoy, además de algún planteo sobre esta cuestión que presentó la directora, quería hacer alguna reflexión general.
En primer lugar, creo que, de alguna manera, no es real que estos proyectos que se están debatiendo sean la primera regulación del marco del teletrabajo. En 2012 hubo una resolución del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, la 1.552, que ya abarcaba muchos de los temas que se están retomando.
Pero, ¿qué ocurrió? Se suspendió su aplicación. Por lo tanto, durante los ocho años hasta la actualidad se siguió avanzando en el teletrabajo sin normativa cuando, en realidad, había una normativa que por lo menos planteaba algún tipo de regulación de los derechos.
Esto lo quiero plantear porque justamente el avance en las normas en materia de precarización laboral o de incumplimiento de los derechos de los trabajadores muchas veces no se hace a través de las leyes, sino que se hace eludiéndolas.
Entonces, aquí también una de las preocupaciones que tenemos tiene que ver con la búsqueda de mecanismos y cómo la mecánica del teletrabajo habilita en muchos casos o da más resquicios a los sectores patronales para, efectivamente, avanzar en ignorar las normas que se están aplicando.
Por ejemplo, es conocido que los calls centers, muchas de las empresas de telecomunicaciones, de televentas, los bancos y otros empleadores utilizan contrataciones de trabajadores de dicho servicio en el exterior.
Evidentemente, esto se hace para eludir los marcos de los convenios colectivos del trabajo del país porque muchas veces se obtienen o se pagan salarios mucho menores, o no se respetan las normas.
Entonces, creo que en ese punto el teletrabajo da mucho espacio para este tipo de cosas, incluso para la contratación en el exterior, lo cual me parece que tiene que estar abordado y planteado. De lo contrario, a la hora de elaborar esta regulación de lo que ya existe uno puede estar habilitando mecanismos que no están pensados -efectivamente, sabemos que esto ha avanzado mucho-, para que no termine siendo un elemento que convierta a la ley en letra muerta.
En ese sentido, quería mencionar dos cosas: por un lado, la cuestión de la jornada laboral. Es un tema muy importante -incluso vi que muchos debates periodísticos y especialistas lo han tratado- que tiene que ver con que para que el teletrabajo no se convierta en una situación de jornada permanente -24 por 7- efectivamente tiene que estar delimitada.
En este punto, el pago tiene que estar ligado a esta cuestión de la jornada laboral y de la carga horaria porque la habilitación de trabajo a cuenta y demás -sabemos que todo tiene su complejidad-, habilita esta situación de que, por más que se hable del derecho a la desconexión, se convierta en una situación prácticamente imposible de ser llevada adelante.
Sobre este aspecto quiero destacar dos cosas. Acá se mencionaron cuestiones en relación con que frente al desarrollo de la situación de la pandemia no ha habido conflictos respecto al teletrabajo que, en los hechos, se ha planteado en diferentes rubros. Lo planteó el ministro Moroni.
Pero discrepo en ese aspecto, porque no es lo mismo tomar la situación de la excepcionalidad frente a la emergencia -donde incluso en distintas áreas del Estado, en privados y demás, hay una tendencia a comprender la situación, y en muchos casos a desenvolver tareas poniendo los propios elementos y haciendo un esfuerzo importante- que en un marco de conjunto.
Por ejemplo, en el caso que se mencionó de los docentes. En la educación obligatoria la tarea a distancia se está desarrollando con enormes dificultades, pero con todos los elementos a cargo de trabajador, del docente. De lo contrario, no tendríamos continuidad de la tarea pedagógica porque, si fuera por la provisión de la patronal, estaríamos en cero.
Entonces, en ese sentido, en lo que se ha avanzado en el debate -incluso en el debate de la paritaria nacional-, desde mi consideración y la de muchísimos trabajadores y trabajadoras de la educación, efectivamente no ha resuelto los problemas que se están planteando: la sobrecarga laboral, la provisión de los propios elementos, la dificultad de la conectividad, el pago de los elementos de la conectividad, que es lo que está ocurriendo en la realidad.
Otro tema -y con esto voy cerrando- tiene que ver con las aplicaciones de reparto y demás. En ese sentido, quiero llamar la atención a la Comisión para que se pueda abordar en algún momento. Hemos presentado un proyecto de regulación del teletrabajo de las plataformas de reparto. Efectivamente, es un sector donde la situación de precarización es enorme. Ayer falleció un nuevo trabajador y me parece que hay que abordarlo en lo inmediato.
Considero muy importante un tema que allí planteó la directora de Políticas de Cuidado: la cuestión de las tareas compartidas. Observé que en algunos proyectos de ley estaba el tema de los primeros doce meses para que se pudiera avanzar en un mecanismo optativo para la madre después del nacimiento de un bebé.
Creo que ahí tiene que estar planteada la cuestión compartida. Además, no debemos permitir que algunos elementos que se han tomado en este abordaje del teletrabajo impliquen que las empresas no respeten lo que ya, en general, no respetan, que es la existencia de los jardines materno-paternales en los lugares de trabajo. La mayoría de las empresas lo ignoran o no cumplen, pero creo que es un tema que es absolutamente fundamental. Es decir, que el establecimiento de una norma no termine siendo un mecanismo para eludir este aspecto.
Por último, un asunto que creo que hay que considerar sí o sí es que no puede ser excusa para la habilitación del trabajo a distancia la falta de espacio en la empresa o el lugar determinado.
Doy un caso muy concreto: las universidades. Muchas veces en las universidades públicas la cantidad de alumnos por aula da lugar al hecho de que se discuta la necesidad de nuevos edificios, nuevas aulas y nuevas condiciones.
El hecho de que no haya espacio físico no puede ser la excusa para transformar determinados aspectos de la vida universitaria en un ámbito virtual. Este no puede ser un argumento para el teletrabajo.
Por lo tanto, me parece que todos son temas que tienen que estar rigurosamente atendidos para evitar un proceso de precarización y de avance sobre los derechos laborales. Con esto termino la intervención, muchas gracias.
Ayer estuve siguiendo muy atentamente las intervenciones, y hoy, además de algún planteo sobre esta cuestión que presentó la directora, quería hacer alguna reflexión general.
En primer lugar, creo que, de alguna manera, no es real que estos proyectos que se están debatiendo sean la primera regulación del marco del teletrabajo. En 2012 hubo una resolución del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, la 1.552, que ya abarcaba muchos de los temas que se están retomando.
Pero, ¿qué ocurrió? Se suspendió su aplicación. Por lo tanto, durante los ocho años hasta la actualidad se siguió avanzando en el teletrabajo sin normativa cuando, en realidad, había una normativa que por lo menos planteaba algún tipo de regulación de los derechos.
Esto lo quiero plantear porque justamente el avance en las normas en materia de precarización laboral o de incumplimiento de los derechos de los trabajadores muchas veces no se hace a través de las leyes, sino que se hace eludiéndolas.
Entonces, aquí también una de las preocupaciones que tenemos tiene que ver con la búsqueda de mecanismos y cómo la mecánica del teletrabajo habilita en muchos casos o da más resquicios a los sectores patronales para, efectivamente, avanzar en ignorar las normas que se están aplicando.
Por ejemplo, es conocido que los calls centers, muchas de las empresas de telecomunicaciones, de televentas, los bancos y otros empleadores utilizan contrataciones de trabajadores de dicho servicio en el exterior.
Evidentemente, esto se hace para eludir los marcos de los convenios colectivos del trabajo del país porque muchas veces se obtienen o se pagan salarios mucho menores, o no se respetan las normas.
Entonces, creo que en ese punto el teletrabajo da mucho espacio para este tipo de cosas, incluso para la contratación en el exterior, lo cual me parece que tiene que estar abordado y planteado. De lo contrario, a la hora de elaborar esta regulación de lo que ya existe uno puede estar habilitando mecanismos que no están pensados -efectivamente, sabemos que esto ha avanzado mucho-, para que no termine siendo un elemento que convierta a la ley en letra muerta.
En ese sentido, quería mencionar dos cosas: por un lado, la cuestión de la jornada laboral. Es un tema muy importante -incluso vi que muchos debates periodísticos y especialistas lo han tratado- que tiene que ver con que para que el teletrabajo no se convierta en una situación de jornada permanente -24 por 7- efectivamente tiene que estar delimitada.
En este punto, el pago tiene que estar ligado a esta cuestión de la jornada laboral y de la carga horaria porque la habilitación de trabajo a cuenta y demás -sabemos que todo tiene su complejidad-, habilita esta situación de que, por más que se hable del derecho a la desconexión, se convierta en una situación prácticamente imposible de ser llevada adelante.
Sobre este aspecto quiero destacar dos cosas. Acá se mencionaron cuestiones en relación con que frente al desarrollo de la situación de la pandemia no ha habido conflictos respecto al teletrabajo que, en los hechos, se ha planteado en diferentes rubros. Lo planteó el ministro Moroni.
Pero discrepo en ese aspecto, porque no es lo mismo tomar la situación de la excepcionalidad frente a la emergencia -donde incluso en distintas áreas del Estado, en privados y demás, hay una tendencia a comprender la situación, y en muchos casos a desenvolver tareas poniendo los propios elementos y haciendo un esfuerzo importante- que en un marco de conjunto.
Por ejemplo, en el caso que se mencionó de los docentes. En la educación obligatoria la tarea a distancia se está desarrollando con enormes dificultades, pero con todos los elementos a cargo de trabajador, del docente. De lo contrario, no tendríamos continuidad de la tarea pedagógica porque, si fuera por la provisión de la patronal, estaríamos en cero.
Entonces, en ese sentido, en lo que se ha avanzado en el debate -incluso en el debate de la paritaria nacional-, desde mi consideración y la de muchísimos trabajadores y trabajadoras de la educación, efectivamente no ha resuelto los problemas que se están planteando: la sobrecarga laboral, la provisión de los propios elementos, la dificultad de la conectividad, el pago de los elementos de la conectividad, que es lo que está ocurriendo en la realidad.
Otro tema -y con esto voy cerrando- tiene que ver con las aplicaciones de reparto y demás. En ese sentido, quiero llamar la atención a la Comisión para que se pueda abordar en algún momento. Hemos presentado un proyecto de regulación del teletrabajo de las plataformas de reparto. Efectivamente, es un sector donde la situación de precarización es enorme. Ayer falleció un nuevo trabajador y me parece que hay que abordarlo en lo inmediato.
Considero muy importante un tema que allí planteó la directora de Políticas de Cuidado: la cuestión de las tareas compartidas. Observé que en algunos proyectos de ley estaba el tema de los primeros doce meses para que se pudiera avanzar en un mecanismo optativo para la madre después del nacimiento de un bebé.
Creo que ahí tiene que estar planteada la cuestión compartida. Además, no debemos permitir que algunos elementos que se han tomado en este abordaje del teletrabajo impliquen que las empresas no respeten lo que ya, en general, no respetan, que es la existencia de los jardines materno-paternales en los lugares de trabajo. La mayoría de las empresas lo ignoran o no cumplen, pero creo que es un tema que es absolutamente fundamental. Es decir, que el establecimiento de una norma no termine siendo un mecanismo para eludir este aspecto.
Por último, un asunto que creo que hay que considerar sí o sí es que no puede ser excusa para la habilitación del trabajo a distancia la falta de espacio en la empresa o el lugar determinado.
Doy un caso muy concreto: las universidades. Muchas veces en las universidades públicas la cantidad de alumnos por aula da lugar al hecho de que se discuta la necesidad de nuevos edificios, nuevas aulas y nuevas condiciones.
El hecho de que no haya espacio físico no puede ser la excusa para transformar determinados aspectos de la vida universitaria en un ámbito virtual. Este no puede ser un argumento para el teletrabajo.
Por lo tanto, me parece que todos son temas que tienen que estar rigurosamente atendidos para evitar un proceso de precarización y de avance sobre los derechos laborales. Con esto termino la intervención, muchas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Gracias, diputada del Plá.
Tiene la palabra la diputada Silvana Ginocchio.
Tiene la palabra la diputada Silvana Ginocchio.
SRA. GINOCCHIO Buenas tardes a todos. Realmente estoy muy contenta de estar participando de esta reunión informativa. Te felicito por la presidencia, Vanesa, por cómo se viene organizando y realmente a todos quienes la están haciendo posible, al señor ministro y también a Lucía Cirmi Obón.
Creo que después de escuchar toda la jornada de ayer, con los representantes de los trabajadores y hoy con el ministro, puedo decir que todas las propuestas y cada una de las consideraciones han enriquecido verdaderamente todos los proyectos que nosotros estamos tratando y que hemos tenido en nuestras manos.
Creo que, fundamentalmente, como se dijo mucho acá, hay bastantes coincidencias y que comulgamos en cuestiones esenciales. O sea, estamos de acuerdo sobre muchas cuestiones.
Estamos de acuerdo en que todos queremos proteger a la persona que trabaja bajo esta modalidad, que es específica y reclama para sí un tratamiento muy particular. En toda vinculación de trabajo siempre hay esa puja de intereses en la que las partes tienen distintas posibilidades de poder, y entonces la atención tiene que estar puesta en que nosotros, como legisladores, atendamos una temática que tiene absolutamente actualidad en función del desarrollo de la tecnología.
Frente a esta crisis con aristas globales, se nos ha colocado frente a la necesidad de poder reanudar actividades. Nosotros como legisladores, no podemos dejar de tratar esta cuestión.
Valoro muchísimo todas las coincidencias, como la de considerar a esta nueva realidad que tenemos que atender. También he anotado acá otras coincidencias, como la de considerarla una modalidad dentro del contrato, o lo de los pisos mínimos o la negociación colectiva, atendiendo a las características de cada actividad.
Realmente, me parece que podemos considerar un avance haber encontrado todos estos puntos de encuentro.
Por otro lado, pensar que tenemos que abordar y asumir que el derecho del trabajo es dinámico y que debemos ir adaptándolo y perfeccionándolo siempre dentro de ese gran marco de principios fundamentales del derecho del trabajo y donde encontramos en el 14 bis un pilar fundamental, más todos los otros derechos y garantías que tenemos en nuestra Constitución.
Entonces, digamos que el objetivo del proyecto y en el que yo he presentado también, sería encontrar en estos pisos mínimos el espacio para la negociación colectiva frente a estos acuerdos individuales o colectivos.
Además, algo que he contemplado en mis proyectos es el tema de los principios, rigiendo toda interpretación, solución y haciendo centro en la persona que trabaja, abordando todo lo que es la equidad de género, la capacitación y el respeto de los tiempos de descanso.
Por otro lado, también he contemplado algo de lo que estábamos hablando acá, que está relacionado con lo que es el cuidado porque he previsto que las personas que tienen menores puedan hasta cierta edad -sin hacer distinción, por esto de la responsabilidad compartida- solicitar la modificación de cómo están realizando la prestación de trabajo.
También hay otro punto que me ha parecido interesante incluir que es el relacionado al registro, tanto el registro por parte del empleador, como el registro por parte de la autoridad de aplicación, a los efectos de que puedan facilitar los controles y toda la política que se va a tener que establecer en función de los controles de esta modalidad de prestación.
Desde mi punto de vista, creo que por un lado hay que tener en cuenta a la negociación colectiva, que deberá ir atendiendo a las características de la actividad sobre estos pisos mínimos de protección y, por otro lado, la autoridad de aplicación. Esto es fundamental para el tratamiento de muchas cuestiones.
Al respecto, todos quienes me han precedido en el uso de la palabra han estado de alguna manera haciendo acercando preguntas o interrogantes que generan esta modalidad, pero todo esto atiende, por un lado, a la negociación colectiva -existiendo el marco que nosotros ya tenemos de una ley de contrato de trabajo-, más esta ley que atiende a esta modalidad específica y, por otro lado, la autoridad de aplicación.
Creo que la autoridad de aplicación va a ser quien va a tener que fundamentalmente -también lo preveo- hacer una promoción de la toma de conciencia de lo que va a ser esta modalidad. Debemos velar para que no se mengüen derechos -porque eso nos preocupa a todos- y que nos acerquemos cada vez más una sociedad más justa y con la debida tutela de las personas que trabajan. Muchísimas gracias.
Creo que después de escuchar toda la jornada de ayer, con los representantes de los trabajadores y hoy con el ministro, puedo decir que todas las propuestas y cada una de las consideraciones han enriquecido verdaderamente todos los proyectos que nosotros estamos tratando y que hemos tenido en nuestras manos.
Creo que, fundamentalmente, como se dijo mucho acá, hay bastantes coincidencias y que comulgamos en cuestiones esenciales. O sea, estamos de acuerdo sobre muchas cuestiones.
Estamos de acuerdo en que todos queremos proteger a la persona que trabaja bajo esta modalidad, que es específica y reclama para sí un tratamiento muy particular. En toda vinculación de trabajo siempre hay esa puja de intereses en la que las partes tienen distintas posibilidades de poder, y entonces la atención tiene que estar puesta en que nosotros, como legisladores, atendamos una temática que tiene absolutamente actualidad en función del desarrollo de la tecnología.
Frente a esta crisis con aristas globales, se nos ha colocado frente a la necesidad de poder reanudar actividades. Nosotros como legisladores, no podemos dejar de tratar esta cuestión.
Valoro muchísimo todas las coincidencias, como la de considerar a esta nueva realidad que tenemos que atender. También he anotado acá otras coincidencias, como la de considerarla una modalidad dentro del contrato, o lo de los pisos mínimos o la negociación colectiva, atendiendo a las características de cada actividad.
Realmente, me parece que podemos considerar un avance haber encontrado todos estos puntos de encuentro.
Por otro lado, pensar que tenemos que abordar y asumir que el derecho del trabajo es dinámico y que debemos ir adaptándolo y perfeccionándolo siempre dentro de ese gran marco de principios fundamentales del derecho del trabajo y donde encontramos en el 14 bis un pilar fundamental, más todos los otros derechos y garantías que tenemos en nuestra Constitución.
Entonces, digamos que el objetivo del proyecto y en el que yo he presentado también, sería encontrar en estos pisos mínimos el espacio para la negociación colectiva frente a estos acuerdos individuales o colectivos.
Además, algo que he contemplado en mis proyectos es el tema de los principios, rigiendo toda interpretación, solución y haciendo centro en la persona que trabaja, abordando todo lo que es la equidad de género, la capacitación y el respeto de los tiempos de descanso.
Por otro lado, también he contemplado algo de lo que estábamos hablando acá, que está relacionado con lo que es el cuidado porque he previsto que las personas que tienen menores puedan hasta cierta edad -sin hacer distinción, por esto de la responsabilidad compartida- solicitar la modificación de cómo están realizando la prestación de trabajo.
También hay otro punto que me ha parecido interesante incluir que es el relacionado al registro, tanto el registro por parte del empleador, como el registro por parte de la autoridad de aplicación, a los efectos de que puedan facilitar los controles y toda la política que se va a tener que establecer en función de los controles de esta modalidad de prestación.
Desde mi punto de vista, creo que por un lado hay que tener en cuenta a la negociación colectiva, que deberá ir atendiendo a las características de la actividad sobre estos pisos mínimos de protección y, por otro lado, la autoridad de aplicación. Esto es fundamental para el tratamiento de muchas cuestiones.
Al respecto, todos quienes me han precedido en el uso de la palabra han estado de alguna manera haciendo acercando preguntas o interrogantes que generan esta modalidad, pero todo esto atiende, por un lado, a la negociación colectiva -existiendo el marco que nosotros ya tenemos de una ley de contrato de trabajo-, más esta ley que atiende a esta modalidad específica y, por otro lado, la autoridad de aplicación.
Creo que la autoridad de aplicación va a ser quien va a tener que fundamentalmente -también lo preveo- hacer una promoción de la toma de conciencia de lo que va a ser esta modalidad. Debemos velar para que no se mengüen derechos -porque eso nos preocupa a todos- y que nos acerquemos cada vez más una sociedad más justa y con la debida tutela de las personas que trabajan. Muchísimas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Muchas gracias, diputada Ginocchio.
Tiene la palabra la diputada Dolores Martínez.
Tiene la palabra la diputada Dolores Martínez.
SRA. MARTÍNEZ (D.) Muchas gracias, presidenta. Gracias a la directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad·por estar acá presente. Este es uno de los espacios que celebro que se lleven adelante en el marco de esta Comisión de Legislación del Trabajo.
Creo que es fundamental que todas las iniciativas y los proyectos que llevemos al debate parlamentario de aquí en adelante sean pensadas incluyendo la perspectiva de género.
Alguna reflexión y dos o tres cuestiones para consultarle a la directora. Efectivamente, como lo mencionaron las diputadas preopinantes, el teletrabajo y el potencial que tiene el teletrabajo en función de los datos que tenemos oficiales, claramente reproduce lo que sucede en el ámbito laboral tradicional, por así llamarlo, y se sigue generando esta brecha y esa distinción en el acceso y en la permanencia a los trabajos.
Por más que estemos ahora con la posibilidad de regular esta nueva -o no tan nueva- modalidad es claro que necesitamos hacerlo atendiendo a la cuestión de la desigualdad del acceso y de la permanencia de las mujeres al mundo laboral.
Ahora, también el teletrabajo puede llegar a ser una oportunidad para romper los estereotipos de género que de alguna manera ralentizan o interfieren en la inclusión de las mujeres en el mundo de las TIC, no solo como como trabajadoras en el rubro de servicios, sino también pensando en la pata más técnica, desde la ingeniería de los sistemas software, todo lo que es soporte técnico.
Dentro de todo lo que es lo negativo que nos trae esta crisis pandémica, es posible quizás pensar en impulsar una reconversión de los perfiles y generar nuevas oportunidades para que el sector de innovación tecnológica sea más permeable a las mujeres.
Desde el Ministerio, en articulación con los demás ministerios, ¿están pensando en alguna política, alguna iniciativa específica para la empleabilidad de las mujeres como, por ejemplo, capacitaciones brindadas por los ministerios o alianzas de fomento con otros sectores? Esa sería una primera pregunta para la directora.
Respecto al tema del desempeño laboral en el ámbito privado en el ámbito del hogar, es cierto, lo sabemos, hay un riesgo consistente en que las mujeres al ser de nuevo trasladadas al ámbito domiciliario, se refuerce lo que tiene que ver -y acá se mencionó- con la inequidad en las tareas del cuidado.
Es una buena propuesta la que trae la directora. También es cierto el tema de la corresponsabilidad y la redistribución de las tareas del cuidado. Es cierto -como mencionó la diputada Romina del Plá- que hay algunos proyectos que lo promueven. En el caso de nuestro proyecto, hicimos el trabajo por incorporar el concepto de persona trabajadora y que haya una posibilidad de equilibrar esta vida familiar con la vida laboral, independientemente de su género y que esta persona trabajadora tenga la posibilidad de realizar sus tareas a través de la modalidad del teletrabajo, habiendo concebido un bebé o también habiendo adoptado una hija o un hijo.
Así que nos parece un avance esta medida y esta propuesta que trae hoy la directora. Sería muy importante que la podamos incorporar en el proyecto que vayamos a debatir en el recinto. Pero lo que quería consultar es si además de eso tienen alguna política en mente o planificadas políticas de monitoreo para que este trabajo sea una posibilidad de ingresos, de permanencia, de desarrollo de las mujeres en el mercado laboral, sin que justamente sea una amenaza de volver a quedar recluidas en el hogar.
Por el lado, respecto al tema del Convenio 190 de la OIT, creo que tenemos unanimidad para el apoyo y la ratificación de este convenio, que tiene que ver con la erradicación de la violencia y el acoso en general.
Lo que quería consultar es cómo se piensa intervenir en estas situaciones de violencia laboral en el marco de esta regulación del teletrabajo.
Ayer, por ejemplo, algunos miembros de los representantes gremiales planteaban que la situación de la violencia contra las mujeres muchas veces es contenida justamente en el ámbito laboral, en el uno a uno, en la percepción y en el día a día del trabajo en las relaciones laborales.
Esto puede, quizás, llegar a ser un problema para el tema de la violencia laboral. ¿Qué opinión y qué medidas le parece a la directora que nosotros podríamos también tener en cuenta e impulsar desde acá, desde el Congreso? Muchas gracias, presidenta.
Creo que es fundamental que todas las iniciativas y los proyectos que llevemos al debate parlamentario de aquí en adelante sean pensadas incluyendo la perspectiva de género.
Alguna reflexión y dos o tres cuestiones para consultarle a la directora. Efectivamente, como lo mencionaron las diputadas preopinantes, el teletrabajo y el potencial que tiene el teletrabajo en función de los datos que tenemos oficiales, claramente reproduce lo que sucede en el ámbito laboral tradicional, por así llamarlo, y se sigue generando esta brecha y esa distinción en el acceso y en la permanencia a los trabajos.
Por más que estemos ahora con la posibilidad de regular esta nueva -o no tan nueva- modalidad es claro que necesitamos hacerlo atendiendo a la cuestión de la desigualdad del acceso y de la permanencia de las mujeres al mundo laboral.
Ahora, también el teletrabajo puede llegar a ser una oportunidad para romper los estereotipos de género que de alguna manera ralentizan o interfieren en la inclusión de las mujeres en el mundo de las TIC, no solo como como trabajadoras en el rubro de servicios, sino también pensando en la pata más técnica, desde la ingeniería de los sistemas software, todo lo que es soporte técnico.
Dentro de todo lo que es lo negativo que nos trae esta crisis pandémica, es posible quizás pensar en impulsar una reconversión de los perfiles y generar nuevas oportunidades para que el sector de innovación tecnológica sea más permeable a las mujeres.
Desde el Ministerio, en articulación con los demás ministerios, ¿están pensando en alguna política, alguna iniciativa específica para la empleabilidad de las mujeres como, por ejemplo, capacitaciones brindadas por los ministerios o alianzas de fomento con otros sectores? Esa sería una primera pregunta para la directora.
Respecto al tema del desempeño laboral en el ámbito privado en el ámbito del hogar, es cierto, lo sabemos, hay un riesgo consistente en que las mujeres al ser de nuevo trasladadas al ámbito domiciliario, se refuerce lo que tiene que ver -y acá se mencionó- con la inequidad en las tareas del cuidado.
Es una buena propuesta la que trae la directora. También es cierto el tema de la corresponsabilidad y la redistribución de las tareas del cuidado. Es cierto -como mencionó la diputada Romina del Plá- que hay algunos proyectos que lo promueven. En el caso de nuestro proyecto, hicimos el trabajo por incorporar el concepto de persona trabajadora y que haya una posibilidad de equilibrar esta vida familiar con la vida laboral, independientemente de su género y que esta persona trabajadora tenga la posibilidad de realizar sus tareas a través de la modalidad del teletrabajo, habiendo concebido un bebé o también habiendo adoptado una hija o un hijo.
Así que nos parece un avance esta medida y esta propuesta que trae hoy la directora. Sería muy importante que la podamos incorporar en el proyecto que vayamos a debatir en el recinto. Pero lo que quería consultar es si además de eso tienen alguna política en mente o planificadas políticas de monitoreo para que este trabajo sea una posibilidad de ingresos, de permanencia, de desarrollo de las mujeres en el mercado laboral, sin que justamente sea una amenaza de volver a quedar recluidas en el hogar.
Por el lado, respecto al tema del Convenio 190 de la OIT, creo que tenemos unanimidad para el apoyo y la ratificación de este convenio, que tiene que ver con la erradicación de la violencia y el acoso en general.
Lo que quería consultar es cómo se piensa intervenir en estas situaciones de violencia laboral en el marco de esta regulación del teletrabajo.
Ayer, por ejemplo, algunos miembros de los representantes gremiales planteaban que la situación de la violencia contra las mujeres muchas veces es contenida justamente en el ámbito laboral, en el uno a uno, en la percepción y en el día a día del trabajo en las relaciones laborales.
Esto puede, quizás, llegar a ser un problema para el tema de la violencia laboral. ¿Qué opinión y qué medidas le parece a la directora que nosotros podríamos también tener en cuenta e impulsar desde acá, desde el Congreso? Muchas gracias, presidenta.
SRA. PRESIDENTA SILEY Gracias, diputada Martínez.
Restan en el uso de la palabra las diputadas Verónica Caliva y María Rosa Martínez.
Les pido mucha brevedad en el uso de la palabra. Gracias.
Tiene la palabra la diputada Verónica Caliva.
Restan en el uso de la palabra las diputadas Verónica Caliva y María Rosa Martínez.
Les pido mucha brevedad en el uso de la palabra. Gracias.
Tiene la palabra la diputada Verónica Caliva.
SRA. CALIVA Buenas tardes, presidenta. Buenas tardes a la directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, licenciada Cirmi Obón. Celebro que nos acompañe también el ministro.
Ayer fue una gran jornada, donde pudimos escuchar a los compañeros de las distintas centrales y organizaciones de las y los trabajadores. Todos dejaron muy en claro -en consonancia con lo que dijo hoy el ministro- que estamos hablando no de una nueva categoría sino de una modalidad que se va a regular, como efectivamente ya lo han planteado todos los diputados y diputadas que me antecedieron en el uso de la palabra. Así que no voy a abundar mucho sobre esas cuestiones, que han sido parte de los acuerdos centrales. Felicito la labor de esta comisión, de esta presidencia y también de las asesoras y asesores que han trabajado arduamente para llegar a este punto.
Vamos a celebrar estos acuerdos y vamos a poner énfasis, por un pequeño instante, en lo relativo al cuidado. Consideremos sobre todo lo que está sucediendo con las compañeras trabajadoras que hoy están con esta modalidad de trabajo y están afrontando, desde sus hogares, situaciones vinculadas con la violencia. Lo han manifestado ayer varios compañeros. También hay mucho debate en las organizaciones y centrales en torno a cómo impacta de manera negativa esta modalidad en nosotras, las mujeres, quienes luchamos por décadas y décadas para salir de la casa y entrar en el mundo del trabajo, ocupando la calle y el espacio público. Esperemos que esto no sea un paso atrás, una vuelta de tuerca a la inversa en ese gran avance que hemos tenido las mujeres al ganar la pelea de salir de la casa.
En ese sentido, celebro que el Ministerio de las Mujeres nos ayude. Celebro también y felicito la participación de la compañera Cirmi, y que ambos ministerios -el de Trabajo y el de las Mujeres- puedan ayudarnos en esta regulación. El objetivo es seguir avanzando. Pretendemos que esta coyuntura sea una oportunidad para que haya políticas integrales que hagan al avance de los derechos, particularmente de las mujeres.
Para cerrar, le había pedido a la presidenta que por favor me concediera el derecho a hacer un muy breve homenaje al general Güemes, porque hoy estamos recordándolo a ciento noventa y nueve años de su paso a la inmortalidad, tras haber sido uno de los héroes y fundadores de la patria. Los salteños entendemos -y cito al profesor Miguel Ángel Cáceres- que Güemes está a la altura de los grandes: Belgrano, Mariano Moreno, San Martín. En relación con este último, Güemes ha sido fundamental para su plan estratégico de liberación continental, el plan sanmartiniano.
Para nosotros es un día muy sentido. Hoy me toca estar trabajando en esta comisión. Ayer charlábamos con el poeta e historiador Miguel Ángel Cáceres y destacábamos que Güemes fue uno de los antecedentes más antiguos de organización del trabajo con los gauchos, ya que creó el fuero gaucho. Ese fuero gaucho brindaba un sustento económico a aquellos gauchos que dejaban las haciendas, a los patrones, a sus familias, y daban su vida al servicio de la revolución y de la independencia para liberar nuestra patria y nuestro continente.
De manera que, con estas palabras, homenajeo al general Martín Miguel de Güemes. Les agradezco por escucharme. Me gustaría invitarlos a conocer su obra, a profundizar en ella, y a que, en este año belgraniano, nos preparemos para el próximo, que tiene que ser el año güemesiano, ya que se cumplirán doscientos años de su muerte.
Ayer fue una gran jornada, donde pudimos escuchar a los compañeros de las distintas centrales y organizaciones de las y los trabajadores. Todos dejaron muy en claro -en consonancia con lo que dijo hoy el ministro- que estamos hablando no de una nueva categoría sino de una modalidad que se va a regular, como efectivamente ya lo han planteado todos los diputados y diputadas que me antecedieron en el uso de la palabra. Así que no voy a abundar mucho sobre esas cuestiones, que han sido parte de los acuerdos centrales. Felicito la labor de esta comisión, de esta presidencia y también de las asesoras y asesores que han trabajado arduamente para llegar a este punto.
Vamos a celebrar estos acuerdos y vamos a poner énfasis, por un pequeño instante, en lo relativo al cuidado. Consideremos sobre todo lo que está sucediendo con las compañeras trabajadoras que hoy están con esta modalidad de trabajo y están afrontando, desde sus hogares, situaciones vinculadas con la violencia. Lo han manifestado ayer varios compañeros. También hay mucho debate en las organizaciones y centrales en torno a cómo impacta de manera negativa esta modalidad en nosotras, las mujeres, quienes luchamos por décadas y décadas para salir de la casa y entrar en el mundo del trabajo, ocupando la calle y el espacio público. Esperemos que esto no sea un paso atrás, una vuelta de tuerca a la inversa en ese gran avance que hemos tenido las mujeres al ganar la pelea de salir de la casa.
En ese sentido, celebro que el Ministerio de las Mujeres nos ayude. Celebro también y felicito la participación de la compañera Cirmi, y que ambos ministerios -el de Trabajo y el de las Mujeres- puedan ayudarnos en esta regulación. El objetivo es seguir avanzando. Pretendemos que esta coyuntura sea una oportunidad para que haya políticas integrales que hagan al avance de los derechos, particularmente de las mujeres.
Para cerrar, le había pedido a la presidenta que por favor me concediera el derecho a hacer un muy breve homenaje al general Güemes, porque hoy estamos recordándolo a ciento noventa y nueve años de su paso a la inmortalidad, tras haber sido uno de los héroes y fundadores de la patria. Los salteños entendemos -y cito al profesor Miguel Ángel Cáceres- que Güemes está a la altura de los grandes: Belgrano, Mariano Moreno, San Martín. En relación con este último, Güemes ha sido fundamental para su plan estratégico de liberación continental, el plan sanmartiniano.
Para nosotros es un día muy sentido. Hoy me toca estar trabajando en esta comisión. Ayer charlábamos con el poeta e historiador Miguel Ángel Cáceres y destacábamos que Güemes fue uno de los antecedentes más antiguos de organización del trabajo con los gauchos, ya que creó el fuero gaucho. Ese fuero gaucho brindaba un sustento económico a aquellos gauchos que dejaban las haciendas, a los patrones, a sus familias, y daban su vida al servicio de la revolución y de la independencia para liberar nuestra patria y nuestro continente.
De manera que, con estas palabras, homenajeo al general Martín Miguel de Güemes. Les agradezco por escucharme. Me gustaría invitarlos a conocer su obra, a profundizar en ella, y a que, en este año belgraniano, nos preparemos para el próximo, que tiene que ser el año güemesiano, ya que se cumplirán doscientos años de su muerte.
SRA. PRESIDENTA SILEY Antes de volver a escuchar a la directora de Políticas de Cuidado voy a darle la palabra a la diputada María Rosa Martínez.
SRA. MARTÍNEZ (M. R.) Muchas gracias, Vanesa, presidenta de esta comisión y orgullo para las mujeres.
Quiero destacar que por primera vez la Comisión de Legislación del Trabajo está presidida por una compañera trabajadora y dirigente gremial. Además, el hecho de tener la posibilidad de debatir sobre el proyecto de ley de teletrabajo con tantos actores centrales hace que este debate tenga la densidad que amerita. También tuvimos la posibilidad de incluir en el debate a Lucía Cirmi -gracias Lucía por tu presencia-, que viene batallando con este tema del cuidado desde el movimiento de mujeres, al igual que muchas de nosotras. Creo que esta es una gran oportunidad.
La pandemia ha puesto en escena la multiplicidad de tareas que realizamos las mujeres. Por lo tanto, creo que es un desafío enorme esto que planteás de la democratización de las tareas de cuidado, que implica una nueva forma de organización familiar, sin ninguna duda. Me refiero a incorporar la perspectiva de que lo específico del cuidado de niños pequeños, adolescentes, ancianos y discapacitados en el mismo ámbito de trabajo amerita su inclusión en el debate del convenio colectivo, en el marco general. Sin duda la intención de hablar de esto tiene que ver precisamente con que es un tema urgente de la agenda, pero no de las mujeres, como decía Lucía en el arranque, sino de todas y todos los trabajadores.
Pensando en la cuestión de lograr mayor inserción laboral de las mujeres en el teletrabajo, yo creo que no hay que descartar algunos incentivos fiscales, que en general ayudan a que tanto las mujeres como los y las jóvenes ingresen al mercado de trabajo.
Por último, creo que ha quedado más que de manifiesto que, dentro de la multiplicidad de temas que quedaron en evidencia, hay una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras que necesitaron un refuerzo en esta etapa. Se trata no solamente de trabajadores no blanqueados, como decía el ministro, sino también monotributistas o cuentapropistas. Ha quedado en evidencia la necesidad de reforzar el sistema público de salud y de ocuparnos del hambre en nuestras comunidades y en nuestros barrios. En general este es un trabajo desarrollado por las mujeres. Es una tarea solidaria y comunitaria. Una de las diputadas hablaba, por ejemplo, del tema del cuidado de niños en jardines maternales comunitarios. Existen un montón de estos jardines que constituyen un caso de trabajo de cuidado del que seguramente también nos vamos a tener que estar ocupando.
Saludo esta iniciativa de poder conversar sobre este tema del teletrabajo articulándolo con el del cuidado, porque creo que da una calidad mayor al debate. En efecto, instala la problemática en el lugar donde queremos que esté, que es entre las regulaciones laborales, los convenios colectivos y el avance del reconocimiento de que se trata de amor y de trabajo siempre.
Muchas gracias a todas.
Sra. Presidenta (Siley).- Ahora sí, para hacer una devolución, tiene la palabra Lucía Cirmi Obón, a quien le pido que sea lo más breve posible.
Sra. Cirmi Obón.- Muchas gracias, Vanesa. Y gracias a todas las diputadas por sus comentarios y sus preguntas.
Muy brevemente, en relación con las preguntas de cómo viene trabajando el Ministerio en la agenda pendiente, quiero decirles que lo hacemos de una forma integral sobre las cuatro poblaciones. En principio, trabajamos sobre las personas mayores, los niños y las personas con discapacidad en su derecho a recibir cuidado. También está el derecho a dar cuidado, que es algo que está bastante vedado en esas personas que acabo de mencionar. Me refiero a la cuarta población, al mundo de los cuidadores y cuidadoras, que es bien diverso, como mencionaba al principio Vanesa. Comprende a las amas de casa, a las trabajadoras de casas particulares -quienes también estuvieron sufriendo en este contexto, y desde el Ministerio trabajamos mucho para hacer valer todos sus derechos-, a las trabajadoras y trabajadores de la economía popular -quienes, como señalaba recién la diputada María Rosa, están en conexión muy fuerte con los cuidados comunitarios-, y a todas las trabajadoras que se convierten en tales cuando llegan a sus casas, aun cuando se desempeñen en cualquier otro sector, ya que ellas también son trabajadoras del cuidado.
En relación con esto último, es obvio que el primer año de crianza, se trate de un nacimiento o de una adopción, es un momento donde se cristalizan las divisiones de tareas y se perpetúan en el tiempo. Por eso es un tema de política pública.
Pero nosotros, desde la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidados que conforman los ministerios de Economía, de Salud, de Educación, de Desarrollo Social, de Trabajo Empleo y Seguridad Social -con el que venimos charlando todos estos temas-, ANSES, AFIP, PAMI, la Agencia Nacional de Discapacidad y el INAES, es decir, es bastante diverso, entendemos que el enfoque sobre el tema de los cuidados debe ser integral. Porque si no, ¿qué es lo que ocurre? Esta organización del cuidado no solo genera desigualdad entre varones y mujeres, sino también entre las propias mujeres. Una trabajadora formal que queda embarazada, que en promedio gana un poco mejor que las informales, se toma una licencia y cuando quiere volver a trabajar tiene un sueldo con el que puede además pagar por algún servicio de cuidado. Para una trabajadora informal, en cambio, quedar embarazada es sinónimo de perder ingresos y a la vez, cuando quiere volver al trabajo, se da cuenta de que su sueldo prácticamente no alcanza para pagar los servicios de cuidado de apoyo y dice: "No, pierdo plata. Para eso me quedo yo". Por eso nos parece que tenemos que pensar en todo el universo y en las desigualdades de ingresos porque si no es un simple profundizador de desigualdades.
En relación con lo que mencionaba otra diputada con respecto a que sea optativo o no, les comento que en líneas generales se ve siempre que en la política pública de cuidados lo que termina siendo optativo es tomado por las mujeres, otra vez, justamente porque los varones no tienen el permiso social de pedir esas disposiciones de cuidados, pero además no lo reclaman. Así que aprovecho nuevamente para alentar la participación de varones en esta temática.
Obviamente esa perspectiva simplista de la productividad no tiene sentido con las situaciones de cuidado, porque ¿cuál sería la productividad que puede tener en el trabajo cualquier trabajador o trabajadora que no tiene bien resuelta la situación de cuidado? Así que creo que en ese sentido hay que pensar siempre el cuidado como una inversión y no como un costo.
Con respecto a las brechas, yo creo que tiene que ver justamente con romper esas paredes de cristal entre los sectores en ambos sentidos, no solo la participación de mujeres en sectores tecnológicos, sino también la inversa: la participación de los varones en esos sectores asociados a cuestiones femeninas y del cuidado.
Nosotros también tenemos una agenda particular, que no mencioné antes, que tiene que ver con el cuidado de la comunidad trans. Hay muchísimas personas que quizás son excluidas de su familia y que tienen cuidado entre pares; nosotros también queremos hablar de eso. Y hablar del tema del cuidado en la ruralidad también nos parece importante.
Respecto de la cuestión económica que mencionaban antes, y para terminar, les comento que obviamente en la agenda de salida de este contexto la economía del cuidado también es un motor al que hay que poner énfasis porque además es un generador nato de empleo, considerando al cuidado no como un costo sino como una inversión, prácticamente un bien público, porque una persona bien cuidada es buena para la sociedad y para el Estado e incluso significa un ahorro para el Estado en el mediano plazo.
Además, en particular, esta oposición que se nos plantea todos los días en la tele en este contexto entre la economía y la salud no solo es falsa porque en el medio hay un Estado que puede redistribuir los recursos y cuidar la salud al mismo tiempo, sino que también es falsa porque la economía del cuidado trabaja sobre las dos cosas al mismo tiempo: aporta a la economía y también aporta a la salud.
Así que nuevamente quiero celebrar esta discusión y decirles que está a disposición todo el trabajo de la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidados que vino trabajando muy fuertemente en este contexto de pandemia porque implicó una reorganización completa de los cuidados, la limitación de la circulación y el cierre de espacios, que estamos activos y activas en esas cuestiones y que estamos a disposición para trabajar en conjunto con la Comisión. Muchas gracias.
Quiero destacar que por primera vez la Comisión de Legislación del Trabajo está presidida por una compañera trabajadora y dirigente gremial. Además, el hecho de tener la posibilidad de debatir sobre el proyecto de ley de teletrabajo con tantos actores centrales hace que este debate tenga la densidad que amerita. También tuvimos la posibilidad de incluir en el debate a Lucía Cirmi -gracias Lucía por tu presencia-, que viene batallando con este tema del cuidado desde el movimiento de mujeres, al igual que muchas de nosotras. Creo que esta es una gran oportunidad.
La pandemia ha puesto en escena la multiplicidad de tareas que realizamos las mujeres. Por lo tanto, creo que es un desafío enorme esto que planteás de la democratización de las tareas de cuidado, que implica una nueva forma de organización familiar, sin ninguna duda. Me refiero a incorporar la perspectiva de que lo específico del cuidado de niños pequeños, adolescentes, ancianos y discapacitados en el mismo ámbito de trabajo amerita su inclusión en el debate del convenio colectivo, en el marco general. Sin duda la intención de hablar de esto tiene que ver precisamente con que es un tema urgente de la agenda, pero no de las mujeres, como decía Lucía en el arranque, sino de todas y todos los trabajadores.
Pensando en la cuestión de lograr mayor inserción laboral de las mujeres en el teletrabajo, yo creo que no hay que descartar algunos incentivos fiscales, que en general ayudan a que tanto las mujeres como los y las jóvenes ingresen al mercado de trabajo.
Por último, creo que ha quedado más que de manifiesto que, dentro de la multiplicidad de temas que quedaron en evidencia, hay una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras que necesitaron un refuerzo en esta etapa. Se trata no solamente de trabajadores no blanqueados, como decía el ministro, sino también monotributistas o cuentapropistas. Ha quedado en evidencia la necesidad de reforzar el sistema público de salud y de ocuparnos del hambre en nuestras comunidades y en nuestros barrios. En general este es un trabajo desarrollado por las mujeres. Es una tarea solidaria y comunitaria. Una de las diputadas hablaba, por ejemplo, del tema del cuidado de niños en jardines maternales comunitarios. Existen un montón de estos jardines que constituyen un caso de trabajo de cuidado del que seguramente también nos vamos a tener que estar ocupando.
Saludo esta iniciativa de poder conversar sobre este tema del teletrabajo articulándolo con el del cuidado, porque creo que da una calidad mayor al debate. En efecto, instala la problemática en el lugar donde queremos que esté, que es entre las regulaciones laborales, los convenios colectivos y el avance del reconocimiento de que se trata de amor y de trabajo siempre.
Muchas gracias a todas.
Sra. Presidenta (Siley).- Ahora sí, para hacer una devolución, tiene la palabra Lucía Cirmi Obón, a quien le pido que sea lo más breve posible.
Sra. Cirmi Obón.- Muchas gracias, Vanesa. Y gracias a todas las diputadas por sus comentarios y sus preguntas.
Muy brevemente, en relación con las preguntas de cómo viene trabajando el Ministerio en la agenda pendiente, quiero decirles que lo hacemos de una forma integral sobre las cuatro poblaciones. En principio, trabajamos sobre las personas mayores, los niños y las personas con discapacidad en su derecho a recibir cuidado. También está el derecho a dar cuidado, que es algo que está bastante vedado en esas personas que acabo de mencionar. Me refiero a la cuarta población, al mundo de los cuidadores y cuidadoras, que es bien diverso, como mencionaba al principio Vanesa. Comprende a las amas de casa, a las trabajadoras de casas particulares -quienes también estuvieron sufriendo en este contexto, y desde el Ministerio trabajamos mucho para hacer valer todos sus derechos-, a las trabajadoras y trabajadores de la economía popular -quienes, como señalaba recién la diputada María Rosa, están en conexión muy fuerte con los cuidados comunitarios-, y a todas las trabajadoras que se convierten en tales cuando llegan a sus casas, aun cuando se desempeñen en cualquier otro sector, ya que ellas también son trabajadoras del cuidado.
En relación con esto último, es obvio que el primer año de crianza, se trate de un nacimiento o de una adopción, es un momento donde se cristalizan las divisiones de tareas y se perpetúan en el tiempo. Por eso es un tema de política pública.
Pero nosotros, desde la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidados que conforman los ministerios de Economía, de Salud, de Educación, de Desarrollo Social, de Trabajo Empleo y Seguridad Social -con el que venimos charlando todos estos temas-, ANSES, AFIP, PAMI, la Agencia Nacional de Discapacidad y el INAES, es decir, es bastante diverso, entendemos que el enfoque sobre el tema de los cuidados debe ser integral. Porque si no, ¿qué es lo que ocurre? Esta organización del cuidado no solo genera desigualdad entre varones y mujeres, sino también entre las propias mujeres. Una trabajadora formal que queda embarazada, que en promedio gana un poco mejor que las informales, se toma una licencia y cuando quiere volver a trabajar tiene un sueldo con el que puede además pagar por algún servicio de cuidado. Para una trabajadora informal, en cambio, quedar embarazada es sinónimo de perder ingresos y a la vez, cuando quiere volver al trabajo, se da cuenta de que su sueldo prácticamente no alcanza para pagar los servicios de cuidado de apoyo y dice: "No, pierdo plata. Para eso me quedo yo". Por eso nos parece que tenemos que pensar en todo el universo y en las desigualdades de ingresos porque si no es un simple profundizador de desigualdades.
En relación con lo que mencionaba otra diputada con respecto a que sea optativo o no, les comento que en líneas generales se ve siempre que en la política pública de cuidados lo que termina siendo optativo es tomado por las mujeres, otra vez, justamente porque los varones no tienen el permiso social de pedir esas disposiciones de cuidados, pero además no lo reclaman. Así que aprovecho nuevamente para alentar la participación de varones en esta temática.
Obviamente esa perspectiva simplista de la productividad no tiene sentido con las situaciones de cuidado, porque ¿cuál sería la productividad que puede tener en el trabajo cualquier trabajador o trabajadora que no tiene bien resuelta la situación de cuidado? Así que creo que en ese sentido hay que pensar siempre el cuidado como una inversión y no como un costo.
Con respecto a las brechas, yo creo que tiene que ver justamente con romper esas paredes de cristal entre los sectores en ambos sentidos, no solo la participación de mujeres en sectores tecnológicos, sino también la inversa: la participación de los varones en esos sectores asociados a cuestiones femeninas y del cuidado.
Nosotros también tenemos una agenda particular, que no mencioné antes, que tiene que ver con el cuidado de la comunidad trans. Hay muchísimas personas que quizás son excluidas de su familia y que tienen cuidado entre pares; nosotros también queremos hablar de eso. Y hablar del tema del cuidado en la ruralidad también nos parece importante.
Respecto de la cuestión económica que mencionaban antes, y para terminar, les comento que obviamente en la agenda de salida de este contexto la economía del cuidado también es un motor al que hay que poner énfasis porque además es un generador nato de empleo, considerando al cuidado no como un costo sino como una inversión, prácticamente un bien público, porque una persona bien cuidada es buena para la sociedad y para el Estado e incluso significa un ahorro para el Estado en el mediano plazo.
Además, en particular, esta oposición que se nos plantea todos los días en la tele en este contexto entre la economía y la salud no solo es falsa porque en el medio hay un Estado que puede redistribuir los recursos y cuidar la salud al mismo tiempo, sino que también es falsa porque la economía del cuidado trabaja sobre las dos cosas al mismo tiempo: aporta a la economía y también aporta a la salud.
Así que nuevamente quiero celebrar esta discusión y decirles que está a disposición todo el trabajo de la Mesa Interministerial de Políticas de Cuidados que vino trabajando muy fuertemente en este contexto de pandemia porque implicó una reorganización completa de los cuidados, la limitación de la circulación y el cierre de espacios, que estamos activos y activas en esas cuestiones y que estamos a disposición para trabajar en conjunto con la Comisión. Muchas gracias.
SRA. PRESIDENTA SILEY Para el cierre de la reunión, tiene la palabra el señor diputado Albor Cantard.
SR. CANTARD Señora presidenta: agradezco a todos los que nos han visitado y a los diputados y diputadas que han participado durante estas dos horas y media de esta segunda reunión informativa, que sin duda alguna ha sido de mucho provecho para todos y todas.
Seguramente en los primeros días de la próxima semana tendremos otro encuentro de estas características ya que todos han sido y van a ser de mucho provecho en la idea de ir alcanzando el objetivo de encontrar una redacción común de esos dieciséis o diecisiete proyectos que tienen hoy estado parlamentario en nuestra comisión.
Así que quiero felicitar a todos y agradecerles la presencia. Seguramente a través de la Presidencia los estaremos convocando a un tercer encuentro informativo a principios de la semana próxima.
Seguramente en los primeros días de la próxima semana tendremos otro encuentro de estas características ya que todos han sido y van a ser de mucho provecho en la idea de ir alcanzando el objetivo de encontrar una redacción común de esos dieciséis o diecisiete proyectos que tienen hoy estado parlamentario en nuestra comisión.
Así que quiero felicitar a todos y agradecerles la presencia. Seguramente a través de la Presidencia los estaremos convocando a un tercer encuentro informativo a principios de la semana próxima.
SRA. PRESIDENTA SILEY Agradezco a todos y a todas por participar.
Concluimos esta segunda reunión informativa, cuya intención era que se hiciera con representantes del Poder Ejecutivo, ya que son una voz muy necesaria para dar impulso a este tratamiento. Así que agradezco la presencia del ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Claudio Moroni, y de la directora Nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Lucía Cirmi Obón.
Nuevamente agradezco a todos los diputados y diputadas por participar, por quedarse las dos horas y media, lo cual es muy importante, y por aportar y seguir aportando a este consenso al que esperamos arribar. Como bien dijo "Niky" Cantard, la intención es realizar una tercera reunión informativa y lograr un dictamen lo más consensuado posible.
Así que les mando un saludo y damos por finalizada esta segunda reunión informativa de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
Concluimos esta segunda reunión informativa, cuya intención era que se hiciera con representantes del Poder Ejecutivo, ya que son una voz muy necesaria para dar impulso a este tratamiento. Así que agradezco la presencia del ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Claudio Moroni, y de la directora Nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Lucía Cirmi Obón.
Nuevamente agradezco a todos los diputados y diputadas por participar, por quedarse las dos horas y media, lo cual es muy importante, y por aportar y seguir aportando a este consenso al que esperamos arribar. Como bien dijo "Niky" Cantard, la intención es realizar una tercera reunión informativa y lograr un dictamen lo más consensuado posible.
Así que les mando un saludo y damos por finalizada esta segunda reunión informativa de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.
Es la hora 17 y 30.