LEGISLACION DEL TRABAJO
Comisión PermanenteOf. Administrativa: Piso P04 Oficina 427
Secretario Administrativo DR. PANCELLI ANTONIO NICOLÁS
Miércoles 10.00hs
Of. Administrativa: (054-11) 6075-2420 Internos 2420/21
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- LEGISLACION DEL TRABAJO
Reunión del día 16/11/2010
- .
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los dieciséis días del mes de noviembre de 2010, a la hora 14 y 53:
SR. PRESIDENTE RECALDE Continúa la reunión de la Comisión de Legislación del Trabajo.
Es trascendente para esta comisión que el movimiento obrero esté representado acá por ustedes -después van a venir los compañeros de la CGT-, ya que ello nos permite escuchar su voz. En este sentido simplemente tratamos de seguir el espíritu de la Constitución Nacional, que en su artículo 14 bis establece que el trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes.
Por lo tanto, les doy la bienvenida, y antes de dar la palabra a los compañeros quiero informarles que nos llegaron sendas adhesiones al proyecto de ley de participación de los trabajadores en las ganancias por parte de dos Concejos Deliberantes; por un lado, el de Mar del Plata, y por otro lado, el de Luján.
Además quiero comentar que ayer estuve en el Concejo Deliberante de San Martín, donde tuve ocasión de conversar sobre estos temas con los compañeros concejales, y en general uno encuentra buena recepción. Calculo que todos los compañeros diputados harán más o menos lo mismo. Estamos tratando de generar una discusión amplia sobre este tema, que si bien tiene cincuenta y tres años de atraso, nunca es tarde para empezar.
Tiene la palabra el compañero Hugo Yasky, secretario general de la CTA.
Es trascendente para esta comisión que el movimiento obrero esté representado acá por ustedes -después van a venir los compañeros de la CGT-, ya que ello nos permite escuchar su voz. En este sentido simplemente tratamos de seguir el espíritu de la Constitución Nacional, que en su artículo 14 bis establece que el trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes.
Por lo tanto, les doy la bienvenida, y antes de dar la palabra a los compañeros quiero informarles que nos llegaron sendas adhesiones al proyecto de ley de participación de los trabajadores en las ganancias por parte de dos Concejos Deliberantes; por un lado, el de Mar del Plata, y por otro lado, el de Luján.
Además quiero comentar que ayer estuve en el Concejo Deliberante de San Martín, donde tuve ocasión de conversar sobre estos temas con los compañeros concejales, y en general uno encuentra buena recepción. Calculo que todos los compañeros diputados harán más o menos lo mismo. Estamos tratando de generar una discusión amplia sobre este tema, que si bien tiene cincuenta y tres años de atraso, nunca es tarde para empezar.
Tiene la palabra el compañero Hugo Yasky, secretario general de la CTA.
SR. YASKY Señor presidente: en primer lugar quiero agradecer la invitación para exponer en esta reunión en representación de la Central de Trabajadores de la Argentina.
En la mañana de hoy estuvo el compañero Pedro Wasiejko, quien de alguna manera adelantó la posición del sector de los trabajadores de la industria y de los servicios que están agrupados en la FeTIA.
En principio, queremos decir que nuestra posición es de apoyo a esta iniciativa, que para nosotros significa la posibilidad de concretar un avance en términos de la legislación laboral y de la democracia.
Existen aspectos que también tienen que ver con los derechos laborales, con el fortalecimiento de la democracia y con la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, que a mi juicio deberían ser incorporados en una agenda que se vincula con las urgencias sociales.
Sé que se está discutiendo en comisiones el tema, para nosotros fundamental, de los trabajadores no registrados. Sé que hay varios proyectos. Existe un gran vacío y una necesidad enorme de legislar al respecto.
Cuando discutimos esto sabemos que estamos hablando de una mitad de los trabajadores que se puede beneficiar con la participación en las ganancias, pero tenemos esa otra mitad de los trabajadores que está en una situación absolutamente desfavorable, con una gran discriminación, muchas veces víctima del fraude laboral o de los atropellos de los sectores patronales. No quiero dejar de señalar esto porque si no parece que uno mira con un solo ojo la realidad. Creo que es un tema sobre el que necesitamos legislar.
El asesinato del compañero Ferreyra, ocurrido hace poquito, nos pone de alguna manera ante la evidencia de que hay una gran discriminación, un gran vacío en términos legales, y lo quiero señalar como parte del contexto de esta discusión.
En relación con el proyecto en sí, nosotros tuvimos una experiencia -tal cual lo relataba Pedro hoy a la mañana- en la empresa Bridgestone que de alguna manera marcó una iniciativa que en la Argentina tuvo algunos pocos pero importantes precedentes. Creo que la posibilidad de que hoy haya una ley y que la participación en las ganancias se convierta en una práctica general representa un avance; por eso nosotros decimos que tiene que ser por ley. No compartimos el criterio expresado por algunos sectores empresarios de que esto debería formar parte de la discusión en paritarias. Creemos que tiene que haber una ley, tiene que ser un derecho de los trabajadores y en ese sentido nos pronunciamos a favor de este proyecto.
Creemos que esa ley tiene que contener una graduación para las pymes. Ése es un asunto complicado. Debe ser una graduación en términos temporales para la aplicación, pero tiene que ser una graduación con límites, con topes para evitar que haya especulaciones. Creo que tiene que haber una ponderación de lo que entendemos por pymes, porque tenemos muchos casos -podríamos dar muchos ejemplos- de empresas que, por la cantidad de personal, parecerían pymes y que, por el nivel de tecnología y de facturación e incluso por la productividad, no lo son. De manera que ahí hay que establecer algún criterio que permita diferenciar entre lo que son las pymes reales y lo que son pequeñas empresas con gran nivel de rentabilidad y gran nivel de tecnología.
Yo creo que tal cual lo planteaba el caso de Bridgestone, habría que establecer en el marco de la ley que a partir del 10 por ciento -por sobre el 10 por ciento- se podría estar pensando que en las discusiones que hay en el ámbito de los convenios o de las paritarias se permita, en algunos sectores de alta rentabilidad, a los trabajadores y al sector empresario una discusión para avanzar con un plus o porcentajes mayores o formas de retribución que a veces tienen que ver con compromisos que se pueden establecer en la discusión bilateral entre la empresa y los trabajadores.
Pienso que sería importante introducir la figura del síndico en representación de los trabajadores. Para que los trabajadores no se muevan a ciegas, es decir, para que cuenten con los elementos necesarios, consideramos que por supuesto deben tener la posibilidad de conocer los números y los movimientos que tienen que ver con las utilidades empresarias, los giros de algunas empresas al exterior, los niveles de inversión que realizan las empresas en capital de trabajo y todas esas variables a partir de las cuales se establecen los parámetros de participación en las utilidades.
Creemos que introducir la figura de un síndico en representación de los trabajadores, en el marco de los directores de las empresas, sería un avance que permitiría discutir con elementos de juicio cada situación concreta.
Consideramos importante -porque existe en muchos países y está prevista en el convenio con la Bridgestone- incluir la cláusula de inversión en bienes de capital de trabajo. Ese es un aspecto que para nosotros es necesario tener en cuenta en la ley, porque la inversión en capital de trabajo vinculada con la generación de más puestos de empleo implica también un avance para la clase trabajadora y una conquista en todo lo que significa incrementar la fuerza productiva de nuestro país, y por lo tanto, la capacidad de los trabajadores de participar con mayor fuerza en la disputa por la distribución de la riqueza.
De tal manera, entendemos que la inversión en capital de trabajo debe ser considerada como parte de los compromisos empresarios a tener en cuenta para definir el nivel real de ganancias que se discute en cada convenio concreto.
Hemos advertido hoy la ausencia no sé si de todas pero sí de una gran cantidad de cámaras empresarias y de representantes de grandes empresas. Para nosotros, esa ausencia es sinónimo de una cultura depredadora, antisocial y, en el fondo, antidemocrática.
Considero que la ley de participación en las ganancias es una de las tantas normas que tienen que fortalecer la democracia, y ésta se fortalece cuando la distribución de la riqueza tiene como protagonista a los trabajadores.
Considero que no hay otra forma de distribuir la riqueza que no sea desde la participación de los trabajadores. Dejar la distribución de la riqueza simplemente en manos de la decisión unilateral de los empresarios es una verdadera utopía social, no existe y así ha quedado demostrado en nuestro país.
En tiempos de "vacas flacas" nosotros hemos tenido siempre que participar en las pérdidas. Para eso los empresarios son generosos, abren los brazos y rápidamente nos ponen arriba de la barca, cuando ésta hace agua. Hemos sufrido recortes de derechos y de salarios, así como distintos tipos de políticas "flexibilizadoras". Hemos tenido que ser víctimas del despojo que significó que los empresarios no tuvieran que hacer aportes ni contribuciones patronales, así como de una cantidad de políticas que de alguna manera cimentaron en este país esa falta de cultura democrática por parte de los grupos empresarios, que hoy ven en esta ley un sinónimo de avances expropiatorios.
En realidad, hay unos ochenta países del mundo que desde hace muchos años tienen una legislación de este tipo; incluso hay muchos países del Norte, que ellos siempre ponen de ejemplo cuando les conviene. Pero en este tipo de cosas nunca los ponen como ejemplos.
Para nosotros un modelo social democrático requiere de la participación de los trabajadores en la distribución de la riqueza. En ese sentido, la rentabilidad de las empresas es uno de los temas claves si se habla de distribuir.
Debemos tener cuidado -y me imagino que va a ser la gran cuestión a definir- en que esta legislación, si se aprueba, no termine generando algunos bolsones testimoniales y simbólicos de algunas grandes empresas que la apliquen y el resto haga como si la ley no existiera.
Por eso creo que esta ley tiene que vincularse o encadenarse con otro tipo de legislación. En ese sentido la CTA había presentado una propuesta de legislar con premios y castigos a aquellas empresas que no cumplen con la legislación laboral y que convierten el fraude laboral en una práctica y una ingeniería semilegal, porque todos sabemos que así como hay grandes consultoras económicas que se dedican a maquillar los números para que el fraude contra el Estado en términos de contribuciones sea legal, también hay una ingeniería que convierte en legal muchos fraudes laborales.
Esta ley tiene que estar encadenada con otras legislaciones para evitar que este tipo de avance después termine siendo simplemente una pieza de exhibición y no un avance en términos reales.
Un tema acuciante para nosotros dentro de la discusión y que tenemos que resolver, porque evidentemente es lo que explica la pérdida en términos del poder adquisitivo en los salarios del sector público y de los no registrados -que se está dando en los últimos meses, pese al crecimiento económico-, es el registro de retroceso de casi 4 puntos del sector público en términos salariales y un retroceso importante también de los no registrados. Los únicos que están manteniendo un poquito por arriba de lo que era el año pasado los salarios son los trabajadores del sector registrado.
Esta es una realidad que tiene que ver con la presión de los precios sobre el rubro alimenticio. Por eso la inflación también se tiene que vincular con este tipo de leyes.
La inversión para generar mayor capacidad de abastecimiento en términos de oferta de productos y la participación de los trabajadores en las ganancias pueden ser interesantes para abordar desde otro punto de vista la inflación -si logramos convertir esto en una práctica que se vaya extendiendo al conjunto- y terminar con las recetas que solamente ponen el ojo en enfriar la economía, en recortar el gasto público y en volver a las viejas recetas ortodoxas.
Esta ley, aunque muchos no lo quieran ver, nos puede brindar una herramienta importante para discutir la inflación y la distribución desde una perspectiva que permita romper esa encerrona a la que a veces nos llevan de la recomposición de los salarios y el aumento de los precios a través de las remarcaciones.
Hay sectores que milimétricamente están disparando los precios en función de recuperar las posiciones que tienen que ceder en las discusiones salariales. Vemos cómo año tras año van generando ese tipo de prácticas y creo que esta ley, bien encarada, puede introducir un elemento de diferenciación.
Sobre la base de los considerandos expuestos, para nosotros este proyecto constituye un avance. Creemos que sería importante discutir esta iniciativa y que a esta comisión se nos convocara para debatir otros temas urgentes que tienen que ver con la situación de los trabajadores no registrados y con las desigualdades que existen en el sector público en todo el país, aspectos que también van a aportar a consolidar la posición de los trabajadores y que van a dar a este modelo el sesgo claramente distributivo que necesitamos que tenga.
En la mañana de hoy estuvo el compañero Pedro Wasiejko, quien de alguna manera adelantó la posición del sector de los trabajadores de la industria y de los servicios que están agrupados en la FeTIA.
En principio, queremos decir que nuestra posición es de apoyo a esta iniciativa, que para nosotros significa la posibilidad de concretar un avance en términos de la legislación laboral y de la democracia.
Existen aspectos que también tienen que ver con los derechos laborales, con el fortalecimiento de la democracia y con la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, que a mi juicio deberían ser incorporados en una agenda que se vincula con las urgencias sociales.
Sé que se está discutiendo en comisiones el tema, para nosotros fundamental, de los trabajadores no registrados. Sé que hay varios proyectos. Existe un gran vacío y una necesidad enorme de legislar al respecto.
Cuando discutimos esto sabemos que estamos hablando de una mitad de los trabajadores que se puede beneficiar con la participación en las ganancias, pero tenemos esa otra mitad de los trabajadores que está en una situación absolutamente desfavorable, con una gran discriminación, muchas veces víctima del fraude laboral o de los atropellos de los sectores patronales. No quiero dejar de señalar esto porque si no parece que uno mira con un solo ojo la realidad. Creo que es un tema sobre el que necesitamos legislar.
El asesinato del compañero Ferreyra, ocurrido hace poquito, nos pone de alguna manera ante la evidencia de que hay una gran discriminación, un gran vacío en términos legales, y lo quiero señalar como parte del contexto de esta discusión.
En relación con el proyecto en sí, nosotros tuvimos una experiencia -tal cual lo relataba Pedro hoy a la mañana- en la empresa Bridgestone que de alguna manera marcó una iniciativa que en la Argentina tuvo algunos pocos pero importantes precedentes. Creo que la posibilidad de que hoy haya una ley y que la participación en las ganancias se convierta en una práctica general representa un avance; por eso nosotros decimos que tiene que ser por ley. No compartimos el criterio expresado por algunos sectores empresarios de que esto debería formar parte de la discusión en paritarias. Creemos que tiene que haber una ley, tiene que ser un derecho de los trabajadores y en ese sentido nos pronunciamos a favor de este proyecto.
Creemos que esa ley tiene que contener una graduación para las pymes. Ése es un asunto complicado. Debe ser una graduación en términos temporales para la aplicación, pero tiene que ser una graduación con límites, con topes para evitar que haya especulaciones. Creo que tiene que haber una ponderación de lo que entendemos por pymes, porque tenemos muchos casos -podríamos dar muchos ejemplos- de empresas que, por la cantidad de personal, parecerían pymes y que, por el nivel de tecnología y de facturación e incluso por la productividad, no lo son. De manera que ahí hay que establecer algún criterio que permita diferenciar entre lo que son las pymes reales y lo que son pequeñas empresas con gran nivel de rentabilidad y gran nivel de tecnología.
Yo creo que tal cual lo planteaba el caso de Bridgestone, habría que establecer en el marco de la ley que a partir del 10 por ciento -por sobre el 10 por ciento- se podría estar pensando que en las discusiones que hay en el ámbito de los convenios o de las paritarias se permita, en algunos sectores de alta rentabilidad, a los trabajadores y al sector empresario una discusión para avanzar con un plus o porcentajes mayores o formas de retribución que a veces tienen que ver con compromisos que se pueden establecer en la discusión bilateral entre la empresa y los trabajadores.
Pienso que sería importante introducir la figura del síndico en representación de los trabajadores. Para que los trabajadores no se muevan a ciegas, es decir, para que cuenten con los elementos necesarios, consideramos que por supuesto deben tener la posibilidad de conocer los números y los movimientos que tienen que ver con las utilidades empresarias, los giros de algunas empresas al exterior, los niveles de inversión que realizan las empresas en capital de trabajo y todas esas variables a partir de las cuales se establecen los parámetros de participación en las utilidades.
Creemos que introducir la figura de un síndico en representación de los trabajadores, en el marco de los directores de las empresas, sería un avance que permitiría discutir con elementos de juicio cada situación concreta.
Consideramos importante -porque existe en muchos países y está prevista en el convenio con la Bridgestone- incluir la cláusula de inversión en bienes de capital de trabajo. Ese es un aspecto que para nosotros es necesario tener en cuenta en la ley, porque la inversión en capital de trabajo vinculada con la generación de más puestos de empleo implica también un avance para la clase trabajadora y una conquista en todo lo que significa incrementar la fuerza productiva de nuestro país, y por lo tanto, la capacidad de los trabajadores de participar con mayor fuerza en la disputa por la distribución de la riqueza.
De tal manera, entendemos que la inversión en capital de trabajo debe ser considerada como parte de los compromisos empresarios a tener en cuenta para definir el nivel real de ganancias que se discute en cada convenio concreto.
Hemos advertido hoy la ausencia no sé si de todas pero sí de una gran cantidad de cámaras empresarias y de representantes de grandes empresas. Para nosotros, esa ausencia es sinónimo de una cultura depredadora, antisocial y, en el fondo, antidemocrática.
Considero que la ley de participación en las ganancias es una de las tantas normas que tienen que fortalecer la democracia, y ésta se fortalece cuando la distribución de la riqueza tiene como protagonista a los trabajadores.
Considero que no hay otra forma de distribuir la riqueza que no sea desde la participación de los trabajadores. Dejar la distribución de la riqueza simplemente en manos de la decisión unilateral de los empresarios es una verdadera utopía social, no existe y así ha quedado demostrado en nuestro país.
En tiempos de "vacas flacas" nosotros hemos tenido siempre que participar en las pérdidas. Para eso los empresarios son generosos, abren los brazos y rápidamente nos ponen arriba de la barca, cuando ésta hace agua. Hemos sufrido recortes de derechos y de salarios, así como distintos tipos de políticas "flexibilizadoras". Hemos tenido que ser víctimas del despojo que significó que los empresarios no tuvieran que hacer aportes ni contribuciones patronales, así como de una cantidad de políticas que de alguna manera cimentaron en este país esa falta de cultura democrática por parte de los grupos empresarios, que hoy ven en esta ley un sinónimo de avances expropiatorios.
En realidad, hay unos ochenta países del mundo que desde hace muchos años tienen una legislación de este tipo; incluso hay muchos países del Norte, que ellos siempre ponen de ejemplo cuando les conviene. Pero en este tipo de cosas nunca los ponen como ejemplos.
Para nosotros un modelo social democrático requiere de la participación de los trabajadores en la distribución de la riqueza. En ese sentido, la rentabilidad de las empresas es uno de los temas claves si se habla de distribuir.
Debemos tener cuidado -y me imagino que va a ser la gran cuestión a definir- en que esta legislación, si se aprueba, no termine generando algunos bolsones testimoniales y simbólicos de algunas grandes empresas que la apliquen y el resto haga como si la ley no existiera.
Por eso creo que esta ley tiene que vincularse o encadenarse con otro tipo de legislación. En ese sentido la CTA había presentado una propuesta de legislar con premios y castigos a aquellas empresas que no cumplen con la legislación laboral y que convierten el fraude laboral en una práctica y una ingeniería semilegal, porque todos sabemos que así como hay grandes consultoras económicas que se dedican a maquillar los números para que el fraude contra el Estado en términos de contribuciones sea legal, también hay una ingeniería que convierte en legal muchos fraudes laborales.
Esta ley tiene que estar encadenada con otras legislaciones para evitar que este tipo de avance después termine siendo simplemente una pieza de exhibición y no un avance en términos reales.
Un tema acuciante para nosotros dentro de la discusión y que tenemos que resolver, porque evidentemente es lo que explica la pérdida en términos del poder adquisitivo en los salarios del sector público y de los no registrados -que se está dando en los últimos meses, pese al crecimiento económico-, es el registro de retroceso de casi 4 puntos del sector público en términos salariales y un retroceso importante también de los no registrados. Los únicos que están manteniendo un poquito por arriba de lo que era el año pasado los salarios son los trabajadores del sector registrado.
Esta es una realidad que tiene que ver con la presión de los precios sobre el rubro alimenticio. Por eso la inflación también se tiene que vincular con este tipo de leyes.
La inversión para generar mayor capacidad de abastecimiento en términos de oferta de productos y la participación de los trabajadores en las ganancias pueden ser interesantes para abordar desde otro punto de vista la inflación -si logramos convertir esto en una práctica que se vaya extendiendo al conjunto- y terminar con las recetas que solamente ponen el ojo en enfriar la economía, en recortar el gasto público y en volver a las viejas recetas ortodoxas.
Esta ley, aunque muchos no lo quieran ver, nos puede brindar una herramienta importante para discutir la inflación y la distribución desde una perspectiva que permita romper esa encerrona a la que a veces nos llevan de la recomposición de los salarios y el aumento de los precios a través de las remarcaciones.
Hay sectores que milimétricamente están disparando los precios en función de recuperar las posiciones que tienen que ceder en las discusiones salariales. Vemos cómo año tras año van generando ese tipo de prácticas y creo que esta ley, bien encarada, puede introducir un elemento de diferenciación.
Sobre la base de los considerandos expuestos, para nosotros este proyecto constituye un avance. Creemos que sería importante discutir esta iniciativa y que a esta comisión se nos convocara para debatir otros temas urgentes que tienen que ver con la situación de los trabajadores no registrados y con las desigualdades que existen en el sector público en todo el país, aspectos que también van a aportar a consolidar la posición de los trabajadores y que van a dar a este modelo el sesgo claramente distributivo que necesitamos que tenga.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el compañero Micheli.
SR. MICHELI Señor presidente: en primer lugar, quiero agradecerle la invitación, aclarando que ya no soy más el secretario adjunto de la CTA, como dice el cartel que me han puesto, pues el 30 de septiembre venció mi mandato.
SR. PRESIDENTE RECALDE Es una cuestión de protocolo, pero le agradecemos la aclaración.
SR. MICHELI En línea con lo que ha planteado Hugo Yasky, desde la CTA queremos manifestar que consideramos un avance importante la discusión de este proyecto de participación en las ganancias. Entendemos que el Estado nacional y el Poder Legislativo tienen un atraso de más de cincuenta años en la materia, ya que como bien se decía, este derecho está consagrado en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, y ya es tiempo de que se pueda poner en práctica.
Por lo tanto, saludamos fervorosamente la posibilidad de que esto pueda ser debatido y aprobado.
Consideramos lamentable la actitud de los sectores empresariales que ponen esta iniciativa en contradicción con la defensa de la propiedad privada, siendo que ambos derechos -tanto la propiedad privada como la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas- están consagrados en la Constitución Nacional y, por lo tanto, no puede existir ningún tipo de contradicción entre uno y otro.
No hay ninguna razón jurídica para no prestar el aval a este proyecto desde el sector empresarial, excepto su egoísmo y su avidez para seguir acumulando ganancias a costa del sacrificio de la mayoría de nuestro pueblo, y particularmente, de los trabajadores.
Con respecto al proyecto en sí, me permito realizar algunas breves sugerencias, puesto que Hugo Yasky ya lo analizó en profundidad.
Me parece importante destacar, en primer lugar, que la situación de los trabajadores no registrados, "en negro" o precarios debe ser abordada por esta comisión, y entiendo que está ligada directamente con aspectos tales como la libertad y la democracia sindical. Esta es una cuestión candente entre la CTA y la CGT, y espero que en los tiempos que corren podamos sobrellevarla con madurez. Entendemos que no va a ser muy sencillo llevar a la práctica esta ley si no hay representación sindical de los sectores del trabajo. Y si no hay libertad ni democracia sindical, probablemente sigamos con más del 80 por ciento de los establecimientos de la República Argentina sin representación sindical, y con un bajo índice de afiliación. Sobre los 16.283.000 trabajadores que hay en nuestro país, no llegamos a 5 millones de afiliados entre ambas centrales.
Es importante tener en cuenta esto, que está directamente ligado a la parte del proyecto que plantea la conformación del Consejo Nacional de Participación Laboral en las Ganancias. No tengo reparo respecto de quienes lo conforman, pero sí respecto de la ausencia de nuestra central, ya que ello va en detrimento de la libertad y de la democracia sindical. La CTA agradece estar aquí, pero no entiende la razón por la cual no aparece representada en ese Consejo, obviamente en forma proporcional. Entendemos que deberíamos estar allí representados.
Por otra parte, y priorizando lo más importante, considero que este proyecto debería avanzar en lo que el artículo 14 bis plantea sobre el control de la producción y colaboración en la dirección por parte de los trabajadores.
Que no pasen otros cincuenta años para que podamos sentarnos a discutir estas otras dos cuestiones que quedaron pendientes.
Por último, quiero remarcar particularmente el alcance hacia los trabajadores comparándolo -no caprichosamente porque es un dato de la realidad y porque creo que es una buena comparación- con los alcances de la asignación que otorga el gobierno. Ustedes saben que nosotros, como central, hemos cuestionado y criticado maduramente y no destructivamente sino constructivamente la necesidad de que la asignación sea universal y abarque a todos los hijos de los trabajadores de la Argentina, y no me estoy refiriendo ni defendiendo a los hijos de los gerentes de las multinacionales, sino a los hijos de los sectores que están más excluidos.
En este proyecto, señor presidente, con todo respeto, el aporte es pensar la posibilidad de que sea más abarcativo aún que la asignación universal, porque este proyecto deja afuera a sectores de trabajadores a los que la asignación alcanza, y le puedo decir cuáles. La asignación universal otorga el beneficio a los hijos de los desocupados, a los hijos del personal de casas de familia, de los monotributistas sociales, además de los trabajadores no registrados que ganan por debajo del mínimo. El proyecto no hace participar en las ganancias a los desocupados que perciben planes, a los monotributistas sociales, a los trabajadores de servicio doméstico que sí perciben la asignación universal.
Por lo tanto, saludamos fervorosamente la posibilidad de que esto pueda ser debatido y aprobado.
Consideramos lamentable la actitud de los sectores empresariales que ponen esta iniciativa en contradicción con la defensa de la propiedad privada, siendo que ambos derechos -tanto la propiedad privada como la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas- están consagrados en la Constitución Nacional y, por lo tanto, no puede existir ningún tipo de contradicción entre uno y otro.
No hay ninguna razón jurídica para no prestar el aval a este proyecto desde el sector empresarial, excepto su egoísmo y su avidez para seguir acumulando ganancias a costa del sacrificio de la mayoría de nuestro pueblo, y particularmente, de los trabajadores.
Con respecto al proyecto en sí, me permito realizar algunas breves sugerencias, puesto que Hugo Yasky ya lo analizó en profundidad.
Me parece importante destacar, en primer lugar, que la situación de los trabajadores no registrados, "en negro" o precarios debe ser abordada por esta comisión, y entiendo que está ligada directamente con aspectos tales como la libertad y la democracia sindical. Esta es una cuestión candente entre la CTA y la CGT, y espero que en los tiempos que corren podamos sobrellevarla con madurez. Entendemos que no va a ser muy sencillo llevar a la práctica esta ley si no hay representación sindical de los sectores del trabajo. Y si no hay libertad ni democracia sindical, probablemente sigamos con más del 80 por ciento de los establecimientos de la República Argentina sin representación sindical, y con un bajo índice de afiliación. Sobre los 16.283.000 trabajadores que hay en nuestro país, no llegamos a 5 millones de afiliados entre ambas centrales.
Es importante tener en cuenta esto, que está directamente ligado a la parte del proyecto que plantea la conformación del Consejo Nacional de Participación Laboral en las Ganancias. No tengo reparo respecto de quienes lo conforman, pero sí respecto de la ausencia de nuestra central, ya que ello va en detrimento de la libertad y de la democracia sindical. La CTA agradece estar aquí, pero no entiende la razón por la cual no aparece representada en ese Consejo, obviamente en forma proporcional. Entendemos que deberíamos estar allí representados.
Por otra parte, y priorizando lo más importante, considero que este proyecto debería avanzar en lo que el artículo 14 bis plantea sobre el control de la producción y colaboración en la dirección por parte de los trabajadores.
Que no pasen otros cincuenta años para que podamos sentarnos a discutir estas otras dos cuestiones que quedaron pendientes.
Por último, quiero remarcar particularmente el alcance hacia los trabajadores comparándolo -no caprichosamente porque es un dato de la realidad y porque creo que es una buena comparación- con los alcances de la asignación que otorga el gobierno. Ustedes saben que nosotros, como central, hemos cuestionado y criticado maduramente y no destructivamente sino constructivamente la necesidad de que la asignación sea universal y abarque a todos los hijos de los trabajadores de la Argentina, y no me estoy refiriendo ni defendiendo a los hijos de los gerentes de las multinacionales, sino a los hijos de los sectores que están más excluidos.
En este proyecto, señor presidente, con todo respeto, el aporte es pensar la posibilidad de que sea más abarcativo aún que la asignación universal, porque este proyecto deja afuera a sectores de trabajadores a los que la asignación alcanza, y le puedo decir cuáles. La asignación universal otorga el beneficio a los hijos de los desocupados, a los hijos del personal de casas de familia, de los monotributistas sociales, además de los trabajadores no registrados que ganan por debajo del mínimo. El proyecto no hace participar en las ganancias a los desocupados que perciben planes, a los monotributistas sociales, a los trabajadores de servicio doméstico que sí perciben la asignación universal.
SR. PRESIDENTE RECALDE En realidad este proyecto se va a enriquecer con el aporte y los cuestionamientos de los compañeros. La Constitución consagra el derecho a participar en las ganancias. En relación con los trabajadores en negro el proyecto tiene el concepto de solidaridad y por eso crea un fondo solidario para los trabajadores en negro, que no tiene que ver con las ganancias, pero es un desvío para tratar de que se blanquee a la mayor cantidad de trabajadores.
Todas las propuestas son bienvenidas y las vamos a analizar. Esto recién comienza, y vale también para las cámaras empresarias. La Cámara Argentina de Comercio pensó que acá terminaba la historia -viendo la tesis de Francis Fukuyama-, pero esto no es así, la historia comenzó cuando se presentaron los proyectos y comenzamos a debatirlos. Lo primero que decidimos, y esto fue por decisión unánime de la comisión, fue que nadie de nosotros ni de los asesores se ponga a trabajar sin antes escuchar todas las voces que quieran expedirse para perfeccionar la iniciativa.
En lo personal, yo diría que mi mayor gratificación sería que el texto legal que se apruebe en el Congreso no tenga que ser una copia de ninguno de los proyectos presentados, porque significaría que hemos logrado acuerdos y consensos con todos los que participamos.
Estamos en el camino, pero me veo obligado a aclarar esto.
Todas las propuestas son bienvenidas y las vamos a analizar. Esto recién comienza, y vale también para las cámaras empresarias. La Cámara Argentina de Comercio pensó que acá terminaba la historia -viendo la tesis de Francis Fukuyama-, pero esto no es así, la historia comenzó cuando se presentaron los proyectos y comenzamos a debatirlos. Lo primero que decidimos, y esto fue por decisión unánime de la comisión, fue que nadie de nosotros ni de los asesores se ponga a trabajar sin antes escuchar todas las voces que quieran expedirse para perfeccionar la iniciativa.
En lo personal, yo diría que mi mayor gratificación sería que el texto legal que se apruebe en el Congreso no tenga que ser una copia de ninguno de los proyectos presentados, porque significaría que hemos logrado acuerdos y consensos con todos los que participamos.
Estamos en el camino, pero me veo obligado a aclarar esto.
SR. MICHELI Humildemente queremos acercar esta propuesta, que después la podemos hacer por escrito. En primer lugar, la resaltamos, saludamos, porque la participación en las ganancias es un salto cualitativo en la discusión de los trabajadores, pero con estas tres o cuatro cuestiones que nos parecen importantes.
SR. PRESIDENTE RECALDE Los aportes que han hecho ustedes nos parecen muy importantes, tanto el tema planteado por Micheli como por Yasky, en relación con el síndico.
Además, lo que vamos a hacer, esto no lo sometí a consideración de los compañeros de la comisión, pero conociéndolos considero que va a ser afirmativa la decisión, es socializar toda la información riquísima que recibimos en las consultas que hicimos el martes pasado con especialistas, con tributaristas, constitucionalistas, economistas, laboralistas, y hoy mismo con algunos técnicos que han aportado mucho material para que luego los asesores puedan trabajar con mayor información, con lo cual evidentemente el producto va a ser mejor.
Insisto en que a partir del 1° de marzo -suponiendo que no haya sesiones extraordinarias- comenzarán a trabajar los asesores, y así como en otras ocasiones nos hemos reunido a pedido de CTA o de la CGT por algún tema puntual -en el caso de la CTA, recuerdo que el último fue el de la empresa Barrick Gold-, por supuesto que nos volveremos a reunir.
La riqueza que tiene esta comisión es que no reconoce fronteras partidarias. Para nosotros no existe "la CGT" o "la CTA", sino que son los trabajadores, es el movimiento obrero, y todo lo que podamos hacer para mejorar la calidad de vida y las condiciones de empleo y salariales de los trabajadores, lo haremos cumpliendo el mandado constitucional. En ese sentido, no tenemos que disfrazarnos de nada. Estamos cumpliendo simplemente con la Constitución.
Insisto en que todos los aportes son bienvenidos. Con algunos coincidiremos y con otros no, pero de esto se trata; ese es el principio democrático y republicano: debatir.
Como decía Gracián, lo bueno, si breve, dos veces bueno. (Risas.)
He tomado nota de las observaciones que nuestros invitados hicieron sobre la ausencia de las cámaras empresarias. He preferido no emitir opinión al respecto, para tratar de mantener lo más ecuánime posible el ejercicio de la Presidencia de esta comisión, pero ello no significa que no tenga opinión respecto de esas ausencias y sus motivos.
Les agradezco la participación a ustedes y les recuerdo que las puertas de esta comisión están siempre abiertas para los compañeros. No es novedad, porque esto lo venimos practicando todos los miembros de la comisión.
Si hay aportes para hacer por escrito, así como nosotros les vamos a remitir lo que tengamos -las actas taquigráficas-, les pedimos que nos los hagan llegar.
Les quiero comentar que, en general, hubo un cambio cualitativo importante en mi lectura. Ustedes recordarán que cuando comienza la discusión en los medios de estos proyectos de participación en las ganancias, muchos representantes empresarios decían -como recordaba Pablo Micheli- que se violaba el derecho de propiedad. Sin embargo, en las reuniones que aquí se realizaron, ningún representante empresario dijo que esto violaba el derecho de propiedad, lo que nos hubiera llevado a la incongruencia de sostener que la Constitución es inconstitucional. Una ley o un decreto pueden ser inconstitucionales, pero por definición, la Constitución no puede serlo.
De manera que los invito a que intercambiemos estos documentos para que todos tengamos la mayor información, porque como diría alguien -no quiero meterme en honduras (Risas.)-, la información es poder, y si la información está en manos del pueblo, es mejor porque hace a la soberanía popular.
Agradezco nuevamente la presencia de los compañeros de la CTA y vamos a pasar a un cuarto intermedio hasta que se haga presente la representación de la CGT.
Finalmente, les recuerdo que este es un proyecto, pero en el Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo tienen representación la CGT y la CTA. No sé si me explico.
- Se pasa a cuarto intermedio a la hora 15 y 23.
- A la hora 16 y 3:
Además, lo que vamos a hacer, esto no lo sometí a consideración de los compañeros de la comisión, pero conociéndolos considero que va a ser afirmativa la decisión, es socializar toda la información riquísima que recibimos en las consultas que hicimos el martes pasado con especialistas, con tributaristas, constitucionalistas, economistas, laboralistas, y hoy mismo con algunos técnicos que han aportado mucho material para que luego los asesores puedan trabajar con mayor información, con lo cual evidentemente el producto va a ser mejor.
Insisto en que a partir del 1° de marzo -suponiendo que no haya sesiones extraordinarias- comenzarán a trabajar los asesores, y así como en otras ocasiones nos hemos reunido a pedido de CTA o de la CGT por algún tema puntual -en el caso de la CTA, recuerdo que el último fue el de la empresa Barrick Gold-, por supuesto que nos volveremos a reunir.
La riqueza que tiene esta comisión es que no reconoce fronteras partidarias. Para nosotros no existe "la CGT" o "la CTA", sino que son los trabajadores, es el movimiento obrero, y todo lo que podamos hacer para mejorar la calidad de vida y las condiciones de empleo y salariales de los trabajadores, lo haremos cumpliendo el mandado constitucional. En ese sentido, no tenemos que disfrazarnos de nada. Estamos cumpliendo simplemente con la Constitución.
Insisto en que todos los aportes son bienvenidos. Con algunos coincidiremos y con otros no, pero de esto se trata; ese es el principio democrático y republicano: debatir.
Como decía Gracián, lo bueno, si breve, dos veces bueno. (Risas.)
He tomado nota de las observaciones que nuestros invitados hicieron sobre la ausencia de las cámaras empresarias. He preferido no emitir opinión al respecto, para tratar de mantener lo más ecuánime posible el ejercicio de la Presidencia de esta comisión, pero ello no significa que no tenga opinión respecto de esas ausencias y sus motivos.
Les agradezco la participación a ustedes y les recuerdo que las puertas de esta comisión están siempre abiertas para los compañeros. No es novedad, porque esto lo venimos practicando todos los miembros de la comisión.
Si hay aportes para hacer por escrito, así como nosotros les vamos a remitir lo que tengamos -las actas taquigráficas-, les pedimos que nos los hagan llegar.
Les quiero comentar que, en general, hubo un cambio cualitativo importante en mi lectura. Ustedes recordarán que cuando comienza la discusión en los medios de estos proyectos de participación en las ganancias, muchos representantes empresarios decían -como recordaba Pablo Micheli- que se violaba el derecho de propiedad. Sin embargo, en las reuniones que aquí se realizaron, ningún representante empresario dijo que esto violaba el derecho de propiedad, lo que nos hubiera llevado a la incongruencia de sostener que la Constitución es inconstitucional. Una ley o un decreto pueden ser inconstitucionales, pero por definición, la Constitución no puede serlo.
De manera que los invito a que intercambiemos estos documentos para que todos tengamos la mayor información, porque como diría alguien -no quiero meterme en honduras (Risas.)-, la información es poder, y si la información está en manos del pueblo, es mejor porque hace a la soberanía popular.
Agradezco nuevamente la presencia de los compañeros de la CTA y vamos a pasar a un cuarto intermedio hasta que se haga presente la representación de la CGT.
Finalmente, les recuerdo que este es un proyecto, pero en el Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo tienen representación la CGT y la CTA. No sé si me explico.
- Se pasa a cuarto intermedio a la hora 15 y 23.
- A la hora 16 y 3:
SR. PRESIDENTE RECALDE Esta comisión, y sobre todo este presidente, tiene la enorme satisfacción de recibir a los compañeros del Consejo Directivo de la CGT, encabezado por el compañero Hugo Moyano.
Anteriormente expusieron los compañeros de la CTA Hugo Yasky y Pablo Micheli, con quienes estuvimos reunidos.
Por la mañana tuvimos una reunión muy rica en cuanto a aportes interdisciplinarios. Hablaron economistas, vinieron representantes del Consejo de Ciencias Económicas de la Capital Federal, insignes laboralistas como el profesor Juan Carlos Fernández Madrid y el profesor Jorque Rodríguez Mancini, tres representantes de la Asociación Latinoamericana de Jueces de Trabajo, representantes del Conicet y también recibimos el aporte de un convenio colectivo de trabajo, el del neumático, que a partir de una crisis de la empresa -Firestone, Bridgestone-, de sufrir quebrantos y transmitirlos a los trabajadores, como si hubiera una obligación de participar en las pérdidas de las empresas, lograron que cuando la empresa tuviera ganancia la distribuyera entre los trabajadores.
El sistema de este convenio colectivo prevé que, a partir de un piso del 6 por ciento, los trabajadores tienen derecho a participar del 33 por ciento del excedente.
Esto lo menciono a manera de introducción a las palabras del compañero Moyano, coautor de este proyecto. Con mucho gusto escucharemos la posición de ustedes, a través del compañero secretario general o de quien él designe, de manera de conocer la opinión del Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo.
Tiene la palabra Juan Carlos Schmid, secretario del Consejo Directivo de la CGT y secretario general del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento.
Anteriormente expusieron los compañeros de la CTA Hugo Yasky y Pablo Micheli, con quienes estuvimos reunidos.
Por la mañana tuvimos una reunión muy rica en cuanto a aportes interdisciplinarios. Hablaron economistas, vinieron representantes del Consejo de Ciencias Económicas de la Capital Federal, insignes laboralistas como el profesor Juan Carlos Fernández Madrid y el profesor Jorque Rodríguez Mancini, tres representantes de la Asociación Latinoamericana de Jueces de Trabajo, representantes del Conicet y también recibimos el aporte de un convenio colectivo de trabajo, el del neumático, que a partir de una crisis de la empresa -Firestone, Bridgestone-, de sufrir quebrantos y transmitirlos a los trabajadores, como si hubiera una obligación de participar en las pérdidas de las empresas, lograron que cuando la empresa tuviera ganancia la distribuyera entre los trabajadores.
El sistema de este convenio colectivo prevé que, a partir de un piso del 6 por ciento, los trabajadores tienen derecho a participar del 33 por ciento del excedente.
Esto lo menciono a manera de introducción a las palabras del compañero Moyano, coautor de este proyecto. Con mucho gusto escucharemos la posición de ustedes, a través del compañero secretario general o de quien él designe, de manera de conocer la opinión del Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo.
Tiene la palabra Juan Carlos Schmid, secretario del Consejo Directivo de la CGT y secretario general del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento.
SR. SCHMID Señor presidente: si me permite, voy a tratar de introducir alguno de los elementos que nosotros consideramos importantes para abordar este tema.
Es sabido que nuestro país ha atravesado una época de formidable crecimiento económico, y que hay empresas que han acumulado ganancias que en muchos casos están por encima de la media mundial. Nosotros entendemos que promover una discusión de esta naturaleza implica no solamente tratar de llegar a la distribución de la riqueza sino también fomentar el fortalecimiento de nuestro mercado interno.
Es importante destacar también que uno de los elementos base para gran parte del articulado elaborado por la Confederación General del Trabajo justamente es el de buscar el fortalecimiento del mercado interno.
Por otro lado, algunas de las cosas que no aparecen tan claras en el debate -o que por lo menos no están bien explicitadas en las noticias- tienen que ver con el hecho de que este articulado promueve la creación de un fondo para acortar la brecha entre el trabajo registrado y aquel que no lo está, constituyendo este último un verdadero flagelo que todavía presenta serias resistencias a la hora de concretar una economía de mayor armonía y de mayor sustentabilidad en la República Argentina.
Por lo tanto, hemos creído que este sea el momento oportuno para discutir esta situación. Fundamentalmente porque, además, hay que tratar de lograr que el crecimiento económico -como hoy se dice en el mundo- sea sustentable y que ascienda otro escalón más en la distribución de la riqueza y en la promoción de los elementos que acabo de señalar.
Reitero que la Confederación General del Trabajo está convencida de que este es el momento oportuno para discutir esta cuestión. También seguramente lo es para discutir otros elementos que surgirán del debate alrededor de esto que para nosotros es central, que es participar en las ganancias, de manera de ir transparentando otras situaciones que giran en torno de una norma de esta naturaleza, que hace a la relación entre el capital y el trabajo.
Cuando nosotros elaboramos este proyecto, no lo hicimos mirando solamente lo que sucede dentro de nuestras fronteras. Muchos de los aquí presentes saben que esta es una legislación que ha sido aplicada en otros países. Hay países que han tenido una experiencia muy rica en este sentido, y de alguna manera tendríamos que ir adecuándonos a una situación de esta naturaleza.
Por lo tanto, estamos convencidos de que este es el momento más importante para abordar esta cuestión.
Es sabido que hasta no hace mucho tiempo la Confederación General del Trabajo también estaba discutiendo la creación de otros elementos para ir armonizando la relación entre capital y trabajo, como era la constitución del Consejo Económico y Social, pero éste bien podría ser uno de los puntos de la agenda que podrían disparar todas las otras cuestiones que seguramente están pendientes en la Argentina de hoy.
A modo de introducción éste es uno de los elementos clave que seguramente va a completar el compañero secretario general y algunos otros miembros del Consejo Directivo de la CGT.
Es sabido que nuestro país ha atravesado una época de formidable crecimiento económico, y que hay empresas que han acumulado ganancias que en muchos casos están por encima de la media mundial. Nosotros entendemos que promover una discusión de esta naturaleza implica no solamente tratar de llegar a la distribución de la riqueza sino también fomentar el fortalecimiento de nuestro mercado interno.
Es importante destacar también que uno de los elementos base para gran parte del articulado elaborado por la Confederación General del Trabajo justamente es el de buscar el fortalecimiento del mercado interno.
Por otro lado, algunas de las cosas que no aparecen tan claras en el debate -o que por lo menos no están bien explicitadas en las noticias- tienen que ver con el hecho de que este articulado promueve la creación de un fondo para acortar la brecha entre el trabajo registrado y aquel que no lo está, constituyendo este último un verdadero flagelo que todavía presenta serias resistencias a la hora de concretar una economía de mayor armonía y de mayor sustentabilidad en la República Argentina.
Por lo tanto, hemos creído que este sea el momento oportuno para discutir esta situación. Fundamentalmente porque, además, hay que tratar de lograr que el crecimiento económico -como hoy se dice en el mundo- sea sustentable y que ascienda otro escalón más en la distribución de la riqueza y en la promoción de los elementos que acabo de señalar.
Reitero que la Confederación General del Trabajo está convencida de que este es el momento oportuno para discutir esta cuestión. También seguramente lo es para discutir otros elementos que surgirán del debate alrededor de esto que para nosotros es central, que es participar en las ganancias, de manera de ir transparentando otras situaciones que giran en torno de una norma de esta naturaleza, que hace a la relación entre el capital y el trabajo.
Cuando nosotros elaboramos este proyecto, no lo hicimos mirando solamente lo que sucede dentro de nuestras fronteras. Muchos de los aquí presentes saben que esta es una legislación que ha sido aplicada en otros países. Hay países que han tenido una experiencia muy rica en este sentido, y de alguna manera tendríamos que ir adecuándonos a una situación de esta naturaleza.
Por lo tanto, estamos convencidos de que este es el momento más importante para abordar esta cuestión.
Es sabido que hasta no hace mucho tiempo la Confederación General del Trabajo también estaba discutiendo la creación de otros elementos para ir armonizando la relación entre capital y trabajo, como era la constitución del Consejo Económico y Social, pero éste bien podría ser uno de los puntos de la agenda que podrían disparar todas las otras cuestiones que seguramente están pendientes en la Argentina de hoy.
A modo de introducción éste es uno de los elementos clave que seguramente va a completar el compañero secretario general y algunos otros miembros del Consejo Directivo de la CGT.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el señor Julio Piumato, ex diputado nacional y actual miembro del Consejo Directivo de la CGT, del que es Secretario de Derechos Humanos, y es secretario general de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación.
SR. PIUMATO Señor presidente: a partir de lo dicho por el compañero Juan Carlos Schmid sobre por qué nosotros consideramos que es un momento óptimo, sería un concepto sobreabundante a nuestro juicio, porque entendemos que cualquier tiempo es bueno para aplicar la Constitución Nacional. Nosotros somos de los que creemos que una sociedad que tiene más derechos es una sociedad más democrática, más republicana si se aplica la Constitución en todos sus términos, es una sociedad con mayor institucionalidad y es una sociedad con mayor seguridad jurídica. ¡Qué mejor seguridad jurídica que tener un cuerpo, la Carta Magna, la Constitución, aplicada en toda su extensión!
Nosotros consideramos, además, que este proyecto, que tiene una redacción absolutamente prudente, podría haber sido calificado de tibio en cuanto a sus alcances, pero nos parece que era una forma de comenzar a aplicar algo que tiene que ver -como decía Juan Carlos Schmid- con la consolidación de un modelo de producción y reparto de la riqueza en la Argentina.
Es una lástima que algunos sectores empresarios todavía no se hayan decidido a debatirlo. Hemos conocido sus opiniones por los medios de comunicación, pero realmente nosotros consideramos que son los empresarios quienes con más ahínco tendrían que apoyar un proyecto como éste con los actuales alcances. Primero porque obviamente no puedo o no quiero imaginarme que haya empresarios o sectores de la ciudadanía que entiendan que la Constitución hay que aplicarla con ciertos y limitados alcances. Porque esto también lo vivimos. En las épocas de dictadura militar se aplicó la Constitución en todo lo que no colisionara con los estatutos o con las normas fijadas por los gobierno de facto, dejando sin aplicar todo aquello que tenía que ver con la representación popular y el libre ejercicio de los derechos civiles, políticos y sociales.
Pero pasando esto, que me parecería argumento fundamental para que se aplique, me parece que su redacción necesariamente impone, como ha sido todo este modelo económico donde los trabajadores -como bien dijo Juan Carlos Schmid- nos hemos sentido beneficiados, una profundización del modelo, porque creemos que todavía hay muchas cosas para complementar.
Pero fundamentalmente los que más se han beneficiado son los sectores del empresariado, que como bien dicho el compañero Schmid, han tenido en sus balances ganancias que muy pocas veces habrán tenido en décadas anteriores.
Yo creo que esto beneficia aun más ese camino porque, evidentemente, si compartir el 10 por ciento de las ganancias anuales implica comprometer en la gestión y en el éxito de la empresa a todo su personal, es un incentivo extraordinario que se da a los trabajadores que prestan servicio en tal o cual establecimiento, por cuanto nadie más que ellos querrá que la empresa tenga cada vez mayores dividendos.
De esa manera, ese 10 por ciento que comparten con sus trabajadores implica fundamentalmente una gran inversión, porque estamos seguros de que es mucho más de lo que van a ganar al término de cada ejercicio. Salvo que nos encontráramos con que lo que se gana no es lo que se declara. Yo no quiero pensar que sea así y que se esté tratando de ocultar algo, que no solamente sería un perjuicio para sus trabajadores, sino para el Estado, para la Seguridad Social y para todo el sistema constitucional argentino.
Así que me da la sensación de que, por todas las causas mencionadas, este es el momento para hacerlo, y observo que el proyecto tiene una gran prudencia. Nosotros estamos convencidos de que tendría que ser respaldado masivamente, en tanto y en cuanto en la Argentina ha habido otros partidos políticos que participaron en la Convención Constituyente de 1957. Hay que recordar que el Partido de los Trabajadores -el peronismo- estaba proscripto en esa Constituyente, por lo que no participó en la redacción de ese artículo. Por el contrario, sí participaron otros partidos.
Incluso sabemos que existen proyectos presentados por otros partidos luego de la vuelta a la democracia, que han receptado esta iniciativa. Es el caso de la Unión Cívica Radical, en el año 1986, y de iniciativas del socialismo tendientes a dar ejecutividad a este artículo de la Constitución que creemos sumamente importante.
En cuanto a los alcances y la prudencia de esta norma, nosotros consideramos que los trabajadores siempre hemos sido socios en las pérdidas. En efecto, son los trabajadores los que pierden el empleo, y pierden mucho más que los propios empresarios. No obstante, el proyecto en consideración prevé el caso de que, en determinadas coyunturas, los empresarios no obtengan ganancias o incluso sufran pérdidas. Para esos supuestos se establece un sistema según el cual, una vez retomado el curso que dé ganancias a la empresa, progresivamente se concrete esta participación. De manera que se respeta la recuperación del empresario que ha tenido una coyuntura desfavorable, y no se cabalga sobre una situación mala. En todo momento el proyecto apuesta al éxito empresario, al éxito del modelo económico y al éxito de un reparto equitativo de la riqueza.
Habría muchos más argumentos, pero yo llego hasta aquí. Dejo que otros compañeros puedan hacer uso de la palabra.
A todos nos sorprenden algunos argumentos que hemos escuchado en el devenir de este tiempo porque nos parece que no hacen bien. Estamos en una Argentina que ganando en derechos consolida su democracia y consolidad claramente el futuro.
Nosotros consideramos, además, que este proyecto, que tiene una redacción absolutamente prudente, podría haber sido calificado de tibio en cuanto a sus alcances, pero nos parece que era una forma de comenzar a aplicar algo que tiene que ver -como decía Juan Carlos Schmid- con la consolidación de un modelo de producción y reparto de la riqueza en la Argentina.
Es una lástima que algunos sectores empresarios todavía no se hayan decidido a debatirlo. Hemos conocido sus opiniones por los medios de comunicación, pero realmente nosotros consideramos que son los empresarios quienes con más ahínco tendrían que apoyar un proyecto como éste con los actuales alcances. Primero porque obviamente no puedo o no quiero imaginarme que haya empresarios o sectores de la ciudadanía que entiendan que la Constitución hay que aplicarla con ciertos y limitados alcances. Porque esto también lo vivimos. En las épocas de dictadura militar se aplicó la Constitución en todo lo que no colisionara con los estatutos o con las normas fijadas por los gobierno de facto, dejando sin aplicar todo aquello que tenía que ver con la representación popular y el libre ejercicio de los derechos civiles, políticos y sociales.
Pero pasando esto, que me parecería argumento fundamental para que se aplique, me parece que su redacción necesariamente impone, como ha sido todo este modelo económico donde los trabajadores -como bien dijo Juan Carlos Schmid- nos hemos sentido beneficiados, una profundización del modelo, porque creemos que todavía hay muchas cosas para complementar.
Pero fundamentalmente los que más se han beneficiado son los sectores del empresariado, que como bien dicho el compañero Schmid, han tenido en sus balances ganancias que muy pocas veces habrán tenido en décadas anteriores.
Yo creo que esto beneficia aun más ese camino porque, evidentemente, si compartir el 10 por ciento de las ganancias anuales implica comprometer en la gestión y en el éxito de la empresa a todo su personal, es un incentivo extraordinario que se da a los trabajadores que prestan servicio en tal o cual establecimiento, por cuanto nadie más que ellos querrá que la empresa tenga cada vez mayores dividendos.
De esa manera, ese 10 por ciento que comparten con sus trabajadores implica fundamentalmente una gran inversión, porque estamos seguros de que es mucho más de lo que van a ganar al término de cada ejercicio. Salvo que nos encontráramos con que lo que se gana no es lo que se declara. Yo no quiero pensar que sea así y que se esté tratando de ocultar algo, que no solamente sería un perjuicio para sus trabajadores, sino para el Estado, para la Seguridad Social y para todo el sistema constitucional argentino.
Así que me da la sensación de que, por todas las causas mencionadas, este es el momento para hacerlo, y observo que el proyecto tiene una gran prudencia. Nosotros estamos convencidos de que tendría que ser respaldado masivamente, en tanto y en cuanto en la Argentina ha habido otros partidos políticos que participaron en la Convención Constituyente de 1957. Hay que recordar que el Partido de los Trabajadores -el peronismo- estaba proscripto en esa Constituyente, por lo que no participó en la redacción de ese artículo. Por el contrario, sí participaron otros partidos.
Incluso sabemos que existen proyectos presentados por otros partidos luego de la vuelta a la democracia, que han receptado esta iniciativa. Es el caso de la Unión Cívica Radical, en el año 1986, y de iniciativas del socialismo tendientes a dar ejecutividad a este artículo de la Constitución que creemos sumamente importante.
En cuanto a los alcances y la prudencia de esta norma, nosotros consideramos que los trabajadores siempre hemos sido socios en las pérdidas. En efecto, son los trabajadores los que pierden el empleo, y pierden mucho más que los propios empresarios. No obstante, el proyecto en consideración prevé el caso de que, en determinadas coyunturas, los empresarios no obtengan ganancias o incluso sufran pérdidas. Para esos supuestos se establece un sistema según el cual, una vez retomado el curso que dé ganancias a la empresa, progresivamente se concrete esta participación. De manera que se respeta la recuperación del empresario que ha tenido una coyuntura desfavorable, y no se cabalga sobre una situación mala. En todo momento el proyecto apuesta al éxito empresario, al éxito del modelo económico y al éxito de un reparto equitativo de la riqueza.
Habría muchos más argumentos, pero yo llego hasta aquí. Dejo que otros compañeros puedan hacer uso de la palabra.
A todos nos sorprenden algunos argumentos que hemos escuchado en el devenir de este tiempo porque nos parece que no hacen bien. Estamos en una Argentina que ganando en derechos consolida su democracia y consolidad claramente el futuro.
SR SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el señor diputado Macaluse.
SR. MACALUSE Agradecemos a los compañeros de la CGT que hayan venido a esta reunión, como también lo hicieron los compañeros de la CTA que estuvieron más temprano.
En primer término quisiera referirme a la ausencia de esta mañana de las cámaras empresarias. Creo que es una pésima señal, porque es una señal antidemocrática. Primero, porque lo que estamos discutiendo es la aplicación de un derecho que consagra la Constitución a los trabajadores desde hace muchos años. Segundo, porque se los convocó desde el pluralismo partidario por unanimidad en esta comisión, rompiendo las fronteras de los partidos, para escuchar su posición. Nadie les pide que opinen lo que nosotros opinamos; es más, nosotros no estamos de acuerdo en todas las cosas, pero podemos sentarnos a discutir. Hay tres proyectos y existe la voluntad de conseguir un consenso amplio.
La señal que ha dado la UIA -a la que se invitó a la casa de la democracia y no ha venido- es muy contradictoria, ya que se han sentado a discutir con gobiernos de facto para llevar su opinión y dar su parecer incluso hasta con cuestiones paradójicas, como por ejemplo apoyar la libre importación en la Argentina, cosa que destruía las industrias reales en nuestro país.
Espero que reflexionen y modifiquen su posición porque lo que nosotros tenemos que hacer es arbitrar entre intereses.
Hemos convocado y han venido otras cámaras que representan a empresas muy importantes de nuestro país. Ha venido la Cámara de Empresas Norteamericanas en la Argentina, obviamente no ha acordado con el proyecto pero se ha tomado el trabajo de traer propuestas alternativas. Otras empresas han venido a apoyar los proyectos y la iniciativa y otras han traído alternativas o sus diferencias, pero es bueno que nos podamos sentar todos juntos a generar el consenso más amplio posible.
En primer lugar, creemos que el proyecto propone algo justo. Cuando una empresa entra en crisis lo primero que busca es asociar al trabajador a las pérdidas. Ahí empiezan las suspensiones, los adelantos de vacaciones, las suspensiones rotativas y los despidos, y cuando sucede esto los trabajadores están obligados a optar entre la preservación de la fuente de trabajo o la resignación de algunas cuestiones que habían convenido. De esa manera se los asocia a la crisis de la empresa.
Por eso es justo que cuando la empresa es exitosa se asocie a los trabajadores en los beneficios. Esto incluso puede generar mayor productividad, un incentivo más grande para el trabajador y mayor compromiso. A la vez, genera una situación de justicia que además es la aplicación de un derecho que ya está consagrado en la Constitución y que por lo tanto no debiéramos discutir.
Lo que tenemos que debatir es de qué manera lo vamos a aplicar. La voluntad nuestra es generar un consenso amplio tomando todas las propuestas que se hayan traído. Han estado los académicos, los abogados laboralistas, jueces del trabajo que han traído aportes que en muchos casos vamos a incorporar con mucho gusto porque ellos pueden ver más allá de lo que hemos visto cuando presentamos los proyectos.
Así que nuestra voluntad es que esto se apruebe, para integrar a todo el mundo al consenso -a las empresas también-, de manera que esto sea aplicado en términos de políticas de Estado, es decir, consagrado de una vez para que en la Argentina no se vuelvan a dar pasos atrás.
En primer término quisiera referirme a la ausencia de esta mañana de las cámaras empresarias. Creo que es una pésima señal, porque es una señal antidemocrática. Primero, porque lo que estamos discutiendo es la aplicación de un derecho que consagra la Constitución a los trabajadores desde hace muchos años. Segundo, porque se los convocó desde el pluralismo partidario por unanimidad en esta comisión, rompiendo las fronteras de los partidos, para escuchar su posición. Nadie les pide que opinen lo que nosotros opinamos; es más, nosotros no estamos de acuerdo en todas las cosas, pero podemos sentarnos a discutir. Hay tres proyectos y existe la voluntad de conseguir un consenso amplio.
La señal que ha dado la UIA -a la que se invitó a la casa de la democracia y no ha venido- es muy contradictoria, ya que se han sentado a discutir con gobiernos de facto para llevar su opinión y dar su parecer incluso hasta con cuestiones paradójicas, como por ejemplo apoyar la libre importación en la Argentina, cosa que destruía las industrias reales en nuestro país.
Espero que reflexionen y modifiquen su posición porque lo que nosotros tenemos que hacer es arbitrar entre intereses.
Hemos convocado y han venido otras cámaras que representan a empresas muy importantes de nuestro país. Ha venido la Cámara de Empresas Norteamericanas en la Argentina, obviamente no ha acordado con el proyecto pero se ha tomado el trabajo de traer propuestas alternativas. Otras empresas han venido a apoyar los proyectos y la iniciativa y otras han traído alternativas o sus diferencias, pero es bueno que nos podamos sentar todos juntos a generar el consenso más amplio posible.
En primer lugar, creemos que el proyecto propone algo justo. Cuando una empresa entra en crisis lo primero que busca es asociar al trabajador a las pérdidas. Ahí empiezan las suspensiones, los adelantos de vacaciones, las suspensiones rotativas y los despidos, y cuando sucede esto los trabajadores están obligados a optar entre la preservación de la fuente de trabajo o la resignación de algunas cuestiones que habían convenido. De esa manera se los asocia a la crisis de la empresa.
Por eso es justo que cuando la empresa es exitosa se asocie a los trabajadores en los beneficios. Esto incluso puede generar mayor productividad, un incentivo más grande para el trabajador y mayor compromiso. A la vez, genera una situación de justicia que además es la aplicación de un derecho que ya está consagrado en la Constitución y que por lo tanto no debiéramos discutir.
Lo que tenemos que debatir es de qué manera lo vamos a aplicar. La voluntad nuestra es generar un consenso amplio tomando todas las propuestas que se hayan traído. Han estado los académicos, los abogados laboralistas, jueces del trabajo que han traído aportes que en muchos casos vamos a incorporar con mucho gusto porque ellos pueden ver más allá de lo que hemos visto cuando presentamos los proyectos.
Así que nuestra voluntad es que esto se apruebe, para integrar a todo el mundo al consenso -a las empresas también-, de manera que esto sea aplicado en términos de políticas de Estado, es decir, consagrado de una vez para que en la Argentina no se vuelvan a dar pasos atrás.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra la señora diputada Riobó.
SRA. RIOBÓ Señor presidente: en primer lugar, quiero felicitarlo por el debate que estamos llevando adelante en esta comisión.
Creí que primero iban a terminar de exponer los invitados, entre ellos el secretario general de la CGT, y que luego vendrían las preguntas. Tal vez me anoté antes de tiempo. De todas maneras, quiero dejar planteadas mis inquietudes, a fin de que luego, en su exposición, el señor Moyano tal vez pueda contemplar alguna respuesta.
Pertenezco al radicalismo, y quiero señalar que consideramos muy importante el debate de esta iniciativa, pero también somos conscientes de que, en el reclamo por el cumplimiento del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, faltaría algo para que esa manda fuera completa. En ese sentido, nos gustaría saber -y esta es la pregunta que dejo pendiente- cuál es la predisposición de quienes hoy nos acompañan en este debate para discutir la otra manda constitucional, que se refiere a la democracia y la libertad sindical.
Digo esto porque el debate debe ser constructivo y de cara al futuro. Este es un reclamo de mucho tiempo, y creemos muy importante que cuando hablamos de la manda constitucional -el ex diputado Piumato algo dijo al respecto, pues habló de aplicar la Constitución Nacional con ciertos alcances y limitaciones, y eso es lo que no queremos- planteemos este debate de manera conjunta para poder discutir hacia adelante los dos proyectos juntos: el relativo a la libertad sindical y el vinculado con la participación de los trabajadores en las ganancias. Lo digo fundamentalmente porque en esta ley hay un protagonista muy importante, que son los trabajadores, a través de su representación sindical.
Creí que primero iban a terminar de exponer los invitados, entre ellos el secretario general de la CGT, y que luego vendrían las preguntas. Tal vez me anoté antes de tiempo. De todas maneras, quiero dejar planteadas mis inquietudes, a fin de que luego, en su exposición, el señor Moyano tal vez pueda contemplar alguna respuesta.
Pertenezco al radicalismo, y quiero señalar que consideramos muy importante el debate de esta iniciativa, pero también somos conscientes de que, en el reclamo por el cumplimiento del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, faltaría algo para que esa manda fuera completa. En ese sentido, nos gustaría saber -y esta es la pregunta que dejo pendiente- cuál es la predisposición de quienes hoy nos acompañan en este debate para discutir la otra manda constitucional, que se refiere a la democracia y la libertad sindical.
Digo esto porque el debate debe ser constructivo y de cara al futuro. Este es un reclamo de mucho tiempo, y creemos muy importante que cuando hablamos de la manda constitucional -el ex diputado Piumato algo dijo al respecto, pues habló de aplicar la Constitución Nacional con ciertos alcances y limitaciones, y eso es lo que no queremos- planteemos este debate de manera conjunta para poder discutir hacia adelante los dos proyectos juntos: el relativo a la libertad sindical y el vinculado con la participación de los trabajadores en las ganancias. Lo digo fundamentalmente porque en esta ley hay un protagonista muy importante, que son los trabajadores, a través de su representación sindical.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el compañero Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad e integrante del Consejo Directivo de la CGT.
SR. MATURANO Señor presidente: en primer término quiero agradecer a los señores diputados, no solamente por escucharnos sino además porque, como estamos en democracia, reciben un proyecto de los trabajadores y hoy lo podemos debatir.
Voy a ser sintético. Allá por los años 90, todas las empresas del Estado, como ustedes saben, fueron privatizadas, y las que no fueron privatizadas fueron concesionadas. El ferrocarril se concesionó, gracias al entonces diputado Lorenzo Pepe, porque si no, también se iba a privatizar.
En ese momento nosotros tuvimos una experiencia, y luego la vivimos, como seguramente lo habrán hecho los compañeros de otras empresas privatizadas. La ley de reforma del Estado, dictada en aquel entonces, establecía que los trabajadores debíamos tener un director obrero, y que además, los trabajadores se repartirían el 4 por ciento de las ganancias. Hoy es así, pero en el caso de los ferroviarios, por ejemplo, si bien tenemos al director obrero, la participación del 4 por ciento nunca la recibimos. Según los empresarios, ellos vuelcan las ganancias para comprar locomotoras, arreglar vías, etcétera. Así que todo está bien reglamentado, pero de las ganancias nunca vimos ni un peso.
Voy a ser sintético. Allá por los años 90, todas las empresas del Estado, como ustedes saben, fueron privatizadas, y las que no fueron privatizadas fueron concesionadas. El ferrocarril se concesionó, gracias al entonces diputado Lorenzo Pepe, porque si no, también se iba a privatizar.
En ese momento nosotros tuvimos una experiencia, y luego la vivimos, como seguramente lo habrán hecho los compañeros de otras empresas privatizadas. La ley de reforma del Estado, dictada en aquel entonces, establecía que los trabajadores debíamos tener un director obrero, y que además, los trabajadores se repartirían el 4 por ciento de las ganancias. Hoy es así, pero en el caso de los ferroviarios, por ejemplo, si bien tenemos al director obrero, la participación del 4 por ciento nunca la recibimos. Según los empresarios, ellos vuelcan las ganancias para comprar locomotoras, arreglar vías, etcétera. Así que todo está bien reglamentado, pero de las ganancias nunca vimos ni un peso.
SR. PRESIDENTE RECALDE "El poncho no aparece". (Risas.)
SR. MATURANO Claro. De todas maneras, sufrimos el proceso de las concesiones, con aproximadamente 250 mil trabajadores en la calle, un millón de personas sin trabajo y todo lo que ustedes ya conocen, por lo que no hace falta recordarlo.
Gracias a Dios llegó el año 2003 y hoy los trabajadores tenemos participación, ganamos buenos salarios, nos devolvieron todo lo que nos sacaron, y hoy estamos presentando aquí este proyecto para ver si se puede hacer realidad.
Gracias a Dios llegó el año 2003 y hoy los trabajadores tenemos participación, ganamos buenos salarios, nos devolvieron todo lo que nos sacaron, y hoy estamos presentando aquí este proyecto para ver si se puede hacer realidad.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el compañero Alejandro Amor.
.14
Susmel
L del T.
.14
Susmel
L del T.
SR. AMOR Quiero tocar dos temas, uno naturalmente acompañando las expresiones que han vertido los compañeros del Consejo Directivo de la CGT y otro acerca de la idea que propuso la diputada Adriana Riobó sobre la libertad sindical.
Cuando se hizo público el proyecto de la Confederación General del Trabajo surgieron críticas de los sectores que -como bien destacaba el diputado Macaluse- hoy están ausentes, planteando básicamente -más allá de algunos exabruptos, como que esto era parte de la cubanización de la política argentina- la violación expresa de dos derechos constitucionales a partir de la idea de la propuesta que la Confederación General del Trabajo llevaba adelante; uno es la violación del derecho de propiedad privada, y el otro, la violación del derecho del libre comercio.
Sobre el tema de la cubanización, la verdad que creo que es nada más que una especie de eslogan utilizado en una circunstancia producto de la falta de reflexión, porque tenemos que recordar que el artículo 14 bis de la Constitución Nacional formó parte de la reforma que se promovió en 1957, impulsada por la Unión Cívica Radical y que la incorporación de ese artículo fue trabajo de, por ejemplo, Crisólogo Larralde en el año 1957. Es la única reforma que se introdujo ante la derogación de la constitución de 1949 y la restitución de la Constitución de 1853. Así que es difícil hablar de la cubanización cuando fue propuesto por el radicalismo. En segundo lugar, el régimen cubano triunfaba recién en 1958, y esto ocurrió en 1957.
Pero sobre la crítica que se plantea sobre la violación de principios también consagrados en la Constitución Nacional, me gustaría traer a la memoria dos ejemplos, dos antecedentes similares. Uno que se produjo en Estados Unidos cuando el presidente Roosevelt aplicó el programa denominado New Deal, que tuvo como dos de sus columnas fundamentales la creación de la Agencia de Control de la Industria y la Agencia de Control de la Actividad Agrícola. Los sectores que se sintieron afectados por la decisión que tomó el presidente Roosevelt, fundamentalmente, la protección de los trabajadores por la situación de precariedad laboral en la que estaban sometidos en estos dos sectores, plantearon ante la Corte Suprema de los Estados Unidos el cuestionamiento de estas dos decisiones tomadas por Roosevelt por la violación de dos derechos constitucionales consagrados en la Constitución de los Estados Unidos que, como todos sabemos, es la base de la Constitución argentina. El primero era la violación del derecho de la propiedad privada y el segundo, la violación del derecho de libre comercio.
Apenas unos años después, cuando el general Perón llega al gobierno, en los años 47 y 48 se toman dos decisiones importantes. Perón genera la primera decisión del Estado en materia de aportes para la seguridad social y también toma medidas de protección a la actividad económica argentina, entre ellas la creación del IAPI. Estas dos medidas fueron cuestionadas por los mismos sectores económicos por violación del derecho de la propiedad privada, en el caso de los aportes a la seguridad social, y por violación a la libertad de comercio en el caso de las normas que se habían creado de protección de la economía nacional y en la creación del IAPI.
Sorprendentemente, cuando la Confederación General del Trabajo lanza esta propuesta vuelven a ser los mismos argumentos los que se utilizan por parte del sector empresario para tratar de evitar la reglamentación de un artículo consagrado en la Constitución Nacional, sosteniendo que se viola el derecho de la propiedad privada y se viola la libertad de comercio en la Argentina.
En primer lugar, para quienes venimos del peronismo existe una idea que naturalmente tiene que ver no solamente con la transformación sino con lo que fue la lógica del desarrollo de la Constitución del 49. Para nosotros el derecho de propiedad individual es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Nacional, pero que tiene un límite, que es la función social de la propiedad. Esto fue planteado y quedó consagrado así en la Constitución del año 49.
Respecto de la intervención del Estado en la economía, recuerdo las palabras del miembro informante por el peronismo, el doctor Arturo Enrique Sampay, quien en aquel momento sostuvo que cuando el Estado no interviene en la economía -hablaba concretamente del mercado externo argentino- en realidad lo que hace es intervenir a favor del más poderoso y deja abandonado al más débil.
Este proyecto que se está planteando desde la Confederación General del Trabajo tiene la lógica de entender que la propiedad privada tiene un límite, que es la función social.
Como recién decían los compañeros que me antecedieron en el uso de la palabra -Juan Carlos, Julio Piumato, Maturano-, en realidad los trabajadores solemos ser socios de los empresarios en las pérdidas, y la consecuencia inmediata de los ajustes en las empresas son primero la suspensión, y después, el despido de los compañeros.
Cuando se producen situaciones de crecimiento económico, como en la Argentina a partir de 2003, es razonable también que, así como participan en las pérdidas, los trabajadores participen en las ganancias más que generosas que ha tenido el sector empresario.
Este proyecto ha recibido críticas en algunos lugares, porque se decía que está pensado para los sectores que están dentro de los convenios colectivos. Como bien remarcó Juan Carlos, está destinado a los sectores que están en la actividad "en negro", si se quiere, o en la actividad marginal de la economía.
Este es un proyecto que viene a reglamentar un artículo fundamental de la Constitución Nacional y que pone en claro el derecho de la propiedad, pero con la función social como límite, haciendo participar a los trabajadores en las ganancias y creando un fondo para los sectores que están en la marginalidad de la economía.
Voy a referirme al tema que planteó la señora diputada Riobó, quien recordaba que, así como Julio remarcaba la necesidad de trabajar en la reglamentación de este principio establecido en el artículo 14 bis, en el mismo artículo de la Constitución se contempla el principio de la libertad sindical.
Desde ese punto de vista debemos recordar que durante el gobierno del doctor Alfonsín se sancionó la ley 23.551, que contempla los principios fundamentales establecidos en los Convenios 87 y 91 de la Organización Internacional del Trabajo, y que en su eje central no han sido criticados por el Comité de Expertos de dicha organización. Hay sí observaciones de dicho comité que tienen que ver con ciertos aspectos, algunos de las cuales han sido tratados por los dos últimos fallos de la Corte Suprema de Justicia.
Pero como bien dijo el señor diputado Recalde en una oportunidad, cabe recordar que la Argentina tiene dos ámbitos distintos en cuanto al modelo sindical: uno para el sector privado y otro para el sector público. En el sector público, desde hace años, y a partir del dictado de la ley de la función pública, se permite la convivencia de organizaciones con personería gremial para la firma de los convenios colectivos de trabajo. A partir del dictado de la resolución 255/05, del ministro de Trabajo Carlos Tomada, se plantea la lógica de que puede existir la representación conjunta de organizaciones con personería gremial, siempre y cuando superen el 10 por ciento del colectivo que pretenden representar.
La Corte Suprema establece en uno de sus fallos la posibilidad de elección de delegados para organizaciones sindicales simplemente inscriptas, mientras que en el segundo de ellos establece la tutela sindical para una compañera que, perteneciendo a una federación, no formaba parte del sindicato de base.
Esas son algunas de las observaciones que hizo la Organización Internacional del Trabajo. Pero jamás la OIT ha cuestionado la legitimidad del eje central del modelo argentino que, como también ha dicho el diputado Recalde en varias oportunidades, establece la posibilidad del ejercicio pleno de la libertad sindical, en tanto y en cuanto hoy la personería gremial de la Confederación General del Trabajo está dada por su mayor representación entre los trabajadores y podría ser distinto si existiera otra central u otra confederación que lograra en una compulsa prevista en la propia ley superar la representación que tiene la Confederación General del Trabajo.
Por lo tanto creo que existe en el marco de la ley 23.551 la vigencia plena de la libertad sindical. Y si bien deberá tomarse en cuenta alguna de las consideraciones que ha hecho la Organización General del Trabajo, éstas no tienen que ver con el fondo central del modelo sindical argentino.
Cuando se hizo público el proyecto de la Confederación General del Trabajo surgieron críticas de los sectores que -como bien destacaba el diputado Macaluse- hoy están ausentes, planteando básicamente -más allá de algunos exabruptos, como que esto era parte de la cubanización de la política argentina- la violación expresa de dos derechos constitucionales a partir de la idea de la propuesta que la Confederación General del Trabajo llevaba adelante; uno es la violación del derecho de propiedad privada, y el otro, la violación del derecho del libre comercio.
Sobre el tema de la cubanización, la verdad que creo que es nada más que una especie de eslogan utilizado en una circunstancia producto de la falta de reflexión, porque tenemos que recordar que el artículo 14 bis de la Constitución Nacional formó parte de la reforma que se promovió en 1957, impulsada por la Unión Cívica Radical y que la incorporación de ese artículo fue trabajo de, por ejemplo, Crisólogo Larralde en el año 1957. Es la única reforma que se introdujo ante la derogación de la constitución de 1949 y la restitución de la Constitución de 1853. Así que es difícil hablar de la cubanización cuando fue propuesto por el radicalismo. En segundo lugar, el régimen cubano triunfaba recién en 1958, y esto ocurrió en 1957.
Pero sobre la crítica que se plantea sobre la violación de principios también consagrados en la Constitución Nacional, me gustaría traer a la memoria dos ejemplos, dos antecedentes similares. Uno que se produjo en Estados Unidos cuando el presidente Roosevelt aplicó el programa denominado New Deal, que tuvo como dos de sus columnas fundamentales la creación de la Agencia de Control de la Industria y la Agencia de Control de la Actividad Agrícola. Los sectores que se sintieron afectados por la decisión que tomó el presidente Roosevelt, fundamentalmente, la protección de los trabajadores por la situación de precariedad laboral en la que estaban sometidos en estos dos sectores, plantearon ante la Corte Suprema de los Estados Unidos el cuestionamiento de estas dos decisiones tomadas por Roosevelt por la violación de dos derechos constitucionales consagrados en la Constitución de los Estados Unidos que, como todos sabemos, es la base de la Constitución argentina. El primero era la violación del derecho de la propiedad privada y el segundo, la violación del derecho de libre comercio.
Apenas unos años después, cuando el general Perón llega al gobierno, en los años 47 y 48 se toman dos decisiones importantes. Perón genera la primera decisión del Estado en materia de aportes para la seguridad social y también toma medidas de protección a la actividad económica argentina, entre ellas la creación del IAPI. Estas dos medidas fueron cuestionadas por los mismos sectores económicos por violación del derecho de la propiedad privada, en el caso de los aportes a la seguridad social, y por violación a la libertad de comercio en el caso de las normas que se habían creado de protección de la economía nacional y en la creación del IAPI.
Sorprendentemente, cuando la Confederación General del Trabajo lanza esta propuesta vuelven a ser los mismos argumentos los que se utilizan por parte del sector empresario para tratar de evitar la reglamentación de un artículo consagrado en la Constitución Nacional, sosteniendo que se viola el derecho de la propiedad privada y se viola la libertad de comercio en la Argentina.
En primer lugar, para quienes venimos del peronismo existe una idea que naturalmente tiene que ver no solamente con la transformación sino con lo que fue la lógica del desarrollo de la Constitución del 49. Para nosotros el derecho de propiedad individual es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Nacional, pero que tiene un límite, que es la función social de la propiedad. Esto fue planteado y quedó consagrado así en la Constitución del año 49.
Respecto de la intervención del Estado en la economía, recuerdo las palabras del miembro informante por el peronismo, el doctor Arturo Enrique Sampay, quien en aquel momento sostuvo que cuando el Estado no interviene en la economía -hablaba concretamente del mercado externo argentino- en realidad lo que hace es intervenir a favor del más poderoso y deja abandonado al más débil.
Este proyecto que se está planteando desde la Confederación General del Trabajo tiene la lógica de entender que la propiedad privada tiene un límite, que es la función social.
Como recién decían los compañeros que me antecedieron en el uso de la palabra -Juan Carlos, Julio Piumato, Maturano-, en realidad los trabajadores solemos ser socios de los empresarios en las pérdidas, y la consecuencia inmediata de los ajustes en las empresas son primero la suspensión, y después, el despido de los compañeros.
Cuando se producen situaciones de crecimiento económico, como en la Argentina a partir de 2003, es razonable también que, así como participan en las pérdidas, los trabajadores participen en las ganancias más que generosas que ha tenido el sector empresario.
Este proyecto ha recibido críticas en algunos lugares, porque se decía que está pensado para los sectores que están dentro de los convenios colectivos. Como bien remarcó Juan Carlos, está destinado a los sectores que están en la actividad "en negro", si se quiere, o en la actividad marginal de la economía.
Este es un proyecto que viene a reglamentar un artículo fundamental de la Constitución Nacional y que pone en claro el derecho de la propiedad, pero con la función social como límite, haciendo participar a los trabajadores en las ganancias y creando un fondo para los sectores que están en la marginalidad de la economía.
Voy a referirme al tema que planteó la señora diputada Riobó, quien recordaba que, así como Julio remarcaba la necesidad de trabajar en la reglamentación de este principio establecido en el artículo 14 bis, en el mismo artículo de la Constitución se contempla el principio de la libertad sindical.
Desde ese punto de vista debemos recordar que durante el gobierno del doctor Alfonsín se sancionó la ley 23.551, que contempla los principios fundamentales establecidos en los Convenios 87 y 91 de la Organización Internacional del Trabajo, y que en su eje central no han sido criticados por el Comité de Expertos de dicha organización. Hay sí observaciones de dicho comité que tienen que ver con ciertos aspectos, algunos de las cuales han sido tratados por los dos últimos fallos de la Corte Suprema de Justicia.
Pero como bien dijo el señor diputado Recalde en una oportunidad, cabe recordar que la Argentina tiene dos ámbitos distintos en cuanto al modelo sindical: uno para el sector privado y otro para el sector público. En el sector público, desde hace años, y a partir del dictado de la ley de la función pública, se permite la convivencia de organizaciones con personería gremial para la firma de los convenios colectivos de trabajo. A partir del dictado de la resolución 255/05, del ministro de Trabajo Carlos Tomada, se plantea la lógica de que puede existir la representación conjunta de organizaciones con personería gremial, siempre y cuando superen el 10 por ciento del colectivo que pretenden representar.
La Corte Suprema establece en uno de sus fallos la posibilidad de elección de delegados para organizaciones sindicales simplemente inscriptas, mientras que en el segundo de ellos establece la tutela sindical para una compañera que, perteneciendo a una federación, no formaba parte del sindicato de base.
Esas son algunas de las observaciones que hizo la Organización Internacional del Trabajo. Pero jamás la OIT ha cuestionado la legitimidad del eje central del modelo argentino que, como también ha dicho el diputado Recalde en varias oportunidades, establece la posibilidad del ejercicio pleno de la libertad sindical, en tanto y en cuanto hoy la personería gremial de la Confederación General del Trabajo está dada por su mayor representación entre los trabajadores y podría ser distinto si existiera otra central u otra confederación que lograra en una compulsa prevista en la propia ley superar la representación que tiene la Confederación General del Trabajo.
Por lo tanto creo que existe en el marco de la ley 23.551 la vigencia plena de la libertad sindical. Y si bien deberá tomarse en cuenta alguna de las consideraciones que ha hecho la Organización General del Trabajo, éstas no tienen que ver con el fondo central del modelo sindical argentino.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el compañero Pérez.
SR. PÉREZ Señor presidente, señores diputados: he solicitado la palabra para hacer una reflexión tomando lo que dijo la señora diputada de la Unión Cívica Radical.
Quien habla fue diputado en 1983; todavía se escuchaba y se sentía la penumbra de la noche larga de la dictadura militar. Los que estamos aquí presentes, conjuntamente con los compañeros de la CTA que estuvieron momentos antes, conformamos la representación de los hombres y mujeres que forjan los cimientos de la Nación. Pero para que este Estado de derecho y esta sala esté funcionando nos tocó enfrentarnos contra tres dictaduras militares: la de 1955, la de 1966 y la de 1976.
Los fundadores de la Unión Cívica Radical, Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen y los hombres y mujeres que pelearon en la calles de Buenos Aires y a lo largo y a lo ancho del país, lo hicieron para terminar con un sistema.
Cuando Aristóbulo del Valle firmó la tregua, recuerdo que mis abuelos me contaban del sufrimiento de los trabajadores cordobeses, santafesinos y pampeanos que se habían levantado en armas para defender sus derechos, pero fundamentalmente para terminar con un régimen.
Ese mismo régimen parece que desaparece, pero vuelve a aparecer. Nosotros creíamos que había desaparecido, pero vuelve agazapado.
Nosotros venimos a reclamar un hecho de justicia para los trabajadores argentinos, porque esta es la vocación de los trabajadores, fundamentalmente desde el advenimiento de Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión, luego en el gobierno y aún durante los años que no queremos recordar, pero habiendo tantos jóvenes hay que decir que esto no empezó en el 76, fue mucho antes.
En las primeras reuniones de la Cámara de Diputados de Córdoba decía: "Aquí estamos, señores diputados, en esta casa del Estado de derecho", pero hace unos años salíamos a la calle, y hay que celebrar que también había trabajadores radicales que nos acompañaban en la recuperación de la democracia. Algunos otros no estaban y no van a estar nunca, porque fueron beneficiarios del partido militar y las guardias pretorianas que segmentaron a la Argentina para conculcar nuestros derechos.
Nosotros, los trabajadores argentinos, tenemos vocación de que la contradicción trabajo-empresa se resuelva de manera conciliatoria y no antagónica. Pero a la hora de la verdad parece que ese diálogo que queremos emprender es de sordos.
Como decía recién el señor diputado Macaluse, no es casualidad que un sector no esté presente, porque es el mismo que hacía oídos sordos cuando se cerraban miles de fuentes de trabajo. Y cuando los trabajadores salían a pedir por sus derechos, terminaban en las mazmorras del régimen.
Tampoco es casualidad que la Conadep describiera más del 70 por ciento de delegados obreros. Esta democracia nos costó cara, y hoy creo que es un hecho de justicia reconocer al trabajador.
En el Norte, en lugares de trabajo, yo he sentido a los patrones decir "Es muy simple, los muchachos se ponen la camiseta de la empresa", y yo por dentro digo que cada trabajador es un gerente de producción en potencia cuando tiene participación en lo que genera con su sangre. Cuando las cosas andan bien, los empresarios tiran manteca al techo, y cuando los empresarios andan mal, el hilo se corta por lo más delgado: primero llega el telegrama dejando cesante al trabajador, luego no se puede pagar el alquiler, después los chicos se enferma, después viene la separación y la disolución de la familia, y después, y después, y dejo un signo de interrogación.
Celebro que se encuentren aquí diputados de otros partidos, porque esta democracia no se realiza únicamente por el hecho de que funcionen los organismos, sino fundamentalmente por el espíritu y la sangre de quienes pelearon junto a Yrigoyen, de los que hicieron el 17 de octubre, el "Cordobazo", el "Vivorazo" y tantas otras gestas históricas para recuperar la democracia, cuyo objetivo era la lucha por la dignidad. Esto no tiene cronología, porque es una lucha permanente.
Este proyecto de ley, presentado por la Confederación General del Trabajo, viene a respaldar un hecho de dignidad para los que más dan, para los que menos pueden, que son los que forjan los cimientos de la Nación.
Los fundadores de la Unión Cívica Radical, Leandro Alem, Hipólito Yrigoyen y los hombres y mujeres que pelearon en la calles de Buenos Aires y a lo largo y a lo ancho del país, lo hicieron para terminar con un sistema.
Cuando Aristóbulo del Valle firmó la tregua, recuerdo que mis abuelos me contaban del sufrimiento de los trabajadores cordobeses, santafesinos y pampeanos que se habían levantado en armas para defender sus derechos, pero fundamentalmente para terminar con un régimen.
Ese mismo régimen parece que desaparece, pero vuelve a aparecer. Nosotros creíamos que había desaparecido, pero vuelve agazapado.
Nosotros venimos a reclamar un hecho de justicia para los trabajadores argentinos, porque esta es la vocación de los trabajadores, fundamentalmente desde el advenimiento de Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión, luego en el gobierno y aún durante los años que no queremos recordar, pero habiendo tantos jóvenes hay que decir que esto no empezó en el 76, fue mucho antes.
En las primeras reuniones de la Cámara de Diputados de Córdoba decía: "Aquí estamos, señores diputados, en esta casa del Estado de derecho", pero hace unos años salíamos a la calle, y hay que celebrar que también había trabajadores radicales que nos acompañaban en la recuperación de la democracia. Algunos otros no estaban y no van a estar nunca, porque fueron beneficiarios del partido militar y las guardias pretorianas que segmentaron a la Argentina para conculcar nuestros derechos.
Nosotros, los trabajadores argentinos, tenemos vocación de que la contradicción trabajo-empresa se resuelva de manera conciliatoria y no antagónica. Pero a la hora de la verdad parece que ese diálogo que queremos emprender es de sordos.
Como decía recién el señor diputado Macaluse, no es casualidad que un sector no esté presente, porque es el mismo que hacía oídos sordos cuando se cerraban miles de fuentes de trabajo. Y cuando los trabajadores salían a pedir por sus derechos, terminaban en las mazmorras del régimen.
Tampoco es casualidad que la Conadep describiera más del 70 por ciento de delegados obreros. Esta democracia nos costó cara, y hoy creo que es un hecho de justicia reconocer al trabajador.
En el Norte, en lugares de trabajo, yo he sentido a los patrones decir "Es muy simple, los muchachos se ponen la camiseta de la empresa", y yo por dentro digo que cada trabajador es un gerente de producción en potencia cuando tiene participación en lo que genera con su sangre. Cuando las cosas andan bien, los empresarios tiran manteca al techo, y cuando los empresarios andan mal, el hilo se corta por lo más delgado: primero llega el telegrama dejando cesante al trabajador, luego no se puede pagar el alquiler, después los chicos se enferma, después viene la separación y la disolución de la familia, y después, y después, y dejo un signo de interrogación.
Celebro que se encuentren aquí diputados de otros partidos, porque esta democracia no se realiza únicamente por el hecho de que funcionen los organismos, sino fundamentalmente por el espíritu y la sangre de quienes pelearon junto a Yrigoyen, de los que hicieron el 17 de octubre, el "Cordobazo", el "Vivorazo" y tantas otras gestas históricas para recuperar la democracia, cuyo objetivo era la lucha por la dignidad. Esto no tiene cronología, porque es una lucha permanente.
Este proyecto de ley, presentado por la Confederación General del Trabajo, viene a respaldar un hecho de dignidad para los que más dan, para los que menos pueden, que son los que forjan los cimientos de la Nación.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el compañero Manrique, secretario general del SMATA.
SR. MANRIQUE Señor presidente: no me quedan muchas cosas para agregar luego de lo expuesto por mis compañeros. Simplemente voy a resaltar algunas cuestiones.
Para poder debatir un tema en profundidad, obviamente se necesita la participación de todos los actores involucrados.
Como decían mis compañeros, me alegra ver al conjunto de diputados de distintos partidos escuchando nuestro pensamiento y nuestras palabras respecto del proyecto que hoy nos convoca.
Encerrar el proyecto de ley nada más que en un derecho constitucional sería como ver la mitad de la película, porque no sólo es un derecho constitucional, sino un derecho natural: que los hombres que trabajan sean partícipes en las ganancias que se obtienen con su esfuerzo laboral.
Y de los actores que faltan, lamentablemente, no podría yo opinar profundamente sobre su pensamiento porque no lo conozco. Su pensamiento lo escucho nomás por los medios de difusión, pero nunca hemos tenido la posibilidad de debatir este problema como corresponde.
Hay un estamento que se llama responsabilidad social empresaria. Yo no sé si los empresarios tienen claro qué es la responsabilidad social empresaria, porque obviamente los empresarios entienden que la responsabilidad social empresaria termina cuando le tocan los intereses. Y la construcción de una sociedad con equilibrio y justicia se desarrolla cuando todos los actores sociales, incluidos los empresarios, estamos dispuestos a colaborar y a dar de nosotros para poder desarrollar el bien común.
La distribución de las ganancias apunta también a profundizar la distribución de la riqueza en la Argentina. A través de esta profundización se va a poder desarrollar el colectivo, la Nación, de la cual somos parte todos.
Entonces, se debaten muchas cuestiones, se debaten cuestiones egoístas. Entonces, se demonizó este proyecto, que como todo proyecto desde la CGT y desde el doctor Recalde siempre se dijo que había disposición para discutir y estaba abierto a modificaciones que contemplaran las necesidades de todos los actores. Esa discusión nunca la pudimos dar.
Entonces, escuchamos por los medios que tienen miedo a la cogestión, porque no quieren mostrar los libros. ¿Por qué no queremos mostrar los libros? Hablan del poder sindical. ¿Cuál es el problema del poder sindical, si es a través de organizaciones fuertes y representativas donde se desarrolla esa representatividad de los trabajadores que permite la distribución de la riqueza en la Argentina? Entonces, parece que queremos cambiar figuritas: "Tratamos esto si me dan esto" o "Hacemos esto si me dan esto". ¿Es justo y necesario que exista este proyecto? ¿Es bueno para el desarrollo social de la Argentina que esto exista? Partiendo de esa base, después podríamos discutir la implementación, la forma y las reglamentaciones que se le quieran hacer a este proyecto, pero fundamentalmente está la discusión básica sobre si esto es justo y necesario, y esta es la discusión que no se da, la discusión que se evita, comunicando por los medios un montón de fantasmas que no existen.
Hay algunos actores sociales que no están comprendiendo la responsabilidad que tiene cada uno en la construcción de una Nación más justa. No se puede chicanear desde los egoísmos políticos, porque hay elementos que hacen al bien común. En este proyecto no discriminamos si un trabajador es peronista, radical, socialista o de cualquier ideología: es un trabajador que tiene derecho a percibir algo que más allá de lo constitucional es justo, lógico y normal.
No voy a contar a los señores diputados todo lo que pasa en el mundo laboral en épocas de crisis porque ya lo hicieron mis compañeros y sería redundante.
Como hombre del movimiento obrero, pido que analicemos profundamente el sustento de justicia que tiene este proyecto. Teniendo en claro eso, después vamos a poder analizar, discutir y pelearnos -como corresponde- por un punto más o un punto menos, por las reglamentaciones o por la forma de dirimir algo que todos entendemos que es justo.
Para poder debatir un tema en profundidad, obviamente se necesita la participación de todos los actores involucrados.
Como decían mis compañeros, me alegra ver al conjunto de diputados de distintos partidos escuchando nuestro pensamiento y nuestras palabras respecto del proyecto que hoy nos convoca.
Encerrar el proyecto de ley nada más que en un derecho constitucional sería como ver la mitad de la película, porque no sólo es un derecho constitucional, sino un derecho natural: que los hombres que trabajan sean partícipes en las ganancias que se obtienen con su esfuerzo laboral.
Y de los actores que faltan, lamentablemente, no podría yo opinar profundamente sobre su pensamiento porque no lo conozco. Su pensamiento lo escucho nomás por los medios de difusión, pero nunca hemos tenido la posibilidad de debatir este problema como corresponde.
Hay un estamento que se llama responsabilidad social empresaria. Yo no sé si los empresarios tienen claro qué es la responsabilidad social empresaria, porque obviamente los empresarios entienden que la responsabilidad social empresaria termina cuando le tocan los intereses. Y la construcción de una sociedad con equilibrio y justicia se desarrolla cuando todos los actores sociales, incluidos los empresarios, estamos dispuestos a colaborar y a dar de nosotros para poder desarrollar el bien común.
La distribución de las ganancias apunta también a profundizar la distribución de la riqueza en la Argentina. A través de esta profundización se va a poder desarrollar el colectivo, la Nación, de la cual somos parte todos.
Entonces, se debaten muchas cuestiones, se debaten cuestiones egoístas. Entonces, se demonizó este proyecto, que como todo proyecto desde la CGT y desde el doctor Recalde siempre se dijo que había disposición para discutir y estaba abierto a modificaciones que contemplaran las necesidades de todos los actores. Esa discusión nunca la pudimos dar.
Entonces, escuchamos por los medios que tienen miedo a la cogestión, porque no quieren mostrar los libros. ¿Por qué no queremos mostrar los libros? Hablan del poder sindical. ¿Cuál es el problema del poder sindical, si es a través de organizaciones fuertes y representativas donde se desarrolla esa representatividad de los trabajadores que permite la distribución de la riqueza en la Argentina? Entonces, parece que queremos cambiar figuritas: "Tratamos esto si me dan esto" o "Hacemos esto si me dan esto". ¿Es justo y necesario que exista este proyecto? ¿Es bueno para el desarrollo social de la Argentina que esto exista? Partiendo de esa base, después podríamos discutir la implementación, la forma y las reglamentaciones que se le quieran hacer a este proyecto, pero fundamentalmente está la discusión básica sobre si esto es justo y necesario, y esta es la discusión que no se da, la discusión que se evita, comunicando por los medios un montón de fantasmas que no existen.
Hay algunos actores sociales que no están comprendiendo la responsabilidad que tiene cada uno en la construcción de una Nación más justa. No se puede chicanear desde los egoísmos políticos, porque hay elementos que hacen al bien común. En este proyecto no discriminamos si un trabajador es peronista, radical, socialista o de cualquier ideología: es un trabajador que tiene derecho a percibir algo que más allá de lo constitucional es justo, lógico y normal.
No voy a contar a los señores diputados todo lo que pasa en el mundo laboral en épocas de crisis porque ya lo hicieron mis compañeros y sería redundante.
Como hombre del movimiento obrero, pido que analicemos profundamente el sustento de justicia que tiene este proyecto. Teniendo en claro eso, después vamos a poder analizar, discutir y pelearnos -como corresponde- por un punto más o un punto menos, por las reglamentaciones o por la forma de dirimir algo que todos entendemos que es justo.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el señor diputado Pais.
SR. PAIS Señor presidente: quisiera ampliar algún tipo de consideración en virtud de algo que ha sido una constante en algún sector de la representación política en esta Cámara, que ha pretendido condicionar el tratamiento de este proyecto de ley, que como siempre se ha dicho, significa traducir en una norma legal infraconstitucional, en forma operativa, lo que manda la Constitución Nacional desde hace más de cincuenta años.
En una sesión que no tenía esta relevancia pública, nos han presentado esta suerte de condicionamiento de que "vamos a tratar esto si se trata o se va a tratar la libertad sindical", como si el derecho colectivo de la representación sindical estuviera encorsetado con esta otra iniciativa en consideración.
Aclaro que este no ha sido el caso de hoy, por la intervención de la señora diputada Riobó. Estoy refiriéndome a otra cosa que ha ocurrido.
En una sesión que no tenía esta relevancia pública, nos han presentado esta suerte de condicionamiento de que "vamos a tratar esto si se trata o se va a tratar la libertad sindical", como si el derecho colectivo de la representación sindical estuviera encorsetado con esta otra iniciativa en consideración.
Aclaro que este no ha sido el caso de hoy, por la intervención de la señora diputada Riobó. Estoy refiriéndome a otra cosa que ha ocurrido.
SR. PRESIDENTE RECALDE La señora diputada Riobó le solicita una interrupción. ¿Se la concede?
SR. PAIS Sí, señor presidente.
SR. PRESIDENTE RECALDE Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada Riobó.
SRA. RIOBÓ Señor presidente: solamente quiero aclarar -porque lo he escuchado en dos oportunidades- que no he propuesto un cambio "de figuritas", sino que, dado que aquí están presentes representantes muy importantes del sindicalismo argentino, quería saber qué predisposición había para tratar la cuestión de la democracia y la libertad sindical. Lo pregunto en esta reunión porque, "donde manda capitán, no manda marinero".
Aquí están todos los representantes de la CGT y me parece oportuno preguntarlo en medio de este planteo. Reitero que no se trata de un cambio de figuritas. Me parece importante debatir esto que quedó pendiente en la Argentina.
Aquí están todos los representantes de la CGT y me parece oportuno preguntarlo en medio de este planteo. Reitero que no se trata de un cambio de figuritas. Me parece importante debatir esto que quedó pendiente en la Argentina.
SR. PRESIDENTE RECALDE Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Pais.
SR. PAIS Me parece oportuna y conveniente la aclaración de la señora diputada, pero justamente no me refería a lo mencionado por ella ni a lo manifestado en el día de la fecha, sino a algo que ocurrió en la primera reunión sobre este asunto, cuando se fijó el temario para la citación de las entidades representativas de los sectores del capital y del trabajo. En ese marco sí existió, desde algún sector, un condicionamiento al tratamiento en sí del proyecto. Esto es lo que quería aclarar.
SR. PRESIDENTE RECALDE No fue del radicalismo; le podemos poner nombre y apellido: fue la Coalición Cívica.
SR. PAIS En ese aspecto -y en esto reivindico las palabras de los representantes sindicales, así como las de todos los legisladores-, creo que todo proyecto es perfectible y tratable, inclusive los que tengan que ver con el modelo sindical argentino. Pero también este; una cosa no obsta la otra.
Además, debemos tener presente que permanentemente ha habido una evolución en cuanto al sistema y a la reglamentación de la representación sindical argentina, tanto por la vía legal como por la vía pretoriana o judicial. Permanentemente se está avanzando en la tutela de la representación sindical para mejorar los niveles de equilibrio entre el capital y el trabajo, en una representación que fundamentalmente busca proteger los derechos del trabajador.
En este marco quería reivindicar el espíritu de este proyecto ya que su tratamiento ha sido sin tiempos, sin apuros y esperando propuestas, y fundamentalmente quiero reivindicar y agradecer a los sectores empresarios como la CAME, que no nombró el diputado Macaluse seguramente producto de un olvido, porque no sólo se mostró dispuesta a venir acá sino que hizo aportes concretos y efectivos.
Hay visiones diferentes en cuanto a la necesidad de instrumentar por vía legal este derecho constitucional. Seguramente podemos hacer aportes efectivos y avanzar también en otras materias que ocupa y preocupa a otros legisladores, pero siempre debemos tener presente que no puede ser una condicionante de la otra.
Además, debemos tener presente que permanentemente ha habido una evolución en cuanto al sistema y a la reglamentación de la representación sindical argentina, tanto por la vía legal como por la vía pretoriana o judicial. Permanentemente se está avanzando en la tutela de la representación sindical para mejorar los niveles de equilibrio entre el capital y el trabajo, en una representación que fundamentalmente busca proteger los derechos del trabajador.
En este marco quería reivindicar el espíritu de este proyecto ya que su tratamiento ha sido sin tiempos, sin apuros y esperando propuestas, y fundamentalmente quiero reivindicar y agradecer a los sectores empresarios como la CAME, que no nombró el diputado Macaluse seguramente producto de un olvido, porque no sólo se mostró dispuesta a venir acá sino que hizo aportes concretos y efectivos.
Hay visiones diferentes en cuanto a la necesidad de instrumentar por vía legal este derecho constitucional. Seguramente podemos hacer aportes efectivos y avanzar también en otras materias que ocupa y preocupa a otros legisladores, pero siempre debemos tener presente que no puede ser una condicionante de la otra.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra la señora diputada Ciciliani.
SRA. CICILIANI En nombre del bloque del Partido Socialista quiero manifestar el beneplácito por lo trabajado en esta Comisión de Legislación del Trabajo en un tema muy conflictivo y nuevo.
Estos avances en la sociedad generan siempre resistencia. Por eso agradezco la apertura y los aportes que han hecho todos los sectores del trabajo, la representación sindical, el mundo académico y el mundo intelectual que han venido a la comisión a ilustrarnos. Por supuesto, también agradezco a los sectores empresarios que se animaron a venir aquí, que no tuvieron resistencia para hacerlo.
Acá hay un ámbito de participación abierto, plural y que no va a condicionar ninguna opinión. Y a los que no se animaron a venir les quiero decir que las puertas están abiertas, que tienen tiempo de hacernos llegar por escrito sus opiniones, que serán consideradas y bien recibidas.
Esta comisión toma el compromiso de empezar a trabajar firmemente con los asesores el 1º de marzo, con nuestro compromiso político de colaborar para obtener ese dictamen único en base a las diferentes miradas de los distintos proyectos que se han presentado para que esto sea una realidad para los trabajadores argentinos.
Estos avances en la sociedad generan siempre resistencia. Por eso agradezco la apertura y los aportes que han hecho todos los sectores del trabajo, la representación sindical, el mundo académico y el mundo intelectual que han venido a la comisión a ilustrarnos. Por supuesto, también agradezco a los sectores empresarios que se animaron a venir aquí, que no tuvieron resistencia para hacerlo.
Acá hay un ámbito de participación abierto, plural y que no va a condicionar ninguna opinión. Y a los que no se animaron a venir les quiero decir que las puertas están abiertas, que tienen tiempo de hacernos llegar por escrito sus opiniones, que serán consideradas y bien recibidas.
Esta comisión toma el compromiso de empezar a trabajar firmemente con los asesores el 1º de marzo, con nuestro compromiso político de colaborar para obtener ese dictamen único en base a las diferentes miradas de los distintos proyectos que se han presentado para que esto sea una realidad para los trabajadores argentinos.
SR. PRESIDENTE RECALDETiene la palabra el señor diputado Mouillerón.
SR. MOUILLERÓN Señor presidente: como hemos hecho con las demás representaciones quiero agradecer a la CGT su presencia. Realmente hemos tenido una concurrencia muy nutrida y variada que obviamente nos enriquece y ayuda.
Este es un proyecto que como bien se dijo acá va a ser discutido con todos los sectores, por lo menos con los que quieran hacerlo. Los que no quieran, obviamente que de alguna manera nos defraudan, porque precisamente entendíamos que por el valor que tiene la iniciativa se hacía necesaria la participación de todos, pero pareciera que algunos todavía no han comprendido que dentro de ese "todos" también están ellos.
De todas maneras me parece que el trabajo que se ha dado en esta comisión va a servir para que finalmente lleguemos a un acuerdo, y que esos que hoy no participan también estén incluidos. En ese sentido creo que debemos ser no sé si generosos pero sí hacer el esfuerzo para que esto sirva -como dijo algún dirigente gremial- para consolidar no sólo el presente sino también el futuro.
En ese sentido estamos muy agradecidos y sepan que siguen las puertas abiertas, que en marzo vamos a seguir trabajando y que seguramente nos llevará algún tiempo más pero de verdad creo que este proyecto se va a consolidar con la participación de todos.
Este es un proyecto que como bien se dijo acá va a ser discutido con todos los sectores, por lo menos con los que quieran hacerlo. Los que no quieran, obviamente que de alguna manera nos defraudan, porque precisamente entendíamos que por el valor que tiene la iniciativa se hacía necesaria la participación de todos, pero pareciera que algunos todavía no han comprendido que dentro de ese "todos" también están ellos.
De todas maneras me parece que el trabajo que se ha dado en esta comisión va a servir para que finalmente lleguemos a un acuerdo, y que esos que hoy no participan también estén incluidos. En ese sentido creo que debemos ser no sé si generosos pero sí hacer el esfuerzo para que esto sirva -como dijo algún dirigente gremial- para consolidar no sólo el presente sino también el futuro.
En ese sentido estamos muy agradecidos y sepan que siguen las puertas abiertas, que en marzo vamos a seguir trabajando y que seguramente nos llevará algún tiempo más pero de verdad creo que este proyecto se va a consolidar con la participación de todos.
SR. PRESIDENTE RECALDE Tiene la palabra el señor diputado Basteiro. Tiene un minuto y medio, señor diputado.
SR. BASTEIRO En verdad no iba a hablar pero como después hicieron uso de la palabra los señores diputados de los diferentes bloques quería también expresar el apoyo de nuestro bloque, Nuevo Encuentro, a este proyecto. De hecho soy cofirmante del proyecto del diputado Recalde y del diputado González, que tiene alguna arista semejante a éste, que viene con el apoyo no tan solo del Frente para la Victoria sino de otros bloques, de la CGT, de la CTA y de todos los sectores del trabajo.
Quiero reivindicar el trabajo que se hace en esta comisión, no en este tema en particular sino en todos los proyectos, donde hay acuerdos para defender principios de los trabajadores que fueron modificados y fijados durante mucho tiempo y que hoy la situación política de esta Cámara y del país permite que podamos avanzar en recuperarlos.
También quiero reivindicar la presencia de todas y cada unas de las agrupaciones o asociaciones que se acercaron el martes pasado y en el día de hoy, y lamentar o fustigar no solo la ausencia de la UIA y del "G-6" sino la forma en que plantearon que no iban a venir, mandando a que sigan durmiendo los periodistas y los diputados que teníamos que estar hoy a las 10 en esta sala. Por suerte, ni los periodistas ni los diputados nos quedamos dormidos. Seguramente Méndez debe estar con el pijama y las pantuflas todavía en su casa, poco proclive a trabajar, pues no ha querido venir a expresar su visión sobre este proyecto. Pero sí lo hicimos todos los que teníamos que estar, y creo que están dadas las condiciones para que en marzo seguramente podamos estar discutiéndolo en el recinto.
Quiero reivindicar el trabajo que se hace en esta comisión, no en este tema en particular sino en todos los proyectos, donde hay acuerdos para defender principios de los trabajadores que fueron modificados y fijados durante mucho tiempo y que hoy la situación política de esta Cámara y del país permite que podamos avanzar en recuperarlos.
También quiero reivindicar la presencia de todas y cada unas de las agrupaciones o asociaciones que se acercaron el martes pasado y en el día de hoy, y lamentar o fustigar no solo la ausencia de la UIA y del "G-6" sino la forma en que plantearon que no iban a venir, mandando a que sigan durmiendo los periodistas y los diputados que teníamos que estar hoy a las 10 en esta sala. Por suerte, ni los periodistas ni los diputados nos quedamos dormidos. Seguramente Méndez debe estar con el pijama y las pantuflas todavía en su casa, poco proclive a trabajar, pues no ha querido venir a expresar su visión sobre este proyecto. Pero sí lo hicimos todos los que teníamos que estar, y creo que están dadas las condiciones para que en marzo seguramente podamos estar discutiéndolo en el recinto.
SR. PRESIDENTE RECALDE Ahora le cedo la palabra al secretario general de la CGT, compañero Hugo Moyano, para que cierre la sesión.
SR. MOYANO Señor presidente: agradezco a usted y a todos los diputados presentes la invitación.
Quería comenzar mis palabras respondiendo a la pregunta que hizo la señora diputada Riobó respecto de si nosotros estamos dispuestos a discutir la posibilidad de otra central obrera, porque de esto es de lo que se habla, no de la libertad sindical. La libertad sindical creo que existe. Tanto es así que la semana pasada, antes de viajar, un dirigente extranjero me dijo: "Ustedes tienen tanta libertad sindical que ya hasta se hacen fraude entre ustedes". (Risas.) Quiere decir que la libertad sindical existe; tendríamos que discutir la necesidad o la posibilidad de hacer otra central. Sería importantísimo discutirlo. Nosotros estamos dispuestos a discutir ese tema, pero no creo que sea el momento. Con esto no quiero compartir lo que dicen los empresarios, en cuanto a que no es el momento de discutir el proyecto de ley sobre participación en las ganancias.
Todos los compañeros hablaron más o menos del tema de que los empresarios pretenden o intentan hacer socios a los trabajadores en las pérdidas. Y no tenemos que remontarnos muy lejos para comprobarlo. Cuando se produce la crisis internacional de 2008, con la caída de bancos en los Estados Unidos, etcétera, lógicamente en nuestro país se produce un bajón en las ventas. Había empresas que, por no poder importar -justamente por esa crisis-, entraron en una situación bastante difícil.
Muchos compañeros deben recordar que cuando le presentamos a la presidenta de la Nación la inquietud para evitar los despidos que vislumbrábamos, porque ya se mencionaba que se iban a producir, le transmitimos la necesidad de generar una norma que evitara los despidos masivos, porque en ese tipo de situaciones siempre hay aprovechamientos. Entonces le transmitimos a la presidenta la necesidad de duplicar o triplicar la indemnización a los trabajadores para evitar esos despidos masivos. Mientras tanto, el trabajador tendría dinero como para vivir con algo de dignidad, si no encontraba trabajo en los meses siguientes.
La presidenta, con muy buena intención, nos dijo: "Muchachos: lo peor que puede haber en el hogar de un trabajador es que llegue el telegrama de despido, porque produce una angustia generalizada en la familia. Nosotros vamos a aplicar una norma para evitar los despidos y para que el trabajador, a lo mejor con alguna demora, vuelva a iniciar sus tareas con normalidad".
Y así fue. A través del Ministerio de Trabajo se aplicó el Repro. ¿Qué significaba esto? Muchos de ustedes lo conocen. Significaba que el Estado -que somos todos, incluidos los trabajadores- paga parte del salario que correspondía pagar a las empresas. Nos pagaba parte del salario, y esto se dio en muchísimas empresas, fundamentalmente en las automotrices, en muchas empresas de la construcción, muchísimas empresas.
Eso significaba que el empresario estaba haciendo socio al trabajador en las pérdidas y que la ayuda del Estado -que somos todos, incluidos los trabajadores- llegaba a los efectos de poder pagar los salarios, y justamente de eso se trata: que en las pérdidas hacen socios a los trabajadores y en las ganancias se olvidan de aplicar las mismas normas, de hacerlos socios a los trabajadores.
Hace no mucho hemos leído que había empresas automotrices que habían logrado superar la fabricación histórica de vehículos. Y justamente superando esa situación que vivieron en 2008 y parte de 2009 hoy están trabajando a full y están teniendo ganancias extraordinarias, pero no llaman a los trabajadores, a los delegados y a las comisiones internas o a las organizaciones gremiales para ver cómo resuelven las superganancias que están teniendo; aunque sí hicieron eso -el compañero Manrique y todos los compañeros que están acá lo pueden ratificar- cuando llamaban a las organizaciones gremiales, a los cuerpos de delegados o comisiones internas para ver cómo resolvían el tema de la falta de trabajo.
Simplemente queremos que así como cuando las cosas andan mal el trabajador automáticamente pasa a ser socio de la empresa, suceda lo mismo cuando la empresa anda mejor. Simplemente eso. Yo creo que esto es una cuestión de sentido común. Como bien se dijo en este lugar, se trata de compartir parte de la ganancia -no es la ganancia entera- que se logró por el esfuerzo y el sacrificio que hace el trabajador, no por obra y gracia de la naturaleza. Es justamente eso lo que estamos pidiendo.
Por eso yo creo que es el mejor momento, porque las empresas están trabajando a full, porque las empresas se han recuperado de esa situación de supuestas pérdidas -entre comillas-, y hoy les pueden decir a los trabajadores que pueden compartir algo de las muchas ganancias que tienen. Simplemente eso. Es así que no me llama la atención lo que han hecho los sectores empresarios. Alguien que sabe más que nosotros decía que la víscera más sensible del hombre era el bolsillo, y justamente esto significa tocarle la víscera más sensible. Por eso argumentan con cosas que no tienen sentido, con la cubanización y otros sinsentidos, porque ni saben a qué se refieren, pero evidentemente lo que tratan de evitar es que este proyecto se convierta en ley.
Yo sé que hay muchos compañeros diputados -y no compañeros- que están de acuerdo con este proyecto. Y como sé que, no sé si en este lugar pero sí en el recinto, hay muchos hombres que provienen del peronismo, yo le voy a pedir a mi compañero Juan Carlos Schmid que le dé lectura a un fragmento de un discurso pronunciado por nuestro líder, el general Perón, el 10 de octubre de 1945, una semana antes de que se produjera la extraordinaria movilización de los trabajadores para rescatarlo de las garras de la oligarquía.
T.23
egb
LT
Le voy a pedir entonces al compañero Schmid -porque no traje los lentes- que dé lectura a algo que dijo el general Perón el 10 de octubre de 1945, aunque no creo que los compañeros se hayan olvidado. Pero, por si acaso, se lo queremos recordar.
Quería comenzar mis palabras respondiendo a la pregunta que hizo la señora diputada Riobó respecto de si nosotros estamos dispuestos a discutir la posibilidad de otra central obrera, porque de esto es de lo que se habla, no de la libertad sindical. La libertad sindical creo que existe. Tanto es así que la semana pasada, antes de viajar, un dirigente extranjero me dijo: "Ustedes tienen tanta libertad sindical que ya hasta se hacen fraude entre ustedes". (Risas.) Quiere decir que la libertad sindical existe; tendríamos que discutir la necesidad o la posibilidad de hacer otra central. Sería importantísimo discutirlo. Nosotros estamos dispuestos a discutir ese tema, pero no creo que sea el momento. Con esto no quiero compartir lo que dicen los empresarios, en cuanto a que no es el momento de discutir el proyecto de ley sobre participación en las ganancias.
Todos los compañeros hablaron más o menos del tema de que los empresarios pretenden o intentan hacer socios a los trabajadores en las pérdidas. Y no tenemos que remontarnos muy lejos para comprobarlo. Cuando se produce la crisis internacional de 2008, con la caída de bancos en los Estados Unidos, etcétera, lógicamente en nuestro país se produce un bajón en las ventas. Había empresas que, por no poder importar -justamente por esa crisis-, entraron en una situación bastante difícil.
Muchos compañeros deben recordar que cuando le presentamos a la presidenta de la Nación la inquietud para evitar los despidos que vislumbrábamos, porque ya se mencionaba que se iban a producir, le transmitimos la necesidad de generar una norma que evitara los despidos masivos, porque en ese tipo de situaciones siempre hay aprovechamientos. Entonces le transmitimos a la presidenta la necesidad de duplicar o triplicar la indemnización a los trabajadores para evitar esos despidos masivos. Mientras tanto, el trabajador tendría dinero como para vivir con algo de dignidad, si no encontraba trabajo en los meses siguientes.
La presidenta, con muy buena intención, nos dijo: "Muchachos: lo peor que puede haber en el hogar de un trabajador es que llegue el telegrama de despido, porque produce una angustia generalizada en la familia. Nosotros vamos a aplicar una norma para evitar los despidos y para que el trabajador, a lo mejor con alguna demora, vuelva a iniciar sus tareas con normalidad".
Y así fue. A través del Ministerio de Trabajo se aplicó el Repro. ¿Qué significaba esto? Muchos de ustedes lo conocen. Significaba que el Estado -que somos todos, incluidos los trabajadores- paga parte del salario que correspondía pagar a las empresas. Nos pagaba parte del salario, y esto se dio en muchísimas empresas, fundamentalmente en las automotrices, en muchas empresas de la construcción, muchísimas empresas.
Eso significaba que el empresario estaba haciendo socio al trabajador en las pérdidas y que la ayuda del Estado -que somos todos, incluidos los trabajadores- llegaba a los efectos de poder pagar los salarios, y justamente de eso se trata: que en las pérdidas hacen socios a los trabajadores y en las ganancias se olvidan de aplicar las mismas normas, de hacerlos socios a los trabajadores.
Hace no mucho hemos leído que había empresas automotrices que habían logrado superar la fabricación histórica de vehículos. Y justamente superando esa situación que vivieron en 2008 y parte de 2009 hoy están trabajando a full y están teniendo ganancias extraordinarias, pero no llaman a los trabajadores, a los delegados y a las comisiones internas o a las organizaciones gremiales para ver cómo resuelven las superganancias que están teniendo; aunque sí hicieron eso -el compañero Manrique y todos los compañeros que están acá lo pueden ratificar- cuando llamaban a las organizaciones gremiales, a los cuerpos de delegados o comisiones internas para ver cómo resolvían el tema de la falta de trabajo.
Simplemente queremos que así como cuando las cosas andan mal el trabajador automáticamente pasa a ser socio de la empresa, suceda lo mismo cuando la empresa anda mejor. Simplemente eso. Yo creo que esto es una cuestión de sentido común. Como bien se dijo en este lugar, se trata de compartir parte de la ganancia -no es la ganancia entera- que se logró por el esfuerzo y el sacrificio que hace el trabajador, no por obra y gracia de la naturaleza. Es justamente eso lo que estamos pidiendo.
Por eso yo creo que es el mejor momento, porque las empresas están trabajando a full, porque las empresas se han recuperado de esa situación de supuestas pérdidas -entre comillas-, y hoy les pueden decir a los trabajadores que pueden compartir algo de las muchas ganancias que tienen. Simplemente eso. Es así que no me llama la atención lo que han hecho los sectores empresarios. Alguien que sabe más que nosotros decía que la víscera más sensible del hombre era el bolsillo, y justamente esto significa tocarle la víscera más sensible. Por eso argumentan con cosas que no tienen sentido, con la cubanización y otros sinsentidos, porque ni saben a qué se refieren, pero evidentemente lo que tratan de evitar es que este proyecto se convierta en ley.
Yo sé que hay muchos compañeros diputados -y no compañeros- que están de acuerdo con este proyecto. Y como sé que, no sé si en este lugar pero sí en el recinto, hay muchos hombres que provienen del peronismo, yo le voy a pedir a mi compañero Juan Carlos Schmid que le dé lectura a un fragmento de un discurso pronunciado por nuestro líder, el general Perón, el 10 de octubre de 1945, una semana antes de que se produjera la extraordinaria movilización de los trabajadores para rescatarlo de las garras de la oligarquía.
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Le voy a pedir entonces al compañero Schmid -porque no traje los lentes- que dé lectura a algo que dijo el general Perón el 10 de octubre de 1945, aunque no creo que los compañeros se hayan olvidado. Pero, por si acaso, se lo queremos recordar.
SR. SCHMID Voy a intentar leerlo, porque yo tampoco traje mis lentes. (Risas.)
El general Perón decía así: "También dejo firmado un decreto de una importancia extraordinaria para los trabajadores. Es el que se refiere al aumento de sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico y la participación en las ganancias.
"Dicho decreto, que he suscripto en mi carácter de secretario de Estado tiene las firmas de los ministros de Obras Públicas y de Marina, y beneficia no solamente a los gestores de la iniciativa -la Confederación de Empleados de Comercio-, sino a todos los trabajadores argentinos".
Esto lo dijo Juan Domingo Perón el 10 de octubre de 1945.
El general Perón decía así: "También dejo firmado un decreto de una importancia extraordinaria para los trabajadores. Es el que se refiere al aumento de sueldos y salarios, implantación del salario móvil, vital y básico y la participación en las ganancias.
"Dicho decreto, que he suscripto en mi carácter de secretario de Estado tiene las firmas de los ministros de Obras Públicas y de Marina, y beneficia no solamente a los gestores de la iniciativa -la Confederación de Empleados de Comercio-, sino a todos los trabajadores argentinos".
Esto lo dijo Juan Domingo Perón el 10 de octubre de 1945.
SR. PRESIDENTE RECALDE Yo quiero hacer una acotación, porque a raíz de ese discurso hubo un comunicado de la Unión Industrial Argentina -figura en los Anales de esa entidad- que decía que si se aplicaba ese decreto, en dos años quebraba la industria. Obviamente nunca prosperó tanto la industria nacional como a partir de 1945.
Tiene la palabra el compañero Moyano.
Tiene la palabra el compañero Moyano.
SR. MOYANO Simplemente quiero agradecerle nuevamente, y decirle a la señora diputada Riobó que estamos dispuestos a discutir el tema, que nos parece muy importante. Pero no hablemos de libertad sindical. Tenemos libertad "hasta para hacernos fraude"; fíjese si hay libertad sindical. (Risas.)
Por eso, sería importante discutir la posibilidad de tener otra central o no.
Por eso, sería importante discutir la posibilidad de tener otra central o no.
SR. PRESIDENTE RECALDE Agradecemos a los compañeros de la CGT por su presencia.
Queda levantada la reunión.
Queda levantada la reunión.
la hora 17 y 17.