LIBERTAD DE EXPRESION
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Reunión del día 19/10/2010
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Reunión del día 04/12/2018
- VARIOS
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los diecinueve días del mes de octubre de 2010, a la hora 12 y 12:
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Damos comienzo a la reunión conjunta de las comisiones de Comercio, de Asuntos Constitucionales, de Libertad de Expresión, de Comunicaciones e Informática y de Peticiones, Poderes y Reglamento.
Como ustedes recordarán, en la última sesión de la Honorable Cámara se aprobó un emplazamiento para la realización de esta reunión, que tiene un temario que consta de seis proyectos: el mensaje 1.208 del Poder Ejecutivo y proyecto de ley por el cual se declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios; el proyecto de ley del señor diputado de Marchi, contenido en el expediente 6422-d-2010, por el que se resuelve llamar a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado nacional en Papel Prensa Sociedad Anónima; el proyecto de ley contenido en el expediente 6617-d-2010, de los señores diputados Mouillerón, Ferrari, Thomas, Rucci, Merlo y Pérez (A.J.), por el que se fija en cero por ciento el derecho de importación de papel prensa; el expediente 6751-d-2010, de los señores diputados Merchan, Donda Pérez, Cardelli, Argumedo, Solanas, Macaluse, Benas e Iturraspe, proyecto de ley por el que se declara de interés público el Papel de pasta de celulosa para diario, marco regulatorio y control parlamentario; el expediente 7373-d-2010, proyecto de resolución del señor diputado Gullo, por el que se expresa preocupación por las medidas adoptados por los socios mayoritarios de la empresa Papel Prensa S.A. por las cuales restringen la entrega de materia prima al diario El Independiente que circula en la provincia de La Rioja y otras cuestiones conexas, y el expediente 7381-d-2010, de los señores diputados Basteiro, Heller y Sabbatella, que contiene un proyecto de ley por el que se declara de interés público el proceso de producción, comercialización y distribución del papel de pasta de celulosa para diarios.
Al respecto, hace varias semanas que la Comisión de Comercio comenzó el tratamiento de los dos primeros proyectos ingresados, es decir, el enviado por el Poder Ejecutivo y el presentado por el señor diputado de Marchi. Además, en esa reunión la comisión se decidió llevar adelante cinco audiencias públicas en el ámbito de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
En esas audiencias se presentaron más de ciento veinte expositores, entre ellos representantes de diarios, de gremios, del mundo académico, de las universidades y también, por supuesto, constitucionalistas.
Citaré algunos que me parece importante destacar: el diario Crónica; el diario La Arena, de La Pampa; El Diario de La Pampa; el diario Página 12; el diario El Siglo, de Tucumán; el diario El Tribuno, de Tucumán; el semanario El Planeta; El Diario, de Villa Carlos Paz; El Periódico, de San Francisco; el diario Sumario, de Alta Gracia, provincia de Córdoba; El Diario de Escobar; el ex director del diario La Razón, que también estuvo presente; el Grupo Uno; el diario Ambito Financiero; el diario Noticias de la Costa, de Viedma, provincia de Río Negro, y El Nuevo Diario Rojense, de Rojas, cuyo director también participó.
Estos son algunos de los medios que estuvieron presentes en las audiencias públicas y dieron su opinión acerca de los proyectos en discusión. Aquellas iniciativas que se sumaron después y cuya inclusión no pudo ser aprobada en el seno de la comisión, también fueron incluidas en la página que la Comisión de Comercio tiene en el sitio web de la Cámara de Diputados, a fin de que pudieran ser analizadas junto con las demás. Así fue como ingresó el resto de los proyectos para que las distintas voces pudieran expresarse sobre ellos en el seno de las audiencias públicas.
Como dije antes, también estuvieron presentes las universidades. Entre las que adhirieron al espíritu del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo se encuentran la Universidad Nacional "Arturo Jauretche", la Universidad Nacional del Chaco Austral; la Universidad Nacional de Río Negro, la Universidad Nacional de Chilecito, la Universidad Nacional de la Rioja, la Universidad Nacional de la Patagonia "San Juan Bosco", la Universidad Nacional de Misiones, la Universidad Nacional de Luján, la Universidad Nacional de Tucumán, la Universidad Tecnológica Nacional, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, la Universidad Nacional de Río Cuarto, la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Nacional de Santiago del Estero, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la Universidad Nacional de Jujuy, la Universidad Nacional de Lanús, la Universidad Nacional de General Sarmiento, la Universidad Nacional de Entre Ríos, la Universidad Nacional de Avellaneda, la Universidad Autónoma de Entre Ríos, la Universidad Nacional de La Matanza, la Universidad Nacional de Villa María, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de San Martín, la Universidad Nacional de La Pampa, la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional de Moreno.
Además de estas audiencias públicas, por disposición de la señora presidenta de la Nación, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas realizó doce foros en todo el territorio nacional. El viernes de la semana pasada se celebró el último, en la ciudad de Mar del Plata. También en estos foros se escucharon las diferentes iniciativas de los diarios de toda la República Argentina. Todos los que quisieron hacerlo, pudieron expresarse respecto del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo a fin de que éste recogiese luego las distintas experiencias y lo que cada uno tenía para decir.
En verdad, para nosotros esta iniciativa ha sido ampliamente discutida a lo largo y a lo ancho del país. Durante muchas semanas se analizó no sólo este proyecto de ley sobre declaración de interés público sino también las otras iniciativas presentadas.
Hemos elaborado un dictamen sobre la base de los proyectos de diputados de diferentes bloques que se han expresado claramente acerca de la necesidad de declarar de interés público la fabricación, distribución y comercialización de la pasta celulosa y de papel para diarios.
Por ello creemos que estamos en condiciones de generar un consenso interesante, amplio.
Pido a los señores diputados que guarden silencio; en verdad me cuesta hablar con el ruido que siento detrás de mí y no sé si los señores diputados pueden escuchar lo que estoy diciendo.
Como decía, pienso que es posible generar un acuerdo para que podamos irnos de esta reunión con un dictamen lo más ampliamente consensuado. Hemos trabajado, repito, con diferentes bloques que se expresaron en el sentido de resolver definitivamente lo que durante estos años de recuperación democrática la Argentina no ha podido resolver.
En todo este tiempo hemos escuchado diferentes voces provenientes siempre del mismo lugar.
Me refiero a las voces de los diarios que son las víctimas de no recibir el papel que tienen que recibir por parte de la única planta de pasta de celulosa para papel de diarios que existe en la Argentina, que es Papel Prensa Sociedad Anónima.
Creemos que esta es una deuda de la democracia que hay que resolver, y no hay ningún lugar mejor que este Parlamento para poder hacerlo.
Por eso entendemos que es muy importante el proyecto que se ha elaborado, que básicamente declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa para papel de diario y crea una comisión bicameral con facultades de control. Además, agrega también la declaración de interés público de la producción de madera para la elaboración de pasta de celulosa.
Por ello, creemos que es posible emitir este dictamen en el día hoy, teniendo en cuenta además que por lo menos vamos a tardar dos semanas en llevarlo al recinto, con lo cual también va a haber tiempo de seguir discutiendo ese dictamen que hoy esta presidenta de la Comisión de Comercio, que además es la presidenta de este plenario, va a pasar a la firma.
Voy a pedir que los que quieran hacer uso de la palabra, luego de dar la palabra a los presidentes de las otras comisiones que integran este plenario, vayan levantando la mano para que los secretarios puedan anotarlos.
Tiene la palabra el presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, diputado Vargas Aignasse.
Como ustedes recordarán, en la última sesión de la Honorable Cámara se aprobó un emplazamiento para la realización de esta reunión, que tiene un temario que consta de seis proyectos: el mensaje 1.208 del Poder Ejecutivo y proyecto de ley por el cual se declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa y de papel para diarios; el proyecto de ley del señor diputado de Marchi, contenido en el expediente 6422-d-2010, por el que se resuelve llamar a licitación pública nacional para proceder a la venta de las acciones de titularidad del Estado nacional en Papel Prensa Sociedad Anónima; el proyecto de ley contenido en el expediente 6617-d-2010, de los señores diputados Mouillerón, Ferrari, Thomas, Rucci, Merlo y Pérez (A.J.), por el que se fija en cero por ciento el derecho de importación de papel prensa; el expediente 6751-d-2010, de los señores diputados Merchan, Donda Pérez, Cardelli, Argumedo, Solanas, Macaluse, Benas e Iturraspe, proyecto de ley por el que se declara de interés público el Papel de pasta de celulosa para diario, marco regulatorio y control parlamentario; el expediente 7373-d-2010, proyecto de resolución del señor diputado Gullo, por el que se expresa preocupación por las medidas adoptados por los socios mayoritarios de la empresa Papel Prensa S.A. por las cuales restringen la entrega de materia prima al diario El Independiente que circula en la provincia de La Rioja y otras cuestiones conexas, y el expediente 7381-d-2010, de los señores diputados Basteiro, Heller y Sabbatella, que contiene un proyecto de ley por el que se declara de interés público el proceso de producción, comercialización y distribución del papel de pasta de celulosa para diarios.
Al respecto, hace varias semanas que la Comisión de Comercio comenzó el tratamiento de los dos primeros proyectos ingresados, es decir, el enviado por el Poder Ejecutivo y el presentado por el señor diputado de Marchi. Además, en esa reunión la comisión se decidió llevar adelante cinco audiencias públicas en el ámbito de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
En esas audiencias se presentaron más de ciento veinte expositores, entre ellos representantes de diarios, de gremios, del mundo académico, de las universidades y también, por supuesto, constitucionalistas.
Citaré algunos que me parece importante destacar: el diario Crónica; el diario La Arena, de La Pampa; El Diario de La Pampa; el diario Página 12; el diario El Siglo, de Tucumán; el diario El Tribuno, de Tucumán; el semanario El Planeta; El Diario, de Villa Carlos Paz; El Periódico, de San Francisco; el diario Sumario, de Alta Gracia, provincia de Córdoba; El Diario de Escobar; el ex director del diario La Razón, que también estuvo presente; el Grupo Uno; el diario Ambito Financiero; el diario Noticias de la Costa, de Viedma, provincia de Río Negro, y El Nuevo Diario Rojense, de Rojas, cuyo director también participó.
Estos son algunos de los medios que estuvieron presentes en las audiencias públicas y dieron su opinión acerca de los proyectos en discusión. Aquellas iniciativas que se sumaron después y cuya inclusión no pudo ser aprobada en el seno de la comisión, también fueron incluidas en la página que la Comisión de Comercio tiene en el sitio web de la Cámara de Diputados, a fin de que pudieran ser analizadas junto con las demás. Así fue como ingresó el resto de los proyectos para que las distintas voces pudieran expresarse sobre ellos en el seno de las audiencias públicas.
Como dije antes, también estuvieron presentes las universidades. Entre las que adhirieron al espíritu del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo se encuentran la Universidad Nacional "Arturo Jauretche", la Universidad Nacional del Chaco Austral; la Universidad Nacional de Río Negro, la Universidad Nacional de Chilecito, la Universidad Nacional de la Rioja, la Universidad Nacional de la Patagonia "San Juan Bosco", la Universidad Nacional de Misiones, la Universidad Nacional de Luján, la Universidad Nacional de Tucumán, la Universidad Tecnológica Nacional, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, la Universidad Nacional de Río Cuarto, la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Nacional de Santiago del Estero, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, la Universidad Nacional de Jujuy, la Universidad Nacional de Lanús, la Universidad Nacional de General Sarmiento, la Universidad Nacional de Entre Ríos, la Universidad Nacional de Avellaneda, la Universidad Autónoma de Entre Ríos, la Universidad Nacional de La Matanza, la Universidad Nacional de Villa María, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de San Martín, la Universidad Nacional de La Pampa, la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional de Moreno.
Además de estas audiencias públicas, por disposición de la señora presidenta de la Nación, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas realizó doce foros en todo el territorio nacional. El viernes de la semana pasada se celebró el último, en la ciudad de Mar del Plata. También en estos foros se escucharon las diferentes iniciativas de los diarios de toda la República Argentina. Todos los que quisieron hacerlo, pudieron expresarse respecto del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo a fin de que éste recogiese luego las distintas experiencias y lo que cada uno tenía para decir.
En verdad, para nosotros esta iniciativa ha sido ampliamente discutida a lo largo y a lo ancho del país. Durante muchas semanas se analizó no sólo este proyecto de ley sobre declaración de interés público sino también las otras iniciativas presentadas.
Hemos elaborado un dictamen sobre la base de los proyectos de diputados de diferentes bloques que se han expresado claramente acerca de la necesidad de declarar de interés público la fabricación, distribución y comercialización de la pasta celulosa y de papel para diarios.
Por ello creemos que estamos en condiciones de generar un consenso interesante, amplio.
Pido a los señores diputados que guarden silencio; en verdad me cuesta hablar con el ruido que siento detrás de mí y no sé si los señores diputados pueden escuchar lo que estoy diciendo.
Como decía, pienso que es posible generar un acuerdo para que podamos irnos de esta reunión con un dictamen lo más ampliamente consensuado. Hemos trabajado, repito, con diferentes bloques que se expresaron en el sentido de resolver definitivamente lo que durante estos años de recuperación democrática la Argentina no ha podido resolver.
En todo este tiempo hemos escuchado diferentes voces provenientes siempre del mismo lugar.
Me refiero a las voces de los diarios que son las víctimas de no recibir el papel que tienen que recibir por parte de la única planta de pasta de celulosa para papel de diarios que existe en la Argentina, que es Papel Prensa Sociedad Anónima.
Creemos que esta es una deuda de la democracia que hay que resolver, y no hay ningún lugar mejor que este Parlamento para poder hacerlo.
Por eso entendemos que es muy importante el proyecto que se ha elaborado, que básicamente declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta de celulosa para papel de diario y crea una comisión bicameral con facultades de control. Además, agrega también la declaración de interés público de la producción de madera para la elaboración de pasta de celulosa.
Por ello, creemos que es posible emitir este dictamen en el día hoy, teniendo en cuenta además que por lo menos vamos a tardar dos semanas en llevarlo al recinto, con lo cual también va a haber tiempo de seguir discutiendo ese dictamen que hoy esta presidenta de la Comisión de Comercio, que además es la presidenta de este plenario, va a pasar a la firma.
Voy a pedir que los que quieran hacer uso de la palabra, luego de dar la palabra a los presidentes de las otras comisiones que integran este plenario, vayan levantando la mano para que los secretarios puedan anotarlos.
Tiene la palabra el presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, diputado Vargas Aignasse.
SR. VARGAS AIGNASSE En rigor de verdad creo que no sólo las audiencias que se han llevado a cabo aquí en el Congreso han sido muy útiles sino también los foros que se han desarrollado en las provincias. En particular en el que se ha desarrollado en la mía -del que también participó la Universidad Nacional de Tucumán- el aporte que han hecho los diarios y revistas de mi provincia ha sido muy interesante, ya que desnuda una realidad que los legisladores no conocemos o conocíamos en forma solapada, que tiene que ver con cómo se ha ido construyendo la historia de los medios de comunicación a partir de la pelea por ese insumo tan esencial y fundamental como es el papel.
La empresa Papel Prensa nació con un objetivo, que era proveer papel a las empresas nacionales para que no tengan que importar. Lamentablemente esa suerte de expresión de anhelo o acta fundacional de esta empresa no pudo cumplirse al poco tiempo de comenzar a funcionar. Al momento que Papel Prensa fue tomada por un grupo de empresas que tenían intereses en el negocio editorial, el gobierno de facto disponía entre un 44 y un 48 por ciento de derechos de importación para aquellos que quisieran comprar papel en el extranjero. A partir de allí empezó un proceso de condicionamiento para las empresas editoriales de la Argentina porque había dos opciones: la empresa gráfica cerraba o tenía que estar dispuesta a comprar papel de diario a Papel Prensa, porque no podían importar. Pero para comprar papel de diario en Papel Prensa tenían que tener una mirada positiva hacia quien gobernaba la Argentina a través de una decisión absolutamente antidemocrática, ya que se trataba de un gobierno dictatorial.
Así empieza a construirse esta historia para muchísimos diarios y revistas en la República Argentina. Obviamente muchos tuvieron que cerrar; otros accedieron al papel a través de revendedores o través de cortes y recortes.
A partir de allí vimos cómo estas empresas monopólicas tenían un interés editorial que condicionaba el desarrollo de la actividad y de la igualdad en el proceso de la construcción de la palabra.
Las empresas del interior del país han padecido brutalmente estos condicionantes. Soy de una provincia en donde el diario más importante -La Gaceta, de Tucumán- compra 500 toneladas de papel por mes y no las compra en Papel Prensa; las compra en Chile. Pero en su momento también las importó de Rusia, de Finlandia y de Canadá.
Es oportuno decir que el diario La Gaceta de Tucumán es un diario independiente que de ninguna manera tiene una mirada afín con el gobierno nacional, aunque tampoco es un crítico desmesurado; podemos decir que es un diario independiente. Lo cierto es que no tiene la posibilidad de comprar papel en la Argentina. Por eso, cuando se produjo la devaluación tuvo muchísimos problemas para conseguir este insumo, que representa aproximadamente el 40 por ciento del costo editorial.
Entonces, al no poder importar por el valor que tenía el dólar, terminó comprando un papel que al efecto produjo Papel de Tucumán, con una materia prima que es el bagazo -que es el desecho de la caña-, que produce un papel para diarios de muy baja calidad, que además provoca daños en el sistema de impresión por lo fibroso que es.
En consecuencia, durante un tiempo importante los diarios del norte del país salían en un papel que no era papel para diario; era papel semidiario, de muy baja calidad, de mucha rigidez, como papel viejo.
Eso es lo que pasaba: no había cupo, no había cómo comprar. Así, el diario El siglo compra entre 24 o 25 toneladas por mes; como no le conviene comprar en el exterior por la cantidad que necesita, termina pagándole a los revendedores un precio muy superior.
Podríamos decir que hoy en la Argentina la situación es muy complicada para una gran cantidad de empresas editoriales. Además, hay un componente que es necesario que tengamos en cuenta todos los señores legisladores que estamos acá sentados: el papel es un commodity que va en franco proceso de pérdida de demanda en el mercado internacional.
¿Por qué se produce ese fenómeno? Porque en el mundo nos informamos cada vez más a través de la banda ancha. Cada vez hay menos gente que lee diario de papel. Seguramente dentro de unos años nuestros hijos y nuestros nietos ni van a ojear un papel; ni van a tocar un papel para informarse. Seguramente seremos nosotros quienes romántica y nostálgicamente leeremos un diario de papel los domingos con mayor tranquilidad.
¿Qué es lo que ocurre? En el mundo las grandes empresas han tenido que fusionarse; me refiero a las canadienses y a las americanas, que son las grandes productoras de papel. Digo esto porque cuando el papel esta a menos de 500 dólares la tonelada, es un negocio a quebranto. Por eso, las empresas más importantes han tenido que fusionarse. Entonces, ¿qué está ocurriendo? Las empresas están produciendo únicamente para abastecer su mercado interno. Esto es lo que nosotros -los legisladores que estamos aquí sentados- tenemos que entender. Dentro de unos años las empresas argentinas no podrán salir a comprar papel en los demás país, porque no habrá papel en el mundo para las empresas de otros países. Cada país va a producir sólo lo que demanda su mercado. Digo esto porque ya no es negocio producir papel para diario; cada vez hay menos demanda. Por ejemplo, Papel de Tucumán y Ledesma son grandes productores de papel obra, que es otro tipo de papel; es el papel en el que se imprime el texto de los proyectos de ley.
Evidentemente, el horizonte es muy complicado. Por eso, a esta empresa que está integrada en un 27 por ciento por el Estado nacional, hay que ponerla a producir para que abastezca la demanda nacional.
Así, a partir de este proyecto, de esta comisión bicameral y de un consejo federal en el que estén representadas todas las empresas editoriales del interior del país, podremos asegurarnos de que esa producción llegue en cantidad y calidad a todas las empresas editoriales de la República Argentina.
No podemos seguir permitiendo que una enorme cantidad de editoriales de la República Argentina tengan que comprar papel en el exterior y, por eso, verse sujetas a los avatares del mercado internacional de un commodity que cada año se produce en menor cantidad y que, naturalmente, para quienes compren en otro país resultará cada vez más costoso.
¿Qué sabemos qué hará el próximo gobierno? Hoy por decisión del gobierno nacional se aplica una alícuota cero para la importación de papel de diarios. Pero puede ocurrir que en el futuro tengamos un gobierno que decida aplicar una alícuota determinada para la importación, como ha pasado durante la dictadura militar, que aplicaba un 44 o 48 por ciento en concepto de derechos de importación. ¿Qué pasaría con esas empresas editoriales? Esa sería la forma de constreñir a las empresas editoriales a un poder monopólico de un gobierno que quiera sujetar la palabra y la opinión a través de este mecanismo.
Es por eso que esperamos poder firmar este dictamen en el día de hoy y avanzar con este proyecto que nos parece sumamente sano y que, de alguna manera, viene a sostener una política nacional que tiene que ver con la democratización de los medios de comunicación.
La empresa Papel Prensa nació con un objetivo, que era proveer papel a las empresas nacionales para que no tengan que importar. Lamentablemente esa suerte de expresión de anhelo o acta fundacional de esta empresa no pudo cumplirse al poco tiempo de comenzar a funcionar. Al momento que Papel Prensa fue tomada por un grupo de empresas que tenían intereses en el negocio editorial, el gobierno de facto disponía entre un 44 y un 48 por ciento de derechos de importación para aquellos que quisieran comprar papel en el extranjero. A partir de allí empezó un proceso de condicionamiento para las empresas editoriales de la Argentina porque había dos opciones: la empresa gráfica cerraba o tenía que estar dispuesta a comprar papel de diario a Papel Prensa, porque no podían importar. Pero para comprar papel de diario en Papel Prensa tenían que tener una mirada positiva hacia quien gobernaba la Argentina a través de una decisión absolutamente antidemocrática, ya que se trataba de un gobierno dictatorial.
Así empieza a construirse esta historia para muchísimos diarios y revistas en la República Argentina. Obviamente muchos tuvieron que cerrar; otros accedieron al papel a través de revendedores o través de cortes y recortes.
A partir de allí vimos cómo estas empresas monopólicas tenían un interés editorial que condicionaba el desarrollo de la actividad y de la igualdad en el proceso de la construcción de la palabra.
Las empresas del interior del país han padecido brutalmente estos condicionantes. Soy de una provincia en donde el diario más importante -La Gaceta, de Tucumán- compra 500 toneladas de papel por mes y no las compra en Papel Prensa; las compra en Chile. Pero en su momento también las importó de Rusia, de Finlandia y de Canadá.
Es oportuno decir que el diario La Gaceta de Tucumán es un diario independiente que de ninguna manera tiene una mirada afín con el gobierno nacional, aunque tampoco es un crítico desmesurado; podemos decir que es un diario independiente. Lo cierto es que no tiene la posibilidad de comprar papel en la Argentina. Por eso, cuando se produjo la devaluación tuvo muchísimos problemas para conseguir este insumo, que representa aproximadamente el 40 por ciento del costo editorial.
Entonces, al no poder importar por el valor que tenía el dólar, terminó comprando un papel que al efecto produjo Papel de Tucumán, con una materia prima que es el bagazo -que es el desecho de la caña-, que produce un papel para diarios de muy baja calidad, que además provoca daños en el sistema de impresión por lo fibroso que es.
En consecuencia, durante un tiempo importante los diarios del norte del país salían en un papel que no era papel para diario; era papel semidiario, de muy baja calidad, de mucha rigidez, como papel viejo.
Eso es lo que pasaba: no había cupo, no había cómo comprar. Así, el diario El siglo compra entre 24 o 25 toneladas por mes; como no le conviene comprar en el exterior por la cantidad que necesita, termina pagándole a los revendedores un precio muy superior.
Podríamos decir que hoy en la Argentina la situación es muy complicada para una gran cantidad de empresas editoriales. Además, hay un componente que es necesario que tengamos en cuenta todos los señores legisladores que estamos acá sentados: el papel es un commodity que va en franco proceso de pérdida de demanda en el mercado internacional.
¿Por qué se produce ese fenómeno? Porque en el mundo nos informamos cada vez más a través de la banda ancha. Cada vez hay menos gente que lee diario de papel. Seguramente dentro de unos años nuestros hijos y nuestros nietos ni van a ojear un papel; ni van a tocar un papel para informarse. Seguramente seremos nosotros quienes romántica y nostálgicamente leeremos un diario de papel los domingos con mayor tranquilidad.
¿Qué es lo que ocurre? En el mundo las grandes empresas han tenido que fusionarse; me refiero a las canadienses y a las americanas, que son las grandes productoras de papel. Digo esto porque cuando el papel esta a menos de 500 dólares la tonelada, es un negocio a quebranto. Por eso, las empresas más importantes han tenido que fusionarse. Entonces, ¿qué está ocurriendo? Las empresas están produciendo únicamente para abastecer su mercado interno. Esto es lo que nosotros -los legisladores que estamos aquí sentados- tenemos que entender. Dentro de unos años las empresas argentinas no podrán salir a comprar papel en los demás país, porque no habrá papel en el mundo para las empresas de otros países. Cada país va a producir sólo lo que demanda su mercado. Digo esto porque ya no es negocio producir papel para diario; cada vez hay menos demanda. Por ejemplo, Papel de Tucumán y Ledesma son grandes productores de papel obra, que es otro tipo de papel; es el papel en el que se imprime el texto de los proyectos de ley.
Evidentemente, el horizonte es muy complicado. Por eso, a esta empresa que está integrada en un 27 por ciento por el Estado nacional, hay que ponerla a producir para que abastezca la demanda nacional.
Así, a partir de este proyecto, de esta comisión bicameral y de un consejo federal en el que estén representadas todas las empresas editoriales del interior del país, podremos asegurarnos de que esa producción llegue en cantidad y calidad a todas las empresas editoriales de la República Argentina.
No podemos seguir permitiendo que una enorme cantidad de editoriales de la República Argentina tengan que comprar papel en el exterior y, por eso, verse sujetas a los avatares del mercado internacional de un commodity que cada año se produce en menor cantidad y que, naturalmente, para quienes compren en otro país resultará cada vez más costoso.
¿Qué sabemos qué hará el próximo gobierno? Hoy por decisión del gobierno nacional se aplica una alícuota cero para la importación de papel de diarios. Pero puede ocurrir que en el futuro tengamos un gobierno que decida aplicar una alícuota determinada para la importación, como ha pasado durante la dictadura militar, que aplicaba un 44 o 48 por ciento en concepto de derechos de importación. ¿Qué pasaría con esas empresas editoriales? Esa sería la forma de constreñir a las empresas editoriales a un poder monopólico de un gobierno que quiera sujetar la palabra y la opinión a través de este mecanismo.
Es por eso que esperamos poder firmar este dictamen en el día de hoy y avanzar con este proyecto que nos parece sumamente sano y que, de alguna manera, viene a sostener una política nacional que tiene que ver con la democratización de los medios de comunicación.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Camaño.
SRA. CAMAÑO Señora presidenta: en principio, quisiera que usted, que tiene la responsabilidad de conducir este plenario de comisiones, arbitre los medios para que los dictámenes no se empiecen a firmar, como está ocurriendo en este momento, porque eso no solamente carece de ética sino que, además, es ilegítimo.
SR. KUNKEL ¡Esa es la ética de Barrionuevo!
SRA. CAMAÑO Sí, señor diputado Kunkel. De la misma manera que sus esposas y amantes son sus esposas y amantes, yo soy la esposa de Barrionuevo.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. CAMAÑO Quiero decirle a todos los señores diputados por qué considero que no corresponde que en el día de hoy estemos firmando este dictamen.
Como todos sabemos, este tema, que es un tema sumamente conflictivo, ha tenido desde el comienzo algunos inconvenientes que nos han costado estar algún tiempo sin sesiones.
Cuando el tema ingresó a la Cámara de Diputados advertí, como presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que se vulneraban, previamente a cualquier tratamiento, dos custiones constitucionales importantes. Una tenía que ver con una facultad delegada fenomenal que pretende el Poder Ejecutivo y que, como todos saben, no hay un marco jurídico propicio para que podamos realizar esa facultad delegada.
La otra cuestión tiene que ver con aquello que tutela, de alguna manera, con rango constitucional, el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos -más conocida como el Pacto de San José de Costa Rica-, que se refiere puntualmente a los controles oficiales y particulares de papel para periódico.
Esas dos cuestiones me llevaron a presentarle al presidente de la Cámara de Diputados una extensa nota el día 30 de agosto, a través de la cual solicitaba que fuera la Comisión de Asuntos Constitucionales la que debería expedirse en primer término.
Resulta obvio que si desconocemos si estamos o no en presencia de alguna inconstitucionalidad, mal podemos avanzar en otras cuestiones que interesan a todos; que los medios del interior tengan papel, por ejemplo, interesa a todos.
El señor presidente de la Cámara de Diputados me contestó, como correspondía, sobre la base de la potestad que tiene y de la costumbre que existe en esta Casa de girar los asuntos a las diferentes comisiones aun cuando no han sido aprobados los boletines de Asuntos Entrados. Esto es real: es una costumbre de la Cámara de Diputados. De hecho, se hace constantemente en todas las comisiones.
De todas maneras, debemos considerar que este tema en particular estaba siendo cuestionado por una señora legisladora; puntualmente, por la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
En la nota que envié al señor diputado Fellner el 2 de septiembre de 2010, le solicito que sea el cuerpo quien se expida en torno del tema. Todos sabemos los problemas que hemos tenido en el seno del cuerpo respecto de esta situación y las veces que lamentablemente se levantaron las sesiones de la Cámara porque había transcurrido el tiempo reglamentario y los diputados no estaban presentes.
Ahora bien; el día 15 de septiembre recibo una citación de la señora presidenta de la Comisión de Comercio, quien obviamente no tenía por qué conocer el cuestionamiento que yo había hecho al señor presidente de la Cámara respecto de los giros, en la que se me notifica de una reunión para el día siguiente que formaba parte de un cronograma armado para ese día, y también para los días 21, 23, 28 y 30 del mismo mes a fin de comenzar con el tratamiento del tema.
A esa nota de la señora diputada Di Tullio respondo haciéndole saber el cuestionamiento que había en torno de la competencia que correspondía para la consideración del proyecto. Le pido -leo textualmente- que decline cualquier citación, invitación o el despliegue de actuación alguna de su parte y/o de parte de la comisión que preside, cualquiera sea su sentido, naturaleza, objeto y/o propósito, que guarde relación con el proyecto de la referencia.
En segundo lugar, que deje sin efecto, en consecuencia, la citación efectuada y las audiencias previstas en ella.
Finalmente, en tercer lugar, solicito a la presidenta de la Comisión de Comercio que se abstenga de intervenir en lo sucesivo con respecto al mentado proyecto, todo ello ínterin se defina en el plenario de la Cámara cuál habrá de ser la comisión de esta Honorable Cámara que, en definitiva, entenderá en primer término como comisión cabecera.
Independientemente de esto, creo importante comentar a los señores diputados que el mismo día en que la señora presidenta de la Comisión de Comercio iniciaba el tratamiento del tema, nuestra comisión -la de Asuntos Constitucionales- logró acordar una reunión conjunta con el señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda para tratar de dictaminar sobre el acceso a la información pública, situación que además de ser muy importante para nosotros tenía un condimento: todos sabemos que desde siempre -esto es bueno aclararlo- no es muy fácil celebrar plenarios con la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Más allá de que he tomado nota de todo lo realizado por la Comisión de Comercio -desde ya, considero muy afortunados los aportes recibidos- no puedo menos que desconocer lo actuado hasta que el cuerpo se notifica de la situación, designa como cabecera a la Comisión de Comercio e incluso decide este plenario.
Digo esto, señora presidenta, porque nos encontramos frente a un problema muy serio. Aquí se ha hablado de consenso y de temas con una entidad que nos trasciende a todos, pero no hemos podido intervenir en la elaboración de la agenda.
Es precisamente por eso que en la sesión en la que se decide la realización de esta reunión plenaria, cuando el señor diputado Rossi solicita esta reunión, puntualmente participo del debate en los siguientes términos. Me da el uso de la palabra el presidente de la Cámara y le digo: "Quiero pedirle una aclaración al señor diputado Rossi en relación a la moción que hizo. Creí entender, de la primera parte de su exposición, que planteó producir el dictamen el día 20. Me gustaría, por favor, que me aclare si, efectivamente, el oficialismo pretende hacer una reunión plenaria en esas comisiones para emitir dictamen el mismo día." Y el señor diputado Rossi responde: "Señor presidente: eso lo resolverá el plenario." Por eso, señora presidenta, le pido que se abstenga de seguir haciendo firmar el dictamen. Acertadamente, conociendo el reglamento de la Cámara, el señor diputado Rossi dice: "Eso lo resolverá el plenario." Y luego acota: "Es absolutamente claro."
La posición del oficialismo es clara en cuanto a favorecer que se emita un dictamen sobre este tema y que el mercado del papel de diario en la Argentina pase a ser regulado. Ello dependerá de si hoy a la semana que viene somos capaces de encontrar los consensos necesarios, sino no tendremos el número. Esto es así, dependerá del propio debate en la comisión.
El diputado Rossi me ahorra decirle que lo que estamos debatiendo en el día de hoy es esa agenda que usted propuso que, por diferentes motivos, no hemos podido dictaminar entre todos y es lo que tendrá que resolver este plenario. Este plenario tiene que resolver, primero, cuál va a ser la estrategia de tratamiento del tema y no es venir con un dictamen y llevarse por delante las comisiones y la mayoría de los diputados de esta Cámara. Esto fue posible cuando el oficialismo tenía mayoría, porque la que ordena es la mayoría. Lo que debemos hacer en esta reunión plenaria de comisiones es decidir cuál será la estrategia de tratamiento de este tema.
En ese sentido, la comisión que yo presido, en la voz de la oposición de la comisión, obviamente, viene a plantearle la necesidad de que este tema, que desde el punto de vista constitucional es tan delicado, tenga tratamiento y que se nos permita poder escuchar, en el seno de las cinco comisiones o en la misma Comisión de Asuntos Constitucionales -como ustedes quieran-, a constitucionalistas, del mismo modo que lo venimos haciendo con todos los proyectos que ingresan en la comisión que presido, en donde nos manejamos con un grado de adultez que creo que se debe imitar.
Nosotros venimos de atender el tema de la intervención a la provincia de Santa Cruz y, como corresponde, le envié una nota a todos los miembros de mi comisión para que me dijeran y me indicaran cuáles eran los constitucionalistas a los que querían escuchar en la comisión.
De todos los miembros de la comisión, desde el oficialismo la única diputada que me acercó una nota, como corresponde, fue la diputada Conti, y las dos personas que la diputada Conti propuso fueron escuchadas respetuosamente en la comisión.
Así es como debemos trabajar en este lugar, que es el Parlamento de la Nación, donde nadie se tiene que llevar por delante a nadie porque los temas que nosotros tratamos en este ámbito no son para el día de mañana ni para la próxima semana. Son temas señeros que tienen que ver con la República, donde efectivamente hay intereses en juego, pero respecto de los cuales nosotros necesitamos trabajar con mayor tranquilidad, tomando las cosas como corresponde.
Aquí se ha llegado a decir y he llegado a escuchar que la empresa Papel Prensa es la única que provee papel en la Argentina. Les comunico que no es la única que provee papel, y les comunico también que hay muchos señores legisladores que queremos investigar seriamente el mercado de papel en la Argentina, no sólo en lo que tiene que ver con Papel Prensa, que parece ser el leitmotiv del Poder Ejecutivo.
Vamos a blanquear todo, y todo es todo. Todo son todas las empresas que están en la Argentina; todo es la manera en que se está importando el papel; todo son las empresas que tienen a su cargo esas importaciones; todo es todo.
Señora presidenta: lo que tenemos que decidir finalmente es la metodología de trabajo. Bajo ningún punto de vista usted puede arrancar un dictamen de la reunión del día de hoy, y espero que todos los colegas estén contestes con este planteo.
No le vamos a escapar a la discusión, y tampoco le vamos a escapar al dictamen, porque muchos de los que estamos sentados aquí no tenemos ninguna apetencia ni pertenencia con nada. No necesitamos que nos pongan en ningún diario, pero hay algunos que parecen que están muy presurosos por que las tapas de los diarios no denuncien la corruptela. Tampoco lo vamos a aceptar. (Aplausos.)
Reitero, señora presidenta: solicito que abra la reunión, escuchemos a todos los diputados y tracemos una agenda. Desde mi comisión voy a proponer que se escuche a una serie de señores constitucionalistas que creo que algo van a poder decir con respecto a la constitucionalidad del tema. Me estoy refiriendo los doctores García Lema, Gil Domínguez, Sabsay, Badeni, Gelly y Vanossi. Y me gustaría que el oficialismo, como hizo la diputada Conti, sugiriera también algunos constitucionalistas para que podamos discutir acerca de hasta dónde podemos llegar, desde el punto de vista del orden constitucional, a regular esta actividad.
Como todos sabemos, este tema, que es un tema sumamente conflictivo, ha tenido desde el comienzo algunos inconvenientes que nos han costado estar algún tiempo sin sesiones.
Cuando el tema ingresó a la Cámara de Diputados advertí, como presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que se vulneraban, previamente a cualquier tratamiento, dos custiones constitucionales importantes. Una tenía que ver con una facultad delegada fenomenal que pretende el Poder Ejecutivo y que, como todos saben, no hay un marco jurídico propicio para que podamos realizar esa facultad delegada.
La otra cuestión tiene que ver con aquello que tutela, de alguna manera, con rango constitucional, el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos -más conocida como el Pacto de San José de Costa Rica-, que se refiere puntualmente a los controles oficiales y particulares de papel para periódico.
Esas dos cuestiones me llevaron a presentarle al presidente de la Cámara de Diputados una extensa nota el día 30 de agosto, a través de la cual solicitaba que fuera la Comisión de Asuntos Constitucionales la que debería expedirse en primer término.
Resulta obvio que si desconocemos si estamos o no en presencia de alguna inconstitucionalidad, mal podemos avanzar en otras cuestiones que interesan a todos; que los medios del interior tengan papel, por ejemplo, interesa a todos.
El señor presidente de la Cámara de Diputados me contestó, como correspondía, sobre la base de la potestad que tiene y de la costumbre que existe en esta Casa de girar los asuntos a las diferentes comisiones aun cuando no han sido aprobados los boletines de Asuntos Entrados. Esto es real: es una costumbre de la Cámara de Diputados. De hecho, se hace constantemente en todas las comisiones.
De todas maneras, debemos considerar que este tema en particular estaba siendo cuestionado por una señora legisladora; puntualmente, por la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
En la nota que envié al señor diputado Fellner el 2 de septiembre de 2010, le solicito que sea el cuerpo quien se expida en torno del tema. Todos sabemos los problemas que hemos tenido en el seno del cuerpo respecto de esta situación y las veces que lamentablemente se levantaron las sesiones de la Cámara porque había transcurrido el tiempo reglamentario y los diputados no estaban presentes.
Ahora bien; el día 15 de septiembre recibo una citación de la señora presidenta de la Comisión de Comercio, quien obviamente no tenía por qué conocer el cuestionamiento que yo había hecho al señor presidente de la Cámara respecto de los giros, en la que se me notifica de una reunión para el día siguiente que formaba parte de un cronograma armado para ese día, y también para los días 21, 23, 28 y 30 del mismo mes a fin de comenzar con el tratamiento del tema.
A esa nota de la señora diputada Di Tullio respondo haciéndole saber el cuestionamiento que había en torno de la competencia que correspondía para la consideración del proyecto. Le pido -leo textualmente- que decline cualquier citación, invitación o el despliegue de actuación alguna de su parte y/o de parte de la comisión que preside, cualquiera sea su sentido, naturaleza, objeto y/o propósito, que guarde relación con el proyecto de la referencia.
En segundo lugar, que deje sin efecto, en consecuencia, la citación efectuada y las audiencias previstas en ella.
Finalmente, en tercer lugar, solicito a la presidenta de la Comisión de Comercio que se abstenga de intervenir en lo sucesivo con respecto al mentado proyecto, todo ello ínterin se defina en el plenario de la Cámara cuál habrá de ser la comisión de esta Honorable Cámara que, en definitiva, entenderá en primer término como comisión cabecera.
Independientemente de esto, creo importante comentar a los señores diputados que el mismo día en que la señora presidenta de la Comisión de Comercio iniciaba el tratamiento del tema, nuestra comisión -la de Asuntos Constitucionales- logró acordar una reunión conjunta con el señor presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda para tratar de dictaminar sobre el acceso a la información pública, situación que además de ser muy importante para nosotros tenía un condimento: todos sabemos que desde siempre -esto es bueno aclararlo- no es muy fácil celebrar plenarios con la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Más allá de que he tomado nota de todo lo realizado por la Comisión de Comercio -desde ya, considero muy afortunados los aportes recibidos- no puedo menos que desconocer lo actuado hasta que el cuerpo se notifica de la situación, designa como cabecera a la Comisión de Comercio e incluso decide este plenario.
Digo esto, señora presidenta, porque nos encontramos frente a un problema muy serio. Aquí se ha hablado de consenso y de temas con una entidad que nos trasciende a todos, pero no hemos podido intervenir en la elaboración de la agenda.
Es precisamente por eso que en la sesión en la que se decide la realización de esta reunión plenaria, cuando el señor diputado Rossi solicita esta reunión, puntualmente participo del debate en los siguientes términos. Me da el uso de la palabra el presidente de la Cámara y le digo: "Quiero pedirle una aclaración al señor diputado Rossi en relación a la moción que hizo. Creí entender, de la primera parte de su exposición, que planteó producir el dictamen el día 20. Me gustaría, por favor, que me aclare si, efectivamente, el oficialismo pretende hacer una reunión plenaria en esas comisiones para emitir dictamen el mismo día." Y el señor diputado Rossi responde: "Señor presidente: eso lo resolverá el plenario." Por eso, señora presidenta, le pido que se abstenga de seguir haciendo firmar el dictamen. Acertadamente, conociendo el reglamento de la Cámara, el señor diputado Rossi dice: "Eso lo resolverá el plenario." Y luego acota: "Es absolutamente claro."
La posición del oficialismo es clara en cuanto a favorecer que se emita un dictamen sobre este tema y que el mercado del papel de diario en la Argentina pase a ser regulado. Ello dependerá de si hoy a la semana que viene somos capaces de encontrar los consensos necesarios, sino no tendremos el número. Esto es así, dependerá del propio debate en la comisión.
El diputado Rossi me ahorra decirle que lo que estamos debatiendo en el día de hoy es esa agenda que usted propuso que, por diferentes motivos, no hemos podido dictaminar entre todos y es lo que tendrá que resolver este plenario. Este plenario tiene que resolver, primero, cuál va a ser la estrategia de tratamiento del tema y no es venir con un dictamen y llevarse por delante las comisiones y la mayoría de los diputados de esta Cámara. Esto fue posible cuando el oficialismo tenía mayoría, porque la que ordena es la mayoría. Lo que debemos hacer en esta reunión plenaria de comisiones es decidir cuál será la estrategia de tratamiento de este tema.
En ese sentido, la comisión que yo presido, en la voz de la oposición de la comisión, obviamente, viene a plantearle la necesidad de que este tema, que desde el punto de vista constitucional es tan delicado, tenga tratamiento y que se nos permita poder escuchar, en el seno de las cinco comisiones o en la misma Comisión de Asuntos Constitucionales -como ustedes quieran-, a constitucionalistas, del mismo modo que lo venimos haciendo con todos los proyectos que ingresan en la comisión que presido, en donde nos manejamos con un grado de adultez que creo que se debe imitar.
Nosotros venimos de atender el tema de la intervención a la provincia de Santa Cruz y, como corresponde, le envié una nota a todos los miembros de mi comisión para que me dijeran y me indicaran cuáles eran los constitucionalistas a los que querían escuchar en la comisión.
De todos los miembros de la comisión, desde el oficialismo la única diputada que me acercó una nota, como corresponde, fue la diputada Conti, y las dos personas que la diputada Conti propuso fueron escuchadas respetuosamente en la comisión.
Así es como debemos trabajar en este lugar, que es el Parlamento de la Nación, donde nadie se tiene que llevar por delante a nadie porque los temas que nosotros tratamos en este ámbito no son para el día de mañana ni para la próxima semana. Son temas señeros que tienen que ver con la República, donde efectivamente hay intereses en juego, pero respecto de los cuales nosotros necesitamos trabajar con mayor tranquilidad, tomando las cosas como corresponde.
Aquí se ha llegado a decir y he llegado a escuchar que la empresa Papel Prensa es la única que provee papel en la Argentina. Les comunico que no es la única que provee papel, y les comunico también que hay muchos señores legisladores que queremos investigar seriamente el mercado de papel en la Argentina, no sólo en lo que tiene que ver con Papel Prensa, que parece ser el leitmotiv del Poder Ejecutivo.
Vamos a blanquear todo, y todo es todo. Todo son todas las empresas que están en la Argentina; todo es la manera en que se está importando el papel; todo son las empresas que tienen a su cargo esas importaciones; todo es todo.
Señora presidenta: lo que tenemos que decidir finalmente es la metodología de trabajo. Bajo ningún punto de vista usted puede arrancar un dictamen de la reunión del día de hoy, y espero que todos los colegas estén contestes con este planteo.
No le vamos a escapar a la discusión, y tampoco le vamos a escapar al dictamen, porque muchos de los que estamos sentados aquí no tenemos ninguna apetencia ni pertenencia con nada. No necesitamos que nos pongan en ningún diario, pero hay algunos que parecen que están muy presurosos por que las tapas de los diarios no denuncien la corruptela. Tampoco lo vamos a aceptar. (Aplausos.)
Reitero, señora presidenta: solicito que abra la reunión, escuchemos a todos los diputados y tracemos una agenda. Desde mi comisión voy a proponer que se escuche a una serie de señores constitucionalistas que creo que algo van a poder decir con respecto a la constitucionalidad del tema. Me estoy refiriendo los doctores García Lema, Gil Domínguez, Sabsay, Badeni, Gelly y Vanossi. Y me gustaría que el oficialismo, como hizo la diputada Conti, sugiriera también algunos constitucionalistas para que podamos discutir acerca de hasta dónde podemos llegar, desde el punto de vista del orden constitucional, a regular esta actividad.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la diputada Giúdici.
SRA. GIÚDICI Señora presidenta: la diputada Camaño hizo un breve relato y una síntesis de cómo habían sido las posturas de los bloques a los que pertenecemos, desde el momento en que el Ejecutivo ingresó el mensaje y proyecto de ley para la regulación del papel prensa en la Argentina.
Nosotros participamos de la reunión de la Comisión de Comercio en la que se discutió este tema. Todos nuestros bloques, que tenían mayoría, plantearon a la presidenta de la comisión, diputada di Tullio, que no estábamos de acuerdo en dar tratamiento al proyecto de ley del Poder Ejecutivo.
Con 15 voluntades la comisión dijo que no, y con menos voluntades la presidenta avanzó, de todas formas, en la convocatoria a audiencias públicas; audiencias públicas que objetamos, por considerar que fueron sesgadas, que estuvieron armadas simplemente para escuchar la voz que el Ejecutivo quiere escuchar, y que no contaban con el respaldo y la legitimidad del resto de los bloques políticos de esta Cámara.
Hicimos los planteos como correspondía, y a la Comisión de Comercio -con mayoría de los bloques de la oposición- no se le permitió discutir esa situación y las audiencias públicas siguieron adelante.
Entonces, me sumo al planteo de la señora diputada Camaño en el sentido de que el proyecto recién en este momento se pone en discusión. Cuando un proyecto recién se pone en discusión lo que corresponde es un proceso de estudio en la comisión de origen y de estudio en los grupos de asesores de cada comisión, a fin de escuchar a todos. A nosotros nos resultaría muy valioso, por ejemplo, el aporte de algunos funcionarios.
Quiero decirles -sin entrar en la cuestión de fondo sobre la regulación del papel, y considerando que aquí hay derechos constitucionales básicos y originarios que se ponen en discusión- que los artículos 32 de la Constitución Nacional y el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica merecen respeto.
Esos dos artículos que menciono están en tensión con el proyecto del Poder Ejecutivo. Por eso, me gustaría -como planteó la señora diputada Camaño- que tengan una amplia discusión en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Además, me parece que hay voces que no se escucharon. Hemos recibido cartas de distintos sectores que no han participado en las audiencias públicas, entre ellos, sindicatos que están a favor de la iniciativa del Ejecutivo. Por lo tanto hay muchas voces para escuchar en las comisiones, y pretendemos que así sea.
Mientras hablaba la diputada Camaño recordaba que este tema surgió, no a partir de la iniciativa del Ejecutivo, sino el 14 de septiembre del 2009, cuando nos enteramos a través de una denuncia y de un acta que quedó registrada, que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, había decidido irrumpir en Papel Prensa -como lo hizo en el INDEC- y tenía el mandato de la presidenta para que los privados finalmente vendieran sus acciones al gobierno.
Así lo planteó primero y luego en varias reuniones escandalosas -de público conocimiento- llegó a decir que tenía expertos en partir la columna y hacerle saltar los ojos a quienes se opusieran a esa decisión del Ejecutivo.
También dijo Moreno en ese momento que las estrategias eran varias, que podían ir desde la presión a los privados a través de conflictos sindicales, hasta un DNU. Por supuesto que en aquél momento no lo anticipó, pero finalmente la decisión sobre Papel Prensa terminó en esa cadena nacional en la que la señora presidenta nos rescribió y nos recontó la historia en setenta minutos. Todo ello finalizó enviando al Congreso un proyecto que en definitiva plantea que el Congreso no tiene que legislar porque el marco regulatorio lo estaría terminando de redactar ella misma.
Entonces, me parece central que así como la diputada Camaño plantea un debate de constitucionalistas, que las comisiones también reciban a Guillermo Moreno, que creo que tiene mucho para decirnos sobre esta afirmación que hizo.
Nosotros participamos de la reunión de la Comisión de Comercio en la que se discutió este tema. Todos nuestros bloques, que tenían mayoría, plantearon a la presidenta de la comisión, diputada di Tullio, que no estábamos de acuerdo en dar tratamiento al proyecto de ley del Poder Ejecutivo.
Con 15 voluntades la comisión dijo que no, y con menos voluntades la presidenta avanzó, de todas formas, en la convocatoria a audiencias públicas; audiencias públicas que objetamos, por considerar que fueron sesgadas, que estuvieron armadas simplemente para escuchar la voz que el Ejecutivo quiere escuchar, y que no contaban con el respaldo y la legitimidad del resto de los bloques políticos de esta Cámara.
Hicimos los planteos como correspondía, y a la Comisión de Comercio -con mayoría de los bloques de la oposición- no se le permitió discutir esa situación y las audiencias públicas siguieron adelante.
Entonces, me sumo al planteo de la señora diputada Camaño en el sentido de que el proyecto recién en este momento se pone en discusión. Cuando un proyecto recién se pone en discusión lo que corresponde es un proceso de estudio en la comisión de origen y de estudio en los grupos de asesores de cada comisión, a fin de escuchar a todos. A nosotros nos resultaría muy valioso, por ejemplo, el aporte de algunos funcionarios.
Quiero decirles -sin entrar en la cuestión de fondo sobre la regulación del papel, y considerando que aquí hay derechos constitucionales básicos y originarios que se ponen en discusión- que los artículos 32 de la Constitución Nacional y el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica merecen respeto.
Esos dos artículos que menciono están en tensión con el proyecto del Poder Ejecutivo. Por eso, me gustaría -como planteó la señora diputada Camaño- que tengan una amplia discusión en el seno de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Además, me parece que hay voces que no se escucharon. Hemos recibido cartas de distintos sectores que no han participado en las audiencias públicas, entre ellos, sindicatos que están a favor de la iniciativa del Ejecutivo. Por lo tanto hay muchas voces para escuchar en las comisiones, y pretendemos que así sea.
Mientras hablaba la diputada Camaño recordaba que este tema surgió, no a partir de la iniciativa del Ejecutivo, sino el 14 de septiembre del 2009, cuando nos enteramos a través de una denuncia y de un acta que quedó registrada, que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, había decidido irrumpir en Papel Prensa -como lo hizo en el INDEC- y tenía el mandato de la presidenta para que los privados finalmente vendieran sus acciones al gobierno.
Así lo planteó primero y luego en varias reuniones escandalosas -de público conocimiento- llegó a decir que tenía expertos en partir la columna y hacerle saltar los ojos a quienes se opusieran a esa decisión del Ejecutivo.
También dijo Moreno en ese momento que las estrategias eran varias, que podían ir desde la presión a los privados a través de conflictos sindicales, hasta un DNU. Por supuesto que en aquél momento no lo anticipó, pero finalmente la decisión sobre Papel Prensa terminó en esa cadena nacional en la que la señora presidenta nos rescribió y nos recontó la historia en setenta minutos. Todo ello finalizó enviando al Congreso un proyecto que en definitiva plantea que el Congreso no tiene que legislar porque el marco regulatorio lo estaría terminando de redactar ella misma.
Entonces, me parece central que así como la diputada Camaño plantea un debate de constitucionalistas, que las comisiones también reciban a Guillermo Moreno, que creo que tiene mucho para decirnos sobre esta afirmación que hizo.
SR. KUNKEL ¡A Magnetto!
SRA. GIUDICI A Hecker, por ejemplo, que terminó expulsado del gobierno por pensar distinto, y a Pacios, que era el síndico antes de estas presiones del gobierno sobre Papel Prensa.
Muchos son los que tienen que opinar y los diputados que componemos estas comisiones deberemos evaluar muy seriamente cuál es la decisión final sobre la propuesta del Ejecutivo.
Ahora, en relación al orden reglamentario, debo decirle a la presidenta de la Comisión de Comercio, que no puede hacer lo que quiere.
La Comisión de Comercio tiene mayoría en los bloques que nosotros representamos y no estamos de acuerdo con emitir dictamen. En el mismo sentido, la Comisión de Libertad de Expresión, que presido, tiene mayoría que sostiene esta decisión: no habrá dictamen en el día de hoy.
Muchos son los que tienen que opinar y los diputados que componemos estas comisiones deberemos evaluar muy seriamente cuál es la decisión final sobre la propuesta del Ejecutivo.
Ahora, en relación al orden reglamentario, debo decirle a la presidenta de la Comisión de Comercio, que no puede hacer lo que quiere.
La Comisión de Comercio tiene mayoría en los bloques que nosotros representamos y no estamos de acuerdo con emitir dictamen. En el mismo sentido, la Comisión de Libertad de Expresión, que presido, tiene mayoría que sostiene esta decisión: no habrá dictamen en el día de hoy.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Vázquez.
SRA. VÁZQUEZ Señora presidenta, queridos compañeros diputados: estamos ante un tema que realmente genera mucha tensión no sólo en el debate político sino también en los medios de comunicación.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. VÁZQUEZ Creo que debemos actuar con calma, porque lo que está en juego es la tarea de legislar con seriedad y responsabilidad en favor de los derechos constitucionales de los argentinos. Entiendo que todos, o por lo menos quienes militamos fuertemente en defensa de la democracia, independientemente del bloque al que pertenezcamos vamos a coincidir en que los derechos a la libertad de prensa, a la libertad de expresión y a la información son fundamentales, y que es por ellos que hoy estamos reunidos en este plenario de las comisiones.
Si los señores diputados son tan amables, pediría que hagan un poco de silencio.
Venimos a tratar de preservar esos derechos, del mismo modo que el año pasado nos abocamos a la modificación de una ley del tiempo de la dictadura a fin de que el país pudiese contar con una ley de la democracia.
En cuanto al tema que nos ocupa, me parece que si queremos avanzar debemos tener en claro dos cuestiones.
Una es justamente la que estoy planteando; es de fondo y constituye el eje central del debate: si las corporaciones tienen o no el derecho de manejar los soportes a partir de los cuales se transmiten la cultura, la información y las ideas, actuando de esa manera como un puente entre pueblo y gobierno.
Cabe preguntarse cómo debe actuar este Parlamento de la democracia frente a realidades heredadas, que se forjaron en otros tiempos; seguramente ninguno de nosotros era diputado cuando éstas tuvieron lugar, pero ahora nos encontramos ante la decisión histórica de qué hacer frente a ellas. Debemos resolver si continuamos por el mismo camino, permitiendo que los distintos soportes -llámense radio, televisión, Internet, papel para la prensa- estén en manos de grupos concentrados de la economía, de alianzas o de grupos mediáticos, o si como auténticos representantes de los intereses del pueblo de la Nación Argentina ponemos límites a las situaciones monopólicas.
La otra cuestión es de forma; tiene que ver con si estamos en condiciones de emitir dictamen el día de hoy.
Lo que diré a continuación es una expresión de deseos; soy una entre todos, no más que eso, y mi voz vale igual que las voces de los demás señores diputados. Considerando a la ciudadanía que se encuentra detrás de cada cámara televisiva presente en esta sala, me gustaría -hablo en representación de mi bloque, que es unipersonal- que el eje fundamental del debate pasara por cómo cree cada diputado que se puede mejorar esta situación en el país, porque la realidad indica que ni aquí ni en los Estados Unidos ni en ninguna democracia de occidente es natural que las empresas productoras de contenidos sean al mismo tiempo titulares de los grupos accionistas que detentan los soportes por los que esos contenidos se distribuyen.
Esa complicidad que muchas veces existe en una suerte de lógica de familia -de familia, entre comillas-, debe ser puesta de manifiesto tal como se lo viene haciendo hasta ahora.
Hubiera sido importante que las audiencias públicas se llevaran a cabo con las cinco comisiones.
Creo que hubiese sido saludable que las comisiones que no formaron parte de las audiencias hubieran hecho algún tipo de aporte; quizás nos podrían haber aportado algunos nombres. De todos modos, estamos en una instancia en la que ese debate ya resulta extemporáneo.
Por otra parte -lo digo con sinceridad-, del mismo modo que señalo que se podría haber hecho de otra manera, digo que es extemporáneo, porque esa fue la traba que enfrentamos cerca de un mes y medio. Entonces, como decimos los abogados, creo que esta es una cosa juzgada que ha devenido en una cuestión abstracta. En consecuencia, lo importante ahora es avanzar en el fondo de la cuestión.
Por otro lado, aclaro que no tengo ninguna defensa en particular que hacer de Moreno, pero más allá de las amenazas que Moreno haya podido proferir o no a la prensa, sí me queda claro -como a millones de argentinos- que en otro tiempo de la historia de nuestro país y de nuestra sociedad, algunos no profirieron amenazas; concretamente las llevaron a cabo. Además, los métodos de la dictadura fueron acompañados por civiles.
Por lo tanto, si merece un juicio condenatorio la amenaza dicha en público, imagínense que mucho más merecen un juicio condenatorio las realidades a las que fuimos sometidos los argentinos en la época de la dictadura.
El hecho de que exista tan siquiera la sospecha de que la conformación de una empresa que tiene que ver, nada más ni nada menos, con uno de los soportes fundamentales de la comunicación en la Argentina y de sostén de la democracia, pueda estar vinculada con delitos de lesa humanidad, de por si implica una afectación tan grande y grave de derechos constitucionales que, por si solo, amerita que avancemos respecto de las normas que estamos trabajando.
Por ende, me parece que más allá de lo que nos hubiera gustado, estamos donde estamos y lo importante es avanzar en términos de la desmonopolización.
Hay una última cuestión de forma que me parece que puede ser resuelta y debe ser resuelta en esta misma reunión. Como decía la diputada Camaño, si en la misma sesión se planteó que este plenario es el que decide si saca o no dictamen en el día de la fecha, propongo que se vote en este mismo momento si se va a emitir dictamen en el día de hoy. Pero si está planteada una duda al respecto...
Si los señores diputados son tan amables, pediría que hagan un poco de silencio.
Venimos a tratar de preservar esos derechos, del mismo modo que el año pasado nos abocamos a la modificación de una ley del tiempo de la dictadura a fin de que el país pudiese contar con una ley de la democracia.
En cuanto al tema que nos ocupa, me parece que si queremos avanzar debemos tener en claro dos cuestiones.
Una es justamente la que estoy planteando; es de fondo y constituye el eje central del debate: si las corporaciones tienen o no el derecho de manejar los soportes a partir de los cuales se transmiten la cultura, la información y las ideas, actuando de esa manera como un puente entre pueblo y gobierno.
Cabe preguntarse cómo debe actuar este Parlamento de la democracia frente a realidades heredadas, que se forjaron en otros tiempos; seguramente ninguno de nosotros era diputado cuando éstas tuvieron lugar, pero ahora nos encontramos ante la decisión histórica de qué hacer frente a ellas. Debemos resolver si continuamos por el mismo camino, permitiendo que los distintos soportes -llámense radio, televisión, Internet, papel para la prensa- estén en manos de grupos concentrados de la economía, de alianzas o de grupos mediáticos, o si como auténticos representantes de los intereses del pueblo de la Nación Argentina ponemos límites a las situaciones monopólicas.
La otra cuestión es de forma; tiene que ver con si estamos en condiciones de emitir dictamen el día de hoy.
Lo que diré a continuación es una expresión de deseos; soy una entre todos, no más que eso, y mi voz vale igual que las voces de los demás señores diputados. Considerando a la ciudadanía que se encuentra detrás de cada cámara televisiva presente en esta sala, me gustaría -hablo en representación de mi bloque, que es unipersonal- que el eje fundamental del debate pasara por cómo cree cada diputado que se puede mejorar esta situación en el país, porque la realidad indica que ni aquí ni en los Estados Unidos ni en ninguna democracia de occidente es natural que las empresas productoras de contenidos sean al mismo tiempo titulares de los grupos accionistas que detentan los soportes por los que esos contenidos se distribuyen.
Esa complicidad que muchas veces existe en una suerte de lógica de familia -de familia, entre comillas-, debe ser puesta de manifiesto tal como se lo viene haciendo hasta ahora.
Hubiera sido importante que las audiencias públicas se llevaran a cabo con las cinco comisiones.
Creo que hubiese sido saludable que las comisiones que no formaron parte de las audiencias hubieran hecho algún tipo de aporte; quizás nos podrían haber aportado algunos nombres. De todos modos, estamos en una instancia en la que ese debate ya resulta extemporáneo.
Por otra parte -lo digo con sinceridad-, del mismo modo que señalo que se podría haber hecho de otra manera, digo que es extemporáneo, porque esa fue la traba que enfrentamos cerca de un mes y medio. Entonces, como decimos los abogados, creo que esta es una cosa juzgada que ha devenido en una cuestión abstracta. En consecuencia, lo importante ahora es avanzar en el fondo de la cuestión.
Por otro lado, aclaro que no tengo ninguna defensa en particular que hacer de Moreno, pero más allá de las amenazas que Moreno haya podido proferir o no a la prensa, sí me queda claro -como a millones de argentinos- que en otro tiempo de la historia de nuestro país y de nuestra sociedad, algunos no profirieron amenazas; concretamente las llevaron a cabo. Además, los métodos de la dictadura fueron acompañados por civiles.
Por lo tanto, si merece un juicio condenatorio la amenaza dicha en público, imagínense que mucho más merecen un juicio condenatorio las realidades a las que fuimos sometidos los argentinos en la época de la dictadura.
El hecho de que exista tan siquiera la sospecha de que la conformación de una empresa que tiene que ver, nada más ni nada menos, con uno de los soportes fundamentales de la comunicación en la Argentina y de sostén de la democracia, pueda estar vinculada con delitos de lesa humanidad, de por si implica una afectación tan grande y grave de derechos constitucionales que, por si solo, amerita que avancemos respecto de las normas que estamos trabajando.
Por ende, me parece que más allá de lo que nos hubiera gustado, estamos donde estamos y lo importante es avanzar en términos de la desmonopolización.
Hay una última cuestión de forma que me parece que puede ser resuelta y debe ser resuelta en esta misma reunión. Como decía la diputada Camaño, si en la misma sesión se planteó que este plenario es el que decide si saca o no dictamen en el día de la fecha, propongo que se vote en este mismo momento si se va a emitir dictamen en el día de hoy. Pero si está planteada una duda al respecto...
SRA. CAMAÑO ¿Dónde dice que no? Hay una propuesta...
SRA. BULLRICH Señora presidenta: tome lista de cada comisión.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. VÁZQUEZ Tratemos de ponernos de acuerdo. Si tenemos mayoría para sacar el dictamen, no tiene por qué quedar ninguna duda respecto del procedimiento. Quiero sostener esta posición. Aclaro que hablo por la Comisión de Comunicaciones e informática, que es la que presido; no hablo por las demás.
En ese sentido, entiendo que la mayoría está de acuerdo con que se emita dictamen en el día de hoy. Personalmente no tengo problema en levantar la mano y decir que quiero sacar dictamen hoy.
Me parece que no tiene que quedar ninguna duda respecto de este tema por ninguna cuestión formal. Si estamos en condiciones de tener una mayoría en el dictamen estamos en condiciones de votarlo levantando la mano y que quede claro no solamente frente a quienes están hoy aquí reunidos en esta sala sino, fundamentalmente, pensando en todos aquellos que están viendo esta sesión más allá de los límites de esta sala.
Por las razones expuestas, sostengo esta moción.
En ese sentido, entiendo que la mayoría está de acuerdo con que se emita dictamen en el día de hoy. Personalmente no tengo problema en levantar la mano y decir que quiero sacar dictamen hoy.
Me parece que no tiene que quedar ninguna duda respecto de este tema por ninguna cuestión formal. Si estamos en condiciones de tener una mayoría en el dictamen estamos en condiciones de votarlo levantando la mano y que quede claro no solamente frente a quienes están hoy aquí reunidos en esta sala sino, fundamentalmente, pensando en todos aquellos que están viendo esta sesión más allá de los límites de esta sala.
Por las razones expuestas, sostengo esta moción.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Voy a hacer varias aclaraciones.
Como somos todos grandes y conocemos el reglamento de la Cámara, pero como además todos hacemos el mismo juego -el juego de la política-, la verdad es que los diputados y diputadas en el plenario de estas cinco comisiones por primera vez van a poder expresarse en un dictamen.
La mayoría o algunos diputados y diputadas de estas cinco comisiones ya se han expresado en contra en los diarios. Ahora lo podrán hacer en un dictamen. De hecho, en el diario "La Nación" de hoy, que refleja mucho el sentido en el que van varios de los bloques de esta Cámara, expresó el objetivo final que tienen algunos bloques que componen esta Cámara...
Como somos todos grandes y conocemos el reglamento de la Cámara, pero como además todos hacemos el mismo juego -el juego de la política-, la verdad es que los diputados y diputadas en el plenario de estas cinco comisiones por primera vez van a poder expresarse en un dictamen.
La mayoría o algunos diputados y diputadas de estas cinco comisiones ya se han expresado en contra en los diarios. Ahora lo podrán hacer en un dictamen. De hecho, en el diario "La Nación" de hoy, que refleja mucho el sentido en el que van varios de los bloques de esta Cámara, expresó el objetivo final que tienen algunos bloques que componen esta Cámara...
SRA. BULLRICH ¡Quiero plantear una cuestión de privilegio!
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Siéntese, diputada, después le voy a dar la palabra. No va a plantear ninguna cuestión de privilegio en el seno del plenario de las comisiones porque no corresponde, diputada Bullrich.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Como decía, el diario "La Nación" expresó en sus líneas que lo único que ustedes querían era frenar el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo, y eso es lo que están haciendo, y lo hacen desde el momento en que el proyecto del Poder Ejecutivo y otras iniciativas que se expresan en el mismo sentido...
- La señora diputada Bullrich habla fuera de micrófono.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Ya va a tener oportunidad de hablar, diputada Bullrich. Siéntese, por favor.
SRA. BULLRICH ¡Usted no agreda, presidenta!
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO La verdad que la que parece que agrede es usted, que está a un metro mío, gritándome.
Tome asiento, señora diputada.
Tome asiento, señora diputada.
SRA. BULLRICH ¡No me falte el respeto!
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Ustedes van a poder expresarse políticamente en el lugar que corresponde, que es en un dictamen de comisión, y no a través de los diarios.
Lo segundo que quiero decir es que lo único que se vota en el seno de una comisión...
Lo segundo que quiero decir es que lo único que se vota en el seno de una comisión...
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO ...son las audiencias públicas -así figura en el reglamento de esta Cámara-, que fue lo que se votó.
La diputada Giúdici hizo un resumen muy sintético -demasiado, omitiendo la realidad- de lo que sucedió en la reunión de la Comisión de Comercio en la que se aprobaron las audiencias públicas. Hubo 13 votos a favor y 4 votos que no se expresaron. Esa fue la cantidad de diputados presentes -17- en el momento de someter a votación la realización de las audiencias públicas, que fueron aprobadas por amplísima mayoría.
Por supuesto que la Comisión de Comercio, que es la que preside este plenario, tiene la facultad absoluta -porque es cabecera de las cinco comisiones que van a estudiar los proyectos presentados- de hacer circular un dictamen único, que en su artículo 1° declara de interés público la producción de papel para la prensa, y que en su 98 por ciento reproduce el proyecto presentado por el interbloque Proyecto Sur, y también recoge el proyecto presentado por el bloque Nuevo Encuentro, en su artículo 2°.
Los que estén de acuerdo van a poder expresarse en ese dictamen, y los que no también podrán expresarse de la misma forma. También podrán expresarse en el seno del recinto, cuando a pedido del oficialismo este dictamen sea tratado dentro de dos semanas, que ya cuenta con algunas firmas y que al comienzo de mi intervención mandé circular. Esto es lo que va a suceder.
Tiene la palabra la diputada Fadel.
La diputada Giúdici hizo un resumen muy sintético -demasiado, omitiendo la realidad- de lo que sucedió en la reunión de la Comisión de Comercio en la que se aprobaron las audiencias públicas. Hubo 13 votos a favor y 4 votos que no se expresaron. Esa fue la cantidad de diputados presentes -17- en el momento de someter a votación la realización de las audiencias públicas, que fueron aprobadas por amplísima mayoría.
Por supuesto que la Comisión de Comercio, que es la que preside este plenario, tiene la facultad absoluta -porque es cabecera de las cinco comisiones que van a estudiar los proyectos presentados- de hacer circular un dictamen único, que en su artículo 1° declara de interés público la producción de papel para la prensa, y que en su 98 por ciento reproduce el proyecto presentado por el interbloque Proyecto Sur, y también recoge el proyecto presentado por el bloque Nuevo Encuentro, en su artículo 2°.
Los que estén de acuerdo van a poder expresarse en ese dictamen, y los que no también podrán expresarse de la misma forma. También podrán expresarse en el seno del recinto, cuando a pedido del oficialismo este dictamen sea tratado dentro de dos semanas, que ya cuenta con algunas firmas y que al comienzo de mi intervención mandé circular. Esto es lo que va a suceder.
Tiene la palabra la diputada Fadel.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. CAMAÑO Diputada: ¿me permite una interrupción?
SRA. FADEL No peleemos, hay que tranquilizarse.
SRA. CAMAÑO Precisamente, eso es lo que quería hacer.
Para poder tranquilizarnos la presidenta tiene que entender que no tiene el monopolio de la palabra. Tiene que ordenar la reunión.
Entonces, si todos los presidentes nos hemos expresado, lo que corresponde...
Para poder tranquilizarnos la presidenta tiene que entender que no tiene el monopolio de la palabra. Tiene que ordenar la reunión.
Entonces, si todos los presidentes nos hemos expresado, lo que corresponde...
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO La reunión está ordenada. Pasé a la firma un dictamen de las cinco comisiones.
SRA. CAMAÑO Cuando los presidentes terminaron de hablar, usted no debió hacer toda esa introducción que trajo el malestar en la reunión.
Limítese a dar la palabra a los diputados, sino usted se la va a pasar peleándose con todos los diputados.
Lo otro que le quiero pedir -obviamente nosotros vamos a impugnar lo que se está haciendo en esta reunión- es que sin más proceda a tomar lista, que es lo que solicitó la presidenta de una comisión.
Acá hubo planteos de diferentes presidentes de comisión. La presidenta de una comisión -que está segura de lo que está haciendo y que no quiere dejar la mácula de que este plenario pueda estar funcionando mal-, ha solicitado que los que estén a favor de que se dictamine se manifiesten y los que quieran que las cinco comisiones establezcan un cronograma de trabajo también se manifiesten.
La diputada Vázquez no pidió que se expidan en torno al dictamen, que es lo que usted solicitó. La diputada Vázquez pidió que los que estén a favor de que esta reunión termine con un dictamen, lo manifiesten; y los que estén a favor de que esta reunión termine con una agenda de trabajo, también lo manifiesten. Me parece que es absolutamente lógico que por lo menos tengamos la consideración de tomar en cuenta lo que ha propuesto.
Entonces, pido por favor que tome asistencia, más allá de la que tomaron los asistentes de cada una de las comisiones.
Limítese a dar la palabra a los diputados, sino usted se la va a pasar peleándose con todos los diputados.
Lo otro que le quiero pedir -obviamente nosotros vamos a impugnar lo que se está haciendo en esta reunión- es que sin más proceda a tomar lista, que es lo que solicitó la presidenta de una comisión.
Acá hubo planteos de diferentes presidentes de comisión. La presidenta de una comisión -que está segura de lo que está haciendo y que no quiere dejar la mácula de que este plenario pueda estar funcionando mal-, ha solicitado que los que estén a favor de que se dictamine se manifiesten y los que quieran que las cinco comisiones establezcan un cronograma de trabajo también se manifiesten.
La diputada Vázquez no pidió que se expidan en torno al dictamen, que es lo que usted solicitó. La diputada Vázquez pidió que los que estén a favor de que esta reunión termine con un dictamen, lo manifiesten; y los que estén a favor de que esta reunión termine con una agenda de trabajo, también lo manifiesten. Me parece que es absolutamente lógico que por lo menos tengamos la consideración de tomar en cuenta lo que ha propuesto.
Entonces, pido por favor que tome asistencia, más allá de la que tomaron los asistentes de cada una de las comisiones.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Fadel.
SRA. FADEL Señora presidenta: la verdad es que somos muchos los que estamos acá; casi está el pleno de la Cámara. Además, tenemos mucho más público que en los días de sesiones. Por lo tanto, debemos intentar ordenarnos y tranquilizarnos, porque el objetivo de todos -o por lo menos del oficialismo- es dictaminar. Desde la oposición seguramente no, pero este es el juego que se hace siempre en la política: se dictamina o no, se tienen las firmas o no.
Por otra parte, quiero dejar aclarada algunas situaciones: toda la primera exposición en la que se pone el pero en cómo fue girado, en que fue impugnado o no, quedó subsanado en la última sesión, ya que se votó el BAE 25 en el que figuraban los giros que había recibido este proyecto.
Además, algo que viene sucediendo en la Cámara es la obligatoriedad a partir de haber votado en el pleno la convocatoria a esta reunión. Lo mismo se hizo para otras comisiones que van a funcionar mañana y pasado.
Creo que está dentro de la legalidad. El plenario está funcionando; en realidad están obligados a funcionar porque fue el mismo pleno de la Cámara el que votó esta convocatoria, como también lo hicieron para las de mañana y el jueves. Es decir que no se está incumpliendo para nada con las formas de tratamiento de este proyecto.
Sinceramente este proyecto viene siendo trabajado desde una comisión, en la que se pudo votar la convocatoria a audiencias públicas, que luego se llevaron a cabo como corresponde. Esas audiencias fueron abiertas, podían asistir quienes quisieran, incluso los diputados -algunos lo hicieron-, aunque la mayoría -obviamente de la oposición- no asistió. O sea que se fue cumplimentando cada paso para llegar al objetivo final.
¿Qué pasa cada vez que queremos tratar temas que en verdad tocan intereses económicos y comerciales? Empiezan las disputas. Ya nos ha pasado en muchas comisiones presididas por diputados que no pertenecen al oficialismo; como es sabido, nosotros somos el brazo legislativo del Poder Ejecutivo en el Congreso de la Nación; si no, no sé para qué estamos.
Como decía, situaciones similares se han dado muchas veces en otras comisiones. En la Comisión de Agricultura y Ganadería, por ejemplo, nos encontramos con que antes de comenzar a debatirse un tema, se hacían circular dictámenes ya elaborados y no se nos permitía hablar. Ante tal situación nos enojamos, peleamos, pero los dictámenes seguían circulando porque así lo había decidido el presidente de la comisión. Una situación parecida se vivió en la Comisión de Previsión y Seguridad Social, y también en la Comisión de Agricultura y Ganadería, cuando se trató el tema de las retenciones.
Ante tal situación el oficialismo, al no tener en ese momento número suficiente ni ocupar la presidencia -que se encuentra a cargo de la oposición- tuvo que bajar un poco la cabeza, como quien dice, y aceptar realizar luego -o no- las acciones pertinentes.
Ese es el juego que ha instalado la oposición; no nosotros. Si hacemos memoria -voy a cumplir casi siete años en el Congreso-, recordaremos que cuando tuvimos mayoría en todas las comisiones y también en el pleno de la Cámara, nunca hicimos uso del artículo 108 del reglamento para emitir dictamen. Nunca lo hicimos, y quien diga lo contrario que cite un solo ejemplo.
Sin embargo, la oposición comenzó a utilizar el mecanismo establecido en el mencionado artículo aun teniendo mayoría en todas las comisiones. En cierta ocasión advertimos a los diputados de la oposición que tuvieran cuidado; les pedimos que no hicieran uso del artículo 108, porque en algún momento nosotros seríamos los beneficiados.
Son ellos quienes han instalado las reglas de juego, quienes hoy arman la agenda y los que ponen los votos. En este caso, estamos aplicando la metodología que la propia oposición instaló teniendo la mayoría que hoy ostenta.
Lo que está haciendo el plenario de las comisiones es, nada más ni nada menos, cumplir con lo que se aprobó en el recinto la semana pasada. Cada bloque ha fijado su posición respecto del tema en discusión; se sabe qué piensa cada uno. No se puede decir que no se ha hablado nunca sobre él o que ingresó la semana pasada para su tratamiento. Ha sido debatido, se realizaron audiencias públicas e incluso hay diputados que presentaron proyectos sobre lo mismo. Por ejemplo el señor diputado de Marchi, de mi provincia, es autor de una iniciativa que ha ingresado a estas comisiones y lo mismo ocurre con la señora diputada Merchán.
También sobre estos proyectos cada bloque ha pensado qué posición tomar. Entonces, no entiendo la dilación sobre un tema con el que se puede o no estar de acuerdo. Para eso existen los dictámenes, que cada uno decide si firma o no. Justamente, estas reuniones plenarias tienen por objeto presentar un dictamen para que cada diputado resuelva si lo suscribe o no. Luego, el número de firmas dirá si ese dictamen está en condiciones de ser tratado en el recinto.
Esta es la mecánica. No se está haciendo nada diferente de lo que dispone el reglamento. Se está cumpliendo con él a rajatabla.
Se podrá o no estar de acuerdo con emitir hoy dictamen, pero debe quedar claro que el oficialismo, que es quien ocupa la presidencia de la comisión cabecera, ha resuelto pasar a la firma del dictamen como lo ha hecho innumerables veces la oposición durante todo el año.
No vamos a formar parte de una pelea que puede llevar a que esto no funcione. Por el contrario, permaneceremos muy calmos porque nuestro objetivo es lograr que se desmonopolice una situación que no es justa ni igualitaria para nadie.
Lo mismo pensábamos cuando discutimos la ley de medios. Y así hasta el final la llevamos a cabo. Lo hicimos con muchos impedimentos, incluso con la prensa en contra, como ocurre en este caso. Pero cuando uno está convencido del objetivo, cuando uno cree que tiene que haber igualdad y equilibrio, sigue hasta el final. Por eso uno gobierna. Y para eso uno es gobierno y ha sido convalidado por el voto popular. Ya llegará el momento de volver a convalidar nuestro proyecto nacional, y lo hará la misma ciudadanía que ha sido beneficiada enormemente durante los últimos siete años por este gobierno.
Compañeras, amigos, adversarios circunstanciales: este es el juego de la política; lo único que después nos debe unir es un objetivo común: el objetivo de que la Argentina no vuelva a caer en el caos, que no vuelva al incendio de 2001, que no volvamos a padecer injusticias, que no volvamos al 25 por ciento de desocupación. A eso debemos apostar. Por eso le pido responsabilidad a la oposición en este tema y en todos, como es el tema del presupuesto nacional que espero y ruego que logremos sacarle dictamen y llevarlo al recinto.
Del mismo modo, espero y ruego que la oposición responsable -que quiere algún día ser gobierno- entienda también que no puede dejar a nuestro gobierno nacional sin presupuesto. Me parece que éstas son las cosas movilizadoras.
Uno debe marcar la diferencia, como por supuesto también lo hace la oposición. Yo he sido oposición en mi provincia y he sido presidenta del bloque de senadores en mi provincia, opositor al gobierno radical, pero en las cosas que había que ayudar -en ese entonces el gobernador Iglesias estaba en plena crisis del año 2001- lo hacíamos, dejando que tomara deuda y créditos para poder funcionar y no caer en default. Esto habla bien de la dirigencia provincial y espero que de la misma manera podamos revertir lo que la gente piensa de los legisladores nacionales en general, tanto de la oposición como del oficialismo. Nos tienen que ver no en una pelea insana, donde nos gritamos, donde parece que es una pelea de perros sin ningún objetivo real para la gente.
Les pido que entendamos que la gente espera de nosotros que seamos claros y que llevemos la Argentina para adelante. Esto es lo que la ciudadanía espera tanto de ustedes como de nosotros.
Por eso, les pido que sigamos para adelante, que emitamos dictamen y que el que no esté de acuerdo firme en contra o presente un dictamen rechazando lo que está haciendo el oficialismo y lo que seguramente harán los bloques que tienen proyectos propios. (Aplausos.)
Por otra parte, quiero dejar aclarada algunas situaciones: toda la primera exposición en la que se pone el pero en cómo fue girado, en que fue impugnado o no, quedó subsanado en la última sesión, ya que se votó el BAE 25 en el que figuraban los giros que había recibido este proyecto.
Además, algo que viene sucediendo en la Cámara es la obligatoriedad a partir de haber votado en el pleno la convocatoria a esta reunión. Lo mismo se hizo para otras comisiones que van a funcionar mañana y pasado.
Creo que está dentro de la legalidad. El plenario está funcionando; en realidad están obligados a funcionar porque fue el mismo pleno de la Cámara el que votó esta convocatoria, como también lo hicieron para las de mañana y el jueves. Es decir que no se está incumpliendo para nada con las formas de tratamiento de este proyecto.
Sinceramente este proyecto viene siendo trabajado desde una comisión, en la que se pudo votar la convocatoria a audiencias públicas, que luego se llevaron a cabo como corresponde. Esas audiencias fueron abiertas, podían asistir quienes quisieran, incluso los diputados -algunos lo hicieron-, aunque la mayoría -obviamente de la oposición- no asistió. O sea que se fue cumplimentando cada paso para llegar al objetivo final.
¿Qué pasa cada vez que queremos tratar temas que en verdad tocan intereses económicos y comerciales? Empiezan las disputas. Ya nos ha pasado en muchas comisiones presididas por diputados que no pertenecen al oficialismo; como es sabido, nosotros somos el brazo legislativo del Poder Ejecutivo en el Congreso de la Nación; si no, no sé para qué estamos.
Como decía, situaciones similares se han dado muchas veces en otras comisiones. En la Comisión de Agricultura y Ganadería, por ejemplo, nos encontramos con que antes de comenzar a debatirse un tema, se hacían circular dictámenes ya elaborados y no se nos permitía hablar. Ante tal situación nos enojamos, peleamos, pero los dictámenes seguían circulando porque así lo había decidido el presidente de la comisión. Una situación parecida se vivió en la Comisión de Previsión y Seguridad Social, y también en la Comisión de Agricultura y Ganadería, cuando se trató el tema de las retenciones.
Ante tal situación el oficialismo, al no tener en ese momento número suficiente ni ocupar la presidencia -que se encuentra a cargo de la oposición- tuvo que bajar un poco la cabeza, como quien dice, y aceptar realizar luego -o no- las acciones pertinentes.
Ese es el juego que ha instalado la oposición; no nosotros. Si hacemos memoria -voy a cumplir casi siete años en el Congreso-, recordaremos que cuando tuvimos mayoría en todas las comisiones y también en el pleno de la Cámara, nunca hicimos uso del artículo 108 del reglamento para emitir dictamen. Nunca lo hicimos, y quien diga lo contrario que cite un solo ejemplo.
Sin embargo, la oposición comenzó a utilizar el mecanismo establecido en el mencionado artículo aun teniendo mayoría en todas las comisiones. En cierta ocasión advertimos a los diputados de la oposición que tuvieran cuidado; les pedimos que no hicieran uso del artículo 108, porque en algún momento nosotros seríamos los beneficiados.
Son ellos quienes han instalado las reglas de juego, quienes hoy arman la agenda y los que ponen los votos. En este caso, estamos aplicando la metodología que la propia oposición instaló teniendo la mayoría que hoy ostenta.
Lo que está haciendo el plenario de las comisiones es, nada más ni nada menos, cumplir con lo que se aprobó en el recinto la semana pasada. Cada bloque ha fijado su posición respecto del tema en discusión; se sabe qué piensa cada uno. No se puede decir que no se ha hablado nunca sobre él o que ingresó la semana pasada para su tratamiento. Ha sido debatido, se realizaron audiencias públicas e incluso hay diputados que presentaron proyectos sobre lo mismo. Por ejemplo el señor diputado de Marchi, de mi provincia, es autor de una iniciativa que ha ingresado a estas comisiones y lo mismo ocurre con la señora diputada Merchán.
También sobre estos proyectos cada bloque ha pensado qué posición tomar. Entonces, no entiendo la dilación sobre un tema con el que se puede o no estar de acuerdo. Para eso existen los dictámenes, que cada uno decide si firma o no. Justamente, estas reuniones plenarias tienen por objeto presentar un dictamen para que cada diputado resuelva si lo suscribe o no. Luego, el número de firmas dirá si ese dictamen está en condiciones de ser tratado en el recinto.
Esta es la mecánica. No se está haciendo nada diferente de lo que dispone el reglamento. Se está cumpliendo con él a rajatabla.
Se podrá o no estar de acuerdo con emitir hoy dictamen, pero debe quedar claro que el oficialismo, que es quien ocupa la presidencia de la comisión cabecera, ha resuelto pasar a la firma del dictamen como lo ha hecho innumerables veces la oposición durante todo el año.
No vamos a formar parte de una pelea que puede llevar a que esto no funcione. Por el contrario, permaneceremos muy calmos porque nuestro objetivo es lograr que se desmonopolice una situación que no es justa ni igualitaria para nadie.
Lo mismo pensábamos cuando discutimos la ley de medios. Y así hasta el final la llevamos a cabo. Lo hicimos con muchos impedimentos, incluso con la prensa en contra, como ocurre en este caso. Pero cuando uno está convencido del objetivo, cuando uno cree que tiene que haber igualdad y equilibrio, sigue hasta el final. Por eso uno gobierna. Y para eso uno es gobierno y ha sido convalidado por el voto popular. Ya llegará el momento de volver a convalidar nuestro proyecto nacional, y lo hará la misma ciudadanía que ha sido beneficiada enormemente durante los últimos siete años por este gobierno.
Compañeras, amigos, adversarios circunstanciales: este es el juego de la política; lo único que después nos debe unir es un objetivo común: el objetivo de que la Argentina no vuelva a caer en el caos, que no vuelva al incendio de 2001, que no volvamos a padecer injusticias, que no volvamos al 25 por ciento de desocupación. A eso debemos apostar. Por eso le pido responsabilidad a la oposición en este tema y en todos, como es el tema del presupuesto nacional que espero y ruego que logremos sacarle dictamen y llevarlo al recinto.
Del mismo modo, espero y ruego que la oposición responsable -que quiere algún día ser gobierno- entienda también que no puede dejar a nuestro gobierno nacional sin presupuesto. Me parece que éstas son las cosas movilizadoras.
Uno debe marcar la diferencia, como por supuesto también lo hace la oposición. Yo he sido oposición en mi provincia y he sido presidenta del bloque de senadores en mi provincia, opositor al gobierno radical, pero en las cosas que había que ayudar -en ese entonces el gobernador Iglesias estaba en plena crisis del año 2001- lo hacíamos, dejando que tomara deuda y créditos para poder funcionar y no caer en default. Esto habla bien de la dirigencia provincial y espero que de la misma manera podamos revertir lo que la gente piensa de los legisladores nacionales en general, tanto de la oposición como del oficialismo. Nos tienen que ver no en una pelea insana, donde nos gritamos, donde parece que es una pelea de perros sin ningún objetivo real para la gente.
Les pido que entendamos que la gente espera de nosotros que seamos claros y que llevemos la Argentina para adelante. Esto es lo que la ciudadanía espera tanto de ustedes como de nosotros.
Por eso, les pido que sigamos para adelante, que emitamos dictamen y que el que no esté de acuerdo firme en contra o presente un dictamen rechazando lo que está haciendo el oficialismo y lo que seguramente harán los bloques que tienen proyectos propios. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Bullrich.
SRA. BULLRICH Señora presidenta: en primer lugar, les recuerdo que estamos ante un debate -así se planteó el otro día en la Cámara, cuando se dijo que se iba a habilitar el debate sobre el proyecto de Papel Prensa-; justamente, el objetivo de este plenario es habilitar ese debate.
Cuando la señora presidenta de la Comisión de Comercio dijo quiénes habían estado en la audiencia pública, nombró unos seis diarios, habiendo en la Argentina unos 300. Evidentemente, no parece demasiado representativo el trabajo que hizo la Comisión de Comercio. Además, habiendo habido una negativa de parte de la misma Comisión de Comercio.
El proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo está planteado en medio de un combate político que ha decidido dar este gobierno, que tiene que ver con la decisión de manipular a la prensa de acuerdo con intereses de poder. Esto es indisimulable.
No estamos discutiendo en un ambiente democrático; no estamos discutiendo una lógica de cómo funciona la competencia en nuestro país. No lo estamos haciendo porque la competencia en nuestro país funciona de acuerdo con intereses políticos. Hace un año Defensa de la Competencia decía que Telecom y Telefónica eran una sola empresa, y hace tres días Defensa de la Competencia dijo que Telecom y Telefónica se podían poner amablemente de acuerdo para intentar una convivencia en el Directorio y no ser una sola empresa.
Quiere decir que el factor discrecional está pesando demasiado en las discusiones que estamos teniendo. Tan así es que intenté plantear una cuestión de privilegio, porque la presidenta estaba diciendo que un determinado diario era el que llevaba adelante las posiciones de la oposición. Es decir que la presidenta tiene una posición tomada respecto de determinados medios, lo que le hace imposible tener una mirada objetiva, como presidenta de la comisión, en la discusión de los proyectos que estamos considerando.
Recojo la frase que pronunció hace pocos días el presidente de la hermana República Oriental del Uruguay, Mujica, quien dijo que la mejor ley de prensa es la ley que no se hace.
En definitiva, lo que nosotros estamos planteando es que el proyecto de ley que ha presentado el Poder Ejecutivo no se puede votar de la noche a la mañana, porque tiene muchísimos problemas. En primer lugar, es una iniciativa que va en contra del artículo 32 de la Constitución, que prohíbe expresamente dictar leyes que restrinjan la libertad de prensa.
Asimismo, es una iniciativa que va en contra de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que dice que no se pueden controlar los insumos específicos para la prensa, porque el control de los insumos es el control de la capacidad de expresión que puede tener un pueblo.
Otro cuestionamiento profundo que hacemos a este proyecto de ley es que hay una delegación. Sería bueno que el Poder Ejecutivo sepa que ya no hay más delegación. Se terminó la delegación el 24 agosto. Sin embargo, con esta norma el Poder Ejecutivo vuelve a plantearla.
Luego se plantea el concepto de interés público; un concepto ambiguo, abstracto, contradictorio con los propios fundamentos del proyecto, que lo que hace es demostrar que hay un espíritu persecutorio, que ya lo venimos observando en la Argentina desde la crisis del campo. A partir de esa crisis todo cambió: los amigos pasaron a ser enemigos y a partir de allí comenzó una estrategia del gobierno de persecución de aquellos medios que cree que no trasmiten la propaganda oficial.
Lo que pasa en nuestro país es peligroso. Basta observar el uso y el abuso de los recursos públicos. Basta observar lo que pasa en la pantalla del canal oficial, con programas que son mera propaganda. Basta observar la negativa de los bloques oficialistas a discutir la publicidad oficial y el acceso a la información. Basta observar que el mercado transparente es un mercado con ausencia de información, sin regulación de la pauta oficial; podríamos decir que el mercado transparente es el que intenta silenciar a la prensa escrita.
El diputado Vargas Aignasse dijo que el papel no es importante, pero, sin embargo, parece que sí lo es. Parece que un recurso que va a dejar de ser importante todavía lo es.
Nosotros creemos que ni siquiera está bien planteada en el proyecto la Comisión de Seguimiento. ¿Qué es esta comisión. ¿Son tutores, son guardianes? ¿Qué es lo que va a hacer? ¿Van a controlar?
Me recuerda a una película que vi el otro día sobre el precio de la libertad, que cuenta la prisión de Mandela, donde cortaban con una tijera los pedacitos que no se podían leer. Ahora vamos a cortar con una tijera los dibujitos de Hermenegildo Sábat y las partes de las notas que no le gustan a la comisión.
Lo que estamos discutiendo tiene que ver con cuestiones de fondo, con un país que tiene leyes antimonopólicas, pero que las usa de acuerdo con un interés político. Tiene que ver con un país que utiliza la Constitución de acuerdo con el interés de la mayoría y no por una simple cuestión de respeto.
Por eso, planteamos que el alcance de la libertad de expresión y de prensa sin ningún tipo de censura no son cuestiones nuevas. Esto no tiene que ver solamente con el momento en que se dictaron las leyes, sino que también se vincula con los derechos constitucionales de primera generación, lo cual hace a un debate doctrinario profundo de la Argentina.
No se puede pensar en una razón instrumental del uso de esos derechos de acuerdo con lo que un determinado Poder Ejecutivo quiere plantearnos.
Si en la Argentina de hoy un empresario quiere poner una fábrica de papel, no encuentro nada que lo prohíba. Si el Estado quiere poner una fábrica de papel -que nos sea como ENARSA o como Aerolíneas, sino un poco más eficiente-, lo puede hacer. Si los que hoy editan diarios quieren importar papel, también lo pueden hacer. Es decir que cualquiera podría poner una empresa de papel; hasta Jaime podría hacerlo. Perdón, pero la diputada Quiroz me apunta que está inhabilitado.
Por lo tanto, queda en claro que hasta ahora no hemos discutido sobre la cuestión de fondo que surge de este proyecto. Simplemente estamos discutiendo seguir la guerra que desató el gobierno para el control de los medios, para la construcción de los monopolios oficiales y para hacer de la palabra un instrumento del poder.
En consecuencia, este debate -que no es menor- no puede clausurarse en el día de hoy. Por eso, mociono que los secretarios de las comisiones tomen lista y que cada comisión diga, de acuerdo al número de sus integrantes, si tiene voluntad o no de emitir dictamen.
Le pido que tomen nota de la presencia y que nominalmente cada diputado diga qué cree, es decir, si este va a ser un debate clausurado, un debate en el medio de la guerra del kirchnerismo con determinados medios o si vamos a hacer de éste un ámbito democrático para apartarnos de esa guerra. Por eso no podemos aceptar de ninguna manera lo que dijo la señora presidenta de la comisión, en el sentido de que determinados medios son la voz de la oposición.
No lo vamos a aceptar. Los medios pueden estar a favor o en contra y al gobierno puede gustarles o no; no nos importa. Los medios deben decir lo que creen que tienen que decir. Esa es la verdadera libertad de prensa.
Por eso, como moción concreta pido a la señora presidenta que llame a los diputados que se encuentran en antesalas. Solicito que haga lo que el otro día la señora diputada Fadel no hizo; no cumplió con el artículo del reglamento que establece que cuando se va a votar debe convocarse a los diputados que se encuentran en antesalas. La señora Fadel no actuó de esa manera e hizo fracasar una sesión ordinaria conseguida con el quórum necesario. Fue una maniobra que no se debe hacer.
Entonces, pido a la señora presidenta que convoque a los diputados que están en antesalas, que se proceda a pasar lista y que cada uno exprese su opinión acerca de si éste tiene que ser un debate clausurado, encapsulado, porque el oficialismo sigue con su guerra, o si entramos de verdad en un ambiente democrático. (Aplausos.)
Cuando la señora presidenta de la Comisión de Comercio dijo quiénes habían estado en la audiencia pública, nombró unos seis diarios, habiendo en la Argentina unos 300. Evidentemente, no parece demasiado representativo el trabajo que hizo la Comisión de Comercio. Además, habiendo habido una negativa de parte de la misma Comisión de Comercio.
El proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo está planteado en medio de un combate político que ha decidido dar este gobierno, que tiene que ver con la decisión de manipular a la prensa de acuerdo con intereses de poder. Esto es indisimulable.
No estamos discutiendo en un ambiente democrático; no estamos discutiendo una lógica de cómo funciona la competencia en nuestro país. No lo estamos haciendo porque la competencia en nuestro país funciona de acuerdo con intereses políticos. Hace un año Defensa de la Competencia decía que Telecom y Telefónica eran una sola empresa, y hace tres días Defensa de la Competencia dijo que Telecom y Telefónica se podían poner amablemente de acuerdo para intentar una convivencia en el Directorio y no ser una sola empresa.
Quiere decir que el factor discrecional está pesando demasiado en las discusiones que estamos teniendo. Tan así es que intenté plantear una cuestión de privilegio, porque la presidenta estaba diciendo que un determinado diario era el que llevaba adelante las posiciones de la oposición. Es decir que la presidenta tiene una posición tomada respecto de determinados medios, lo que le hace imposible tener una mirada objetiva, como presidenta de la comisión, en la discusión de los proyectos que estamos considerando.
Recojo la frase que pronunció hace pocos días el presidente de la hermana República Oriental del Uruguay, Mujica, quien dijo que la mejor ley de prensa es la ley que no se hace.
En definitiva, lo que nosotros estamos planteando es que el proyecto de ley que ha presentado el Poder Ejecutivo no se puede votar de la noche a la mañana, porque tiene muchísimos problemas. En primer lugar, es una iniciativa que va en contra del artículo 32 de la Constitución, que prohíbe expresamente dictar leyes que restrinjan la libertad de prensa.
Asimismo, es una iniciativa que va en contra de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que dice que no se pueden controlar los insumos específicos para la prensa, porque el control de los insumos es el control de la capacidad de expresión que puede tener un pueblo.
Otro cuestionamiento profundo que hacemos a este proyecto de ley es que hay una delegación. Sería bueno que el Poder Ejecutivo sepa que ya no hay más delegación. Se terminó la delegación el 24 agosto. Sin embargo, con esta norma el Poder Ejecutivo vuelve a plantearla.
Luego se plantea el concepto de interés público; un concepto ambiguo, abstracto, contradictorio con los propios fundamentos del proyecto, que lo que hace es demostrar que hay un espíritu persecutorio, que ya lo venimos observando en la Argentina desde la crisis del campo. A partir de esa crisis todo cambió: los amigos pasaron a ser enemigos y a partir de allí comenzó una estrategia del gobierno de persecución de aquellos medios que cree que no trasmiten la propaganda oficial.
Lo que pasa en nuestro país es peligroso. Basta observar el uso y el abuso de los recursos públicos. Basta observar lo que pasa en la pantalla del canal oficial, con programas que son mera propaganda. Basta observar la negativa de los bloques oficialistas a discutir la publicidad oficial y el acceso a la información. Basta observar que el mercado transparente es un mercado con ausencia de información, sin regulación de la pauta oficial; podríamos decir que el mercado transparente es el que intenta silenciar a la prensa escrita.
El diputado Vargas Aignasse dijo que el papel no es importante, pero, sin embargo, parece que sí lo es. Parece que un recurso que va a dejar de ser importante todavía lo es.
Nosotros creemos que ni siquiera está bien planteada en el proyecto la Comisión de Seguimiento. ¿Qué es esta comisión. ¿Son tutores, son guardianes? ¿Qué es lo que va a hacer? ¿Van a controlar?
Me recuerda a una película que vi el otro día sobre el precio de la libertad, que cuenta la prisión de Mandela, donde cortaban con una tijera los pedacitos que no se podían leer. Ahora vamos a cortar con una tijera los dibujitos de Hermenegildo Sábat y las partes de las notas que no le gustan a la comisión.
Lo que estamos discutiendo tiene que ver con cuestiones de fondo, con un país que tiene leyes antimonopólicas, pero que las usa de acuerdo con un interés político. Tiene que ver con un país que utiliza la Constitución de acuerdo con el interés de la mayoría y no por una simple cuestión de respeto.
Por eso, planteamos que el alcance de la libertad de expresión y de prensa sin ningún tipo de censura no son cuestiones nuevas. Esto no tiene que ver solamente con el momento en que se dictaron las leyes, sino que también se vincula con los derechos constitucionales de primera generación, lo cual hace a un debate doctrinario profundo de la Argentina.
No se puede pensar en una razón instrumental del uso de esos derechos de acuerdo con lo que un determinado Poder Ejecutivo quiere plantearnos.
Si en la Argentina de hoy un empresario quiere poner una fábrica de papel, no encuentro nada que lo prohíba. Si el Estado quiere poner una fábrica de papel -que nos sea como ENARSA o como Aerolíneas, sino un poco más eficiente-, lo puede hacer. Si los que hoy editan diarios quieren importar papel, también lo pueden hacer. Es decir que cualquiera podría poner una empresa de papel; hasta Jaime podría hacerlo. Perdón, pero la diputada Quiroz me apunta que está inhabilitado.
Por lo tanto, queda en claro que hasta ahora no hemos discutido sobre la cuestión de fondo que surge de este proyecto. Simplemente estamos discutiendo seguir la guerra que desató el gobierno para el control de los medios, para la construcción de los monopolios oficiales y para hacer de la palabra un instrumento del poder.
En consecuencia, este debate -que no es menor- no puede clausurarse en el día de hoy. Por eso, mociono que los secretarios de las comisiones tomen lista y que cada comisión diga, de acuerdo al número de sus integrantes, si tiene voluntad o no de emitir dictamen.
Le pido que tomen nota de la presencia y que nominalmente cada diputado diga qué cree, es decir, si este va a ser un debate clausurado, un debate en el medio de la guerra del kirchnerismo con determinados medios o si vamos a hacer de éste un ámbito democrático para apartarnos de esa guerra. Por eso no podemos aceptar de ninguna manera lo que dijo la señora presidenta de la comisión, en el sentido de que determinados medios son la voz de la oposición.
No lo vamos a aceptar. Los medios pueden estar a favor o en contra y al gobierno puede gustarles o no; no nos importa. Los medios deben decir lo que creen que tienen que decir. Esa es la verdadera libertad de prensa.
Por eso, como moción concreta pido a la señora presidenta que llame a los diputados que se encuentran en antesalas. Solicito que haga lo que el otro día la señora diputada Fadel no hizo; no cumplió con el artículo del reglamento que establece que cuando se va a votar debe convocarse a los diputados que se encuentran en antesalas. La señora Fadel no actuó de esa manera e hizo fracasar una sesión ordinaria conseguida con el quórum necesario. Fue una maniobra que no se debe hacer.
Entonces, pido a la señora presidenta que convoque a los diputados que están en antesalas, que se proceda a pasar lista y que cada uno exprese su opinión acerca de si éste tiene que ser un debate clausurado, encapsulado, porque el oficialismo sigue con su guerra, o si entramos de verdad en un ambiente democrático. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Alejandro Rossi.
SR. VARGAS AIGNASSE ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con el permiso de la Presidencia?
SR. ROSSI (A.L.) Sí, señor diputado.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado Vargas Aignasse.
SR. VARGAS AIGNASSE Señora presidenta: antes de que la señora diputada Bullrich se retire...
SRA. BULLRICH No me retiro.
SR. VARGAS AIGNASSE ...le pido que no haga deducciones tan perversas sobre mis dichos.
No dije que no fuera importante el papel; de ninguna manera. He desarrollado una perspectiva del negocio a nivel mundial y manifesté que para los argentinos obviamente es fundamental garantizar la provisión de papel en el mercado interno tanto en el corto como en el mediano plazo.
Por eso estamos tratando este tema. Como presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, en ocasiones he sido emplazado por la oposición; me han llegado dictámenes firmados por tres comisiones para que directamente nos expresáramos en el sentido de firmarlos o no. Así ha ocurrido con el tema del ONCCA y con el de la obra pública. Es decir que nunca han sido tan democráticos como ahora lo plantean.
Realmente vivimos en una contradicción permanente. Quienes hoy piden que se pase a votar una moción, que se haga un censo respecto de este tema, son los mismos que nos atropellan en todos lados con el número a la hora de tratar esta cuestión.
No dije que no fuera importante el papel; de ninguna manera. He desarrollado una perspectiva del negocio a nivel mundial y manifesté que para los argentinos obviamente es fundamental garantizar la provisión de papel en el mercado interno tanto en el corto como en el mediano plazo.
Por eso estamos tratando este tema. Como presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, en ocasiones he sido emplazado por la oposición; me han llegado dictámenes firmados por tres comisiones para que directamente nos expresáramos en el sentido de firmarlos o no. Así ha ocurrido con el tema del ONCCA y con el de la obra pública. Es decir que nunca han sido tan democráticos como ahora lo plantean.
Realmente vivimos en una contradicción permanente. Quienes hoy piden que se pase a votar una moción, que se haga un censo respecto de este tema, son los mismos que nos atropellan en todos lados con el número a la hora de tratar esta cuestión.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. VARGAS AIGNASSE Es la verdad, señores diputados, y estoy hablando en el marco de lo que significa la discusión y el juego político.
En los dos temas que he mencionado puntualmente, como presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento me he encontrado ante la situación de optar por blanco o negro. Lo aceptamos; no nos rasgamos las vestiduras ni lloramos ni hicimos escándalos ni convocamos a conferencias de prensa, porque entendemos que así es el juego de las mayorías y de las minorías en este Parlamento.
Lo que ahora estamos planteando es justamente eso. Quien crea que debe firmar el dictamen, lo hará, y quien entienda que no tiene que hacerlo, no. Esto no es ninguna novedad; por el contrario, es un mecanismo que tiene mucho andamiaje en el Parlamento, en las provincias y en todas partes.
Los bloques tienen posiciones muy claras respecto del tema en discusión. Por eso creo que lo más democrático para este Parlamento es que cada diputado exprese su acuerdo o desacuerdo a través de la firma o no del dictamen de las cinco comisiones abocadas al tratamiento de este asunto.
En este ámbito, mociones como las que se han formulado no existen. En todo caso, el mejor elemento para que cada diputado exprese su voluntad está circulando en esta mesa y es el dictamen correspondiente.
En los dos temas que he mencionado puntualmente, como presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento me he encontrado ante la situación de optar por blanco o negro. Lo aceptamos; no nos rasgamos las vestiduras ni lloramos ni hicimos escándalos ni convocamos a conferencias de prensa, porque entendemos que así es el juego de las mayorías y de las minorías en este Parlamento.
Lo que ahora estamos planteando es justamente eso. Quien crea que debe firmar el dictamen, lo hará, y quien entienda que no tiene que hacerlo, no. Esto no es ninguna novedad; por el contrario, es un mecanismo que tiene mucho andamiaje en el Parlamento, en las provincias y en todas partes.
Los bloques tienen posiciones muy claras respecto del tema en discusión. Por eso creo que lo más democrático para este Parlamento es que cada diputado exprese su acuerdo o desacuerdo a través de la firma o no del dictamen de las cinco comisiones abocadas al tratamiento de este asunto.
En este ámbito, mociones como las que se han formulado no existen. En todo caso, el mejor elemento para que cada diputado exprese su voluntad está circulando en esta mesa y es el dictamen correspondiente.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Alejandro Rossi.
SR. ROSSI (A.L.) Señora presidenta: me gustaría hacer algunos comentarios previamente a ratificar las consideraciones efectuadas por mis compañeros.
Primero, comparto plenamente las expresiones de la señora diputada Fadel en el sentido de que estamos ante la misma estrategia a la que en ocasiones hemos asistido en otras comisiones -por lo menos en las que yo integro y que no son presididas por nuestros compañeros- durante este período de sesiones.
El dictamen de las comisiones refleja no sólo la voluntad expresada por el Poder Ejecutivo en el proyecto de ley que ha enviado y por los miembros del Frente para la Victoria, sino un consenso mucho más amplio.
En realidad, por lo que he leído, el proyecto de la diputada Merchán contiene, en buena medida, posiciones de encuentro; claramente abarca un arco mayor que el nuestro. No son pocos los que en la Argentina consideran que ha sido un elemento de gran distorsión a la libertad de prensa la propiedad por parte de los dos principales diarios en la Argentina de la empresa Papel Prensa que, combinado con otra serie de ingredientes de carácter comercial, permitieron una monopolización y una concentración que ha sido llave central del desarrollo de sus negocios y que también ha sido llave central para atentar contra lo que decían defender. Me parece que ésta es una aclaración que corresponde.
En segundo lugar, me gustaría decir, dando continuidad a lo que comentaba recién, que hay cosas que en la Argentina suelen ser bastante difíciles, dado que tienen un modo de presentación por parte de algunos actores que realmente desconcierta. Así, es difícil hablar de la prensa como medio para fijar posiciones dominantes en lo económico o en lo ideológico, sin que inmediatamente se nos acuse de atentar contra la libertad; como también es difícil hablar del Poder Judicial sin que, inmediatamente, se nos descalifique diciendo que atentamos contra su independencia. Del mismo modo, nos resulta difícil criticar los crímenes que ha cometido el Estado de Israel en un montón de situaciones sin que se nos acuse de antisemitas.
Hay una paradoja latente en esta cuestión que no se va a resolver por el camino del corto plazo, pero que claramente es utilizada para impedir avances sustantivos en la democratización de la Argentina y de todas sus expresiones. Me animaría decir que cuando el diputado Vargas Aignasse o la diputada Di Tullio expresan que en general la prensa suele ser la vanguardia de la oposición -por lo menos en América latina-, no dicen algo que sea producto de su propia creación; es un concepto que se estudia en teoría política, en el estado democrático, en sociología y es bastante común redundante; hasta me animaría a decir una verdad de Perogrullo.
Si ustedes, que son "brasileño-adictos" o uruguayo-adictos -me refiero a algunos miembros de la oposición-, siguieran el proceso de la campaña en Brasil, van a advertir claramente que las distancias se están acortando entre la candidata del gobierno y el candidato de la oposición sobre la base de la campaña que está llevando adelante la prensa escrita.
Resulta increíble que todavía estemos discutiendo y estemos tratando de argumentar en contra de que la prensa existe, que la prensa cumple un rol de conducir la voz sintética de la oposición y que es una unidad de negocio como fin económico. Yo he escuchado algunas expresiones, como la de Mujica, que me parece patética. Esto es para aquellos que se jactan de leerlas.
En la medida en que sea la voluntad popular la que avance en la creación de formas más democráticas de organización, no hay ningún cuchillo bajo el poncho. No puede equipararse una supuesta situación dada en el mercado por posiciones dominantes de medios de prensa con la expresión de la voluntad popular.
La verdad es que personalmente me cuesta escuchar cierto tipo de argumentación. De cualquier manera, siguiendo el consejo que nos han dado a lo largo de este año en el que han sido mayoría, creo que es muy bueno que el pleno de la Cámara sea el que debata sobre estas cuestiones. Entiendo que el dictamen está firmado por todas las comisiones que nosotros integramos.
Aprovecho también para aclarar en lo que respecta a la Comisión de Asuntos Constitucionales, de la que soy vicepresidente, que todos los miembros del Frente para la Victoria de esa comisión hemos firmado el dictamen, como corresponde. También lo hemos hecho en las otras comisiones.
Por lo tanto, creo que este es un debate que está agotado, que repite fórmulas preestablecidas, que no hay ninguna creatividad intelectual en ninguna de las fórmulas preestablecidas; me atrevería a decir que es un debate saldado en la historia de la Argentina. Casi diría que claramente la posibilidad de que el papel se declare de interés público llega a reparar una cuestión que ha hecho mucho daño en los pasados 30 años de democracia, pero bienvenida sea en este momento.
Entonces, no veo ofensas ni necesidad de invocar las cosas que se invocan para intentar coartar nuestra posibilidad de trabajar seriamente por una prensa pluralista, por una libertad clara de expresión y por una sociedad más democrática.
Primero, comparto plenamente las expresiones de la señora diputada Fadel en el sentido de que estamos ante la misma estrategia a la que en ocasiones hemos asistido en otras comisiones -por lo menos en las que yo integro y que no son presididas por nuestros compañeros- durante este período de sesiones.
El dictamen de las comisiones refleja no sólo la voluntad expresada por el Poder Ejecutivo en el proyecto de ley que ha enviado y por los miembros del Frente para la Victoria, sino un consenso mucho más amplio.
En realidad, por lo que he leído, el proyecto de la diputada Merchán contiene, en buena medida, posiciones de encuentro; claramente abarca un arco mayor que el nuestro. No son pocos los que en la Argentina consideran que ha sido un elemento de gran distorsión a la libertad de prensa la propiedad por parte de los dos principales diarios en la Argentina de la empresa Papel Prensa que, combinado con otra serie de ingredientes de carácter comercial, permitieron una monopolización y una concentración que ha sido llave central del desarrollo de sus negocios y que también ha sido llave central para atentar contra lo que decían defender. Me parece que ésta es una aclaración que corresponde.
En segundo lugar, me gustaría decir, dando continuidad a lo que comentaba recién, que hay cosas que en la Argentina suelen ser bastante difíciles, dado que tienen un modo de presentación por parte de algunos actores que realmente desconcierta. Así, es difícil hablar de la prensa como medio para fijar posiciones dominantes en lo económico o en lo ideológico, sin que inmediatamente se nos acuse de atentar contra la libertad; como también es difícil hablar del Poder Judicial sin que, inmediatamente, se nos descalifique diciendo que atentamos contra su independencia. Del mismo modo, nos resulta difícil criticar los crímenes que ha cometido el Estado de Israel en un montón de situaciones sin que se nos acuse de antisemitas.
Hay una paradoja latente en esta cuestión que no se va a resolver por el camino del corto plazo, pero que claramente es utilizada para impedir avances sustantivos en la democratización de la Argentina y de todas sus expresiones. Me animaría decir que cuando el diputado Vargas Aignasse o la diputada Di Tullio expresan que en general la prensa suele ser la vanguardia de la oposición -por lo menos en América latina-, no dicen algo que sea producto de su propia creación; es un concepto que se estudia en teoría política, en el estado democrático, en sociología y es bastante común redundante; hasta me animaría a decir una verdad de Perogrullo.
Si ustedes, que son "brasileño-adictos" o uruguayo-adictos -me refiero a algunos miembros de la oposición-, siguieran el proceso de la campaña en Brasil, van a advertir claramente que las distancias se están acortando entre la candidata del gobierno y el candidato de la oposición sobre la base de la campaña que está llevando adelante la prensa escrita.
Resulta increíble que todavía estemos discutiendo y estemos tratando de argumentar en contra de que la prensa existe, que la prensa cumple un rol de conducir la voz sintética de la oposición y que es una unidad de negocio como fin económico. Yo he escuchado algunas expresiones, como la de Mujica, que me parece patética. Esto es para aquellos que se jactan de leerlas.
En la medida en que sea la voluntad popular la que avance en la creación de formas más democráticas de organización, no hay ningún cuchillo bajo el poncho. No puede equipararse una supuesta situación dada en el mercado por posiciones dominantes de medios de prensa con la expresión de la voluntad popular.
La verdad es que personalmente me cuesta escuchar cierto tipo de argumentación. De cualquier manera, siguiendo el consejo que nos han dado a lo largo de este año en el que han sido mayoría, creo que es muy bueno que el pleno de la Cámara sea el que debata sobre estas cuestiones. Entiendo que el dictamen está firmado por todas las comisiones que nosotros integramos.
Aprovecho también para aclarar en lo que respecta a la Comisión de Asuntos Constitucionales, de la que soy vicepresidente, que todos los miembros del Frente para la Victoria de esa comisión hemos firmado el dictamen, como corresponde. También lo hemos hecho en las otras comisiones.
Por lo tanto, creo que este es un debate que está agotado, que repite fórmulas preestablecidas, que no hay ninguna creatividad intelectual en ninguna de las fórmulas preestablecidas; me atrevería a decir que es un debate saldado en la historia de la Argentina. Casi diría que claramente la posibilidad de que el papel se declare de interés público llega a reparar una cuestión que ha hecho mucho daño en los pasados 30 años de democracia, pero bienvenida sea en este momento.
Entonces, no veo ofensas ni necesidad de invocar las cosas que se invocan para intentar coartar nuestra posibilidad de trabajar seriamente por una prensa pluralista, por una libertad clara de expresión y por una sociedad más democrática.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la diputada Merchán.
SRA. MERCHÁN Señora presidenta: como hoy dijo usted, el anteproyecto que hizo circular toma el 98 por ciento de nuestro proyecto. En realidad, toma el ciento por ciento de nuestro proyecto y agrega algunos elementos de otras iniciativas que nosotros también discutimos, particularmente que con el diputado Basteiro.
Se trata de una propuesta que pusimos en consideración de la Cámara muy prontamente, que venimos trabajando con el conjunto de medios del interior y que viene a reforzar una idea que nosotros tenemos.
Los que me conocen saben que soy comunicadora social; saben que he sido no sólo defensora sino impulsora de la ley de servicios audiovisuales. Cuando aquí nadie discutía ese tema, a veces me encontraba con la diputada Giúdici para confrontar, pero en realidad éramos las únicas dos que hablábamos de este tema cuando ingresé en esta Cámara, hace casi tres años.
En esta dirección, desde nuestro interbloque tenemos una postura muy clara respecto de lo que significa tener leyes que permitan la pluralidad de voces, la libertad de expresión y que tengan una visión no sólo desde el punto de vista de la Capital, sino de todo el país, es decir, una visión federal.
También vimos que el proyecto que envió el Poder Ejecutivo dejaba en claro -como dijeron algunos diputados de la oposición- un nivel de discrecionalidad total cuando, por un lado, planteaba la declaración de interés público pero, por el otro, establecía que el marco normativo sería elaborado por el Poder Ejecutivo, cosa con la que nosotros estamos totalmente en desacuerdo.
En la misma dirección en que trabajamos la ley de servicios audiovisuales, también acompañamos y trabajamos con mucha fuerza y energía todo lo que tiene que ver con la regulación de la pauta oficial, que afortunadamente mañana se va a discutir en la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Efectivamente, creemos que hay que regular todos estos mecanismos para garantizar la pluralidad de voces.
En esa misma dirección algunos diputados invocaron como argumento en contra del tratamiento de este proyecto, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 13 dice textualmente que no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados para la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.
Creemos que efectivamente hay que garantizar ese derecho y, por eso, debemos regular estas prácticas: regular lo que tiene que ver con los particulares y regular también la discrecionalidad del Estado.
Por esa razón, en nuestro proyecto planteamos, por un lado, la necesidad de tener un precio único para el papel para periódicos. Incluso decimos que tiene que existir un registro de los diarios y periódicos que hay en todo el país, para que efectivamente este papel tenga como prioridad ser el soporte de los medios de prensa y no, por ejemplo, de los hipermercados o para cualquier otro tipo de utilidad con otra intención económica. Creemos que ese precio unificado permitirá la competencia a todos los medios de todo el país.
Todos han podido ver nuestro proyecto porque lo presentamos hace mucho tiempo. Allí planteamos con claridad cláusulas antimonopólicas que no permiten al Estado ni a las empresas tener el control de la totalidad de la comercialización y distribución de papel para diarios.
Este es un elemento fundamental.
Además quiero decir para que tengan en cuenta que en todo el mundo la producción de papel no está vinculada a los medios de comunicación gráfica. Eso ocurre solamente en nuestro país.
Nos parece que es importante ver esta actividad monopólica u oligopólica incluso en modo vertical en la forma en que aparece para limitar y permitir la existencia de todos los otros medios que no forman parte actualmente del directorio de esta empresa y de las próximas que se puedan conformar.
Pero además plantamos la necesidad de crear una autoridad de aplicación que tenga un fuerte control parlamentario.
Al respecto, nuestro proyecto plantea con mucha claridad la conformación de una comisión bicameral que contempla no solamente a los grandes bloques que se manifiestan políticamente dentro del Congreso sino a los ocho primeros bloques que aparecen dentro de la expresión política para poder garantizar también la pluralidad de voces en esa comisión.
Esta comisión además tiene facultad de exigir y tiene que aprobar todas las acciones y los planes de trabajo de la autoridad de aplicación.
Hace unos instantes un diputado me planteaba su preocupación vinculada justamente con que el Estado tuviera la posibilidad de intervenir sobre la empresa Papel Prensa. De acuerdo con nuestro proyecto esto es absolutamente imposible e inviable.
Creemos que la forma en que está planteada y cruzada la autoridad de aplicación con el control parlamentario hace imposible que esto se lleve adelante tanto en Papel Prensa como en las futuras o posibles empresas que realicen este tipo de producción.
Por lo tanto, creo que es lamentable el modo en que nosotros llevamos adelante este tipo de discusiones que realmente son profundas en la Argentina. Considero que sería my interesante que el Poder Ejecutivo -así como lleva adelante esta discusión- tuviera una visión diferente a la hora de permitir que Telecom y Telefónica se nucleen del modo en que lo ha permitido.
Creemos que es importante que el Poder Ejecutivo tome en cuenta las críticas que se hacen desde los distintos sectores de la oposición -particularmente desde nuestro interbloque-, cuando permite determinadas cosas en nombre de la ley de medios. En realidad esto no tendría que ser así, porque si la ley de servicios audiovisuales se estuviera aplicando como corresponde, no solamente estaría limitando los monopolios actuales sino que tampoco permitiría la existencia y el crecimiento de esos medios amigos que empiezan a crecer en la actualidad.
Nosotros creemos que sería importante no tener doble discurso en esta dirección. Nuestro interbloque no lo tiene e intenta claramente sumar todas las voluntades para que podamos tener una ley que permita regular las prácticas comunicacionales en la Argentina, que efectivamente requieren de regulación para poder garantizar la vigencia de los pactos internacionales y lo que manda nuestra Constitución Nacional.
Sería fundamental que podamos dar el debate entre todos los bloques. Sería muy importante que todos los bloques revisen detalladamente nuestro proyecto y que tengan posibilidad de evaluar su articulado para que podamos tener una ley que regule, que no sea reclamativa, que no permita discrecionalidad por parte del Poder Ejecutivo y que impida que los monopolios de manera horizontal y vertical se apoderen del sistema de comunicación en la Argentina.
Por ello, nuestro proyecto está a disposición para que cada diputado pueda acompañarlo, revisarlo y criticarlo. Con muchos diputados ya los hemos compartido y personalmente hemos tenido discusiones cara a cara. Hemos incorporado algunas visiones que particularmente nos planteó el bloque del Socialismo; la verdad es que nos pareció muy atinado lo que nos planteó el señor diputado Basteiro.
Esto es lo que tenemos para decir. En realidad, todo lo que proponemos en este proyecto de ley coincide con lo que hemos sugerido en iniciativas anteriores, con los dictámenes que hemos apoyado -por ejemplo el de pauta oficial, que discutiremos mañana- y con cada pedido de informes que llevamos adelante: impedir la existencia o el surgimiento de monopolios y que las telefónicas sigan siendo dueñas de los canales de televisión en la Argentina, y garantizar que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual vaya en la misma dirección que este proyecto de ley.
Se trata de una propuesta que pusimos en consideración de la Cámara muy prontamente, que venimos trabajando con el conjunto de medios del interior y que viene a reforzar una idea que nosotros tenemos.
Los que me conocen saben que soy comunicadora social; saben que he sido no sólo defensora sino impulsora de la ley de servicios audiovisuales. Cuando aquí nadie discutía ese tema, a veces me encontraba con la diputada Giúdici para confrontar, pero en realidad éramos las únicas dos que hablábamos de este tema cuando ingresé en esta Cámara, hace casi tres años.
En esta dirección, desde nuestro interbloque tenemos una postura muy clara respecto de lo que significa tener leyes que permitan la pluralidad de voces, la libertad de expresión y que tengan una visión no sólo desde el punto de vista de la Capital, sino de todo el país, es decir, una visión federal.
También vimos que el proyecto que envió el Poder Ejecutivo dejaba en claro -como dijeron algunos diputados de la oposición- un nivel de discrecionalidad total cuando, por un lado, planteaba la declaración de interés público pero, por el otro, establecía que el marco normativo sería elaborado por el Poder Ejecutivo, cosa con la que nosotros estamos totalmente en desacuerdo.
En la misma dirección en que trabajamos la ley de servicios audiovisuales, también acompañamos y trabajamos con mucha fuerza y energía todo lo que tiene que ver con la regulación de la pauta oficial, que afortunadamente mañana se va a discutir en la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Efectivamente, creemos que hay que regular todos estos mecanismos para garantizar la pluralidad de voces.
En esa misma dirección algunos diputados invocaron como argumento en contra del tratamiento de este proyecto, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en su artículo 13 dice textualmente que no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados para la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.
Creemos que efectivamente hay que garantizar ese derecho y, por eso, debemos regular estas prácticas: regular lo que tiene que ver con los particulares y regular también la discrecionalidad del Estado.
Por esa razón, en nuestro proyecto planteamos, por un lado, la necesidad de tener un precio único para el papel para periódicos. Incluso decimos que tiene que existir un registro de los diarios y periódicos que hay en todo el país, para que efectivamente este papel tenga como prioridad ser el soporte de los medios de prensa y no, por ejemplo, de los hipermercados o para cualquier otro tipo de utilidad con otra intención económica. Creemos que ese precio unificado permitirá la competencia a todos los medios de todo el país.
Todos han podido ver nuestro proyecto porque lo presentamos hace mucho tiempo. Allí planteamos con claridad cláusulas antimonopólicas que no permiten al Estado ni a las empresas tener el control de la totalidad de la comercialización y distribución de papel para diarios.
Este es un elemento fundamental.
Además quiero decir para que tengan en cuenta que en todo el mundo la producción de papel no está vinculada a los medios de comunicación gráfica. Eso ocurre solamente en nuestro país.
Nos parece que es importante ver esta actividad monopólica u oligopólica incluso en modo vertical en la forma en que aparece para limitar y permitir la existencia de todos los otros medios que no forman parte actualmente del directorio de esta empresa y de las próximas que se puedan conformar.
Pero además plantamos la necesidad de crear una autoridad de aplicación que tenga un fuerte control parlamentario.
Al respecto, nuestro proyecto plantea con mucha claridad la conformación de una comisión bicameral que contempla no solamente a los grandes bloques que se manifiestan políticamente dentro del Congreso sino a los ocho primeros bloques que aparecen dentro de la expresión política para poder garantizar también la pluralidad de voces en esa comisión.
Esta comisión además tiene facultad de exigir y tiene que aprobar todas las acciones y los planes de trabajo de la autoridad de aplicación.
Hace unos instantes un diputado me planteaba su preocupación vinculada justamente con que el Estado tuviera la posibilidad de intervenir sobre la empresa Papel Prensa. De acuerdo con nuestro proyecto esto es absolutamente imposible e inviable.
Creemos que la forma en que está planteada y cruzada la autoridad de aplicación con el control parlamentario hace imposible que esto se lleve adelante tanto en Papel Prensa como en las futuras o posibles empresas que realicen este tipo de producción.
Por lo tanto, creo que es lamentable el modo en que nosotros llevamos adelante este tipo de discusiones que realmente son profundas en la Argentina. Considero que sería my interesante que el Poder Ejecutivo -así como lleva adelante esta discusión- tuviera una visión diferente a la hora de permitir que Telecom y Telefónica se nucleen del modo en que lo ha permitido.
Creemos que es importante que el Poder Ejecutivo tome en cuenta las críticas que se hacen desde los distintos sectores de la oposición -particularmente desde nuestro interbloque-, cuando permite determinadas cosas en nombre de la ley de medios. En realidad esto no tendría que ser así, porque si la ley de servicios audiovisuales se estuviera aplicando como corresponde, no solamente estaría limitando los monopolios actuales sino que tampoco permitiría la existencia y el crecimiento de esos medios amigos que empiezan a crecer en la actualidad.
Nosotros creemos que sería importante no tener doble discurso en esta dirección. Nuestro interbloque no lo tiene e intenta claramente sumar todas las voluntades para que podamos tener una ley que permita regular las prácticas comunicacionales en la Argentina, que efectivamente requieren de regulación para poder garantizar la vigencia de los pactos internacionales y lo que manda nuestra Constitución Nacional.
Sería fundamental que podamos dar el debate entre todos los bloques. Sería muy importante que todos los bloques revisen detalladamente nuestro proyecto y que tengan posibilidad de evaluar su articulado para que podamos tener una ley que regule, que no sea reclamativa, que no permita discrecionalidad por parte del Poder Ejecutivo y que impida que los monopolios de manera horizontal y vertical se apoderen del sistema de comunicación en la Argentina.
Por ello, nuestro proyecto está a disposición para que cada diputado pueda acompañarlo, revisarlo y criticarlo. Con muchos diputados ya los hemos compartido y personalmente hemos tenido discusiones cara a cara. Hemos incorporado algunas visiones que particularmente nos planteó el bloque del Socialismo; la verdad es que nos pareció muy atinado lo que nos planteó el señor diputado Basteiro.
Esto es lo que tenemos para decir. En realidad, todo lo que proponemos en este proyecto de ley coincide con lo que hemos sugerido en iniciativas anteriores, con los dictámenes que hemos apoyado -por ejemplo el de pauta oficial, que discutiremos mañana- y con cada pedido de informes que llevamos adelante: impedir la existencia o el surgimiento de monopolios y que las telefónicas sigan siendo dueñas de los canales de televisión en la Argentina, y garantizar que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual vaya en la misma dirección que este proyecto de ley.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Lanceta.
SR. LANCETA Señora presidenta: en primer lugar, lo que efectivamente está ocurriendo es que el kirchnerismo se está llevando puestas nuevamente las atribuciones del Congreso.
El miércoles pasado, la señora diputada Fadel rompió con el reglamento interno de la Cámara y con los usos y costumbres parlamentarios al levantar la sesión de manera indebida e ilegítima.
Hoy asistimos a un plenario de comisiones donde la oposición tiene mayoría y no se quiere pasar lista. El kirchnerismo ha modificado hasta las ciencias duras, porque para él quince es menos que trece; esto no lo vamos a soportar.
La Unión Cívica Radical suscribe la moción de que se pase lista para verificar la presencia de los miembros de las cinco comisiones. De lo contrario no habrá dictamen, porque somos respetuosos de lo que dijimos. Si no hay dictamen porque no hay discusión, tampoco puede haber un dictamen en contra.
Desde la Unión Cívica Radical quiero plantear con toda honestidad nuestra preocupación porque advertimos que se están llevando puesto al Parlamento. Pido por favor que se pase lista, señora presidenta.
El miércoles pasado, la señora diputada Fadel rompió con el reglamento interno de la Cámara y con los usos y costumbres parlamentarios al levantar la sesión de manera indebida e ilegítima.
Hoy asistimos a un plenario de comisiones donde la oposición tiene mayoría y no se quiere pasar lista. El kirchnerismo ha modificado hasta las ciencias duras, porque para él quince es menos que trece; esto no lo vamos a soportar.
La Unión Cívica Radical suscribe la moción de que se pase lista para verificar la presencia de los miembros de las cinco comisiones. De lo contrario no habrá dictamen, porque somos respetuosos de lo que dijimos. Si no hay dictamen porque no hay discusión, tampoco puede haber un dictamen en contra.
Desde la Unión Cívica Radical quiero plantear con toda honestidad nuestra preocupación porque advertimos que se están llevando puesto al Parlamento. Pido por favor que se pase lista, señora presidenta.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Giannettasio.
SRA. FADEL ¿Me permite una interrupción, señora diputada, con el permiso de la Presidencia?
SRA. GIANNETTASIO Sí, señora diputada.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada Fadel.
SRA. FADEL Señora presidenta: a modo de aclaración, quiero decir que cuando teníamos mayoría -y, por supuesto, planteábamos la agenda y proponíamos un temario para cada sesión- nos ocupábamos y preocupábamos por contar siempre con quórum en el momento de votar.
La semana pasada, la oposición -que es quien había armado la agenda de esa sesión- no se preocupó ni se ocupó de tener número suficiente.
La semana pasada, la oposición -que es quien había armado la agenda de esa sesión- no se preocupó ni se ocupó de tener número suficiente.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. FADEL Hago la aclaración para que no queden dudas de que actué de acuerdo con el reglamento; de ninguna manera fue vulnerado.
No está en mi ánimo iniciar una discusión sobre este punto, pero es la segunda vez que me atacan y hablan de irregularidad.
Tiene la palabra la señora diputada Giannettasio.
No está en mi ánimo iniciar una discusión sobre este punto, pero es la segunda vez que me atacan y hablan de irregularidad.
Tiene la palabra la señora diputada Giannettasio.
SRA. GIÚDICI ¡La señora diputada Fadel no da el uso de la palabra!
SRA. GIANNETTASIO El uso de la palabra me lo concedió la señora presidenta. Luego hubo una interrupción.
SRA. GIÚDICI Pido la palabra para una interrupción.
SRA. GIANNETTASIO No hay inconveniente, señora presidenta.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada Giúdici.
SRA. GIÚDICI Señora presidenta: me asustó pensar que la señora diputada Fadel tuviera facultades extraordinarias no sólo en el recinto sino también en las comisiones.
Para no alterar el uso de la palabra, quiero decir brevemente que se está desconociendo la moción planteada. Como aparentemente no se quiere tomar lista, propongo un mecanismo más fácil: que cada diputado levante su mano y que el secretario de cada comisión realice el conteo pertinente. Así se verá claramente que la mayoría pide debatir y no firmar dictamen en este momento.
Para no alterar el uso de la palabra, quiero decir brevemente que se está desconociendo la moción planteada. Como aparentemente no se quiere tomar lista, propongo un mecanismo más fácil: que cada diputado levante su mano y que el secretario de cada comisión realice el conteo pertinente. Así se verá claramente que la mayoría pide debatir y no firmar dictamen en este momento.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Continúa en el uso de la palabra la señora diputada Giannettasio.
SRA. GIANNETTASIO Señora presidenta: soy respetuosa cuando los demás están en el uso de la palabra; por lo tanto, pido el mismo respeto cuando soy yo quien está hablando.
Me alegra enormemente que la oradora que me precedió en el uso de la palabra -no me refiero a quienes solicitaron interrupciones sino a la señora diputada Merchán-, como autora de uno de los proyectos que ha guiado el dictamen al que adherimos muchos de los que estamos aquí presentes, haya hablado por primera vez de la naturaleza de esta iniciativa.
Digo esto porque cuando se analizó proyecto del Ejecutivo -no voy a hacer mención de los colegas- se consideraron valiosos determinados elementos que no figuran en el proyecto de dictamen.
En la propuesta de la diputada Merchán se define el interés público. Para conocimiento de algunos que dijeron que es un concepto abstracto, exactamente, como muchos conceptos jurídicos, es un concepto abstracto. Pero la diferencia entre el servicio público y el interés público está establecida en las leyes que reglamentan el funcionamiento del Enargás y del ENRE, cuando se considera la distribución de interés público y no servicio público. En este caso hay una protección pública especial; por eso es de interés público.
En este caso, ¿por qué tiene protección pública especial? Porque se trata de un mecanismo a través del cual se accede a la publicación de las ideas por la prensa. Ese mecanismo especial puede ser materiales en papel. Por eso la declaración de interés público es contemplada en los cuatro proyectos. Son cuatro proyectos que consideran de interés público la fabricación del papel para imprimir diarios.
El segundo concepto al que me quiero referir es el del precio igualitario. Este concepto está presente en los proyectos, pero fundamentalmente en el de la diputada Merchán. Esto se vincula con la idea de que todos los que quieran distribuir sus ideas por la prensa gráfica puedan acceder al mismo precio, cosa que no ocurre hoy, y esto tampoco es una novedad. A tal punto no es una novedad que el acta 48 de la Junta de Comandantes instruye a Clarín y a La Nación para que le den participación a los medios del interior en proporción, a fin de garantizar su acceso al papel. Esto está documentado, así que es fácil recabarlo para que todos puedan leerlo. Está impreso, e incluso está colgado en algún portal de Internet.
En esta norma no hay delegación. Por eso, deduzco que estaban hablando de otra. Reitero que no hay delegación; acá se crea un órgano de control y también la comisión bicameral. Además, se fija por ley -no por un decreto del Poder Ejecutivo- las funciones de ambos. Entonces, como las competencias sólo pueden ser atribuidas legalmente, tanto el órgano de control que se genera como la autoridad de aplicación, están imbuidos de una competencia que es constitucional.
Por otro lado, el último capítulo -que es el de las incompatibilidades- marca la imposibilidad para siempre que controlante y controlada puedan residir en la misma sociedad o persona jurídica o física y, a su vez, que cualquiera de ellas pueda tener el monopolio de la fabricación y distribución del papel en la Argentina.
Esta es la síntesis del dictamen que mayoritariamente sostenemos como bloque y acompaño en este caso a los otros tres bloques que presentaron proyectos en esta dirección que, mayoritariamente, fueron los que elevaron la voz unánime de todos los sectores que hoy adhieren al dictamen.
Me alegra enormemente que la oradora que me precedió en el uso de la palabra -no me refiero a quienes solicitaron interrupciones sino a la señora diputada Merchán-, como autora de uno de los proyectos que ha guiado el dictamen al que adherimos muchos de los que estamos aquí presentes, haya hablado por primera vez de la naturaleza de esta iniciativa.
Digo esto porque cuando se analizó proyecto del Ejecutivo -no voy a hacer mención de los colegas- se consideraron valiosos determinados elementos que no figuran en el proyecto de dictamen.
En la propuesta de la diputada Merchán se define el interés público. Para conocimiento de algunos que dijeron que es un concepto abstracto, exactamente, como muchos conceptos jurídicos, es un concepto abstracto. Pero la diferencia entre el servicio público y el interés público está establecida en las leyes que reglamentan el funcionamiento del Enargás y del ENRE, cuando se considera la distribución de interés público y no servicio público. En este caso hay una protección pública especial; por eso es de interés público.
En este caso, ¿por qué tiene protección pública especial? Porque se trata de un mecanismo a través del cual se accede a la publicación de las ideas por la prensa. Ese mecanismo especial puede ser materiales en papel. Por eso la declaración de interés público es contemplada en los cuatro proyectos. Son cuatro proyectos que consideran de interés público la fabricación del papel para imprimir diarios.
El segundo concepto al que me quiero referir es el del precio igualitario. Este concepto está presente en los proyectos, pero fundamentalmente en el de la diputada Merchán. Esto se vincula con la idea de que todos los que quieran distribuir sus ideas por la prensa gráfica puedan acceder al mismo precio, cosa que no ocurre hoy, y esto tampoco es una novedad. A tal punto no es una novedad que el acta 48 de la Junta de Comandantes instruye a Clarín y a La Nación para que le den participación a los medios del interior en proporción, a fin de garantizar su acceso al papel. Esto está documentado, así que es fácil recabarlo para que todos puedan leerlo. Está impreso, e incluso está colgado en algún portal de Internet.
En esta norma no hay delegación. Por eso, deduzco que estaban hablando de otra. Reitero que no hay delegación; acá se crea un órgano de control y también la comisión bicameral. Además, se fija por ley -no por un decreto del Poder Ejecutivo- las funciones de ambos. Entonces, como las competencias sólo pueden ser atribuidas legalmente, tanto el órgano de control que se genera como la autoridad de aplicación, están imbuidos de una competencia que es constitucional.
Por otro lado, el último capítulo -que es el de las incompatibilidades- marca la imposibilidad para siempre que controlante y controlada puedan residir en la misma sociedad o persona jurídica o física y, a su vez, que cualquiera de ellas pueda tener el monopolio de la fabricación y distribución del papel en la Argentina.
Esta es la síntesis del dictamen que mayoritariamente sostenemos como bloque y acompaño en este caso a los otros tres bloques que presentaron proyectos en esta dirección que, mayoritariamente, fueron los que elevaron la voz unánime de todos los sectores que hoy adhieren al dictamen.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Tunessi.
SR. TUNESSI Señora presidenta: en primer término quisiera expresar que parece un síntoma de la época que siempre estemos discutiendo sobre falsos ejes y una antinomia que se trae al debate para que nos enrolemos en una posición u otra, como si fueran irreductibles las posiciones sin permitirnos ni siquiera el derecho a un debate democrático, serio y responsable ni la posibilidad de alcanzar o de buscar consensos, porque sólo se aplica la lógica de imponer.
Si estuviéramos de acuerdo con las buenas intenciones que escuchamos de la diputada Merchán, me pregunto en qué momento podríamos discutir, consensuar y conocer. Personalmente creo que este es el momento en el que el Parlamento debería discutir una cuestión que es seriamente preocupante y que no puede verse infeccionada por esa lógica que parece afectar todos los procesos de los últimos tiempos de la Argentina.
Ese debate se introduce en el Parlamento producto de una situación propia de una lógica confrontativa que tiene el gobierno, que redescubre o no descubre situaciones, conforme vaya su interés en esta brega.
Quiero decir que estamos discutiendo sobre la base de un proceso que habría que haber rechazado de plano, porque tiene como fundamento una descripción de los datos de la historia que el gobierno escribe y reescribe a su modo de ver y a su conveniencia.
Y ahora nos enteramos, a través del diputado Rossi, que además de esta memoria con bisturí, donde saco lo que me conviene y oculto lo que no me conviene, además ya es un debate cerrado, porque ni siquiera podemos discutir. Se terminó; reescribimos la historia, la cerramos, la saldamos y no podemos discutir más en la Argentina, porque esa es la verdad declamada y declarada que nos ha impuesto el oficialismo.
Yo quisiera participar de un debate democrático, donde efectivamente estableciéramos condiciones de discusión que pudieran valorar los esfuerzos que se hacen razonablemente para discutir este tema, que no es decir sí a la utilidad pública de papel para la prensa, regular el mercado del papel para diarios en la Argentina o estar con los monopolios.
Estamos planteando no emitir dictamen en estas circunstancias porque queremos discutir razonablemente, sin dilaciones y sin demoras, un tema importante para nuestro país. Ese es el eje de la discusión. El eje de la discusión no es si esta tarde, aquí en el Parlamento, estamos a favor o en contra, porque yo no creo en las buenas intenciones del gobierno.
De paso le digo a la diputada Merchán que recuerde que esta cuestión es imperfecta. Los mejores instrumentos son desfigurados, malformados por quienes los aplican, que no tienen buenas intenciones.
En definitiva, no hay antídoto ni ley contra la mala fe, contra la falta de voluntad y contra la interpretación parcial de la aplicación. Ninguna posición del Parlamento ni ninguna norma va a evitar esta situación. Las mejores intenciones van a chocar contra esa pared, contra esa lógica perversa que pretende dividir al país entre réprobos y elegidos, buenos y malos, enrolándonos en bandos de guerra que nosotros no hemos declarado y a los que tampoco vamos a poner fin, porque esas guerras podrán terminarse con la misma sinrazón con la que se iniciaron, porque están guiadas por lógicas de interés y no por lógicas democráticas.
Nosotros no nos enrolamos en bandos, no nos enrolamos en sectores; no reescribimos la historia de acuerdo a cómo nos conviene. Podemos decir con absoluta certeza que los grandes medios de comunicación en la época de la dictadura ni siquiera tantearon los límites de la legalidad. Y por supuesto que no tuvieron un papel para destacar en ese proceso. Pero nosotros no fuimos los que otorgamos concesiones, privilegios y beneficios cuando nos convenía, ni reescribimos la historia de acuerdo a cómo nos iba en la feria para ver si ahora somos más o menos progresistas.
Este debate debe ser dado en el marco del inciso 18 del artículo 75 de la Constitución, porque creemos que la cláusula del progreso implica la posibilidad de discutir cómo estimular la generación, creación y fabricación del papel para la prensa. La utilidad pública está comprendida en esa lógica. Por eso puede haber utilidad pública para discutir esta situación, en la medida en que no pensemos en quitar a alguien lo que ayer le dimos porque nos conviene sino en generar condiciones para estimular y promover la industria del papel en la Argentina. Eso también sería una forma de buscar alternativas a este círculo de confrontación permanente entre unos y otros como la que aquí nos están planteando.
Vamos a discutir toda la historia y estamos dispuestos a hacerlo. Pero no estamos dispuestos a que nos lleven por delante con un dictamen para hacer una mera demostración de fuerza. No puede ser que no haya interés en discutir si en la Argentina hay monopolios o no o si este mercado está o no desregulado.
Se inscribe en la lógica de inferir una derrota y anotarse un triunfo en una guerra a la que nos conducen exponencialmente sin que nosotros formemos parte de ella.
No somos parte de esa lógica; mi partido -la Unión Cívica Radical- no es parte de esa lógica. Nosotros coincidimos con cosas que hace el gobierno y criticamos muchas otras porque tenemos la posibilidad de pensar conceptual e ideológicamente, porque sostenemos una posición.
No nos empujen por la aventura del autoritarismo. No nos empujen al "prepo" parlamentario. Señora diputada Fadel: en este caso no es aplicable el artículo 108. Usted, que es una interpretadora del reglamento cuando le conviene, sabe que no se puede aplicar el artículo 108, porque no estamos sesionando en minoría; estamos en un plenario de comisiones que cuenta con mayoría
Por lo tanto, lo que corresponde es votar en este pleno si vamos a emitir dictamen o si vamos a discutir seriamente este tema en base a un plan de trabajo.
Eso es lo que solicito. Hay una moción y se tiene que votar si vamos a discutir un plan de labor para trabajar sobre este tema o si vamos a incurrir en un nuevo atropello institucional a través de este dictamen que se ha traído de los pelos, ya que nadie tuvo la oportunidad de conocer, de concensuar, ni de coincidir. Hasta eso nos impiden. Sólo pretenden llevarnos de "prepo"; esa es la opción.
Solicito que se vote la moción de orden que ha planteado la diputada Silvia Vázquez. Que se vote si hay dictamen o si hay discusión seria y programa de trabajo prudente en esta comisión para discutir la problemática del papel para diarios en la Argentina. (Aplausos.)
Si estuviéramos de acuerdo con las buenas intenciones que escuchamos de la diputada Merchán, me pregunto en qué momento podríamos discutir, consensuar y conocer. Personalmente creo que este es el momento en el que el Parlamento debería discutir una cuestión que es seriamente preocupante y que no puede verse infeccionada por esa lógica que parece afectar todos los procesos de los últimos tiempos de la Argentina.
Ese debate se introduce en el Parlamento producto de una situación propia de una lógica confrontativa que tiene el gobierno, que redescubre o no descubre situaciones, conforme vaya su interés en esta brega.
Quiero decir que estamos discutiendo sobre la base de un proceso que habría que haber rechazado de plano, porque tiene como fundamento una descripción de los datos de la historia que el gobierno escribe y reescribe a su modo de ver y a su conveniencia.
Y ahora nos enteramos, a través del diputado Rossi, que además de esta memoria con bisturí, donde saco lo que me conviene y oculto lo que no me conviene, además ya es un debate cerrado, porque ni siquiera podemos discutir. Se terminó; reescribimos la historia, la cerramos, la saldamos y no podemos discutir más en la Argentina, porque esa es la verdad declamada y declarada que nos ha impuesto el oficialismo.
Yo quisiera participar de un debate democrático, donde efectivamente estableciéramos condiciones de discusión que pudieran valorar los esfuerzos que se hacen razonablemente para discutir este tema, que no es decir sí a la utilidad pública de papel para la prensa, regular el mercado del papel para diarios en la Argentina o estar con los monopolios.
Estamos planteando no emitir dictamen en estas circunstancias porque queremos discutir razonablemente, sin dilaciones y sin demoras, un tema importante para nuestro país. Ese es el eje de la discusión. El eje de la discusión no es si esta tarde, aquí en el Parlamento, estamos a favor o en contra, porque yo no creo en las buenas intenciones del gobierno.
De paso le digo a la diputada Merchán que recuerde que esta cuestión es imperfecta. Los mejores instrumentos son desfigurados, malformados por quienes los aplican, que no tienen buenas intenciones.
En definitiva, no hay antídoto ni ley contra la mala fe, contra la falta de voluntad y contra la interpretación parcial de la aplicación. Ninguna posición del Parlamento ni ninguna norma va a evitar esta situación. Las mejores intenciones van a chocar contra esa pared, contra esa lógica perversa que pretende dividir al país entre réprobos y elegidos, buenos y malos, enrolándonos en bandos de guerra que nosotros no hemos declarado y a los que tampoco vamos a poner fin, porque esas guerras podrán terminarse con la misma sinrazón con la que se iniciaron, porque están guiadas por lógicas de interés y no por lógicas democráticas.
Nosotros no nos enrolamos en bandos, no nos enrolamos en sectores; no reescribimos la historia de acuerdo a cómo nos conviene. Podemos decir con absoluta certeza que los grandes medios de comunicación en la época de la dictadura ni siquiera tantearon los límites de la legalidad. Y por supuesto que no tuvieron un papel para destacar en ese proceso. Pero nosotros no fuimos los que otorgamos concesiones, privilegios y beneficios cuando nos convenía, ni reescribimos la historia de acuerdo a cómo nos iba en la feria para ver si ahora somos más o menos progresistas.
Este debate debe ser dado en el marco del inciso 18 del artículo 75 de la Constitución, porque creemos que la cláusula del progreso implica la posibilidad de discutir cómo estimular la generación, creación y fabricación del papel para la prensa. La utilidad pública está comprendida en esa lógica. Por eso puede haber utilidad pública para discutir esta situación, en la medida en que no pensemos en quitar a alguien lo que ayer le dimos porque nos conviene sino en generar condiciones para estimular y promover la industria del papel en la Argentina. Eso también sería una forma de buscar alternativas a este círculo de confrontación permanente entre unos y otros como la que aquí nos están planteando.
Vamos a discutir toda la historia y estamos dispuestos a hacerlo. Pero no estamos dispuestos a que nos lleven por delante con un dictamen para hacer una mera demostración de fuerza. No puede ser que no haya interés en discutir si en la Argentina hay monopolios o no o si este mercado está o no desregulado.
Se inscribe en la lógica de inferir una derrota y anotarse un triunfo en una guerra a la que nos conducen exponencialmente sin que nosotros formemos parte de ella.
No somos parte de esa lógica; mi partido -la Unión Cívica Radical- no es parte de esa lógica. Nosotros coincidimos con cosas que hace el gobierno y criticamos muchas otras porque tenemos la posibilidad de pensar conceptual e ideológicamente, porque sostenemos una posición.
No nos empujen por la aventura del autoritarismo. No nos empujen al "prepo" parlamentario. Señora diputada Fadel: en este caso no es aplicable el artículo 108. Usted, que es una interpretadora del reglamento cuando le conviene, sabe que no se puede aplicar el artículo 108, porque no estamos sesionando en minoría; estamos en un plenario de comisiones que cuenta con mayoría
Por lo tanto, lo que corresponde es votar en este pleno si vamos a emitir dictamen o si vamos a discutir seriamente este tema en base a un plan de trabajo.
Eso es lo que solicito. Hay una moción y se tiene que votar si vamos a discutir un plan de labor para trabajar sobre este tema o si vamos a incurrir en un nuevo atropello institucional a través de este dictamen que se ha traído de los pelos, ya que nadie tuvo la oportunidad de conocer, de concensuar, ni de coincidir. Hasta eso nos impiden. Sólo pretenden llevarnos de "prepo"; esa es la opción.
Solicito que se vote la moción de orden que ha planteado la diputada Silvia Vázquez. Que se vote si hay dictamen o si hay discusión seria y programa de trabajo prudente en esta comisión para discutir la problemática del papel para diarios en la Argentina. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada María Teresa García.
SRA. GARCÍA (M.T.) Señora presidenta: voy a ser muy breve, porque me parece que corremos el riesgo de caer en la tentación -además de ir levantando la voz- de repetir ideas y conceptos.
Nos encontramos frente a una discusión que se ha plantead hace mucho tiempo, que ha tenido distintos perfiles, motivos y objetos para llevarla adelante. En la Comisión de Comercio desde el primer día se resolvió la realización de audiencias públicas, en las que estuvieron presentes las partes interesadas de la vida de nuestra sociedad en la discusión de este tema.
Por eso, espero que podemos pensar para qué estamos diciendo todas estas cosas. Si estamos tratando de convencernos a nosotros mismos, con la mitad de los tonos aquí escuchados difícilmente se logre. Pero si estamos hablando como legisladores, sabemos que esta propuesta refleja casi en su totalidad los proyectos de la señora diputada Merchan, del diputado Basteiro, del diputado Heller y también el proyecto del Poder Ejecutivo.
Quiere decir que desde la técnica y el trabajo hay un dictamen en el que se han puesto de acuerdo los autores de los diferentes proyectos que se han presentado.
Si hablamos hacia afuera, hacia la sociedad, hacia la gente y hacia los sectores interesados, creo que no podemos hacernos los tontos y los que no hemos escuchado que en este Anexo de la Honorable Cámara han estado presentes los dueños, los representantes y los trabajadores de muchísimos medios de comunicación y de muchísimos diarios, semanarios y periódicos que han contado -con la connotación de gravedad que tuvieron sus relatos- todo lo que han padecido en el sentido de no tener precio ni posibilidad de acceso, nada más y nada menos, que para imprimir la palabra de la sociedad y de la gente de cada uno de los lugares que representaban.
Para terminar, si discutimos hacia adentro, debo decir que me ha tocado estar presente en varias reuniones de comisión que el oficialismo no controla, porque en ellas no tiene mayoría.
En este sentido, debo señalar que la práctica de emitir un dictamen y repartirlo para su firma no fue inventada por el oficialismo. Por el contrario, es aplicada desde el mes de marzo con todos los dictámenes que circulan por las comisiones en las que el oficialismo no tiene mayoría, sin que exista siquiera la posibilidad de hacer un debate como el que estamos realizando el día de hoy.
Si la discusión es hacia adentro, ningún diputado de ningún bloque puede hacerse el tonto frente a esta práctica recurrente en las comisiones que el oficialismo no controla. De la misma manera, si la discusión se vincula con las necesidades de un sector de la sociedad -a la que representamos- cuyas condiciones queremos mejorar, tampoco nos podemos hacer los tontos, porque a lo largo de cinco audiencias públicas escuchamos a ese sector explicar el padecer que sufrió durante treinta años, cuando este país vivió una dictadura militar que le quitó a la gente hasta la palabra.
Nos encontramos frente a una discusión que se ha plantead hace mucho tiempo, que ha tenido distintos perfiles, motivos y objetos para llevarla adelante. En la Comisión de Comercio desde el primer día se resolvió la realización de audiencias públicas, en las que estuvieron presentes las partes interesadas de la vida de nuestra sociedad en la discusión de este tema.
Por eso, espero que podemos pensar para qué estamos diciendo todas estas cosas. Si estamos tratando de convencernos a nosotros mismos, con la mitad de los tonos aquí escuchados difícilmente se logre. Pero si estamos hablando como legisladores, sabemos que esta propuesta refleja casi en su totalidad los proyectos de la señora diputada Merchan, del diputado Basteiro, del diputado Heller y también el proyecto del Poder Ejecutivo.
Quiere decir que desde la técnica y el trabajo hay un dictamen en el que se han puesto de acuerdo los autores de los diferentes proyectos que se han presentado.
Si hablamos hacia afuera, hacia la sociedad, hacia la gente y hacia los sectores interesados, creo que no podemos hacernos los tontos y los que no hemos escuchado que en este Anexo de la Honorable Cámara han estado presentes los dueños, los representantes y los trabajadores de muchísimos medios de comunicación y de muchísimos diarios, semanarios y periódicos que han contado -con la connotación de gravedad que tuvieron sus relatos- todo lo que han padecido en el sentido de no tener precio ni posibilidad de acceso, nada más y nada menos, que para imprimir la palabra de la sociedad y de la gente de cada uno de los lugares que representaban.
Para terminar, si discutimos hacia adentro, debo decir que me ha tocado estar presente en varias reuniones de comisión que el oficialismo no controla, porque en ellas no tiene mayoría.
En este sentido, debo señalar que la práctica de emitir un dictamen y repartirlo para su firma no fue inventada por el oficialismo. Por el contrario, es aplicada desde el mes de marzo con todos los dictámenes que circulan por las comisiones en las que el oficialismo no tiene mayoría, sin que exista siquiera la posibilidad de hacer un debate como el que estamos realizando el día de hoy.
Si la discusión es hacia adentro, ningún diputado de ningún bloque puede hacerse el tonto frente a esta práctica recurrente en las comisiones que el oficialismo no controla. De la misma manera, si la discusión se vincula con las necesidades de un sector de la sociedad -a la que representamos- cuyas condiciones queremos mejorar, tampoco nos podemos hacer los tontos, porque a lo largo de cinco audiencias públicas escuchamos a ese sector explicar el padecer que sufrió durante treinta años, cuando este país vivió una dictadura militar que le quitó a la gente hasta la palabra.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Argumedo.
SRA. ARGUMEDO Señora presidenta: realmente lamento que la discusión se dé en estos términos, porque me parece que más de una vez caímos en la trampa de un enfrentamiento que terminó perjudicando a amplios sectores de compatriotas.
Para citar un caso, las tensiones generadas en torno de la discusión sobre el 82 por ciento móvil y las acusaciones que se hicieron, dejaron de lado la necesidad de hacer ciertas cuentas. Por ejemplo, si consideramos que gracias a que en 1993 el señor Cavallo bajó los aportes patronales, que actualmente ascienden a 16.000 millones de pesos anuales los de las grandes corporaciones, una simple cuenta indica que en los últimos quince años, los jubilados y pensionados han trasladado a esas grandes corporaciones 240.000 millones de pesos. Basta multiplicar 16.000 millones de pesos por quince años para llegar a esa conclusión.
Luego, si tomamos la cotización del dólar, esos 240.000 millones de pesos se transforman en 60.000 millones de dólares. Esa es la suma que nuestros jubilados han trasladado a corporaciones como Techint, Bridas, Bunge & Born, Barrick Gold, Repsol, etcétera.
El hecho de no haber podido implementar aquella medida hace que seamos todos responsables de este verdadero desfalco a los sectores más débiles de nuestra sociedad.
El tema de la democratización de las comunicaciones no es nuevo para nosotros. En los archivos de Página 12 seguramente se podrá encontrar un artículo del año 2005 donde se critica de manera muy dura el decreto 527/05 del entonces presidente Kirchner, por el que se prorrogaba por diez años las concesiones realizadas por el ex presidente Menem a los monopolios de Clarín, Vila-Manzano, Monetta, etcétera. Además, se otorgaba a Multicanal y Cablevisión el derecho de fusionarse.
Para citar un caso, las tensiones generadas en torno de la discusión sobre el 82 por ciento móvil y las acusaciones que se hicieron, dejaron de lado la necesidad de hacer ciertas cuentas. Por ejemplo, si consideramos que gracias a que en 1993 el señor Cavallo bajó los aportes patronales, que actualmente ascienden a 16.000 millones de pesos anuales los de las grandes corporaciones, una simple cuenta indica que en los últimos quince años, los jubilados y pensionados han trasladado a esas grandes corporaciones 240.000 millones de pesos. Basta multiplicar 16.000 millones de pesos por quince años para llegar a esa conclusión.
Luego, si tomamos la cotización del dólar, esos 240.000 millones de pesos se transforman en 60.000 millones de dólares. Esa es la suma que nuestros jubilados han trasladado a corporaciones como Techint, Bridas, Bunge & Born, Barrick Gold, Repsol, etcétera.
El hecho de no haber podido implementar aquella medida hace que seamos todos responsables de este verdadero desfalco a los sectores más débiles de nuestra sociedad.
El tema de la democratización de las comunicaciones no es nuevo para nosotros. En los archivos de Página 12 seguramente se podrá encontrar un artículo del año 2005 donde se critica de manera muy dura el decreto 527/05 del entonces presidente Kirchner, por el que se prorrogaba por diez años las concesiones realizadas por el ex presidente Menem a los monopolios de Clarín, Vila-Manzano, Monetta, etcétera. Además, se otorgaba a Multicanal y Cablevisión el derecho de fusionarse.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. ARGUMEDO Criticamos esto en 2005; es decir, hace cinco años. O sea que no es un problema nuevo; no es que recién ahora nos preocupa la democratización de las comunicaciones y de la información.
Precisamente, el proyecto que presentamos contiene una serie de resguardos que tal vez no son perfectos pero que tienden a establecer la idea de la democratización de las comunicaciones y de la información como parte de un proceso de democratización integral de la sociedad.
Si se quiere seguir debatiendo, estamos dispuestos a hacerlo. No tenemos ningún apuro.
Precisamente, el proyecto que presentamos contiene una serie de resguardos que tal vez no son perfectos pero que tienden a establecer la idea de la democratización de las comunicaciones y de la información como parte de un proceso de democratización integral de la sociedad.
Si se quiere seguir debatiendo, estamos dispuestos a hacerlo. No tenemos ningún apuro.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO La Presidencia solicita a los señores diputados que hagan silencio.
SRA. ARGUMEDO Pedimos por favor al oficialismo que no siga dándonos tanto trabajo. Digo esto porque se acaba de permitir la fusión de Telefónica con Telecom, generándose así un monopolio de las pistas teleinformáticas. En el marco de la revolución científico-tecnológica, el control del papel es al control monopólico de las pistas teleinformáticas lo que una gomera es a un misil.
Esto hay que tenerlo en claro, y por eso Proyecto Sur presentará -luego de haber realizado una audiencia pública- una iniciativa para regular las telecomunicaciones, que esperamos que el oficialismo -con su vocación parlamentaria para la democratización de las comunicaciones- apoye.
También esperamos que apoye la propuesta de pauta publicitaria oficial, para evitar que haya un drenaje de fondos oficiales hacia lo que podemos llamar una nueva conformación, una nueva estructuración de monopolios desde un vértice hacia varios dueños que, aunque tienen distintos nombres, conforma un monopolio de amigos que se puede llamar "amigopolio".
Entonces, planteando la necesidad de que, efectivamente, tenemos que llevar adelante este debate, no estaríamos en desacuerdo en prorrogarlo, pero también llamamos la atención de que acá hay un 30 por ciento de los medios que deberían corresponder a las organizaciones sociales y que eso no se produce y, sin embargo, está contemplado en el proyecto que presentamos.
Por lo tanto, si se decide la prórroga nosotros vamos a acompañar la prórroga, y si la prórroga no se decide nosotros vamos a presentar el dictamen que hicimos.
Esto hay que tenerlo en claro, y por eso Proyecto Sur presentará -luego de haber realizado una audiencia pública- una iniciativa para regular las telecomunicaciones, que esperamos que el oficialismo -con su vocación parlamentaria para la democratización de las comunicaciones- apoye.
También esperamos que apoye la propuesta de pauta publicitaria oficial, para evitar que haya un drenaje de fondos oficiales hacia lo que podemos llamar una nueva conformación, una nueva estructuración de monopolios desde un vértice hacia varios dueños que, aunque tienen distintos nombres, conforma un monopolio de amigos que se puede llamar "amigopolio".
Entonces, planteando la necesidad de que, efectivamente, tenemos que llevar adelante este debate, no estaríamos en desacuerdo en prorrogarlo, pero también llamamos la atención de que acá hay un 30 por ciento de los medios que deberían corresponder a las organizaciones sociales y que eso no se produce y, sin embargo, está contemplado en el proyecto que presentamos.
Por lo tanto, si se decide la prórroga nosotros vamos a acompañar la prórroga, y si la prórroga no se decide nosotros vamos a presentar el dictamen que hicimos.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Díaz Roig.
SR. DÍAZ ROIG Señora presidenta: sinceramente esta cuestión que hoy estamos debatiendo obligatoriamente me lleva a recordar el día en que en la Comisión de Previsión se trató el tema del 82 por ciento. En aquella oportunidad el tema ni siquiera se había tratado en reunión de asesores; no nos dieron ninguna copia. Además, cuando me presenté en esta misma sala el dictamen ya estaba firmado. No nos permitieron cambiar una coma ni discutir nada.
¿Se puede tener tan doble discurso? Hoy lo explicó muy bien la diputada Fadel: son las reglas del juego de la democracia que se han impuesto en este Congreso desde que hay una mayoría opositora
Eso se vincula con otro problema. Los romanos hablaban de los bienes mostrencos, que eran los que no tenían dueño, y acá el problema político que tenemos en este recinto es que quien no tiene dueño es la oposición. ¿Quién es el dueño de la oposición?
No puede ser que se tenga una conducta dos meses atrás, cuando tratamos el proyecto del 82 por ciento, que era una norma que justificaba el debate. Yo pedí por favor -estaba sentado ahí- que nos dieran siquiera quince días para que pudiéramos escuchar a alguien o tratar algo. Se me respondió -debe figurar en la versión taquigráfica- que el dictamen ya estaba firmado. Ni siquiera había una mayoría presente, aunque sí el tercio que se prevé luego de la media hora de espera. Lo cierto es que en esa reunión no pude hablar.
Entonces, pedí que retiraran un proyecto de mi autoría -que había sido presentado anteriormente- porque había sido modificado. Mi propuesta hablaba de una evolución de la situación actual hasta el 82 por ciento, en función de los aumentos del flujo y tenía una serie de consideraciones técnicas. Sin embargo, firmaron, impusieron el número.
Son las reglas del juego. Es más, hemos cambiado muchas cosas del reglamento. Se han aprobado proyectos que tenían dictámenes minoritarios; hemos cambiado y ha cambiado la oposición, y está bien.
Yo comparto muchas cosas que dicen algunos amigos de la oposición y la diputada Merchán. Quiera Dios que en la etapa que vienen seamos capaces de construir mayores y mejores ámbitos de debate.
Lo que no podemos negar -la gran mayoría del pueblo lo sabe, y los diputados también, porque hablamos entre nosotros- es que se debe legislar sobre este tema. Sin embargo algunos pretenden invalidar lo actuado o pedir un nuevo plazo.
En mi opinión tenemos que emitir dictamen. Tengamos en cuenta que tenemos por delante quince días para hacer las modificaciones que resulten necesarias. Este dictamen incorpora muy poco del proyecto oficial; diría que ni siquiera contempla el 5 por ciento de esa propuesta. Más allá de eso, no tengo dudas de que es perfectible de aquí al momento en que se trate y en el plenario de la Cámara.
Para colmo, la oposición tiene mayoría en el recinto.
De modo que, pensando en la gente que está esperando que superemos este tema y nos aboquemos a los otros, no veo por qué no podemos firmar este dictamen como se firmaron tantos otros. Todos los demás planteos que se han formulado pueden ser recogidos en el recinto o en el transcurso de estos 15 días. Al menos en esta comisión hubo casi un mes para que el que quisiera aportar algo en las audiencias públicas, pudiera hacerlo. Yo concurrí a varias de esas audiencias públicas y doy fe de ello.
Por lo tanto, reitero que este dictamen se puede firmar, se debe firmar, y si está firmado por la mayoría o por el número que fuere de los integrantes de las comisiones, tiene valor. La oposición también ha hecho valer dictámenes firmados en minoría, y los ha hecho valer porque ha tenido la mayoría al momento del debate en el recinto.
De modo que nadie puede sentirse agraviado porque nosotros firmemos un dictamen y que lo hagamos valer para que oportunamente en la Comisión de Labor Parlamentaria se establezca la fecha en que será tratado en el recinto.
¿Se puede tener tan doble discurso? Hoy lo explicó muy bien la diputada Fadel: son las reglas del juego de la democracia que se han impuesto en este Congreso desde que hay una mayoría opositora
Eso se vincula con otro problema. Los romanos hablaban de los bienes mostrencos, que eran los que no tenían dueño, y acá el problema político que tenemos en este recinto es que quien no tiene dueño es la oposición. ¿Quién es el dueño de la oposición?
No puede ser que se tenga una conducta dos meses atrás, cuando tratamos el proyecto del 82 por ciento, que era una norma que justificaba el debate. Yo pedí por favor -estaba sentado ahí- que nos dieran siquiera quince días para que pudiéramos escuchar a alguien o tratar algo. Se me respondió -debe figurar en la versión taquigráfica- que el dictamen ya estaba firmado. Ni siquiera había una mayoría presente, aunque sí el tercio que se prevé luego de la media hora de espera. Lo cierto es que en esa reunión no pude hablar.
Entonces, pedí que retiraran un proyecto de mi autoría -que había sido presentado anteriormente- porque había sido modificado. Mi propuesta hablaba de una evolución de la situación actual hasta el 82 por ciento, en función de los aumentos del flujo y tenía una serie de consideraciones técnicas. Sin embargo, firmaron, impusieron el número.
Son las reglas del juego. Es más, hemos cambiado muchas cosas del reglamento. Se han aprobado proyectos que tenían dictámenes minoritarios; hemos cambiado y ha cambiado la oposición, y está bien.
Yo comparto muchas cosas que dicen algunos amigos de la oposición y la diputada Merchán. Quiera Dios que en la etapa que vienen seamos capaces de construir mayores y mejores ámbitos de debate.
Lo que no podemos negar -la gran mayoría del pueblo lo sabe, y los diputados también, porque hablamos entre nosotros- es que se debe legislar sobre este tema. Sin embargo algunos pretenden invalidar lo actuado o pedir un nuevo plazo.
En mi opinión tenemos que emitir dictamen. Tengamos en cuenta que tenemos por delante quince días para hacer las modificaciones que resulten necesarias. Este dictamen incorpora muy poco del proyecto oficial; diría que ni siquiera contempla el 5 por ciento de esa propuesta. Más allá de eso, no tengo dudas de que es perfectible de aquí al momento en que se trate y en el plenario de la Cámara.
Para colmo, la oposición tiene mayoría en el recinto.
De modo que, pensando en la gente que está esperando que superemos este tema y nos aboquemos a los otros, no veo por qué no podemos firmar este dictamen como se firmaron tantos otros. Todos los demás planteos que se han formulado pueden ser recogidos en el recinto o en el transcurso de estos 15 días. Al menos en esta comisión hubo casi un mes para que el que quisiera aportar algo en las audiencias públicas, pudiera hacerlo. Yo concurrí a varias de esas audiencias públicas y doy fe de ello.
Por lo tanto, reitero que este dictamen se puede firmar, se debe firmar, y si está firmado por la mayoría o por el número que fuere de los integrantes de las comisiones, tiene valor. La oposición también ha hecho valer dictámenes firmados en minoría, y los ha hecho valer porque ha tenido la mayoría al momento del debate en el recinto.
De modo que nadie puede sentirse agraviado porque nosotros firmemos un dictamen y que lo hagamos valer para que oportunamente en la Comisión de Labor Parlamentaria se establezca la fecha en que será tratado en el recinto.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el diputado Forte.
SR. FORTE Estamos discutiendo y hablando de reglas de juego, de convivencia democrática, de usos y costumbres dentro del Parlamento, pero lo que no vemos claramente es la necesidad y ganas de debatir.
Se está haciendo un uso y costumbre de la imposición. Resulta que estamos ante la presencia de un bloque oficialista que es el brazo ejecutor del gobierno en el Parlamento, que tienen la conducta partidaria de enojarse todos juntos y patear la mesa, o cuando bajan la orden...
Se está haciendo un uso y costumbre de la imposición. Resulta que estamos ante la presencia de un bloque oficialista que es el brazo ejecutor del gobierno en el Parlamento, que tienen la conducta partidaria de enojarse todos juntos y patear la mesa, o cuando bajan la orden...
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Disculpe, diputado Forte. Vuelvo a solicitar por favor que guarden silencio.
SR. FORTE Gracias por la consideración, señora presidenta.
Decía que cuando, por el contrario, tienen el mandato de utilizar la estrategia de que nadie se enoje, todos hablan en tono pausado y casi tímido, pero la imposición del agravio continúa.
Hemos escuchado varias alocuciones en las que nos tratan de tontos o que nos hacemos los tontos los que no queremos firmar el dictamen, y la verdad es que ejercer la democracia no es hacerse el tonto. Pedir claramente que se continúe debatiendo es la base fundacional de la democracia que es, partiendo del disenso, discutir hasta lograr algún consenso, o que los números se impongan. Pero no es cuestión de que cuando piensan que pueden ganar imponen las mayorías y cuando pierden, imponen la ley de veto. Eso es realmente una democracia a medias o una democracia renga.
Es obvio que queremos seguir discutiendo, porque un problema que tiene treinta años no se puede agotar en tres horas de discusión. Es obvio que desde el radicalismo estamos en contra de los monopolios. También estamos en contra de la transferencia de los monopolios privados a los monopolios públicos, porque de esa forma lo que termina sucediendo es que los medios de comunicación, en vez de ser del Estado son propaganda publicista de los gobiernos de turno, y esa no es la solución.
¿Qué nos van a decir a nosotros sobre los monopolios si nosotros no fuimos los que creamos Papel Prensa? Tampoco fuimos nosotros los que flexibilizamos la ley de medios de comunicación a principios de los noventa para que se generaran más monopolios. Era la época en que el hoy diputado con inasistencia perfecta era gobernador y aplaudía con las manos enrojecidas cómo se desguazaba el Estado.
Tampoco fuimos nosotros los que aplaudimos cuando el diputado con inasistencia perfecta ejercía la Presidencia de la Nación y permitía la fusión de Cablevisión y Multicanal.
Por eso es indispensable que sigamos discutiendo, porque la verdadera libertad de prensa no se da por el precio o el abastecimiento de un comodity, como pasó a ser el papel.
También coincido en que la información pasa por lo escrito pero también por lo oral. Es decir que la verdadera libertad de prensa radica en posibilitar que a ese papel se le puedan poner todas las palabras sobre las que estemos convencidos y no que estén presionados y apretados por la publicidad oficial.
Esa es la verdadera y consecuente libertad de prensa. De lo contrario, cómo explican que mientras se lleva a cabo una guerra comercial o política con algún grupo económico -que obviamente no lo estamos avalando-, permiten la fusión y que se monopolice la telefonía celular. Digo esto porque seguramente todos sabemos que en Argentina hay prácticamente un promedio de dos teléfonos celulares por habitante ni siquiera hay un diario cada diez habitantes.
Por eso siguen presionando. Con la presión y el apriete que se realiza a través de la publicidad oficial, es mucho más fácil.
Por lo tanto, creo que es necesario continuar con este debate. En un país en el que se veta la posibilidad de que un jubilado perciba apenas 50 pesos por día, en el que se dice que la inseguridad es virtual, en el que se señala que no hay problemas de seguridad, en el que se manifiesta que la educación está garantizada o que la indigencia se terminó, vemos que la brecha entre muchos pobres y poco ricos cada vez es más grande.
Por eso digo que entramos en una guerra que es de poder económico, porque si el tema pasara por la libertad de prensa, la comisión cabecera no hubiera sido Comercio precisamente. En mi opinión, al girar el proyecto a la Comisión de Comercio queda demostrado que esto involucra cuestiones que van más allá de la libertad de expresión. Y mientras tanto creamos la TV digital, que puede ser una muy buena herramienta en manos del Estado, pero como decía el diputado Tunessi, no tenemos confianza en quiénes van a manejar esa herramienta. Y no es casualidad quiénes son los primeros que van a tener aire en esa TV digital.
Creo que si aglutinaran a todos en una página web, seguramente se llamaría "obsecuente.com.ar". Por eso es imprescindible que tengamos en cuenta que las herramientas del Estado no son las de un partido político o de personas que piensan que el Estado es la continuidad de su vida privada.
Por eso es imprescindible que sigamos discutiendo, debatiendo y ejerciendo una verdadera democracia dentro y afuera del Parlamento, con independencia del poder.
También es imprescindible que mientras exista Papel Prensa los representantes del Estado en ese directorio no usen la patota, los guantes de box ni las amenazas para funcionar. No es justificable lo que manifiesta el impresentable secretario Moreno -que tiene de democrático lo mismo que yo de anoréxico-, de que ha habido épocas peores para justificar la violencia; eso no se justifica. Se es patotero o se es democrático; no hay términos medios.
Por eso quiero cerrar mi exposición manifestando un claro repudio a la investidura del secretario de Comercio que usa la patota y la amenaza cuando sabe que tiene muchos "patovicas" atrás que los defienden -cuando no hay "patovicas" no son tan guapos-, en vez de hacer valer la razón.
Decía que cuando, por el contrario, tienen el mandato de utilizar la estrategia de que nadie se enoje, todos hablan en tono pausado y casi tímido, pero la imposición del agravio continúa.
Hemos escuchado varias alocuciones en las que nos tratan de tontos o que nos hacemos los tontos los que no queremos firmar el dictamen, y la verdad es que ejercer la democracia no es hacerse el tonto. Pedir claramente que se continúe debatiendo es la base fundacional de la democracia que es, partiendo del disenso, discutir hasta lograr algún consenso, o que los números se impongan. Pero no es cuestión de que cuando piensan que pueden ganar imponen las mayorías y cuando pierden, imponen la ley de veto. Eso es realmente una democracia a medias o una democracia renga.
Es obvio que queremos seguir discutiendo, porque un problema que tiene treinta años no se puede agotar en tres horas de discusión. Es obvio que desde el radicalismo estamos en contra de los monopolios. También estamos en contra de la transferencia de los monopolios privados a los monopolios públicos, porque de esa forma lo que termina sucediendo es que los medios de comunicación, en vez de ser del Estado son propaganda publicista de los gobiernos de turno, y esa no es la solución.
¿Qué nos van a decir a nosotros sobre los monopolios si nosotros no fuimos los que creamos Papel Prensa? Tampoco fuimos nosotros los que flexibilizamos la ley de medios de comunicación a principios de los noventa para que se generaran más monopolios. Era la época en que el hoy diputado con inasistencia perfecta era gobernador y aplaudía con las manos enrojecidas cómo se desguazaba el Estado.
Tampoco fuimos nosotros los que aplaudimos cuando el diputado con inasistencia perfecta ejercía la Presidencia de la Nación y permitía la fusión de Cablevisión y Multicanal.
Por eso es indispensable que sigamos discutiendo, porque la verdadera libertad de prensa no se da por el precio o el abastecimiento de un comodity, como pasó a ser el papel.
También coincido en que la información pasa por lo escrito pero también por lo oral. Es decir que la verdadera libertad de prensa radica en posibilitar que a ese papel se le puedan poner todas las palabras sobre las que estemos convencidos y no que estén presionados y apretados por la publicidad oficial.
Esa es la verdadera y consecuente libertad de prensa. De lo contrario, cómo explican que mientras se lleva a cabo una guerra comercial o política con algún grupo económico -que obviamente no lo estamos avalando-, permiten la fusión y que se monopolice la telefonía celular. Digo esto porque seguramente todos sabemos que en Argentina hay prácticamente un promedio de dos teléfonos celulares por habitante ni siquiera hay un diario cada diez habitantes.
Por eso siguen presionando. Con la presión y el apriete que se realiza a través de la publicidad oficial, es mucho más fácil.
Por lo tanto, creo que es necesario continuar con este debate. En un país en el que se veta la posibilidad de que un jubilado perciba apenas 50 pesos por día, en el que se dice que la inseguridad es virtual, en el que se señala que no hay problemas de seguridad, en el que se manifiesta que la educación está garantizada o que la indigencia se terminó, vemos que la brecha entre muchos pobres y poco ricos cada vez es más grande.
Por eso digo que entramos en una guerra que es de poder económico, porque si el tema pasara por la libertad de prensa, la comisión cabecera no hubiera sido Comercio precisamente. En mi opinión, al girar el proyecto a la Comisión de Comercio queda demostrado que esto involucra cuestiones que van más allá de la libertad de expresión. Y mientras tanto creamos la TV digital, que puede ser una muy buena herramienta en manos del Estado, pero como decía el diputado Tunessi, no tenemos confianza en quiénes van a manejar esa herramienta. Y no es casualidad quiénes son los primeros que van a tener aire en esa TV digital.
Creo que si aglutinaran a todos en una página web, seguramente se llamaría "obsecuente.com.ar". Por eso es imprescindible que tengamos en cuenta que las herramientas del Estado no son las de un partido político o de personas que piensan que el Estado es la continuidad de su vida privada.
Por eso es imprescindible que sigamos discutiendo, debatiendo y ejerciendo una verdadera democracia dentro y afuera del Parlamento, con independencia del poder.
También es imprescindible que mientras exista Papel Prensa los representantes del Estado en ese directorio no usen la patota, los guantes de box ni las amenazas para funcionar. No es justificable lo que manifiesta el impresentable secretario Moreno -que tiene de democrático lo mismo que yo de anoréxico-, de que ha habido épocas peores para justificar la violencia; eso no se justifica. Se es patotero o se es democrático; no hay términos medios.
Por eso quiero cerrar mi exposición manifestando un claro repudio a la investidura del secretario de Comercio que usa la patota y la amenaza cuando sabe que tiene muchos "patovicas" atrás que los defienden -cuando no hay "patovicas" no son tan guapos-, en vez de hacer valer la razón.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Gullo.
SR. GULLO Señora presidenta: honestamente creo que estamos perdiendo una gran oportunidad. Papel Prensa significa décadas de denuncias, de infamia, de complicidad y de cercenamiento de la libertad.
Quiero tomar lo que usted, señora presidenta, dijo al principio: ésta es una deuda de la democracia. Además, cuando mencionó las audiencias públicas convocadas por la comisión que preside -que fueron bastante amplias porque abarcaron un abanico más que interesante-, como legislador me sentí muy conforme al ver las puertas del Parlamento abiertas a una multiplicidad de voces.
Es una lástima, y esto no es una chicana, que la actitud adoptada por la oposición le haya impedido formar parte de esas audiencias públicas. Fue así salvo el día en que hizo su presentación el diario La Arena, de La Pampa, oportunidad en que asistió algún colega radical y también diputados de otra fuerza. Independientemente de eso, la verdad es que la ausencia fue muy notable.
La cuestión no pasa por escuchar a un grupo de actores sino por darse cuenta de lo que está pasando en la sociedad. Tanto el tema vinculado con Papel Prensa como en su momento la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, movilizaron a un espectro muy importante de nuestra sociedad. Fundamentalmente las nuevas generaciones y un arco muy significativo de la cultura en todas sus formas, se manifestaron a diario de diferentes maneras para defender este avance de la democracia.
¿Por qué ahora no podemos debatir con tranquilidad? ¿Por qué no nos damos cuenta de que detrás de Papel Prensa hay situaciones que no se solucionan con una chicana, un simple portazo o una viveza? Detrás de Papel Prensa hay crímenes de lesa humanidad; hay vejaciones, muertes y múltiples injusticias, porque Papel Prensa constituye el despojo más grande al que se llegó en la Argentina a partir de la complicidad entre la dictadura y sectores civiles.
Es un hecho desgraciado que no podamos debatir sobre este tema con la entereza que merece. A veces escucho a colegas radicales; obviamente defienden políticas antimonopólicas con las que nos cruzamos en diversos tramos de nuestra historia, porque la lucha por la libertad de expresión no es una viveza de ahora. Es una batalla que lleva décadas en la Argentina, pero sin embargo hay cuestiones que siguen inconclusas.
Pido respeto, porque el hecho de que hoy podamos hablar a la sociedad con seriedad y de que hayamos abierto la puerta a las nuevas generaciones, considerando el acervo y el patrimonio cultural de nuestro país, significó que en el camino quedaran muchas cosas.
Por las razones expuestas, creo que no sólo debemos firmar hoy el dictamen sino que también tenemos que generar las condiciones para que no se agoten las posibilidades de lograr una nueva participación entre los distintos bloques. Es importante crear un marco de reciprocidad y de solidaridad, porque en este tema no puede haber agachadas de ningún tipo por parte de los sectores que hoy están mostrando contradicciones muy grandes y flagrantes.
Los crímenes de lesa humanidad, los despojos y la complicidad entre la dictadura y algunos sectores civiles son los temas más gruesos en el marco del debate sobre Papel Prensa. Por eso me quedo con el siguiente concepto, señora presidenta: si se hubiese escuchado con atención -me pareció una chicana decir que nombró sólo a seis diarios cuando fueron múltiples las expresiones de los diarios del interior que pasaron por las audiencias públicas-, se habría entendido que la sanción de este proyecto de ley implica una reparación que traerá como consecuencia la participación de la periferia al centro con un fuerte contenido federalista.
Ojalá la multiplicidad de voces del interior pueda ser más rápida, como quedó demostrado en distintas coyunturas históricas de la Argentina, que la mezquindad de algunos colegas que -con honestidad lo digo- no sólo están tapando el bosque sino que directamente han perdido de vista dónde está el árbol.
Quiero tomar lo que usted, señora presidenta, dijo al principio: ésta es una deuda de la democracia. Además, cuando mencionó las audiencias públicas convocadas por la comisión que preside -que fueron bastante amplias porque abarcaron un abanico más que interesante-, como legislador me sentí muy conforme al ver las puertas del Parlamento abiertas a una multiplicidad de voces.
Es una lástima, y esto no es una chicana, que la actitud adoptada por la oposición le haya impedido formar parte de esas audiencias públicas. Fue así salvo el día en que hizo su presentación el diario La Arena, de La Pampa, oportunidad en que asistió algún colega radical y también diputados de otra fuerza. Independientemente de eso, la verdad es que la ausencia fue muy notable.
La cuestión no pasa por escuchar a un grupo de actores sino por darse cuenta de lo que está pasando en la sociedad. Tanto el tema vinculado con Papel Prensa como en su momento la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, movilizaron a un espectro muy importante de nuestra sociedad. Fundamentalmente las nuevas generaciones y un arco muy significativo de la cultura en todas sus formas, se manifestaron a diario de diferentes maneras para defender este avance de la democracia.
¿Por qué ahora no podemos debatir con tranquilidad? ¿Por qué no nos damos cuenta de que detrás de Papel Prensa hay situaciones que no se solucionan con una chicana, un simple portazo o una viveza? Detrás de Papel Prensa hay crímenes de lesa humanidad; hay vejaciones, muertes y múltiples injusticias, porque Papel Prensa constituye el despojo más grande al que se llegó en la Argentina a partir de la complicidad entre la dictadura y sectores civiles.
Es un hecho desgraciado que no podamos debatir sobre este tema con la entereza que merece. A veces escucho a colegas radicales; obviamente defienden políticas antimonopólicas con las que nos cruzamos en diversos tramos de nuestra historia, porque la lucha por la libertad de expresión no es una viveza de ahora. Es una batalla que lleva décadas en la Argentina, pero sin embargo hay cuestiones que siguen inconclusas.
Pido respeto, porque el hecho de que hoy podamos hablar a la sociedad con seriedad y de que hayamos abierto la puerta a las nuevas generaciones, considerando el acervo y el patrimonio cultural de nuestro país, significó que en el camino quedaran muchas cosas.
Por las razones expuestas, creo que no sólo debemos firmar hoy el dictamen sino que también tenemos que generar las condiciones para que no se agoten las posibilidades de lograr una nueva participación entre los distintos bloques. Es importante crear un marco de reciprocidad y de solidaridad, porque en este tema no puede haber agachadas de ningún tipo por parte de los sectores que hoy están mostrando contradicciones muy grandes y flagrantes.
Los crímenes de lesa humanidad, los despojos y la complicidad entre la dictadura y algunos sectores civiles son los temas más gruesos en el marco del debate sobre Papel Prensa. Por eso me quedo con el siguiente concepto, señora presidenta: si se hubiese escuchado con atención -me pareció una chicana decir que nombró sólo a seis diarios cuando fueron múltiples las expresiones de los diarios del interior que pasaron por las audiencias públicas-, se habría entendido que la sanción de este proyecto de ley implica una reparación que traerá como consecuencia la participación de la periferia al centro con un fuerte contenido federalista.
Ojalá la multiplicidad de voces del interior pueda ser más rápida, como quedó demostrado en distintas coyunturas históricas de la Argentina, que la mezquindad de algunos colegas que -con honestidad lo digo- no sólo están tapando el bosque sino que directamente han perdido de vista dónde está el árbol.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Gil Lavedra.
SR. GIL LAVEDRA Señora presidenta: me parece que hay dos dimensiones que se encuentran en discusión. Hemos estado conversando y discutiendo largamente sobre la cuestión de procedimiento, es decir, sobre si estamos o no habilitados para firmar un dictamen.
A esta altura me parece evidente que la mayoría de los miembros de todas las comisiones todavía no quieren firmar dictamen porque quieren profundizar algunas cuestiones y establecer un plan de labor parlamentaria. Esto me parece ostensible y se va a documentar que la mayoría quiere seguir con el tratamiento del tema. Y quiere seguir tratando el tema porque hay muchísimas cosas que restan por aclarar.
El proyecto del Poder Ejecutivo lo calificaría como desopilante. En mi opinión es desopilante no sólo por los fundamentos que da -a los que ya me voy a referir- sino también por las conclusiones a las que arriba.
Como ustedes saben, se trata de un proyecto que declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de papel sobre la base de un punto fáctico. Afirma el proyecto que en Papel Prensa los accionistas mayoritarios producen menos de lo necesario, para obligar a los más chicos a importar, que discriminan empresas para de esta manera poder ellos comprar a un precio más barato y estrangular a los más débiles. En consecuencia, termina pidiendo que el Congreso lo habilite a dictar un marco regulatorio.
Este proyecto del Ejecutivo, tal como ha sido presentado, resulta absolutamente inaceptable. Los marcos regulatorios nunca pueden ser dictados por el Poder Ejecutivo; entran en la zona de reserva del Congreso y esto jamás puede ser delegado.
Más allá de eso, no hay un tabú para que el Congreso pueda legislar en la materia. Cuando los poderes legislativos regulan en materia de libertad de expresión, la jurisprudencia internacional -tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como la propia Corte- han dicho que el estándar internacional es que el Estado puede hacerlo siempre y cuando demuestre que hay una necesidad social imperiosa y que esto sea requerido para el desenvolvimiento de una sociedad democrática.
Entonces, acá vamos a los hechos que antes describí. En verdad, los fundamentos del Poder Ejecutivo rayan verdaderamente lo increíble. Dice el Ejecutivo que Papel Prensa produce menos que lo posible, que obliga a importar a un 50 por ciento más del valor, que excluye a los pequeños productores en un abuso de su posición dominante, que acompaña para esto una serie de cuadritos -cuya fuente ignoro y que espero que no sea la misma fuente del INDEC- tendientes a establecer que es cierto lo que dicen.
Ahora si fuera cierto lo que dice el Poder Ejecutivo, debo decirles que el gobierno es cómplice de la comisión de todos estos delitos, porque, en realidad, todas estas conductas están reguladas; no es que exista un vacío normativo en la Argentina a este respecto. Todo esto se encuentra regulado en la propia ley de defensa de la competencia, que regula y prohíbe cuando se limita, restringe, falsea o distorsione la competencia o el acceso al mercado, en particular que se fijen o concierten o manipulen en forma directa las precios de venta, que se repartan en forma horizontal zonas, mercados o clientes, que se impida, dificulte u obstaculice a terceras personas la entrada o permanencia en un mercado o excluirla de éste. Estas son las disposiciones de la ley vigente, que también establece que se debe proceder de oficio.
Pues bien, ¿qué ha hecho el gobierno a este respecto? Nada.
Y ha sido esclarecedor cuando en las audiencias públicas estuvo el señor Sbatella, que ahora está a cargo de la UIF pero que antes estuvo cargo de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, quien dijo que efectivamente aquí hay un abuso de posición dominante, que se discriminan precios. Y terminó diciendo que en la Argentina hace mucho que no se aplica la ley de defensa de la competencia. ¡Lo dijo él, el mismo funcionario del gobierno que era el encargado de aplicarla!
Por otra parte, el gobierno está pidiendo que se declare de interés público el mercado de papel, integrando el Directorio.
Señora presidenta: quisiera que para el plan de labor que mencionó la diputada Camaño, se agregue también la copia de las actas de Directorio de Papel Prensa, donde se puede apreciar qué votó el representante del gobierno cada vez que se fijó la política comercial de la empresa, que se entiende discriminatoria, predatoria, etcétera. ¿Qué hizo el gobierno en esas oportunidades? El gobierno no hizo nada, porque era socio de Clarín. El gobierno toleró que todo esto pasara, y ahora que rompió la sociedad y quiere sustituir el monopolio por otro, se rasga las vestiduras. Pero estos funcionarios, estos representantes del Estado en el Directorio, están sujetos a una acción de responsabilidad si todo esto ocurrió y lo callaron, si todo esto pasó y lo ocultaron.
A pesar de la gran diligencia del gobierno en defender la transparencia de los mercados, todavía no está integrado el tribunal, como exige la ley, para poder seguir manipulando, a través de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, lo que ocurre en los mercados. Por eso pido, señora presidenta, que se oficie a ese organismo para saber si hay denuncias a este respecto, si los hechos que ahora el Ejecutivo livianamente afirma como causas para regular el mercado del papel figuran en alguna denuncia dentro de la Comisión.
También me gustaría que oficie a las autoridades pertinentes para conocer realmente cuál es el mercado de papel, cómo funciona, cuáles son los verdaderos precios de importación, cuál es el encarecimiento que se produce por el flete, quiénes están importando, quiénes no y a qué precios, si verdaderamente hay capacidad ociosa por parte de Papel Prensa; por qué Papel de Tucumán, que tiene una capacidad de producción similar a la de Papel Prensa, no produce papel de diario.
Con todos estos elementos estaremos en condiciones de comenzar a discutir el tema con seriedad.
Debo decir, con todo respeto, que el proyecto del Ejecutivo parece un manotazo político, pero que a su vez carece del más mínimo sustento. No pueden afirmar que están hablando en nombre de la democracia, de la libertad de expresión y poner toda esta serie de sandeces en el proyecto; no pueden hacerlo seriamente.
Con respecto a la iniciativa de Proyecto Sur, que está bien intencionado y que trata de regular, el problema es que parte de esta base. Yo diría que es un proyecto casi innecesario. El proyecto se reduce a decir que el precio tiene que ser igualitario, y para esto el Estado tiene herramientas.
Por supuesto que el Estado podría tener herramientas para proteger a los medianos productores para que incluso todos tengan un acceso igualitario al papel, pero no creo que esto se logre a través de crear un superente, regulaciones, autoridades de aplicación, comisiones bicamerales, etcétera.
Debemos reunir toda la información sobre cómo funciona el papel, qué ha hecho el Estado, cómo ha funcionado Papel Prensa, qué han hecho los organismos del Estado encargados de controlar, qué ha hecho la Bolsa de Comercio -Papel Prensa cotiza en la Bolsa- y después sí podremos tomar una decisión racional. Todos estamos comprometidos con los mismos objetivos.
Pero si nos anima la misma pureza de principios y objetivos, no podemos acompañar este proyecto insensato. (Aplausos.)
A esta altura me parece evidente que la mayoría de los miembros de todas las comisiones todavía no quieren firmar dictamen porque quieren profundizar algunas cuestiones y establecer un plan de labor parlamentaria. Esto me parece ostensible y se va a documentar que la mayoría quiere seguir con el tratamiento del tema. Y quiere seguir tratando el tema porque hay muchísimas cosas que restan por aclarar.
El proyecto del Poder Ejecutivo lo calificaría como desopilante. En mi opinión es desopilante no sólo por los fundamentos que da -a los que ya me voy a referir- sino también por las conclusiones a las que arriba.
Como ustedes saben, se trata de un proyecto que declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de papel sobre la base de un punto fáctico. Afirma el proyecto que en Papel Prensa los accionistas mayoritarios producen menos de lo necesario, para obligar a los más chicos a importar, que discriminan empresas para de esta manera poder ellos comprar a un precio más barato y estrangular a los más débiles. En consecuencia, termina pidiendo que el Congreso lo habilite a dictar un marco regulatorio.
Este proyecto del Ejecutivo, tal como ha sido presentado, resulta absolutamente inaceptable. Los marcos regulatorios nunca pueden ser dictados por el Poder Ejecutivo; entran en la zona de reserva del Congreso y esto jamás puede ser delegado.
Más allá de eso, no hay un tabú para que el Congreso pueda legislar en la materia. Cuando los poderes legislativos regulan en materia de libertad de expresión, la jurisprudencia internacional -tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como la propia Corte- han dicho que el estándar internacional es que el Estado puede hacerlo siempre y cuando demuestre que hay una necesidad social imperiosa y que esto sea requerido para el desenvolvimiento de una sociedad democrática.
Entonces, acá vamos a los hechos que antes describí. En verdad, los fundamentos del Poder Ejecutivo rayan verdaderamente lo increíble. Dice el Ejecutivo que Papel Prensa produce menos que lo posible, que obliga a importar a un 50 por ciento más del valor, que excluye a los pequeños productores en un abuso de su posición dominante, que acompaña para esto una serie de cuadritos -cuya fuente ignoro y que espero que no sea la misma fuente del INDEC- tendientes a establecer que es cierto lo que dicen.
Ahora si fuera cierto lo que dice el Poder Ejecutivo, debo decirles que el gobierno es cómplice de la comisión de todos estos delitos, porque, en realidad, todas estas conductas están reguladas; no es que exista un vacío normativo en la Argentina a este respecto. Todo esto se encuentra regulado en la propia ley de defensa de la competencia, que regula y prohíbe cuando se limita, restringe, falsea o distorsione la competencia o el acceso al mercado, en particular que se fijen o concierten o manipulen en forma directa las precios de venta, que se repartan en forma horizontal zonas, mercados o clientes, que se impida, dificulte u obstaculice a terceras personas la entrada o permanencia en un mercado o excluirla de éste. Estas son las disposiciones de la ley vigente, que también establece que se debe proceder de oficio.
Pues bien, ¿qué ha hecho el gobierno a este respecto? Nada.
Y ha sido esclarecedor cuando en las audiencias públicas estuvo el señor Sbatella, que ahora está a cargo de la UIF pero que antes estuvo cargo de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, quien dijo que efectivamente aquí hay un abuso de posición dominante, que se discriminan precios. Y terminó diciendo que en la Argentina hace mucho que no se aplica la ley de defensa de la competencia. ¡Lo dijo él, el mismo funcionario del gobierno que era el encargado de aplicarla!
Por otra parte, el gobierno está pidiendo que se declare de interés público el mercado de papel, integrando el Directorio.
Señora presidenta: quisiera que para el plan de labor que mencionó la diputada Camaño, se agregue también la copia de las actas de Directorio de Papel Prensa, donde se puede apreciar qué votó el representante del gobierno cada vez que se fijó la política comercial de la empresa, que se entiende discriminatoria, predatoria, etcétera. ¿Qué hizo el gobierno en esas oportunidades? El gobierno no hizo nada, porque era socio de Clarín. El gobierno toleró que todo esto pasara, y ahora que rompió la sociedad y quiere sustituir el monopolio por otro, se rasga las vestiduras. Pero estos funcionarios, estos representantes del Estado en el Directorio, están sujetos a una acción de responsabilidad si todo esto ocurrió y lo callaron, si todo esto pasó y lo ocultaron.
A pesar de la gran diligencia del gobierno en defender la transparencia de los mercados, todavía no está integrado el tribunal, como exige la ley, para poder seguir manipulando, a través de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, lo que ocurre en los mercados. Por eso pido, señora presidenta, que se oficie a ese organismo para saber si hay denuncias a este respecto, si los hechos que ahora el Ejecutivo livianamente afirma como causas para regular el mercado del papel figuran en alguna denuncia dentro de la Comisión.
También me gustaría que oficie a las autoridades pertinentes para conocer realmente cuál es el mercado de papel, cómo funciona, cuáles son los verdaderos precios de importación, cuál es el encarecimiento que se produce por el flete, quiénes están importando, quiénes no y a qué precios, si verdaderamente hay capacidad ociosa por parte de Papel Prensa; por qué Papel de Tucumán, que tiene una capacidad de producción similar a la de Papel Prensa, no produce papel de diario.
Con todos estos elementos estaremos en condiciones de comenzar a discutir el tema con seriedad.
Debo decir, con todo respeto, que el proyecto del Ejecutivo parece un manotazo político, pero que a su vez carece del más mínimo sustento. No pueden afirmar que están hablando en nombre de la democracia, de la libertad de expresión y poner toda esta serie de sandeces en el proyecto; no pueden hacerlo seriamente.
Con respecto a la iniciativa de Proyecto Sur, que está bien intencionado y que trata de regular, el problema es que parte de esta base. Yo diría que es un proyecto casi innecesario. El proyecto se reduce a decir que el precio tiene que ser igualitario, y para esto el Estado tiene herramientas.
Por supuesto que el Estado podría tener herramientas para proteger a los medianos productores para que incluso todos tengan un acceso igualitario al papel, pero no creo que esto se logre a través de crear un superente, regulaciones, autoridades de aplicación, comisiones bicamerales, etcétera.
Debemos reunir toda la información sobre cómo funciona el papel, qué ha hecho el Estado, cómo ha funcionado Papel Prensa, qué han hecho los organismos del Estado encargados de controlar, qué ha hecho la Bolsa de Comercio -Papel Prensa cotiza en la Bolsa- y después sí podremos tomar una decisión racional. Todos estamos comprometidos con los mismos objetivos.
Pero si nos anima la misma pureza de principios y objetivos, no podemos acompañar este proyecto insensato. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada de la Rosa.
SRA. DE LA ROSA Señora presidenta: la verdad es que creo que estamos una reunión histórica porque el tema de Papel Prensa -así como lo manifestaron mis compañeros de bloque con anterioridad- tiene que ver con un pasado oscuro de la Argentina, con un pasado que todos hemos sufrido y donde se han dado hechos relevantes. Pero hoy, por decisión de la presidenta de la Nación, eso ha pasado a la Justicia para que ella decida qué hacer con esos hechos que todos conocemos y que tienen que ver con Papel Prensa en los primeros años de la dictadura militar.
Acá estamos analizando -usted preside la Comisión de Comercio- una cuestión muy simple. Estamos analizando la posibilidad de que la producción, la comercialización y distribución de papel para diario sea considerada de interés público.
No es la primera vez que el Congreso decide que una actividad determinada sea de interés público. Recuerdo, aunque hay grandes diferencias...
Acá estamos analizando -usted preside la Comisión de Comercio- una cuestión muy simple. Estamos analizando la posibilidad de que la producción, la comercialización y distribución de papel para diario sea considerada de interés público.
No es la primera vez que el Congreso decide que una actividad determinada sea de interés público. Recuerdo, aunque hay grandes diferencias...
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Disculpe, señora diputada. Por favor, pido silencio.
SRA. DE LA ROSA Decía que recuerdo cuando hace uno años este Congreso decidió que fuera de interés público toda la actividad relacionada con el GLP. Es una actividad netamente del sector privado y a cuyos precios no podía acogerse la mayoría de los argentinos. En ese sentido se sancionó una ley de marco regulatoria por la que la producción y comercialización de GLP es de interés público.
Con eso se consiguieron cosas importantes, como el acceso de la población a un bien considerado de interés público, como es el GLP. Digo esto porque no es la primera vez que ocurre.
Lo que sucede es que aquí hay connotaciones políticas importantes, y evidentemente cuando se habla de prensa y de Papel Prensa tienen que ver las posiciones políticas, y también hay intereses muy profundos en la discusión que estamos dando en el día de hoy.
Quiero resaltar, porque ya lo han hecho los compañeros de bloque, que este proyecto tiene mucha importancia para la Argentina real -y no digo el interior del país-, porque se trata de que todos los diarios y periódicos de la Argentina -y no solamente tres que detentan la propiedad mayoritaria de Papel Prensa, y que por lo tanto pueden hacer del precio y del abastecimiento lo que ellos quieran, y de hecho lo hacen-, tengan igualdad de oportunidades para acceder al papel en forma igualitaria en materia de precios. Esto se discute por primera vez.
También recuerdo brillantes exposiciones que se hicieron en las audiencias públicas que usted presidió. Recuerdo las exposiciones de los representantes de los medios periodísticos del interior, que eran claros en esta posición. Hoy hay tres medios periodísticos en la Argentina, de la Capital Federal, que detentan ese poder, que no lo tiene el resto del país. Entonces, simplemente se trata de poner en paridad de igualdad el abastecimiento y el precio.
Por eso recalco que este proyecto tiene un cariz federal, quizás como ningún otro que hemos analizado en estas comisiones.
El hecho de controlar lo que se produce -el papel, que es el insumo básico- y, al mismo tiempo, ser los primeros demandantes y compradores, evidentemente que termina en una posición dominante que nadie puede dejar de ver, porque incluso lo han manifestado diputados de la oposición.
Pero como decía el diputado preopinante, tenemos que conocer el precio, las cantidades, la importación y el abastecimiento. Precisamente, si hoy estamos propiciando la aprobación de este proyecto de ley es porque en la Argentina no se puede conocer esa información.
No se puede porque los dueños de Papel Prensa no quieren mostrarla. No quieren dar esa información y precisamente por eso es que estamos discutiendo sobre este proyecto de ley.
Debatimos acerca de la necesidad de saber, porque no sólo los diputados y senadores del Congreso Nacional sino también el resto de la sociedad, tenemos el deber de conocer qué está pasando con este monopolio, u oligopolio, en la Argentina.
Se trata simplemente de eso, de tomar una posición y establecer que en nuestro país no hay periódicos de primera ni de segunda ni de cuarta y que todos gozan del derecho de abastecerse del insumo básico al precio que merecen. (Aplausos.)
Con eso se consiguieron cosas importantes, como el acceso de la población a un bien considerado de interés público, como es el GLP. Digo esto porque no es la primera vez que ocurre.
Lo que sucede es que aquí hay connotaciones políticas importantes, y evidentemente cuando se habla de prensa y de Papel Prensa tienen que ver las posiciones políticas, y también hay intereses muy profundos en la discusión que estamos dando en el día de hoy.
Quiero resaltar, porque ya lo han hecho los compañeros de bloque, que este proyecto tiene mucha importancia para la Argentina real -y no digo el interior del país-, porque se trata de que todos los diarios y periódicos de la Argentina -y no solamente tres que detentan la propiedad mayoritaria de Papel Prensa, y que por lo tanto pueden hacer del precio y del abastecimiento lo que ellos quieran, y de hecho lo hacen-, tengan igualdad de oportunidades para acceder al papel en forma igualitaria en materia de precios. Esto se discute por primera vez.
También recuerdo brillantes exposiciones que se hicieron en las audiencias públicas que usted presidió. Recuerdo las exposiciones de los representantes de los medios periodísticos del interior, que eran claros en esta posición. Hoy hay tres medios periodísticos en la Argentina, de la Capital Federal, que detentan ese poder, que no lo tiene el resto del país. Entonces, simplemente se trata de poner en paridad de igualdad el abastecimiento y el precio.
Por eso recalco que este proyecto tiene un cariz federal, quizás como ningún otro que hemos analizado en estas comisiones.
El hecho de controlar lo que se produce -el papel, que es el insumo básico- y, al mismo tiempo, ser los primeros demandantes y compradores, evidentemente que termina en una posición dominante que nadie puede dejar de ver, porque incluso lo han manifestado diputados de la oposición.
Pero como decía el diputado preopinante, tenemos que conocer el precio, las cantidades, la importación y el abastecimiento. Precisamente, si hoy estamos propiciando la aprobación de este proyecto de ley es porque en la Argentina no se puede conocer esa información.
No se puede porque los dueños de Papel Prensa no quieren mostrarla. No quieren dar esa información y precisamente por eso es que estamos discutiendo sobre este proyecto de ley.
Debatimos acerca de la necesidad de saber, porque no sólo los diputados y senadores del Congreso Nacional sino también el resto de la sociedad, tenemos el deber de conocer qué está pasando con este monopolio, u oligopolio, en la Argentina.
Se trata simplemente de eso, de tomar una posición y establecer que en nuestro país no hay periódicos de primera ni de segunda ni de cuarta y que todos gozan del derecho de abastecerse del insumo básico al precio que merecen. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Vega.
SRA. CAMAÑO ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con el permiso de la Presidencia?
SR. VEGA Por supuesto, señora presidenta. Cuando me pidan interrupciones para hablar sobre el tema, las concederé.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada Camaño.
SRA. CAMAÑO Señora presidenta: como tenemos el absoluto convencimiento de que no estamos enmarcados en el artículo 108 del reglamento y queremos dejar constancia de lo que sostenemos, procederé a pasar lista de cada una de las comisiones mencionando el nombre y el apellido de los diputados que nos oponemos a que hoy haya dictamen de comisión.
Por la cabecera, la Comisión de Comercio, los señores diputados: del Campillo, Héctor Eduardo -quien es la autoridad de la oposición en dicha comisión; Amadeo, Eduardo Pablo; Kenny, Eduardo Enrique...
Varios señores diputados.- ¡Están ausentes!
Por la cabecera, la Comisión de Comercio, los señores diputados: del Campillo, Héctor Eduardo -quien es la autoridad de la oposición en dicha comisión; Amadeo, Eduardo Pablo; Kenny, Eduardo Enrique...
Varios señores diputados.- ¡Están ausentes!
SRA. CAMAÑO... Argumedo, Alcira Susana; Ciciliani, Alicia Mabel; Cusinato, Gustavo;...
SR. KUNKEL ¿Dónde están? ¡Que levanten la mano los diputados que está nombrando!
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. CAMAÑO ...Flores, Héctor; Forte, Ulises Umberto; Garnero, Estela Ramona; Giubergia, Miguel Angel; Mansur, Ricardo Alfredo; Merlo, Mario Raúl; Michetti, Marta Gabriela; Peralta, Fabián Francisco; Puerta, Federico Ramón, y Re, Hilma Leonor.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Le está pidiendo una interrupción la señora diputada...
SRA. CAMAÑO No la concedo.
SR. KUNKEL ¡Basta que no quemen las urnas!
SRA. CAMAÑO Por la Comisión de Comunicaciones e Informática los señores diputados: Cusinato, Gustavo; Satragno, Lidia Elsa; Zavallo, Gustavo Marcelo; Argumedo, Alcira Susana; Comi, Carlos Marcelo; Faustinelli, Hipólito; Garnero, Estela Ramona; Giúdici, Silvana Myriam; Iglesias, Fernando Adolfo; Martínez, Julio César; Pinedo, Federico; Stolbizer, Margarita Rosa, y Thomas, Enrique Luis.
Varios señores diputados.- ¡No está el diputado Martínez!
Varios señores diputados.- ¡No está el diputado Martínez!
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. CAMAÑO Por la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento los señores diputados: Bertol, Paula María; Carca, Elisa Beatriz; Rodríguez, Marcela Virginia; Alonso, Laura; Aspiazu, Lucio Bernardo; Carranza, Carlos Alberto; Castaldo, Norah Susana; Cremer de Busti, María Cristina;...
SR. KUNKEL ¡No está!
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. CAMAÑO ...Fortuna, Francisco José; Giubergia, Miguel Angel; Giúdici, Silvana Myriam; Lanceta, Rubén Orfel; Milman, Gerardo Fabián; Solá, Felipe Carlos, y Terada, Alicia.
Por la Comisión de Asuntos Constitucionales la diputada que les habla, Graciela Camaño, y los señores diputados: Pérez, Adrián; Alonso, Laura; Tunessi, Juan Pedro; Alfonsín, Ricardo Luis; Bullrich, Patricia; Buryaile, Ricardo; Carranza, Carlos Alberto;
Castaldo, Norah Susana; Fein, Mónica Haydé; Ferrari, Gustavo Alfredo Horacio; Forconi, Juan Carlos; Gil Lavedra, Ricardo Rodolfo; Lanceta, Rubén Orfel; Merlo, Mario Raúl; Rodríguez, Marcela, y Stolbizer, Margarita Rosa.
Por la Comisión de Libertad de Expresión los señores diputados: Giudici, Silvana Myriam; Bullrich, Patricia; Carranza, Carlos Alberto; Molas, Pedro Omar; Atanasof, Alfredo Néstor; Barbieri, Mario Leandro; Bertol, Paula María; Casañas, Juan Francisco; Cusinato, Gustavo; Iglesias, Fernando Adolfo; Quiroga, Horacio Rodolfo; Quiroz, Elsa Siria; Solá, Felipe Carlos; Thomas, Enrique Luis, y Videla, Nora Esther.
Todos estos legisladores, que constituimos la mayoría de los legisladores de esta reunión conjunta, estamos en absoluto desacuerdo con que en el día de hoy se dictamine, y proponemos la constitución de una agenda de trabajo.
Debe quedar constancia de que no estamos en el marco del artículo 108, pues al momento de comenzar a funcionar las cinco comisiones teníamos el quórum debido. Que quede constancia. Me importa que los taquígrafos lo tomen. La firma de todos estos nombres está a su disposición y a disposición de los diputados que quieran. (Aplausos.)
Por la Comisión de Asuntos Constitucionales la diputada que les habla, Graciela Camaño, y los señores diputados: Pérez, Adrián; Alonso, Laura; Tunessi, Juan Pedro; Alfonsín, Ricardo Luis; Bullrich, Patricia; Buryaile, Ricardo; Carranza, Carlos Alberto;
Castaldo, Norah Susana; Fein, Mónica Haydé; Ferrari, Gustavo Alfredo Horacio; Forconi, Juan Carlos; Gil Lavedra, Ricardo Rodolfo; Lanceta, Rubén Orfel; Merlo, Mario Raúl; Rodríguez, Marcela, y Stolbizer, Margarita Rosa.
Por la Comisión de Libertad de Expresión los señores diputados: Giudici, Silvana Myriam; Bullrich, Patricia; Carranza, Carlos Alberto; Molas, Pedro Omar; Atanasof, Alfredo Néstor; Barbieri, Mario Leandro; Bertol, Paula María; Casañas, Juan Francisco; Cusinato, Gustavo; Iglesias, Fernando Adolfo; Quiroga, Horacio Rodolfo; Quiroz, Elsa Siria; Solá, Felipe Carlos; Thomas, Enrique Luis, y Videla, Nora Esther.
Todos estos legisladores, que constituimos la mayoría de los legisladores de esta reunión conjunta, estamos en absoluto desacuerdo con que en el día de hoy se dictamine, y proponemos la constitución de una agenda de trabajo.
Debe quedar constancia de que no estamos en el marco del artículo 108, pues al momento de comenzar a funcionar las cinco comisiones teníamos el quórum debido. Que quede constancia. Me importa que los taquígrafos lo tomen. La firma de todos estos nombres está a su disposición y a disposición de los diputados que quieran. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Señor diputado Vega: la señora diputada García le pide una interrupción, ¿la concede?
SR. VEGA Usted conduce. Se la voy a dar, pero le pido a usted que conduce que las interrupciones sean un poco más breves.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Continúe en el uso de la palabra, señor diputado Vega.
SR. VEGA Señora presidenta: lo mío apunta simplemente a algunas reflexiones dirigidas, sobre todo, a los compañeros del bloque oficialista, para ver si es posible darle un poco de prudencia y de madurez a este debate que yo creo que está como salido de rumbo.
La primera reflexión hace a esta extraña interpretación de la producción de papel que hizo al comienzo el diputado Vargas Aignasse. Dice Vargas Aignasse que la producción de papel hoy está en declive económico. En este sentido, le recuerdo que la inversión hecha por Botnia en Fray Bentos es de 1.500 millones de dólares; el 20 por ciento del producto bruto interno del Uruguay es lo que costó la instalación de la empresa Botnia -hoy UPM- frente de Gualeguaychú, sin contar las plantaciones de eucalyptus globulus, que hoy incluyen aproximadamente casi una cuarta parte del territorio del Uruguay. Aclaro esto para decir que hoy sigue siendo un excelente negocio la producción de papel y no es, como creo yo dijo el diputado Vargas Aignasse, una producción económica en declive.
Una segunda aclaración, y siempre con el ánimo de contribuir a darle sensatez a este debate, es que el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, al que han recurrido casi todos los bloques en defensa de sus posiciones, es un artículo que forma parte de la legalidad constitucional argentina, como todos sabemos. Pero esa norma no debe ser interpretada con el criterio que cada uno cree que dice, sino por lo que dice la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina.
Aclaro que la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina se ha expresado con respecto al alcance del artículo 13 en el caso de la intervención de Corrientes, y ha dicho dos cosas que son singulares: la legalidad supranacional se interpreta en paquete con la jurisdicción supranacional. No hay otra interpretación válida para la Corte Suprema argentina de la legalidad supranacional que no sea esa que dice la jurisdicción supranacional.
¿Y qué dice la Corte Interamericana de Derechos Humanos con respecto al artículo 13? Leo textualmente. En el caso Baruch Ivcher Bronstein versus Perú, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, analizando el artículo 13 dijo lo siguiente: "Al evaluar una supuesta restricción o limitación a la libertad de expresión, el Tribunal..." -en este caso, el Congreso de la Nación- "... no debe sujetarse únicamente al estudio del acto en cuestión sino que debe igualmente examinar dicho acto a la luz de los hechos del caso en su totalidad, incluyendo las circunstancias y el contexto en el que éstos se presentaron."
¿Qué quiere decir esto? Que para analizar la legalidad del proyecto del Poder Ejecutivo tenemos que interpretar el contexto. ¿Cuál es el contexto? Kirchner versus Clarín. No hay otra pauta de interpretación que no sea esta feroz pelea de nuestro ex presidente Kirchner contra Clarín. Ese es el contexto inevitable de interpretación del proyecto del Poder Ejecutivo. Y si ese es el contexto interpretativo al que nos lleva la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no podemos decir que el verdadero interés protegido por el proyecto sea la libertad de expresión.
El artículo 13, dice la Corte Interamericana, consagra el derecho del ciudadano, y este es el termómetro de este proyecto de ley, y este es el fundamento de por qué estoy pidiendo al bloque del oficialismo que tengamos sensatez.
El artículo 13 garantiza el derecho del ciudadano. No interesa el monopolio estatal o el monopolio privado: interesa como garantizamos mejor y más eficazmente el derecho del ciudadano. ¿Derecho a que? A tener una prensa libre, plural y veraz.
Si llegamos a la conclusión de que el proyecto del Ejecutivo garantiza al ciudadano argentino el derecho a acceder a una información libre, plural y veraz, lo voto, señora presidenta.
Si, por el contrario, este proyecto que declara la utilidad pública, es uno que está incluido dentro de una feroz lucha Kirchner versus Clarín, no garantiza al ciudadano los derechos del artículo 13 y, en consecuencia, no conviene al ciudadano argentino.
Cuarto punto, y siempre con el ánimo de llevar a los compañeros del bloque oficialista a la sensatez de decir: "Esperemos un poco, analicemos un poco más". El proyecto también habla de la relación prensa-poder.
Como bien dijo el diputado Alejandro Rossi, no es ninguna novedad en la sociología política hablar de la difícil relación que existió siempre entre la prensa y el poder, por la sencilla razón de que al poder no le gusta que lo controlen y a la prensa le gusta meterse en los meandros del poder. Esto siempre fue así.
Pero también es cierto que la libertad de prensa no es sólo el artículo 13 sino también la primera enmienda de la Constitución americana,
en base a la cual nosotros en la Constitución del 53 y 60 tuvimos que demorar siete años para lograr que la provincia de Buenos Aires se integre al país, justamente por la libertad de prensa, y por el artículo 32 de la Constitución Nacional.
De todas formas, coincido con el diputado Rossi en el sentido de que la difícil relación prensa poder no creo que la vayamos a solucionar con este proyecto.
Mi última reflexión está relacionada con un tema que me es particularmente sensible como es el tema de derechos humanos.
Se dice en el proyecto que la compra de Papel Prensa se parió y se gestó en un contexto de crímenes de lesa humanidad. Yo creo que hay que ser muy serio en este tema y hablar con mucha propiedad. Los crímenes de lesa humanidad están legislados en el artículo 7 -como lo sabe cualquier especialista en derechos humanos- del Tratado de Roma. En este caso no hay ningún indicador que me pueda decir que estamos en presencia de un crimen de lesa humanidad.
Eso no quiere decir que las operaciones de compra de volúmenes económicos significativos en la década del terrorismo de Estado hayan sido limpias. Siempre necesitaron contar con colaboración y el aval, pero de ahí a declarar dogmáticamente que estamos en presencia de la figura del artículo 7 del Tratado de Roma -crímenes de lesa humanidad- es absolutamente dogmático, irrelevante y liviano jurídicamente.
¿Qué estamos haciendo, diputado Rossi? Estamos haciendo algo que ni a usted ni a mí nos gusta: usar livianamente el tema de derechos humanos.
Termino señalando lo siguiente: creo que este proyecto es liviano y merece un análisis más detallado para buscar el consenso sobre la base de la seriedad en el diálogo. Esto no puede ser considerado como una pelea Kirchner versus Clarín. Por eso, solicito al bloque oficialista que nos de un tiempo de espera para analizar con más detenimiento. Desde lo personal prometo poner toda mi honestidad intelectual para tratar de sacar el mejor proyecto, pero pido prudencia al oficialismo.
La primera reflexión hace a esta extraña interpretación de la producción de papel que hizo al comienzo el diputado Vargas Aignasse. Dice Vargas Aignasse que la producción de papel hoy está en declive económico. En este sentido, le recuerdo que la inversión hecha por Botnia en Fray Bentos es de 1.500 millones de dólares; el 20 por ciento del producto bruto interno del Uruguay es lo que costó la instalación de la empresa Botnia -hoy UPM- frente de Gualeguaychú, sin contar las plantaciones de eucalyptus globulus, que hoy incluyen aproximadamente casi una cuarta parte del territorio del Uruguay. Aclaro esto para decir que hoy sigue siendo un excelente negocio la producción de papel y no es, como creo yo dijo el diputado Vargas Aignasse, una producción económica en declive.
Una segunda aclaración, y siempre con el ánimo de contribuir a darle sensatez a este debate, es que el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, al que han recurrido casi todos los bloques en defensa de sus posiciones, es un artículo que forma parte de la legalidad constitucional argentina, como todos sabemos. Pero esa norma no debe ser interpretada con el criterio que cada uno cree que dice, sino por lo que dice la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina.
Aclaro que la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina se ha expresado con respecto al alcance del artículo 13 en el caso de la intervención de Corrientes, y ha dicho dos cosas que son singulares: la legalidad supranacional se interpreta en paquete con la jurisdicción supranacional. No hay otra interpretación válida para la Corte Suprema argentina de la legalidad supranacional que no sea esa que dice la jurisdicción supranacional.
¿Y qué dice la Corte Interamericana de Derechos Humanos con respecto al artículo 13? Leo textualmente. En el caso Baruch Ivcher Bronstein versus Perú, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, analizando el artículo 13 dijo lo siguiente: "Al evaluar una supuesta restricción o limitación a la libertad de expresión, el Tribunal..." -en este caso, el Congreso de la Nación- "... no debe sujetarse únicamente al estudio del acto en cuestión sino que debe igualmente examinar dicho acto a la luz de los hechos del caso en su totalidad, incluyendo las circunstancias y el contexto en el que éstos se presentaron."
¿Qué quiere decir esto? Que para analizar la legalidad del proyecto del Poder Ejecutivo tenemos que interpretar el contexto. ¿Cuál es el contexto? Kirchner versus Clarín. No hay otra pauta de interpretación que no sea esta feroz pelea de nuestro ex presidente Kirchner contra Clarín. Ese es el contexto inevitable de interpretación del proyecto del Poder Ejecutivo. Y si ese es el contexto interpretativo al que nos lleva la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no podemos decir que el verdadero interés protegido por el proyecto sea la libertad de expresión.
El artículo 13, dice la Corte Interamericana, consagra el derecho del ciudadano, y este es el termómetro de este proyecto de ley, y este es el fundamento de por qué estoy pidiendo al bloque del oficialismo que tengamos sensatez.
El artículo 13 garantiza el derecho del ciudadano. No interesa el monopolio estatal o el monopolio privado: interesa como garantizamos mejor y más eficazmente el derecho del ciudadano. ¿Derecho a que? A tener una prensa libre, plural y veraz.
Si llegamos a la conclusión de que el proyecto del Ejecutivo garantiza al ciudadano argentino el derecho a acceder a una información libre, plural y veraz, lo voto, señora presidenta.
Si, por el contrario, este proyecto que declara la utilidad pública, es uno que está incluido dentro de una feroz lucha Kirchner versus Clarín, no garantiza al ciudadano los derechos del artículo 13 y, en consecuencia, no conviene al ciudadano argentino.
Cuarto punto, y siempre con el ánimo de llevar a los compañeros del bloque oficialista a la sensatez de decir: "Esperemos un poco, analicemos un poco más". El proyecto también habla de la relación prensa-poder.
Como bien dijo el diputado Alejandro Rossi, no es ninguna novedad en la sociología política hablar de la difícil relación que existió siempre entre la prensa y el poder, por la sencilla razón de que al poder no le gusta que lo controlen y a la prensa le gusta meterse en los meandros del poder. Esto siempre fue así.
Pero también es cierto que la libertad de prensa no es sólo el artículo 13 sino también la primera enmienda de la Constitución americana,
en base a la cual nosotros en la Constitución del 53 y 60 tuvimos que demorar siete años para lograr que la provincia de Buenos Aires se integre al país, justamente por la libertad de prensa, y por el artículo 32 de la Constitución Nacional.
De todas formas, coincido con el diputado Rossi en el sentido de que la difícil relación prensa poder no creo que la vayamos a solucionar con este proyecto.
Mi última reflexión está relacionada con un tema que me es particularmente sensible como es el tema de derechos humanos.
Se dice en el proyecto que la compra de Papel Prensa se parió y se gestó en un contexto de crímenes de lesa humanidad. Yo creo que hay que ser muy serio en este tema y hablar con mucha propiedad. Los crímenes de lesa humanidad están legislados en el artículo 7 -como lo sabe cualquier especialista en derechos humanos- del Tratado de Roma. En este caso no hay ningún indicador que me pueda decir que estamos en presencia de un crimen de lesa humanidad.
Eso no quiere decir que las operaciones de compra de volúmenes económicos significativos en la década del terrorismo de Estado hayan sido limpias. Siempre necesitaron contar con colaboración y el aval, pero de ahí a declarar dogmáticamente que estamos en presencia de la figura del artículo 7 del Tratado de Roma -crímenes de lesa humanidad- es absolutamente dogmático, irrelevante y liviano jurídicamente.
¿Qué estamos haciendo, diputado Rossi? Estamos haciendo algo que ni a usted ni a mí nos gusta: usar livianamente el tema de derechos humanos.
Termino señalando lo siguiente: creo que este proyecto es liviano y merece un análisis más detallado para buscar el consenso sobre la base de la seriedad en el diálogo. Esto no puede ser considerado como una pelea Kirchner versus Clarín. Por eso, solicito al bloque oficialista que nos de un tiempo de espera para analizar con más detenimiento. Desde lo personal prometo poner toda mi honestidad intelectual para tratar de sacar el mejor proyecto, pero pido prudencia al oficialismo.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Ziegler.
SR. ZIEGLER Señora presidenta: la verdad es que de chico -yo también lo fui- me enseñaron que para sostener algo hay que afirmarse sobre tierra firme.
A veces cuando escucho argumentaciones o juzgamiento de cómo se está manejando desde la Comisión este tema, creo que nos juzgan por su condición. La verdad es que he participado en muchas comisiones donde me han tratado con mucho menos deferencia de cómo hoy se está tratando el tema aquí.
Yendo específicamente a la cuestión, creo que a este proyecto se lo puede abordar por varias áreas. Por un lado, y aquí varios lo explicaron cuando fuimos a las audiencias públicas creo que nos enriquecieron y por respeto a las personas que lo hablaron porque lo hicieron desde su propia experiencia de vida, no lo voy a abordar, pero es la historia y el modo en que algunos se apropiaron de esta empresa.
Pero creo que podemos abordarlo desde el punto de vista de lo que aquí también se habló mucho, que es el tema de la libertad de expresión. No me parece razonable decir que se esté yendo en contra de la libertad de expresión, mucho menos cuando hablamos de un gobierno que impulsó -seguramente acompañado por algunos bloques más- la ley de medios audiovisuales y la televisión digital para todos.
Finalmente, mucho menos aún cuando ayer se anunció la distribución de la red de fibra óptica para el acceso universal a Internet, que según entiendo es un medio bastante difícil de manejar.
Si nos remitimos a estos hechos, advertiremos claramente que no se está buscando tener el manejo del insumo utilizado por los medios gráficos para la expresión de las ideas.
No me parece razonable que se crea que en esas argumentaciones hay limitaciones para avanzar con este proyecto.
Por otra parte, me gustaría abordar un tema que afecta mucho a la provincia de Misiones. Concretamente, quiero solidarizarme con los trabajadores de la papelera más grande que tiene nuestra provincia, que está cerrando algunos de sus sectores dejando así a centenares de empleados en la calle. La empresa ha llegado a esta situación no porque tenga pérdidas sino porque no puede maximizar la renta de capital, sin que importe en absoluto el empobrecimiento del territorio.
Hace un rato se citó el caso de Fray Bentos. Cuando se habla de actividades económicas y productivas, es interesante ver cómo se distribuye la riqueza generada. Cuando se dispone de un territorio y gran parte de los factores de producción -en este caso concreto es la tierra, un factor de producción cada vez más escaso- están en manos de una actividad que cuando comercializa el producto, éste se transforma en una materia prima destinada a un proceso industrial, si dicho proceso se reduce fuertemente a un oligopsonio o un monopsonio tiene lugar una gran concentración de la riqueza, que de esa manera no es distribuida en el territorio.
En la otra punta, si esa misma materia prima o ese mismo producido industrial se involucra en un proceso de fabricación de un bien que para muchos es indispensable, se genera la condición monopólica.
En este doble embudo de concentración de la riqueza, evidentemente lo que queda garantizado para unos pocos es la concentración del poder económico, que traerá como consecuencia, por un lado, el manejo en cualquier circunstancia de la distribución de la riqueza en el territorio y, por el otro, la decisión de a quién se ofrece el insumo en cuestión para que puedan ser expresados con absoluta libertad los pensamientos y las ideas.
El bloque Renovador, que forma parte del bloque del Frente para la Victoria, entiende que nos encontramos claramente ante una lucha por encontrar los mecanismos legales adecuados para garantizar la distribución equitativa de la riqueza en el territorio.
Por eso, sólo nos resta acompañar esta búsqueda de las herramientas institucionales que aseguren la intervención del Estado, a fin de garantizar el acceso universal a este insumo por parte de todos los medios gráficos a un precio razonable. También es importante que, considerando el concepto de producción forestal, la futura norma establezca un principio básico para encontrar el camino que permita distribuir con mayor equidad la riqueza generada en cada uno de nuestros territorios.
A veces cuando escucho argumentaciones o juzgamiento de cómo se está manejando desde la Comisión este tema, creo que nos juzgan por su condición. La verdad es que he participado en muchas comisiones donde me han tratado con mucho menos deferencia de cómo hoy se está tratando el tema aquí.
Yendo específicamente a la cuestión, creo que a este proyecto se lo puede abordar por varias áreas. Por un lado, y aquí varios lo explicaron cuando fuimos a las audiencias públicas creo que nos enriquecieron y por respeto a las personas que lo hablaron porque lo hicieron desde su propia experiencia de vida, no lo voy a abordar, pero es la historia y el modo en que algunos se apropiaron de esta empresa.
Pero creo que podemos abordarlo desde el punto de vista de lo que aquí también se habló mucho, que es el tema de la libertad de expresión. No me parece razonable decir que se esté yendo en contra de la libertad de expresión, mucho menos cuando hablamos de un gobierno que impulsó -seguramente acompañado por algunos bloques más- la ley de medios audiovisuales y la televisión digital para todos.
Finalmente, mucho menos aún cuando ayer se anunció la distribución de la red de fibra óptica para el acceso universal a Internet, que según entiendo es un medio bastante difícil de manejar.
Si nos remitimos a estos hechos, advertiremos claramente que no se está buscando tener el manejo del insumo utilizado por los medios gráficos para la expresión de las ideas.
No me parece razonable que se crea que en esas argumentaciones hay limitaciones para avanzar con este proyecto.
Por otra parte, me gustaría abordar un tema que afecta mucho a la provincia de Misiones. Concretamente, quiero solidarizarme con los trabajadores de la papelera más grande que tiene nuestra provincia, que está cerrando algunos de sus sectores dejando así a centenares de empleados en la calle. La empresa ha llegado a esta situación no porque tenga pérdidas sino porque no puede maximizar la renta de capital, sin que importe en absoluto el empobrecimiento del territorio.
Hace un rato se citó el caso de Fray Bentos. Cuando se habla de actividades económicas y productivas, es interesante ver cómo se distribuye la riqueza generada. Cuando se dispone de un territorio y gran parte de los factores de producción -en este caso concreto es la tierra, un factor de producción cada vez más escaso- están en manos de una actividad que cuando comercializa el producto, éste se transforma en una materia prima destinada a un proceso industrial, si dicho proceso se reduce fuertemente a un oligopsonio o un monopsonio tiene lugar una gran concentración de la riqueza, que de esa manera no es distribuida en el territorio.
En la otra punta, si esa misma materia prima o ese mismo producido industrial se involucra en un proceso de fabricación de un bien que para muchos es indispensable, se genera la condición monopólica.
En este doble embudo de concentración de la riqueza, evidentemente lo que queda garantizado para unos pocos es la concentración del poder económico, que traerá como consecuencia, por un lado, el manejo en cualquier circunstancia de la distribución de la riqueza en el territorio y, por el otro, la decisión de a quién se ofrece el insumo en cuestión para que puedan ser expresados con absoluta libertad los pensamientos y las ideas.
El bloque Renovador, que forma parte del bloque del Frente para la Victoria, entiende que nos encontramos claramente ante una lucha por encontrar los mecanismos legales adecuados para garantizar la distribución equitativa de la riqueza en el territorio.
Por eso, sólo nos resta acompañar esta búsqueda de las herramientas institucionales que aseguren la intervención del Estado, a fin de garantizar el acceso universal a este insumo por parte de todos los medios gráficos a un precio razonable. También es importante que, considerando el concepto de producción forestal, la futura norma establezca un principio básico para encontrar el camino que permita distribuir con mayor equidad la riqueza generada en cada uno de nuestros territorios.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Basteiro.
SR. BASTEIRO Señora presidenta: mi presencia en esta reunión se justifica en el hecho de que soy autor de uno de los proyectos de ley tendientes a declarar de interés público la elaboración, producción y comercialización de la pasta celulosa.
Como miembro del bloque Nuevo Encuentro Popular y Solidario e integrante de la Comisión de Comunicaciones e Informática, seguramente el señor diputado Sabbatella ya ha firmado el dictamen. Entendemos que quizás el mérito más importante que tuvo esta actitud del Poder Ejecutivo de enviar un proyecto de ley al Parlamento, fue poner en la agenda la necesidad de reglamentar y regular la provisión de pasta celulosa y de papel para diarios.
Creo que el dictamen que se está pasando para la firma de los diferentes diputados no tiene nada que ver con ese proyecto que remitió del Poder Ejecutivo. Es una iniciativa que mejora ostensiblemente las pautas que planteaba el proyecto del Poder Ejecutivo. Como ya se repitió en más de una oportunidad, nuestra propuesta es producto de un trabajo realizado por la diputada Merchán, a la que muchos de nosotros hicimos aportes, pero queda claro que es una iniciativa que incluso tiene bastante tiempo de discusión dentro de la propia dinámica parlamentaria. Me parece que es un tema para destacar, primero, para sacar ese discurso que se quiere imponer que estamos llevando adelante la firma de un proyecto que impone el Poder Ejecutivo. Lo que estamos firmando hoy, lo que se está discutiendo hoy, nada tiene que ver con lo que aportó el Ejecutivo. A lo sumo, repito, es el tema de ponerlo en la agenda.
Creo que es muy importante establecer algunos de los puntos principales del dictamen. Me parece importante la declaración de interés público, el aporte que hemos hecho al cual después me voy a referir puntualmente, también para contestar algunas de las cuestiones que se estuvieron escuchando en el debate respecto de cómo trabaja Papel Prensa en la comercialización y los costos de producción de la pasta de celulosa.
El aporte nuestro fue que se sumase a la necesidad de la comercialización, la distribución y la producción de la pasta de celulosa la actividad forestal. Tengamos en cuenta que la actividad papelera utiliza la madera de los árboles que provienen de la segunda y la tercera sección del Delta, y entonces esto está amparado en el proyecto, lo cual nos satisface.
Entre otros puntos fundamentales está la búsqueda de un precio igualitario, que es un tema que ayuda a democratizar el acceso al papel para los diarios, principalmente los del interior, que han sido subyugados y desatendidos por la proveedora más importante de papel en la Argentina, que es la que tiene la posición dominante.
La autoridad de aplicación justamente es lo que diferencia el dictamen del proyecto que viene del Ejecutivo. Es una autoridad de aplicación que tiene participación de usuarios, trabajadores y de diferentes niveles de representación de los diferentes actores de la actividad, donde se regula y especifica muy claramente cuáles son sus derechos y obligaciones.
Posteriormente, en el capítulo IV, el control parlamentario no es un tema menor. Hemos acordado que hubiese una manera más participativa y no solamente que esa comisión parlamentaria se integre -como pasa casi siempre- con los bloques mayoritarios y que tenga una participación y abra la posibilidad de integración a los bloques menores de esta Cámara de Diputados.
Después, el Registro Único de Diarios permitiría trabajar sobre el capítulo II, que es el hecho del acceso al papel de diario en los diarios de menor porte del interior del país.
En función de estas cuestiones, entendemos que el proyecto está para acompañarlo, para firmarlo y, a partir de este hecho, quiero referirme a algunas de las cuestiones que estuve escuchando durante toda la tarde, más que nada sobre el procedimiento que siguió esta comisión, sobre la validez de esta reunión y sobre la legitimidad de las audiencias públicas. Al respecto, quiero plantearle a la mayoría de los diputados del "grupo A" -como le gusta decir a la diputada Bullrich- que si hoy estamos debatiendo y está presidiendo esta comisión la diputada Di Tullio es porque desde el día 15 de septiembre en adelante el "grupo A" intentó llevar adelante reuniones o lograr quórum para debatir en el recinto de la Honorable Cámara el cambio de giro.
Esto lo sabemos todos. Nos hemos cansado de leer en los diarios uno o dos días antes de la sesión que ese mismo día miércoles iban a cambiar los giros. Estuvimos más de un mes y medio viendo si esto se provocaba, y si esto no sucedió así es por la incapacidad que tiene el "Grupo A" de lograr quórum y de poder acordar mínimamente un tema que hoy quiere venir a imponer, con un pase de lista y una firma -cuando nadie puede ver si están o no presentes los diputados-, lo que no pudieron lograr juntando quórum donde se debe, que es en el recinto, en una sesión especial para tratar ese tema.
Como miembro del bloque Nuevo Encuentro Popular y Solidario e integrante de la Comisión de Comunicaciones e Informática, seguramente el señor diputado Sabbatella ya ha firmado el dictamen. Entendemos que quizás el mérito más importante que tuvo esta actitud del Poder Ejecutivo de enviar un proyecto de ley al Parlamento, fue poner en la agenda la necesidad de reglamentar y regular la provisión de pasta celulosa y de papel para diarios.
Creo que el dictamen que se está pasando para la firma de los diferentes diputados no tiene nada que ver con ese proyecto que remitió del Poder Ejecutivo. Es una iniciativa que mejora ostensiblemente las pautas que planteaba el proyecto del Poder Ejecutivo. Como ya se repitió en más de una oportunidad, nuestra propuesta es producto de un trabajo realizado por la diputada Merchán, a la que muchos de nosotros hicimos aportes, pero queda claro que es una iniciativa que incluso tiene bastante tiempo de discusión dentro de la propia dinámica parlamentaria. Me parece que es un tema para destacar, primero, para sacar ese discurso que se quiere imponer que estamos llevando adelante la firma de un proyecto que impone el Poder Ejecutivo. Lo que estamos firmando hoy, lo que se está discutiendo hoy, nada tiene que ver con lo que aportó el Ejecutivo. A lo sumo, repito, es el tema de ponerlo en la agenda.
Creo que es muy importante establecer algunos de los puntos principales del dictamen. Me parece importante la declaración de interés público, el aporte que hemos hecho al cual después me voy a referir puntualmente, también para contestar algunas de las cuestiones que se estuvieron escuchando en el debate respecto de cómo trabaja Papel Prensa en la comercialización y los costos de producción de la pasta de celulosa.
El aporte nuestro fue que se sumase a la necesidad de la comercialización, la distribución y la producción de la pasta de celulosa la actividad forestal. Tengamos en cuenta que la actividad papelera utiliza la madera de los árboles que provienen de la segunda y la tercera sección del Delta, y entonces esto está amparado en el proyecto, lo cual nos satisface.
Entre otros puntos fundamentales está la búsqueda de un precio igualitario, que es un tema que ayuda a democratizar el acceso al papel para los diarios, principalmente los del interior, que han sido subyugados y desatendidos por la proveedora más importante de papel en la Argentina, que es la que tiene la posición dominante.
La autoridad de aplicación justamente es lo que diferencia el dictamen del proyecto que viene del Ejecutivo. Es una autoridad de aplicación que tiene participación de usuarios, trabajadores y de diferentes niveles de representación de los diferentes actores de la actividad, donde se regula y especifica muy claramente cuáles son sus derechos y obligaciones.
Posteriormente, en el capítulo IV, el control parlamentario no es un tema menor. Hemos acordado que hubiese una manera más participativa y no solamente que esa comisión parlamentaria se integre -como pasa casi siempre- con los bloques mayoritarios y que tenga una participación y abra la posibilidad de integración a los bloques menores de esta Cámara de Diputados.
Después, el Registro Único de Diarios permitiría trabajar sobre el capítulo II, que es el hecho del acceso al papel de diario en los diarios de menor porte del interior del país.
En función de estas cuestiones, entendemos que el proyecto está para acompañarlo, para firmarlo y, a partir de este hecho, quiero referirme a algunas de las cuestiones que estuve escuchando durante toda la tarde, más que nada sobre el procedimiento que siguió esta comisión, sobre la validez de esta reunión y sobre la legitimidad de las audiencias públicas. Al respecto, quiero plantearle a la mayoría de los diputados del "grupo A" -como le gusta decir a la diputada Bullrich- que si hoy estamos debatiendo y está presidiendo esta comisión la diputada Di Tullio es porque desde el día 15 de septiembre en adelante el "grupo A" intentó llevar adelante reuniones o lograr quórum para debatir en el recinto de la Honorable Cámara el cambio de giro.
Esto lo sabemos todos. Nos hemos cansado de leer en los diarios uno o dos días antes de la sesión que ese mismo día miércoles iban a cambiar los giros. Estuvimos más de un mes y medio viendo si esto se provocaba, y si esto no sucedió así es por la incapacidad que tiene el "Grupo A" de lograr quórum y de poder acordar mínimamente un tema que hoy quiere venir a imponer, con un pase de lista y una firma -cuando nadie puede ver si están o no presentes los diputados-, lo que no pudieron lograr juntando quórum donde se debe, que es en el recinto, en una sesión especial para tratar ese tema.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. BASTEIRO Digo esto en virtud de que algún diputado dijo que no estaba enterado o que no sabía cuál era el dictamen o cuáles eran los temas que estamos discutiendo.
No se entera el que no quiere. Me temo que esa es una mentira, es una cuestión de falsear o de esconder la realidad. No se enteró del dictamen o de los proyectos que están en discusión porque no quiso. Sencillamente, es cuestión de sentarse frente a la computadora para poder encontrarlos en la página web de la Cámara, estudiarlos y luego venir aquí a dar la discusión puntual sobre los diferentes temas, en lugar de decir que no puede discutirlos porque no los conoce.
A partir de este hecho, me parece que están dadas las condiciones para firmar dictamen.
El otro tema puntual y específico es que si aún no se llegó a acumular la cantidad de firmas necesarias para poder pasar el dictamen para que se debata en el recinto, falta muy poco, con lo cual son tan válidas las firmas que están dentro del dictamen como ese listado que hace un rato estaba circulando, al cual dio lectura a la diputada Camaño.
Quiero hacer una mención con respecto a la preocupación que tenían algunos diputados sobre los costos de producción y comercialización que tiene Papel Prensa para elaborar pasta de celulosa.
No sé si ustedes saben que la pasta de celulosa se elabora con tres pastas básicas: la pasta químico mecánica, que es la que sale de la trituración de la madera de sauce y álamo, la pasta de papel reciclado y la pasta química. La pasta de papel reciclado se hace con los diarios viejos de "La Nación" y de "Clarín". Solamente Papel Prensa compra diarios de ayer de "La Nación" y "Clarín", con los que elabora esa pasta de papel reciclado.
Digo esto porque rápidamente voy a dar algunos números de cuánto paga Papel Prensa por el diario viejo y cuánto paga esta empresa por la tonelada de madera que produce la pasta química mecánica, que es el elemento principal para poder hacer el papel, para elaborar esa pasta de celulosa.
Estos datos no son del INDEC sino de los propios balances de Papel Prensa; los datos son de las cooperativas forestales que trabajan en la segunda y tercera sección del delta del Paraná, que vienen trabajando desde hace más de 35 años como proveedores de la materia prima de Papel Prensa. El proyecto también plantea que este es un elemento fundamental para la elaboración de la pasta de celulosa.
Lo importante es que Papel Prensa termina pagando por la producción de la pasta reciclada de papel 232 pesos, mientras que para elaborar la pasta de madera que hace con el álamo y sauce que viene de la zona del delta, paga 255 pesos, es decir, sólo un 8 por ciento más de lo que le cuesta elaborar esa pasta de papel reciclado.
La conclusión es muy clara: Papel Prensa paga la madera muy barata o paga muy caro el papel viejo, tan sólo un 8 por ciento menos que lo que cuesta 10 años de producción de productores forestales que tienen costos de mano de obra, de traslado, etcétera.
Por ese mismo motivo, si el proyecto no atiende concretamente la situación calamitosa que hoy viven esos productores, lamentablemente en unos años no va a existir materia prima en el país para nutrir de madera a las diferentes papeleras.
Esa situación se genera principalmente por la actitud dominante que impone Papel Prensa a esos productores; podríamos decir que es Gulliver contra el gigante. Hay pequeños productores a los que hace treinta años -cuando Papel Prensa empezó su actividad- le garantizaron un cierto nivel de compra de la producción que hacía rentable o atractivo el negocio.
Hoy lamentablemente la posición dominante de Papel Prensa hace que por esa tonelada de madera, sacando todos los costos que tiene de traslado -que están a cargo del productor-, paguen 95 pesos. Tengamos en cuenta que hablamos de pequeños productores que no pueden trabajar más de dos o tres hectáreas por año o por semestre en la poda de esa planta.
De ese modo nos encontramos con que en esa zona de la segunda y tercera sección del delta del Tigre, que hace treinta años tenía más de veinte mil productores, hoy tenga solamente tres mil. De mantenerse este hecho estaríamos perdiendo una zona que no es solamente importante por la producción que puede tener de materia prima y por ser un lugar que genera trabajo y garantiza ingresos a un grupo importante de argentinos, sino principalmente porque se establece en ese lugar un pulmón de oxígeno indispensable para sostener a la gran urbe que es Buenos Aires y el conurbano.
Por ese motivo nosotros vamos a acompañar este proyecto con la firma y esperamos que en el día de hoy podamos sacar despacho para poder debatirlo como corresponde y que se impongan las mayorías como también siempre sucedió. No creo que esto provoque un mal uso del reglamento.
Recientemente el diputado Díaz Roig planteó de qué manera votaron el 82 por ciento móvil. Entonces, no entiendo cuál es el inconveniente de que se ponga en uso el artículo 108 y a partir de ahí debatir el tema en el recinto.
No se entera el que no quiere. Me temo que esa es una mentira, es una cuestión de falsear o de esconder la realidad. No se enteró del dictamen o de los proyectos que están en discusión porque no quiso. Sencillamente, es cuestión de sentarse frente a la computadora para poder encontrarlos en la página web de la Cámara, estudiarlos y luego venir aquí a dar la discusión puntual sobre los diferentes temas, en lugar de decir que no puede discutirlos porque no los conoce.
A partir de este hecho, me parece que están dadas las condiciones para firmar dictamen.
El otro tema puntual y específico es que si aún no se llegó a acumular la cantidad de firmas necesarias para poder pasar el dictamen para que se debata en el recinto, falta muy poco, con lo cual son tan válidas las firmas que están dentro del dictamen como ese listado que hace un rato estaba circulando, al cual dio lectura a la diputada Camaño.
Quiero hacer una mención con respecto a la preocupación que tenían algunos diputados sobre los costos de producción y comercialización que tiene Papel Prensa para elaborar pasta de celulosa.
No sé si ustedes saben que la pasta de celulosa se elabora con tres pastas básicas: la pasta químico mecánica, que es la que sale de la trituración de la madera de sauce y álamo, la pasta de papel reciclado y la pasta química. La pasta de papel reciclado se hace con los diarios viejos de "La Nación" y de "Clarín". Solamente Papel Prensa compra diarios de ayer de "La Nación" y "Clarín", con los que elabora esa pasta de papel reciclado.
Digo esto porque rápidamente voy a dar algunos números de cuánto paga Papel Prensa por el diario viejo y cuánto paga esta empresa por la tonelada de madera que produce la pasta química mecánica, que es el elemento principal para poder hacer el papel, para elaborar esa pasta de celulosa.
Estos datos no son del INDEC sino de los propios balances de Papel Prensa; los datos son de las cooperativas forestales que trabajan en la segunda y tercera sección del delta del Paraná, que vienen trabajando desde hace más de 35 años como proveedores de la materia prima de Papel Prensa. El proyecto también plantea que este es un elemento fundamental para la elaboración de la pasta de celulosa.
Lo importante es que Papel Prensa termina pagando por la producción de la pasta reciclada de papel 232 pesos, mientras que para elaborar la pasta de madera que hace con el álamo y sauce que viene de la zona del delta, paga 255 pesos, es decir, sólo un 8 por ciento más de lo que le cuesta elaborar esa pasta de papel reciclado.
La conclusión es muy clara: Papel Prensa paga la madera muy barata o paga muy caro el papel viejo, tan sólo un 8 por ciento menos que lo que cuesta 10 años de producción de productores forestales que tienen costos de mano de obra, de traslado, etcétera.
Por ese mismo motivo, si el proyecto no atiende concretamente la situación calamitosa que hoy viven esos productores, lamentablemente en unos años no va a existir materia prima en el país para nutrir de madera a las diferentes papeleras.
Esa situación se genera principalmente por la actitud dominante que impone Papel Prensa a esos productores; podríamos decir que es Gulliver contra el gigante. Hay pequeños productores a los que hace treinta años -cuando Papel Prensa empezó su actividad- le garantizaron un cierto nivel de compra de la producción que hacía rentable o atractivo el negocio.
Hoy lamentablemente la posición dominante de Papel Prensa hace que por esa tonelada de madera, sacando todos los costos que tiene de traslado -que están a cargo del productor-, paguen 95 pesos. Tengamos en cuenta que hablamos de pequeños productores que no pueden trabajar más de dos o tres hectáreas por año o por semestre en la poda de esa planta.
De ese modo nos encontramos con que en esa zona de la segunda y tercera sección del delta del Tigre, que hace treinta años tenía más de veinte mil productores, hoy tenga solamente tres mil. De mantenerse este hecho estaríamos perdiendo una zona que no es solamente importante por la producción que puede tener de materia prima y por ser un lugar que genera trabajo y garantiza ingresos a un grupo importante de argentinos, sino principalmente porque se establece en ese lugar un pulmón de oxígeno indispensable para sostener a la gran urbe que es Buenos Aires y el conurbano.
Por ese motivo nosotros vamos a acompañar este proyecto con la firma y esperamos que en el día de hoy podamos sacar despacho para poder debatirlo como corresponde y que se impongan las mayorías como también siempre sucedió. No creo que esto provoque un mal uso del reglamento.
Recientemente el diputado Díaz Roig planteó de qué manera votaron el 82 por ciento móvil. Entonces, no entiendo cuál es el inconveniente de que se ponga en uso el artículo 108 y a partir de ahí debatir el tema en el recinto.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Godoy, pero el señor diputado Pasini le solicita una interrupción, ¿se la concede?
SR. GODOY Sí, señora presidenta.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado Pasini.
SR. PASINI Señora presidenta: al comienzo de este debate usted ordenó la firma de los dictámenes. Entonces, solicito que así se haga, firmemos el dictamen y vayamos al recinto. Ya se dijo todo lo que había que decir. Esto se vuelve redundante y la verdad que lo de recién fue una vergüenza dilatoria porque ya llevamos veintisiete años y no queremos esperar más. Por favor seamos operativos y avancemos en el tema.
SR. GODOY Señora presidenta: en primer lugar la felicito como presidenta de la Comisión de Comercio por el trabajo realizado. La verdad que este tema no es nuevo y se viene debatiendo hace rato.
Somos muchos los que venimos participando en las distintas audiencias que se realizaron en esta Casa promovidas por la Comisión de Comercio. Hemos escuchado a distintos actores y protagonistas que tienen que ver con la comunicación y con la información.
Lo que ocurre es que hay sectores que quieren escuchar a algunos medios. Nosotros nos propusimos escuchar a muchos medios, pequeños y medianos empresarios del interior que con mucho esfuerzo pueden salir con un periódico, con un diario o con una revista.
A nosotros siempre nos dicen que tenemos que mirar para adelante y que no hay que mirar para atrás. Pero a veces esa es una alternativa que se nos presenta como comunidad, como sociedad y como Nación.
Estoy absolutamente convencido de que vamos a caminar con mayor firmeza y mayor claridad si miramos hacia atrás y podemos ir saldando las herencias que tenemos con el pasado.
Sin duda, el análisis sobre el tema de Papel Prensa pone luz sobre lo que ha pasado en la Argentina en los últimos treinta años. Por eso es absolutamente importante y sustancial.
Se ha dicho que tal vez no encontremos coincidencias con algunos sectores. Es cierto, porque tenemos concepciones distintas acerca de cómo debemos construir el país e incluso defendemos intereses diferentes a los que defienden otros.
Creo que en este punto hay que ser muy claro. ¿A qué sectores e intereses defiende el oficialismo y a qué sectores o intereses defiende la oposición? Cuando hablamos sobre Papel Prensa, la respuesta se advierte con absoluta claridad.
Somos muchos los que venimos participando en las distintas audiencias que se realizaron en esta Casa promovidas por la Comisión de Comercio. Hemos escuchado a distintos actores y protagonistas que tienen que ver con la comunicación y con la información.
Lo que ocurre es que hay sectores que quieren escuchar a algunos medios. Nosotros nos propusimos escuchar a muchos medios, pequeños y medianos empresarios del interior que con mucho esfuerzo pueden salir con un periódico, con un diario o con una revista.
A nosotros siempre nos dicen que tenemos que mirar para adelante y que no hay que mirar para atrás. Pero a veces esa es una alternativa que se nos presenta como comunidad, como sociedad y como Nación.
Estoy absolutamente convencido de que vamos a caminar con mayor firmeza y mayor claridad si miramos hacia atrás y podemos ir saldando las herencias que tenemos con el pasado.
Sin duda, el análisis sobre el tema de Papel Prensa pone luz sobre lo que ha pasado en la Argentina en los últimos treinta años. Por eso es absolutamente importante y sustancial.
Se ha dicho que tal vez no encontremos coincidencias con algunos sectores. Es cierto, porque tenemos concepciones distintas acerca de cómo debemos construir el país e incluso defendemos intereses diferentes a los que defienden otros.
Creo que en este punto hay que ser muy claro. ¿A qué sectores e intereses defiende el oficialismo y a qué sectores o intereses defiende la oposición? Cuando hablamos sobre Papel Prensa, la respuesta se advierte con absoluta claridad.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. GODOY Un diputado manifestó en el transcurso de la reunión que este proyecto de ley es un despropósito; dijo que es una iniciativa desopilante. Quiero recordarle que en su momento también se dijo que eran desopilantes la estatización de las jubilaciones, la ley de medios, la aprobación de presupuestos que estiman tasas de crecimiento del 8 o 9 por ciento, la cantidad de obras de infraestructura que se realizan a lo largo y a lo ancho del país, el hecho de haber bajado del 23 al 7 por ciento la tasa de desocupación y la generación de 4 millones de puestos de trabajo.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO La Presidencia solicita a los señores diputados que guarden silencio.
SR. GODOY Entonces, apelo a que seamos serios y responsables.
Cuando la señora presidenta de la Nación habló por cadena nacional hizo referencia a dos temas. Uno de ellos se vincula con la existencia de crímenes de lesa humanidad y con la violación de derechos humanos, que fue derivado a la Justicia. Hay que tener confianza en que ésta se pronuncie sobre hechos que no son menores, ya que en ellos se encuentra la génesis de lo que pasó en la Argentina durante los últimos treinta años.
En lo que se refiere al proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, pienso que algunos no quieren que se trate y por eso intentan dilatarlo. Si no hubiera sido girado a las comisiones de Comercio, de Libertad de Expresión, de Peticiones, Poderes y Reglamento, de Presupuesto y Hacienda y de Comunicaciones e Informática habría ido al archivo, porque hay una negación a debatir acerca de él.
Creo que esto ocurre porque lo que hay que discutir es la existencia de una empresa monopólica que impide la libertad de prensa y de informarse. Justamente, lo que plantea este proyecto de ley es que se declare de interés público la producción, comercialización y distribución del papel para diarios y de la pasta celulosa. También prevé la participación de la Cámara de Diputados a través de una comisión bicameral, y de distintos sectores vinculados con la información y las comunicaciones en el diseño de un esquema regulatorio.
Es necesario impulsar esta iniciativa a fin de dar cumplimiento a principios establecidos en nuestra Constitución y en tratados internacionales. Debemos garantizar la provisión del papel para diarios a todos, tanto a los medios pequeños como a los medianos.
¿Por qué era importante que la oposición participara en las audiencias y escuchara las experiencias de los pequeños y medianos empresarios de medios de comunicación, la realidad de los diarios del interior, etcétera? Al escucharlos, se advierte con absoluta claridad que han sido discriminados, porque ante la inexistencia de precios competitivos los empresarios pequeños y medianos no pudieron competir. Esto significó, lisa y llanamente, que tuvieran que reducir el número de páginas en sus diarios y revistas. En definitiva, esto se tradujo en menos flujo de información y de conocimiento y, por ende, en menos fuentes de trabajo.
Este proyecto de ley favorece la posibilidad de generar un abastecimiento igualitario pero con profundo sentido federal, para que el manejo de este insumo básico para la elaboración de los diarios no esté concentrado.
Por otra parte, quiero decir que es cierto -aunque aquí se ha desmentido- que la empresa Papel Prensa ha estado trabajando por debajo de las posibilidades de su producción.
Ha estado trabajando por debajo de esos límites sin eficiencia, sin hacer ningún tipo de inversión. Esto nos indica que esta empresa se ha dedicado exclusivamente a abastecer de papel a los tres grandes diarios que había en su momento. Así, el resto de los diarios, los del interior, debieron terminar importando papel a un precio un 50 por ciento superior. Esto ha generado desigualdad y discriminación.
Van a advertir que esta es una empresa que está armada de manera vertical, ya que abarca desde la materia prima hasta los insumos básicos. Pero además es una empresa que ha definido discrecionalmente a quién le vende, cuánto le vende y cómo le vende, incurriendo en una absoluta discriminación.
Entonces, lo que propone este proyecto de ley es poner condiciones más igualitarias para que todos puedan acceder a la información mediante una plena vigencia de la libertad de expresión.
Ese es un tema central que tiene que ver con el país en el que queremos avanzar. Digo esto porque los medios, que hoy tienen tal nivel concentración, no discuten sobre la publicidad oficial; lo que quieren discutir es el poder, cómo decidir la agenda del país, cómo construir el país y cómo se inserta en el plano internacional. No quieren discutir un país que distribuya su riqueza, que está en crecimiento e incorporando a distintos sectores de la sociedad.
No seamos ingenuos. Eso es lo que se discute; ese es el debate central. Ahora aparecen las formalidades. Lo que pasa es que no quieren que discutamos esto, que es lo sustancial del proyecto.
Por lo tanto, espero poder avanzar en esto. Si establecemos condiciones de igualdad para todos, seguramente vamos a poder democratizar la información, tener más medios y crear posibilidades para todos.
Acá nadie ha hablado del convenio de sindicación. Este convenio -que firmaron de manera oculta los tres diarios: Clarín, La Nación y La Razón- era una manera de establecer acuerdos -con criterios muy claros- sobre la forma de conducir la empresa. Pero al no darse a conocer se generó un perjuicio en detrimento del resto de los socios y, fundamentalmente, del Estado. Aquí ha habido una actitud de estafa frente al Estado, porque han ocultado información, incluso a los demás socios. Evidentemente, esto los beneficiaba en la medida que compraban diarios a menor precio, creando una profunda desigualdad con otros medios.
Acá se ha dicho en algún momento que el papel va a perder importancia, que va a perder vigencia. Esto no es cierto o es una verdad a medias, porque hoy vemos que muchos de nuestros jóvenes utilizan Google. Un dato indica que el 50 por ciento lee los diarios, pero el 50 por ciento que está conectado recibe la información que viene de los medios escritos, porque se reproducen en la televisión y en las radios. Entonces, nosotros creemos que es fundamental que lo declaremos de interés público y que el Estado tenga un papel preponderante a los fines de que no haya posiciones dominantes en el manejo de este insumo que es básico.
Por otra parte, deseo señalar brevemente, porque este tema está en la Justicia, que acá hubo connivencia. Si uno analiza históricamente qué sucedió va a ver que hubo complicidad entre la dictadura militar y distintos grupos económicos, financieros y mediáticos que permitieron desarrollar un proyecto que tenía objetivos muy claros, vinculados con la exclusión del estado de bienestar que se había conseguido a lo largo de muchos años en la Argentina. En definitiva, esto implicó la desaparición, muerte y tortura de miles de argentinos. Por lo tanto, este no es un tema menor.
Digo esto porque a la desaparición de los cuerpos seguía la desaparición de los símbolos, de las imágenes, de los valores y de las tradiciones. A la infraestructura de los centros clandestinos y de los campos de concentración, le seguía la otra infraestructura, que era la del pensamiento, donde estaban las editoriales de los diarios, donde estaba la opinión de los filósofos, abogados y académicos, que en definitiva proyectaron un país para unos pocos.
Esto es lo que también tenemos que decir sin medias tintas. Hubo asociación y complicidad de "Clarín" y "La Nación" con la dictadura militar para impulsar un país en el que el terrorismo de Estado se adueñó de la Argentina por varios años.
Por eso creo que tenemos que avanzar para que este tema sea debatido en el recinto. No podemos esperar porque todos han tenido la oportunidad de participar en las audiencias públicas. Por eso creo que este tema tiene que ir cerrándose y vamos a reabrir la discusión en el recinto.
Agradezco a la señora presidenta el trabajo que hizo desde la Comisión de Comercio y manifiesto el apoyo de mi bloque al dictamen que hoy vamos a firmar. (Aplausos.)
Cuando la señora presidenta de la Nación habló por cadena nacional hizo referencia a dos temas. Uno de ellos se vincula con la existencia de crímenes de lesa humanidad y con la violación de derechos humanos, que fue derivado a la Justicia. Hay que tener confianza en que ésta se pronuncie sobre hechos que no son menores, ya que en ellos se encuentra la génesis de lo que pasó en la Argentina durante los últimos treinta años.
En lo que se refiere al proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, pienso que algunos no quieren que se trate y por eso intentan dilatarlo. Si no hubiera sido girado a las comisiones de Comercio, de Libertad de Expresión, de Peticiones, Poderes y Reglamento, de Presupuesto y Hacienda y de Comunicaciones e Informática habría ido al archivo, porque hay una negación a debatir acerca de él.
Creo que esto ocurre porque lo que hay que discutir es la existencia de una empresa monopólica que impide la libertad de prensa y de informarse. Justamente, lo que plantea este proyecto de ley es que se declare de interés público la producción, comercialización y distribución del papel para diarios y de la pasta celulosa. También prevé la participación de la Cámara de Diputados a través de una comisión bicameral, y de distintos sectores vinculados con la información y las comunicaciones en el diseño de un esquema regulatorio.
Es necesario impulsar esta iniciativa a fin de dar cumplimiento a principios establecidos en nuestra Constitución y en tratados internacionales. Debemos garantizar la provisión del papel para diarios a todos, tanto a los medios pequeños como a los medianos.
¿Por qué era importante que la oposición participara en las audiencias y escuchara las experiencias de los pequeños y medianos empresarios de medios de comunicación, la realidad de los diarios del interior, etcétera? Al escucharlos, se advierte con absoluta claridad que han sido discriminados, porque ante la inexistencia de precios competitivos los empresarios pequeños y medianos no pudieron competir. Esto significó, lisa y llanamente, que tuvieran que reducir el número de páginas en sus diarios y revistas. En definitiva, esto se tradujo en menos flujo de información y de conocimiento y, por ende, en menos fuentes de trabajo.
Este proyecto de ley favorece la posibilidad de generar un abastecimiento igualitario pero con profundo sentido federal, para que el manejo de este insumo básico para la elaboración de los diarios no esté concentrado.
Por otra parte, quiero decir que es cierto -aunque aquí se ha desmentido- que la empresa Papel Prensa ha estado trabajando por debajo de las posibilidades de su producción.
Ha estado trabajando por debajo de esos límites sin eficiencia, sin hacer ningún tipo de inversión. Esto nos indica que esta empresa se ha dedicado exclusivamente a abastecer de papel a los tres grandes diarios que había en su momento. Así, el resto de los diarios, los del interior, debieron terminar importando papel a un precio un 50 por ciento superior. Esto ha generado desigualdad y discriminación.
Van a advertir que esta es una empresa que está armada de manera vertical, ya que abarca desde la materia prima hasta los insumos básicos. Pero además es una empresa que ha definido discrecionalmente a quién le vende, cuánto le vende y cómo le vende, incurriendo en una absoluta discriminación.
Entonces, lo que propone este proyecto de ley es poner condiciones más igualitarias para que todos puedan acceder a la información mediante una plena vigencia de la libertad de expresión.
Ese es un tema central que tiene que ver con el país en el que queremos avanzar. Digo esto porque los medios, que hoy tienen tal nivel concentración, no discuten sobre la publicidad oficial; lo que quieren discutir es el poder, cómo decidir la agenda del país, cómo construir el país y cómo se inserta en el plano internacional. No quieren discutir un país que distribuya su riqueza, que está en crecimiento e incorporando a distintos sectores de la sociedad.
No seamos ingenuos. Eso es lo que se discute; ese es el debate central. Ahora aparecen las formalidades. Lo que pasa es que no quieren que discutamos esto, que es lo sustancial del proyecto.
Por lo tanto, espero poder avanzar en esto. Si establecemos condiciones de igualdad para todos, seguramente vamos a poder democratizar la información, tener más medios y crear posibilidades para todos.
Acá nadie ha hablado del convenio de sindicación. Este convenio -que firmaron de manera oculta los tres diarios: Clarín, La Nación y La Razón- era una manera de establecer acuerdos -con criterios muy claros- sobre la forma de conducir la empresa. Pero al no darse a conocer se generó un perjuicio en detrimento del resto de los socios y, fundamentalmente, del Estado. Aquí ha habido una actitud de estafa frente al Estado, porque han ocultado información, incluso a los demás socios. Evidentemente, esto los beneficiaba en la medida que compraban diarios a menor precio, creando una profunda desigualdad con otros medios.
Acá se ha dicho en algún momento que el papel va a perder importancia, que va a perder vigencia. Esto no es cierto o es una verdad a medias, porque hoy vemos que muchos de nuestros jóvenes utilizan Google. Un dato indica que el 50 por ciento lee los diarios, pero el 50 por ciento que está conectado recibe la información que viene de los medios escritos, porque se reproducen en la televisión y en las radios. Entonces, nosotros creemos que es fundamental que lo declaremos de interés público y que el Estado tenga un papel preponderante a los fines de que no haya posiciones dominantes en el manejo de este insumo que es básico.
Por otra parte, deseo señalar brevemente, porque este tema está en la Justicia, que acá hubo connivencia. Si uno analiza históricamente qué sucedió va a ver que hubo complicidad entre la dictadura militar y distintos grupos económicos, financieros y mediáticos que permitieron desarrollar un proyecto que tenía objetivos muy claros, vinculados con la exclusión del estado de bienestar que se había conseguido a lo largo de muchos años en la Argentina. En definitiva, esto implicó la desaparición, muerte y tortura de miles de argentinos. Por lo tanto, este no es un tema menor.
Digo esto porque a la desaparición de los cuerpos seguía la desaparición de los símbolos, de las imágenes, de los valores y de las tradiciones. A la infraestructura de los centros clandestinos y de los campos de concentración, le seguía la otra infraestructura, que era la del pensamiento, donde estaban las editoriales de los diarios, donde estaba la opinión de los filósofos, abogados y académicos, que en definitiva proyectaron un país para unos pocos.
Esto es lo que también tenemos que decir sin medias tintas. Hubo asociación y complicidad de "Clarín" y "La Nación" con la dictadura militar para impulsar un país en el que el terrorismo de Estado se adueñó de la Argentina por varios años.
Por eso creo que tenemos que avanzar para que este tema sea debatido en el recinto. No podemos esperar porque todos han tenido la oportunidad de participar en las audiencias públicas. Por eso creo que este tema tiene que ir cerrándose y vamos a reabrir la discusión en el recinto.
Agradezco a la señora presidenta el trabajo que hizo desde la Comisión de Comercio y manifiesto el apoyo de mi bloque al dictamen que hoy vamos a firmar. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la diputada Stolbizer.
SRA. STOLBIZER Señora presidenta: siento que a esta altura de la tarde el debate ha sido importante, profundo e ilustrativo, pero que las posiciones están bastante definidas.
En ese sentido quiero ratificar algo que se ha planteado y que me parece que es necesario reiterar en términos de conceptos sobre el desarrollo y el resultado de esta reunión, que es que el oficialismo ha hecho uso de su condición de minoría en este plenario de comisiones, para firmar un dictamen. Lo ha hecho en uso de una atribución que el reglamento concede para el caso en que las comisiones no lleguen a obtener el quórum necesario para su funcionamiento.
Pero también siento que al mismo tiempo, la mayoría del plenario de las cinco comisiones ha hecho naturalmente el uso de la atribución de su condición, consignando su presencia, manifestando la voluntad de que este tema se siga debatiendo.
Quiero dejar constancia de esto porque me parece que ése es el resultado de cómo se han manifestado las posiciones en el plenario de las comisiones.
La otra cuestión es que nuestro bloque vino a este debate a ratificar la posición que teníamos desde hace bastante tiempo, desde que el proyecto ingresó y desde que escuchamos el mensaje de la presidenta, que coincide en la valoración política y jurídica -porque entiendo que en esos términos es como debe discutirse- con la presentación que hiciera el diputado Gil Lavedra, con la cual coincidimos en sus fundamentos y también en sus calificativos.
Si hacemos un análisis político de la cuestión lo primero que se me ocurre es plantear al oficialismo, a la propia presidenta, a través de su mensaje, que de algunas cuestiones se acordaron un poco tarde, en dos sentidos.
El primero de los sentidos es que creo que la revisión del pasado como está planteada, con la denuncia que aparece en los fundamentos del delito de apropiación y de la comisión de una cantidad de delitos calificados como de lesa humanidad, es por lo menos tardía y extemporánea, lo que pone en cabeza de quienes lo hacen a destiempo una responsabilidad ética muy grande.
En el folio 10 de los fundamentos del mensaje presidencial se dice: "En ese clima de inseguridades comienzan a producirse los hechos con un vértigo de fechas que realmente revelan que, como la mayoría de los argentinos, quienes suscribieron contratos lo hicieron sin libertad, ya que únicamente contaban con libertad ambulatoria. En realidad..." -dice el proyecto textualmente- "...la mayoría de los argentinos estaba en esos momentos en libertad condicional."
Me pregunto de qué manera el oficialismo va a asumir los costos en términos jurídicos de sentar un precedente de este tipo que vicia absolutamente todos los contratos, ya que está diciendo que todas las contrataciones que se hicieron en ese momento se hacían violando el consentimiento de las personas porque se hacían frente a lo que se considera una falta de libertad.
Incluso, ¿cómo van a volver a explicar incluso su propio incremento de fortuna, sobre cuya génesis han dicho que se ubica en la cantidad de contrataciones personales realizadas durante la época de la dictadura? (Aplausos.)
Creo que además es muy difícil plantearnos tan extemporáneamente lo que a nuestro juicio constituye un agravio a todas aquellas personas que sufrieron de manera directa como víctimas o a través de los familiares que han perdido en este tiempo, las verdaderas humillaciones y vejaciones que se vivieron durante ese tiempo. Siento esto como un agravio.
Creo que además es imposible pensar que la denuncia que contiene los fundamentos de este proyecto, y es esa nuestra condición de la negación...
En ese sentido quiero ratificar algo que se ha planteado y que me parece que es necesario reiterar en términos de conceptos sobre el desarrollo y el resultado de esta reunión, que es que el oficialismo ha hecho uso de su condición de minoría en este plenario de comisiones, para firmar un dictamen. Lo ha hecho en uso de una atribución que el reglamento concede para el caso en que las comisiones no lleguen a obtener el quórum necesario para su funcionamiento.
Pero también siento que al mismo tiempo, la mayoría del plenario de las cinco comisiones ha hecho naturalmente el uso de la atribución de su condición, consignando su presencia, manifestando la voluntad de que este tema se siga debatiendo.
Quiero dejar constancia de esto porque me parece que ése es el resultado de cómo se han manifestado las posiciones en el plenario de las comisiones.
La otra cuestión es que nuestro bloque vino a este debate a ratificar la posición que teníamos desde hace bastante tiempo, desde que el proyecto ingresó y desde que escuchamos el mensaje de la presidenta, que coincide en la valoración política y jurídica -porque entiendo que en esos términos es como debe discutirse- con la presentación que hiciera el diputado Gil Lavedra, con la cual coincidimos en sus fundamentos y también en sus calificativos.
Si hacemos un análisis político de la cuestión lo primero que se me ocurre es plantear al oficialismo, a la propia presidenta, a través de su mensaje, que de algunas cuestiones se acordaron un poco tarde, en dos sentidos.
El primero de los sentidos es que creo que la revisión del pasado como está planteada, con la denuncia que aparece en los fundamentos del delito de apropiación y de la comisión de una cantidad de delitos calificados como de lesa humanidad, es por lo menos tardía y extemporánea, lo que pone en cabeza de quienes lo hacen a destiempo una responsabilidad ética muy grande.
En el folio 10 de los fundamentos del mensaje presidencial se dice: "En ese clima de inseguridades comienzan a producirse los hechos con un vértigo de fechas que realmente revelan que, como la mayoría de los argentinos, quienes suscribieron contratos lo hicieron sin libertad, ya que únicamente contaban con libertad ambulatoria. En realidad..." -dice el proyecto textualmente- "...la mayoría de los argentinos estaba en esos momentos en libertad condicional."
Me pregunto de qué manera el oficialismo va a asumir los costos en términos jurídicos de sentar un precedente de este tipo que vicia absolutamente todos los contratos, ya que está diciendo que todas las contrataciones que se hicieron en ese momento se hacían violando el consentimiento de las personas porque se hacían frente a lo que se considera una falta de libertad.
Incluso, ¿cómo van a volver a explicar incluso su propio incremento de fortuna, sobre cuya génesis han dicho que se ubica en la cantidad de contrataciones personales realizadas durante la época de la dictadura? (Aplausos.)
Creo que además es muy difícil plantearnos tan extemporáneamente lo que a nuestro juicio constituye un agravio a todas aquellas personas que sufrieron de manera directa como víctimas o a través de los familiares que han perdido en este tiempo, las verdaderas humillaciones y vejaciones que se vivieron durante ese tiempo. Siento esto como un agravio.
Creo que además es imposible pensar que la denuncia que contiene los fundamentos de este proyecto, y es esa nuestra condición de la negación...
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Señora diputada: el señor diputado Carlotto le solicita una interrupción, ¿se la concede?
SRA. STOLBIZER No, señora presidenta. Llevo muchas horas esperando y he escuchado a todos pacientemente.
La verdad es que el proyecto plantea algo así como que recién ahora existen garantías para quienes no pudieron hablar durante todo este tiempo. Muchos dicen no haber podido hablar después de la recuperación democrática cuando muchas compañeras y compañeros, a riesgo de sus propias vidas, desfilaron dando testimonio de las violaciones que se habían cometido a los derechos humanos.
Hubo algunos que entendieron que en democracia no tenían garantías, que no las tuvieron después de la recuperación democrática, durante el gobierno del doctor Alfonsín y que no la tuvieron en los gobiernos posteriores. Pero lo que más me llama la atención es que entiendan que no la tuvieron en los recientes seis años pasados, y que recién hoy hayan descubierto las vejaciones y la apropiación de una empresa de la cual han formado parte.
Entonces, como mínimo siento que se han acordado un poco tarde. De la misma manera que siento que se han acordado un poco tarde de la denuncia de una práctica monopólica conformada, estimulada, promovida y sostenida por sus propias decisiones.
Me pregunto muchas veces quién es Frankenstein y quién es el que lo creó. En esta relación ambivalente de disputa que ni siquiera creo que se plantea a esta altura entre el gobierno y la empresa de medios, me anima a veces el sentimiento de que estamos frente a una disputa tan personal que es entre el señor Kirchner y el señor Magnetto. La verdad no queremos ser parte de esta disputa; no nos interesa, porque han conformado una sociedad de negocios, que la diputada Argumedo definió con precisión absoluta como el "Amigopolio", constituido a partir de las decisiones de este mismo gobierno en la prórroga de las licencias, en la aceptación de la fusión, en la creación de este nuevo monopolio de las telecomunicaciones.
Entonces, en este punto siento que se acordaron un poco tarde; siento que algunos hoy están teniendo la lapicera que impúdicamente sigue favoreciendo la consolidación de monopolios y la transferencia de recursos, atribuciones y libertades hacia determinados grupos económicos.
El doctor Gil Lavedra se preguntaba y preguntó durante su presentación e hizo una propuesta de tratamiento de este tema para hacer una cantidad de consultas sobre el papel que el Estado tuvo como parte del directorio de Papel Prensa en estos años.
La verdad es que la razón por la que nosotros creíamos que este proyecto ni merecía tratamiento y debía ser rechazado es porque encontramos la respuesta hace algunos días cuando el proyecto ingresó y se dijo: "Cuesta creer que haya irregularidades. No se entiende cómo no se pudo haber visto antes. Es necesario reflexionar ante tanta locura."
Estos dichos son del señor Alberto Fernández, quien fuera jefe de Gabinete de Ministros de este gobierno y a la sazón integrante del directorio de Papel Prensa por parte del Estado.
También dijo: "Tengo una duda elemental: llevamos 27 años de democracia y nunca escuché algo así. En estos años el Gobierno fue socio de Papel Prensa. Yo lo que no puedo entender es cómo en estos 27 años no se pudo ventilar esto. Es una cosa difícil de entender." Aclaro que estoy leyendo textualmente lo que dijo el señor Alberto Fernández, quien continúa afirmando: "Pasaron muchísimos directores del Estado, decenas de síndicos, presidentes de la Nación, ministros de Economía y nunca se habló de esto. Nunca, nunca, nunca escuché hablar de Papel Prensa."
Luego pide "reflexionar un poco ante tanta locura" y sostiene que el conflicto es de una "magnitud enorme". Asimismo remarcó que no se pudo, durante todo este tiempo, silenciar a tantos: "Se puede silenciar a un presidente, o a seis presidentes; pero silenciar síndicos y directores es como demasiado."
Estas son las razones por las cuales llegamos a esta convicción. Además, hemos analizado el contenido del proyecto, al que me referiré brevemente y con el respeto que merece la iniciativa bienintencionada de Proyecto Sur, que a nuestro juicio reconstruye una falacia y un error conceptual cuando define la expresión "interés público".
Es una definición tan ambigua y abstracta -como se dijo antes- que sirve para lo todo de la misma manera que sirve para la nada. Catedráticos cuyas opiniones son autorizadas en la materia han dicho que, en definitiva, se trata de un mecanismo que se ha utilizado tantísimas veces para justificar las peores decisiones.
Hoy se habló en muchas ocasiones de los antecedentes que existen no sólo en el Parlamento sino en todo el país en materia de interés público y se mencionó el tema del gas. Si hablamos de la provisión de gas, sin el cual la gente no tiene agua caliente, o de la electricidad, sin la cual la gente no tiene luz, nos damos cuenta de que en verdad este proyecto termina siendo -como fuera calificado- desopilante, porque avanza nada menos que en la fabricación, distribución y comercialización del papel para diarios.
En este marco me pregunto si el Congreso está dispuesto a prorrogar una agenda de prioridades que debería estar mucho más vinculada a la declaración de interés público de, por ejemplo, las prestaciones de salud que deben dar las obras sociales y que no todas dan. Asimismo, me pregunto por qué el Congreso no declara de interés público el abastecimiento de agua potable, la instalación de cloacas y las obras de saneamiento para todas las personas. ¿Acaso no sería más razonable que nos dedicáramos a declarar de interés público estas cuestiones?
En lo que se refiere al proyecto de ley, a mi juicio la declaración de interés público tiene otro inconveniente. En realidad, ésta debe servir para garantizar el acceso; nunca como una decisión restrictiva de los derechos, como ha sido planteada.
La iniciativa incorpora la declaración de bien público con el ánimo de prohibir o restringir, lo que a nuestro entender afecta garantías constitucionales: el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica y el propio artículo 32 de nuestra Constitución Nacional.
Luego, la generación del registro de posibles adquirentes da un tratamiento casi exclusivo justamente al demandante del papel, situación que deja sin resolver un tema tan importante como la provisión, algo que sí vinieron a reclamar muchos de los que estuvieron en la comisión.
Además se produce un mecanismo superestructural del aparato del Estado, que lo que hace es interferir en otras competencias. Por eso, también compartimos el planteo de que lo que este proyecto intenta resolver, o ya está resuelto o bien podría ser solucionado simplemente con una resolución de la secretaría del área de competencia.
El proyecto, tal cual está, interfiere en un área tan sensible y tan central para la finalidad que se quiere alcanzar como es el área de defensa de la competencia. Es ésa la herramienta que nosotros tenemos y ésa es la herramienta que se debe usar si, efectivamente, lo que hay es una vocación no monopólica o antimonopólica. La propia Secretaría de Comercio, es la que tiene competencia en esta área, la regulación de los aranceles.
Por eso nosotros creemos que hay un artículo del proyecto de la diputada Merchán que, a nuestro juicio, resuelve prácticamente toda la cuestión. Es un artículo que a través de una simple decisión política del área de competencia -la Secretaría de Comercio-, podría aportar una solución a este tema. Me refiero al artículo 18. Este artículo le resuelve el problema a todos los que no pudiendo ser abastecidos por la empresa Papel Prensa, tengan que importar a través de un subsidio que les pague la diferencia entre el costo de la importación y el costo que pagarían acá. Esa es una medida que el gobierno puede implementar sin entrar en el riesgo ni en el resto de las cuestiones que se plantean. Si hubiera voluntad política, insisto, eso se resolvería por ese camino.
Nosotros creemos finalmente que hay ciertas decisiones para tratar de avanzar en los objetivos que a veces no son tan distintos. Cuando uno escucha las exposiciones, los objetivos que todos proclamamos en nuestros discursos no son tan distintos. Hay dos caminos: el camino del derecho y de la legalidad y está el atajo, el capricho, la imposición. Yo pienso que si alguna vez intentáramos por el camino del derecho, tal vez a todos nos iría mucho mejor. (Aplausos.)
La verdad es que el proyecto plantea algo así como que recién ahora existen garantías para quienes no pudieron hablar durante todo este tiempo. Muchos dicen no haber podido hablar después de la recuperación democrática cuando muchas compañeras y compañeros, a riesgo de sus propias vidas, desfilaron dando testimonio de las violaciones que se habían cometido a los derechos humanos.
Hubo algunos que entendieron que en democracia no tenían garantías, que no las tuvieron después de la recuperación democrática, durante el gobierno del doctor Alfonsín y que no la tuvieron en los gobiernos posteriores. Pero lo que más me llama la atención es que entiendan que no la tuvieron en los recientes seis años pasados, y que recién hoy hayan descubierto las vejaciones y la apropiación de una empresa de la cual han formado parte.
Entonces, como mínimo siento que se han acordado un poco tarde. De la misma manera que siento que se han acordado un poco tarde de la denuncia de una práctica monopólica conformada, estimulada, promovida y sostenida por sus propias decisiones.
Me pregunto muchas veces quién es Frankenstein y quién es el que lo creó. En esta relación ambivalente de disputa que ni siquiera creo que se plantea a esta altura entre el gobierno y la empresa de medios, me anima a veces el sentimiento de que estamos frente a una disputa tan personal que es entre el señor Kirchner y el señor Magnetto. La verdad no queremos ser parte de esta disputa; no nos interesa, porque han conformado una sociedad de negocios, que la diputada Argumedo definió con precisión absoluta como el "Amigopolio", constituido a partir de las decisiones de este mismo gobierno en la prórroga de las licencias, en la aceptación de la fusión, en la creación de este nuevo monopolio de las telecomunicaciones.
Entonces, en este punto siento que se acordaron un poco tarde; siento que algunos hoy están teniendo la lapicera que impúdicamente sigue favoreciendo la consolidación de monopolios y la transferencia de recursos, atribuciones y libertades hacia determinados grupos económicos.
El doctor Gil Lavedra se preguntaba y preguntó durante su presentación e hizo una propuesta de tratamiento de este tema para hacer una cantidad de consultas sobre el papel que el Estado tuvo como parte del directorio de Papel Prensa en estos años.
La verdad es que la razón por la que nosotros creíamos que este proyecto ni merecía tratamiento y debía ser rechazado es porque encontramos la respuesta hace algunos días cuando el proyecto ingresó y se dijo: "Cuesta creer que haya irregularidades. No se entiende cómo no se pudo haber visto antes. Es necesario reflexionar ante tanta locura."
Estos dichos son del señor Alberto Fernández, quien fuera jefe de Gabinete de Ministros de este gobierno y a la sazón integrante del directorio de Papel Prensa por parte del Estado.
También dijo: "Tengo una duda elemental: llevamos 27 años de democracia y nunca escuché algo así. En estos años el Gobierno fue socio de Papel Prensa. Yo lo que no puedo entender es cómo en estos 27 años no se pudo ventilar esto. Es una cosa difícil de entender." Aclaro que estoy leyendo textualmente lo que dijo el señor Alberto Fernández, quien continúa afirmando: "Pasaron muchísimos directores del Estado, decenas de síndicos, presidentes de la Nación, ministros de Economía y nunca se habló de esto. Nunca, nunca, nunca escuché hablar de Papel Prensa."
Luego pide "reflexionar un poco ante tanta locura" y sostiene que el conflicto es de una "magnitud enorme". Asimismo remarcó que no se pudo, durante todo este tiempo, silenciar a tantos: "Se puede silenciar a un presidente, o a seis presidentes; pero silenciar síndicos y directores es como demasiado."
Estas son las razones por las cuales llegamos a esta convicción. Además, hemos analizado el contenido del proyecto, al que me referiré brevemente y con el respeto que merece la iniciativa bienintencionada de Proyecto Sur, que a nuestro juicio reconstruye una falacia y un error conceptual cuando define la expresión "interés público".
Es una definición tan ambigua y abstracta -como se dijo antes- que sirve para lo todo de la misma manera que sirve para la nada. Catedráticos cuyas opiniones son autorizadas en la materia han dicho que, en definitiva, se trata de un mecanismo que se ha utilizado tantísimas veces para justificar las peores decisiones.
Hoy se habló en muchas ocasiones de los antecedentes que existen no sólo en el Parlamento sino en todo el país en materia de interés público y se mencionó el tema del gas. Si hablamos de la provisión de gas, sin el cual la gente no tiene agua caliente, o de la electricidad, sin la cual la gente no tiene luz, nos damos cuenta de que en verdad este proyecto termina siendo -como fuera calificado- desopilante, porque avanza nada menos que en la fabricación, distribución y comercialización del papel para diarios.
En este marco me pregunto si el Congreso está dispuesto a prorrogar una agenda de prioridades que debería estar mucho más vinculada a la declaración de interés público de, por ejemplo, las prestaciones de salud que deben dar las obras sociales y que no todas dan. Asimismo, me pregunto por qué el Congreso no declara de interés público el abastecimiento de agua potable, la instalación de cloacas y las obras de saneamiento para todas las personas. ¿Acaso no sería más razonable que nos dedicáramos a declarar de interés público estas cuestiones?
En lo que se refiere al proyecto de ley, a mi juicio la declaración de interés público tiene otro inconveniente. En realidad, ésta debe servir para garantizar el acceso; nunca como una decisión restrictiva de los derechos, como ha sido planteada.
La iniciativa incorpora la declaración de bien público con el ánimo de prohibir o restringir, lo que a nuestro entender afecta garantías constitucionales: el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica y el propio artículo 32 de nuestra Constitución Nacional.
Luego, la generación del registro de posibles adquirentes da un tratamiento casi exclusivo justamente al demandante del papel, situación que deja sin resolver un tema tan importante como la provisión, algo que sí vinieron a reclamar muchos de los que estuvieron en la comisión.
Además se produce un mecanismo superestructural del aparato del Estado, que lo que hace es interferir en otras competencias. Por eso, también compartimos el planteo de que lo que este proyecto intenta resolver, o ya está resuelto o bien podría ser solucionado simplemente con una resolución de la secretaría del área de competencia.
El proyecto, tal cual está, interfiere en un área tan sensible y tan central para la finalidad que se quiere alcanzar como es el área de defensa de la competencia. Es ésa la herramienta que nosotros tenemos y ésa es la herramienta que se debe usar si, efectivamente, lo que hay es una vocación no monopólica o antimonopólica. La propia Secretaría de Comercio, es la que tiene competencia en esta área, la regulación de los aranceles.
Por eso nosotros creemos que hay un artículo del proyecto de la diputada Merchán que, a nuestro juicio, resuelve prácticamente toda la cuestión. Es un artículo que a través de una simple decisión política del área de competencia -la Secretaría de Comercio-, podría aportar una solución a este tema. Me refiero al artículo 18. Este artículo le resuelve el problema a todos los que no pudiendo ser abastecidos por la empresa Papel Prensa, tengan que importar a través de un subsidio que les pague la diferencia entre el costo de la importación y el costo que pagarían acá. Esa es una medida que el gobierno puede implementar sin entrar en el riesgo ni en el resto de las cuestiones que se plantean. Si hubiera voluntad política, insisto, eso se resolvería por ese camino.
Nosotros creemos finalmente que hay ciertas decisiones para tratar de avanzar en los objetivos que a veces no son tan distintos. Cuando uno escucha las exposiciones, los objetivos que todos proclamamos en nuestros discursos no son tan distintos. Hay dos caminos: el camino del derecho y de la legalidad y está el atajo, el capricho, la imposición. Yo pienso que si alguna vez intentáramos por el camino del derecho, tal vez a todos nos iría mucho mejor. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Alfonsín.
SR. ALFONSÍN Señora presidenta: no voy a repetir algunas de las cosas que se dijeron acá; simplemente voy a hacer algún comentario acerca de algunas afirmaciones que se hicieron.
Se alude permanentemente a la concentración mediática, a los grupos mediáticos, en particular a Clarín, con quien no sólo este gobierno ha tenido dificultades, porque diría yo que durante la transición democrática también se manifestaron desde este grupo mediático posiciones muy diferentes a las que sostenía el gobierno y hasta hubo alguna réplica o algún tipo de respuesta del entonces presidente Alfonsín con relación a una noticia que había salido en ese medio.
A mí no me parece mal que, por ejemplo, el ex presidente Kirchner o la actual presidenta Kirchner, cuidando el tono, cuidando las consecuencias que pueda tener, sin incurrir en violencia verbal, conteste y le responda. Eso no me parece mal. La presidenta tiene todo el derecho del mundo de señalarlo cuando cree que hay una noticia que no se ajusta a la realidad o que tiene alguna intención no explícita.
Pero se nos ha dicho, a partir de la posición que sostenemos los hombres del radicalismo, del socialismo, del peronismo federal, del GEN y de otros bloque de la oposición, que estaríamos interesados en defender los intereses del grupo Clarín. Sinceramente considero que nadie cree esto. Es cierto que nosotros también hemos entrado a juzgar intenciones. Así, decimos que en el fondo se busca controlar a los medios de comunicación.
Personalmente quiero responder a la acusación que nos hacían a nosotros, en el sentido de que estaríamos asociados al grupo Clarín. En este sentido, me planteo -como se lo deben plantear la mayoría de los argentinos- que acá hay una especie de misterio o de secreto que hay que tratar de revelar.
Digo esto porque hasta hace un año y medio o dos años se llevaban muy bien con este grupo al que ahora acusan de todas las atrocidades que les atribuyen. Se llevaban muy bien, incluso se veían una vez por mes con el ex presidente Kirchner.
Lo que no sabe la sociedad, y ni siquiera sabemos nosotros, es por qué de golpe se empezaron a llevar mal. Yo no creo que sea por la 125; creo que la pelea empezó antes. La 125 la hizo visible.
Entonces me parece que sería bueno saber no sólo por qué se pelearon sino además por qué se llevaban tan bien. Sería bueno que los responsables de los medios y quienes gobernaban desde el año 2003 hasta el conflicto con los medios dijeran por qué se llevaban tan bien. Tenemos que saber esto porque no se trata de una pelea personal. Era nada más y nada menos que el Poder Ejecutivo con un grupo que según el propio Poder Ejecutivo tiene un poder extraordinario. Querría saber eso porque por lo menos yo no lo sé y creo que la sociedad argentina tampoco lo sabe.
En segundo lugar, diría a mi colega Fadel que no tienen toda la prensa en contra; no toda. Diría más, creo que ningún gobierno desde el 83 a la fecha tuvo tantos medios gráficos, incluso de distribución gratuita, que adhieran a la posición del gobierno. Y no me parece mal que sea así. Ningún otro gobierno tuvo tantos programas radiales que adhieran a la posición del gobierno, y no me parece mal que sea así. Ninguno tuvo tantos programas de televisión que adhieran a las posiciones del gobierno, y diría que ninguno utilizó el Canal 7 a favor del gobierno, tanto como lo ha hecho el oficialismo actual.
Y estoy hablando de los medios de la Capital; no quiero mencionar los medios de las provincias y de los municipios, pero ningún gobierno -aunque tampoco me parece mal esto- tuvo tantos programas, revistas, diarios de distribución gratuita, diarios que se distribuyen por venta, programas de radio y de televisión tan favorables al gobierno; así que -se los digo con el mayor de los respetos- no se victimicen tanto.
Por otro lado, también diría a mi compañera Fadel, que sostenía que había que empezar a votar porque ya sabíamos cuál era la posición de cada uno de los bloques, que eso supone un desconcepto que ya se lo escuché a quien antes era periodista y hoy es funcionario de este gobierno.
Estábamos en un congreso organizado por la fundación del Partido Socialista francés, y este actual funcionario, entonces periodista, ya se burlaba del Parlamento cuando se debatían las cuestiones porque sabía que ninguna de esas discusiones o argumentos estaban orientadas a cambiar las ideas del otro. Se preguntaba para qué hacían todo eso.
Lo que no sabía este señor, a pesar de ser un periodista importante, con prosapia, es que lo que se procura en el Parlamento es que la sociedad sepa cuál es la posición y los argumentos que sostienen cada uno de los representantes de los respectivos partidos.
Ahora bien, si los medios de comunicación no se hacen cargo, no notifican o no generan información acerca de los argumentos de las distintas posiciones, ese es un problema de los medios. Pero debería ser ese el ámbito en que la sociedad pueda saber cuáles son las diferentes posiciones.
Ojalá esto esté filmado y se pueda conocer. Esta reunión no es para que cada uno de nosotros sepa lo que cada uno de los otros piensa; es para que la sociedad sepa lo que nosotros pensamos. Lo que sucede es que a algunos no les interesa demasiado que la sociedad sepa lo que los otros piensan. Hablo de políticos y de medios.
La otra cuestión que quería mencionar es que no me parece adecuado fundar este proyecto en la denuncia que ha formulado el Ejecutivo respecto al origen de Papel Prensa y las acusaciones que se han hecho, en el sentido de que Papel Prensa había sido comprada bajo la dictadura militar, con torturas y demás.
Esa es una denuncia que tiene que transitar por la Justicia. No podemos sancionar un proyecto que regula la producción de papel prensa que indirectamente está relacionada con la libertad de prensa en función de una denuncia que está en Tribunales.
Dejemos que se expidan los tribunales; dejemos que la Justicia actúe y que cada uno pueda ejercer el derecho de defensa que no nos reconocieron los militares cuando estaban en el gobierno.
Hagamos las cosas de manera tal que nadie nos pueda decir que estamos sancionando leyes en función de denuncias que todavía no han sido resueltas en la Justicia.
Termino diciendo que no tengo una mirada inocente o ingenua acerca de la relación que existe entre medio de comunicación y democracia. Me he dedicado bastante a leer sobre el tema, y no tengo una mirada ingenua.
Me preocupa la excesiva influencia que pueda tener sobre la opinión pública -y en definitiva sobre la política- los medios de comunicación, sobre todo cuando hay una corriente de pensamiento que hegemoniza esa comunicación. Me preocupa también la injerencia que puede tener la política sobre los medios de comunicación. Las dos cosas hay que tratar de conciliar.
Estoy seguro de que para que una democracia exigente funcione de manera racional, necesita de un comportamiento racional de los ciudadanos. Pero no hay un comportamiento racional cuando la información no llega adecuadamente o cuando no se pueden escuchar todas las campanas. No hay comportamiento racional cuando el ciudadano no tiene la información adecuada.
Por supuesto, el hecho de que determinada corriente de pensamiento, determinada concepción ideológica hegemonice la comunicación es algo que debe ser revisado por la democracia.
Tal vez esta sea una de las deudas más difíciles de resolver que tiene la democracia, no solamente en la Argentina, sino en el mundo. Lo digo para que nadie crea que lo que acá nos pasa con los medios de comunicación es un fenómeno que ocurre solamente en la Argentina.
De lo que estoy convencido es que esta tensión no se resuelve con este proyecto. En el fondo, con este proyecto, con o sin intención, se están generando condiciones para que la política pueda interferir indirectamente sobre la libertad de expresión.
En el fondo se generan condiciones, se construyen puertas -habrá quienes las van a abrir y quienes no-, para que quien quiera pueda abrirla a fin de influir de manera negativa sobre la libertad de expresión.
Por otro lado, si es cierto que existe monopolio, que se discrimina, por qué no hacemos lo que acaba de decir el diputado Gil Lavedra. ¿Por qué no aplicamos la ley de Defensa de la Competencia? Tenemos todas las herramientas para impedir que estas cosas se hagan. ¿Qué necesidad tenemos de regular la producción de un insumo que puede afectar el principio de libertad de expresión? ¿Por qué no aplicamos la ley de Defensa de la Competencia? Si la ley de Defensa de la Competencia le impide hacer eso. ¿Por qué no hacemos lo que se propone en el proyecto de la diputada Merchán? ¿Qué necesidad hay de hacer todo este debate?
Si queremos discutir en serio los medios de comunicación, la democracia, cómo se informan los ciudadanos, empecemos a hacerlo en serio. Pero no nos quieran hacer creer que la libertad de información y la pluralidad de las voces dependen de lo que pase con Papel Prensa. Porque los problemas que se podrían generar con Papel Prensa, si son ciertos, son fácilmente solucionables con la aplicación de la ley de Defensa de la Competencia y con lo que señalaba la diputada Stolbizer respecto del proyecto de la diputada Merchán. (Aplausos.)
Se alude permanentemente a la concentración mediática, a los grupos mediáticos, en particular a Clarín, con quien no sólo este gobierno ha tenido dificultades, porque diría yo que durante la transición democrática también se manifestaron desde este grupo mediático posiciones muy diferentes a las que sostenía el gobierno y hasta hubo alguna réplica o algún tipo de respuesta del entonces presidente Alfonsín con relación a una noticia que había salido en ese medio.
A mí no me parece mal que, por ejemplo, el ex presidente Kirchner o la actual presidenta Kirchner, cuidando el tono, cuidando las consecuencias que pueda tener, sin incurrir en violencia verbal, conteste y le responda. Eso no me parece mal. La presidenta tiene todo el derecho del mundo de señalarlo cuando cree que hay una noticia que no se ajusta a la realidad o que tiene alguna intención no explícita.
Pero se nos ha dicho, a partir de la posición que sostenemos los hombres del radicalismo, del socialismo, del peronismo federal, del GEN y de otros bloque de la oposición, que estaríamos interesados en defender los intereses del grupo Clarín. Sinceramente considero que nadie cree esto. Es cierto que nosotros también hemos entrado a juzgar intenciones. Así, decimos que en el fondo se busca controlar a los medios de comunicación.
Personalmente quiero responder a la acusación que nos hacían a nosotros, en el sentido de que estaríamos asociados al grupo Clarín. En este sentido, me planteo -como se lo deben plantear la mayoría de los argentinos- que acá hay una especie de misterio o de secreto que hay que tratar de revelar.
Digo esto porque hasta hace un año y medio o dos años se llevaban muy bien con este grupo al que ahora acusan de todas las atrocidades que les atribuyen. Se llevaban muy bien, incluso se veían una vez por mes con el ex presidente Kirchner.
Lo que no sabe la sociedad, y ni siquiera sabemos nosotros, es por qué de golpe se empezaron a llevar mal. Yo no creo que sea por la 125; creo que la pelea empezó antes. La 125 la hizo visible.
Entonces me parece que sería bueno saber no sólo por qué se pelearon sino además por qué se llevaban tan bien. Sería bueno que los responsables de los medios y quienes gobernaban desde el año 2003 hasta el conflicto con los medios dijeran por qué se llevaban tan bien. Tenemos que saber esto porque no se trata de una pelea personal. Era nada más y nada menos que el Poder Ejecutivo con un grupo que según el propio Poder Ejecutivo tiene un poder extraordinario. Querría saber eso porque por lo menos yo no lo sé y creo que la sociedad argentina tampoco lo sabe.
En segundo lugar, diría a mi colega Fadel que no tienen toda la prensa en contra; no toda. Diría más, creo que ningún gobierno desde el 83 a la fecha tuvo tantos medios gráficos, incluso de distribución gratuita, que adhieran a la posición del gobierno. Y no me parece mal que sea así. Ningún otro gobierno tuvo tantos programas radiales que adhieran a la posición del gobierno, y no me parece mal que sea así. Ninguno tuvo tantos programas de televisión que adhieran a las posiciones del gobierno, y diría que ninguno utilizó el Canal 7 a favor del gobierno, tanto como lo ha hecho el oficialismo actual.
Y estoy hablando de los medios de la Capital; no quiero mencionar los medios de las provincias y de los municipios, pero ningún gobierno -aunque tampoco me parece mal esto- tuvo tantos programas, revistas, diarios de distribución gratuita, diarios que se distribuyen por venta, programas de radio y de televisión tan favorables al gobierno; así que -se los digo con el mayor de los respetos- no se victimicen tanto.
Por otro lado, también diría a mi compañera Fadel, que sostenía que había que empezar a votar porque ya sabíamos cuál era la posición de cada uno de los bloques, que eso supone un desconcepto que ya se lo escuché a quien antes era periodista y hoy es funcionario de este gobierno.
Estábamos en un congreso organizado por la fundación del Partido Socialista francés, y este actual funcionario, entonces periodista, ya se burlaba del Parlamento cuando se debatían las cuestiones porque sabía que ninguna de esas discusiones o argumentos estaban orientadas a cambiar las ideas del otro. Se preguntaba para qué hacían todo eso.
Lo que no sabía este señor, a pesar de ser un periodista importante, con prosapia, es que lo que se procura en el Parlamento es que la sociedad sepa cuál es la posición y los argumentos que sostienen cada uno de los representantes de los respectivos partidos.
Ahora bien, si los medios de comunicación no se hacen cargo, no notifican o no generan información acerca de los argumentos de las distintas posiciones, ese es un problema de los medios. Pero debería ser ese el ámbito en que la sociedad pueda saber cuáles son las diferentes posiciones.
Ojalá esto esté filmado y se pueda conocer. Esta reunión no es para que cada uno de nosotros sepa lo que cada uno de los otros piensa; es para que la sociedad sepa lo que nosotros pensamos. Lo que sucede es que a algunos no les interesa demasiado que la sociedad sepa lo que los otros piensan. Hablo de políticos y de medios.
La otra cuestión que quería mencionar es que no me parece adecuado fundar este proyecto en la denuncia que ha formulado el Ejecutivo respecto al origen de Papel Prensa y las acusaciones que se han hecho, en el sentido de que Papel Prensa había sido comprada bajo la dictadura militar, con torturas y demás.
Esa es una denuncia que tiene que transitar por la Justicia. No podemos sancionar un proyecto que regula la producción de papel prensa que indirectamente está relacionada con la libertad de prensa en función de una denuncia que está en Tribunales.
Dejemos que se expidan los tribunales; dejemos que la Justicia actúe y que cada uno pueda ejercer el derecho de defensa que no nos reconocieron los militares cuando estaban en el gobierno.
Hagamos las cosas de manera tal que nadie nos pueda decir que estamos sancionando leyes en función de denuncias que todavía no han sido resueltas en la Justicia.
Termino diciendo que no tengo una mirada inocente o ingenua acerca de la relación que existe entre medio de comunicación y democracia. Me he dedicado bastante a leer sobre el tema, y no tengo una mirada ingenua.
Me preocupa la excesiva influencia que pueda tener sobre la opinión pública -y en definitiva sobre la política- los medios de comunicación, sobre todo cuando hay una corriente de pensamiento que hegemoniza esa comunicación. Me preocupa también la injerencia que puede tener la política sobre los medios de comunicación. Las dos cosas hay que tratar de conciliar.
Estoy seguro de que para que una democracia exigente funcione de manera racional, necesita de un comportamiento racional de los ciudadanos. Pero no hay un comportamiento racional cuando la información no llega adecuadamente o cuando no se pueden escuchar todas las campanas. No hay comportamiento racional cuando el ciudadano no tiene la información adecuada.
Por supuesto, el hecho de que determinada corriente de pensamiento, determinada concepción ideológica hegemonice la comunicación es algo que debe ser revisado por la democracia.
Tal vez esta sea una de las deudas más difíciles de resolver que tiene la democracia, no solamente en la Argentina, sino en el mundo. Lo digo para que nadie crea que lo que acá nos pasa con los medios de comunicación es un fenómeno que ocurre solamente en la Argentina.
De lo que estoy convencido es que esta tensión no se resuelve con este proyecto. En el fondo, con este proyecto, con o sin intención, se están generando condiciones para que la política pueda interferir indirectamente sobre la libertad de expresión.
En el fondo se generan condiciones, se construyen puertas -habrá quienes las van a abrir y quienes no-, para que quien quiera pueda abrirla a fin de influir de manera negativa sobre la libertad de expresión.
Por otro lado, si es cierto que existe monopolio, que se discrimina, por qué no hacemos lo que acaba de decir el diputado Gil Lavedra. ¿Por qué no aplicamos la ley de Defensa de la Competencia? Tenemos todas las herramientas para impedir que estas cosas se hagan. ¿Qué necesidad tenemos de regular la producción de un insumo que puede afectar el principio de libertad de expresión? ¿Por qué no aplicamos la ley de Defensa de la Competencia? Si la ley de Defensa de la Competencia le impide hacer eso. ¿Por qué no hacemos lo que se propone en el proyecto de la diputada Merchán? ¿Qué necesidad hay de hacer todo este debate?
Si queremos discutir en serio los medios de comunicación, la democracia, cómo se informan los ciudadanos, empecemos a hacerlo en serio. Pero no nos quieran hacer creer que la libertad de información y la pluralidad de las voces dependen de lo que pase con Papel Prensa. Porque los problemas que se podrían generar con Papel Prensa, si son ciertos, son fácilmente solucionables con la aplicación de la ley de Defensa de la Competencia y con lo que señalaba la diputada Stolbizer respecto del proyecto de la diputada Merchán. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Plaini, pero la señora diputada Fadel le solicita una interrupción, ¿se la concede?
SR. PLAINI Sí, señora presidenta.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra la señora diputada Fadel.
SRA. FADEL Señora presidenta: he escuchado a dos diputados hacer referencia al proyecto de la señora diputada Merchán.
Quiero que sobre este punto no queden dudas, porque me parece que no está muy en claro qué es lo que está circulando para su firma.
Sobre la misma base -el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo sobre declaración de interés público y las demás iniciativas presentadas por los señores diputados-, se ha elaborado un dictamen de comisión, que es el que ha sido puesto a la firma, que reproduce casi en su totalidad el proyecto de la señora diputada Merchán.
Reitero que esto tiene que quedar claro, para que los señores diputados no se equivoquen pensando que se está suscribiendo un dictamen cuando, en realidad, es otro. Se tomó como base el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, por el que se declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de la pasta celulosa y el papel para diarios, pero el resto de los artículos se trabajaron considerando casi en su totalidad la iniciativa de la señora diputada Merchán y los aportes de diferentes bloques, como por ejemplo el de Nuevo Encuentro Popular y Solidario, al que pertenece el señor diputado Basteiro.
He querido hacer la aclaración porque me parece que la oposición no sabía qué es lo que se está firmando en esta reunión plenaria.
Quiero que sobre este punto no queden dudas, porque me parece que no está muy en claro qué es lo que está circulando para su firma.
Sobre la misma base -el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo sobre declaración de interés público y las demás iniciativas presentadas por los señores diputados-, se ha elaborado un dictamen de comisión, que es el que ha sido puesto a la firma, que reproduce casi en su totalidad el proyecto de la señora diputada Merchán.
Reitero que esto tiene que quedar claro, para que los señores diputados no se equivoquen pensando que se está suscribiendo un dictamen cuando, en realidad, es otro. Se tomó como base el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, por el que se declara de interés público la fabricación, comercialización y distribución de la pasta celulosa y el papel para diarios, pero el resto de los artículos se trabajaron considerando casi en su totalidad la iniciativa de la señora diputada Merchán y los aportes de diferentes bloques, como por ejemplo el de Nuevo Encuentro Popular y Solidario, al que pertenece el señor diputado Basteiro.
He querido hacer la aclaración porque me parece que la oposición no sabía qué es lo que se está firmando en esta reunión plenaria.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Continúa en el uso de la palabra el señor diputado Plaini.
SR. PLAINI Señora presidenta: en primer lugar, como hombre proveniente de esta actividad -no sólo del campo laboral sino también de la venta de diarios y revistas-, me gustaría que este tema fuese tratado con la profundidad que merece.
No estamos hablando de cualquier cosa; estamos hablando de la dominación de los medios escritos. Por eso, siempre suelo recomendar la lectura de un libro editado en 1998 por la Editorial Debate, de España, llamado La tiranía de la comunicación, cuyo autor es ni más ni menos que Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique. Si hay alguien en el mundo con autoridad para hablar de lo que significan los medios de comunicación, es Ignacio Ramonet.
Aconsejaría que lean ese libro para entender de qué estamos hablando. No estamos hablando de un proyecto cualquiera sino de quienes hace muchas décadas se arrogaron el derecho de fijar las agendas de los países. Es decir, no ya de un gobierno sino de una nación.
En el transcurso de este debate no escuché -y no es casual- a los diputados de la oposición hacer referencia a las manifestaciones de Lula respecto de los medios de comunicación en Brasil, a las expresiones de Evo Morales sobre el Grupo PRISA o al golpe que el Grupo Cisneros dio al gobierno del presidente Chávez durante treinta y seis horas en la República Bolivariana de Venezuela.
Tampoco se dijo, y aquí citaré a alguien sobre el que seguramente muchos leen -el gendarme del mundo: los Estados Unidos-, que cuando el presidente Barack Obama sometió a la discusión de la sociedad su plan de salud, fue criticado por la cadena Fox y respondió a todas esas críticas.
No estamos hablando de cualquier cosa -reitero- sino de que los medios concentrados de las comunicaciones quieren determinar la suerte de los países.
Como hombre de la actividad, quiero dar un dato. Todos compran diarios. Por supuesto que el papel no va a desaparecer; los libros existen y continuarán existiendo toda la vida, igual que las revistas. Tendrán un nicho más acotado, es cierto, porque los medios gráficos ya no somos hegemónicos en materia de comunicación social. Hasta que aparecieron la televisión por cable, la Internet o los celulares, en la Argentina se vendían 2 millones de ejemplares de diarios nacionales. Hoy no se llega a un millón, pero seguramente seguirán imprimiéndose diarios porque en muchos habitantes de nuestro país y también de otros, existe el hábito de leerlos.
Para que los señores diputados vean cómo Clarín y La Nación dominan Papel Prensa, me gustaría comentar lo siguiente. Los días sábados, el diario Clarín trae exactamente 264 páginas, mientras que La Nación varía entre 248, 260 o 270 páginas. Los otros diarios traen 64, 48 o 72.
Aquí se ha hablado de la pauta publicitaria. Esos días, el cuerpo central de Clarín se compone de entre 96 y 108 páginas.
De ese cuerpo central de 108 páginas, 48 son páginas completas de pauta publicitaria, llámese, Claro, Garbarino, Coto, Jumbo, WalMart. Eso sí, los conflictos de los trabajadores de esas empresas nunca aparecen en Clarín. ¿Será porque ponen la pauta publicitaria? Pregunto y les pregunto también. Pero como les decía, vienen 48 páginas completas de pauta publicitaria. No estoy contando las medias páginas, no estoy contando el cuarto de página, no cuento el octavo de página ni cuento el pie de página.
Como eso es poca pauta publicitaria de toda la que cobra Clarín, tiene el suplemento que se llama "Clasificados". Este suplemento -más de uno lo leerá los días sábados-, tiene 96 páginas, donde se publicita desde un vaso hasta la venta de un auto o una casa. Pero como tampoco le era suficiente esta facturación, el grupo Clarín incluyó un suplemento, que a veces tiene 20 y a veces 24 páginas, que se llama "Countries". Ahí van a encontrar toda la publicación de las inmobiliarias, que es todo facturación. Vayan sumando.
Después tiene un suplemento para la mujer, para el ama de casa de 20 páginas de moda. En esas 20 páginas de moda saca tres artículos y todo lo demás es pauta de las grandes cadenas comerciales de venta para la mujer.
Además, como eso tampoco les resulta suficiente, tiene un suplemento de 20 páginas más de cultura, donde publica la actividad de los teatros y los cines, pero la mayoría de esas páginas también incluyen pauta publicitaria.
Por lo tanto, estamos hablando de 264 páginas, de las que solamente destina a la información nacional, internacional, cultural, social, de investigación y del conocimiento 45 páginas y si vemos que 20 se las dedica al gobierno, poco queda para informar en las 25 páginas restantes.
Esta es la realidad que ustedes pueden ver cualquier sábado cuando un compañero mío canillita les deja el diario bajo la puerta. La misma situación van a encontrar en La Nación. Les recuerdo que los otros diarios tienen 64, 48 o 72 páginas. ¿Por qué será? ¿Ellos no tendrán ganas de tener también pauta publicitaria privada?
Quiero decirles, también con respecto a la pauta, que en los primeros seis meses del año se facturaron 5 mil millones de pauta privada. Este es el nivel de facturación de toda torta publicitaria en los primeros seis meses del año que vemos en los medios, ya sean audiovisuales, radiales y gráficos, mientras que la pauta oficial fue de solamente 240 millones. Sin embargo, muchos están preocupados por ese 4 o 5 por ciento que representa en esta torta la pauta oficial.
Por eso, me pregunto por qué no nos ocupamos un poquito de la pauta privada, toda vez que semejante torta publicitaria le permite a los grupos mediáticos concentrados de la comunicación sacar diarios de 264 páginas, mientras que los diarios de la competencia sacan ediciones de 60, 64 o 72 páginas.
También les quiero manifestar, dado que acá hay diputados del interior profundo del país, las grandes asimetrías que existen con los diarios del interior del país. ¿Alguno de ustedes cree que es lo mismo el diario "Clarín" que "El Tribuno" o "El Ancasti"? Estoy hablando de diarios que tienen predominancia en sus provincias. Ni qué hablar de "La Arena" y de otros diarios. De esto estamos hablando, de cómo democratizamos también la palabra gráfica, cómo hacemos de interés público Papel Prensa. No estamos hablando de cualquier cosa.
Por ahí dijo un diputado que esto es una pelea de Clarín y de Kirchner. ¡Qué equivocado que está ese diputado!, que ya no lo veo. Esta es una pelea de Clarín y el pueblo argentino, porque si ganan ellos no tendremos razón de hacer política en este Congreso, porque ellos están buscando dominar la agenda de todos los argentinos. De esto trata lo que estamos discutiendo.
Así como tenemos la ley de medios audiovisuales, que todavía está trabada en los juzgados, merecemos también tener libertad de prensa en los medios gráficos. Basta que cualquiera de ustedes se pare frente a uno de los cinco mil kioscos de Capital y gran Buenos Aires o de los quince mil que hay en todo el país para ver cómo en un kiosco de diarios no van a encontrar punta de góndola, porque nosotros exhibimos desde el más chiquito editor -aquel que edita mil ejemplares- hasta el que ejerce una posición dominante.
Ustedes van a encontrar la palabra escrita. Queremos que eso se replique en cuanto a Papel Prensa: que todos los ciudadanos y ciudadanas argentinas puedan pararse frente a un kiosco de diarios y elegir la publicación que quieran leer, como se está haciendo desde hace cien años.
Sin embargo, en el año 2000 el monopolio despidió 117 periodistas y la comisión interna completa del diario "Clarín". Oh casualidad, ese 4 de noviembre de 2000 la diputada Bullrich, aquí presente, en ese momento ministra de Trabajo, firmaba la desregulación de la venta de diarios y revistas. La verdad que esto no es casualidad.
Entonces, definitivamente tenemos que asumir el compromiso de democratizar la palabra y los medios en la Argentina; y democratizar el acceso al papel va en esa dirección. O hacemos política quienes somos elegidos por el voto popular o, de lo contrario, seremos dominados por otros medios, a quienes no elije nadie, que fijan la agenda, orientan la opinión y encima tratan de comprar voluntades.
No estamos hablando de cualquier cosa; estamos hablando de la dominación de los medios escritos. Por eso, siempre suelo recomendar la lectura de un libro editado en 1998 por la Editorial Debate, de España, llamado La tiranía de la comunicación, cuyo autor es ni más ni menos que Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique. Si hay alguien en el mundo con autoridad para hablar de lo que significan los medios de comunicación, es Ignacio Ramonet.
Aconsejaría que lean ese libro para entender de qué estamos hablando. No estamos hablando de un proyecto cualquiera sino de quienes hace muchas décadas se arrogaron el derecho de fijar las agendas de los países. Es decir, no ya de un gobierno sino de una nación.
En el transcurso de este debate no escuché -y no es casual- a los diputados de la oposición hacer referencia a las manifestaciones de Lula respecto de los medios de comunicación en Brasil, a las expresiones de Evo Morales sobre el Grupo PRISA o al golpe que el Grupo Cisneros dio al gobierno del presidente Chávez durante treinta y seis horas en la República Bolivariana de Venezuela.
Tampoco se dijo, y aquí citaré a alguien sobre el que seguramente muchos leen -el gendarme del mundo: los Estados Unidos-, que cuando el presidente Barack Obama sometió a la discusión de la sociedad su plan de salud, fue criticado por la cadena Fox y respondió a todas esas críticas.
No estamos hablando de cualquier cosa -reitero- sino de que los medios concentrados de las comunicaciones quieren determinar la suerte de los países.
Como hombre de la actividad, quiero dar un dato. Todos compran diarios. Por supuesto que el papel no va a desaparecer; los libros existen y continuarán existiendo toda la vida, igual que las revistas. Tendrán un nicho más acotado, es cierto, porque los medios gráficos ya no somos hegemónicos en materia de comunicación social. Hasta que aparecieron la televisión por cable, la Internet o los celulares, en la Argentina se vendían 2 millones de ejemplares de diarios nacionales. Hoy no se llega a un millón, pero seguramente seguirán imprimiéndose diarios porque en muchos habitantes de nuestro país y también de otros, existe el hábito de leerlos.
Para que los señores diputados vean cómo Clarín y La Nación dominan Papel Prensa, me gustaría comentar lo siguiente. Los días sábados, el diario Clarín trae exactamente 264 páginas, mientras que La Nación varía entre 248, 260 o 270 páginas. Los otros diarios traen 64, 48 o 72.
Aquí se ha hablado de la pauta publicitaria. Esos días, el cuerpo central de Clarín se compone de entre 96 y 108 páginas.
De ese cuerpo central de 108 páginas, 48 son páginas completas de pauta publicitaria, llámese, Claro, Garbarino, Coto, Jumbo, WalMart. Eso sí, los conflictos de los trabajadores de esas empresas nunca aparecen en Clarín. ¿Será porque ponen la pauta publicitaria? Pregunto y les pregunto también. Pero como les decía, vienen 48 páginas completas de pauta publicitaria. No estoy contando las medias páginas, no estoy contando el cuarto de página, no cuento el octavo de página ni cuento el pie de página.
Como eso es poca pauta publicitaria de toda la que cobra Clarín, tiene el suplemento que se llama "Clasificados". Este suplemento -más de uno lo leerá los días sábados-, tiene 96 páginas, donde se publicita desde un vaso hasta la venta de un auto o una casa. Pero como tampoco le era suficiente esta facturación, el grupo Clarín incluyó un suplemento, que a veces tiene 20 y a veces 24 páginas, que se llama "Countries". Ahí van a encontrar toda la publicación de las inmobiliarias, que es todo facturación. Vayan sumando.
Después tiene un suplemento para la mujer, para el ama de casa de 20 páginas de moda. En esas 20 páginas de moda saca tres artículos y todo lo demás es pauta de las grandes cadenas comerciales de venta para la mujer.
Además, como eso tampoco les resulta suficiente, tiene un suplemento de 20 páginas más de cultura, donde publica la actividad de los teatros y los cines, pero la mayoría de esas páginas también incluyen pauta publicitaria.
Por lo tanto, estamos hablando de 264 páginas, de las que solamente destina a la información nacional, internacional, cultural, social, de investigación y del conocimiento 45 páginas y si vemos que 20 se las dedica al gobierno, poco queda para informar en las 25 páginas restantes.
Esta es la realidad que ustedes pueden ver cualquier sábado cuando un compañero mío canillita les deja el diario bajo la puerta. La misma situación van a encontrar en La Nación. Les recuerdo que los otros diarios tienen 64, 48 o 72 páginas. ¿Por qué será? ¿Ellos no tendrán ganas de tener también pauta publicitaria privada?
Quiero decirles, también con respecto a la pauta, que en los primeros seis meses del año se facturaron 5 mil millones de pauta privada. Este es el nivel de facturación de toda torta publicitaria en los primeros seis meses del año que vemos en los medios, ya sean audiovisuales, radiales y gráficos, mientras que la pauta oficial fue de solamente 240 millones. Sin embargo, muchos están preocupados por ese 4 o 5 por ciento que representa en esta torta la pauta oficial.
Por eso, me pregunto por qué no nos ocupamos un poquito de la pauta privada, toda vez que semejante torta publicitaria le permite a los grupos mediáticos concentrados de la comunicación sacar diarios de 264 páginas, mientras que los diarios de la competencia sacan ediciones de 60, 64 o 72 páginas.
También les quiero manifestar, dado que acá hay diputados del interior profundo del país, las grandes asimetrías que existen con los diarios del interior del país. ¿Alguno de ustedes cree que es lo mismo el diario "Clarín" que "El Tribuno" o "El Ancasti"? Estoy hablando de diarios que tienen predominancia en sus provincias. Ni qué hablar de "La Arena" y de otros diarios. De esto estamos hablando, de cómo democratizamos también la palabra gráfica, cómo hacemos de interés público Papel Prensa. No estamos hablando de cualquier cosa.
Por ahí dijo un diputado que esto es una pelea de Clarín y de Kirchner. ¡Qué equivocado que está ese diputado!, que ya no lo veo. Esta es una pelea de Clarín y el pueblo argentino, porque si ganan ellos no tendremos razón de hacer política en este Congreso, porque ellos están buscando dominar la agenda de todos los argentinos. De esto trata lo que estamos discutiendo.
Así como tenemos la ley de medios audiovisuales, que todavía está trabada en los juzgados, merecemos también tener libertad de prensa en los medios gráficos. Basta que cualquiera de ustedes se pare frente a uno de los cinco mil kioscos de Capital y gran Buenos Aires o de los quince mil que hay en todo el país para ver cómo en un kiosco de diarios no van a encontrar punta de góndola, porque nosotros exhibimos desde el más chiquito editor -aquel que edita mil ejemplares- hasta el que ejerce una posición dominante.
Ustedes van a encontrar la palabra escrita. Queremos que eso se replique en cuanto a Papel Prensa: que todos los ciudadanos y ciudadanas argentinas puedan pararse frente a un kiosco de diarios y elegir la publicación que quieran leer, como se está haciendo desde hace cien años.
Sin embargo, en el año 2000 el monopolio despidió 117 periodistas y la comisión interna completa del diario "Clarín". Oh casualidad, ese 4 de noviembre de 2000 la diputada Bullrich, aquí presente, en ese momento ministra de Trabajo, firmaba la desregulación de la venta de diarios y revistas. La verdad que esto no es casualidad.
Entonces, definitivamente tenemos que asumir el compromiso de democratizar la palabra y los medios en la Argentina; y democratizar el acceso al papel va en esa dirección. O hacemos política quienes somos elegidos por el voto popular o, de lo contrario, seremos dominados por otros medios, a quienes no elije nadie, que fijan la agenda, orientan la opinión y encima tratan de comprar voluntades.
- Ocupa la Presidencia la señora diputada Vázquez.
SR. PLAINI Finalmente, quiero decir a la diputada Stolbizer que está muy bien que presente un proyecto de declaración de interés del agua, pero los derechos no se declaman, se ejecutan. Y el peronismo ha llevado agua, cloacas, luz y asfalto a millones de argentinos. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA VÁZQUEZ Tiene la palabra el diputado Giubergia.
SR. GIUBERGIA Recordamos que esta discusión comenzó en la Comisión de Comercio el 7 de septiembre, cuya presidenta desconoció lo resuelto por la mayoría de los diputados en esa reunión. Posteriormente, se falsificó el acta N° 11, donde se estableció que algunos diputados, como el diputado Puerta, habían estado ausentes, cuando en realidad habían estado allí y así constaba con sus firmas. Eso está certificado por los señores taquígrafos.
De allí que planteamos la impugnación para que desde la Comisión de Comercio se interviniera en este asunto porque no tenía estado parlamentario. Recién a partir de la sesión del miércoles pasado esto ha tomado estado parlamentario.
Nos dicen que en menos de una semana pretenden emitir un dictamen y que esto es dar participación. Se utilizó el artículo 114 bis del reglamento de esta Cámara para convocar a audiencias públicas, cuando las notas presentadas por la mayoría de los miembros de las comisiones -en el caso particular de la Comisión de Comercio, 16 sobre 31 miembros- solicitan que se abra la discusión de este expediente y que se respete lo que dispone el artículo 114 bis del reglamento, que establece que la necesidad de llevar a cabo dichas actividades podrá ser adoptada por la comisión o comisiones intervinientes, siempre que cuenten con la adhesión de la mayoría de sus miembros.
De allí que planteamos la impugnación para que desde la Comisión de Comercio se interviniera en este asunto porque no tenía estado parlamentario. Recién a partir de la sesión del miércoles pasado esto ha tomado estado parlamentario.
Nos dicen que en menos de una semana pretenden emitir un dictamen y que esto es dar participación. Se utilizó el artículo 114 bis del reglamento de esta Cámara para convocar a audiencias públicas, cuando las notas presentadas por la mayoría de los miembros de las comisiones -en el caso particular de la Comisión de Comercio, 16 sobre 31 miembros- solicitan que se abra la discusión de este expediente y que se respete lo que dispone el artículo 114 bis del reglamento, que establece que la necesidad de llevar a cabo dichas actividades podrá ser adoptada por la comisión o comisiones intervinientes, siempre que cuenten con la adhesión de la mayoría de sus miembros.
Ocupa la Presidencia la señora diputada Di Tullio.
SR. GIUBERGIA Esta impugnación ha sido presentada, más allá de que usted, señora presidenta, pretenda desconocerla. Por más que esté haciendo firmar los dictámenes que quiera, esas firmas no tiene ninguna validez porque aquí están los miembros integrantes de esta comisión, de la cual usted no es la dueña; usted tiene que conducirla, coordinarla y resolver conforme establezca la mayoría.
Y la mayoría de esta comisión ha resuelto abrir el debate y solicitar la presencia de los constitucionalistas que planteó la diputada Camaño, de los informes que planteó el diputado Gil Lavedra y de todo lo necesario para que podamos llevar adelante la discusión de esta norma.
Reitero que nosotros no vamos a permitir que se pretenda acallar a la prensa independiente.
Y la mayoría de esta comisión ha resuelto abrir el debate y solicitar la presencia de los constitucionalistas que planteó la diputada Camaño, de los informes que planteó el diputado Gil Lavedra y de todo lo necesario para que podamos llevar adelante la discusión de esta norma.
Reitero que nosotros no vamos a permitir que se pretenda acallar a la prensa independiente.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Solicito silencio, por favor.
SR. GIUBERGIA Nosotros no vamos a permitir que ocurra lo que hoy ocurre en la provincia de Santa Cruz, donde no existe prensa independiente. La única prensa es la adicta al gobierno de esa provincia.
Por eso es que queremos debatir y discutir este proyecto que le sirve a la democracia y en donde están todos los instrumentos legales y necesarios, como la ley de Competencia, para terminar con los monopolios, si es que existen.
Por ello, nos preguntamos qué es lo que se pretenden con todo esto. Nosotros estamos dispuestos a abrir el debate solicitado por la mayoría de los miembros de las comisiones y cursar las invitaciones propuestas. (Aplausos.)
Por eso es que queremos debatir y discutir este proyecto que le sirve a la democracia y en donde están todos los instrumentos legales y necesarios, como la ley de Competencia, para terminar con los monopolios, si es que existen.
Por ello, nos preguntamos qué es lo que se pretenden con todo esto. Nosotros estamos dispuestos a abrir el debate solicitado por la mayoría de los miembros de las comisiones y cursar las invitaciones propuestas. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Moreno.
SR. MORENO Señora presidenta: he escuchado a lo largo de esta tarde desde interpretaciones ecologistas hasta un análisis de las intenciones del Poder Ejecutivo y de este bloque. Lo que no he escuchado de la oposición es un proyecto alternativo. ¿Saben por qué? Porque ellos no creen que Clarín y La Nación ejerzan una situación dominante.
Cuando nosotros discutimos la ley de medios audiovisuales, la técnica fue exactamente la misma: que no se discutiera. Abierto el debate de una ley que no había elaborado el gobierno -la había impulsado la sociedad civil-, el proyecto originario del Ejecutivo recibió 150 modificaciones. La conclusión que sacamos fue que se pudo esclarecer el pensamiento de cada uno de los legisladores y de la sociedad.
Lo que ocurrió es que hubo un corte transversal, incluso dentro de los propios bloques. Con esa experiencia, cuando llegó el proyecto del Ejecutivo, lo que se intentó fue cancelar la discusión.
Quédense tranquilos que el plenario de la Cámara -así como ustedes lo han dicho- ha autorizado y ha legitimado esta reunión de cinco comisiones mediante una votación que ustedes también apoyaron.
Para hablar de este tema, lo primero que tenemos que decir es que Papel Prensa tiene un origen, un desarrollo y una consecuencia. No hay ningún abogado o estudiante de derecho que pueda decir seriamente que en la condición de la transferencia de Papel Prensa del 2 de noviembre de 1976 estuvieran las garantías constitucionales mínimas que avalara la voluntad y el consentimiento de los vendedores cuando de la misma documentación surgen que eso no fue así, y los mismos titulares de los tres diarios -uno de ellos ya no existe- pedían barrer al Grupo Graiver.
Pido a los abogados que escuchen, porque hay una omisión sobre la historia de los orígenes. Obviamente, si estamos o no en presencia de un delito de lesa humanidad lo determinará la Justicia; pero nadie puede desconocer el fallo del juez Rafecas, que no es del siglo pasado sino que data de tres o cuatro meses, donde se concluye que en la transferencia de las acciones del grupo Graiver existe una situación de causa y efecto entre actos de tortura, desaparición y homicidio, y la adquisición de este medio. No lo dice un diputado sino un juez federal de la Nación, cuya sentencia se han encargado de silenciar los medios.
Por otra parte, no se han atrevido a cuestionar al juez Rafecas como un magistrado afín al kirchnerismo porque es alguien absolutamente independiente.
Cuando recibimos este proyecto, como bloque tuvimos un primer problema: determinar si el sujeto social -más allá de que comparto el discurso del señor diputado Plaini- que nosotros decíamos defender, quería o no que lo defendiésemos. Esta es la verdad.
Comenzamos a tomar contacto con diarios, ya fueran chicos, medianos o grandes, y realmente pudimos observar que se sentían víctimas de un despojo que se extendió a lo largo de los años y que no veían garantías ni tenían confianza en el accionar del Estado. Esta es la verdad. Quienes nos hemos tomado el trabajo de pasar horas hablando con los representantes de ciento veinte diarios, tuvimos la impresión de que durante más de treinta años se sintieron robados y estafados por el Grupo Clarín, y que de ningún modo creían que el Estado -no el gobierno sino el Estado- iba a ser una garantía.
Cuando nosotros discutimos la ley de medios audiovisuales, la técnica fue exactamente la misma: que no se discutiera. Abierto el debate de una ley que no había elaborado el gobierno -la había impulsado la sociedad civil-, el proyecto originario del Ejecutivo recibió 150 modificaciones. La conclusión que sacamos fue que se pudo esclarecer el pensamiento de cada uno de los legisladores y de la sociedad.
Lo que ocurrió es que hubo un corte transversal, incluso dentro de los propios bloques. Con esa experiencia, cuando llegó el proyecto del Ejecutivo, lo que se intentó fue cancelar la discusión.
Quédense tranquilos que el plenario de la Cámara -así como ustedes lo han dicho- ha autorizado y ha legitimado esta reunión de cinco comisiones mediante una votación que ustedes también apoyaron.
Para hablar de este tema, lo primero que tenemos que decir es que Papel Prensa tiene un origen, un desarrollo y una consecuencia. No hay ningún abogado o estudiante de derecho que pueda decir seriamente que en la condición de la transferencia de Papel Prensa del 2 de noviembre de 1976 estuvieran las garantías constitucionales mínimas que avalara la voluntad y el consentimiento de los vendedores cuando de la misma documentación surgen que eso no fue así, y los mismos titulares de los tres diarios -uno de ellos ya no existe- pedían barrer al Grupo Graiver.
Pido a los abogados que escuchen, porque hay una omisión sobre la historia de los orígenes. Obviamente, si estamos o no en presencia de un delito de lesa humanidad lo determinará la Justicia; pero nadie puede desconocer el fallo del juez Rafecas, que no es del siglo pasado sino que data de tres o cuatro meses, donde se concluye que en la transferencia de las acciones del grupo Graiver existe una situación de causa y efecto entre actos de tortura, desaparición y homicidio, y la adquisición de este medio. No lo dice un diputado sino un juez federal de la Nación, cuya sentencia se han encargado de silenciar los medios.
Por otra parte, no se han atrevido a cuestionar al juez Rafecas como un magistrado afín al kirchnerismo porque es alguien absolutamente independiente.
Cuando recibimos este proyecto, como bloque tuvimos un primer problema: determinar si el sujeto social -más allá de que comparto el discurso del señor diputado Plaini- que nosotros decíamos defender, quería o no que lo defendiésemos. Esta es la verdad.
Comenzamos a tomar contacto con diarios, ya fueran chicos, medianos o grandes, y realmente pudimos observar que se sentían víctimas de un despojo que se extendió a lo largo de los años y que no veían garantías ni tenían confianza en el accionar del Estado. Esta es la verdad. Quienes nos hemos tomado el trabajo de pasar horas hablando con los representantes de ciento veinte diarios, tuvimos la impresión de que durante más de treinta años se sintieron robados y estafados por el Grupo Clarín, y que de ningún modo creían que el Estado -no el gobierno sino el Estado- iba a ser una garantía.
Ocupa la Presidencia la señora presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, diputada Graciela Camaño.
SR. MORENO Ese fue el inicio. Los artilugios y las intenciones de quienes pensaron que esta discusión se iba a cancelar, nunca nos interesó desde el momento en que concluimos que seríamos capaces de interpretar a las verdaderas víctimas de esta situación.
Me causa desazón que hombres de la democracia pertenecientes al radicalismo, un movimiento que al igual que el nuestro tiene un origen nacional y popular, a esta altura de los acontecimientos duden sobre si el hecho de que el 95 por ciento de la provisión de papel para diarios esté concentrado en una única fábrica, que además se encuentra en manos de dos medios que consumen el 70 por ciento de esa producción y que al mismo tiempo compiten con doscientos cincuenta diarios del país, no merece una mirada atenta.
Las experiencias fueron muy ricas, pero quiero decir algo a los señores diputados.
La presentación que ADIRA realizó en la comisión -les recuerdo que esta asociación aglutina al 70 u 80 por ciento de los grandes diarios provinciales- lleva la firma de su presidente, el señor Marra, titular del diario "La Nueva Provincia", y del secretario, el señor Cuello, del diario "El Día".
Yo asistí con mucha paciencia a toda esta discusión. Aquí se han debatido cuestiones reglamentarias y constitucionales, que las vamos a analizar en el recinto, pero no he escuchado una palabra sobre lo que piensan estos diarios, a menos que alguien crea que los señores Marra y Cuello -que integran ADIRA por los diarios "La Nueva Provincia" y "El Día"- de golpe se hicieron kirchneristas o funcionales al gobierno.
Discutamos el sujeto que se ha visto afectado por todo esto; discutamos el origen; digamos que Onganía creó un fondo para fundar esta empresa, a la que durante diez años los diarios del interior le aportaron 70 millones de dólares y, sin embargo, en la mesa de Videla y de la señora de Noble -que es a donde confluye el negocio- no tuvieron una silla para participar, aunque sea, de oyentes. Esto es lo que dicen los diarios cuando uno se sienta a escucharlos. Digamos que se pidió un crédito que nadie pagó. Discutamos cómo se armó la promoción industrial.
A los correligionarios radicales les pido que lean el dictamen del fiscal de la provincia de Buenos Aires de 1985 y vean las consecuencias que sufrió el gobierno radical de ese entonces cuando denunció la estafa de 98 millones de pesos en perjuicio de DEBA, por una luz que esta empresa nunca pagó. Eso es lo que tenemos que discutir.
Nadie puede sentarse acá con entidad si no perdió al menos una hora para hablar con alguno de los 250 diarios.
¿Qué hizo el Estado? El Estado tomó dos medidas perversas. La dictadura no solamente le entregó a dos diarios -tres diarios en ese entonces- el poder total para que determinaran quién era competente o no, a quién le vendía papel o no, a quién le daba la cuota o no, sino que, además, fijó una arancel del 45 por ciento en dólares. ¿Qué hizo el gobierno de Alfonsín? Bajó ese arancel, en una primera etapa, al 35 por ciento y en sus últimos dos años de gobierno al 25 por ciento.
¿Qué hicieron Menem y Cavallo, que luego fue ratificado por de la Rúa y Cavallo? Le pusieron la otra estafa, que es el IVA a la tapa y a la publicidad, que en la Capital Federal -me refiero a Clarín en mayor medida, y en La Nación, que muchas veces uno no entiende por qué va a la rastra-, significa un crédito fiscal de 10 millones de dólares. Digo esto porque cuando uno cruza la General Paz, implica un costo insoportable que nunca pudieron terminar de pagar ni cancelar ningún diario.
La señora presidenta en 2009 dispuso una medida -este es un tema que no involucra al bloque- y una decisión administrativa de la AFIP y de la Jefatura de Gabinete a mi modo de ver insuficiente: canjeó la deuda de todos los medios y radios de la República Argentina por pauta.
Obviamente, los medios más desprotegidos dieron la bienvenida a esta medida, pero evidentemente no les alcanzó porque en los años 2009 y 2010 no siguieron pagando y tienen una medida cautelar a resolverse en la Corte.
¿Qué deberíamos hacer nosotros? Sobrevolar las situaciones reglamentarias, discutir los términos legales, modificar lo que haya que modificar, pero fundamentalmente los que somos diputados del interior tenemos que saber que por lo menos nos tenemos que tomar el trabajo para determinar si es cierto o no lo que han dicho todos los diarios del interior. Hasta "Crónica" lo ha dicho porque ha estado absolutamente discriminado: nunca le vendieron.
Pero lo más grave es que dijeron eso hasta algunos diarios que tuvieron entre 20 y 30 por ciento de cupo durante estos años.
Además, esos diarios pasaron por dos o tres generaciones. Nacieron con nuestro pueblo. Tres Arroyos tiene 108 años y "La voz del pueblo" tiene 104. Y no es precisamente un diario que nos apoye.
Este asunto será tratado en el recinto en quince o en veinte días. No me voy a comer el slogan de que esta es una pelea Kirchner-Clarín, y menos me voy a comer el slogan de que los diputados que no apoyen esto son empleados de Clarín. Ni lo uno ni lo otro. Esas son simplificaciones que nos desvalorizan como dirigentes políticos.
A mí no me consta que ningún diputado sea empleado de Clarín. Lo que no nos puede pasar es que por falta de profundización, por no tomar contacto con los diarios que son el sujeto, la víctima de treinta años, aparezcamos en una pelea política o en una situación de injusticia.
Entonces, respetuosamente, con despacho o sin despacho, de aquí a quince o veinte días estaría encantado de que gente bien intencionada y gente del interior hagan los aportes que consideren necesarios para saldar esta deuda de la democracia con nuestros diarios de provincias o de pueblos, de manera tal que estamos abiertos a cualquier sugerencia. (Aplausos.)
Me causa desazón que hombres de la democracia pertenecientes al radicalismo, un movimiento que al igual que el nuestro tiene un origen nacional y popular, a esta altura de los acontecimientos duden sobre si el hecho de que el 95 por ciento de la provisión de papel para diarios esté concentrado en una única fábrica, que además se encuentra en manos de dos medios que consumen el 70 por ciento de esa producción y que al mismo tiempo compiten con doscientos cincuenta diarios del país, no merece una mirada atenta.
Las experiencias fueron muy ricas, pero quiero decir algo a los señores diputados.
La presentación que ADIRA realizó en la comisión -les recuerdo que esta asociación aglutina al 70 u 80 por ciento de los grandes diarios provinciales- lleva la firma de su presidente, el señor Marra, titular del diario "La Nueva Provincia", y del secretario, el señor Cuello, del diario "El Día".
Yo asistí con mucha paciencia a toda esta discusión. Aquí se han debatido cuestiones reglamentarias y constitucionales, que las vamos a analizar en el recinto, pero no he escuchado una palabra sobre lo que piensan estos diarios, a menos que alguien crea que los señores Marra y Cuello -que integran ADIRA por los diarios "La Nueva Provincia" y "El Día"- de golpe se hicieron kirchneristas o funcionales al gobierno.
Discutamos el sujeto que se ha visto afectado por todo esto; discutamos el origen; digamos que Onganía creó un fondo para fundar esta empresa, a la que durante diez años los diarios del interior le aportaron 70 millones de dólares y, sin embargo, en la mesa de Videla y de la señora de Noble -que es a donde confluye el negocio- no tuvieron una silla para participar, aunque sea, de oyentes. Esto es lo que dicen los diarios cuando uno se sienta a escucharlos. Digamos que se pidió un crédito que nadie pagó. Discutamos cómo se armó la promoción industrial.
A los correligionarios radicales les pido que lean el dictamen del fiscal de la provincia de Buenos Aires de 1985 y vean las consecuencias que sufrió el gobierno radical de ese entonces cuando denunció la estafa de 98 millones de pesos en perjuicio de DEBA, por una luz que esta empresa nunca pagó. Eso es lo que tenemos que discutir.
Nadie puede sentarse acá con entidad si no perdió al menos una hora para hablar con alguno de los 250 diarios.
¿Qué hizo el Estado? El Estado tomó dos medidas perversas. La dictadura no solamente le entregó a dos diarios -tres diarios en ese entonces- el poder total para que determinaran quién era competente o no, a quién le vendía papel o no, a quién le daba la cuota o no, sino que, además, fijó una arancel del 45 por ciento en dólares. ¿Qué hizo el gobierno de Alfonsín? Bajó ese arancel, en una primera etapa, al 35 por ciento y en sus últimos dos años de gobierno al 25 por ciento.
¿Qué hicieron Menem y Cavallo, que luego fue ratificado por de la Rúa y Cavallo? Le pusieron la otra estafa, que es el IVA a la tapa y a la publicidad, que en la Capital Federal -me refiero a Clarín en mayor medida, y en La Nación, que muchas veces uno no entiende por qué va a la rastra-, significa un crédito fiscal de 10 millones de dólares. Digo esto porque cuando uno cruza la General Paz, implica un costo insoportable que nunca pudieron terminar de pagar ni cancelar ningún diario.
La señora presidenta en 2009 dispuso una medida -este es un tema que no involucra al bloque- y una decisión administrativa de la AFIP y de la Jefatura de Gabinete a mi modo de ver insuficiente: canjeó la deuda de todos los medios y radios de la República Argentina por pauta.
Obviamente, los medios más desprotegidos dieron la bienvenida a esta medida, pero evidentemente no les alcanzó porque en los años 2009 y 2010 no siguieron pagando y tienen una medida cautelar a resolverse en la Corte.
¿Qué deberíamos hacer nosotros? Sobrevolar las situaciones reglamentarias, discutir los términos legales, modificar lo que haya que modificar, pero fundamentalmente los que somos diputados del interior tenemos que saber que por lo menos nos tenemos que tomar el trabajo para determinar si es cierto o no lo que han dicho todos los diarios del interior. Hasta "Crónica" lo ha dicho porque ha estado absolutamente discriminado: nunca le vendieron.
Pero lo más grave es que dijeron eso hasta algunos diarios que tuvieron entre 20 y 30 por ciento de cupo durante estos años.
Además, esos diarios pasaron por dos o tres generaciones. Nacieron con nuestro pueblo. Tres Arroyos tiene 108 años y "La voz del pueblo" tiene 104. Y no es precisamente un diario que nos apoye.
Este asunto será tratado en el recinto en quince o en veinte días. No me voy a comer el slogan de que esta es una pelea Kirchner-Clarín, y menos me voy a comer el slogan de que los diputados que no apoyen esto son empleados de Clarín. Ni lo uno ni lo otro. Esas son simplificaciones que nos desvalorizan como dirigentes políticos.
A mí no me consta que ningún diputado sea empleado de Clarín. Lo que no nos puede pasar es que por falta de profundización, por no tomar contacto con los diarios que son el sujeto, la víctima de treinta años, aparezcamos en una pelea política o en una situación de injusticia.
Entonces, respetuosamente, con despacho o sin despacho, de aquí a quince o veinte días estaría encantado de que gente bien intencionada y gente del interior hagan los aportes que consideren necesarios para saldar esta deuda de la democracia con nuestros diarios de provincias o de pueblos, de manera tal que estamos abiertos a cualquier sugerencia. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA CAMAÑO Tiene la palabra la diputada Michetti.
SRA. MICHETTI Simplemente voy a formular dos o tres preguntas relacionadas con todo lo que he escuchado, rescatando el diagnóstico del marco en el que estamos debatiendo este proyecto efectuado por el diputado Gil Lavedra, y algunas de las consideraciones realizadas por la diputada Stolbizer.
Me pregunto por qué si la mayoría de los diputados aquí presentes -lo cual fue absolutamente comprobado a través de la lectura que hizo la señora presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, de todos los que componemos, desde la oposición, las comisiones que integran este plenario- estamos de acuerdo en elaborar una metodología de trabajo para el tratamiento de este tema -no para no tratarlo-, todavía no podemos dedicarnos a trabajar en la elaboración de esa metodología.
La mayoría de los diputados queremos trabajar en la metodología de evaluación, de discusión y de intercambio de opiniones en relación con este tema.
Por otra parte, tenemos herramientas de política pública y herramientas a nivel normativo. Contamos con la ley de la Defensa de la Competencia, que podríamos implementar bien, con cosas que todavía este gobierno no ha desarrollado en el marco de esa norma, como la integración del Tribunal, etcétera.
Entonces, si tenemos las herramientas normativas y los instrumentos de la política pública que nos permiten salvaguardar el tema en cuestión, es decir, el acceso igualitario al bien fundamental que necesitan los que editan diarios, que es el papel, ¿por qué estamos hoy discutiendo que eso se debe hacer con una norma tan importante como la declaración de interés público?
¿Por qué nos ponemos a discutir este tema cuando tenemos las herramientas para hacerlo desde otro lugar? Con la herramienta de política pública tradicional de las cuestiones comerciales arancelarias, con las que tienen que ver con la promoción y las políticas activas a las Pymes, con las que tienen que ver con el crédito, con el subsidio.
Me parece que tenemos herramientas absolutamente claras desde la política pública y desde la normativa como para hacer frente a este tema, que es salvaguardar el interés que todos tenemos en defender la libertad de expresión, mediante el acceso igualitario al papel de todas las empresas que editan diarios, se trate de empresas pequeñas, medianas o de cooperativas.
Por otro lado, me pregunto por qué el kirchnerismo descubrió hace poquito tiempo -todos lo han dicho- esta barbaridad de irregularidades e ilegalidades, incluso ligadas con temas tan graves como los derechos humanos, en una empresa en la cual ha participado desde hace mucho más que unos meses. Sin embargo, recién ahora aparece este tema sobre la mesa, y en función de eso y de ese descubrimiento aparece el proyecto de ley de declaración de interés público de esta materia.
Por último, ¿por qué como argentinos y en función de nuestra República y de los valores que debemos tratar de preservar en términos republicanos, nos vamos a meter en el brete de declarar de interés público esta materia, cuando puede ser la puerta o la llave para consolidar un totalitarismo o un despotismo muy grave desde las autoridades? No importa si son estas de la coyuntura o las del día de mañana. Las que sean que estén a cargo del Poder Ejecutivo de la Nación en la Argentina no pueden tener semejante nivel de herramienta que le permita tener control sobre lo que se dice y lo que se publica.
Pensemos que al declarar de interés público una materia nos puede llevar a declarar de emergencia pública una cuestión y también a declarar que en emergencia pública el Estado puede hacer lo que quiera con una cuestión. En este caso la libertad de expresión y el manejo de la opinión pública.
Entonces, creo que definitivamente estamos abriendo una puerta gravísima, peligrosísima sin absolutamente tener ninguna necesidad porque la materia que tenemos que proteger está resguardada por las políticas públicas que hoy tenemos a disposición -y por todas las que podamos crear-, y a su vez por la legislación que existe en materia de la defensa de la competencia. (Aplausos.)
Me pregunto por qué si la mayoría de los diputados aquí presentes -lo cual fue absolutamente comprobado a través de la lectura que hizo la señora presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, de todos los que componemos, desde la oposición, las comisiones que integran este plenario- estamos de acuerdo en elaborar una metodología de trabajo para el tratamiento de este tema -no para no tratarlo-, todavía no podemos dedicarnos a trabajar en la elaboración de esa metodología.
La mayoría de los diputados queremos trabajar en la metodología de evaluación, de discusión y de intercambio de opiniones en relación con este tema.
Por otra parte, tenemos herramientas de política pública y herramientas a nivel normativo. Contamos con la ley de la Defensa de la Competencia, que podríamos implementar bien, con cosas que todavía este gobierno no ha desarrollado en el marco de esa norma, como la integración del Tribunal, etcétera.
Entonces, si tenemos las herramientas normativas y los instrumentos de la política pública que nos permiten salvaguardar el tema en cuestión, es decir, el acceso igualitario al bien fundamental que necesitan los que editan diarios, que es el papel, ¿por qué estamos hoy discutiendo que eso se debe hacer con una norma tan importante como la declaración de interés público?
¿Por qué nos ponemos a discutir este tema cuando tenemos las herramientas para hacerlo desde otro lugar? Con la herramienta de política pública tradicional de las cuestiones comerciales arancelarias, con las que tienen que ver con la promoción y las políticas activas a las Pymes, con las que tienen que ver con el crédito, con el subsidio.
Me parece que tenemos herramientas absolutamente claras desde la política pública y desde la normativa como para hacer frente a este tema, que es salvaguardar el interés que todos tenemos en defender la libertad de expresión, mediante el acceso igualitario al papel de todas las empresas que editan diarios, se trate de empresas pequeñas, medianas o de cooperativas.
Por otro lado, me pregunto por qué el kirchnerismo descubrió hace poquito tiempo -todos lo han dicho- esta barbaridad de irregularidades e ilegalidades, incluso ligadas con temas tan graves como los derechos humanos, en una empresa en la cual ha participado desde hace mucho más que unos meses. Sin embargo, recién ahora aparece este tema sobre la mesa, y en función de eso y de ese descubrimiento aparece el proyecto de ley de declaración de interés público de esta materia.
Por último, ¿por qué como argentinos y en función de nuestra República y de los valores que debemos tratar de preservar en términos republicanos, nos vamos a meter en el brete de declarar de interés público esta materia, cuando puede ser la puerta o la llave para consolidar un totalitarismo o un despotismo muy grave desde las autoridades? No importa si son estas de la coyuntura o las del día de mañana. Las que sean que estén a cargo del Poder Ejecutivo de la Nación en la Argentina no pueden tener semejante nivel de herramienta que le permita tener control sobre lo que se dice y lo que se publica.
Pensemos que al declarar de interés público una materia nos puede llevar a declarar de emergencia pública una cuestión y también a declarar que en emergencia pública el Estado puede hacer lo que quiera con una cuestión. En este caso la libertad de expresión y el manejo de la opinión pública.
Entonces, creo que definitivamente estamos abriendo una puerta gravísima, peligrosísima sin absolutamente tener ninguna necesidad porque la materia que tenemos que proteger está resguardada por las políticas públicas que hoy tenemos a disposición -y por todas las que podamos crear-, y a su vez por la legislación que existe en materia de la defensa de la competencia. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA CAMAÑO Tiene la palabra la señora diputada Leguizamón.
SRA. LEGUIZAMÓN Señora presidenta: simplemente voy a reflexionar junto con mis compañeros en el hecho de no reclamar en voz alta tantos cuestionamientos, sino en pensar en nuestra propia historia y en responsabilidades mayores o menores que hemos tenido y que tenemos por ser quienes somos y por transitar esta historia contemporánea.
Yo sí me he tomado el trabajo de ir todos los días a las audiencias públicas, de escuchar a los cientos de distintos representantes -más importantes, menos importantes, más gloriosos, menos gloriosos- con sus grandes historias de vida, que vinieron esperanzados a la Cámara de Diputados de la Nación a ser escuchados.
Eran, como dijeron muchos de mis compañeros, quienes durante años y años aguantaron en silencio los abusos ejercidos desde los monopolios.
Yo sí me he tomado el trabajo de ir todos los días a las audiencias públicas, de escuchar a los cientos de distintos representantes -más importantes, menos importantes, más gloriosos, menos gloriosos- con sus grandes historias de vida, que vinieron esperanzados a la Cámara de Diputados de la Nación a ser escuchados.
Eran, como dijeron muchos de mis compañeros, quienes durante años y años aguantaron en silencio los abusos ejercidos desde los monopolios.
- Ocupa la Presidencia la señora diputada Di Tullio.
SRA. LEGUIZAMÓN Fue muy esclarecedor escuchar sus testimonios. Por eso creo que si los hubiesen oído, muchas de las preguntas que hoy nos hacemos en voz alta tendrían una respuesta tan simple y tan clara que nos habríamos evitado repetir lo mismo durante varias horas.
En esta reflexión también quiero rescatar el esfuerzo de la señora diputada Di Tullio, quien nos dio la posibilidad de sentarnos ordenadamente a escuchar esos testimonios. Quien me precedió en el uso de la palabra mencionó una lista de las herramientas que tenemos. Es cierto; las tenemos y las usamos. Hay un dictamen y nosotros lo hemos firmado.
Estamos hablando de hechos concretos, no de sentarnos a armar agendas interminables sobre un tema sobre el que mucho hemos escuchado y que tiene una historia tan fuerte que cada uno puede dar un testimonio personal.
Luego de estas consideraciones, deseo expresar simplemente que he firmado el dictamen porque creo que fue elaborado de acuerdo con la reglamentación vigente y que la señora presidenta de la Comisión de Comercio ha seguido el camino que corresponde de acuerdo con sus facultades. (Aplausos.)
En esta reflexión también quiero rescatar el esfuerzo de la señora diputada Di Tullio, quien nos dio la posibilidad de sentarnos ordenadamente a escuchar esos testimonios. Quien me precedió en el uso de la palabra mencionó una lista de las herramientas que tenemos. Es cierto; las tenemos y las usamos. Hay un dictamen y nosotros lo hemos firmado.
Estamos hablando de hechos concretos, no de sentarnos a armar agendas interminables sobre un tema sobre el que mucho hemos escuchado y que tiene una historia tan fuerte que cada uno puede dar un testimonio personal.
Luego de estas consideraciones, deseo expresar simplemente que he firmado el dictamen porque creo que fue elaborado de acuerdo con la reglamentación vigente y que la señora presidenta de la Comisión de Comercio ha seguido el camino que corresponde de acuerdo con sus facultades. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Fein.
SRA. FEIN Señora presidenta: en verdad, creo que fue importante habilitar este debate con la participación de todas las comisiones encargadas de tratar el tema de Papel Prensa.
Hago este comentario porque si bien votamos a favor de la realización de este debate, lamentamos que el anterior haya sido llevado a cabo unilateralmente por una única comisión sobre la base de una agenda que no fue consensuada con el resto de las comisiones. Desde el momento en que la señora presidenta anunció el tema de Papel Prensa, nuestro bloque manifestó que apoyaba la idea de que la producción, distribución y comercialización del papel para diario fuese declarada de interés público.
Entendíamos que era necesario aclarar ese concepto tan amplio, que de ninguna manera íbamos a dar un voto en blanco al Poder Ejecutivo y que esta decisión debía estar acompañada de un marco regulatorio que garantice lo que para nosotros es la base de la declaración de interés público: aportar a la libertad de prensa a partir de la provisión, en condiciones igualitarias, del papel para todos los medios.
También dijimos que nos parecía sumamente pobre el proyecto del Poder Ejecutivo, ya que nos plantea que una vez efectuada la declaración de interés público le deleguemos la tarea de elaborar un marco regulatorio, algo que sabíamos no podíamos hacer. Nuestra respuesta fue que estábamos dispuestos a debatir con responsabilidad un marco regulatorio que garantice lo que para nosotros sigue siendo el eje fundamental del debate: aportar a la libertad de prensa asegurando el acceso de todos los medios al insumo básico, que es el papel.
No haré referencias reglamentarias sobre las mayorías existentes porque ya fueron hechas. Simplemente deseo manifestar que suscribimos la idea de extender este debate durante un plazo determinado porque no confiamos en un gobierno que habla de desconcentración y que, al mismo tiempo, permite fusiones que tienden justamente a concentrar actividades, que no discute la regulación de los servicios de telecomunicaciones, que no ha presentado -como hubiera correspondido- denuncias ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y que ha sido incapaz de constituir el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia, organismo que seguramente podría haber dado respuestas a muchos de los medios que, según se ha dicho, durante años tuvieron dificultades.
Sabemos y hemos leído las versiones taquigráficas de lo que han dicho muchos medios del interior del país, que han planteado problemas con el precio y la provisión de insumos. Pero sabemos que firmar un dictamen requiere de toda la información necesaria para efectivamente lograr el objetivo -del que hablamos desde un principio-, de garantizar la provisión de papel a todos los medios. Creo que esto requiere de un debate y de una información mucho más profundos que el que estamos realizando en esta única reunión.
Estamos solicitando extender este debate, pero no en forma interminable para no sacar un dictamen, sino en un plazo determinado para poder debatir, fundamentalmente, los aportes presentados por Proyecto Sur, donde se plantean temas que, por lo menos, creemos que hay que profundizar.
Se plantea un registro de medios gráficos y la posibilidad de la exclusión de este registro en forma unilateral, por la autoridad de aplicación que es un delegado del el Poder Ejecutivo. Se plantean una serie de incompatibilidades que queremos discutir. Nos parece que es necesario ser responsables, porque cuando uno define una ley de esta magnitud no lo puede hacer pensando en un gobierno, sino que lo debe hacer pensando que el objetivo, como aquí se plantea, que es que todos los medios del interior del país puedan tener igualdad de oportunidades.
Coincidimos en que se podría haber avanzado en el tema de igualdad de precio. Un tema sobre el cual creo que hay coincidencia en casi todos los bloques.
Nosotros reiteramos que es importante discutir que la producción, distribución y comercialización de papel sea de interés público, pero junto con esto decimos que queremos estar convencidos de que la regulación no le da un cheque en blanco al Ejecutivo de turno, sino que fundamentalmente garantiza el derecho de la libertad de prensa esencial para la constitución de la democracia.
Hago este comentario porque si bien votamos a favor de la realización de este debate, lamentamos que el anterior haya sido llevado a cabo unilateralmente por una única comisión sobre la base de una agenda que no fue consensuada con el resto de las comisiones. Desde el momento en que la señora presidenta anunció el tema de Papel Prensa, nuestro bloque manifestó que apoyaba la idea de que la producción, distribución y comercialización del papel para diario fuese declarada de interés público.
Entendíamos que era necesario aclarar ese concepto tan amplio, que de ninguna manera íbamos a dar un voto en blanco al Poder Ejecutivo y que esta decisión debía estar acompañada de un marco regulatorio que garantice lo que para nosotros es la base de la declaración de interés público: aportar a la libertad de prensa a partir de la provisión, en condiciones igualitarias, del papel para todos los medios.
También dijimos que nos parecía sumamente pobre el proyecto del Poder Ejecutivo, ya que nos plantea que una vez efectuada la declaración de interés público le deleguemos la tarea de elaborar un marco regulatorio, algo que sabíamos no podíamos hacer. Nuestra respuesta fue que estábamos dispuestos a debatir con responsabilidad un marco regulatorio que garantice lo que para nosotros sigue siendo el eje fundamental del debate: aportar a la libertad de prensa asegurando el acceso de todos los medios al insumo básico, que es el papel.
No haré referencias reglamentarias sobre las mayorías existentes porque ya fueron hechas. Simplemente deseo manifestar que suscribimos la idea de extender este debate durante un plazo determinado porque no confiamos en un gobierno que habla de desconcentración y que, al mismo tiempo, permite fusiones que tienden justamente a concentrar actividades, que no discute la regulación de los servicios de telecomunicaciones, que no ha presentado -como hubiera correspondido- denuncias ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y que ha sido incapaz de constituir el Tribunal Nacional de Defensa de la Competencia, organismo que seguramente podría haber dado respuestas a muchos de los medios que, según se ha dicho, durante años tuvieron dificultades.
Sabemos y hemos leído las versiones taquigráficas de lo que han dicho muchos medios del interior del país, que han planteado problemas con el precio y la provisión de insumos. Pero sabemos que firmar un dictamen requiere de toda la información necesaria para efectivamente lograr el objetivo -del que hablamos desde un principio-, de garantizar la provisión de papel a todos los medios. Creo que esto requiere de un debate y de una información mucho más profundos que el que estamos realizando en esta única reunión.
Estamos solicitando extender este debate, pero no en forma interminable para no sacar un dictamen, sino en un plazo determinado para poder debatir, fundamentalmente, los aportes presentados por Proyecto Sur, donde se plantean temas que, por lo menos, creemos que hay que profundizar.
Se plantea un registro de medios gráficos y la posibilidad de la exclusión de este registro en forma unilateral, por la autoridad de aplicación que es un delegado del el Poder Ejecutivo. Se plantean una serie de incompatibilidades que queremos discutir. Nos parece que es necesario ser responsables, porque cuando uno define una ley de esta magnitud no lo puede hacer pensando en un gobierno, sino que lo debe hacer pensando que el objetivo, como aquí se plantea, que es que todos los medios del interior del país puedan tener igualdad de oportunidades.
Coincidimos en que se podría haber avanzado en el tema de igualdad de precio. Un tema sobre el cual creo que hay coincidencia en casi todos los bloques.
Nosotros reiteramos que es importante discutir que la producción, distribución y comercialización de papel sea de interés público, pero junto con esto decimos que queremos estar convencidos de que la regulación no le da un cheque en blanco al Ejecutivo de turno, sino que fundamentalmente garantiza el derecho de la libertad de prensa esencial para la constitución de la democracia.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Carlotto.
SR. CARLOTTO Señora presidenta: quiero hacer una primera aclaración. Me parece que en forma permanente se está debatiendo sobre el proyecto que envió el Poder Ejecutivo, cuando en realidad lo que tenemos en consideración es la unificación de varios proyectos, esencialmente el de la diputada Merchán. Entonces, me parece que habría que haber actualizado un poco las argumentaciones en el debate porque se debate sobre cosas que la propuesta que estamos firmando no contiene.
Hay un tema que me parece que es importante aclarar, porque muchos diputados preopinantes plantearon el tema de la oportunidad. ¿Qué está sucediendo en la Argentina que se están reflotando hechos que tienen más de 30 años de sucedidos? En este sentido, me parece importante hacer algunas aclaraciones.
En primer lugar, debo hacer mención a lo que planteó el diputado Moreno, porque es sumamente oportuno. Se trata de la recomendación de la lectura del fallo del juez Rafecas, que utilizó un término que, en mi opinión, es esencial y central planearlo aquí y es que la adquisición de la empresa Papel Prensa por parte de los grupos Clarín, La Nación y La Razón en el año 1976, es inescindible de la comisión de crímenes de lesa humanidad. Este es un pronunciamiento absolutamente contundente y marca con mucha claridad la derivación de la causa al juez Corazza, de La Plata, para que tome las medidas del caso.
Por eso, el informe sobre Papel Prensa abunda en argumentos y elementos que califican de manera muy fuerte la comisión de esos crímenes de lesa humanidad. Pero la pregunta es: ¿por qué ahora? ¿Por qué es este momento la oportunidad?
Hace algunos años en esta Cámara de Diputados tuvimos un debate sumamente interesante con respecto a la incorporación del genocida Patti, y se generó una serie de audiencias públicas. Allí estaba el presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento llevando adelante el debate, y nosotros recibimos el testimonio de personas que por primera vez contaban su historia y lo que había sucedido con ellos.
Este no es un hecho antojadizo de utilización perverso; es el tiempo que las víctimas se toman para dar su testimonio, con el agregado de que tuvimos diecisiete años de proscripción en la discusión de este tema en función de las leyes de impunidad que tuvimos en la Argentina.
Entonces, desde mi perspectiva se ha iniciado la recuperación de la agenda de la transición democrática en la Argentina. Estamos discutiendo esa agenda muchísimos años después, buscando justicia para los crímenes de lesa humanidad, pero también discutiendo cuál es la matriz de distribución de la riqueza, de la producción en nuestro país, y cuál es la matriz de la difusión del conocimiento, de la posibilidad de que podamos expresarnos, de escuchar y ser escuchados. Y así como fue la ley de servicios audiovisuales, éste es un camino más que busca generar una forma de distribución de la palabra de una manera mucho más democrática.
Quienes tuvimos la posibilidad de participar en las audiencias que se realizaron en el anexo de la Cámara, escuchamos algunos testimonios que fueron sumamente importantes. Uno de ellos fue el del representante del diario "Ámbito financiero", que planteó que durante el año 2009 su empresa perdió 2,4 millones de pesos por la modalidad de la adquisición del papel. O sea que veamos las consecuencias que tuvo esta política sobre un medio de comunicación como es el diario "Ámbito financiero".
También escuchamos la palabra del señor Pirillo con respecto a lo que significó su incorporación como director del diario "La razón" y la manera en que se discutía y se sigue discutiendo en la Argentina ese poder real, que hoy sale a la luz y que está en la discusión no sólo de este Parlamento sino del pueblo argentino.
Porque nosotros pensamos y sentimos que esta transición democrática que pretendemos concluir debe estar sustentada en un claro proceso de distribución de la riqueza. De lo contrario no vamos a tener en la Argentina una transición democrática exitosa. Estas son deudas de la democracia.
Y no pensemos que esta discusión sobre la distribución de la riqueza y de la palabra se acaba aquí. Desde nuestra perspectiva esto continúa y pretendemos profundizar la búsqueda del camino para generar una sociedad más igualitaria.
También hay algo que dijo el diputado Plaini que es sumamente importante: la relación entre la adquisición del papel y las pautas publicitarias de los diarios. Y allí hubo un pronunciamiento muy revelador por parte del representante de "Página/12" con respecto a la imposibilidad de tener pautas publicitarias más importantes en su diario a partir de la presión que tanto "La Nación" como "Clarín" ejercen sobre aquellos que puedan llevar publicidad a otros medios de comunicación. Y esto está absolutamente vinculado con la forma y condiciones en que se adquiere el papel.
Es sumamente importante clarificar que desde el origen de la adquisición de esta empresa por parte de Clarín y La Nación hubo una complicidad manifiesta en la comisión de crímenes de lesa humanidad, y hubo una complicidad también en ser órganos difusores y distorsionadores de la realidad de lo que sucedía durante la dictadura militar, no porque lo digamos ahora sino porque está expresado en cada uno de los diarios a lo largo de los años, con el ocultamiento de la información. Incluso, llegaron a situaciones tan terribles como la de suponer una entrevista en noviembre de 1977 por parte del diario "Clarín" a subversivos, entre comillas, alojados en una granja de recuperación -que era el verso que querían meternos a los familiares que estábamos buscando a nuestros seres queridos-, donde se hace referencia a que en ese lugar se encontraba una prisionera con un niño recién nacido y algunas embarazadas.
Entonces, este medio de comunicación también debe rendir cuenta de quiénes se trataba y cuál fue el final y el destino que tuvieron esas personas que fueron entrevistadas -supuestamente- por representantes de ese medio de comunicación.
Me parece que nosotros tenemos que visualizar esto no solamente como una discusión que estamos teniendo en la Argentina. Esta es una discusión que se está teniendo en el subcontinente. Sudamérica está discutiendo esto. Se está planteando dónde está la discusión del poder real. Es decir, ¿cómo los estados democráticos administran el poder real en la Argentina y no lo realizan los grandes grupos económicos, las grandes corporaciones y las transnacionales? Este es parte del debate que estamos teniendo y esto es lo que viene a subsanar el proyecto.
Sin dudas la intencionalidad política vino de parte del Poder Ejecutivo nacional, cuando tuvo una mirada más profunda sobre la forma en que administraba Papel Prensa y las consecuencias que eso tenía sobre la comunicación gráfica en nuestro país.
Hemos escuchado a más de ciento veinte expositores durante esas audiencias; hemos tenido audiencias públicas en distintos puntos del país y ya llevamos casi seis horas de debate.
Lo más sano y conveniente para el fortalecimiento del sistema democrático es lo que estamos realizando en este momento. No tenemos que tener temor a discutir con las grandes corporaciones una nueva distribución del poder en la Argentina. Y lo deben hacer los estados democráticos. No van a ser las corporaciones por sí mismas las que van a brindarnos mayor capacidad democrática.
Esto es parte de la discusión que debemos llevar adelante como representantes del pueblo en el pleno de la Honorable Cámara. Por eso, propongo que terminemos con este debate y llevemos la discusión al recinto, con los elementos que se han aportado aquí. No podemos decir que no se debatió, pero hemos visto aquí que ha habido una mirada sumamente tangencial sin ir al fondo de la cuestión.
Queremos que exista una definición entre si se está de acuerdo con la democratización en la fabricación de la pasta de papel y la producción de papel prensa en un sentido más democrático en la Argentina o si se pretende continuar con el statu quo existente. (Aplausos.)
Hay un tema que me parece que es importante aclarar, porque muchos diputados preopinantes plantearon el tema de la oportunidad. ¿Qué está sucediendo en la Argentina que se están reflotando hechos que tienen más de 30 años de sucedidos? En este sentido, me parece importante hacer algunas aclaraciones.
En primer lugar, debo hacer mención a lo que planteó el diputado Moreno, porque es sumamente oportuno. Se trata de la recomendación de la lectura del fallo del juez Rafecas, que utilizó un término que, en mi opinión, es esencial y central planearlo aquí y es que la adquisición de la empresa Papel Prensa por parte de los grupos Clarín, La Nación y La Razón en el año 1976, es inescindible de la comisión de crímenes de lesa humanidad. Este es un pronunciamiento absolutamente contundente y marca con mucha claridad la derivación de la causa al juez Corazza, de La Plata, para que tome las medidas del caso.
Por eso, el informe sobre Papel Prensa abunda en argumentos y elementos que califican de manera muy fuerte la comisión de esos crímenes de lesa humanidad. Pero la pregunta es: ¿por qué ahora? ¿Por qué es este momento la oportunidad?
Hace algunos años en esta Cámara de Diputados tuvimos un debate sumamente interesante con respecto a la incorporación del genocida Patti, y se generó una serie de audiencias públicas. Allí estaba el presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento llevando adelante el debate, y nosotros recibimos el testimonio de personas que por primera vez contaban su historia y lo que había sucedido con ellos.
Este no es un hecho antojadizo de utilización perverso; es el tiempo que las víctimas se toman para dar su testimonio, con el agregado de que tuvimos diecisiete años de proscripción en la discusión de este tema en función de las leyes de impunidad que tuvimos en la Argentina.
Entonces, desde mi perspectiva se ha iniciado la recuperación de la agenda de la transición democrática en la Argentina. Estamos discutiendo esa agenda muchísimos años después, buscando justicia para los crímenes de lesa humanidad, pero también discutiendo cuál es la matriz de distribución de la riqueza, de la producción en nuestro país, y cuál es la matriz de la difusión del conocimiento, de la posibilidad de que podamos expresarnos, de escuchar y ser escuchados. Y así como fue la ley de servicios audiovisuales, éste es un camino más que busca generar una forma de distribución de la palabra de una manera mucho más democrática.
Quienes tuvimos la posibilidad de participar en las audiencias que se realizaron en el anexo de la Cámara, escuchamos algunos testimonios que fueron sumamente importantes. Uno de ellos fue el del representante del diario "Ámbito financiero", que planteó que durante el año 2009 su empresa perdió 2,4 millones de pesos por la modalidad de la adquisición del papel. O sea que veamos las consecuencias que tuvo esta política sobre un medio de comunicación como es el diario "Ámbito financiero".
También escuchamos la palabra del señor Pirillo con respecto a lo que significó su incorporación como director del diario "La razón" y la manera en que se discutía y se sigue discutiendo en la Argentina ese poder real, que hoy sale a la luz y que está en la discusión no sólo de este Parlamento sino del pueblo argentino.
Porque nosotros pensamos y sentimos que esta transición democrática que pretendemos concluir debe estar sustentada en un claro proceso de distribución de la riqueza. De lo contrario no vamos a tener en la Argentina una transición democrática exitosa. Estas son deudas de la democracia.
Y no pensemos que esta discusión sobre la distribución de la riqueza y de la palabra se acaba aquí. Desde nuestra perspectiva esto continúa y pretendemos profundizar la búsqueda del camino para generar una sociedad más igualitaria.
También hay algo que dijo el diputado Plaini que es sumamente importante: la relación entre la adquisición del papel y las pautas publicitarias de los diarios. Y allí hubo un pronunciamiento muy revelador por parte del representante de "Página/12" con respecto a la imposibilidad de tener pautas publicitarias más importantes en su diario a partir de la presión que tanto "La Nación" como "Clarín" ejercen sobre aquellos que puedan llevar publicidad a otros medios de comunicación. Y esto está absolutamente vinculado con la forma y condiciones en que se adquiere el papel.
Es sumamente importante clarificar que desde el origen de la adquisición de esta empresa por parte de Clarín y La Nación hubo una complicidad manifiesta en la comisión de crímenes de lesa humanidad, y hubo una complicidad también en ser órganos difusores y distorsionadores de la realidad de lo que sucedía durante la dictadura militar, no porque lo digamos ahora sino porque está expresado en cada uno de los diarios a lo largo de los años, con el ocultamiento de la información. Incluso, llegaron a situaciones tan terribles como la de suponer una entrevista en noviembre de 1977 por parte del diario "Clarín" a subversivos, entre comillas, alojados en una granja de recuperación -que era el verso que querían meternos a los familiares que estábamos buscando a nuestros seres queridos-, donde se hace referencia a que en ese lugar se encontraba una prisionera con un niño recién nacido y algunas embarazadas.
Entonces, este medio de comunicación también debe rendir cuenta de quiénes se trataba y cuál fue el final y el destino que tuvieron esas personas que fueron entrevistadas -supuestamente- por representantes de ese medio de comunicación.
Me parece que nosotros tenemos que visualizar esto no solamente como una discusión que estamos teniendo en la Argentina. Esta es una discusión que se está teniendo en el subcontinente. Sudamérica está discutiendo esto. Se está planteando dónde está la discusión del poder real. Es decir, ¿cómo los estados democráticos administran el poder real en la Argentina y no lo realizan los grandes grupos económicos, las grandes corporaciones y las transnacionales? Este es parte del debate que estamos teniendo y esto es lo que viene a subsanar el proyecto.
Sin dudas la intencionalidad política vino de parte del Poder Ejecutivo nacional, cuando tuvo una mirada más profunda sobre la forma en que administraba Papel Prensa y las consecuencias que eso tenía sobre la comunicación gráfica en nuestro país.
Hemos escuchado a más de ciento veinte expositores durante esas audiencias; hemos tenido audiencias públicas en distintos puntos del país y ya llevamos casi seis horas de debate.
Lo más sano y conveniente para el fortalecimiento del sistema democrático es lo que estamos realizando en este momento. No tenemos que tener temor a discutir con las grandes corporaciones una nueva distribución del poder en la Argentina. Y lo deben hacer los estados democráticos. No van a ser las corporaciones por sí mismas las que van a brindarnos mayor capacidad democrática.
Esto es parte de la discusión que debemos llevar adelante como representantes del pueblo en el pleno de la Honorable Cámara. Por eso, propongo que terminemos con este debate y llevemos la discusión al recinto, con los elementos que se han aportado aquí. No podemos decir que no se debatió, pero hemos visto aquí que ha habido una mirada sumamente tangencial sin ir al fondo de la cuestión.
Queremos que exista una definición entre si se está de acuerdo con la democratización en la fabricación de la pasta de papel y la producción de papel prensa en un sentido más democrático en la Argentina o si se pretende continuar con el statu quo existente. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Iglesias, pero le pide una interrupción el diputado Julio Martínez. ¿Se la concede?
SR. IGLESIAS Sí, señora presidenta.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado Julio César Martínez.
SR. MARTÍNEZ (J.C.) Señora presidenta: simplemente deseo adherir a la posición de mi bloque, en el sentido de que no se dictamine en el día de hoy y hasta no escuchar a todos los interesados que puedan venir a futuras reuniones, porque eso seguramente nos ayudará a tomar una decisión.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Iglesias.
SR. IGLESIAS Señora presidenta: son interesantes varios de los puntos que ha planteado el diputado preopinante con respecto a la discusión. Es cierto que este es un debate que existe en toda Sudamérica, también es cierto que la concertación chilena ha gobernado Chile durante veinte años con todos los medios de difusión y los diarios completamente en contra y con posiciones que denominaría absolutamente de derecha. A pesar de eso, los gobernantes de la concertación chilena -me refiero a Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, que no me parece que sean neoliberales- abandonaron su gobierno con el 80 por ciento de imagen positiva.
Lo mismo podemos decir de otro líder de la centroizquierda de Sudamérica, que se llama Lula, quien también está dejando su gobierno -a pesar de que la mayor parte de los medios son difícilmente identificables con el Partido de los Trabajadores- con el 80 por ciento de popularidad, cosa que no sucede en este país.
Por otra parte, no sé muy bien que es lo que tiene que ver el señor Patti en toda esta discusión. Pero lo que sí sé es que en el bloque de la Coalición Cívica no hay ningún diputado del Paufe.
Entonces, cuando hablamos de la distorsión de la realidad durante la dictadura, tenemos que decir toda la verdad, porque los principales medios de difusión de las ideas durante aquella época -es decir, la manera como los argentinos nos enterábamos de lo que quería la dictadura militar- eran la cadena nacional de radiodifusión y el Canal 7.
Entonces me pregunto, siguiendo esa lógica de que los medios que en aquel entonces servían a los intereses de la dictadura tienen que ser demolidos, si también iremos en contra de la TV Pública. Planteo el interrogante porque me parece que se pasa de una afirmación cierta a sacar conclusiones que no tienen nada que ver con dicha afirmación.
Alguna vez este país tendrá que terminar este debate o dejar de utilizarlo parcialmente en función de intereses políticos circunstanciales. Todos los argentinos deberíamos preguntarnos por qué en la República Argentina el único diario donde se hablaba de los desaparecidos era Buenos Aires Herald.
Adhiero a lo que dijo el señor diputado Gil Lavedra cuando manifestó que este proyecto es desopilante e insensato, en particular al pensar en la utilización espuria de que se hace de los crímenes de lesa humanidad para justificar lo injustificable.
Este proceso comenzó con un hecho justo: la reivindicación, la puesta en la agenda política por parte de este gobierno del tema de los derechos humanos, que fueran proclamados en los años ochenta por la gestión alfonsinista, abandonados luego por la Alianza y finalmente colocados por el PJ menemista en un punto fundamental, que nunca se menciona, a partir de los indultos.
Me pregunto dónde termina esto, porque he escuchado ciertas afirmaciones que me preocupan. Algunos diputados han dicho que se cometieron crímenes de lesa humanidad relacionados con la compraventa de Papel Prensa, situación que es posible. En efecto, hay víctimas, que merecen todo el respeto, que hicieron esa afirmación. De la misma manera, hay otras víctimas, que merecen el mismo respeto, que han sostenido que eso no es cierto. Sobre este punto es la Justicia la que debe expedirse; no el señor diputado Gullo, el señor diputado Carlotto o quien habla. Cuando la Justicia determine si se cometieron o no crímenes de lesa humanidad, entonces podemos hablar.
El concepto jurídico, como bien ha señalado el señor diputado Vega, me parece un poco extraño. Supongamos que efectivamente hubo crímenes de lesa humanidad relacionados con la compraventa de Papel Prensa. ¿Eso transforma a la compraventa en sí misma en un crimen de lesa humanidad? ¿Acaso hemos pasado al concepto de la compraventa de lesa humanidad? Me parece que estamos orillando el borde del ridículo. Quienes trabajamos en derechos humanos desde mucho antes de mayo de 2003 -en los años 80 yo formaba parte del grupo Trabajadores por los Derechos Humanos, vinculado con las comisiones internas en épocas en que Hebe de Bonafini iba a la CGT y salía declarando que los guardaespaldas de Ubaldini la habían sacado, según textuales palabras, a patadas en el culo-, íbamos a las fábricas y nos enterábamos de cuántas comisiones internas habían sido diezmadas con la colaboración de las patronales.
Preguntémonos dónde termina esta lógica. ¿En una investigación sobre todas esas desapariciones? ¿En la intervención, expropiación o declaración de interés público de las fábricas que tuvieron que ver con esos hechos?
Creo que se están dando pasos extremadamente peligrosos...
Lo mismo podemos decir de otro líder de la centroizquierda de Sudamérica, que se llama Lula, quien también está dejando su gobierno -a pesar de que la mayor parte de los medios son difícilmente identificables con el Partido de los Trabajadores- con el 80 por ciento de popularidad, cosa que no sucede en este país.
Por otra parte, no sé muy bien que es lo que tiene que ver el señor Patti en toda esta discusión. Pero lo que sí sé es que en el bloque de la Coalición Cívica no hay ningún diputado del Paufe.
Entonces, cuando hablamos de la distorsión de la realidad durante la dictadura, tenemos que decir toda la verdad, porque los principales medios de difusión de las ideas durante aquella época -es decir, la manera como los argentinos nos enterábamos de lo que quería la dictadura militar- eran la cadena nacional de radiodifusión y el Canal 7.
Entonces me pregunto, siguiendo esa lógica de que los medios que en aquel entonces servían a los intereses de la dictadura tienen que ser demolidos, si también iremos en contra de la TV Pública. Planteo el interrogante porque me parece que se pasa de una afirmación cierta a sacar conclusiones que no tienen nada que ver con dicha afirmación.
Alguna vez este país tendrá que terminar este debate o dejar de utilizarlo parcialmente en función de intereses políticos circunstanciales. Todos los argentinos deberíamos preguntarnos por qué en la República Argentina el único diario donde se hablaba de los desaparecidos era Buenos Aires Herald.
Adhiero a lo que dijo el señor diputado Gil Lavedra cuando manifestó que este proyecto es desopilante e insensato, en particular al pensar en la utilización espuria de que se hace de los crímenes de lesa humanidad para justificar lo injustificable.
Este proceso comenzó con un hecho justo: la reivindicación, la puesta en la agenda política por parte de este gobierno del tema de los derechos humanos, que fueran proclamados en los años ochenta por la gestión alfonsinista, abandonados luego por la Alianza y finalmente colocados por el PJ menemista en un punto fundamental, que nunca se menciona, a partir de los indultos.
Me pregunto dónde termina esto, porque he escuchado ciertas afirmaciones que me preocupan. Algunos diputados han dicho que se cometieron crímenes de lesa humanidad relacionados con la compraventa de Papel Prensa, situación que es posible. En efecto, hay víctimas, que merecen todo el respeto, que hicieron esa afirmación. De la misma manera, hay otras víctimas, que merecen el mismo respeto, que han sostenido que eso no es cierto. Sobre este punto es la Justicia la que debe expedirse; no el señor diputado Gullo, el señor diputado Carlotto o quien habla. Cuando la Justicia determine si se cometieron o no crímenes de lesa humanidad, entonces podemos hablar.
El concepto jurídico, como bien ha señalado el señor diputado Vega, me parece un poco extraño. Supongamos que efectivamente hubo crímenes de lesa humanidad relacionados con la compraventa de Papel Prensa. ¿Eso transforma a la compraventa en sí misma en un crimen de lesa humanidad? ¿Acaso hemos pasado al concepto de la compraventa de lesa humanidad? Me parece que estamos orillando el borde del ridículo. Quienes trabajamos en derechos humanos desde mucho antes de mayo de 2003 -en los años 80 yo formaba parte del grupo Trabajadores por los Derechos Humanos, vinculado con las comisiones internas en épocas en que Hebe de Bonafini iba a la CGT y salía declarando que los guardaespaldas de Ubaldini la habían sacado, según textuales palabras, a patadas en el culo-, íbamos a las fábricas y nos enterábamos de cuántas comisiones internas habían sido diezmadas con la colaboración de las patronales.
Preguntémonos dónde termina esta lógica. ¿En una investigación sobre todas esas desapariciones? ¿En la intervención, expropiación o declaración de interés público de las fábricas que tuvieron que ver con esos hechos?
Creo que se están dando pasos extremadamente peligrosos...
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. IGLESIAS Exactamente, señores diputados: Mercedes Benz y Ford.
Como decía, la investigación sobre aquellos crímenes es una deuda que tiene la sociedad argentina. Por eso es necesario ir hasta el fondo de la cuestión. Pero ir de esa investigación sobre los crímenes vinculados con la compraventa de Papel Prensa -que deben ser analizados exhaustivamente no por nosotros sino por la Justicia- al concepto de compraventa de lesa humanidad, es un paso que no se tendría que haber dado.
El gobierno ha hecho una serie de afirmaciones que me parecen curiosas. Primero, ha expresado que Clarín miente y contamina. Me pregunto desde cuándo. ¿No mentía ni contaminaba cuando le dieron diez años de prórroga a su licencia? ¿No mentía ni contaminaba cuando permitieron que se fusionen Cablevisión y Multicanal?
Clarín miente y contamina desde el conflicto con el campo. Para el gobierno, Clarín miente y contamina desde el 29 de junio cuando perdió las elecciones.
Dicen que Papel Prensa violó la ley. Y la pregunta obligada es: ¿quién lo permitió, habiendo un director del Estado dentro de Papel Prensa que tenía que controlar esto? Esto se está convirtiendo en una metodología inaugurada con las AFJP. El mismo gobierno que durante cinco años no controló y permitió que las AFJP hicieran lo que quisieran vino después diciendo que violaban la ley, que había que tomarlas, nos vamos a quedar con la caja, porque así íbamos a mejorar la situación de los jubilados y después la plata no está tampoco para los jubilados. Esta metodología de dejar que las AFJP o Papel Prensa cometan delitos -según la manifestación del gobierno, dicha por parte del mismo gobierno que les permite hacerlo con la excusa después de quedarse con las AFJP, con Papel Prensa y con lo que vanga- es completamente inaceptable y harían bien en cumplir los funcionarios con lo que es su deber, que es hacer cumplir la ley de defensa del consumidor y hacer cumplir la ley de defensa de la competencia. Porque ellos son responsables si han habido violaciones.
En tercer lugar, el gobierno hace una afirmación sobre la que creo que no se ha prestado suficiente atención. Se trata de una serie de afirmaciones muy raras. ¿Qué dice el gobierno? Dice que Papel Prensa produce menos de lo que puede producir, después dice Papel Prensa le vende a los medios del interior con sobreprecios y después dice los medios del interior se quejan porque no les dan suficiente papel. Vendido a sobreprecios por una empresa que produce menos de lo que puede y cuyo precio, pese a todo esto, es menor que el de importación de papel, es el milagro económico argentino, señores. Nadie ha reflexionado sobre este punto, que es un punto central. Mientras el gobierno mantiene las exenciones, las sobreprotecciones a los sectores parasitarios de la industria y de muchos otros sectores -como el trasporte, porque si no se caen y hay que defenderlos-, resulta que parece que hay una empresa a la que el gobierno critica, que produce menos de lo que puede, que no recibe subsidios, que no recibe ninguna protección especial, vende con sobreprecios y así y todo vende a precios que están por debajo de los del mercado mundial. Esto es, por lo menos, notable.
Y esto nos lleva a una nueva pregunta. ¿Por qué, si esta situación es así, el gobierno no hace una cosa que es razonable, que debería haber hecho desde el principio, si verdaderamente ésta era una preocupación, porque la situación de Papel Prensa es la misma del año 2003, cuando asumió este gobierno? Era razonable que el gobierno, viendo esta situación, permitiera o promocionara que las empresas periodísticas o empresas de otro tipo que quisieran producir papel para diarios lo hicieran, que tuvieran créditos preferentes, era razonable crear una empresa mixta en manos del gobierno que hiciera competencia a Papel Prensa. Era razonable, todavía lo es. ¿Por qué no se hizo?
Si ésta era la preocupación del gobierno ante una situación que ya existía hace siete años, ¿por qué no se hizo? ¿Por qué la única solución que ve el gobierno es decir que hay un monopolio -cosa falsa, por otra parte- en manos del Papel Prensa, que se quiere quedar con ese monopolio, que quiere controlarlo y ponerle las condiciones? ¿Por qué el gobierno no demuestra que es tan fácil en la Argentina producir sin subsidios, a precios competitivos, estimulando la industria nacional para que produzca y para que se creen nuevas fuentes de producción de papel para diarios?
Hace siete años que están en el gobierno. Hace siete años que la situación de Papel Prensa es ésta y no hicieron nada. Y lo hacen ahora en el medio de una guerra con antiguos aliados, con la excusa de combatir un monopolio privado que no existe. Quieren crear un monopolio estatal que sí va a existir y eso es malo con este gobierno y con el que siga.
Entonces, no nos comemos que la línea divisoria acá está entre los que están con los monopolios o en contra de los monopolios. Si ésa fuera la línea divisoria no se le permitiría a Telefónica quedarse con lo que se acaba de quedar. Acá la línea divisoria que pone el gobierno es entre los amigos y los que considera enemigos. Por eso, como ahora a Telefónica la considera amiga y Telefónica tiene un amplio control de las redes digitales y tienen sus propios medios, ha pasado a formar parte de los amigos. Telefónica hace unos meses era monopólica y ahora no es más monopólica. Por eso en Papel Prensa no se va hacia la destrucción del supuesto monopolio creando fuentes alternativas de producción de papel; se va, por el contrario, a apropiársela por parte del Estado, a hacer imposible la gestión de la empresa para que termine en manos de un Estado manejado por un gobierno que no reconoce la distinción entre gobierno y Estado. No hay más que ver la publicidad de Fútbol para todos. No hay más que ver cuál es el tipo de programas periodísticos que tiene, que están subvencionados por la pauta publicitaria.
No hace falta más que prender Canal Siete y Radio Nacional para comprobar que no hay distinción entre gobierno y Estado.
Y a lo que se va no es a la ruptura de la lógica de los monopolios. Por el contrario, a lo que se va es a la construcción de un verdadero monopolio en lo digital con Telefónica, en los diarios con la apropiación de Papel Prensa y en las redes digitales y la televisión digital, por las noticias de esta semana que todos conocemos.
Esta es la lógica que gobierna este país. Es la lógica de sumar más destrucción a la destrucción ya existente. No es la lógica de la suma cero sino de la suma menos que cero.
En los años noventa este mismo partido que hoy está en el poder -el partido Justicialista- hizo algo notable: con la excusa de potenciar los mercados y la productividad destruyó el Estado. Ahora, con la excusa de potenciar el Estado, van por la cabeza de muchos sectores privados, sobre todo de los más avanzados, los que han entrado con cierto éxito en el siglo XXI: los medios de comunicación, las redes digitales, el sector agropecuario, los sectores más avanzados de la industria. Casualmente, estos son todos los enemigos que el gobierno se ha fijado.
Y hablo de destrucción sobre destrucción, porque ayer se destruyó al Estado en nombre del mercado, y hoy se destruyen los actores más dinámicos del mercado en nombre de una reconstitución del Estado que no se ve por ningún lado. Lo que se ve es destrucción de sus agencias como el INDEC y transformación de otras, como la AFIP, en órganos de chantaje a favor del gobierno.
Tampoco es válida la comparación que hacen con el gas o con la electricidad para fundamentar el interés público. Cualquiera que haya leído dos libros de economía sabe que el gas y la electricidad forman parte de lo que se denominan monopolios forzosos. Hasta mi casa no pueden llegar cuatro caños de gas o cuatro cables de electricidad de diferentes compañías porque es antieconómico. El gobierno tiene que establecer que esos servicios son de interés público para que haya competencia en quién provee el gas por ese caño o el fluido eléctrico por ese cable.
Allí sí es razonable el interés público. No es razonable en la producción de papel de diario, donde es muy simple crear otra fuente de abastecimiento que no sea esa. El papel para diarios no es un monopolio forzoso. La producción de papel para diarios se puede diversificar para que no esté en manos de un solo privado, y para que tampoco esté en manos solamente del Estado.
¿Por qué el gobierno no lo hace? Porque lo que busca no es combatir los monopolios sino que haya un monopolio que sea el propio.
Por último, quiero hacer referencia al método de discusión que hay aquí, porque se repite la misma metodología que ya conocimos en ocasión del tratamiento de la ley de medios. ¿Para qué vamos a discutir esto -se nos dice en la Cámara de Diputados- si ya miles de foros en todo el país lo han discutido?
Es cierto que este tema se ha discutido en muchos lados; es cierto que la ley de medios venía de una larga discusión. Pero también es cierto que la Argentina es todavía una república constitucional, cuya Constitución dice que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes.
Los representantes del pueblo, señora presidenta, somos nosotros. Es nuestra obligación, es nuestra responsabilidad debatir este problema importante aquí y crear una agenda de discusión de este tema.
Quienes no quieren hacerlo y dicen que ya se discutió bastante están violando el artículo específico de la Constitución Nacional que prevé que estos temas tienen que ser discutidos por los representantes del pueblo y no por foros, con todo el respeto que me merecen esos foros.
Por eso concluyo pidiéndole, señora presidenta, que no haya dictamen de mayoría ni de minoría, que se respete la voluntad de la oposición de discutir esto en el ámbito correspondiente y que sigamos con una agenda parlamentaria que lo permita.
Como decía, la investigación sobre aquellos crímenes es una deuda que tiene la sociedad argentina. Por eso es necesario ir hasta el fondo de la cuestión. Pero ir de esa investigación sobre los crímenes vinculados con la compraventa de Papel Prensa -que deben ser analizados exhaustivamente no por nosotros sino por la Justicia- al concepto de compraventa de lesa humanidad, es un paso que no se tendría que haber dado.
El gobierno ha hecho una serie de afirmaciones que me parecen curiosas. Primero, ha expresado que Clarín miente y contamina. Me pregunto desde cuándo. ¿No mentía ni contaminaba cuando le dieron diez años de prórroga a su licencia? ¿No mentía ni contaminaba cuando permitieron que se fusionen Cablevisión y Multicanal?
Clarín miente y contamina desde el conflicto con el campo. Para el gobierno, Clarín miente y contamina desde el 29 de junio cuando perdió las elecciones.
Dicen que Papel Prensa violó la ley. Y la pregunta obligada es: ¿quién lo permitió, habiendo un director del Estado dentro de Papel Prensa que tenía que controlar esto? Esto se está convirtiendo en una metodología inaugurada con las AFJP. El mismo gobierno que durante cinco años no controló y permitió que las AFJP hicieran lo que quisieran vino después diciendo que violaban la ley, que había que tomarlas, nos vamos a quedar con la caja, porque así íbamos a mejorar la situación de los jubilados y después la plata no está tampoco para los jubilados. Esta metodología de dejar que las AFJP o Papel Prensa cometan delitos -según la manifestación del gobierno, dicha por parte del mismo gobierno que les permite hacerlo con la excusa después de quedarse con las AFJP, con Papel Prensa y con lo que vanga- es completamente inaceptable y harían bien en cumplir los funcionarios con lo que es su deber, que es hacer cumplir la ley de defensa del consumidor y hacer cumplir la ley de defensa de la competencia. Porque ellos son responsables si han habido violaciones.
En tercer lugar, el gobierno hace una afirmación sobre la que creo que no se ha prestado suficiente atención. Se trata de una serie de afirmaciones muy raras. ¿Qué dice el gobierno? Dice que Papel Prensa produce menos de lo que puede producir, después dice Papel Prensa le vende a los medios del interior con sobreprecios y después dice los medios del interior se quejan porque no les dan suficiente papel. Vendido a sobreprecios por una empresa que produce menos de lo que puede y cuyo precio, pese a todo esto, es menor que el de importación de papel, es el milagro económico argentino, señores. Nadie ha reflexionado sobre este punto, que es un punto central. Mientras el gobierno mantiene las exenciones, las sobreprotecciones a los sectores parasitarios de la industria y de muchos otros sectores -como el trasporte, porque si no se caen y hay que defenderlos-, resulta que parece que hay una empresa a la que el gobierno critica, que produce menos de lo que puede, que no recibe subsidios, que no recibe ninguna protección especial, vende con sobreprecios y así y todo vende a precios que están por debajo de los del mercado mundial. Esto es, por lo menos, notable.
Y esto nos lleva a una nueva pregunta. ¿Por qué, si esta situación es así, el gobierno no hace una cosa que es razonable, que debería haber hecho desde el principio, si verdaderamente ésta era una preocupación, porque la situación de Papel Prensa es la misma del año 2003, cuando asumió este gobierno? Era razonable que el gobierno, viendo esta situación, permitiera o promocionara que las empresas periodísticas o empresas de otro tipo que quisieran producir papel para diarios lo hicieran, que tuvieran créditos preferentes, era razonable crear una empresa mixta en manos del gobierno que hiciera competencia a Papel Prensa. Era razonable, todavía lo es. ¿Por qué no se hizo?
Si ésta era la preocupación del gobierno ante una situación que ya existía hace siete años, ¿por qué no se hizo? ¿Por qué la única solución que ve el gobierno es decir que hay un monopolio -cosa falsa, por otra parte- en manos del Papel Prensa, que se quiere quedar con ese monopolio, que quiere controlarlo y ponerle las condiciones? ¿Por qué el gobierno no demuestra que es tan fácil en la Argentina producir sin subsidios, a precios competitivos, estimulando la industria nacional para que produzca y para que se creen nuevas fuentes de producción de papel para diarios?
Hace siete años que están en el gobierno. Hace siete años que la situación de Papel Prensa es ésta y no hicieron nada. Y lo hacen ahora en el medio de una guerra con antiguos aliados, con la excusa de combatir un monopolio privado que no existe. Quieren crear un monopolio estatal que sí va a existir y eso es malo con este gobierno y con el que siga.
Entonces, no nos comemos que la línea divisoria acá está entre los que están con los monopolios o en contra de los monopolios. Si ésa fuera la línea divisoria no se le permitiría a Telefónica quedarse con lo que se acaba de quedar. Acá la línea divisoria que pone el gobierno es entre los amigos y los que considera enemigos. Por eso, como ahora a Telefónica la considera amiga y Telefónica tiene un amplio control de las redes digitales y tienen sus propios medios, ha pasado a formar parte de los amigos. Telefónica hace unos meses era monopólica y ahora no es más monopólica. Por eso en Papel Prensa no se va hacia la destrucción del supuesto monopolio creando fuentes alternativas de producción de papel; se va, por el contrario, a apropiársela por parte del Estado, a hacer imposible la gestión de la empresa para que termine en manos de un Estado manejado por un gobierno que no reconoce la distinción entre gobierno y Estado. No hay más que ver la publicidad de Fútbol para todos. No hay más que ver cuál es el tipo de programas periodísticos que tiene, que están subvencionados por la pauta publicitaria.
No hace falta más que prender Canal Siete y Radio Nacional para comprobar que no hay distinción entre gobierno y Estado.
Y a lo que se va no es a la ruptura de la lógica de los monopolios. Por el contrario, a lo que se va es a la construcción de un verdadero monopolio en lo digital con Telefónica, en los diarios con la apropiación de Papel Prensa y en las redes digitales y la televisión digital, por las noticias de esta semana que todos conocemos.
Esta es la lógica que gobierna este país. Es la lógica de sumar más destrucción a la destrucción ya existente. No es la lógica de la suma cero sino de la suma menos que cero.
En los años noventa este mismo partido que hoy está en el poder -el partido Justicialista- hizo algo notable: con la excusa de potenciar los mercados y la productividad destruyó el Estado. Ahora, con la excusa de potenciar el Estado, van por la cabeza de muchos sectores privados, sobre todo de los más avanzados, los que han entrado con cierto éxito en el siglo XXI: los medios de comunicación, las redes digitales, el sector agropecuario, los sectores más avanzados de la industria. Casualmente, estos son todos los enemigos que el gobierno se ha fijado.
Y hablo de destrucción sobre destrucción, porque ayer se destruyó al Estado en nombre del mercado, y hoy se destruyen los actores más dinámicos del mercado en nombre de una reconstitución del Estado que no se ve por ningún lado. Lo que se ve es destrucción de sus agencias como el INDEC y transformación de otras, como la AFIP, en órganos de chantaje a favor del gobierno.
Tampoco es válida la comparación que hacen con el gas o con la electricidad para fundamentar el interés público. Cualquiera que haya leído dos libros de economía sabe que el gas y la electricidad forman parte de lo que se denominan monopolios forzosos. Hasta mi casa no pueden llegar cuatro caños de gas o cuatro cables de electricidad de diferentes compañías porque es antieconómico. El gobierno tiene que establecer que esos servicios son de interés público para que haya competencia en quién provee el gas por ese caño o el fluido eléctrico por ese cable.
Allí sí es razonable el interés público. No es razonable en la producción de papel de diario, donde es muy simple crear otra fuente de abastecimiento que no sea esa. El papel para diarios no es un monopolio forzoso. La producción de papel para diarios se puede diversificar para que no esté en manos de un solo privado, y para que tampoco esté en manos solamente del Estado.
¿Por qué el gobierno no lo hace? Porque lo que busca no es combatir los monopolios sino que haya un monopolio que sea el propio.
Por último, quiero hacer referencia al método de discusión que hay aquí, porque se repite la misma metodología que ya conocimos en ocasión del tratamiento de la ley de medios. ¿Para qué vamos a discutir esto -se nos dice en la Cámara de Diputados- si ya miles de foros en todo el país lo han discutido?
Es cierto que este tema se ha discutido en muchos lados; es cierto que la ley de medios venía de una larga discusión. Pero también es cierto que la Argentina es todavía una república constitucional, cuya Constitución dice que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes.
Los representantes del pueblo, señora presidenta, somos nosotros. Es nuestra obligación, es nuestra responsabilidad debatir este problema importante aquí y crear una agenda de discusión de este tema.
Quienes no quieren hacerlo y dicen que ya se discutió bastante están violando el artículo específico de la Constitución Nacional que prevé que estos temas tienen que ser discutidos por los representantes del pueblo y no por foros, con todo el respeto que me merecen esos foros.
Por eso concluyo pidiéndole, señora presidenta, que no haya dictamen de mayoría ni de minoría, que se respete la voluntad de la oposición de discutir esto en el ámbito correspondiente y que sigamos con una agenda parlamentaria que lo permita.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra la señora diputada Quintero.
SRA. QUINTERO Señora presidenta: hace rato que estamos aquí sentados escuchando este debate y muchos de los diputados que me precedieron en el uso de la palabra hicieron mención al hecho de democratizar la información.
En mi provincia -La Rioja- hemos tenido un hecho que algunos de los diputados que hicieron uso de la palabra pusieron en duda. Me refiero a la actitud revanchista de la empresa Papel Prensa con algunos de los diarios del interior. Es un tema que ha salido a la luz pública gracias a la palabra de la señora Cristina Fernández de Kirchner, nuestra presidenta.
Podemos dar fe todos aquellos que vivimos en la provincia de La Rioja de la revancha que tomó Papel Prensa sobre el diario El Independiente, que pertenece a una cooperativa de nombre Copegraf. Debido a que la gente del diario El Independiente se hizo presente en este edificio Anexo durante las audiencias públicas para plantear su problemática, tuvo que sufrir durante varios días que su camión estuviese allí sin que le cargaran los rollos de papel, corriendo riesgo de no poder imprimir el diario y hacerlo circular dentro de la provincia.
Entonces, tenemos que repensar un poco cuando cuestionamos o ponemos en duda algunas de las cosas que leemos o escuchamos. Este debate lo podríamos llevar adelante in eternum.
Algunos diputados hablaron de las empresas que producen contenido. ¿Hacia dónde debemos apuntar? A buscar una solución. ¿Cuál es esa solución? Terminar de una vez por toda con los monopolios.
El tema del monopolio en Papel Prensa lo sufren principalmente las empresas que están en el interior de las provincias. Todos los que vivimos en el interior del país sabemos de qué se trata. Conocemos cuáles son las pérdidas cuantiosas que tienen las cooperativas que imprimen diarios o algún otro tipo de periódico, semanario o mensuario que llegan a las manos de los que vivimos en las provincias.
Si nosotros nos sentimos y nos concientizamos de la responsabilidad que nos compete como legisladores, posiblemente no podamos arribar rápidamente a una solución del problema. Solamente es importante que lleguemos a tener un dictamen, porque nosotros debemos tener sí o sí la solución en el corto plazo, porque cuanto más tiempo dejemos que esto siga pasando será muy difícil que se pueda democratizar la información, como han señalado muchos de los compañeros que ya han hecho uso de la palabra.
En mi provincia -La Rioja- hemos tenido un hecho que algunos de los diputados que hicieron uso de la palabra pusieron en duda. Me refiero a la actitud revanchista de la empresa Papel Prensa con algunos de los diarios del interior. Es un tema que ha salido a la luz pública gracias a la palabra de la señora Cristina Fernández de Kirchner, nuestra presidenta.
Podemos dar fe todos aquellos que vivimos en la provincia de La Rioja de la revancha que tomó Papel Prensa sobre el diario El Independiente, que pertenece a una cooperativa de nombre Copegraf. Debido a que la gente del diario El Independiente se hizo presente en este edificio Anexo durante las audiencias públicas para plantear su problemática, tuvo que sufrir durante varios días que su camión estuviese allí sin que le cargaran los rollos de papel, corriendo riesgo de no poder imprimir el diario y hacerlo circular dentro de la provincia.
Entonces, tenemos que repensar un poco cuando cuestionamos o ponemos en duda algunas de las cosas que leemos o escuchamos. Este debate lo podríamos llevar adelante in eternum.
Algunos diputados hablaron de las empresas que producen contenido. ¿Hacia dónde debemos apuntar? A buscar una solución. ¿Cuál es esa solución? Terminar de una vez por toda con los monopolios.
El tema del monopolio en Papel Prensa lo sufren principalmente las empresas que están en el interior de las provincias. Todos los que vivimos en el interior del país sabemos de qué se trata. Conocemos cuáles son las pérdidas cuantiosas que tienen las cooperativas que imprimen diarios o algún otro tipo de periódico, semanario o mensuario que llegan a las manos de los que vivimos en las provincias.
Si nosotros nos sentimos y nos concientizamos de la responsabilidad que nos compete como legisladores, posiblemente no podamos arribar rápidamente a una solución del problema. Solamente es importante que lleguemos a tener un dictamen, porque nosotros debemos tener sí o sí la solución en el corto plazo, porque cuanto más tiempo dejemos que esto siga pasando será muy difícil que se pueda democratizar la información, como han señalado muchos de los compañeros que ya han hecho uso de la palabra.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Quiroga.
SR. QUIROGA Señora presidenta: por respeto a las cinco horas y media de debate voy a ser sumamente breve sin dejar de rescatar una particularidad que ha tenido esta reunión de comisión que es la puntualidad y la permanencia. Ojalá en otras comisiones incorporemos también algunos temas vinculados a la prensa, porque seguramente vamos a lograr tener un funcionamiento más pleno de otra comisión.
Creo que a pesar de que hay un proyecto de declaración de interés público de papel prensa, en el fondo se está discutiendo la importancia de la prensa en la República. Todo indica que las mejores prácticas y tradiciones republicanas consideran sencillamente a la prensa...
Creo que a pesar de que hay un proyecto de declaración de interés público de papel prensa, en el fondo se está discutiendo la importancia de la prensa en la República. Todo indica que las mejores prácticas y tradiciones republicanas consideran sencillamente a la prensa...
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Faltan solamente dos oradores: el diputado Quiroga y el diputado Solá.
La Presidencia pide a los señores diputados un esfuerzo más para que podamos escuchar al orador.
La Presidencia pide a los señores diputados un esfuerzo más para que podamos escuchar al orador.
SR. QUIROGA Sabía que hablar último iba a ser una desventaja. Hemos permanecido escuchando a todos, pero no todos los que ya hablaron se han quedado para escuchar a los demás.
Como decía, en realidad, las mejores tradiciones y costumbres republicanas son las que no consideran a la prensa ni oficialista ni opositora. La prensa es, simplemente, una institución de la democracia; es una organización extrapoder que actúa en consecuencia.
Cuando veo que se intenta emitir sí o sí un despacho en el día de hoy, siento que se está tratando de imponer la razón a empujones, pese a que ha quedado claro que la mayoría de las cinco comisiones intervinientes en esta reunión plenaria han tomado la decisión de elaborar un despacho de comisión.
Por otra parte, no quiero dejar de lado algunas afirmaciones que se hicieron. Por ejemplo, la señora diputada Fadel ha dicho que no hay que volver al año 2001. Coincido con esa apreciación; sin duda, nadie del pueblo argentino quiere volver a aquella época. Seguramente, si volviésemos a la década del 90 tendríamos que desandar un gran camino, y mucho más si regresásemos a los años 1973 o 1976, épocas que puedo asegurar a ningún argentino le gustaría volver.
Entonces, insistir en esa cuestión es poco menos que inconveniente.
Como decía, en realidad, las mejores tradiciones y costumbres republicanas son las que no consideran a la prensa ni oficialista ni opositora. La prensa es, simplemente, una institución de la democracia; es una organización extrapoder que actúa en consecuencia.
Cuando veo que se intenta emitir sí o sí un despacho en el día de hoy, siento que se está tratando de imponer la razón a empujones, pese a que ha quedado claro que la mayoría de las cinco comisiones intervinientes en esta reunión plenaria han tomado la decisión de elaborar un despacho de comisión.
Por otra parte, no quiero dejar de lado algunas afirmaciones que se hicieron. Por ejemplo, la señora diputada Fadel ha dicho que no hay que volver al año 2001. Coincido con esa apreciación; sin duda, nadie del pueblo argentino quiere volver a aquella época. Seguramente, si volviésemos a la década del 90 tendríamos que desandar un gran camino, y mucho más si regresásemos a los años 1973 o 1976, épocas que puedo asegurar a ningún argentino le gustaría volver.
Entonces, insistir en esa cuestión es poco menos que inconveniente.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SR. QUIROGA En lo que se refiere al proyecto de ley en consideración, por el que se declara de interés público a Papel Prensa, me parece que lo más apropiado sería declarar de interés público la libertad de prensa. De lo contrario estaríamos ante una verdad de Perogrullo; sería como declarar de interés público las elecciones para preservar el sistema de representación indirecta.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Si el señor diputado me permite, creo que sólo yo lo estoy escuchando. La Presidencia pide nuevamente a los señores diputados que guarden silencio.
SR. QUIROGA Como decía, declarar de interés público el tema de Papel Prensa es casi una obviedad. Sin embargo, quiero remarcarlo en los términos en que habló la señora diputada Stolbizer, cuando dijo que la declaración de interés público sirve para todo o no sirve para nada.
Entiendo que esta medida es absolutamente innecesaria, y en este punto deseo reafirmar las expresiones del señor diputado Gil Lavedra acerca de que las intenciones que supuestamente encierra esta iniciativa están previstas en la ley antimonopolio: la Ley de Defensa de la Competencia. En esa norma está absolutamente todo; entonces, insistir en esto es innecesario.
En cambio, sí considero interesante promover un debate, casi como una actividad intelectual que puede realizar el Congreso, sobre estos temas.
Si tuviera que señalar qué dictamen deberían emitir las comisiones, diría que el pase al archivo de la iniciativa, dado que simplemente reafirma cuestiones que son obvias. Es como si dijésemos, reitero, que para mantener el sistema democrático hay que declarar de interés público el voto popular. A mi juicio, es algo absolutamente innecesario.
En atención a las buenas prácticas republicanas y democráticas, y considerando la profundidad que debe tener el debate legislativo, sería conveniente convocar a este ámbito -como dijo la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, diputada Camaño- a otras expresiones y autoridades calificadas, que creo pueden tornar mucho más fructífera esta discusión.
Recordando lo que con profundo convencimiento decía el señor diputado Godoy cuando se refirió al proceso de estatización que intenta llevar adelante el gobierno -ahora con Papel Prensa-, me gustaría decir lo siguiente.
Para estatizar alguien tuvo que haber privatizado. Creo que en eso le corresponde una profunda autocrítica a quien hoy habla de las privatizaciones como si fueran un pecado. En todo caso, debería aceptarse como un pecado propio y no como un pecado ajeno.
En relación a lo que dijo el diputado Larrondo, tengo la sensación de que a través de la declaración de utilidad pública, o de interés público, de Papel Prensa casi que vamos a lograr algo que estamos buscando los argentinos, que es la justicia plena. Pareciera que con esta declaración de interés de Papel Prensa va a reinar la justicia en la República Argentina.
Por eso, señora presidenta -y haciendo un uso breve del tiempo que corresponde, sobre todo considerando desde ya las muy avanzadas horas de debate-, obviamente adhiero a esta decisión de continuar discutiendo en comisión aunque adelanto que creo que el despacho más compatible con estas declaraciones que se han hecho sería el de pase al Archivo de estas actuaciones.
Entiendo que esta medida es absolutamente innecesaria, y en este punto deseo reafirmar las expresiones del señor diputado Gil Lavedra acerca de que las intenciones que supuestamente encierra esta iniciativa están previstas en la ley antimonopolio: la Ley de Defensa de la Competencia. En esa norma está absolutamente todo; entonces, insistir en esto es innecesario.
En cambio, sí considero interesante promover un debate, casi como una actividad intelectual que puede realizar el Congreso, sobre estos temas.
Si tuviera que señalar qué dictamen deberían emitir las comisiones, diría que el pase al archivo de la iniciativa, dado que simplemente reafirma cuestiones que son obvias. Es como si dijésemos, reitero, que para mantener el sistema democrático hay que declarar de interés público el voto popular. A mi juicio, es algo absolutamente innecesario.
En atención a las buenas prácticas republicanas y democráticas, y considerando la profundidad que debe tener el debate legislativo, sería conveniente convocar a este ámbito -como dijo la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, diputada Camaño- a otras expresiones y autoridades calificadas, que creo pueden tornar mucho más fructífera esta discusión.
Recordando lo que con profundo convencimiento decía el señor diputado Godoy cuando se refirió al proceso de estatización que intenta llevar adelante el gobierno -ahora con Papel Prensa-, me gustaría decir lo siguiente.
Para estatizar alguien tuvo que haber privatizado. Creo que en eso le corresponde una profunda autocrítica a quien hoy habla de las privatizaciones como si fueran un pecado. En todo caso, debería aceptarse como un pecado propio y no como un pecado ajeno.
En relación a lo que dijo el diputado Larrondo, tengo la sensación de que a través de la declaración de utilidad pública, o de interés público, de Papel Prensa casi que vamos a lograr algo que estamos buscando los argentinos, que es la justicia plena. Pareciera que con esta declaración de interés de Papel Prensa va a reinar la justicia en la República Argentina.
Por eso, señora presidenta -y haciendo un uso breve del tiempo que corresponde, sobre todo considerando desde ya las muy avanzadas horas de debate-, obviamente adhiero a esta decisión de continuar discutiendo en comisión aunque adelanto que creo que el despacho más compatible con estas declaraciones que se han hecho sería el de pase al Archivo de estas actuaciones.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Tiene la palabra el señor diputado Solá.
SR. SOLÁ Señora presidenta: tal vez no podamos oír más argumentos a favor o en contra de la situación de los que se han oído. Mi bloque ha presentado un proyecto por el cual deja establecido por ley en cero el arancel del papel para prensa, que hoy es cero por una resolución del año 1999. Hasta ese momento el Poder Ejecutivo podía hacerlo por delegación de facultades del Congreso, y ahora debe ser decidido por el Congreso, de manera tal que al hacerlo a través de la sanción de una ley no pueda ser modificado por ninguna resolución.
¿Por qué pensamos que solamente esta medida es la necesaria? Porque pensamos que no está en juego lo que se dice que está en juego. Lo que está en juego es el abastecimiento regular para los diarios y revistas en la Argentina, en especial para los diarios por la clase de papel.
Además, está en juego, cuánto papel produce la Argentina. Nuestro país produce unas 230 mil toneladas de papel por año de papel para prensa. Perdón, en realidad usa 230 mil toneladas, de las cuales se producen 158 mil, de los cuales alrededor del 49 por ciento se producen en Papel Prensa; el resto se importa. Hay que ver también que otras papeleras se propusieron hacer papel para prensa en años anteriores, y dejaron de hacerlo porque no era rentable frente a la caída en general de la circulación de los diarios.
Lo que quiero decir con esto es que si se dejó de producir papel en otros lugares es porque el papel para prensa venía en decadencia y era mucho más negocio -así lo hemos constatado en otras papeleras- hacer papeles de mayor calidad con otros fines.
Lo que sí le aseguraba -o le asegura- Papel Prensa a los dos diarios es la seguridad del propio insumo, más allá de la evolución de los precios internacionales en un mercado que muestra que la importación de papel, en las actuales condiciones macroeconómicas de la Argentina es bastante más barato y de similar o igual calidad, que la del papel para prensa producido por esta empresa.
Por lo tanto, nosotros supusimos que si hay un problema de importación tiene que quedar en cero el arancel. Si eso no bastara en el futuro, deberíamos dictar una ley que asegurara precio y financiamiento, condiciones de entrega y de calidad absolutamente similares o superiores para el importado respecto de la producción de Papel Prensa. Esto permitiría asegurar la producción de uno de los insumos -no el único- más importantes para la emisión de diarios.
Ahora bien, si se intentara hacer lo que deberíamos hacer, que es tratar de producir en la Argentina más papel para prensa, habría que fomentar la industria, haciéndolas producir más. Para fomentar la industria, la intervención del Estado no es la mejor manera, y hay una prueba tangible y reciente de eso.
No se trata de decir genéricamente que siempre la intervención del Estado va a ser peor. No es así, pero lo que hizo este gobierno empeoró la situación, y la prueba es lo que ocurrió con Massuh.
La historia de Massuh es bastante negra. La empresa fue alquilada y tomada con cero deuda por el Estado nacional, a través de la Secretaría de Comercio Interior y de una comisión que se creó a tal fin.
Massuh se transformó en Papelera Quilmes. Esta empresa, gerenciada por el Estado, resultó un fiasco. Papelera Quilmes, sin tener que pagar los intereses de los créditos que tenía que pagar Massuh -una carga financiera imposible que la llevó a la quiebra-, tampoco funcionó.
Tampoco puedo decir que el ciento por ciento del problema haya sido el gerenciamiento del Estado, porque también hay que analizar condiciones de mercado y otras situaciones que rodean y explican la rentabilidad de una empresa; pero el gerenciamiento del Estado no funcionó.
Y lo que es notable es que en el último año, en un momento dado el Estado, a través del secretario de Comercio Interior -que no tiene la habilidad del centroforward de Racing, por cierto- pidió que Papelera Quilmes fuera administrada por Papel Prensa. Es decir que la capacidad administrativa, gerenciadora, o tal vez la honestidad por parte de la empresa Papel Prensa no estaba en juego en ese momento -hace muy poco tiempo- para el Estado, que pedía, a través del señor Moreno, que gerenciara la empresa que él no había podido gerenciar con éxito.
Papelera Quilmes, con Moreno como director ejecutivo, utilizó métodos del estilo de Moreno: presionó a proveedores -Moreno no es un pasivo sino un activo de la empresa-, presionó a los supermercados que le compraban papel. A pesar de su enorme poder concentrado desde el teléfono -que conocemos y que en algún momento utilizará para bien, o quizás alguna vez lo utilizó para bien pero la leyenda ya lo tapa-, no pudo revertir el proceso, acumuló grandes pérdidas y el gobierno decidió paralizar la producción e indemnizar al personal. Actualmente la planta está parada y hubo varias decenas de millones de pesos de pérdida que no fueron informados, como es costumbre.
Ahora bien, si el tema fuera el papel para la prensa, sería un problema de mercado y habría que ver cómo se asegura que todos tengan acceso, a través de una u otra forma. Pero ese no es el tema central.
Más allá de que no le quito ningún valor a las aseveraciones que diputados y diputadas recién hicieron sobre lo dicho en la Comisión de Comercio por algunos de los que vinieron a explicar una situación histórica respecto a Papel Prensa, no podemos decir con toda autoridad que Papel Prensa no haya cometido abusos en ningún momento, no podemos aseverar que no le haya hecho "sentir los kilos" a alguna empresa. No somos los dueños de esa historia y siempre puede haber habido alguien que quedó dolido, mal parado, perjudicado y que vino a decirlo.
Pero convengamos que a los que escuchamos acá representan 40 mil ejemplares sobre un millón de ejemplares, que son los demás, incluida la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina ADIRA.
Con lo cual la libertad de prensa, la libertad de acceso al papel, no está cuestionada por motivos cuantitativos sino por algunos elementos cualitativos que a lo mejor...
¿Por qué pensamos que solamente esta medida es la necesaria? Porque pensamos que no está en juego lo que se dice que está en juego. Lo que está en juego es el abastecimiento regular para los diarios y revistas en la Argentina, en especial para los diarios por la clase de papel.
Además, está en juego, cuánto papel produce la Argentina. Nuestro país produce unas 230 mil toneladas de papel por año de papel para prensa. Perdón, en realidad usa 230 mil toneladas, de las cuales se producen 158 mil, de los cuales alrededor del 49 por ciento se producen en Papel Prensa; el resto se importa. Hay que ver también que otras papeleras se propusieron hacer papel para prensa en años anteriores, y dejaron de hacerlo porque no era rentable frente a la caída en general de la circulación de los diarios.
Lo que quiero decir con esto es que si se dejó de producir papel en otros lugares es porque el papel para prensa venía en decadencia y era mucho más negocio -así lo hemos constatado en otras papeleras- hacer papeles de mayor calidad con otros fines.
Lo que sí le aseguraba -o le asegura- Papel Prensa a los dos diarios es la seguridad del propio insumo, más allá de la evolución de los precios internacionales en un mercado que muestra que la importación de papel, en las actuales condiciones macroeconómicas de la Argentina es bastante más barato y de similar o igual calidad, que la del papel para prensa producido por esta empresa.
Por lo tanto, nosotros supusimos que si hay un problema de importación tiene que quedar en cero el arancel. Si eso no bastara en el futuro, deberíamos dictar una ley que asegurara precio y financiamiento, condiciones de entrega y de calidad absolutamente similares o superiores para el importado respecto de la producción de Papel Prensa. Esto permitiría asegurar la producción de uno de los insumos -no el único- más importantes para la emisión de diarios.
Ahora bien, si se intentara hacer lo que deberíamos hacer, que es tratar de producir en la Argentina más papel para prensa, habría que fomentar la industria, haciéndolas producir más. Para fomentar la industria, la intervención del Estado no es la mejor manera, y hay una prueba tangible y reciente de eso.
No se trata de decir genéricamente que siempre la intervención del Estado va a ser peor. No es así, pero lo que hizo este gobierno empeoró la situación, y la prueba es lo que ocurrió con Massuh.
La historia de Massuh es bastante negra. La empresa fue alquilada y tomada con cero deuda por el Estado nacional, a través de la Secretaría de Comercio Interior y de una comisión que se creó a tal fin.
Massuh se transformó en Papelera Quilmes. Esta empresa, gerenciada por el Estado, resultó un fiasco. Papelera Quilmes, sin tener que pagar los intereses de los créditos que tenía que pagar Massuh -una carga financiera imposible que la llevó a la quiebra-, tampoco funcionó.
Tampoco puedo decir que el ciento por ciento del problema haya sido el gerenciamiento del Estado, porque también hay que analizar condiciones de mercado y otras situaciones que rodean y explican la rentabilidad de una empresa; pero el gerenciamiento del Estado no funcionó.
Y lo que es notable es que en el último año, en un momento dado el Estado, a través del secretario de Comercio Interior -que no tiene la habilidad del centroforward de Racing, por cierto- pidió que Papelera Quilmes fuera administrada por Papel Prensa. Es decir que la capacidad administrativa, gerenciadora, o tal vez la honestidad por parte de la empresa Papel Prensa no estaba en juego en ese momento -hace muy poco tiempo- para el Estado, que pedía, a través del señor Moreno, que gerenciara la empresa que él no había podido gerenciar con éxito.
Papelera Quilmes, con Moreno como director ejecutivo, utilizó métodos del estilo de Moreno: presionó a proveedores -Moreno no es un pasivo sino un activo de la empresa-, presionó a los supermercados que le compraban papel. A pesar de su enorme poder concentrado desde el teléfono -que conocemos y que en algún momento utilizará para bien, o quizás alguna vez lo utilizó para bien pero la leyenda ya lo tapa-, no pudo revertir el proceso, acumuló grandes pérdidas y el gobierno decidió paralizar la producción e indemnizar al personal. Actualmente la planta está parada y hubo varias decenas de millones de pesos de pérdida que no fueron informados, como es costumbre.
Ahora bien, si el tema fuera el papel para la prensa, sería un problema de mercado y habría que ver cómo se asegura que todos tengan acceso, a través de una u otra forma. Pero ese no es el tema central.
Más allá de que no le quito ningún valor a las aseveraciones que diputados y diputadas recién hicieron sobre lo dicho en la Comisión de Comercio por algunos de los que vinieron a explicar una situación histórica respecto a Papel Prensa, no podemos decir con toda autoridad que Papel Prensa no haya cometido abusos en ningún momento, no podemos aseverar que no le haya hecho "sentir los kilos" a alguna empresa. No somos los dueños de esa historia y siempre puede haber habido alguien que quedó dolido, mal parado, perjudicado y que vino a decirlo.
Pero convengamos que a los que escuchamos acá representan 40 mil ejemplares sobre un millón de ejemplares, que son los demás, incluida la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina ADIRA.
Con lo cual la libertad de prensa, la libertad de acceso al papel, no está cuestionada por motivos cuantitativos sino por algunos elementos cualitativos que a lo mejor...
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Señor diputado: el señor diputado Moreno le solicita una interrupción, ¿se la concede?
SR. SOLÁ No, señora presidenta. Yo escuché pacientemente a todos. Disculpe, pero estoy viejo y después me olvido lo que tengo que decir.
Entonces, la discusión no es el mercado de Papel Prensa. Eso es mentira, más allá de que respeto la buena fe de todos los diputados, y en especial de los que piensan distinto de mí. Yo pienso que viene mal la discusión, porque no se trata del mercado del papel y menos es la liberación versus la dependencia, como lo plantea mi ex secretario de Derechos Humanos, Remo Carlotto.
Así podemos justificar cualquier ley. Podrían decir, "este artículo es respaldado por nosotros, que estamos en la liberación, y si ustedes no lo votan, están con la dependencia". En realidad lo que hay que hacer es defender el artículo y no autocalificarse históricamente dentro de un rol que uno supuestamente tiene. Sino yo me autocalificaría permanentemente y sería bastante insoportable, más de lo que lo soy.
Ahora, si se discuten profundos intereses políticos -creo que se lo escuché decir a la diputada de la Rosa-, está bien que lo digan. Personalmente creo que no se discute sobre el papel para la prensa, sino sobre Papel Prensa. Y se discute sobre Papel Prensa porque el nivel de enfrentamiento ha escalado a un nivel tal que sólo puede resolverse con un triunfo del gobierno por la vía de la intervención en Papel Prensa.
Por supuesto que después de la declaración de interés nacional vendrá la intervención y Moreno.
La intervención no es por el pasado. Esta es otra mentira, porque si tuviéramos que intervenir por el pasado deberíamos ir a muchas otras empresas argentinas y revisar bien cuál es su constitución, cuándo nacieron y qué tuvieron que ver con la economía entre los años 1976 y 1983. Estoy seguro de que muchas empresas que tratan con el gobierno, que tratan con la oposición y que están en la economía argentina tienen cosas que ocultar. Estoy seguro de que tienen algún cadáver en el ropero.
Pero aquí le estamos preadjudicándole culpabilidad a una empresa que tiene un origen controvertido y que da para pensar. Por eso, sería bueno que la Justicia investigue. De la misma manera que sería bueno que la Justicia investigue cada vez que lleguemos a una empresa y veamos que hay algo raro.
Pero esa no puede ser la razón para declarar de interés nacional la cuestión del papel. Son dos cosas separadas. El mercado de papel y la idea de que Papel Prensa está mal nacida y por lo tanto debe ser castigada son elementos separados. Pero sucede que hay una rivalidad política que ya se parece a una vieja rivalidad personal. Y nosotros entramos en eso. ¿Cuál es la desconfianza de los diputados que han hecho uso de la palabra? No puedo mejorar el discurso de Margarita Stolbizer. ¿Cuál es la desconfianza que está en el fondo? Lo dijo bien al utilizar palabra "capricho". Aquí se ha planteado una situación como si fuera "ellos o yo; tengo que ganar de la manera que sea, y que colaboren los que piensen de la misma manera, porque los demás son traidores a la liberación nacional".
Pero nosotros no estamos en el capricho. Estamos dispuestos a acompañar en todo lo que sea el acceso de cualquiera -hasta del más humillado si lo hubiera- al papel. Y si hay que modificar este proyecto de ley, lo modificaríamos con todo gusto.
No estamos dispuestos a entrar en el capricho. Además, la pelea no es por el pasado sino por el presente. Ya se ha dicho hasta el cansancio que hubo armonía, amistad y trabajo en conjunto, hasta donde se pudo, durante muchos años entre la empresa Clarín y el gobierno nacional, como quizás lo hubo con otros gobiernos.
Hubo armonías y desarmonías. No vengo a criticar las armonías; cada uno hace lo que puede en esta materia y el poder de la prensa es grande. Lo que vengo a decir que no es el pasado; la pelea es sobre el presente; esto es lo nos trae acá.
Quiero terminar haciendo el siguiente comentario. Si hay un insumo principal para un medio independiente pequeño de cualquier tipo -un diario o lo que fuere-, ése es la publicidad, especialmente la oficial; no el material que utiliza. Acceso a la publicidad privada tienen sólo los grandes; son ventajas, y hasta diría privilegios, que tienen los grandes y también unos pocos intermedios.
Por lo tanto, la publicidad oficial -sea municipal, provincial o nacional- se convierte en un insumo fundamental. Invito a los trabajadores del diario Crítica a que digan si la publicidad oficial tiene o no que ver con lo que estoy diciendo.
Finalmente, con todo respeto, quiero recordar que en la época de Clinton se afirmó: "Es la economía, estúpido." De la misma manera, y aclaro que no cité esa frase para insultar, yo diría: no es el papel para la prensa; es Papel Prensa. Pero tampoco es Papel Prensa; es la publicidad oficial, compañeros. (Aplausos.)
Entonces, la discusión no es el mercado de Papel Prensa. Eso es mentira, más allá de que respeto la buena fe de todos los diputados, y en especial de los que piensan distinto de mí. Yo pienso que viene mal la discusión, porque no se trata del mercado del papel y menos es la liberación versus la dependencia, como lo plantea mi ex secretario de Derechos Humanos, Remo Carlotto.
Así podemos justificar cualquier ley. Podrían decir, "este artículo es respaldado por nosotros, que estamos en la liberación, y si ustedes no lo votan, están con la dependencia". En realidad lo que hay que hacer es defender el artículo y no autocalificarse históricamente dentro de un rol que uno supuestamente tiene. Sino yo me autocalificaría permanentemente y sería bastante insoportable, más de lo que lo soy.
Ahora, si se discuten profundos intereses políticos -creo que se lo escuché decir a la diputada de la Rosa-, está bien que lo digan. Personalmente creo que no se discute sobre el papel para la prensa, sino sobre Papel Prensa. Y se discute sobre Papel Prensa porque el nivel de enfrentamiento ha escalado a un nivel tal que sólo puede resolverse con un triunfo del gobierno por la vía de la intervención en Papel Prensa.
Por supuesto que después de la declaración de interés nacional vendrá la intervención y Moreno.
La intervención no es por el pasado. Esta es otra mentira, porque si tuviéramos que intervenir por el pasado deberíamos ir a muchas otras empresas argentinas y revisar bien cuál es su constitución, cuándo nacieron y qué tuvieron que ver con la economía entre los años 1976 y 1983. Estoy seguro de que muchas empresas que tratan con el gobierno, que tratan con la oposición y que están en la economía argentina tienen cosas que ocultar. Estoy seguro de que tienen algún cadáver en el ropero.
Pero aquí le estamos preadjudicándole culpabilidad a una empresa que tiene un origen controvertido y que da para pensar. Por eso, sería bueno que la Justicia investigue. De la misma manera que sería bueno que la Justicia investigue cada vez que lleguemos a una empresa y veamos que hay algo raro.
Pero esa no puede ser la razón para declarar de interés nacional la cuestión del papel. Son dos cosas separadas. El mercado de papel y la idea de que Papel Prensa está mal nacida y por lo tanto debe ser castigada son elementos separados. Pero sucede que hay una rivalidad política que ya se parece a una vieja rivalidad personal. Y nosotros entramos en eso. ¿Cuál es la desconfianza de los diputados que han hecho uso de la palabra? No puedo mejorar el discurso de Margarita Stolbizer. ¿Cuál es la desconfianza que está en el fondo? Lo dijo bien al utilizar palabra "capricho". Aquí se ha planteado una situación como si fuera "ellos o yo; tengo que ganar de la manera que sea, y que colaboren los que piensen de la misma manera, porque los demás son traidores a la liberación nacional".
Pero nosotros no estamos en el capricho. Estamos dispuestos a acompañar en todo lo que sea el acceso de cualquiera -hasta del más humillado si lo hubiera- al papel. Y si hay que modificar este proyecto de ley, lo modificaríamos con todo gusto.
No estamos dispuestos a entrar en el capricho. Además, la pelea no es por el pasado sino por el presente. Ya se ha dicho hasta el cansancio que hubo armonía, amistad y trabajo en conjunto, hasta donde se pudo, durante muchos años entre la empresa Clarín y el gobierno nacional, como quizás lo hubo con otros gobiernos.
Hubo armonías y desarmonías. No vengo a criticar las armonías; cada uno hace lo que puede en esta materia y el poder de la prensa es grande. Lo que vengo a decir que no es el pasado; la pelea es sobre el presente; esto es lo nos trae acá.
Quiero terminar haciendo el siguiente comentario. Si hay un insumo principal para un medio independiente pequeño de cualquier tipo -un diario o lo que fuere-, ése es la publicidad, especialmente la oficial; no el material que utiliza. Acceso a la publicidad privada tienen sólo los grandes; son ventajas, y hasta diría privilegios, que tienen los grandes y también unos pocos intermedios.
Por lo tanto, la publicidad oficial -sea municipal, provincial o nacional- se convierte en un insumo fundamental. Invito a los trabajadores del diario Crítica a que digan si la publicidad oficial tiene o no que ver con lo que estoy diciendo.
Finalmente, con todo respeto, quiero recordar que en la época de Clinton se afirmó: "Es la economía, estúpido." De la misma manera, y aclaro que no cité esa frase para insultar, yo diría: no es el papel para la prensa; es Papel Prensa. Pero tampoco es Papel Prensa; es la publicidad oficial, compañeros. (Aplausos.)
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Luego de casi seis horas de debate, se ha agotado la lista de cuarenta y dos oradores que se anotaron para hacer uso de la palabra en esta reunión plenaria de cinco comisiones encabezada por la Comisión de Comercio.
Quiero sumarme a lo que hace un rato dijo el señor diputado Carlotto, que creo no fue escuchado bien porque en ese momento había un bullicio importante. Por las audiencias públicas, cuya realización fue aprobada por la Comisión de Comercio, pasaron más de ciento veinte expositores. No fueron seis sino más de cincuenta los diarios que estuvieron presentes.
Además, ya que el señor diputado Solá lo mencionó, me parece importante recordar que ADIRA también se pronunció en el mismo sentido que el proyecto de ley por el que se declara de interés público la producción, comercialización y distribución de la pasta celulosa y del papel para diarios.
Quiero sumarme a lo que hace un rato dijo el señor diputado Carlotto, que creo no fue escuchado bien porque en ese momento había un bullicio importante. Por las audiencias públicas, cuya realización fue aprobada por la Comisión de Comercio, pasaron más de ciento veinte expositores. No fueron seis sino más de cincuenta los diarios que estuvieron presentes.
Además, ya que el señor diputado Solá lo mencionó, me parece importante recordar que ADIRA también se pronunció en el mismo sentido que el proyecto de ley por el que se declara de interés público la producción, comercialización y distribución de la pasta celulosa y del papel para diarios.
SR. SOLÁ ¿Y la solicitada?
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO La solicitada fue por otro conflicto, señor diputado Solá. Lamento que usted no haya asistido, pero en las audiencias públicas ADIRA se expresó en la misma dirección que el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.
Fueron ciento veinte expositores de todo el país, entre ellos diarios, semanarios y periódicos importantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de las provincias -a las que pertenecen los señores diputados-, gremios y representantes del ámbito académico que se expresaron a favor del proyecto de ley por el que se declara de interés público la producción, comercialización y distribución de la pasta celulosa y del papel para diarios.
A esto se suman los más de diez foros que el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas celebró en todo el país por pedido de la señora presidenta de la República, y estas seis horas de debate de la reunión plenaria de las cinco comisiones intervinientes.
No creo que haya habido este año un debate tan profundo y tan amplio antes de emitirse un dictamen.
Fueron ciento veinte expositores de todo el país, entre ellos diarios, semanarios y periódicos importantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de las provincias -a las que pertenecen los señores diputados-, gremios y representantes del ámbito académico que se expresaron a favor del proyecto de ley por el que se declara de interés público la producción, comercialización y distribución de la pasta celulosa y del papel para diarios.
A esto se suman los más de diez foros que el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas celebró en todo el país por pedido de la señora presidenta de la República, y estas seis horas de debate de la reunión plenaria de las cinco comisiones intervinientes.
No creo que haya habido este año un debate tan profundo y tan amplio antes de emitirse un dictamen.
Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. PRESIDENTA DI TULLIO Nada ha insumido tanto tiempo como el análisis de este proyecto, que me parece importante recordar fue planteado y trabajado sobre la base de la iniciativa presentada por la señora diputada Merchán, del interbloque Proyecto Sur, con agregados del proyecto de ley del señor diputado Basteiro.
Esta presidenta, que fijó desde un inicio la mecánica para esta reunión plenaria de las comisiones, anuncia que hay un dictamen de mayoría firmado por 78 señores diputados sobre 153 presentes. (Aplausos.) Asimismo, informa que se abre un plazo de cuarenta y ocho horas para que quien así lo desee pueda presentar su dictamen de minoría.
No habiendo otros asuntos que tratar, la Presidencia declara finalizada esta reunión plenaria de las comisiones. (Aplausos.)
Esta presidenta, que fijó desde un inicio la mecánica para esta reunión plenaria de las comisiones, anuncia que hay un dictamen de mayoría firmado por 78 señores diputados sobre 153 presentes. (Aplausos.) Asimismo, informa que se abre un plazo de cuarenta y ocho horas para que quien así lo desee pueda presentar su dictamen de minoría.
No habiendo otros asuntos que tratar, la Presidencia declara finalizada esta reunión plenaria de las comisiones. (Aplausos.)
Es la hora 17 y 59.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los cuatro días del mes de diciembre de 2018, a la hora 17 y 28:
SR. PRESIDENTE TONELLI Buenas tardes a todos. Damos inicio a la reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda.
A quienes no hayan leído detenidamente la convocatoria quiero decirles que el presente plenario debería ser el más corto de la historia de la Cámara de Diputados -y espero que así sea- por la siguiente razón: cuando sancionamos la ley de empadronamiento y relevamiento de barrios populares, el anexo que acompañó dicha iniciativa y fue remitido al Senado de la Nación estaba equivocado. Es decir que no se envió el anexo correcto.
El que corresponde a dicho asunto quedó aquí, en esta Cámara, y por un error se traspapeló. De manera que, reitero, no se remitió al Senado el anexo correcto, ya que en el que acompañó la sanción de esta Cámara faltan alrededor de doscientos barrios. No sé cuál es el número exacto...
A quienes no hayan leído detenidamente la convocatoria quiero decirles que el presente plenario debería ser el más corto de la historia de la Cámara de Diputados -y espero que así sea- por la siguiente razón: cuando sancionamos la ley de empadronamiento y relevamiento de barrios populares, el anexo que acompañó dicha iniciativa y fue remitido al Senado de la Nación estaba equivocado. Es decir que no se envió el anexo correcto.
El que corresponde a dicho asunto quedó aquí, en esta Cámara, y por un error se traspapeló. De manera que, reitero, no se remitió al Senado el anexo correcto, ya que en el que acompañó la sanción de esta Cámara faltan alrededor de doscientos barrios. No sé cuál es el número exacto...
SR. VALLONE Son 188 barrios.
SR. PRESIDENTE TONELLI Gracias, señor diputado.
De modo que lo único que tenemos que hacer -si todos están de acuerdo, por supuesto-, es aprobar el anexo correcto, que es el que se ha adjuntado a la convocatoria. Luego será remitido al Senado, para que esa Cámara también lo apruebe y lo anexe a la ley, que ya fue publicada en el Boletín Oficial, para sanear así esta situación.
Tiene la palabra la señora diputada Delú.
De modo que lo único que tenemos que hacer -si todos están de acuerdo, por supuesto-, es aprobar el anexo correcto, que es el que se ha adjuntado a la convocatoria. Luego será remitido al Senado, para que esa Cámara también lo apruebe y lo anexe a la ley, que ya fue publicada en el Boletín Oficial, para sanear así esta situación.
Tiene la palabra la señora diputada Delú.
SRA. DELÚ Señor presidente: nosotros somos diputados de la provincia de La Pampa y no vamos a acompañar este dictamen, porque en el nuevo listado está incluido erróneamente un barrio que no reúne de ninguna manera las características de un barrio popular.
Durante el transcurso de la sesión intentaremos lograr que se quite ese barrio de la lista.
Durante el transcurso de la sesión intentaremos lograr que se quite ese barrio de la lista.
SR. PRESIDENTE TONELLI De acuerdo. Se entiende perfectamente su postura, señora diputada.
Si estamos todos de acuerdo, pasamos el dictamen a la firma, los liberamos a todos y les agradecemos por haber concurrido a este plenario tan breve.
Tiene la palabra el señor diputado Solá.
Si estamos todos de acuerdo, pasamos el dictamen a la firma, los liberamos a todos y les agradecemos por haber concurrido a este plenario tan breve.
Tiene la palabra el señor diputado Solá.
SR. SOLÁ Señor presidente: le quiero pedir permiso para formular una pregunta, que no pretende instalar un debate sobre la cuestión, pero que puede ser de interés para muchos señores diputados y señoras diputadas; y "diputades", tal como está escrito aquí.
La pregunta que voy a formular tiene absoluta buena fe. Hemos llegado a fin de año y, por diversas circunstancias, no se desarrolló la sesión que esperábamos tener a fines de noviembre. Para nosotros es una decepción -y estoy seguro que también para muchos señores diputados del oficialismo- que no esté incluido en el temario de la sesión de mañana el proyecto de ley de alquileres, porque nos peleamos mucho, lo discutimos con fervor, teníamos acuerdo y así salió de la Comisión de Legislación General.
Quiero recordar que esa iniciativa viene del Senado, donde fue sancionada por unanimidad, y trae beneficios pero posiblemente también tenga resistencias, porque todas las leyes las tienen. En este caso, puede haber muchos propietarios que alquilan que pueden sentir que de alguna manera alguien se mete con su negocio, entre comillas. El proyecto tenía un saldo muy positivo y así fue entendido por todos los bloques en general.
En realidad, esta pregunta se la voy a hacer al señor diputado Lipovetzky, que es el presidente de la comisión respectiva.
La pregunta que voy a formular tiene absoluta buena fe. Hemos llegado a fin de año y, por diversas circunstancias, no se desarrolló la sesión que esperábamos tener a fines de noviembre. Para nosotros es una decepción -y estoy seguro que también para muchos señores diputados del oficialismo- que no esté incluido en el temario de la sesión de mañana el proyecto de ley de alquileres, porque nos peleamos mucho, lo discutimos con fervor, teníamos acuerdo y así salió de la Comisión de Legislación General.
Quiero recordar que esa iniciativa viene del Senado, donde fue sancionada por unanimidad, y trae beneficios pero posiblemente también tenga resistencias, porque todas las leyes las tienen. En este caso, puede haber muchos propietarios que alquilan que pueden sentir que de alguna manera alguien se mete con su negocio, entre comillas. El proyecto tenía un saldo muy positivo y así fue entendido por todos los bloques en general.
En realidad, esta pregunta se la voy a hacer al señor diputado Lipovetzky, que es el presidente de la comisión respectiva.
SR. PRESIDENTE TONELLI Tiene la palabra el señor diputado Lipovetzky.
SR. LIPOVETZKY Señor presidente: como todos saben, estamos en el período de sesiones extraordinarias donde la incorporación de asuntos al temario corresponde a una facultad constitucional del Poder Ejecutivo. Por lo tanto, se habrá analizado qué proyectos se incorporaban o no en este momento.
De todas maneras, todavía tenemos la oportunidad de seguir pensando cómo llegamos a los consensos necesarios para que realmente se sancione una ley de alquileres en la Argentina, tal como señaló el señor diputado Solá.
En nuestro país tenemos más de siete u ocho millones de personas que alquilan y también, por supuesto, hay muchísimos propietarios. Por lo tanto, en ese marco, hay que sancionar una ley que sea lo suficientemente equilibrada y evite los abusos, pero también que recoja los cuestionamientos que existen de los diferentes sectores.
Me parece que el Congreso Nacional todavía tiene la oportunidad de seguir buscando la sanción de la mejor ley posible. Si esto no ocurre en el período de sesiones extraordinarias seguramente será a partir de marzo del año próximo, donde seguirán teniendo nuestro compromiso para seguir trabajando y lograr la sanción de una ley de alquileres en la Argentina.
De todas maneras, todavía tenemos la oportunidad de seguir pensando cómo llegamos a los consensos necesarios para que realmente se sancione una ley de alquileres en la Argentina, tal como señaló el señor diputado Solá.
En nuestro país tenemos más de siete u ocho millones de personas que alquilan y también, por supuesto, hay muchísimos propietarios. Por lo tanto, en ese marco, hay que sancionar una ley que sea lo suficientemente equilibrada y evite los abusos, pero también que recoja los cuestionamientos que existen de los diferentes sectores.
Me parece que el Congreso Nacional todavía tiene la oportunidad de seguir buscando la sanción de la mejor ley posible. Si esto no ocurre en el período de sesiones extraordinarias seguramente será a partir de marzo del año próximo, donde seguirán teniendo nuestro compromiso para seguir trabajando y lograr la sanción de una ley de alquileres en la Argentina.
SR. PRESIDENTE TONELLI Tiene la palabra el señor diputado Llaryora.
SR. LLARYORA Señor presidente: voy a acompañar el planteo efectuado por el señor diputado Solá y expresar que a nosotros nos parecería de sentido común incluir en el temario de sesiones extraordinarias el proyecto de ley sobre Fabricaciones Militares -tanto de Córdoba como de Santa Fe-, que también fue sancionado por el Senado. Nos parece que las ambas iniciativas tratan temas esenciales, por lo que merecen ser incorporadas al temario. Quiero dejar sentada esta postura.
Lamentablemente, el tema no fue tratado en sesiones ordinarias, pero el presidente tendría que haber tenido el timing de incluir estos dos proyectos de ley que, para nosotros, son importantísimos. Pensemos en la situación que están pasando aquellos trabajadores de Fabricaciones Militares que han sido despedidos, tanto en Córdoba como en Santa Fe.
Lamentablemente, el tema no fue tratado en sesiones ordinarias, pero el presidente tendría que haber tenido el timing de incluir estos dos proyectos de ley que, para nosotros, son importantísimos. Pensemos en la situación que están pasando aquellos trabajadores de Fabricaciones Militares que han sido despedidos, tanto en Córdoba como en Santa Fe.
SR. PRESIDENTE TONELLI Al igual que en el caso del proyecto de ley de alquileres, vamos a trasladar al Poder Ejecutivo la inquietud y veremos si hay alguna posibilidad de ampliar el temario de las sesiones extraordinarias.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la reunión.
Es la hora 17 y 36.