LIBERTAD DE EXPRESION
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- LIBERTAD DE EXPRESION
Reunión del día 07/06/2007
- VISITA DE LA SRA. SUSANA ALONSO
- En la Ciudad de Buenos Aires, a los siete días del mes de junio de 2007, a la hora 13 y 12:
SR. PRESIDENTE MORINI No estamos con el quórum necesario, pero en virtud de que hay representatividad de todos los bloques y de que también tenemos un compromiso con la periodista del diario El Atlántico Susana Torres, vamos a tratar dos o tres expedientes que tenemos.
Después de que terminemos el tratamiento de los expedientes, vamos a pedirle tanto a los periodistas como a los asesores que se retiren debido a que, en virtud del caso y de la causa, necesitamos escuchar a la periodista del diario El Atlántico solamente los diputados y los taquígrafos, atento a las reservas del caso.
Asimismo, vamos a reiterar la invitación para esta tarde a las 18 horas en el Auditorio de la Cámara de Diputados a la Jornada que vamos a hacer sobre el día del periodista y, después, al ágape que se va a servir en el homenaje que vamos a rendir a todos los periodistas en la figura de José Luis Cabezas.
Quiero saludar y felicitar a todos los periodistas que nos acompañan en su día. Quiero desearles lo mejor y, por lo menos, agradecerles todo el trabajo que hacen a diario dentro del Palacio Legislativo, dentro del Anexo del Congreso y en muchos lugares, donde durante el día cumplen la función de transmitir lo que esta Honorable Cámara realiza, tanto la gestión de los diputados como los trabajos de las comisiones.
Deseo agradecerles también a los diputados que nos acompañan, muchos de los cuales están con compromisos, ya que los jueves son aprovechados para otras actividades o para volver a sus provincias y sé que muchos no pueden estar presentes y luego acompañarán los expedientes que, de común acuerdo, resolveremos en esta comisión.
Voy a pedir al secretario que dé lectura del proyecto de declaración. Creo que se trata de tres expedientes unificados.
Después de que terminemos el tratamiento de los expedientes, vamos a pedirle tanto a los periodistas como a los asesores que se retiren debido a que, en virtud del caso y de la causa, necesitamos escuchar a la periodista del diario El Atlántico solamente los diputados y los taquígrafos, atento a las reservas del caso.
Asimismo, vamos a reiterar la invitación para esta tarde a las 18 horas en el Auditorio de la Cámara de Diputados a la Jornada que vamos a hacer sobre el día del periodista y, después, al ágape que se va a servir en el homenaje que vamos a rendir a todos los periodistas en la figura de José Luis Cabezas.
Quiero saludar y felicitar a todos los periodistas que nos acompañan en su día. Quiero desearles lo mejor y, por lo menos, agradecerles todo el trabajo que hacen a diario dentro del Palacio Legislativo, dentro del Anexo del Congreso y en muchos lugares, donde durante el día cumplen la función de transmitir lo que esta Honorable Cámara realiza, tanto la gestión de los diputados como los trabajos de las comisiones.
Deseo agradecerles también a los diputados que nos acompañan, muchos de los cuales están con compromisos, ya que los jueves son aprovechados para otras actividades o para volver a sus provincias y sé que muchos no pueden estar presentes y luego acompañarán los expedientes que, de común acuerdo, resolveremos en esta comisión.
Voy a pedir al secretario que dé lectura del proyecto de declaración. Creo que se trata de tres expedientes unificados.
SR. HEREDIA Señor presidente: como lamentablemente no pude hacerlo ayer durante la sesión, quiero decir dos palabras antes de que pase el día del periodista.
Hoy se conmemora un día muy importante porque el periodista es un factor fundamental para la defensa de la libertad de expresión, que es una norma y un camino que todos tenemos que elaborar día a día.
La libertad de expresión es el derecho esencial que tenemos los ciudadanos argentinos y con esa libertad podemos tener la oportunidad de pedir, criticar, denunciar, opinar, felicitar e investigar, entre otras cosas. Con ese derecho a la libertad de expresión no solamente los periodistas tenemos que encolumnarnos para mejorar la ley día a día, porque evidentemente todavía le falta mucho a la Argentina.
Creo que el día del periodista tiene que significar empezar de nuevo todos los días, a cada hora para que los jóvenes, los viejos, los nuevos y los ciudadanos en general defendamos esa libertad de expresión. Insisto en que tenemos libertad de expresión en la Argentina, pero me parece que todavía nos falta mucho para que esté grande, pura, intacta, sana y fuerte.
Estoy muy orgulloso de que la Cámara de Diputados de la Nación esté integrada por otros dos diputados que son periodistas. Son personas a las que admiro y respeto mucho, más allá de alguna disidencia. Me refiero a Norma Morandini y Miguel Bonasso, a quienes quiero felicitar.
Hoy se conmemora un día muy importante porque el periodista es un factor fundamental para la defensa de la libertad de expresión, que es una norma y un camino que todos tenemos que elaborar día a día.
La libertad de expresión es el derecho esencial que tenemos los ciudadanos argentinos y con esa libertad podemos tener la oportunidad de pedir, criticar, denunciar, opinar, felicitar e investigar, entre otras cosas. Con ese derecho a la libertad de expresión no solamente los periodistas tenemos que encolumnarnos para mejorar la ley día a día, porque evidentemente todavía le falta mucho a la Argentina.
Creo que el día del periodista tiene que significar empezar de nuevo todos los días, a cada hora para que los jóvenes, los viejos, los nuevos y los ciudadanos en general defendamos esa libertad de expresión. Insisto en que tenemos libertad de expresión en la Argentina, pero me parece que todavía nos falta mucho para que esté grande, pura, intacta, sana y fuerte.
Estoy muy orgulloso de que la Cámara de Diputados de la Nación esté integrada por otros dos diputados que son periodistas. Son personas a las que admiro y respeto mucho, más allá de alguna disidencia. Me refiero a Norma Morandini y Miguel Bonasso, a quienes quiero felicitar.
SR. PRESIDENTE MORINI Ayer teníamos planeado hablar de este tema en la sesión pero no pudimos hacerlo. De todos modos, lo haremos en el seminario que se realizará hoy a la tarde.
Armando el discurso para hoy, ayer leía algunos datos estadísticos que son aterradores. Por ejemplo, en la guerra de Irak murieron setenta periodistas. Es decir que esa guerra en tres años se llevó más periodistas muertos que la guerra de Vietnam. Entonces, cuando uno hace un balance ve estas cifras que asustan, ve el cercenamiento que hay en América Latina y también nota que estas cosas ocurren en gobiernos democráticos que llevan mucho tiempo de existencia. Con lo cual, el tema de la libertad de expresión y de los periodistas no es ajeno a las grandes democracias como también a aquellos pueblos como los nuestros que hace pocos años salieron de las noches tristes de la dictadura.
Creo que a la tarde tendremos una reunión muy interesante. Quisiera también que Carlos Silva pase lectura a los periodistas que comprometieron a su asistencia al seminario, que creo que son cinco. Comenzaremos a las 6 de la tarde y calculamos que finalizaremos entre las 7 y las 7 y 15.
Como les comenté a los señores diputados Morandini y Bonasso, me tomé el atrevimiento de invitar al seminario a los padres de José Luis Cabezas y me dijeron que asistirán Norma y la hermana de José Luis. Lo hice porque creo que de alguna manera es un justo homenaje y un reconocimiento a la labor de un periodista que de alguna forma fue emblemático.
Armando el discurso para hoy, ayer leía algunos datos estadísticos que son aterradores. Por ejemplo, en la guerra de Irak murieron setenta periodistas. Es decir que esa guerra en tres años se llevó más periodistas muertos que la guerra de Vietnam. Entonces, cuando uno hace un balance ve estas cifras que asustan, ve el cercenamiento que hay en América Latina y también nota que estas cosas ocurren en gobiernos democráticos que llevan mucho tiempo de existencia. Con lo cual, el tema de la libertad de expresión y de los periodistas no es ajeno a las grandes democracias como también a aquellos pueblos como los nuestros que hace pocos años salieron de las noches tristes de la dictadura.
Creo que a la tarde tendremos una reunión muy interesante. Quisiera también que Carlos Silva pase lectura a los periodistas que comprometieron a su asistencia al seminario, que creo que son cinco. Comenzaremos a las 6 de la tarde y calculamos que finalizaremos entre las 7 y las 7 y 15.
Como les comenté a los señores diputados Morandini y Bonasso, me tomé el atrevimiento de invitar al seminario a los padres de José Luis Cabezas y me dijeron que asistirán Norma y la hermana de José Luis. Lo hice porque creo que de alguna manera es un justo homenaje y un reconocimiento a la labor de un periodista que de alguna forma fue emblemático.
SR. HEREDIA Había preparado algo para decir ayer, pero seguramente podré comentarlo en algún otro momento.
De todas maneras, quiero destacar qué importante es la libertad de expresión que la dictadura lo que primero que hace es cercenarla, más allá de que destruye el Congreso.
Hay un ejemplo emblemático de la dura lucha de los años 70, de las horas negras. Un periodista insigne, respetado y admirado por todos nosotros, leyó una carta a los argentinos y lo mataron el mismo día: Rodolfo Walsh. Cómo será de importante la carta que en el acto lo mataron. La carta de Rodolfo era como tirarles un misil a los militares. Seguramente ya venían previendo matarlo. Pero la carta fue un documento histórico y la señal. Esa muerte de Rodolfo Walsh fue para decirnos: ustedes han perdido todos los derechos.
De todas maneras, quiero destacar qué importante es la libertad de expresión que la dictadura lo que primero que hace es cercenarla, más allá de que destruye el Congreso.
Hay un ejemplo emblemático de la dura lucha de los años 70, de las horas negras. Un periodista insigne, respetado y admirado por todos nosotros, leyó una carta a los argentinos y lo mataron el mismo día: Rodolfo Walsh. Cómo será de importante la carta que en el acto lo mataron. La carta de Rodolfo era como tirarles un misil a los militares. Seguramente ya venían previendo matarlo. Pero la carta fue un documento histórico y la señal. Esa muerte de Rodolfo Walsh fue para decirnos: ustedes han perdido todos los derechos.
SR. PRESIDENTE MORINI Tiene la palabra la señora diputada Morandini.
SRA. MORANDINI Señor presidente: en primer lugar, deseo agradecer al señor diputado Heredia por su reconocimiento.
En segundo término, si se me permite quisiera hacer una broma. Siempre digo que como periodista sólo hablaré de los políticos; ahora, escucho a los políticos hablar sólo de periodistas. Si ambos, periodistas y políticos, cumpliéramos con nuestra función, haríamos prácticamente lo mismo, ya que unos nos debemos a los electores y los otros, a los lectores. Es decir que nos separa nada más que una "e", la "e" de la esperanza de terminar con esa desconfianza que hace que los periodistas creamos que los políticos sólo van detrás de los votos -algunos sí lo hacen, pero hay que aprender a no generalizar- y que los políticos pensemos que los periodistas siempre están detrás de la roña.
Lo peor que nos dejó la dictadura es la desconfianza; pero además, hay mucho "lobbista" disfrazado de periodista.
Me gusta mucho formar parte de esta comisión porque creo que es tal vez la única que tiene como objetivo custodiar un bien supremo que está por encima de todo. La importancia del periodista no nace del hecho de que lo reconozcan por la calle o el portero de su edificio le diga "te vi en la televisión" sino en que es una persona que representa a la opinión pública.
Creo que por suerte está consagrado el derecho a decir. Aunque más no sea, tenemos la libertad de decir que la libertad está amenazada.
Sin embargo, falta un concepto fundamental de la sociedad democrática: las sociedades tienen derecho a la información. Es el espacio público donde esa información se construye a partir del debate, de la opinión. Por lo tanto, una información de mala calidad traerá como consecuencia una sociedad de mala calidad. La democracia no se debilita porque los periodistas critican a los políticos; se debilita toda vez que se cancela la posibilidad de debatir, de expresar las ideas en el espacio público y de construir esa opinión pública que contribuye a dinamizar la libertad.
Ya no existe esa plaza pública donde reclamábamos o festejábamos. Mal que nos pese, el espacio público parece estar conformado hoy por la mesa de debate de la televisión. Por lo tanto, también se atenta contra el periodismo toda vez que se cancela la posibilidad de debatir.
Además de expresar aquel agradecimiento, quiero recordar que el Día del Periodista se celebra el 7 de junio porque esa fue la fecha elegida por el Primer Congreso Nacional de Periodistas, reunido en Córdoba en 1938, para conmemorar el día en que se fundó la Gazeta de Buenos Ayres, pocos días después de la Revolución de Mayo.
Periodismo y política están unidos desde los orígenes de nuestra patria, aunque a veces nos cuesta debatir sobre la relación entre ambos.
Finalmente, quiero recordar la maravillosa exaltación que Mariano Moreno expresó en la tapa del primer ejemplar de la Gazeta de Buenos Ayres aquel 7 de junio de 1810: "Felices los tiempos en que podemos sentir lo que queremos para decir lo que sentimos."
Durante mucho tiempo en nuestro país nos han amordazado y no hemos tenido precisamente felicidad; entonces, de lo que se trata es de recuperar esa felicidad de bien sentir para poder bien decir.
En segundo término, si se me permite quisiera hacer una broma. Siempre digo que como periodista sólo hablaré de los políticos; ahora, escucho a los políticos hablar sólo de periodistas. Si ambos, periodistas y políticos, cumpliéramos con nuestra función, haríamos prácticamente lo mismo, ya que unos nos debemos a los electores y los otros, a los lectores. Es decir que nos separa nada más que una "e", la "e" de la esperanza de terminar con esa desconfianza que hace que los periodistas creamos que los políticos sólo van detrás de los votos -algunos sí lo hacen, pero hay que aprender a no generalizar- y que los políticos pensemos que los periodistas siempre están detrás de la roña.
Lo peor que nos dejó la dictadura es la desconfianza; pero además, hay mucho "lobbista" disfrazado de periodista.
Me gusta mucho formar parte de esta comisión porque creo que es tal vez la única que tiene como objetivo custodiar un bien supremo que está por encima de todo. La importancia del periodista no nace del hecho de que lo reconozcan por la calle o el portero de su edificio le diga "te vi en la televisión" sino en que es una persona que representa a la opinión pública.
Creo que por suerte está consagrado el derecho a decir. Aunque más no sea, tenemos la libertad de decir que la libertad está amenazada.
Sin embargo, falta un concepto fundamental de la sociedad democrática: las sociedades tienen derecho a la información. Es el espacio público donde esa información se construye a partir del debate, de la opinión. Por lo tanto, una información de mala calidad traerá como consecuencia una sociedad de mala calidad. La democracia no se debilita porque los periodistas critican a los políticos; se debilita toda vez que se cancela la posibilidad de debatir, de expresar las ideas en el espacio público y de construir esa opinión pública que contribuye a dinamizar la libertad.
Ya no existe esa plaza pública donde reclamábamos o festejábamos. Mal que nos pese, el espacio público parece estar conformado hoy por la mesa de debate de la televisión. Por lo tanto, también se atenta contra el periodismo toda vez que se cancela la posibilidad de debatir.
Además de expresar aquel agradecimiento, quiero recordar que el Día del Periodista se celebra el 7 de junio porque esa fue la fecha elegida por el Primer Congreso Nacional de Periodistas, reunido en Córdoba en 1938, para conmemorar el día en que se fundó la Gazeta de Buenos Ayres, pocos días después de la Revolución de Mayo.
Periodismo y política están unidos desde los orígenes de nuestra patria, aunque a veces nos cuesta debatir sobre la relación entre ambos.
Finalmente, quiero recordar la maravillosa exaltación que Mariano Moreno expresó en la tapa del primer ejemplar de la Gazeta de Buenos Ayres aquel 7 de junio de 1810: "Felices los tiempos en que podemos sentir lo que queremos para decir lo que sentimos."
Durante mucho tiempo en nuestro país nos han amordazado y no hemos tenido precisamente felicidad; entonces, de lo que se trata es de recuperar esa felicidad de bien sentir para poder bien decir.
SR. PRESIDENTE MORINI Tiene la palabra la señora diputada Quiroz.
SRA. QUIROZ Señor presidente: suelo hablar bastante pero ahora voy a ser absolutamente breve porque tenemos una tarea importante que cumplir luego de nuestro trabajo en comisión.
Solamente quiero suscribir en términos conceptuales lo planteado por los demás señores diputados que hicieron uso de la palabra. Comparto el orgullo y el honor de contar con personas como ustedes en esta comisión en particular y en la Cámara en general. Además, el sentimiento de tenerlos a todos como amigos y compañeros.
Quiero decirles que para los que nunca tuvimos manejo de los medios, del periodismo, de las vías y modos de comunicación -como lo señaló la señora diputada Morandini acerca de los políticos o de los que venimos de otro tipo de militancia en otros lugares- es un aprendizaje. Y por eso el orgullo de tenerlos como compañeros de trabajo.
Por otro lado, quiero decirles que precisamente hoy estoy presentando un proyecto -luego voy a pasárselos- que intento que sea la punta, el borrador, el inicio de un proceso que realicemos entre todos los colegas de la Comisión de Libertad de Expresión. La iniciativa tiene un título muy sugestivo, es algo de lo que permanentemente hablamos: el derecho a saber. El proyecto se refiere a incluir en el programa de todos los niveles de enseñanza del sistema educativo el derecho a saber para que sea parte de nuestra cultura, de nuestra formación, del pan de todos los días, de este insumo básico que es el reconocimiento de nuestro derecho y por lo tanto el reconocimiento de los derechos de los demás. Nuevamente les digo gracias por poder estar junto a ustedes.
Solamente quiero suscribir en términos conceptuales lo planteado por los demás señores diputados que hicieron uso de la palabra. Comparto el orgullo y el honor de contar con personas como ustedes en esta comisión en particular y en la Cámara en general. Además, el sentimiento de tenerlos a todos como amigos y compañeros.
Quiero decirles que para los que nunca tuvimos manejo de los medios, del periodismo, de las vías y modos de comunicación -como lo señaló la señora diputada Morandini acerca de los políticos o de los que venimos de otro tipo de militancia en otros lugares- es un aprendizaje. Y por eso el orgullo de tenerlos como compañeros de trabajo.
Por otro lado, quiero decirles que precisamente hoy estoy presentando un proyecto -luego voy a pasárselos- que intento que sea la punta, el borrador, el inicio de un proceso que realicemos entre todos los colegas de la Comisión de Libertad de Expresión. La iniciativa tiene un título muy sugestivo, es algo de lo que permanentemente hablamos: el derecho a saber. El proyecto se refiere a incluir en el programa de todos los niveles de enseñanza del sistema educativo el derecho a saber para que sea parte de nuestra cultura, de nuestra formación, del pan de todos los días, de este insumo básico que es el reconocimiento de nuestro derecho y por lo tanto el reconocimiento de los derechos de los demás. Nuevamente les digo gracias por poder estar junto a ustedes.
SR. PRESIDENTE MORINI Solamente quisiera agregar a lo señalado por la señora diputada Morandini que no es un dato menor que aquel emprendimiento del 7 de junio de 1810 fue instado por la propia Junta de Gobierno del 25 de mayo de 1810. Se trataba de un emprendimiento del Estado que incorporaba a otros personajes de la historia argentina como fueron Manuel Belgrano y Castelli. Fueron los dos primeros integrantes de la primera gaceta. Belgrano ya había tenido una experiencia anterior editando uno de los primeros periódicos privados de la Argentina que creo que se llamaba El Mercantil.
Hay historias muy ricas y muy lindas que es interesante conocer y que creo que están en la impronta de cada uno de los periodistas que hoy están aquí y que nos acompañan en esta comisión. Seguramente, como decía la diputada Morandini, esta comisión no es la que genera ni la que tiene que generar las grandes leyes sino que de alguna manera tiene que custodiar las vigentes y hacer que se cumplan. Asimismo, nuestra función es proteger a tantos periodistas que hay a lo largo y ancho del país.
Al respecto, como apareció en el artículo del diario La Nación de esta mañana, algunos periodistas no necesitan estar bronceados, salir por la televisión o vivir en countries. Ellos recorren distintos lugares de los suburbios de las ciudades para mostrar las mezquindades humanas y también se meten en zonas donde corren mucho riesgo para buscar una información. Y me refiero a la verdadera información y no el chusmerío que muchas veces se publica para defenestrar a un político, a un empresario, a un hombre del deporte o a cualquier persona de bien del país. Y nosotros sabemos cuánto daño se hace cuando esta herramienta se utiliza en el mal sentido.
Por eso, repito que como presidente de esta comisión agradezco a todos los diputados, y en su día especialmente a quienes son periodistas. Y aprovecho para decirles que vamos a tratar en la medida de nuestras posibilidades de acompañarlos en todas estas cosas que hacen bien a la sociedad. Asimismo, como dijo la señora diputada Morandini, conjugar el periodismo y la política.
Quienes venimos de la política desde hace muchos años, los que mamamos desde abajo esta profesión -yo lo considero así, más allá de que puedan discutirse distintas cosas- nos sentimos también orgullosos de contar con ustedes. Y lo digo porque en realidad siempre se vio a la clase política como una clase distinta. Y muchas veces lo que faltó fue nutrirse de los distintos estratos de la sociedad para que la sociedad también empezara a entender las cosas.
Agradezco a la diputada Norma Morandini y las palabras del diputado Arturo Heredia. Ellos son periodistas de mucho tiempo, valía y reconocidos por la sociedad argentina y nos acompañan en esta comisión.
Además, quiero pedirles a los miembros de la comisión que en la medida de sus posibilidades transmitan a los diputados que se encuentran en Buenos Aires que nos gustaría que nos acompañaran esta tarde.
Hay historias muy ricas y muy lindas que es interesante conocer y que creo que están en la impronta de cada uno de los periodistas que hoy están aquí y que nos acompañan en esta comisión. Seguramente, como decía la diputada Morandini, esta comisión no es la que genera ni la que tiene que generar las grandes leyes sino que de alguna manera tiene que custodiar las vigentes y hacer que se cumplan. Asimismo, nuestra función es proteger a tantos periodistas que hay a lo largo y ancho del país.
Al respecto, como apareció en el artículo del diario La Nación de esta mañana, algunos periodistas no necesitan estar bronceados, salir por la televisión o vivir en countries. Ellos recorren distintos lugares de los suburbios de las ciudades para mostrar las mezquindades humanas y también se meten en zonas donde corren mucho riesgo para buscar una información. Y me refiero a la verdadera información y no el chusmerío que muchas veces se publica para defenestrar a un político, a un empresario, a un hombre del deporte o a cualquier persona de bien del país. Y nosotros sabemos cuánto daño se hace cuando esta herramienta se utiliza en el mal sentido.
Por eso, repito que como presidente de esta comisión agradezco a todos los diputados, y en su día especialmente a quienes son periodistas. Y aprovecho para decirles que vamos a tratar en la medida de nuestras posibilidades de acompañarlos en todas estas cosas que hacen bien a la sociedad. Asimismo, como dijo la señora diputada Morandini, conjugar el periodismo y la política.
Quienes venimos de la política desde hace muchos años, los que mamamos desde abajo esta profesión -yo lo considero así, más allá de que puedan discutirse distintas cosas- nos sentimos también orgullosos de contar con ustedes. Y lo digo porque en realidad siempre se vio a la clase política como una clase distinta. Y muchas veces lo que faltó fue nutrirse de los distintos estratos de la sociedad para que la sociedad también empezara a entender las cosas.
Agradezco a la diputada Norma Morandini y las palabras del diputado Arturo Heredia. Ellos son periodistas de mucho tiempo, valía y reconocidos por la sociedad argentina y nos acompañan en esta comisión.
Además, quiero pedirles a los miembros de la comisión que en la medida de sus posibilidades transmitan a los diputados que se encuentran en Buenos Aires que nos gustaría que nos acompañaran esta tarde.
SRA. BERTOL Señor presidente: en primer lugar quiero adherirme al homenaje que el presidente ha hecho al periodismo.
Quiero, especialmente, agregar, también en nuestro homenaje, a nuestro compañero, el diputado Heredia, y, además, quiero decir que comparto la preocupación que tiene Norma Morandini de esta división que muchas veces se da entre el periodismo y la política y que, en lo personal, mi compromiso está en algún momento intentar armar un puente porque, de verdad, uno de los impactos que he tenido en esta tarea, en esta carrera política, ha sido ver las distancias que, a veces, nos separan sin razón y sin sentido.
Me parece muy loable que hoy a la tarde estemos reunidos aquí y empecemos a construir esos puentes, a la par de nuestros compañeros periodistas que creo que van a colaborar especialmente mucho en eso.
Quiero, especialmente, agregar, también en nuestro homenaje, a nuestro compañero, el diputado Heredia, y, además, quiero decir que comparto la preocupación que tiene Norma Morandini de esta división que muchas veces se da entre el periodismo y la política y que, en lo personal, mi compromiso está en algún momento intentar armar un puente porque, de verdad, uno de los impactos que he tenido en esta tarea, en esta carrera política, ha sido ver las distancias que, a veces, nos separan sin razón y sin sentido.
Me parece muy loable que hoy a la tarde estemos reunidos aquí y empecemos a construir esos puentes, a la par de nuestros compañeros periodistas que creo que van a colaborar especialmente mucho en eso.
SR. DAUD Pido disculpas por haber llegado un poco tarde. Más que nada, quiero felicitar a los periodistas en su día; deseo agradecerle al presidente esta inquietud de seguir en este camino de estrechar vínculos entre la actividad política y el periodismo.
Siento la necesidad de expresar algo particular que me ocurre, que sensibilizó mi piel en el tema de la relación política-periodismo. Me toca vivir en una comunidad pequeña, de diez mil habitantes, donde dos medios de comunicación fueron candidatos en contra de quien les habla. Nos expusimos electoralmente, uno jugó dentro de lo que es el peronismo y la hermana, que es la titular de otro de los medios, jugó por fuera del peronismo. Si bien fueron a la interna por dentro y a la general fueron por fuera. Un medio de comunicación en esta pequeña comunidad las cosas que ha dicho, a veces, son incontrastables con la convivencia. Jamás en mi vida tomé una actitud de revanchismo, jamás tuve una actitud de confrontación, siempre abriendo la posibilidad de diálogo, siempre dispuesto a la comunicación y, sin ningún tipo de tapujos, ofrecí, en miles de oportunidades, la posibilidad de entablar un diálogo franco y sincero, donde privara la verdad.
En una oportunidad, el Comfer tomó la actitud de hacer una elevación a la CNC, intervino un juzgado federal, allanan a una de las dos radios porque tenían conflicto con una tercera radio que existía. Una de las radios se había trasladado. Primero había una, luego fueron los dos hermanos que tenían una radio y fueron a la casa donde estaba la primera denuncia y era precisamente la radio que se había trasladado. Se armó un escándalo, me acusaron de que yo manejaba la justicia, dijeron que si les pasaba algo era producto de lo que yo podía llegar a hacer.
Tuve que llamar a una conferencia de prensa, mandarles cartas documento, pedirles que se rectificaran, les pedí que se acercaran a un medio televisivo para que hablemos estos temas. No logré un eco favorable, no logré que, al menos, pudieran desdecirse de lo que habían expresado, no quise querellar porque me pareció que era atentar contra la libertad de expresión.
Todo esto me ha sensibilizado y aprovecho la oportunidad para manifestarlo y expresarles mi más ferviente deseo de que el periodismo tenga garantía y seguridad para que los periodistas puedan decir lo que sea.
Siento la necesidad de expresar algo particular que me ocurre, que sensibilizó mi piel en el tema de la relación política-periodismo. Me toca vivir en una comunidad pequeña, de diez mil habitantes, donde dos medios de comunicación fueron candidatos en contra de quien les habla. Nos expusimos electoralmente, uno jugó dentro de lo que es el peronismo y la hermana, que es la titular de otro de los medios, jugó por fuera del peronismo. Si bien fueron a la interna por dentro y a la general fueron por fuera. Un medio de comunicación en esta pequeña comunidad las cosas que ha dicho, a veces, son incontrastables con la convivencia. Jamás en mi vida tomé una actitud de revanchismo, jamás tuve una actitud de confrontación, siempre abriendo la posibilidad de diálogo, siempre dispuesto a la comunicación y, sin ningún tipo de tapujos, ofrecí, en miles de oportunidades, la posibilidad de entablar un diálogo franco y sincero, donde privara la verdad.
En una oportunidad, el Comfer tomó la actitud de hacer una elevación a la CNC, intervino un juzgado federal, allanan a una de las dos radios porque tenían conflicto con una tercera radio que existía. Una de las radios se había trasladado. Primero había una, luego fueron los dos hermanos que tenían una radio y fueron a la casa donde estaba la primera denuncia y era precisamente la radio que se había trasladado. Se armó un escándalo, me acusaron de que yo manejaba la justicia, dijeron que si les pasaba algo era producto de lo que yo podía llegar a hacer.
Tuve que llamar a una conferencia de prensa, mandarles cartas documento, pedirles que se rectificaran, les pedí que se acercaran a un medio televisivo para que hablemos estos temas. No logré un eco favorable, no logré que, al menos, pudieran desdecirse de lo que habían expresado, no quise querellar porque me pareció que era atentar contra la libertad de expresión.
Todo esto me ha sensibilizado y aprovecho la oportunidad para manifestarlo y expresarles mi más ferviente deseo de que el periodismo tenga garantía y seguridad para que los periodistas puedan decir lo que sea.
SR. SECRETARIO Vamos a dar lectura del dictamen que surge de la unificación de tres proyectos presentados, el primero de resolución y los restantes de declaración, registrados bajo los números
2365-d-07;
2486-d-07 y
2520-d-07.
Todos ellos expresan pesar por la muerte del periodista Mario Mazzone.
El texto unificado del proyecto de declaración es el siguiente: "La Cámara de Diputados de la Nación declara sus condolencias por el fallecimiento del periodista y locutor, Mario Mazzone, de prestigiosa trayectoria en el medio radial y televisivo, ocurrida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 20 de mayo de 2007."
Todos ellos expresan pesar por la muerte del periodista Mario Mazzone.
El texto unificado del proyecto de declaración es el siguiente: "La Cámara de Diputados de la Nación declara sus condolencias por el fallecimiento del periodista y locutor, Mario Mazzone, de prestigiosa trayectoria en el medio radial y televisivo, ocurrida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 20 de mayo de 2007."
SR. PRESIDENTE MORINI Si estamos de acuerdo, pasamos a la firma del proyecto y luego harán lo mismo los demás diputados integrantes de la comisión. Creo que este es un justo homenaje a un periodista cuya muerte, como recién decíamos con el diputado Heredia, el pueblo argentino sintió con mucho pesar porque realmente cumplió una función.
SR. HEREDIA Eso fue lo importante del periodista Mazzone. Yo no lo conocí y en mi casa no lo conoció nadie. A pesar de que conozco casi a la mayoría de los periodistas de Buenos Aires, a Mario no lo conocí porque él tenía un perfil bajo y era fundamentalmente locutor de programas informativos. Sin embargo, en mi casa fue como si hubiera muerto un familiar porque él ingresó a los hogares con ternura, calidad, capacidad y respeto. Por ejemplo, siempre me dice mi suegra: yo escuché a fulano en la radio y fíjese que pasó tal cosa. Y para ella eso es ley. Mientras que hay algunos periodistas que no dicen la verdad. Pero para mi suegra, si lo dijo mengano, a quien ella admira, es ley.
Y en el caso de Mazzone, cuando él decía algo uno pensaba que estaba bien dicho y que era cierto porque él daba esa imagen. Por eso es tan triste y lamentable su repentina muerte.
Y en el caso de Mazzone, cuando él decía algo uno pensaba que estaba bien dicho y que era cierto porque él daba esa imagen. Por eso es tan triste y lamentable su repentina muerte.
SR. PRESIDENTE MORINI Solicito a los asesores y al periodismo presente que se retiren de la sala porque vamos a escuchar a la ex directora del diario El Atlántico de Mar del Plata, quien nos relatará un tema importante. Les pedimos disculpas pero lamentablemente no tenemos otra alternativa.
Vamos a quedarnos solamente con el secretario de la comisión y los taquígrafos.
Vamos a quedarnos solamente con el secretario de la comisión y los taquígrafos.
Luego de unos instantes:
SR. PRESIDENTE MORINI Estaban invitados también los diputados integrantes de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías, quienes no están presentes. De todos modos, está representándolos la señora Andrea Granson y la diputada Morandini que también integra esa comisión.
Tiene la palabra la señora Alonso.
Tiene la palabra la señora Alonso.
SRA. ALONSO Señor presidente: ante todo me presento. Mi nombre es Susana Alonso. Hace treinta y cinco años soy periodista. Tuve la suerte de trabajar acreditada para varios diarios y radios del interior y radios nacionales.
Trabajé en la Cámara de Diputados durante muchos años a partir del inicio de la democracia. Este es un ámbito que me parece fantástico y les agradezco muchísimo la invitación porque realmente me siento apoyada y acompañada en este momento en el que llevo tantos meses de soledad, pensando que a veces la tarea del periodista es muy difícil.
Se habla de libertad de prensa de muchísimas maneras. La señora diputada Morandini citó palabras de Mariano Moreno; antes, el señor diputado Heredia también dio su opinión. Personalmente tengo un concepto particular sobre el tema. Pienso que el periodista es un profesional pero fundamentalmente un trabajador que asumió en su vida la tarea de informar. Lo que queremos la mayoría es simplemente eso; algunos investigan más y otros menos, pero el periodismo no deja de ser un trabajo que debe ser ejercido con dignidad y, sobre todo, con libertad.
Luego de la quiebra de "La Razón" estuve unos años sin actividad. Trabajé en varias empresas periodísticas; entre ellas "Crónica", que es la dueña del diario "El Atlántico", en la que trabajé en dos oportunidades. La primera fue en el año 1979, pero luego renuncié para ir a trabajar a "Tiempo Argentino". La segunda fue tiempo después, cuando me convocara Lucho Avilés para hacer unas colaboraciones. Después de trabajar durante un tiempo en el diario renuncié nuevamente, esta vez por encontrarme desempeñando tareas de colaboración en "La Razón" y en algunos diarios del interior.
Cuando quebró "La Razón", donde era jefa de noticias, se produjo un quiebre muy complicado en mi vida que me dificultó seguir trabajando profesionalmente. Así fue como en muchas oportunidades actué como asesora de diputados, senadores y ministros. Realmente extrañaba muchísimo mi profesión, pero no podía encontrar un espacio más allá de algunas colaboraciones.
Cuando surge la posibilidad de unirme al diario "El Atlántico" yo me encontraba trabajando con un secretario de Estado. Esta nueva oportunidad era buena para mí por dos motivos. Primero, porque me interesaba transitar los últimos años de mi profesión -teóricamente me faltan tres años para jubilarme- como periodista, y en "El Atlántico" lo haría nada menos que como directora. Segundo, porque trabajaría en la ciudad donde nací, en la que hace muchos años compré una casa en un barrio alejado y muy lindo que me encanta para vivir, y en la que además se encuentra mi madre, quien desde hace bastante tiempo -desde que enviudó- está inválida. Dado que siempre se negó a venir a Buenos Aires, para mí era de gran importancia estar cerca de ella.
Por estas razones, acepté el trabajo con doble alegría. Quien me tomó en el trabajo fue el dueño del diario; recuerdo que al recibirme me dijo una frase que luego, cuando nos volvimos a encontrar, yo le repetí: "El ojo del amo engorda al ganado." Me explicó que estaba a 400 kilómetros del diario, que había negocios que no podía manejar desde tan lejos y que por eso necesitaba a una persona de confianza. Me dijo que me daba el tiempo necesario para hacer un diagnóstico y acto seguido me planteó el objetivo a alcanzar, un objetivo realmente apasionante desde el punto de vista profesional: levantar un diario que estaba caído y que en algún momento había llegado a vender 80.000 ejemplares durante el verano en una ciudad como Mar del Plata. En otras palabras, que el diario volviera a ser el diario importante que había sido en la costa atlántica.
Me fui de aquella reunión con esa impronta y con la promesa de que habría cambios. Conocía los problemas técnicos con los que me iba a enfrentar: el diario se imprime en Buenos Aires, los canillitas tiran los ejemplares debajo del quiosco para que no se vendan, hay problemas en la distribución, etcétera. No vengo de Marte; conocía las dificultades técnicas que existían y estaba absolutamente dispuesta a enfrentarlas.
Cuando me hice cargo de la función, desde el primer día me encontré con un sabotaje en la red interna del diario y en la conexión a Internet de Speedy. Rápidamente me di cuenta de que ese sabotaje era manejado por gente de dentro del diario y también de afuera, pero no tenía cómo probarlo.
Me llevó varios días encontrar un lugar desde donde tirar un piolín y empezar a cortar ese problema que fue muy serio. No sé si les interesa, porque si no les doy detalles. Comprobé que además de eso había tres programas espías en la redacción contectados con esta gente.
Cuando yo llegué no conocía a nadie. Yo llegué el 2 de marzo y el lunes 5 se llevaba a cabo un nuevo juicio por la verdad, como venía ocurriendo todos los lunes desde hacía dos años en Mar del Plata.
Me llamó la atención que el domingo el periodista que cumplía esa función me dijo que él cubría los juicios por la verdad pero que no sabía si yo quería que él fuera a hacerlo al día siguiente. Yo le dije: ¿vos me lo preguntás por el tema de las horas extra? Esto se debía que no se pagaban horas extra y el juicio era por la mañana. El me dijo: no, a mí aunque no me pagaran horas extra voy igual porque me interesa. Él a la vez trabajaba para una organización de derechos humanos y quería ir porque escribía para una revista. Pero él me preguntaba si yo quería que cubriera la nota para publicarla en el diario. Le dije que sí, que era lógico, que estaba perfecto si la cubría. La verdad es que en ese momento no me llamó mucho la atención, aunque después caí en la cuenta de lo que pasaba.
Ese día fueron Soarez y Chino a declarar y ambos dijeron que responsable de torturar y cajonear los habeas corpus durante los años previos al golpe, entre el 74 y el 76, había sido el doctor Gustavo Demarchi, que en ese momento era fiscal federal de la ciudad. El había participado activamente en actos siniestros durante esos años, conocía perfectamente los secuestros y sabía donde se torturaba porque era miembro de la Universidad de Mar del Plata, en cuyo suelo también se torturaba, además de hacerlo en la base naval, en el batallón 601.
Ellos dijeron una enorme cantidad de cosas que por supuesto la crónica periodística no reflejó en su totalidad. Pero sí el título de la nota de El Atlántico del martes 6 decía que ambos testigos habían acusado a Gustavo Demarchi de ser el titular de la CNU -Concentración Nacional Universitaria- que sería una especie de filial de la Triple A en Mar del Plata.
Trabajé en la Cámara de Diputados durante muchos años a partir del inicio de la democracia. Este es un ámbito que me parece fantástico y les agradezco muchísimo la invitación porque realmente me siento apoyada y acompañada en este momento en el que llevo tantos meses de soledad, pensando que a veces la tarea del periodista es muy difícil.
Se habla de libertad de prensa de muchísimas maneras. La señora diputada Morandini citó palabras de Mariano Moreno; antes, el señor diputado Heredia también dio su opinión. Personalmente tengo un concepto particular sobre el tema. Pienso que el periodista es un profesional pero fundamentalmente un trabajador que asumió en su vida la tarea de informar. Lo que queremos la mayoría es simplemente eso; algunos investigan más y otros menos, pero el periodismo no deja de ser un trabajo que debe ser ejercido con dignidad y, sobre todo, con libertad.
Luego de la quiebra de "La Razón" estuve unos años sin actividad. Trabajé en varias empresas periodísticas; entre ellas "Crónica", que es la dueña del diario "El Atlántico", en la que trabajé en dos oportunidades. La primera fue en el año 1979, pero luego renuncié para ir a trabajar a "Tiempo Argentino". La segunda fue tiempo después, cuando me convocara Lucho Avilés para hacer unas colaboraciones. Después de trabajar durante un tiempo en el diario renuncié nuevamente, esta vez por encontrarme desempeñando tareas de colaboración en "La Razón" y en algunos diarios del interior.
Cuando quebró "La Razón", donde era jefa de noticias, se produjo un quiebre muy complicado en mi vida que me dificultó seguir trabajando profesionalmente. Así fue como en muchas oportunidades actué como asesora de diputados, senadores y ministros. Realmente extrañaba muchísimo mi profesión, pero no podía encontrar un espacio más allá de algunas colaboraciones.
Cuando surge la posibilidad de unirme al diario "El Atlántico" yo me encontraba trabajando con un secretario de Estado. Esta nueva oportunidad era buena para mí por dos motivos. Primero, porque me interesaba transitar los últimos años de mi profesión -teóricamente me faltan tres años para jubilarme- como periodista, y en "El Atlántico" lo haría nada menos que como directora. Segundo, porque trabajaría en la ciudad donde nací, en la que hace muchos años compré una casa en un barrio alejado y muy lindo que me encanta para vivir, y en la que además se encuentra mi madre, quien desde hace bastante tiempo -desde que enviudó- está inválida. Dado que siempre se negó a venir a Buenos Aires, para mí era de gran importancia estar cerca de ella.
Por estas razones, acepté el trabajo con doble alegría. Quien me tomó en el trabajo fue el dueño del diario; recuerdo que al recibirme me dijo una frase que luego, cuando nos volvimos a encontrar, yo le repetí: "El ojo del amo engorda al ganado." Me explicó que estaba a 400 kilómetros del diario, que había negocios que no podía manejar desde tan lejos y que por eso necesitaba a una persona de confianza. Me dijo que me daba el tiempo necesario para hacer un diagnóstico y acto seguido me planteó el objetivo a alcanzar, un objetivo realmente apasionante desde el punto de vista profesional: levantar un diario que estaba caído y que en algún momento había llegado a vender 80.000 ejemplares durante el verano en una ciudad como Mar del Plata. En otras palabras, que el diario volviera a ser el diario importante que había sido en la costa atlántica.
Me fui de aquella reunión con esa impronta y con la promesa de que habría cambios. Conocía los problemas técnicos con los que me iba a enfrentar: el diario se imprime en Buenos Aires, los canillitas tiran los ejemplares debajo del quiosco para que no se vendan, hay problemas en la distribución, etcétera. No vengo de Marte; conocía las dificultades técnicas que existían y estaba absolutamente dispuesta a enfrentarlas.
Cuando me hice cargo de la función, desde el primer día me encontré con un sabotaje en la red interna del diario y en la conexión a Internet de Speedy. Rápidamente me di cuenta de que ese sabotaje era manejado por gente de dentro del diario y también de afuera, pero no tenía cómo probarlo.
Me llevó varios días encontrar un lugar desde donde tirar un piolín y empezar a cortar ese problema que fue muy serio. No sé si les interesa, porque si no les doy detalles. Comprobé que además de eso había tres programas espías en la redacción contectados con esta gente.
Cuando yo llegué no conocía a nadie. Yo llegué el 2 de marzo y el lunes 5 se llevaba a cabo un nuevo juicio por la verdad, como venía ocurriendo todos los lunes desde hacía dos años en Mar del Plata.
Me llamó la atención que el domingo el periodista que cumplía esa función me dijo que él cubría los juicios por la verdad pero que no sabía si yo quería que él fuera a hacerlo al día siguiente. Yo le dije: ¿vos me lo preguntás por el tema de las horas extra? Esto se debía que no se pagaban horas extra y el juicio era por la mañana. El me dijo: no, a mí aunque no me pagaran horas extra voy igual porque me interesa. Él a la vez trabajaba para una organización de derechos humanos y quería ir porque escribía para una revista. Pero él me preguntaba si yo quería que cubriera la nota para publicarla en el diario. Le dije que sí, que era lógico, que estaba perfecto si la cubría. La verdad es que en ese momento no me llamó mucho la atención, aunque después caí en la cuenta de lo que pasaba.
Ese día fueron Soarez y Chino a declarar y ambos dijeron que responsable de torturar y cajonear los habeas corpus durante los años previos al golpe, entre el 74 y el 76, había sido el doctor Gustavo Demarchi, que en ese momento era fiscal federal de la ciudad. El había participado activamente en actos siniestros durante esos años, conocía perfectamente los secuestros y sabía donde se torturaba porque era miembro de la Universidad de Mar del Plata, en cuyo suelo también se torturaba, además de hacerlo en la base naval, en el batallón 601.
Ellos dijeron una enorme cantidad de cosas que por supuesto la crónica periodística no reflejó en su totalidad. Pero sí el título de la nota de El Atlántico del martes 6 decía que ambos testigos habían acusado a Gustavo Demarchi de ser el titular de la CNU -Concentración Nacional Universitaria- que sería una especie de filial de la Triple A en Mar del Plata.
SR. HEREDIA La CNU es un aparato político de la Triple A.
SRA. ALONSO Este es un informe periodístico que existe hace mucho tiempo pese a que él se encargaba de recortar de los archivos de los diarios de la Biblioteca Municipal. Se cortaron páginas del diario La Opinión, pero de todos modos ellas están en algún otro lugar de otro archivo. En algún momento estaba orgulloso de ser de la CNU. Y cuando fue asesinado Piantoni, que era el titular de la CNU, se le adjudicó a los montoneros. Y la noche de ese velatorio Demarchi dijo: cinco por uno no va a quedar ninguno. Y a la mañana siguiente aparecieron cinco cadáveres acribillados en Mar del Plata. A partir de ahí siguieron otros hechos como la noche de las corbatas, en la que mataron a abogados prestigiosos, entre ellos a Candeloro. Digo esto para que conozcan los antecedentes de lo que pasó.
Yo no ejercí la profesión en Mar del Plata. Vine de allá cuando tenía 19 años y sabía todas esas cosas porque iba seguido a Mar del Plata a ver a mi familia, a mis compañeros del secundario y otras personas que visito. Además, las sabía porque periodísticamente uno se sigue informando; y a lo mejor ahora tengo más detalles.
Volviendo al tema, la nota salió publicada el martes 6 y al día siguiente me llamó por teléfono una persona, que aún no conozco físicamente pero que yo debería haber conocido, llamada Marcelo González. Él es de Rosario, tiene una empresa comercial y una radio en Mar del Plata. En ese momento me dijo era el dueño del diario Crónica de acá y que era la persona que se estaba haciendo cargo de la parte comercial del diario. El tenía contrato hasta el 31 de marzo. Es más, me dieron una copia del contrato y me dijeron: estamos viendo qué pasa y probablemente en esta nueva etapa sea él quien maneje esto; ponete en contacto con él. Yo iba a manejar la parte periodística y él, la comercial.
Cuando llegué a Mar del Plata, Marcelo González me llamó por teléfono y me dijo: tengo que estar en Rosario esta semana. Nos vemos el fin de semana cuando yo llegue allí.
El miércoles, él me llamó por teléfono desde Rosario y me dijo: "Esta noche te va a ir a ver un abogado amigo mío, que trabaja conmigo, que se llama Ianni, y te va a llevar un material para publicar mañana y nosotros nos vemos el sábado". Y le dije: "Está bien. De acuerdo." Yo lo tomé como un material publicitario.
Ese día yo estaba preparando un acto. Yo quería hacerle un homenaje a Iris Láinez en el día de la mujer y había invitado a mujeres de la comunidad marplatense, de la política, de los comedores, etcétera, y el lugar donde se iba a llevar a cabo era un local de Marcelo González que está ubicado frente al Torreón.
Había ido con la jefa de administración -no me acuerdo si fui ese día o el día anterior- a ver el local. Y el local me lo habían abierto -para verlo, para ver qué cantidad de sillas íbamos a necesitar y para ver cómo íbamos a ubicar el estrado- dos personas, una que se identificó como Ianni y el otro -un muchacho más joven- no recuerdo, pero fuimos sólo para ver lo físico. Esto viene a cuento porque ese miércoles el portero me avisa que estaba el doctor Ianni abajo, que me tenía que dar un material de parte de Marcelo González y le dije que lo deje abajo, porque había habido un diluvio, había una cantidad de problemas, yo seguía con la red tapada, estaba sacando el diario desde un locutorio, porque desde el locutorio lo trasmitía a acá y, supuestamente, desde la casa de un colaborador -de quien primero sospeché y era de mi quinta columna ahí adentro- y desde su máquina mandaba el diario a Crónica y yo estaba complicadísima en el centro y, además, allí no había jefes -porque son los cronistas y la directora- y no había nada. Era muy complicado. Este hombre insistió en subir, volví a insistir en que estaba ocupada, que me dejara el material, que le publicaba lo que fuera; yo suponía que era un aviso y volvió a insistir, lo hice subir y era este doctor Ianni, abogado, que subió a la oficina, se sentó y sacó cuatro hojas que estaban dobladas por la mitad y me dijo: "Me manda Marcelo González y me dijo que esto tiene que salir mañana" y me lo tira.
Entonces, yo lo abro y el título -les puedo mandar el mail, porque tuvo la osadía de mandármelo por mail- dice: "Reportaje al doctor Gustavo Demarchi hecho por El Atlántico en base a los dichos de Soárez". Eran cuatro páginas donde había preguntas y respuestas en las cuales Demarchi dice que no tenía nada que ver con la CNU, que los dichos de Soárez eran mentira, etcétera, entonces, yo miro, no había firma y dije: "Esto no lo firma nadie", entonces dije: "es un anónimo" y lo guardé en el cajón y me paré y este hombre siguió sentado en una actitud especial. Entonces, me dijo: "Te dije que esto tiene que salir mañana. Me dijo Marcelo González que tiene que salir mañana". Le dije: "La directora soy yo y yo decido lo que se publica." Me dice: "Pero es lo que tiene que salir". "Yo no publico anónimos y decile a ese Demarchi que si quiere que en el diario le publiquen algo que me llame por teléfono", le dije.
Entonces, él se recostó -en actitud como la de "yo soy el dueño de la cosa"- y me dijo: "Me parece que vos no entendés nada. Yo sé que vos sos marplatense, que tenés familia acá, que tenés a tu mamá, que tenés amigos, que venís seguido, que tenés una casa."
Vos no sabés la importancia que tiene el doctor Demarchi. El doctor Demarchi es... A partir empezó a nombrar una serie de cosas y les digo la verdad que me cerré y no escuché nada porque estaba pensando cómo hacía para echarlo. No sé qué me dijo, que era abogado de no sé qué, de no sé cuánto.
Entonces, cuando terminó de hablar, me paré y le dije: "Fuera de aquí; fuera de aquí ya mismo." Y el tipo siguió sentado. Entonces, agregué: "Está bien, si vos no te vas, me voy yo." Abrí la puerta de la oficina y salí hacia la redacción. Entonces él se paró, me siguió, me quiso agarrar del brazo y le dije: "No me toques y te vas ya de acá. Te vas ya mismo de acá." Él me contestó: "Pero es que esto tiene que salir mañana." La verdad es que tenía cara de desesperado. Y yo le afirmé: "Y esto no va a salir mañana porque lo digo yo y se acabó y ya te vas." Y se fue.
Cuando me fui para la redacción seguí con lo mío y cuando terminé de cerrar el diario llamé por teléfono a Buenos Aires y conté lo que me había pasado. Y me dieron una importancia relativa, como que estaba bien.
A partir de ese momento se sucedió una cantidad de cosas: problemas internos en el diario, páginas repetidas, desaparición de información. Yo aprobaba página por página porque estaba tan segura de que ahí adentro había tantos que trabajaban en contra que ningún día permitía que ninguna página llegara a Buenos Aires sin haber pasado por mi corrección. Sin embargo, a veces le enganchaban alguna información. Eso pasó una o dos veces. Por eso seguí todo un método para eliminarlo. Paralelamente comenzaron a llamarme amigas y amigos que no dejaban teléfono o que no daban el nombre y que querían que yo los llamara. También dejaban mensajes en portería.
A la vez pasaron algunas cosas en el barrio. Por ejemplo, apareció una noche en la puerta de mi casa un perro lleno de moscas, que se estaba pudriendo. Yo llegaba muy tarde, entre la 1 y las 2 de la mañana a un barrio que está cerca de Parque Camet, que es una especie de reserva forestal. Es una casa muy grande y un lugar bastante descampado donde yo vivía sola. En general yo no tenía miedo ni suponía que la cosa pudiera ser tan grave. Ello fue así hasta que llegó la primera carta documento de Demarchi, que la tengo acá, en la cual me obligaba, teóricamente, a publicar el reportaje a Ianni. Lo hacía amparándose en la Constitución, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, es decir el Pacto de San José de Costa Rica y no sé en qué otra cosa ridícula.
El presidente de la empresa, a quien yo debía comunicarle estos acontecimientos, me dijo que no me preocupara que el abogado se iba a hacer cargo e iba a contestar la carta. Fue una cuestión que me llamó mucho la atención porque normalmente las cartas documento se contestan personalmente.
De todas maneras yo estaba decidida a no contestarla. Paralelamente en Mar del Plata algunos sectores de la comunidad comenzaron a acercarse al ver estas publicaciones. Por ejemplo, se acercaron el doctor Falcone, que es el presidente del Tribunal Oral N° 3, donde se llevan a cabo los juicios, la senadora Segarra; en fin, una gran cantidad de personas me empezaron a abrir los ojos acerca de quién era quién. Me dijeron que podía contar con ellos. También estuvo conmigo Gloria León, delegada regional de derechos humanos. Ellos se ponían a mi disposición y me decían que no estaba sola.
Pasó lo de la carta documento de Demarchi. Luego alguien me dijo que un tal Jorge Radicci, que tiene un programa de radio que prácticamente nadie escucha, dijo que se estaba haciendo cargo del diario una montonera que había venido de Buenos Aires. Además había agregado que el diario andaba muy mal, que cada vez se vendía menos y que era un desastre.
A los tres o cuatro días de la carta documento, un domingo apareció una nota en la web www.noticiasyprotagonistas.com, que dirige José Luis Jacobo, señalando que había llegado a dirigir el diario El Atlántico una mina brava que se peleaba con toda la gente de la redacción y que había tenido problemas con varios. Y también mencionaba que en una trifulca -estaba escrito en un lenguaje muy despectivo, muy soez- piña va y piña viene, algo así, que luego había rodado por unas escaleras y estaba internada en el hospital de la comunidad con traumatismo de cráneo, magulladuras y contusiones varias. Y decía algo así como: qué mal comienzo.
Ese domingo yo estaba en la redacción y me entero, porque me lo cuenta uno de los periodistas, que había llamado el juez para preguntar qué había pasado. A pesar de que la gente sabe que Jacobo miente todo el tiempo, por las dudas igual le creen.
Realmente, en ese momento no tomé lo ocurrido como un mensaje mafioso. Como se trataba de una persona que decía cosas terribles de senadores, de diputados y de toda aquella gente de la que no cobra un peso, no me llamó la atención. Ya me habían contado cómo se manejaba.
Pasaron unos días y siguió habiendo llamados raros.
A la semana siguiente hubo un robo en mi casa. Un día llego a la madrugada y me encuentro con que todavía estaban robando, ya que en el garaje había bolsos preparados y uno de ellos contenía, entre otros objetos, portarretratos con fotos actuales de mis hijas conmigo.
Robaron cosas que los ladrones no roban. Por ejemplo, en la cocina había electrodomésticos que no se llevaron pese a estar al alcance de la mano y ser caros. En cambio, sí robaron el cuadro con la foto de casamiento de mis viejos que tenía colgado en mi pieza -aclaro que el marco no valía nada porque era común, de madera- y una foto muy grande de mi hija. Es bailarina de danza contemporánea y en una oportunidad, durante un concurso en Suiza, le sacaron una foto muy linda que su padre amplió. Era una foto muy artística; medía dos metros por un metro y pico y era en blanco y negro. Con esto quiero significar que no era la foto de una modelito linda como las que se cuelgan en las gomerías. Además, durante la mudanza se había roto el marco y estaba pegada sobre el hardboard.
La foto fue arrancada y quedó sólo el hardboard. Esto fue en el cuarto de arriba, del tercer piso, donde también estaba la computadora.
Por otro lado, yo tenía guardados todos los recibos de sueldo de las distintas empresas donde trabajé -que fueron varias y algunas no hicieron los aportes correspondientes- para iniciar los trámites de mi jubilación. Los tenía pegados en hojas dentro de un portafolios de plástico roto que no valía nada; éste que uso actualmente vale más, estaba al lado de aquél y sin embargo no lo robaron.
Vino la policía y todos, desde los que me atendieron en el 911 en adelante, consideraron que se había tratado de un robo de otro tipo. El comisario, al enterarse de que era la directora del diario, me preguntó qué podía hacer por mí. Como era la madrugada, el portón del garaje estaba roto y adentro habían dejado bolsos preparados, con lo cual no sabía si iban a volver, le pedí que dejara un patrullero. El comisario accedió.
En la manzana donde está la casa, las viviendas son bajas y hay muchos árboles. Puede decirse que se escucha todo lo que pasa del otro lado de la vereda porque el lugar es muy abierto. Esa madrugada me despertó a las seis y media de la mañana una garrafa que explotó en la casa de Altuna, un vecino a quien conozco desde chica. Su casa estaba detrás de la mía, del otro lado de la manzana y más hacia la otra esquina. Por esa zona son todos jardines.
Ese día la casa iba a ser habitada por los inquilinos. Habían dejado todos sus enceres, los aparatos electrónicos y máquina de coser. Les robaron todo. Robaron puertas y ventanas, mientras se suponía que el patrullero estaba en la puerta de mi casa, y después hicieron explotar una garrafa. Eso ocurrió alrededor de las 6 y media de la mañana. Cuando los vecinos se despertaron, el patrullero no estaba en la puerta de casa. Se armó alboroto entre los vecinos, yo también salí y empezamos a ver. Y yo escuchaba lo que decían de los robos que había habido en esa cuadra y en la manzana. Les digo que en ese barrio nunca había habido un robo. Esa casa la tengo hace siete años, la alquilo en el verano, la gente deja la puerta abierta, los autos afuera sin cerrarse con llave y nunca pasa nada. Pero de repente les habían robado a todos. Hice una lista y me di cuenta de que en veinte días había habido diez robos.
Publiqué una nota al día siguiente en el diario hablando de los robos. Eso hizo que la policía se moviera un poco más. Me recibió el jefe de distrito y pusieron más seguridad a mi disposición. De todas maneras, por sugerencia de Gloria León fui a la Fiscalía General a hacer la denuncia porque ya se suponía que esto había tenido otras connotaciones y que lo próximo que me podía suceder iba a ser más grave.
La denuncia está hecha en la fiscalía del doctor Pérez, cuyo secretario es Carlos Martínez, quien inmediatamente me puso custodia de la policía bonaerense, la que tuve hasta ayer que vine para acá.
Además, el pacto con el diario era que yo viniera a Capital a tomarme los francos todos juntos una vez por mes y también tuviera un aparato de seguimiento electrónico. En este accionar intervino el Centro de Protección a la Víctima del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, la Comisión de Derechos Humanos de la UNESCO. Además, una gran cantidad de gente se solidarizó y me apoyó.
A partir de ese momento, teniendo la custodia, en el diario no había recibido ninguna muestra de solidaridad, pregunta ni nada. Solamente un coordinador del diario, un amigo del dueño, se comunicó conmigo, fue a hablar a Mar del Plata y había estado reunido con el intendente. Esto también es muy llamativo. Yo había pedido una entrevista con el intendente y nunca la logré. A Katz lo conocí cuando asistí a dos actos públicos: un baile que hizo el PAMI y una fiesta de Canal 10. El intendente nunca me recibió aunque le formulé reiterados pedidos a su vocero.
Cuando ocurrió todo esto vine a Buenos Aires a tomarme unos días de franco que tenía asignados hace un mes y medio. Perdón me olvidé decir que cuando tenía la policía de custodia, alguien me llamó por teléfono y me preguntó si se podía publicar algo de todo esto. Le dije que me alegraba de que lo hicieran porque estaba yendo al diario con un policía uniformado desde hacía una semana.
Esa persona era el dueño de la radio FM Nativa, que está en Sierra de los Padres, que no se escucha en Mar del Plata y que además tiene una página web que es www.0223.com.ar.
Yo hice declaraciones que tengo guardadas en mi MP3. Y digo que las tengo porque después Demarchi dijo que yo había dicho cosas que no dije. Por eso guardé la desgrabación. Esto apareció publicado en la página www.0223.com.ar y luego se hizo eco el semanario marplatense con la condición de que la que hablara fuera yo y sin opinión porque temían que pasara algo y tuvieran que dar a Demarchi derecho a réplica.
A partir de que me vine a Buenos Aires se hicieron eco los colegas de Buenos Aires, como por ejemplo Canal 7. Luego apareció publicado en varios medios como los diarios Clarín y Página 12. En ese momento sentí que estaba de nuevo en casa porque ahora estar en Mar del Plata es como estar en un lugar en el que soy una extraterrestre a nivel de medios. No había habido ningún eco ni muestra de solidaridad del gobierno de la ciudad, de la universidad o de las fuerzas vivas.
Aun las organizaciones de derechos humanos tuvieron que tomarse su tiempo para dar una solidaridad con respecto a las amenazas y a lo que estaba pasando. Todos tienen miedo. Y todos me decían que me tenía que volver.
Yo no estaba dispuesta a volverme, porque me parecía que no debe ser así. Hasta que me llamó el director del diario hace un poco menos de dos semanas, a través de un colega que era el que me iba a reemplazar cuando me tomara franco. Me dijo: "Tengo que viajar mañana para reemplazarte porque Olmos quiere hablar con vos el lunes", pero no me dijo por qué. Yo dije,: "¿cómo quiere hablar conmigo el lunes si yo voy el miércoles?" Me dice: "es urgente, me perece que es por algo de tu seguridad" y cuando vine me dijo que estaba preocupado por mi seguridad.
Ahora abro un paréntesis. Eso fue el lunes. El domingo a la noche ya estaba dando vueltas por el diario el director anterior -el que yo había reemplazado-, que se llama Oscar Ortiz, y ese lunes el presidente de la empresa, el doctor Michetti puso nuevamente en el cargo a Oscar Ortiz como director del diario, mientras yo llegaba aquí a hablar con el dueño de la empresa.
El dueño de la empresa me pidió que me volviera a Buenos Aires, porque no se podían hacer cargo de que me pasara algo físicamente; que mi situación era grave y que "ese abogado con el que usted tuvo problemas ha llamado al diario y usted corre peligro y no es suficiente tener un policía, ni vivir en un hotel". Aclaro que estuve viviendo en un hotel cerca de dos meses -desde el robo en adelante- y, me dijo que me pagaba los gastos, porque yo dije que había pagado muchísimo dinero en la mudanza y por acondicionar mi casa y me pidió la cuenta de todos los gastos y que me tomara quince días.
Me dijo: "vuelva y la vamos a reinsertar en el diario, usted no puede seguir viviendo en Mar del Plata, usted no puede volver a su casa de Mar del Plata, véndala". Le dije que tengo amigos, que tengo a mi mamá; este año cumplo 40 años de egresada, yo voy a las reuniones, a fiestas. Me dijo: "Mire, yo le digo algo: si usted va a ir a Mar del Plata no vuelva sola, hágalo acompañada."
La decisión de la empresa ya estaba tomada. Así que fui al día siguiente con la cuenta de todos los gastos, me hizo un cheque para que me pagara inclusive esta mudanza de ahora y me dijo tómese quince días y a la vuelta hablamos de cuál va a ser el lugar que usted va a tener en la empresa." Eso fue todo; me fui para allá y ahora ya lo demás entra en un terreno muy personal. Estoy medicada, un poco porque es una situación que me alteró mucho físicamente.
También les agradezco mucho que me escuchen, como le agradecí al diputado, a la gente de ADEPA y a la gente que me apoyó con esto, pero es vergonzante el hecho de que una empresa privada se deje apretar de este modo.
La investigación judicial sigue; el fiscal estuvo hablando conmigo el viernes y me dijo que el fiscal federal general está decidido a que se conozca lo que pasó. Lo van a citar a Ianni. Probablemente haya un careo conmigo y también están viendo el origen de ese mail en el que me mandaron el reportaje de Demarchi, para ver si eso trajo alguna dirección porque había un teléfono. Todo eso está en investigación.
Yo no ejercí la profesión en Mar del Plata. Vine de allá cuando tenía 19 años y sabía todas esas cosas porque iba seguido a Mar del Plata a ver a mi familia, a mis compañeros del secundario y otras personas que visito. Además, las sabía porque periodísticamente uno se sigue informando; y a lo mejor ahora tengo más detalles.
Volviendo al tema, la nota salió publicada el martes 6 y al día siguiente me llamó por teléfono una persona, que aún no conozco físicamente pero que yo debería haber conocido, llamada Marcelo González. Él es de Rosario, tiene una empresa comercial y una radio en Mar del Plata. En ese momento me dijo era el dueño del diario Crónica de acá y que era la persona que se estaba haciendo cargo de la parte comercial del diario. El tenía contrato hasta el 31 de marzo. Es más, me dieron una copia del contrato y me dijeron: estamos viendo qué pasa y probablemente en esta nueva etapa sea él quien maneje esto; ponete en contacto con él. Yo iba a manejar la parte periodística y él, la comercial.
Cuando llegué a Mar del Plata, Marcelo González me llamó por teléfono y me dijo: tengo que estar en Rosario esta semana. Nos vemos el fin de semana cuando yo llegue allí.
El miércoles, él me llamó por teléfono desde Rosario y me dijo: "Esta noche te va a ir a ver un abogado amigo mío, que trabaja conmigo, que se llama Ianni, y te va a llevar un material para publicar mañana y nosotros nos vemos el sábado". Y le dije: "Está bien. De acuerdo." Yo lo tomé como un material publicitario.
Ese día yo estaba preparando un acto. Yo quería hacerle un homenaje a Iris Láinez en el día de la mujer y había invitado a mujeres de la comunidad marplatense, de la política, de los comedores, etcétera, y el lugar donde se iba a llevar a cabo era un local de Marcelo González que está ubicado frente al Torreón.
Había ido con la jefa de administración -no me acuerdo si fui ese día o el día anterior- a ver el local. Y el local me lo habían abierto -para verlo, para ver qué cantidad de sillas íbamos a necesitar y para ver cómo íbamos a ubicar el estrado- dos personas, una que se identificó como Ianni y el otro -un muchacho más joven- no recuerdo, pero fuimos sólo para ver lo físico. Esto viene a cuento porque ese miércoles el portero me avisa que estaba el doctor Ianni abajo, que me tenía que dar un material de parte de Marcelo González y le dije que lo deje abajo, porque había habido un diluvio, había una cantidad de problemas, yo seguía con la red tapada, estaba sacando el diario desde un locutorio, porque desde el locutorio lo trasmitía a acá y, supuestamente, desde la casa de un colaborador -de quien primero sospeché y era de mi quinta columna ahí adentro- y desde su máquina mandaba el diario a Crónica y yo estaba complicadísima en el centro y, además, allí no había jefes -porque son los cronistas y la directora- y no había nada. Era muy complicado. Este hombre insistió en subir, volví a insistir en que estaba ocupada, que me dejara el material, que le publicaba lo que fuera; yo suponía que era un aviso y volvió a insistir, lo hice subir y era este doctor Ianni, abogado, que subió a la oficina, se sentó y sacó cuatro hojas que estaban dobladas por la mitad y me dijo: "Me manda Marcelo González y me dijo que esto tiene que salir mañana" y me lo tira.
Entonces, yo lo abro y el título -les puedo mandar el mail, porque tuvo la osadía de mandármelo por mail- dice: "Reportaje al doctor Gustavo Demarchi hecho por El Atlántico en base a los dichos de Soárez". Eran cuatro páginas donde había preguntas y respuestas en las cuales Demarchi dice que no tenía nada que ver con la CNU, que los dichos de Soárez eran mentira, etcétera, entonces, yo miro, no había firma y dije: "Esto no lo firma nadie", entonces dije: "es un anónimo" y lo guardé en el cajón y me paré y este hombre siguió sentado en una actitud especial. Entonces, me dijo: "Te dije que esto tiene que salir mañana. Me dijo Marcelo González que tiene que salir mañana". Le dije: "La directora soy yo y yo decido lo que se publica." Me dice: "Pero es lo que tiene que salir". "Yo no publico anónimos y decile a ese Demarchi que si quiere que en el diario le publiquen algo que me llame por teléfono", le dije.
Entonces, él se recostó -en actitud como la de "yo soy el dueño de la cosa"- y me dijo: "Me parece que vos no entendés nada. Yo sé que vos sos marplatense, que tenés familia acá, que tenés a tu mamá, que tenés amigos, que venís seguido, que tenés una casa."
Vos no sabés la importancia que tiene el doctor Demarchi. El doctor Demarchi es... A partir empezó a nombrar una serie de cosas y les digo la verdad que me cerré y no escuché nada porque estaba pensando cómo hacía para echarlo. No sé qué me dijo, que era abogado de no sé qué, de no sé cuánto.
Entonces, cuando terminó de hablar, me paré y le dije: "Fuera de aquí; fuera de aquí ya mismo." Y el tipo siguió sentado. Entonces, agregué: "Está bien, si vos no te vas, me voy yo." Abrí la puerta de la oficina y salí hacia la redacción. Entonces él se paró, me siguió, me quiso agarrar del brazo y le dije: "No me toques y te vas ya de acá. Te vas ya mismo de acá." Él me contestó: "Pero es que esto tiene que salir mañana." La verdad es que tenía cara de desesperado. Y yo le afirmé: "Y esto no va a salir mañana porque lo digo yo y se acabó y ya te vas." Y se fue.
Cuando me fui para la redacción seguí con lo mío y cuando terminé de cerrar el diario llamé por teléfono a Buenos Aires y conté lo que me había pasado. Y me dieron una importancia relativa, como que estaba bien.
A partir de ese momento se sucedió una cantidad de cosas: problemas internos en el diario, páginas repetidas, desaparición de información. Yo aprobaba página por página porque estaba tan segura de que ahí adentro había tantos que trabajaban en contra que ningún día permitía que ninguna página llegara a Buenos Aires sin haber pasado por mi corrección. Sin embargo, a veces le enganchaban alguna información. Eso pasó una o dos veces. Por eso seguí todo un método para eliminarlo. Paralelamente comenzaron a llamarme amigas y amigos que no dejaban teléfono o que no daban el nombre y que querían que yo los llamara. También dejaban mensajes en portería.
A la vez pasaron algunas cosas en el barrio. Por ejemplo, apareció una noche en la puerta de mi casa un perro lleno de moscas, que se estaba pudriendo. Yo llegaba muy tarde, entre la 1 y las 2 de la mañana a un barrio que está cerca de Parque Camet, que es una especie de reserva forestal. Es una casa muy grande y un lugar bastante descampado donde yo vivía sola. En general yo no tenía miedo ni suponía que la cosa pudiera ser tan grave. Ello fue así hasta que llegó la primera carta documento de Demarchi, que la tengo acá, en la cual me obligaba, teóricamente, a publicar el reportaje a Ianni. Lo hacía amparándose en la Constitución, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, es decir el Pacto de San José de Costa Rica y no sé en qué otra cosa ridícula.
El presidente de la empresa, a quien yo debía comunicarle estos acontecimientos, me dijo que no me preocupara que el abogado se iba a hacer cargo e iba a contestar la carta. Fue una cuestión que me llamó mucho la atención porque normalmente las cartas documento se contestan personalmente.
De todas maneras yo estaba decidida a no contestarla. Paralelamente en Mar del Plata algunos sectores de la comunidad comenzaron a acercarse al ver estas publicaciones. Por ejemplo, se acercaron el doctor Falcone, que es el presidente del Tribunal Oral N° 3, donde se llevan a cabo los juicios, la senadora Segarra; en fin, una gran cantidad de personas me empezaron a abrir los ojos acerca de quién era quién. Me dijeron que podía contar con ellos. También estuvo conmigo Gloria León, delegada regional de derechos humanos. Ellos se ponían a mi disposición y me decían que no estaba sola.
Pasó lo de la carta documento de Demarchi. Luego alguien me dijo que un tal Jorge Radicci, que tiene un programa de radio que prácticamente nadie escucha, dijo que se estaba haciendo cargo del diario una montonera que había venido de Buenos Aires. Además había agregado que el diario andaba muy mal, que cada vez se vendía menos y que era un desastre.
A los tres o cuatro días de la carta documento, un domingo apareció una nota en la web www.noticiasyprotagonistas.com, que dirige José Luis Jacobo, señalando que había llegado a dirigir el diario El Atlántico una mina brava que se peleaba con toda la gente de la redacción y que había tenido problemas con varios. Y también mencionaba que en una trifulca -estaba escrito en un lenguaje muy despectivo, muy soez- piña va y piña viene, algo así, que luego había rodado por unas escaleras y estaba internada en el hospital de la comunidad con traumatismo de cráneo, magulladuras y contusiones varias. Y decía algo así como: qué mal comienzo.
Ese domingo yo estaba en la redacción y me entero, porque me lo cuenta uno de los periodistas, que había llamado el juez para preguntar qué había pasado. A pesar de que la gente sabe que Jacobo miente todo el tiempo, por las dudas igual le creen.
Realmente, en ese momento no tomé lo ocurrido como un mensaje mafioso. Como se trataba de una persona que decía cosas terribles de senadores, de diputados y de toda aquella gente de la que no cobra un peso, no me llamó la atención. Ya me habían contado cómo se manejaba.
Pasaron unos días y siguió habiendo llamados raros.
A la semana siguiente hubo un robo en mi casa. Un día llego a la madrugada y me encuentro con que todavía estaban robando, ya que en el garaje había bolsos preparados y uno de ellos contenía, entre otros objetos, portarretratos con fotos actuales de mis hijas conmigo.
Robaron cosas que los ladrones no roban. Por ejemplo, en la cocina había electrodomésticos que no se llevaron pese a estar al alcance de la mano y ser caros. En cambio, sí robaron el cuadro con la foto de casamiento de mis viejos que tenía colgado en mi pieza -aclaro que el marco no valía nada porque era común, de madera- y una foto muy grande de mi hija. Es bailarina de danza contemporánea y en una oportunidad, durante un concurso en Suiza, le sacaron una foto muy linda que su padre amplió. Era una foto muy artística; medía dos metros por un metro y pico y era en blanco y negro. Con esto quiero significar que no era la foto de una modelito linda como las que se cuelgan en las gomerías. Además, durante la mudanza se había roto el marco y estaba pegada sobre el hardboard.
La foto fue arrancada y quedó sólo el hardboard. Esto fue en el cuarto de arriba, del tercer piso, donde también estaba la computadora.
Por otro lado, yo tenía guardados todos los recibos de sueldo de las distintas empresas donde trabajé -que fueron varias y algunas no hicieron los aportes correspondientes- para iniciar los trámites de mi jubilación. Los tenía pegados en hojas dentro de un portafolios de plástico roto que no valía nada; éste que uso actualmente vale más, estaba al lado de aquél y sin embargo no lo robaron.
Vino la policía y todos, desde los que me atendieron en el 911 en adelante, consideraron que se había tratado de un robo de otro tipo. El comisario, al enterarse de que era la directora del diario, me preguntó qué podía hacer por mí. Como era la madrugada, el portón del garaje estaba roto y adentro habían dejado bolsos preparados, con lo cual no sabía si iban a volver, le pedí que dejara un patrullero. El comisario accedió.
En la manzana donde está la casa, las viviendas son bajas y hay muchos árboles. Puede decirse que se escucha todo lo que pasa del otro lado de la vereda porque el lugar es muy abierto. Esa madrugada me despertó a las seis y media de la mañana una garrafa que explotó en la casa de Altuna, un vecino a quien conozco desde chica. Su casa estaba detrás de la mía, del otro lado de la manzana y más hacia la otra esquina. Por esa zona son todos jardines.
Ese día la casa iba a ser habitada por los inquilinos. Habían dejado todos sus enceres, los aparatos electrónicos y máquina de coser. Les robaron todo. Robaron puertas y ventanas, mientras se suponía que el patrullero estaba en la puerta de mi casa, y después hicieron explotar una garrafa. Eso ocurrió alrededor de las 6 y media de la mañana. Cuando los vecinos se despertaron, el patrullero no estaba en la puerta de casa. Se armó alboroto entre los vecinos, yo también salí y empezamos a ver. Y yo escuchaba lo que decían de los robos que había habido en esa cuadra y en la manzana. Les digo que en ese barrio nunca había habido un robo. Esa casa la tengo hace siete años, la alquilo en el verano, la gente deja la puerta abierta, los autos afuera sin cerrarse con llave y nunca pasa nada. Pero de repente les habían robado a todos. Hice una lista y me di cuenta de que en veinte días había habido diez robos.
Publiqué una nota al día siguiente en el diario hablando de los robos. Eso hizo que la policía se moviera un poco más. Me recibió el jefe de distrito y pusieron más seguridad a mi disposición. De todas maneras, por sugerencia de Gloria León fui a la Fiscalía General a hacer la denuncia porque ya se suponía que esto había tenido otras connotaciones y que lo próximo que me podía suceder iba a ser más grave.
La denuncia está hecha en la fiscalía del doctor Pérez, cuyo secretario es Carlos Martínez, quien inmediatamente me puso custodia de la policía bonaerense, la que tuve hasta ayer que vine para acá.
Además, el pacto con el diario era que yo viniera a Capital a tomarme los francos todos juntos una vez por mes y también tuviera un aparato de seguimiento electrónico. En este accionar intervino el Centro de Protección a la Víctima del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, la Comisión de Derechos Humanos de la UNESCO. Además, una gran cantidad de gente se solidarizó y me apoyó.
A partir de ese momento, teniendo la custodia, en el diario no había recibido ninguna muestra de solidaridad, pregunta ni nada. Solamente un coordinador del diario, un amigo del dueño, se comunicó conmigo, fue a hablar a Mar del Plata y había estado reunido con el intendente. Esto también es muy llamativo. Yo había pedido una entrevista con el intendente y nunca la logré. A Katz lo conocí cuando asistí a dos actos públicos: un baile que hizo el PAMI y una fiesta de Canal 10. El intendente nunca me recibió aunque le formulé reiterados pedidos a su vocero.
Cuando ocurrió todo esto vine a Buenos Aires a tomarme unos días de franco que tenía asignados hace un mes y medio. Perdón me olvidé decir que cuando tenía la policía de custodia, alguien me llamó por teléfono y me preguntó si se podía publicar algo de todo esto. Le dije que me alegraba de que lo hicieran porque estaba yendo al diario con un policía uniformado desde hacía una semana.
Esa persona era el dueño de la radio FM Nativa, que está en Sierra de los Padres, que no se escucha en Mar del Plata y que además tiene una página web que es www.0223.com.ar.
Yo hice declaraciones que tengo guardadas en mi MP3. Y digo que las tengo porque después Demarchi dijo que yo había dicho cosas que no dije. Por eso guardé la desgrabación. Esto apareció publicado en la página www.0223.com.ar y luego se hizo eco el semanario marplatense con la condición de que la que hablara fuera yo y sin opinión porque temían que pasara algo y tuvieran que dar a Demarchi derecho a réplica.
A partir de que me vine a Buenos Aires se hicieron eco los colegas de Buenos Aires, como por ejemplo Canal 7. Luego apareció publicado en varios medios como los diarios Clarín y Página 12. En ese momento sentí que estaba de nuevo en casa porque ahora estar en Mar del Plata es como estar en un lugar en el que soy una extraterrestre a nivel de medios. No había habido ningún eco ni muestra de solidaridad del gobierno de la ciudad, de la universidad o de las fuerzas vivas.
Aun las organizaciones de derechos humanos tuvieron que tomarse su tiempo para dar una solidaridad con respecto a las amenazas y a lo que estaba pasando. Todos tienen miedo. Y todos me decían que me tenía que volver.
Yo no estaba dispuesta a volverme, porque me parecía que no debe ser así. Hasta que me llamó el director del diario hace un poco menos de dos semanas, a través de un colega que era el que me iba a reemplazar cuando me tomara franco. Me dijo: "Tengo que viajar mañana para reemplazarte porque Olmos quiere hablar con vos el lunes", pero no me dijo por qué. Yo dije,: "¿cómo quiere hablar conmigo el lunes si yo voy el miércoles?" Me dice: "es urgente, me perece que es por algo de tu seguridad" y cuando vine me dijo que estaba preocupado por mi seguridad.
Ahora abro un paréntesis. Eso fue el lunes. El domingo a la noche ya estaba dando vueltas por el diario el director anterior -el que yo había reemplazado-, que se llama Oscar Ortiz, y ese lunes el presidente de la empresa, el doctor Michetti puso nuevamente en el cargo a Oscar Ortiz como director del diario, mientras yo llegaba aquí a hablar con el dueño de la empresa.
El dueño de la empresa me pidió que me volviera a Buenos Aires, porque no se podían hacer cargo de que me pasara algo físicamente; que mi situación era grave y que "ese abogado con el que usted tuvo problemas ha llamado al diario y usted corre peligro y no es suficiente tener un policía, ni vivir en un hotel". Aclaro que estuve viviendo en un hotel cerca de dos meses -desde el robo en adelante- y, me dijo que me pagaba los gastos, porque yo dije que había pagado muchísimo dinero en la mudanza y por acondicionar mi casa y me pidió la cuenta de todos los gastos y que me tomara quince días.
Me dijo: "vuelva y la vamos a reinsertar en el diario, usted no puede seguir viviendo en Mar del Plata, usted no puede volver a su casa de Mar del Plata, véndala". Le dije que tengo amigos, que tengo a mi mamá; este año cumplo 40 años de egresada, yo voy a las reuniones, a fiestas. Me dijo: "Mire, yo le digo algo: si usted va a ir a Mar del Plata no vuelva sola, hágalo acompañada."
La decisión de la empresa ya estaba tomada. Así que fui al día siguiente con la cuenta de todos los gastos, me hizo un cheque para que me pagara inclusive esta mudanza de ahora y me dijo tómese quince días y a la vuelta hablamos de cuál va a ser el lugar que usted va a tener en la empresa." Eso fue todo; me fui para allá y ahora ya lo demás entra en un terreno muy personal. Estoy medicada, un poco porque es una situación que me alteró mucho físicamente.
También les agradezco mucho que me escuchen, como le agradecí al diputado, a la gente de ADEPA y a la gente que me apoyó con esto, pero es vergonzante el hecho de que una empresa privada se deje apretar de este modo.
La investigación judicial sigue; el fiscal estuvo hablando conmigo el viernes y me dijo que el fiscal federal general está decidido a que se conozca lo que pasó. Lo van a citar a Ianni. Probablemente haya un careo conmigo y también están viendo el origen de ese mail en el que me mandaron el reportaje de Demarchi, para ver si eso trajo alguna dirección porque había un teléfono. Todo eso está en investigación.
SR. PRESIDENTE MORINI No sé si alguno de los diputados quiere hacer alguna pregunta.
SR. DAUD ¿Cuál es la situación actual? ¿Sigue usted fuera del diario? ¿Está tomándose esos quince días?
SRA. ALONSO Los quince días se cumplirán el lunes y probablemente voy a llamar por teléfono. La verdad es que recién llegó el camión de la mudanza a casa y bajó las cosas. Voy a llamar el lunes para conocer la propuesta.
SR. HEREDIA ¿Demarchi está imputado en el juicio por la verdad?
SRA. ALONSO Sí, está imputado por varios testigos.
Falcone primero hablaba de dieciocho homicidios calificados y la última vez que lo vi -que fue unos días antes de venir- me dijo que ya eran veintidós hechos en cuatro meses.
Falcone primero hablaba de dieciocho homicidios calificados y la última vez que lo vi -que fue unos días antes de venir- me dijo que ya eran veintidós hechos en cuatro meses.
SR. HEREDIA ¿Quién es Falcone?
SRA. ALONSO Es el presidente del Tribunal Oral N° 3. Hay tres jueces.
Él está imputado por testigos que lo vieron...
Él está imputado por testigos que lo vieron...
SR. HEREDIA Demarchi figura en el libro Nunca Más. Sí.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. ALONSO ... como el negro Soarez.
Por otra parte, aclaro que yo no publiqué una nota sino una crónica que no sé si está mal escrita, pero ahí se citaban los dichos de los testigos y nada más. La misma crónica fue publicada por el diario Clarín, por Página 12 al día siguiente, luego hicieron referencia a ella la cronista de Radio Nacional y Canal 7.
Cuando los juicios tienen testigos de Buenos Aires mayoritariamente los cubren los medios nacionales porque si no es un poco más difícil. Por ello estuvieron cubriéndolo TELAM y DyN. Todos hicimos lo mismo con la cobertura. ¿Pero por qué hicieron eso conmigo principalmente? ¿Por qué con El Atlántico? Recuerdo que a partir de ahí me empezaron a desaparecer todos los días alrededor de cuatrocientos diarios y ya no se conseguía en los kioscos de varios barrios. Esta es una mafia importante.
Cuando hablé con el jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos, el doctor Alem, dijo que no está exento el doctor Hooft, que fue separado hace poco de su cargo de la universidad y que forma parte de toda esta mafia. Después el propio Olmos me dijo que no sabía si había más mafia en Mar del Plata que en Buenos Aires. Yo no sé si hay más o menos.
Por otra parte, aclaro que yo no publiqué una nota sino una crónica que no sé si está mal escrita, pero ahí se citaban los dichos de los testigos y nada más. La misma crónica fue publicada por el diario Clarín, por Página 12 al día siguiente, luego hicieron referencia a ella la cronista de Radio Nacional y Canal 7.
Cuando los juicios tienen testigos de Buenos Aires mayoritariamente los cubren los medios nacionales porque si no es un poco más difícil. Por ello estuvieron cubriéndolo TELAM y DyN. Todos hicimos lo mismo con la cobertura. ¿Pero por qué hicieron eso conmigo principalmente? ¿Por qué con El Atlántico? Recuerdo que a partir de ahí me empezaron a desaparecer todos los días alrededor de cuatrocientos diarios y ya no se conseguía en los kioscos de varios barrios. Esta es una mafia importante.
Cuando hablé con el jefe de Gabinete de la Secretaría de Derechos Humanos, el doctor Alem, dijo que no está exento el doctor Hooft, que fue separado hace poco de su cargo de la universidad y que forma parte de toda esta mafia. Después el propio Olmos me dijo que no sabía si había más mafia en Mar del Plata que en Buenos Aires. Yo no sé si hay más o menos.
SR. HEREDIA ¿Hooft fue juez en la época militar?
SRA. ALONSO Fue juez en la época militar y actualmente es el abogado del diario La Capital.
SR. HEREDIA ¿Es un ex juez de la época militar?
SRA. ALONSO Pero sigue teniendo el cargo de juez porque no renunció. Luego del suceso de la universidad me dijeron que estaba preparándose para jubilarse.
SR. HEREDIA Parece mentira, ¿no?
SRA. ALONSO También hay fiscales de la época militar.
SR. HEREDIA Hooft es un juez conocido de la época de la represión. Incluso Hooft condenó actas militares. No sabía que...
SRA. ALONSO Se lo separó del cargo a raíz de lo realizado por las organizaciones de derechos humanos y de HIJOS. En marzo hubo un acto en la universidad al cual yo asistí. Finalmente, aunque no por unanimidad, se lo pudo separar del cargo.
SR. HEREDIA Podemos refrescar los dos métodos que tenían los militares. Uno era el método negro: secuestraban a la persona, un NN, lo mataban y desaparecía. Y el otro era por el cual blanqueaban a una serie de detenidos, los llevaban la justicia -que estaba en manos de ellos mismos- y los jueces les daban condenas de 20 o 30 años. Y uno de esos jueces era Hooft.
Después del 78, cuando empezaron a venir las comisiones del exterior, los juicios de defensa eran sumarísimos. Entonces, para demostrarles a las comisiones que venían del exterior que ellos actuaban por derecha, les decían: acá tenemos los jueces que han condenado a veinte guerrilleros, veinte subversivos por actos contra la Patria, etcétera. Y así les daban veinte, treinta o cuarenta años de prisión. Y quien hacía eso era Hooft. Lo que yo no sabía es que sigue siendo juez.
Después del 78, cuando empezaron a venir las comisiones del exterior, los juicios de defensa eran sumarísimos. Entonces, para demostrarles a las comisiones que venían del exterior que ellos actuaban por derecha, les decían: acá tenemos los jueces que han condenado a veinte guerrilleros, veinte subversivos por actos contra la Patria, etcétera. Y así les daban veinte, treinta o cuarenta años de prisión. Y quien hacía eso era Hooft. Lo que yo no sabía es que sigue siendo juez.
SRA. ALONSO Demarchi, cuando era fiscal, tenía como secretario al capitán Ulloa. Muchos testigos que fueron "chupados" lo señalaron como el encargado de "chupar" gente para luego llevarla a la base naval, al subsuelo de la universidad o a algún otro lugar. Es decir que durante el día trabajaba con Demarchi como su secretario y recibía a los familiares de la gente que por la noche era "chupada", quienes iban a presentar pedidos de hábeas corpus que, por supuesto, eran cajoneados.
Entre los crímenes que se perpetraron a partir de aquel "cinco por uno, no va a quedar ninguno", uno de los casos que más golpeó periodísticamente fue el de "Coca" Maggi, quien se desempeñaba como asesora del decano de la Universidad Católica, monseñor Pironio. Era una mujer muy inteligente que se oponía, junto con monseñor Pironio, a que la universidad quedara en manos de Demarchi.
"Coca" Maggi fue acribillada y su caso ha sido uno de los más importantes en los juicios por la verdad. Todos tienen gran importancia, pero el suyo es considerado fundamental porque en treinta días se cajoneó el expediente. Luego de ese lapso se la dio por desaparecida cuando en realidad su cadáver apareció tirado en una vereda de Mar del Plata con no recuerdo qué cantidad impresionante de balazos.
Estos son los señores que manejan los medios de comunicación en Mar del Plata, además de otros negocios espurios. En "El Atlántico" no se puede publicar nada; no se puede publicar que en la costa se levantan obras en lugares que son patrimonio histórico, lo que dice el presidente Kirchner sobre los derechos humanos... Va nuestro presidente y es como si fuera la señora de la otra cuadra; nadie le da importancia. Aclaro que no estoy hablando de sucesos políticos sino de actos oficiales; no aparece información.
Sinceramente desconocía que la situación en la ciudad era tan grave, y que era tanta la inmovilidad y la anestesia general que ha recaído sobre la sociedad, que no reacciona. Sólo hay un medio de difusión en Sierra de los Padres, precisamente porque esa radio no se escucha en Mar del Plata y sale sólo por la web.
Los medios no pueden opinar de nada, tampoco de las barbaridades que se hacen desde el otro medio de difusión a nivel edilicio, de impuestos impagos, etcétera.
Entre los crímenes que se perpetraron a partir de aquel "cinco por uno, no va a quedar ninguno", uno de los casos que más golpeó periodísticamente fue el de "Coca" Maggi, quien se desempeñaba como asesora del decano de la Universidad Católica, monseñor Pironio. Era una mujer muy inteligente que se oponía, junto con monseñor Pironio, a que la universidad quedara en manos de Demarchi.
"Coca" Maggi fue acribillada y su caso ha sido uno de los más importantes en los juicios por la verdad. Todos tienen gran importancia, pero el suyo es considerado fundamental porque en treinta días se cajoneó el expediente. Luego de ese lapso se la dio por desaparecida cuando en realidad su cadáver apareció tirado en una vereda de Mar del Plata con no recuerdo qué cantidad impresionante de balazos.
Estos son los señores que manejan los medios de comunicación en Mar del Plata, además de otros negocios espurios. En "El Atlántico" no se puede publicar nada; no se puede publicar que en la costa se levantan obras en lugares que son patrimonio histórico, lo que dice el presidente Kirchner sobre los derechos humanos... Va nuestro presidente y es como si fuera la señora de la otra cuadra; nadie le da importancia. Aclaro que no estoy hablando de sucesos políticos sino de actos oficiales; no aparece información.
Sinceramente desconocía que la situación en la ciudad era tan grave, y que era tanta la inmovilidad y la anestesia general que ha recaído sobre la sociedad, que no reacciona. Sólo hay un medio de difusión en Sierra de los Padres, precisamente porque esa radio no se escucha en Mar del Plata y sale sólo por la web.
Los medios no pueden opinar de nada, tampoco de las barbaridades que se hacen desde el otro medio de difusión a nivel edilicio, de impuestos impagos, etcétera.
SR. PRESIDENTE MORINI Tiene la palabra la señora diputada Quiroz.
SRA. QUIROZ Señor presidente: me gustaría saber si en el Concejo Deliberante hubo algún testimonio vinculado con los funcionarios o las autoridades políticas del distrito y, a partir de ahí, si ocurrió lo mismo en el ámbito de la provincia de Buenos Aires.
SRA. ALONSO A las autoridades políticas de Mar del Plata no las conozco.
SR. HEREDIA ¿Y a las autoridades provinciales?
SRA. ALONSO Tampoco, salvo a la señora senadora Segarra, que es marplatense y se acercó a conocerme, y la señora diputada nacional Vilma Baragiola, también marplatense, que se me acercó cuando supo lo que ocurría a través de su jefe de prensa. Las dos me ofrecieron su apoyo permanentemente; incluso me dijeron de ir a dormir a sus casas en caso de ser necesario.
Puedo mencionarlos porque son muy pocos. También el doctor Falcone, el fiscal Pérez, su secretario -que fue quien me recibió la denuncia-, Gloria León -a quien ya mencioné- y nadie más. Ningún legislador, nadie del Concejo Deliberante y nadie de la Universidad.
Puedo mencionarlos porque son muy pocos. También el doctor Falcone, el fiscal Pérez, su secretario -que fue quien me recibió la denuncia-, Gloria León -a quien ya mencioné- y nadie más. Ningún legislador, nadie del Concejo Deliberante y nadie de la Universidad.
SRA. QUIROZ ¿Y de la radio abierta o de la FM?
SRA. ALONSO La única radio abierta que no responde a Aldrey Iglesias ni al resto de la mafia es "Brisas", uno de cuyos conductores es Zanoli, antiguo locutor que está al frente de un programa de la tarde, que tuvo la deferencia de invitarme para una nota de color el día que llegué para hacerme cargo de la dirección del diario. Yo estaba con todo este asunto y sinceramente pensé en no ir, pero como me parecía una descortesía, fui. Días antes, con esa radio había llegado a un acuerdo comercial a través de Zanoli: a la medianoche yo daba los títulos del diario y a cambio publicaba un avisito de la radio.
Ellos daban alguna información -como por ejemplo, que se atrasó la erradicación de la Villa de Paso- pero no se metían mucho más. En realidad, nadie se mete demasiado porque siguen viviendo como en la dictadura. Lo mismo pasa con el resto de la sociedad. Sentí mucha pena en aquel momento y siento aún gran tristeza, porque parece que los últimos treinta años no han pasado y que no tenemos el gobierno que tenemos. Lo dije en muchas oportunidades y en todas las radios que me entrevistaron: es como si no estuviésemos viviendo en el gobierno del presidente Kirchner. ¿Dónde estamos? ¿Acaso es otro país? ¿Es Marte? Parece increíble.
No se trata de lo que uno puede suponer cuando mira una situación desde Buenos Aires en el sentido de que hay un gobierno feudal, un gobernador que está desde hace cuarenta años y tantas otras cosas que ocurren en ciertas provincias. Aquí estamos hablando de "la Ciudad Feliz", "la Perla del Atlántico", la primera ciudad balnearia. Aparentemente todo circula por los carriles normales, pero es un feudo. Todavía hay gente que puede manejar bandas para perpetrar ataques mafiosos no sólo en los medios de comunicación sino también en las casas, con la posibilidad de que ocurra algo peor.
En estos momentos la custodia sigue y llevo un aparato de seguimiento de testigos. Así lo dispuso el fiscal y según me dijo continuará por mucho tiempo; lo mismo me manifestó el secretario de Seguridad Interior del Ministerio del Interior, licenciado Tibiletti. También me dijeron que cuando vuelva a Mar del Plata -porque voy a volver- para visitar a mi familia, me acompañará un agente de la policía bonaerense.
Ellos daban alguna información -como por ejemplo, que se atrasó la erradicación de la Villa de Paso- pero no se metían mucho más. En realidad, nadie se mete demasiado porque siguen viviendo como en la dictadura. Lo mismo pasa con el resto de la sociedad. Sentí mucha pena en aquel momento y siento aún gran tristeza, porque parece que los últimos treinta años no han pasado y que no tenemos el gobierno que tenemos. Lo dije en muchas oportunidades y en todas las radios que me entrevistaron: es como si no estuviésemos viviendo en el gobierno del presidente Kirchner. ¿Dónde estamos? ¿Acaso es otro país? ¿Es Marte? Parece increíble.
No se trata de lo que uno puede suponer cuando mira una situación desde Buenos Aires en el sentido de que hay un gobierno feudal, un gobernador que está desde hace cuarenta años y tantas otras cosas que ocurren en ciertas provincias. Aquí estamos hablando de "la Ciudad Feliz", "la Perla del Atlántico", la primera ciudad balnearia. Aparentemente todo circula por los carriles normales, pero es un feudo. Todavía hay gente que puede manejar bandas para perpetrar ataques mafiosos no sólo en los medios de comunicación sino también en las casas, con la posibilidad de que ocurra algo peor.
En estos momentos la custodia sigue y llevo un aparato de seguimiento de testigos. Así lo dispuso el fiscal y según me dijo continuará por mucho tiempo; lo mismo me manifestó el secretario de Seguridad Interior del Ministerio del Interior, licenciado Tibiletti. También me dijeron que cuando vuelva a Mar del Plata -porque voy a volver- para visitar a mi familia, me acompañará un agente de la policía bonaerense.
SR. PRESIDENTE MORINI Si los señores diputados no tienen más preguntas para formular, la Presidencia agradece al señor diputado Heredia por haber hecho las gestiones pertinentes para que la señora Alonso esté hoy con nosotros. Desde esta comisión transmitiremos al resto de los diputados lo conversado durante esta reunión y seguramente, en futuros encuentros, habrá expresiones de repudio por estos atentados, resabios del pasado que continúan repitiéndose.
Tiene la palabra el señor diputado Heredia.
Tiene la palabra el señor diputado Heredia.
SR. HEREDIA Señor presidente: creo -estoy pensando en voz alta- que sería interesante enviar un pedido de informes al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Supongo que algo tiene que decir sobre lo ocurrido. Si no me equivoco, hay una Secretaría de Derechos Humanos.
SRA. ALONSO Así es.
SR. HEREDIA También podríamos hablar con los miembros de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías. El señor diputado Carlotto conoce el tema y está interesado. Incluso, podríamos participar a las autoridades nacionales.
SR. PRESIDENTE MORINI Tiene la palabra la señora diputada Quiroz.
SRA. QUIROZ Señor presidente: estoy de acuerdo con el señor diputado Heredia, máxime teniendo en cuenta el compromiso que ha asumido esta comisión como tal independientemente de quién tomó la iniciativa.
Pienso que también podríamos desarrollar alguna otra actividad que tenga cierto grado de repercusión en la sociedad. En ocasiones, las comisiones de Libertad de Expresión, de Comunicaciones e Informática y de Derechos Humanos y Garantías, se trasladaron a diferentes lugares para recibir testimonios de la gente y conocer la realidad de diversas jurisdicciones. Recuerdo, por ejemplo, el caso de una comunidad indígena de Formosa y otros en Santiago del Estero, Salta y Jujuy. Algunos tuvieron una repercusión nacional muy importante, pero otros salieron a la luz porque nosotros trajimos la inquietud.
La ciudad de Mar del Plata tiene gran significación en la provincia de Buenos Aires.
Pienso que también podríamos desarrollar alguna otra actividad que tenga cierto grado de repercusión en la sociedad. En ocasiones, las comisiones de Libertad de Expresión, de Comunicaciones e Informática y de Derechos Humanos y Garantías, se trasladaron a diferentes lugares para recibir testimonios de la gente y conocer la realidad de diversas jurisdicciones. Recuerdo, por ejemplo, el caso de una comunidad indígena de Formosa y otros en Santiago del Estero, Salta y Jujuy. Algunos tuvieron una repercusión nacional muy importante, pero otros salieron a la luz porque nosotros trajimos la inquietud.
La ciudad de Mar del Plata tiene gran significación en la provincia de Buenos Aires.
SR. HEREDIA A mí, lo que me llama la atención es que esto que ha contado Susana Torres ha salido en los diarios Clarín y Página 12. ¿Cómo sale y el gobierno no hace nada? Me llama la atención que la Secretaría de Derechos Humanos, el gobernador Solá...
SRA. TORRES La Secretaría de Derechos Humanos en la web hizo un repudio.
SRA. MORANDINI Tenemos a López secuestrado o desaparecido y ya no hablamos más de eso. Creo que, de hecho, nos han anestesiado como sociedad. No quiero echarle la culpa a la sociedad, pero a la luz de lo que ha pasado, tenemos que estar alertas y, sobre todo, Susana advierte extrañeza en relación con que regresa a su origen y se da con esta situación feudal.
Lo que pasa es que yo creo que esto pasa más o menos en el resto del país, en Buenos Aires se sustanció un juicio, la prensa fue obligada a seguir acompañando el juicio y, como todo pasa en Buenos Aires, de alguna manera, hay un control social.
Ahora es bueno recordar que siempre la libertad ajena es la que tiene que denunciar por aquellos que tienen miedo. Si no hubiera sido por las denuncias que llegaron a los países democráticos -como pasó en la época de la dictadura-, no se habría avanzado en el conocimiento de lo que pasaba aquí; esto fue gracias a la libertad de los españoles y a que se hayan movido los franceses -que viven en sociedades con democracias consolidadas- y ellos pudieron hablar por nosotros, que no podíamos hablar. Yo creo mucho en esa relación, que aquel que tiene libertad tiene que hablar por aquel otro que no puede hablar.
Perdónenme que insista con este valor. Es esta comisión la que tiene que dar cuenta de recibir la denuncia y alertar al resto sobre lo que está pasando en nuestro país. Nosotros, en Córdoba también cuando empiecen los juicios, ya se han dado manifestaciones...
Lo que pasa es que yo creo que esto pasa más o menos en el resto del país, en Buenos Aires se sustanció un juicio, la prensa fue obligada a seguir acompañando el juicio y, como todo pasa en Buenos Aires, de alguna manera, hay un control social.
Ahora es bueno recordar que siempre la libertad ajena es la que tiene que denunciar por aquellos que tienen miedo. Si no hubiera sido por las denuncias que llegaron a los países democráticos -como pasó en la época de la dictadura-, no se habría avanzado en el conocimiento de lo que pasaba aquí; esto fue gracias a la libertad de los españoles y a que se hayan movido los franceses -que viven en sociedades con democracias consolidadas- y ellos pudieron hablar por nosotros, que no podíamos hablar. Yo creo mucho en esa relación, que aquel que tiene libertad tiene que hablar por aquel otro que no puede hablar.
Perdónenme que insista con este valor. Es esta comisión la que tiene que dar cuenta de recibir la denuncia y alertar al resto sobre lo que está pasando en nuestro país. Nosotros, en Córdoba también cuando empiecen los juicios, ya se han dado manifestaciones...
SR. HEREDIA Quizás menos, porque lo que ella pinta de Mar del Plata es todo lo malo que hay en el país y en Mar del Plata; Bahía Blanca sigue esa estructura. En el periodismo, en líneas generales, este señor Rádicci, que nombra Susana, y el señor Jacobo, son tipos perversos.
Yo conozco bastante de ellos porque he ido ocho años a cubrir la temporada y me quedaba un mes y medio en Mar del Plata y los conocí a todos allí. A Zanoli lo han echado hace como diez años. Ahí, el capo máximo es Aldrey Iglesias. Él lo echó a Zanoli porque una empezó a hablar en contra de todas esas cosas. Es muy difícil la ciudad de Mar del Plata.
Yo conozco bastante de ellos porque he ido ocho años a cubrir la temporada y me quedaba un mes y medio en Mar del Plata y los conocí a todos allí. A Zanoli lo han echado hace como diez años. Ahí, el capo máximo es Aldrey Iglesias. Él lo echó a Zanoli porque una empezó a hablar en contra de todas esas cosas. Es muy difícil la ciudad de Mar del Plata.
SRA. TORRES Ahí se puede hablar de que empezó el invierno y llegó el frío y que cuando llegó el verano llegó el calor, que vinieron más turistas, que vinieron menos. Yo hice una investigación con los micros de doble piso y el título era "Un arma de doble piso".
SR. HEREDIA Al intendente actual, dentro de todo, lo bancan la publicidad y los medios, y me parece que al intendente anterior también. Creo que tendríamos que hacer algo así.
SRA. TORRES El intendente se comunicaba con los dueños del diario, no conmigo. Me desconoció totalmente, me ninguneó totalmente Katz.
SR. HEREDIA Cuando hablé con el diputado Carlotto él me dijo que me pusiera en contacto porque estaba preocupado. Él quería saber por qué el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires no hacía nada.
- Varios señores diputados hablan a la vez.
SRA. QUIROZ Este hecho tendría que tener repercusión en la sociedad. Como siempre decimos: nuestro trabajo es para afuera. Pero el tema es cultural y además de tratarse de algo secundario o subsidiario pueden haber algunas causas. Sin embargo, no estoy hablando de este hecho sino de otras situaciones en el país, de alguna cuestión política o de barrio, algo muy secundario. De todas maneras me refiero básicamente al derecho a decir y al aporte permanente de elementos de discernimiento a todo el mundo. Si uno no sabe discernir, la sociedad es campo orégano para que pase ese tipo de cosas.
Concretamente tenemos el caso de Brasil donde un juez justificó los escuadrones de la muerte. Esos escuadrones tenían que matar chicos, y cuantos más chicos mataba era mejor porque hasta se ahorraba plata. Y ese fue un punto de discusión en debates de los que participé porque la sociedad posibilitaba expresiones y consecuencias de ese tipo.
Si sale una persona desnuda a la calle; cualquiera se hace eco dándole una sábana, un papel o un diario para que se cubra porque no cabe en la cabeza ver algo así. Pero evidentemente este tipo de cosas caben en la cabeza y es necesario empezar por lo que se debe hacer...
Concretamente tenemos el caso de Brasil donde un juez justificó los escuadrones de la muerte. Esos escuadrones tenían que matar chicos, y cuantos más chicos mataba era mejor porque hasta se ahorraba plata. Y ese fue un punto de discusión en debates de los que participé porque la sociedad posibilitaba expresiones y consecuencias de ese tipo.
Si sale una persona desnuda a la calle; cualquiera se hace eco dándole una sábana, un papel o un diario para que se cubra porque no cabe en la cabeza ver algo así. Pero evidentemente este tipo de cosas caben en la cabeza y es necesario empezar por lo que se debe hacer...
SRA. ALONSO Por el abecé.
SRA. QUIROZ Exacto.
SR. PRESIDENTE MERINO Agradeciendo la presencia de la señora Alonso y de los señores diputados, damos por finalizada la reunión.
- Es la hora 14 y 37.