Expresar su preocupación y repudio por la agresión sufrida por el periodista y conductor Luis Ventura, el día 29 de septiembre del año 2012, ocurrido durante la celebración del 103° aniversario en la localidad de Saujil, provincia de Catamarca.

Señor presidente:

El día 29 de septiembre de 2012, el periodista Luis Ventura fue víctima de agresiones y golpizas que según sus dichos, fueron propinadas por funcionarios de la provincia de Catamarca durante una nota que el mencionado periodista estaba realizando a la gobernadora, Dra. Lucía Corpacci, en la finalización de la celebración del 103° aniversario del pueblo de Saujil.

Según declaraciones de Ventura, fue en el marco del festejo del aniversario de la localidad, donde la Gobernadora había inaugurado un plan habitacional, que él inició la nota como la habría acordado con Ceremonial y Protocolo de la provincia, para un programa radial que conduce en la localidad de Saujil que se llama "Catamarca Experience". Lo desconcertante de la situación tendría como motivación, declaraciones efectuadas pocos días atrás en la radio donde el conductor opinara sobre el desarrollo de la gestión política de los funcionarios del gobierno catamarqueño y sobre la actividad minera en la provincia, y tales declaraciones no habrían sido de agrado para el Gobierno provincial.

La libertad de expresión es un derecho humano, señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, donde se indica que "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". Nada de ello se ha respetado.

El derecho a la libre expresión es uno de los más fundamentales, ya que es esencial a la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos. Sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y clamar cambios el hombre está condenado a la opresión.

La lucha por la libertad de expresión nos corresponde a todos, ya que es la lucha por la libertad de expresar nuestro propio individualismo. Respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.

La democracia depende de la libertad de las ideas y la cultura de la tolerancia. La tolerancia política supone libertad de expresión, un diálogo abierto y diversidad de opiniones. La democracia se sustenta en la aceptación y el respeto de los semejantes. La vida democrática consiste tanto en disentir como en que todos acepten esa diferencia, supone el respeto a la pluralidad de ideas y las ventajas del diálogo como método de resolver discrepancias.

Debemos hacer presente en todo momento este derecho porque es una insignia del gobierno argentino desde 1983, y cuando el mismo es vulnerado debe hacerse la correspondiente expresión de repudio para que justamente la libertad de expresión pueda ser la máxima forma de hacer valer nuestro pensamiento y nuestra voz.

Es por ello, que solicito a mis pares me acompañen en la firma del presente proyecto.