Que repudia los sucesos acontecidos el pasado 19 de agosto el barrio de Alto Comedero de la ciudad de San Salvador de Jujuy, Provincia de Jujuy, por los cuales un determinado grupo de personas integrantes de una organización social despojaron violentamente a más de sesenta familias que ocupaban tierras e intimidaron y amenazaron a una periodista de la Ciudad de San Salvador de Jujuy que concurrió a verificar los hechos, coaccionándola a que no relatara lo sucedido.

Asimismo, repudia el hecho de que un medio de comunicación social despida a una colaboradora por realizar las tareas encomendadas en desmedro del ejercicio del derecho al trabajo y la libertad de prensa.

Señor presidente:

El objeto de la presente declaración es repudiar actos que afectan profundamente los derechos y garantías determinados en nuestra Carta Magna, que intentan censurar y acotar la libertad de prensa, amedrentar y coaccionar a quienes piensan de manera distinta o pretenden develar la verdad.

De la misma manera, despreciar hechos injustos, violentos, contrarios a la ética, la moral y las sanas costumbres, que solo buscan infundir temor como velo de su propósito, los que a continuación se detallan:

Según el relato periodístico el martes 19 de agosto por la tarde en Alto Comedero, ciudad de San Salvador de Jujuy, Provincia de Jujuy, se registraron incidentes entre la policía y militantes de agrupaciones sociales.

La directora de una radio envió a una periodista al lugar de los hechos, la Sra. Irene Ballatore, quien se constituyo en la zona, situada frente al Hospital Ing. Snopek, advirtiendo que existía una situación muy tensa y confusa, en razón de que una agrupación había rodeado un terreno y se disponían a cercarlo. En los alrededores se encontraban familias, unas sesenta, con camas, colchones y demás enseres, esperando volver a ocupar este predio, mientras efectivos policiales contemplaban los desplazamientos. Recogiendo testimonios de los presente la periodista se entero que dichas familias ocupaban pacíficamente este predio y que habían sido desalojadas violentamente por la "organización social" que sostenía que estas tierras les pertenecían, valiéndose de la fuerza y la amenaza para imponer su postura.

La periodista siguió dialogando con vecinos de la zona pretendiendo obtener mayor información, cuando la persona que encabezaba esta violenta organización junto a cuatro o cinco mujeres, la rodearon y quien las dirigía le expreso en forma intimidante: "más te vale que digas lo que tenes que decir, porque vos hablas cagadas de mí" (sic).

Ante la negativa de la corresponsal de aceptar esta imposición, el grupo de mujeres comenzó a proferir toda clase de agravios, insultos y acusaciones, entre ellas que hacia "prensa amarilla" y trabajaba para ciertos funcionarios provinciales y municipales.

En medio de la situación reinante, la dirigente trató de justificar su accionar aduciendo que en el lugar había huertas de sus organizaciones las cuales fueron destruidas por los supuestos usurpadores. A continuación, el grupo se retiró a pocos metros del lugar no sin dejar de exhibir una actitud amenazante hacia la reportera quien realizaba una transmisión al aire donde un vecino se quejaba por la inoperancia del gobierno ante las necesidades de la gente, en especial la falta de tierras, aunque sin mencionar la intervención de estas organizaciones.

Como consecuencia de lo acontecido la periodista se dirigió a la Comisaría Primera donde efectuó la correspondiente denuncia, previo informar a la dirección de la radio sobre lo ocurrido.

Unos días después la empleadora la despidió alegando que el enfrentamiento con dirigentes de esta "organización social" ponía en riesgo la seguridad de todo el personal de la emisora temiendo las represalias que podría llegar a tomar.