Su repudio y rechazo a la censura sufrida por el director teatral “Pepe Cibrián Campoy” en el curso de su programa radial “El Mundo de Pepe Cibrián” al criticar a las autoridades de la emisora “Radio El Mundo”.

Señor presidente:

Actos de esta envergadura representan un grave ataque y coacción a la democracia libre y a su vez atentan contra la libertad de expresión, que es uno de los pilares básicos y fundamentales para la convivencia en paz y armonía en sociedad.

El respeto por los dichos del prójimo implica un pacto de convivencia explícito en el cual se admite cualquier tipo de declaración con derecho a réplica siempre y cuando estas no sean injurias o calumnias graves que atenten contra el honor de las personas. Mucha gente ha muerto a lo largo de la historia para defender este derecho, consagrado en nuestra Constitución. Produce una tristeza total que a casi 200 años de historia se continúen sucediendo hechos que censuran y coartan las voces que opinan en los distintos medios de comunicación.

En el medio de una situación en la que los medios de comunicación están gravemente afectados no solo por la distribución arbitraria de pautas publicitarias, como así también la imposición de sanciones económicas a distintos medios radiales, es que ha sucedido esta semana un grave incidente que afecta la libertad de expresión.

En el curso del programa radial “El Mundo de Pepe Cibrián”, es que el director teatral, manifestó al aire que el dueño de la Radio El Mundo, Martin Rodríguez Flores, presunto prestanombres del ex diputado Julio De Vido, no había cumplido con su contrato laboral y no le había abonado el salario por tres meses, tanto a él como a su grupo de colaboradores. En medio de dicha exposición manifestada en pleno aire radial, es que el productor del programa advierte que del lado del control estaban los directivos de la radio queriendo realizar el corte de la transmisión. Hecho que finalmente sucedió mientras “Pepe Cibrián” terminaba su descargo ante el incumplimiento contractual por parte de los directivos y su paupérrima gestión sobre dicho medio de comunicación.

La acción efectuada por los directivos de la radio, como así también, puntualmente la censura perpetuada por Rodríguez Flores, nos hace recordar a épocas a las que no queremos vivir más en esta democracia que tanto nos ha costado forjar. La manifestación de opiniones o dichos contrarios al pensamiento propio es la base fundacional de toda democracia y vida social en respeto y armonía. Ninguna expresión o manifestación inclusive referida a la fuente de trabajo personal puede estar coartada de ninguna manera, mucho menos por el director de un medio de comunicación al que se hace alusión.

No solo esta acción es una clara censura ante la opinión y de una personalidad del porte de “Pepe” que ha colaborado con la escena teatral y artística de la República Argentina de una manera inconmensurable, sino también, es un atentado claro contra el ejercicio de los derechos constitucionales de libertad de pensamiento y libertad de expresión, como asi también, un claro incumplimiento laboral pasible de sanciones civiles y penales. Estamos de acuerdo en que la libertad de expresión y la libertad de prensa deben estar protegidas, puesto que son derechos humanos fundamentales.

Esto quiere decir que, como regla general, las expresiones que emitamos estarían jurídicamente protegidas, cualquiera que sea su contenido y cualquiera que sea la forma de transmisión de las mismas.

Por todos los motivos expuestos es que solicito a mis pares el acompañamiento del presente proyecto.