Su más enérgico repudio a las amenazas telefónicas recibidas y a las conductas intimidatorias por parte de desconocidos, sufridas por la periodista Maria Rosa Leico, conductora del programa "Sinfonía Rural", de la localidad de General Alvear, provincia de Mendoza, el 16 de abril de 2010.

Señor presidente:

El viernes 16 de abril, la periodista María Rosa Leico de Radio Uno de la localidad de General Alvear, provincia de Mendoza, recibió amenazas telefónicas en su teléfono celular por parte de desconocidos.

Inmediatamente fue perseguida por una camioneta en la que "viajaban varias personas", cuando se dirigía hacia una reunión donde se iban a tratar temas relacionados con la ley provincial Nº 7722, que prohíbe la minería a cielo abierto en Mendoza. La situación le impidió finalmente asistir a la reunión, que igualmente había promocionado entre sus oyentes invitándolos a participar.

El hecho fue denunciado personalmente por la periodista el sábado al mediodía, ante las autoridades de la Comisaría 14ª de aquella localidad. Y -públicamente- en su programa dominical "Sintonía Rural", cuando les comunicó a sus oyentes: "He recibido amenazas vía telefónica y después una conducta de intimidación por personas que conducían una camioneta que no nos permitieron acercarnos a la Cámara de Comercio. Esto se encuentra en la Justicia, es un caso extraño que lo quería comentar y contárselo a todos ustedes, son cosas muy extrañas".

Resulta preocupante la situación de riesgo por la que atraviesa el periodismo en nuestro país. Venimos repudiando ataques constantes hacia la prensa: Adela Gómez, Gastón Reyes, María Márquez, son algunos de los nombres de loss trabajadores que han sido menoscabados en el desempeño de sus funciones como comunicadores sociales.

Actitudes como la señalada, se suman a tantas otras que requieren la urgente intervención de los organismos del Estado Nacional para investigar conductas intimidatorias y prepotentes, que pueden coartar la labor de informar y de expresarse libremente.

Es necesario que nuestras instituciones funcionen decidida y eficazmente para garantizar la libertad de expresión en nuestro país, para de igual forma terminar con la intolerancia y las prácticas que buscan acallar voces en los medios de comunicación y en tal sentido el Parlamento Argentino debe expresarse.

Por lo expuesto, solicitamos a nuestros pares nos acompañen con el presente proyecto.