Expresar su más profundo repudio contra las intimidaciones proferidas por represores que están siendo juzgados por la comisión de delitos de lesa humanidad en el marco de la megacausa La Perla, que fueron dirigidas contra reporteros gráficos que cubren el mencionado proceso.

Señor presidente:

La Perla fue uno de los más nefastos centros clandestinos de detención del país, por allí pasaron miles de personas, las que además de ser privadas ilícitamente de su libertad fueron sometidas a torturas y vejámenes. Muchos de los autores de los aberrantes actos que en ese lugar tuvieron lugar están siendo juzgados en Córdoba, donde se espera una condena ejemplificadora. Existen en el proceso 45 acusados, siendo sin lugar a dudas Luciano Benjamín Menéndez la figura emblemática, en lo que hace a la responsabilidad por los hechos que se les imputan.

Sin embargo, el objetivo de este proyecto apunta a comprometer a todos los que integramos el órgano representativo por excelencia de la democracia, para repudiar los actos intimidatorios y amenazantes que practicaron los represores contra los reporteros gráficos que cubrían su descenso del vehículo en que eran trasladados, días pasados. En particular, llama la atención que se dirigieran, nombrándola, contra la fotógrafa Irma Montiel, integrante de Telam, la que fue agraviada con insultos cargados de misoginia. Otras agresiones verbales padeció Manuel Bomheker de Radio Nacional.

Por otro lado, y no es un dato menor, cabe destacar que los represores procesados no estaban esposados en los móviles, lo que habilita a sospechar de cierta connivencia con los agentes policiales que deben custodiarlos o con superiores que permiten este trato tan ilegal como privilegiado, hacia sujetos que son acusados de haber sometido a tormento y asesinado a cientos de personas.

Estimamos que no es necesario abundar en mayores fundamentos, las manifestaciones realizadas por los responsables de los momentos más oscuros de nuestra historia, contra trabajadores que cumplen con el rol de comunicar y asegurar el conocimiento de lo que hicieron a toda la sociedad, representa un evento que no puede pasar desapercibido por los representantes de este Congreso. Con mayor razón si tales acontecimientos rebelan una complicidad entre agentes de un Estado democrático con aquéllos que personificaron lo peor del Estado ilegal y antidemocrático.

Sin otros motivos, solicito a mis pares que acompañen este Proyecto de Resolución.