EXPRESAR PREOCUPACION POR LAS MANIFESTACIONES PRODUCIDAS MEDIANTE LA APARICIÓN DE BANDERAS EN LAS TRIBUNAS CON CONTENIDO AGRAVIANTES HACIA EL GRUPO CLARÍN, DURANTE EL PARTIDO DE FUTBOL BOCA RIVER, DISPUTADO EL 19 DE ABRIL EN EL ESTADIO DE BOCA JUNIORS.

Señor presidente:

Nuevamente venimos a poner a consideración de los señores Diputados, un proyecto relacionado con la defensa de la libertad de expresión y un deliberado avance en detrimento de ese derecho consagrado por la Constitución Nacional. Nos referimos a la aparición de banderas con contenido insultante para el grupo Clarín ("Clarín el fútbol es una pasión no un curro"), en sendas banderas levantadas por sectores de las barras de Boca y River en el partido disputado el 19 de abril pasado.

No podemos dejar de repudiar este tipo de manifestaciones de violencia simbólica, que nos muestra una sociedad dividida por la intolerancia, y que generalmente se produce en espectáculos masivos. Lo grave sería en caso de confirmarse que hayan sido avalados por ciertos grupos de funcionarios del gobierno, con el solo objeto de imponer esta lógica de división y enfrentamiento.

El "operativo" no disimuló la poca espontaneidad de la manifestación. Banderas del mismo tamaño, con la misma leyenda y aparecidas al mismo tiempo (sin hablar de la cuidadosa difusión que la Agencia estatal TELAM le brindó de inmediato), dieron a entender que hubo una coordinación previa.

El problema central es determinar quiénes protagonizaron esta coordinación. Es función del Ministerio de Seguridad y Justicia colaborar en el mantenimiento de la seguridad de los espectáculos deportivos, regulados por leyes dictadas por este Congreso.

Sería preciso esclarecer con qué sectores de las barras de River y Boca se acordaron estos movimientos, teniendo en cuenta que el Ministerio de Seguridad y Justicia inició el proceso de instalación del Derecho de Admisión en los estadios, en una estrategia conjunta con los directivos de las entidades agrupadas en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Según relata el diario Crítica, "muchos de los 174 barras que tenían el acceso vedado a la Bombonera fueron vistos en el estadio. El titular de la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Subsef), Pablo Paladino, había confirmado que se aplicaría el derecho de admisión a 100 hinchas de River y a 74 de Boca, pero en el segundo tiempo varios de ellos - incluido el jefe de La Doce, Mauro Martín- habrían ingresado".

Si se comprueba esta connivencia entre funcionarios públicos y barras bravas con impedimentos para ingresar a los canchas por haber protagonizado hechos de violencia en el pasado, para cuestionar a un medio de prensa en particular, estaríamos ante un acto de intolerancia en perjuicio de la libertad de expresión.

Más allá de la polémica que pueda generar el actual sistema de televización de los partidos de fútbol y la posibilidad de extender su cobertura a los que no sean abonados a sistema de cable, nada justifica la existencia de ataques contra empresas de medios que ejercen el derecho a la libre expresión como la que deben ejercer miles de argentinos.

Podemos coincidir en el inicio de las deliberaciones por una nueva ley de radiodifusión, o de Servicios de Comunicación Audiovisual como marca el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo Nacional, pero los ámbitos de debate deben manejarse con mayor seriedad y mucho menos sin entrar en componendas con sectores que hace rato le dijeron adiós a la convivencia entre los argentinos y que hoy son perseguidos supuestamente por la Justicia, pero que encontrarían cobijo en la coyuntura política.

No podemos menos que manifestar nuestra preocupación ante este incidente que coloca nuevamente a la prensa en el centro de la escena por un enfrentamiento particular de un sector institucional, que menoscaba la participación y el debate sobre una cuestión que merece la participación responsable de todos.

Por todo lo expuesto solicito la aprobación del presente proyecto.