Su más enérgico repudio a la acción de desplegar carteles con la leyenda "Clarín miente" en un acto oficial en la localidad bonaerense de Bernal; como así también a las manifestaciones intolerantes y violentas, vertidas por el dirigente Luis D´Elía en el programa periodístico "A dos voces" que se emite por la señal de cable TN. Ambos hechos ocurrieron el día miércoles 9 del corriente mes y constituyen dos acontecimientos que se enmarcan en una política oficial que tiene como principal misión conculcar la libertad de prensa y someter a los comunicadores periodísticos a las directivas oficiales que emanan del poder político nacional. La mencionada política ataca uno de los basamentos esenciales del sistema republicano de gobierno, a saber: la libertad irrestricta de la prensa, canal indispensable para que se motorice la opinión pública de una sociedad democrática y plural.

Señor presidente:

La embestida del oficialismo contra la prensa sumó un nuevo capítulo. En un acto que encabezó la presidenta Cristina Kirchner en Bernal, la transmisión oficial mostró en repetidas oportunidades carteles con críticas a distintos medios de comunicación.

Los carteles, con la leyenda "Clarín miente", tenían la firma de la Juventud Peronista y la agrupación La Cámpora. Los cuestionamientos también alcanzaron al canal de cable Todo Noticias: "TN, Todo Negativo", se pudo ver en otros carteles, elaborados con una letra similar a los anteriores. El mencionado acontecimiento no ocurre de manera aislada, sino que forma parte de una estrategia sistemática de amedrentamiento del gobierno nacional a los comunicadores periodísticos que no aceptan las directivas oficiales en materia de comunicación de los actos de gobierno y de la realidad política cotidiana.

La semana pasada, la presidenta cuestionó una ilustración del periodista y artista plástico Hermenegildo Sábat, publicada por Clarín, al calificarla de "mensaje cuasimafioso". Tras las críticas públicas, el dibujante recibió el respaldo de numerosos sectores y personalidades. La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), en tanto, mostró su preocupación por lo que consideró "una interpretación extrema de noticias y opiniones periodísticas expuestas sin otro propósito que reflejar la realidad". El viernes pasado, en tanto, la Presidenta avaló un informe de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA con críticas al periodismo, al advertir que "hay una prohibición decretada desde algún lugar de que comunicar que las cosas nos van mejor o que también pasan cosas buenas, fuera algo que molesta".

En esa misma dirección se dispuso la creación de un observatorio de medios, que tras la fachada de buscar la tolerancia y la no discriminación, esconde la verdadera voluntad de quienes detentan el poder político nacional: conculcar la libertad de prensa de un sistema de gobierno republicano.

Para finalizar con este sumario de acciones que demuestran la política oficial de intolerancia hacia los medios de prensa que se niegan a ser oficialistas, el dirigente Luis D´Elia se presentó al programa "A dos voces" que se emite por la señal TN, y desviando el foco de la entrevista para la que fuera citado (los actos de violencia que protagonizara él y sus seguidores en la Plaza de Mayo), embistió contra el Grupo Clarín y contra los conductores del ciclo periodístico. En sus afirmaciones sostuvo que las coberturas informativas de los acontecimientos vividos durante las jornadas del "paro rural", realizada por el grupo Clarín, fueron "parciales, tendenciosas y buscaron perjudicar al gobierno".

En un sistema republicano y democrático, con libertad de prensa efectiva, los medios periodísticos tienen la absoluta libertad de darle a sus coberturas periodísticas el tamiz que ellos crean pertinente. En el mismo sentido, los ciudadanos de una república democrática tienen la capacidad de optar y elegir las coberturas periodísticas que más se acercan a sus visiones personales de los hechos. Esto no debe preocupar ni a los oficialismos, ni a las oposiciones, ni a los grupos periodísticos. Los dirigentes del gobierno deberían aceptar con tolerancia y respeto las distintas coberturas periodísticas que se presentan en la esfera comunicativa, y bajo ningún pretexto pretender imponer por la violencia y la intolerancia los criterios oficiales en materia de comunicación política.

Por todo lo expuesto, solicitamos la aprobación del presente proyecto de declaración.