Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional para que informe a esta H. Cámara el nombre del periodista al que se refirió el Sr. Presidente de la Nación, Dr. Néstor Kirchner, en diálogo con el periodista Joaquín Morales Solá, y publicado en columna de opinión del diario La Nación de fecha 26 de febrero de 2.006, bajo el título: "Que piensa Kirchner después de la victoria". Todo en mérito a los fundamentos que integran la presente resolución y a la gravedad institucional que implica cercenar, desde la más alta magistratura del país, el derecho de todo ciudadano de ser informado libremente.

Señor presidente:

El pasado 26 de Febrero de 2.006, el destacado periodista Joaquín Morales Solá, en su habitual columna del Diario La Nación, inserta fragmentos de un diálogo que habría mantenido con el Sr. Presidente de la Nación, y que se transcribe a continuación: (Kirchner) No tengo nada personal contra nadie, ni siquiera contra los periodistas más críticos", subraya. "A veces, sólo me divierto", agrega. Hace una aclaración: sí tiene una cuestión personal contra un periodista, porque siente que lo calumnia. Lo nombra. No pertenece a la prensa gráfica diaria ni a los medios audiovisuales.

La frese extractada, debiera generar rápidamente preocupación en este Cuerpo, más aún, por que quien la expresa es la máxima autoridad nacional.

Si bien cualquier ciudadano medianamente informado sabe que el Dr. Kirchner alude al periodista Jorge Fontevecchia, es cierto que hasta tanto el propio presidente no lo confirme, no podríamos nosotros afirmarlo.

No obstante, en esa incertidumbre que genera, propia de procedimientos y códigos que rememoran épocas que creíamos superadas, radica el peligro de un avance cada vez mas acentuado de actitudes de intolerancia.

Los ciudadanos deben saber quien es el periodista al que se refiere el Presidente y con quien dice tener algo personal. No es bueno insinuar, peor aún, dejar entrever que hay algo personal.

Este episodio, grave por cierto, desnuda un escenario aún mas profundo: la subestimación del Presidente por la labor profesional del periodismo, y en muchos casos, la creencia de que con los dineros de la publicidad oficial puede formatear la realidad de los actos de gobierno.

Existen innumerables denuncias por los manejos discrecionales de la publicidad oficial, bendiciendo o condenando con la chequera o el látigo según el ánimo diario de la corona.

El Presidente tiene con el periodismo en general, y con algunos sectores en particular, una relación errática y caprichosa. Y si esto afectara solamente relaciones personales, no debería ser tema de este Congreso, pero lejos de esto, sus relaciones ciclotímicas con la prensa afectan gravemente el derecho a informarse que tienen todos los argentinos. La información de Estado debe estar a disposición del soberano (entiéndase "el pueblo", en otros momentos no hubiera hecho falta esta aclaración), sin filtros que tergiversen la realidad. Por eso resulta imprescindible el diálogo del Presidente con la prensa, situación que evade constantemente.

El no hablar en forma directa, franca y sincera con los informadores, a través conferencias de prensa, denota una carga autoritaria y discrecional que atenta contra el republicanismo, porque simplemente, cuando no habla con los periodistas, en el fondo, no habla con los ciudadanos.

Asimismo, el Sr. Presidente dice en la nota referida, que el siente que "ese" periodista, a quien no nombra, lo "calumnia", pero a su vez no lo querella, por lo que queda expuesto que los métodos del Presidente para hacer valer el supuesto menoscabo a sus derechos no son los procedimientos judiciales que las leyes marcan, sino algunos otros seguramente no tan ortodoxos.

Que los fundamentos planteados tienden a generar un llamado de atención sobre las actitudes del Sr. Presidente de la Nación en su relación con la prensa, que este Congreso no puede tolerar, so pena de asumir como normal situaciones que afectan gravemente a la salud republicana. Creer que el Estado es una estancia sobre la que se puede cabalgar sin alambradas de ningún tipo, es creer que la Democracia y la República son términos abstractos, y que se construyen en base al capricho diario del gobernante, por fuera de las instituciones.

Por todo lo expuesto, solicitamos de esta H. Cámara la aprobación del presente pedido de informes.