INDUSTRIA
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Reunión del día 21/03/2017
- CONJUNTA
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los veintiún días del mes de marzo de 2017, a la hora 17 y 53.
SR. PRESIDENTE BARDEGGIA Damos comienzo a la reunión, que estaba convocada a las 17 y 30 y tenemos alguna pequeña demora porque estamos esperando que llegue el diputado Axel Kicillof, quien lo hará de un momento a otro.
Como vicepresidente de la Comisión de Industria quiero dar inicio a esta reunión conjunta con representantes sindicales y gremiales. Es de por sí un motivo de satisfacción y orgullo que podamos contar con la presencia de ustedes hoy en el ámbito de estas comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación.
Es realmente un motivo de satisfacción debatir un tema tan relevante como el que vamos a abordar ahora y con expositores de la talla de los que van a disertar.
La temática de la reunión de hoy se centra en los acuerdos para la asociación birregional entre el Mercosur y la Unión Europea desde la perspectiva de los trabajadores. Escucharemos las exposiciones de Luis Visentini, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, y de Antonio Jara, secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur. Luego, los participantes podrán hacer preguntas o plantear inquietudes. Les pedimos que al hacer uso de la palabra se identifiquen a los fines de la confección de la versión taquigráfica de la presente reunión.
Estamos seguros de que va a ser un encuentro sumamente fructífero, siendo absolutamente oportuno debatir este tema en estos momentos.
Queda iniciada la reunión conjunta. Tiene la palabra el señor Antonio Jara.
Como vicepresidente de la Comisión de Industria quiero dar inicio a esta reunión conjunta con representantes sindicales y gremiales. Es de por sí un motivo de satisfacción y orgullo que podamos contar con la presencia de ustedes hoy en el ámbito de estas comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación.
Es realmente un motivo de satisfacción debatir un tema tan relevante como el que vamos a abordar ahora y con expositores de la talla de los que van a disertar.
La temática de la reunión de hoy se centra en los acuerdos para la asociación birregional entre el Mercosur y la Unión Europea desde la perspectiva de los trabajadores. Escucharemos las exposiciones de Luis Visentini, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, y de Antonio Jara, secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur. Luego, los participantes podrán hacer preguntas o plantear inquietudes. Les pedimos que al hacer uso de la palabra se identifiquen a los fines de la confección de la versión taquigráfica de la presente reunión.
Estamos seguros de que va a ser un encuentro sumamente fructífero, siendo absolutamente oportuno debatir este tema en estos momentos.
Queda iniciada la reunión conjunta. Tiene la palabra el señor Antonio Jara.
SR. JARA Buenas tardes. Soy Antonio Jara, secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur. El secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos es Luca Visentini. No se llama Luis.
En primer lugar, deseo agradecer el hecho de que nos reciban en esta honorable casa dándonos la posibilidad de plantear las preocupaciones que tiene el movimiento sindical, tanto europeo como del Mercosur, respecto de, como usted dijo, las negociaciones existentes en búsqueda del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el Mercosur.
Podríamos sintetizar con algunos títulos nuestras preocupaciones para después ir desarrollándolas en la medida en que el colectivo lo crea conveniente, y usted también.
Nosotros estamos realmente preocupados porque todo se hace bajo el criterio del secretismo. No solo en esta etapa, en la que fundamentalmente se ha acelerado el proceso de negociación, sino en todas las demás etapas de las negociaciones, que comenzaron en 1999 y que han tenido varias suspensiones.
Nuestra preocupación se agrava cuando el secretismo no es para todas ni para todos los sectores ni personas de nuestros países. Hasta ahora el secretismo es para el pueblo y la sociedad civil en general y para el movimiento sindical en particular. Por lo tanto, ya pasamos a una etapa superior de preocupación y de desconfianza ya que si solo es secreto para las trabajadoras y los trabajadores y sus organizaciones es porque debe tener algo malo para nosotros.
Probablemente no sea el mejor pensamiento, ni tan siquiera capaz el acertado, pero no podemos dejar de pensar así ya que los trascendidos y la prensa bien informada dicen que, de acuerdo a los objetivos, tanto el gobierno de Brasil como el de Argentina quieren convertir este proyecto en una asociación de libre comercio a secas.
Este proyecto no era así. Incluso, contaba con un apoyo -aunque crítico- del movimiento sindical de ambas regiones. Hacíamos propuestas y teníamos la posibilidad de lograr algún avance en materia laboral, social, de desarrollo y de derechos humanos. Pero esto no es más así, es por ello que estamos muy preocupados.
Además, en el caso del Cono Sur, únicamente se le brindó información al sector empleador, ni siquiera a las grandes cámaras nucleadoras de los empleadores. No se le dio información a la UIA sino a las cámaras que la integran, pero de forma parcial. Con lo cual, a la UIA -como para nosotros también hubiera sido lo mismo- le resultó fácil constituir la oferta que intercambiaron en mayo del año pasado en la reunión sobre intercambio de ofertas que tuvo lugar en Bruselas. Y en ese intercambio de ofertas está en juego la calidad y la cantidad de empleo para ambas regiones.
Es decir que hay razones suficientes para que el movimiento sindical trabaje en el seguimiento de este acuerdo o de estas negociaciones.
En junio pasado hicimos una declaración conjunta, tanto la CES como la coordinadora, donde manifestamos los puntos que queremos sean contemplados y no se trate de un mero acuerdo de libre comercio.
Claramente dimos inicio a esa declaración por Mesa de Entradas de las cancillerías y divulgamos este acontecimiento de la manera que nos fue posible ya que estos temas no son de interés para la prensa nacional, salvo puntualmente para algunos sectores. Asimismo decidimos que en una nueva reunión del Comité Birregional de Negociaciones a llevarse a cabo en Buenos Aires durante esta semana, del 20 al 24 de marzo, íbamos a realizar una serie de actividades. Al respecto, creo que no nos equivocamos si decimos que se trasladó hasta aquí la más importante delegación de dirigentes sindicales europeos. Esto significa que la preocupación no es solo nuestra, insisto, sino que está instalada en las dos regiones.
Acerca de las actividades que planteamos, diseñamos y gestionamos, teníamos previsto solicitar una reunión con los negociadores del comité birregional de ambos bloques. Nuestros colegas europeos hicieron la gestión en Europa y nosotros en esta zona. La respuesta fue exitosa ya que ayer a las 5 de la tarde fuimos recibidos en la Cancillería por los negociadores de los cuatro países integrantes del Mercosur, y en representación de la Unión Europea -que tiene una estructura diferente-, una negociadora y cuatro asesores.
En esa oportunidad intercambiamos opiniones, lo que consideramos un paso importante que derivó en la posibilidad de plantear lo que estamos diciendo aquí más algunos otros puntos que seguramente van a desarrollar Luca Visentini y otros colegas presentes. Nos estamos refiriendo a un acuerdo de comercio que afecta particularmente a la industria. Por lo tanto, las gestiones realizadas para lograr la realización de esta reunión conjunta de comisiones tienen que ver con trasladarles la preocupación que tenemos y tratar de conocer las informaciones existentes relativas al acuerdo.
La idea es, por ejemplo, saber si habrá cláusulas de propiedad intelectual, un capítulo de inversiones y además si la educación y la salud serán consideradas una mercancía en este acuerdo. También queremos conocer lo que pasa con los derechos humanos.
La preocupación es muy vasta pero lo importante es estar reunidos aquí, plantear nuestras inquietudes y entablar un diálogo que nos permita conocer hasta dónde podemos llegar y el modo de encarar un plan de trabajo y acción. Queremos arribar a un acuerdo que de forma equilibrada genere básicamente trabajo y todo lo demás.
Esta es la introducción que quería hacer en nombre de la Coordinadora de Centrales Sindicales.
Nuestro colega Luca Visentini va a profundizar estos temas.
En primer lugar, deseo agradecer el hecho de que nos reciban en esta honorable casa dándonos la posibilidad de plantear las preocupaciones que tiene el movimiento sindical, tanto europeo como del Mercosur, respecto de, como usted dijo, las negociaciones existentes en búsqueda del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el Mercosur.
Podríamos sintetizar con algunos títulos nuestras preocupaciones para después ir desarrollándolas en la medida en que el colectivo lo crea conveniente, y usted también.
Nosotros estamos realmente preocupados porque todo se hace bajo el criterio del secretismo. No solo en esta etapa, en la que fundamentalmente se ha acelerado el proceso de negociación, sino en todas las demás etapas de las negociaciones, que comenzaron en 1999 y que han tenido varias suspensiones.
Nuestra preocupación se agrava cuando el secretismo no es para todas ni para todos los sectores ni personas de nuestros países. Hasta ahora el secretismo es para el pueblo y la sociedad civil en general y para el movimiento sindical en particular. Por lo tanto, ya pasamos a una etapa superior de preocupación y de desconfianza ya que si solo es secreto para las trabajadoras y los trabajadores y sus organizaciones es porque debe tener algo malo para nosotros.
Probablemente no sea el mejor pensamiento, ni tan siquiera capaz el acertado, pero no podemos dejar de pensar así ya que los trascendidos y la prensa bien informada dicen que, de acuerdo a los objetivos, tanto el gobierno de Brasil como el de Argentina quieren convertir este proyecto en una asociación de libre comercio a secas.
Este proyecto no era así. Incluso, contaba con un apoyo -aunque crítico- del movimiento sindical de ambas regiones. Hacíamos propuestas y teníamos la posibilidad de lograr algún avance en materia laboral, social, de desarrollo y de derechos humanos. Pero esto no es más así, es por ello que estamos muy preocupados.
Además, en el caso del Cono Sur, únicamente se le brindó información al sector empleador, ni siquiera a las grandes cámaras nucleadoras de los empleadores. No se le dio información a la UIA sino a las cámaras que la integran, pero de forma parcial. Con lo cual, a la UIA -como para nosotros también hubiera sido lo mismo- le resultó fácil constituir la oferta que intercambiaron en mayo del año pasado en la reunión sobre intercambio de ofertas que tuvo lugar en Bruselas. Y en ese intercambio de ofertas está en juego la calidad y la cantidad de empleo para ambas regiones.
Es decir que hay razones suficientes para que el movimiento sindical trabaje en el seguimiento de este acuerdo o de estas negociaciones.
En junio pasado hicimos una declaración conjunta, tanto la CES como la coordinadora, donde manifestamos los puntos que queremos sean contemplados y no se trate de un mero acuerdo de libre comercio.
Claramente dimos inicio a esa declaración por Mesa de Entradas de las cancillerías y divulgamos este acontecimiento de la manera que nos fue posible ya que estos temas no son de interés para la prensa nacional, salvo puntualmente para algunos sectores. Asimismo decidimos que en una nueva reunión del Comité Birregional de Negociaciones a llevarse a cabo en Buenos Aires durante esta semana, del 20 al 24 de marzo, íbamos a realizar una serie de actividades. Al respecto, creo que no nos equivocamos si decimos que se trasladó hasta aquí la más importante delegación de dirigentes sindicales europeos. Esto significa que la preocupación no es solo nuestra, insisto, sino que está instalada en las dos regiones.
Acerca de las actividades que planteamos, diseñamos y gestionamos, teníamos previsto solicitar una reunión con los negociadores del comité birregional de ambos bloques. Nuestros colegas europeos hicieron la gestión en Europa y nosotros en esta zona. La respuesta fue exitosa ya que ayer a las 5 de la tarde fuimos recibidos en la Cancillería por los negociadores de los cuatro países integrantes del Mercosur, y en representación de la Unión Europea -que tiene una estructura diferente-, una negociadora y cuatro asesores.
En esa oportunidad intercambiamos opiniones, lo que consideramos un paso importante que derivó en la posibilidad de plantear lo que estamos diciendo aquí más algunos otros puntos que seguramente van a desarrollar Luca Visentini y otros colegas presentes. Nos estamos refiriendo a un acuerdo de comercio que afecta particularmente a la industria. Por lo tanto, las gestiones realizadas para lograr la realización de esta reunión conjunta de comisiones tienen que ver con trasladarles la preocupación que tenemos y tratar de conocer las informaciones existentes relativas al acuerdo.
La idea es, por ejemplo, saber si habrá cláusulas de propiedad intelectual, un capítulo de inversiones y además si la educación y la salud serán consideradas una mercancía en este acuerdo. También queremos conocer lo que pasa con los derechos humanos.
La preocupación es muy vasta pero lo importante es estar reunidos aquí, plantear nuestras inquietudes y entablar un diálogo que nos permita conocer hasta dónde podemos llegar y el modo de encarar un plan de trabajo y acción. Queremos arribar a un acuerdo que de forma equilibrada genere básicamente trabajo y todo lo demás.
Esta es la introducción que quería hacer en nombre de la Coordinadora de Centrales Sindicales.
Nuestro colega Luca Visentini va a profundizar estos temas.
SR. PRESIDENTE BARDEGGIA Tiene la palabra el señor Luca Visentini.
SR. VISENTINI Señor presidente: hablaré en italiano lentamente y mi colega Giuseppe traducirá al español.
(Interpretado del italiano) Ante todo, buenas tardes y muchas gracias por la oportunidad de recibirnos para comunicarles los puntos que hemos discutido en estos días con nuestros colegas de la Coordinadora Sindical del Mercosur.
Como ustedes saben, el acuerdo con el Mercosur en este momento recupera y acelera sus procedimientos en una fase que ha visto a la Unión Europea terminar, concluir, cumplir un acuerdo con Canadá, pero al mismo tiempo congelar el acuerdo con Estados Unidos de América, el TTP.
Nos han dicho que los negociadores tienen la expectativa de al menos llegar a un texto único relativo a los asuntos en los que hay acuerdo de las dos partes, para arribar a una conclusión en octubre. De todos modos, nos comentaron que evidentemente hay dificultades para lograr un acuerdo perfecto, por ello se está trabajando para lograr un acuerdo posible. Esa es una actuación de tipo minimalista que nos preocupa mucho.
¿Por qué nos preocupa esta actuación, digamos la caracterización minimalista? Porque evidentemente para nosotros ese tipo de arreglo no puede limitarse a ser un simple acuerdo comercial sino que debe ser más ambicioso, es decir, un acuerdo de cooperación económica y social para responder a las expectativas de las personas a las que estamos representando.
Con la Coordinadora del Mercosur estamos acordando una serie de prioridades para nuestro programa de trabajo. El primer objetivo es superar las asimetrías que evidentemente existen entre las dos economías, con el fin de lograr un acuerdo equilibrado y balanceado para los intereses de los trabajadores de uno y otro lado del Atlántico.
Cuando no existe ese balance o ese equilibrio, nuestra preocupación es que habrá pérdida de puestos de trabajo. Evidentemente, una u otra parte de la economía sufre las asimetrías.
Una segunda prioridad es asegurar un sistema de protección social en el campo de la salud, la prevención, la protección de la propiedad intelectual, etcétera.
Nos preocupa que haya dentro del acuerdo un capítulo social y laboral que permita también un mecanismo para sancionar donde hay evidentemente una falta de tutela y un ataque a la protección necesaria para los derechos de los trabajadores, de uno y del otro lado del acuerdo. Y también mirar cuáles son los mecanismos para superar las controversias, sobre todo entre las empresas que hacen inversiones y los Estados donde las inversiones llegan, para evitar que se resuelvan con un ataque a los derechos de los trabajadores.
En la discusión de ayer con el grupo, con el comité de negociación hemos levantado dos prioridades muy importantes para nosotros. Primero, la transparencia, la necesidad de que todo sea conocido en términos de un texto que se va a producir, un texto único o textos separados, pero por lo menos tener transparencia y tener posibilidad de conocimiento para nosotros.
En segundo lugar, una involucración, un contacto, una consultación con los representantes de los trabajadores, de uno y del otro lado del acuerdo.
No nos han ofrecido ninguna garantía sobre esas dos necesidades, la transparencia y la posibilidad de involucrar los movimientos sindicales dentro de este tipo de consultación.
En base a la experiencia que hemos tenido en Europa, también en un acuerdo pasado con Canadá en donde se estaba trabajando en un acuerdo con Estados Unidos, es que necesitamos evidentemente una alianza fuerte con las asambleas de parlamentarios de nuestros países.
Como ustedes saben, la experiencia que hemos tenido con Canadá ha sido gracias a una fuerte alianza con las organizaciones de la sociedad civil, pero sobre todo con los parlamentos nacionales que tenemos en Europa, ha permitido reabrir el acuerdo que había sido ya concluido y terminado, para poder introducir algunos elementos y algunas condiciones que nosotros habíamos puesto. Eso gracias a la alianza hecha en los parlamentos.
Entonces, para concluir, evidentemente las condiciones que nosotros hemos estudiado, no solo de la Confederación Europea de Sindicatos sino también de los compañeros de la Coordinadora Sindical del Mercosur, sabemos que para lograr nuestras expectativas para nosotros va a ser extremamente importante esta alianza con los parlamentos. Por eso damos mucha confianza, estamos apostando mucho en esta reunión que estamos celebrando en este momento con ustedes.
Muchas gracias por la atención.
(Interpretado del italiano) Ante todo, buenas tardes y muchas gracias por la oportunidad de recibirnos para comunicarles los puntos que hemos discutido en estos días con nuestros colegas de la Coordinadora Sindical del Mercosur.
Como ustedes saben, el acuerdo con el Mercosur en este momento recupera y acelera sus procedimientos en una fase que ha visto a la Unión Europea terminar, concluir, cumplir un acuerdo con Canadá, pero al mismo tiempo congelar el acuerdo con Estados Unidos de América, el TTP.
Nos han dicho que los negociadores tienen la expectativa de al menos llegar a un texto único relativo a los asuntos en los que hay acuerdo de las dos partes, para arribar a una conclusión en octubre. De todos modos, nos comentaron que evidentemente hay dificultades para lograr un acuerdo perfecto, por ello se está trabajando para lograr un acuerdo posible. Esa es una actuación de tipo minimalista que nos preocupa mucho.
¿Por qué nos preocupa esta actuación, digamos la caracterización minimalista? Porque evidentemente para nosotros ese tipo de arreglo no puede limitarse a ser un simple acuerdo comercial sino que debe ser más ambicioso, es decir, un acuerdo de cooperación económica y social para responder a las expectativas de las personas a las que estamos representando.
Con la Coordinadora del Mercosur estamos acordando una serie de prioridades para nuestro programa de trabajo. El primer objetivo es superar las asimetrías que evidentemente existen entre las dos economías, con el fin de lograr un acuerdo equilibrado y balanceado para los intereses de los trabajadores de uno y otro lado del Atlántico.
Cuando no existe ese balance o ese equilibrio, nuestra preocupación es que habrá pérdida de puestos de trabajo. Evidentemente, una u otra parte de la economía sufre las asimetrías.
Una segunda prioridad es asegurar un sistema de protección social en el campo de la salud, la prevención, la protección de la propiedad intelectual, etcétera.
Nos preocupa que haya dentro del acuerdo un capítulo social y laboral que permita también un mecanismo para sancionar donde hay evidentemente una falta de tutela y un ataque a la protección necesaria para los derechos de los trabajadores, de uno y del otro lado del acuerdo. Y también mirar cuáles son los mecanismos para superar las controversias, sobre todo entre las empresas que hacen inversiones y los Estados donde las inversiones llegan, para evitar que se resuelvan con un ataque a los derechos de los trabajadores.
En la discusión de ayer con el grupo, con el comité de negociación hemos levantado dos prioridades muy importantes para nosotros. Primero, la transparencia, la necesidad de que todo sea conocido en términos de un texto que se va a producir, un texto único o textos separados, pero por lo menos tener transparencia y tener posibilidad de conocimiento para nosotros.
En segundo lugar, una involucración, un contacto, una consultación con los representantes de los trabajadores, de uno y del otro lado del acuerdo.
No nos han ofrecido ninguna garantía sobre esas dos necesidades, la transparencia y la posibilidad de involucrar los movimientos sindicales dentro de este tipo de consultación.
En base a la experiencia que hemos tenido en Europa, también en un acuerdo pasado con Canadá en donde se estaba trabajando en un acuerdo con Estados Unidos, es que necesitamos evidentemente una alianza fuerte con las asambleas de parlamentarios de nuestros países.
Como ustedes saben, la experiencia que hemos tenido con Canadá ha sido gracias a una fuerte alianza con las organizaciones de la sociedad civil, pero sobre todo con los parlamentos nacionales que tenemos en Europa, ha permitido reabrir el acuerdo que había sido ya concluido y terminado, para poder introducir algunos elementos y algunas condiciones que nosotros habíamos puesto. Eso gracias a la alianza hecha en los parlamentos.
Entonces, para concluir, evidentemente las condiciones que nosotros hemos estudiado, no solo de la Confederación Europea de Sindicatos sino también de los compañeros de la Coordinadora Sindical del Mercosur, sabemos que para lograr nuestras expectativas para nosotros va a ser extremamente importante esta alianza con los parlamentos. Por eso damos mucha confianza, estamos apostando mucho en esta reunión que estamos celebrando en este momento con ustedes.
Muchas gracias por la atención.
SR. PRESIDENTE BARDEGGIA Muchísimas gracias, Luca. Muchas gracias por la traducción también.
El presidente de la Comisión de Industria, "el vasco" De Mendiguren, no pudo estar hoy presente porque tuvo que viajar a China.
Tiene la palabra el secretario general de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, siendo un motivo de satisfacción su presencia en esta sala.
El presidente de la Comisión de Industria, "el vasco" De Mendiguren, no pudo estar hoy presente porque tuvo que viajar a China.
Tiene la palabra el secretario general de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, siendo un motivo de satisfacción su presencia en esta sala.
SR. MICHELI Buenas tardes. Agradezco la deferencia y sus palabras. Para mí es un honor estar hoy acá acompañando a una cantidad de dirigentes muy importantes de la Confederación Europea de Sindicatos y a mis compañeros de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur. También lo es estar con ustedes, diputadas y diputados, quienes están interesados en escuchar cuál es la posición de los trabajadores organizados ante la posibilidad de este tratado.
Este acuerdo aparece a todas luces como una nueva embestida para lograr un tratado de libre comercio, en medio de las circunstancias complejas que estamos viviendo particularmente en el Mercosur, con un gobierno de facto en Brasil, un gobierno neoliberal en Paraguay y una situación que no es la mejor en la República Argentina, en donde se está descargando un ajuste brutal sobre las espaldas de los trabajadores. Muestra de esto es el conflicto docente, del cual están siendo testigos los compañeros de Europa y del resto de los países limítrofes, así como también la situación general que estamos atravesando en la Argentina.
Entonces, el contexto en el que se intenta firmar un acuerdo en estos términos no es el que los trabajadores quisiéramos, bajo ningún punto de vista.
Además, como bien explicaron Antonio y el presidente de la Confederación Europea de Sindicatos, se están llevando adelante las negociaciones bajo un estricto secreto. Por lo cual, ya de por sí tenemos sospechas, relacionando la baja de los costos laborales con este secreto de negociación, de que todo está estrechamente ligado, y pensamos que tal cual está planteado, sin duda se trata de un acuerdo de libre comercio y no de un acuerdo de cooperación.
Un acuerdo de cooperación tal vez ayudaría, en esta asimetría que hay entre Europa y el Cono Sur, a mejorar las condiciones de vida de los pueblos de esta región y también a sostener y mejorar la calidad de vida de los trabajadores de los pueblos de Europa.
Quiero decir que muchos de los que estamos hoy acá hemos peleado muy fuerte hace ya más de diez años para enterrar el ALCA, que fue un intento de alianza de libre comercio, con aquella famosa frase del desaparecido físicamente comandante Hugo Chávez que decía: "ALCA, al carajo". Lo logramos gracias a la movilización del pueblo de América Latina y del continente en contra de esa política.
Por lo tanto, en nombre de la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma, y seguramente interpreto a Hugo Yasky, de la otra CTA, a los compañeros de la CGT y a todas las organizaciones sindicales y sociales de nuestro país, quiero decir que no vamos a permitir el avance de acuerdos de libre comercio que vengan a golpear aún más los derechos laborales y la soberanía de la Argentina.
Con estos acuerdos no se atacan solamente los derechos laborales sino también la soberanía de nuestro país. En ese sentido, como dijo el compañero de la Confederación Europea de Sindicatos, confiamos en que los parlamentos, y en particular el argentino, jueguen un papel destacado para romper ese silencio, ese secreto que a todas luces dice que con este tratado vienen por lo más preciado que tenemos los argentinos y los habitantes de esta región, y para impedir que se avance sin participación de las centrales sindicales y de los movimientos populares. La primera forma de evitarlo es hacer que lo conozca todo el pueblo.
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué permite inferir esta situación? Que efectivamente dos sectores centrales en la negociación como es el sector del trabajo y los representantes sindicales, tanto los que están representados en la Confederación Europea de Sindicatos como los que están representados en la Coordinadora de Centrales Sindicales para el Cono Sur, hoy desconocen absolutamente los términos de la discusión. Los desconocemos absolutamente, desde el lado de los trabajadores y desde el lado del Parlamento.
Por eso, a mí no me cabe duda que si hay alguna posibilidad de ponerle un freno a una discusión que viene realmente empantanada y que viene teñida de enormes dificultades, desde donde uno quiera verlas y ahora las voy a mencionar más en concreto.
Pero si alguien le va a poner freno, límite a gobiernos que quieren avanzar en algo que evidentemente a esta altura solo puede tratarse de un tratado de libre comercio, que es el modelo que nosotros rechazamos. Pero solo puede tratarse de un tratado de libre comercio, si alguien le va a poder poner un límite, son precisamente los parlamentos de los países y las organizaciones sindicales.
Finalmente, yo he tenido alguna experiencia porque me ha tocado en mis tareas ejecutivas tener un papel protagónico en la discusión después de la reactivación, a partir del 2010, pero particularmente los últimos años me ha tocado tener una participación directa desde el Ministerio de Economía en las negociaciones, tal y como se estaban planteando; aunque hasta ese momento no había habido un intercambio de ofertas.
Lo que quiero denunciar, y me parece que a esta altura es claro, no solo es que se pretende llevar en total secreto la negociación; sino que evidentemente los actores centrales en estas negociaciones son las empresas multinacionales. Y este creo que es el principal peligro que uno debería plantear, porque aquí no hay un criterio de protección de los pueblos, de desarrollo económico social, político e industrial de las dos regiones, que enhorabuena. Quiero dejar en claro que nosotros tenemos una enorme vocación de buscar la integración, tanto a nivel regional como a nivel internacional, sin ninguna duda. Ahora esto no puede hacerse a expensa de generar cada vez más problemas de competencia hacia abajo, entre los diferentes sectores del trabajo, e incluso sectores de la empresa de todos los países.
Esto no puede terminar a través de un tratado de libre comercio en el cual lo que estemos buscando para conseguir inversiones, radicación de compañías, o para ganar en el intercambio comercial en condiciones de libre mercado, tengamos que ajustar aquí condiciones laborales, salariales e incluso hacer desaparecer sectores enteros de una economía o de la otra.
Y evidentemente esto es lo que está por detrás y que inspira los tratados de libre comercio, sin un diseño y una planificación con el ojo puesto en las cuestiones vinculadas al desarrollo conjunto, fraternal, político, económico, social y cultural de los pueblos.
Es decir que esto no es parte de la negociación, no ha aparecido y esto es lo que explica el enorme secreto con el que se están llevando adelante las negociaciones; con el agravante de que en Argentina el nuevo gobierno ni siquiera ha trabajado con los sectores empresariales e industriales, que -según todos los estudios- podrían estar en riesgo, como lo van a estar definitivamente si esto es un tratado de libre comercio.
Creo que quienes estamos aquí, desde el Parlamento haciendo leyes y quienes están del lado de los trabajadores peleando por estas cuestiones, tenemos absoluta claridad que cuando la relación comercial -desde toda índole, económica de toda índole- es dejada a la libertad del mercado; en realidad es ni más ni menos que una especie de guerra de todos contra todos, donde obviamente gana el más grande.
Y en ese sentido no hay mucho misterio ni mucho estudio económico. Acá dispongo de estudios oficiales de la Cancillería Argentina, publicados en el año 2014 donde dice claramente que la principal ventaja posible de un tratado de libre comercio con Europa, para Brasil y para Argentina -está estudiado para los dos países- es la colocación particularmente de productos de carne bovina, carne. Esa sería la principal potencialidad según los estudios hechos con la metodología habitual.
Y la principal potencialidad de la Unión Europea es penetrar con maquinaria y equipo, automotores, químicos, caucho y plástico. Esos serían los sectores europeos que se beneficiarían y el sector argentino, e incluso brasileño, que se beneficiarían. Eso a expensas del comercio bilateral en estos rubros industriales entre Brasil y Argentina. Es decir, se perjudicarían ambos países y habría una sustitución, porque evidentemente son sectores muy competitivos con respecto a nuestra industria. Admitir esto no nos provoca ningún tipo de vergüenza ni problema a pesar de que claramente tendría un impacto muy fuerte sobre los sectores industriales vinculados.
Ahora nos enteramos de que en el marco de las negociaciones y del intercambio de ofertas el sector de carne fue retirado por Europa. Es decir, el sector que según los estudios del 2014 iba a ser, en todo caso, compensador y más favorecido ya ni siquiera forma parte del presunto acuerdo. Esto nos trae muchísima preocupación.
Nos preocupa el verdadero engaño de la canciller Malcorra, quien prometió enviarnos las ofertas -porque ya estaban hechas- pero nunca llegaron. Es decir, hay un manto de secreto; algo se está cocinando allí y seguramente no es bueno para gran parte del Parlamento y para otros sectores excluidos, como el de los trabajadores.
También he hablado con sectores de la pequeña y mediana industria de la Argentina que tampoco están participando. Esto me hace creer que la oferta del Mercosur está orientada a favorecer a determinados sectores, que son precisamente aquellos que no están embargados por este secreto.
Asimismo, quiero decir que algunos puntos nos generan muchísima preocupación, y pienso que para ambas partes. Por ejemplo, la cuestión de la protección específica de inversiones a través de estos tratados y, obviamente, la cesión de jurisdicción, en particular para los sectores vinculados al trabajo.
Nosotros hemos vivido esto en el plano financiero. En el caso de los fondos buitre hubo endeudamiento externo con cesión de jurisdicción en Nueva York, entonces los juicios se tramitaron allá y tuvieron el resultado que todos conocemos. Eso fue algo absolutamente ilegal e injusto. Imagínense si hubiera un abuso sobre sectores del trabajo con cesión de soberanía y tribunales extranjeros, ¿qué posibilidad tendrían las organizaciones de trabajadores para acceder a algún tipo de protección de sus leyes nacionales si ni siquiera pueden recurrir a los tribunales nacionales porque en el marco de estos acuerdos se cedió la jurisdicción al extranjero o a algún tercero, como es el caso de los tribunales del CIADI, que son verdaderas cuevas de piratas a la hora de dirimir los conflictos? De esta manera estamos perdiendo todo tipo de garantía. Creo que esto representa un enorme peligro.
Nosotros así lo entendimos cuando dimos algunos pasos en las discusiones durante la gestión pasada. Creímos que esos peligros se podían evitar de alguna manera a través de buenos acuerdos, pero ahora vemos que el ritmo que están tomando las negociaciones de este tratado entre la Unión Europea y el Mercosur obedece a una necesidad política de los gobiernos.
Los gobiernos latinoamericanos se han equivocado rotundamente en tratar de plantear asociaciones de libre comercio y de revivir el ALCA -como comentaba el compañero- durante el gobierno de Obama ya que luego asumió Trump y se les dio un verdadero portazo en la cara. Nuestro presidente planteó que su orientación en la política internacional iba dirigida a entrar a la Alianza del Pacífico pocos días antes de que Trump la borrara del mapa.
Entonces, como una especie de plan B, para dar señales de que la Argentina tiene la voluntad de abrir su economía de manera indiscriminada y en un camino hacia la absoluta liberalización del comercio -como se ha hecho con el sector financiero-, se han cuestionado claramente los derechos adquiridos por los sectores del trabajo y se amenaza con la flexibilización laboral y con caídas salariales. Incluso, ahora existen por parte del gobierno ataques directos al sector sindical, al derecho a huelga y a las reivindicaciones básicas del trabajador.
En ese marco vemos que hay apuro por firmar algo con el Mercosur como una especie de puerta de servicio para asegurarse algún éxito en dar la señal de que son gobiernos aperturistas. No hay ninguna garantía de que sea respetado algo de lo que han planteado los compañeros de las centrales sindicales. Incluso, y me permito hablar un poco más de la situación de Brasil y Argentina, encontramos gobiernos que, tal como indican estas estadísticas, están bastante encaminados hacia una política de reprimarización y desindustrialización. Si esto lo conocen los pueblos de América, podrán discernir si conviene o no.
Este es el mensaje que queremos transmitir. A la vez agradecemos la posibilidad de que los integrantes de dos comisiones nos estén escuchando en esta reunión.
Este acuerdo aparece a todas luces como una nueva embestida para lograr un tratado de libre comercio, en medio de las circunstancias complejas que estamos viviendo particularmente en el Mercosur, con un gobierno de facto en Brasil, un gobierno neoliberal en Paraguay y una situación que no es la mejor en la República Argentina, en donde se está descargando un ajuste brutal sobre las espaldas de los trabajadores. Muestra de esto es el conflicto docente, del cual están siendo testigos los compañeros de Europa y del resto de los países limítrofes, así como también la situación general que estamos atravesando en la Argentina.
Entonces, el contexto en el que se intenta firmar un acuerdo en estos términos no es el que los trabajadores quisiéramos, bajo ningún punto de vista.
Además, como bien explicaron Antonio y el presidente de la Confederación Europea de Sindicatos, se están llevando adelante las negociaciones bajo un estricto secreto. Por lo cual, ya de por sí tenemos sospechas, relacionando la baja de los costos laborales con este secreto de negociación, de que todo está estrechamente ligado, y pensamos que tal cual está planteado, sin duda se trata de un acuerdo de libre comercio y no de un acuerdo de cooperación.
Un acuerdo de cooperación tal vez ayudaría, en esta asimetría que hay entre Europa y el Cono Sur, a mejorar las condiciones de vida de los pueblos de esta región y también a sostener y mejorar la calidad de vida de los trabajadores de los pueblos de Europa.
Quiero decir que muchos de los que estamos hoy acá hemos peleado muy fuerte hace ya más de diez años para enterrar el ALCA, que fue un intento de alianza de libre comercio, con aquella famosa frase del desaparecido físicamente comandante Hugo Chávez que decía: "ALCA, al carajo". Lo logramos gracias a la movilización del pueblo de América Latina y del continente en contra de esa política.
Por lo tanto, en nombre de la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma, y seguramente interpreto a Hugo Yasky, de la otra CTA, a los compañeros de la CGT y a todas las organizaciones sindicales y sociales de nuestro país, quiero decir que no vamos a permitir el avance de acuerdos de libre comercio que vengan a golpear aún más los derechos laborales y la soberanía de la Argentina.
Con estos acuerdos no se atacan solamente los derechos laborales sino también la soberanía de nuestro país. En ese sentido, como dijo el compañero de la Confederación Europea de Sindicatos, confiamos en que los parlamentos, y en particular el argentino, jueguen un papel destacado para romper ese silencio, ese secreto que a todas luces dice que con este tratado vienen por lo más preciado que tenemos los argentinos y los habitantes de esta región, y para impedir que se avance sin participación de las centrales sindicales y de los movimientos populares. La primera forma de evitarlo es hacer que lo conozca todo el pueblo.
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué permite inferir esta situación? Que efectivamente dos sectores centrales en la negociación como es el sector del trabajo y los representantes sindicales, tanto los que están representados en la Confederación Europea de Sindicatos como los que están representados en la Coordinadora de Centrales Sindicales para el Cono Sur, hoy desconocen absolutamente los términos de la discusión. Los desconocemos absolutamente, desde el lado de los trabajadores y desde el lado del Parlamento.
Por eso, a mí no me cabe duda que si hay alguna posibilidad de ponerle un freno a una discusión que viene realmente empantanada y que viene teñida de enormes dificultades, desde donde uno quiera verlas y ahora las voy a mencionar más en concreto.
Pero si alguien le va a poner freno, límite a gobiernos que quieren avanzar en algo que evidentemente a esta altura solo puede tratarse de un tratado de libre comercio, que es el modelo que nosotros rechazamos. Pero solo puede tratarse de un tratado de libre comercio, si alguien le va a poder poner un límite, son precisamente los parlamentos de los países y las organizaciones sindicales.
Finalmente, yo he tenido alguna experiencia porque me ha tocado en mis tareas ejecutivas tener un papel protagónico en la discusión después de la reactivación, a partir del 2010, pero particularmente los últimos años me ha tocado tener una participación directa desde el Ministerio de Economía en las negociaciones, tal y como se estaban planteando; aunque hasta ese momento no había habido un intercambio de ofertas.
Lo que quiero denunciar, y me parece que a esta altura es claro, no solo es que se pretende llevar en total secreto la negociación; sino que evidentemente los actores centrales en estas negociaciones son las empresas multinacionales. Y este creo que es el principal peligro que uno debería plantear, porque aquí no hay un criterio de protección de los pueblos, de desarrollo económico social, político e industrial de las dos regiones, que enhorabuena. Quiero dejar en claro que nosotros tenemos una enorme vocación de buscar la integración, tanto a nivel regional como a nivel internacional, sin ninguna duda. Ahora esto no puede hacerse a expensa de generar cada vez más problemas de competencia hacia abajo, entre los diferentes sectores del trabajo, e incluso sectores de la empresa de todos los países.
Esto no puede terminar a través de un tratado de libre comercio en el cual lo que estemos buscando para conseguir inversiones, radicación de compañías, o para ganar en el intercambio comercial en condiciones de libre mercado, tengamos que ajustar aquí condiciones laborales, salariales e incluso hacer desaparecer sectores enteros de una economía o de la otra.
Y evidentemente esto es lo que está por detrás y que inspira los tratados de libre comercio, sin un diseño y una planificación con el ojo puesto en las cuestiones vinculadas al desarrollo conjunto, fraternal, político, económico, social y cultural de los pueblos.
Es decir que esto no es parte de la negociación, no ha aparecido y esto es lo que explica el enorme secreto con el que se están llevando adelante las negociaciones; con el agravante de que en Argentina el nuevo gobierno ni siquiera ha trabajado con los sectores empresariales e industriales, que -según todos los estudios- podrían estar en riesgo, como lo van a estar definitivamente si esto es un tratado de libre comercio.
Creo que quienes estamos aquí, desde el Parlamento haciendo leyes y quienes están del lado de los trabajadores peleando por estas cuestiones, tenemos absoluta claridad que cuando la relación comercial -desde toda índole, económica de toda índole- es dejada a la libertad del mercado; en realidad es ni más ni menos que una especie de guerra de todos contra todos, donde obviamente gana el más grande.
Y en ese sentido no hay mucho misterio ni mucho estudio económico. Acá dispongo de estudios oficiales de la Cancillería Argentina, publicados en el año 2014 donde dice claramente que la principal ventaja posible de un tratado de libre comercio con Europa, para Brasil y para Argentina -está estudiado para los dos países- es la colocación particularmente de productos de carne bovina, carne. Esa sería la principal potencialidad según los estudios hechos con la metodología habitual.
Y la principal potencialidad de la Unión Europea es penetrar con maquinaria y equipo, automotores, químicos, caucho y plástico. Esos serían los sectores europeos que se beneficiarían y el sector argentino, e incluso brasileño, que se beneficiarían. Eso a expensas del comercio bilateral en estos rubros industriales entre Brasil y Argentina. Es decir, se perjudicarían ambos países y habría una sustitución, porque evidentemente son sectores muy competitivos con respecto a nuestra industria. Admitir esto no nos provoca ningún tipo de vergüenza ni problema a pesar de que claramente tendría un impacto muy fuerte sobre los sectores industriales vinculados.
Ahora nos enteramos de que en el marco de las negociaciones y del intercambio de ofertas el sector de carne fue retirado por Europa. Es decir, el sector que según los estudios del 2014 iba a ser, en todo caso, compensador y más favorecido ya ni siquiera forma parte del presunto acuerdo. Esto nos trae muchísima preocupación.
Nos preocupa el verdadero engaño de la canciller Malcorra, quien prometió enviarnos las ofertas -porque ya estaban hechas- pero nunca llegaron. Es decir, hay un manto de secreto; algo se está cocinando allí y seguramente no es bueno para gran parte del Parlamento y para otros sectores excluidos, como el de los trabajadores.
También he hablado con sectores de la pequeña y mediana industria de la Argentina que tampoco están participando. Esto me hace creer que la oferta del Mercosur está orientada a favorecer a determinados sectores, que son precisamente aquellos que no están embargados por este secreto.
Asimismo, quiero decir que algunos puntos nos generan muchísima preocupación, y pienso que para ambas partes. Por ejemplo, la cuestión de la protección específica de inversiones a través de estos tratados y, obviamente, la cesión de jurisdicción, en particular para los sectores vinculados al trabajo.
Nosotros hemos vivido esto en el plano financiero. En el caso de los fondos buitre hubo endeudamiento externo con cesión de jurisdicción en Nueva York, entonces los juicios se tramitaron allá y tuvieron el resultado que todos conocemos. Eso fue algo absolutamente ilegal e injusto. Imagínense si hubiera un abuso sobre sectores del trabajo con cesión de soberanía y tribunales extranjeros, ¿qué posibilidad tendrían las organizaciones de trabajadores para acceder a algún tipo de protección de sus leyes nacionales si ni siquiera pueden recurrir a los tribunales nacionales porque en el marco de estos acuerdos se cedió la jurisdicción al extranjero o a algún tercero, como es el caso de los tribunales del CIADI, que son verdaderas cuevas de piratas a la hora de dirimir los conflictos? De esta manera estamos perdiendo todo tipo de garantía. Creo que esto representa un enorme peligro.
Nosotros así lo entendimos cuando dimos algunos pasos en las discusiones durante la gestión pasada. Creímos que esos peligros se podían evitar de alguna manera a través de buenos acuerdos, pero ahora vemos que el ritmo que están tomando las negociaciones de este tratado entre la Unión Europea y el Mercosur obedece a una necesidad política de los gobiernos.
Los gobiernos latinoamericanos se han equivocado rotundamente en tratar de plantear asociaciones de libre comercio y de revivir el ALCA -como comentaba el compañero- durante el gobierno de Obama ya que luego asumió Trump y se les dio un verdadero portazo en la cara. Nuestro presidente planteó que su orientación en la política internacional iba dirigida a entrar a la Alianza del Pacífico pocos días antes de que Trump la borrara del mapa.
Entonces, como una especie de plan B, para dar señales de que la Argentina tiene la voluntad de abrir su economía de manera indiscriminada y en un camino hacia la absoluta liberalización del comercio -como se ha hecho con el sector financiero-, se han cuestionado claramente los derechos adquiridos por los sectores del trabajo y se amenaza con la flexibilización laboral y con caídas salariales. Incluso, ahora existen por parte del gobierno ataques directos al sector sindical, al derecho a huelga y a las reivindicaciones básicas del trabajador.
En ese marco vemos que hay apuro por firmar algo con el Mercosur como una especie de puerta de servicio para asegurarse algún éxito en dar la señal de que son gobiernos aperturistas. No hay ninguna garantía de que sea respetado algo de lo que han planteado los compañeros de las centrales sindicales. Incluso, y me permito hablar un poco más de la situación de Brasil y Argentina, encontramos gobiernos que, tal como indican estas estadísticas, están bastante encaminados hacia una política de reprimarización y desindustrialización. Si esto lo conocen los pueblos de América, podrán discernir si conviene o no.
Este es el mensaje que queremos transmitir. A la vez agradecemos la posibilidad de que los integrantes de dos comisiones nos estén escuchando en esta reunión.
SR. PRESIDENTE BARDEGGIA Tiene la palabra el señor Pedro Wasiejko, secretario general adjunto de la CTA de los Trabajadores.
SR. WASIEJKO Señor presidente: estamos muy contentos de poder hacer uso de la palabra en representación de nuestros compañeros refiriéndonos a un tema sumamente importante.
En primer término, me parece conveniente recordar muy brevemente que la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur fue fundada incluso antes que el Mercosur, o sea que no surgió como respuesta al acuerdo de libre comercio entre Brasil y Argentina celebrado en su momento, me refiero específicamente el pacto Alfonsín-Sarney, sino que surgió de la necesidad que tenía el movimiento de los trabajadores de garantizar que la democracia viniera a la región y se instalara permanentemente. Asimismo, quiero agregar que comenzó a funcionar a partir de la apertura democrática en la década del 80 y sigue haciéndolo hasta hoy.
Sin embargo, evidentemente desde el punto de vista institucional nuestra participación es más débil porque el proceso de integración del Mercosur también lo es.
Todos sabemos que el Parlamento del Mercosur está en sus inicios y es muy diferente la situación vivida en el continente europeo, donde hay un sistema legislativo y una gobernanza que, aunque podría o no ser perfectible, creo que permite contar con institutos más claros para referirse a estas cuestiones.
Estando nosotros en una posición más débil, es sumamente importante que el Parlamento tome un papel protagónico y se inmiscuya plenamente. Se trata de un asunto fundamental que define no solo la vida de los argentinos sino de todos los habitantes de la región a futuro en lo atinente al sistema productivo, el desarrollo tecnológico, el nivel de empleo y la calidad de vida.
Como saben, Antonio Jara es el secretario general de la Coordinadora y representa a la mayoría absoluta de las centrales sindicales del Cono Sur, por lo tanto se trata de una representación muy clara y genuina de todas las centrales del país. Consecuentemente, no tenemos ninguna duda de que hablamos en nombre de la CGT y de todas sus variantes, como así también de la CTA en su variante, porque de alguna forma se trata de la expresión de los trabajadores.
Como manifestaron anteriormente otros compañeros, nuestra primera necesidad es contar con transparencia. En segundo término, que se trate de una decisión clara, porque si bien en sus inicios se planteaba como otro tipo de asunto, tras una etapa de negociación terminó convirtiéndose en un acuerdo de libre comercio. Y como bien planteó Pablo Micheli, de alguna manera nosotros tuvimos una posición totalmente negativa al área de libre comercio con todo lo que implica. Ello de alguna forma nos llevó a movilizarnos y a ser actores importantes en la fijación del límite al ALCA hace más de diez años.
Tal como hemos manifestado en todas las actividades de las que participamos con los compañeros europeos en los últimos años, nuestra preocupación fundamental eran las asimetrías. Por un lado, en los sectores agrícola, ganadero y alimenticio había una problemática. Tal vez ahí la región podía obtener una ventaja competitiva; sin embargo, entiendo que es un tema delicado en el que el sector europeo tiene límites.
Acerca de los bienes de capital, productos industriales, complejo automotriz, sector electrónico y todo lo que tiene que ver con la metalmecánica, es obvia la asimetría entre países como Argentina y Brasil, y otros como Alemania, Italia, Francia o los nórdicos. Esto nos llena de preocupación.
Consideramos que estos aspectos deben estar planteados en un acuerdo, como así también deben existir objetivos de trabajo para eliminar esas asimetrías y permitir un desarrollo equitativo de las dos zonas.
Quiero aclarar que incluso entre nosotros tenemos diferencias en cuanto a los números y a los pronósticos de lo que puede pasar si el proyecto sigue adelante. De todos modos, ratificamos la necesidad de que el Parlamento tome una actitud protagónica en estos temas informando, debatiendo y consultando a todos los actores.
Si para facilitar las cosas la decisión del gobierno es solamente canalizar las consultas a muy pocos actores, ello no representa la realidad de un país tan complejo como Argentina o Brasil; obviamente respetando las diferencias existentes con países como Uruguay, Paraguay y el resto de los asociados.
Este asunto nos llena de preocupación. Además, por lo menos en lo referente a los servicios públicos, está el tema del ámbito de arbitraje y resolución de controversias, que debería ser de tipo institucional acordado entre las regiones. No podemos permitirnos el lujo de acudir a tribunales como el CIADI, que dejan en manos privadas los intereses de los sectores populares y de la mayoría.
Por otro lado, está la cuestión de las tecnologías y las patentes. Específicamente en lo relativo a los medicamentos, tengo claro que por lo menos en el acuerdo celebrado entre Canadá y la Unión Europea estos temas se consideran importantes y hay que dejarlos aparte y en resguardo para que los países puedan contar con políticas sanitarias favorables para la población.
Por otro lado, tal como manifestó Luca Visentini, compañero representante de los sindicatos europeos, necesitamos la presencia de los actores sociales en las conversaciones y en la negociación. Asimismo, deben existir herramientas para lograr la participación social y política. Incluso, una vez que el tema pase al Parlamento, debería consultarse a la población en general de todos los países del Mercosur.
En primer término, me parece conveniente recordar muy brevemente que la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur fue fundada incluso antes que el Mercosur, o sea que no surgió como respuesta al acuerdo de libre comercio entre Brasil y Argentina celebrado en su momento, me refiero específicamente el pacto Alfonsín-Sarney, sino que surgió de la necesidad que tenía el movimiento de los trabajadores de garantizar que la democracia viniera a la región y se instalara permanentemente. Asimismo, quiero agregar que comenzó a funcionar a partir de la apertura democrática en la década del 80 y sigue haciéndolo hasta hoy.
Sin embargo, evidentemente desde el punto de vista institucional nuestra participación es más débil porque el proceso de integración del Mercosur también lo es.
Todos sabemos que el Parlamento del Mercosur está en sus inicios y es muy diferente la situación vivida en el continente europeo, donde hay un sistema legislativo y una gobernanza que, aunque podría o no ser perfectible, creo que permite contar con institutos más claros para referirse a estas cuestiones.
Estando nosotros en una posición más débil, es sumamente importante que el Parlamento tome un papel protagónico y se inmiscuya plenamente. Se trata de un asunto fundamental que define no solo la vida de los argentinos sino de todos los habitantes de la región a futuro en lo atinente al sistema productivo, el desarrollo tecnológico, el nivel de empleo y la calidad de vida.
Como saben, Antonio Jara es el secretario general de la Coordinadora y representa a la mayoría absoluta de las centrales sindicales del Cono Sur, por lo tanto se trata de una representación muy clara y genuina de todas las centrales del país. Consecuentemente, no tenemos ninguna duda de que hablamos en nombre de la CGT y de todas sus variantes, como así también de la CTA en su variante, porque de alguna forma se trata de la expresión de los trabajadores.
Como manifestaron anteriormente otros compañeros, nuestra primera necesidad es contar con transparencia. En segundo término, que se trate de una decisión clara, porque si bien en sus inicios se planteaba como otro tipo de asunto, tras una etapa de negociación terminó convirtiéndose en un acuerdo de libre comercio. Y como bien planteó Pablo Micheli, de alguna manera nosotros tuvimos una posición totalmente negativa al área de libre comercio con todo lo que implica. Ello de alguna forma nos llevó a movilizarnos y a ser actores importantes en la fijación del límite al ALCA hace más de diez años.
Tal como hemos manifestado en todas las actividades de las que participamos con los compañeros europeos en los últimos años, nuestra preocupación fundamental eran las asimetrías. Por un lado, en los sectores agrícola, ganadero y alimenticio había una problemática. Tal vez ahí la región podía obtener una ventaja competitiva; sin embargo, entiendo que es un tema delicado en el que el sector europeo tiene límites.
Acerca de los bienes de capital, productos industriales, complejo automotriz, sector electrónico y todo lo que tiene que ver con la metalmecánica, es obvia la asimetría entre países como Argentina y Brasil, y otros como Alemania, Italia, Francia o los nórdicos. Esto nos llena de preocupación.
Consideramos que estos aspectos deben estar planteados en un acuerdo, como así también deben existir objetivos de trabajo para eliminar esas asimetrías y permitir un desarrollo equitativo de las dos zonas.
Quiero aclarar que incluso entre nosotros tenemos diferencias en cuanto a los números y a los pronósticos de lo que puede pasar si el proyecto sigue adelante. De todos modos, ratificamos la necesidad de que el Parlamento tome una actitud protagónica en estos temas informando, debatiendo y consultando a todos los actores.
Si para facilitar las cosas la decisión del gobierno es solamente canalizar las consultas a muy pocos actores, ello no representa la realidad de un país tan complejo como Argentina o Brasil; obviamente respetando las diferencias existentes con países como Uruguay, Paraguay y el resto de los asociados.
Este asunto nos llena de preocupación. Además, por lo menos en lo referente a los servicios públicos, está el tema del ámbito de arbitraje y resolución de controversias, que debería ser de tipo institucional acordado entre las regiones. No podemos permitirnos el lujo de acudir a tribunales como el CIADI, que dejan en manos privadas los intereses de los sectores populares y de la mayoría.
Por otro lado, está la cuestión de las tecnologías y las patentes. Específicamente en lo relativo a los medicamentos, tengo claro que por lo menos en el acuerdo celebrado entre Canadá y la Unión Europea estos temas se consideran importantes y hay que dejarlos aparte y en resguardo para que los países puedan contar con políticas sanitarias favorables para la población.
Por otro lado, tal como manifestó Luca Visentini, compañero representante de los sindicatos europeos, necesitamos la presencia de los actores sociales en las conversaciones y en la negociación. Asimismo, deben existir herramientas para lograr la participación social y política. Incluso, una vez que el tema pase al Parlamento, debería consultarse a la población en general de todos los países del Mercosur.
SR. PRESIDENTE BARDEGGIA Tiene la palabra el presidente de la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, señor diputado Kicillof.
SR. KICILLOF En primer término, quiero pedir disculpas porque estaba viniendo para acá y había un corte en la Panamericana que tiene que ver con SanCor, empresa láctea argentina en peligro de extinción como resultado de las políticas implementadas por el actual gobierno.
Antes que nada, como hizo mi compañero anteriormente, quiero agradecer a quienes nos acompañan: Antonio Jara, Andrés Larisgoitía, Luca Visentini y la delegación europea.
En el marco de una discusión que venimos teniendo en este Parlamento, quiero comentar mi parecer que va en dirección a lo que estamos charlando, estuve escuchando y acaba de comentar Pedro Wasiejko. Me gustaría recalcarlo porque el Congreso durante este período presidencial iniciado a fines de 2015, ya tuvo algunas incursiones en la cuestión del tratado de libre comercio o de integración entre la Unión Europea y el Mercosur.
En esta oportunidad me acompañan miembros de distintas comisiones, entre ellas de Mercosur y de Relaciones Exteriores y Culto.
Cuando se estaba realizando la oferta con la que se intenta dar nuevo impulso al tratado, el 11 de mayo pasado, contamos con la presencia de la canciller argentina Susana Malcorra. La verdad es que la canciller se comprometió ante los miembros del Parlamento a traer a los diputados la oferta de la que hablaban los diarios y el gobierno; sin embargo, hoy permanece en absoluto secreto. No es que falte transparencia y haya opacidad, sino que existe un secreto absoluto respecto de la oferta que efectivamente realizó el Mercosur y particularmente la Argentina en el marco de esas conversaciones.
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué permite inferir esta situación? Que efectivamente dos sectores centrales en la negociación, como es el sector del trabajo, los representantes sindicales, tanto los que están representados en la Confederación Europea de Sindicatos como los que están representados en la Coordinadora de Centrales Sindicales para el Cono Sur, hoy desconocen absolutamente los términos de la discusión. Los desconocemos absolutamente, desde el lado de los trabajadores y desde el lado del Parlamento.
Por eso, a mí no me cabe duda que si hay alguna posibilidad de ponerle un freno a una discusión que viene realmente empantanada y que viene teñida de enormes dificultades, desde donde uno quiera verlas -y ahora las voy a mencionar más en concreto-, pero si alguien le va a poner límite a gobiernos que quieren avanzar en algo que evidentemente a esta altura solo puede tratarse de un tratado de libre comercio, que es el modelo que nosotros rechazamos -pero solo puede tratarse de un tratado de libre comercio-, son precisamente los parlamentos de los países y las organizaciones sindicales.
Finalmente, yo he tenido alguna experiencia porque me ha tocado en mis tareas ejecutivas tener un papel protagónico en la discusión después de la reactivación, a partir del 2010, pero particularmente en los últimos años me ha tocado tener una participación directa desde el Ministerio de Economía en las negociaciones, tal y como se estaban planteando, aunque hasta ese momento no había habido un intercambio de ofertas.
Lo que quiero denunciar, y me parece que a esta altura es claro, no solo es que se pretende llevar en total secreto la negociación sino que evidentemente los actores centrales en estas negociaciones son las empresas multinacionales. Y este creo que es el principal peligro que uno debería plantear, porque aquí no hay un criterio de protección de los pueblos, de desarrollo económico, social, político e industrial de las dos regiones. Enhorabuena la integración, y quiero dejar en claro que nosotros tenemos una enorme vocación de buscar la integración, tanto a nivel regional como a nivel internacional, sin ninguna duda. Ahora, esto no puede hacerse a expensas de generar cada vez más problemas de competencia hacia abajo, entre los diferentes sectores del trabajo e incluso sectores de la empresa de todos los países.
Esto no puede terminar a través de un tratado de libre comercio en el cual lo que estemos buscando para conseguir inversiones, radicación de compañías o para ganar en el intercambio comercial en condiciones de libre mercado, tengamos que ajustar aquí condiciones laborales, salariales e incluso hacer desaparecer sectores enteros de una economía o de la otra.
Y evidentemente esto es lo que está por detrás y que inspira los tratados de libre comercio, sin un diseño y una planificación con el ojo puesto en las cuestiones vinculadas al desarrollo conjunto, fraternal, político, económico, social y cultural de los pueblos.
Es decir que esto no es parte de la negociación, no ha aparecido y esto es lo que explica el enorme secreto con el que se están llevando adelante las negociaciones; con el agravante de que en Argentina el nuevo gobierno ni siquiera ha trabajado con los sectores empresariales industriales que -según todos los estudios- podrían estar en riesgo, como lo van a estar definitivamente si esto es un tratado de libre comercio.
Creo que quienes estamos aquí desde el Parlamento haciendo leyes y quienes están del lado de los trabajadores peleando por estas cuestiones, tenemos absoluta claridad que cuando las relaciones comerciales y económicas de toda índole son dejadas a la libertad del mercado, en realidad es ni más ni menos que una especie de guerra de todos contra todos, donde obviamente gana el más grande.
Y en ese sentido no hay mucho misterio ni mucho estudio económico. Acá dispongo de estudios oficiales de la Cancillería argentina, publicados en el año 2014, donde dice claramente que la principal ventaja posible de un tratado de libre comercio con Europa, para Brasil y para Argentina -está estudiado para los dos países- es la colocación particularmente de productos de carne bovina. Esa sería la principal potencialidad, según los estudios hechos con la metodología habitual.
Y la principal potencialidad de la Unión Europea es penetrar con maquinaria y equipo, automotores, químicos, caucho y plástico. Esos serían los sectores europeos que se beneficiarían, y el sector argentino, e incluso brasileño, que se beneficiarían. Eso a expensas del comercio bilateral en estos rubros industriales entre Brasil y Argentina. Es decir, se perjudicarían ambos países y habría una sustitución, porque evidentemente son sectores muy competitivos con respecto a nuestra industria. Admitir esto no nos provoca ningún tipo de vergüenza ni problema a pesar de que claramente tendría un impacto muy fuerte sobre los sectores industriales vinculados.
Ahora nos enteramos de que en el marco de las negociaciones y del intercambio de ofertas el sector de carne fue retirado por Europa. Es decir, el sector que según los estudios del 2014 iba a ser, en todo caso, compensador y más favorecido ya ni siquiera forma parte del presunto acuerdo. Esto nos trae muchísima preocupación.
Nos preocupa el verdadero engaño de la canciller Malcorra, quien prometió enviarnos las ofertas -porque ya estaban hechas- pero nunca llegaron. Es decir, hay un manto de secreto; algo se está cocinando allí y seguramente no es bueno para gran parte del Parlamento y para otros sectores excluidos, como el de los trabajadores.
También he hablado con sectores de la pequeña y mediana industria de la Argentina que tampoco están participando. Esto me hace creer que la oferta del Mercosur está orientada a favorecer a determinados sectores, que son precisamente aquellos que no están embargados por este secreto.
Asimismo, quiero decir que algunos puntos nos generan muchísima preocupación, y pienso que para ambas partes. Por ejemplo, la cuestión de la protección específica de inversiones a través de estos tratados y, obviamente, la cesión de jurisdicción, en particular para los sectores vinculados al trabajo.
Nosotros hemos vivido esto en el plano financiero. En el caso de los fondos buitre hubo endeudamiento externo con cesión de jurisdicción en Nueva York, entonces los juicios se tramitaron allá y tuvieron el resultado que todos conocemos. Eso fue algo absolutamente ilegal e injusto. Imagínense si hubiera un abuso sobre sectores del trabajo con cesión de soberanía y tribunales extranjeros, ¿qué posibilidad tendrían las organizaciones de trabajadores para acceder a algún tipo de protección de sus leyes nacionales si ni siquiera pueden recurrir a los tribunales nacionales porque en el marco de estos acuerdos se cedió la jurisdicción al extranjero o a algún tercero, como es el caso de los tribunales del CIADI, que son verdaderas cuevas de piratas a la hora de dirimir los conflictos? De esta manera estamos perdiendo todo tipo de garantía. Creo que esto representa un enorme peligro.
Nosotros así lo entendimos cuando dimos algunos pasos en las discusiones durante la gestión pasada. Creímos que esos peligros se podían evitar de alguna manera a través de buenos acuerdos, pero ahora vemos que el ritmo que están tomando las negociaciones de este tratado entre la Unión Europea y el Mercosur obedece a una necesidad política de los gobiernos.
Los gobiernos latinoamericanos se han equivocado rotundamente en tratar de plantear asociaciones de libre comercio y de revivir el ALCA -como comentaba el compañero- durante el gobierno de Obama, ya que luego asumió Trump y se les dio un verdadero portazo en la cara. Nuestro presidente planteó que su orientación en la política internacional iba dirigida a entrar a la Alianza del Pacífico pocos días antes de que Trump la borrara del mapa.
Entonces, como una especie de plan B, para dar señales de que la Argentina tiene la voluntad de abrir su economía de manera indiscriminada y en un camino hacia la absoluta liberalización del comercio -como se ha hecho con el sector financiero-, se han cuestionado claramente los derechos adquiridos por los sectores del trabajo y se amenaza con la flexibilización laboral y con caídas salariales. Incluso, ahora existen por parte del gobierno ataques directos al sector sindical, al derecho a huelga y a las reivindicaciones básicas del trabajador.
En ese marco vemos que hay apuro por firmar algo con el Mercosur como una especie de puerta de servicio para asegurarse algún éxito en dar la señal de que son gobiernos aperturistas. No hay ninguna garantía de que sea respetado algo de lo que han planteado los compañeros de las centrales sindicales. Incluso, y me permito hablar un poco más de la situación de Brasil y Argentina, encontramos gobiernos que, tal como indican estas estadísticas, están bastante encaminados hacia una política de reprimarización y desindustrialización. Entonces, estos acuerdos son una palanca en ese sentido.
Como recién marcaba, en el caso de la Argentina el sector primario es el más favorecido y con más potencialidad. Tratándose de un sector que obviamente la Unión Europea quiere proteger, corremos un doble riesgo: que sea un tratado de libre comercio sin contar siquiera con las ventajas que podría traer el libre comercio. Digo esto porque los sectores con ventajas comparativas del lado de los países en vía de desarrollo van a ser protegidos por las economías europeas. Esta es una política que no venimos a discutir pero que podríamos tratar de integrar de alguna manera en búsqueda del interés conjunto.
La conclusión es que en verdad el propio Mercosur también adolece de estos defectos. Lamentablemente, el Mercosur ha sido planteado como un tratado unilateralmente comercial al interior de la región. Además, ha sido un tratado impulsado particularmente por algunas grandes corporaciones.
Como defendemos el Mercosur, queremos mejorarlo y modificarlo. Por ese motivo avanzamos creando instituciones políticas como la UNASUR, la CELAC y el Parlamento del Mercosur. La idea era tratar de cambiar su contenido a partir del trabajo realizado por estas instituciones políticas.
Pero quedó claro como un gran peligro que en el marco del Mercosur muchas veces los intereses empresariales generaban disputas diplomáticas entre los países. Por ejemplo, a veces el gobierno de la Argentina aparecía en una disputa con el gobierno del Brasil para defender los intereses de alguna trasnacional que estaba viendo dónde localizar las inversiones o desde qué país exportar.
Dicho de otra manera, lo que están pidiendo con estos tratados de libre comercio es convertir al mundo en una especie de tablero donde las grandes empresas puedan definir dónde tienen alguna ventaja o dónde hay un gobierno más débil para obtener algún privilegio y radicar una inversión, aunque realmente luego no genere demasiado beneficio para la población, porque si bien se trata de inversiones, se pretende que sean en condiciones muy desventajosas para los trabajadores.
Entiendo que quienes representamos a los movimientos sociales y nacionales de cada uno de estos países desde el Congreso y desde cada una de las organizaciones sindicales, debemos enfrentar este intento de generar condiciones de ausencia total del Estado, a veces con la excusa de que en un tratado bilateral o de dos bloques ya no sabe bien quién es el Estado ni dónde está, de forma tal que la ausencia del Estado se da prácticamente de suyo. Así lo hemos visto en la última crisis mundial, que todos reclaman una mejor arquitectura financiera internacional y el rediseño de los acuerdos de Bretton Woods, pero mientras tanto no pasa nada y los pueblos sufren las consecuencias de la crisis de modo prácticamente ilimitada.
Quiero aprovechar nuevamente la oportunidad para saludar a las organizaciones sindicales que en nombre de quienes representan y de los pueblos están luchando por un derecho genuino. Asimismo, quiero que sepan, en nombre de los bloques que aquí estamos, que buscamos ser tenidos en cuenta para lograr la integración y una participación central y fundamental con poder real en la discusión de estos acuerdos. Digo esto porque no es raro que nunca aparezca el sector del trabajo participando cuando se juntan los gobiernos y las empresas. Y también se está tratando de apartar al Parlamento argentino del conocimiento de lo que realmente se está cocinando en este acuerdo, del que no esperamos nada bueno.
Por otro lado, quiero que sepan que el Parlamento nacional y las comisiones en las que tenemos alguna participación están a disposición de las organizaciones para seguir reclamando. Destaco que esta fue una reunión acordada por la Comisión de Industria, que está presidida por otra fuerza política -hoy nos acompaña su vicepresidente-, quien ha expresado la misma preocupación respecto de estas cuestiones.
A pesar de ser muchos, llegando a ser una mayoría, me parece que se está intentando trabajar por otros caminos para obtener una salida rápida, con un resultado que seguramente será lesivo para las soberanías nacionales, para los trabajadores de los distintos países e incluso para la genuina integración regional, la que debe ser productiva, equitativa y justa. El objetivo debe ser promover la mejora de la distribución del ingreso y no el empeoramiento; la mejora en términos de desconcentración de la riqueza de los sectores concentrados, y no lo contrario.
Esto puede convertirse en algo muy bueno, que es lo que todos deseamos, o en algo muy malo, como hay muchas experiencias que lo atestiguan, como fue el intento de imponer el ALCA en toda América Latina.
Nuevamente agradezco a los presentes y saludo la enorme asistencia a esta reunión.
Estamos celebrando una reunión conjunta en la que estamos agasajando a los compañeros de Europa por pedido de los compañeros del Mercosur. La presencia de nuestros invitados es fundamental porque hoy nos llevamos plantada una bandera de las organizaciones del trabajo, tanto de Europa como del Mercosur, que dicen "no" a un tratado de libre comercio.
Antes de finalizar, quiero agregar que también nos acompaña la presidenta de la Comisión de Comercio, que no sé si después querrá decir algunas palabras.
Antes que nada, como hizo mi compañero anteriormente, quiero agradecer a quienes nos acompañan: Antonio Jara, Andrés Larisgoitía, Luca Visentini y la delegación europea.
En el marco de una discusión que venimos teniendo en este Parlamento, quiero comentar mi parecer que va en dirección a lo que estamos charlando, estuve escuchando y acaba de comentar Pedro Wasiejko. Me gustaría recalcarlo porque el Congreso durante este período presidencial iniciado a fines de 2015, ya tuvo algunas incursiones en la cuestión del tratado de libre comercio o de integración entre la Unión Europea y el Mercosur.
En esta oportunidad me acompañan miembros de distintas comisiones, entre ellas de Mercosur y de Relaciones Exteriores y Culto.
Cuando se estaba realizando la oferta con la que se intenta dar nuevo impulso al tratado, el 11 de mayo pasado, contamos con la presencia de la canciller argentina Susana Malcorra. La verdad es que la canciller se comprometió ante los miembros del Parlamento a traer a los diputados la oferta de la que hablaban los diarios y el gobierno; sin embargo, hoy permanece en absoluto secreto. No es que falte transparencia y haya opacidad, sino que existe un secreto absoluto respecto de la oferta que efectivamente realizó el Mercosur y particularmente la Argentina en el marco de esas conversaciones.
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué permite inferir esta situación? Que efectivamente dos sectores centrales en la negociación, como es el sector del trabajo, los representantes sindicales, tanto los que están representados en la Confederación Europea de Sindicatos como los que están representados en la Coordinadora de Centrales Sindicales para el Cono Sur, hoy desconocen absolutamente los términos de la discusión. Los desconocemos absolutamente, desde el lado de los trabajadores y desde el lado del Parlamento.
Por eso, a mí no me cabe duda que si hay alguna posibilidad de ponerle un freno a una discusión que viene realmente empantanada y que viene teñida de enormes dificultades, desde donde uno quiera verlas -y ahora las voy a mencionar más en concreto-, pero si alguien le va a poner límite a gobiernos que quieren avanzar en algo que evidentemente a esta altura solo puede tratarse de un tratado de libre comercio, que es el modelo que nosotros rechazamos -pero solo puede tratarse de un tratado de libre comercio-, son precisamente los parlamentos de los países y las organizaciones sindicales.
Finalmente, yo he tenido alguna experiencia porque me ha tocado en mis tareas ejecutivas tener un papel protagónico en la discusión después de la reactivación, a partir del 2010, pero particularmente en los últimos años me ha tocado tener una participación directa desde el Ministerio de Economía en las negociaciones, tal y como se estaban planteando, aunque hasta ese momento no había habido un intercambio de ofertas.
Lo que quiero denunciar, y me parece que a esta altura es claro, no solo es que se pretende llevar en total secreto la negociación sino que evidentemente los actores centrales en estas negociaciones son las empresas multinacionales. Y este creo que es el principal peligro que uno debería plantear, porque aquí no hay un criterio de protección de los pueblos, de desarrollo económico, social, político e industrial de las dos regiones. Enhorabuena la integración, y quiero dejar en claro que nosotros tenemos una enorme vocación de buscar la integración, tanto a nivel regional como a nivel internacional, sin ninguna duda. Ahora, esto no puede hacerse a expensas de generar cada vez más problemas de competencia hacia abajo, entre los diferentes sectores del trabajo e incluso sectores de la empresa de todos los países.
Esto no puede terminar a través de un tratado de libre comercio en el cual lo que estemos buscando para conseguir inversiones, radicación de compañías o para ganar en el intercambio comercial en condiciones de libre mercado, tengamos que ajustar aquí condiciones laborales, salariales e incluso hacer desaparecer sectores enteros de una economía o de la otra.
Y evidentemente esto es lo que está por detrás y que inspira los tratados de libre comercio, sin un diseño y una planificación con el ojo puesto en las cuestiones vinculadas al desarrollo conjunto, fraternal, político, económico, social y cultural de los pueblos.
Es decir que esto no es parte de la negociación, no ha aparecido y esto es lo que explica el enorme secreto con el que se están llevando adelante las negociaciones; con el agravante de que en Argentina el nuevo gobierno ni siquiera ha trabajado con los sectores empresariales industriales que -según todos los estudios- podrían estar en riesgo, como lo van a estar definitivamente si esto es un tratado de libre comercio.
Creo que quienes estamos aquí desde el Parlamento haciendo leyes y quienes están del lado de los trabajadores peleando por estas cuestiones, tenemos absoluta claridad que cuando las relaciones comerciales y económicas de toda índole son dejadas a la libertad del mercado, en realidad es ni más ni menos que una especie de guerra de todos contra todos, donde obviamente gana el más grande.
Y en ese sentido no hay mucho misterio ni mucho estudio económico. Acá dispongo de estudios oficiales de la Cancillería argentina, publicados en el año 2014, donde dice claramente que la principal ventaja posible de un tratado de libre comercio con Europa, para Brasil y para Argentina -está estudiado para los dos países- es la colocación particularmente de productos de carne bovina. Esa sería la principal potencialidad, según los estudios hechos con la metodología habitual.
Y la principal potencialidad de la Unión Europea es penetrar con maquinaria y equipo, automotores, químicos, caucho y plástico. Esos serían los sectores europeos que se beneficiarían, y el sector argentino, e incluso brasileño, que se beneficiarían. Eso a expensas del comercio bilateral en estos rubros industriales entre Brasil y Argentina. Es decir, se perjudicarían ambos países y habría una sustitución, porque evidentemente son sectores muy competitivos con respecto a nuestra industria. Admitir esto no nos provoca ningún tipo de vergüenza ni problema a pesar de que claramente tendría un impacto muy fuerte sobre los sectores industriales vinculados.
Ahora nos enteramos de que en el marco de las negociaciones y del intercambio de ofertas el sector de carne fue retirado por Europa. Es decir, el sector que según los estudios del 2014 iba a ser, en todo caso, compensador y más favorecido ya ni siquiera forma parte del presunto acuerdo. Esto nos trae muchísima preocupación.
Nos preocupa el verdadero engaño de la canciller Malcorra, quien prometió enviarnos las ofertas -porque ya estaban hechas- pero nunca llegaron. Es decir, hay un manto de secreto; algo se está cocinando allí y seguramente no es bueno para gran parte del Parlamento y para otros sectores excluidos, como el de los trabajadores.
También he hablado con sectores de la pequeña y mediana industria de la Argentina que tampoco están participando. Esto me hace creer que la oferta del Mercosur está orientada a favorecer a determinados sectores, que son precisamente aquellos que no están embargados por este secreto.
Asimismo, quiero decir que algunos puntos nos generan muchísima preocupación, y pienso que para ambas partes. Por ejemplo, la cuestión de la protección específica de inversiones a través de estos tratados y, obviamente, la cesión de jurisdicción, en particular para los sectores vinculados al trabajo.
Nosotros hemos vivido esto en el plano financiero. En el caso de los fondos buitre hubo endeudamiento externo con cesión de jurisdicción en Nueva York, entonces los juicios se tramitaron allá y tuvieron el resultado que todos conocemos. Eso fue algo absolutamente ilegal e injusto. Imagínense si hubiera un abuso sobre sectores del trabajo con cesión de soberanía y tribunales extranjeros, ¿qué posibilidad tendrían las organizaciones de trabajadores para acceder a algún tipo de protección de sus leyes nacionales si ni siquiera pueden recurrir a los tribunales nacionales porque en el marco de estos acuerdos se cedió la jurisdicción al extranjero o a algún tercero, como es el caso de los tribunales del CIADI, que son verdaderas cuevas de piratas a la hora de dirimir los conflictos? De esta manera estamos perdiendo todo tipo de garantía. Creo que esto representa un enorme peligro.
Nosotros así lo entendimos cuando dimos algunos pasos en las discusiones durante la gestión pasada. Creímos que esos peligros se podían evitar de alguna manera a través de buenos acuerdos, pero ahora vemos que el ritmo que están tomando las negociaciones de este tratado entre la Unión Europea y el Mercosur obedece a una necesidad política de los gobiernos.
Los gobiernos latinoamericanos se han equivocado rotundamente en tratar de plantear asociaciones de libre comercio y de revivir el ALCA -como comentaba el compañero- durante el gobierno de Obama, ya que luego asumió Trump y se les dio un verdadero portazo en la cara. Nuestro presidente planteó que su orientación en la política internacional iba dirigida a entrar a la Alianza del Pacífico pocos días antes de que Trump la borrara del mapa.
Entonces, como una especie de plan B, para dar señales de que la Argentina tiene la voluntad de abrir su economía de manera indiscriminada y en un camino hacia la absoluta liberalización del comercio -como se ha hecho con el sector financiero-, se han cuestionado claramente los derechos adquiridos por los sectores del trabajo y se amenaza con la flexibilización laboral y con caídas salariales. Incluso, ahora existen por parte del gobierno ataques directos al sector sindical, al derecho a huelga y a las reivindicaciones básicas del trabajador.
En ese marco vemos que hay apuro por firmar algo con el Mercosur como una especie de puerta de servicio para asegurarse algún éxito en dar la señal de que son gobiernos aperturistas. No hay ninguna garantía de que sea respetado algo de lo que han planteado los compañeros de las centrales sindicales. Incluso, y me permito hablar un poco más de la situación de Brasil y Argentina, encontramos gobiernos que, tal como indican estas estadísticas, están bastante encaminados hacia una política de reprimarización y desindustrialización. Entonces, estos acuerdos son una palanca en ese sentido.
Como recién marcaba, en el caso de la Argentina el sector primario es el más favorecido y con más potencialidad. Tratándose de un sector que obviamente la Unión Europea quiere proteger, corremos un doble riesgo: que sea un tratado de libre comercio sin contar siquiera con las ventajas que podría traer el libre comercio. Digo esto porque los sectores con ventajas comparativas del lado de los países en vía de desarrollo van a ser protegidos por las economías europeas. Esta es una política que no venimos a discutir pero que podríamos tratar de integrar de alguna manera en búsqueda del interés conjunto.
La conclusión es que en verdad el propio Mercosur también adolece de estos defectos. Lamentablemente, el Mercosur ha sido planteado como un tratado unilateralmente comercial al interior de la región. Además, ha sido un tratado impulsado particularmente por algunas grandes corporaciones.
Como defendemos el Mercosur, queremos mejorarlo y modificarlo. Por ese motivo avanzamos creando instituciones políticas como la UNASUR, la CELAC y el Parlamento del Mercosur. La idea era tratar de cambiar su contenido a partir del trabajo realizado por estas instituciones políticas.
Pero quedó claro como un gran peligro que en el marco del Mercosur muchas veces los intereses empresariales generaban disputas diplomáticas entre los países. Por ejemplo, a veces el gobierno de la Argentina aparecía en una disputa con el gobierno del Brasil para defender los intereses de alguna trasnacional que estaba viendo dónde localizar las inversiones o desde qué país exportar.
Dicho de otra manera, lo que están pidiendo con estos tratados de libre comercio es convertir al mundo en una especie de tablero donde las grandes empresas puedan definir dónde tienen alguna ventaja o dónde hay un gobierno más débil para obtener algún privilegio y radicar una inversión, aunque realmente luego no genere demasiado beneficio para la población, porque si bien se trata de inversiones, se pretende que sean en condiciones muy desventajosas para los trabajadores.
Entiendo que quienes representamos a los movimientos sociales y nacionales de cada uno de estos países desde el Congreso y desde cada una de las organizaciones sindicales, debemos enfrentar este intento de generar condiciones de ausencia total del Estado, a veces con la excusa de que en un tratado bilateral o de dos bloques ya no sabe bien quién es el Estado ni dónde está, de forma tal que la ausencia del Estado se da prácticamente de suyo. Así lo hemos visto en la última crisis mundial, que todos reclaman una mejor arquitectura financiera internacional y el rediseño de los acuerdos de Bretton Woods, pero mientras tanto no pasa nada y los pueblos sufren las consecuencias de la crisis de modo prácticamente ilimitada.
Quiero aprovechar nuevamente la oportunidad para saludar a las organizaciones sindicales que en nombre de quienes representan y de los pueblos están luchando por un derecho genuino. Asimismo, quiero que sepan, en nombre de los bloques que aquí estamos, que buscamos ser tenidos en cuenta para lograr la integración y una participación central y fundamental con poder real en la discusión de estos acuerdos. Digo esto porque no es raro que nunca aparezca el sector del trabajo participando cuando se juntan los gobiernos y las empresas. Y también se está tratando de apartar al Parlamento argentino del conocimiento de lo que realmente se está cocinando en este acuerdo, del que no esperamos nada bueno.
Por otro lado, quiero que sepan que el Parlamento nacional y las comisiones en las que tenemos alguna participación están a disposición de las organizaciones para seguir reclamando. Destaco que esta fue una reunión acordada por la Comisión de Industria, que está presidida por otra fuerza política -hoy nos acompaña su vicepresidente-, quien ha expresado la misma preocupación respecto de estas cuestiones.
A pesar de ser muchos, llegando a ser una mayoría, me parece que se está intentando trabajar por otros caminos para obtener una salida rápida, con un resultado que seguramente será lesivo para las soberanías nacionales, para los trabajadores de los distintos países e incluso para la genuina integración regional, la que debe ser productiva, equitativa y justa. El objetivo debe ser promover la mejora de la distribución del ingreso y no el empeoramiento; la mejora en términos de desconcentración de la riqueza de los sectores concentrados, y no lo contrario.
Esto puede convertirse en algo muy bueno, que es lo que todos deseamos, o en algo muy malo, como hay muchas experiencias que lo atestiguan, como fue el intento de imponer el ALCA en toda América Latina.
Nuevamente agradezco a los presentes y saludo la enorme asistencia a esta reunión.
Estamos celebrando una reunión conjunta en la que estamos agasajando a los compañeros de Europa por pedido de los compañeros del Mercosur. La presencia de nuestros invitados es fundamental porque hoy nos llevamos plantada una bandera de las organizaciones del trabajo, tanto de Europa como del Mercosur, que dicen "no" a un tratado de libre comercio.
Antes de finalizar, quiero agregar que también nos acompaña la presidenta de la Comisión de Comercio, que no sé si después querrá decir algunas palabras.
SR. PRESIDENTE BARDEGGIA Queda abierto el espacio para formular preguntas y plantear inquietudes, tanto de parte de los compañeros representantes de las organizaciones gremiales como de los diputados.
A partir de ahora presidirá la reunión el señor diputado Kicillof, presidente de la Comisión de Economía.
A partir de ahora presidirá la reunión el señor diputado Kicillof, presidente de la Comisión de Economía.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra el señor Paulón de la CTA de los Trabajadores.
SR. PAULÓN Señor presidente: muchas de las inquietudes que debatimos fueron anticipadas y reafirmadas más contundentemente de lo que nosotros pensamos. De todos modos, aquí hay una contradicción porque un proceso de integración con la Unión Europea no es cualquier cosa, habida cuenta de nuestra historia, tradición, orígenes y cultura. Por lo tanto, nos gustaría dar la pelea de modo de transformar el secretismo en transparencia e imponer las condiciones para que ese proceso de integración resulte lo que fue pensado en algún momento.
Simplemente quería señalar eso y agradecerles. Asimismo pido que tengan en cuenta lo que significa para el mundo sindical la posibilidad de dialogar como lo estamos haciendo ahora.
Simplemente quería señalar eso y agradecerles. Asimismo pido que tengan en cuenta lo que significa para el mundo sindical la posibilidad de dialogar como lo estamos haciendo ahora.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra la señora Marita González de CGT Argentina.
SRA. GONZÁLEZ Señor presidente: mi pregunta va dirigida a los miembros de las comisiones presentes y está vinculada a un tema que no se trató, que es la propiedad intelectual. Sí se habló de protección de inversiones.
Sabiendo que el tema primero tendrá que ser acordado y luego pasado su tratamiento a los parlamentos, quisiera conocer el análisis de las comisiones respecto de estos tratados que ya ni siquiera son de libre comercio porque en realidad se está hablando de protecciones de las propias corporaciones. Es una pregunta bien específica.
Sabiendo que el tema primero tendrá que ser acordado y luego pasado su tratamiento a los parlamentos, quisiera conocer el análisis de las comisiones respecto de estos tratados que ya ni siquiera son de libre comercio porque en realidad se está hablando de protecciones de las propias corporaciones. Es una pregunta bien específica.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Si me permiten, voy a invitar a Carlos Bianco, quien fuera secretario de Relaciones Económicas Internacionales hasta 2015 y colabora con algunas organizaciones sindicales.
SR. BIANCO Señor presidente: aunque vengo trabajando con ellos durante estos días y conocen mi opinión, me parece interesante plantear el tema al resto de los diputados para que conozcan algunas de las cláusulas en las que se está trabajando en materia de propiedad intelectual.
La primera aclaración que hay que hacer es que hasta diciembre de 2015, previo a la negociación que se estaba manteniendo respecto del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, se estaban trabajando solamente cuatro capítulos de negociación. Eran los capítulos de comercio de bienes, comercio de servicios, inversiones y compras gubernamentales. En el marco del intercambio de ofertas -como dijo el diputado Kicillof- del 11 de mayo de 2016, la Unión Europea logró una doble victoria. Es como que hubiese atajado un penal y de contraataque hubiese metido un gol. ¿Por qué? Porque como dijo también el diputado Kicillof, corrieron de la negociación la principal oportunidad que tenían los países del Mercosur, que era la exportación de carne -de acuerdo a los estudios de la Cancillería argentina- y por otro lado, incluyeron un nuevo capítulo que no estaba en la negociación, que era el de propiedad intelectual, a propuesta de la Unión Europea porque es uno de sus intereses.
Ese capítulo de propiedad intelectual es un capítulo completo que tiene todos los temas vinculados a la propiedad intelectual: marcas, patentes, moldes, derechos de autor, etcétera. Pero puntualmente hay dos o tres temas que nos preocupan profundamente, uno es el intento de extensión de la duración de las patentes, a través de algunos argumentos técnicos que implican hacer extensiva la duración de las patentes a los tiempos de demora burocrática entre la solicitud y entrega de las patentes.
Eso es tanto para el caso de los medicamentos, que es muy grave, porque eso puede implicar perjuicios en el acceso de la población a los medicamentos y a la salud, pero también en los productos para la producción de plantas, o sea entre los agroquímicos, fertilizantes y semillas para la producción.
Otro capítulo que también es de alta preocupación, y que está en discusión, es el de las indicaciones geográficas por el impacto que puede tener en la producción ese tipo de problemas en el Mercosur. Entendemos que eso es de una sensibilidad muy importante, para el sector sensible o ultrasensible -como lo definen los propios europeos- que es su producción de productos alimenticios procesados. Entonces esa es una situación que hay que analizar muy bien, hay que verificar bien el contenido final que van a tener esos capítulos.
Repito, esto fue un capítulo propuesto por la Unión Europea, entendemos que bastante similar a los capítulos de propiedad intelectual que ha negociado la Unión Europea con otras naciones, inclusive de América Latina, como Colombia, Ecuador, etcétera, pero también en el marco del CETA*, como decía el compañero Luca Visentini, que justamente esta fue una de las razones por las cuales después hubo un movimiento popular importante para revisar algunas cláusulas del acuerdo.
La primera aclaración que hay que hacer es que hasta diciembre de 2015, previo a la negociación que se estaba manteniendo respecto del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, se estaban trabajando solamente cuatro capítulos de negociación. Eran los capítulos de comercio de bienes, comercio de servicios, inversiones y compras gubernamentales. En el marco del intercambio de ofertas -como dijo el diputado Kicillof- del 11 de mayo de 2016, la Unión Europea logró una doble victoria. Es como que hubiese atajado un penal y de contraataque hubiese metido un gol. ¿Por qué? Porque como dijo también el diputado Kicillof, corrieron de la negociación la principal oportunidad que tenían los países del Mercosur, que era la exportación de carne -de acuerdo a los estudios de la Cancillería argentina- y por otro lado, incluyeron un nuevo capítulo que no estaba en la negociación, que era el de propiedad intelectual, a propuesta de la Unión Europea porque es uno de sus intereses.
Ese capítulo de propiedad intelectual es un capítulo completo que tiene todos los temas vinculados a la propiedad intelectual: marcas, patentes, moldes, derechos de autor, etcétera. Pero puntualmente hay dos o tres temas que nos preocupan profundamente, uno es el intento de extensión de la duración de las patentes, a través de algunos argumentos técnicos que implican hacer extensiva la duración de las patentes a los tiempos de demora burocrática entre la solicitud y entrega de las patentes.
Eso es tanto para el caso de los medicamentos, que es muy grave, porque eso puede implicar perjuicios en el acceso de la población a los medicamentos y a la salud, pero también en los productos para la producción de plantas, o sea entre los agroquímicos, fertilizantes y semillas para la producción.
Otro capítulo que también es de alta preocupación, y que está en discusión, es el de las indicaciones geográficas por el impacto que puede tener en la producción ese tipo de problemas en el Mercosur. Entendemos que eso es de una sensibilidad muy importante, para el sector sensible o ultrasensible -como lo definen los propios europeos- que es su producción de productos alimenticios procesados. Entonces esa es una situación que hay que analizar muy bien, hay que verificar bien el contenido final que van a tener esos capítulos.
Repito, esto fue un capítulo propuesto por la Unión Europea, entendemos que bastante similar a los capítulos de propiedad intelectual que ha negociado la Unión Europea con otras naciones, inclusive de América Latina, como Colombia, Ecuador, etcétera, pero también en el marco del CETA*, como decía el compañero Luca Visentini, que justamente esta fue una de las razones por las cuales después hubo un movimiento popular importante para revisar algunas cláusulas del acuerdo.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra la diputada Liliana Mazure, quien es además presidenta de la Comisión de Comercio de la Cámara de Diputados.
SRA. MAZURE Quería agregar al capítulo de propiedad intelectual, que está en enorme riesgo todo el trabajo de los productores culturales, porque hoy las nuevas tecnologías están usufructuando todos los contenidos que circulan por estas nuevas tecnologías, producidos por los productores culturales.
O sea que los derechos de todos los trabajadores de la cultura están en riesgo total por este tema y porque en las nuevas tecnologías -que no están reglamentadas ni reguladas- se están generando lo que se llaman candados digitales, que son similares a las patentes en el caso de los medicamentos. Con lo cual, este riesgo se está ampliando y está siendo encorsetado, es cada vez más difícil salir de esta situación de riesgo.
Esto es muy importante tenerlo en cuenta porque los trabajadores de la producción cultural -y acá incluimos a todos, desde los artistas visuales hasta los técnicos de televisión o los técnicos de software y de nuevas tecnologías- están absolutamente desprotegidos en este sentido y están muy atrasados en la defensa de sus derechos de autor y de propiedad intelectual.
Esto lo estamos trabajando fundamentalmente con las sociedades de gestión de derechos de autor para ver cómo logramos avanzar sobre estos candados digitales.
Aparte, desde la presidencia de la Comisión de Comercio coincido con la caracterización que hizo Pablo Micheli en el sentido de que estamos en uno de los peores momentos en cuanto a todo el tema de apertura de importaciones, cierre de comercios y cierre y caída de las industrias. Estamos en uno de los peores momentos para que sea tratado este tema sin la participación de nuestros trabajadores.
Agradecemos muchísimo su presencia hoy y lamentamos que la reunión con los negociadores no haya dado los mejores resultados, pero creo que hay que seguir insistiendo. Cuenten, por supuesto, con todo nuestro apoyo.
O sea que los derechos de todos los trabajadores de la cultura están en riesgo total por este tema y porque en las nuevas tecnologías -que no están reglamentadas ni reguladas- se están generando lo que se llaman candados digitales, que son similares a las patentes en el caso de los medicamentos. Con lo cual, este riesgo se está ampliando y está siendo encorsetado, es cada vez más difícil salir de esta situación de riesgo.
Esto es muy importante tenerlo en cuenta porque los trabajadores de la producción cultural -y acá incluimos a todos, desde los artistas visuales hasta los técnicos de televisión o los técnicos de software y de nuevas tecnologías- están absolutamente desprotegidos en este sentido y están muy atrasados en la defensa de sus derechos de autor y de propiedad intelectual.
Esto lo estamos trabajando fundamentalmente con las sociedades de gestión de derechos de autor para ver cómo logramos avanzar sobre estos candados digitales.
Aparte, desde la presidencia de la Comisión de Comercio coincido con la caracterización que hizo Pablo Micheli en el sentido de que estamos en uno de los peores momentos en cuanto a todo el tema de apertura de importaciones, cierre de comercios y cierre y caída de las industrias. Estamos en uno de los peores momentos para que sea tratado este tema sin la participación de nuestros trabajadores.
Agradecemos muchísimo su presencia hoy y lamentamos que la reunión con los negociadores no haya dado los mejores resultados, pero creo que hay que seguir insistiendo. Cuenten, por supuesto, con todo nuestro apoyo.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Me pidió la palabra Andrés, pero antes se la voy a dar al diputado Guillermo Carmona, vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de esta Cámara de Diputados.
Tiene la palabra, señor diputado.
Tiene la palabra, señor diputado.
SR. CARMONA Pido disculpas pero le pedí al diputado Axel Kicillof anticiparme en el uso de la palabra porque tengo otro compromiso en la Cámara. Quiero sumar un par de consideraciones a lo que ya se ha dicho hoy.
En primer lugar, quiero ratificar que así como se le está dando la espalda a los trabajadores y al pueblo argentino y de los distintos países involucrados en esta negociación, también se le está dando la espalda al Congreso Nacional en este tema.
Ratifico lo afirmado por Axel Kicillof respecto de la negativa de la canciller a brindar informes. Hemos reiterado en numerosas ocasiones y en distintos ámbitos -en las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Comercio, etcétera- el pedido de información, pero hasta el momento no hemos podido tener ni siquiera acceso a una reunión del tipo de la que ustedes han mantenido ayer. Se le está dando la espalda al pueblo argentino y a los que son sus representantes.
En segundo término, el Mercosur no está negociando con la Unión Europea. Venezuela ha sido excluida ilegítimamente del proceso del Mercosur. En este momento Venezuela ha llevado su caso al Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur y no creo que sea conveniente que le demos el argumento de considerar que es el Mercosur el que, en violación de sus normas constitutivas, está negociando este acuerdo.
Creo que esto hay que decirlo claramente, sobre todo porque Venezuela ha sido excluida para posibilitar esta negociación. Esto está probado y lo han dicho los propios protagonistas. Me parece que no tenemos que conceder ese tipo de situaciones y de posicionamientos porque hoy estamos, desde el Congreso argentino, impugnando la exclusión de Venezuela del Mercosur.
Por último, me pareció muy claro cuando la compañera hizo referencia a que este acuerdo es peor que un tratado de libre comercio. Incluso hay abundante bibliografía en ese sentido; por ejemplo, Chomsky habla de tratados de protección de los derechos de los inversores. Justamente, estamos ante eso.
Respeto muchísimo lo que han expresado los trabajadores, pero quiero señalar que ante esta situación para nosotros se va imponiendo una única alternativa, que es el rechazo liso y llano a las negociaciones y a su producto. Estamos ante una situación similar -aunque a esta altura es más grave- a la que fue impulsada con el ALCA.
También tenemos que decir que no nos oponemos a la complementación económica. Hay distintos instrumentos que pueden permitir la complementación económica entre ambas regiones. De hecho, quienes somos integrantes del Frente para la Victoria así lo hemos defendido: la Argentina ha usado distintos modelos de acuerdos que no han llegado a ser acuerdos de libre comercio y que no siempre han sido acuerdos de asociación estratégica pero que han sido viables.
Con pleno respeto a las opiniones que han vertido los representantes de los trabajadores, creo que por parte de la Argentina -al menos así lo asumo yo- se impone una negativa taxativa a este tipo de negociaciones y a su producto, ya que son en favor de las grandes multinacionales y, en general, en contra de los que trabajan y producen, es decir, de los trabajadores argentinos, sudamericanos y europeos y de las pequeñas y medianas industrias que tienen algún tipo de compromiso con el desarrollo nacional y regional. Muchas gracias.
En primer lugar, quiero ratificar que así como se le está dando la espalda a los trabajadores y al pueblo argentino y de los distintos países involucrados en esta negociación, también se le está dando la espalda al Congreso Nacional en este tema.
Ratifico lo afirmado por Axel Kicillof respecto de la negativa de la canciller a brindar informes. Hemos reiterado en numerosas ocasiones y en distintos ámbitos -en las comisiones de Relaciones Exteriores y Culto y de Comercio, etcétera- el pedido de información, pero hasta el momento no hemos podido tener ni siquiera acceso a una reunión del tipo de la que ustedes han mantenido ayer. Se le está dando la espalda al pueblo argentino y a los que son sus representantes.
En segundo término, el Mercosur no está negociando con la Unión Europea. Venezuela ha sido excluida ilegítimamente del proceso del Mercosur. En este momento Venezuela ha llevado su caso al Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur y no creo que sea conveniente que le demos el argumento de considerar que es el Mercosur el que, en violación de sus normas constitutivas, está negociando este acuerdo.
Creo que esto hay que decirlo claramente, sobre todo porque Venezuela ha sido excluida para posibilitar esta negociación. Esto está probado y lo han dicho los propios protagonistas. Me parece que no tenemos que conceder ese tipo de situaciones y de posicionamientos porque hoy estamos, desde el Congreso argentino, impugnando la exclusión de Venezuela del Mercosur.
Por último, me pareció muy claro cuando la compañera hizo referencia a que este acuerdo es peor que un tratado de libre comercio. Incluso hay abundante bibliografía en ese sentido; por ejemplo, Chomsky habla de tratados de protección de los derechos de los inversores. Justamente, estamos ante eso.
Respeto muchísimo lo que han expresado los trabajadores, pero quiero señalar que ante esta situación para nosotros se va imponiendo una única alternativa, que es el rechazo liso y llano a las negociaciones y a su producto. Estamos ante una situación similar -aunque a esta altura es más grave- a la que fue impulsada con el ALCA.
También tenemos que decir que no nos oponemos a la complementación económica. Hay distintos instrumentos que pueden permitir la complementación económica entre ambas regiones. De hecho, quienes somos integrantes del Frente para la Victoria así lo hemos defendido: la Argentina ha usado distintos modelos de acuerdos que no han llegado a ser acuerdos de libre comercio y que no siempre han sido acuerdos de asociación estratégica pero que han sido viables.
Con pleno respeto a las opiniones que han vertido los representantes de los trabajadores, creo que por parte de la Argentina -al menos así lo asumo yo- se impone una negativa taxativa a este tipo de negociaciones y a su producto, ya que son en favor de las grandes multinacionales y, en general, en contra de los que trabajan y producen, es decir, de los trabajadores argentinos, sudamericanos y europeos y de las pequeñas y medianas industrias que tienen algún tipo de compromiso con el desarrollo nacional y regional. Muchas gracias.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra Andrés Larisgoitia.
SR. LARISGOITIA Soy Andrés Larisgoitia de la CTA de los trabajadores.
Simplemente quiero comunicar que en estas dos jornadas de trabajo intenso que hemos llevado a cabo la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur y la Confederación Europea de Sindicatos hemos arribado a consensos y acuerdos sumamente importantes.
Por lo expresado acá, queremos comunicar parte de estos acuerdos, que implican seguir planteando caprichosa y tesoneramente que somos actores que no podemos ser dejados de lado en este proceso de negociación. Vamos a seguir insistiendo en ocupar el espacio que nos merecemos.
En ese sentido, hemos decidido la constitución de un comité de seguimiento integrado por la Coordinadora de Centrales Sindicales y la Confederación Europea de Sindicatos, que entendemos es el instrumento de articulación con este Parlamento.
A partir de lo escuchado en esta reunión, reafirmamos nuestra voluntad de generar una acción articulada y hermanada con los Parlamentos para seguir insistiendo como actores en la necesidad de jugar un rol indispensable en este proceso. A la vez, seguiremos exigiendo la información pertinente para decidir si vamos a aceptar o no este acuerdo.
Simplemente quiero comunicar que en estas dos jornadas de trabajo intenso que hemos llevado a cabo la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur y la Confederación Europea de Sindicatos hemos arribado a consensos y acuerdos sumamente importantes.
Por lo expresado acá, queremos comunicar parte de estos acuerdos, que implican seguir planteando caprichosa y tesoneramente que somos actores que no podemos ser dejados de lado en este proceso de negociación. Vamos a seguir insistiendo en ocupar el espacio que nos merecemos.
En ese sentido, hemos decidido la constitución de un comité de seguimiento integrado por la Coordinadora de Centrales Sindicales y la Confederación Europea de Sindicatos, que entendemos es el instrumento de articulación con este Parlamento.
A partir de lo escuchado en esta reunión, reafirmamos nuestra voluntad de generar una acción articulada y hermanada con los Parlamentos para seguir insistiendo como actores en la necesidad de jugar un rol indispensable en este proceso. A la vez, seguiremos exigiendo la información pertinente para decidir si vamos a aceptar o no este acuerdo.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra el señor Dias Bicalho.
SR. DIAS BICALHO Señor presidente: soy Edson Dias Bicalho de Força Sindical do Brasil.
En primer término, quiero agradecer la oportunidad de estar en esta reunión que es muy importante para las trabajadoras y los trabajadores de América Latina.
Para nosotros la posición recientemente planteada por el diputado es muy buena y favorece la conformación de un frente de batalla porque este acuerdo es tan secreto que solo interesa a las grandes multinacionales.
Pregunto si el Parlamento del Mercosur está haciendo algo o está participando de alguna manera. Es decir, quisiera saber cuál es la posición del Parlamento del Mercosur en este tema tan malo para la clase trabajadora de América Latina.
En primer término, quiero agradecer la oportunidad de estar en esta reunión que es muy importante para las trabajadoras y los trabajadores de América Latina.
Para nosotros la posición recientemente planteada por el diputado es muy buena y favorece la conformación de un frente de batalla porque este acuerdo es tan secreto que solo interesa a las grandes multinacionales.
Pregunto si el Parlamento del Mercosur está haciendo algo o está participando de alguna manera. Es decir, quisiera saber cuál es la posición del Parlamento del Mercosur en este tema tan malo para la clase trabajadora de América Latina.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Voy a responder lo que sé.
Se estuvieron pidiendo informes, los que no fueron satisfechos. Es decir que tampoco desde el Parlamento del Mercosur se pudo acceder a las ofertas.
De todas maneras, tal vez deberíamos avanzar en el Congreso argentino convocando a una reunión conjunta con el Parlamento del Mercosur, los parlamentos de sus países integrantes y las fuerzas políticas que comparten esta posición.
Asimismo creo que deberíamos coordinarnos. Personalmente me comprometí a intentar hacerlo con algunos bloques del Parlamento europeo que tienen una posición similar, con partidos cercanos. Me parece que la excelente idea de conformar un comité de seguimiento desde las organizaciones sindicales puede ser espejada con el intento de crear otra comisión donde participen diferentes parlamentos nacionales y el del Mercosur.
Lo cierto es que hoy las ofertas realizadas son absolutamente desconocidas por quienes después vamos a tener que aprobarlas o no.
Tiene la palabra el señor Visentini.
Se estuvieron pidiendo informes, los que no fueron satisfechos. Es decir que tampoco desde el Parlamento del Mercosur se pudo acceder a las ofertas.
De todas maneras, tal vez deberíamos avanzar en el Congreso argentino convocando a una reunión conjunta con el Parlamento del Mercosur, los parlamentos de sus países integrantes y las fuerzas políticas que comparten esta posición.
Asimismo creo que deberíamos coordinarnos. Personalmente me comprometí a intentar hacerlo con algunos bloques del Parlamento europeo que tienen una posición similar, con partidos cercanos. Me parece que la excelente idea de conformar un comité de seguimiento desde las organizaciones sindicales puede ser espejada con el intento de crear otra comisión donde participen diferentes parlamentos nacionales y el del Mercosur.
Lo cierto es que hoy las ofertas realizadas son absolutamente desconocidas por quienes después vamos a tener que aprobarlas o no.
Tiene la palabra el señor Visentini.
SR. VISENTINI (Interpretado del italiano.) Una breve observación sobre aquello que tú decías. Es fundamental que vuestros parlamentos tomen contacto con el Parlamento Europeo. Esta comisión es esencial para tratar de ejercitar una presión conjunta porque también el Parlamento Europeo tiene una comisión de seguimiento permanente de las negociaciones, constituida en los tiempos de la negociación precedente. Solicitaremos al Parlamento Europeo que la reactive.
Es muy importante que se relacionen entre los parlamentos y que estemos en contacto.
Es muy importante que se relacionen entre los parlamentos y que estemos en contacto.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra el señor Echebarría, de la Unión General de Trabajadores del Estado de España.
SR. ECHEBARRÍA Señor presidente: escuchando las exposiciones que se vienen desarrollando, me preocupan ciertos puntos. En primer lugar, hay que afirmar que es cierto que de parte de la Unión Europea existe el mandato respecto al comité de negociación. De todas maneras, la información y el conocimiento no están distribuidos de manera generalizada entre los países que posiblemente sean afectados en mayor o menor medida por el contenido del acuerdo de libre comercio.
Así, por ejemplo, el sector agroindustrial puede tener aceptaciones tanto en España como en otros países de la Unión Europea. Pero no se trata tanto de eso sino insistir en el hecho de que el conocimiento sobre los hechos no está distribuido.
En relación con la situación del Mercosur, hasta ahora barajamos la hipótesis de que hay ciertos intereses de aceleración para llegar a un acuerdo en un horizonte temporal no lejano. Ese podría ser el escenario de finales de 2017, ratificándose el acuerdo en 2018.
Por otro lado, en este tiempo ha saltado el escándalo de la carne bovina en Brasil. Y de hecho se están generando reacciones en los mercados de importación de la carne bovina de Brasil, como ser China, la Unión Europea, Chile, etcétera, y se están tomando medidas restrictivas.
Todos sabemos que cuando un sector va dejando de exportar, hay otro que ocupa el espacio. Y uno de los candidatos es Argentina, ¿no?
Al respecto, quiero preguntar qué propuesta, coincidente o lejana, existe entre los gobiernos que en este momento dirigen Brasil y la Argentina y el conjunto del Mercosur, además de lo recientemente señalado sobre Venezuela; cuál es el proyecto común, o si hay una disrupción total o un conflicto a raíz de las disputas manifestadas en el interior del Mercosur. Todo ello echaría bastante luz para conocer más sobre las expectativas que tenemos por delante.
Así, por ejemplo, el sector agroindustrial puede tener aceptaciones tanto en España como en otros países de la Unión Europea. Pero no se trata tanto de eso sino insistir en el hecho de que el conocimiento sobre los hechos no está distribuido.
En relación con la situación del Mercosur, hasta ahora barajamos la hipótesis de que hay ciertos intereses de aceleración para llegar a un acuerdo en un horizonte temporal no lejano. Ese podría ser el escenario de finales de 2017, ratificándose el acuerdo en 2018.
Por otro lado, en este tiempo ha saltado el escándalo de la carne bovina en Brasil. Y de hecho se están generando reacciones en los mercados de importación de la carne bovina de Brasil, como ser China, la Unión Europea, Chile, etcétera, y se están tomando medidas restrictivas.
Todos sabemos que cuando un sector va dejando de exportar, hay otro que ocupa el espacio. Y uno de los candidatos es Argentina, ¿no?
Al respecto, quiero preguntar qué propuesta, coincidente o lejana, existe entre los gobiernos que en este momento dirigen Brasil y la Argentina y el conjunto del Mercosur, además de lo recientemente señalado sobre Venezuela; cuál es el proyecto común, o si hay una disrupción total o un conflicto a raíz de las disputas manifestadas en el interior del Mercosur. Todo ello echaría bastante luz para conocer más sobre las expectativas que tenemos por delante.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Voy a hacer primero un comentario sobre la carne. Recientemente hubo un proceso de extranjerización muy fuerte de los frigoríficos argentinos. Precisamente la compra y la adquisición la hicieron JVS y otros frigoríficos brasileños.
De forma tal que probablemente este mismo escándalo pueda tener alguna implicación sobre la carne de exportación argentina. Lo desconozco, esperemos que no. Eso mismo ocurrió en Paraguay. Pero como aparentemente esta es una cuestión entre los frigoríficos y las autoridades aduaneras, puede ser así como no. También es cierto que la capacidad exportadora argentina no sería suficiente para abastecer el espacio de mercado que Brasil deja vacante.
Por otro lado, la Unión Europea excluyó en la negociación la importación de carne con origen en el Mercosur, por lo menos ese es el contenido de los tratados que se están discutiendo.
Con respecto a la situación del Mercosur, la verdad es que las noticias que se vienen conociendo sobre su fortaleza son bastante decepcionantes.
Por lo que observamos con el nuevo signo y la nueva orientación de los gobiernos tanto del Brasil como de la Argentina, me parece que se avanzó mucho en dar libertades a los países para tener negociaciones extra bloque, algo que se venía discutiendo incluso en el marco de la negociación entre la Unión Europea y el Mercosur. Me refiero a lo que se conocía como dos velocidades u otro tipo de cláusulas o de modo de negociar donde algunos países iban a cerrar acuerdos por afuera del bloque o más rápidamente y otros no. En ese momento se hablaba de la posibilidad de que esto ocurriera con el Brasil. Pero particularmente, como existe asimetría entre las economías del Mercosur, ya que algunas tienen mayor desarrollo industrial y otras menor, fue bastante complicado consensuar una oferta común con Uruguay y Paraguay. En aquel momento por supuesto nosotros incluíamos a Venezuela.
Asimismo quiero comentar que observo que tampoco la integración del Mercosur y su fortalecimiento son prioridades de los gobiernos actuales, por lo menos en los casos del Brasil y la Argentina. Con lo cual, sería todavía más pobre el resultado que alcanzaríamos porque justamente, en la negociación entre los bloques se haría valer la fortaleza del bloque por sobre la debilidad de los países tomados individualmente. La verdad que es un muy mal momento para que se lleven adelante estas negociaciones desde el punto de vista del Mercosur, cuando el Mercosur, si bien se han observado distintas declaraciones de interés por parte de los nuevos presidentes, en la práctica se encuentra en un proceso políticamente bastante cambiante.
Tiene la palabra el señor Jara.
De forma tal que probablemente este mismo escándalo pueda tener alguna implicación sobre la carne de exportación argentina. Lo desconozco, esperemos que no. Eso mismo ocurrió en Paraguay. Pero como aparentemente esta es una cuestión entre los frigoríficos y las autoridades aduaneras, puede ser así como no. También es cierto que la capacidad exportadora argentina no sería suficiente para abastecer el espacio de mercado que Brasil deja vacante.
Por otro lado, la Unión Europea excluyó en la negociación la importación de carne con origen en el Mercosur, por lo menos ese es el contenido de los tratados que se están discutiendo.
Con respecto a la situación del Mercosur, la verdad es que las noticias que se vienen conociendo sobre su fortaleza son bastante decepcionantes.
Por lo que observamos con el nuevo signo y la nueva orientación de los gobiernos tanto del Brasil como de la Argentina, me parece que se avanzó mucho en dar libertades a los países para tener negociaciones extra bloque, algo que se venía discutiendo incluso en el marco de la negociación entre la Unión Europea y el Mercosur. Me refiero a lo que se conocía como dos velocidades u otro tipo de cláusulas o de modo de negociar donde algunos países iban a cerrar acuerdos por afuera del bloque o más rápidamente y otros no. En ese momento se hablaba de la posibilidad de que esto ocurriera con el Brasil. Pero particularmente, como existe asimetría entre las economías del Mercosur, ya que algunas tienen mayor desarrollo industrial y otras menor, fue bastante complicado consensuar una oferta común con Uruguay y Paraguay. En aquel momento por supuesto nosotros incluíamos a Venezuela.
Asimismo quiero comentar que observo que tampoco la integración del Mercosur y su fortalecimiento son prioridades de los gobiernos actuales, por lo menos en los casos del Brasil y la Argentina. Con lo cual, sería todavía más pobre el resultado que alcanzaríamos porque justamente, en la negociación entre los bloques se haría valer la fortaleza del bloque por sobre la debilidad de los países tomados individualmente. La verdad que es un muy mal momento para que se lleven adelante estas negociaciones desde el punto de vista del Mercosur, cuando el Mercosur, si bien se han observado distintas declaraciones de interés por parte de los nuevos presidentes, en la práctica se encuentra en un proceso políticamente bastante cambiante.
Tiene la palabra el señor Jara.
SR. JARA A nosotros nos parece que es importante que esta destacable audiencia de diputadas y diputados que tenemos aquí, y seguramente de asesoras y asesores, conozcan que nosotros como movimiento sindical, tanto el europeo como el del Mercosur, estamos a favor de la integración.
De hecho, en esta sala hay compañeras y compañeros tanto de Europa como del Mercosur que integramos, en Europa, el Comité Económico y Social Europeo, y en el Mercosur, el Foro Consultivo Económico Social. Es decir que lo que nos anima sigue siendo la integración. Creemos que este proceso de negociación apunta a debilitar todo lo que se ha construido.
Es cierto también, compañero Axel, que el Mercosur tiene algún problema de nacimiento y que las distintas etapas, los distintos momentos y los distintos gobiernos no han podido superar esas dificultades.
Nosotros ayer estuvimos con los negociadores, y fue una figura muy gráfica. Estaba hablando el embajador argentino por ser presidencia pro tempore, y mirando permanentemente al embajador brasileño, al embajador paraguayo y al embajador uruguayo; pero estaba también la negociadora, la única negociadora por Europa. Eso también es fortaleza en la negociación.
Y nosotros venimos señalando desde hace muchos años que el Mercosur también requiere una reestructuración, porque todos conocemos el momento en el que nació el Mercosur, 1991, que no fue precisamente un año en el cual las políticas sociales estuvieran en su apogeo. Al revés.
Sí se hicieron cambios importantes a lo largo de los distintos períodos que vinieron, sobre todo a partir del gobierno de Lula y después de Kirchner, se hicieron cambios importantes, pero en la cabeza, con el mismo cuerpo. Es difícil que el Mercosur pudiera reaccionar con todo lo que tenía que reaccionar teniendo un cuerpo que estaba estructurado para un modelo donde, por ejemplo, lo social fue incluido un año después, no en el nacimiento, y desde allí se creció hasta donde se pudo.
Pero me parece que eso es importante. Nosotros defendemos la integración, defendemos el Mercosur y defendemos la Unión Europea, así que me parece que nuestra preocupación es doblemente legítima. Pedimos que esto sea tenido en cuenta porque es una grave situación por la que atraviesa la integración, sobre todo en el Mercosur.
De hecho, en esta sala hay compañeras y compañeros tanto de Europa como del Mercosur que integramos, en Europa, el Comité Económico y Social Europeo, y en el Mercosur, el Foro Consultivo Económico Social. Es decir que lo que nos anima sigue siendo la integración. Creemos que este proceso de negociación apunta a debilitar todo lo que se ha construido.
Es cierto también, compañero Axel, que el Mercosur tiene algún problema de nacimiento y que las distintas etapas, los distintos momentos y los distintos gobiernos no han podido superar esas dificultades.
Nosotros ayer estuvimos con los negociadores, y fue una figura muy gráfica. Estaba hablando el embajador argentino por ser presidencia pro tempore, y mirando permanentemente al embajador brasileño, al embajador paraguayo y al embajador uruguayo; pero estaba también la negociadora, la única negociadora por Europa. Eso también es fortaleza en la negociación.
Y nosotros venimos señalando desde hace muchos años que el Mercosur también requiere una reestructuración, porque todos conocemos el momento en el que nació el Mercosur, 1991, que no fue precisamente un año en el cual las políticas sociales estuvieran en su apogeo. Al revés.
Sí se hicieron cambios importantes a lo largo de los distintos períodos que vinieron, sobre todo a partir del gobierno de Lula y después de Kirchner, se hicieron cambios importantes, pero en la cabeza, con el mismo cuerpo. Es difícil que el Mercosur pudiera reaccionar con todo lo que tenía que reaccionar teniendo un cuerpo que estaba estructurado para un modelo donde, por ejemplo, lo social fue incluido un año después, no en el nacimiento, y desde allí se creció hasta donde se pudo.
Pero me parece que eso es importante. Nosotros defendemos la integración, defendemos el Mercosur y defendemos la Unión Europea, así que me parece que nuestra preocupación es doblemente legítima. Pedimos que esto sea tenido en cuenta porque es una grave situación por la que atraviesa la integración, sobre todo en el Mercosur.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Haciéndome eco de las palabras de Antonio, la verdad que nosotros también, y yo lo aclaré, porque a veces una posición crítica puede confundirse con una posición no abierta. Nosotros también somos, por lo menos desde el bloque del Frente para la Victoria y sabemos que otros bloques también, defensores de la integración regional; pero obviamente que hay que ver qué se integra, para qué y con qué resultado.
Y en ese sentido, justamente también es una gran paradoja que se busque integrar más a la Unión Europea y al Mercosur en un momento en donde la situación de ambos bloques está bastante complicada, ya sea por lo que ha pasado con el Brexit en Inglaterra o lo que ha pasado aquí también con el tema de Venezuela, situaciones de diferente calibre, de diferente naturaleza, pero que deberían servirnos a nosotros para nuevamente poder dar ciertas discusiones acerca de qué integración queremos. Porque queremos una integración y saludamos también particularmente la integración con Europa, que sería una buena manera de mostrar multilateralismo, que nosotros creemos que debe ser lo que prime en términos de relaciones económicas, pero también de relaciones internacionales en general.
Tiene la palabra el señor Rubén Garrido, de la CTA Autónoma.
Y en ese sentido, justamente también es una gran paradoja que se busque integrar más a la Unión Europea y al Mercosur en un momento en donde la situación de ambos bloques está bastante complicada, ya sea por lo que ha pasado con el Brexit en Inglaterra o lo que ha pasado aquí también con el tema de Venezuela, situaciones de diferente calibre, de diferente naturaleza, pero que deberían servirnos a nosotros para nuevamente poder dar ciertas discusiones acerca de qué integración queremos. Porque queremos una integración y saludamos también particularmente la integración con Europa, que sería una buena manera de mostrar multilateralismo, que nosotros creemos que debe ser lo que prime en términos de relaciones económicas, pero también de relaciones internacionales en general.
Tiene la palabra el señor Rubén Garrido, de la CTA Autónoma.
SR. GARRIDO Para complementar lo que dijo Antonio, creo que no está en duda la vocación integracionista que tenemos todos los que estamos acá, tanto en términos sociales como culturales, de hermandad entre los pueblos e, incluso, por un comercio libre y equitativo.
Pero de acuerdo a lo que venimos discutiendo y analizando, directamente estamos en presencia de un tratado de dominación en el que no hay ninguna posibilidad de comercio equitativo ni de integración de nuestras economías regionales o sectores productivos.
Esta discusión se está llevando adelante en un momento que es peor que cuando se debatió el ALCA, como aquí se recordaba.
Cuando se discutió el ALCA, en la región contábamos con una serie de gobiernos progresistas populares que también se pusieron al frente de este reclamo. Tuvo lugar la famosa cumbre de Mar del Plata en la que nuestros presidentes le dijeron a Bush: "No al ALCA". Entonces, la situación ahora es mucho más grave y más complicada.
Creo que está bien esta capacidad de articular. Los parlamentos deberían encontrar una forma para que los diputados progresistas que acompañan esta propuesta puedan articular. Me refiero no solamente a los legisladores del Parlamento europeo sino también de los parlamentos de los distintos países que integran la comunidad económica ya que, como bien se dijo hoy, esto va a pasar por acá; la lucha no es nada más en la calle, además es en el Parlamento.
Es necesario poder articular acciones en conjunto entre ambos sectores -el del trabajo y el del Parlamento- para impedir o poner un freno a algo que, como aquí bien se dijo, viene oculto y lo quieren hacer pasar a lo que dé, sin mayor debate, y que un día nos levantemos y encontremos todo firmado.
Pero de acuerdo a lo que venimos discutiendo y analizando, directamente estamos en presencia de un tratado de dominación en el que no hay ninguna posibilidad de comercio equitativo ni de integración de nuestras economías regionales o sectores productivos.
Esta discusión se está llevando adelante en un momento que es peor que cuando se debatió el ALCA, como aquí se recordaba.
Cuando se discutió el ALCA, en la región contábamos con una serie de gobiernos progresistas populares que también se pusieron al frente de este reclamo. Tuvo lugar la famosa cumbre de Mar del Plata en la que nuestros presidentes le dijeron a Bush: "No al ALCA". Entonces, la situación ahora es mucho más grave y más complicada.
Creo que está bien esta capacidad de articular. Los parlamentos deberían encontrar una forma para que los diputados progresistas que acompañan esta propuesta puedan articular. Me refiero no solamente a los legisladores del Parlamento europeo sino también de los parlamentos de los distintos países que integran la comunidad económica ya que, como bien se dijo hoy, esto va a pasar por acá; la lucha no es nada más en la calle, además es en el Parlamento.
Es necesario poder articular acciones en conjunto entre ambos sectores -el del trabajo y el del Parlamento- para impedir o poner un freno a algo que, como aquí bien se dijo, viene oculto y lo quieren hacer pasar a lo que dé, sin mayor debate, y que un día nos levantemos y encontremos todo firmado.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra Massimo Di Pietro.
SR. DI PIETRO Mi nombre es Massimo Di Pietro y, como podrán darse cuenta por mi castellano, vengo de Italia. Represento a la Unión Italiana del Trabajo.
En primer lugar, deseo agradecer por esta oportunidad y quiero realizar unas breves consideraciones para que cuando los negociadores nos encontremos pidamos las mismas cosas.
Primero quiero referirme a la trasparencia. Para nosotros la trasparencia no es solamente información, también implica poder participar a través de los organismos consultivos que, por suerte, la Comisión Europea ha puesto en marcha en las últimas negociaciones con Canadá y Estados Unidos.
En segundo lugar, está el tema de las pequeñas y medianas empresas. Es verdad que las dos regiones tienen diferencias muy profundas a nivel económico pero sus estructuras tienen una cosa muy parecida: la mayoría de nuestras empresas son muy pequeñas, pequeñas o medianas. Entonces, los negociadores deben apoyar y fortalecer este punto y el acuerdo tiene que tener la oportunidad de sustentarlo.
En tercer término está el aspecto audiovisual. Normalmente en el esquema negocial de la Unión Europea lo audiovisual queda afuera. Eso pasó en el último acuerdo con Canadá y Estados Unidos y creo que van a hacer lo mismo con el Mercosur.
En primer lugar, deseo agradecer por esta oportunidad y quiero realizar unas breves consideraciones para que cuando los negociadores nos encontremos pidamos las mismas cosas.
Primero quiero referirme a la trasparencia. Para nosotros la trasparencia no es solamente información, también implica poder participar a través de los organismos consultivos que, por suerte, la Comisión Europea ha puesto en marcha en las últimas negociaciones con Canadá y Estados Unidos.
En segundo lugar, está el tema de las pequeñas y medianas empresas. Es verdad que las dos regiones tienen diferencias muy profundas a nivel económico pero sus estructuras tienen una cosa muy parecida: la mayoría de nuestras empresas son muy pequeñas, pequeñas o medianas. Entonces, los negociadores deben apoyar y fortalecer este punto y el acuerdo tiene que tener la oportunidad de sustentarlo.
En tercer término está el aspecto audiovisual. Normalmente en el esquema negocial de la Unión Europea lo audiovisual queda afuera. Eso pasó en el último acuerdo con Canadá y Estados Unidos y creo que van a hacer lo mismo con el Mercosur.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra el señor Aguirre.
SR. AGUIRRE Soy "Fito" Aguirre, de la CTA Autónoma.
Me parece que está bueno también ubicarnos en el panorama político ya que hay cambios en la geopolítica internacional.
Me imagino que si sucumbe el multilateralismo, que es lo que funcionó hasta ahora, la búsqueda de acuerdos bilaterales va a funcionar y todos los días van a hacer fila para ver cómo salvar cada economía.
Eso no está lejos si vemos el accionar de Estados Unidos atacando permanentemente lo que más o menos vino funcionando hasta el momento con oposición y acuerdos.
Como bien decía Andrés Larisgoitía, es importante lo acordado entre la CES y la Coordinadora acerca de seguir teniendo la voluntad de buscar la transparencia. Que no nos ocurra lo mismo que en Uruguay cuando el gobierno ya estaba avanzando con el TISA y tuvo que ser el PIT-CNT el que puso en conocimiento que había una negociación secreta o una idea de involucrarse con esa comunidad mundial de servicios.
Igual sucedió en el país con los acuerdos de Chevron, y en el caso de China, en lo relativo a la cesión de tierras para estudios espaciales, cuando tiempo después nos enteramos de que ello tenía que ver con la geopolítica internacional porque China necesita el manejo de su GPS para una hipotética guerra mundial.
Consecuentemente respecto de la transparencia en las negociaciones que se están llevando adelante, tenemos que analizar cómo combinar el reclamo de información del movimiento sindical acompañando a la vez al Parlamento para que con todas sus fuerzas políticas pueda exigírsela al Poder Ejecutivo, siguiendo el esquema de división de poderes. Sinceramente no me parece un reclamo sino un tema político que fortalece la democracia. Nosotros debemos impulsar una campaña señalando los aspectos negativos que puede tener un tratado de libre comercio contrario a los intereses generales de los pueblos de la región.
Me parece que está bueno también ubicarnos en el panorama político ya que hay cambios en la geopolítica internacional.
Me imagino que si sucumbe el multilateralismo, que es lo que funcionó hasta ahora, la búsqueda de acuerdos bilaterales va a funcionar y todos los días van a hacer fila para ver cómo salvar cada economía.
Eso no está lejos si vemos el accionar de Estados Unidos atacando permanentemente lo que más o menos vino funcionando hasta el momento con oposición y acuerdos.
Como bien decía Andrés Larisgoitía, es importante lo acordado entre la CES y la Coordinadora acerca de seguir teniendo la voluntad de buscar la transparencia. Que no nos ocurra lo mismo que en Uruguay cuando el gobierno ya estaba avanzando con el TISA y tuvo que ser el PIT-CNT el que puso en conocimiento que había una negociación secreta o una idea de involucrarse con esa comunidad mundial de servicios.
Igual sucedió en el país con los acuerdos de Chevron, y en el caso de China, en lo relativo a la cesión de tierras para estudios espaciales, cuando tiempo después nos enteramos de que ello tenía que ver con la geopolítica internacional porque China necesita el manejo de su GPS para una hipotética guerra mundial.
Consecuentemente respecto de la transparencia en las negociaciones que se están llevando adelante, tenemos que analizar cómo combinar el reclamo de información del movimiento sindical acompañando a la vez al Parlamento para que con todas sus fuerzas políticas pueda exigírsela al Poder Ejecutivo, siguiendo el esquema de división de poderes. Sinceramente no me parece un reclamo sino un tema político que fortalece la democracia. Nosotros debemos impulsar una campaña señalando los aspectos negativos que puede tener un tratado de libre comercio contrario a los intereses generales de los pueblos de la región.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra el señor diputado Oscar Martínez.
SR. MARTÍNEZ (O.A.) Señor presidente: esta reunión se presta para contar una situación muy particular que estamos atravesando.
Me están acompañando compañeros de la CGT regional Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, la más joven y alejada del centro, que en su territorio contiene, como siempre nos gusta recordar, el tan ansiado sueño de las islas Malvinas, territorio que seguimos defendiendo y cuya soberanía reclamamos.
No es habitual encontrarnos en este espacio con tantas organizaciones sindicales y de trabajadores, sobre todo en esta última etapa de la Cámara. Valoramos esta iniciativa y nos comprometemos a trabajar con el mismo compromiso que lo hacemos diariamente.
Hace algunos días tanto en Buenos Aires como en el resto del país nos movilizamos para defender los puestos de trabajo, en contra de la apertura indiscriminada de la importación que está destruyendo nuestros hogares.
Esta situación tiene un condimento más importante en Tierra del Fuego: la pretendida expulsión de quienes habitamos ese suelo. Vaya uno a saber con qué interés se quiere ceder la soberanía al pirata inglés y permitirle explotar -como se ha denunciado- a través de acuerdos hechos a escondidas, la entrega de petróleo, hidrocarburos y el fruto de la pesca.
Este encuentro nos parece muy importante y creemos que tenemos que trabajar sobre dos ejes: los compromisos que podamos asumir los integrantes de la Cámara para exigir información, y el accionar conjunto, mientras no haya una legítima participación del movimiento obrero, para tratar de frenar cualquier tipo de avance en esta intención de acuerdos. Me refiero a que el tema sea discutido, transparente, claro y contemple la debida integración en todos los aspectos: cultural, social, político y económico. No existen otras posibilidades sino seguir haciéndolo permanentemente a través de una lucha conjunta entre los sectores del movimiento obrero, la sociedad organizada, los movimientos populares y todos aquellos que ejercemos una función de enorme responsabilidad para seguir defendiendo los intereses de esa patria grande que supimos construir durante muchísimos años, a pesar de las enormes dificultades, de las grandes traiciones y los negociados de aquellos que han estado al frente de los gobiernos.
Asumimos esta oportunidad con gran responsabilidad y una vez más venimos a fortalecer ese compromiso. Desde nuestro lugar asumimos la tarea y creemos que tenemos que hacerlo juntos, sin excluir a nadie de esta pelea que tendremos que dar aquí, en Europa y en cada rincón del mundo. Tenemos que intentar frenar esta política de globalización que en nombre de la competitividad intenta avanzar sobre derechos esenciales de los trabajadores, de los seres humanos, para solamente lograr más producción y ganancias a costa de la salud de la gente.
Reitero que están presentes integrantes de la CGT de Río Grande, y es un orgullo estar con ellos. Veníamos a una reunión que fue suspendida pero nos encontramos con la posibilidad de participar de este encuentro que nos abre aún más las expectativas de lucha que tenemos por delante. Agradezco que nos hayan permitido participar.
Me están acompañando compañeros de la CGT regional Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, la más joven y alejada del centro, que en su territorio contiene, como siempre nos gusta recordar, el tan ansiado sueño de las islas Malvinas, territorio que seguimos defendiendo y cuya soberanía reclamamos.
No es habitual encontrarnos en este espacio con tantas organizaciones sindicales y de trabajadores, sobre todo en esta última etapa de la Cámara. Valoramos esta iniciativa y nos comprometemos a trabajar con el mismo compromiso que lo hacemos diariamente.
Hace algunos días tanto en Buenos Aires como en el resto del país nos movilizamos para defender los puestos de trabajo, en contra de la apertura indiscriminada de la importación que está destruyendo nuestros hogares.
Esta situación tiene un condimento más importante en Tierra del Fuego: la pretendida expulsión de quienes habitamos ese suelo. Vaya uno a saber con qué interés se quiere ceder la soberanía al pirata inglés y permitirle explotar -como se ha denunciado- a través de acuerdos hechos a escondidas, la entrega de petróleo, hidrocarburos y el fruto de la pesca.
Este encuentro nos parece muy importante y creemos que tenemos que trabajar sobre dos ejes: los compromisos que podamos asumir los integrantes de la Cámara para exigir información, y el accionar conjunto, mientras no haya una legítima participación del movimiento obrero, para tratar de frenar cualquier tipo de avance en esta intención de acuerdos. Me refiero a que el tema sea discutido, transparente, claro y contemple la debida integración en todos los aspectos: cultural, social, político y económico. No existen otras posibilidades sino seguir haciéndolo permanentemente a través de una lucha conjunta entre los sectores del movimiento obrero, la sociedad organizada, los movimientos populares y todos aquellos que ejercemos una función de enorme responsabilidad para seguir defendiendo los intereses de esa patria grande que supimos construir durante muchísimos años, a pesar de las enormes dificultades, de las grandes traiciones y los negociados de aquellos que han estado al frente de los gobiernos.
Asumimos esta oportunidad con gran responsabilidad y una vez más venimos a fortalecer ese compromiso. Desde nuestro lugar asumimos la tarea y creemos que tenemos que hacerlo juntos, sin excluir a nadie de esta pelea que tendremos que dar aquí, en Europa y en cada rincón del mundo. Tenemos que intentar frenar esta política de globalización que en nombre de la competitividad intenta avanzar sobre derechos esenciales de los trabajadores, de los seres humanos, para solamente lograr más producción y ganancias a costa de la salud de la gente.
Reitero que están presentes integrantes de la CGT de Río Grande, y es un orgullo estar con ellos. Veníamos a una reunión que fue suspendida pero nos encontramos con la posibilidad de participar de este encuentro que nos abre aún más las expectativas de lucha que tenemos por delante. Agradezco que nos hayan permitido participar.
SR. PRESIDENTE KICILLOF Tiene la palabra el señor Jara.
SR. JARA Señor presidente: queremos agradecer el recibimiento y la importante reunión celebrada entre diputados, diputadas, asesores y asesoras. Casos como el que acaba de exponer el compañero forman parte de la agenda internacional, por supuesto de la Coordinadora y también de la Confederación Europea. Quizás después podamos conversar más sobre el tema.
En la delegación de la CGT tenemos un compañero de Río Grande que tomará debida nota de esta denuncia y nos asesorará sobre lo que podamos hacer.
Este tiempo ha sido muy importante, el interés es muy destacado y quisiéramos tener la posibilidad de mantener reuniones periódicas porque quizás, solo quizás, la Cancillería argentina, o tal vez vía la brasileña, paraguaya o uruguaya, nos brinden alguna información. Tal como señaló el señor diputado Carmona, también debemos compartir lo poco que se consigue sobre este tema. Volveremos a estar reunidos. (Aplausos.)
En la delegación de la CGT tenemos un compañero de Río Grande que tomará debida nota de esta denuncia y nos asesorará sobre lo que podamos hacer.
Este tiempo ha sido muy importante, el interés es muy destacado y quisiéramos tener la posibilidad de mantener reuniones periódicas porque quizás, solo quizás, la Cancillería argentina, o tal vez vía la brasileña, paraguaya o uruguaya, nos brinden alguna información. Tal como señaló el señor diputado Carmona, también debemos compartir lo poco que se consigue sobre este tema. Volveremos a estar reunidos. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE KICILLOF Muchas gracias a todos por la asistencia. Queda el compromiso de las comisiones intervinientes de hacer un seguimiento del asunto.
De este modo, damos por finalizada la reunión.
De este modo, damos por finalizada la reunión.
Es la hora 19 y 29.