Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, por intermedio de la Jefatura de Gabinete de Ministros, Ministerio de la Producción, Ministerio de Agroindustria y otras áreas que corresponda, en relación a la importación de litros de vinos, informe sobre los siguientes puntos:

1.- Las causas que dieron origen al permiso para importar caldos vínicos de otros países, siendo que la Argentina posee una cantidad y calidad suficiente y necesaria para atender la demanda local desde el 1 de octubre de 2016 hasta el 1 de junio de 2017 (liberación de vinos de cosecha 2017) y todavía tendría vinos para abastecer los mercados hasta el 1 de octubre de 2017. Dicho cálculo, sin contar la elaboración de los vinos en 2017.

2.- Hacia donde se orienta la política de importación autorizada por el Poder Ejecutivo Nacional.

3.- Por qué se elige la política de proteger los intereses de quienes comercializan vinos y se desprotege a quienes lo siembran, cosechan y producen.

4.- Qué cualidades y calidades poseen los productos ingresados del exterior, y en que difieren de los nacionales.

5.- Qué cantidades en litros, discriminados por varietales, han ingresado y que firmas han sido las beneficiadas particularmente por los permisos de importación autorizados por la Secretaria de Comercio de la Nación.

6.- Qué gobiernos provinciales han sido consultados e informados de la política de importación de productos vitivinícolas.

7.- Si se han estudiado las consecuencias económicas que traerá aparejado para las economías regionales la autorización de importación.

8.- Cuál ha sido la finalidad económica y/o política para que se autorice la importación de caldos vínicos y/o vinos elaborados.

9.- Si el Instituto Nacional de Vitivinicultura cumple con una de sus funciones básicas como es la fiscalización en todas las etapas del proceso vitivinícola a fin de garantizar genuinidad y aptitud del producto, en especial cuando se trata de importaciones.

Señor presidente:

En momentos en que las economías regionales están pasando una difícil situación, y en particular los productores vitivinícolas de las provincias productoras, vemos con preocupación la reciente política de importación de vinos.

La noticia sobre la autorización para el ingreso de vinos alerta a todos los productores de uva y elaboradores de vino, toda vez que las cantidades hasta ahora ingresadas al país hacen peligrar la producción y el trabajo de quienes intervienen en tan noble tarea de sembrar las vides, cosechar las uvas, elaborar el vino y fraccionar los varietales de la vid.

Cabe resaltar que es fundamental darle previsibilidad al productor vitivinícola porque se está formando la uva nueva en la vid, y esta importación forma expectativas de precios de la materia prima con tendencia a la baja, con el peligro más grande de esta maniobra de tirar el precio de la uva de la próxima cosecha al piso, y que de continuar esta situación nuestros pequeños productores van a ir camino a la desaparición, y con ello buena parte de la industria que sostiene a miles de familias que dependen de ello en muchas provincias.

Para nuestras provincias productoras de vinos, en particular a las grandes productoras como las provincias de la región cuyana, y demás provincias lindantes con nuestra Cordillera de los Andes, las consecuencias que traerá aparejada la continuidad de la política de importación sería terrible, no solo disminuirían las áreas sembradas sino que se generaría una baja tal de la producción que generaría un proceso de desinversión y desempleo.

Las cifras hasta ahora conocidas de ingreso de más de quince (15) millones de litros por parte de grandes empresas fraccionadoras no hacen otra cosa que poner en riesgo el precio futuro en la próxima vendimia, en donde como sabemos en los últimos años la ecuación es inversa por cuanto el precio del vino marcará la tendencia para el pago al productor del kilo de uva.

Según estimaciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura en base a los datos al 01 de octubre de 2016; al 1 de junio de 2017 (fecha de liberación de los vinos nuevos que se elaboren a partir de la cosecha del año próximo) habrían 413.296.800 de litros, que equivalen a un stock de 4 meses de despachos de vinos a consumo (mercado interno y externo).

Realmente, resulta difícil entender por qué se le ofrece al consumidor vinos importados, vulnerando los intereses nacionales de beneficiar a quienes creen e invierten en el país, y en estos casos no se beneficia con mejores precios de los vinos importados, ya que el costo del caldo importado puesto en el país, no difiere significativamente del costo del vino argentino, sembrado, cosechado, elaborado y fraccionado en nuestro suelo, con la consecuente intervención de productores, trabajadores y empresarios nacionales que contribuyen al circuito económico regional.

Por todo lo expuesto y considerando la importancia y la urgencia de una respuesta no solo a esta Cámara de Diputados sino a los productores, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.