Manifestar su más enérgico repudio y preocupación por la posible instalación de una empresa automotriz venezolana-iraní en el territorio nacional.

Señor presidente:

El diario Página 12 de fecha 3 de octubre de 2008 publicó una noticia, a mi criterio, por demás alarmante.

Allí, se hacía pública la intención de la empresa automotriz venezolana-iraní "Venirauto" de instalarse, con el beneplácito del intendente Mario Secco, en la localidad bonaerense de Ensenada.

Es por demás conocida la posición de nuestro país respecto de la República Islámica de Irán, a quien la justicia nacional vincula con los atentados terroristas ocurridos en 1992 y 1994, que destrozaron la Embajada de Israel y el edificio de la A.M.I.A. provocando una enorme cantidad de víctimas, y tanto es ello así que la señora Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, lo reiteró recientemente ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En esa inteligencia, resulta inadmisible y sumamente riesgoso para la seguridad nacional que siquiera se analice la posibilidad de permitir el ingreso legal a la República Argentina de personas eventualmente vinculadas con la organización terrorista Hezbollah, apadrinada por el gobierno iraní, acusada de ser la autora de los atentados antes mencionados.

Si a ello se suma que el gobierno venezolano ha llevado a cabo actitudes persecutorias contra la colectividad judía venezolana en particular, y que el mismo Chávez ha predicado en términos manifiestamente antisemitas en perjuicio de la comunidad judía en general, reconociendo mantener una alianza estratégica con Irán, y que incluso ha permitido el adoctrinamiento de Hezbollah en distintas zonas de su país, resulta por demás evidente la inconveniencia de la instalación en suelo argentino de la compañía automotriz en cuestión.

Recuérdese que el presidente iraní lisa y llanamente niega la existencia del Holocausto y que, por su parte, Chávez, que nunca lo ha desmentido, compara la política israelí con lo actuado por Hitler. Mas allá de las críticas que pudieran hacerse o no al Estado de Israel en su lucha en el Medio Oriente, comparar una guerra, cruenta como lo son todas, con "La Solución Final", el genocidio más espeluznante que pueda encontrarse en toda la historia de la humanidad, no es otra cosa que la banalización de éste.

Ningún proyecto económico justifica poner a la Nación en situación de riesgo inminente de sufrir un nuevo atentado, máxime considerando que esta organización terrorista ya ha evidenciado su voluntad de trasladar el conflicto árabe israelí a esta parte del orbe, una de las pocas en las que ambas comunidades conviven armoniosamente.

Ello sin perjuicio de que, además, significa una afrenta contra nuestra patria, en cuyo territorio se llevaron a cabo los atentados, que hasta la fecha no han podido ser sancionados condignamente y, en especial, contra la comunidad judía argentina, a quienes en particular se dirigieron estas agresiones, revela la envergadura de lo chocante que resultaría aceptar la empresa que se repudia.

Por lo expuesto, solicito al Cuerpo el apoyo al presente Proyecto de Declaración.