Artículo 1º.- Declárese de interés nacional la producción de vinos en la Provincia de Entre Ríos y la asociación con ese fin.

Artículo 2°.- Facúltese al Poder Ejecutivo Nacional a otorgar subsidios, exenciones impositivas y créditos para el desarrollo vitivinícola en la provincia de Entre Ríos, orientado a su producción primaria, elaboración y venta, extensión de las áreas implantadas, fomento de tecnologías, conocimientos y procesos para el desarrollo de variedades propias, adquisición de equipos de riego y acceso a los mercados.-

Artículo 3º.- Invítese a la provincia de Entre Ríos a otorgar subsidios, sancionar un régimen de exenciones y/o beneficios impositivos y a conceder créditos para los fines previstos en el artículo 2° de la presente.-

Artículo 4º.- La presente ley será reglamentada dentro de los noventa (90) días de su aprobación.-

Artículo 5º.- Comuníquese.-

Señor presidente:

La vitivinicultura argentina ha experimentado, en los últimos años, cambios profundos con respecto a la calidad y a la cantidad de su producción, debido no solo a la evolución del mercado interno sino, fundamentalmente, a la tendencia del mercado internacional, al que se encuentra más orientada la producción nacional. Se ha identificado en este marco una fuerte corriente inversora externa (adquisiciones, fusiones, aporte tecnológico, gerenciamiento). En consecuencia, se está verificando un intenso proceso de internacionalización y reconocimiento de vinos de argentina, al cual se van sumando año tras año nuevos actores, quienes hasta el presente venían abasteciendo solamente el mercado nacional.

Antecedentes

Nuestro país es un gran consumidor de vino, ocupando el séptimo lugar en el mundo a pesar de la disminución en el consumo per cápita de ochenta litros en la década de los 70' a menos de treinta litros en el año dos mil seis. La reducción del mercado interno debido, en parte a esto, ha generado un sostenido incremento de las exportaciones de vinos, que ha sido acompañada con una mejora en la tecnología utilizada, colocando a nuestro país en el quinto lugar como productor de vinos luego de Italia, Francia, España y los EEUU, representando un 4,5% de la producción mundial.

Con referencia a las exportaciones de vino, en todos sus tipos, y según cifras elaboradas por el Instituto Nacional del Vino (INV), éstas alcanzaron para el año 2011, los 300 millones de litros, superando en un 9% al volumen comercializado durante el año anterior.

Esta producción representa un ingreso al país superior a los ochocientos millones de dólares. Si bien las exportaciones crecieron, el 41% de esta tuvo como destino a los EEUU y un 18% a Paraguay. Esto muestra que hay muchos mercados con posibilidades de ser explotados tales como Brasil que es destino de solo un 5% de nuestra producción siendo este país un mercado clave para nuestras bodegas por su gran potencial a futuro, de la mano del desarrollo de su economía y el crecimiento del consumo de vino.

En cuanto a nuestra provincia, la vitivinicultura en Entre Ríos tiene una larga historia que se remonta a mediados del siglo XIX. A partir de 1880 se implementaron políticas locales de estímulo que se vieron reflejadas en el incremento del área cultivada llegando a más de cuatro mil hectáreas cultivadas con viñedos y un número aproximado de sesenta bodegas localizadas sobretodo en ciudades de la costa del río Uruguay (Concordia y Colón). Para 1890 se cultivaban más cepas que en Mendoza y San Juan, logrando un crecimiento en la producción vitivinícola del 700% entre los años 1894 y 1916 (1) .

En 1930 se promulgó la Ley Nacional Nº 12137 para desalentar la actividad en la zona y fomentarla en las provincias de Cuyo. Esto llevó a la destrucción de los viñedos existentes en la provincia. En el año 1998 dicha ley fue derogada, retomando el cultivo nuevo impulso.

En la actualidad existen en la provincia aproximadamente 45 productores dedicados a la vid, integrando algunos de ellos la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER), institución que pugna por el desarrollo de esta producción en la provincia propugnando, para un horizonte de diez años, tener cultivadas unas quinientas hectáreas y una producción aproximada de dos millones de litros y una ocupación directa estimada de quinientos puestos de trabajo.

Entre las variedades que se experimentan se pueden citar la tradicionales Syrah y Malbec buscando, desarrollar a la vez, variedades propias y que no compitan con las de Cuyo tales como Tannat, Merlot o cruzamientos como la Ekigaina (2) (cruce de las variedades Tannat con Cabernet Sauvignon).

Conclusión

El vino que se produce en Entre Ríos es una experiencia en vital desarrollo, acometida en su mayoría por emprendimientos particulares (3) que si bien, por su escala, aún no puede competir con las grandes bodegas de la zona de Cuyo podría orientarse a abastecer una demanda de vinos de calidad no tradicionales tales como el mercado brasilero que es de un potencial importante a la vez que poco desarrollado y exigente.

Por otra parte, la evidencia de la producción exportable de vinos argentinos, es un aliciente para la inversión local y foránea, facilitando el desarrollo de la economía local y la generación de recursos genuinos.