Su adhesión a la celebración del Día de la Industria Nacional que se conmemora el 2 de Septiembre.

Señor presidente:

A menos de un siglo de la llegada de los europeos a América y en un entorno de economía todavía artesanal, se produce el 2 de septiembre de 1587 la primera exportación desde el puerto de Buenos Aires, rumbo a Brasil llevando productos de hilanderías provenientes de las provincias de Tucumán y Santiago del Estero. Aquellos primeros argentinos por adopción tuvieron la visión, el coraje y sobre todo la voluntad de generar una producción que excediera su propio consumo y así lograr la exportación de sus manufacturas.

Esa primera exportación dio origen asimismo al nacimiento de la aduana superando las normas restrictivas del comercio hispano y las dificultades que imponían las largas distancias que se debían superar por esos tiempos. Con posterioridad se instalan los primeros molinos harineros en Córdoba y Buenos Aires y es así que las cédulas reales empiezan a autorizar a partir del año 1602 la exportación de harina. La industria toma auge y desarrollo durante el siglo XVIII. En el año 1700 los jesuitas de Tucumán construyen un trapiche de madera iniciando la primera industria azucarera en la región. En 1770 se incorpora la industria saladeril y la primera exportación de cueros y carne salada se produce por el año 1792. En 1800 Cuyo fabrica los primeros vinos de la región.

Siglos después, en nuestro país que llegó a ser considerado el granero del mundo, la industria nacional sigue generando trabajo, desarrollo y proyección para un mundo cada vez más globalizado y con una enorme cantidad de pequeñas y medianas empresas, genuinas generadoras de mano de obra en el país. Hoy el mundo moderno reconoce la importancia de las pymes y de su estructura productiva, su enorme generación de empleo, el ingreso nacional y la importancia en los mercados internos como asimismo su proyección exportadora.

Las pymes han demostrado a través del tiempo su enorme capacidad de adaptación a las crisis que se fueron sucediendo y a las condiciones variables de mercado. Recientemente quedó absolutamente demostrado en nuestro país en el proceso que dio en llamarse post-default donde las pymes supieron rápidamente adaptarse a las nuevas condiciones y mediante un proceso de sustitución de importaciones logró proyectar un importante crecimiento de aproximadamente 9% anual en el producto bruto interno, lo que llevó a la economía argentina a alcanzar un escalón superior en materia económica y acumulación de superávit fiscal suficiente que permita ir superando la incómoda situación en la que nos encontrábamos pocos años atrás.