Su preocupación por la caída del 24,4% que registró la industria automotriz en abril del corriente año comparado al mismo mes de 2011 como así también por la falta de acciones de prevención acordes de las autoridades para evitar un fenómeno que se preveía meses atrás.

Señor presidente:

A principio de marzo del corriente año bajo el número de expediente 0106-D-2012 y Trámite Parlamentario número 1, presentamos una declaración de preocupación ante la ostensible caída sufrida por la industria automotriz en el mes de enero informada oportuna y detalladamente por la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). En ese momento instamos a las autoridades a tomar medidas reparativas las cuales lamentablemente nunca llegaron.

Ante la falta de aplicación de las medidas adecuadas, nos encontramos con una agudización de la caída vista en enero a tal punto que durante el mes de abril del corriente la industria automotriz registró un descenso del 24,4% en comparación con el mismo mes de 2011.

Teniendo en cuenta la importancia que tiene el sector automotriz en la industria nacional es claro anticipar la baja del sector manufacturero el cual se verá reflejado en el índice global del INDEC. Debido a la polarización de las exportaciones a Brasil todo estancamiento de este país unido a la efectiva desaceleración de la economía argentina derivará en una merma significativa en el sector autopartista y sus industrias vinculadas como los son, la siderúrgica, metalúrgica, del neumático y del plástico.

Viktor Klima, actual presidente de Adefa, informó que la gran caída en el primer cuatrimestre estaría explicada por "la disminución registrada en la cantidad de unidades exportadas". En forma acumulada la merma en las exportaciones automotrices de los primeros cuatro meses de 2012 fue de 19,5%. Sabiendo que el 76% de las exportaciones se dirigen a Brasil, Adefa consideró "indispensable la diversificación de los mercados de exportación" y convocó a "profundizar los acuerdos comerciales con otros países de la región como Colombia".

Lo que alertáramos en marzo, ocurrió sin que existieran medidas preventivas ni paliativas por parte del Poder Ejecutivo Nacional. Hoy la realidad que vive la industria automotriz de nuestro país ya no nos pide medidas, sino que nos obliga a implementar los cursos de acción necesarios para evitar una verdadera debacle económica que, de no mediar solución en el corto plazo, redundará en la pérdida de miles de puestos de trabajo.

Es por lo expuesto que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración.