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PROYECTO DE LEY
Expediente: 1461-D-2009
Sumario: SODIO; REGULACION DE SU CONTENIDO EN LA INDUSTRIA DE LA ALIMENTACION.
Fecha: 07/04/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 24
Artículo 1º.- Establécese el máximo de
contenido de sodio en los alimentos elaborados por la industria de la alimentación en
quinientos (500) miligramos por cada cien (100) gramos de alimento o de un trece por
mil (13 0/00) de sal.
Las excepciones al presente régimen
serán determinadas por la autoridad de aplicación, previo dictamen de la Comisión
Nacional de Alimentos.
Artículo 2º .- El máximo dispuesto en el
artículo anterior se alcanzará en el plazo de CINCO (5) años desde la fecha de vigencia de la
presenta ley.
Artículo 3º.- La autoridad de
aplicación de la presente ley es el Ministerio de Salud de la Nación.
Artículo 4º.- La autoridad de
aplicación determinará los máximos anuales para arribar al máximo dispuesto en el
artículo 1° previo dictamen de la Comisión Nacional de Alimentos. Dichos parámetros así
determinados se incorporarán por resolución, al Código Alimentario Argentino (Ley N°
18.248).
Artículo 5º.- La autoridad de
aplicación promoverá acuerdos con la industria de la alimentación para la reducción
progresiva del contenido de sodio de los alimentos elaborados que ya cumplan con el
máximo establecido en el Art 1º.
Artículo 6º.- Comuníquese al Poder
Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Este proyecto que hoy venimos a exponer
es el resultado del trabajo realizado por la Comisión de Acción Social y Salud Pública de
esta Honorable Cámara sobre el texto presentado oportunamente por la Sra ex
Diputada Nacional, Dra. Graciela Rosso, acompañada de varios otros diputados
interesados en esta problemática, en el año 2007, y que ha perdido estado
parlamentario.
La importancia del tema y el
reconocimiento al trabajo de la Sra. Ex Diputada, Dra. Graciela Rosso, y contando con
su expresa autorización, nos llevan a representar este proyecto entendido que de esta
manera estamos respondiendo a unas de la necesidades más trascendentes para los
seres humanos: el cuidado de su salud y de su calidad de vida.
En Septiembre de 2004, se celebró en la
ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, una reunión ordinaria del CONSEJO FEDERAL DE
SALUD, en la que se trataron las primeras conclusiones (sobre las provincias
patagónicas) de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo cuya tarea concluyó a
mediados del 2006.
De dicha encuesta, surge que los
principales determinantes de las Enfermedades no Transmisibles (ENT) son los Factores
de Riesgo, como el tabaco, alcohol, presión arterial elevada, colesterol, diabetes y la
alimentación no saludable como los mas relevantes. Se estima que para el año 2020 el
75% de todas las muertes en el mundo responderán a las ENT.
En las deliberaciones de aquella reunión del
COFESA, se concluyó en la necesidad de incrementar los esfuerzos de las jurisdicciones
en diseñar políticas sanitarias en conjunto con la Nación, que tengan como objetivo
disminuir aquellos Factores de Riesgo.
La hipertensión arterial, es uno de ellos, y
entre otras razones culturales (el consumo excesivo de sal en las mesas de los hogares
argentinos), se concluyó que la industria de la alimentación coadyuva "diseñando"
aquellas pautas culturales de consumo que dañan la salud, con elevados contenidos de
cloruro de sodio en los productos que elaboran (vgr. Pan, conservas, enlatados, caldos,
etc.).
"El consumo de elevado sodio constituye
uno de los principales determinantes del aumento de los valores de la presión arterial a
nivel poblacional y relacionados a la edad", de acuerdo a la Encuesta Nacional de
Factores de Riesgo elaborada por el Ministerio de Salud. Incluso, la investigación
asegura que existen estudios que vinculan su ingesta con eventos cardiovasculares.
Otros trabajos concluyeron que el consumo excesivo de este condimento también puede
generar retención de líquidos y síntomas asociados a enfermedades hepáticas y renales.
Según la encuesta realizada por el
Ministerio, el 45,2% de la población le agrega sal a las comidas luego de su cocción,
siendo Capital Federal y Chubut los distritos con mayores proporciones de añadido de
sodio. Y los hombres son los que le agregan más sal a las comidas a nivel nacional y lo
hacen en forma similar en todas las provincias. En el campo de la edad, el 33,4% de los
jóvenes de entre 18 y 24 años asegura añadirla siempre, en tanto que sólo el 12,5% de
las personas mayores de 65 años mantiene este hábito.
"Uno de los principales determinantes de la
presión arterial elevada es la ingesta excesiva de sal. El consumo promedio en nuestro
país es entre 12 y 14 gramos de sal por día. El sodio de los alimentos es suficiente
aporte para satisfacer las necesidades, constituyendo el agregado de sal (cloruro de
sodio) a los alimentos una pauta cultural.
La reducción de la sal de la dieta suele ser
parte del tratamiento no farmacológico de pacientes hipertensos, aunque como veremos
a continuación, una reducción de la sal en la dieta en la población normotensa también
puede redundar en beneficios. En una revisión sistemática incluyó 17 ensayos
randomizados de reducción de la sal de la dieta en hipertensos (734 pacientes) la
ingesta de sal se redujo de 8 a 12 gramos a 3 a 7 gramos según los estudios (1 a 12
meses de seguimiento). Se observó una reducción de 5 mmHg en la presión sistólica y
de 2.7 mmHg en la diastólica. En normotensos (2220 personas de 11 estudios) la
ingesta de sal fue de 7.5 a 12 gramos en el grupo control y de 3.3 a 8 gr en el grupo de
dieta, reduciéndose 2 mmHg la presión sistólica y 1 mmHg la presión diastólica."
(Revista Remediar, MSyA,Set/Ago 2004)
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
recomienda consumir unos 4 gramos de sal por día, lo que equivale a 1,56 gramos de
sodio diarios ya que un gramo de sal contiene 0,390 gramos de sodio. Dicho organismo
aconseja que los adultos no superen los seis gramos de sal diarios, lo que equivale a
2,34 gramos de sodio.
La presencia de sal en las comidas debe
ser moderada. Los argentinos, de todas maneras, parecen no hacer demasiado caso a
esta premisa, ya que según las estadísticas disponibles en promedio, consumen
diariamente entre 10 y 12 gramos, lo que representa más del doble a lo aconsejado por
la OMS.
El 75% de la sal ingerida es "invisible",
forma parte del contenido de alimentos precocidos como galletitas, pan, alimentos
preparados o en conserva. El 15% es propio de los alimentos en su condición natural. El
10% es el que se añade en la mesa.
Se consideran alimentos con una cantidad
elevada de sodio aquellos que presentan más de 500 mg por cada 100 g de alimento,
que equivalen a un 1,3% de sal. Por tanto, los alimentos con más de un 1,3% de sal
deberían ser evitados o consumidos de forma muy ocasional por quienes deban seguir
una dieta baja en sodio. Con el fin de evitar futuros problemas de salud, sería
recomendable en adelante, que las personas sanas moderaran también el consumo de
alimentos con más del 1,3% de sal.
El Código Alimentario Argentino Ley
18.248, en el Capítulo XVI, ARTS.1264 a 1272, regula, sin embargo no incluye
limitaciones al contenido de Sal ni de cloruro de sodio en los productos elaborados.
En las mesas argentinas raramente falta el
salero. Incluso, muchas personas tienen el hábito de agregarle este condimento a los
platos sin probarlos previamente. Pero esta costumbre popular puede derivar en
hipertensión arterial y riesgo cardiovascular, en caso de transformarse en un consumo
excesivo.
Los especialistas estiman que gran parte de
los trastornos de salud se podrían prevenir si los fabricantes de alimentos redujeran las
cantidades de sodio en un 50% en los alimentos preparados. De todas formas, según
las fuentes consultadas "es necesario incorporar sal a la dieta diaria porque facilita la
digestión, ayuda a mantener el nivel de líquidos corporales, permite la absorción de
potasio además de realzar el sabor y facilitar la conservación de los alimentos".
Después de revisar las evidencias
científicas recopiladas hasta la fecha, el panel de expertos del Comité conjunto de
Expertos en aditivos Alimenticios de la Unión Europea advierte que "los niveles actuales
de consumo de sodio están asociados directamente al aumento de la presión arterial, un
factor de riesgo de enfermedad cardiovascular y renal". Luego, concluye que "no puede
determinar un límite, por encima de la cantidad diaria recomendada, que no tenga
efectos adversos sobre la salud". Hay una constante relación entre el sodio ingerido, la
presión sanguínea y los diversos factores que pueden intervenir en la respuesta de la
presión al sodio. El sodio incrementa la presión sanguínea pero este efecto "puede ser
modulado por un abanico de factores como la dieta, el peso, el ejercicio físico, la edad,
el género o factores genéticos".
Es difícil establecer la cantidad de sodio
que se consume, ya que no sólo hay que contar con la cantidad presente en casi todos
los alimentos sino con la que se añade cada vez que se condimenta con sal. El método
más fiable es analizar el sodio que se excreta en la orina. Con esa metodología, uno de
los estudios más conocidos, el Grupo Cooperativo de Investigaciones Intersalt, analizó
las muestras de orina de más de diez mil personas de 32 países. Y halló diferencias
sustanciales: desde los 8-9 gramos de sal por persona y día de Bélgica o Dinamarca,
hasta los 9-11 gramos de Finlandia, Portugal, España y Reino Unido o los 14 gramos en
Rumania.
Se estima que el consumo medio de sodio
en la población europea es de 3 a 5 gramos (equivalente a 8-11 gramos de sal),
cantidad que excede la necesidades nutricionales de 1,5 gramos de sodio al día para
adultos (equivalente a entre 3 y 4 gramos de sal).
Organismos como la Organización Mundial
de la Salud se han marcado como meta reducir la cantidad de sodio consumido por la
población hasta llegar a una cantidad equivalente a 5-7 gramos de sal por día. La cifra
no ha sido escogida porque sea una dosis "sin efectos" sobre la presión sanguínea sino
porque es más realista. El sodio, en su forma de sal, está tan presente en todos los
alimentos que una reducción drástica seria prácticamente inviable.
La reducción del contenido de sodio de
alimentos procesados fue evaluada como una de las más costoefectivas por la
Organización Mundial de la Salud para nuestra región y también en un análisis realizado
en nuestro país. En nuestro país, una reducción tan solo de 1 gramo de cloruro de sodio
en la dieta diaria a nivel poblacional evitaría alrededor de 1000 muertes y 10.000
eventos cardiovasculares anuales. Otra de las acciones recomendadas es la
comunicación masiva sobre alimentación saludable y reducción de la sal durante la
preparación y consumo de alimentos.
De tal forma, el presente proyecto, prevé el
máximo de contenido de sodio en los alimentos elaborados por la industria de la
alimentación en QUINIENTOS (500) miligramos por cada CIEN (100) gramos de
alimento o de un TRECE POR MIL (13 0/00) de sal. También prevee llegar a dicho
parámetro en un plazo de 5 años desde la vigencia de la ley o menor en acuerdos con la
industria.
Por todo lo expuesto, solicito a los Sres.
Diputados la aprobación del Presente proyecto de ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
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SYLVESTRE BEGNIS, JUAN HECTOR | SANTA FE | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
BERTOL, PAULA MARIA | CIUDAD de BUENOS AIRES | PRO |
MERCHAN, PAULA CECILIA | CORDOBA | ENCUENTRO POPULAR Y SOCIAL |
MORGADO, CLAUDIO MARCELO | CIUDAD de BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
VAZQUEZ, SILVIA BEATRIZ | BUENOS AIRES | PARTIDO DE LA CONCERTACION - FORJA |
GUTIERREZ, GRACIELA BEATRIZ | SANTA CRUZ | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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