Artículo 1º - Establézcase la obligatoriedad de incluir en los libros de texto escolares y en su cartografía el mapa a escala real de nuestro territorio nacional en su porción americana y antártica.

Artículo 2º - Las editoriales que hubieran entregado libros de texto sin cumplimentar estos recaudos podrán salvar esta deficiencia editando separatas, en igual número, conteniendo los datos y representaciones cartográficas correctas.

Artículo 3º - Se establece que en el seño del Consejo Federal de Cultura y Educación, el Ministerio de Educación de la Nación y las autoridades educativas de las distintas jurisdicciones acordarán la inclusión en los respectivos programas escolares, sobre nuestra realidad geográfica: ser un país bi-continental américo-antártico. A consecuencia de lo cual tenemos, no un solo litoral marítimo, nuestro suelo es bañado por el Atlántico, y en la unión de éste con el Pacífico y el Mar Glacial Antártico.

Artículo 5º - Se faculta al Poder Ejecutivo Nacional para que disponga en los distintos ámbitos de su competencia la implementación de actividades específicas, en el mismo sentido que el dispuesto para la comunidad educativa.

Artículo 7º - Se invitará a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adoptar similares medidas.

Articulo 8º - La presente ley regirá al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial y será reglamentada por el Poder Ejecutivo dentro de los treinta (30) de su vigencia.

Señor presidente:

El país entra por los ojos. Desde la escuela primaria se acostumbra a nuestros hijos a ver representada, cartográficamente, la Nación Argentina en forma tan menoscabante cuan engañosa. Somos, consciente o inconscientemente, parte de la colonización cultural.

El primer dato geográfico que aportan nuestros libros de texto -la superficie de la República Argentina- es dado en forma dubitativa cuando no errónea. Se informa separadamente la superficie correspondiente a la porción continental americana de la correspondiente a la continental antártica. Ocasiones hay en que esta última ni se incluye.

Correspondería (tratándose de un mismo país) dar la superficie total (4.024.455 Km2) y, en su caso, discriminar luego las partes que la componen.

Es también inexacto informar "que la República Argentina está ubicada en el extremo austral del continente americano"; nuestra realidad geográfica es ser un país bi-continental américo-antártico. A consecuencia de lo cual tenemos, no un solo litoral marítimo, nuestro suelo es bañado por el Atlántico, y en la unión de éste con el Pacífico y el Mar Glacial Antártico.

La forma usual de representar cartográficamente a nuestro territorio, con el Sector Antártico en recuadro y a escala reducida, sin la extensión marítima completa, influye para que no se tenga una impresión real de los reales aspectos geográficos señalados; como bien dice Jorge E. Atencio, tal es la carencia de conciencia geográfica nacional que "se ha ubicado al norte de nuestro país en Jujuy, Salta, Chaco, Formosa y Misiones; al centro en Córdoba y al sur en Tierra del Fuego, en vez de atender íntegramente a toda nuestra extensión territorial que ubica al norte desde Jujuy al Rió Colorado, al centro en la Patagonia y al sur en el Sector Antártico Argentino. "A tal punto llega la deformación de nuestra ubicación territorial que la Universidad del Sur en lugar de estar en Ushuaia, está en Bahía Blanca. Convengamos en que está mal situada o bien tiene un nombre poco apropiado.

Urge poner fin a esta anomalía. Y esto tiene que hacerse por ley de la Nación, para que propios y extraños se anoticien de nuestros derechos en forma indubitable. Así como en algún momento hubo que ponerse de pie y decir que carecería de aprobación todo texto que no incluyera a las Malvinas como territorio argentino, o no las nombrara con ese nombre (designándolas maliciosamente: Fackland Island), hoy debe exigirse toda impresión de textos respetando la real superficie de la Nación y su bicontinentalidad Américo-Antártica, así como la de mapas en que deberá representarse el Hemisferio Sur completo con su centro en Argentina. Las editoriales que hubieran entregado libros de texto sin cumplimentar estos recaudos, podrán salvar esta deficiencia editando separatas en igual número, conteniendo los datos y representaciones cartográficas correctas. El Ministerio de Educación de la Nación, por su parte, en concordancia con los ministerios provinciales, debe estudiar la forma de proveer a todas las escuelas el nuevo mapa nacional completo.

Aquí está en juego, Señor Presidente, la toma de conciencia nacional de un espacio de un millón doscientos mil kilómetros cuadrados. Es hora de volver a pensar en grande, frente a esta responsabilidad histórica.

Por todo lo expuesto solicito se apruebe este Proyecto de Ley.